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ESTABILIDAD DE TALUDES Y

LADERAS. ANÁLISIS
CUANTITATIVO Y CUALITATIVO.

Dr. Ing. Aldo Onel Oliva González


Grupo ITEICO Euroamericano.
aldo.oliva@iteico.com

Mayo de 2015
Ingeniería del Terreno Instrumentación y Control

ESTABILIDAD DE TALUDES Y LADERAS


1. Introducción
El análisis de la estabilidad de las masas de suelo y rocas, constituye uno de los
problemas más complejos que intentan resolver las llamadas geociencias o ciencias de
la tierra y dentro de estas, disciplinas como la mecánica de suelos y de rocas. Durante
varias décadas muchos investigadores se han dedicado a clasificar los tipos de fallos
que se pueden producir en taludes y laderas, encontrar la terminología apropiada para
describir los movimientos del terreno en estas formaciones, proponer métodos para
evaluar su estabilidad y corregir fallas en taludes y laderas potencialmente inestables o
con movimientos activos (Oliva, A. O., 1999).
La seguridad de una masa de terreno frente a la rotura y movimiento es lo que se
conoce como su estabilidad y debe considerarse no sólo en el proyecto de estructuras
de tierra o roca, sino también en la reparación y corrección de las que han fracasado.
Los proyectos de los taludes en excavaciones a cielo abierto y la sección transversal de
los terraplenes, diques y presas de tierra, están basados principalmente en los estudios
de estabilidad, a menos que el proyecto sea tan pequeño que se puedan tolerar las
fallas ocasionales. Cuando ocurren los fracasos, ya sean deslizamientos, corrimientos
o hundimientos, es necesario hacer estudios de estabilidad para determinar la causa de
la falla y poder indicar su corrección y el mejor método para prevenir dificultades
futuras. En dicho estudio, es importante diferenciar los cortes de los terraplenes.
Los problemas de estabilidad de una ladera son, en muchos casos, diferentes de los
que se presentan en los taludes. Las diferencias principales se deben a la naturaleza
de los materiales involucrados y a las condiciones que prevalecieron en la formación de
la ladera (geología, climatología, etc.), además de la influencia que el hombre ha
ejercido sobre ella (deforestación, cambios en el uso del suelo, cortes para
construcción de obras, etc.).
La determinación de las condiciones de estabilidad de laderas naturales es un objetivo
importante de los estudios de riesgos de origen geológico. En ausencia de intervención
humana, la frecuencia e importancia de los deslizamientos del terreno suele ir ligada a
zonas de relieve montañoso, a la intensidad y duración de precipitaciones (y efectos
asociados a estas: erosión en cauces) y a ciertas formaciones litológicas especialmente
sensibles a los movimientos (Alonso, E., 2005).
Los deslizamientos de tierra tienen una característica común: hay un movimiento de
una gran masa de suelo o roca a lo largo de una superficie más o menos definida. En la
mayoría de los casos dicha masa permanece intacta durante las primeras etapas del
movimiento, pero finalmente se deforma y rompe en pedazos, a medida que el
movimiento progresa. Algunas fallas ocurren bruscamente con un ligero aviso o
ninguno, mientras que otras se producen pausadamente después de anunciar su
intención por un asentamiento lento o por la formación de grietas.
El movimiento ocurre cuando la resistencia al esfuerzo cortante del terreno es excedida
por los esfuerzos cortantes que se producen en una superficie relativamente continua.

Estabilidad de taludes y laderas. Análisis cuantitativo y cualitativo.


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Las fallas localizadas en un solo punto de la masa de tierra no indican,


necesariamente, que la masa sea inestable. La inestabilidad sólo se produce como
resultado de la falla por esfuerzo cortante en una serie de puntos que definen una
superficie, a lo largo de la cual se produce el movimiento.
La inestabilidad de taludes y laderas están entre las fallas más corrientes de masas de
tierra o rocas. El peso de la masa del terreno y del agua que pudiera estar en él, es la
fuerza principal que tiende a producir la falla, mientras que la resistencia al esfuerzo
cortante del terreno disminuida por la presión de agua es la principal fuerza resistente.
La superficie de falla sobre la cual se desliza la masa de suelo o roca inestable, tiene
generalmente forma cóncava y es sin dudas un fenómeno de carácter tridimensional.
El análisis de la estabilidad de un talud o ladera es un problema de equilibrio plástico.
Cuando la masa está a punto de fallar, las fuerzas que producen el movimiento han
llegado a ser iguales a la resistencia que opone la masa a ser movida. Un ligero
aumento en las fuerzas es suficiente para producir una continua deformación que
puede terminar en la falla general. Debido a la geometría irregular de la masa y al
complejo sistema de fuerzas que hay en cualquier problema real, los métodos de
análisis directo, como los que se usan para el empuje de tierras, rara vez son
aplicables. En vez de esto, es mucho más provechoso emplear un sistema de tanteo
para determinar el factor de seguridad en un proyecto tentativo o la falla potencial en un
talud o ladera existente aunque en los últimos años, con el desarrollo de la informática,
se dieron importantes pasos en la búsqueda de métodos mucho más exactos.
En este documento se describen los conceptos y principios básicos de la estabilidad en
taludes y laderas, y se presenta un resumen de los métodos más utilizados para
evaluar el equilibrio de las masas de suelo y rocas en estas formaciones.
2. Análisis cuantitativo de la estabilidad
Los análisis cuantitativos clásicos de estabilidad en laderas y taludes arrojan como
resultados fundamentales el factor de seguridad contra el deslizamiento y la ubicación y
geometría de la superficie de rotura, a partir de la cual se puede conocer el volumen de
suelo y roca en inminente falla o movimiento. Para dichos análisis se utilizan
básicamente los parámetros relativos a las características intrínsecas del talud o ladera
que constituyen factores condicionantes y dependen principalmente de la naturaleza
del terreno, entre los cuales se encuentran: morfología y topografía; geología;
mecánica de suelos y condiciones hidrogeológicas.
2.1.1 Superficie de rotura
Las superficies de rotura se pueden definir como las zonas de contacto o interfaz entre
la masa de suelo o roca potencialmente inestable o en movimiento y la masa de terreno
estable o estática del talud o ladera. Dichas superficies tienen formas geométricas muy
variables pero, en el caso particular de los deslizamientos, pueden considerarse dos
grupos principales: las superficies curvilíneas y cóncavas características de los
deslizamientos rotacionales; y las superficies planas u onduladas, típicas de los
deslizamientos traslacionales (figura 1).

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a) b)

Figura 1. Superficies de rotura más frecuentes. a) Deslizamientos rotacionales; b)


Deslizamientos traslacionales.
2.1.2 Factor de seguridad
Para determinar si una ladera o talud es estable bajo las condiciones que prevalecen
en un determinado sitio, generalmente se utiliza el término factor de seguridad. El valor
aceptable del mismo es selecciona tomando en cuenta las consecuencias o riesgos
que podría causar el deslizamiento. En laderas y taludes suele adoptarse valores que
oscilan entre 1.2 y 1.5 o incluso superiores, dependiendo de la confianza que se tenga
en los datos geotécnicos a utilizar en el análisis, así como en la información disponible
sobre los factores condicionantes y desencadenantes que influyen en la estabilidad.
En términos generales, el factor de seguridad se puede definir como el cociente entre la
resistencia al corte en la superficie de deslizamiento y el esfuerzo requerido para
mantener el equilibrio estricto de la masa deslizante como se muestra en la ecuación 1.

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Resistencia a cortante del terreno


Fs  (1)
Esfuerzo cortante requeridopara el equilibrio

Otra forma de expresar esta definición es: "el factor por el que la resistencia a cortante
del suelo tendría que ser dividida para que el talud esté en un estado de equilibrio límite
o de inminente falla”.
Lowe (1976) señaló que es lógico definir el factor de seguridad en función de la
resistencia cortante, por ser precisamente la resistencia al corte, el parámetro que
involucra mayor grado de incertidumbre en el análisis de la estabilidad (Lowe, 1976).
Sin embargo, algunos autores definen en factor de seguridad en función del equilibrio
de momentos resistentes y actuantes en la masa de suelo o roca en inminente falla, o
incluso de la altura del talud o ladera (Winterkorn y Fang, 1987).
Wright (1973) y Tavenas (1980), demostraron que el factor de seguridad real varía en
cada punto a lo largo de la superficie de rotura, mientras que en la mayoría de los
análisis de equilibrio se supone que es constante. Sin embrago, Chugh (1986)
comprobó que para fines prácticos es aceptable asumir el valor medio para dicho factor
de seguridad, a lo largo de la curva de rotura.
En los siguientes apartados se describe la evolución y características de los métodos
para el análisis cuantitativo de la estabilidad, con especial énfasis en las hipótesis y
suposiciones que cada uno de ellos hace respecto al factor de seguridad, superficie de
rotura y mecanismo de falla.
2.1.3 Métodos de cálculo
Los primeros estudios de estabilidad de taludes fueron realizados a principios del siglo
XX con la aplicación del llamado método elástico. Dicho método consistía en
comprobar que la máxima tensión cortante, calculada según la teoría de elasticidad, no
superara la tensión cortante admisible (tensión cortante de rotura dividida por el
coeficiente de seguridad). Posteriormente surgieron los métodos de las superficies de
deslizamientos, los cuales suponen que la rotura en dos dimensiones ocurre a través
de una curva de forma dada (círculo, espiral logarítmica, polilínea, etc.). Dichos
métodos se basan en probar diversas curvas con la forma adoptada, suponer que a lo
largo de cada una de ellas actúa la resistencia a cortante dividida por el factor de
seguridad y, mediante consideraciones de equilibrio de la masa de terreno limitada por
dichas curvas de deslizamiento calcular el factor de seguridad. Estos métodos son, con
diferencia, los más utilizados en el análisis de la estabilidad y se conocen como
métodos de equilibrio límite.
Con el desarrollo de la informática, se han dado grandes pasos en el análisis de la
estabilidad de taludes y laderas utilizando los métodos de las curvas de deslizamiento.
Los potentes ordenadores y la diversidad de programas informáticos existentes,
permiten hacer estudios mucho más complejos dirigidos fundamentalmente al cálculo

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de los factores de seguridad, y a la búsqueda de la curva de deslizamiento crítica,


considerando todas las condiciones de equilibrio.
En los últimos años, con el desarrollo de los llamados métodos numéricos, se ha
conseguido introducir el análisis de las deformaciones en el cálculo de la estabilidad de
taludes y laderas. Los resultados obtenidos con la aplicación de estos métodos son
bastante exactos y de mucha utilidad para el estudio de la estabilidad, pues con ellos
se consigue simular el comportamiento tenso-deformacional del terreno.
De forma general, los métodos de cálculo utilizados para analizar la estabilidad de
taludes y laderas se pueden clasificar en dos grandes grupos: métodos generales
basados en el equilibrio límite de la masa de terreno que desliza y métodos que
consideran las deformaciones del terreno.
Los métodos que se basan en el equilibrio límite, a su vez, se pueden clasificar
teniendo en cuenta la precisión de las soluciones que se obtienen con su aplicación, en
los siguientes grupos:
 Métodos exactos, donde la aplicación de las leyes de la estática proporciona una
solución exacta del problema, con la única salvedad de las simplificaciones propias
de todos los métodos de equilibrio límite (ausencia de deformaciones, factor de
seguridad constante en toda la curva de rotura). Esto sólo es posible en casos de
geometría sencilla como por ejemplo la rotura planar y rotura por cuñas.
 Métodos no exactos, en los cuales la mayor parte de los casos la geometría de la
curva de rotura, no permite obtener una solución exacta del problema mediante la
única aplicación de las ecuaciones de la estática. El problema es hiperestático y ha
de hacerse alguna simplificación o hipótesis previa que permita su resolución.
Se puede distinguir aquí entre los métodos que consideran el equilibrio global de la
masa deslizante, hoy prácticamente en desuso, y los métodos de dovelas que
consideran a la masa deslizante dividida en una serie de fajas verticales.
En la figura 2 se muestra un diagrama con la clasificación general de los métodos de
cálculo de estabilidad de taludes y laderas, mencionados anteriormente.

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Métodos de Cálculo

Métodos de equlibrio límite Métodos de cálculo en deformaciones


(Métodos numéricos)
Exactos Método de los elementos finitos
No exactos
Método de las diferencias finitas
Rotura planar
Rotura por cuñas

Estabilidad global Métodos de dovelas


de la masa de terreno
Método Sueco
Método de la espiral logarítmica
Aproximados Precisos
Método del círculo de fricción
Janbu Morgenstern-Price
Ordinario Spencer
Bishop simplificado Bishop Modificado

Figura 2. Clasificación de los métodos de cálculo


2.1.3.1 Métodos generales de equilibrio límite
Se basan exclusivamente en las leyes de la estática para determinar el estado de
equilibrio de una masa de terreno potencialmente inestable. No tienen en cuenta las
deformaciones del terreno, y suponen que la resistencia al corte se moviliza total y
simultáneamente a lo largo de la superficie o curva de rotura.
La aplicación de estos métodos requiere las siguientes etapas de cálculo (Alonso, E.,
2005):
 Se busca un mecanismo de rotura cinemáticamente admisible. Usualmente se
consideran masas de suelo rígidas que deslizan sobre superficies de rotura
posibles de formas geométricamente sencillas, tales como rectas, circunferencias
y espirales logarítmicas. Si el suelo es heterogéneo estas superficies pueden ser
más complejas.
 Generalmente se define el coeficiente de seguridad a partir del concepto de
esfuerzo o tensión de corte “movilizado”. Este esfuerzo se calcula dividiendo el
máximo esfuerzo de corte disponible (calculable mediante la expresión de Mohr–
Coulomb) por el coeficiente de seguridad, F.
 Mediante consideraciones de equilibrio se establecen relaciones entre las fuerzas
(vectores) que intervienen en un problema dado. En general cabe distinguir entre
fuerzas inductoras del desequilibrio (peso, cargas exteriores, presiones de agua) y
fuerzas internas resistentes.

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En general las condiciones de equilibrio a satisfacer en un problema plano son:


− Dos ecuaciones de equilibrio de fuerzas (horizontales y verticales)
− Una ecuación de equilibrio de momentos, con relación a un punto arbitrario.
En muchas ocasiones, una sola de estas condiciones (por ejemplo, equilibrio de
momento en algún tipo de análisis de rotura circular) es suficiente para definir
estáticamente el problema.
 Se obtiene el factor de seguridad “despejando F’ en las ecuaciones de equilibrio.
Será necesario buscar el F mínimo variando la geometría de la superficie de
rotura, lo que conduce a un proceso de cálculo repetitivo.
En la tabla 1 se resumen algunos de los métodos generales de equilibrio límite más
utilizados en taludes y laderas constituidos por suelos.
Tabla 1. Métodos de equilibrio límite más utilizados (modificado de Duncan y Wright, 1980;
Abramson et. al., 2002; Alonso, E., 2005).
Método Características
Método ordinario de las dovelas. Solo es válido para roturas circulares
Fellenius (1927) Satisface el equilibrio de momentos
No satisface el equilibrio de fuerzas
Bishop Simplificado Solo es válido para rotura circular
(1955) No cumple el equilibrio de fuerzas horizontales ni de
momentos en dovelas
No tiene en cuenta la variación de fuerzas
Método de Bishop Riguroso Solo es válido para roturas circulares
(Bishop, 1955) Satisface todas las condiciones de equilibrio
Supone una determinada distribución de fuerzas
horizontales (E) entre rebanadas que cumpla el
equilibrio.
Janbu Simplificado Es válido para cualquier curva de rotura
(1957) No satisface equilibrio de momentos
Obliga a que se cumpla el equilibrio de fuerzas
horizontales.
Emplea un factor de corrección para mejorar
resultados.
Procedimiento generalizado de Es válido para cualquier curva de rotura
Janbu (1957) Satisface todas las condiciones de equilibrio (salvo
momentos en la última dovela)
Permite variar la posición de las fuerzas laterales
entre dovelas
Método de equilibrio de fuerzas Es válido para curva de rotura circular

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(Lowe y Karafiath, 1960) Satisface el equilibrio de fuerzas verticales y


horizontales
No satisface el equilibrio de momentos
Método de Morgenstern y Price Es válido para cualquier curva de rotura
(Morgenstern y Price, 1965) Satisface todas las condiciones de equilibrio
Permite variar la orientación de las fuerzas laterales
entre dovelas
Método de Spencer (Spencer, Es válido para cualquier curva de rotura
1967) Satisface todas las condiciones de equilibrio
Considera las fuerzas laterales entre dovelas
paralelas
Ábacos de estabilidad (Janbu, Bastante exacto para muchos propósitos
1968; Duncan, 1987) Permite hacer análisis rápidos
Método de Carter (Carter, 1971) Es válido para cualquier curva de rotura
No cumple equilibrio de fuerzas horizontales y de
momentos en dovelas
Da resultados conservadores razonablemente
exactos
Método de Sarma (1973) Satisface todas las condiciones de equilibrio
Permite calcular la magnitud del coeficiente sísmico
horizontal que mantiene la masa que tiende a
moverse en un estado de equilibrio límite. Desarrolla
una relación entre el coeficiente sísmico y el Fs.
Utiliza una función de distribución de fuerzas entre
dovelas similar a Morgenstern y Price (1965).
Método de Fredlund (Fredlund, et. Válido para curvas de rotura compuestas (círculo y
al, 1981). G.L.E secante)
Satisface todas las condiciones de equilibrio
Análogo al método de Morgenstern y Price en forma
discreta
Método de Chugh (Chugh, 1983) Válido para curvas de rotura circular
Satisface todas las condiciones de equilibrio
Análogo al método de Spencer pero considerando el
equilibrio de momentos en cada dovela

2.1.3.2 Descripción de algunos métodos de equilibrio límite desarrollados para taludes


en suelos.
Los métodos de cálculo basados en el equilibrio límite, desde sus inicios, han sido el
resultado de un proceso continuo de evolución y desarrollo, caracterizado por la
estrecha vinculación entre la investigación científica, la práctica ingenieril y el uso de

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las nuevas tecnologías. A continuación se presenta un resumen de ese proceso de


evolución y desarrollo, que aún continua.
 Método Sueco
Es posiblemente el más antiguo de los métodos de análisis de la estabilidad de taludes,
se propuso a principios del siglo XX para el estudio de deslizamientos en arcillas
saturadas que ocurrieron durante la construcción de unas líneas de ferrocarril en
Suecia, así como en el muelle de Gotemburgo. En este método la superficie de rotura
se supone circular y la ecuación básica de equilibrio es, precisamente, la del equilibrio
global de momentos (figura 3).

Figura 3. Modelo del mecanismo de falla (método sueco).


De la figura 3 tenemos que la ecuación del factor de seguridad (Fs) será:
B

τ rot R dl
Fs  A (2)
Wd

En aquellos casos en que la tensión de rotura (  rot ) es conocida, la determinación del


factor de seguridad es inmediata. Existen situaciones en que la resistencia no es
conocida, es un valor dependiente del estado tensional en las proximidades de la línea
de rotura. En estos casos el problema es más complejo y su solución puede enfocarse
de formas muy diversas (Soriano, 1997).
 Método de la Espiral logarítmica
En este método, se considera que el terreno tiene una resistencia a la rotura (  rot ) dada
por:
τrot  c  σn tgφ (3)

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donde:
c y  son la cohesión y la fricción del terreno.
 n es el esfuerzo normal a la línea de rotura.
Se supone que el ángulo de fricción interna movilizado será:
 tgφ 
φm  arctg  (4)
 F 
 φ 
y se tantean distintas líneas de rotura en forma de espiral logarítmica (figura 4), cuya
ecuación será de la forma:
ρ  ρ0 eθ tgφm (5)

Figura 4. Modelo geométrico (método de la espiral logarítmica).


El equilibrio de momentos, en este caso, conduce a la siguiente ecuación del factor de
seguridad (Fc):
B

 cρρcos m dl
Fc  A
(6)
Wd
De la ecuación anterior se obtiene un coeficiente de seguridad ( Fc ) que, si coincide con
( F ), daría el factor de seguridad correspondiente. En otro caso habrían de tantearse
otros valores de ( F ) hasta que así ocurra.

 Método del Círculo de rozamiento


La definición de espirarles logarítmicas cedió el paso a líneas circulares, dando origen
al método del círculo de rozamiento (figura 5).
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Figura 5. Modelo del mecanismo de falla (método del círculo de rozamiento).


La ecuación de equilibrio de momentos correspondiente es:
Mc  NφR senφ  W d (7)

donde:
B
Mc   cR 2dα (8)
A

2 2
 B
 B 
Nφ   W   cRsenα dα     cRcosα dα  (9)
   
 A  A 
La ecuación del factor de seguridad ( Fs ) según el equilibrio de momentos será:
Mc  NφRsenφ
Fs  (10)
Wd
 Método de las dovelas
En el método de las dovelas la distribución de tensiones normales en la superficie de
deslizamiento, no es un dato del problema sino un resultado de su resolución. Las
hipótesis previas se refieren generalmente a las fuerzas laterales entre las dovelas y
existe una gran variedad de métodos que consideran diferentes hipótesis.
Los métodos de dovelas pueden clasificarse en dos grupos:

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- Métodos aproximados: no cumplen todas las ecuaciones de la estática. Se


pueden citar como ejemplos el método de Fellenius, y los de Bishop y Janbu
simplificados.
- Métodos precisos o completos: cumplen todas las ecuaciones de la estática,
siendo los más conocidos los métodos de Bishop riguroso, Morgenstern-Price,
Spencer.
En estos métodos, el coeficiente de seguridad de un talud o ladera se busca tanteando
posibles líneas de rotura. Para cada una que se postule se podrá calcular un
determinado coeficiente de seguridad y tras tantear un buen número de posibles líneas
de rotura, para estar suficientemente seguro de que se ha cubierto bien la gama de
posibles fallas, se asigna al talud el coeficiente de seguridad menor, que será el
correspondiente a la línea de rotura crítica.
El método de cálculo del factor de seguridad correspondiente a una determinada línea
de rotura se basa en dividir la masa deslizante en rebanadas verticales y plantear, para
cada rebanada aislada del resto, las ecuaciones de equilibrio. Según los detalles del
planteamiento de estas ecuaciones, resultan los cuatro métodos básicos siguientes.
Método de Fellenius
Fue el primer método para resolver el problema de taludes no homogéneos por división
en rebanadas. Propuesto por Fellenius en 1927, también se conoce como método
ordinario.
El método es aplicable a líneas de rotura circulares y la ecuación básica es la de
equilibrio de momentos respecto del centro del círculo. Las fuerzas volcadoras dan un
momento claro de calcular (suma de pesos por distancias) mientras que las fuerzas
resistentes (S), no son bien conocidas ya que, en materiales con fricción, dependen de
la presión de contacto (N) entre la masa deslizante y su soporte.
Fellenius supuso que la presión de contacto (N) era similar al peso de cada rebanada
(W), exactamente supuso que N  W cos  . Con esta hipótesis el problema tiene una
solución muy sencilla, pero dicha hipótesis es cierta cuando la resultante de las fuerzas
que actúan en las caras verticales de las dovelas es paralela a la línea de
deslizamiento (figura 6).

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xd

W
R  xi
l
y S

  N
x
Figura 6. Modelo de análisis (método de Fellenius).
En la figura 6 tenemos las siguientes relaciones:
Del equilibrio en la dirección de N:
N  Wcosα (11)
y la resistencia a la rotura en la base de la dovela ( Srotura ) será:

Srotura  N  ultg  cl (12)


donde:
c y φ son la cohesión y la fricción del terreno.
u es la presión de agua en la base de la dovela.
l es la longitud de la base de la dovela.
El factor de seguridad ( Fs ) se calcula por la relación:
Momento resistente Mresistente
Fs  
Momento vuelco Mvuelco

donde:
Mresistente   SroturaR (13)

Mvuelco   W Rsenα (14)

Como el radio (R) es constante en todas las dovelas, la expresión general para calcular
el factor de seguridad queda:

Fs 
 Wcos  - ultg  cl (15)
W senα

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Este método, que aun hoy se usa, al menos como referencia, es inconsistente cuando
existen fuertes presiones intersticiales y altos rozamientos. Es exacto, sin embargo,
para el estudio de roturas a corto plazo cuando φ = 0 (Soriano, 1997).
Método de Bishop
La hipótesis de Fellenius no se cumple normalmente en taludes con grandes presiones
intersticiales ya que éstas conducen a fuerzas en las caras verticales de las rebanadas
que tienden a estar horizontales, más que inclinadas según la línea de deslizamiento.
Bishop (1955), propuso una variante al método de Fellenius en la que dejaba como
incógnitas las componentes tangenciales (T) que actúan en las caras verticales de las
rebanadas, y calcula el coeficiente de seguridad en función de ellas (figura 7).

T+T

T
W E+E
R  E
l
y S

  N
x
Figura 7. Modelo de análisis (método de Bishop).
En la figura 7 pueden observarse las siguientes relaciones:
Del equilibrio vertical:
Ncosα  Ssenα  W  ΔT (16)
La resistencia del terreno afectada por el factor de seguridad (Fs) será:
FS S  N  ultg  cl (17)
resolviendo las ecuaciones (16) y (17):
 W  ΔT Δx  Δx
FS    Stgα  u tgφ  c (18)
 cosα cosα  cosα
despejando S tenemos:

S
W  T - ux tg  cx (19)
cosαFs  tgαtg
Del equilibrio de momentos:

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 SR   Wsenαs (20)
sustituyendo S en (18) y despejando:

Fs 
 W  T - ux tg  cx  (21)
  tg 
 Wsencos 1  tg F 
  s 

La ecuación anterior es similar a la del método ordinario de las rebanadas (Fellenius),


aunque existen dos diferencias fundamentales:
  tg 
- Aparece el término cos 1  tg  , que divide cada sumando y hace que el
  Fs 
equilibrio de momentos conduzca a una ecuación implícita en (F s), cuya resolución
da origen a problemas matemáticos (Jiménez Salas, 1981).
- Aparece el término T, difícil de evaluar, pero que en el método simplificado de
Bishop se supone nulo (T=0).
Bishop propuso suponer que, inicialmente, de todas las fuerzas T son nulas (método
simplificado) y después, mediante un cálculo iterativo, ir ajustando valores razonables
de las fuerzas T tratando de cumplir el equilibrio horizontal que no se formuló para
resolver el problema.
Según puede verse en la figura 7, aún en el caso simple de suponer T=0, para todas
las rebanadas, resulta una ecuación implícita para el coeficiente de seguridad que
Bishop recomienda resolver, también, mediante iteraciones.
Dada una serie de valores de T (sean o no nulos), hay que hacer una serie de
iteraciones, que pueden presentar algún problema de unicidad y/o convergencia.
Es muy difícil definir una serie de valores de T en las n-1 caras verticales entre
rebanadas, tratando de cumplir n condiciones de equilibrio horizontal. El problema
general, planteado por Bishop no tiene solución matemática (Soriano, 1997).
Método de Janbu
Como hemos visto, los métodos de Fellenius y Bishop están basados
fundamentalmente en la ecuación del equilibrio de momentos y no cumplen la ecuación
de equilibrio horizontal, sin embargo hay casos en los que esta ecuación parece
intuitivamente más importante que la del equilibrio de momentos. Tal pudiera ser el
caso de reptaciones o de deslizamientos bastante planos. Con estas ideas, Janbu
(1954a, 1954b, 1957) propuso un método aplicable a líneas de deslizamiento de
cualquier tipo (no necesita un centro de círculo para tomar momentos), que está
basado en satisfacer el equilibrio horizontal y el vertical. Como estas dos condiciones
no son suficientes para calcular el coeficiente de seguridad, se llega a una expresión de
éste que, además de ser implícita como en el método de Bishop, contiene una serie de

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fuerzas desconocidas que son los esfuerzos tangenciales en las caras verticales de las
rebanadas (figura 8).

línea de rotua
T+T
cualquiera
T
W E+E
 E
l
y S

  N
x
Figura 8. Modelo de análisis (método de Janbu).
En forma similar a Bishop, Janbu propuso hacer un primer cálculo suponiendo que
estas fuerzas fuesen nulas y dio ciertos criterios para obtenerlas en una segunda
aproximación. Tal criterio fue, evidentemente, tratar de cumplir la ecuación de equilibrio
de momentos que hasta aquí no se había planteado.
Para cumplir la ecuación de equilibrio de momentos, Janbu recomendó suponer que las
fuerzas entre rebanadas actuaban aproximadamente a un tercio de la altura. Así,
fijando una cierta línea de actuación de los empujes se podrían escribir “n” ecuaciones
de equilibrio de momentos que deberían satisfacer las “n-1” fuerzas tangenciales entre
rebanadas. Igual que el método de Bishop, el método Janbu, no tiene solución
matemática exacta. Ambos tienen soluciones ingenieriles aproximadas que no cumplen
el equilibrio horizontal (Bishop) o el equilibrio de momentos (Janbu).
En la Figura 8 podemos obtener las siguientes relaciones:
Del equilibrio horizontal y vertical tenemos:
Ncoα  Ssenα  W  ΔT (22)
Scosα  Nsenα  ΔE (23)
La resistencia del terreno afectada por el factor de seguridad ( FS ) será:
FS S  N  ultg  cl (24)
de (22) tenemos que:
W  ΔT
N  Stgα (25)
cosα
sustituyendo en (24):

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 W  T  
FS S    Stg   ul tg  cl (26)
 cos   
pero,
Δx
Δl 
cosα
entonces:

S
W  T  ux tg  cx
(27)
cos Fs  tg tg
combinando (22) y (23):

ΔE 
1
S  (W  ΔT )senα (28)
cosα
Como la suma de todos los incrementos de las fuerzas laterales es cero,  ΔE  0 ,
podemos escribir:
S
 cosα   (W  ΔT)tgα (29)

y finalmente:

Fs 
 W  T - ux tg  cx  1
(30)
 tg tg 
cos 1 
2
  W  T tg
 Fs 
Método de Morgenstern-Price
Morgenstern y Price (1965), propusieron un método o procedimiento capaz de
satisfacer todas las ecuaciones de equilibrio. En lugar de suponer como Janbu, que la
línea de acción de las fuerzas entre rebanadas estaba a una cierta altura, supusieron
que la componente tangencial (T) era una cierta fracción de la componente horizontal
(E). Esto es:
T  λ f(x)E (31)
donde f(x) es una función, a definir por el calculista según el tipo de talud y el tipo de
terreno, que tiene como variable independiente la abscisa horizontal “x”, de la definición
geométrica. El parámetro  es un factor común de corrección en todas las rebanadas,
de manera que se pueda cumplir el equilibrio.
De esta manera las ecuaciones de equilibrio horizontal y vertical permiten resolver el
problema y obtener Fs en función de los valores de T, igual que se hace en el método
de Janbu. Después para calcular T se dispone de las n ecuaciones de equilibrio de
momentos y de las n-1 relaciones T-E (total de 2n-1 ecuaciones) con las que se

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pueden determinar los valores de T (n-1 valores), los valores de los puntos de
actuación de los empujes (n-1 valores) y el valor de  (un valor). De esta manera
resulta un sistema completo (2n-2 ecuaciones e incógnitas adicionales) que puede
tener solución.
La idea de Morgenstern es fijar, con criterios ingenieriles cual es la forma de la
inclinación de las fuerzas entre rebanadas (f(x)) y resolver el problema completo para
esa función. Una parte de la solución es, precisamente, la altura a la que deben actuar
los empujes para que puedan estar en equilibrio. Si esta parte de la solución parece
lógica (empujes actuando al menos dentro de las caras entre rebanadas) el problema
puede darse por resuelto. De otra forma habría que seguir calculando adaptando el
valor de f(x), (figura 9).
Ed
línea de rotua
cualquiera Ei

W Td Rd
 Ri
Ti l
y S

  N
x
Figura 9. Modelo de análisis (método de Morgenstern-Price).
Una vez fijada la función f(x), la ecuación de equilibrio global de momentos permite
calcular . En efecto, al sustituir en la ecuación de equilibrio de momentos T por su
expresión en términos de E, resulta:
Ef(x) x  Etgx (32)

donde:


 Etgx (33)
 Ef(x) x
En ocasiones interesa la forma continua (no incremental) de la ecuación global de
equilibrio de momentos. En esos casos:

 Etgα dx
 L
(34)
 E f(x)dx
L

Estabilidad de taludes y laderas. Análisis cuantitativo y cualitativo.


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Cuando existen fuerzas horizontales, el flujo del vector empuje es igual a un cierto
momento respecto a la línea de rotura (figura 10).

Ed
línea de rotua
cualquiera Ei

W Td Rd
 Ri
Ti l
y S

  N
x
Figura 10. Fuerzas horizontales en el método de Morgentern-Price.
En esos casos la ecuación de equilibrio global de momentos conduce a:

 Tx - Ey  M 0 (34)

siendo:
M0  Hh  K W hg (36)

además,
M0   Etg x
 (37)
 Ef (x)x
o, en su versión continua:
M0   Etgα d
 L
(38)
 E f(x)dx
L

Resumiendo, podemos decir que con esta idea la solución de problemas de estabilidad
de taludes, podría consistir en un procedimiento iterativo en el que, con alguna
hipótesis elemental (por ejemplo asumir inicialmente el factor de seguridad del método
de Fellenius) se resuelva el problema obteniendo una primera ley de empujes. Eso
permitiría calcular un valor aproximado de  con el que se puede proseguir la iteración.
El proceso ha de ser cuidadoso ya que las matemáticas de estos problemas son
delicadas, existen soluciones parásitas (tantas como rebanadas o dovelas) y no todos
los procesos iterativos son convergentes.
Método de Spencer

Estabilidad de taludes y laderas. Análisis cuantitativo y cualitativo.


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El método de Spencer (1967) es un caso particular del método de Morgenstern-Price.


En él se supone que la función  es una constante cuyo valor será:
  tg θ
Siendo  el ángulo de inclinación del empuje entre dovelas, que habrá que obtener de
manera que se cumpla la condición de equilibrio global de momentos. En estas
circunstancias se tiene:
M0   Etg x
tg  (39)
 Ex
Cuando no existen fuerzas horizontales (M0 = 0) esta expresión indica que la inclinación
del empuje ha de ser igual al valor medio ponderado de la línea de rotura, esa
ponderación se hace precisamente con los valores del empuje. Cuando existen fuerzas
horizontales que ayudan al deslizamiento (en el sentido indicado en la figura 10),
entonces M0 es positivo y la inclinación del empuje es aún mayor. Se sabe que valores
de  altos hacen a las soluciones optimistas sobre todo cuando el ángulo de
rozamiento en el pie de la línea de rotura es alto. De ahí que el método de Spencer, no
sea recomendable en esos casos.
Observaciones sobre los métodos de equilibrio límite
Al existir tantos métodos para el análisis de la estabilidad de taludes y laderas, es muy
importante que el ingeniero conozca cuál de ellos es el más exacto, fácil de aplicar y se
ajusta mejor a las condiciones específicas de cada problema. Buscando respuestas a
estas interrogantes, muchos investigadores han estudiado cada uno de los métodos
haciendo importantes observaciones y arribando a conclusiones sobre sus usos. A
continuación se exponen los resultados más significativos de dichos estudios.
 Una hipótesis implícita en el análisis del equilibrio de estos métodos es suponer que
el comportamiento tensodeformacional del terreno es dúctil (Duncan, 1996), lo que
en realidad resulta una limitación ya que dichos métodos no proporcionan
información con respecto a las magnitudes de las tensiones interiores en el talud, ni
indican cómo éstas pueden variar a lo largo de la curva de rotura. Como
consecuencia, a menos que las tensiones utilizadas en el análisis puedan
movilizarse por encima de una amplia gama de tensiones (comportamiento
tensodeformacional dúctil), no se garantiza que la resistencia pico del suelo pueda
movilizarse simultáneamente a lo largo de toda la curva de rotura. Si la resistencia a
cortante del terreno cae después de alcanzar el pico, puede ocurrir el fallo progresivo
(Bjerrum, 1967), y la resistencia a cortante movilizada en algunos puntos será menor
que la resistencia pico. La única forma totalmente fiable de considerar este caso, es
usar para el análisis la resistencia residual en lugar de la resistencia pico.
 Al plantear las condiciones de equilibrio de la masa de terreno que desliza, según
estos métodos, se tiene que el número de ecuaciones disponible es más pequeño
que el número de incógnitas, lo que hace que todos utilicen hipótesis para conseguir
la solución del problema. Se ha demostrado que en el caso de los métodos que
Estabilidad de taludes y laderas. Análisis cuantitativo y cualitativo.
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satisfacen todas las condiciones de equilibrio (fuerzas y momentos), estas hipótesis


no tienen una influencia significativa en el valor del factor de seguridad, sin embargo
en el caso de los métodos que consideran solo equilibrio de fuerzas, el valor del
factor de seguridad varía considerablemente con la inclinación de las fuerzas
laterales entre dovelas. Lo anterior permite concluir que los métodos basados en el
equilibrio de fuerzas no ofrecen tanta exactitud como los métodos que satisfacen
todas las condiciones de equilibrio.
La aplicación de la informática ha permitido en los últimos años realizar importantes
estudios sobre la precisión de los métodos presentados en la tabla 1. Algunos de
dichos estudios, fueron los realizados por Spencer (1967), Chen y Giger (1971), Wright
(1973), Chen y Snitbhan (1975), Huang y Avery (1976), Fredlund y Krahn (1977).
Garber y Baker (1979), Sarma (1979), Duncan y Wright (1980), Fredlund (1980),
Fredlund (1981), Baker y Frydman (1983), Chen y Morgenstern (1983), Ching y
Fredlund (1983), Leshchinsky (1990), Leshchinsky y Huang (1991), Zhang y
Chowdhury (1994), Yu y Salgado (1998), Low y Gilbert (1998), Oliva (1999), Abramson
et. al. (2002) y Alonso (2005).
La mayoría de los estudios mencionados anteriormente consideraron solamente la
precisión de cálculo de los métodos, es decir, la exactitud de los mismos con respecto
a la forma en que cada uno trata la mecánica del problema. El análisis se realizó
comparando los factores de seguridad calculados, con los obtenidos utilizando los
métodos, que se supone, dan resultados correctos para condiciones específicas de la
geometría del talud y de las propiedades del terreno.
Es importante hacer notar que para considerar válido el estudio, deben compararse los
factores de seguridad mínimos obtenidos por los diferentes métodos, y no los factores
de seguridad obtenidos para curvas de rotura arbitrariamente escogidas. Esta
observación se debe a que los métodos pueden tener curvas de rotura diferentes,
asociadas a los factores de seguridad mínimos y la comparación puede conducir a
conclusiones erróneas (Duncan y Wright, 1980).
Oliva (1999), desarrolló formulaciones numéricas basadas en el equilibrio global de la
masa de terreno en inminente falla para evaluar el comportamiento de diferentes
parámetros geotécnicos y geométricos que intervienen en la estabilidad, así como el
comportamiento de los factores de seguridad en diferentes tipos de superficies de
rotura, incluido el análisis tridimensional de taludes en suelos predominantemente
cohesivos. Los resultados de estos análisis fueron comparados con los obtenidos
utilizando los métodos de dovelas.
Los resultados de las investigaciones acerca de la precisión de los métodos pueden
resumirse como sigue:
 La precisión lograda con el uso de ábacos para el análisis de la estabilidad de
taludes es tan buena en muchos casos, como la precisión con que se define la
geometría del talud y las propiedades del terreno. La limitación fundamental de los
ábacos es que fueron desarrollados para condiciones simples, y su aplicación
requiere de ciertas aproximaciones. No obstante, si dichas aproximaciones se
Estabilidad de taludes y laderas. Análisis cuantitativo y cualitativo.
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hacen juiciosamente, pueden lograrse buenos resultados más rápidamente que


usando un programa informático. Un procedimiento muy eficaz para analizar la
estabilidad de taludes, es realizar análisis preliminares usando ábacos y
posteriormente utilizar otros métodos.
 El método ordinario de dovelas (Fellenius) es muy impreciso para los análisis de
taludes con poca pendiente, donde se consideren las tensiones efectivas de suelos
con presiones del poro altas (el factor de seguridad calculado es demasiado bajo).
El método es exacto en suelos cohesivos puros y aproximado para cualquier tipo de
análisis que considere tensiones totales del terreno y curvas de rotura circulares.
 El método de Bishop modificado es exacto para todas las condiciones (excepto
cuando aparecen problemas de convergencia). Su principal limitación es que solo
es aplicable a roturas circulares. Si un factor de seguridad calculado por el método
de Bishop modificado es menor que el factor de seguridad, para el mismo círculo,
calculado con el método ordinario, se puede concluir que el método de Bishop tiene
problemas de convergencia y en estos casos, el método ordinario es una mejor
solución. Por esta razón se recomienda, siempre que se utilice el método de Bishop
modificado, calcular el factor de seguridad de los mismos círculos por el método
ordinario y comparar.
 Los factores de seguridad calculados utilizando los métodos que consideran
solamente el equilibrio de fuerzas, son sensibles a las inclinaciones asumidas para
las fuerzas laterales entre dovelas. Asumir incorrectamente la inclinación de estas
fuerzas puede conducir a un factor de seguridad erróneo.
 Los métodos que satisfacen todas las condiciones de equilibrio (Janbu,
Morgenstem-Price, y Spencer) son exactos para cualquier condición, excepto
cuando se presentan problemas de convergencia. Si calculamos los factores de
seguridad por cualquiera de estos métodos la diferencia entre ellos no supera el
12% y en ningún caso los valores difieren en más de un 6% de lo que puede
considerarse la solución correcta.
 Considerar el efecto tridimensional (3D) en el cálculo de la estabilidad de un talud o
ladera implica, en muchos casos, un aumento hasta del 50% en el valor del factor
de seguridad calculado considerando el análisis de la estabilidad en dos
dimensiones, lo que se traduce en coeficientes de seguridad hasta 1,5 veces
mayores.
A manera de resumen podemos decir que los métodos de equilibrio límite, utilizados
adecuadamente, dan factores de seguridad ( Fs ) que indican aceptablemente el margen
de estabilidad y seguridad de taludes y laderas.
Todos los análisis de estabilidad de taludes y laderas deben considerar los siguientes
aspectos:
 Presencia de grietas de tracción y juntas abiertas, así como la posibilidad de agua en
las mismas

Estabilidad de taludes y laderas. Análisis cuantitativo y cualitativo.


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 Realizar análisis de sensibilidad variando los parámetros que intervienen en la


estabilidad como son la cohesión, fricción, presencia del nivel freático, etc. Establecer
la relación de cada uno con el Fs para evaluar su influencia.
 Donde la envolvente de esfuerzos de rotura sea una curva hay que seleccionar con
cuidado los valores apropiados de c’ y φ’. Los valores de resistencia a cortante
seleccionados deben corresponder con el nivel de análisis requerido para el problema
analizado. Para las superficies falla poco profundas, seleccionar los valores de c' y ’
de la porción de la envolvente de falla en el rango bajo de tensión normal; para las
superficies de falla profundas, selecciónelos en el rango alto de tensión normal. Si
posible, use un programa informático que permita el uso del modelo no lineal de
Mohr-Coulomb.
 Considere la posibilidad de que ocurra un fallo progresivo y otros fenómenos
perturbadores de la estabilidad y aceleradores de este tipo de fallo como: grietas de
tracción, reablandamiento del suelo, distribución no uniforme de esfuerzos, etc.
 Considere las posibilidades de fallos retardados debido a la disminución en los
parámetros de la resistencia a cortante con el tiempo, el aumento de presiones de
poro y otros.
2.1.3.3 Laderas y taludes en rocas
Aunque las roturas más comunes en taludes y laderas constituidos por rocas son
planas y por cuñas, en macizos rocosos fracturados y meteorizados suelen presentarse
fallas muy similares a las que ocurren en suelos. Para el análisis de la estabilidad en
estos últimos casos, los métodos de cálculo que responden a los conceptos de
equilibrio límite (descritos en apartados anteriores) pueden utilizarse con buenos
resultados.
Sin embargo, el cálculo del factor de seguridad de taludes y laderas en macizos
rocosos fracturados se puede ver alterado por la presencia de juntas y discontinuidades
que, en algunos casos, modifican de manera significativa el comportamiento de la
resistencia a cortante del terreno a lo largo de una superficie de falla potencial. Según
sea el grado de fracturación y meteorización de la roca, se presentarán más o menos
planos estratigráficos, discontinuidades y juntas rellenas de materiales (arcillas, arenas
finas, limos, etc.), que disminuyen la resistencia del macizo y generan zonas de
debilidad.
Rotura plana
Además de ser posible en suelos, a favor de capas débiles críticamente orientadas, la
rotura plana es un mecanismo habitual de colapso en macizos rocosos donde las
juntas y discontinuidades pueden constituir superficies de deslizamiento. Debido a esto,
la orientación del plano de rotura suele quedar establecida por razones estructurales o
sedimentológicas y tendría sentido la búsqueda del factor de seguridad mínimo,
variando la inclinación del plano de rotura, como se hace en terrenos homogéneos.

Estabilidad de taludes y laderas. Análisis cuantitativo y cualitativo.


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La rotura plana ocurre a lo largo de una superficie plana u ondulada que suele coincidir
con planos estratigráficos, discontinuidades y juntas del macizo. En estas fallas, los
componentes de la masa desplazada se caracterizan por moverse más o menos a la
misma velocidad y siguiendo trayectorias relativamente paralelas (figura 11).

Figura 11. Esquemas de rotura plana (Alonso, E., 2005).


La resistencia al corte de la discontinuidad se define como:
  Cap   n´tg ap (40)

donde: Cap y φap son la cohesión aparente y el ángulo de fricción aparente. Si la


envolvente de rotura es curvilínea, Cap y φap varían con la tensión normal efectiva.
El modelo analítico del mecanismo de rotura propuesto por Hoek y Bray (1981) se
resume en la figura 12.

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Figura 12. Modelo analítico de rotura plana (equilibrio límite).


Los cálculos se efectúan por unidad de espesor de talud y se expresan de la siguiente
forma (Hoek and Bray, 1981):
c A  W cosψp  U  V senψp  Tcosθtg
F (41)
W senψp  Vcosψp  Tsenθ

A  H  z cosecψp (42)

1
U  γ w z w H  z  cosecψp (43)
2

1 2  z  
2

W  γH 1  cotanψp  cotanψf  (44)


2  H  
1
V  γ w z 2w (45)
2

1 2  z  
2

W  γH 1  cotanψp cotanψp  cotanψf  (46)


2  H  
W cosψp  U  V senψp  Tcosθ
σ (47)
A
Donde: H, altura del talud en vertical; ψf, buzamiento del talud; ψp, buzamiento de la
discontinuidad; z, profundidad de la grieta respecto al plano de montera (siempre
horizontal); zw, altura de agua en la grieta; ɣ y ɣw pesos específicos de roca y agua; c y

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φ parámetros resistentes; T y θ, anclaje. El área de deslizamiento es A; U y V son las


subpresiones del agua; y W es el peso.
La ecuación (47) permite conocer la tensión normal, σ. Si la posición de la grieta es
conocida se podrá conocer z sin problemas, pero si es desconocida y se supone que la
grieta se forma en condiciones secas, el valor de z correspondiente será:
 tan  p 
z  H 1   (48)
 tan  
 f 

Si z es desconocida y se supone que se forma en otras condiciones, se deberá tantear


cual es el valor de z crítico (aquel que da F mínimo).
Rotura en cuñas
Para muchos autores, estas roturas se encuentran dentro de los llamados
deslizamientos traslacionales o planos. Se caracterizan por una superficie de rotura
formada por dos planos (familias de discontinuidad) que obligan a la masa rocosa
contenida a deslizar a lo largo de los planos o de uno de ellos, formándose una cuña
típicamente tridimensional (figura 13). Esta geometría no suele presentarse en suelos
homogéneos por razones obvias, pero también aquí son aplicables los métodos de
equilibrio límite.

Figura 13. Geometría de la rotura en cuña (Hoek and Bray, 1981).

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El cálculo analítico es conceptualmente sencillo aunque el proceso es largo. Los


detalles pueden consultarse en Hoek y Bray (1981).
2.1.3.4 Métodos que consideran las deformaciones del terreno (análisis tenso-
deformacional)
Entre los principales defectos de los métodos de cálculo basados en los conceptos de
equilibrio límite, se encuentra el hecho de prescindir completamente del estado de
deformaciones del terreno y considerar el mismo factor de seguridad en cada punto de
la superficie de rotura. Los métodos de cálculo de deformaciones subsanan ambas
limitaciones aunque a costa de una ejecución mucho más laboriosa donde el uso de
ordenadores juega un importante papel. Su aplicación práctica por tanto, es de relativa
complejidad y el problema debe estudiarse utilizando algunas técnicas numéricas como
el método de los elementos finitos o el de las diferencias finitas por citar las más
empleadas.
Con el avance de la informática en los últimos años, la aplicación de estos métodos en
la solución de problemas de estabilidad de taludes y laderas, se ha desarrollado
considerablemente.
Método de los elementos finitos (MEF)
Las aplicaciones que utilizan el MEF, calculan las tensiones y deformaciones en el
seno de una masa de terreno haciendo una discretización de la misma con elementos
de formas variadas, siendo las más sencillas triangulares o rectangulares
Generalmente, las mallas analizadas contienen elementos de tamaño uniforme con
anchos (w) y alturas (h) iguales (figura 14). Cada elemento se caracteriza a efectos
deformacionales por sus módulos de elasticidad y de Poisson en los casos más
sencillos, pudiendo complicarse el estudio cuando se adoptan relaciones tenso-
deformacionales de tipo no lineal.

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Figura 14. Malla típica para el análisis de un talud vertical por el MEF (Ashford y Sitar, 1994).
La idea básica del método es dividir la geometría del problema en elementos
pequeños, dentro de los cuales la solución puede considerarse conocida (Soriano,
1985). La hipótesis principal consiste en suponer que dentro de un determinado
elemento, el desplazamiento viene dado por la ecuación:
U   N Un (49)
donde:
[N] es una matriz de funciones que se fija a priori.
Un es el vector desplazamiento de una serie de puntos (nodos) del elemento.
Con esta hipótesis es posible buscar los valores de Un que producen la mejor
aproximación a la solución real del problema. De esta forma son conocidas las
deformaciones unitarias de cada elemento tomando las correspondientes derivadas
parciales de los movimientos:

1  Ui Ui 
ε ij   (50)
2  x j x i 

y así obtener:
ε  BUn (51)
Las tensiones en un elemento pueden obtenerse, a base de una relación constitutiva,
que en el caso más simple puede escribirse:
σ  Cε  CBUn (52)

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28
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La expresión del equilibrio global (relación entre las fuerzas y tensiones), se establece
en estos cálculos de movimientos y tensiones, mediante un procedimiento indirecto. Se
expresa que la energía total del sistema es mínima y es la suma de la energía
correspondiente a las fuerzas exteriores en todo el contorno y/o puntos cargados,

 F U   F NU
c
n (53)

y la energía elástica de deformación conjunta de todos los elementos,

σ T ε   U B CBUn dv
1 1 T T
2v 2
(54)

La minimización respecto a los parámetros indeterminados, Un , conduce a una


expresión del tipo:
KUn  Q (55)
donde:
[K] es la matriz rigidez del sistema.
Q es un vector de fuerzas nodales.
Con las ecuaciones de contorno se puede resolver el problema y conocer unos ciertos
desplazamientos, Un , que corresponden a unas ciertas solicitaciones, F .
Una primera aplicación consiste en suponer que el material se comporta elásticamente
y de forma lineal, calcular el estado de tensiones y comparar tal estado con el
correspondiente a la rotura. La comparación puede hacerse con el punto de máxima
tensión y así definir de manera unívoca un coeficiente de seguridad. Si esto se hace
así, resulta que el coeficiente de seguridad llega a valer la unidad cuando en un primer
punto se alcanza la condición de rotura y eso no quiere decir que el talud está en
equilibrio límite. Se sabe que taludes con factores de seguridad en el sentido clásico
del equilibrio límite, tan altos como Fs  2 , pueden haber alcanzado el nivel de
tensiones de rotura en algún punto.
Una forma de definir el factor de seguridad tras un cálculo del estado tensional
mediante el método de elementos finitos (MEF), es utilizar un método de equilibrio para
definir posibles curvas de rotura y a lo largo de ellas calcular el coeficiente de seguridad
medio ponderado (Oliva A. O., 1999). En la figura 15 se presenta un talud mallado para
el cálculo según el MEF y los resultados que se obtienen en cada tramo ( Δl ) de la
curva de rotura.

Estabilidad de taludes y laderas. Análisis cuantitativo y cualitativo.


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A
B
l

A

Figura 15. Modelo para el análisis factor de seguridad a partir de resultados del MEF.
El factor de seguridad en cada segmento Δl será:

F(local) 
σ  utgφ  c (56)

y en toda la curva de rotura se puede calcular como:
1
F(general) 
L
 F(local) ΔL (57)

Donde c y  son la cohesión y el ángulo de fricción del terreno respectivamente, y L es


la longitud de la curva de rotura.
La relación constitutiva de los materiales elásticos (sin criterio de rotura), no es muy
acertada para estudiar problemas de rotura de taludes, por eso conviene introducir un
criterio de plastificación del material (Cañizo, 1971).
Método de las diferencias finitas (MDF)
El análisis cuantitativo del progreso o desarrollo de las regiones plastificadas en un
continuo, bajo condiciones generales de carga y limitaciones de borde, es un problema
de la mecánica de los medios continuos, analíticamente irresoluble.
Sin embargo, el empleo del Método de las Diferencias Finitas (MDF) permite obtener
soluciones aproximadas a estos problemas, pues adapta el continuo que se desea
analizar a un modelo matemático discreto, asegurándonos previamente de la
convergencia y unicidad de la solución.
Las aplicaciones que utilizan el MDF parten de la formulación de la ecuación o sistema
de ecuaciones diferenciales que rigen el problema y tienen como principio fundamental,
sustituir la expresión diferencial por una equivalente en términos de incrementos finitos

Estabilidad de taludes y laderas. Análisis cuantitativo y cualitativo.


30
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de las variables. Todas las variables del problema quedan discretizadas, lo que
conduce a una subdivisión del dominio mediante una red ortogonal.
La discretización de las ecuaciones diferenciales permite obtener expresiones que
relacionan los valores de las variables y sus incrementos y por tanto, permiten la
solución en forma incremental. De forma general, el método sustituye cada derivada
por una expresión algebraica finita en función de las variables de campo (tensiones,
desplazamientos, presiones de poro, etc.) en puntos discretos del espacio.
Aplicaciones del MDF
En los últimos años se han elaborado muchos procedimientos que facilitan el análisis
de la estabilidad de taludes y laderas, combinando métodos numéricos en diferencias
finitas con métodos analíticos, no solo para evaluar el comportamiento
tensodeformacional del terreno, sino para calcular el factor de seguridad.
Básicamente, estos procedimientos combinan un método numérico en diferencias
finitas explícito utilizado en la determinación del estado tensional del talud, con un
método analítico para calcular el factor de seguridad. Los procedimientos de forma
general constan de las siguientes etapas (Oliva A. O., 1999): definición de la geometría
del talud y propiedades del terreno; cálculo del estado tensional; definición de la curva o
superficie de rotura; y cálculo del factor de seguridad (figura 16).

a) Malladlo (2D) b) Estado tensional (2D)

c) Malladlo (3D) d) Estado tensional (3D)

Figura 16. Modelos para análisis de estabilidad con el uso del MDF (Oliva A. O., 1999).

Estabilidad de taludes y laderas. Análisis cuantitativo y cualitativo.


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Para considerar geometrías bidimensionales cualesquiera, se supone que la superficie


topográfica del talud o ladera está definida sobre un intervalo de manera que dicha
superficie se aproxima por una curva con el perfil topográfico del tipo y  f(x) que el
usuario proporciona en forma de tabla; y la consideración de geometrías
tridimensionales se logra suponiendo que la superficie topográfica del talud está
definida sobre un dominio bidimensional rectangular, de manera que dicha superficie se
aproxima por una serie de perfiles topográficos del tipo z  f(x); y  cte , espaciados la
misma distancia “y” según el eje “OY”. Las tablas que definen cada perfil se presentan
como un conjunto de pares (x,z) de forma que la distancia según el eje “OX” entre dos
puntos consecutivos es constante e igual a “x”. De esta forma el dominio bidimensional
en el plano “XOY” queda mallado en rectángulos.
Una vez definida la geometría del talud, utilizando programas informáticos en
diferencias finitas como ALMEC (González C. y Menéndez A., 2002), se realiza el
mallado del modelo y se establecen las condiciones de contorno. A continuación se
introducen las propiedades elásticas del material o materiales que lo constituyen,
realizando los cálculos para determinar el estado tensional inicial del talud debido a la
fuerza de gravedad (peso del terreno), u otras fuerzas externas como pueden ser las
cargas existentes en la corona.
La próxima fase del análisis es la definición de la curva o superficie de rotura mediante
dos opciones: considerando elipses o polilíneas en el caso bidimensional; y elipsoides
si el análisis es en tres dimensiones.
Por último, se procede a determinar el factor de seguridad del talud o ladera, siguiendo
el criterio de rotura de Mohr-Coulomb y calculando el vector tensión según la dirección
de la normal y tangencial a dicha curva o superficie en el punto. Para el análisis en dos
dimensiones (2D) se aproxima la curva de rotura por “n” elementos de arco; y en tres
dimensiones (3D), se aproxima la superficie de rotura por “n” elementos cuadriláteros
(figura 17).

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a) Análisis en 2D b) Análisis en 3D

Elemento de
Elemento de superficie(Si)
arco(Li)
Curva de
rotura
t
t

 
 

Figura 17. Modelos para el cálculo del factor de seguridad (Oliva A. O., 1999).
Los procedimientos mencionados anteriormente son la base de varios códigos
informáticos, que constituyen valiosas herramientas para agilizar y mejorar la fiabilidad
del análisis de la estabilidad en taludes y laderas.
3. Evaluación cualitativa de la estabilidad
Las características intrínsecas de una ladera o talud y de la región en la que se ubican
estas formaciones tienen una gran influencia en la estabilidad geotécnica y se pueden
agrupar en factores condicionantes y desencadenantes.
Los métodos de cálculo descritos en los apartados anteriores, permiten tener en cuenta
la influencia de algunos de dichos factores y, con el desarrollo de la informática, se
pueden evaluar muchos y diversos escenarios que facilitan el análisis de la estabilidad.
Sin embargo, aún los análisis cuantitativos y los especialistas tienen que afrontar las
siguientes limitaciones:
 No todos los factores condicionantes y desencadenantes que influyen en la
estabilidad de taludes y laderas, pueden ser evaluados cuantitativamente con los
métodos de cálculo existentes,
 No todos los especialistas que afrontan problemas de análisis de estabilidad,
disponen de programas computacionales capaces de evaluar de forma rápida y
eficiente la influencia de los factores condicionantes y desencadenantes.
Lo anterior obliga a buscar soluciones alternativas que permitan evaluar cuantitativa o
cualitativamente la influencia de la mayor cantidad posible de factores que afectan la
estabilidad de los taludes y laderas. Una de estas soluciones es la utilización de
factores de valuación (Cuanalo et. al, 2007).

Estabilidad de taludes y laderas. Análisis cuantitativo y cualitativo.


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3.1 Factores de valuación


Los factores de valuación son un conjunto de parámetros que permiten evaluar la
influencia de un grupo importante de factores condicionantes y desencadenantes que
intervienen en la estabilidad de taludes y laderas. Las características de cada factor
deben tipificarse de manera adecuada para involucrar su efecto en el comportamiento;
una manera de hacerlo es asignándoles un intervalo de valores que indique su efecto
sobre la estabilidad de una ladera.
Cuanalo (2004 y 2007) propone factores de valuación con valores comprendidos entre
0 y 1 (seleccionados de manera arbitraria pero con sentido común y lógico), el primero
corresponde a un efecto nulo o mínimo sobre la estabilidad (no influye o influye muy
poco) y el segundo, al de mayor impacto sobre la misma (influye significativamente).
Los efectos no extremos se evalúan con valores intermedios.
En la tabla 2 se presenta un resumen de los factores de valuación que se proponen en
este trabajo, así como las principales características de las laderas y/o taludes, región o
parámetros de cálculo, tomadas en cuenta para determinarlos.
Tabla 2. Resumen de los factores de valuación propuestos.
Factor de valuación Concepto Obtenidos en función de:
Morfología y topografía Forma e inclinación de la ladera
Plegamientos
Geología Fracturación
Meteorización

Dependiente de las Propiedades físicas y mecánicas


características Suelos gruesos Inclinación de la ladera y ángulo de
intrínsecas de la ladera fricción interna
Mecánica de
suelos Suelos finos Inclinación de la ladera, altura, peso
volumétrico y resistencia no drenada
Inclinación de la ladera y grado de
Hidrogeología saturación del suelo
Espesor del suelo
Tipo de vegetación
Vegetación Densidad de follaje
Área cubierta
Tipo de raíz
Lluvia Precipitación promedio anual
Terremotos Coeficiente sísmico

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Características del suelo superficial


Erosión y socavación Área de la cuenca
Dependientes de las
condiciones Características del sistema de drenaje
regionales del sitio Cortes o excavaciones
Actividad humana Sobrecargas
Deforestación
Dependientes del Superficie de rotura Profundidad
cálculo de estabilidad
Factor de seguridad Valor cuantitativo

Se propone que los factores de valuación utilizados para el análisis de estabilidad de


una ladera según los conceptos que se muestran en la tabla 2, sean el valor medio de
los factores obtenidos en función de las características descritas en la misma tabla.
3.1.1 Factores para evaluar características intrínsecas de la ladera
Las características intrínsecas de una ladera corresponden a los aspectos físicos
naturales más importantes de las mismas como su morfología y topografía, geología,
tipos de suelos, condiciones hidrogeológicas y vegetación.
Morfología y topografía
Se proponen factores de valuación morfo-topográficos ( fmt ) que toman en cuenta la
morfología e inclinación máxima de la ladera pues su altura, aunque influye de manera
importante en la estabilidad, es considerada en los factores de valuación de mecánica
de suelos descritos más adelante. Se considera el efecto de un peso unitario del
terreno ( W =1) y se determinan sus componentes en las direcciones normal y paralela
a la inclinación del talud ( β ); esta última componente representa el peso de la masa de
suelo o roca que tiende a deslizar y cuyo valor es W senβ , propuesto como factor de
valuación (tabla 3).
Tabla 3. Factores de valuación morfo-topográficos.
Características de ladera Detalles intrínsecos
Morfología Plano Loma suave Loma fuerte Montañoso Escarpado
Inclinación 0 ÷ 5º 5 ÷ 15º 15 ÷ 30º 30 ÷ 53º > 53º
Factor de valuación fmt  senβ

Geología
Para evaluar la influencia de la geología se toma en cuenta la estructura geológica de
la formación rocosa, definida por su sistema de plegamientos y discontinuidades que
originan un comportamiento anisotrópico del material y de sus planos preferenciales de
falla, de manera que un determinado sistema de fallas o plegamientos con planos

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estratigráficos buzando hacia el talud, condicionan el tipo de falla y su magnitud.


[(Jumikis A., 1986); (González L., 2002); (Bolívar J., 1978)]. Otro aspecto importante
que se considera es la meteorización de los materiales, provocados por las condiciones
climáticas del sitio; principalmente la temperatura, humedad, lluvia, viento, insolación,
etc., que producen alteraciones físicas y químicas que desintegran las rocas y sus
minerales, provocando un amplio intervalo de variación en las propiedades geotécnicas
que dan origen a comportamientos mixtos entre suelo y roca, y que modifican
sustancialmente sus propiedades físicas y mecánicas. Bowles J. (1979); Rico A. y Del
Castillo H. (1986).
En la tabla 4 se proponen los factores de valuación geológicos ( fg ) que toman en
cuenta la presencia de plegamientos con inclinación ( α ), la fracturación de la roca
cuyos valores se determinaron a partir de la adecuación del coeficiente de debilidad
propuesto por Komarnitskii (Jumikis A., 1986), la meteorización (incluye la alteración
química y física), cuyos valores se obtuvieron de la adecuación de datos entre clima y
procesos de meteorización propuestos por Emblenton y Thurner (González L., 2002).
Además, se consideran las propiedades físicas y mecánicas de la roca.
Tabla 4. Factores de valuación geológicos.
Características Detalles intrínsecos / factor de valuación geológico ( fg )
de ladera
Plegamiento f g  sen 

Red Fracturas Fracturas Microfisuras Roca


densa, cada cerradas pocas monolítica
fractura 20 -30 cm juntas
Fracturación de la
junta
roca *
Muy mala Mala calidad Media calidad Buena calidad Muy
calidad RQD: 25 ÷ RQD: 50 ÷ 75% RQD: 75 ÷ buena
RQD < 50% 90% calidad
25% RQD 90 -
100%
1 ÷ 0.88 0.88 ÷ 0.75 0.75 ÷ 0.50 0.50 ÷ 0.20 0.20 ÷ 0
Química Muy Intensa Moderada Baja Muy baja
intensa
PropiedaMeteorización +

1 0.75 ÷ 1 0.50 ÷ 0.75 0.25 ÷ 0.50 < 0.25


Física Muy Intensa Moderada Baja Muy baja
intensa
1 0.75 ÷ 1 0.50 ÷ 0.75 0.25 ÷ 0.50 < 0.25
Físicas f g  1  Ds / D e 
des

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Mecánica f g  1  Ds / D e 
s
Notas: * Adecuación del coeficiente de debilidad de rocas propuesto por Komarnitskii (Jumikis A,
1986),
+ Adecuación de las gráficas de relación entre clima y los procesos de meteorización propuestos
por Emblenton y Thurner (González L, 2002).

Nota. El término D s corresponde a las propiedades de la roca obtenidas en el laboratorio (se


propone utilizar el peso volumétrico para las propiedades físicas y la resistencia a la compresión
simple para las propiedades mecánicas). El valor de D e se refiere a las propiedades mencionadas
anteriormente pero obtenidas de la literatura técnica considerando el macizo rocoso.

Mecánica de suelos
Para los factores de valuación de mecánica de suelos ( fms ) se toma en cuenta el tipo
de suelo presente en el talud o ladera, clasificados en suelos gruesos y suelos finos
según el Sistema Unificado de Clasificación de Suelos SUCS [(Das B. M., 2001);
(Juárez E. y Rico A., 2003); (Whitlow R., 1998)]. Para los suelos gruesos se considera
su compacidad definida por el ángulo de fricción interna, como principal factor que
gobierna su comportamiento; mientras que para los suelos finos se toma en cuenta la
altura e inclinación del talud, su peso específico y su consistencia en función de la
cohesión.
Aunque en la naturaleza es común encontrar suelos gruesos mezclados con finos, se
propone tratar de manera independiente los suelos friccionantes y cohesivos. En los
primeros se consideran las gravas y arenas bien y mal graduadas, y en los segundos
se incluyen las arcillas, limos y los suelos orgánicos, todos ellos de baja y alta
compresibilidad.
- Suelos friccionantes
Como la estabilidad general de un talud o ladera formada por suelos friccionantes
depende fundamentalmente de la resistencia del suelo y por tanto de su compacidad y
también depende de la inclinación del talud. El factor de seguridad se puede determinar
de manera sencilla mediante la ecuación:
tan φ
Fs  (57)
tan β
Donde:
Fs = Factor de seguridad
 = Ángulo de fricción interna del suelo
β = Ángulo de inclinación de la ladera
La condición de estabilidad crítica se presentará cuando el ángulo del talud ( β ) sea
igual al ángulo de fricción interna del suelo (  ), en este caso Fs =1 y la ladera estará en
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una condición de equilibrio crítico, por lo que el factor de valuación de mecánica de


suelos ( fms ) será también unitario; cuando el factor de seguridad ( Fs ) sea igual a 1.5
(valor propuesto como límite inferior), el comportamiento será estable y entonces el
factor de valuación es igual a cero ( fms = 0). En la figura 18 se presentan los factores de
valuación para suelos friccionantes, en función del ángulo de fricción (  ), de la
inclinación del talud ( β ) y del factor de seguridad ( Fs ).

Figura 18. Factores de valuación para suelos friccionantes.


- Suelos cohesivos
Para una ladera o talud constituido por suelos cohesivos, la estabilidad depende de su
altura, inclinación y propiedades resistentes. Todas estas variables se presentan
relacionadas de manera sencilla en las fórmulas del método de Taylor para el análisis
de estabilidad [(Whitlow R., 1998); Braja (2001); (González L., 2002); (Suárez J., 1998);
(Winterkorn y Fang, 1987)]. Dichas fórmulas son:
Ns c Hc
Hc  y Fs 
γ H
Donde:
Fs = Factor de seguridad

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Ns = Factor de estabilidad definido en el método de Taylor

Hc = Altura crítica
c = Cohesión
H = Altura del talud
γ = Peso específico
A partir de las ecuaciones anteriores se obtuvieron los factores de valuación de
mecánica de suelos tomando en cuenta las siguientes consideraciones:
 Cuando el Fs  1 se tiene una condición de equilibrio límite y por lo tanto la altura del
talud corresponde a la altura crítica ( H  Hc ). En este caso se tendrá un factor de
valuación fms  1 que representa una condición de riesgo potencial.

 A medida que el factor de seguridad aumenta, la estabilidad mejora y fms disminuirá.


Cuando Fs  1,5 , que es el valor mínimo aceptable, se tendrá un factor de
valuación nulo ( fms  0 ).
 Por tanto, valores del factor de seguridad entre 1 y 1.5, corresponden a valores
intermedios entre 1 y 0 para el factor de valuación ( fms ).
La gráfica de la figura 19 relaciona la altura del talud ( H ), la cohesión del suelo ( c ), el
peso específico ( γ ) la inclinación de la ladera ( β ) y los factores de valuación ( f ms )
propuestos.

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Figura 19. Factores de valuación para suelos cohesivos.


Condiciones hidrogeológicas
La presencia de agua afecta significativamente la estabilidad de un talud o ladera
produciendo los siguientes desordenes [González L. (2002); Suárez J. (1998)]:
 Reducción de resistencia cortante del terreno al disminuir la tensión efectiva
 Aumento de la presión sobre grietas de tracción con el correspondiente incremento
de las fuerzas desestabilizantes
 Incremento del peso del terreno por saturación
 Erosión interna por flujo subterráneo
 Meteorización y cambios en la composición mineralógica del material
 Apertura de discontinuidades por agua congelada, etc.
Los factores de valuación hidrogeológicos ( fh ) se obtienen en función del grado de
saturación del suelo ( Gw ), el ángulo de inclinación de la ladera ( β ) y el espesor del
estrato de suelo ( e ).
La relación de dichos factores con el grado de saturación del suelo y el ángulo de
inclinación de la ladera se presenta en la fórmula: fh  Gw senβ . Y se representa
gráficamente en la figura 20.

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Figura 20. Factores de valuación según el grado de saturación e inclinación del talud o ladera.
Para establecer la relación entre los factores hidrogeológicos y el espesor de suelo, se
toma en cuenta el perfil probable de meteorización de la ladera que puede incluir suelo
residual, roca completamente meteorizada, moderadamente meteorizada, levemente
meteorizada y roca sana. Se considera que cuando el espesor del estrato de suelo es
pequeño, este queda anclado a los estratos más profundos por medio de las raíces de
los árboles. Por el contrario, para espesores mayores de suelo la superficie de
deslizamiento será más profunda incrementando el riesgo de fallo. En la tabla 5 se
indican los valores de factores de evaluación propuestos.
Tabla 5. Factores de valuación hidrogeológicos según el espesor del suelo.
Espesor de suelo ( e ) Superficie de falla Factor f h  0,05 e
< 1.5 m Superficial 0 ÷ 0.075
1.5 a 5 m Somera 0.075 ÷ 0.25
5 a 12.5 m Profunda 0.25 ÷ 0.625
12.5 a 20 m Muy profunda 0.625 ÷ 1

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Vegetación
Existen evidencias que demuestran el efecto positivo que tiene la vegetación en la
estabilidad de una ladera natural o de un talud. Para tomar en cuenta dicho efecto de la
vegetación sobre la estabilidad de la ladera, se requiere investigar el tipo de
vegetación, su volumen, densidad del follaje, el área cubierta y la profundidad de las
raíces. Algunos autores proponen además determinar el tamaño, ángulo de inclinación
y aspereza de las hojas, altura total de la cobertura vegetal, presencia de diferentes
tipos de cobertura, así como forma, profundidad, diámetro, densidad, cubrimiento y
resistencia de las raíces. Suárez J. (1998).
Se proponen los factores de valuación de la vegetación ( fv ) dependientes del tipo de
vegetación, de la densidad de follaje que amortigua el impacto de las gotas de lluvia,
del área cubierta por la vegetación y de la profundidad de las raíces que absorben agua
del subsuelo y permiten el anclaje a la roca (tabla 6); todos ellos se obtuvieron de una
interpolación lineal considerando valor cero (0) para efecto mínimo sobre la estabilidad,
y uno (1) para efecto significativo.
Tabla 6. Factores de valuación según la vegetación.
Características de Factor de valuación en vegetación ( f v )
la vegetación
Tipo de vegetación Árbol Arbusto Hierba o matorral Pasto
0 0.33 0.66 1
Densidad de Nulo o escaso Poco Medio Espeso Muy espeso
follaje*
1 0.7 0.5 0.2 0
Área cubierta por la Nulo ¼ área ½ área ¾ área total
vegetación
1 0.75 0.5 0.25 0
Profundidad de la Somera Superficial Media Profunda Muy profunda
raíz
< 0.3 m 0.3 ÷ 0.5 m 0.5 ÷ 1.5 m 1.5 ÷ 3.0 m > 3.0 m
1 ÷ 0.92 0.92 ÷ 0.85 0.85 ÷ 0.52 0.52 ÷ 0 0
Nota: * Se propone evaluar la densidad del follaje con el porcentaje de sol que pasa a través de las
hojas en el área que proyecta la copa del árbol en verano.

3.1.2 Factores para evaluar condiciones regionales


Algunas características y condiciones de la región donde se ubica la ladera pueden
afectar de manera significativa su estabilidad. Se presentan factores de valuación para
considerar el efecto de la lluvia, los terremotos, la erosión y socavación, y la actividad
humana.
Lluvia

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La lluvia es uno de los principales factores que afecta la estabilidad de taludes y


laderas; muchos deslizamientos ocurren durante o después de los periodos de lluvia y
las áreas donde se registra mayor precipitación anual presentan más problemas de
estabilidad debido, entre otros factores, a la existencia de acuíferos colgados con
mayores caudales de flujo subterráneo y materiales más meteorizados. Los
deslizamientos superficiales debidos a lluvias torrenciales, dependen del efecto
combinado de infiltración y pérdida de cohesión aparente, los cuales son influenciados
por la cantidad de lluvia y la duración de la tormenta (Manzini M. y Rabuffetti D., 2003).
Se proponen factores de valuación por lluvia ( fll ) determinados mediante interpolación
lineal a partir de los datos de precipitación promedio anual, aunque se podría tomar en
cuenta además la intensidad de la lluvia en un periodo de tiempo y su distribución
(tabla 7).
Tabla 7. Factores de valuación por lluvia
Características de lluvia Factor de valuación de lluvia ( f ll )

Precipitación promedio < 400 400 - 800 800 - 1500 1500 - 3000 3000 -4500
anual mm mm mm mm mm
Clasificación Muy baja Baja Media Alta Muy alta
Factor de valuación < 0.09 0.09 ÷ 0.18 0.18 ÷ 0.33 0.33 ÷ 0.67 0.67 ÷ 1
f ll = 2.2 x 10-4 P
P = precipitación promedio anual en mm

Terremotos
Los terremotos son agentes detonantes que originan deformaciones y roturas de
laderas. La sacudida sísmica puede provocar desprendimientos de bloques,
deslizamientos, flujos y avalanchas dependiendo de las características intrínsecas de la
ladera natural y de la magnitud y distancia al epicentro (Kramer S., 1996).
Se proponen factores de valuación por terremotos ( ft ) determinados a partir de una
correlación lineal con los coeficientes de diseño sísmico, estos últimos obtenidos en
función del tipo de terreno (firme, transición o compresible), la frecuencia con la que
ocurre el evento y la aceleración del suelo, esta última en función de la magnitud e
intensidad de los movimientos (tabla 8).
Tabla 8. Factores de valuación por terremoto (república mexicana).
Zona Tipo de Coeficiente sísmico Factor de valuación
sísmica suelo ( Cs ) ft  1,1628Cs
Firme 0.08 0.09
A Transición 0.16 0.19
Compresible 0.20 0.23

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Firme 0.14 0.16


B Transición 0.30 0.35
Compresible 0.36 0.42
Firme 0.36 0.42
C Transición 0.64 0.74
Compresible 0.64 0.74
Firme 0.50 0.58
D Transición 0.86 1
Compresible 0.86 1
Datos tomados de la regionalización sísmica de la República Mexicana

La regionalización sísmica de la República Mexicana, cuya clasificación se representa


en la tabla 8, establece además que en la Zona Sísmica A no se han reportado sismos
en los últimos 80 años y la aceleración del suelo es menor que el 10% de la
aceleración de la gravedad, mientras que en la Zona Sísmica D los sismos son muy
frecuentes y la aceleración del suelo supera el 70% de la aceleración de la gravedad.
Erosión y socavación
Se propone determinar los factores de valuación por erosión y socavación ( fes ), a partir
de las características geométricas de la cuenca (largo y ancho), considerando que la
forma de ésta influye en el hidrograma de la corriente, el cual representa el caudal que
determina la magnitud de los problemas de erosión. También se tuvieron en cuenta las
características del sistema de drenaje definidas por su densidad (sumatoria de la
longitud de las corrientes tributarias entre el área total de la cuenca), considerando que
a mayor densidad de drenaje se tendrán mayores caudales en la corriente [(Springall
R., 1970); (Suárez J., 2001)]. Finalmente se incluyen las características del terreno
evaluadas en función de su capacidad de infiltración. En los gráficos de la figura 21 se
presentan los factores de valuación por erosión y socavación propuestos.

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a) Características de la cuenca b) Densidad de drenaje

c) Infiltración del terreno

Figura 21. Factores de valuación por erosión y socavación.


Actividad humana
Se ha demostrado la existencia de una relación entre la ocurrencia de deslizamientos
en algunas laderas y la rapidez de los procesos de urbanización desarrollados en la
zona donde se encuentra. Los casos más graves se han registrado en áreas
Estabilidad de taludes y laderas. Análisis cuantitativo y cualitativo.
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geotécnicamente susceptibles y con desarrollo urbano rápido y desordenado (Suárez


J., 1998). Dado que las acciones del hombre influyen directamente sobre la naturaleza,
se propone evaluar este factor tomando en cuenta los cortes o excavaciones, los
rellenos, las sobrecargas y la deforestación. Todas estas acciones antrópicas modifican
las condiciones y esfuerzos sobre las laderas introduciendo cambios en su geometría,
hidrogeología, incremento de las tensiones, disminución de sus propiedades
mecánicas, etc. (Winterkorn H. y Fang Y., 1987).
Se proponen factores de valuación por actividad humana ( fah ), que toman en cuenta la
presencia de cortes y/o excavaciones, sobrecargas debido a edificaciones y la
deforestación del área en estudio (tabla 9).
Tabla 9. Factores de valuación por actividad humana.
Acciones de la Factores de valuación por actividad humana ( fah )
actividad
Cortes o Estabilizados por procesos constructivos eficientes No estabilizados
excavaciones
0 1
Sobrecargas Casas de 1 Casas de 2 pisos Casas de 3 pisos Casas de 4 pisos
piso
w = 10 KN/m2 w = 20 KN/m2 w = 30 KN/m2 w = 40 KN/m2
f ah (según figura 7.5)
Deforestación Nula Leve Media Alta Total
0% área 25% área 50% área 75% área 100% área
0 0.25 0.50 0.75 1
w = Presión sobre el terreno

Los factores de valuación por concepto de sobrecargas se obtuvieron tomando en


cuenta las cargas medias (los esfuerzos medios) que transmiten las construcciones al
terreno de cimentación y la densidad de la población, ambos con incidencia directa en
el comportamiento y estabilidad de un talud o ladera (Cuanalo, 2004), y se pueden
determinar en el gráfico de la figura 22.

Estabilidad de taludes y laderas. Análisis cuantitativo y cualitativo.


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Figura 22. Factores de valuación por sobrecargas.


Factores para evaluar el cálculo de la estabilidad
Los resultados del análisis cuantitativo de estabilidad de un talud o ladera incluyen, en
la mayoría de los casos, el cálculo del factor de seguridad contra el deslizamiento y la
ubicación de la superficie probable de rotura. Estos datos no son factores propiamente
dichos que incidan en la estabilidad de la ladera pero sugerimos tomarlos en cuenta
para obtener los factores de valuación de estabilidad ( fe ), en función de la profundidad
de la superficie de rotura (superficial, somera, profunda y muy profunda) y del valor del
factor de seguridad obtenido en los cálculos. En la tabla 10 se presentan los factores
de valuación de estabilidad.
Tabla 10. Factores de valuación de estabilidad.

Características del Factor de valuación de estabilidad ( f e )


análisis de estabilidad
Superficie de rotura Superficial Somera Profunda Muy profunda
< 1.5 m 1.5 ÷ 5 m 5 ÷ 12.5 m 12.5 ÷ 20 m
0.25 0.50 0.75 1

Factor de seguridad ( Fs ) Inestable Estabilidad crítica Estable

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Fs < 1 Fs : 1 ÷ 1.5 Fs > 1.5


1 0.75 0

3.1.3 Intervalos de influencia de los factores de valuación


Recordemos que los factores de valuación propuestos varían entre 0 y 1, el primer
valor representa un impacto mínimo sobre la estabilidad y el segundo, un impacto
significativo. Por tanto, al realizar el análisis de la estabilidad de una ladera utilizando
estos factores, es necesario definir los intervalos y niveles de influencia de los mismos.
En la tabla 11 se presentan los intervalos propuestos para los factores de valuación,
sus niveles de influencia sobre la estabilidad de la ladera, así como las consideraciones
derivadas de estos.
Tabla 11. Intervalos y nivel de influencia de los factores de valuación.
Factor de valuación Nivel de influencia Consideraciones
< 0.5 Bajo No tiene problemas
0.5 ÷ 0.75 Medio Requiere atención
> 0.75 Alto Atención urgente

Los factores de valuación constituyen una valiosa herramienta para el estudio de


riesgos sobre la estabilidad de taludes y laderas, que permite establecer la mayor o
menor influencia de los factores condicionantes y desencadenantes sobre el
comportamiento de las mismas, a la vez que facilita el trabajo de los especialistas.
El uso de dichos factores:
 Permite estudiar la influencia, en la estabilidad, de diversos factores que no son
tenidos en cuenta en los métodos de cálculo y programas informáticos existentes
 Permite crear mapas de isoriesgos de inestabilidad de taludes y laderas en una
región
 Facilita la selección de los procesos constructivos más apropiados para la
estabilización de taludes y laderas inestables así como la toma de decisiones, por
las autoridades competentes, en las zonas de riesgo.
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