La aplicación temporal de la ley

procesal penal en el marco

de la investigación preparatoria:
perspectiva crítica sobre la Casación
Nº 309-2015-Lima
“Si la historia de las penas es una historia de horrores, la his-
toria de los juicios es una historia de errores” (Luigi Ferrajoli)

Roberto Carlos VILCHEZ LIMAY*

El autor analiza de manera crítica la Casación Nº 309-2015-Lima, explicando la

RESUMEN
real naturaleza de la prórroga del plazo de investigación preparatoria, que se con-
figura como un acto procesal dependiente a una actuación procesal precedente, que
es la fijación de un plazo inicial. Asimismo, expone el contenido esencial del princi-
pio tempus regit actum, sosteniendo que debe ser interpretado en clave con el prin-
cipio de favorabilidad penal.

I. Introducción

Son pocas las temáticas que en el mundo del

MARCO NORMATIVO
Derecho Penal y Procesal Penal están dadas
• Constitución Política del Estado: arts. 103, 109 y 139 por sentadas. Cada institución, principio y
incs. 11 y 20.
disposición legal siempre es susceptible de
• Código Procesal Penal de 2004: arts. VII, 321 inc. 1,
342 inc. 2 y 427 inc. 4.
debate dogmático, doctrinario y jurispruden-
cial para establecer su real contenido o signi-
• Ley Nº 30077: pássim.
ficancia normativa.
• Código Procesal Civil de 1993: segunda disposición
complementaria y final.
Así, a partir de un pronunciamiento de la Sala
Penal Permanente de la Corte Suprema de
PALABRAS CLAVES: Tempus regit actum / Investigación
preparatoria / Prórroga / Principio de favorabilidad. Justicia de la República, la Casación Nº 309-
2015-Lima, donde se desarrolla el tópico de
Fecha de envío: 09/06/2016 la aplicación de la ley procesal en el tiempo,
Fecha de aprobación: 16/06/2016 se ha retomado la discusión de dicho insti-
tuto en los foros académicos y judiciales.

* Miembro principal del Taller de Dogmática Penal de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y miembro
del Taller de Derecho Procesal Penal “Florencio Mixán Mass” de la misma universidad. Asistente de cátedra de
Derecho Procesal Penal en la misma casa de estudios. Miembro del área legal de Gaceta Jurídica S.A.

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Dicha resolución debe rastrearse como el
origen y aliciente del presente artículo, el
cual pretende establecer el correcto alcance
normativo del principio tempus regit actum,
para así contribuir en el esclarecimiento con-
ceptual de esta institución; disintiendo del
criterio que han asumido nuestros magistra-
dos supremos (en mayoría1), en el entendido
de que estarían incurriendo en una motiva-
ción aparente2, al considerar a la prórroga
como un acto procesal “autónomo” del plazo
inicial, que permitió su origen.
Sin más preludios, desarrollar este trabajo,
teniendo como motivación generar eco en la
doctrina y jurisprudencia nacional, para que
de alguna forma se pueda revertir el criterio
adoptado por nuestra Corte Suprema sobre
dicho instituto.
II. La aplicación de la ley procesal
en el tiempo
1. Nociones generales
Nuestra Constitución Política, en su artículo
109, proclama que: “La ley es obligatoria
desde el día siguiente de su publicación en
el diario oficial, salvo disposición contraria
de la misma ley que posterga su vigencia en
todo o en parte”.
Una interpretación teleológica de este pre-
cepto constitucional nos indica que cuando
el constituyente se refiere a “ley” no solo está
haciendo alusión a los dispositivos legales de
naturaleza material, sino también a los que
revisten un cariz adjetivo o procesal.
Dicho esto, no debemos olvidar que las
normas procesales son aquellas destinadas
a la protección jurisdiccional de los dere-
chos, afectando a los órganos y sujetos del
proceso, los actos, relaciones y situaciones
procesales, los requisitos y efectos que se
observan dentro de aquel, por el juez y por
las partes3.
Ahora bien, las normas procesales, en gene-
ral, se rigen bajo el principio tempus regit
actum, en virtud del cual la ley procesal
aplicable en el tiempo es la que se encuen-
tra vigente al momento en que se resuelve
el acto procesal. En ese mismo sentido, la
segunda disposición complementaria y final
del Código Procesal Civil establece que:
“Las normas procesales son de aplicación
inmediata, incluso al proceso en trámite.
Sin embargo, continuarán rigiéndose por la
norma anterior: las reglas de competencia,
los medios impugnatorios interpuestos, los
actos procesales con principio de ejecución
y los plazos que hubieran empezado”; seña-
lando así una regla en la aplicación tempo-
ral de las leyes procesales, como a su vez,
consignando determinados supuestos que se
establecen como excepciones a esta; situa-
ciones específicas, que como veremos más

1 Existe el voto discordante del juez supremo Pariona Pastrana con quien, en esta oportunidad, coincidimos en
algunas líneas argumentativas, las que serán objeto de cita en el decurso de nuestro escrito.
2 Existe motivación aparente cuando una determinada resolución judicial si bien contiene argumentos o razones
de Derecho o de hecho que justifican la decisión del juzgador, no resultan pertinentes para tal efecto, sino que
son falsos, simulados o inapropiados en la medida que en realidad no son idóneos para adoptar dicha decisión.
(Exp. Nº 01939-2011-PA/TC, fundamento jurídico 26). Asimismo, sobre algunas consideraciones que se deben
tenerse en cuenta en lo atinente al contenido garantizado por el derecho a la motivación de las resoluciones judi-
ciales, tenemos: “La motivación aparente, es posible en tres circunstancias: a) Al no dar cuenta de las razones
mínimas que sustentan la decisión; b) Al no responder las alegaciones de las partes del proceso; c) Cuando solo
por intentar dar cumplimiento formal a un mandato, se ampara en frases sin sustentos fácticos o jurídicos
(Exp. N° 3943-2006-PA/TC, fundamento jurídico 10).
3 CORDÓN MORENO, Faustino. Introducción al Derecho Procesal. Eunsa. Pamplona, 1995, pp. 20-21.

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 DERECHO PROCESAL PENAL | NUEVO PROCESO PENAL
Comentario relevante
del autor
El principio de favorabilidad en la
aplicación de las leyes no solo rige en
el Derecho Penal, sino también en el
Derecho Procesal Penal; en ese mar-
co, tanto el principio del tempus regit
actum como el de favorabilidad de-
ben ser interpretados y aplicados de
manera sistemática y armoniosa.
adelante, también han sido recogidos, en su
gran mayoría, por la regulación del Derecho
Procesal Penal.
De otro lado, debemos de señalar que el
artículo 103 del mismo texto constitucional
fundamental, prescribe que: “(…) La ley,
desde su entrada en vigencia, se aplica a las
consecuencias de las relaciones y situaciones
jurídicas existentes y no tiene fuerza ni efec-
tos retroactivos; salvo, en ambos supuestos,
en materia penal cuando favorece al reo
(…)”; así, la norma constitucional, a nuestro
criterio, prescribe el principio de favorabili-
dad en la aplicación de las leyes en asuntos
penales, cuyo ámbito no solo comprende al
Derecho Penal sustantivo, sino también al
Procesal; en ese marco, tanto el principio
del tempus regit actum como el principio de
favorabilidad deben ser interpretados y apli-
cados de manera sistemática y armoniosa,
atendiendo a que ambos se configuran como
mandatos de optimización que se caracteri-
zan porque pueden ser cumplidos en diver-
sos grados.
2. Su aplicación en el proceso penal
En el Derecho Procesal Penal, e inserto en
este, el proceso penal, se sitúa el principio
GACETA PENAL & PROCESAL PENAL | Nº 85 • JULIO 2016 • ISSN: 2075-6305 • pp. 259-270
tempus regit actum, el cual importa que la
disposición procesal penal es de aplicación
inmediata, aun en los procesos en trámite,
y es la que rige al tiempo del acto procesal;
mandato de optimización procesal que tiene
su regulación normativa en el artículo VII,
inciso 1 del Título Preliminar del CPP de
2004, el cual señala que: “La ley procesal
es de aplicación inmediata, incluso al pro-
ceso en trámite, y es la que rige al tiempo
de la actuación procesal. Sin embargo, con-
tinuarán rigiéndose por la Ley anterior, los
medios impugnatorios ya interpuestos, los
actos procesales con principio de ejecución y
los plazos que hubieran empezado”.
Es decir, cuando se trata de medios impug-
natorios, actos procesales con principio de
ejecución y plazos, estos deberán de seguir
rigiéndose por la norma procesal anterior.
Ejemplos:
a) Si una persona interpone un recurso de
apelación previsto en la ley y posterior-
mente una nueva ley niega este recurso,
el juez deberá concederlo, porque la
norma anterior impone un deber al juez,
quien no puede sustraerse a su mandato.
b) Si realizamos una inspección judicial de
varias hectáreas para encontrar huellas
del delito y suspendemos la diligencia
para realizarlas en diversos días, si se
cambiase la norma que regula esta actua-
ción, se aplicará igualmente la anterior.
c) En cuanto a los plazos, estos deberán
transcurrir hasta su término de acuerdo a
las pautas con las que se iniciaron. Ante
la supresión o modificación de la dispo-
sición normativa que regulaba un plazo,
esta se aplicará ultraactivamente hasta
que el plazo culmine.
Una visión similar es la de San Martín Cas-
tro, quien afirma que a fin de evitar la inde-
fensión que generaría cambios sorpresivos
261
en la legislación procesal a partir de la cual
se estructuró la correspondiente estrategia
procesal y la eficacia de los actos procesales,
el artículo VII.1 del Título Preliminar del
CPP de 2004 prescribe que seguirán rigién-
dose por la ley anterior, los medios impug-
natorios ya interpuestos, los actos procesales
con principio de ejecución y los plazos que
hubieran empezado –referidos a los medios
de impugnación y a todo tipo de actuaciones
procesales, incluyendo por cierto las medi-
das limitativas restrictivas de derechos-. Esta
norma no hace sino atemperar la aplicación
natural del principio de derogación mediante
la incorporación positiva de los principios
de conservación y coherencia lógica de las
normas en cada caso particular4.
En esa misma línea de pensamiento, Bur-
gos Mariños señala que el principio de
aplicación inmediata de la norma procesal
se atempera y admite algún matiz de fle-
xibilidad, como la referida a la aplicación
ultraactiva de la ley anterior cuando se trata
de medios impugnatorios ya interpuestos,
actos procesales con principio de ejecución
y plazos ya iniciados5.
III. Interpretación correcta del
artículo VII.1 del Título Preliminar
del CPP de 2004: a propósito de
la Casación Nº 309-2015-Lima
1. El plazo de la investigación preparato-
ria y su prórroga
Un proceso penal ordinario o común está
estructurado de manera tripartita, teniendo
definidas tres fases: la investigación prepa-
ratoria, la etapa intermedia y el juicio oral.
4 SAN MARTÍN CASTRO, César. Derecho Procesal Penal. Lecciones. Inpeccp y Cenales, Lima, 2015, pp. 26-27.
5 BURGOS MARIÑOS, Víctor. “Aplicación de la ley procesal penal”. En: Enciclopedia Jurídica Mixán. Intro-
ducción al proceso penal. Título Preliminar. Volumen I, BLG, Trujillo, 2013, p. 285.
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En ese sentido, la primera de estas fases debe
ser entendida como aquella etapa en la que el
Ministerio Público despliega toda una serie
de actos de investigación a efectos de recabar
elementos de prueba que permitan construir
una teoría del caso y sustentar una acusación
o, ante la ausencia de dichos elementos de
prueba, solicitar un requerimiento de sobre-
seimiento de la causa.
Esto cual guarda total consonancia con la
finalidad que le consigna a esta etapa el CPP
de 2004, en su artículo 321.1: “La investiga-
ción preparatoria persigue reunir los elemen-
tos de convicción, de cargo y de descargo,
que permitan al fiscal decidir si formula o no
acusación y, en su caso, al imputado prepa-
rar su defensa. Tiene por finalidad determi-
nar si la conducta incriminada es delictuosa,
las circunstancias o móviles de la perpetra-
ción, la identidad del autor o partícipe y de
la víctima, así como la existencia del daño
causado”.
Ahora bien, esta actividad indagatoria no
puede ser ilimitada en el tiempo, pues ello
colisionaría claramente con la garantía que
posee toda persona de que se le investigue
y procese dentro un plazo razonable, lo
que, a su vez, afectaría el derecho al debido
proceso.
En ese marco, advertimos que el artículo
342.2 del CPP de 2004, que regula el plazo
de la fase de investigación preparatoria y su
prolongación, después de haber sido modi-
ficado por la tercera disposición comple-
mentaria modificatoria de la Ley Nº 30077,
del 20 agosto 2013, la cual entró en vigencia
el 1 de julio de 2014, tiene el siguiente tenor:
 DERECHO PROCESAL PENAL | NUEVO PROCESO PENAL
“Artículo 342.- Plazo
(…)
2. Tratándose de investigaciones comple-
jas, el plazo de la investigación prepara-
toria es de ocho meses. Para el caso de
investigación de delitos perpetrados por
imputados integrantes de organizaciones
criminales, personas vinculadas a ella o
que actúan por encargo de la misma, el
plazo de la investigación preparatoria es
de treinta y seis meses. La prórroga por
igual plazo debe concederla el juez de la
investigación preparatoria.
(…)”.
Sin embargo, a efectos de análisis de la ins-
titución in comento, es menester dar referen-
cia a cómo estaba configurada la regulación
anterior de dicha disposición legal. Así, el
artículo 342.2 del CPP de 2004, antes de su
modificación, señalaba que:
“2. Tratándose de investigaciones com-
plejas, el plazo de la investigación prepa-
ratoria es de ocho meses. La prórroga por
igual plazo debe concederla el juez de la
investigación preparatoria”.
Apreciándose que la nueva redacción del
citado artículo ya no solo alberga el plazo
de investigación preparatoria para casos
complejos, sino también para situaciones en
donde se esté indagando a personas que for-
men parte o que tengan alguna ligazón con
organizaciones criminales, siendo el plazo,
en este nuevo supuesto, de 36 meses, prorro-
gables por 36 meses adicionales.
En este mismo entorno propedéutico, resulta
importante resaltar que la teoría del Derecho
6 MANZINI, Vincenzo. Tratado de Derecho Procesal Penal. Tomo III, Ediciones Jurídicas Europa-América, Bue-
nos Aires, 1952, p. 76.
7 CLARIÁ OLMEDO, Jorge. Derecho Procesal Penal. Tomo II, Rubinzal Culzoni, Buenos Aires, 1996, p. 187.
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Comentario relevante
del autor
En la investigación preparatoria, el
Ministerio Público despliega una se-
rie de actos a fin de recabar elemen-
tos de prueba que permitan construir
su teoría del caso y sustentar la acu-
sación o, ante la ausencia de aque-
llos, solicitar el sobreseimiento de la
causa.
Procesal nos informa que el tiempo lineal,
inserto en el proceso, se representa en el con-
cepto jurídico del plazo.
En ese sentido, Manzini ha señalado que
el plazo, en el Derecho Procesal Penal, “es
toda condición de tiempo puesta al ejerci-
cio de una determinada actividad procesal”6.
Asimismo, Clariá Olmedo sostiene que el
plazo consiste en el lapso que emplaza el
acto dentro del proceso o lo desplaza después
de este, imperativa o no imperativamente. Se
extiende asimismo al emplazamiento de un
momento del proceso, como el fijado para
la investigación instructora, y también a un
tiempo de no actividad para la obtención de
determinados efectos, como la falta de ins-
tancia del querellante. El término es sola-
mente el final del plazo7.
Después de esta referencia normativa y con-
ceptual, lo que corresponde es el examen de
la Casación Nº 309-2015-Lima, para susten-
tar nuestra posición sobre el criterio man-
tenido por la Corte Suprema al resolver lo
263
atinente a la prórroga del plazo de la inves-
tigación preparatoria, tema que se constituye
como el quid del asunto en dicha casación.
2. Análisis de la Casación Nº 309-
2015-Lima
Debemos señalar que, en el presente caso,
lejos de requerir lo que Dworkin proponía,
un modelo de juez omnisciente –el célebre
Hércules– que es capaz de solucionar los
casos difíciles y encontrar respuestas correc-
tas para todos los problemas8, no estábamos
en una situación de incertidumbre por no
saber cuál es la norma correcta a aplicar, sino
ante un escenario donde ya se tenía el dis-
positivo legal pertinente, restando simple-
mente que los jueces supremos establezcan
su correcta interpretación.
En este punto es importante señalar que el
recurso de casación es un medio impugna-
torio extraordinario, que produce los efectos
devolutivo, no suspensivo y extensivo en lo
favorable, mediante el cual se somete a la
Sala Penal de la Corte Suprema el conoci-
miento, a través de motivos o causales tasa-
das, de determinas sentencias y autos defi-
nitivos dictados en apelación por las Cortes
Superiores, con el fin de lograr la anulación
de la recurrida, en razón de la existencia de
vicios en la aplicación e interpretación de
las normas de Derecho objetivo, aplicables
al caso9; constituyéndose, asimismo, es una
institución para que nuestros jueces supre-
mos establezcan una correcta línea herme-
néutica de la norma penal o procesal penal,
unificando criterios y asentando doctrina
jurisprudencial.
Es por ello que en el caso de la Casación
Nº 309-2015-Lima (caso Gregorio Santos)
8 CALSAMIGLIA, Albert. “Prólogo: Ensayo sobre Dworkin”. En: DWORKIN, Ronald. Los derechos en serio. 1ª
edición, 5ª reimpresión, Ariel, Barcelona, 2002, p. 14.
9 SAN MARTÍN CASTRO, César. Ob. cit., p. 710.
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Comentario relevante
del autor
La prórroga per se, como institución
procesal, no existe si anteriormen-
te no se ha fijado un plazo de reali-
zación de un acto procesal inicial.
No es viable que el fiscal u otro suje-
to procesal solicite una prórroga sin
que previamente haya existido el re-
corrido temporal de algún acto proce-
sal precedente.
resultó pertinente que la defensa haya inter-
puesto recurso de casación ante la instancia
suprema. Al respecto, es menester hacer un
breve recorrido del itinerario procedimental
que siguió esta causa para llegar la casación
que comentamos.
En ese sentido, tenemos que:
a) La Fiscalía comenzó a investigar a Gre-
gorio Santos en setiembre de 2012.
b) Luego, el 13 de mayo del 2014, forma-
lizó investigación preparatoria (fecha en
la que el artículo 342.2 establecía como
plazo máximo de duración de investiga-
ción 8 meses).
c) El 30 de diciembre del 2014, solicitó la
prórroga del plazo de investigación pre-
paratoria por 14 meses ante el Segundo
Juzgado de Investigación Preparatoria
Nacional, el que, a través de la reso-
lución Nº 4, de fecha 19 de enero del
2015, decidió declarar fundado en parte
dicho requerimiento, prorrogando la
 DERECHO PROCESAL PENAL | NUEVO PROCESO PENAL
investigación por once meses. Para esta
fecha, ya se encontraba vigente la Ley
Nº 30077, que comenzó a regir desde el
1 de julio del 2014, y que modificó el
artículo 342.2 regulando el plazo de 36
meses de investigación para los casos de
crimen organizado, así como su posible
prolongación por 36 meses más.
d) Ante ello, las diversas partes procesales
interpusieron recurso de apelación ante
la Sala Penal de Apelaciones Nacional,
la que decidió confirmar la resolución de
primera instancia.
e) Por último, los procesados Santos Gue-
rrero y Calva Guerrero interpusieron
recurso de casación, invocando el artículo
427.4 del CPP de 200410, que regula la
procedibilidad de la casación para esta-
blecer doctrina jurisprudencial.
f) Al resolver dicho recurso, la Sala Penal
Permanente de la Corte Suprema de
Justicia, a través de la citada Casación
Nº 309-2015-Lima, estableció como doc-
trina jurisprudencial los siguientes fun-
damentos:
“Décimo Segundo.-  Para fijar
el plazo de investigación prepa-
ratoria se debe tomar en cuenta: i)
Gravedad y clase o naturaleza del
delito imputado; ii) Característi-
cas del hecho objeto de investigación;
iii) Dificultad y rigor de los actos de
investigación pertinentes y útiles para
su necesario esclarecimiento; vi) Acti-
tud del fiscal y del encausado, esto es
diligencia del investigador y manio-
bras obstruccionistas del encausado;
10 “Artículo 427. Procedencia.
(…)
4. Excepcionalmente, será procedente el recurso de casación en casos distintos de los arriba mencionados,
cuando la Sala Penal de la Corte Suprema, discrecionalmente, lo considere necesario para el desarrollo de la doc-
trina jurisprudencial”.
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mientras que la prórroga del plazo de
investigación preparatoria, tiene que
ver con las dificultades de las inves-
tigaciones como sería la demora en
la realización de determinado acto de
investigación. La prórroga requiere
de una disposición fiscal; es decir,
es un acto procesal. En ese sentido
la disposición fiscal con la que inicia
el plazo de investigación constituye
un acto procesal, y el requerimiento
de prórroga del plazo de investiga-
ción, otro; pues, no es de aplicación
automática ni de oficio, sino que
necesita ser postulado por el fiscal al
juez de la investigación preparatoria
que debe someterlo a audiencia con la
defensa del imputado; en consecuen-
cia, son actos procesales con criterios
autónomos propios desplegados por
las partes y el órgano jurisdiccional”.
“Vigésimo.-  En consecuencia, la
invocación del inciso dos del artículo
trescientos cuarenta y dos del Código
Procesal Penal, conforme a la modifica-
ciones incorporadas por la ley número
treinta mil setenta y siete, crimen orga-
nizado, vigente desde el uno de julio
de dos mil catorce, en un proceso en
trámite, tiene sustento en el principio
previsto en el inciso uno del artículo
VII del Título Preliminar del Código
Procesal Penal, que establece la apli-
cación inmediata de la ley que rige al
tiempo de la actuación procesal”.
“Vigésimo Tercero.-  En conse-
cuencia, el requerimiento de la pró-
rroga del plazo de investigación
265
 preparatoria, debe realizarse bajo
un control judicial en audiencia donde
ejerzan contradicción los defensores
de los imputados, de su fundamen-
tación fáctica y jurídica y de las
actuaciones del Ministerio Público,
que debe ser conforme a lo estable-
cido por las sentencias del Tribunal
Constitucional, indicadas en el consi-
derando vigésimo segundo, rubro II,
Fundamentos de Derecho, sustentado
en la garantía y el pleno respeto del
derecho fundamental al debido pro-
ceso y sus diversas manifestaciones,
como es el plazo razonable”.
Apreciamos que la Corte Suprema sostiene
que la prórroga de una investigación prepa-
ratoria es un acto procesal autónomo porque
surge de un requerimiento fiscal distinto a la
disposición por la que se pidió el inicio del
plazo de aquella, y que este es controlado
por el juez.
Estos argumentos adolecen de contenido
dogmático, puesto que se debió partir de
la consideración en que la prórroga per se,
como institución procesal, no existe si ante-
riormente no se ha fijado un plazo de realiza-
ción de un acto procesal inicial. No es viable
que el fiscal o algún sujeto procesal pueda
solicitar una prórroga, sin que previamente
haya existido un recorrido temporal de algún
acto procesal precedente.
En esa misma línea de pensamiento, coinci-
dimos con Campos Hildalgo, quien consi-
dera que tal razonamiento es errado, pregun-
tándose: ¿la prórroga es un acto individual o
es la prolongación de un acto previo, que es
11 CAMPOS HIDALGO, Faviola Susana. “Casación Nº 309-2015-Lima: ¿actos procesales independientes? Pro-
longando plazos y olvidando el principio de favorabilidad”. En: Gaceta Penal & Procesal Penal. Tomo 83,
Gaceta Jurídica, Lima, mayo de 2016, p. 44.
266 pp. 259-270 • ISSN: 2075-6305 • JULIO 2016 • Nº 85 | GACETA PENAL & PROCESAL PENAL
Comentario relevante
del autor
El caso examinado se originó, en
cuanto a sus características, como
uno complejo desde las diligencias
preliminares; por tal razón, debió se-
guir rigiéndose por las pautas propias
de los casos complejos.
el plazo ordinario formalizado? Según dicha
autora, no es un acto independiente del plazo
inicial de formalización, sino dependiente,
porque si este último no existiese, tampoco
existiría la prórroga. Además, el hecho de
que un juez controle dicho acto no lo con-
vierte en un acto procesal independiente,
toda vez que el juez también controla varios
actos procesales dependientes o indepen-
dientes; por ejemplo, la prisión preventiva
o el requerimiento de control de acusación11.
Estimamos que no se debe comulgar con una
teoría de la ruptura de las reglas de procesa-
miento, pues el caso examinado se originó,
en cuanto a sus características, como uno
complejo, desde las diligencias prelimina-
res; por tal razón, debió seguir rigiéndose
conforme a las pautas propias de los casos
complejos; interpretación que guardaría
armonía con el principio de favorabilidad
penal (sustantivo y procesal).
De manera análoga, la doctrina nacional
autorizada considera que las disposiciones
 DERECHO PROCESAL PENAL | NUEVO PROCESO PENAL

procesales penales deben interpretarse siem-
pre desde la perspectiva del principio de
favorabilidad.
Así, Oré Guardia, considera que la favorabi-
lidad penal constituye un principio en virtud
del cual, ante un conflicto de leyes penales,
el juez está obligado a aplicar la ley que
resulte más beneficiosa o menos restrictiva
al ejercicio de los derechos fundamentales
del imputado12.
Asimismo, Frisancho Aparicio sostiene que
cuando la ley procesal nueva sea más gra-
vosa para el imputado deberá continuarse el
proceso con la ley anterior13.
Por otro lado, Pariona Pastrana, conciliando
los principios de aplicación temporal de las
leyes procesales penales y el principio de
favorabilidad, sostiene que el artículo VII del
Título Preliminar del CPP de 2004, si bien
señala que la norma procesal se rige bajo el
principio tempus regit actum, sin embargo,
este tiene sus excepciones, las cuales fueron
recogidas por el legislador a fin de garanti-
zar los derechos y libertades del procesado,
advirtiéndose que la ley más favorable al
procesado, no solo rige en materia sustan-
tiva, sino también adjetiva dentro de un pro-
ceso garantista, en el marco de un Estado
constitucional de Derecho14.
Por su parte, Reyna Alfaro considera que
la asunción de una línea político-criminal
orientada a la realización de los derechos
fundamentales exige requerir también en
materia procesal penal la aplicación del prin-
cipio lex praevia y, como consecuencia de
ello, rechazar la aplicación retroactiva de la
ley procesal penal cuando esta resulte más
gravosa para el ciudadano y plantee un esce-
nario procedimental de lesividad a los dere-
chos fundamentales del ciudadano15.
Como se aprecia, el principio de favorabili-
dad tendrá aplicación al interior del Derecho
Procesal Penal siempre que se dé un con-
flicto entre leyes procesales penales (artículo
139.11 de la Constitución). Este conflicto
puede producirse en dos ámbitos: a) durante
la aplicación espacial de la ley, o, b) durante
la aplicación temporal de la ley. Respecto al
segundo ámbito de aplicación del principio
de favorabilidad penal, esto es, cuando se
produce un conflicto durante la aplicación
temporal de la ley procesal, tenemos que
el principio de favorabilidad penal se va a
materializar con la aplicación retroactiva de
la ley procesal posterior más favorable al
imputado o, dicho de otra forma, con la no
aplicación de ley restrictiva o desfavorable16.
Es pertinente apreciar también cómo la doc-
trina extranjera da solución a este tipo de
vicisitudes procesales. Así, Barrios de Ánge-
les considera que el problema propuesto debe
resolverse atendiendo a la aplicación de dos
principios: el de conservación de los actos
jurídicos y el de coherencia lógica de las
normas. Según el primero, los actos que se
han realizado bajo la vigencia de la ley anti-
gua son válidos, y según el segundo, deben
aplicarse sucesivamente la ley derogada y

12 ORÉ GUARDIA, Arsenio. Manual de Derecho Procesal Penal. Tomo I, Reforma, Lima, 2011, p. 146.
13 FRISANCHO APARICIO, Manuel. Comentarios al título preliminar del Código Procesal Penal. Ediciones
Legales, Lima, 2011, p. 251.
14 Fundamento de derecho 2.2.3.7 del voto discordante del juez supremo Pariona Pastrana en la Casación Nº
309-2015-Lima.
15 REYNA ALFARO, Luis Miguel. Manual de Derecho Procesal Penal. Pacífico, Lima, 2015, p. 206.
16 ORÉ GUARDIA, Arsenio. Ob. cit., p. 147.

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Comentario relevante
del autor
La prórroga de la investigación pre-
paratoria es un acto procesal depen-
diente o subalterno a su plazo inicial,
con el que guarda una misma esen-
cia normativa.
la nueva en un mismo proceso solo cuando
la voluntad contenida en ambas sea compa-
tible17; lo que a todas luces no sucede en la
variación de plazos de actuaciones de inves-
tigación, puesto que los márgenes de dura-
ción son muy disímiles.
Habiendo esclarecido la naturaleza jurídica
de la prórroga, entendiendo que es un acto
procesal dependiente, subalterno, adjunto
al plazo inicial de una actuación procesal,
pues ambos actos procesales tienen una
misma esencia normativa, el quid de la dis-
cusión se traslada al tópico de la aplicación
en el tiempo de la ley procesal penal. Es por
ello que debemos recordar que el artículo
VII del Título Preliminar del CPP de 2004,
de manera juiciosa, establece una serie de
excepciones al principio tempus regit actum,
como son los recursos impugnatorios, los
actos procesales con principio de ejecución y
los plazos que hubieren empezado; en cuyos
casos se deberá optar por la aplicación ultra-
activa de la norma procesal penal.
Desde una perspectiva teleológica, Sán-
chez Velarde, comentado el principio de
17 BARRIOS DE ANGELIS, Dante. Teoría del proceso. Depalma, Buenos Aires, 1979, p. 83.
18 SÁNCHEZ VELARDE, Pablo. “El título preliminar y los principios en el Código Procesal Penal de 2004”. En:
Libro Homenaje a José Hurtado Pozo. El penalista de dos mundos. Idemsa, Lima, 2013, p. 896.
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aplicación inmediata del dispositivo proce-
sal penal, contenido en el artículo VII.1 del
Título Preliminar del CPP de 2004, aduce
que se establece como excepción que se
sigan aplicando las normas procesales ante-
riores en caso de que ya se hubiere inter-
puesto algún medio impugnatorio o se tratare
de actos procesales en ejecución y los plazos
ya hubieran empezado; ello con la finalidad
de no perturbar dichos mecanismos procesa-
les ya instaurados antes de la modificación18.
Cabe resaltar, finalmente, que existe un sec-
tor en la judicatura y en la doctrina que consi-
dera que esta problemática de hermenéutica
procesal pudo haberse solucionado de otra
manera. Así, el juez supremo Pariona Pas-
trana, en el voto discordante de la Casación
Nº 309-2015-Lima, fundamento 3.5, señala:
“(…) cabe precisar que la Ley número
30077, en su segunda disposición com-
plementaria, establece en relación a su
aplicación a investigaciones y procesos
en trámites que: ‘Para las investiga-
ciones y procesos en trámite a la fecha
de entrada en vigencia de la presente
ley seguidos contra integrantes de una
organización criminal, personas vincu-
ladas a ella o que actúan por encargo
de la misma, se respetan las siguientes
reglas: (…) 3. Los procesos penales ya
instaurados con anterioridad a la entrada
en vigencia de la presente Ley, ya sea bajo
la vigencia del Código de Procedimien-
tos Penales o del Código Procesal Penal
aprobado por el Decreto Legislativo 957,
siguen su trámite regular, bajos esas mis-
mas reglas según corresponda, hasta su
culminación’”.
 DERECHO PROCESAL PENAL | NUEVO PROCESO PENAL

Y prosigue en el fundamento 3.6: mismas reglas según corresponda, hasta su

“En tal sentido, el caso sub judice se rige
bajo las normas ya establecidas en el
nuevo Código Procesal Penal, puesto que
no se encuentra en diligencias prelimina-
res, sino en la etapa de investigación pre-
paratoria, es decir, ya se inició el proceso
penal instaurado contra los recurrentes, el
mismo que debe regirse bajo las normas
que estaban vigentes al momento de que
el representante del Ministerio Público,
formalizó la investigación preparatoria,
que fue el 13 de mayo de 2014, por lo
que el plazo de la misma es de 8 meses
en caso de procesos complejos, prorro-
gable por 8 meses, conforme lo establece
el inciso 2 del artículo 342 de la norma
adjetiva; tanto más si la acotada ley se
refiere al principio de favorabilidad que
deben regir en determinados procesos,
como el de este”19.  haya actos procesales ya iniciados bajo el
En igual sentido, Pisfil Flores considera que
no era necesario acudir al artículo VII del
Título Preliminar, sino que se debió aplicar el
texto original del CPP de 2004, por diversas
razones: la primera –y la más importante– es
que tanto la Ley N° 30077 (del 20 de agosto
de 2013) como su posterior modificación
(Ley N° 30133, de fecha 20 de diciembre
de 2013), eran claras en establecer que “los
procesos penales ya instaurados con anterio-
ridad a la entrada en vigencia de la presente
ley, ya sea bajo la vigencia del Código de
Procedimientos Penales o del Código Proce-
sal Penal aprobado por Decreto Legislativo
Nº 957, siguen su trámite regular, bajo esas
conclusión”. Incluso, su modificación dis-
puso que “en los casos en que no se haya
dispuesto la formalización de la investiga-
ción preparatoria bajo la vigencia de la Ley
N° 30077, Ley contra el crimen organizado,
se aplica la legislación vigente con la ante-
rioridad a la citada ley”, tal como sucedió
en el presente caso, donde se formalizó la
investigación preparatoria con fecha 13 de
mayo de 201420.
Es por los argumentos reseñados que no
coincidimos con la posición asumida por
nuestra Corte Suprema.
IV. Conclusiones
En lo concerniente a las normas contenidas
en el CPP de 2004, proponemos que, como
regla, rija su aplicación inmediata, salvo que
ámbito de la ley derogada y otras situaciones
que afecten el normal desarrollo procesal,
por ejemplo, cuando haya medios impug-
natorios interpuestos o plazos que hubieran
empezado a transcurrir.
El fundamento principal de nuestra posición
es que la prórroga del plazo de investigación
preparatoria no es un acto procesal autó-
nomo, toda vez que para su realización (que
implica una solicitud del fiscal y un control
por parte del órgano jurisdiccional) requiere
que previamente haya existido un plazo de
un acto procesal, en este caso, el desarrollo
de una etapa donde se enmarquen actos pro-
cesales de indagación.

19 Fundamento de derecho 3.5 y 3.6 del voto discordante del juez supremo Pariona Pastrana en la Casación Nº
309-2015-Lima.
20 PISFIL FLORES, Daniel Armando. “Precisiones respecto a la aplicación de la norma procesal penal en el
tiempo: a propósito de la Casación Nº 309-2015-Lima”. En: Gaceta Penal & Procesal Penal. Tomo 83, Gaceta
Jurídica, Lima, mayo de 2016, p. 17.

GACETA PENAL & PROCESAL PENAL | Nº 85 • JULIO 2016 • ISSN: 2075-6305 • pp. 259-270 269
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