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El Trastorno del Espectro Autista (TEA) es un trastorno neurobiológico del desarrollo que ya
se manifiesta durante los tres primeros años de vida y que perdurará a lo largo de todo el
ciclo vital.
1. ETIOLOGÍA
2. CARACTERÍSTICAS
2.1 Fundamentales
Deficiencias persistentes en la comunicación y en la interacción social.
Patrones restrictivos y repetitivos de comportamiento, intereses o actividades.
3. CRITERIOS DIAGNÓSTICOS
A. Deficiencias persistentes en la comunicación social y en la interacción social en
diversos contextos, manifestado por lo siguiente, actualmente o por los
antecedentes:
C. Los síntomas deben de estar presentes en las primeras fases del período de
desarrollo (pero pueden no manifestarse totalmente hasta que la demanda social
supera las capacidades limita-das, o pueden estar enmascarados por estrategias
aprendidas en fases posteriores de la vida).
ESPECIFICAR SI:
NIVELES DE GRAVEDAD:
4. DESARROLLO Y CURSO
Los síntomas se reconocen normalmente durante el segundo año de vida (12-24
meses de edad), pero se pueden observar antes de los 12 meses si los retrasos del
desarrollo son graves, o notar después de los 24 meses si los síntomas son más
sutiles. La descripción del patrón de inicio puede incluir información acerca de los
retrasos tempranos del desarrollo o de cualquier pérdida de capacidades sociales o
de lenguaje. En los casos en que se han perdido capacidades, los padres o cuidadores
pueden explicar la historia del deterioro gradual o relativamente rápido de los
comportamientos sociales o las capacidades del lenguaje. Normalmente, esto
ocurriría entre los 12 y 24 meses de edad, y se debe plantear la distinción de los
casos raros de regresión del desarrollo que ocurren después de, por lo menos, 2
años de desarrollo normal (previamente descrito como trastorno desintegrativo de
la infancia).
Las características conductuales del trastorno del espectro autista empiezan a ser
evidentes en la primera infancia, presentando algunos casos falta de interés por la
interacción social durante el primer año de vida. Algunos niños con trastorno del
espectro autista presentan una paralización o una regresión del desarrollo con
deterioro gradual o relativamente rápido de los comportamientos socia-les o el uso
del lenguaje durante los primeros 2 años de vida. Estas pérdidas son raras en otros
tras-tornos y pueden utilizarse como "señal de alerta" para el trastorno del espectro
autista.
5. DIAGNÓSTICO DIFERIENCIAL
• Síndrome de Rett. Puede observarse una alteración de la interacción social
durante la fase regresiva del síndrome de Rett (típicamente entre 1 y 4 años de
edad); así pues, una proporción sustancial de las niñas pequeñas afectadas podrían
debutar con una presentación que cumpla los criterios diagnósticos del trastorno
del espectro autista. Sin embargo, después de este período, la mayoría de los
individuos con síndrome de Rett mejoran sus habilidades para la comunicación
social y los rasgos autistas dejan de ser tan problemáticos. Por tanto, se debería
tener en cuenta el trastorno del espectro autista solamente si se cumplen todos los
criterios diagnósticos.
6. COMORBILIDAD
El trastorno del espectro autista se asocia frecuentemente a deterioro intelectual y
a alteraciones estructurales del lenguaje (es decir, incapacidad para comprender y
construir frases gramaticalmente correctas) que se deberían registrar con los
correspondientes especificadores en cada caso. Muchos individuos con trastorno
del espectro autista tienen síntomas psiquiátricos que no forman parte de los
criterios diagnósticos del trastorno (aproximadamente el 70 % de los individuos con
trastorno del espectro autista puede tener un trastorno mental comórbido, y el 40
% puede tener dos o más trastornos mentales comórbidos). Cuando se cumplen los
criterios del TDAH y del trastorno del espectro autista, se deberían realizar los dos
diagnósticos. Este mismo principio se aplica a los diagnósticos concurrentes de
trastorno del espectro autista y trastorno del desarrollo de la coordinación,
trastorno de ansiedad, trastorno depresivo y otros diagnósticos comórbidos. Entre
los individuos que tienen deficiencias en el lenguaje o no verbales, signos
observables como serían las alteraciones del sueño o la alimentación y el
incremento de conductas problemáticas deberían llevar a evaluar si existe ansiedad
o depresión. Las dificultades específicas del aprendizaje (lectoescritura y aritmética)
son frecuentes, así como el trastorno del desarrollo de la coordinación. Las
afecciones médicas comúnmente asociadas al trastorno del espectro autista
deberían ser anotadas bajo el especificador "asociado con una conocida afección
médica/ genética o ambiental/adquirida". Tales afecciones médicas son la epilepsia,
los problemas del sueño y el estreñimiento. El trastorno de la conducta alimentaria
de la ingesta de alimentos es una forma característica de presentación del trastorno
del espectro autista bastante frecuente. Las preferencias extremas y restringidas de
alimentos pueden persistir en el tiempo.
7. CUADRO CLÍNICO
Los signos de TEA comienzan antes de los 3 años de edad y duran toda la vida de la
persona; no obstante, pueden mejorar con el tiempo. Algunos niños con TEA
muestran indicios de problemas futuros en los primeros meses de vida. En otros
casos, es posible que los síntomas no se manifiesten hasta los 24 meses o incluso
después. Algunos niños con un TEA parecen desarrollarse normalmente hasta los 18
a 24 meses de edad y después dejan de adquirir destrezas nuevas o pierden las que
tenían antes.
Para el cuadro clínico de una persona con TEA es necesario en concreto realizar un
listado de los signos que este presenta, para luego así practicarle los exámenes
respectivos y concluir con el diagnóstico.
El diagnóstico de TEA puede ser difícil de hacer debido a que no existen pruebas
médicas, como un análisis de sangre, para diagnosticarlo. Para hacer un
diagnóstico, los médicos observan el comportamiento y el desarrollo del niño.
A veces, los TEA pueden detectarse a los 18 meses de edad o incluso antes. A los 2
años de edad, el diagnóstico realizado por un profesional con experiencia puede
considerarse muy confiable. Sin embargo, muchos niños no reciben un diagnóstico
final hasta que son mucho más grandes.
Evaluación de desarrollo
La evaluación del desarrollo es una prueba corta que indica si los niños están
aprendiendo las destrezas básicas a su debido tiempo o si es posible que
tengan retrasos. Durante la evaluación del desarrollo, es posible que el médico
les haga algunas preguntas a los padres o que hable y juegue con el niño
durante el examen a fin de observar cómo aprende, habla, se comporta y se
mueve. Un retraso en cualquiera de estas áreas puede ser señal de que hay un
problema.
Además debe evaluarse a todos los niños específicamente para detectar TEA
durante las visitas de rutina a las siguientes edades:
- 18 meses
- 24 meses
8. TRATAMIENTO
c. Conducta verbal
Este método hace énfasis en el rol de los padres como terapeutas de los
niños, ayudando al entrenamiento de estos para ejecutar la
intervención. Para esto el adulto se adapta al nivel de desarrollo del niño
para impulsar nuevas habilidades generalmente a través del juego,
siguiendo y participando en actividades que interesen a los niños.
9. PREVENCIÓN
Los expertos aún no están seguros de todas las causas del autismo. Lo más seguro
es que haya causas múltiples en vez de sólo una. Parece ser que un número de
circunstancias diversas, que incluyen factores ambientales, biológicos y genéticos,
sientan las bases para el autismo y hacen que un niño/a sea más propenso a padecer
este trastorno.
Es decir, en la mayoría de casos no se conoce la causa exacta del autismo; sin
embargo, algunos están relacionados con la exposición a sustancias químicas
durante el embarazo. Por lo tanto, es esencial evitar tomar medicamentos durante
el embarazo, a menos que el médico los recete específicamente. También es
esencial evitar consumir bebidas alcohólicas de ningún tipo durante el embarazo.
Actualmente, Investigadores de la Universidad de Washington, Seattle, comenzaron
recientemente un innovador estudio con fondos del Instituto Nacional de Salud
Infantil y Desarrollo Humano (NICHD, por sus siglas en inglés), con el objetivo de
descubrir si el autismo se puede prevenir en un grupo específico de niños.