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MODERNIZACIÓN DE LA SELVA PERUANA

Aunque la guerra con el Ecuador se realizó sobre todo en la región de la costa,


provocó un renovado interés por el desarrollo de la región amazónica, ya que había
sido precisamente este el territorio ambicionado por los vecinos del norte. No mucho
tiempo atrás, en 1931, había estado a punto de estallar una guerra con Colombia,
también por la posesión de territorios amazónicos. Si bien el Perú había defendido
en 1941 con éxito su territorio amazónico, cobro conciencia de que la escasa
población, el débil desarrollo y la pobreza de comunicaciones de esta región con
el resto del país ponía en peligro su adhesión a la nación.

Después del final del auge del caucho en 1914, la región amazónica, a pesar de
representar poco más del 60% del territorio nacional, fue casi siempre estereotipada
desde Lima como un despensa desperdiciada, rica en productos naturales, un
paraíso salvaje y remoto, solo accesible a colonos aventurados. Los autores que se
refieren al tema consideran que, después del auge del caucho, la región atravesó
una fase de depresión económica. Dejaron de llegar comerciantes e inmigrantes en
busca del dinero fácil y rápido que permitió el caucho, y los que no pudieron retornar
a sus lugares de origen se internaron en la selva, siguiendo el curso de los ríos,
desbrozaron bosques y se convirtieron en colonos y agricultores dedicados a
cultivos de algodón, café, coca, tabaco y arroz.

La región de la selva central, que tuvo menos comprometida que la del norte y sur
en la economía cauchera, y más fácilmente conectada a mercados urbanos, como
los de la sierra central y la propia capital de la república, desarrolló una activa
producción agrícola a partir de las colonias europeas instaladas en la zona, en
algunos casos desde el siglo XIX.

Fernando Santos y Frederica Barclay estudiaron la historia de esta región,


encontrando que, en contra de lo que se preveía a finales del siglo XIX, no fue la
región de Oxapampa y Pozuzo, próxima a las minas de Cerro de Pasco y colonizada
por alemanes y austríacos en 1991 y 1857 respectivamente, la que alcanzó algún
desarrollo. Por lo contrario, estas colonias, desamparadas de vías férreas o
carreteras que las unieran a los mercados, se hundieron en un aislamiento agónico
y una economía cercana a la autosubsistencia. Distinto fue el caso de las colonias
italiana y asiática establecidas en Chanchamayo, que tenían a Tarma como puente
hacia el mercado nacional y la costa. La presencia de la colonia del Perené,
conducida por la Peruvian Corporation a raíz del contrato de Grace (1889), sentó
ahí las bases para una próspera economía cafetalera, que llegó a extenderse en los
años siguientes aún más hacia el Oriente, fundándose la colonia de Satipo en 1927.
La Ley General de Tierras de Montaña de 1909, además de algunas facilidades
otorgadas durante el Oncenio, volvieron a los campos selváticos tierras de libre
colonización, sin ninguna consideración con respecto a los derechos históricos sobe
dichos campos por parte de los pobladores nativos, compuestos de grupos como
los asháninkas, matsiguengas y yaneshas. Estos fueron reclutados bajo
procedimientos coercitivos por los hacendados cafetaleros para que apoyasen los
trabajos en los fundos y la apertura de las carreteras.

La región de la selva sur permaneció mucho más aislada. El descubrimiento del


“istmo de Fitzcarraldo” a finales del siglo XIX logró conectar la selva del Manú a la
región del Cuzco, y dio paso en 1902 a la fundación de Puerto Maldonado, en la
confluencia de los ríos Madre de Dios y Tambopata. Con el fin de dotar de impulso
a la colonización de esta región, una ley del Congreso creó en 1912en el
departamento de Madre de Dios, independizándolo del Cuzco. Sin embargo, en
1940, el censo de la república recogió el dato de solo 1032 habitantes en Puerto
Maldonado, capital departamental, y apenas cinco mil en todo el departamento,
cuya extensión territorial llegaba casi a los ochenta mil kilómetros cuadrados.

Una de las pocas actividades económicas en la región, después de la desaparición


del caucho, fue la extracción del oro en las playas de los ríos, bajo procedimientos
rústicos y manuales, para los que también se echó mano de los habitantes nativos,
más algunos “enganchados” de la sierra del Cuzco. Recién en la década de 1960
se iniciaría la penetración de las primeras carreteras a esta región.

Hacia comienzos de la década de 1940 hubo un renovado interés por parte del
gobierno, el ejército, empresarios nacionales y extranjeros, colonos de la sierra y
hasta médicos por explotar racionalmente los recursos naturales de esta región,
“civilizar” a los grupos nativos, mejorar los puestos militares de frontera, detener la
difusión de la lepra que infectó la región desde la época del caucho, y reforzar el
contacto político y control con Lima. Ello fue un esfuerzo por desarrollar una
verdadera colonización interna de una región que se había mantenido relativamente
aislada del resto del país. A ello se sumó el trabajo de algunas órdenes religiosas
como las de los agustinianos y los dominicos, que desde fines del siglo XIX enviaban
misiones que eran muchas veces verdaderos explotadores que proporcionaron
valiosas informaciones geográficas y lingüísticas. Hacia 1948 llego a la región de
Pucallpa una institución religiosa norteamericana, el Instituto Lingüístico de Verano,
que combinaban los estudios lingüísticos con la prédica religiosa, esta vez
protestante, que se consolidó en algunos lugares de la selva.

Una inversión extranjera importante de la década de los años cuarenta fue la que
realizo la Compañía Norteamericana de Reservas de Gomas (North-American
Rubber Reserve Company), organizada en 1940 por el gobierno norteamericano. El
objetivo era identificar y conseguir nuevas fuentes de goma o caucho. Se preveía
una escasez de ese producto, ya que al comienzo de la Segunda Guerra Mundial
los japoneses habían ocupado las islas del sudeste asiático donde estaban las
plantaciones de este valioso producto. Otro interés de esta empresa era conseguir
la materia prima para elaborar la valiosa quinina, oriunda de los Andes, para tratar
a los soldados norteamericanos enviados a luchar a Asia, muchos de los cuales
enfermaban de malaria.

Empresas privadas norteamericanas participaron en este proyecto, una planta


industrial de Good Year, la empresa dedicada a la producción de llantas, se instaló
en Lima, y la mayor parte de su producción fue a los Estados Unidos. El gobierno
peruano también participó en este proyecto y creó en 1942 una Corporación
Peruana del Amazonas.
De hecho, la producción de caucho creció espectacularmente en esos años.

En 1941, el país apenas producía 65.000 kilos de caucho. Para 1944 esta cifra había
crecido a 1.420.000 kilos.

Sin embargo, después de la pasada Segunda Guerra Mundial perdieron intensidad


los esfuerzos de modernizar la selva mediante el envió de colonos de la sierra o del
extranjero, la creación de industrias o de cultivos de exportación y la incorporación
de los nativos. La selva siguió un lento proceso de modernización donde la frágil
colonización interna se combinó con la emergencia de grupos e intereses locales.
Para entonces se hizo evidente que la Amazonía no era una tierra de promisión fácil
de explotar, sino que presentaba una serie de complejos retos geográficos,
económicos y humanos.

Algo sí tuvo consecuencias importantes para la región fue la construcción de


carreteras. Una de las principales fue la que unió, en 1943, Lima y Pucallpa, una
ciudad de la selva central creada en 1888 y ubicada en una de las márgenes del río
Ucayali. En los años siguientes, a pesar de que Pucallpa fue parte del departamento
de Loreto hasta 1980, la nueva ciudad se convirtió en un importante polo de
atracción de migrantes y de comercio de productos de selva, entre los que empezó
a destacar la madera, y mantuvo cierto grado de autonomía de Iquitos. Otras
carreteras construidas en la década de 1940 fueron la que unía Pimentel, en la costa
del departamento de Lambayeque, con el Alto Marañón; la que ligaba a Olmos,
también ubicada en la costa norte, con Jaén y Bagua (1947), y la que única al
Cuzco con Quincemil. La idea de que era necesario construir carreteras para
integrar al país y desarrollar la selva perduró en el imaginario político peruano y el
político Fernando Belaúnde Terry llevó adelante está idea durante su primer
gobierno al construir en los años sesenta la carretera Marginal que atravesaba la
selva. Estos desarrollos influyeron decisivamente en la ampliación de la frontera
agrícola, la urbanización de Iquitos y Pucallpa, el crecimiento de la explotación
maderera de cedro y caoba y los inicios de la explotación de os recursos minerales,
primero el oro y más tarde el petróleo.
MODERNIZACIÓN- PROGRAMA DE SALUD INDÍGENA (PSI)

En 1991, se crea el Programa de Salud Indígena (PSI) con la finalidad de fortalecer


y desarrollar los sistemas de salud indígena, y a su vez contribuir a mejorar la
atención en salud estatal que reciben los pueblos indígenas, contando con
profesionales que conozcan la realidad social y cultural de los mismos.

Visitando a las comunidades indígenas de la amazonía para recoger información


sobre la salud de la población, donde se vio el constante debilitamiento de los
sistemas de salud indígenas y la escasa presencia de los servicios de salud del
Estado. Además, el acceso de la población indígena a estos servicios de salud se
ha visto dificultado por la existencia de brechas culturales, lingüísticas, geográficas
y económicas.

Parte de estas brechas son resultado del poco conocimiento y comprensión que los
profesionales de la salud tienen sobre los contextos socio-culturales en donde se
desempeñan.
Esto se debe, en buena medida, a la formación que reciben estos profesionales, la
que no incluye un enfoque intercultural, ni cursos sobre pueblos indígenas, medicina
indígena o diversidad cultural, a pesar que desde el año 1993 la Organización
Panamericana de la Salud (OPS) recomendó que las universidades debían
promover programas de formación en salud con perfiles interculturales y que
el Convenio N° 169 de la Organización Internacional de Trabajo (OIT 1989) en su
artículo 25 establece que el Estado tiene la obligación de poner a disposición de los
pueblos indígenas servicios de salud adecuados (OIT 1989). Implementar la salud
intercultural sólo es posible si primero se cuenta con profesionales indígenas y no
indígenas capacitados en este enfoque.
AIDESEP se planteó como primer paso la formación de jóvenes indígenas como
enfermeros técnicos en salud intercultural, desarrollando una propuesta educativa
pionera nacida desde las mismas organizaciones indígenas.

La Formación de Enfermeros Técnicos Indígenas en Salud Intercultural Amazónica


se realizó entre los años 2005-2013. Para el desarrollo del programa se firmaron
convenios con institutos públicos de educación superior tecnológica de Atalaya,
Bagua y Nauta. Estos centros de educación superior tecnológica además de brindar
los servicios educativos acreditaron a una totalidad de 63 egresados: 19 jóvenes de
Atalaya, 23 jóvenes de Bagua y 21 de Nauta. Estos profesionales, pertenecen a los
pueblos ashaninka, asheninka, shipibo, yine, awajún, wampis, kechwa y achuar.

Estos enfermeros técnicos indígenas están capacitados tanto en conocimientos de


la medicina occidental biomédica como de la medicina indígena, los que aplican de
acuerdo a las realidades y características de sus pueblos. Esta profesionalización
en salud intercultural está dando como resultado una mejor calidad en la atención
de salud de la población indígena y permitiendo un reconocimiento de sus derechos,
además de incrementar el acceso y coberturas de los servicios de salud donde
laboran. Así se ha demostrado en el estudio realizado por el Instituto de Estudios
Peruanos en dos comunidades de Amazonas, donde se evidencian estos logros
como también se llama la atención sobre la urgente necesidad de mejorar la
capacidad resolutiva de los servicios y las condiciones laborales del personal de
salud, además de otros determinantes sociales (contaminación de recursos
naturales, inseguridad alimentaria, acceso a la educación, etc.), como requisitos
fundamentales para mejorar la salud de los pueblos indígenas

MODERNIZACIÓN - AGRICULTURA
En la región San Martin, entre 1970 y 1980, se priorizó la siembra de coca para
producción de drogas, motivado por el alto precio que se pagaba por el cultivo.
Posteriormente con la implementación de programas de erradicación del cultivo de
la coca a nivel nacional, se han incorporado sembríos como el café y el cacao, que
actualmente representan un ingreso económico muy importante para las
comunidades. Anualmente a nivel nacional el café genera ciento cincuenta mil
empleos en promedio. La predominancia de café y cacao en las parcelas ha
sustituido y marginado a aquellos cultivos tradicionales. En ese contexto, entre
2011-2013, la fundación OXFAM junto a la Asociación Interétnica de Desarrollo de
la Selva Peruana (AIDESEP) y las organizaciones indígenas locales de la etnia
Kechwa, Fepikresamy Cepka llevaron a cabo el proyecto “Mujeres indígenas
rescatando las prácticas y los cultivos locales de la Amazonía” con el objetivo de
potenciar el conocimiento ancestral de las mujeres indígenas de la provincia de
Lamas para enfrentar los efectos del cambio climático, contribuyendo así a la
recuperación de cultivos amazónicos para asegurar la alimentación y mejorar su
calidad de vida.
MODERNIZACIÓN - EL ECOTURISMO

La demanda internacional del turismo hacia el Perú está asociada a tres


modalidades: ecoturismo, turismo de naturaleza y turismo de aventura, con especial
referencia a las que generen beneficios a las comunidades. Las motivaciones están
determinadas por: los escenarios naturales no alterados, los sitios arqueológicos,
nuevas experiencias y lugares, por las culturas nativas, por el beneficio a las
comunidades locales; observación de la flora y fauna y actividades físicas.
MODERNIZACIÓN: EDUCACIÓN

El Ministerio de Educación (MINEDU) presentó el primer borrador del “Plan Selva”,


herramienta con la cual se propone reforzar la calidad educativa en las escuelas
públicas de la Amazonía, que en su mayoría operan en condiciones difíciles dada
su condición geográfica y climática. Con ello se reforzará los colegios amazónicos
de manera integral, tanto en términos de recursos humanos, infraestructura, gestión
y aprendizajes, explicó el ministro de Educación, Jaime Saavedra Chanduví durante
una visita de trabajo realizada ayer en Loreto.

El “Plan Selva” fue presentado ante el presidente regional de Loreto, Fernando


Meléndez Celis quien saludó la propuesta y acordó con el ministro exponer el plan
en un foro público con representantes de la sociedad civil para poder escuchar sus
aportes y sugerencias.

“Tenemos el compromiso de trabajar con el gobierno regional para ir cerrando


brechas” expresó Saavedra al detallar que el plan servirá para mejorar
progresivamente la calidad educativa en la Amazonía, siendo priorizadas en un
inicio las regiones Madre de Dios, Loreto, San Martín, Amazonas y Ucayali, así
como algunas provincias en el Valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro (Vraem).
Como parte de la propuesta, el MINEDU plantea reducir el déficit de docentes en
los poblados amazónicos creando incentivos atractivos, como bonos salariales y
programas de bienestar social para lograr que más profesores se interesen por
trabajar en los colegios públicos de esa zona del país. De igual manera, implementar
contratos laborales con dos años de duración mínima y asegurar la asignación de
directores.

Saavedra indicó que en el 2014, en esas regiones solo fue cubierto el 54,5% de las
plazas ofertadas, mientras en Lima la demanda superó la oferta de vacantes en más
de 200%. “Esta situación se debe a que la mayoría de docentes se encuentra en la
costa y les resulta oneroso trabajar en poblados lejanos. De ahí la necesidad de que
otorguemos incentivos atractivos para los maestros y maestras”, recalcó.

La estrategia permitirá aumentar en 20% el número de docentes para la enseñanza


intercultural bilingüe en la Amazonía, en línea con la política inclusiva del sector.
Igualmente, el MINEDU tiene previsto fortalecer los procesos del 100% de unidades
de gestión educativa local (UGEL) que en total suman 31; dotándolas de recursos
humanos y materiales adecuados, incluyendo los necesarios servicios básicos.

En materia de infraestructura promoverá espacios adecuados para el aprendizaje,


restituyendo aproximadamente 800 locales escolares y aumentando en 20% la
asignación para acondicionamiento en las escuelas que lo requieran. También, el
MINEDU proyecta aumentar en 30% el número de colegios amazónicos con
servicios básicos, ya que actualmente solo el 21% tiene electricidad agua y
desagüe. Entre otros aspectos, el plan de acción busca mejorar la distribución de
materiales pedagógicos así como desarrollar un sistema de monitoreo mensual de
gestión para la zona. El MINEDU también impulsará programas especiales para
promover que los estudiantes concluyan la secundaria, priorizando acciones para
disminuir la deserción escolar de niñas y adolescentes mujeres.

En ese contexto, exhortó a las autoridades regionales y docentes trabajar de


manera articulada para asegurar el éxito de la propuesta. Fue en la localidad de
Sungarococha, donde visitó también la sede del Programa de Formación de
Maestros Bilingües de la Amazonía Peruana (Formabiab).

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