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Concepcion de la Muerte desde la

Antropología Filosofica
Contenidos
Introducción ...................................................................................................................... 1

Desarrollo ......................................................................................................................... 2

El concepto de muerte .................................................................................................. 2

La muerte en la historia del pensamiento. .................................................................... 4

Análisis fenomenológico-filosófico de la muerte. ........................................................ 5

A modo de conclusión. ................................................................................................. 6

Introducción

A través de la historia el concepto de muerte se visto distorsionado para algunas cultura,


apropiado o subjetivo para otras, y hasta tiene apreciaciones personales individuales. La
forma de entender la muerte es muy variada y esto depende de la posición o punto de
vista del que se lo trate. Así por ejemplo las visiones religiosas que postulan la
reencarnación o resurrección del cuerpo, lo cual mediante un salto de fe, le da sentido a
la misma vida; otras posturas como las filosóficas del Tao o el Kabalah que plantean la
perfección del alma dentro de la plena dualidad alma cuerpo.

Aunque la mayoría de estas variantes proviene de estudios sociológicos que dan como
resultado las apreciaciones culturales de este hecho, también hay estudios
fenomenológicos que le dan un carácter más filosófico al problema de la muerte, y es
que buscar la esencia o el sentido último del morir es un trabajo para los vivos. Hay que
aclarar que el problema de la muerte es tratado desde la parte conceptual, no se puede
estudiar la parte experimental de la muerte. Si el investigador pretendiera estudiar la
muerte como tal, solo alcanzaría a llegar al hecho experimental, pues moriría. El estudio
del tema parte del supuesto de muerte como un concepto, “algo que no nos sucede a
nosotros en este momento” sino como algo que sucederá, y si bien se plantean las
experiencias de muerte, no son propiamente vividas sino en relación a la experiencia de
la muerte de alguien. Por lo tanto, el estudio de la muerte se basa en la muerte del otro,
lo cual da lugar a la posición de la no existencia de la muerte o el enfrentamiento de la
misma como perteneciente a la existencia humana, debate que se presentará en el
desarrollo del documento.

Así como se pueden catalogar diversidad de formas culturales, religiosas o filosóficas


de plantear la definición, caracterización, sentido y hasta finalidad de la muerte, la
antropología filosófica tratará el tema no intentando definir qué es, o como se lo
concibe, sino preguntándose ¿Qué sentido tiene para el hombre? ¿La muerte es finalidad
o un “paso más allá”? ¿Qué sucede con la existencia humana y el concepto de persona?
El presente trabajo tiene como objetivo plantear la posición antropológica de esta visión
con bases filosóficas en relación a su afirmación como hecho evidente, la relación con
la existencia del hombre y su composición esencial.

Desarrollo

La muerte como tal debe ser tratada desde su construcción como concepto. Para tratar el
tema desde la antropología filosófica, recurriremos a los conocimientos previos que
servirán de base. Esto es la definición como tal de la muerte generalizado por parte de la
ciencia y de la metafísica, un breve recorrido histórico sobre la concepción filosófica de
muerte, el análisis fenomenológico del concepto y por último el análisis antropológico
filosófico de la muerte humana.

El concepto de muerte

Dado que la muerte es un hecho que concierte en todos los aspectos de la vida del
hombre, este mismo se preocupa por saber qué es esto de morir. La definición de muerte
se tomará desde tres posturas: visión Biológico/Científica, visión Religiosa y visión
metafísica.

Las ciencias exactas, preocupadas por las bases experimentales y verificables de sus
conocimientos designan los problemas de la vida, salud y muerte del hombre a una rama
en especial que se encarga del estudio de la vida. La biología mira la vida desde sus
funciones orgánicas corporales, todas las reacciones que tienes los cuerpos vivos ante el
entorno y su ciclo de vida en general. Para esta ciecnia la muerte se reduce a un proceso
de tal ciclo vital, pues plantean que todo ser vivo cumple con el siguiente ciclo: Nacer,
crecer, “reproducirse” y morir, siendo la muerte el final de su ciclo, es decir, el fin de su
vida. Dando paso al proceso biológico de la descomposición del cuerpo.

Una rama en especial de esta ciencia, que relacionada con la física, la química y otras
ciencias es la medicina. Esta rama estudia la vida como una función estable, y ante
cualquier defecto o anomalía de tal funcionamiento, tienen el conocimiento para
regresarlo a su estado equilibrado. Tal equilibrio en el funcionamiento de los órganos y
sistemas del hombre vivo se denomina Homeostasis. Cuando de muerte se trata, la
medicina y en general la ciencia define a la muerte como la incapacidad e imposibilidad
orgánica de mantener la homeostasis, la extinción de esta quiere decir el fin de la vida.

Le hombre como ser religioso por naturaleza no puede soportar tan simple definición.
No puede creer la muerte sea simplemente el fin de la existencia. El hombre es un ser
que involucra sentimiento y por tanto, para no verse afectado con la muerte de otro ser
existente con quien compartía un sentimiento, recurre a la fe. La Visión Religiosa le da
el primer sentido humano a la muerte, mediante la fe que le permite creer que no es el
fin de la vida, que es un paso para otra posibilidad. La espera grandiosa de la
resurrección, o la reencarnación, la salvación del alma o la realización real mediante el
encuentro con Dios son los postulados de las religiones que llegan a definir a la muerte
como un tránsito, un paso más, una purificación, un cambio de estado que cumple con
un ciclo pero nunca el fin. En su sentido más profundo no permite al hombre caer en un
absurdo y le da un sentido único que le permite afrontar este hecho.

Por último el hombre es un compuesto de alma y cuerpo. Y la metafísica se pregunta


por lo que sucede con estas dos sustancias. El alma como tal dice Choza (1988) desde
las posiciones metafísicas no puede morir porque carece de forma material, por
consiguiente lo que muere es el cuerpo. El hombre como tal es alma y cuerpo, al morir
deja de ser hombre, es un muerto, pues la sustancia formal que era el hombre ha
cambiado. Por lo tanto el muerto es cuerpo de un hombre pero no un hombre. La muerte
se define como la separación del alma y del cuerpo, y esto hace perder la integridad de
un hombre como tal. Ante este problema de la separación del alma el cuerpo mediante
la muerte, la historia del pensamiento tiene algunos argumentos que han evolucionado
en diferentes posturas.

La muerte en la historia del pensamiento.

En la antigua Grecia el pensamiento referente a la muerte giraba en el tema de la


separación de alma y cuerpo. La transformación sustancia de la forma. La muerte solo
se concebía como la acción de la finitud del cuerpo y por consiguiente la transformación
sustancia de la forma de dos entes completamente deferentes, el de un hombre y el de
un cadáver. Un muerto ya no es hombre por dicha transformación, termina siendo el
cuerpo ya finito de un hombre.

Dado que la separación del alma, causada por la corrupción corporal, hace perder la
integridad física del hombre, la muerte es concebida como algo ajeno a la existencia
humana. Esta afirmación proviene de la época medieval en donde el pensamiento en
general es teocéntrico. Aquí la muerte es entendida como un paso a otro tipo de
existencia, esta es la inmortalidad de alma. Pero esta solo es individual cuando el
corrupción del cueto tiene lugar.

Siglos después, combatiendo esta afirmación, la ideología y el racionalismo presentan,


desde un pensamiento más humanista y antropocéntrico la temporalidad del hombre la
cual culmina con su muerte, y este proceso temporal no tiene incluida la muerte. El
hombre es el encargado de su vida y por ende de la participación que este tiene en el
mundo. Tanto para descartes como para Hegel la muerte solo es el fin de un ciclo de
conocimiento, y en un tono un tanto platónico, el espíritu regresará al absoluto para
después iniciar nuevamente.

Ante tal afirmación que algunos pensadores como los materialistas no dudaron en
refutar, el hombre no puede ser más un ser que se base en ideas de absolutos, del
cuidado de un alma inmortal. El hombre es materia y debe pisar en la tierra que también
es materia. Por lo cual para la época contemporánea la muerte es concebida como algo
real, como un hecho que sucede. Además, los pensadores de este tiempo, principalmente
los que hablan de este tema ven que el hombre concreto y real, sufre ante tal hecho.
Llega a pensar que la muerte es algo que tarde o temprano le ha de klegar y por tanto
siente angustia de su existencia. La muerte juega ahora un papel principal en la
existencia del hombre. Filósofos existencialistas ponen a la muerte en un papel
principal, definitorio que busca algo más que trascendencia: el sentido de la propia
existencia del hombre.

Análisis fenomenológico-filosófico de la muerte.

La fenomenología como corriente filosófica dentro de la antropología pretende buscar la


esencia de la existencia del hombre, y dentro de ella que sentido que la muerte tiene
para con ella. Filósofos como Heidegger resaltan la importancia de la muerte y la coloca
como un concepto que no debe ser excluido de la definición del hombre. La muerte
como posibilidad debe ser asumida a partir de la angustia que esta causa sobre el
hombre, de hecho enfrentarse a la muerte es el paso para que el hombre alcance la
esencia de su existencia: la existencia auténtica. Por otro lado Sartre habla de la muerte
con repudio, para él la muerte y el mismo nacimiento del hombre es un absurdo, y dado
que el hombre es absolutamente libre, “está condenado a ser libre” y lo único que lo
puede librar de esa libertad absoluta es la muerte. Por lo tanto tiene que darle sentido a
su vida desde que nace hasta que muerte, y lo único que le da sentido a su vida es la
nada a la cual llega con la conciencia y la libertad.

El sentimiento sobre la muerte.

Pensadores como Camus estaban conscientes de la parte sentimental del hombre. El


autor de “la Muerte Feliz” la plantea como un hecho cotidiano dentro de una vida sin
sentido, la vida de un hombre con libertad absurda. La muerte feliz se traduce como
suicido, y este tiene lugar cuando el hombre encuentra que es absurdo ser libre y hacer
lo que quiera, aun teniendo la mayor cantidad de dinero posible para derrochar, no
encuentra lo que quiere, y lo que todo hombre busca es la felicidad, por lo tanto lo único
que puede hacer para alcanzar la felicidad, es terminar con el absurdo: el suicidio.

Pero ¿Por qué el suicidio le da felicidad?. Entramos a la dimensión de la afectividad. El


hombre es un ser que tiene sentimiento, y este no es más que la parte subjetiva de la
psique humana. El sentimiento es propio de cada individuo y tiene la facultad de causar
en el sujeto, independientemente del objeto, impresiones agradables o desagradables.
Así, la experiencia de muerte, que no es propiamente vivida, causa un sentimiento, y en
la cultura global es de tristeza. Se vie la experiencia de “alguien” muerto, no del “yo”
muerto, pues es la muerte del otro la que causa tal sentimiento.
La dimensión afectiva del hombre dice Ramón Lucas (2014) le ha permitido crear
acciones en relación a sus muertos. De aquí que ante la descomposición de los cuerpos
es necesario el entierro. Desde los antiguos Incas que enterraban a sus muertos con sus
pertenencias y en la posición en la cual vinieron al mundo; las sepulturas Egipcias que
se basan en el “ka” y el “Ba” donde el Ka es el viaje del espíritu que está pronto a
regresar, de aquí que es necesario la momificación para la preservación del cuerpo sin
alma; y la cultura greco-romana que recurren a la incineración del cuerpo.

A modo de conclusión.

La antropología filosófica define y contextualiza a la muerte con los siguientes puntos:


 La muerte es un hecho real, que debe ser incluido en la definición de hombre.
Tanto desde su concepción biológica científica, religiosa y metafísica, pues en
todas sus concepciones se tiene en cuenta la finalidad de la sustancia corpórea
como funcionalidad y cese de movilidad.
 El hombre toma conciencia de este hecho a través de la historia y el pensamiento
alrededor del hecho de la finitud del hombre como imperfecto y perecible
cambia en épocas. La apreciación metafísica del concepto evoluciona desde la
separación alma-cuerpo, o concepción muerte-separación, la apreciación del
alma inmortal y el concepto de reencarnación, la muerte como finalidad límite
de la existencia del hombre material, y la muerte como sentido de la existencia
un hecho que debe darle sentido al tiempo de vida del hombre.
 El hombre ante la muerte del otro y la asociación a la muerte propia toma
actitudes desde su dimensión afectiva. Los sentimientos en torno a este hecho se
verán siempre involucrados tanto ante la muerte del otro como la tristeza o por la
angustia de la muerte propia.
 La integridad de la persona humana no puede ser extinguida con la muerte. El
concepto de persona va más allá de la relación de existencia. La muerte termina
con la existen propia del hombre. Aunque se hable de recuerdos, fotos, o
legados, son solo características individuales ajenas al hombre que ha
experimentado la muerte. El hombre muere y termina su existencia.

Bibliografía:
 Texto base: Recopilacion 2014 Ramon Lucas Lucas por Robert Bolaños
 CHOZA, M. (1988) Manual de Antropología Filosófica. Madrid: REALP

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