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AUTONOMÍA DE LA ACCION DE INDEMNIZACIÓN DE PERJUICIOS POR

INCUMPLIMIENTO CONTRACTUAL1

Desde antiguo la tendencia mayoritaria y predominante en nuestra doctrina y jurisprude nc ia


fue desconocer y desestimar la procedencia exclusiva de la pretensión indemnizatoria frente
a un incumplimiento contractual.
Podría pensarse que la discusión en torno a la procedencia de la indemnización exclusiva
solo tendría cabida a propósito de la inejecución de las obligaciones de dar, pero no
tratándose de la de las obligaciones de hacer o no hacer, toda vez que en el primer supuesto
falta una norma específica que faculte al acreedor para demandar en forma exclusiva la
indemnización de daños. En este sentido el legislador en los artículos 1553 y 1555 del Código
Civil reconocería al acreedor de una obligación de hacer y de una obligación de no hacer la
facultad para demandar la indemnización compensatoria como un remedio autónomo por
incumplimiento, sin exigir como requisito previo que demande la resolución o cumplimie nto
forzado del contrato.
El problema se reduciría entonces a determinar si el acreedor de una obligación de dar está
facultado para demandar la indemnización de perjuicios como único remedio en caso de
incumplimiento del deudor, pues no existe en el Código Civil norma expresa que confiera a
dicho acreedor el derecho de optar entre un remedio u otro. En este caso, y a falta de norma
especial, se ha aplicado el articulo 1489 CC.
El artículo 1489–que constituye la norma general en materia de incumplimiento de contratos
bilaterales– dispone que en caso de incumplimiento de un contrato bilateral el acreedor
diligente puede demandar al deudor, a su arbitrio, la resolución del contrato o el
cumplimiento forzado, con indemnización de perjuicios. Se ha señalado que el artículo 1489
alteraría, entonces, el derecho del acreedor de optar entre un remedio por incumplimiento u
otro, advirtiéndose una discordancia normativa entre tal artículo y los artículos 1553 y 1555,
pues aquél no establece, en forma expresa, la facultad del acreedor para escoger entre tales
remedios por incumplimiento y la indemnización de perjuicios.
Los argumentos que ha esgrimido la doctrina para desconocer el ejercicio autónomo de la
indemnización por inejecución de las obligaciones de dar y sustentar una relación de
precedencia de la pretensión de cumplimiento específico o de la resolución respecto de la
indemnización, no resultan del todo acertados ni irrefutables. Así, nuestra doctrina ha
argumentado que, si el acreedor pudiese optar por la indemnización, la obligación se
transformaría en alternativa, en circunstancias que dicha obligación no constituye la regla
general y requiere norma expresa. Por otra parte, se ha argüido que legislador en el artículo

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Resumen elaborado en base a los textos “La indemnización compensatoria por Incumplimiento de los contratos bilaterales
como remedio autónomo en el Derecho Civil Chileno” y “La autonomía de la indemnización de daños en la jurisprudencia
nacional reciente: ¿Un cambio de paradigma?”, ambos de la profesora Patricia Verónica López Díaz.
1537 del Código Civil, excepcionalmente ha otorgado al acreedor de las obligaciones de dar
el derecho de optar por la indemnización en la cláusula penal, lo que confirma que la regla
general es que dicha opción no procede. Asimismo, se ha indicado que el artículo 1672 del
referido Código faculta al acreedor a demandar el precio, en el evento de que la cosa se
destruya por culpa del deudor, lo que evidenciaría que lo que debe pedirse es el cumplimie nto
de la obligación. Por último, se ha señalado que si se admitiera que el acreedor demande la
sola indemnización se infringiría el principio de la fuerza obligatoria, el principio de
conservación de los actos jurídicos y el principio de identidad del pago.
Lo cierto es que no resulta convincente negar al acreedor de una obligación de dar el derecho
a optar en favor de la indemnización de daños invocando la ausencia de una norma general
que le reconozca tal derecho, no sólo porque este razonamiento contraviene el principio de
reparación integral de la indemnización y desconoce la libre opción del acreedor y el
verdadero fundamento de la indemnización de daños, sino porque además no existe ninguna
razón que justifique que ella solo proceda para la inejecución de las obligaciones de hacer y
no hacer. En efecto, donde existe la misma razón debe existir la misma disposición.
No obstante, la existencia de regulación expresa y específica para cierto tipo de obligacio nes,
durante décadas la Corte Suprema desestimó la autonomía de la indemnización sin
excepción, incluso tratándose de la inobservancia de las obligaciones de hacer, lo que resulta
particularmente sorprendente si se considera que el numeral tres del artículo 1553 del Código
Civil permite al acreedor solicitarla directamente.

I. El paradigma tradicional en la doctrina y jurisprudencia nacional: La indemnizac ión


de daños como acción o remedio por incumplimiento contractual complementario,
dependiente y accesorio.

Como se ha adelantado, una revisión de la doctrina y de las sentencias pronunciadas por


nuestros tribunales a partir del año 1900 revela que tradicionalmente se ha desestimado en
forma prácticamente sistemática la procedencia de la indemnización de daños exclusiva por
incumplimiento contractual.
De este modo, para que el acreedor pueda solicitar indemnización de perjuicios por
incumplimiento de un contrato bilateral sería requisito esencial que demande la resolución o
el cumplimiento forzado del contrato, dado que la indemnización es una consecuencia de
éstos, existiendo entre ella y aquéllos una relación indisoluble, que cierta doctrina y
jurisprudencia ha descrito como “relación de dependencia o accesoriedad”.
La doctrina que ha sustentado esta interpretación tradicional no ha sistematizado argumentos
que permitan sustentar este planteamiento. No obstante, de acuerdo a la profesora López, es
posible colegir ciertos argumentos destinados a construir dogmática mente el carácter
concurrente y complementario de la indemnización por incumplimiento de un contrato
bilateral. Tales razonamientos son los siguientes:
i) La interpretación gramatical de la expresión “con indemnización de perjuicios” del
artículo 1489: Siguiendo las reglas contenidas en el artículo 19 y artículo 20 del Código
Civil se considera que resulta evidente que la preposición ‘con’ utilizada por el articulo 1489
CC significa ‘conjuntamente’ o ‘junto a’, de modo que la indemnización de perjuicios sólo
procedería en la medida que el acreedor demandara conjuntamente el cumplimiento forzado
o resolución del contrato. Éste parece ser el razonamiento que ha seguido parte de la doctrina
nacional. En tal sentido destacan Jorge Barahona González, Fernando Fueyo Laneri, Hernán
Troncoso Larronde, René Abeliuk, Ramón Meza Barros y Jorge López Santa María.
ii) La ubicación de este precepto en el Código Civil: El artículo 1489 del Código Civil,
siguiendo la estructura del Code, está ubicado en el título del libro IV relativo a las
“Obligaciones Condicionales y Modales”, en circunstancias que debería estar ubicado en el
título XII de ese mismo libro, a propósito del “Efecto de las Obligaciones”. De este modo
una dogmática antigua y en buena medida obsoleta permite considerar que la facultad de
resolver juega como condición, pero en realidad, es un remedio frente al incumplimiento, es
una solución radical ante una atribución que no será correspondida. De este modo, la
incorrecta ubicación del artículo 1489 incidiría en la interpretación de la expresión con
indemnización de perjuicios, impidiendo concebir a la indemnización de perjuicios como
remedio autónomo por incumplimiento, considerándola por tanto complementaria, esto es,
concurra junto a otros remedios, restringiendo las opciones entre las que el acreedor puede
optar libremente en caso de incumplimiento de un contrato bilateral.
iii) la opción restringida y jerarquizada del acreedor para demandar remedios
contractuales: Un tercer argumento para postular el carácter concurrente y complementar io
de la indemnización compensatoria consiste en señalar que el Código Civil faculta al acreedor
para optar por ciertos remedios frente al incumplimiento del deudor, sin que pueda escoger
otro remedio diverso al contemplado expresamente por el legislador para satisfacer su interés
contractual. En base a lo establecido por el 1489 CC en nuestro derecho desde antiguo se ha
sostenido la preeminencia del cumplimiento forzado sobre la indemnización de perjuicios,
otorgándole a esta última un carácter secundario, que justificaría su carácter complementar io
y concurrente.
iv) La resolución o el cumplimiento específico como fundamento de la indemnizac ión
de perjuicios: Se ha señalado que el fundamento de la indemnización sería precisamente la
resolución o el cumplimiento forzado del contrato, lo que determinaría una indisolubilidad
entre aquélla y éstos, circunstancia que explicaría que sólo pueda demandarse indemnizac ió n
de perjuicios en la medida que se solicite conjuntamente la resolución o cumplimie nto
forzado del contrato.
II. El nuevo paradigma: la indemnización de daños como acción o remedio por
incumplimiento contractual autónomo, exclusivo o directo
Desde hace algunos años, diversos autores2 han postulado la procedencia de la indemnizac ió n
autónoma directa o exclusiva por inejecución contractual, invocando diversos argumentos
que han sido acogidos expresamente en sentencias de reciente data por nuestra Corte
Suprema. La nueva interpretación sostenida por parte de la doctrina se encuentra acorde a los
postulados del “Nuevo Derecho de los Contratos” que marca tendencia en derecho
comparado3 . La noción de incumplimiento formulada por esta nueva disciplina contractual –
acogida por parte de la doctrina nacional– es amplia y objetiva, entendiendo por tal
“cualquier desviación del programa inicial e ideal de la prestación convenida por las
partes”, prescindiendo de la imputabilidad del deudor. Esta noción permite tipificar un
catálogo o abanico de remedios para el acreedor insatisfecho, más amplio que el tradiciona l
y acorde con las necesidades del tráfico jurídico.
Como se advierte, a partir de los postulados del nuevo Derecho de la Contratación, debe
renunciarse a establecer jerarquías entre los diversos remedios derivados del incumplimie nto
contractual e interpretar el artículo 1489 como un precepto legal que confiere al acreedor
insatisfecho el derecho potestativo de demandar el cumplimiento del contrato, la resolución
de éste o la indemnización de perjuicios, dependiendo de cuál de ellos estime que satisface
de mejor manera su interés contractual.
Acorde con ello, en el ámbito nacional la profesora López propone que una nueva
interpretación de la expresión “con indemnización de perjuicios” contenida en el artículo
1489 del Código Civil facultaría al acreedor para demandar indistintamente la resolución del
contrato, el cumplimiento forzado del mismo o la indemnización de perjuicios compensator ia

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Así, el profesor Álvaro Vidal Olivares ha propugnado la autonomía de la indemnización de perjuicios frente a la pretensión
de cumplimiento específico, sin distinguir la naturaleza de la obligación incumplida. Al efecto señala que, atendida la falta
de norma expresa que establezca una prelación entre ambas, el hecho de que la objetiva posibilidad de la prestación no
garantiza al acreedor la satisfacción en naturaleza de su interés, la circunstancia que la opción de cumplir in natura pertenece
al deudor incumplidor y la responsabilidad de éste comprende un abanico de remedios entre los que el acreedor puede optar,
no queda otra posibilidad que reconocer la opción del acreedor entre la indemnización de perjuicios y la pretensión de
cumplimiento. Una opinión similar expone Enrique Barros a propósito de la relación existente entre la ejecución en
naturaleza y la indemnización de perjuicios, pues sostiene que desde el punto de vist a de la justicia correctiva no hay razón
para exigir, salvo imposibilidad, que el cumplimiento específico esté siempre disponible, porque en algunos casos es
defendible que la solución más justa sea la reparación indemnizatoria. Siguiendo el mismo planteamiento, Carlos Pizarro
ha sugerido dotar a la acción indemnizatoria por incumplimiento contractual de una autonomía irrestricta, cualquiera sea la
naturaleza de la obligación incumplida. Y es que exigir al acreedor que, previo a la indemnización de perjuicios, demande
el cumplimiento forzado o la resolución del contrato, no sólo restringe su derecho de opción, sino que, como acertadamente
destaca Iñigo De la M aza, puede conducir a un resultado absurdo. Así, por ejemplo, si se celebra un contrato de compraventa
de mercaderías y el vendedor entrega al comprador mercaderías distintas y éste último, en calidad de proveedor, entrega
tales mercaderías al suministrado sin que exista reclamo alguno, en virtud del cumplimiento forzado o resolución del
contrato deberían restituirse al primer vendedor las mercaderías que entregó y solicitarse aquéllas efectivamente convenidas.
Sin embargo, si ha transcurrido el tiempo y el suministrado ha vendido las mercaderías, resulta absurdo que el vendedor
restituya al comprador el precio de ellas o resuelva el contrato y adquiera en el mercado las mercaderías no suministradas,
toda vez que el cumplimiento defectuoso de la obligación de entregar no ha generado mayores consecuencias. En este
supuesto resulta evidente que el interés del acreedor se satisface con la sola indemnización de perjuicios derivados del
incumplimiento contractual.
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Los cimientos de esta disciplina se encuentran principalmente en la Convención de Viena sobre Compraventa internacional
de mercaderías, en los PECL y en los Principios de UNIDROIT.
frente al incumplimiento del deudor. Los argumentos que sustentan su posición son los
siguientes;
i) La interpretación lógica y sistemática de la expresión “con indemnización de
perjuicios” del artículo 1489 del Código Civil: El artículo 1489 no precisa si la
indemnización de perjuicios a que se refiere es autónoma o complementaria, advirtiéndose
un vacío legal en esta materia. Este vacío debe integrarse a la luz de una serie de artículos
del CC que confieren al acreedor el derecho de optar por la indemnización de perjuicios como
remedio contractual, como el articulo 1553 y 1555 del CC, relativos a las obligaciones de
hacer y no hacer respectivamente.
A ellas se agregan otras normas del Código Civil que en caso de incumplimiento contractual
facultan al acreedor para optar por la sola indemnización, como los artículos 1537, 1590,
1938 y 20024 . Por consiguiente, y con la finalidad de alcanzar la debida armonía y coherencia
entre tales normas, es razonable concluir que la expresión “con indemnización de perjuicios ”,
contenida en el artículo 1489, debe interpretarse como “además de la indemnización de
perjuicios pertinente”. En este sentido, el elemento lógico, que persigue alcanzar
concordancia, unidad conceptual y de criterio entre las diversas partes de la ley permite
concluir que, en base a los artículos señalados, el acreedor puede demandar la indemnizac ió n
de perjuicios como remedio autónomo.
La misma conclusión se alcanza al recurrir al elemento sistemático de interpretación de la
ley, que tiene por finalidad alcanzar la debida correspondencia de la ley interpretada con otras
que versen sobre el mismo asunto y permite, por lo mismo, evidenciar el espíritu general de
la legislación en una materia determinada. Existen al menos tres normas que frente al
incumplimiento del deudor otorgan al acreedor el derecho de demandar autónomamente la
indemnización de perjuicios. Tales normas son el artículo 157 del Código de Comercio, el
artículo 45.1 letra b) y el artículo 61.1 letra b) de la Convención de Viena sobre los contratos
de compraventa internacional de mercadería.
ii) Existen casos en que la indemnización de perjuicios por incumplimiento es el único
remedio posible: puede ocurrir que el interés del acreedor de demandar la indemnización de
perjuicios no sólo encuentre justificación en el hecho que estima que ella satisface de mejor
manera su interés contractual sino, también, en el hecho de que no sea procedente el
cumplimiento forzado del contrato, ni la resolución, y el acreedor no tenga otra alternativa
que demandar la indemnización de perjuicios. En efecto, puede ocurrir que no se ejecute la

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El artículo 1537 referido a la cláusula penal permite optar por demandar la indemnización en caso de incumplimiento. El
artículo 1590 dispone que en caso de cumplimiento imperfecto de una obligación de dar una especie o cuerpo cierto, el
acreedor podrá solicitar la resolución del contrato, a menos que el “deterioro no pareciere de importancia”, caso en el cual
se le concederá solo la indemnización de perjuicios En el mismo sentido, el artículo 1938 faculta al arrendador para terminar
el arriendo con indemnización de perjuicios o “limitarse sólo a la indemnización, dejando subsistir el arriendo”, en el event o
que el arrendatario no use la cosa según los términos o espíritu del contrato. Por su parte, el artículo 2002 prescribe que si
el que encargó la confección de una obra material alegare que ella no se ha ejecutado debidamente y tal alegación es fundada
“el artífice podrá ser obligado, a elección del que encargó la obra, a hacerla de nuevo o a la indemnización de perjuicios”.
prestación en el plazo estipulado y ése sea el principal interés del acreedor, de modo que será
irrelevante para el acreedor exigir el cumplimiento forzado del contrato o la resolución.
iii) Derecho de opción del acreedor entre los distintos remedios por incumplimiento en
el Código Civil chileno: Un tercer argumento para postular la autonomía de la acción
indemnizatoria es el derecho del acreedor para optar por el remedio por incumplimiento que
satisface de mejor forma su interés contractual5 , derecho expresamente reconocido en el
Código Civil chileno y que existiría cualquiera fuere la obligación incumplida.
Como se ha señalado, tratándose de las obligaciones de hacer y no hacer6 , la ley otorga al
acreedor el derecho de escoger el remedio que mejor repare los daños ocasionados por la
infracción del contrato, sin referirse expresamente a las obligaciones de dar. En tal caso no
obstante la falta de norma expresa, el acreedor puede ejercer el derecho de opción ante el
incumplimiento dado que como se indicó anteriormente, no existe razón alguna para conferir
este derecho al acreedor en ciertos contratos. De este modo se podría sostener que el derecho
de opción del acreedor se presentaría como un principio general del Derecho de las
Obligaciones.
Se ha argumentado además que el legislador no ha prohibido interponer la acción
indemnizatoria en forma autónoma tratándose del incumplimiento de una obligación de dar
y sabido es que en el Derecho Privado puede hacerse todo aquello que el legislador no
prohíbe.
Por último, se ha señalado que el artículo 12 del Código Civil dispone que podrán renunciarse
los derechos conferidos por las leyes con tal que miren al interés individual del renuncia nte
y no esté prohibida su renuncia. Pues bien, no existe norma en dicho Código que prohíba al
acreedor de una obligación de dar renunciar a su derecho de optar por el cumplimie nto
específico o la resolución.

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En cuanto al principio de Fuerza obligatoria de los contratos y el argumento esgrimido por la posición contraria en cuanto
a que los contratantes deben intentar primeramente perseverar en el vínculo contractual, se ha señalado que en realidad el
referido principio quiere significar que el acreedor puede escoger cuál es la mejor forma en que se ve resarcido por el
quebrantamiento de la palabra dada, esto es, optar por el remedio que más conviene a su interés. Como enfatiza Pizarro
Wilson Pizarro resulta paradójico que sea el deudor, el causante de la violación del vínculo contractual, quien pueda
escudarse en la fuerza obligatoria para hacer pervivir el contrato. Así el principio de la fuerza obligatoria del contrato sería
un obstáculo al reconocimiento de una responsabilidad contractual autónoma. El acreedor se vería forzado a demandar la
ejecución del contrato, aunque ya no le interese o el beneficio esperado se haya esfumado.
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No obstante, una primera lectura del artículo 1555 del Código Civil pareciera sugerir que el acreedor sólo puede demandar
la indemnización de perjuicios en el evento que no pueda deshacerse lo hecho en contravención, pues, si ello es posible,
deberá conformarse con la ejecución en naturaleza. Sin embargo, dicho artículo condiciona la ejecución en naturaleza a que
efectivamente pueda destruirse lo hecho en contravención y que tal destrucción sea necesaria para el objeto que se tuvo a la
vista a la época de celebración del contrato. La apreciación y ponderación de estos requisitos corresponde al juez de la causa.
Así las cosas, si el juez estima que la destrucción de lo ejecutado indebidamente no es necesaria para el objeto del contrato,
el deudor estará obligado a indemnizar los perjuicios resultantes de la contravención. De allí que Carlos Pizarro sostenga
que no existe a propósito de las obligaciones de no hacer un principio a favor de la ejecución en naturaleza, dado que el
criterio del juez determinará, en definitiva, el remedio por incumplimiento. Ello supone reconocer el derecho de opción al
acreedor de una obligación de no hacer y le impone la carga de acreditar ante el juez los hechos que más convengan al
remedio que estima satisfacen de mejor forma su interés. Es más, si es posible y necesaria la destrucción de lo ejecutado, el
acreedor no está obligado a inclinarse por ella, advirtiéndose con mayor fuerza tal derecho de opción.
iv) El fundamento de la indemnización de perjuicios es el incumplimiento contractual :
El cuarto argumento propuesto para construir dogmáticamente la autonomía de la
indemnización de perjuicios por incumplimiento contractual, es que el fundamento de tal
indemnización es el incumplimiento del contrato, porque es precisamente, como
consecuencia de éste, que el acreedor ve frustrado su interés contractual. La resolución o
cumplimiento forzado del contrato resultan irrelevantes a estos efectos y sostener que ellos
constituyen el fundamento de la indemnización por incumplimiento contractual conlleva una
cadena de nexos causales que resulta confusa.

v) La finalidad de la indemnización por incumplimiento es la reparación integral: La


finalidad de la acción de indemnización es la reparación integral, que sólo se alcanza
otorgando un carácter autónomo, dado que el resarcimiento así concebido permite
indemnizar íntegra y totalmente al acreedor el perjuicio ocasionado por el deudor
incumplidor. Y es que las partidas que deben resarcirse por concepto de indemnización de
perjuicios son distintas, según se trate de una indemnización complementaria o de una
indemnización autónoma, ya que la extensión de los perjuicios a reparar está determinada
directamente por el carácter de la indemnización. En efecto, si la indemnización es
“complementaria” –lo que ocurrirá si el acreedor demanda la resolución o el cumplimie nto
forzado del contrato y además indemnización de perjuicios– ésta cubrirá los perjuicios que
el cumplimiento forzado o la resolución del contrato no lograron cubrir. Tratándose de la
resolución del contrato, el acreedor podrá demandar el daño emergente y el lucro cesante que
haya experimentado, o el mayor o menor costo que signifique para el contratante cumplidor
la realización de una operación de reemplazo o transacción sustitutiva derivada del
incumplimiento. Si frente al incumplimiento el acreedor decide realizar una operación de
reemplazo –comprar o arrendar la cosa no entregada o contratar la obra con otro contratista–
, el daño será el mayor valor que la operación de reemplazo signifique respecto del precio
establecido en el contrato. Por el contrario, si el acreedor es quien debe proporcionar a la otra
parte las mercaderías u objetos arrendados y frente al incumplimiento de éste debe
enajenarlos o arrendarlos a terceros, el daño será el menor valor que obtenga en esta nueva
operación. Se trata, por tanto, de indemnizar la diferencia de precio existente entre el contrato
incumplido y la operación de reemplazo. En cambio, si la indemnización de perjuicios tiene
un “carácter autónomo”, la extensión de la indemnización se amplía a lo que la doctrina
comparada denomina “daño intrínseco o pérdida del valor de la prestación”.

La evolución jurisprudencial
La tendencia jurisprudencial clásica se caracterizó por un rechazo generalizado a la opción
de poder demandar autónomamente indemnización de perjuicios, ya se tratará del
incumplimiento de una obligación de dar o de hacer.
Giro jurisprudencial: Admisibilidad de la procedencia autónoma de la indemnización de
daños por incumplimiento contractual
Desde el año 2007 a la fecha la Corte Suprema ha admitido progresivamente que el acreedor
pueda solicitar la indemnización exclusiva o directa 7 . Los casos en que ha acogido la postura
de la doctrina moderna se trata, en su mayoría, de supuestos de incumplimiento de una
obligación de hacer, lo que constituye un significativo avance, dado que, durante décadas se
prescindió del tenor literal del artículo 1553 del Código Civil. Pero a diferencia de lo que
pudiera pensarse, la argumentación no sólo se sustentó en dicho precepto, sino que, en
ocasiones, el tribunal justificó su admisibilidad en términos generales, cualquiera fuera la
naturaleza de la prestación incumplida, recurriendo a diversas premisas formuladas a partir
de la sentencia pronunciada en el caso Opazo Lamana con Inmunomédica Ltda.
Resulta curioso todo este esfuerzo argumentativo, pues como se verá, en algunos casos la
Corte Suprema acogió la procedencia de la indemnización exclusiva, pero, en definitiva, la
desestimó por no reunirse sus condiciones de procedencia. De allí que se considere que el
verdadero propósito que persiguió dicho tribunal fue preparar la línea argumental para
sostener la autonomía de la indemnización en el evento que se presentara un supuesto en que,
a falta de una norma expresa que facultara al acreedor a optar por la sola indemnización, su
procedencia fuera controvertida.

1) Transportes Aeropuerto Express Ltda. y LADECO S.A. Incumplimiento de la


obligación de efectuar reservas del servicio de transporte aéreo (agosto de 2007): Este
es el primer caso en que la Corte Suprema, después de varias décadas, admite la
independencia de la indemnización de daños por inejecución de obligaciones de hacer, a
partir de lo dispuesto en el numeral tres del artículo 1553. En el caso, Transportes Aeropuerto
Express Ltda. interpuso demanda de indemnización de daños en contra de LADECO S.A.
por la inobservancia de la obligación que imponía el contrato celebrado entre ellas,
consistente en efectuar las reservas de sus pasajeros para el servicio de transporte prestado
por la demandante que sólo cumplió en un principio. Tanto el tribunal de primera como de
segunda instancia rechazaron la demanda, interponiendo el demandante en contra de esta
última decisión recurso de casación en la forma y en el fondo.
En su fallo, la Corte Suprema reconoce la posibilidad de exigir sólo la pretensión
indemnizatoria, fundamentando su decisión únicamente en la opción que el artículo 1553 del
Código Civil otorga al acreedor. Así, en su considerando noveno –que será reproducido en
sentencias posteriores– expresa lo siguiente: “En efecto, la frase de que se sirve la norma-
cualquiera de estas tres cosas, a elección suya- da claramente a entender que la
indemnización de perjuicios es concebible como solicitud autónoma, sin necesidad de ir
aparejada a la petición de cumplimiento o de resolución del contrato de que esa obligación
de hacer incumplida emanó”. Con todo, el tribunal desestima la indemnización de daños,
indicando en su considerando undécimo que no se acreditó que LADECO S.A. hubiera dado

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La Corte Suprema ha acogido la indemnización exclusiva en los casos Zorín con Siderúrgica Huachipato S.A., Fisco de
Chile con Sociedad Ingeniería Construcción del Sur S.A., Ampuero Ascencio con Castillo Hernández y Steffen Cáceres con
Fundación M i Casa, Stange contra Ripley Puerto M ontt.
cumplimiento a las obligaciones que le imponía el contrato, en especial aquella referida al
pago de las comisiones pactadas, de modo tal que de conformidad al artículo 1552 del Código
Civil, la mora de la demandada fue purgada por la mora de la demandante y, por consiguie nte,
falta este presupuesto para acoger la pretensión indemnizatoria.
2) Opazo Lamana con Inmunomédica Laboratorio Ltda. Incumplimiento de la
obligación de entregar un examen preparatorio a una intervención quirúrgica
(diciembre de 2010)
La segunda sentencia en que la Corte Suprema se pronunció respecto de la procedencia de la
indemnización exclusiva permite advertir un trascendental progreso en el razonamiento de
dicho tribunal, pues justifica en términos generales la procedencia de la acción y constituye
la primera ocasión en que utiliza la expresión autonomía de la acción indemnizatoria.
En el caso el actor dedujo demanda de resolución del contrato celebrado con Inmuno méd ica
Laboratorio Ltda., con indemnización de daños, por inejecución de la obligación de entregar
un correcto examen de sangre preparatorio a una intervención quirúrgica. Por su parte, el
demandado indicó que es improcedente la resolución de un contrato que contiene una
obligación de hacer que se ha cumplido, cuyo carácter es único e instantáneo, de manera que
debe desecharse la indemnización de perjuicios que se reclama, toda vez que si no procede
la resolución del contrato no puede existir indemnización.
En este caso, la Corte no acoge la demanda dado que el demandante no logró acreditar el
cumplimiento imperfecto de la obligación. De allí que la relevancia de esta sentencia no se
encuentre en su parte resolutiva, sino que en su parte considerativa, pues, a partir del
razonamiento allí contenido, nuestro máximo tribunal comenzará a acoger la tesis de
independencia de la indemnización de daños, invocando argumentos esgrimidos por la
doctrina nacional reciente, tales como el derecho de opción del acreedor, la reparación
integral del daño, el carácter principal de la indemnización y la interpretación lógica del
artículo 1489. Así, en lo que concierne a la libre opción del acreedor y la reparación integral
del acreedor, consigna lo siguiente: “Que sobre la materia no puede soslayarse que,
conforme a los principios que integran el Código Civil, no se observan particulares
motivaciones que podrían inducir a privar a los afectados de dirigir las acciones en la forma
y del modo como mejor se ajusten a sus intereses, desde el momento que el derecho civil
otorga a las personas el principio de libre disposición de sus bienes y la autonomía de la
voluntad, todo lo cual lleva a reconocer las mayores prerrogativas al momento de someter
las pretensiones al órgano jurisdiccional. Es por lo anterior que esta Corte Suprema ha
reconocido la independencia y autonomía de las acciones indemnizatorias, sean éstas
moratorias o perentorias, las que cualquiera sea la naturaleza del objeto de la prestación,
pueden impetrarse en forma exclusiva, desde el momento que el legislador ha establecido su
procedencia y la forma más usual de interposición, pero no ha prohibido la que en mejor
forma repare integralmente el daño derivado del incumplimiento”. Por otra parte, a propósito
del carácter independiente de la acción indemnizatoria señala: “Ante la entidad
independiente que la ley prevé en general, no existen razones para vincularla de manera
determinante con cada una de aquellas acciones de resolución y cumplimiento, como
tampoco para entenderla accesoria a las mismas, en especial cuando se reclama la
reparación de daños morales. Una razón fundamental surge para ello: tanto la teoría
clásica, al considerar que la indemnización es la misma obligación cuyo cumplimiento se
logra por medio de la justicia en naturaleza o por equivalencia, como por la teoría moderna
que indica que la indemnización es una nueva obligación, lo que permite arribar a la
conclusión que se trata de una obligación principal, nunca accesoria”.
3) Toro Fuentealba con Concha Sandoval. Incumplimiento de la obligación de adoptar
las medidas de información y prevención para la seguridad e integridad de los
trabajadores (junio de 2012): En este caso se dedujo acción de indemnización de perjuicios
por los daños materiales y morales derivados de un accidente sufrido por la demandante
mientras realizaba su práctica profesional en las instalaciones de la empresa del demandado,
accidente que le ocasionó la amputación de un dedo. El asunto llegó a conocimiento de la
Corte Suprema, tribunal que, insistiendo en la argumentación del caso Opazo Lamana con
Inmunomédica Ltda, una vez más alude a la libre opción del acreedor, a la reparación integral
y al carácter principal de la indemnización. Con todo, la particularidad de ésta sentencia
radica en que ella es la primera que efectivamente acoge la indemnización exclusiva y
condena al demandado al pago del daño moral.
4) Compañía Siderurgia Huachipato S.A. y Zorin S.A. Incumplimiento imperfecto de
la obligación de entrega (octubre 2012). Este el primer caso en que la Corte Suprema se
pronuncia a favor de la autonomía de la acción indemnizatoria en caso de incumplimiento de
una obligación de dar. En el caso Compañía Siderurgia Huachipato S.A. y Zorin S.A.
celebraron un contrato de compraventa en virtud del cual Huachipato se obligaba a entregar
1500 toneladas de rodillos de laminación dados de baja por desuso y Zorin S.A a pagar la
suma de US$ 267.750 por estos. El elemento determinante para la celebración del contrato
fue la composición química de los rodillos, alta en níquel, que permitían a Zorin S.A.
venderlos a su vez a una empresa norteamericana interesada en la calidad y composición de
los elementos minerales de los rodillos. Enviadas las primeras 58 toneladas de rodillos, la
empresa norteamericana les informó que la composición de los metales enviados distaba
enormemente a lo que se había requerido.
Atendida la imposibilidad de concretar el negocio con la empresa estadounidense y el daño
que el incumplimiento ocasionó a la imagen y prestigio de Zorín, esta demandó la
indemnización de daños por inejecución contractual en contra de Compañía Siderúrgica
Huachipato S.A., por concepto de daño emergente, lucro cesante, daño moral y daño a la
imagen. El tribunal acogió la demanda indemnizatoria, invocando al efecto la infracción al
principio de buena fe contractual, desechando la excepción de contrato no cumplido y la
teoría de la accesoriedad de la indemnización por infracción de una obligación de dar
alegadas por la demandada. Apelada dicha sentencia, luego es confirmada por la Corte de
Apelaciones de Santiago. En contra de esta sentencia el demandado deduce recurso de
casación en el fondo y recurso de casación en la forma ante la Corte Suprema, los que son
rechazados, interponiendo el demandante, recurso de casación en la forma que es acogido y
determina la dictación de una sentencia de reemplazo.
En este caso el acreedor optó por la indemnización exclusiva, pues, si bien resultaban
procedentes la resolución y la pretensión de cumplimiento específico, ellas no satisfacían su
interés. En efecto, los rodillos ya habían sido laminados, de modo que aun cuando intentara
la acción resolutoria, no hubieran podido restituírseles. Por otro lado, exigirle a Siderúrgica
Huachipato que entregara los rodillos convenidos, suponía solicitar a Triorient Trade Inc. la
restitución de aquellos recibidos y el envío de los pactados, debiendo soportar Zorín la nueva
adquisición y el costo de esa operación.
La sentencia de la Corte Suprema de 31 de octubre de 2012 resuelve que la entrega de una
cosa distinta a la pactada constituye un cumplimiento imperfecto del vendedor, dado que, de
conformidad a los artículos 1828, 1568 y 1569 no ha cumplido con su obligación de entregar
la cosa convenida. Asimismo, estimó que procede la indemnización autónoma, sin que ello
implique una vulneración de los artículos 1489 y 1873 del Código Civil, dado que estos no
exigen para acoger tal pretensión que el acreedor demande conjuntamente la resolución del
contrato. Incluso precisa que como la misma Corte lo ha resuelto en otras oportunidades,
siguiendo una moderna tendencia doctrinal, el demandante puede plantear la indemnizac ió n
sin asociarla a la resolución, pues, la entrega material de los rodillos está cumplida y parte de
ellos fueron cortados, debiendo considerarse tal indemnización como parte de lo que el
vendedor debe en “cumplimiento del contrato, pues según el artículo 1591 el pago total de la
deuda comprende el de los intereses e indemnizaciones que se deban”. En atención a estas
consideraciones el tribunal acoge la pretensión indemnizatoria, pero solo condena al
demandado a indemnizar la suma de 114.400.000 $ por concepto de lucro cesante. Los
considerandos más importantes establecen:
NOVENO: Una vez establecido que efectivamente ha existido un incumplimiento del
contrato, corresponde determinar si la actora ha podido ejercer la acción indemnizator ia,
como lo ha hecho, prescindiendo de lo que disponen los artículos 1489 y 1826 del Código
Civil, que parecen indicar que tal acción no es autónoma, sino que debe siempre ir
acompañada sea de la petición de resolución contractual o bien de la exigencia de
cumplimiento del contrato. Como ya lo ha resuelto esta Corte en otras oportunidades, y
siguiendo una moderna tendencia doctrinal (Rol 3341-012), se estima que, en este caso, la
demandante ha podido plantear su demanda de responsabilidad civil contractual, sin asociarla
a la resolución del contrato, pues, la entrega material de los rodillos está cumplida y parte de
ellos fueron cortados.
DÉCIMO: Que, en todo caso, una demanda de daños y perjuicios en los términos que se han
descrito, debe ser considerada como parte de lo que el vendedor debe en ‘cumplimiento del
contrato’, de acuerdo con los términos del artículo 1489 del Código Civil. En efecto,
conforme al artículo 1591 ‘el pago total de la deuda comprende el de los intereses e
indemnizaciones que se deban’. Dado que en este juicio se pretenden indemnizacio nes
derivadas de un incumplimiento contractual, asociadas a una entrega imperfecta de la cosa
vendida, debe entenderse que el deudor está ejerciendo una acción de cumplimie nto
contractual, para ser debidamente pagado por el deudor, aunque la acción esté reducida a las
indemnizaciones que el actor estima que la sociedad demandada le adeuda por
incumplimiento del contrato.
De este modo, la Corte Suprema defiende la autonomía de la acción indemnizator ia
recurriendo a las reglas del pago y, en particular, lo que disponen sobre la forma en que debe
hacerse el pago de las obligaciones de dar, entendiendo que la indemnización corresponde a
lo debido por el contrato. Se establece que cuando el acreedor demanda la indemnización lo
que hace es reclamar lo debido según la convención, justificando el recurso en el artículo
1591 del CC. En otras palabras, el pago de la indemnización corresponde a lo que hubiese
recibido el acreedor de haberse cumplido perfectamente el contrato.
Es necesario mencionar que parte de la doctrina ha criticado el fallo, en el sentido que la
comprensión que concibe la indemnización de perjuicios como parte del pago contraviene la
idea de una acción de perjuicios autónoma, y no guarda relación con el concepto de
responsabilidad contractual que ha venido decantando en los últimos años. Sin perjuicio de
ello ésta sentencia marca un precedente en la materia. La relevancia de esta sentencia es
innegable, pues evidencia un vuelco en el razonamiento que nuestro máximo tribunal sostuvo
durante décadas, según el cual el artículo 1489 del Código Civil consagraba el carácter
accesorio, complementario y concurrente de la indemnización por incumplimiento de las
obligaciones de dar.
5) Fisco de Chile con Sociedad Ingeniería Construcción del Sur S.A. Inejecución de la
obra convenida (noviembre de 2012): Prácticamente un mes después de pronunciada la
sentencia Zorín con Siderúrgica Huachipato S.A., la Corte Suprema tuvo que resolver una
vez más la procedencia de la indemnización exclusiva por incumplimiento de una obligació n
de hacer. Los hechos fueron los siguientes: El Ministerio de Obras Públicas del Maule
adjudicó la ejecución de la obra Construcción Tenencia Romeral a la empresa Ingeniería y
Construcción S.A. Sin embargo, dicha empresa no ejecutó la obra en el tiempo estipulado,
motivo por el cual el Director Regional de Arquitectura del referido Ministerio procedió a
liquidar el contrato celebrado con la empresa, resultando un saldo en perjuicio del fisco.
Atendido que ese saldo equivale al valor de las obras no ejecutadas y del nuevo contrato que
este tuvo que celebrar para terminar la obra convenida, dedujo acción indemnizatoria en
contra de Sociedad Ingeniería y Construcción S.A., por dicho monto a título de daño
emergente, invocando al efecto los artículos 1553 y 1556 del Código Civil.
El tribunal de primera instancia rechazó la indemnización demandada, indicando que, si bien
el artículo 1553 no exige que se haya declarado la resolución o el cumplimiento para solicitar
la indemnización, los perjuicios que reclama no se acreditaron. Ante esta decisión el fisco de
Chile interpuso recurso de apelación ante la Corte de Apelaciones de Talca, tribunal que
revocó la sentencia de primera instancia y acogió la pretensión indemnizatoria. En contra de
esta sentencia, Sociedad Ingeniería y Construcción S.A. dedujo recurso de casación en el
fondo, sin embargo, la Corte Suprema acogió la pretensión indemnizatoria del demandante,
confirmando que el mayor costo que le significó la celebración de un nuevo contrato para la
conclusión de la obra convenida tiene naturaleza resarcitoria, precisando que la reparación
de ese daño se obtiene a través del numeral tres del referido artículo 1553.
6) Ampuero Asencio con Castillo Hernández. Incumplimiento del mandatario judicial
de la obligación de distribuir en forma convenida el monto percibido de un avenimiento
laboral (enero del 2013)8 : En este caso los hechos fueron los siguientes: José Ampuero
suscribió un contrato de honorarios por servicios profesionales de cuota litis con Alfonso
Castillo Hernández con el objetivo que este asumiera, en calidad de abogado, su
representación judicial y la de otros cinco trabajadores en un juicio laboral en contra de su
ex empleador. Las partes del litigio llegaron a un avenimiento que puso término al referido
pleito y que consideró el pago por parte de la empresa demandada, correspondiendo al
demandante un porcentaje superior al de los restantes actores, en atención al mayor tiempo
de prestación de servicios para su ex empleador.
Sin embargo, Alfonso Castillo Hernández dividió el dinero en forma unilateral y sin utilizar
ningún criterio lógico, lo que provocó que el demandante recibiera una suma menor a la que
le correspondía, pues sus codemandantes, con menor tiempo trabajado, obtuvieron un monto
que osciló entre 650.000 $y 1.600.000 $ por sobre lo que a él le correspondió. Esta
circunstancia determinó que interpusiera una acción indemnizatoria y reclamara el daño
emergente y el daño moral derivados del incumplimiento.
El tribunal de primera instancia desestimó la indemnización de daños, acogiendo la
excepción de prescripción deducida por el demandado. Ante esta decisión el demandante
interpuso recurso de apelación ante la Corte de Apelaciones de Puerto Montt, tribunal que
revocó la sentencia recurrida, en cuanto no acogió la excepción de prescripción y la confirmó
en lo relativo al rechazo de la demanda, indicando que de conformidad al artículo 1489 del
Código Civil, para solicitar la indemnización de daños debe demandarse en forma principal
el cumplimiento o la resolución del contrato.
En contra de esta última sentencia, el demandante dedujo recurso de casación en el fondo
ante la Corte Suprema, tribunal que anuló de oficio la sentencia pronunciada y dictó la
sentencia de reemplazo pertinente. En dicha resolución precisó que el mandatario incump lió
su obligación, pues no restituyó al actor lo que le correspondía al tenor de lo pactado, motivo
por el cual acoge la indemnización reclamada –que según expresa el tribunal equivale a “la
diferencia existente entre lo que percibió y aquello que efectivamente le correspondía”–, pero
en virtud del estatuto jurídico del mandato. En la sentencia la Corte establece, "En efecto, la
acción indemnizatoria no se encuentra ligada únicamente en sede contractual a la resolución
o cumplimiento forzado de lo pactado, puede entonces cobrar identidad propia (…) En

8
Si bien la Corte determinó que la pretensión reclamada por el demandante efectivamente tenía un carácter indemnizatorio,
alguna doctrina ha sostenido que estaríamos ante el cumplimiento específico de una obligación de dar y, por consiguiente,
ante un caso aparente de autonomía de la indemnización. En este sentido, se ha señalado que en este caso la cuestión de la
autonomía de la acción indemnizatoria no se plantea, y no porque se trate del incumplimiento de una obligación de hacer
como lo entiende la Corte Suprema, sino porque, en realidad, el actor no demanda la indemnización de perjuicios en forma
exclusiva. M ás bien demanda el cumplimiento forzado de la obligación de dar aquella suma de dinero no enterada por el
abogado demandado al rendir su cuenta y, en complemento, la indemnización de los daños derivados de tal cumplimiento
imperfecto. Claramente, al tratarse de una obligación de dar una suma de dinero, el actor confunde ambas acciones derivadas
del incumplimiento, la de cumplimiento y la indemnizatoria. Sin embargo, tal confusión pasa inadvertida, al punto que la
Corte de Apelaciones rechaza la indemnización fundada en su carácter accesorio y la Corte Suprema, aunque fundamenta
de manera contundente la aceptada autonomía, no advierte el error en que incurre el actor.
sentido contrario, la interpretación exegética del artículo 1489 del Código Civil deriva de
una lectura literal del mismo, se contrapone a la reparación integral del acreedor" .
7) Steffen Cáceres con Fundación Mi Casa. Incumplimiento de la obligación de restituir
el inmueble arrendado y del pago de las rentas (septiembre de 2013) 9 : Los hechos son
los siguientes: María Gisella Steffen Cáceres celebró con Fundación Mi Casa un contrato de
arrendamiento de un inmueble, incendiándose éste por negligencia de la arrendataria y sus
administradores. La arrendadora demandó la terminación del contrato por falta de pago de la
renta convenida y la indemnización de daños, solicitando el pago de las rentas adeudadas a
partir de julio de ese año por concepto de lucro cesante y la restitución del inmueble en el
mismo estado en que se recibió, a título de daño emergente. El tribunal de primera instancia
rechazó la demanda de terminación del contrato y acogió la indemnización de perjuicios a
título de daño emergente y lucro cesante. Frente a esta decisión ambos litigantes interpusiero n
recurso de apelación ante la Corte de Apelaciones de Valdivia, tribunal que confirmó la
decisión apelada, indicando que la acción indemnizatoria es independiente de la acción de
terminación del contrato.
En contra de esta sentencia la demandada dedujo recurso de casación en el fondo por
infracción de los artículos 1489, 1545 y 1557 del CC. La Corte Suprema en sentencia de 10
de septiembre de 2013 rechazó el recurso de casación interpuesto por estimar que la acción
indemnizatoria es independiente de la acción de terminación del contrato, admitiendo la
procedencia de la indemnización autónoma. En tal sentido indica que una nueva
interpretación que este tribunal ha venido amparando otorga al contratante incumplidor el
derecho de demandar indistintamente el cumplimiento específico, la resolución o la
indemnización de perjuicios para lo cual debe determinarse el sentido y alcance del artículo
1489 del Código Civil a la luz de su contexto, pero vinculándolo a otras normas del mismo
cuerpo legal, en especial aquellas relacionadas con el cumplimiento de las obligaciones de
hacer y no hacer. Sin duda la argumentación de la Corte Suprema en favor de la autonomía
de la indemnización es contundente y congruente con la asentada en casos precedentes. Con
todo, y como se ha anticipado, en este caso surge la siguiente pregunta: ¿es un auténtico caso
de autonomía? Como ha indicado algún autor no lo es, pero en realidad no se trata sólo de
una pretensión de cumplimiento específico. Se puede afirmar que la Corte acogió dicha
pretensión, pero acompañada de una indemnización complementaria.
8) Stange contra Ripley Puerto Montt. Incumplimiento de obligación de hacer derivada
de un contrato de transacción (octubre de 2013). En el caso se dedujo demanda de
indemnización de perjuicios por daños materiales y morales en contra de Ripley Puerto
Montt, derivados de la inejecución de un contrato de transacción en virtud de la cual el
demandante debía pagar parte de una deuda a la tienda comercial, y ésta, por su parte, se
obligaba a darle un plazo de sesenta días para pagar la deuda y a eliminar su nombre del
DICOM, una vez firmado el referido acuerdo y pagada dicha suma. No obstante, el

9En este caso la doctrina también ha cuestionado si es un verdadero supuesto de independencia de la indemnización de
daños,y es que, como se advertirá, en este caso el problema consiste en determinar si la pretensión deducida por la
demandante sólo es indemnizatoria o, por el contrario, se reclama, además, el cumplimiento específico del contrato, supuesto
en el cual la indemnización dejaría de ser autónoma y pasaría a ser complementaria.
demandado incumplió esta última obligación, publicando el nombre del demandante en el
referido Boletín respecto de la referida deuda, a pesar de que por expreso acuerdo de las
partes esta se había remitido. El demandado, por su parte, solicitó el rechazo de la demanda,
aduciendo que de conformidad con el artículo 1489 del Código Civil la indemnización por
incumplimiento contractual solo puede demandarse juntamente con el cumplimie nto
específico o la resolución del contrato, a diferencia de lo que ocurre en sede extracontractua l
en que ella puede solicitarse en forma directa.
El tribunal de primera instancia acoge la pretensión indemnizatoria sólo en lo que concierne
al daño moral, dejando establecido que se accionó por concepto de responsabilidad civil
extracontractual. En contra de esta decisión el demandado interpuso recurso de casación en
la forma y apelación, no obstante, lo cual la sentencia impugnada fue confirmada por la Corte
de Apelaciones de Puerto Montt. Frente a esta resolución el demando dedujo recurso de
casación en la forma ante la Corte Suprema. Dicho tribunal en sentencia de 2 de octubre de
2013 acoge el recurso de casación interpuesto y dicta sentencia de reemplazo, admitiendo el
ejercicio de la indemnización autónoma y condenando al demandado a pagar daño moral
derivado del incumplimiento, ya que lesionó la honra del demandante. El tribunal una vez
más aborda la independencia de la acción indemnizatoria, cualquiera sea el objeto de la
prestación incumplida, advirtiendo: “la indemnización de perjuicios, pura y simple, se
encuentra engarzada con lo que se puede resolver respecto de la procedencia o im-
procedencia de reclamarla directamente, con total independencia de las restantes hipótesis
que en materia contractual y, para el caso de incumplimiento, contempla el artículo 1489
del Código Civil”. De hecho, se detiene a justificar la admisibilidad de la indemnizac ió n
exclusiva, reproduciendo textualmente los considerandos contenidos en las sentencias que ya
hemos analizado y que aluden a la libre opción de del acreedor, la reparación integral del
daño y el carácter principal de la indemnización123, aun cuando tratándose de la inejecució n
de una obligación de hacer bastaba con aludir al artículo 1553 N° 3 del Código Civil.
9) Laboratorios de Control Técnico Llay Llay Ltda. con Celestron Ltda. Cumplimie nto
imperfecto de la obligación de transferir un equipo y participar en su instalación
(noviembre de 2014): En el caso, la demandada vendió al actor un equipo defectuoso,
encargándosele su reparación en un plazo determinado que no efectuó correctamente,
causándole daño emergente y un lucro cesante considerable. En base a ello se demandó la
indemnización por incumplimiento contractual, solicitando que se le condenara a pagar el
daño emergente –representado por el valor de la máquina– y el lucro cesante derivado del
cese de la relación comercial con la referida empresa. El tribunal de primera instancia
admitió la indemnización autónoma solicitada, indicando que, si bien no existe certeza de
que las fallas de la máquina se debieron a los defectos de esta o a su mala instalación, ambas
circunstancias eran de cargo de Celestron Ltda. Sin embargo, la Corte de Apelaciones de
Santiago desestimó su procedencia, aduciendo el tenor literal del artículo 1489.
En contra de esta decisión Laboratorios Llay Llay interpuso un recurso de casación en el
fondo por infracción de lo dispuesto en el artículo 1489, aduciendo que este precepto admite
que el acreedor demande la indemnización exclusiva, citando sentencias anteriores de la
Corte Suprema que así lo han reconocido. La Corte acogió el referido recurso y concedió la
indemnización autónoma al demandante, pero curiosamente sostuvo que la obligació n
incumplida era de hacer, en circunstancias que era de hacer y de dar. De este modo, no acoge
la indemnización exclusiva aduciendo el tenor literal del artículo 1489.
Resulta curioso y contradictorio que el tribunal efectué tal calificación de la obligació n,
soslayando la existencia de una obligación de dar, pero sostenga que el precepto que se
vulnera es el artículo 1489.
Miradas las cosas desde esta perspectiva, pareciera que al igual que en el caso “Cuadra
Calderón con Céspedes Arteagabeitía”, en que, si bien precisó que el estatuto de las
obligaciones de dar era el artículo 1489, pero no indicó si admitía la indemnizac ió n
autónoma– la Corte Suprema evitó pronunciarse de manera abierta sobre la procedencia de
la indemnización autónoma por incumplimiento de las obligaciones de dar, aun cuando en
los considerandos anteriores reiteró la contundente argumentación contenida en sentencias
precedentes, otorgándola en definitiva.
Con todo, podría pensarse que, si bien este proceder no es el más correcto desde una
perspectiva dogmática, en nada perjudica al acreedor, pues igualmente se le otorga la
pretensión reclamada. Lo cierto es que genera inseguridad jurídica, dado que no existe
claridad respecto de los parámetros para calificar de modo jurídico a una obligación como de
dar o de hacer ni la normativa que autorizaría para demandar la indemnización exclusiva en
el evento de no ser ejecutada, surgiendo una interrogante que a la fecha estaba prácticamente
resuelta: ¿el estatuto aplicable a las obligaciones de hacer es el artículo 1553 o el artículo
1489?
Sentencias posteriores al “giro jurisprudencial” que han rechazado el carácter
autónomo de la indemnización:
1. Oviedo con Sociedad Agrícola Sacor Ltda. Cumplimiento imperfecto de la obligación
de entregar cueros lanares (septiembre de 2008). Los hechos de la causa son los siguie nte;
Industrias Magromer, empresa argentina, demandó a la sociedad Sarcor, empresa chilena,
por los daños derivados del cumplimiento parcial de su obligación de entregar ciento
cincuenta mil cueros lanares, pues solo entregó sesenta y un mil a Sarcor y el resto a otros
compradores, lo que redundó en la inejecución del resto del contrato. El tribunal de primera
instancia rechazó la demanda, sentencia que fue confirmada por la Corte de Apelaciones de
Punta Arenas, que indicó en su considerando quinto: “La acción de indemnización que ha
sido presentada por el demandante, es la que emana de la responsabilidad contractual –
incumplimiento de un contrato– y, por tanto, debió solicitar o la resolución de dicho
contrato, más la respectiva indemnización lo que no hizo en el caso de autos, en que
simplemente dedujo la acción indemnizatoria en forma independiente, sin solicitar ninguno
de los derechos alternativos reseñado”, razonamiento que luego es reiterado por la Corte
Suprema pues el tribunal señala que el cumplimiento o resolución del contrato a que alude el
artículo 1489 son derechos principales, que se complementan con un derecho secundario,
cual es obtener la indemnización de los daños que le ha causado la falta de cumplimi e nto
total o parcial de la obligación” (véase el considerando séptimo de la sentencia Oviedo con
Sociedad Agrícola Sarcor Ltda. (2008).
2. Muñoz cerda con Massu Massu. En el mismo sentido, en el caso Muñoz Cerda con
Massu Massu resuelto por la Corte de Apelaciones de Valparaíso el año 2012 se desestimó
la indemnización exclusiva, aduciendo el tribunal que para que el acreedor pueda intentar
dicha acción “es requisito esencial que demande la resolución o el cumplimiento forzado del
contrato, dado que la indemnización es una consecuencia de éstos, existiendo entre ella y
aquéllos una relación indisoluble” y precisando que este “ha sido el criterio mayoritar io de
nuestra jurisprudencia”. Resulta importante mencionar que a la fecha de dictación de dicha
sentencia la Corte Suprema había admitido en forma reiterada la procedencia de la
indemnización de daños por incumplimiento de una obligación de hacer.

Cuadra Calderón con Céspedes Arteagabeitía (Corte Suprema octubre de 2013): En


este caso si bien la Corte Suprema no rechaza expresamente la autonomía de la acción
indemnizatoria, evidencia un aparente vuelco en el razonamiento de nuestro máximo
tribunal, dado que a diferencia de los tribunales de instancia, desestimó la autonomía de la
indemnización, pues consideró que la obligación incumplida, consistente en ceder y transferir
al demandante los derechos que le pertenecían en la sociedad comercial Colegio San Agustín
Ltda., es una obligación de dar y no de hacer, precisando que las partes invocaron el artículo
1553 del Código Civil, en circunstancias que resultaba aplicable el artículo 1489 que
constituye un estatuto jurídico distinto. La interrogante que surge entonces es, ¿cuál sería la
diferencia entre el estatuto establecido por el artículo 1553 y el artículo 1489 tratándose de
la indemnización de daños? ¿El primero admitiría en forma expresa la procedencia de la
indemnización exclusiva en su numeral tres y el segundo no contemplaría esa posibilidad?
Aun cuando nuestro máximo tribunal no afirme que esa sea la diferencia, es posible inferir la,
toda vez que si estimara que en ambos casos procede la indemnización autónoma la habría
acogido, precisado tan solo el error en la invocación de la norma que resultaba pertinente,
pero no la habría desestimado indicado que el régimen que ellas establecen es diverso.

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