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Módulo 1

Lectura 1

Formas de Pensamiento
Prof. Sandra María Gómez
Prof. Darío Sandrone
A.- ¿De qué hablamos
cuando nos referimos a
formas de pensamiento?
Nos convoca, en el inicio de una carrera universitaria, un espacio de
formación que pretende llegar a usted ofreciéndole esta asignatura
denominada Formas de Pensamiento.

El espíritu inicial de esta materia es acercarlo a poder “pensar el


pensamiento”. Esta inquietud es muy antigua y ya los primeros filósofos se
hacían preguntas como las que siguen: ¿Cómo es que el hombre piensa? ¿Es
una posibilidad sólo del hombre? ¿Cuál es el origen de esa posibilidad?
¿Cómo es que las personas pueden resolver problemas, crear objetos,
generar variedad de ideas?

Seguramente usted ha tenido interrogantes de esta naturaleza. Será


primero la Filosofía la que ofrezca respuestas y las registre de modo escrito,
dejándonos un legado desde el cual se han construido diversidad de
especulaciones. En todas sus formas: por especulación (la Filosofía), por
revelación divina (la religión) o por verificación empírica (la ciencia), la
búsqueda se dirige siempre a encontrar la mejor verdad. Esta división que se
ajusta estrechamente a la historia del pensamiento estaría dando cuenta de
formas de pensamiento que fueron dando explicaciones acerca del mundo
natural y social.

Para esta asignatura haremos un recorte que se justifica en la


necesidad de orientar nuestros abordajes a aquellos elementos teóricos y
prácticos que mejor aporten a la formación inicial universitaria con miras al
futuro desempeño profesional. Por este motivo es que en el primer módulo
hablaremos sobre una pregunta central que refiere a cómo conocemos, es
decir, qué mecanismos psicológicos permiten al hombre construir
conocimiento, de tipo práctico y/o de tipo lógico. Luego haremos algunas
distinciones entre conocimiento, pensamiento y creencia con el objetivo de
discriminar aquellas formas de conocer que han sido trabajadas desde la
Filosofía y la ciencia. Luego, en los siguientes módulos, veremos tres tipos
de pensamiento: el lógico, el dialéctico y el sistémico. Al finalizar la materia
nos quedará un panorama global que ha sido presentado didácticamente
bajo este formato denominado Formas de Pensamiento que, en realidad,
pretende ser una invitación de apertura a la temática que los obligue a
seguir profundizando temas que siguen siendo debatidos por el hombre y
que , sin margen de duda, hacen al hombre, hombre.
1 Para la elaboración de este módulo se ha utilizado la siguiente

bibliografía:
 Copi, Irving (1962) Introducción a la lógica. Editorial
Universitaria de Buenos Aires.
 Carlos Alchourrón, Carlos; Mendez, J. (1995) - Lógica.
Enciclopedia Iberoamericana de Filosofía. Editorial Trotta. Edición.
Madrid.

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 Villoro, Luis (1982) .Creer, saber y conocer. Ed. S XXI.
México.

B.- El hombre y sus


explicaciones del mundo.
Como ya dijimos, las preocupaciones que el hombre ha tenido en
relación con el conocimiento tienen larga data. Ya en los filósofos griegos
encontramos referencias a estos temas abordados desde distintas
construcciones especulativas. Serán tema del pensamiento occidental la
relación del hombre con la naturaleza y lo que lo distingue del resto de las
especies, la construcción de la realidad y el modo de conocer, los procesos
de conocimiento y los objetos cognoscibles, los modos de conocer y los
procesos psicológicos puestos en juego, los distintos tipos de conocimientos
y el valor de cada tipo en la transmisión de los conocimientos. En distintos
lugares geográficos y en diferentes momentos históricos se han ido
generando ideas que han pretendido explicar de alguna manera estos temas.

Empezaremos por tratar de entender cuáles son los procesos


psicológicos que se ponen en juego al momento de conocer, para luego
adentrarnos en los tipos de conocimiento en el hombre. Es importante
considerar, desde una visión diacrónica, los abordajes iniciales provistos por
las especulaciones filosóficas que permitieron al hombre ir despegándose de
explicaciones míticas. La Filosofía ofrecerá una base sobre la que se fue
construyendo los sistemas teóricos contemporáneos, ya que de una manera
más o menos explícita, estos sistemas se asentaron sobre concepciones ya
construidas, sea para fundamentarse, para diferenciarse o para superarse en
una búsqueda permanente de conocimiento.

En una mirada global podemos identificar tres grandes momentos en


la historia del pensamiento occidental. Tal como hemos enunciado hace un
momento el pensamiento filosófico permitió al hombre ir dando otras
explicaciones que se alejaban cada vez más de las concepciones míticas. Los
mitos narraban la creación de los seres o las cosas con explicaciones que
otorgaban a seres sobrenaturales dicho origen. Con estas explicaciones se
sacralizaba la existencia a través de una repetición ritual que ordenaba la
cotidianeidad dando respuesta a los grandes interrogantes como la creación
del cosmos, la muerte, el nacimiento. Todo mito cuenta una historia, pero
esa historia se funda en creencias mágicas, sobrenaturales.

La llegada del Cristianismo y su doctrina impregnará el pensamiento


por varios siglos centrándose la mayoría de los argumentos en la revelación
y voluntad divina.

El Renacimiento -en los siglos XV y XVI- será un movimiento


cultural que dará lugar a una nueva forma de concebir al hombre, al mundo
y su relación. Podemos ubicar en este movimiento el paso del teocentrismo,
propio del medioevo, al antropocentrismo. Otro movimiento originado en el
siglo XVI que influye en este nuevo lugar del hombre en relación con el
conocimiento, es La Reforma Protestante que cuestionaba la autoridad del
Papa, entre otros aspectos. Lo que interesa es que el lugar de la Iglesia se ve
cuestionado y con ello su poder. Estos cambios irán dejando mayor margen
a la presencia del hombre y su capacidad de razón en la explicación del

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mundo natural y social, desdibujando la absoluta presencia de Dios como
explicación de todos los fenómenos. La fe en Dios se traslada en una fe a la
razón humana.

La Filosofía va a tener un exponente francés llamado Descartes


quien, en el siglo XVII, ubicará al sujeto en el centro de la escena. Su
expresión más representativa es “pienso, luego existo”. El valor de la razón
ocupará el centro de las producciones filosóficas y científicas. Ya Copérnico,
unos años antes de la llegada de Descartes, había postulado un sistema
astronómico heliocéntrico por oposición al sistema tolemaico en el cual la
tierra era el centro. Este aporte indica una nueva concepción del universo en
el cual nuestro planeta dejaba de ser el único centro de los movimientos de
los astros. Galileo- hombre del Renacimiento- apoya las ideas de Copérnico
y prosigue sus investigaciones ofreciendo la primera ley del movimiento.
Perfecciona el telescopio y con este instrumento estudia el cielo
descubriendo la naturaleza de la Vía Láctea, entre otros grandes aportes a la
ciencia. Recuperamos estos hitos ya que los mismos nos permiten visibilizar
el avance de los conocimientos físicos y astronómicos lo cual fue origen y
consecuencia del valor que comienza a tener la razón humana como
vehículo de conocimiento de la realidad.

Por último, y porque no puede dejar de ser mencionada, la presencia


de la Ilustración. Se constituyó como un movimiento cultural que se expresa
con mayor fuerza en Francia e Inglaterra hacia fines del siglo XVII
extendiéndose hasta la Revolución Francesa (1879). Dicho movimiento,
mejor conocido como Siglo de las Luces, apostaba con absoluta convicción a
la razón humana. Es una época de avance en el conocimiento y la técnica.
Los hombres de la Ilustración abogaban por dirigir los cambios políticos y
sociales hacia una idea de progreso que liberara al hombre de las
supersticiones, de las irracionalidades y de la tiranía. Estas ideas serán el
alimento de la Revolución Francesa.

Vimos de manera muy sintética este recorrido que nos permite


vislumbrar los pasos: del mito a la razón, de la razón a la fe, de la fe en Dios
a la razón humana.

Retomando, decimos entonces que hombre vuelve a ocupar un lugar


central siendo la razón una de las vías más confiables para el conocimiento
del mundo. Podemos hablar al menos de tres áreas de saber: la filosófica, la
teológica y la científica. La primera construida desde la especulación, la
segunda cimentada en los dogmas de la fe y, la última, construida en base a
la objetivación y verificación empírica.
Conocimiento y
explicaciones del hombre
sobre el mundo natural y
social

Filosófico Teológico Científico

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C- Las posibilidades y los
límites del conocimiento
Sigamos haciendo un poco de historia. A partir del siglo XVII, para
responder a la pregunta ¿de dónde viene lo que sabemos? y retomando lo que ya
dijimos antes, nos encontramos con uno de los principales representantes de
esta época: Descartes, un filósofo paradigmático en cuanto a este tema.

Descartes pertenecía al racionalismo, que es una corriente filosófica que


afirma que la razón humana es el fundamento último de todo nuestro
conocimiento. Fue matemático y una de sus principales preocupaciones fue
encontrar un método seguro para llegar al conocimiento verdadero. Una de las
condiciones para esto fue la de no tomar como verdadero nada que no fuera
evidente y, sabiendo que lo que había aprendido a través de los sentidos a veces
lo engañaba, decidió dudar de todo el conocimiento sensible. Si mis sentidos me
engañan, decía Descartes, ¿por qué pensar que no lo van a hacer siempre?
También pensaba que muchas veces estamos dormidos y creemos estar
despiertos, y se preguntaba ¿cómo llegar a un conocimiento evidente,
absolutamente verdadero? Sin embargo, sostenía que las verdades matemáticas
son las únicas seguras y confiables, incluso aunque estemos soñando.

Descartes tiene una actitud escéptica estableciendo lo que se denomina


la duda metódica, que significaba dudar de todo para poder encontrar alguna
verdad sobre la cual construir un conocimiento verdadero; más adelante plantea
la duda también sobre aquellas proposiciones matemáticas, y piensa que podría
existir un genio maligno que nos estuviera engañando todo el tiempo sin que
nos demos cuenta. Si bien esta posibilidad pareciera dejarnos sin la posibilidad
de encontrar alguna respuesta a la pregunta por el conocimiento, Descartes se
da cuenta de que mientras duda, piensa y si piensa, él mismo es algo. Es a partir
de esto que surge la frase que caracterizó su pensamiento: pienso, luego existo.

Más adelante, en el siglo XVIII, sale al encuentro de este planteo


cartesiano un filósofo inglés llamado David Hume, quien perteneció a una
corriente llamada empirismo; éste respondió a la pregunta por el origen del
conocimiento diciendo que el fundamento de la misma es la experiencia. Para
Hume, el hombre tiene experiencia de dos tipos: las que son directas y
llamamos impresiones, y otras más débiles que dependen de las primeras a las
que llamamos ideas. Las que provienen del exterior con las impresiones de la
sensación; las que corresponden a los sentimientos y provienen de nuestro
mundo interno, son las impresiones de la reflexión. En cuanto a las ideas, son
representaciones mentales derivadas de las impresiones, lo que quiere decir que
después de haber tenido una experiencia tendré una idea de aquello que afectó a
mis sentidos, o después de haber experimentado un sentimiento podremos
tener una idea de él. Como las ideas dependen de las impresiones, también
pueden dividirse en ideas de la sensación e ideas de la reflexión. Lo que
queremos exponer con este punto, a diferencia del planteado por Descartes, es
que lo que tenemos en nuestra conciencia proviene de una u otra manera de la
experiencia. El problema que se le plantea a esta posición filosófica sobre el
conocimiento es cómo podemos tener ideas de aquellas cosas de las cuales no
tenemos experiencia empírica, de algo que nunca hemos visto o sentido. Y lo
que responde Hume es que tanto las impresiones como las ideas, pueden ser
simples o complejas, dependiendo de que puedan o no separarse en partes más

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pequeñas; por ejemplo: la impresión de una manzana, es compleja porque
puede verse en ella el color rojo, el sabor dulce, entre otros.

Con esta pequeña introducción lo que intentamos es dar lugar a la


explicación de dos grandes corrientes del pensamiento que son el
racionalismo y el empirismo.

Diremos entonces, siguiendo al filósofo canadiense Morton, que el


empirismo es uno de los movimientos más influyentes en la teoría del
conocimiento y en Filosofía. No sólo fue desarrollado por Hume como
mencionamos antes, sino también por los filósofos Berkeley y Locke en los
siglos XVII y XVIII. Este movimiento considera a la experiencia como criterio o
norma de verdad en el conocimiento. No se opone a la razón sino que niega la
posibilidad de establecer verdades necesarias que valgan al punto de que se
haga innecesaria su verificación en la realidad. En este sentido los caracteres
fundamentales del empirismo son:

- Si lo primero en el orden del conocimiento son las ideas,


éstas habrán de tener un origen distinto a la propia mente y su validez
objetiva le vendrá de las cosas mismas.
- La experiencia es una fuente de conocimiento y ésta se
encuentra constituida por la percepción de los datos sensibles y las
operaciones internas de la mente o sentimientos; la experiencia es el
único criterio de verdad.
- Todo conocimiento ha de ser adquirido, por lo tanto, la
mente no posee ideas innatas sino que debe llenarse a partir de la
experiencia y el aprendizaje.
- La experiencia, si bien se presenta como fuente de
conocimiento, también es el límite; más allá de ella no es lícito ir si no
queremos caer en el error.
- Cualquier idea compleja tiene que explicarse por la
combinación y la mezcla de ideas simples; los conceptos universales o
generales, sólo designan estas combinaciones.
- El método ideal es el experimental e inductivo.

El racionalismo, por su parte, es una postura que se caracteriza por la


confianza en la razón humana, ya que considera que es la única facultad que
puede conducir al hombre al conocimiento de la verdad. La razón para esta
corriente, es autónoma, capaz de sacar de sí misma las verdades primeras y
fundamentales a partir de las cuales es posible deducir todas las demás. Estas
primeras ideas son innatas y la razón las conoce de forma inmediata a través de
lo que se llama intuición intelectual.

Algunos de los rasgos más importantes que caracterizan al racionalismo


son:
- Todos nuestros conocimientos acerca de la realidad
proceden no de los sentidos, sino de la razón.
- El conocimiento se construye deductivamente a partir de
ciertos principios que no se extraen de la experiencia sino que se
encuentran en el entendimiento, es decir, con esto lo que se plantea es
que hay ideas que son innatas.
- La deducción y más específicamente la intuición
intelectual es el método adecuado para este tipo de conocimiento.
- La razón no tiene límites y puede alcanzar todo tipo de
conocimiento.

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Como podemos ver la Gnoseología, que es la ciencia que se ocupa del
problema del conocimiento, no tiene una tarea fácil. La delimitación de algunos
conceptos, su definición y la posibilidad de llegar a encontrar un criterio cierto y
de validez universal ha llevado largos años, en la historia de la Filosofía y de la
ciencia, y aún es un trabajo que no concluye.

Inconmensurable quizás es una de las palabras con las que podríamos


caracterizar este estudio, que abarca tantas posibilidades de delimitaciones y de
definiciones, haciendo necesario recorrer, uno a uno, los puntos sobre los cuales
estudiar y reconstruir la historia del conocimiento. No sólo el intento de definir
qué es el conocimiento, cuál es el criterio de verdad, y cuáles son las condiciones
para afirmar que conocemos algo llevaron a postular diversas teorías, sino un
problema más fundamental aun como lo es la posibilidad del conocimiento y los
límites del mismo, lo cual llevó a filósofos a plantear sus diferentes posturas.

Nos centraremos en un problema que a través de los años se constituyó


como uno de los principales temas de discusión: ¿qué podemos conocer?
¿Conocemos realmente las cosas como son? ¿Cuáles son los límites, si es que
existen, de nuestro conocimiento?

Como no podemos establecer una sola respuesta a estos interrogantes,


expondremos algunas de las principales teorías que, desde que el hombre
comenzó a preguntarse por las cosas que lo rodean, han surgido como
posibilidad para responderlas.

El Escepticismo es una de ellas. Esta posición sostiene que hay que


dudar de todos nuestros conocimientos, que no es posible conocer, es decir que
no es posible para el sujeto salir fuera de sí para aprehender el objeto, o al
menos que no sabemos si es así. El nombre de escepticismo proviene del griego
sképsis (indagación, revisión, duda). Por ejemplo, algunos afirman que no
existen o que no se pueden conocer entidades metafísicas como Dios o el alma y
a estos los llamamos escépticos metafísicos.

Otra de las posiciones es el Relativismo: ésta sostiene que no hay una


verdad absoluta, sino que siempre está en relación a un lugar y a una época
determinada, a las circunstancias y condiciones en la que se formula. Considera
que la verdad está en relación a la historia social y cultural. Los sofistas fueron
los primeros en defender puntos de vista relativistas; Protágoras en su célebre
planteo, afirmaba que el hombre es la medida de todas las cosas. Sócrates y
Platón consideraron inadmisible este punto de vista, ya que decían que era una
teoría que hace imposible el conocimiento.

La tercera teoría es el Dogmatismo. En este punto diremos que,


opuesto al Escepticismo, es una escuela filosófica que considera que la razón
humana es capaz de conocer la verdad, pero siempre sujetada a métodos y a la
investigación, dando por supuesto al conocimiento, es decir, al contacto entre el
sujeto y el objeto. Afirma que los objetos nos son dados de la misma manera en
su corporeidad. No pone en duda ni la capacidad del hombre para conocer, ni la
realidad misma. Dogma significa doctrina, pensamiento fijado y que no necesita
de análisis. En algún punto todos somos dogmáticos; un ejemplo puede ser el
siguiente: si no pensáramos que es posible conocer cierta regularidad en los
movimientos del sol y de la tierra, todas las noches nos sorprendería la
oscuridad. Pero sin dudas, esa regularidad existe y podemos conocerla, y
sabemos que mañana amanecerá nuevamente.

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D.- El hombre y la
construcción del
conocimiento
¿Cómo conocemos? Esta pregunta puede ser respondida de distintas
maneras por las diferentes disciplinas. Si nos interesa dar cuenta de los
procesos psicológicos que permiten al hombre el conocimiento acudimos a la
Psicología para investigar estos procesos. Si ponemos el acento en la idea de que
el conocimiento es una construcción colectiva estamos reconocimiento que hay
condiciones objetivas que condicionan esa construcción, por lo que apelaremos
a la Sociología para entender el modo de funcionamiento de las estructuras
sociales y de los procesos de socialización relaciones con los esquemas de
conocimiento de los sujetos. Pero además de ver la génesis del conocimiento y el
modo en que el hombre puede construir dicho conocimiento, también merece
nuestra atención que pensemos cuál es la validez de los conocimientos que
poseemos. Entonces en este punto comenzaremos a trabajar sobre los distintos
conocimientos diferentes de las creencias, qué validez tienen y cómo
justificamos dicha validez, qué papel ha tenido y tiene el lenguaje en la
constitución del conocimiento científico.

En este momento nos estamos preguntando por cómo conocemos, es


decir, nos interesa saber comeos que el hombre llega construir conocimientos
del tipo de los denominados científicos. Jean Piaget (1986-1980) fue un biólogo,
psicólogo y epistemólogo que llevó adelante un programa de investigación que
permitió dar cuenta de los procesos psicológicos que explican la génesis de las
estructuras intelectuales del hombre adulto investigando el desarrollo de dichas
estructuras desde la niñez y la adolescencia. Este científico pensaba que había
que estudiar el conocimiento desde como se pasa de un estado de menor
conocimiento a un estado mayor conocimiento. Para ello se propuso rastrear en
el niño nociones que a su vez son objeto de estudio de la Epistemología, como
tiempo, espacio, causalidad, número, para explicar el nacimiento de la
inteligencia y el desarrollo de las operaciones intelectuales. De esta manera
propuso una Epistemología científica, basada en la Psicología y preocupada por
la actividad cognoscente para explicar el desarrollo de la ciencia y la elaboración
de los conceptos de la misma, basándose también en la Lógica. La indagación
psicogenética centró sus análisis en la búsqueda de conocimientos (leyes) en
cierto modo universales, del desarrollo intelectual explicando los mecanismos
responsables en la construcción del pensamiento.

El planteo sobre el conocimiento no lo inaugura Piaget pero él propone


una pregunta que se diferenciará de los tratamientos anteriores. Los
conocimientos no son considerados como hechos sino como procesos. Es esta
manera particular de concebir al conocimiento que radicará el cambio
paradigmático que marcará el paso de una teoría que lo concibe de modo
estático (como venían haciéndolo las Teorías Clásicas) a entenderlo como
proceso. De este modo el conocimiento está siempre en devenir en tanto hay un
proceso constructivo que consiste en pasar de un menor a un estado más
completo y eficaz de conocimiento. En este devenir se conforman estructuras
intelectuales en un proceso de génesis de esquemas de acción que en una

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primera etapa de la vida serán de tipo práctico, luego serán esquemas intuitivos
y finalmente esquemas operatorios.

El conocimiento para Piaget tiene un carácter constructivista, en tanto


estudia los estadios más elementales (como los esquema prácticos e intuitivos o
pre-lógicos) hasta los modos de construcción y creación científica (los esquemas
lógicos operatorios). El papel del sujeto en el conocimiento implica una
actividad que supone transformaciones internas y externas.

La pregunta formulada por el autor será: ¿cómo pasa un sujeto de un


estado de menor conocimiento a un estado de mayor conocimiento? Sus
investigaciones nos ofrecen explicaciones acerca del desarrollo mental y las
sucesivas etapas de construcción del mismo.
El desarrollo mental del niño y el adolescente se da en un
proceso que puede sintetizarse en una sucesión de tres grandes
construcciones:

1. La construcción de los esquemas senso-


motores (que se construye desde el nacimiento hasta
los 18/24 meses), que prolonga y sobrepasa a las
estructuras orgánicas. En este período los niños se
relacionan con la realidad valiéndose de percepciones y
movimientos.
2. Las relaciones semióticas rebasan al
anterior. (2 a 6 años aproximadamente) Hay
representaciones interiorizadas de los objetos o
situaciones vividas por lo que los niños pueden evocar
las imágenes. En esta etapa se desarrolla el
pensamiento intuitivo o preconceptual, esto significa
que no pueden incluir en clases y subclases de modo
sistemático. El pensamiento es transductivo (que va de
lo particular a lo particular), lo que significa que “gato
“no es para el niño un concepto, ya que la referencia a
gato es el gato que él que él conoce, “su gato gris
llamado Romeo”. Es decir que los gatos para el niño
aún no son una subclase que pertenece a una clase
mayor como los felinos.
La etapa anteriormente descripta se denomina
preoperatoria.
La próxima construcción serán las operaciones
lógicas concretas. (6-7 a 12 años) Se denomina
operatoria porque los esquemas se hacen reversibles,
lógica porque ya hay conceptos e inclusión en clases, y
concretas porque dichas operaciones refieren a objetos
concretos. En este período el niño puede realizar
operaciones lógico aritméticas como, por ejemplo,
sumar y su inversa, restar; pero dichas operaciones
siempre serán relativas a objetos concretos. Ejemplo:
sumar o restar sillas.
3. Finalmente se construyen las operaciones
lógicas formales (de los 12 a los 16 años). Se
denominan formales ya que implican desprenderse de
lo concreto, es decir que ahora se vale de
proposiciones. Puede operar con lenguaje simbólico y
podrá entonces realizar operaciones como ecuaciones

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que no necesariamente remitan a objetos concretos.
Trabaja con hipótesis, piensa en lo posible y pretende
comprobar empíricamente. En esta etapa puede pensar
sistemáticamente poniendo en juego el método
hipotético deductivo. Vemos en este período la
posibilidad de construir las nociones científicas que
han tenido su génesis desde el nacimiento del niño,
como por ejemplo, el tiempo, el espacio, la causalidad.

Esta explicación sintética sobre los procesos intelectuales


nos ubican en el modo en que se han construido las estructuras
cognoscentes que nos permiten entender cómo es que nuestro
pensamiento pasa de ser intuitivo (dóxico) a ser lógico (riguroso
y sistemático).

E.- Creer, saber y conocer.


En esta sección nos ocuparemos del creer, del saber y del conocer.
Intentaremos poner en evidencia sus diferencias, sus semejanzas, sus
implicancias y relaciones. Vamos a tener en cuenta conceptos como creencia,
conocimiento, justificaciones y razonamientos. Comenzaremos con una de las
nociones más básicas: la creencia.

¿Qué es creer? ¿Qué implica creer?

En primer lugar diremos que creer, en un


sentido restringido quiere decir tener algo por
verdadero sin estar seguro de ello ni contar con
pruebas suficientes. Siguiendo esto, podemos decir
que equivale a suponer, presumir, conjeturar, pero
no a tener certeza.

En sentido general, creer, significa tener un enunciado como verdadero,


aceptar la verdad y realidad de algo sin dar a entender que mis pruebas sean o
no suficientes.
¿Por qué Juan (J) cree que (p)?

Se pueden distinguir tres maneras para responder a la pregunta:


1- Una de esas maneras es la que se da por antecedentes,
es decir, aquellos que colocaron a Juan en situación de aprehender p al
modo como Juan la adquirió. Hace referencia principalmente a la
génesis de la creencia, a aquellas circunstancias, hechos sociales,
culturales o psicológicos relativos a Juan. Para decirlo en otras palabras,
remite a un pedazo de la biografía, a un fragmento de la historia del
sujeto Juan.
2- La segunda manera para contestar a esta pregunta, es
considerando los motivos que llevan a Juan a aceptar p, explicando la
función que tiene la aceptación de esa creencia en la realización de los
deseos, las intenciones y necesidades de Juan. Este punto se refiere a los
supuestos y consecuencias psicológicos de la creencia acerca de la
personalidad de Juan.

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3- El tercer punto, y el que nos llevará a explicar lo que es el
conocimiento y el saber, es el que explica las razones de la creencia.
Este aspecto señala las razones que tiene Juan para considerar que p
existe, señalando la justificación que Juan da a sus creencias y
mencionando las relaciones entre la creencia de Juan y otras creencias u
operaciones cognoscitivas, operaciones que tiene que realizar Juan para
tener a p por existente en el mundo y ciertas características de p por las
que resulta verdadera para Juan, es decir, remite a lo que se denomina
Teoría del Conocimiento, cuestión, esta última, que analizaremos más
adelante.

Estos tres motivos que se pueden encontrar y analizar en cada una de las
creencias, son compatibles ya que ninguna excluye a la otra. Toda creencia tiene
antecedentes puesto que fue adquirida, motivos porque forma parte de una
estructura psíquica y razones puesto que consiste justamente en tener por
existente el objeto de la creencia.

Para comprender lo que significa conocer, hablaremos ahora de las


razones que tiene una persona al momento de creer en algo, es decir, aquello que
hace que para Juan, siguiendo el ejemplo anterior, sea verdadera o más o menos
probable, la proposición p.

Las razones son las relaciones que le aseguran al sujeto que su acción se
adecua y está determinada por la realidad. En este sentido, la razón práctica, es
un tipo de razón que está dirigida a conectar las creencias con nuestras acciones
en el mundo. Por ejemplo: tengo ganas de tomar mate. Creo que el mate se
encuentra en la cocina o muy probablemente se encuentre ahí. Para satisfacer
mis ganas de tomar mate, la creencia que se seguiría es que debo ir a la cocina a
buscarlo.

Por lo general, este tipo de razones contiene dos elementos: un querer,


que es el fin que nos proponemos con la acción, y una creencia de que la acción
contribuye a lo que queremos. En este sentido si mi querer se dirige a tomar
mates, y tengo la creencia de que el mate se encuentra en la cocina, también
tengo la creencia de que dirigiéndome hacia allá, podré lograr el fin que me
propuse.

Si no tuviera ningún tipo de creencia en relación a dónde podría


encontrarse el mate, quizás no hubiera actuado con tanta certeza.

Si efectivamente, vamos a la cocina y encontramos el mate, sucede que


probablemente cada vez que nos surja el mismo deseo intentaremos con la
misma acción, lo cual, siguiendo a Peirce implica que aquellas creencia que
guían nuestras acciones y deseos, también es un indicativo de más o menos
seguro de que en nosotros se estableció un cierto hábito que determinará
nuestras acciones.

Para dar un paso más hay que sumarle al concepto de razón que justifica
la creencia de un sujeto, el concepto de justificación. Este último, hace
referencia a las razones teóricas por las que consideramos verdadera una
creencia. Sin embargo hay una característica que diferencia a las razones de la
justificación y es que si bien las razones en el sentido en el que las
mencionábamos antes pueden ser a su vez otras creencias, la justificación no
puede ser a su vez una creencia.

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Para aclarar este punto diremos que la justificación (basada en razones
teóricas) es un proceso a través del cual se realiza una operación mental por la
que inferimos una proposición de otra y damos razón de una creencia por la
cual la consideramos verdadera. La justificación intenta responder a la pregunta
acerca del por qué de la creencia y es por ellos que se puede entender de dos
maneras: decimos que constituye una conexión causal, es decir aquella que se
da entre hechos; o como una conexión lógica, y ésta tiene lugar entre
proposiciones.

Por lo general, las razones teóricas sobre las que se fundamenta la


justificación, no son creencias, sino que se basan en hechos de la realidad o en
proposiciones comprobables o verificables.

Las razones guían nuestra acción en el mundo. Por lo general actuamos


con la tranquilidad de que tenemos razones más o menos seguras que son
proporcionadas por las creencias sin necesidad de estar fundadas en
razonamientos totalmente coherentes y objetivos. La justificación es una
expresión lógica o causal (si se quiere científica) de que aquellas acciones que
tenemos frente al mundo están fundadas en presupuestos teóricos que
proporcionan razones coherentes, explicadas y sistematizadas acerca de lo que
creemos, convirtiendo la simple creencia en un saber. Para ilustrar la diferencia
entre justificación y razón podemos pensar el siguiente caso: yo puedo tener la
creencia de que hoy va a llover; esa creencia tiene consecuencias en mi vida
práctica, por ejemplo salgo con un paraguas a la calle. Sin embargo, no podría
decir que tengo una justificación de esa creencia; en cambio, el servicio
meteorológico que también afirma que va a llover sí la posee, ya que ha
fundamentado esa creencia en base a datos empíricos precisos (mediciones de
temperatura, humedad, presión atmosférica, entre otros) y a presupuestos
teóricos que determinan relaciones causales (por ejemplo, que a una
determinada temperatura y una determinada presión atmosférica hay altas
probabilidades de que llueva).

¿Qué es saber?

El paso siguiente es diferenciar la creencia del saber, la segunda noción


de la que vamos a hablar. Saber implica creer, ya que no se puede saber sin
tener al mismo tiempo algo por verdadero. Si alguien sabe que p también cree
que p. Si sé algo no puedo menos que creer en ello. Todo saber implica creencia,
pero no toda creencia implica saber.

Para decir que sabemos algo son necesarias tres condiciones:


a) Para que Juan sepa que p es necesario que Juan crea que p.
b) Que corresponda a la realidad, es decir, sólo a las creencias que
consideramos verdaderas llamamos saberes.
c) Tener razones suficientes que justifiquen la creencia.

El saber entonces, es creencia verdadera y justificada. Pero lo que va a


diferenciar el saber de la tercera noción de la que vamos a hablar a continuación
– el conocimiento- es que, para usos prácticos, aplicamos “saber” a ciertas
creencias que podríamos llamar razonables, porque están basadas en razones
sólidas que bastan para darnos la confianza de que, de someterlas a examen
minucioso, se confirmarían como suficientes. Las necesidades prácticas de
nuestra vida requieren que no nos detengamos a examinar con cuidado cuáles
serían razones suplementarias de un saber y nos tengamos que contentar con
las más obvias. Podemos querer lograr con éxito en una acción específica,
vinculada con un fin concreto; entonces queremos saber para que nuestra vida

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práctica se adecue a la realidad y nos permita alcanzar ese fin particular.
Tenemos interés también en orientarnos en el mundo en forma permanente de
manera de asegurar el cumplimiento de los fines que nos propongamos con
acciones distintas. El acierto de mi acción en mi vida cotidiana exige que dé por
suficientes algunas de las razones en las que se basan mis creencias que guían la
práctica, con lo cual no dudamos en considerar como saberes aquellas creencias
razonables que bastan para lograr una acción exitosa en las circunstancias
particulares de la vida diaria. El número de razones que consideramos, variará
en cada caso con el interés en que nuestra acción esté más o menos firmemente
encadenada a la realidad. Lo que queremos expresar con esto es que
habitualmente usamos la palabra “saber”, y no tanto conocer, para relacionarlo
con cuestiones prácticas, ya que éste es su matiz particular. Por ejemplo:
decimos que sabemos que va a llover porque hay nubes tormentosas y por ello
llevaremos un paraguas cuando salgamos, pero como dijimos anteriormente al
no estar justificada rigurosamente (como en el caso del servicio meteorológico)
no podríamos decir que es un conocimiento, por más que estemos en lo cierto.

¿Qué es conocer?

Con esto damos lugar a la tercera


noción, que es la del conocimiento. Conocer es
un proceso mental para el cual es necesaria la
existencia de un sujeto cognoscente y un objeto
cognoscible para lograr establecer una relación
entre ambos. Es un proceso a través del cual el
sujeto sale de sí, se dirige al objeto para
aprehender sus determinaciones, se centra en
las cualidades que tiene el objeto y, finalmente,
vuelve a sí con el objetivo de obtener una
imagen del objeto, una idea o un concepto que
reproduce esas determinaciones. El sujeto es modificado por el objeto – puesto
que una vez que captó al objeto, ha obtenido un conocimiento de él que no
tenía- mientras que el objeto no padece modificación alguna.

Podemos hacer una distinción entre cuatro tipos de conocimiento:


- conocimiento intuitivo
- conocimiento mediato
- conocimiento a priori
- conocimiento a posteriori

El conocimiento intuitivo es aquel conocimiento inmediato. La


inmediatez para los empiristas está en la sensación mientras que para los
racionalistas está en la intelección. Está definido como la aprehensión
inmediata de las experiencias internas o externas.

El conocimiento mediato, por su parte, se realiza por medio de una serie


de razonamientos e inferencias, por ejemplo, el conocimiento lógico que se
desarrolla a partir de ciertos principios.

El conocimiento a priori expresión que significa “antes de” o “previo a”,


es el conocimiento sobre el que más ha hablado el filósofo alemán Immanuel
Kant refiriéndose a aquel conocimiento que es independiente de la experiencia.
Se trata de formalidades provenientes del sujeto y están presentes en el acto
intelectivo y actúan sobre una materia empírica dada en la sensación. Para este

Formas de Pensamiento - Sandra María Gómez


-Darío Sandrone | 13
tipo de conocimiento se utiliza solamente la razón y su validez es de carácter
universal y necesario.

Por último, el conocimiento a posteriori que significa “después de”, es el


conocimiento que, siguiendo a Kant, depende de la experiencia; depende de la
observación y de la experimentación. A diferencia del conocimiento a priori, su
validez es limitada y probable.

Conocer es, entonces, la actividad mediante la cual el ser humano se


apropia del mundo que lo rodea. Esta apropiación es una captación intelectual,
un proceso en el cual intervienen aspectos biológicos (como condición de
soporte), lingüísticos, culturales, sociales e históricos.

El conocimiento está determinado por dos dimensiones: la sensible y la


intelectual. Aun cuando se puede hacer una distinción entre ellas, cabe aclarar
que mantienen una conexión necesaria al momento de conocer.

Si bien parece claro este proceso, diversas teorías intentan dar una
explicación respecto a la verdad del conocimiento. ¿Qué significa que un
conocimiento sea verdadero? Sin embargo, para poder responder a esta
pregunta, previamente es necesario definir qué significa verdad.

Si decimos, por ejemplo, que un conocimiento se puede expresar en


proposiciones descriptivas, esto significa que su descripción de lo que dice que
pasa, coincide con lo que realmente pasa. En este punto estamos refiriéndonos a
un concepto de verdad como correspondencia o coincidencia entre lo que se
dice y el hecho al que se refiere. Decir: “está lloviendo”, será verdadero si
efectivamente está lloviendo. Parafraseando a Aristóteles, la verdad en este
sentido es decir de lo que es que es, o de lo que no es que no es; decir de lo que
es que no es, o de lo que no es que es, eso es la mentira. Con esto queremos
decir que si la proposición que expresa una descripción de lo que ocurre,
corresponde con lo que de hecho pasa en la realidad, esto es juzgado como un
tipo válido de verdad.

Por otra parte, hay que diferenciar este tipo de verdad con otro en el cual
decimos que la realidad de un sistema es coherente y una proposición es
verdadera si no se contradice con las demás que integran el sistema sino que,
por el contrario, se sustenta en las demás proposiciones que lo componen y
contribuye a volver más sólido el sistema; este concepto engloba lo que se
denomina la noción de verdad como coherencia. Un ejemplo clásico de este tipo
de verdad es el siguiente: si decimos que “todos los hombres son mortales” y
afirmamos que “Pedro es hombre”, de esto se sigue que “Pedro es mortal”.
Podemos ver que la verdad de esta última proposición se deriva de un correcto
razonamiento a partir de los principios establecidos. Para que esto sea
verdadero implica que no haya contradicción dentro del sistema.

Finalmente, un tercer concepto de verdad, es el de verdad como utilidad


o pragmático. Con este tercer concepto podemos pensar en aquellos casos en
los que se acepta algún tipo de teoría como verdadera, sin necesidad de precisar
más detalles acerca de su fundamentación pero que el sostenimiento de la
misma nos proporcionaría cierta utilidad para nuestro desenvolvimiento, es
decir, que nos proporciona efectos prácticos. Un ejemplo de ésta puede ser el
siguiente: el funcionamiento de la ley de gravedad, se sostiene como una
verdad. En este sentido, nos proporciona efectos prácticos que ayudan a
mantenerla como pie de otras teorías que sin más que la descripción que
proporciona dicha ley, le otorga una base para poder resolver problemas

Formas de Pensamiento - Sandra María Gómez


-Darío Sandrone | 14
teóricos relacionados con la física, para fundamentar los fenómenos del mundo
y sus proposiciones. Por ejemplo, cuando uno lanza un objeto desde
determinada altura, la ley de la velocidad, ya da por sentada la existencia del
fenómeno de la gravedad. Es en esto en que radica su utilidad.

La fundamentación. El paso que sigue y que se encuentra en estrecha


relación con lo que expusimos más arriba, y que nos acercará más a la noción de
conocimiento verdadero, es el relacionado con el tipo de fundamentación sobre
el que se apoya el conocimiento, es decir, los criterios sólidos sobre los cuales
diremos que algo se constituye como conocimiento válido.

A estos fundamentos los dividiremos en cuatro. El primero es aquel


proporcionado por la experiencia sensible; nuestros sentidos nos dan un
conocimiento empírico directo, pero a veces no puede traducirse en una
experiencia general, ya que es personal e intransferible. Por ejemplo cuando
decimos: “los vinos de esta bodega son más dulces porque los probé”. El
segundo es el razonamiento formal de base no empírica; es un tipo de
fundamentación más rigurosa y no se fundamenta en la experiencia sino que se
expresa mediante cálculos y es verdadero según un sistema en el cual las
verdades se prueban por procedimientos formales; un ejemplo es: “la suma de
los ángulos internos de un triángulo es de 180°”. El tercero es el criterio de la
autoridad; este método de fundamentación se basa en apelar a un especialista y
fundar la verdad de nuestro conocimiento en su palabra. Por último, el criterio
de la fe, el cual consiste en creer determinada afirmación por la propia fuerza
del espíritu; el ejemplo más claro respecto a este punto es el de la religión. Esta
última forma de fundamentación, junto con la que se basa en la apelación a la
autoridad, no es considerada válida para el conocimiento científico.

Conocimiento Fundamentos para


reconocer o negar la validez
Experiencia sensible y Sentidos
directa
Razonamiento formal Procedimientos formales
despegados de la experiencia sensible.
Autoridad de la fuente Apelación a un especialista
Fe Creencia religiosa

El objetivo de la fundamentación diremos que consiste en presentar


ciertos conocimientos como sólidos. Si bien el conocimiento puede quedar
restringido al ámbito personal, siempre está expuesto de forma que los demás
integrantes de la comunidad puedan acceder a él y pedir buenas justificaciones
y fundamentaciones sobre las cuales se apoya éste para considerarlo como
válido. De aquí que las fundamentaciones variarán en relación al tipo de
conocimiento al que hagamos referencia y resultarán suficientes. Es decir, si
queremos tener un conocimiento sobre algún tipo de religión no será menester
preocuparse por conseguir fundamentos empíricos, sino que a través de la fe
uno podría justificar y basar este tipo de conocimiento. Pero como dijimos más
arriba, si queremos establecer un conocimiento científico no podrán servirnos
solamente éstas como base, sino que será necesario recurrir a fundamentos de
la experiencia sensible o a un tipo de razonamiento formal.

Formas de Pensamiento - Sandra María Gómez


-Darío Sandrone | 15
F.- Pensamiento dóxico y
conocimiento científico.
Platón (427 - 347 a. C.) y los demás filósofos griegos distinguieron,
según su grado de profundidad y su relación a la verdad, entre doxa y
episteme.

La doxa u opinión, es un conocimiento superficial, parcial y


limitado, y está vinculado a la percepción sensorial. Se trata de un
conocimiento fenoménico, ya que trata sobre las apariencias y por ello es
engañoso y a veces, falso. Por lo general es un conocimiento asociado al
sentido común, al saber vulgar, en contraposición con el conocimiento
científico. Es por ello que tiene un carácter acrítico y
asistemático.

La episteme, en contraposición con la doxa, se


asocia al conocimiento científico. Era, para los
griegos, un saber especializado como el que se
atribuye hoy a la ciencia. Una de las características de
este conocimiento es que se constituía como
necesario ya que trataba de las causas y de los
fundamentos de las cosas. Otra de las características
es la objetividad, y con esto hacemos referencia a que
depende de la naturaleza misma y no de nuestras construcciones subjetivas.
En tercer lugar, es sistemático, porque se organiza de acuerdo con
parámetros racionales y lógicos. A diferencia de la doxa, este conocimiento
es explicativo, sistemático, metódico y crítico. El significado de episteme ha
cambiado a lo largo del tiempo, pero su aspiración inicial fue alcanzar un
conocimiento cierto, verdadero y bien fundamentado; también riguroso,
organizado y exacto.

El saber vulgar está asociado con la creencia; es adquirido a través


de la experiencia y no tiene un objeto en particular al cual estudiar. A
menudo consiste en una serie de afirmaciones no comprobadas ni
sistematizadas en un razonamiento. El conocimiento científico, por su
parte, se caracteriza por tener un objeto de estudio particular y una mirada
específica respecto a éste. Debe organizarse de manera que una proposición
se concluya de otra de un modo coherente, es decir, sin contradicciones.

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-Darío Sandrone | 16
G.- Conocimiento fáctico
y conocimiento formal
A lo largo de su historia el hombre ha intentado conocer el mundo y
entenderlo. Esto constituye, podría decirse, la característica fundamental del
hombre en tanto que es un animal que razona y que puede interrogarse acerca
de lo que ve, siente, experimenta y lo que le acontece. Para poder responder a
algunas de las preguntas y buscar explicar qué es aquello que constituye su
mundo, creó lo que se llama ciencia, entre otros saberes, que constituyen un
cuerpo de ideas que se caracteriza por ser racional y como dijimos más arriba,
sistemático, exacto y falible. A través de este conocimiento, el hombre alcanzó
una reconstrucción conceptual del mundo. El conocimiento científico es un
sistema de ideas establecidas y una actividad productora siempre de nuevas
ideas.

Definida así, podemos hacer una distinción entre el conocimiento fáctico


y el conocimiento formal, dentro de las cuales ingresarán algunas disciplinas
según sus propias características.

Antes de comenzar con una descripción de cada una de ellas, diremos


que la palabra fáctico proviene de la palabra factum que significa “hecho” y hace
referencia a las ciencias de lo real; en cambio la palabra formal viene de
“forma”, es decir, los números, las figuras geométricas, las relaciones entre
símbolos, y que no se encuentran en la realidad.

Siguiendo la caracterización que hace Mario Bunge, filósofo de la


ciencia, sobre las Ciencias Formales y las fácticas explicamos que: la Lógica y la
Matemática son conocimientos formales, es decir, son racionales, sistemáticos y
verificables, pero no son objetivos ya que no nos proporcionan información
acerca de la realidad. Tratan sobre ideas que sólo existen en la mente humana,
ya que no tienen un objeto de estudio existente en la realidad. Por ejemplo: los
números no existen en la realidad, sino sólo en nuestra mente. Sus objetos no
son cosas ni procesos. Sin embargo, se aplican a la realidad, ya que otras
disciplinas como la Física, la Química y la Economía, por ejemplo, recurren a la
Matemática o a la Lógica para explicar algunas relaciones complejas entre los
hechos. Se emplean en la vida cotidiana y en las Ciencias Fácticas (las cuales se
oponen) estableciendo contacto con la realidad a través del lenguaje.

La distinción entre Ciencias Formales y Fácticas tiene en cuenta no


sólo la diferencia respecto de su objeto, sino también sobre los enunciados sobre
los que se establecen y el método que utilizan. Los enunciados formales se
basan en relaciones entre signos y los fácticos se refieren a sucesos y procesos.
En relación al método que utilizan, las formales utilizan la Lógica para dar
prueba de la veracidad de sus enunciados y demostrar sus teoremas. Las
fácticas tienen que acercarse a los hechos y mirarlos, recurrir a la observación o
al experimento para ver en qué medida sus hipótesis se adecuan a la realidad.

El método de las Ciencias Formales es la deducción. La verdad en


Matemática consiste en la coherencia del enunciado con el sistema establecido
previamente, por tanto, es relativa a ese sistema. Por ejemplo: una proposición
que es válida en una teoría puede dejar de ser verdadera en otra teoría. En las
Ciencias Fácticas, los enunciados deben poder verificarse en la experiencia. Se

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-Darío Sandrone | 17
requieren datos empíricos para poder afirmar que un enunciado es verdadero,
con lo cual se hace necesario un método inductivo, es decir, que parta de la
experiencia.

Ciencias Objeto Método


Fácticas Hechos Verificación
empírica
Formales Entes Deducción,
formales razonamientos lógicos

Ahora brindaremos algunas de las características que tiene el


conocimiento fáctico. En primer lugar diremos que parte de los hechos, intenta
describirlos. En segundo lugar, selecciona los hechos que considera relevante la
experiencia la colectiva y la teoría; los explica por medio de hipótesis, y si es
necesario inventa conceptos. En tercer lugar es analítico. Esto quiere decir que
trata de descomponer todo en elementos, en sus componentes y explicar sus
interconexiones. Sus resultados son generales y el análisis contribuye a
construir teorías. En cuarto lugar, este tipo de conocimiento es especializado y
ésta es una consecuencia del enfoque analítico. Pero aun siendo especializado,
esto no impide tareas interdisciplinarias, es decir, el trabajo en conjunto de
varias disciplinas cada una con su objeto en particular. En quinto lugar, es claro
y preciso, a diferencia del conocimiento vulgar. Para lograr la precisión define la
mayoría de sus conceptos, evita los errores creando lenguajes artificiales y
procura siempre medir y registrar los fenómenos. En sexto lugar es comunicable
y expresable en público, gracias a la precisión, lo cual posibilita la verificabilidad
de sus resultados.

Conocimiento científico

Ciencias Fácticas
Ciencias Formales

Matemáticas

Naturales Sociales

Para resumir las demás características del conocimiento fáctico,


resaltaremos las siguientes: este conocimiento es verificable a través de la
experiencia; es legal en el sentido de que busca establecer leyes de la naturaleza
y de la sociedad para aplicarlas; es un conocimiento predictivo y esto constituye
una manera eficaz de poner a prueba las hipótesis; y en último lugar diremos
que es útil, ya que busca la verdad y busca proveer de herramientas para el
manejo del hombre en la práctica, es decir, tiene una asociación directa con la

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-Darío Sandrone | 18
tecnología y la creación de instrumentos que le posibiliten un mejor acceso a la
naturaleza para su conocimiento y explicación.

H- Filosofía y Ciencia
En esta parte trataremos de esclarecer las diferencias en los
términos “Ciencia” y “Filosofía” que a lo largo de la historia trajo
controversias y dudas sobre si la tarea y el discurso filosófico podían
constituir una ciencia en sentido estricto del término. También se asoció la
distinción entre Filosofía y ciencia a la distinción entre doxa y episteme,
respectivamente.

Si bien ambos son discursos racionales, es decir, que dejaron atrás el


discurso mítico y poético que predominaba en la época antigua, el
conocimiento científico se caracteriza por dar explicaciones sobre los
hechos, por tener un objeto de estudio delimitado según el ámbito que
trate, logrando recortar la realidad que va a estudiar. La utilización de un
método también es propio de la Ciencia, lo cual le proporciona rigor a sus
estudios y sistematización en el avance del conocimiento, así como la
posibilidad de predecir y anticipar hechos a través de sus explicaciones. Es
un tipo de conocimiento que crea Teorías Abstractas pero que la
característica de la intersubjetividad permite que sea comunicable y
comprobable para cualquier sujeto. Algunos de los aspectos esenciales de la
Ciencia son:
- Posee conceptos epistémicos, un conjunto de
nociones que se refieren a las actividades de conocimiento y que
sirven para describirlas.
- El interés que motiva a conocer es el dotar de sentido
a nuestra acción en el mundo.
- Los sujetos de conocimiento son los miembros de una
comunidad de conocimiento socialmente condicionados.

Por su parte, el trabajo de la Filosofía en tanto que disciplina


racional, es el de la clarificación, distinción y sistematización de los
términos hasta llegar a un sistema ordenado de conceptos definidos con
cierta precisión. Busca dar una explicación de la realidad en su totalidad.
Una de las características fundamentales de la Filosofía es que no parte de
un conjunto de verdades ya establecidas a partir de las cuales desarrollar
sus teorías, sino que es una actividad crítica aplicable a cualquier saber
teórico o práctico. En este sentido, al abarcar cualquiera de los demás
discursos y poder analizarlos, adquiere la categoría de metadiscurso. Al
filósofo le interesa conocer la totalidad de lo que existe, y como no parte de
verdades universales y sostenidas por todos, cada una de las Teorías
Filosóficas es una manera de ver la realidad y de darle sentido. No han
desarrollado métodos rigurosos como sucede en el ámbito científico, pero
sus intereses principales están puestos en que sus desarrollos sean
expuestos con buenos argumentos y capacidad explicativa.

Algunas características del discurso filosófico:


- El discurso filosófico clarifica los términos lo cual
conduce a una precisión de los conceptos y a una determinación del
objeto.
- Por su parte, la distinción de los conceptos implica su
delimitación respecto de otros conceptos.

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-Darío Sandrone | 19
- El discurso filosófico también tiene como tarea
fundamentar la realidad, saber en qué se basan nuestros
conocimientos del mundo, cómo y por qué conocemos.
- La Filosofía es una disciplina totalizadora en el
sentido de que tiende a la universalización de las teorías; toda la
realidad y el pensamiento es abarcado por la Filosofía, puede
preguntarse cuestiones científicas como también políticas y
metafísicas a la vez.
- Se encuentra relacionada con la práctica porque,
como dijimos en el punto anterior, trata de problemas políticos,
sociales, religiosos, entre otros, y sus soluciones se refieren a
derribar prejuicios para despejar el camino y construir nuevas
alternativas.

La Filosofía no es una ciencia en el sentido de que no descubre


nuevos hechos ni explica su comportamiento, sino que su pregunta es por la
verdad y la justificación de las creencias.

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-Darío Sandrone | 20
Módulo 2
Lectura 2 - Pensamiento Lógico

Formas de Pensamiento
Prof. Sandra María Gómez
Prof. Darío Sandrone
Lógica Formal

1 - Historia de la Lógica
La Lógica fue una de las ramas tradicionales de la Filosofía; si bien
culturas no occidentales como la india o la china tuvieron importantes
desarrollos de la Lógica, durante siglos, se consideró en Occidente que la
Lógica Silogística de Aristóteles era el paradigma definitivo de esta ciencia,
aceptada como un cuerpo de conocimiento acabado.
La historia de la Lógica se remonta a la Grecia Antigua, se le
atribuyó a Aristóteles, quien fue su primer sistematizador. Sus obras fueron
agrupadas en un conjunto que se denominó Organon. Los filósofos siempre
pretendieron recalcar que el conocimiento de las leyes del razonamiento
que proporcionaba esta ciencia, era fundamental como paso previo y
fundamental para cualquier tipo de estudio, sobre todo respecto a la
Filosofía. La Lógica Aristotélica parte del supuesto de que las formas de
pensamiento reproducen la realidad; se ocupa de los conceptos y de las
categorías del pensamiento completándose con el análisis de los juicios y de
las formas de razonamiento centrándose en las formas de demostración
adecuadas al conocimiento científico. En la parte central de su teoría,
Aristóteles expone cuatro tipos de proposiciones a partir de las cuales
formula sus propuestas de argumentación válida, junto con la Teoría de los
Silogismos.
Estos enunciados son: el universal afirmativo (A) por ejemplo “todos
los hombres son mortales”, el universal negativo (E), por ejemplo “ningún
hombre es mortal”, el particular afirmativo (I) por ejemplo, “algunos
hombres son mortales”, y el particular negativo (O) “algunos hombres no
son mortales”. Una manera de representar esto que expusimos, es a través
del cuadro de la oposición:

Las relaciones Lógicas que se dan entre estos enunciados son:


contrarias entre A y E; subcontrarias entre I y O; subalternas entre los
particulares es decir, entre A e I y E y O.

Formas de Pensamiento - Sandra María Gómez


-Darío Sandrone | 2
Los contrarios pueden ser ambos falsos, pero no ambos verdaderos,
los subcontrarios por su parte, pueden ser ambos verdaderos, pero no
ambos falsos. Sin embargo, la verdad de la subalternante, es decir, de A o de
E, se sigue la verdad de las subalternadas, de I y O, pero no a la inversa. Por
último, los enunciados contradictorios, si uno es verdadero entonces el otro
es falso y a la inversa. Ejemplos: decir que “todos los hombres son
mortales” (A) y decir que “algunos hombres no son mortales” (O), como son
relaciones contrarias pueden ser ambos enunciados falsos pero no ambos
verdaderos ya que si decimos que “todos” son mortales, en la categoría
“todos” no pueden existir “algunos” que no lo sean.

Aristóteles elaboró la Silogística y el planteamiento de la


investigación según el método deductivo, que junto con los estoicos,
quienes se dedicaron a una Lógica de las Proposiciones, caracterizaron la
historia de la Lógica Clásica.

En este sentido Aristóteles afirma que los silogismos consisten en


una inferencia que se produce a partir de dos premisas de las que se deriva
necesariamente la conclusión; es una estructura de pensamiento en que tres
juicios están relacionados entre ellos de manera tal que uno deriva de los
otros dos.

Un silogismo se compone de una premisa menor, una premisa


mayor y una conclusión:
Premisa menor: todo B es C
Premisa mayor: todo C es D
Conclusión: todo B es D

Lo que hace Aristóteles es denominar el término D, el predicado de


la conclusión, como el término mayor; B, el sujeto de la conclusión se
denomina término menor; y C, el término que figura sólo en las dos
premisas, se denomina término medio. Para facilitar un ejemplo diremos:

Todos los hombres son mortales


Todos los africanos son hombres
Todos los africanos son mortales

En este caso, el término medio está identificado con la palabra


“hombres” que aparece en la premisa menor como en la mayor pero no en
la conclusión; el término mayor es “mortales” presente en la premisa menor
y el término menor representado por la palabra “africanos”, estos dos
últimos presentes en la conclusión.

El gran paso de la Lógica se dio con la evolución de la ciencia


moderna y el desarrollo del pensamiento matemático, que dio origen a la
Lógica como disciplina exacta1. Después de que Descartes descubriera que
los problemas geométricos se podían traducir a problemas algebraicos, los
métodos geométricos fueron reemplazados por éstos. Los métodos
simbólicos descubiertos por Newton y Leibniz, hicieron posible que las
sucesivas generaciones usaran cálculos ordinarios para desarrollar la
ciencia. Leibniz por su parte, no estaba satisfecho con la Lógica Aristotélica,
y desarrolló sus ideas para mejorarla.

1
La Lógica también llamada formal o simbólica desarrollada por algunos de estos
pensadores, será desarrollada en esta lectura.

Formas de Pensamiento - Sandra María Gómez


-Darío Sandrone | 3
Cabe mencionar que a lo largo de la historia, tanto filósofos clásicos
como modernos y contemporáneos, pusieron de relieve la necesidad de la
Lógica como el estudio de las estructuras formales, que era por medio de la
forma de las proposiciones como se podían evaluar los argumentos y
determinar los casos de consecuencias lógicas correctas.

En el siglo XIX se hizo un esfuerzo por desarrollar una base firme


sobre la cual fundamentar las Matemáticas, con definiciones precisas,
axiomas y construcciones. La imprecisión en las definiciones provocaba
confusión.
Algunos de los principales exponentes de esta época que han
intentado desarrollar la Lógica en sus pensamientos son Descartes, Leibniz
y Frege.
Descartes afirmó que era posible la construcción de un lenguaje
como la Aritmética teniendo como punto de partida nuestras ideas claras y
simples. Formuló reglas lógicas para el descubrimiento, estableciendo como
criterio de verdad la claridad y la distinción de las ideas y su método fue la
duda metódica.

Por su parte, Leibniz, planteó aplicar la deducción matemática al


contexto de los razonamientos filosóficos; por último Frege fue quien
consiguió la elaboración de un cálculo lógico perfecto, desarrolla el primer
sistema axiomático plenamente simbolizado, que tiene relación con un
trabajo matemático y también filosófico. Su principal aporte es un sistema
de lógica en el que en lugar de analizar las proposiciones en sujeto y
predicado, propone verlas bajo la forma de función y argumento. Su
propósito es establecer la mejor forma de establecer la verdad de una
proposición. Otro de los aspectos sobre los que Frege hace hincapié es que
encuentra que su lenguaje simbólico puede facilitar, para los propósitos
científicos, el análisis, y el conocimiento de nuevas verdades para el avance
de la ciencia.
En la época moderna lo que surge es el desarrollo del pensamiento
lógico-matemático que aumentó las posibilidades de aplicación a
mecanismos automáticos y a computadoras, utilizando métodos
algebraicos, aritméticos, axiomáticos, entre otros. Lo que se logró con esto
es una mayor abstracción y autonomía respecto al contenido de las
proposiciones.

2.- Tipos de Lenguaje:


natural y artificia 2

Ya hemos hablado de las dificultades que el lenguaje natural —el


que usamos habitualmente en nuestra vida cotidiana— trae aparejado a la
hora de elaborar razonamientos y extraer conclusiones correctas. Suele
llamarse lenguaje natural al que utilizamos los seres humanos para
comunicarnos y expresarnos y que ha ido formándose paulatinamente con
el paso de los siglos. El adjetivo “natural” se contrapone al de “artificial”

2
Este apartado está basado en el desarrollo de Elena Teresa José (2006) cuya referencia
bibliográfica se encuentra en la primera lectura del presente módulo.

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-Darío Sandrone | 4
indicando que este tipo de lenguaje se ha conformado sin el diseño ni la
prescripción de ninguna disciplina. No ha sido forjado por nadie sino que se
ha ido haciendo “naturalmente” a causa de la interacción cotidiana entre los
hablantes y las comunidades de hablantes.
Los razonamientos formulados en castellano o en cualquier otra
lengua natural son a menudo difíciles de evaluar debido a la naturaleza vaga
y equívoca de las palabras usadas. Una expresión cualquiera de las que
escuchamos habitualmente puede considerarse una expresión del lenguaje
natural, por ejemplo: “La margarita es una flor blanca de corazón amarillo”
Si bien todo lenguaje es en cierta forma artificial, suele llamarse
natural al que aprendemos sin mayores esfuerzo desde el momento de
nuestro nacimiento y utilizamos habitualmente. El lenguaje artificial, en
cambio, como su nombre lo indica, es un lenguaje creado deliberadamente
con la intención de que cumpla alguna función, algún objetivo específico. Es
un lenguaje diseñado y aplicado adrede a diferentes fenómenos o aspectos
de la realidad con el propósito de lograr mayor precisión y rigurosidad.

El lenguaje artificial puede dividirse en dos subtipos de lenguaje: el


lenguaje técnico y el simbólico. El primero de ellos consiste en todas
las “jergas” que se utilizan en las diferentes profesiones y oficios. No
obstante, aun este tipo de lenguaje, aunque gane precisión y economice
recursos lingüísticos sigue utilizando las formas y los términos del lenguaje
natural, sólo que su significado está más acotado. Volviendo a nuestro
ejemplo, “Margarita” podría ser el nombre de una mujer a la que un amigo
poeta se refiere a ella a través de la metáfora “flor blanca de corazón
amarillo”. Por más que ese no sea el caso, debemos admitir que el lenguaje
natural admite esa posibilidad por su riqueza expresiva y, simultáneamente,
por su ambigüedad y vaguedad intrínsecas. Sin embargo, la expresión “La
Chrysanthemun leaucanthemum es una flor que tiene un centro discoidal
de color amarillo y pétalos blancos” es una expresión que deja menos
margen a la confusión porque su significado es más acotado. Es porque esa
expresión está formulada en un lenguaje técnico.

El lenguaje formal o simbólico, en cambio, consiste en la


utilización de símbolos —de ahí su nombre— que guardan cierta autonomía
con las expresiones del lenguaje natural. Por ejemplo lo que en lenguaje
natural puede leerse como “La margarita es blanca” en lenguaje simbólico
podría leerse como “M es B” donde M significaría “Margarita” y B
significaría “Blanca”. Posteriormente podríamos operar con los símbolos M
y B sin preocuparnos por su contenido, es decir por su significado. Esto
posee una ventaja que no posee ni el lenguaje natural, ni el lenguaje técnico:
no hay vaguedades ni ambigüedades ya que se constituye a nivel sintáctico.

La rama de la Lógica que opera con símbolos vacíos de contenido se


denomina, obviamente, Lógica Simbólica. También se le denomina
Lógica Formal, porque nos interesa la forma del enunciado y no el
contenido. Por ejemplo, M es B puede ser la Margarita es Blanca, pero
también puede ser “Marta es Buena”, y si nos alejamos de relación entre las
letras y las iniciales de nuestras expresiones podemos decir que también
podría ser “el cuervo es negro” o “la pelota es redonda”, todos estos
enunciados tienen la misma forma: “P es Q”. Habrán observado que
cambiamos las letras, de “M es B” a “P es Q”, esto es porque en realidad en
Lógica Formal no importa en sí mismo que símbolo (letra en este caso) se
utilice sino la forma de los enunciados, en este caso la forma del enunciado
es “algún X es Y” (nótese que ahora usamos X e Y para insistir en que no
importa el símbolo sino la forma).

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-Darío Sandrone | 5
3.- Lenguaje Formal o
Simbólico
Las ventajas del lenguaje formal no solamente se reducen a la
capacidad de eliminar ambigüedades y vaguedades del lenguaje ordinario o
natural, sino también que nos permiten operar con mayor precisión con los
razonamientos y proposiciones que la pesadez del lenguaje natural
obstaculizaría.

La aparición de la Lógica Simbólica


es comparable con la situación a la
que condujo el reemplazo de los
números romanos por los números
arábigos, estos son más fáciles de
comprender y de manipular pero
eso sólo se evidencia cuando
calculamos: “Cualquier niño de
escuela primaria puede multiplicar
113 por 9”. Irving Copi (1962, p.110)

Pero veamos cuál es esa notación específica que ha facilitado tanto la


Pero
Lógica en estos últimos dos siglos. En multiplicar
principio CXIII por
deberíamos IXque
decir es gran
una natural
parte de los enunciados del lenguaje tarea más difícilsery la
pueden expresados con
bastante similitud a partir de cinco símbolosaumenta
dificultad básicos quesi nos permitirían
hacer razonamientos simples, por ejemplo:
consideramos números mayores.
3. I- Enunciados Atómicos. De manera similar, la adopción
de una notación lógica especial
facilita grandemente la
Nuestro lenguaje es un sistema complejo
derivaci6n dede símbolos yysignificados
inferencias la
del cual es muy difícil dar cuenta con algún sistema lógico, sin embargo
podríamos decir que una buenaevaluación
manera de decomenzar
razonamientos.”
sería por los
elementos más simples de nuestro idioma. Los enunciados atómicos serían
esos elementos simples, que consistiría en algún nombre (no
necesariamente un nombre propio) , por ejemplo “miedo” “margarita”
“rosas” “Belgrano” “atleta”, etc. conectado a un predicado con el que
caracterizamos a los objetos designados con esos nombres, por ejemplo
“tener”, “flor”, “rosa”, “prócer” ,“saltar”. Así algunos de los enunciados más
simples de nuestro idioma serían, por ejemplo, “Tengo miedo”, “La
margarita es una flor”, “Las rosas son rosas”, “Belgrano es un prócer”, “Los
atletas corren” etc.

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-Darío Sandrone | 6
En la Lógica Formal generalmente se utilizan las letras P, Q, R, S,
etc., para simbolizar este tipo de enunciados atómicos del castellano.
Como hemos visto anteriormente, lo que convierte a estas
expresiones en enunciados es que pueden ser verdaderos o falsos. El
término atleta, por sí solo no es ni verdadero ni falso, tampoco el término
“corre”, pero la expresión “el atleta corre” sí puede ser verdadero o falso. Si
es el caso que el atleta esté corriendo diremos que el valor de verdad del
enunciado atómico es verdadero, si en cambio no es el caso de que el atleta
esté corriendo (podría estar sentado) diremos que el valor de verdad del
enunciado es falso. Lo mismo sucede con “Las rosas son rosas”, “Tengo
miedo”, “Belgrano es un prócer”, etc.

3. II- Conectivas.

Ahora bien, como dijimos el lenguaje es un sistema complejo de


símbolos y significados, por lo que es evidente que no se agota en esta clase
de enunciados simples o atómicos. Supongamos que quisiéramos expresar
el enunciado “Tengo miedo”, podríamos hacerlo, como dijimos con la letra
P. Supongamos ahora que quisiéramos expresar formalmente el enunciado
“Tengo frío”, podríamos hacerlo con la letra Q. ¿Pero qué pasa si queremos
expresar el enunciado “Tengo miedo y además tengo frío”?
Parece que, en ese caso, dos enunciados atómicos están conectados
dando origen a lo que llamaríamos un enunciado complejo (o compuesto)
La pregunta que nos debemos hacer es: ¿conectados por qué? Nuestra
respuesta será: por una conectiva.
Las conectivas son símbolos lógicos que reemplazan a términos del
lenguaje natural con los que formamos enunciados compuestos a partir de
enunciados simples. En principio diremos que estos términos reemplazados
son “y”, “o” y “no”, aunque luego agregaremos un par más.
Antes de pasar a las conectivas, debemos decir que el lenguaje
formal es un lenguaje veritativo-funcional, esto significa que la verdad o
falsedad de los enunciados compuestos dependen de la verdad o la falsedad
de los enunciados atómicos. Por ejemplo: “Tengo miedo y tengo frío” será
verdadero si es el caso que “tenga miedo” (enunciado atómico) y además
sea el caso que “tenga frío”; si alguna de las dos es falsa, el enunciado
compuesto “Tengo miedo y frío” será falso.

a) Conjunción
Justamente esta conectiva que abordaremos será la conjunción (∧)
que es el equivalente a “y” en el lenguaje natural. Por ejemplo, si tuviéramos
las siguientes expresiones en el lenguaje natural: “La margarita es blanca y
perfumada”, “tengo un auto que es grande y rojo”, “mi sueldo es pequeño y
tardío” podríamos coincidir en que todas ellas tienen coinciden en que las
une una conjunción, una “y”.
Para formalizar reemplazaremos los enunciados atómicos (“auto es
grande”, “auto es rojo” “sueldo es tardío”, etc.) por símbolos cualesquiera.
Como dijimos por convención suelen usarse las letras P, Q, R, S, etc. Al
traducir al lenguaje formal nos encontramos que los tres enunciados tienen
la misma forma: P ∧ Q. (se lee: “P y Q ”). Esta expresión es la forma que
comparten los tres enunciados, así como la que comparten con nuestro
anterior ejemplo “Tengo frío y miedo”. Es decir, podríamos también
traducir esta expresión del lenguaje natural por esta otra del lenguaje
formal: P∧ Q.

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-Darío Sandrone | 7
En tanto a la verdad y falsedad de este último enunciado diremos
podemos pensar que hay cuatro casos posibles, y el valor de verdad de la
conjunción en cada uno de ellos, pueden exponerse de la siguiente forma:
 si P es verdadero y Q es verdadero, P∧Q es
verdadero;
(si tengo frío y tengo miedo, es verdad que tengo frío y miedo)
 si P es verdadero y Q es falso, P∧Q es falso ;
(si tengo frío y no tengo miedo, es falso que tengo frío y miedo)
 si P es falso y Q es verdadero, P∧Q es falso ;
(si no tengo frío y tengo miedo, es falso que tengo frío y miedo)
 si P es falso y Q es falso, P ∧ Q es falso.
(si no tengo ni frío ni miedo, es falso que tengo frío y miedo)

Una forma convencional los valores de 'verdad' y 'falsedad' es


mediante las letras mayúsculas 'V' y 'F'. Como dijimos, establecemos los
valores de verdad de los enunciados atómicos y a partir de los valores de
verdad de los enunciados compuestos. El método utilizado generalmente
para llevar a cabo esta operación es conocido como tabla de verdad.

La determinación del valor de verdad de una conjunción por los


valores de verdad de sus enunciados atómicos puede representarse de la
manera siguiente:

P Q P∧Q

V V V

V F F

F V F

F F F

b) Disyunción (∨)

Siguiendo con nuestros ejemplos podríamos decir que estos


enunciados anteriores no son igual que otros enunciado donde en lugar de
una conjunción uniéramos los enunciados atómicos con una conectiva
diferente en donde en lugar de equivaler a una “y” equivaliera a una “o”. Por
ejemplo, “O bien la margarita es blanca o bien es perfumada”, “o bien mi
auto es rojo, o bien es grande”. En el caso de nuestro último ejemplo
diríamos “O tengo miedo o tengo frío”

En el lenguaje formal este tipo de enunciado se denominan


disyunciones- También se denomina así la conectiva que une los
enunciados atómicos (∨).
La disyunción de dos enunciados se forma en castellano insertando
la palabra 'o' entre ellos. Los dos enunciados constituyentes combinados de
este modo son llamados los disyuntos. Sin embargo, la palabra castellana 'o'
es ambigua, pues tiene dos significados que, aunque relacionados entre sí,
son distinguibles.

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-Darío Sandrone | 8
Uno de ellos podríamos encontrarlo, por ejemplo, cuando se nos
diga "Será justificada la ausencia en caso de enfermedad o problemas de
transporte”; aquí, la intención, obviamente, es afirmar que la falta está
justificada, no solamente a personas que hayan faltado por haber estado
enfermas, sino también a las que al mismo tiempo no hayan podido llegar al
lugar por haber tenido algún inconveniente para transportarse. Este sentido
de la palabra “o” es llamado el sentido débil o inclusivo.
Una disyunción inclusiva es verdadera si uno de los disyuntos o
ambos son verdaderos; solamente en caso de que sean ambos falsos será
falsa la disyunción inclusiva. El “o” inclusivo tiene el sentido de “uno u otro,
o ambos”. En nuestro idioma se suele usar también la expresión “y / o”.

La palabra “o” también se usa en un sentido fuerte o exclusivo, cuyo


significado no es “uno u otro, o ambos” sino “o uno, o el otro”. Si en el menú
de un restaurante junto al precio del pollo aparece la leyenda "con ensalada
o papas fritas", lo que se quiere significar es que, por el precio de la comida,
el comensal puede elegir acompañar el pollo con una o con otra guarnición,
pero no ambas. Cuando se requiere precisión y se usa el 'o' en un sentido
exclusivo, suele agregarse la expresión "pero no ambos".

Este último sentido no es el que tomaremos aquí para los


enunciados disyuntivos. En Lógica Formal generalmente se entiende la
disyunción en sentido inclusivo, es decir “uno u otro, o ambos”. Por lo tanto
interpretamos la disyunción inclusiva de dos enunciados en el sentido de
que afirma la verdad de al menos uno de los enunciados.

Al igual que en la conjunción, hay cuatro casos posibles, y el valor de


verdad de la disyunción también dependerá de los enunciados atómicos:

• Si P es verdadero y Q es verdadero, P ∨ Q es
verdadero
(si tengo frío y tengo miedo, es verdad que tengo frío o miedo)
• Si P es verdadero y Q es falso, P ∨ Q es verdadero
(si tengo frío y no tengo miedo, es verdad que tengo frío o miedo)
• Si P es falso y Q es verdadero, P ∨ Q es verdadero
(si no tengo frío y tengo miedo, es verdadero que tengo frío o miedo)
• Si P es falso y Q es falso, P ∨ Q es falso.
(si no tengo ni frío ni miedo, es falso que o bien tengo frío o bien
tengo miedo)

Entonces, la representación de los valores de verdad de una


disyunción en la tabla de verdad correspondiente nos queda de la siguiente
manera:

P Q P∨Q

V V V

V F V

F V V

F F F

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-Darío Sandrone | 9
c) Negación (¬)

Otra conectiva fundamental que nos permite operar con enunciados


en Lógica Formal es la negación. La negación de un enunciado se forma a
menudo en castellano insertando un “no” en el enunciado original.
También es posible expresar la negación de un enunciado en castellano
anteponiéndole la frase “es falso que” o “no se da el caso de que”.
De este modo, si M simboliza el enunciado "Todas las margaritas
son blancas", los diversos enunciados "No todas las margaritas son
blancas", " Algunas margaritas no son blancas", "Es falso que todas las
margaritas sean blancas", "No se da el caso de que todas las margaritas sean
blancas", etc., pueden simbolizarse indistintamente como, ¬ M (donde el
símbolo ¬ se lee “no” o “no es el caso que”, etc.). La expresión ¬ M se leería
de las siguientes maneras: “no M” o “no es el caso que M”, o “no es cierto
que M”, etc.

Con mayor generalidad, si p es un enunciado cualquiera, su


negación se escribe, ¬ P. La negación de todo enunciado verdadero es falsa
y la negación de todo enunciado falso es verdadera.

• Si P es verdadero, ¬ P es falso
(si tengo frío, no es verdad que no tengo frío)
• Si P es falso, ¬ P es verdadero;
(si es falso que tengo frío, es verdad que no tengo frío)

Este hecho puede expresarse muy simplemente por medio de la


tabla de verdad correspondiente a la negación:

p ¬P
V F
F V

d) Condicional (→)

Una conectiva sumamente importante en Lógica Formal, además de


las que ya hemos visto, es el condicional (→). Esta conectiva es importante
porque nos permite incorporar la idea de implicancia que aparece en
nuestro lenguaje cotidiano.

Supongamos que tenemos dos enunciados atómicos (o sea, simples)


como “llueve” y “voy al cine”. Si se combinan estos dos enunciados
colocando la palabra “si” antes del primero e insertando entre ellos la
palabra “entonces”, el enunciado compuesto resultante es un enunciado
hipotético (también llamado un condicional, implicación o enunciado
implicativo), en nuestro caso: Si llueve voy al cine”. En un enunciado
hipotético, el componente que se encuentra entre el “si” y el “entonces' es
llamado el antecedente (en nuestro caso “llueve” es el antecedente del
condicional “si llueve voy al cine”) y el componente que sigue a la palabra
“entonces” es el consecuente (en nuestro ejemplo “voy al cine” es el
consecuente del condicional “si llueve voy al cine”).

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-Darío Sandrone | 10
Cabe aclarar que lo que afirma un enunciado condicional es que su
antecedente implica su consecuente. No afirma que su antecedente sea
verdadero, sino solamente que si el antecedente es verdadero, entonces su
consecuente también es verdadero. Tampoco afirma que el consecuente sea
verdadero, sino solamente que su consecuente es verdadero si el
antecedente lo es. El significado esencial de un condicional reside en la
relación de implicación que se afirma entre el antecedente y el consecuente,
en este orden.

Por ejemplo, supongamos que llamamos por teléfono a un amigo y


le decimos “Si llueve, vamos al cine” poniéndonos de acuerdo en una hora
para la cita. Supongamos que ese día no llovió y nuestro amigo fue a la cita
pero nosotros no. Si luego nuestro amigo nos reclama significa que no
entendió bien lo que significa un enunciado condicional. En primer lugar,
nosotros no confirmamos que llovería (es decir, no afirmamos que el
antecedente es verdadero); tampoco dijimos que iríamos al cine (no
afirmamos que el consecuente era verdadero). Lo que dijimos es que si
llovía íbamos al cine, es decir, que de ser verdadero el antecedente el
consecuente lo sería también. Lo que importa es la relación condicional de
los enunciados, no los enunciados en sí mismos.

Supongamos ahora, el caso contrario. Supongamos que no llovió y


nuestro amigo (que esta vez entendió que sólo iríamos si llovía) no fue a la
cita. Sin embargo, nosotros fuimos al cine de todas formas. Si luego nuestro
amigo nos reprochara haber ido aunque no hubiera llovido volvería a
malentender el enunciado condicional. Nosotros no dijimos que “si no
llovía, no íbamos al cine” (es decir que si era falso el antecedente también
era falso el consecuente), nosotros dijimos que “si llovía íbamos al cine” (es
decir que de ser verdadero el antecedente también lo sería el consecuente),
que es muy distinto.

Teniendo en cuenta esto, el único caso en el que nuestro amigo


pudiera enojarse con razón o con fundamentos lógicos sería si hubiese
llovido y nosotros no hubiéramos acudido a la cita. En términos de Lógica
Formal, un enunciado condicional sólo es falso si el antecedente es
verdadero y el consecuente es falso. En cualquier otra circunstancia es
verdadero.
Veamos ahora, más detalladamente, cuáles serían los valores de
verdad de un enunciado condicional si tenemos en cuenta los valores de
verdad de sus enunciados atómicos.

• Si P es verdadero y Q es verdadero, P →Q es
verdadero
(si es verdad que tengo frío y es verdad que tengo miedo; es verdad
que “si tengo frío, entonces tengo miedo”)
• Si P es verdadero y Q es falso, P → Q es falso
(si es verdad que tengo frío pero es falso que tengo miedo; es falso
que “si tengo frío entonces tengo miedo”)
• Si P es falso y Q es verdadero, P → Q es verdadero
(si es falso que tengo frío pero es verdadero que tengo miedo; es
verdadero que “si tengo frío entonces tengo miedo”)
• Si P es falso y Q es falso, P →Q es verdadero
(si es falso que tengo frío y es falso que tengo miedo; es verdadero
que “si tengo frío entonces tengo miedo”).

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-Darío Sandrone | 11
De este modo, si elaboramos la representación de los valores de
verdad de un condicional en la tabla de verdad correspondiente podemos
ver más claramente como el único caso en el que sería falso y si el
antecedente es verdadero y el consecuente es falso:

P Q P↔Q

P Q P→Q

V V V

V F F

F V V

F F v

d) Bicondicional (↔)

Nuestra última conectiva es el bicondicional. Supongamos que le


decimos a nuestro amigo “Si y sólo si llueve vamos al cine”, este enunciado,
al contrario de un enunciado condicional. Supone si que si llueve vamos al
cine (verdad del antecedente y del consecuente) y que si no llueve no vamos
(falsedad del antecedente y del consecuente). Es decir, está condicionado
desde el antecedente y desde el consecuente; si uno fuese verdadero y el
otro fuese falso (cualquiera sea el orden) el enunciado “Si y sólo si llueve
vamos al cine” sería falso.

Veamos ahora, más detalladamente, cuáles serían los valores de


verdad de un enunciado bicondicional si tenemos en cuenta los valores de
verdad de sus enunciados atómicos.

• Si P es verdadero y Q es verdadero, P ↔Q es
verdadero
(si es verdad que tengo frío y es verdad que tengo miedo; es verdad
que “si y sólo si tengo frío, entonces tengo miedo”)
• Si P es verdadero y Q es falso, P ↔ Q es falso
(si es verdad que tengo frío pero es falso que tengo miedo; es falso
que “si y sólo si tengo frío entonces tengo miedo”)
• Si P es falso y Q es verdadero, P ↔ Q es falso
(si es falso que tengo frío pero es verdadero que tengo miedo; es
falso que “si y sólo si tengo frío entonces tengo miedo”)
• Si P es falso y Q es falso, P ↔Q es verdadero
(si es falso que tengo frío y es falso que tengo miedo; es verdadero
que “si tengo frío entonces tengo miedo”).

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-Darío Sandrone | 12
V V V

V F F

F V F

F F V
De esta manera, si elaboramos la representación de los valores de
verdad de un condicional en la tabla de verdad correspondiente podemos
ver más claramente como el único caso en el que sería falso y si el
antecedente es verdadero y el consecuente es falso:

3.III- Estados de verdad:

Como se habrá observado, en el caso de la negación sólo había dos


filas mientras que en las demás tablas de verdad había cuatro; esto se debe
a que la negación se da sobre sólo un enunciado atómico que tiene dos
valores de verdad: o es verdadero o es falso. En el caso de los demás
enunciados compuestos, en cambio, estaban constituidos por al menos dos
enunciados atómicos. Esto hace que la posibilidad de combinación de los
valores de verdad sean al menos cuatro cómo hemos visto en las tablas.

La fórmula para calcular la cantidad combinaciones posibles entre


los valores de verdad es la siguiente: 2n (donde n es la cantidad de
enunciados atómicos que conformen el enunciado complejo). Veamos un
ejemplo.

Supongamos que tenemos el enunciado P∧Q∧R (que podría


corresponder, entre otros, al enunciado en castellano “Tengo frío, miedo y
hambre”. Para saber cuándo este enunciado es verdad en función de los
enunciados atómicos deberíamos, como vimos, calcular todas las
combinaciones posibles entre los valores de verdad de los enunciados
atómicos.

Dada nuestra fórmula y dado que los enunciados que componen el


enunciado complejo (o compuesto) son tres, obtendríamos el siguiente
resultado 23=8. Por lo tanto sabríamos que son 8 las combinaciones
posibles.

P Q R P∧Q∧R

V V V V

V V F F

V F V F

V F F F

F V V F

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-Darío Sandrone | 13
F V F F

F F V F

F F F F

Cómo sabemos, una conjunción sólo es verdadera si todos los


enunciados que la conforman son verdaderos, por lo tanto sólo en la
primera fila en la que P, Q y R son verdaderas el enunciado complejo (que
en este caso en una conjunción) es verdadero.

3. IV- Razonamientos y Validez

Hasta aquí vimos que la Lógica Simbólica sólo nos permite calcular
cuando un enunciado complejo es verdadero o falso, sin embargo, también
podríamos determinar cuando un razonamiento es válido o no.
Diremos que un razonamiento es una serie de enunciados que
tienen una relación lógica entre sí, en donde algunos de estos enunciados
son premisas y otras conclusiones.

Cuando los razonamientos son deductivos pueden ser válidos o


inválidos, según sea la forma de ese razonamiento deductivo. Diremos que
es válida la forma de un razonamiento cuando no admita ningún
razonamiento que tenga premisas verdaderas y conclusión falsa. Como un
razonamiento deductivo es aquel del cual a partir de las premisas se saca
una conclusión basada necesariamente en ellas, si las premisas son
verdaderas la conclusión lo será también. No puede haber razonamiento
deductivo válido en el que partiendo de premisas verdaderas se llegue a una
conclusión falsa.

Tomemos los siguientes ejemplos:

Todos los argentinos son latinoamericanos.


Todos los mendocinos son argentinos.

Todos los mendocinos son latinoamericanos

Todos los madrileños son latinoamericanos.


Todos los madrileños son peruanos.

Todos los madrileños son latinoamericanos

Todos los ucranianos son latinoamericanos.


Todos los bolivianos son ucranianos.

Todos los bolivianos son latinoamericanos

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-Darío Sandrone | 14
Todos estos razonamientos tienen la misma forma:
A)
Todo M es S
Todo S es M

Todo S es P

En el primer ejemplo vemos que tenemos dos premisas verdaderas y


una conclusión verdadera. No sucede lo mismo en los otros dos: el segundo
tiene premisas falsas y conclusión falsa; el tercero tiene premisas falsas, sin
embargo, la conclusión es verdadera.

Esta forma A) es una forma de razonamiento válida porque nos


asegura que si las premisas son verdaderas la conclusión lo será, como pasa
en el primer caso. Si, en cambio, las premisas son falsas, la conclusión
puede ser verdadera o falsa, pero eso no importa, porque de lo falso se sigue
cualquier cosa en un razonamiento deductivo válido. Entonces, una forma
de razonamiento es válida si nos asegura que al tener premisas verdaderas,
la conclusión será verdadera.3

Ordenemos lo abordado en el siguiente gráfico:

Conclusió
Premisas Inferencia
n

Válida Verdadera

Verdaderas
(ambas lo son) Inválida Verdadera
o
Falsa

3
No debemos confundirnos aquí: Un razonamiento válido NO nos asegura que de ser falsas
las premisas será falsa la conclusión, sino que nos asegura que de ser verdaderas las
premisas será verdadera la conclusión.

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-Darío Sandrone | 15
Válida Verdadera
o Falsa

Falsas
Inválida Verdadera
o Falsa

Como vemos, un razonamiento válido es el único que garantiza que


si hay premisas verdaderas habrá necesariamente conclusión verdadera.
Una vez que hemos formalizado los razonamientos ya podemos
comprobar su validez o invalidez. Esto es así porque la validez de un
razonamiento es una característica estrictamente formal. No debemos
confundir validez con verdad. Los enunciados (premisas o conclusión)
pueden ser verdaderos o falsos, pero los razonamientos pueden ser válidos
o inválidos según su forma. Un razonamiento es válido si la conclusión se
sigue de las premisas.

Consideraciones finales.
La Lógica es una disciplina que estudia los principios y los métodos
que debemos usar para que nuestros razonamientos sean correctos. Sin
embargo, nunca razonamos en abstracto; no somos una computadora.
Estamos sujetos a un lenguaje que tiene sus limitaciones e inmersos en
diversas prácticas lingüísticas con sus ribetes y sus contradicciones.

Además, nuestros razonamientos siempre persiguen algún fin u


objetivo como alcanzar algún grado de certeza sobre nuestras acciones,
convencer a otros de nuestras creencias o darle cierta coherencia a nuestro
discurso. Estos propósitos, como también todas las situaciones de la vida
cotidianas y las limitaciones de nuestro lenguaje pueden llevarnos a
equivocar nuestros razonamientos llevándonos inevitablemente al error.

La Lógica es la disciplina que intenta que eso no suceda. El


pensamiento lógico es aquella forma de pensar en donde se deslegitiman
todos los intereses, sean políticos, morales, estéticos o metafísicos para
darle exclusividad al criterio de la corrección del razonamiento. Para el
pensamiento lógico, poco importa si un razonamiento es bueno o si es bello,
importa si respeta los principios lógicos que le dan consistencia.

La parte de la Lógica que estudia los argumentos tal como se


presentan en nuestra vida cotidiana se llama Lógica Informal y la hemos
explorada en la primer lectura; aquella que estudia, en cambio, las formas
abstractas de los razonamientos para lograr mayor precisión se llama
Lógica Formal y ha sido examinada en la segunda lectura.

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-Darío Sandrone | 16
Módulo 3
Lectura 4 - Pensamiento
Dialéctico

Formas de Pensamiento
Prof. Sandra María Gómez
Prof. Darío Sandrone
1. Introducción
El pensamiento dialéctico es otra de las formas de pensamiento que,
a lo largo de la historia, ha sido elaborada con el propósito de interpretar,
acrecentar y precisar los saberes humanos. Sin embargo, el término
“dialéctica” no suele (o no suele ya) designar nada muy preciso. En efecto,
se trata de una de esas palabras cuyas connotaciones y sentidos se han
multiplicado y diversificado con el paso de los siglos hasta el punto actual
en que se llama "dialéctica" a muy diversas cosas. Por mencionar algunos
ejemplos, en ciertas ocasiones este término suele utilizarse para hacer
referencia a la incompatibilidad entre dos sistemas, pero también se suele
apelar a él para indicar las oscilaciones en la realidad, mientras que en otros
contextos se suele denominar con él a un proceso político en el que
intervienen y negocian las posiciones de dos o más actores.

Para que tomemos conciencia del amplio abanico de significaciones


que posee el término nos basta con pensar que, desde un punto de vista
histórico, el término “dialéctica” ha sido caracterizado de diversos modos.
Generalmente suele entenderse lo dialéctico como el simple arte de la
conversación y discusión, pero en el medioevo, por ejemplo, Dialéctica era
la manera con que denominaba a lo que hoy entenderíamos por “lógica”. Ya
en la modernidad y contemporaneidad, la Dialéctica se ha convertido en un
complejo sistema de pensamiento de uno de los filósofos más importantes
de la historia, Hegel, para luego transformarse en un método adecuado de
interpretación de la realidad, sobre todo social, en otro de los más grandes
filósofos de todos los tiempos, Karl Marx.

Es por esto que en este capítulo, y como dice Ferrater Mora en su


diccionario al intentar definir este concepto, “No podemos limitarnos a un
solo significado de “dialéctica”; tenemos que desplegar todos los
significados posibles tal como se han dado en el curso de la historia de la
filosofía.” (Ferrater Mora, 1965, p.444)

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-Darío Sandrone | 2
2. Origen del Término
Por lo pronto, el término "dialéctica", y más propiamente la
expresión “arte dialéctico” —dialektikh texnh— , estuvo en estrecha relación
con el vocablo “diálogo”. Puede definirse primariamente entonces como “ el
arte del diálogo".
Así como en el diálogo hay (por lo menos) dos pensamientos que se
contraponen entre sí, en la Dialéctica hay dos "razones" o "posiciones" entre
las cuales se establece precisamente un diálogo, es decir, una confrontación
en la cual se establece un acuerdo en el desacuerdo; sin este requisito el
diálogo no sería posible. No obstante, la Dialéctica implica sucesivos
cambios de posiciones inducidos por cada una de las posiciones
"contrarias".
Ahora bien, este sentido "dialógico" de 'dialéctica', aunque
necesario, no es suficiente: no todo diálogo es obligatoriamente dialéctico.
Ya en los primeros diálogos de Platón, la Dialéctica aparece como el arte o
esfuerzo de hallar definiciones y no solamente como el arte de dialogar. Al
parecer la Dialéctica era un método para lograr algún tipo de saber o de
conocimiento.

3. Platón y la Dialéctica
como método para conocer.
Lo primero que debemos mencionar al tratar la importancia que
tiene el arte de la Dialéctica en Platón es que éste estuvo fuertemente
influenciado por su maestro, Sócrates, quien solía resolver las inquietudes
filosóficas más generales a través de un método de preguntas y respuestas
conocido como mayéutica.

Para Platón, la Dialéctica es la Filosofía misma, es decir, es la mejor


forma de pensamiento a la que podemos aspirar. Si le preguntáramos a
Platón cómo se debe pensar, él respondería: “dialécticamente”. Es decir, ése
es “el método” y no una opción que el filósofo pudiera usar o no. Pero,

Formas de Pensamiento - Sandra María Gómez


-Darío Sandrone | 3
¿cómo es este método? Es difícil contestar esta pregunta. En principio
debemos decir que con la Dialéctica se podría superar las simples
opiniones, subjetivas y arbitrarias, que cualquiera puede tener para
alcanzar algún tipo de conocimiento más objetivo y justificado. De este
modo, la Dialéctica sería la forma por la que podríamos ascender de la
opinión (doxa) al conocimiento (episteme).1

En rigor, tenemos en Platón dos formas de dialéctica. Se ha


observado que mientras en ciertos diálogos (el Fedón, el Fedro y, en parte,
La República) caracteriza a la Dialéctica como un método de ascenso de lo
sensible a lo inteligible, en algunos de los llamados "diálogos últimos"
(como el Parménides y, en particular, el Sofista y el Filebo) la presenta
como un método de deducción racional de las formas. A continuación
intentaremos explicar esto.

Para Platón, el conocimiento que proviene de los sentidos es


engañoso y poco nos dice de la realidad. Pensemos, por ejemplo, en qué es
un perro y qué conocemos cuando decimos que sabemos lo que es un perro.
Platón sostiene que haríamos mal en basarnos en nuestros sentidos.
Supongamos que miráramos a nuestro alrededor y, al ver un perro,
dijésemos “esto es un perro”. Supongamos también que alguien nos
preguntara “¿Qué es?”; si apeláramos a nuestros sentidos diríamos, por
ejemplo, que es negro, pequeño, tiene cuatro patas y ladra. Todos esos
datos los obtenemos por los sentidos. En este caso, de la vista. Ahora bien,
que sucede si al rato vemos otro perro y los sentidos nos dan datos
totalmente contradictorios con relación al anterior: es grande, blanco y
tiene tres patas pues perdió una en un accidente. ¿Diríamos que no se trata
de un perro? No, seguiríamos sosteniendo que lo es. Pero ¿por qué? ¿No
tendríamos un problema si nos quedamos sólo en los sentidos ya que éstos
nos han dado datos completamente diferentes en ambos casos? Lo que
afirma Platón es que podemos saber que ese es un perro a pesar de las
apariencias contradictorias porque accedimos a la idea de Perro.

Es ése el verdadero conocimiento: el conocimiento de las ideas.


Éstas no se conocen con los sentidos sino con el intelecto. Nunca los
sentidos nos ayudarían a conocer qué es un perro porque la multiplicidad es
enorme: los hay de muchos colores, tamaños, formas, pelajes y
características tan disímiles que hace imposible obtener un saber al
respecto. En cambio, nuestro intelecto nos permite acceder a una Idea de
Perro en la que podemos englobar a toda esa multiplicidad.

Para ilustrar esta concepción nos sirve recordar aquel pasaje del
cuento de Borges, en donde el personaje central que tenía una memoria
infinita, Funes, no podía alcanzar las Ideas de las cosas que veía.

1
Esta distinción entre doxa y episteme ha sido tratada en el módulo I.

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-Darío Sandrone | 4
Éste [Funes], no lo olvidemos, era casi incapaz
de ideas generales, platónicas. No sólo le
costaba comprender que el símbolo genérico
perro abarcara tantos individuos dispares de
diversos tamaños y diversa forma; le molestaba
que el perro de las tres y catorce (visto de
perfil) tuviera el mismo nombre que el perro de
las tres y cuarto (visto de frente). (Fragmento
extraído del cuento "Funes el memorioso" de
Jorge Luis Borges)

Para Platón, de alguien que tuviera esa “patología” intelectual no


podría decirse que conoce porque estaría atrapado permanentemente en el
mundo de las apariencias y de los sentidos. Pero, ¿cómo hacemos para
pasar del mundo de la multiplicidad de los sentidos a la realidad de las
Ideas? Es allí donde aparece como método la Dialéctica.

A esta concepción del


conocimiento se la conoce
como Teoría de las Ideas y
supone que la realidad no
está en lo que percibimos
con los sentidos (mundo
perceptible) sino en lo que
captamos con el intelecto
(mundo cognoscible o mundo
de las ideas). El método con
el cual podemos pasar del
engañoso mundo de los
sentidos al de las ideas es la
Dialéctica.

Para explicar cómo la Dialéctica es el método de ascenso de lo


sensible a lo inteligible, Platón utiliza un recurso esquemático conocido
como el símil de la “línea dividida”. En su obra La República, nos invita a
que tomemos una línea, la cortemos en dos segmentos desiguales y
volvamos a cortar cada uno de los dos segmentos, siguiendo la misma
proporción. Seguidamente indica que uno de los segmentos representa lo
visible (CB) y el otro lo inteligible (CA).

En el ámbito visible, que constituye la sección inferior (CB) de la


línea, se ubica un primer segmento, el de las imágenes (DB). La capacidad
humana que le permite al hombre conocerlas es la imaginación (en griego,
eikasía). Las imágenes, para Platón, no son la imágenes de las cosas aún,
sino que son las sombras que las cosas proyectan o las figuras (la sombra de

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-Darío Sandrone | 5
un perro, por ejemplo) que reflejan en el agua, supongamos, es decir, ni
siquiera son las cosas del mundo visible.

El siguiente segmento (DC), siempre dentro del ámbito visible, ubica


a la cosa de lo cual lo anterior es imagen (el perro que proyecta su sombra,
por ejemplo). Este segmento abarca la multiplicidad del mundo que
percibimos por los sentidos: los animales que nos rodean, las plantas y las
cosas fabricadas por el hombre (esta computadora en la que escribo, por
ejemplo).

Por otro lado, en el segmento de lo cognoscible o de los inteligible


(AC) se encuentran las ideas que son, como hemos dicho, los entes reales a
las que debemos aspirar si queremos tener un conocimiento verdadero del
mundo. Hay allí dos procedimientos de los cuales se vale el alma para
acceder a ellas. Por un lado tenemos las matemáticas y por otro —de suma
importancia para nosotros— la dialéctica.

Fig.1. Extraída de: Apuntes Filosóficos, v.18, n.34, Caracas,


2009.

Platón llama Dialéctica a la capacidad que tiene aquel que es experto


en el estudio de las Ideas. Se trata de un pensamiento que no se ocupa de lo
que cambia o se modifica con el tiempo (por ejemplo todos los perros del
mundo sensible, que además de ser diferentes envejecen y mueren) sino de
aquello que es siempre idéntico a sí mismo (la idea de perro es y ha sido
siempre la misma, no se ha modificado a pesar de los millones de perros
que han atravesado el mundo sensible). En este sentido, Platón sugiere que
el dialéctico no es otro que el filósofo, que procura acceder al conocimiento
(episteme) a través del único método que lo garantiza: la dialéctica.

Ésta se encuentra por encima de cualquier disciplina empírica (es


decir, de cualquier disciplina que trata con el mundo sensible; en nuestros
días podríamos pensar en la Física o la Química). Incluso está por encima
de las Matemáticas.

Pero ¿en qué consiste concretamente este método dialéctico?


Básicamente es una manera de lograr combinaciones de formas y géneros
que engloben a las cosas del mundo sensible a través del uso de la razón. El
buen dialéctico es aquel que sabe distinguir lo idéntico y lo diferente de los
genero-formas en juego. Por ejemplo en el caso de Funes, éste no sería un
buen dialéctico porque no puede encontrar lo que tienen de igual “el perro
de las tres y catorce (visto de perfil)” y “el perro de las tres y cuarto (visto de
frente)” y sólo puede ver todo lo que tienen de diferente.

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-Darío Sandrone | 6
Para ser un buen dialéctico hay que valerse de operaciones tales
como la "división" y la "composición". La Dialéctica permite entonces, pasar
de la multiplicidad (los diferentes perros) a la unidad (la Idea de perro) y
mostrar a ésta como fundamento de aquélla. Las cosas que vemos, tocamos,
oímos, saboreamos y olfateamos existen porque son un reflejo, un eco, de
las Ideas de esas cosas.

Por otro lado, como método de deducción racional, la Dialéctica


permite discriminar las Ideas entre sí y no confundirlas. Claro está que no
es fácil, Platón mismo reconoce las dificultades del "ejercicio dialéctico",
pues, una vez discriminadas las Ideas se debe saber cómo pueden
combinarse. Si todas las Ideas fueran completamente heterogéneas unas a
otras, no habría problema. Al respecto, volvemos a Borges y a una reflexión
que aparece en su poema “Beppo” sobre los arquetipos (otro nombre que se
le da a las Ideas platónicas).

“Recuerdo, al pasar, que ciertas escuelas de la China


se preguntaron si hay un arquetipo, un LI, del sillón y otro
del sillón de bambú.”

Esa sería una pregunta que debería resolver un buen dialéctico.


Porque siempre se está en riesgo de caer en el infinito: La Idea de perro
negro, la Idea de perro negro pequeño, la idea de perro negro pequeño
sentado, etc. El dialéctico, como vimos, es quien maneja el arte de combinar
las formas encontrando lo semejante.

Pero, por otro lado, si todas las ideas se redujeran a una sola Idea —
a la Idea del Ser o de lo Uno— no se podría decir nada de las cosas. Un
perro pertenece a la Idea de Ser, también una mesa, también una flor. Si
bien la Idea de Ser abarca todas las cosas, la habilidad del dialéctico
consiste en discriminar lo que diferencia unas ideas de otras, por más que
todas participen de la Idea de Ser por ejemplo.

4. Aristóteles y la Dialéctica
como forma de
razonamiento.
Para Aristóteles, discípulo de Platón, la palabra “dialéctica” tenía
que ver menos con la búsqueda del conocimiento que con el arte de
construir razonamientos para vencer la posición contraria en una discusión.
Aristóteles pensaba que la Dialéctica era un método, no para conocer las
Ideas o la realidad, sino para debatir con otras personas y convencerlas de
nuestro punto de vista.

Idealmente, en un proceso comunicativo que busca persuadir de


aquello que es verdad. Sin embargo, a menudo nuestras afirmaciones no
pueden proponerse como verdaderas o ciertas sino sólo como plausibles o
razonables. De hecho, para Aristóteles, tal es nuestra situación en gran

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-Darío Sandrone | 7
parte de asuntos importantes. Pensemos en cualquier debate que tenga
como finalidad determinar cómo viviremos en sociedad, es decir, cualquier
debate político. ¿Quién puede decir que conoce la verdad sobre ello? La
respuesta es, evidentemente, nadie. No obstante, podríamos decir que hay
algunos supuestos que están en la base de la discusión que sin ser verdades
definidas son más bien razonables o aceptados por todos, por ejemplo, que
sea como sea que vivamos deberíamos intentar que haya condiciones de
igualdad entre los individuos o sectores de la comunidad. El razonamiento
que se basa en esta clase de premisas plausibles es lo que Aristóteles llama
dialéctica.

De este modo, aunque el objetivo de la Dialéctica no es el


conocimiento sino la persuasión, Aristóteles asume —al igual que Platón en
diversos pasajes— que decir la verdad es inútil si carecemos de modos
efectivos de persuadir a los demás de ella. Las decisiones correctas sobre
qué creer y qué hacer se llevan a cabo a la luz de los buenos argumentos.

Sin embargo, hay una diferencia con Platón. Para éste, los
argumentos basados en la opinión tienen una connotación negativa, no
deben ser tomados en cuenta. Para Aristóteles, en cambio, las opiniones son
la base de la Dialéctica precisamente porque ésta es el estudio del discurso
en tanto mecanismo persuasivo. Es por ello que incluye el estudio de
aquellos argumentos que se emplean para persuadirnos unos a otros sobre
asuntos en los que la prueba y la demostración resultan esquivas y la
búsqueda de la verdad ha de dejar paso a la búsqueda de la verosimilitud.

Aquí tendríamos que marcar la diferencia que existe entre un


razonamiento demostrativo y un razonamiento dialéctico, lo que implica la
diferencia entre verdad y verosimilitud o plausibilidad. Como hemos visto
anteriormente todo razonamiento consta de una serie de premisas y una
conclusión que se deriva de ellas. Ahora bien, para Aristóteles estas
premisas pueden ser o bien verdaderas o bien verosímiles (razonables,
plausibles, etc.).

Por ejemplo;

Todos los organismos necesitan alimento


El cuerpo humano es un organismo
Por tanto, el cuerpo humano necesita alimento.

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-Darío Sandrone | 8
Parece ser un razonamiento demostrativo porque parece difícil que
no sea verdad que todos los organismos necesiten alimento y si admitimos
que el cuerpo humano es uno, entonces mediante el método lógico de
razonamiento se desprende la conclusión.

Veamos ahora otro razonamiento:

El mercado debe ser regulado por el poder político.

El Estado representa la máxima expresión del poder político de una


Nación.

Por lo tanto, el Estado debe regular el mercado.

Este razonamiento parece ser un poco más controversial que el


anterior. Efectivamente, la premisa de que el mercado debe ser regulado
por el poder político está sujeto a opinión, nadie podría decir que eso es una
verdad absoluta; tampoco lo contrario lo sería. Para Platón, caricaturizando
un poco su concepción, a través de la Dialéctica podríamos acceder a la
verdadera Idea de Estado y obtener el conocimiento que necesitamos para
saber si este razonamiento es correcto. Para Aristóteles, en cambio, no. Hay
temas en los cuales no se puede obtener un conocimiento certero, por lo
tanto no podemos partir de premisas verdaderas sino siempre de premisas
razonables.

La diferencia entre la Dialéctica y la lógica, es que esta última


estudia los razonamientos demostrativos, es decir que parten de premisas
verdaderas, evidentes. La primera, en cambio, estudia los razonamientos en
los cuales no podemos partir de tales premisas sino de premisas
verosímiles; es decir, que podrían ser verdad, aunque no podemos
asegurarlo.

La idea de verosimilitud es importante porque si bien no podemos


partir de enunciados verdaderos no por ello vamos a aceptar cualquier
premisa. Debemos aceptar las premisas más probables o razonables. La
palabra que utiliza Aristóteles para denotar a este tipo de premisas es
“endoxa”. ¿Pero quién determina lo que es razonable admitir o lo que es
plausible? La respuesta de Aristóteles es: “Son endoxa las opiniones
sostenidas por todos los hombres, por la mayoría o por los sabios, y, entre
estos últimos, sea por todos, por la mayoría o por los más notables e
ilustres”.

Volviendo a nuestro ejemplo en relación con el Estado y el mercado,


según la concepción de Dialéctica aristotélica deberíamos aceptar como
verosímil la premisa de que el poder político debe intervenir en el mercado
si todos los hombres opinan eso. En el caso de que no todos los hombres
opinen eso, deberíamos aceptarla si al menos lo hace la mayoría; si esto no
fuese así al menos deberían sostener esa posición los que más saben sobre
esta cuestión. Finalmente, si no se pusieran de acuerdo los que más saben,
deberíamos ver qué opina la mayoría de los que más saben: ésa sería una
opinión verosímil.

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-Darío Sandrone | 9
En consecuencia, el dialéctico podrá ocuparse de toda cuestión
partiendo de lo culturalmente admitido, del sentido común de un pueblo.
Podrá preguntar metódicamente acerca de cuestiones físicas, astronómicas,
políticas, médicas, etc., sin saber especializadamente lo que estas ciencias
tratan. Sólo debe recoger las opiniones aceptadas como verdaderas —sin
preocuparse de que lo sean— y operar lógicamente con rigurosidad para
obtener las mejores decisiones.

La Dialéctica es un arte universal que “no sólo es capaz de criticar al


adversario... sino que sabe responder y defender su tesis por medio de
argumentos dados en la comprensión cotidiana y en tanto más
comúnmente admitidos” —dice Aristóteles—. La interrogación crítica del
dialéctico parte de la cotidianidad.

Aristóteles diferencia al dialéctico del sofista, quien usa la Dialéctica


como mero arte de la refutación, es decir, para convencer sin preocuparse
por la verosimilitud de las premisas. Por su parte, la Dialéctica tendría por
objeto determinar la aceptabilidad de los principios y evidencias de los que
partimos a la hora de elaborar tales juicios. En tanto instrumento para el
conocimiento, su función es la de ver cuáles de nuestras opiniones (endoxa)
son capaces de resistir el escrutinio.

En la Dialéctica no habría conflicto entre el conocimiento y la


retórica. Podríamos pensar que es el mismo caso que se da entre la ciencia
de un médico y los consejos que éste puede dar a su paciente. Los consejos
deben ser dados de modo que convenzan al paciente y siempre es más eficaz
si se utiliza algún tipo de retórica para ello, pero sin desviarse del
conocimiento médico en los que están fundados.

En primer lugar, Aristóteles afirma que tenemos la capacidad para


preservar la racionalidad incluso en ámbitos donde la demostración no es
posible. A menudo, conocimiento y verdad quedan fuera de nuestro
alcance, pero aún podemos aspirar a formarnos creencias correctas
conduciendo nuestras opiniones de manera adecuada. Es decir, retomando
nuestro ejemplo anterior, por más que la cuestión del Estado y el mercado
sea discutible, no por ello podemos decir cualquier cosa ni dejarnos llevar
por desvaríos e incoherencias.

Por otro lado, en Aristóteles encontramos también la idea de que


justificar es hacer evidente a los otros la verdad de lo que afirmamos y, para
lograr este objetivo, la dimensión retórica de la argumentación habría de
aportar elementos normativos que debemos tener en cuenta. En otras

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-Darío Sandrone | 10
palabras, justificar una conclusión, por ejemplo que el estado debe
intervenir en el mercado, implica mostrar a las demás personas que esa
conclusión es verdadera por más que sea inalcanzable la certeza. Sin
embargo, no debemos usar cualquier recurso para convencer a los demás de
la verdad de nuestra afirmación, sino que debemos hacerlo con cierta
rigurosidad lógica y partiendo de premisas que sean verdaderas para las
personas a las que queremos convencer. La disciplina que se ocupa de ello
es la Dialéctica.

De ahí que Aristóteles tienda a considerar en un mismo nivel al


debate, la probabilidad y la dialéctica. La Dialéctica, dice Aristóteles, es
disputa y no ciencia; probabilidad y no certidumbre; "inducción" y no
propiamente "demostración". Los razonamientos dialécticos son
justamente los que parten de premisas que sólo representan opiniones
admitidas (endoxa). La Dialéctica es aquí el arte de discutir, de dialogar con
miras a dominar al adversario; esto se opone al silogismo (o demostración),
capaz de sacar conclusiones verdaderas (apodeixis).

La Dialéctica es para Aristóteles una forma no demostrativa de


conocimiento: se parece a la Filosofía, pero no es la Filosofía misma
(Recordemos que para Platón la Dialéctica sí lo era). Para Aristóteles, más
que ciencia sería una técnica que puede ser aplicada a cualquier saber, lo
cual resultaría coherente con la idea de que su interés por la argumentación
remite a inquietudes metodológicas más que al deseo de elaborar una
ciencia –en el sentido de un saber demostrativo semejante a la Lógica
Formal que hemos visto en otro módulo.

4. La Dialéctica de los
griegos a la modernidad
Durante siglos la Dialéctica tuvo la impronta que Aristóteles le dio
en la Grecia clásica cinco siglos antes de Cristo. Los Estoicos, en la misma
época, hicieron una identificación de la Lógica con la Dialéctica, idea que

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-Darío Sandrone | 11
también llegará a la Edad Media. Hacia el siglo XI aparecen los primeros
dialécticos escolásticos, que, frente al único recurso de la revelación y la
Biblia, apelan también al “uso de la razón” y a la “sabiduría de la razón”,
que llaman Dialéctica.

Posteriormente la Dialéctica adquirió de nuevo un sentido


peyorativo, se la comenzó a comparar con la Sofística, pero ya en el siglo
XIII se tendió a establecer una distinción entre ellas. Santo Tomás, por
ejemplo, admitió la definición aristotélica, pero estimó al mismo tiempo la
Dialéctica como una parte justificada de la lógica. De hecho, la Dialéctica se
fue convirtiendo más y más en Lógica simplificada. En el Renacimiento, en
cambio, fue frecuente el rechazo de la dialéctica, interpretada en muchas
ocasiones como designando el contenido formal de la Lógica Aristotélica. La
anterior exposición de las concepciones de la Dialéctica y juicios sobre ella
desde sus orígenes hasta los comienzos de la época moderna es confirmada
por los varios usos del término “Dialéctica”.

Ya en los siglos XIII y XIV el nombre Lógica fue usado de nuevo con
frecuencia para designar aproximadamente el mismo contenido de la
anterior "Dialéctica” (la de Aristóteles) pero en el siglo XVI, volvió a
predominar el término “Dialéctica” para ello. Sólo en el siglo XVII se
comenzó a utilizar nuevamente el término “Lógica” por la mayor parte de
los autores.

Es sabido, además, que varios filósofos del siglo XVII criticaron los
métodos dialécticos. Así, por ejemplo, Descartes explica en las Regulae (X)
que este método conduce a ciertas conclusiones que la razón no puede
dejar de negar. Ello se debe, a su entender, a que la verdad escapa con
frecuencia de tales cadenas de razonamiento. "Los dialécticos —escribe
Descartes— no pueden formar ningún silogismo en regla que desemboque
en una conclusión verdadera si previamente no han tenido la materia, es
decir, si no han conocido antes la verdad misma que deducen de su
silogismo”. De ahí "la inutilidad" de la "dialéctica ordinaria".

El sentido peyorativo de la Dialéctica fue común también en el siglo


XVIII. Así Kant la consideró una "lógica de apariencia”. La crítica kantiana
constituye la segunda parte de la lógica trascendental, es decir, la dialéctica
trascendental, título que, según Kant, lleva "no como arte de suscitar
dogmáticamente esta apariencia, sino como crítica del entendimiento y de
la razón en su uso hipercrítico". 2

Mucho más central es, desde luego, el papel desempeñado por la


Dialéctica en el sistema de Hegel. Sin embargo, las dificultades para
comprender el significado preciso de la Dialéctica en este filósofo son
considerables, por lo que le dedicaremos todo el siguiente apartado.

2
KANT, I.: Crítica de la razón pura. Edición preparada por Pedro Ribas. Ediciones
Alfaguara. Madrid, 1978.

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-Darío Sandrone | 12
5. Hegel y la Dialéctica
como proceso de lo real.
Sin lugar a dudas, si el nombre de algún filósofo está asociado al
término “dialéctica” es el de Georg Wilhelm Friedrich Hegel, que nació a
finales del siglo XVIII y murió a principios del XIX. La vida de Hegel
transcurre durante la época de la Revolución Francesa y Napoleón; su obra
es considerada como la cumbre del idealismo filosófico.

Lo primero que debemos decir es que a Hegel le preocupa


comprender lo real, comprender lo que hay en el mundo, y piensa que no
hay cosas aisladas sino que todo tiene que ver con todo. Si alguien me
pregunta quién soy, se podría decir que “soy profesor” pero soy profesor en
relación a los alumnos. También se podría decir que soy un ciudadano pero
lo soy en relación justamente a una Nación y a leyes que me otorgan ciertos
derechos y obligaciones. Podría decir que soy, a la vez, argentino lo que me
relaciona con una cultura y una historia, etc. Si se quiere saber quién es
uno, independientemente de las relaciones, se encuentra un vacío. Algo es
una tiza en relación a un pizarrón. Si alguien dice “esto es una tiza” es un
conocimiento abstracto, que no tiene que ver con la realidad hasta que no se
la relacione con el entramado de elementos de la que forma parte. Así, lo
que para el sentido común es algo concreto, para Hegel es algo abstracto.
En cambio, para Hegel lo concreto es, justamente, esas relaciones que hace
que las cosas sean lo que son.

Por otro lado, lo que Hegel aporta es la idea de que la realidad no es


estática sino que está en movimiento permanente. Lo real es un devenir
constante y la forma en qué se produce ese devenir es precisamente
dialéctica.

En la versión de Hegel, la Dialéctica supone siempre el contraste de


dos elementos opuestos o contradictorios, que pone en evidencia el carácter
cambiante y progresivo de la realidad. La mejor evidencia con la que
contamos para demostrar que lo real tiene esta característica es la misma
historia del mundo. Basta que tomemos cualquier manual de historia para
corroborar que se desarrolla en fases históricas que, por la misma fuerza de
esta contradicción interna, suponen transformación y ruptura y no una
simple evolución acumulativa y lineal. Efectivamente, en la historia hay

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-Darío Sandrone | 13
revoluciones, guerras, genocidios, grandes contradicciones que no dan
cuenta de una modificación gradual del destino humano sino más bien de
una contradicción entre elementos y una resolución no siempre agradable.

Hegel describe al movimiento dialéctico como un proceso de


negación y mediación que sigue a un primer momento de simple afirmación
de una cosa o un concepto. Las fases de este movimiento, o momentos de la
Dialéctica, han recibido corrientemente los nombres de tesis, antítesis y
síntesis. La tesis es una posición o simple afirmación de algo que por
necesidad se presenta, al poco de examinarlo, como simple apariencia. A su
vez, la negación o antítesis es generada y supone un contraste y un conflicto
con la tesis. Todo desarrollo de las cosas y del pensamiento en el tiempo es
sustancialmente contradictorio por este proceso de tesis/antítesis. Esto, que
podríamos llamar el empuje dialéctico, lleva a un tercer momento de
mediación o intento de solución de la contradicción, y que se resuelve en
una nueva posición de la cosa o del concepto: la síntesis, que contiene y a la
vez supera el punto de partida inicial. Se puede ejemplificar este proceso
pensando que el régimen monárquico que existía antes de la revolución
francesa era la tesis, ya que se afirmaba en el mundo; sin embargo,
engendraba al mismo tiempo la revolución que es la antítesis pues niega al
sistema monárquico y, de hecho, lo destruye. Finalmente, esta
contradicción, esta disputa, encuentra su síntesis y resolución en el periodo
napoleónico. Una vez que esta etapa se ha alcanzado puede iniciarse
nuevamente el proceso dialéctico.

Fig. 2- Esquema extraído de www.workforentry.com,


2/12/2011.

Por otra parte, para Hegel, la razón misma es esencialmente


contradictoria (al igual que la realidad) pues sólo puede captar parcelas del
mundo y en periodos sucesivos. La conciencia humana es una fase, una
etapa, en la historia del pensamiento que va desarrollándose a través de una
interacción entre sujeto y objeto, concepto y mundo, donde éstos se
confunden en una misma realidad, a la que llama autoconciencia y Espíritu.
La realidad no existe toda al mismo tiempo ni es conocida toda por entero
en un solo momento sino que, sea mundo o conciencia, va siendo a lo largo
del tiempo. La fuerza que impulsa este movimiento hacia un saber absoluto,

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-Darío Sandrone | 14
una autoconciencia total o un Espíritu Absoluto no es otra que la de la
Dialéctica.

Es importante comprender que la síntesis conserva y supera a la


tesis y la antítesis. No obstante, es el promedio de ambas. La síntesis
posibilita el progreso del devenir histórico, el cual no es un progreso lineal
sino que es quebradizo, con avances y retrocesos.

De este modo, la Dialéctica es principalmente el modo en que se


desenvuelve la realidad, a la vez que es la forma en que evoluciona la
conciencia. El pensamiento dialéctico es el pensamiento que piensa
procesos y totalidades en lugar de pensar al mundo como una colección de
cosas aisladas y estáticas. Este pensamiento se diferencia de la Lógica
Formal —que hemos visto en módulos anteriores— para la cual las cosas
son o no son (una proposición del mundo es verdadera o falsa, no hay otra
posibilidad) mientras que para el pensamiento dialéctico las cosas son y no
son porque devienen. Se van modificando en la historia según sus
relaciones.

Fundamentalmente, el pensamiento dialéctico sostiene que tanto el


pensar como el ser (o bien, el conocimiento y la realidad) son movimientos
hacia un punto final: el absoluto.

El proceso no es, sin embargo, infinito, porque ha de acabar con la


comprensión total de la realidad y del pensamiento como un saber
completo, o absoluto. El recurso al método dialéctico y a su estructura
tripartita puede observarse en toda la obra de Hegel. La Dialéctica no es la
forma de toda la realidad, sino aquello que le permite alcanzar el carácter
verdaderamente positivo. En otras palabras, Hegel no se declara
"partidario" de la Dialéctica porque sienta una tendencia a ver la realidad
desde el punto de vista del movimiento, sino que aspira a ver la realidad
desde el punto de vista del movimiento porque sólo éste le permitirá a la
realidad realizarse verdaderamente. Por lo tanto, es la "realidad realizada"
lo que interesa a Hegel y no sólo el movimiento dialéctico que la realiza.

6. Marx y el materialismo
dialéctico.
Sin lugar a dudas uno de los filósofos más importantes de toda la
historia es Karl Marx. No sólo por la originalidad y potencia de su planteo
filosófico sino por las consecuencias filosóficas, culturales y políticas que
este ha tenido en el siglo XX y que perduran notablemente en nuestros días.
Aunque Marx no prosiguió nunca su proyecto de una exposición de su
metodología Dialéctica y si bien él no empleó nunca las palabras
"materialismo dialéctico" para designar su doctrina, los elementos de su
pensamiento son incontestablemente los que expresan estos términos.

Antes que nada, debemos decir que la época de Marx era la de la


revolución industrial provocada por la aplicación de la máquina de vapor a
la producción. También era la época de importantes luchas sociales.

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-Darío Sandrone | 15
Marx, que era un adolescente cuando Hegel murió, adopta el
método dialéctico hegeliano de comprensión de la realidad; pero, cambia el
concepto de realidad ideal por el de realidad material socioeconómica y el
de fases sucesivas del Espíritu por el de fases de la historia real de la
humanidad. El motor de la dialéctica, que en Hegel es la contradicción en la
conciencia y en la realidad, son en Marx las contradicciones de la sociedad,
debidas al conflicto entre las “relaciones de producción” y las “fuerzas de
producción”.

No menos central es el papel desempeñado por la Dialéctica en el


marxismo. Sin embargo, esta Dialéctica no se presenta ya como una
sucesión de momentos especulativos, sino como el resultado de una
descripción "empírica" de lo real. Por lo tanto, la Dialéctica marxista —que,
dicho sea de paso, fue elaborada más bien por Engels que por Marx— no se
refiere al proceso del "espíritu", sino a "la propia realidad". Partiendo de
esta base, los marxistas clásicos y los marxistas actuales han acentuado la
importancia decisiva de la Dialéctica.

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-Darío Sandrone | 16
La filosofía de Marx es el materialismo y se opone al idealismo del
que era representante Hegel. Para Marx la materia tiene un movimiento
dialéctico y también histórico. Esto lo toma de Hegel, la historia tiene una
lógica; sin embargo se distancia fuertemente de él porque no se trata del
desarrollo de una Idea, una Razón o un Espíritu, sino de fuerzas materiales
que se expresan en las luchas de clases sociales.

Es por esto que la concepción filosófica marxista lleva a privilegiar el


análisis económico, pues en la base de la sociedad se encuentra la
economía. El intercambio entre las mercancías se realiza en definitiva por el
tiempo de trabajo socialmente necesario para la producción de cada una.
Pero Marx descubre que en el mercado hay una mercancía muy especial: la
fuerza de trabajo humano. Es esta mercancía que compra el capitalista para
que se consuma en la fábrica de su propiedad. Esto sirve como ejemplo para
ilustrar el proceso dialéctico entendido en términos materialistas de Marx
ya que la burguesía que es la dueña de los medios de producción (fábricas,
máquinas, etc.) es, en el esquema marxista, la tesis que genera en su seno a
su antítesis, los proletarios, los trabajadores. Según Marx, como la historia
lleva una lógica dialéctica, es inevitable una revolución social llevada
adelante por el proletariado generando una síntesis: una nueva sociedad
que no esté dividida entre dueños de los medios de producción y proletarios
que venden su fuerza de trabajo. Por este motivo, las ideas de Marx han
inspirado decenas de procesos políticos revolucionaros en todo el mundo a
lo largo de todo el siglo XX y continúan aún vigentes.

7. Algunas consideraciones
finales

Formas de Pensamiento - Sandra María Gómez


-Darío Sandrone | 17
Como hemos visto, el pensamiento dialéctico es una forma de
pensamiento que ha sido caracterizado de muchas maneras a lo largo de la
historia. Hemos tratado de exponer las principales, según nuestro criterio,
pero debemos reconocer que no deja de ser una selección arbitraria y
subjetiva. Sin embargo, cada vez que nos topemos con ese término ya
sabemos que debemos intentar precisar el contexto en el que se enmarca, el
sentido con el que se lo utiliza y la función que se pretende de él en un texto
o argumentación.

Muchas veces encontraremos el término “dialéctica” en el sentido de


“diálogo”, de intercambiar opiniones. Otra veces, observaremos que se
utiliza este término para significar un proceso de razonamiento que se
desarrolla a partir de ciertos principios y que busca convencer, persuadir.
En otras ocasiones veremos que se usa el adjetivo “dialéctico” para
caracterizar un proceso donde se enfrentan dos opuestos. Todas estas
acepciones son posibles y aceptables, porque todas tienen alguna raíz en la
manera que se ha pensado a la Dialéctica a lo largo de la historia del
pensamiento.

Esperamos haber contribuido con brindar un panorama general de


esa historia y de alguna de esas formas de entender la Dialéctica, desde los
griegos hasta el siglo XX.

Formas de Pensamiento - Sandra María Gómez


-Darío Sandrone | 18
Módulo 4
Lectura 4 - Pensamiento
Sistémico

Formas de Pensamiento
Prof. Sandra María Gómez
Prof. Darío Sandrone
1) Introducción
Si afirmamos que el pensamiento es una manera de organizar
subjetivamente los fenómenos que nos rodean para comprenderlos de
alguna forma que nos sea útil o verosímil, debemos también decir que ha
habido muchas maneras de “pensar la realidad” que pueden ser, incluso,
analizadas históricamente. Una de esas maneras ha sido el pensamiento
sistémico.

Si tuviéramos que decir algo para empezar a adentrarnos en esta


forma de pensamiento, sin lugar a dudas, debemos poner el acento en la
noción de “sistema”. El pensamiento sistémico es aquel que considera que
los fenómenos reales pueden ser explicados y comprendidos como
“sistemas”. Esto implicaría que dichos fenómenos se comportan de
determinada manera y siguen ciertos principios, los cuales expondremos
más adelante.

Por el momento diremos que el término sistema tiene su origen en


los inicios mismos de la Filosofía y la Ciencia. Esta palabra proviene de la
palabra systêma, que a su vez procede de synistanai (reunir) y de synistêmi
(mantenerse juntos).

La utilización de este término puede ser rastreada ya en el siglo V


a.C. en filósofos presocráticos como Anaxágoras y, posteriormente, en
Aristóteles y los Estoicos. Entre los siglos XVI y XIX se sigue pensando
sobre la idea de sistema, en lo que respecta a su funcionamiento y a su
estructura. Se puede nombrar, entre otros, a Descartes, a Spinoza, a Leibniz
y a Hegel —de quien hemos hablado en los módulos anteriores.

Recién en el siglo XX la idea de sistema se constituirá como una idea


revolucionaria en el campo del conocimiento, tanto por su potencia
explicativa como por la rapidez con que se propagó en las distintas
disciplinas científicas.

Podemos ver cómo en los últimos 70 u 80 años hemos sido


partícipes del surgimiento de "sistemas" como concepto clave en la
investigación científica. El enfoque sistémico ha ganado terreno en
disciplinas como la Biología, la Física, la Psicología, la Historia, la
Sociología, Economía y también en el campo de las investigaciones
tecnológicas, sobre todo en la Cibernética.

Por otro lado, también fue innovador el uso y aplicaciones que se ha


hecho de la noción de sistema para la administración, el análisis y la
estructuración de las organizaciones. Estos enfoques han ido en aumento;
su amplia aplicabilidad al igual que sus principales características (que
hacen referencia a las partes en proceso en un todo coherente) han hecho
de esta teoría un verdadero fenómeno en las Ciencias Sociales desde la
aparición del término.

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-Darío Sandrone | 2
2) Teoría General de Sistemas (TGS)

Si bien, como vimos, la noción de “sistema” siempre ha estado


rondando el ámbito del pensamiento y el conocimiento del mundo, fue a
mediados del siglo XX cuando el biólogo y epistemólogo austriaco, Ludwing
Von Bertalanffy, formuló lo que se conoció como la Teoría General de
Sistemas (TGS). Bertalanffy trabajó el concepto de sistema abierto e inició
el pensamiento sistémico como un movimiento científico importante.

Muchos años después, y analizando la influencia que sus planteos


produjeron en las diversas ramas de la ciencia y la organización social, dirá
lo siguiente:
Si alguien se pusiera a analizar las nociones y
muletillas de moda hoy por hoy, en la lista aparecería
“sistemas” entre los primeros lugares. El concepto ha invadido
todos los campos de la ciencia y penetrado en el pensamiento
y el habla populares y en los medios de comunicación de
masas. El razonamiento en términos de sistemas desempeña
un papel dominante en muy variados campos, desde las
empresas industriales y los armamentos hasta temas
reservados a la ciencia pura. Se le dedican innumerables
publicaciones, conferencias, simposios y cursos. En años
recientes han aparecido profesiones y ocupaciones,
desconocidas hasta hace nada que llevan nombres como
proyecto de sistemas, análisis de sistemas, ingeniería de
sistemas y así por el estilo. Constituyen el meollo de una
Tecnología y una tecnocracia nuevas; quienes las ejercen son
los “nuevos utopistas” de nuestro tiempo (…) están creando un
mundo nuevo, feliz o no. (Bertalanffy, 1987, p.1)

Como Bertalanffy proviene de la Biología, sus ideas surgen a


partir de la carencia de conceptos y elementos que le permitieran,
en esa época, estudiar los sistemas vivos (posteriormente se
consideran a los sistemas sociales también), en tanto sistemas
complejos con propiedades particulares y diferentes a las de los
sistemas mecánicos.

La Teoría General de Sistemas no busca solucionar


problemas ni proponer soluciones prácticas pero si producir teorías
y formulaciones conceptuales que puedan crear condiciones de
aplicación en la realidad empírica.

Sin embargo, Bertalanffy consideró la posibilidad de que el


objeto de estudio de todas las ciencias llegara a ser los sistemas.
Esto implicaría una tendencia hacia la integración de diferentes
tipos de ciencias: las Ciencias Naturales podrían concebir a los
fenómenos naturales como sistemas abiertos en la naturaleza, las
Ciencias Sociales podrían estudiar los fenómenos sociales como
sistemas abiertos en la dinámica social e incluso las Ciencias
Exactas podrían abocarse a dar soluciones más integradas a los
problemas presentes en los sistemas. Esta idea va a contramano de
la creciente especialización del conocimiento que se había dado
hasta ese entonces y que seguía en aumento.

Al día de hoy, si bien este proyecto ha producido algunas


modificaciones en los métodos de investigación científica, debemos

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-Darío Sandrone | 3
decir que las diferentes disciplinas poseen aún cierta autonomía en
sus objetos de estudio y nada demuestra lo contrario.

Básicamente la Teoría de Sistemas posee tres principios


fundamentales:
1. Los sistemas existen dentro de sistemas. Por
ejemplo, podríamos decir que existe un sistema de moléculas que se
relaciona entre sí, pero existen dentro de las células; a su vez a nivel
celular encontramos otro sistema conforme se relacionan las células
entre sí; simultáneamente las células están dentro de otro sistema,
el tejido, los tejidos dentro de órganos, los órganos dentro de
organismos, los organismos dentro de un nicho ecológico, y así
sucesivamente.

2. Los sistemas son abiertos. Cada sistema que se


examine, excepto el menor o el mayor recibe y descarga algo en los
otros sistemas. Estos sistemas tienen como prioridad el constante
intercambio infinito con su ambiente constituido por los demás
sistemas.

3. Las funciones de un sistema depende de su


estructura, las características de sus elementos y la manera en que
éstos se relacionen definen al sistema y determinan cómo
funcionará y cuál será su producto y/o finalidad. Además necesitará
un impulso para funcionar y para que su estructura cumpla su
función. Generalmente, la entrada de energía y materia al sistema
es lo que proporciona el impulso necesario.

Pero para poder entender mejor estos principios es


necesario que nos adentremos en el objeto fundamental de esta
teoría: los sistemas.

2. a) Concepto de Sistema
Supongamos que somos biólogos y queremos estudiar el
funcionamiento de los seres vivos. Podríamos decir que están
conformados por átomos que, aparentemente, son las unidades
básicas de la materia. Sin embargo, eso no nos alcanzaría para
estudiar a los organismos pues, por ejemplo, las piedras también
están conformadas por átomos. Podríamos luego pensar que esos
átomos conforman moléculas pero lo mismo sucede con otras
partes de la naturaleza que no son seres vivos: la molécula de agua,
por ejemplo, está constituidas con átomos de hidrógeno y oxígeno.
Sin embargo, la manera en que algunos tipos de moléculas se
relacionan entre sí conforman tejidos, la manera en que los tejidos
se relacionan entre sí conforman órganos y, desde luego, la manera
en que los órganos se relacionan entre sí conforman organismos.

Ahora bien, si pensamos lo que sabemos de un átomo y lo


que sabemos de los organismos, difícilmente diremos que un
organismo es la suma de átomos. A no ser que no podamos
distinguir entre una silla y un perro, nos daríamos cuenta enseguida
de que esas dos “cosas”, si bien son “suma de átomos”, no son
iguales ya que la cosa “perro” tiene propiedades que la cosa “silla”
no tiene. Por ejemplo, si el perro se lastima, sus tejidos se regeneran

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-Darío Sandrone | 4
y sana, pero si la silla se raya no vuelve a regenerarse la madera de
la que está hecha. A su vez, por ejemplo, el perro puede incorporar
otras sustancias de la naturaleza, procesarla y eliminar lo que su
organismo no necesite. Eso no lo pueden hacer todos los “conjuntos
de átomos”, por ejemplo, la silla.

En definitiva, por más que supiéramos cómo funcionan los


elementos constituyentes (átomos) del perro, no nos alcanzaría para
explicar cómo “funciona” el perro, ya que tiene propiedades que no
resultan de la simple suma de átomos. Si fuese así, la silla también
tendría esas propiedades. En definitiva, como ya es de uso popular
la frase que puede sintetizar esto es “el todo es más que la suma de
las partes”.

Es aquí donde aparece la noción de sistema.


 Sistema:
Según la definición que da Rolando García en su Libro
Sistemas complejos podríamos entender que

“El término sistema designa a todo conjunto


organizado que tiene propiedades, como totalidad, que no
resultan aditivamente de las propiedades de los elementos
constituyentes. La organización del sistema es el conjunto de
las relaciones entre sus elementos, incluyendo las relaciones
entre las relaciones” (García, 2006, p. 181)

Un sistema por definición está compuesto de partes o


elementos interrelacionados. Esto se aplica a todos los sistemas
mecánicos (un reloj), biológicos (un perro) y sociales (un mercado).
Todos los sistemas deben tener más de dos elementos y éstos a su
vez estar interconectados. Desde esta definición podemos decir que
el ser humano es un sistema, el lenguaje que usamos es un sistema y
estas mismas lecturas lo son.
 Elemento

Podríamos definir a un elemento como la parte integrante de


una cosa o porción de un todo. Un individuo es un elemento de un
sistema social, un engranaje es un elemento de un sistema
mecánico, un órgano es parte de un sistema biológico, etc.

Desde el enfoque de la Teoría de Sistemas, los elementos


tienen propiedades particulares que afectan o se ven afectadas por
las características del sistema total. Por ejemplo, un órgano que
tenga la propiedad de estar enfermo va a afectar el funcionamiento
total del organismo. Pero también esto ocurre al revés, las
características de los sistemas afectan o influyen en las
características de los elementos. Por ejemplo, si dejamos de comer
pronto se producirá un desorden a nivel de todo el organismo que
irá afectando a los distintos órganos. Esta particularidad se da
porque el elemento está relacionado con otros formando un todo
organizado.

Un punto siempre complicado consiste en determinar en


qué consiste un elemento del sistema. Por ejemplo, tomemos el caso
de nuestro sistema visual y ocular. Podemos decir que está

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-Darío Sandrone | 5
compuesto por algunos elementos como la pupila, la córnea, el
globo ocular, los músculos extraoculares, el nervio óptico, etc. Pero
supongamos que no veamos bien por lo que, incorporamos a este
sistema un nuevo elemento que interactúe con ellos. Por ejemplo un
par de cristales colocados frente a los ojos. ¿Forman los anteojos
parte de nuestro sistema visual y ocular? Una respuesta apresurada
sería decir que no, porque no son un órganos de nuestro cuerpo.
Pero si nos atenemos a nuestra definición de sistema, los anteojos
interactúan con otros elementos del sistema visual y el
funcionamiento del sistema visual no es el mismo con anteojos que
sin ellos. Por lo que el sistema visual tiene otra propiedad (buena
visión, por ejemplo) que no tiene cuando este nuevo elemento no
está presente. Por otro lado, si me sacara los anteojos mi sistema
visual seguiría funcionando como un sistema, sólo que con un
elemento menos. Lo que podríamos decir, es que son dos sistemas
distintos mi-sistema -con-lentes y mi-sistema-sin-lentes.

Si alguien analizara el sistema visual pensándolo como la


interacción de los órganos con los que nacimos, no contaría a los
lentes como un elemento del sistema. Si en cambio alguien
analizara el sistema visual pensando en todo lo que produce una
determinado efecto visual, sin duda incorporaría a los lentes como
un elemento dentro del sistema visual. Esto sucede porque, en la
Teoría de Sistemas, siempre depende del analista del sistema
determinar con qué detalle y qué elementos considerar cuando
evalúa un sistema.

Una analista puede considerar que un ser humano está


formado por cabeza, tronco y extremidades; otro a su vez, estimar
que los componentes son el sistema digestivo, el sistema
circulatorio, el sistema endocrino y sistema nervioso.

 Subsistema.

Un elemento puede considerarse como un sistema. En este


caso, se lo denomina Subsistema. Por ejemplo, el organismo
humano puede considerarse como un sistema y el aparato
circulatorio es uno de los elementos que lo conforman. Pero a la vez
el aparato circulatorio es un sistema en sí mismo por lo que se
puede considerar un subsistema dentro del sistema que es el
organismo humano.

Si pensáramos, por ejemplo, a la computadora con la que


estoy escribiendo como un sistema, sus elementos serían el CPU, el
teclado, el monitor, el mouse, etc. Pero a su vez si pensamos cada
uno de estos elementos en detalle, nos daremos cuenta que también
son sistemas compuestos por otros elementos a los cuales, si
pensamos con cierto detalle nuevamente, podemos también
concebirlos como sistemas.

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-Darío Sandrone | 6
Lo mismo ocurre con el ser humano, como veíamos
anteriormente, el sistema general que es un organismo humano
poseen dentro de sí, otros sistemas (por ejemplo el circulatorio,
digestivo, etc.) cada uno de ellos compuestos por elementos que se
relacionan de determinada manera y que generan una propiedad
general al todo y, al mismo tiempo, al interaccionar con otros
sistemas producen ciertas propiedades en el organismo.
A su vez, el organismo humano puede ser un subsistema de
otro sistema mayor como puede ser su familia, que es un
subsistema de una comunidad, que a su vez es un subsistema de
una ciudad, que también es un subsistema de un país, de un
continente, etc. Sin embargo debemos recordar que la
determinación entre qué es un subsistema y qué es el sistema que lo
contiene siempre es decisión del analista.

 Entorno o contexto
El entorno es el medio que rodea externamente al sistema,
es una fuente de recursos y de amenazas. Se conoce también con el
nombre de ambiente. En el caso de que tomáramos un organismo
como un sistema, el entorno es todo el ambiente que lo rodea.

El sistema y el entorno mantienen una interacción


constante, está interrelacionados y son interdependientes. La
influencia que el sistema ejerce sobre el entorno regresa a él a través
de la retroalimentación; por ejemplo si estamos en invierno nuestro
cuerpo, que es un sistema, enviará calor a la habitación donde nos
encontremos que tendrá una temperatura diferente una vez que
nosotros hayamos entrado en ella, así el sistema (nuestro cuerpo)
afecta al entorno (la habitación); pero supongamos ahora que
venimos de la calle donde hace mucho más frío que en la
habitación, al entrar en ella sentiremos una cálida sensación y
dejaremos, por ejemplo, de temblar. Así, el entorno condiciona al
sistema y determina su funcionamiento.

La supervivencia de un sistema depende de su capacidad


para adaptarse, cambiar y responder a las exigencias y demandas
del ambiente externo. Debido a que el ambiente está cambiando
continuamente, el proceso de adaptación del sistema es sensible y
dinámico. Nuestro cuerpo tiembla cuando hace frío porque el
movimiento produce calor, se trata una clara reacción que tiene

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-Darío Sandrone | 7
como propósito adaptarse al nuevo entorno, si no tembláramos
sería más difícil permanecer en él.

Es importante destacar que el ambiente también puede ser


analizado como un sistema, en ese caso se denomina Supersistema.
Para determinar si algo es parte del ambiente se debe establecer que
el sistema no tiene control sobre ese elemento, es decir que no
puede modificar sus características y conducta, aunque sí puede ser
afectado por el mismo. Una flor (sistema) puede crecer en un jardín,
en un campo o en una maseta, pero no controla a estos entornos
diferentes, sin embargo la manera en que la flor crezca dependerá
altamente de ese entorno. Otro ejemplo evidente es el de un pez
(sistema) de agua salada que es puesto en agua dulce,
evidentemente el sistema no de adaptará al nuevo entorno, sus
elementos (órganos, tejidos, subsistemas, etc.) no interaccionarán
correctamente entre sí ni con el medio y el sistema colapsará. El pez
morirá.

La frontera o límite es la línea que separa al sistema de su


entorno (o supersistema) y que define lo que pertenece y lo que
queda fuera de él. La línea puede ser visible o imaginaria y
determina hasta dónde puede llegar el sistema.

El establecimiento de las fronteras de un sistema puede ser


un problema difícil de resolver. No siempre existe una frontera
física, o ésta no está tan clara. Por otro lado, no siempre está claro
cuáles son las funciones o actividades del sistema y cuáles son los
del medio, pues siempre esta relación implica una articulación de
actividades y tareas. Si para un sistema se han establecido
diferentes fronteras, éstas se pueden superponer y variar de
acuerdo con el grado de permeabilidad que tienen. Recordemos el
ejemplo de los anteojos ¿podemos decir que los lentes pertenecen al
entorno? Pero, si cumplen la misma función que algunos elementos
del ojo, ¿no lo podríamos considerar como parte del sistema visual?
La definición de la frontera delimita los conceptos de
subsistema y supersistema. Así se puede definir el sistema en
relación con su medio inmediato y con sus principales
componentes.

2.b) Clasificación de los sistemas


Cómo hemos visto, la Teoría General de Sistemas sostiene
que muchos, sino la totalidad, de los fenómenos y las existencias
que nos rodean pueden ser concebidos como sistemas. Sin
embargo, como hemos visto también, no todos los sistemas son
iguales, es por eso que deberíamos hacer, si más no sea, alguna
clasificación para diferenciar los tipos de sistemas con los que nos
podemos encontrar en la realidad.

Debemos advertir, no obstante, que la clasificación de un


sistema al igual que el análisis de los aspectos del mismo es un
proceso subjetivo; depende del individuo que lo hace, del fin que
persiga y de las circunstancias particulares en las cuales se
desarrolla. De acuerdo Mauricio Alba (1995), algunas de las
clasificaciones de los sistemas podrían llevarse a cabo son:

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I. Según su relación con el medio ambiente:

• Sistemas abiertos: Sistema que intercambia materia,


energía o información con el ambiente. Cualquier organismo o ser
vivo es un ejemplo de este tipo de sistemas, ya que toma elementos
del ambiente y agrega elementos en el ambiente permanentemente.
Podemos pensar en una célula que intercambia elementos con el
organismo que la contiene. Por otro lado, pensando en sistemas
sociales una familia es un sistema que intercambia elementos con la
comunidad (entorno); si luego tomamos la comunidad como un
sistema veremos que también es abierto porque interactúa, por
ejemplo, con una nación (entorno) y la nación, entendida a la vez
como un sistema, también es un sistema abierto ya que interactúa
con el continente.

• Sistemas cerrados: Son los sistemas que no intercambian


materia, energía o información con el ambiente. Un reloj por
ejemplo funciona siempre de la misma manera independientemente
del entorno en que funcione. Distinto es en los casos que
mencionábamos anteriormente. Si pensáramos en el universo como
un gran sistema podríamos considerarlo como un sistema cerrado
ya que todos los intercambios de energía y materia se dan en su
interior y no con el entorno, por lo menos hasta donde conocemos
actualmente.

II. Según su naturaleza:

• Sistemas concretos: Podemos decir que hay algunos


sistemas que están conformados por elementos físicos que podemos
tocar, ver u oír. Además están en algún lugar en el espacio. Por
ejemplo esta computadora con la que escribo está aquí al frente
mío, y tiene un teclado, un CPU y un monitor que puedo romper y
arreglar si se rompe porque es tangible. Para buscar otro ejemplo,
podemos decir que un organismo también es un sistema concreto ya
que está conformado por partes que son perceptibles y se deterioran
con la interacción del medio. Además está en el espacio, en un lugar
físico: “ese perro que está allí”, “el canario que está en la jaula”, etc.

• Sistemas abstractos: Por otro lado, existen sistemas que no


podemos percibir con los sentidos y que no están en un lugar sino
que son sistemas simbólicos o conceptuales. Pensemos en nuestro
lenguaje, por ejemplo. Como habíamos dicho es un sistema que
tiene elementos que interactúan entre si y posee ciertas
propiedades. Pero, ¿dónde está nuestro lenguaje? Puedo decir que
este material, que también puede ser percibido como un sistema y
está escrito utilizando nuestro lenguaje, está aquí. Pero, ¿el
lenguaje? Ese sistema de símbolos y significados con el que nos
comunicamos parece ser algo abstracto que podemos graficar en
una hoja o concretarlo en sonidos con nuestro habla, pero en sí es
un sistema abstracto.

III. Según su origen:

• Sistemas naturales: Podríamos pensar en sistemas


generados sin la intervención de la mano del hombre como

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-Darío Sandrone | 9
cualquier eco-sistema. Un río, un bosque cualquier célula que
componga un ser vivo son sistemas que han llegado a conformarse a
través del paso del tiempo, producto de la evolución bilógica o la
erosión. Si consideramos esta clasificación, nuestro ejemplo del
sistema visual humano dejaría a los anteojos como un elemento
ajeno al sistema, pues no es un elemento natural mientras que los
demás sí lo son.

• Sistemas artificiales: Son los sistemas que han sido


producidos o construidos por el hombre y forman parte de la
cultura humana. Tal es el caso de un sistema de transporte en
general o un tren o avión en particular. Nuestro sistema político por
ejemplo ha sido construido a los largo de la historia al igual que
nuestro sistema económico. Todos estos casos pueden clasificarse
como sistemas artificiales.

IV. Según sus relaciones:

Como hemos dicho todo sistema está compuesto de


elementos y relaciones entre estos elementos, además de las
relaciones entre estas relaciones. De acuerdo a la forma en que estas
relaciones se produzcan podemos clasificar a los sistemas en:

• Sistemas simples: Son sistemas con pocos elementos y


relaciones entre ellos y fáciles de aislar. Por ejemplo un reloj puede
ser desarmado y armado nuevamente y seguirá siendo el mismo
sistema. Podemos describir el funcionamiento de tal engranaje y de
tal mecanismo independientemente del sistema y luego describir el
sistema como la suma de todas esas funciones. Esto significa que el
funcionamiento del sistema es lineal, podemos saber cómo funcionó
el reloj en la última media hora y sabemos que seguirá funcionando
por mucho tiempo más debido a que conocemos como funcionan
sus partes aisladamente y en conjunto.

• Sistemas complejos: Según Rolando García (2006, p.182)


un sistema complejo es “…un sistema en el cual los procesos que
determinan su funcionamiento son el resultado de la confluencia de
múltiples factores que interactúan de tal manera que el sistema no
es descomponible. Por lo tanto, ningún sistema complejo puede ser
descrito por la simple adición de estudios independientes sobre
cada uno de sus componentes”. Si, por ejemplo pensamos en el
cerebro, nos daremos cuenta que el funcionamiento de este sistema
no puede ser descripto por la suma de sus partes; podemos saber
cómo funcionan las neuronas y los axones pero no podemos
describir la características del conocimiento, del lenguaje, de las
emociones, etc. a partir de esos elementos. A diferencia del reloj
(que es un sistema simple) no podemos explicar cómo funciona
nuestro cerebro a partir de cómo funcionan las neuronas por
separado. Si pensamos en sistemas sociales complejos, tampoco
podemos hacerlo: la universidad, por ejemplo puede ser
considerada como la suma de los docentes, los alumnos, los
pizarrones, las computadoras, los textos y los estatutos. Si
tuviéramos todo eso por separado y tuviéramos que predecir cómo
va a ser la universidad que emergerá de la interacción de todos esos
elementos estaríamos en problemas, porque la universidad es un
sistema complejo cuyo funcionamiento está determinado por la

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-Darío Sandrone | 10
confluencia de todos esos elementos y no por la simple sumatoria
de los mismos. Al contrario del reloj no podremos saber —con
absoluta certeza— cómo funcionará esta universidad en los
próximos 20 años.

Como veremos más adelante toda organización es


considerada un sistema complejo.

2 c) Propiedades de los sistemas

Cada uno de los aspectos revisados anteriormente sobre un


sistema le da características que lo hace diferente de cualquier otra
entidad considerada en otras áreas del conocimiento. Las
propiedades atribuidas a los sistemas han generado el desarrollo
teórico y práctico de nuevas disciplinas, por esta razón es
importante introducir en esta parte de nuestro desarrollo lo que
tiene que ver con este tema.

 Propiedades emergentes
Hacíamos referencia anteriormente a la frase, ya popular, “el
todo es más que la suma de las partes”, esa puede ser una buena
síntesis de lo que se quiere decir generalmente cuando se habla de
“propiedades emergentes”. Si un sistema funciona como un todo,
entonces tiene propiedades distintas a las de las partes que lo
componen y que “emergen” en él cuando está en acción. Estas
propiedades no se encuentran si el sistema se divide en sus
componentes y se analiza cada uno de ellos por separado. Un tejido
biológico, pongamos por caso el muscular, tiene propiedades que no
tienen las células que lo componen, y un órgano compuesto por este
tejido, por ejemplo el corazón, tiene propiedades que no tiene el
tejido por sí mismo. Un auto cuenta con elementos como un
carburador y una serie de pistones, pero si ponemos estos
elementos sobre la ruta no se moverán, así el movimiento es una
propiedad que emerge cuando se organizan todos estos elementos
en un sistema.

El concepto de propiedad emergente está relacionado con la


idea de niveles de complejidad en los sistemas; las propiedades
emergentes son el resultado de la aplicación de restricciones
(pérdida de grados de libertad) a los elementos de un nivel inferior,
de manera que se establezca la conexión con el nivel siguiente de
complejidad en el sistema. Las células no pueden relacionarse de
cualquier forma para generar un tejido muscular, sólo si lo hace de
cierta manera este sistema tendrá alguna propiedad característica.

 Sinergia
Para explicar lo que decíamos recién se suele usar la palabra
“sinergia”, que tiene su origen en el griego: “syn” significa “con” y
“ergos” significa “trabajo”. La sinergia existe en un sistema cuando
la suma de las partes del mismo es diferente del todo, es decir,
cuando el estudio de una de las partes del sistema de manera
aislada no puede explicar o predecir la conducta de la totalidad.

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-Darío Sandrone | 11
 Entropía
La palabra entropía viene del griego “entrope” que significa
“transformación” o “vuelta”. Es un proceso mediante el cual un
sistema tiende a consumirse, desorganizarse y morir. Se basa en la
segunda ley de la termodinámica que plantea que la pérdida de
energía en los sistemas aislados los lleva a la degradación,
degeneración, desintegración y desaparición. Para la TGS la
entropía se debe a la pérdida de información del sistema, que
provoca la ausencia de integración y comunicación de las partes.
Aunque la entropía ejerce principalmente su acción en
sistemas cerrados y aislados, afecta también a los sistemas abiertos;
éstos últimos tienen la capacidad de combatirla a partir de la
importación y exportación de flujos desde y hacia el ambiente, con
este proceso generan neguentropía (entropía negativa).

 Retroalimentación
Se conoce también con los nombre de “Retroacción”,
“Realimentación”, “Reinput” o “Feedback”. Es un mecanismo
mediante el cual la información sobre la salida del sistema se vuelve
a él convertida en una de sus entradas, esto se logra a través de un
mecanismo de comunicación de retorno, y tiene como fin alterar de
alguna manera el comportamiento del sistema. Otros la consideran
como un retorno de los efectos de una acción que influye al sistema
en el siguiente paso. Por ejemplo el calor que nuestro cuerpo emite
en la habitación donde nos encontramos (salida) vuelve a nosotros
cuando percibimos el cambio de temperatura en la habitación
(entrada)
 Homeostasis
El término proviene de las palabras griegas “homeos” que
significa “semejante” y “statis” que significa “situación”. La
homeostasis es el ensamble de regulaciones orgánicas que actúan
para mantener los estados estables de los organismos. En otros
términos, es la capacidad de los sistemas de mantener sus variables
dentro de ciertos límites frente a los estímulos cambiantes externos
que ejerce sobre ellos el medio ambiente, y que los fuerzan a
adoptar valores fuera de los límites de la normalidad. Es la
tendencia del sistema a mantener un equilibrio interno y dinámico
mediante la autorregulación o el autocontrol (utiliza dispositivos de
retroalimentación).

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-Darío Sandrone | 12
3. La organización como un
sistema social.
Algunos autores y pensadores han planteado que la teoría de
sistemas es una herramienta muy poderosa para conocer, analizar y
predecir el funcionamiento de las organizaciones. Para muchos la
organización debe ser considerada como un sistema abierto, es
decir un sistema que intercambia materia, energía y/o información
con el entorno. Este sistema posee objetivos o funciones múltiples.

A su vez, la organización debe ser visualizada como una


entidad constituida de muchos subsistemas que están en
interacción dinámica unos con otros. El aporte que nos hace la TGS
consiste en la idea de que en cualquier sistema, los subsistemas que
lo componen son mutuamente dependientes, es decir que, un
cambio en uno de ellos, afectará a los demás.

Por otra parte, también debemos concebir a la organización


como un sistema que existe en un ambiente dinámico que
comprende otros sistemas. Por ejemplo el sistema político,
económico, social. Además, está ubicada en una ciudad
determinada, que constituye un sistema y se relaciona con otras
organizaciones que también son sistemas. Los múltiples eslabones
entre la organización y su medio ambiente hacen difícil definir las
fronteras de cualquier organización.

Esta concepción sistemática de las organizaciones no es algo


novedoso. Hace ya treinta años, dos autores llamados Daniel Katz y
Robert Kahn (1978), desarrollaron un modelo de organización más
amplio y complejo a través de la aplicación de la Teoría de Sistemas
y la Teoría de las Organizaciones.

Los autores mencionados, sostienen que las organizaciones


son una clase de sistemas sociales y, por lo tanto, son sistemas
abiertos. Las organizaciones comparten con todos los sistemas
abiertos propiedades como las que vimos anteriormente.

Los sistemas sociales, consisten en actividades


estandarizadas de una cantidad de individuos. Ellas son repetitivas,
relativamente duraderas y ligadas en el espacio y el tiempo. La
estabilidad o recurrencia de actividades existe en relación con la
entrada de energía en el sistema, en relación con la transformación
de energías dentro del sistema y en relación con el producto
resultante o salida de energía. Mantener dicha actividad, requiere
renovación constante de energía. Es lo conocido como entropía
negativa, según hemos visto.

Los sistemas sociales, al contrario de las demás estructuras


básicas, no tienen limitación de amplitud. Las organizaciones
sociales están vinculadas a un mundo concreto de seres humanos,

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-Darío Sandrone | 13
recursos materiales, fábricas y otros artefactos, aunque éstos no se
encuentren interactuando. El sistema social, es independiente de
cualquier parte física determinada, pudiendo aligerarla o sustituirla.
El sistema social es la estructuración de eventos o acontecimientos y
no la estructuración de partes físicas.

Los sistemas sociales necesitan entradas de producción y de


mantenimiento. Las entradas de mantenimiento son las
importaciones de energía que sustentan al sistema; las entradas de
producción son las importaciones de energía, procesadas para
proporcionar un resultado productivo. Supongamos que
consideremos el sistema productivo de una nación con un gran
sistema social, las entradas de mantenimiento será todo aquello que
el país importe de otros países (entorno) para poder seguir
funcionando y no decaer o diluirse, mientras que las entradas de
producción son aquellas que se necesitan para producir, para
obtener productos a partir del funcionamiento del sistema.

Los sistemas sociales tienen su naturaleza planeada, esto es,


son sistemas esencialmente inventados, creados por el hombre e
imperfectos. Presentan mayor variabilidad que los sistemas
biológicos. Los sistemas sociales necesitan fuerzas de control para
reducir la variabilidad e inestabilidad de las acciones humanas.

Las funciones, normas y valores son los principales


componentes del sistema social. Las funciones describen formas
específicas de comportamiento asociado a determinadas tareas. Las
normas son expectativas con carácter de exigencia, que alcanzan a
todo lo que le concierna al desempeño de una función, en un
sistema o subsistema. Los valores son las justificaciones y
aspiraciones ideológicas más generalizadas.

En una organización cualquiera cada uno de los individuos


que la compone tiene una función, pero es la función la que es un
componente del sistema, no el individuo. Si éste es reemplazado en
esa función el sistema permanece intacto en cambio si esa función
es reemplazada por otra, el sistema se modifica. A su vez, hay una
norma que dice que expectativa debe cumplir el individuo que
cumpla esa función y finalmente un grupo de valores que justifican
porqué es bueno que esa función sea realizada y sea realizada de esa
manera.

3 a) Propiedades de una organización


(en tanto sistema)
En definitiva, según este modelo, la organización debe
pensarse como un sistema abierto y como tal presenta las siguientes
propiedades:
Importación (entrada): la organización recibe
insumos del ambiente y necesita provisiones energéticas de otras
instituciones, personas o del medio. Ninguna estructura social es
autosuficiente.

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-Darío Sandrone | 14
Transformación (procesamiento): los sistemas
abiertos transforman la energía disponible. La organización procesa
y transforma insumos en productos acabados, mano de obra,
servicios, etc.
Exportación (salidas): los sistemas abiertos
exportan ciertos productos hacia el medio ambiente.
Así, una organización puede ser vista como un sistema
cíclico: el funcionamiento de cualquier sistema consiste en ciclos
repetitivos de importación-transformación-exportación. La
importación y exportación son transacciones que envuelven al
sistema en ciertos sectores de su entorno inmediato, la
transformación o procesamiento es un proceso contenido dentro del
propio sistema. Una empresa, podríamos decir simplificando,
recibe materia prima y energía, la transforma y obtiene un producto
que luego coloca en el entorno.
Entropía negativa: por otro lado habíamos visto
que los sistemas tienden a consumirse o desorganizarse; en el caso
de los sistemas abiertos, para que esto no suceda es necesario
incorporar elementos del entorno permanentemente. Necesitan
moverse para detener el proceso entrópico y reabastecerse de
energía manteniendo indefinidamente su estructura organizacional.
A dicho proceso se le llama entropía negativa porque va en contra
del proceso de entropía definido anteriormente.
Retroalimentación: si hacemos una comparación
con cualquier organismo, veremos que éstos reciben como insumos,
materiales conteniendo energía que se transforman por el trabajo
hecho (en otras palabras, comida). También reciben información,
proporcionando señales sobre el ambiente (información sensorial,
por ejemplo). La entrada de información permite al sistema corregir
sus desvíos de la línea correcta. También las organizaciones reciben
información del entorno que le permite mejorar su actividad y
dirigirse con mayor eficacia a sus objetivos, es por eso que una
organización no podría nunca concebirse como un sistema cerrado.
En cuanto a la materia, desde una consultora que recibe insumos de
librería hasta una empresa láctea que recibe miles de litros de leche
diariamente, toda organización intercambia materia con el entorno.

Estado firme y homeostasis dinámica: los


sistemas abiertos se caracterizan por un estado firme, ya que existe
un influjo continuo de energía del exterior y una exportación
continua de los productos del sistema. La tendencia más simple del
estado firme es la homeostasis, pero su principio básico es la
preservación del carácter del sistema, es decir, un equilibrio casi-
estacionario. Los sistemas reaccionan al cambio o lo anticipan por
intermedio del crecimiento que asimila las nuevas entradas de
energía en la naturaleza de sus estructuras. La homeostasis es un
mecanismo regulador.
Diferenciación: la organización, como todo
sistema abierto, tiende a la diferenciación, o sea, a la multiplicación
y elaboración de funciones, lo que le trae también multiplicación de
roles y diferenciación interna.

Equifinalidad: los sistemas abiertos se caracterizan por el


principio de equifinalidad, esto es, un sistema puede alcanzar, por
una variedad de caminos, el mismo estado final, partiendo de
diferentes condiciones iniciales. Por ejemplo una organización

Formas de Pensamiento - Sandra María Gómez


-Darío Sandrone | 15
dedicada a proveer un servicio como Internet, puede hacerlo por
pedio de la línea telefónica, utilizando el servicio de televisión por
cable o la vía satelital. Según como se organice el sistema, los
elementos que incorpore y la manera que los haga interactuar entre
sí podemos obtener la misma finalidad (brindar servicio de
Internet) utilizando diferentes vías.
Límites o fronteras: como sistema abierto, la
organización presenta límites o fronteras, esto es, barreras entre el
ambiente y el sistema. Definen el campo de acción del sistema, así
como su grado de apertura. Existe por ejemplo una frontera entre
una industria y la ciudad en donde opera, por más que todo el
tiempo estén ingresando y egresando personas, materiales y
energía. Quien analice una industria como un sistema establece
siempre donde termina el sistema y donde comienza el entorno.

3 b) Cultura y clima organizacional

Quizá si tuviéramos que distinguir a los sistemas sociales en


general y a las organizaciones en particular, de otros sistemas
(como los biológicos por ejemplo) deberíamos decir que toda
organización crea su propia cultura, con sus propios tabúes,
costumbres y usos. El clima o cultura del sistema refleja tanto las
normas y valores del sistema formal como su reinterpretación en el
sistema informal, así como las disputas internas y externas de los
tipos de personas que la organización atrae, de sus procesos de
trabajo y distribución física, de las modalidades de comunicación y
del ejercicio de la autoridad dentro del sistema. Dichos
sentimientos y creencias colectivos, se transmiten a los nuevos
miembros del grupo.

3 e) Dinámica del sistema


Por otro lado, las organizaciones carecen de la estabilidad de
los sistemas biológicos por lo que deben recurrir a una
multiplicación de mecanismos. Así, crean estructuras de
recompensas para vincular a sus miembros al sistema, establecen
normas y valores y dispositivos de control. Cuando se usa el término
“dinámica de sistema” en las organizaciones sociales se hace
referencia a la manera particular y específica que ese sistema
trabaja o desarrolla su función. El sistema principal y los
subsistemas que lo componen hacen que se vuelve cada vez más ese
sistema y no otro.

3 f) Eficacia organizacional
La eficiencia se refiere a cuánto de entrada de una
organización surge como producto y cuánto es absorbido por el
sistema. Si la eficacia consiste en alcanzar la finalidad que el
sistema posee, la eficiencia radica en alcanzar esa finalidad
absorbiendo la menor cantidad de la energía y la materia que

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-Darío Sandrone | 16
ingresa y busca incrementos a través de soluciones técnicas y
económicas.

3 g) Finalidad
Chiavenato (2000) señala que las organizaciones son un sistema de
actividades, que están coordinadas y tienen la finalidad de lograr un
objetivo en común; así mismo; afirma que existe organización a partir de la
interacción de 2 o más personas. Los principales requisitos para la
existencia de un sistema que sea efectivo son los siguientes:

• Hay personas capaces de comunicarse.


• Están dispuestas a actuar conjuntamente.
• Desean obtener un objetivo en común.

Según este mismo autor, una de las características de los sistemas


organizacionales, es la disposición de los integrantes a sacrificar el control
de su propio comportamiento para beneficiar la coordinación para alcanzar
el objetivo que los une. Esta razón es la que fundamenta la existencia de
roles y funciones dentro de las organizaciones; diferenciadas, pero
interrelacionadas.

3 h) Complejidad
Según Chiavenato (2000) las principales características de la
complejidad de un sistema son las siguientes:
• Complejidad: Referente a la estructura, diferenciación vertical y
horizontal existente entre las organizaciones.
• Anonimato: Referido al énfasis que se hace en las tareas u
operaciones más no en las personas. Lo importante es que la actividad ser
realice no quién la ejecuta.
• Rutinas estandarizadas: Procedimientos y canales de
comunicación.
• Estructuras personalizadas no oficiales: Propios de la estructura
informal.
• Tendencias a la especialización y la proliferación de funciones: el
objetivo es separar las líneas de autoridad formal de la competencia
profesional o técnica.
• Tamaño: número de personas y dependencias que conforman la
organización.

3 i) Concepción funcional del hombre


La TS se basa en la Teoría del Hombre Funcional. El individuo
desempeña un papel dentro de la organización, interrelacionándose con los
demás individuos, como un sistema abierto. En sus acciones basadas en
roles, mantiene expectativas respecto al rol de los demás y envía a los
demás sus expectativas. Esa interacción altera o refuerza el papel. Las
organizaciones son sistemas de roles, en las cuales los individuos actúan
como transmisores de roles y organizadores.

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-Darío Sandrone | 17
4. Algunas consideraciones
finales.
El pensamiento sistémico es una estrategia epistemológica entre
tantas otras para conceptualizar la multiplicidad de fenómenos que nos
rodean. Estos fenómenos pueden ser naturales o sociales, pueden consistir
en un abanico tan grande que incorpore desde la evolución biológica de las
especies hasta el comportamiento de los mercados en una crisis, desde los
procesos cerebrales que provocan un sueño hasta los procesos políticos por
los cuales ciertas sociedades logran lo que era impensado lograr, o
destruyen lo que era impensado destruir.

Esta manera de pensar todo los que somos y lo que hacemos,


individual o socialmente, ha sido desarrollada y enriquecida a lo largo de la
historia por diferentes pensadores y científicos que han considerado que se
puede estudiar la noción de sistema para perfeccionarla y hacerla cada vez
más útil. Así, se han descubierto y propuesto propiedades, clasificaciones y
comportamientos con el fin de describir mejor los sistemas e identificar sus
aplicaciones.

Una de ellas ha sido el que se ha hecho sobre las organizaciones


sociales de cualquier tipo. Todo el arsenal de información que se tenía sobre
los sistemas ha sido descargado sobre las preguntas: qué es y cómo
funciona una organización.

Esperamos haber facilitado un panorama general de este proceso en


el presente módulo.

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-Darío Sandrone | 18
Módulo 1
El texto, lugar de
comprensión y
producción de
significados

Materia: Lengua. Estrategias de producción y


comprensión de textos
Profesora: Dra. Marcela Farré
1.1- Qué es texto
Muchas veces se escucha usar la palabra texto con diferentes significados o aplicaciones. En la vida escolar,
a veces se dice texto como sinónimo de manual o libro científico; también, el término suele ser sinónimo de
publicación escrita.
Sin embargo, para la Lingüística el concepto de texto es mucho más amplio. Abarca toda producción que
tenga sentido y finalidad comunicativa, que puede ser tanto verbal como no verbal (una obra pictórica
puede ser considerada como texto). A la vez, se deben cumplir ciertos rasgos para que un texto sea
estudiado como tal, como se verá.
Uno de los aspectos centrales para reconocer un texto es la unidad comunicativa; así, un conjunto de
palabras o la sucesión de imágenes no conforma un texto. Puede haber yuxtaposición de fragmentos, pero si
el destinatario no puede –en un contexto ideal- reconocer esa suma de elementos como un mensaje, o su
enunciador no ha previsto una finalidad o sentido, no podemos hablar de texto.
Pensemos en una historieta: ¿qué pasaría si a lo largo de una tira cómica cada cuadro muestra un dibujo
con personajes nuevos, se ve un diseño de tipografía diferente, o va cambiando de tema? Seguramente se
trataría de un error de impresión: allí no hay comunicación. Lo mismo sucede si en un escrito –pongamos
por ejemplo una respuesta de examen- cada frase está mal encadenada con la anterior, salta de tema, no
retoma el concepto eje… entonces diríamos que es incoherente, que le falta unidad.
Precisamente, la coherencia es el rasgo que mejor define al texto, y está directamente vinculado al
concepto de unidad comunicativa. Ser coherente significa avanzar en la comunicación según un eje, que
asegura que cada elemento está al servicio del tema global.
La coherencia verbal se debe cumplir tanto en textos escritos como orales. Todos tenemos la experiencia de
haber escuchado alguna vez una exposición imposible de seguir y de comprender, esa en la que el hablante
avanza sin un hilo conductor generando un verdadero problema textual, la incoherencia.
Aparte de esa situación, que se hace confusa e incomprensible, sabemos que existen otras ocasiones en las
que algunos no entienden nada mientras que otros participantes se muestran cómodos siguiendo la
comunicación. ¿Por qué sucede esto? Porque el contexto ejerce un papel fundamental a la hora de
completar el sentido del mensaje. El contexto es el entorno cultural en que se produce un texto, el marco
espacial y temporal que aporta significados tanto a la hora de producir como de comprender un mensaje. El
contexto estará teñido de unas maneras de ver el mundo en un momento determinado, para una
comunidad que comparte una cultura (un modo de entender la sociedad, la economía, la religión, la
ideología política, etc).
Así, una viñeta humorística de un periódico será claramente cómica o irónica para un lector que entiende
las alusiones, mientras que un foráneo puede quedarse sin captar ninguna gracia en ella. Veamos dos
ejemplos. El primero, del caricaturista cordobés Claudio Furnier (La Voz del Interior, 5/10/2011).

Lo primero que un lector se preguntará (imaginemos un extranjero o un niño) es qué es el Indec. Pero una
vez conocido el dato, no será suficiente para entender la referencia crítica. Sólo participando del contexto

Lengua – Marcela Farré | 2


podremos alcanzar el sentido completo del texto. Así, se trata de un mensaje que está inmerso en un
espacio -la Argentina- caracterizado por la constante inflación. Por su parte, el tiempo nos ubica en el
gobierno de la actual presidenta Cristina Fernández de Kirchner, en el cual el Indec (Instituto Nacional de
Estadística y Censo) está cuestionado por publicar índices inflacionarios que difieren de la experiencia real
de los consumidores argentinos. Además de esto, el contexto aporta otros datos, como es la confrontación
entre la vida real del ciudadano y las publicaciones textuales del gobierno en los medios. Ambas posiciones
parecen encarnadas en los personajes, el ejecutivo (que repite el dato sin cuestionarlo) y el joven del bar, el
comerciante, que lo rechaza.
El mensaje es una crítica a la falta de verdad, y en él su autor se compromete con los lectores al reconocer y
denunciar su padecimiento real. Por eso, para entenderlo humorísticamente, debemos participar de otros
rasgos contextuales más: información de actualidad y experiencia actual también; las ideologías políticas en
juego; la función del escritor humorístico dentro de un medio gráfico; etc.
Veamos otro ejemplo, este de referencia transnacional (de Damián Pérez Santos, diario Los Andes,
22/9/2011).

En la viñeta el humor se enmarca en un contexto de conflictos en Libia. El espacio geográfico es el país


árabe, pero incluye en ese espacio simbólico del texto a los países occidentales capitalistas. El tiempo de las
acciones remite a la crisis del gobierno libio, que padece conflictos internos cuyo origen está en los intereses
de países poderosos que aprovechan su máximo bien, el petróleo. Sólo conociendo esta información
podemos entender el humor irónico de la historieta. En ella, todos los elementos (códigos lingüísticos e
icónicos) activan esos saberes contextuales para poder inferir el mensaje. Frente al personaje libio, pequeño
y solo, el camión se muestra poderoso y temible, con unos rasgos de fiera. La patente que lo identifica es la
de la comunidad europea junto a la de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte). Se ve la
contradicción lingüística entre el trato explícito al “amigo” y el cambio brusco de tema que lleva al
verdadero interés, su bien propio, el combustible. El personaje árabe muestra temor.
El texto de este periodista gráfico es, por tanto, crítico con la posición histórica de las grandes potencias
occidentales y añade una información a los lectores: que la mediación “amistosa” de ellos en los recientes
conflictos internos de Libia responde a intereses egoístas.
Algo más: esas referencias espaciales y temporales que se activan en los lectores son posibles gracias a
ciertos mecanismos internos del texto, que mueven a buscar información en otro lugar, externo, contextual.
Por ejemplo, las alusiones intertextuales (cuando un texto “cita” o alude a otro está trayendo a la mente
todo su significado). En este caso, los colmillos “citan” a un animal salvaje; o el cartel a la conocida “Cuba
libre”, dominada por Estados Unidos.
De este modo, se ve cómo la comprensión de los textos no está de ninguna manera garantizada por conocer
el código (entender el idioma o los dibujos). El contexto es ineludible para completar el sentido de lo que se
quiere comunicar. Por eso, cuantas más competencias o saberes culturales dominemos, estaremos mejor
preparados para comprender textos complejos.
Estar mejor informados, conocer aspectos esenciales de las ciencias y del arte, tener mayor interés por las
doctrinas de pensamiento de la historia y por personajes emblemáticos de nuestra cultura nacional y
universal… todo esto facilita enormemente el objetivo de aprender y avanzar. Y esto ocurre en todos los
campos.

Lengua – Marcela Farré | 3


Tus clases universitarias te colocan en un nuevo contexto. Es un ámbito de mayor formalidad, con un uso
lingüístico de registro formal, no familiar, y además incorpora la jerga específica de tu área del saber.
Estarás en relación con más personas y tus comunicaciones, por tanto, implicarán significados nuevos.
Poner atención a todos estos mecanismos textuales te ayudará a meterte con éxito en todos ellos.

1.2- Textos escritos y orales.


Rasgos diferenciales
Todo lo que hemos dicho como rasgos del texto se aplica tanto a las producciones escritas como orales. En
ambas se emplea el código verbal con el objeto de establecer una comunicación, y en las dos este código
apela a otros para completar su significado. Veamos, entonces, las diferencias de uso y de estrategias para
poder comprender mejor cada mensaje que nos llega y para ser más eficaces nosotros también en nuestros
intercambios.

DISCURSO ORAL DISCURSO ESCRITO

Es espontáneo Es reflexivo

Es simultáneo al pensamiento El pensamiento lo precede

Es imprevisible en su orden Permite un orden estratégico

El proceso puede inducir al hablante Las ideas pueden precisarse antes de


a cometer errores ser dichas

Posibilita corregir el mensaje No permite variaciones o precisiones


durante el proceso de habla una vez comunicado al lector

El mensaje se completa por diversos El mensaje se fija en la palabra y


canales de comunicación otros aspectos gráficos

El oyente participa de la El lector reconstruye a partir de lo


construcción simultánea del mensaje que ya ha sido fijado

Como puede verse, hay aspectos que favorecen al discurso escrito (como su posibilidad de emplear el
tiempo para pensar y fijar del mejor modo los objetivos comunicacionales), pero otros que favorecen al
discurso oral (el intercambio en el tiempo permite ir diseñando la estrategia a medida que confirma que su
objetivo se está cumpliendo). En este módulo se verán en detalle estrategias para movernos eficazmente en
los textos escritos, aprovechando sus ventajas y saliendo al cruce de sus desventajas.

Lengua – Marcela Farré | 4


1.3- Estrategias del discurso
escrito
Dado que la escritura es tiempo –tiempo para pensar, para corregir, para leer o releer-, no hay excusas para
hacerlo mal. En este apartado se ofrecen pautas sobre lo que conviene hacer para lograr una buena
comunicación escrita.

1.3.1- Antes de escribir


En este momento, la estrategia es repasar mentalmente estas tres cosas:
- el tema del que se escribirá,
- el destinatario al que va dirigido y
- el objetivo que se desea lograr.
En todo ello influye, además, el contexto. Así, un examen escrito demanda formalidad y precisión; un
informe exige método y orden, además de corrección. Por eso, también antes de empezar a escribir, hay que
tomarse un tiempo para pensar la organización de los contenidos, cómo empezar, qué debe estar presente.

1.3.2- Al escribir
En este momento, lo más importante es vigilar la corrección del lenguaje (normativa) como la
adecuación del estilo (acorde a su finalidad, al destinatario y al contexto). El fin es que sea un texto
aceptable y comprensible.
El texto escrito debe avanzar por partes o aspectos temáticos –cada uno corresponderá con sus párrafos- y
hay que cuidar que este avance de información nueva esté bien conectada con lo ya dicho.
Una recomendación: que cada párrafo esté compuesto por más de una oración, ¡de otro modo habrá
oraciones de cuatro o cinco renglones! Esta sencilla regla no garantiza la claridad, pero ayuda a organizar el
pensamiento y las ideas.
Para vigilar la corrección, hay que recordar que existen las reglas de ortografía y puntuación. Abordaremos
un repaso de las dudas habituales en el módulo III. Si un escritor sabe que tiene dificultades ortográficas, lo
más sensato es consultar. Una herramienta clave y a mano es el diccionario en línea de la Real Academia
Española (RAE.es).
Para vigilar la adecuación, hay que tener en claro el estilo apropiado para la relación comunicativa de que se
trata. En general, un correo electrónico entre amigos o una nota dejada en casa no precisan que nos
demoremos en estas consideraciones, pero cuando hablamos de un escrito universitario no pueden
admitirse equivocaciones ni ideas confusas. Volveremos sobre estos temas y te daremos estrategias para
estructurar tus escritos y no errar en el estilo1.

1
Al final de este módulo, encontrarás ayuda para estructurar con claridad un texto escrito. Asimismo, en el módulo III, se amplían
cuestiones de estilo y de normativa de la lengua. De ese modo, poco a poco, se espera que puedan incorporarse todas las bases
para una escritura correcta y adecuada en tu vida universitaria.

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1.3.3- Después de escribir
Es el momento de revisar. Se debe asegurar que estén cumplidos los objetivos y que la presentación no
tenga errores ni erratas. ¿Qué observar en nuestro escrito?
• Faltas de ortografía.
• El orden de las oraciones. Tratar de seguir la lógica de sujeto + predicado, cuya alteración puede
hacer confusa la idea, como aquí: “Una llamada de atención es la luz roja”.
• Que no aparezcan errores sintácticos, como escribir doble el objeto directo (“Lo tomaron al
examen”) o coordinar mal las preposiciones (“Entra y sale de la casa”: se entra en y se sale de).
• Asegurar que cada oración se lee por sí misma. De mayúscula a punto debe ser autónoma. Este
ejemplo no cumple la norma: “El acto fue en el campus, después de la conferencia. Donde todos
asistieron entusiasmados para recibir su credencial.” La segunda oración no tiene sentido si no
está dentro de la anterior, por lo cual no va punto entre ellas.
• Al revisar, tachar todo lo que sobra, no ser redundante, eliminar lo que es accesorio, quitar lo que no
es necesario para entender la frase… ¡Justamente lo contrario de lo que acabamos de leer!
• Que cada párrafo desarrolle una idea completa y que se encadenen hasta cerrar el tema.

1.4- Características del texto


Si un texto se define por su unidad y sentido, veremos qué elementos lingüísticos contribuyen a darle
esas cualidades. Para ser coherente, el texto debe recordarnos que está hablando en torno al mismo
tema y que la información nueva se vincula a él. Esta función se concreta en la redacción encadenada
de las palabras y frases. Cuando esto ocurre, se dice que el texto está bien cohesionado.

1.4.1- Coherencia

Hemos visto que la coherencia es una propiedad fundamental de los textos, pues otorga unidad y sentido al
total de las frases que lo componen. Hace que el texto no sea un conjunto de palabras sueltas sino un todo
que responde a una finalidad comunicativa. La coherencia se vincula con el contenido semántico, el tema
del texto.
Para lograr la coherencia, tanto en el texto escrito como oral, cada parte integrante debe contribuir a ese
sentido y fin. Por eso, como decíamos antes, es importante tener claro cuál es el mensaje y contenido total
antes de empezar a componer un texto.
La coherencia es una virtud y una condición del texto que se asienta en una adecuada selección de los
contenidos y su correcta organización alrededor de un eje temático que no debe perderse de vista. Irse por
las ramas, saltar de un tema a otro, introducir bruscamente un elemento sin explicar su relación con lo

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demás son todas formas de quebrar la coherencia textual. En este sentido, la coherencia se vincula
estrechamente con la cohesión.
Comparemos dos propuestas de texto del mismo tema, para ver en qué medida el avance de información
nueva se realiza de modo coherente y lógico con lo ya dicho.

TEXTO 1

GRAN ESCULTURA MÓVIL EN RECOLETA

Gracias a la donación del prestigioso arquitecto argentino que triunfó en los Estados Unidos, la plaza
Naciones Unidas, en el barrio de la Recoleta, se verá distinta.

Esta será la primera escultura móvil que tendrá la ciudad y seguramente estará entre las obras más
atractivas de Buenos Aires.

Dentro del pequeño lago artificial, se prevé la colocación de una particular escultura que diseñó
Catalano: la gran flor de dieciocho metros de altura tendrá seis enormes pétalos y cuatro pistilos.

El arquitecto Eduardo Catalano donará una peculiar obra a la ciudad. Se trata de una flor gigante de
dieciocho metros de altura; en forma hidráulica se abrirá de día y se cerrará por la noche.

Además, las superficies de los pétalos producirán efectos lumínicos por el reflejo de la luz natural y el
agua sobre ellos.

(La Nación on line, 8 de mayo de 2000, fragmento adaptado.)

TEXTO 2

GRAN ESCULTURA MÓVIL EN RECOLETA

El arquitecto Eduardo Catalano donará una peculiar obra a la ciudad. Se trata de una flor gigante de
dieciocho metros de altura, que en forma hidráulica se abrirá de día y se cerrará por la noche.

Gracias a la donación del prestigioso arquitecto argentino que triunfó en los Estados Unidos, la plaza
Naciones Unidas, en el barrio de la Recoleta, se verá distinta.

Dentro del pequeño lago artificial, se prevé la colocación de la particular escultura que diseñó
Catalano: la gran flor de dieciocho metros de altura tendrá seis enormes pétalos y cuatro pistilos.

Además, las superficies de los pétalos producirán efectos lumínicos por el reflejo de la luz natural y el
agua sobre ellos.

Esta será la primera escultura móvil que tendrá la ciudad y seguramente estará entre las obras más
atractivas de Buenos Aires.

(La Nación on line, 8 de mayo de 2000, fragmento adaptado.)

El título es el primer indicador del tema, es guía para comprender la lógica de la información que sigue. Sin
embargo, no autoriza a dejar implícita la información del objeto del que habla: la escultura.

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Como se ve en el texto 1, esta no aparece mencionada, sino que se la da por supuesta (“la donación” en el
primer párrafo; “esta será la primera escultura”, en el segundo). Recién en el cuarto párrafo se presenta el
objeto, la escultura, y también al arquitecto. Esta información, que es la base para avanzar con los detalles
subsiguientes, está erróneamente colocada allí, pues dificulta que se comprenda lo que se va presentando.

Para aumentar la confusión, algunas palabras están incorrectamente usadas:

“Esta será la primera escultura”: el pronombre implica que se trata de una escultura ya mencionada. Si
bien está en el título, el texto no ha presentado el tema central.

“(…) donará una peculiar obra a la ciudad”: esta frase, dicha cuando el texto ya acaba, mueve a confusión.
Al decir “una peculiar obra”, como si todavía no hubiera hablado de ella, nos hace pensar en algo diferente,
otra nueva obra.

Si releemos los dos ejemplos, veremos que el texto 2, en cambio, sí avanza con una lógica coherente en la
información acerca del tema eje. Cada párrafo tiene su función al presentar el qué y el quién de la noticia.

1.4.2- Cohesión

Cuando las partes del texto están bien encadenadas, de modo que las palabras y frases se van sucediendo
correctamente, se dice que el texto está bien cohesionado. La cohesión es, por tanto, una propiedad
lingüística del texto, que se observa cuando hay una buena vinculación gramatical entre las partes. Leamos
este ejemplo de La Voz del Interior (adaptado del escrito de Germán Pandolfi del 17/10/11):

Cruzar la Cruz Roja, una rutina peligrosa

Si existiera un ranking de las avenidas más peligrosas de la ciudad de Córdoba, la Cruz Roja Argentina
estaría en el top five. En efecto, tiene un altísimo tránsito (especialmente a la mañana y al caer la tarde),
tramos anchos donde se circula muy rápido, otros angostos con una acumulación increíble de vehículos y
cruces riesgosos donde ocurren permanentes accidentes.
La Cruz Roja Argentina es la avenida que divide a los barrios del sur, y es vía de comunicación obligada
para los residentes del sector. Su endemoniado tránsito en ambos sentidos se debe a varias razones: por
una parte, porque en la zona sur vive mucha gente y se han creado nuevas urbanizaciones y, por otra
parte, por el crecimiento del parque automotor.
Además, los pasos a nivel están señalizados con carteles, pero no hay barreras. Los sobreelevados no son
fáciles de visualizar. La circulación de trenes es riesgosa: los maquinistas avisan a bocinazos y los guardas
con señas. Según normas viales, debería existir una separación de entre 600 y 800 metros entre un paso a
nivel y otro; sin embargo, en Cruz Roja esto no se cumple.

En este texto informativo, el título anticipa el tema con dos palabras clave: cruzar y peligro. Aunque no
sepamos que la Cruz Roja es una avenida, las palabras nos hacen notar que se habla de tránsito.
Así, el nivel semántico (significado de las palabras) funciona para identificar el ámbito del que se habla.
Por ejemplo, arteria reemplaza a “avenida”, la expresión “tramos” refiere a sectores de ella, o “doble
sentido” habla del tipo de circulación que tienen las calles; en otros casos el texto articula las ideas y avanza
con palabras que pertenecen al mismo campo semántico como tránsito, parque automotor, circulación,
etc., y relacionado a ellas, desde el título, están los conceptos de peligro, dificultad, riesgo. También se
vinculan por relación semántica las palabras trenes, maquinistas, barreras y paso a nivel. Todas estas

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relaciones entre palabras se establecen por conocimiento del idioma y por la experiencia o conocimiento de
mundo, como sucede con “ranking” y “top five”.
Existen, además, mecanismos en el nivel gramatical que van uniendo las frases. Cuando dice “Su
endemoniado tránsito”, el pronombre “su” nos indica que se habla de un sustantivo nombrado justo en la
frase anterior. También ayudan las reglas gramaticales de género y número, de modo que se enlazan
correctamente “Los pasos a nivel” con “están señalizados”.
De este modo, la cohesión permite al texto avanzar con nueva información asegurando que lo nuevo remite
a lo ya dicho. Esto se logra por diferentes mecanismos lingüísticos, unos semánticos (como el uso de
sinónimos o palabras del mismo universo temático) y otros sintácticos, como el uso de pronombres
(personales, demostrativos, posesivos, etc.). Los pronombres son la manera de evocar todo un contenido
previo (por ejemplo si se dice “su mirada”, se está hablando de la persona recientemente nombrada).
Además, una vez que el tema queda expuesto, no es necesario volver a nombrarlo todo. El lector sabe que en
la nueva información se puede estar hablando –sin mencionarlo- del mismo objeto. Por ejemplo, cuando en
este texto se dice “tramos anchos; otros angostos”: entendemos que se “repite”, sin que esté presente, la
palabra “tramos”.

1.4.2.1- Mecanismos de cohesión


A partir de lo analizado en el ejemplo, sintetizamos los siguientes mecanismos:

- Repetición. Esta puede ser literal, volviendo a nombrar la misma palabra (Cruz Roja, por ejemplo),
o puede darse a través de sinónimos textuales, cuando se reitera lo ya dicho empleando expresiones
equivalentes, como son “avenida” y “arteria”.
- Sustitución. Se sustituye la palabra por un pronombre. Por ejemplo en “tramos anchos donde se
circula muy rápido”, el donde es un pronombre relativo que refiere al lugar nombrado. Este
mecanismo es el más común, y se da a través de todos los pronombres:

Personales Yo, tú, él, nosotros, lo, le, se, etc.


Demostrativos Este, ese, aquel y sus respectivos femeninos y
plurales.
Indefinidos Mismo, algún/o, otro y sus respectivos
femeninos y plurales
Posesivos Mi, tu, su, mío, tuyo, suyo y sus respectivos
femeninos y plurales
Relativos Que, quien, cual, cuyo, donde y cuando
Adverbiales Aquí, acá, allá, allí, etc.

Otro ejemplo: “La Cruz Roja Argentina es la avenida que divide a los barrios del sur”. El pronombre
relativo que alude a la avenida Cruz Roja Argentina, ya nombrada.
Veamos ahora algunos errores que pueden cometerse con los pronombres. Los más frecuentes son
dos: 1) aludir a un sujeto u objeto que no es el recientemente nombrado sino que está antes, con lo
que se genera confusión; 2) cambiar sin darse cuenta la persona gramatical (pasar de “yo” a
“nosotros” o a “ellos” sin introducir la información nueva), o cambiar el tiempo verbal. El lector se
confundirá, porque no entiende si se ha pasado a otro tema.
Analizamos estos errores en un ejemplo:
Mateo, Vilma y yo recorríamos el lugar con cierta cautela, pues estaba oscuro. La alarma de su
reloj, de repente, sonó. “Vamos a ver qué pasa ahora si nos escuchan”, dijo Vilma. La agarra del
brazo y nos lleva detrás de un mueble. Lo tenía programado para el momento en que debíamos
salir.

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Aquí se ve cómo el texto empieza claramente hablando de un “nosotros” en pasado. Luego se refiere
a uno solo, que no sabemos si es “él” o “ella” (al decir “su reloj”). Suponemos después que la queja de
Vilma aclara que el reloj es de Mateo. Y esa tercera persona “la agarra” supone que se refiere a la
acción de Mateo sobre Vilma. “Lo tenía programado” es ambiguo y confuso: ¿es el mueble? ¿Tenía
programado llevarlos allí, o era el reloj el que estaba programado para sonar? Al quedar lejos en la
oración, no puede asegurarse. Por lo menos, no es claro.
- Elipsis. Es un mecanismo de cohesión que consiste en omitir la información que se está retomando,
pero dando por supuesto que en el texto se puede inferir su presencia. Así, cuando se dice “La Cruz
Roja”, sabemos que hay elipsis de la palabra “avenida”. O cuando aparece el sujeto tácito en “Tiene
un altísimo tránsito”. En este otro ejemplo también se ve: “los maquinistas avisan a bocinazos y los
guardas con señas”: hay elipsis del verbo para no repetir “avisan”. También hay elipsis en el título,
que omite el verbo y sin embargo se puede inferir la información.
Con las elipsis hay que tener cuidado, porque estas son un recurso de cohesión solo cuando es
evidente la información que se debe reponer. No es correcto, en cambio, dejar supuestos sin
explicitar para que el lector haga lo que pueda y se quede pensando de qué se habla. Veamos un
ejemplo de este tipo de uso incorrecto:
Ya nos habíamos escondido tras el mueble, cuando alguien entró. Parecía que nunca iba a
levantarse. Murmuraba maldiciones y Vilma también. Los vi temblar y suspirar.
En este fragmento, la segunda oración da por supuesto que ese alguien se ha sentado en algo, pero
no se explica. Hay elipsis de una acción. El verbo “murmuraba” de la tercera oración podría referirse
al que habla (“yo”) o a Mateo (“el”), aunque también al sujeto que está sentado. Por proximidad, el
lector supone que es éste último; aunque luego confunde que Vilma se una a la acción. ¿Quién
murmuraba? “Los vi temblar y suspirar”: falta el verbo “oír”, que es lo correcto para el suspiro.
- Conectores. Son las expresiones que se emplean para vincular frases y párrafos, señalando la
relación lógica que hay entre ellas. Esto permite al lector interpretar la información nueva en un
sentido determinado. Por ejemplo, si alguien dice “estudié, pero…”, el conector adversativo pero
indica que la información que viene tiene un sentido contrario a lo que se espera por haber
estudiado.

Tipos de conectores
o Aditivos: señalan que la nueva información seguirá en el mismo sentido del tema que se
viene exponiendo. Podemos encontrar los siguientes conectores aditivos: y, además,
asimismo, también. Ejemplos del texto: “tramos anchos donde se circula muy rápido, otros
angostos con una acumulación increíble de vehículos y cruces riesgosos donde ocurren
permanentes accidentes”; “Además, los pasos a nivel están señalizados con carteles pero no
hay barreras”.
o Disyuntivos y adversativos: marcan la oposición de las ideas. Tenemos: o, pero, sin
embargo, a pesar de, no obstante. Un ejemplo sería el caso anterior “pero no hay barreras”,
o en “debería existir una separación de entre 600 y 800 metros entre un paso a nivel y otro;
sin embargo, en Cruz Roja esto no se cumple”.
o Causales y consecutivos: Indican que existe una relación de causa o de consecuencia entre las
frases. Porque, por esto, ya que, a raíz de que, se debe a, etc. indican que lo expresado es una
causa. Por su parte, en consecuencia, por eso, por lo tanto, por consiguiente, entre otros,
señalan los efectos. “Su endemoniado tránsito en ambos sentidos se debe a varias razones”,
es ejemplo de que el conector indica que lo que sigue hablará de causas. Lo mismo en “por
una parte, porque en la zona sur vive mucha gente”: que viva mucha gente es la causa del
incremento del tránsito.
o Temporales y espaciales: Son las expresiones que organizan las ideas según criterios de
tiempo (antes, en un principio, en primer lugar/en segundo lugar, finalmente) y criterios de
lugar o espacio (por un lado/por el otro; por una parte/por la otra). En el texto
encontramos un ejemplo de organización espacial cuando dice: “por una parte, porque en la
zona sur vive mucha gente y se han creado nuevas urbanizaciones y, por otra parte, por el
crecimiento del parque automotor”.

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o Funcionales: Son los conectores que ejercen una función de aclarar el sentido de las partes
del texto, por ejemplo: enfatizar (en efecto), o ejemplificar (por ejemplo, es decir, o sea). En
el texto de La Voz del Interior encontramos un caso claro: “Si existiera un ranking de las
avenidas más peligrosas de la ciudad de Córdoba, la Cruz Roja Argentina estaría en el top
five. En efecto, tiene un altísimo tránsito (…)”. Este conector tiene la función de señalar con
claridad al lector que lo que sigue es constatación de lo anterior. No añade algo nuevo o
diferente al tema dicho (la peligrosidad de esa avenida), sino que es ejemplo o extensión de
esa misma idea.
Como se ve, los mecanismos lingüísticos de la cohesión son de ayuda para la claridad y organización del
contenido, dos cualidades fundamentales del texto. Colaboran, por tanto, con la coherencia. Por ejemplo si
nos preocupamos por emplear conectores al elaborar nuestros escritos o cuando esquematizamos las ideas
para una exposición orales, estaremos favoreciendo la comprensión de lectores y oyentes.

1.5- Funciones textuales


Los textos son producciones culturales, específicamente humanas, y siempre ancladas en un tiempo y lugar.
Son creaciones que nacen con una finalidad comunicativa, según las características del contexto y los
participantes del intercambio –oral o escrito-.
Por esto, en las comunicaciones cotidianas nos encontramos con distintos tipos de producciones que –
aunque hablen del mismo tema- se organizan de modo diferente.
Tomemos un tema como ejemplo: los caminos y rutas de la Provincia. Podemos encontrarnos con un texto
que tenga la finalidad de exponer el estado de situación para tomar decisiones sobre modos de mejorar esos
caminos con obras civiles adecuadas. Pero podemos escuchar sobre el tema al Gobernador, hablando ante
las cámaras de los logros y avances realizados al inaugurar un tramo de autopista. Tal vez nos encontremos,
por qué no, con un poema sobre el caminante que transita estos senderos y los describe en función de un
estado de ánimo… y así sucesivamente.
El tema permanece, pero la finalidad del texto cambia. Por ende, los rasgos textuales se modifican para
adaptarse a su objetivo y contexto. Según su intencionalidad, el texto se apoya más en uno de los seis
elementos comunicativos que en los otros, y así se pueden reconocer las diferentes funciones textuales:

Elemento comunicativo Función textual


predominante
Emisor Expresiva
Receptor Apelativa
Referente Referencial
Mensaje Poética
Código Metalingüística
Canal Fática

En el ejemplo del gobernador que muestra su obra, la finalidad está puesta en llamar la atención del
receptor, conseguir algo de éste: predomina la función apelativa. Si se trata del informe que presente un
estado de situación y una propuesta para llevar adelante obras, el énfasis está puesto en el referente (el
objeto del que se habla); será un texto de función referencial. El poeta del ejemplo citado, en cambio, se

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concentra en el modo de decir, en la creación del mensaje mismo como modo y lugar de comunicación: es la
función poética del lenguaje.
Completemos los ejemplos para las demás funciones. Supongamos que un viajero regresa de las sierras
lamentándose por el estado en que encuentra un camino, habla del riesgo por la falta de señales en
determinados lugares, o se queja de la lenta circulación a causa de caminos estrechos y del precio del peaje,
etc. Su texto se concentra en su sentir, su queja o lamento. No nos dice objetivamente cuál es la situación,
sino que atrae la atención sobre lo que él piensa y siente. La función de su texto es expresiva. Otro caso:
Dos viajeros comparten un trayecto en auto y, sin saber bien de qué hablar, el camino se nombra como
modo de entrar en comunicación o de mantenerla, de este modo:
A- ¿Viste el estado de la ruta?
B- Mmm, sí.
A- Lo que quiero decir es que me parece que está mucho mejor.
B- Claro. Yo vine hace un mes y me parece que no había tantos carteles, es verdad.
1) Sí, está mejor.
Esa conversación, que no aporta ningún elemento de contenido, no tendría otra finalidad que la de
mantener el contacto, asegurar que el otro está ahí. Es la función fática del lenguaje, que empleamos a
menudo en todas nuestras conversaciones como una necesidad social.
Por último, la función metalingüística. Esta asoma cuando en un fragmento textual se hace referencia al
código mismo, se vuelve sobre lo dicho para aclarar o corregir o definir. Se usa el lenguaje para hablar sobre
el lenguaje: “La palabra camino no es la que mejor representa esto que estamos transitando. Si hablamos de
ruta podemos ser más precisos.”
En conclusión, las funciones textuales nos muestran cómo la intencionalidad del emisor guía la forma de
estructurar un texto, y además nos dan criterios de adecuación. Así, por ejemplo, si el objetivo es explicar
conceptos (en un examen, pongamos por caso), estarán fuera de lugar todas las expresiones lingüísticas que
se centren en la opinión subjetiva del que escribe. Por su importancia, precisamente, nos detendremos unas
líneas más para hablar del tipo de texto referencial.

1.5.1- La función referencial

En el texto referencial, el lenguaje está al servicio del objeto del que habla, es decir, de informar. ¿Cuáles
son los textos típicos de esta función? El informe, el examen, la clase, la exposición oral, el libro o apunte, el
artículo periodístico o científico… Justamente, los textos con los que vas a encontrarte con mayor frecuencia
en tu vida universitaria, en el contexto académico.
En ese sentido, se consideran errores o inadecuaciones todas las marcas de informalidad lingüística; por el
contrario, se precisa un dominio del lenguaje que lo haga claro, sencillo, rico y adecuado al registro formal
que le corresponde. Sintetizando, damos algunas pautas para ser correctos y adecuados en el uso de estos
textos, orales o escritos.

1.5.1.1- Errores de los textos referenciales

• Marcas de informalidad:
o Dirigirse explícitamente al interlocutor (por ejemplo, escribir en un examen: “Cuando vas al
laboratorio te das cuenta de que la principal causa de…”).

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o Usar de la primera persona (“Si tengo un texto apelativo, marco las palabras”; “me parece
muy bueno”).
o Emplear términos familiares o coloquiales (“agarramos una lente”, “hay que hacer muchas
cosas”, “un montón”). Se pide precisión.
• Marcas de oralidad:
o Usar términos coloquiales, así como exageraciones, repeticiones y muletillas. Esto es típico
del discurso oral. Ejemplo: “la cosa es que”, “el tema es que”, “o sea”, “por ahí parece que”,
“Si tengo un texto apelativo, tengo que…”.

1.5.1.2- Aciertos de los textos referenciales

• Empleo de vocabulario rico y variado, sobre todo en los verbos más comunes como “decir” y “hacer”,
o en los sustantivos “cosa”, “tema”, etc.
• Construcción de frases objetivas, donde no aparece la primera persona (ni “yo” ni “nosotros”). Se
preferirá: “debe hacerse…” en lugar de “debo/debemos hacer”. Aparecen las definiciones y
explicaciones, sin valorar o emitir juicios. La adjetivación no es lo usual en los escritos formales.
• Uso de términos rigurosos, propios de la ciencia o disciplina que se estudia. En estos casos no da lo
mismo “explicarlo con las propias palabras”, porque lo que se expone es un saber de un autor o una
teoría.

1.6- Etapas en la producción del


texto
Antes de empezar a escribir, el emisor debe tener claro su objetivo: ¿Qué espero de este escrito? ¿Qué
imagen quiero dejar en el lector?, ¿qué tono adoptar para ello? Son las preguntas que orientarán para
decidir qué tipo de texto se redactará. También debe tener claro el contenido completo. De esa manera se
pueden organizar mejor las partes para que sea coherente.
Una buena producción escrita pasa por estas tres etapas: invención, disposición y redacción; y por último,
la revisión. En la sección Herramientas se ofrecen técnicas para cumplir eficazmente estas etapas, que
ahora se presentan brevemente.

1.6.1- La invención de las ideas


Consiste en pensar con profundidad el tema que se abordará, los ejes, con las ideas relacionadas. En esta
etapa las ideas asoman de manera desordenada, pero luego serán estructuradas en el desarrollo del texto.
Algunas técnicas ayudan para hacer esta parte del proceso, como veremos en el apartado 1.7.1.

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1.6.2- La disposición de las ideas
Es el momento previo a la escritura en que se aclara la organización del texto. Se prevé el orden que tendrán
los temas según la importancia de cada idea. En esta etapa hay que pensar un esquema sobre cómo se
desarrollará el escrito para ser coherente.
Cada idea corresponderá con un apartado o párrafo, y estos se irán sucediendo de manera lógica. Un
ejercicio que se recomienda en esta etapa es decir oralmente lo que vamos a escribir: si lo hemos
comprendido con claridad, podremos escribirlo. De todos modos, en la sección Herramientas encontrarás
estrategias concretas para salir con éxito de esta etapa (1.7.2).

1.6.3- La expresión de las ideas


Corresponde a la redacción propiamente dicha. En este momento, el autor se lanza a escribir con las ideas
claras, tanto en el contenido como en el orden. Cuida el armado de la frase, para que sea clara y concisa, y
pone atención a la ortografía. Así, la atención recae en la escritura de la palabra precisa, la frase clara y el
párrafo adecuado para expresar cada aspecto del tema. Aquí los mecanismos de cohesión son una
herramienta fundamental.
Se puede añadir una cuarta etapa, necesaria en los textos formales: la revisión. Se trata de confirmar que
el texto se ajusta a todo lo que nos propusimos, como ya se dijo antes: el tono formal adecuado, la palabra
bien escrita y las frases claras. Se recomienda leerlo en voz alta a otra persona, para confirmar que se ha
incluido lo necesario y que la relación entre los elementos es lógica y clara.
En estas dos etapas, redacción y revisión, cobran protagonismo los conocimientos de normativa y estilo del
idioma, que será objeto de estudio en el módulo III.

1.7- Herramientas
Esta sección propone métodos y técnicas que te serán de ayuda en el estudio de tu carrera, vinculadas a la
producción y comprensión de textos. En este módulo, se han seleccionado cuatro herramientas destinadas,
por una parte, a guiarte en la etapa de generar un texto escrito; y, por otra parte, a comprender mejor los
textos de estudio.

1.7.1- Técnicas para generar ideas


En estas páginas se habló del proceso de producción de los textos, el cual tiene tres etapas: invención,
disposición y redacción de las ideas. Alguna vez te tocará presentar un artículo o un comentario en una
materia. O exponer un tema oralmente.
Cuando, sentado frente al papel, no se sabe por dónde empezar, es el momento de la invención: convocar
las ideas.

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1.7.1.1- El torbellino de ideas

Es una técnica habitual (y muy útil), también conocida en su nombre inglés brainstorming. Se emplea con
éxito en dos tipos de situaciones: cuando el emisor se siente “en blanco”, no se le ocurre nada para empezar
y las ideas están confusas; o cuando se trata de un trabajo grupal, en que dos o más personas deben generar
una propuesta nueva, original.
El principio de esta técnica es dejar fluir las ideas como vienen, sin importar el orden ni la corrección.
Pueden ser palabras solas o frases, y no importa la puntuación ni la estructura de la frase en sí.
No hay que preocuparse si se pasa de una a otra idea sin haber completado los aspectos de la primera.
Luego podrán aparecer esas ideas secundarias, que se anotarán también. Esta técnica funciona muy bien en
grupo, porque todos contribuyen y se activan a partir de lo que escuchan de los demás, y así van surgiendo
relaciones entre las ideas.
El torbellino tendrá, por tanto, una segunda etapa que es la de ordenar la información. Pero cuando eso
suceda, el escritor no partirá de una mente en blanco, sino que está abarrotado de ideas en torno al tema y
deberá decidir cuáles son las más importantes, las que marcarán el eje.
Pongamos un ejemplo. Un grupo de vecinos de un edificio quiere que se construya una rampa para acceder
al ascensor porque ven la dificultad de uno de ellos, en silla de ruedas. Lo hablan en el pasillo, pero luego
uno dice que hay que formular el pedido por escrito al administrador. ¿Por dónde empezar? Veamos qué
saldría en un posible torbellino de ideas:

VECINO CON SILLA DE RUEDAS= nos puede pasar a todos


vimos un viejito entrar con andador

discapacidad
=la rampa soluciona un problema / la construcción no es algo caro

mujeres con cochecitos de bebé


¿quién se hace
cargo del proyecto?

personas con carro de supermercado


también los envíos a domicilio

cómo se paga / expensas … no debería repercutir mucho


vecinos que no quieren pedir presupuestos
son egoístas, les puede pasar
dejarles carteles en el ascensor para explicarles
¡conseguir firmas!

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Lo que se ve aquí es un cúmulo de ideas con distintos tipos de tema. ¡Pero ya tenemos material para
comenzar a pensar el escrito! Ese era el objetivo. ¿Cómo organizar las ideas en un texto coherente? Veremos
luego ese aspecto. Por ahora, sigamos explorando maneras de convocar ideas antes de escribir.

1.7.1.2- Mapas y esquemas asociativos

En esta técnica se parte de un concepto eje, y desde él se generan todas las ideas asociadas. Igual que la
técnica anterior, pueden salir todos los temas, pero la diferencia es que de cada uno se exploran las ideas
que se relacionan con él y quedan reflejadas en el “mapa”, que se expresa gráficamente.
Un ejemplo, sobre el tránsito en Buenos Aires, podría verse así:

Contaminación
Imprudencia
Ruido
Consecuencias
Accidentes
Tránsito
Peligros en Bs. As. Soluciones.

Policía Causas
Leyes

En el mapa, las asociaciones se pueden expresar con flechas, viñetas, llaves o recuadros. Lo importante es
explorar los temas que están vinculados con cada idea y en este proceso, igual que en el brainstorming, no
intervienen principios lógicos de redacción de frases (como la puntuación o la necesidad de sujeto y
predicado para cada idea).
Los mapas se caracterizan por representar gráficamente la idea central y sus relaciones (que pueden ser por
analogía, por contrarios, por causa o consecuencia, por ejemplificación, por tipologías, etc.). El aspecto
gráfico puede llegar a ser protagonista, como se aprecia en este mapa:

Discapa-
cidad
Necesidad de
rampa

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Por último, una posibilidad de expresar la asociación se advierte en este esquema o cuadro sinóptico, que es
otra estrategia asociativa:

Gente en silla de rueda


Personas con discapacidad Ancianos
Gente con muletas
etc.

cochecitos de bebé
Personas con movilidad reducida carro de compras
por otras causas envío del súper
etc.
Necesidad
de rampa Es una necesidad de todos solidaridad

La construcción El proyecto los presupuestos


El costo formas de pago

Carta administración
Comunicación Carta consorcistas
¿Carteles en el ascensor?

1.7.1.3- Palabras clave

Se escribe una frase donde se expone el tema general y se subrayan las palabras más importantes. De cada
una de ellas se exploran las ideas asociadas, los subtemas asociados a esa palabra.
Supongamos que se te pide escribir una propuesta de un proyecto laboral y justificar tu elección. Se te
ocurre que te gustaría emprender una agencia de turismo, o trabajar en una. ¿Cómo empezar? Ponemos la
frase general y exploramos sus palabras clave para obtener ideas:

Trabajar en una empresa de turismo.

Empresa: organización, dinamismo, jerarquía...


Turismo: viajes, conocer gente, idiomas...

Tratamos luego de conectar las ideas, lo cual puede hacerse primero oralmente: “Trabajar en una
empresa de turismo, me permite crecer en una organización dinámica y relacionarme con bastantes
personas. Algún día, podré ascender a un cargo gerencial. El tipo de trabajo me obliga a aprender
idiomas y me da la posibilidad de conocer lugares interesantes y otra gente”.

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De este modo, surge un plan para comenzar a pensar un texto. Como se dijo, la convocatoria de ideas o
fase de invención necesita ahora de un momento de orden y estructuración.

1.7.2- Cómo organizar un texto


Estamos en la fase de disposición de las ideas, que es el armado del tema de manera coherente. Como ya
se dijo, para lograrlo hay que tener la totalidad del contenido claro, en mente. Por eso, la organización es la
etapa en que decidimos cuál es el tema eje y cuáles los aspectos incluidos. Volvamos al ejemplo primero, de
la rampa para los vecinos del edificio. De las técnicas aplicadas, salen algunos ejes temáticos que se pueden
organizar así, como un índice:

- Necesidad de una rampa: razones


a. Discapacidad, limitaciones motoras
b. Otras razones, que afectan a muchos más vecinos

- Cómo ejecutar el proyecto


a. La construcción, su costo.
b. El pago, el origen del dinero
c. Los que se oponen

- Solidaridad con los demás


a. Toma de conciencia de que les afecta a todos
b. El costo no debería ser un motivo

¡Ya están las herramientas para empezar a redactar la supuesta carta a la Administración del edificio! En la
etapa de la disposición, se trata de tener clara la “arquitectura del texto”.
Estrategias para hacerlo correctamente:
1) Cada aspecto del tema se corresponde con un párrafo. Es decir, cada eje temático implicará
cambiar de párrafo, incluso podría ser un apartado con subtítulo si se tratara de un escrito extenso.
2) El primer párrafo debe mencionar el tema y decir algo importante. No empezar con rodeos o
frases secundarias.
3) Lo habitual es que cada párrafo contenga más de una oración: si un párrafo está formado
enteramente por una oración de cuatro líneas, por ejemplo, seguro que la idea central se pierde y la
redacción se hace confusa.
4) Los párrafos deberían ir bien enlazados entre sí, por medio de conectores (ver mecanismos de
cohesión). Un párrafo que añade información en el mismo sentido de lo que se viene diciendo, irá
precedido por “además”, o “asimismo”, u otros. Por el contrario, si lo que continúa es información
que se opone a la anterior, el conector adversativo dejará bien clara esa relación y será más legible
para el lector. Veamos el ejemplo, donde se señalan todos los conectores (no sólo los que unen
párrafos, que aquí aparecen subrayados y en negrita):

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Construir una rampa en este edificio sería un modo de no discriminar a ningún vecino, pues
permitiría a todos acceder por igual a los ascensores. En efecto, hay que considerar que aquí viven
personas con sillas de ruedas.
Además, hay vecinos que emplean carritos para subir sus compras o familias que llegan con
cochecitos de bebé. También están las personas allegadas que, sin vivir aquí, pueden tener la
movilidad reducida por diferentes causas y la rampa sería una solución.
Sin embargo, algunos vecinos se oponen a construir esta rampa por diferentes motivos (…).
5) Los diferentes párrafos deberían tener una extensión proporcionada, y, en general, no deberían
escribirse párrafos de una o dos líneas.

1.7.3- Resumir un texto: Párrafo, oración y


palabra clave (ida y vuelta)
Este apartado es una herramienta para la comprensión de textos. Al contrario que lo expuesto antes, donde
se buscaba encontrar ideas y palabras para, a partir de ellas, armar un escrito completo, ahora se trata de
encontrar las ideas clave para estudiar.
En los apartados anteriores, has descubierto cómo se compone un texto. Por lo general, cada párrafo se
corresponderá con un aspecto de un tema general y en él habrá una o dos palabras clave. Además, como
venimos diciendo, todos los párrafos y apartados deberán dejar clara la vinculación con el tema eje, que no
se debe perder de vista al estudiar.
De ese modo, la técnica recomendada aquí es la siguiente:
1) De cada párrafo, escribir una oración que lo resuma, o dos. En lo posible, usar las palabras del
mismo texto.
2) De cada oración, remarcar la palabra central. Lo ideal es enfatizarla con un color, resaltador o
círculo.
3) Armar un esquema (índice) con las oraciones obtenidas. Tendrás que asegurarte de que cada oración
que conseguiste se encadene con las otras de modo coherente y sin apartarse del eje o tema del
artículo, anunciado en el título.
Tu tarea luego será releer el texto completo para tener elementos de ampliación y explicación. Pero si has
comprendido bien el contenido y las oraciones que formulaste como resumen, no te costará memorizarlas.
En un último repaso, sólo las palabras clave de cada oración podrían funcionar como ayuda-memoria. El
uso de colores o remarcados funcionará para activar tu memoria visual y tenerlas presente para recordar la
oración y párrafo con el que se vincula cada palabra (por ejemplo, tener presente a qué parte del texto
corresponde).
Por eso, estudiar un tema extenso tiene ese doble proceso: ir del escrito total a sus oraciones resumen, y de
estas a la palabra clave; y vuelta: a partir de esas palabras, recuperar la idea en una oración y poder ampliar
las explicaciones. Para eso, no basta con una lectura del material.

1.7.4- El paratexto es tu guía

El paratexto está formado por elementos formales y gráficos que acompañan al texto de modo paralelo.
(para, en griego, significa “junto a”). Esos elementos orientan al lector, pues señalan o ponen de evidencia la

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función o sentido de cada parte y le permiten anticiparse al sentido y mejorar la comprensión. Por tanto, la
recomendación aquí es de estar atento a las señales del paratexto para aprovecharlas en beneficio de tu
estudio.
Son componentes de paratexto:
1) Externos:
a. la tapa de un libro o apunte (contiene título, autor, editorial e imagen);
b. la contratapa (contiene datos que orientan sobre el contenido central, las circunstancias o
contexto de producción, la intencionalidad del autor o el género).
2) Internos:
a. prólogo
b. índice
c. subtítulos y epígrafes
d. notas a pie y bibliografía
e. elementos icónicos:
i. fotografías, gráficos, cuadros
ii. el propio diseño textual: el modo de “repartir” el contenido también da indicios de su
jerarquía y complejidad.

Todos ellos orientan al lector. Por ejemplo un subtítulo significa que se va a leer un aspecto secundario
respecto del título mayor, y las viñetas indican enumeración de elementos del mismo valor.
A la hora de estudiar, una recomendación primera es inspeccionar los elementos paratextuales y hacer una
“lectura” en ese nivel, antes de meterte en el contenido. Esto te dará un anticipo del tema, del enfoque y del
alcance.
- El índice te aporta una visión global del asunto.
- La bibliografía te anticipa el campo científico dentro del que se mueve el libro o artículo.
- Los gráficos, si los hay, te aportan conclusiones parciales.
- El título es uno de los principales elementos paratextuales. Orienta al lector sobre el tema y también
anticipa de algún modo una interpretación o enfoque.
Por ejemplo, leemos este título en el encabezado de un informe:

“Necesidad de remodelaciones en la entrada del edificio”

Damos un vistazo al paratexto y vemos que más adelante aparecen viñetas con enumeraciones que dicen:
sillas de rueda, muletas, carritos; encontramos por allí también un gráfico con costos; y luego una nota a pie
que cuenta el caso de un anciano… Así, ya sabemos de qué tratará el texto y hacia dónde apunta. Además, el
mismo título contiene la conclusión (la palabra necesidad). Y por los demás elementos del paratexto que
vemos, nos damos cuenta qué tipo de construcción es la que se pide y cuáles son los argumentos.

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