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Silvia Bleichmar sustentó durante muchos años un eje de investigación dirigido a definir, a partir de la reubicación del paradigma de lo originario, los movimientos de fundación del inconciente con vistas no sólo a ampliar los límites de la analizabilidad, sino también a trazar líneas posibles hacia una teoría de los orígenes psíquicos. Ello, según una perspectiva que considera al inconciente como no existente desde los comienzos de la vida. Ser pensado por el otro es condición de la vida en su persistencia. Ser amado y ser pensado implica un no apoderamiento del cuerpo por el otro: el cuerpo propio sólo llega a ser propio en razón de que alguien, generosamente, ha cedido la propiedad sobre una parte de sí mismo que deviene ajena. De esto hablamos cuando decimos narcisismo trasvasante de la madre, un narcisismo que no se agota en la madre misma, ni en el otro concebido simplemente como metonimia carnal del cuerpo propio. Primeras inscripciones, primeras ligazones, los fundamentos de la tópica se asientan sobre estos procesos complejos que vemos emerger en los primeros tiempos de la vida.
Silvia Bleichmar sustentó durante muchos años un eje de investigación dirigido a definir, a partir de la reubicación del paradigma de lo originario, los movimientos de fundación del inconciente con vistas no sólo a ampliar los límites de la analizabilidad, sino también a trazar líneas posibles hacia una teoría de los orígenes psíquicos. Ello, según una perspectiva que considera al inconciente como no existente desde los comienzos de la vida. Ser pensado por el otro es condición de la vida en su persistencia. Ser amado y ser pensado implica un no apoderamiento del cuerpo por el otro: el cuerpo propio sólo llega a ser propio en razón de que alguien, generosamente, ha cedido la propiedad sobre una parte de sí mismo que deviene ajena. De esto hablamos cuando decimos narcisismo trasvasante de la madre, un narcisismo que no se agota en la madre misma, ni en el otro concebido simplemente como metonimia carnal del cuerpo propio. Primeras inscripciones, primeras ligazones, los fundamentos de la tópica se asientan sobre estos procesos complejos que vemos emerger en los primeros tiempos de la vida.
Silvia Bleichmar sustentó durante muchos años un eje de investigación dirigido a definir, a partir de la reubicación del paradigma de lo originario, los movimientos de fundación del inconciente con vistas no sólo a ampliar los límites de la analizabilidad, sino también a trazar líneas posibles hacia una teoría de los orígenes psíquicos. Ello, según una perspectiva que considera al inconciente como no existente desde los comienzos de la vida. Ser pensado por el otro es condición de la vida en su persistencia. Ser amado y ser pensado implica un no apoderamiento del cuerpo por el otro: el cuerpo propio sólo llega a ser propio en razón de que alguien, generosamente, ha cedido la propiedad sobre una parte de sí mismo que deviene ajena. De esto hablamos cuando decimos narcisismo trasvasante de la madre, un narcisismo que no se agota en la madre misma, ni en el otro concebido simplemente como metonimia carnal del cuerpo propio. Primeras inscripciones, primeras ligazones, los fundamentos de la tópica se asientan sobre estos procesos complejos que vemos emerger en los primeros tiempos de la vida.