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Mayo, 2018
Quienes hoy se movilizan buscan generar una política institucional firme respecto a la violencia
de género. En este sentido, la construcción de protocolos que subsanen con eficacia las
problemáticas derivadas del machismo dentro de la comunidad universitaria. Estas dos
demandas, mínimas y básicas, se comprenden como una necesidad transversal para la educación
chilena en todos sus grados.
Pretendemos proyectar esta lucha hacia fuera de la vida universitaria, entendiendo que el
problema de la educación sexista y machista supera la educación formal en todos sus grados. La
educación como proceso social implica la normalización de conductas en las relaciones sociales
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en su sentido más amplio, afectando sus distintos ámbitos, particularmente el lugar que se asigna
históricamente a las mujeres en nuestra sociedad patriarcal.
Cabe destacar que este instrumento demoró nueve meses en construirse, durante los cuales se
triangularon esfuerzos por parte de estudiantes, académicas/os y directivas/os. Sin embargo, y
pese al esfuerzo, consideramos que a casi dos meses de su puesta en marcha oficial, dicho
compromiso no ha dado el ancho en perspectiva de constituir a la Universidad Alberto Hurtado
como un espacio libre de violencia de género con todas las aristas y especificidades que esto
implica.
Entre las principales problemáticas que asoman al respecto encontramos; la falta de resultados
concretos en la dimensión reparatoria y sancionatoria; poca celeridad en la tramitación de las
denuncias; inexistente separación de la víctima y victimario, y otros elementos a detallar. En
definitiva, si bien el Compromiso de Género se vislumbra como un importante avance en lo que
refiere a combatir y prevenir la violencia de género desde el ámbito discursivo, el correlato
pragmático y material de éste no es coherente ni pertinente con las urgentes necesidades que
emanan en la comunidad universitaria, por las ineficiencias antes mencionadas.
Debemos tener en claro también que esta es una realidad que no se relaciona únicamente con lo
estudiantil: en nuestra propia casa de estudios las trabajadoras también sufren la violencia de
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Información extraída de emol.com: “Pequeñas humillaciones”: Frase del ministro Varela sobre acoso a
mujeres desata críticas en el Congreso.
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Información extraída de latercera.com:“Mis hijos son unos campeones”: La desafortunada respuesta del
ministro Varela sobre educación sexual.
3
Información extraída de el mostrador.cl: Otra del ministro Varela, MINEDUC contrata como ministro
jurídico a fundador de ONG anti LGTB.
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Información extraída de la Secretaría de Género y Disidencia Sexual UAH.
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forma cotidiana, a través de la negación del pago del bono por hijo/a a las trabajadoras
subcontratadas, o por medio de la brecha salarial que existe entre las académicas y los
académicos.
Objetivos
Como objetivo general de esta movilización, las, los y les estudiantes movilizadas/os buscamos
generar distintas medidas a tomar como comunidad universitaria para combatir la
violencia de género. Estas se desglosan en los siguientes objetivos específicos:
1. Consolidar el actual compromiso como Protocolo Contra la Violencia de Género, con tal
de que sea una contención eficiente frente a los casos de violencia existentes.
2. Crear una política interna de educación y prevención real y calendarizada que convoque a
toda la comunidad universitaria, para empezar la erradicación de las lógicas patriarcales
de nuestros espacios y vidas.
Principios
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- Superación de la sociedad patriarcal: reconocemos el patriarcado como una supra-
estructura, por lo tanto entendemos que no podemos erradicarla de manera inmediata,
sino generando configuraciones en la sociedad para aportar a una plena igualdad entre
todas y todos los participantes de esta.
La utilización del concepto igualdad, que hemos manejado hasta el día hoy, ha dejado de
lado el elemento principal del conflicto, la distribución desigual del poder entre hombres
y mujeres, así como también, de aquellas personas que no califican dentro de ninguna de
las dos categorías binarias. Centrarnos en las semejanzas y diferencias ha generado
ciertas dificultades para analizar el foco real de nuestras necesidades como mujeres y
disidencias sexuales, consistente en una oportunidad de vida productiva con una
seguridad física razonable, con derecho a la expresión propia, a la individualización y a
un mínimo de respeto y dignidad[2], y en conclusión, de poder vivir su vida de la forma
que determinen conveniente, sin negar su reconocimiento y autodeterminación.
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sexo y no de dominio sistemático de unos sobre otras.
El verdadero sentido del principio de “igualdad” debe tender al ejercicio material efectivo
de los derechos de todas y todos quienes componen nuestra sociedad, y en particular, de
quienes componen nuestro espacio formativo. La perspectiva de género debe ser
considerada de forma transversal, y esta requiere irremediablemente la deconstrucción
personal y colectiva de los cimientos patriarcales que hoy irradian nuestro sistema
político, civil, cultural, económico etc. Así como también el reconocimiento de los
derechos de las mujeres y disidencias sexuales, entendiéndolos como derechos humanos
con sus respectivas garantías constitucionales.
Exigencias
I. Con respecto al procedimiento para encauzar las denuncias:
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1. Exigimos la creación de una Vicerrectoría/ Departamento institucionalizado enfocado a
los asuntos de género, sexualidad y disidencias, entendiendo estos asuntos como una
problematización distinta a los quehaceres de la Unidad de Participación Estudiantil.
2. Los canales formales de recepción de las denuncias deben considerar instancias de
carácter presencial, dentro de una dependencia exclusiva en la universidad, superando el
canal formal y escrito, expresado en el compromiso como una instancia virtual.
3. En caso de que la agresión denunciada constituya delito, este mismo organismo debe
hacerse cargo de la derivación del caso a Secretaría General, dando orientación a ambas
partes de la denuncia.
4. La comisión colegiada para las investigaciones respecto a los casos denunciados debe
estar compuesta por los siguientes actores: Dirección de Docencia, Secretaría General,
profesional de Vicerrectoría/ Departamento de Género y Disidencia5, encargada de
Género y Convivencia. Además, exigimos la inclusión de estudiantes a esta instancia, ya
sean participantes de la Secretaría de Género y Disidencia Sexual (SEGEDISEX),
vocerías, Consejero Académica, etc.
5. La o el estudiante que forme parte de esta mesa colegiada deberá tener las mismas
facultades de decisión y participación dentro de las resoluciones y discusiones que se
desarrollen en esta mesa.
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A revisar en el punto 1, inciso a) del subtítulo “Exigencias”.
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social, posición económica, nacimiento u otra condición, que afecten la dignidad de un
miembro de la comunidad universitaria o la de terceros.
d) Tipificar en el reglamento de Conducta y Convivencia, en el artículo 9, referido a faltas
gravísimas, el acoso sexual reiterado (sin necesidad de realizar varias denuncias
consecutivas), en el inciso j) Realizar conductas constitutivas de bullying, o cualquier
manifestación o acto de intimidación-intencionada y sostenida en el tiempo- a nivel
presencial y/o virtual, ejercida por un estudiante a otro.
e) Tipificar en el reglamento de Conducta y Convivencia, en el artículo 9, el cual está
referido a las faltas gravísimas, el haber sido formalizado por cualquier delito que
implica violencia sexual y/o de género, de forma diferenciada al inciso h) Haber sido
imputado por hechos constitutivos de delitos, y sólo cuando estos inciden en la imagen de
la Universidad, o afecten el adecuado desenvolvimiento de sus actividades.
f) Tipificar en el reglamento de Conducta y Convivencia, en el título IV, el cual refiere a los
procedimientos, las medidas reparatorias de la universidad para con las/os denunciantes
de situaciones de violencia sexual y/o de género, como la prioridad de su atención
psicológica por personal especializado y la flexibilidad académica correspondiente.
g) Tipificar en el reglamento de Conducta y Convivencia, en el artículo 19, el cual refiere a
los procedimientos, la incorporación de estudiantes en el tribunal de conducta, que sea
una parte íntegra de este.
h) Tipificar que las medidas deben llevarse a cabo tanto si lo denunciado sucedió dentro
como fuera de la universidad, en tanto compete a la comunidad universitaria. Esto en
base del artículo 9, inciso k) Toda acción u omisión que impida de manera grave y
abrupta el normal desarrollo de las actividades académicas y de los servicios
universitario. Esto, entendiendo que el normal desarrollo de las actividades académicas y
de los servicios universitarios se ven claramente afectados para el/la denunciante en un
caso de violencia de género, sin importar el lugar donde haya ocurrido la transgresión.
i) Estableciendo los presentes cambios en el reglamento de Conducta y Convivencia se
deberán llevar a cabo las sanciones correspondientes, las cuales en caso de denuncias por
violencia sexual y/o de género no podrán abogar al artículo 15:Las sanciones a que fuera
merecedor un estudiante podrán alternarse si concurrieran las siguientes atenuantes:
a)Acreditación de conducta anterior irreprochable, b) Actuación bajo provocación o
amenaza comprobada. Deberán ser aplicados los agravantes correspondientes bajo el
amparo del artículo 15, a) Haber sido sujeto de aplicación de las medidas disciplinarias
por infracciones a este reglamento, sean estas de carácter leves,graves y/o gravísimas.
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del cuerpo docente, ostentan funciones y/o cargos públicos de relevancia nacional. Lo anterior es
particularmente complejo, tomando en consideración las características de nuestro mundo
laboral.
a) Exigimos esclarecer cuáles serán “los espacios de discusión” que propone abrir la
universidad en el Compromiso de Violencia de Género y/o Sexual, así como quiénes
participarán en estos y qué incidencia tendrán tanto los participantes como el espacio
mismo en la construcción de nuevas políticas género dentro del espacio universitario.
b) Para esto, se hace necesaria la construcción de una planificación de actividades, es
decir, que se genere un programa de género, que estipule el tipo de actividades, fechas,
horarios, estableciendo un cronograma mensual y la forma transversal en que se hará
cargo de las temáticas de violencia de género.
c) Es necesario que una de estas instancias sean las jornadas multi-estamentamentales.
Estas deberán darse en cada carrera y/o departamento con la finalidad de que la discusión
se realice tanto con los y las estudiantes como con el cuerpo docente. Estas jornadas
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deben tener una extensión que permita darle la profundidad necesaria al tema, por lo que
no es suficiente con un bloque académico o media jornada. Se considera necesario y
pertinente, además, que en la planificación, moderación y sistematización de esta
instancia, deban hacerse parte tanto estudiantes como trabajadoras y trabajadores
de la universidad, en partes iguales.
i) Estas instancias se deben reiterar de forma periódica, para poder discutir
tanto los avances en esta problemática, como también discutir otros temas
que se consideren atingentes. Además, de manera previa a las jornadas
multi-estamentales, es menester que existan espacios de encuentro de
tendencia separatistas entre docentes y estudiantes, donde se pueda crear
un espacio de confianza y seguridad entre mujeres y disidencias sexuales.
ii) La primera de estas jornadas debe darse, como plazo máximo, durante la
tercera semana de junio, y la calendarización de las siguientes instancias
debe estar lista antes del 17 de julio, y debe construirse por una comisión
multi-estamental.
iii) Además, deben estar acompañadas de intervenciones direccionadas a cada
carrera de forma particular, cuya calendarización debe ser pública.
iv) Por último, se hace necesario que uno de los temas a tratar dentro de las
jornadas multi-estamentales sea la problematización y reformulación de
las mallas curriculares de cada carrera.
a) En cuanto a la reformulación de las mallas por carrera, deben crearse comisiones multi-
estamentales que comiencen a trabajar para la reformulación de éstas. Este tipo de
instancias deben comenzar desde agosto, por lo que deben estar ya calendarizadas, por
carrera, antes del 17 de julio.
b) Consideramos que debe entablarse, por parte de toda la comunidad universitaria
(estudiantes, trabajadores, académicos y funcionarios) comisiones de trabajo que apunten
a visibilizar y desnaturalizar cualquier caso de violencia de género.
c) Según lo explicitado en el compromiso, se hace necesario que la perspectiva de género no
sea integrada de manera gradual en la formación a través de talleres y/o capacitaciones,
sino que sea considerado un eje fundamental en las mallas curriculares. Es por esto
que proponemos que las capacitaciones hacia el cuerpo docente sean obligatorias y,
además, debe ser una exigencia para la construcción de programas de estudio de las
cátedras y ramos la integración de perspectiva de género. Se vuelve necesario que este
punto sea fiscalizado por la universidad.
d) Es necesaria la integración de un Optativo de Formación General correspondiente a
la defensa personal, con entrenadores cuyo rubro específico sea la defensa,
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principalmente cuando hablamos de defensa en la calle, comprendiendo que no basta sólo
con tener la Universidad como un espacio idóneo donde la violencia de género sea
eliminada, sino dar cuenta que la Universidad, como una institución que proclama su rol
social, debe proyectar esto a espacios más amplios de la vida cotidiana y no quedarse solo
en un pequeño espacio. Este OFG debe tener cupos y secciones suficientes para que
todas las estudiantes de la Universidad Alberto Hurtado puedan acceder a éste a lo largo
de sus carreras.
e) Es fundamental que las comisiones de trabajo planteadas en el punto III, inciso 1.2 letra
a), b) y c) se realicen para comenzar a visibilizar la brecha salarial existente entre
trabajadores y trabajadoras para lograr una desnaturalización de la inequidad de sueldos.
Es de suma importancia que los sueldos de trabajadoras y trabajadores, funcionarios y
funcionarias, académicos y académicas no continúen siendo de forma desigual, es decir,
la Universidad Alberto Hurtado se debe de hacer cargo de otorgar una igualdad de
sueldos a todos sus trabajadores y trabajadoras, funcionarios y funcionarias y académicos
y académicas. Esto, con el fin de que no tengamos que volver a vivenciar la abrupta
salida de una académica producto de la denuncia de la inequidad de sueldos que vivía
dentro del departamento de Sociología en el año 2016.
a) Es primordial velar por la seguridad de las y los estudiantes en las salas de clases, por lo
que se hace necesario agregar dentro de las medidas preventivas un proceso de
investigación hacia el cuerpo docente actualmente contratado por la universidad, donde
quienes tengan denuncias sobre violencia de género y/o sexual, sean desvinculados
de manera inmediata de la universidad. Este proceso, además, se debe llevar a cabo en
conjunto con el cuerpo estudiantil, donde deberán definirse plazos que permitan que a
partir del segundo semestre del 2018 esta revisión ya se encuentre realizada, asegurando
que ningún académico que haya sido denunciado por violencia de género siga en sus
funciones dentro de la universidad.
b) La universidad debe incorporar, como política institucional, la no contratación de
profesores que hayan sido denunciados por casos de violencia de género no solo en
otras casas de estudio, sino que en cualquier espacio laboral o cotidiano. Por lo que debe
ser norma que, para poder contratar a nuevos/as funcionarios/as, se lleve a cabo una
investigación previa a la incorporación.
c) Como complemento a la investigación de docentes, consideramos necesario resignificar
el desarrollo de la evaluación docente, la cual deberá agregar una apartado de
violencia de género y/o sexual que integre preguntas sobre actitudes, expresiones y/o
comportamientos de cada profesor/a. Proponemos como ejemplo: ¿Se ha sentido
hostigado/a de alguna manera por el o la docente?; ¿El o la docente hace
frecuentemente comentarios discriminatorios hacia mujeres y/o disidencias?, entre otros
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factores vinculantes que sirvan para diagnosticar de manera inmediata estos
comportamientos y comenzar un proceso de investigación a la persona acusada, sea esta
docente o ayudante.
d) La Universidad debe comprometerse a realizar una publicación y/o comunicado de
carácter público en diciembre de cada año, el cual dé cuenta de los casos de violencia de
género que han sido denunciados a la universidad, para así entregar transparencia
frente a las decisiones tomadas por Vicerrectoría/Departamento de Género.
1.4 De la mater-paternidad
Las y los estudiantes históricamente han impulsado la generación de una política que refiere a las
estudiantes que son madres, padres y/o tutores. Esta política se ha estancado por diversas
dificultades en los distintos departamentos, lo cual evita el correcto funcionamiento y discrimina
así a estudiantes por su condición de maternidad o paternidad. Ante esta situación, consideramos
las siguientes demandas:
En este contexto, proponemos la creación de una Vicerrectoría y/o Departamento de Género, que
debe funcionar de manera operativa y centralizada.
1. Aspectos generales
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política como la prevención, el desarrollo de campañas preventivas, proyectos en
torno a la política de género junto a los elementos solicitados en este petitorio.
b) La unidad debe preocuparse de la vinculación, articulación y trabajo en
conjunto con la universidad y la política de género con redes externas que
aborden las situaciones de acoso y/o abuso sexual o de género a través de una
perspectiva de género. Esto, puesto que es necesario fortalecer desde distintas
aristas la generación de campañas y medidas de prevención junto con el proceso
reparatorio o de acompañamiento de la/el denunciante.
c) Quien esté a cargo de la Vicerrectoría/departamento debe ser mujer. Ella, al
igual tanto como quienes que la integren, deben tener estudios pertinentes sobre
género. Consideramos que esto es concordante con una voluntad política de
comprensión de las problemáticas de género.
d) Se debe integrar de forma vinculante y resolutiva a docentes y estudiantes,
teniendo igual porcentaje de participación e incidencia en la toma de decisiones y
presentación de propuestas.
e) Se hace urgente la creación de áreas de género en cada facultad y departamento,
las cuales centralicen su trabajo a través de la Vicerrectoría y/o Departamento de
género.
f) La universidad debe establecer un presupuesto para el funcionamiento de dicho
órgano y que esclarezca los montos que se darán, así como las exigencias de
utilización del dinero entregado.
g) Las áreas de género de cada departamento académico deben tener reuniones
periódicas con las y los representantes de cada carrera, entendiendo esta como
una instancia apartada de las reuniones que estos tengan con la dirección de
carrera.
h) Esta Vicerrectoría y/o Departamento debe tener participación fundamental
dentro del Tribunal de Conducta.
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d) Divulgar la perspectiva de género mediante publicaciones, jornadas, seminarios,
conferencias, conversatorios, talleres, etc.
e) Socializar el conocimiento respecto al género más allá del espacio
universitario y generando relación con otras entidades, prioritariamente públicas
y con vocación social. Esto, en atención a lo que la universidad concibe como su
propio proyecto de cambio social.
Entendemos que la violencia genera ciclos y sistemas que permiten encubrir el ejercicio de la
misma. En ese sentido, es necesario respaldar a quienes hoy han tenido la valentía de destapar los
casos que hoy agitan a nuestra comunidad, entendiendo a las víctimas como personas que
merecen respeto, empatía y, por sobretodo, reparación.
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profesional del campo de la educación, ni mucho menos para trabajar con
menores de edad. El resguardo de los y las futuras estudiantes de estos futuros
profesores también debe ser una preocupación de la universidad, ya que no
podemos permitir que violentadores ostenten el título de egresados UAH.
Consideramos pertinente que la universidad asegure jornadas de reeducación
para todos los denunciados, buscando asegurar así que no vuelvan a reincidir en
estas actitudes. Estas jornadas serán de carácter obligatorio para todas/os los
denunciados.
a) La UAH hoy ya presenta una política de uso de nombre social tanto en las listas de clases
como en la credencial universitaria. Sin embargo, esto debe extenderse a los registros
académicos y a los padrones existentes tanto en los departamentos de carrera como
en DARA, generando una nómina que contemple el nombre registral y social para temas
administrativos, conforme a si avanza o no la Ley de Identidad de Género.
b) A esto se le debe sumar una campaña educativa y de visualización para toda la
comunidad universitaria, con el objetivo de evitar cualquier tipo de violencia hacia las
compañeras y compañeros.
c) Debe aplicarse la implementación de baños mixtos en la universidad, particularizando los
que reciben mayor público. Este ejercicio ayudará a romper con binarismos y estigmas,
pero necesita estar fuertemente acompañado por la campaña anteriormente mencionada.
El trabajo referido a este punto debe comenzar su implementación desde el primer día del
segundo semestre.
d) Las universidades, así como la mayoría de las instituciones en esta sociedad, están
creadas, en su raíz, desde los hombres para los hombres, por lo que su cambio estructural
no será posible sólo con estas medidas. Debemos revisar constantemente las distintas
políticas universitarias de manera comunitaria, haciendo a todos los estamentos parte
desde su construcción. Vemos como una necesidad estructural, a nivel universitario, la
realización de un claustro multiestamental refundacional de nuestra universidad, en la que
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se discutan todas estas temáticas, además de los temas de democracia, uso de espacios,
transparencia entre otros, para que podamos llevar a la realidad la comunidad que la
universidad intenta presentar al menos discursivamente. Este claustro debe comenzar en
agosto a más tardar.
Anexo Glosario
Conceptos clave
Para la construcción de este petitorio, las discusiones generadas se han caracterizado dentro de
un marco que esgrime conceptos que consideramos necesarios reconocer por parte de toda la
comunidad universitaria, tanto en la presentación de nuestras demandas, como en la
consagración de la normativa que solicitaremos en el apartado “Exigencias”.
- Patriarcado
En ese sentido, señalan que la sexualidad de las mujeres es prioritaria para la constitución del
patriarcado, es decir, que las relaciones sexuales son relaciones políticas, a través de las cuales
los hombres dominan a las mujeres (Millet, 1975). Al respecto, otras autoras plantean la
heterosexualidad como una institución fundamental para la continuidad del patriarcado, ya que
expresa la obligatoriedad de la convivencia entre varones y mujeres (Rivera, 1994). Así mismo
algunas postulan que las mujeres son una clase social y económica, siendo los padres-maridos
quienes controlan el cuerpo femenino y se apropian del trabajo productivo y reproductivo de
aquellas (Falcón, 1993).
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De esta forma, y a modo general, se puede definir patriarcado como un sistema de relaciones
sociales sexo-políticas basadas en diferentes instituciones públicas y privadas, instaurado por los
hombres, quienes como grupo social y en forma individual, oprimen a las mujeres en forma
individual y colectiva, apropiándose de su fuerza productiva y reproductiva, de sus cuerpos y sus
productos, ya sea con medios pacíficos o mediante el uso de la violencia (Fontela, 2018, 20 de
mayo).
- Género
El término género aparece en la segunda mitad del siglo XX como una estrategia de los
movimientos y teóricas feministas para aportar a la superación del patriarcado (Calvo, 2014). En
ese sentido, Lagarde (1996) afirma que la perspectiva de género, al igual que el feminismo, se
erige como la primera filosofía no-sexista de la sexualidad.
Dicha perspectiva permite investigar las funciones y comportamientos que se le han asignado al
cuerpo de las mujeres y que éstas mismas han naturalizado y/o reproducido como sujetos
constituidos por relaciones de poder, entendiendo que el género es una construcción social que se
hace a partir de distintos agentes y mecanismos como plantea Benhabib (1990):
En otras palabras, no basta la biología – o sexo- para construir a determinados sujetos como
mujeres (Beauvoir, 2013); es preciso moldearlas psicológica y socialmente. Profundizando en lo
anterior, Butler (2004) también dirá que el sexo es una construcción, el cual tiene un carácter
normativo, que es una práctica que produce los cuerpos que gobierna:
La construcción del "sexo", no ya como un dato corporal dado sobre el cual se impone
artificialmente la construcción del género, sino como una norma cultural que gobierna la
materialización de los cuerpos; (...) mediante el cual un sujeto asume una norma corporal,
(…) en la que el sujeto, se forma en virtud de pasar por ese proceso de asumir un sexo; y
(…) una identificación” (p.30).
De aquí se deriva que las identidades se conceden desde el nacimiento y se reproducen a través
de las asignaciones de los roles de género -como dice Erviti (2005)-, el conjunto de normas y
prescripciones que dicta la sociedad, la cultura, la religión y las ideologías patriarcales sobre el
comportamiento masculino y femenino.
- Machismo
Castañeda (2002) define el machismo como un conjunto de creencias, actitudes y conductas que
descansan sobre dos ideas básicas, por un lado, la polarización de los sexos, es decir, una
contraposición de los femenino y lo masculino según la cual no solo son diferentes sino
mutuamente excluyentes; por otro, la superioridad de lo masculino en las áreas consideradas
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importantes por los hombres. De aquí que el machismo considere una serie de definiciones
acerca de lo que significa ser mujer y ser hombre (el género), así como toda una forma de vida
basada en ello (el patriarcado).
- Disidencia sexual
En otras palabras, la disidencia sexual surge como una opción crítica a la normalización de los
distintos “modos de vivir el cuerpo, los placeres, los deseos y los afectos” (Flores, 2018, 20 de
mayo) dentro de la sociedad patriarcal, particularmente, al planteamiento de la heterosexualidad
como norma universal de comportamiento (heteronorma) a la cual todos y todas deben amoldar
sus prácticas y comportamientos.
- Violencia de género
Según Guzmán (2018) la violencia de género forma parte de un sistema social patriarcal
construido a partir de las experiencias masculinas y heterosexuales que recompensa a unos
individuos (a los hombres heterosexuales) y suprime a otras u otros (a todos y todas las que no
son hombres heterosexuales) violentando a mujeres heterosexuales y disidencias sexuales:
lesbianas, gays, travestis, transexuales, transgéneros, bisexuales, intersexuales, asexuales,
cisgéneros, personas no binarias, entre otras posibilidades.
En este contexto, suele hablarse de violencia de género contra las mujeres, y no de violencia de
género a secas, porque existe un consenso respecto de la altísima probabilidad de que las mujeres
vivan agresiones y discriminación en algún momento de su vida e incluso de que sean asesinadas
por motivos relacionados con su género.
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En concordancia con este punto, la OMS señala que “a nivel mundial 1 de cada 3 mujeres han
declarado que sufren o han sufrido violencia física y/o sexual por parte de su pareja o de otros
hombres. La gran mayoría son casos que ocurren en el seno de la pareja y muchos terminan en
asesinato” (OMS, citada en Guzmán, 2018).
La violencia contra las mujeres refiere a toda conducta, acción u omisión, que de manera directa
o indirecta, tanto en el ámbito público como en el privado, basada en una relación desigual de
poder, afecte la vida, libertad, dignidad, integridad física, psicológica, sexual, económica o
patrimonial de las mujeres, así como también su seguridad personal (Ley de Protección Integral a
las Mujeres, 2009).
a) Física: La que se emplea contra el cuerpo de la mujer produciendo dolor, daño o riesgo
de producirlo y cualquier otra forma de maltrato agresión que afecte su integridad física
(Ley de Protección Integral a las Mujeres, 2009)
c) Sexual: Cualquier acción que implique la vulneración en todas sus formas, con o sin
acceso genital, del derecho de la mujer de decidir voluntariamente acerca de su vida
sexual o reproductiva a través de amenazas, coerción, uso de la fuerza o intimidación,
incluyendo la violación dentro del matrimonio o de otras relaciones vinculares o de
parentesco, exista o no convivencia, así como la prostitución forzada, explotación,
esclavitud, acoso, abuso sexual y trata de mujeres (Ley de Protección Integral a las
Mujeres, 2009).
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e) Sexismo: Hace referencia a las acciones, circunstancias, contextos y relaciones donde se
le atribuye una característica particular a una persona por causa de su género y en
conexión con ciertos estereotipos (Guzmán, 2018).
- Educación feminista
Para Nadeau (1996) la “educación de género” parte de la posición de que las relaciones de
género se establecen socialmente y que la división laboral según el género y el control del
hombre sobre la sexualidad de la mujer, son la base de la subordinación de la misma en la
mayoría de las sociedades. En ese sentido, algunos autores proponen la “educación no sexista”
como estrategia para eliminar la legitimidad y reproducción de dicha subordinación y
desigualdad, que supera los estereotipos y las jerarquías de género y, por tanto, que apunta a
construir una sociedad equitativa, para la convivencia, el respeto, la igualdad de oportunidades y
el desarrollo pleno e integral de cada persona (Maceira, 2005).
En ese contexto, la “educación popular feminista” es de alguna manera una categoría más amplia
que la de educación no sexista, ya que esta última se enfoca primordialmente en las relaciones de
género. Según Nadeau (1996), la educación popular feminista incorpora un análisis sobre la
intersección entre la opresión de género, raza, clase, etc., y aplica esto a todas las relaciones de
poder y dominación, y a todas las luchas. Además, tiene una metodología integrada, que
comprende el cuerpo, el espíritu, el corazón y la mente, incluyendo a la persona completa, la vida
íntima diaria de mujeres y hombres a la vez que sus vidas laborales y comunitarias.
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Anexo
Protocolo baja movilización
Como consideración final, no podemos dejar de preocuparnos por nuestra situación académica.
Es por esto que para poder deponer las movilizaciones, necesitamos contar con ciertas garantías
académicas. Antes de especificar estas, no creemos que esté de más aclarar el que la
movilización no es tiempo libre ni de vacaciones, sino que es un espacio de trabajo arduo y
constante, en el que la discusión política y las actividades no cesan. Es por esto que
consideramos pertinente una recalendarización de las evaluaciones que incluya una semana de
marcha blanca sin evaluaciones, y el que no se considere la asistencia de estos días en la cuenta
final del ramo.
El hacer de la universidad un espacio seguro depende de todas y todos, y esperamos que estas
son las medidas que consideramos primordiales y básicas para comenzar a hacerlo. Somos
enfáticas y enfáticos en que lo que aquí se manifiesta no es más que lo básica para comenzar a
construir una universidad que se aleje de las lógicas masculinistas y patriarcales que atraviesan
todos nuestros espacios.
A continuación se describen las medidas que exigimos que se cumplan al momento de deponer la
movilización, con el propósito de que tengamos respaldos académicos y que se pueda asentar
una base para futuras movilizaciones. Por esta razón, proponemos categorizar las paralizaciones
según su tiempo de duración:
1. De la asistencia
Las y los docentes de las distintas carreras de la Universidad Alberto Hurtado, no podrán
considerar las inasistencias de los estudiantes, puesto que como estudiantes se nos debe respetar
la razón de esta movilización, debido a que la organización debe ser un elemento fundamental en
nuestra formación como ciudadanos críticos y conscientes, considerando los espacios y
formando parte de las políticas organizativas en las cuales estamos insertos.
Con esto se determina que la asistencia, al momento de reingresar a clases, no será un requisito
para aprobar ramos en periodo de movilización, ni para la realización de exámenes. Es decir, que
la asistencia considerada durante el semestre no debe ser considerada.
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En el caso de los OFG/OFT, la asistencia contará de manera normal, ya que se entiende que
dichos cursos son realizados a nivel universitario y no de manera exclusiva de alguna carrera, por
lo que cada estudiante deberá organizarse con sus profesores/as. En el caso de que alguna
movilización impida realizar actividades en las dependendencias de la Universidad, la asistencia
al curso no podrá ser un requisito para aprobar el curso.
En las situaciones de pre prácticas, prácticas profesionales o terrenos a los que deban asistir las
distintas carreras en los periodos de movilización, no podrán ser interrumpida ya que se entiende
que existen compromisos con otras instituciones y actividades que no pueden ser reprogramadas
por las exigencias que implican.
2. De la marcha blanca
Se entenderá por marcha blanca aquellos días posteriores a la movilización en los que no se
llevarán a cabo evaluaciones en pos de una preparación adecuada de estas, dado que los días de
movilización no son días libres, sino que estos se dedican exclusivamente a la discusión y
realización de actividades constante. En este caso, la marcha blanca se diferencia dependiendo de
la duración de la movilización:
- Paralizaciones cortas (menos de 1 mes): De 1 a 5 días hábiles de marcha blanca. El primer día
en que se retomen las clases no pueden existir evaluaciones. Si se extiende por más de 5 días
hábiles: se considerará de acuerdo a la razón 5:2.
- Paralizaciones largas (igual o mayor que 1 mes): La cantidad de días de marcha blanca será
proporcional a la cantidad de tiempo en el que se encontró en paro, de acuerdo a la siguiente
proporción: 1 mes = 2 semana de marcha blanca.
3. De la recalendarización
Se debe llevar a cabo una recalendarización de las actividades que hayan pendientes durante el
proceso de movilización, respetando así, acuerdos previos realizados. Dicho proceso se debe
realizar entre docentes y estudiantes, dependiendo esto de cada generación, para que los
compromisos tomados no perjudiquen a ninguna de las partes involucradas.
En relación a este acuerdo, las pruebas y trabajos que deban ser realizados, deben ser a lo más
uno por día de evaluaciones, y las ponderaciones de estos no deben exceder el 30% del
porcentaje final de aprobación del curso. Y debe existir un reajuste en los contenidos, con el
objetivo de que se evalúen los conocimientos pasados en clases.
21
Es por esto, que se establece la no entrega de trabajos tanto de manera física como virtual, en
situaciones de movilización ratificadas por el estudiantado, entendiendo esta decisión como un
acuerdo democrático por parte de ellos; comprendiendo la implicancia de la paralización de
actividades académicas.
El caso de entrega de tesinas y seminarios queda a criterio de cada carrera, dependiendo del
contexto de cada una.
Por otra parte, los estudiantes que participarán en programas de intercambio o sean estudiantes
extranjeros de intercambio en Chile, podrán quedar exentos de este protocolo, solo en caso de
que éste afectara su cierre de semestre, y por ende, su viaje, por lo que podrán rendir las
evaluaciones correspondientes, mediante una previa calendarización de estas, todo sujeto al
tiempo de paralización.
7. Otros
Se congelará aquellos trabajos que hayan sido entregados durante el periodo de movilización
para que no vayan en desmedro de las y los estudiantes que no los hayan realizado.
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