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Inmigración de judíos de habla alemana a Chile y

Perú durante el siglo XIX

Por Günter Böhm

INTRODUCCIÓN

Las investigaciones realizadas sobre la historia, la vida, las costumbres


y la cultura de los judíos residentes en América del Sur durante el siglo
XIX son relativamente recientes y escasas. Unicamente la comunidad de
Surinam, en la Guayana, la más antigua todavía existente en este hemisfe-
rio, ha recibido una debida atención por parte de historiadores judíos y
no-judíos En lo que concierne a la presencia de judíos en otras regiones
de Sudamérica — anteriormente colonias españolas y portuguesas y cuyas
independencias de la Madre Patria datan de los primeros decenios del siglo
pasado — sólo se conocen algunos estudios, los que hacen referencia en
gran parte a Argentina, Brasil y Venezuela2.
De los países sudamericanos ubicados en las costas del Océano Pacífico
poco se ha publicado en relación al tema que nos ocupa, por lo que cre-
emos oportuno dar a conocer algunos aspectos de la vida judía en Chile

1
Entre las más recientes mencionaremos: Günter Böhm, "The Synagogues of
Surinam", Journal of Jewish Art 6 (1979), pp. 98-104. Robert Cohen (ed.), The Jewish
Nation in Surinam (Amsterdam 1982), idem, La Nación: The Spanish and Portuguese
Jews in the Carribean. Exhibition Catalogue of Beth Hatefutsoth (Tel Aviv 1981).
2
Isidoro Aizenberg, La comunidad judía de Coro, 1824—1900 (Caracas 1983). Ber-
nard D. Ansel, The Beginning of Modern Jewish Community in Argentine, 1852—1891
(Ph. D. Dissertation, University of Kansas 1969). Victor A. Mirelman, The Early
History of the Jewish Community of Buenos Aires, 1862-1892 (Master's Thesis, Col-
umbia University 1968). Idem, The Jews in Argentine, 1890-1930 (Ph. D. Dissertation,
Columbia University 1973). Egon y Frieda Wolff, Judeos no Brasil Imperial (Sao
Paulo 1975), idem, Judeos nos Primordios do Brasil República (Rio de Janeiro 1982).

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y en el Perú durante el siglo XIX, correspondientes a investigaciones


nuestras, tanto impresas como inéditas 3 .
Hasta el año 1850 fue poco numerosa la cantidad de judíos, europeos
en su mayoría, que intentaron radicarse en estos dos países, y sólo conoce-
mos el caso de unos judíos franceses residentes en Arequipa, Perú, en
18334 y unos pocos judíos alemanes y alsacianos establecidos en Valpa-
raíso, Chile, a partir de 18425. Desde el año 1850 y, en especial, durante
la década siguiente, período de gran intercambio comercial entre estos dos
países y California, en tiempo de la fiebre del oro, podemos detectar la
presencia de judíos en Chile y en Perú, los cuales se desempeñaban como
comerciantes o representantes de firmas exportadoras extranjeras, proce-
dentes de Alemania y Francia. En Chile, los hallamos principalmente en
Valparaíso, en Santiago, en zonas de las minas de plata del norte del país
y en la región agrícola del sur, lugar donde también se encontraban los
demás immigrantes alemanes que habían desembarcado en Chile por
aquel entonces. En el vecino Perú, la mayoría de los judíos permaneció
en Lima y en el puerto del Callao, estableciéndose también, más adelante,
en el norte del país, en el Amazonia peruana.
A diferencia de los inmigrantes judíos que se embarcaron directamente
a Chile y que realizaron su larga y penosa travesía alrededor del Cabo de
Hornos, los judíos con destino a Perú prefirieron a veces hacer escala pri-
mero en Nueva York u otros puertos norteamericanos, para continuar su
viaje, después de una relativamente breve estadía en este país, vía Panamá
a los principales puertos peruanos 6 . La presencia de viajeros judíos en los
barcos que realizaban la trayectoria a estos países quedó registrada en al-
gunos diarios de viaje de algunos inmigrantes, tanto cristianos como ju-
díos. Así, en 1850, un colono alemán que se dirige a Chile, toma nota en
su diario de la ceremonia que el capitán del barco hamburgués "Her-
mann" realiza entre el médico judío Francisco Kaskel, de Berlín, con una

3
Günter Böhm, "Judíos en Chile durante el siglo XIX", Comunidades Judías de
Latinoamérica, 1971—1972 (Buenos Aires 1974). Idem, Artistas judíos en Chile duran-
te el siglo XIX (Santiago de Chile 1978). Idem, Judíos en el Perú durante el siglo XIX
(Santiago de Chile 1985).
4
"M.M. Cerf, judíos de Brest, quienes venden en su tienda toda clase de objetos"
citados por Flor Tristán, Peregrinajes de una Paria (Lima 1946), p. 170.
5
El primero parece ser Hipólito Adler, natural de Estrasburgo. Se incorpora al Club
Alemán de Valparaíso el 16 de abril de 1842. Libo de Actas, vol. I, 1838-1900.
6
Muchos de ellos obtienen, en esta forma, la nacionalidad norteamericana antes
de radicarse en el Perú.

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compatriota no-judía 7 . En otro diario de viaje, Heyman Simon, pasajero


judío, natural de Francia, con destino a Perú y Chile, en 1858s, menciona
las angustias y peripecias sufridas en su larga travesía por barco y por
tierra, las impresiones de puertos y ciudades que visita, su contacto con
comerciantes judíos establecidos en estos lugares y su alegría de en-
contrarse repentinamente con otros pasajeros judíos en el barco, hecho
que hace llorar de alegría a un viajero judío alemán, de paso a Lima, con
quien se abraza en un emotivo saludo Shalom a le Kéme9.
El problema más urgente e importante que tuvieron que resolver los ju-
díos residentes en Chile y en el Perú, en la segunda mitad del siglo XIX,
lo constituyó la triste necesidad de dar sepultura a sus correligionarios
fallecidos. Al igual que en los demás países latinoamericanos, solicitaron
y obtuvieron permiso para enterrar a sus muertos en los diferentes cemen-
terios británicos existentes10, los únicos autorizados en un comienzo para
sepultar a los extranjeros que no profesasen la religión católica.
El primer entierro de un inmigrante judío en Chile, el de Morry L.B.
Schlesinger, natural de Hamburgo, se realizó en Valparaíso el año 1857 n .
En el vecino Perú, fue Carolina Schloestein, también natural de Hambur-
go, la primera persona de religión judía sepultada en el Cementerio Britá-
nico, en 186112. Sólo en este cementerio los libros de defunción men-
cionan la religión de los muertos, usando en caso de los judíos las palabras
correspondientes en inglés, Hebrew o Jew. En esta forma, fueron sepulta-
dos allí un total de 25 judíos y judías hasta el año 1875, año en que se
comienza a usar el Cementerio Israelita de Baquíjano, construido en el
camino entre Lima y el Callao. En Chile, a su vez, encontramos judíos
enterrados durante la segunda mitad del siglo pasado en los diferentes ce-

7
Cartas de Johann Jakob Keller, publicadas en la obra de Rudolf Moser, Zwischen
See und Vulkan (Suttgart 1939), pág. 86.
8
Heyman Simon, Diario de Viaje (Manuscrito inédito). Simon se establece definiti-
vamente en Valparaíso, Chile, donde inaugura, en 1859, una gran tienda de modas,
la "Casa Francesa".
9
Heyman Simon, por desconocer el idioma hebreo, transcribe este saludo, Shalom
Alejem, según la fonética francesa.
10
El primer Cementerio Británico en territorio chileno es el de Valparaíso, fundado
en 1825. En el Perú, el gobierno había cedido un terreno en 1834, ubicado en Bellavista,
entre Lima y el puerto de El Callao.
11
Cementerio de Disidentes de Valparaíso. Libro de Defunciones, vol. III, 1858—82,
3 de octubre de 1857. Ubicación Β—140. Aviso en Hamburger Nachrichten 291, 8 de
diciembre de 1857.
12
Libro de Defunciones, vol. III, 1858-82, 7 de agosto de 1861.

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menterios alemanes destinados a los inmigrantes alemanes protestantes,


ubicados en varias ciudades del país. El texto de las inscripciones de las
lápidas correspondientes a judíos enterrados en Chile y en Perú no difiere
mayormente entre sí, empleándose para ello principalmente los idiomas
alemán, inglés o francés. Sólo en el Cementerio Británico de Lima hemos
podido ubicar algunas lápidas con su texto en hebreo, confeccionadas en
Europa para este fin 13 . No ha sido posible establecer la razón por la cual
únicamente en el Perú se llegó a adquirir un terreno para un cementerio
judío. Sólo podemos suponer que la cantidad de judíos establecidos en
Chile durante el siglo pasado nunca alcanzó a ser lo suficientemente nu-
merosa como para que se haya buscado una solución definitiva al cumpli-
miento de este sagrado deber 14 .
La discriminación que sufría el inmigrante judío por parte de la pobla-
ción local se hacía sentir indiscutiblemente más en el Perú que en Chile,
país este último en el cual tanto el gobierno como el clero católico tuvieron
que hacer algunas concesiones que permitiesen practicar su culto religioso
a los numerosos inmigrantes protestantes de origen alemán, inglés y nor-
teamericano, llegados al país a partir de la segunda mitad del siglo XIX.
Sin embargo, es curioso observar cómo en Chile, durante la primera mitad
del siglo pasado, se empleaba todavía el término "judío" indistintamente
tanto para judíos como para protestantes. Así, por ejemplo, el Cerro
Alegre, en Valparaíso, residencia de ingleses y norteamericanos, recibía
por parte de la población en aquella época el nombre de "Cerro de los
judíos" 15 . En cierta oportunidad, alrededor de 1830, se hizo quemar
públicamente en Quillota una Biblia de los judíos16. Igualmente existen
testimonios de fanatismo religioso en Santiago y en provincias del norte
de Chile. Sobre este particular cuenta el viajero alemán Paul Treutler có-
mo es que durante la Semana Santa, frente a las casas donde vivían judíos,
se colgaban de unas cuerdas unos muñecos de tamaño natural que repre-

13
Una de estas lápidas, la de Fanny Mayer, fallecida en 1875, anota nombre y direc-
ción del taller en que fuese confeccionada, perteneciente a un judío en Londres.
14
La primera institución judía, la "Sociedad Unión Israelita de Chile", fundada en
1909, intenta desde un comienzo conseguir un sitio apropiado para sepultar a sus muer-
tos, pero, recién en 1914, la Municipalidad de Santiago autoriza la adquisición de un
terreno para ser usado como cementerio.
15
William Rauschenberg, Noticias de Chile, 1831-1832 (Santiago 1956), p. 15.
16
Günter Böhm, "Inmigración judía a Chile durante el siglo XIX", Revista Chilena
de Humanidades (Universidad de Chile 1982), pp. 69-70.

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sentaban a Judas Iscariote 11 . Treutler había presenciado ya en otra oca-


sión, un intento del populacho de provocar a los extranjeros, fueran ju-
díos o protestantes, residentes en Copiapó, — ciudad minera del norte de
Chile —, los que presos de pánico tuvieron que buscar refugio en la casa
de un reputado dueño de minas de esa localidad 18 .
Por su parte, en el vecino Perú tenemos el primer testimonio sobre la
imagen despreciable del "judío" gracias a un diario de viaje de una escri-
tora franco-peruana, Flora Tristan 19 , quien asiste en 1834, en Arequipa,
a un espectáculo público que servía, sin lugar a dudas, para mantener la-
tente en la masa iletrada peruana de aquel período la aversión hacia el ju-
dío. Describe en su diario la representación de un "Misterio" al aire libre,
el día de Nuestra Señora de la Merced. En el momento en que Jesús ha
partido el pan y ha hecho pasar la copa a los convidados, un personaje
judío, que aparece en esta función teatral, intenta apropiarse de la comida
de los invitados. Es apresado de inmediato y ahorcado en efigie por los
soldados, mientras se oyen los gritos de "mueran los judíos" de parte de
los asistentes. No es de extrañar, entonces, que en Lima se conocieran has-
ta hace algún tiempo calles con el nombre de "Calle de los judíos" y "Ma-
tajudíos".

I JUDÍOS ALEMANES EN CHILE

I . I JUDÍOS EN LAS PRIMERAS INSTITUCIONES ALEMANAS DE VALPARAÍSO

Hemos citado los anteriores ejemplos de prejuicio hacia el judío para


que se comprenda por qué estos inmigrantes se afiliaron desde un comien-
zo a ciertas instituciones que les permitieron integrarse en el seno de la
sociedad con mayor facilidad, como lo fueron los diferentes clubes extran-
jeros fundados durante el siglo pasado.
Las actas del Club Alemán de Valparaíso20, uno de los más antiguos
de América Latina, fundado en 1838, mencionan el 16 de abril de 1842
la incorporación de un nuevo socio, Hipólito Adler, natural de Estrasbur-

17
Pablo Treutler, Andanzas de un alemán en Chile, 1851-1863 (Santiago de Chile
1959), pp. 527-528.
18
Ibidem, op. cit., pp. 165-170. También en: El Copiapino, Copiapó, 27 de di-
ciembre de 1853.
19
Flora Tristán, Peregrinajes de una Paria (Lima 1946).
20
Club Alemán, Valparaíso. Libro de Actas, vol. I, 1838-1900.

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go, hijo de Bernardo Adler y de Sofía Buchental 21 . Adler, seguramente,


se hizo católico muy pronto a fin de poder contraer enlace con doña Agus-
tina Silva, natural de Concepción, en 1843, y fue durante largos años un
destacado miembro del Club Alemán de Valparaíso. Junto a un judío ale-
mán llegado de Hamburgo, Philipp Calmann, pone su firma en el acta
de fundación del Colegio Alemán de Valparaíso, en 185 7 22 .
El diario de Valparaíso El Mercurio publica en marzo de 1848 un mani-
fiesto de la aduana del puerto. Un pequeño bulto va dirigido a una firma
comercial alemana, fundada por tres judíos de Hamburgo, Loeser, Mack
y Adelsdorfer 23 . Curiosamente, recién en 1852 se estableció legalmente es-
ta misma firma en Hamburgo 2 4 y más adelante en San Francisco 25 .
Julius Loeser, Siegfried Mack y Sigmund Adelsdorfer 26 vivieron algu-
nos años en Valparaíso, pero tuvieron que liquidar su firma en 1856 debi-
do a la crisis económica que atravesaba este puerto al decaer la exporta-
ción de productos chilenos (en especial trigo y carbón) a California, re-
gión que en estos años se liberaba poco a poco de la adquisición de pro-
ductos extranjeros. Esto no impidió que otros familiares, hermanos y pri-
mos, buscaran en Valparaíso un campo de acción. Por las actas del Club
Alemán de este puerto, podemos establecer que Martín Mack 2 7 estaba re-
gistrado como socio en 1850. Más adelante, en 1856, Wilhelm Mack 2 8 fue
propuesto y aceptado en la misma institución. Este último fue el único
que dejó descendencia en Chile 29 Wilhelm Adelsdorfer, hermano de Sig-
mund, aparece también en las actas del Club Alemán desde 185330 por
un breve lapso, antes de radicarse definitivamente en Chile en 187031. Un

21
Iglesia La Matriz, Valparaíso. Libro de Matrimonios N° 7, I o de agosto de 1843.
22
75 Jahre Deutsche Schule Valparaíso (Valparaíso 1932).
23
Manifiesto de la Aduana "Velas de cera y peines de cuerno". El Mercurio, Valpa-
raíso, 18 de marzo de 1848.
24
Staatsarchiv Hamburg, Firmenprotokolle, Band 13, N° 3421.
25
Staatsarchiv Hamburg, Hamburger Konsulat in San Francisco, N° 2,1, S. 35, 30
de enero de 1852.
26
Julius Loeser: Datos en Deutsch-Israelitische Gemeinde (Hamburg) N° 73, 27 de
octubre de 1850. Sigmund Adelsdorfer: Llegó en abril de 1851 desde Valparaíso a Ham-
burgo. Datos en Deutsch-Israelitische Gemeinde (Hamburg) N°18,17 de abril de 1853.
Siegmund Mack: Deutscher Verein Valparaíso, Protokoll 67, 7 de mayo de 1853.
27
Deutscher Verein Valparaiso, Protokoll 69, 16 de noviembre de 1853.
28
Ibidem, Protokoll 75, 6 de marzo de 1856.
29
Cementerio Católico N° 1, Valparaíso. Libro II, Folio 279.
30
Deutscher Verein Valparaiso. Protokoll 67, 7 de mayo de 1853.
31
Iglesia La Matriz, Valparaíso. Libro de Matrimonio de Disidentes, vol. II, N° 86.

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familiar suyo, Zacarías Adelsdorfer, es mencionado entre los fundadores


de la comunidad judía de San Francisco. Todo esto demuestra el estrecho
lazo familiar de judíos alemanes en los principales puertos del Océano Pa-
cífico de aquellos años 32 .
El gran incendio que destruyó parcialmente el puerto de Valparaíso en
diciembre de 1850, dio lugar a la fundación de un cuerpo de bomberos,
todos voluntarios y en su mayoría extranjeros. Entre los fundadores de
esta institución se destaca Siegfried Mack como teniente 4° de su primer
directorio, al que "reunido . . . en los salones de la Bolsa de Comercio,
el 7 de junio de 1851, eligió la primera Oficialidad . . " Entre los demás
voluntarios judíos fundadores de este cuerpo, aparecen en el primer libro
de actas Martín Mack, Wilhelm Adelsdorfer, Philipp Calmann, H.
Nathan y Manuel de Lima 33 . Esta compañía de bomberos tomó el
nombre de "La Germania", por cuanto otro grupo de extranjeros, espe-
cialmente de origen inglés y norteamericano, había fundado en el mismo
período otra compañía, de la que había que diferenciarse.
En el libro de actas de la Municipalidad de Valparaíso se destaca el com-
portamiento heroico de los voluntarios de la bomba La Germania, cuya
primera actuación la constituyó la extinción del voraz incendio del vapor
"Perú", el 8 de julio de 1851, mientras caía sobre la ciudad un furioso tem-
poral de viento a agua. El vapor, fondeado en la bahía, había cortado mo-
mentos antes sus amarras, y se había precipitado por las fuerzas del tem-
poral hacia la playa. El violento choque causó de inmediato el incendio.
Los bomberos tuvieron que armar su bomba en el mar de modo que el
agua entrase por la parte superior. Para hacer funcionar las palancas, los
voluntarios debieron trabajar con el agua hasta la cintura y recibiendo de
continuo el golpe de las olas 34 .
La falta de ropa adecuada para trabajar en estos momentos difíciles fue
lo que seguramente motivó siguiente aviso en El Mercurio, con fecha 28
de agosto de 1851: "Estando concluido el uniforme de la Compañía, se
pone en conocimiento de los socios que la componen, concurran a prove-
erse de él al escritorio de los Sres. Otto Uhde, J.A. Mercado y Siegfried
Mack. Para el Lunes 1 ° de Septiembre a las 3 de la tarde se cita a los indivi-

32
Edgar M. Kahn, Early San Francisco Jewry (Manuscrito inédito), p. 23.
33
Actas de "Deutsche Spritzen-Kompanie, N° 2". Valparaíso, Bomba "Germania",
vol. I, 1851.
34
Diego Araneda, La colonia alemana en Chile (Santiago de Chile 1920), p. 243.

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duos de dicha compañía para los ejercicios ordinarios y vestidos de uni-


forme".
En los avisos aparecidos en El Mercurio se pueden recoger algunos
nombres y apellidos de judíos residentes por algún tiempo en Valparaíso.
En 1848 el Correo del puerto tiene cartas para J. Jacobsohn; en 1849 para
Charles Weill y Jacob Ber; en 1850, para Enrique Oppenheimer 35 . La can-
tidad de judíos provenientes de Alemania, comerciantes o representantes
de casas importadoras, debe haber sido apreciable en estos años. Paul
Treutler, viajero y aventurero alemán, que visitó este puerto chileno en
1855, escribe en una publicación 36 :
"Por este tiempo, los profesionales habían organizado un segundo club ale-
mán, que poseía igualmente un hermoso local y disponía de una buena
biblioteca, un billar, un piano de cola y diarios. Los numerosos alemanes eran
casi todos jóvenes comerciantes. Una parte de ellos eran hebreos, y muchos,
masones, por lo cual también se organizó pronto una logia . .."
Lo afirmado en estas últimas líneas puede verificarse mediante la revi-
sión de las listas de las primeras logias en Chile, donde, en gran parte, apa-
recen nombres de judíos inmigrantes entre sus miembros.
Si bien se respiraba un aire de tolerancia tanto en las costumbres como
en la vida religiosa de Valparaíso, debido al gran número de extranjeros
allí residentes, no puede afirmarse lo mismo de Santiago en aquella época.
Paul Treutler ilustra el fanatismo imperante al observar, en 1860, la ce-
lebración de la Semana Santa:
"Lo que atrajo especialmente mi atención fueron, sin embargo, unos muñecos
de tamaño natural, que colgaban de cuerdas a lo largo de las calles principales.
Pronto me enteré que representaban a Judas Iscariote y que se les colocaba,
por lo general, frente a las casas en que vivían hebreos, con especial cuidado
de que estos muñecos se parecieran lo más posible a los hijos de Israel que resi-
dían en la zona. Pude ver varios, vestidos muy elegantemente, con tarro de un-
to, guantes y zapatos de charol" 3 7 .
A pesar de esta intolerancia, un médico judío de origen húngaro, el doc-
tor Pedro Herzl, considerado como el primer médico alemán que hubo
en Chile, se estableció en Santiago en el año 1846. Nació probablemente

35
Cartas llegadas al Correo, Extranjeros, El Mercurio, Valparaíso. 5 de mayo de
1848, 5 de mayo de 1849, 8 de junio de 1850.
36
Treutler, op. cit., p. 195.
37
Ibidem, pp. 527-528.

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en Budapest 38 en 1815 y estudió medicina en Viena y en París 39 . Las difi-


cultades para obtener el diploma en la Universidad de Viena y los proble-
mas para alcanzar una posición adecuada, situación que terminó con la
revolución del año 1848, obligó a gran parte de los médicos judíos a
emigrar a otros países40. El doctor Herzl parece haber estado un tiempo
en México ya que su tesis para revalidar su título en la Universidad de Chi-
le, el 13 de Agosto de 1846, trata de la Historia del pinto, enfermedad en-
démica del cutis de la costa occidental de México41. Poco se sabe de la
familia de este médico. Su hermana Leonor, casada con Adolph Peter
Herzog, tuvo un hijo que más adelante perteneció a la nobleza austro-
húngara a pesar de ser judío: el Barón Peter Herzog de Csete. Otro hermano,
Theodor Herzl, también tomó una esposa judía. Sus descendientes cam-
biaron más adelante su apellido Herzl por el de Hernadi 42 .
Es probable que el doctor Herzl se haya convertido al catolicismo en
Chile, lo que no impidió que la familia de su novia, doña Irene Lecaros
Valdés, se haya opuesto al matrimonio. Una aparente reconciliación fami-
liar se produjo recién veinte años después de la ceremonia, realizada en
1846. El doctor Herzl trabajó en sus primeros años en el Dispensario Yun-
gay, en Santiago, y se ofreció en 1855 para dictar clases gratuitas de anato-
mía patológica en la Universidad de Chile. En 1859 aparece entre los
miembros de la Facultad de Medicina de la misma Universidad y publica
ese mismo año un pequeño trabajo en los Anales de la Universidad de
Chile4ì. Su casa fue también lugar de reunión de los muchos extranjeros
que visitaban Chile en estos años. El investigador austríaco, doctor Karl
von Scherzer, al publicar sus experiencias de un viaje alrededor del mundo
dice, en 1857: "Pasé una velada muy acogedora en la casa de mi com-
patriota austríaco doctor Herzl, residente por diez años en Santiago . . Î' 44
El Ferrocarril, el diario más importante de Santiago durante el siglo pa-
sado, publica el 3 de agosto de 1882 una crónica especial:

38
Jaime Eyzaguirre, Arbol genealógico del Dr. Herzl (Manuscrito inédito), vgl.
Anm. 42.
39
Enrique Laval, Noticias sobre los médicos en Chile (Apuntes manuscritos).
40
S.J. Plaschkes, "Die ersten jüdischen Aerzte der Wiener Universität", Bulletin des
Leo Baeck-Institutes 19 (Tel Aviv 1962) pp. 202-217.
41
Enrique Laval, Noticias sobre los médicos en Chile (Apuntes manuscritos).
42
Jaime Eyzaguirre, Arbol genealógico del Dr. Herzl (Manuscrito inédito).
43
Anales de la Universidad de Chile 16 (1859), p. 10 y pp. 187-191.
44
Karl von Scherzer, Reise der österreichischen Fregatte Novarra (Wien 1866), vol.
III, p. 278.

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464 Günter Böhm

"Tenemos el sentimiento de anunciar el fallecimiento del Dr. Pedro Herzl, uno


de los miembros más distinguidos del cuerpo médico de Chile, ocurrido
anoche poco después de las nueve. El Dr. Herzl se encontraba en casa del Sr.
Carlos Valdés, prestando su atención profesional a la señora de este caballero.
De súbito fue acometido de un ataque repentino . . . Esta triste nueva fue
anunciada con toda clase de precauciones a la familia que, en esos momentos,
se hallaba en el teatro . . '.'
Habíamos hablado sobre la existencia, en 1855, de un segundo Club
Alemán en Valparaíso, pero es lamentable el hecho de que no exista ac-
tualmente libro de actas o correspondencia al respecto. Ni siquiera se ha
podido ubicar alguna crónica posterior de la colectividad alemana de este
puerto que haga mención de ello. Tenemos que usar, por lo tanto, como
fuente principal para nuestra investigación, los protocolos del primer
Club Alemán. Así nos enteramos, por ejemplo, que Philipp Calmann es
aceptado como socio en febrero de 1851, y recibe, diez años más tarde,
el título de socio honorario del Club 45 . Por su parte, J.W. Heymann entra
a fines de 1851, casi junto con Morry L.B. Schlesinger, quien fallece en
185746. Propuesto por su amigo Martín Mack, Carl Fraenkel se asocia al
Club Alemán en agosto de 185747. Pero siguen llegando numerosos judíos
desde Alemania que no se incorporan a este Club: Siegmund Lewenthal
viaja a Valparaíso en 185 1 48 y reside más adelante en Santiago; Heinrich
Mendel, esposa e hijo se despiden de sus amistades con un aviso en un
diario de Hamburgo en 185 6 49 , y se establecen en Valparaíso por lo menos
hasta 1868; Julius Bernstein, hijo de Carlos Bernstein y de Enriqueta
Bernstein, reside en Valparaíso desde 1856, trabajando algún tiempo en
la imprenta del diario El Mercurio. Siete años más tarde se casa en San-
tiago con doña Ercilia Somarriva, aceptando previamente el bautismo 50 .
En 1873, funda la refinería de azúcar de Viña del Mar, la más importante
del país en el siglo XIX.
Por curiosa coincidencia desembarcan en Valparaíso entre los años
1857 y 1858, dos judíos (uno proveniente de Hamburgo y el otro de París)
cuyos descendientes todavía residen en Chile, siendo los únicos que han

45
Deutscher Verein Valparaíso, Protokoll 56, 8 de febrero de 1851 y 8 de febrero de
1861.
46
Ibidem, Protokoll 60, 8 de noviembre de 1851; ibidem, N° 61, 1851.
47
Ibidem, 19 de agosto de 1857.
48
Hamburger Nachrichten 214, 9 de septiembre de 1851.
49
Ibidem, 214, 8 de septiembre de 1856.
50
Curato de la Iglesia Santa Ana, Santiago de Chile, Libro de Matrimonios, vol.
8, N° 203, 18 de octubre de 1863.

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Inmigración de judíos a Chile y Perú 465

seguido siendo judíos hasta nuestros días. Este hecho es especialmente no-
table ya que no existió ninguna comunidad judía en Chile hasta el año
1909. Ni siquiera en el vecino Perú - donde, en el año 1870, noventa judíos
fundan la "Sociedad de Beneficencia Israelita" — sobrevive un descen-
diente que no se haya convertido al catolicismo 51 . Los familiares de estos
dos judíos extranjeros llegados a Chile conservaron su religión enviando
a sus hijos solteros a Europa para buscar una esposa judía y regresar más
adelante al país.
Carlos Seckel 52 llegó a Valparaíso a comienzos de 1857, a la edad de
25 años. Sus familiares lo habían destinado a este puerto para abrir una
casa importadora de muebles. Más tarde otros hermanos extendieron sus
actividades a Santiago, donde a fines del siglo XIX inauguraron la casa
más importante de Chile en el ramo de mueblería. La unión de Carlos
Seckel y su esposa debe considerarse el primer matrimonio judío en Chile,
por lo cual insertamos el texto que atestigua su formalización, recopilado
del "Libro de Matrimonios Disidentes" de la Iglesia Matriz de Valpa-
raíso 53 :
"En esta ciudad de Valparaíso a dos de mayo de 1861, Don Carlos Seckel, solte-
ro, de religión israelita, natural de Hamburgo y residente en este curato por
cuatro años, hijo legítimo de don Miguel Seckel y de doña Sofía Herz; y doña
Cecilia Rehfisch, soltera de la misma religión, natural de Breslau54 y residente
en esta parroquia por un año y medio, hija legítima de don Meir Rehfisch y
de doña Mani Brand, después de haber hecho constar su soltería y libertad y
su habilidad para contraer matrimonio con arreglo a nuestras leyes dispensa-
das las proclamas que dispone la ley civil. Declararon ante mí los testigos don
Reinaldo Richter y don Enrique Eidtmann diciendo que [Carlos Seckel y Ceci-
lia Rehfisch], se conocían el uno al otro por marido y esposa legítima en virtud
de haber celebrado contrato matrimonial conforme a su creencia, pidiéndome
lo hiciera constar así para que dicho matrimonio surta los efectos civiles de
todo lo que doy fe.
Firma: Cura Administrador".
Llama la atención en este documento que el cura administrador desta-
que el hecho de que los dos contrayentes hayan celebrado su matrimonio

51
Emilio Marazzani, Cien años de vida judía en el Perú (Lima 1970).
52
Cari Seckel, nacido en 1832 en Walsrode. Hijo de Moses Seckel. Datos propor-
cionados por Renate Hauschild-Thiessen, Hamburg.
53
Iglesia La Matriz, Valparaíso, Libro de Matrimonio de Disidentes, vol. I,
1845-1874, N° 133, 2 de mayo de 1861.
54
Aviso del compromiso en Hamburger Nachrichten, 31 de mayo de 1851. Dice:
"Carlos Seckel de Valparaíso con Cecilia Rehfisch de Lima".

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466 Günter Böhm

conforme a su creencia. Hasta la promulgación de la ley que creara el Re-


gistro Civil en 1885, todos los no católicos, entre ellos naturalmente los
judíos, se vieron en la obligación de solicitar los servicios del cura admi-
nistrador de aquellas iglesias en Chile autorizadas a llevar libros especiales
relacionados con matrimonios, nacimientos y defunciones de disidentes.
El cura administrador actuaba, en estos casos, como ministro de fe, en
concordancia con las leyes de la República.
Poco antes de partir para Hamburgo, Carlos Seckel inscribe en el
"Libro de Partida de Nacimientos de Disidentes" de la misma Iglesia, el
15 de abril de 1868, a sus hijos Carlos, Arturo y Luisa, nacidos entre 1863
y 1867
Recién en el año 1867 se realiza el segundo matrimonio judío en Valpa-
raíso 56 , entre ". . . Mauricio Sealtiel, soltero de religión judía, natural de
Alemania y residente en esta parroquia por 6 años . . ., y Lea Piza, soltera
de la misma religión, natural de Alemania y residente en esta parroquia
. . " Firman como testigos de esta ceremonia dos amigos judíos, Carlos
Seckel y Heinrich Mendel. Mauricio Sealtiel, perteneciente a la comuni-
dad sefardita de Hamburgo, nació el 23 de julio de 1842, anotación que
efectúa su padre en un libro de rezos que el hijo Mauricio llevara a Chile
y que todavía está en posesión de familiares suyos 57 . A esta misma familia
perteneció el general de ejército israelí y comandante de Jerusalem en la
guerra de Independencia de Israel, David Sealtiel. Lea Piza, su esposa,
trajo más adelante a otros miembros de la familia Piza desde Hamburgo,
cuyos descendientes, a pesar de ser todos cristianos en la actualidad, re-
cuerdan con mucho respeto a sus antepasados judíos. Mauricio Sealtiel
residió un tiempo en Santiago, donde aparece entre un grupo de fundado-
res de la logia masónica "Verdad", que inició sus actividades en 187 2 58.
Más adelante volvió a Valparaíso, lugar en el que falleció en 1921.
El primer matrimonio de judíos alemanes efectuado ante un oficial del
Registro Civil, parece ser el de Alejandro Lewin Behrend y Ema Casparius

55
Iglesia La Matriz, Valparaíso. Libro "Partida de Nacimiento de Disidentes",
Libro I. El 15 de abril de 1868 inscribe a sus hijos: Carlos, 6 de febrero de 1863; Arturo,
6 de mayo de 1864; Luisa, 21 de febrero de 1867.
56
Iglesia La Matriz, Valparaíso, Libro de Matrimonio de Disidentes, vol I,
1845-1874, N° 237.
57
Anotación de Elias Sealtiel en el libro de rezos, actualmente en poder del señor
Walter Piza, Santiago de Chile.
58
"Homenaje a fundadores de la logia 'Verdad' ", El Mercurio 10, Santiago de
Chile, 13 de julio de 1972.

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Inmigración de judíos a Chile y Perú 467

Bernstein, el 25 de diciembre de 1885, en Valparaíso, y lleva como firma


legal la del poeta chileno Alberto Blest Gana 59 . La numerosa descenden-
cia de Alejandro Lewin, como asimismo la de dos hermanos suyos que
residieran muchos años en Valparaíso, se alejó totalmente del judaismo.

1 . 2 MINEROS Y AVENTUREROS JUDÍOS EN COPIAPÓ

Las noticias recibidas en Chile y en el extranjero acerca de las fabulosas


riquezas de los distritos mineros en la provincia de Atacama, al norte de
Chile, atrajeron también a un gran número de viajeros que por aquel en-
tonces se encontraban en el país. Paul Treutler, camino a Copiapó en enero
de 1852, cuenta que en el barco que lo llevara de Valparaíso a Caldera,
puerto cercano a la zona minera, encuentra a "algunos hebreos de Alema-
nia, que empleaban el tiempo en tratar de recuperar el valor de sus pasajes
ofreciendo a los pasajeros sus joyas falsas" 60 .
Copiapó contaba, en ese momento, con una población de 10.000 almas
aproximadamente, y a pesar de ser la capital de Atacama, disponía de po-
cos hoteles y locales de recreo o distracción. Su población que, gracias a
la explotación de las minas, ganaba dinero con mucha facilidad y que no
poseía un nivel cultural demasiado elevado, buscaba su entretenimiento
principal en el juego.
Un pintoresco incidente vivido por Treutler en Chile tuvo lugar justa-
mente en un hotel de Copiapó, la misma noche de su registro:
"apenas dormido . . . fui despertado por un terrible bullicio en el patio. Es-
cuché sonidos de armas y finalmente un violento golpe de culata de carabina
contra mi puerta, seguida de la orden de abrir inmediatamente 'en nombre de
la ley'. Cuando hube obedecido la orden, penetraron unos policías uniforma-
dos y me declararon detenido. Como no dominaba suficientemente el idioma
para entender lo que ocurría, sólo pude apelar al dueño del establecimiento,
quien hablaba francés. Este me explicó que, esa noche, habían robado en el
hotel a dos hebreos llegados de Alemania, alhajas por un valor de veinte mil
pesos, por lo cual él mismo y todos los pasajeros habían sido detenidos y de-
bían ser llevados a la cárcel. Los hebreos lloriqueaban y se lamentaban de una
manera lastimera. El dueño del hotel blasfemaba. Un monje, mi compañero
de viaje, se santiguaba. La impresión que yo mismo recibí de esta acogida en

59
Registro Civil, Inscripción N° 305, Circunscripción N°l, Departamento de Valpa-
raíso. Testigos: Pincus Lewin, hermano de Alejandro y Julio Hirschmann, amigo judío
residente en Valparaíso.
60
Treutler, op. cit., p. 59.

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468 Günter Böhm

mi nueva patria tampoco fue muy favorable. Si hubiera sido supersticioso hu-
biera podido interpretar lo ocurrido como un agüero funesto. Pero, afortuna-
damente, antes de que fuéramos trasladados a la cárcel, apareció el jefe de la
policía, y después de examinar todo cuidadosamente resultó que el robo había
sido cometido por un norteamericano. Cuando le iban a colocar las esposas
[éste] hizo secretamente a los hebreos el ofrecimiento de restituirles en forma
integral todas las mercaderías, siempre que le consiguieran la libertad y cien
pesos de viático. En caso contrario, negaría todo, y si se lo condenaba a pesar
de ello, permanecería tranquilamente dos años en la cárcel indemnizándose en-
seguida con los 20.000 pesos que valían las joyas, de los que podría disfrutar
al recuperar la libertad. Los hijos de Israel aceptaron gustosamente al ofreci-
miento del ladrón. Se las arreglaron con los funcionarios de la justicia, reci-
bieron su mercadería, que estaba escondida debajo del altar de una iglesia veci-
na y acompañaron al intrépido ladrón a bordo de un vapor libre donde le entre-
garon el viático convenido" 61.
Paralelamente al período de la "Fiebre del oro" en California, en el
tiempo de explotación de las ricas minas de oro, plata y cobre de la provin-
cia de Atacama, se sumó a los mineros, comerciantes, obreros y artesanos,
un sinnúmero de aventureros y tahúres. De este modo la prisión de Co-
piapó se vió permanentemente visitada no sólo por elementos peligrosos
sino también, por personas inescrupulosas en el pago de sus deudas por
préstamos de dinero. Los banqueros y prestamistas hacían un gran nego-
cio facilitando sumas de dinero a un alto interés, con garantía sobre los
minerales que, en muchos casos, pasaban a sus manos al no cumplirse en
forma puntual el pago de la deuda.

"Lo que en gran escala hacían estos caballeros" cuenta Paul Treutler, "lo reali-
zaba mi compatriota David Levingston en grado mucho menor, pero, propor-
cionalmente, con el mismo éxito. Este hebreo de Posen se había dedicado pri-
mitivamente" como él mismo declaró, "al comercio de esclavos. Perseguido
una vez por un buque de guerra británico, se salvó abandonando su cargamen-
to y dirigiéndose en un bote a la costa. Llegó a Copiapó sin otros bienes que
el talento comercial innato de su raza. Después de haber ganado un pequeño
capital por medio del comercio ambulante, estableció una casa de prendas que,
por supuesto, rindió también sus frutos en oro, de modo que ya poseía una
fortuna de 50.000 pesos, la cual probablemente iba a duplicarse en breve plazo.
Su casa se encontraba repleta de cajones con objetos de plata maciza, como
espuelas, platos, fuentes, jarros, vasos, lavatorios, incensarios, bacinicas, etc!'
Sin embargo una baja en el valor del cobre, en 1855, hizo declararse en
quiebra a un gran número de dueños de minas de este metal, lo que tam-

61
Ibidem, pp. 73-74.

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Inmigración de judíos a Chile y Perú 469

bién afectó a David Levingston, quien se había establecido con una fundi-
ción de cobre en Caldera. Después de perder toda su inmensa fortuna de-
bió huir a la Argentina 62 .
A través de noticias difundidas por el diario El Copiapino podemos
constatar la presencia de otros judíos provenientes de Alemania, también
dedicados al negocio de minas. Es probable que hayan residido en esa zo-
na durante un período relativamente largo de tiempo. Así, por ese medio
comunicativo nos enteramos de que "Adolfo Alexander e Isidoro Calman
han descubierto una veta de metales de plata en el mineral de 'Tres Puntas'
. . ., en el Poniente de la mina denominada 'Germania' ", en una nota
publicada el 7 de septiembre de 1852. Un mes más tarde en el mismo
diario, se publica que "Adolfo Alexander, Félix Germán Schwabe [entre
otros] han descubierto una nueva veta de plata . . . en el mineral de 'Tres
Puntas' " 63. Hermann Heinrich Schwabe, médico de profesión nacido en
1816, hijo de Philipp Benjamín Schwabe y de Rosalía Levy64, pertenece
a una de las tantas familias judías que aceptaron el bautismo en Alemania
en los años que siguieron a la emancipación de los judíos en Europa
Central.
El Dr. Schwabe emigró en 1850 a San Francisco 65 , pero ya dos años más
tarde se lo encuentra en Copiapó, en cuyo diario se lee, el día 1 ° de marzo
de 1852, que "el profesor de medicina y cirurgía recién llegado a esta ciudad
ofrece sus servicios al público, como igualmente recibe en su casa a los
pobres desde las dos de la tarde. . !' Muy pronto, sin embargo, se llenaron
las páginas de El Copiapino con ataques y defensas referentes a las activi-
dades del Dr. Schwabe. En los últimos días de julio aparece en el citado
periódico una importante nota suya que tiene por objeto tanto
"salvar el honor del nombre alemán como mi crédito personal. He oído una
voz que corre en esta ciudad, culpándome a mí, el médico alemán, de haber
envenenado a un hombre que se llama 'Salinas'. . . Para salvarme de esta acu-
sación tan grave, como igualmente falsa e injusta, del crimen de homicidio,

62
Ibidem, pp. 72, 87, 88, 237-238. El Copiapino, 7 de septiembre de 1852. El Co-
piapino, 29 de diciembre de 1852.
63
El Copiapino, 7 de septiembre de 1852, 22 de octubre de 1852.
64
Datos obtenidos por el Staatsarchiv Hamburg, Deutsch-Israelitische Gemeinde,
Geburtsregister, Band I, 1816.
65
Renate Hauschild-Thiessen, Die ersten Hamburger im Goldland Kalifornien
(Hamburg 1969), p. 100.

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470 Günter Böhm

declaro que yo nunca he sido llamado para curar a dicho 'Salinas', nunca lo
he conocido ni jamás lo he visto . . . Si murió a causa de la ignorancia de un
médico que se dice alemán, declaro que yo soy el único médico alemán aquí
residente y tengo la satisfacción de saber que no era alemán el que lo ha hecho

Dr. German E. Schwabe".


Debajo de este comunicado, aparece otro con el título "Excusa no pedi-
da, acusación manifiesta", en el cual se asegura "que fue G. Schwabe, que
se dice médico alemán, quien extendió la receta. Esta es la verdad". Firma
la inserción, "La viuda del difunto" 66 . Dos días más tarde se lee en El Co-
piapino que el Dr. G. Schwabe reconoce haber visitado a un hombre a fi-
nes de julio - cuyo nombre no registró por escrito - , el cual padecía de
morbus brighti, enfermedad que, en el grado avanzado en que estaba, era
médicamente incurable. Fue así como

"para quitar al enfermo el dolor que tenía . . ., le prescribí una receta, la que
se halla en la botica de D. Pedro Hernández, [otorgándole] una dósis de cos-
tumbre". Después "me avisó la mujer, que no había necesidad de volver porque
pensaba mandar al enfermo al hospital. Cinco días antes de su muerte . . .,
estaba el enfermo bajo la cura de otro médico . . . Responderé pues por mi
procedimiento en el referido caso al tribunal de medicina de Santiago.
Dr. G. Schwabe".
Debajo de esta nueva rectificación del Dr. Schwabe, aparece otro texto
encabezado con las palabras "Tributo a la verdad", en el que se aclara que
"la viuda del finado Salinas no ha autorizado ni aprobado poner el aviso de
ayer, concerniente al Dr. Schwabe . . . El público sabrá juzgar las intenciones
de los autores, los que por no saber el nombre, [cerraban] dicho aviso firmando
'La viuda del difunto' " 6 7 .
No hemos podido determinar quiénes eran los enemigos tan poderosos
del médico. A través de una carta a los editores del mencionado diario,
los mismos hicieron publicar lo siguiente:
"Se le antoja llamarse médico . . . Su prescindencia en los casos de salubridad
ha sido hasta hace poco demasiado funesta . . . Estamos cansados de oír
hablar de las barbaridades de este hombre desde el día en que se apeó en este
pueblo . . . Esperamos que el Sr. Intendente le hará rendir cuentas y que, no
presentándole diploma de ser tal doctor en medicina (que nos consta no lo es

66
El Copiapino, 22 de julio de 1852.
67
Ibidem, 24 de julio de 1852.

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Inmigración de judíos a Chile y Perú 471

ni lo ha sido), lo pondrá en el lugar designado para los intrusos y mal entreteni-


dos . . . De Uds., Srs. Editores, Tres" 68.
Estos "Tres", posiblemente personajes muy influyentes en Copiapó,
atacan al Dr. Schwabe por última vez el 26 de julio en otra carta al editor:
"Pensábamos que la declaración de la desconsolada viuda le haría caer la cara
en trozos. Pero hemos visto que la tiene forrada en cobre, y que es más fresca
que una lechuga . . . Pretendió echar barro a la cara de otro facultativo fuese
quien fuese. . . Era el mismo quien había medicinado a Salinas y sabía el resul-
tado del funesto papel, que en mala hora le recetara!!! Hemos sabido con
horror que ha empleado la morfina que es la quintaesencia del opio, medicina
delicadísima en manos de un lego en la ciencia de curar. Esto, señor medi-
castro, se llama en su tierra envenenamiento . . . y en todas partes las leyes . . .
castigan crímenes semejantes. Respecto a lo que nos estampa el Dr. Ducamasa
sobre responder por su procedimiento al tribunal de medicina de Santiago, sa-
bemos que esto sucederá cuando lluevan buñuelos, ni tiene que ver con aquel
tribunal a menos que se le presente de rejas adentro como charlatán y atrevido
criminal, convicto y confeso. Concluiremos suplicando a la policía que em-
piece a arrancar de su puerta de habitación el brevete de doctor y médico ale-
mán, mientras que la autoridad competente toma las demás medidas conve-
nientes . . . De Uds., SS. EE., Tres"69.
Lamentablemente, Paul Treutler, no menciona este caso en sus crónicas
desde Copiapó, ni tampoco aparecen más datos sobre este caso en El Co-
piapino. Por nuestra parte, podemos asegurar que Hermann Schwabe era
médico recibido en Alemania y que la enfermedad citada, una grave afec-
ción al riñon, era incurable en aquel tiempo, por lo cual la receta solicitan-
do morfina para atenuar los dolores era el calmante más indicado para
el paciente.
En un diario de Hamburgo, Schwabe anuncia su casamiento en Co-
piapó el 20 de Septiembre de 1852 con una viuda, no con la del difunto
Salinas, sino con doña Lina Weygand, viuda de Boden 7 0 . Finalmente en-
contramos una anotación sobre sus actividades en los archivos de la Mari-
na Chilena, en cuyas listas aparece en 1864 como cirujano 71 .

68
Ibidem, 24 de julio de 1852.
69
Ibidem, 26 de julio de 1852.
70
Renate Hauschild-Thiessen, op. cit., p. 100. Hamburger Nachrichten 283, 27 de
noviembre de 1852.
71
Enrique Laval, Noticias sobre los médicos de Chile (Apuntes manuscritos): datos
de Benjamín Vicuña Mackenna.

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472 Günter Böhm

1 . 3 JUDÍOS EN LA COLONIZACIÓN ALEMANA DEL SUR DE CHILE

La corriente inmigratoria más importante para Chile, durante el siglo


pasado, se inició en 1846 y tomó cuerpo sobre todo entre 1850 y 1860, con
el comienzo de la colonización alemana de las provincias del sur del país,
territorios en gran parte deshabitados. Se conservan muchas de las listas
de los pasajeros que iniciaron aquel incómodo y peligroso viaje desde
Hamburgo o Emden, y cuya travesía duró entre cien y ciento treinta días.
Dichas listas nos permiten investigar el advenimiento de judíos de Alema-
nia. Algunos de los veleros dejaron pasajeros en los puertos chilenos de
Valdivia, Corral, Valparaíso y Puerto Montt, para proseguir viaje hasta
San Francisco, adonde se dirigían también algunos de los emigrantes ju-
díos.
Del barco hamburgués "Hermann" desembarcó en Valdivia, el 13 de
noviembre de 1850, el comerciante Ludwig Moser 72 , hijo de Salomón Mo-
ser y Flora Meyer. Aparentemente Ludwig Moser ya se había convertido
al protestantismo antes de adoptar definitivamente en 1854, la religión ca-
tólica al casarse con Leonora Mojica en Valdivia73. En el mismo barco
viajaba el médico Francisco Kaskel, de Berlín 74 . Otro viajero hace men-
ción a su persona en cartas dirigidas a familiares suyos en Alemania: " . . .
el 7 de noviembre se realizó una boda en nuestro barco. Un cirujano de
50 a 54 años de edad, de religión hebrea. La novia, de 31 años de edad,
de religión cristiana . . ."75 En 1851 abandona al doctor Kaskel la locali-
dad de Valdivia, para dirigirse primero a Ancud y, después, al llamado
territorio de Colonización de Llanquihue — zona del actual Puerto
Montt —, lugar donde se desempeña en 1853 como primer médico de los
colonos alemanes. De su hoja de servicios oficiales de la armada de Chile
se desprende que más adelante realizó funciones de cirujano en el ber-
gantín "Janequeo" y, posteriormente, en el barco de guerra "Esmeralda",
en el cual viajó en 1868 al Callao, "a traer los restos del Señor Capitán
General don Bernardo O'Higgins", fallecido en el vecino Perú. En 1878
"el Supremo Gobierno le abonó para los efectos del retiro el tiempo de

72
Emilio Held, Documentos sobre la Colonización del Sur de Chile (Santiago de
Chile 1969) p. 29.
73
Iglesia Catedral de Valdivia, Libro de Matrimonios, 1 0 de enero de 1854.
74
Held, op. cit., p. 28.
75
Cartas de Johann Jakob Keller, publicadas en la obra de Rudolf Moser, op. cit.,
(Stuttgart 1939), p. 86.

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Inmigración de judíos a Chile y Perú 473

dos años y tres meses que sirvió como médico en la provincia de Chiloé
y en el Territorio de la Colonización de Llanquihue. El 10 de septiembre,
se le concede su cédula de retiro temporal con arreglo de la Ley" 76. Un
año después, Francisco Kaskel moría en Valparaíso11.
Heinrich Mendel, su esposa y su pequeño hijo Luis, nacido en 1848 en
Altona, llegan en octubre de 1851 desde Hamburgo a Valdivia, a bordo
del velero "Victoria" 78 . Pocos años más tarde partían de regreso a Alema-
nia, hecho que no impidió que, tiempo después, Luis Mendel — el hijo —,
luego de su matrimonio con una prima, Flora Mendel, volviera a Chile
alrededor de 1870, acompañado de su esposa y de un hermano de ésta,
de nombre Emil 79 , estableciéndose los tres en Concepción, Luis Mendel
a cargo de una relojería, y Emil Mendel, dueño de un almacén de tabacos
y cigarros 80 . Si bien los Mendel no se convirtieron, sabemos que su nume-
rosa descendencia es católica y que desconoce en gran medida el origen
de sus antepasados 81 .
En 1851 desembarca en Valdivia otro inmigrante judío, compañero de
viaje del sabio alemán, Dr. Rudolf Amandus Philippi, de larga trayectoria
científica en Chile. En sus "Memorias" lo menciona Philippi: "El octavo
compañero de viaje era un joven comerciante de Hamburgo, de nombre
Jonassohn, que encontró pronto un puesto en Valparaíso. Pero después
se fue al Norte" 82 . Asimismo, Samuel Juliusberg, comerciante oriundo
de Cosel, Prusia, llega a Valdivia en octubre de 185 2 83. Poco tiempo des-
pués, al parecer, se establece también en Valparaíso84. Theodor Cahen,
comerciante de Hamburgo, viaja también a Valdivia a fines de 185 3 85.

76
Armada de Chile, Archivo, Valparaíso, Hoja de Servicios oficiales, Vol. 8, p. 251,
Vol. 2 - 8 , p. 320.
77
Cementerio Católico N° 1, Valparaíso, Libro III, Folio 417. Fecha de fallecimien-
to: 25 de agosto de 1879.
78
Held, op. cit., p. 38.
79
Datos proporcionados por Carlos Allendorff, Concepción, casado con Erna
Mendel Metzdorff, y de Hugo Mondaca Mendel, Chillán.
80
Josef Ivens, Jahr und Adress-Buch der Deutschen Colonien in Chile (Santiago
de Chile, 1888-1890), Vol. II, p. 276.
81
Cementerio de Disidentes Concepción. Tümba familiar de Luis y Flora Mendel.
82
Los Alemanes en Chile en su primer centenario (Santiago 1950), p. 22. Held, op.
cit., p. 39.
83
Held, op. cit., p. 49
84
P. Juan Harter S. J., Puerto Montt, Liste der Deutschen, die 1853 in der Provinz
Valdivia wohnten (Manuscrito inédito). Menciona: "S. Juliusberg con esposa se radica
en Valparaíso".
85
Held, op. cit., p. 62

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474 Günter Böhm

Gracias a un aviso en El Mercurio de Valparaíso, sabemos que en 1855


Cahen se desempeña en este puerto como "agente general de firmas chile-
nas en el almacén de los Sres. Concha Hnos" 8 6 .
De un pequeño pueblo de Westfalia, Geseke, en Alemania, emigra a
Chile, en 1854, otro judío, Salomón Goldenberg, estableciéndose, prime-
ro, en Valparaíso y dirigiéndose luego a Chillán 87 . Producto de su iniciati-
va es la fundación en Chillán del Club Alemán, en el que se desempeña
como presidente. Estando en el cargo solicita a Valparaíso, a la institución
homónima, el envío de revistas y diarios alemanes pues aparentemente no
se contaba con el dinero suficiente como para pagar las suscripciones 88 .
En 1859 llegan a la ciudad dos sobrinos suyos, Benjamín y Carl Golden-
berg 89 , con los cuales abre un almacén en I860 90 . Más adelante, con la
llegada de dos sobrinos más, Abraham y Manuel, los Goldenberg amplían
sus actividades comerciales a lo que se suma la adquisición de un molino
en el vecino pueblo de Bulnes 91 . Casado con Pilar López 92 , Salomón Gol-
denberg falleció en Chillán en 1864, donde "recibió los Santos Sacramen-
tos . . . y testó ante el escribano de la ciudad de Chillán" 93 . Sus restos
fueron trasladados más tarde a una tumba familiar en el Cementerio Ca-
tólico de Valparaíso.
Con posterioridad al fallecimiento de su novia en un accidente ferro-
viario, Benjamín Goldenberg se casa en 1878 con la hermana de ésta, "la
señora Emilia Sánchez de Bustos siendo padrino de la boda el Intendente
de la Provincia, Sr. Arístides Martínez" 94 .
El drama del conflicto interior que representaba para un judío la con-
versión, en muchos casos indispensable para contraer matrimonio en Chi-
le en aquella época, queda reflejado en un comentario que publica el
diario La Discusión de Chillán, en 187 8 95 :
"Un súbdito alemán, judío de religión, honorable comerciante en ésta, próxi-
mo a morir en temprana edad, quiso dar a su hogar la corrección que le faltara,

t6
El Mercurio, Valparaíso, 27 de junio de 1855.
87
Datos de Edgardo Goldenberg Urzúa, Santiago, nieto de Benjamín Goldenberg.
88
Actas Club Alemán, Valparaíso, Protokoll N° 90, 19 de Febrero de 1858.
89
Held, op. cit., p. 113.
90
Ivens, op. cit., vol. II, p. 43.
91
Ibidem, p. 44.
92
Cementerio Católico N° 1, Valparaíso, Libro I, folio 185.
93
Iglesia La Matriz, Valparaíso, vol. 14, p. 42.
94
La Discusión, Chillán, 23 de marzo de 1878.
95
La Discusión, Chillán, 27 de septiembre de 1878, p. 2.

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Inmigración de judíos a Chile y Perú 475

precisamente por otras antiguas intransigencias de la iglesia. Pero el cura se


negó a unirle con la madre de sus hijos por medio de un matrimonio que debía
romperse en muy breves horas. Siendo los contrayentes de distinta religión, no
había más modo que la abjuración, sacrificio horrible impuesto a un hombre
que cree en la santidad de su religión pero que tiene que consumar en aras del
amor a sus hijos. A instancias de sus amigos, el moribundo abjuró, recibió el
bautismo, la comunión, etc., para llegar a recibir la bendición. He aquí a la
iglesia que ha llegado al colmo de sus aspiraciones. Más ¿qué importa semejan-
te triunfo? ¿Es un triunfo en realidad? ¿Ha conquistado un alma para el cielo?
¿Es aquello siquiera un ejemplo? Ni esto, ni aquello ni lo otro. El mismo neófi-
to se encargó de probarlo. A las exhortaciones del cura, replicó después de con-
sumado el matrimonio, que él moría en su vieja religión, en la religión de toda
su vida, en la religión de sus padres".

El comentarista del diario prosigue en los siguientes términos: "Y bien,


¿no habría sido incomparablemente mejor para el moribundo y para la
religión haber casado lisa y llanamente a una católica con un judío que
era hombre digno y honorable y que a mayor abundamiento iba a morir
horas más tarde?"
Si bien es cierto que el número de inmigrantes judíos de origen alemán
fue relativamente pequeño durante el período de colonización del sur de
Chile, puede asegurarse que la convivencia con sus compatriotas gentiles
se llevó siempre en buenos términos, motivada sobre todo por la necesidad
general de organizarse en un mundo extraño, de costumbres desconocidas
y bajo una justicia que no siempre se aplicaba en forma debida. Los archi-
vos y actas de estas primeras colectividades alemanas en gran parte se han
perdido, a lo que contribuyeron los numerosos incendios que periódica-
mente afectaban a casas y edificios, en su mayoría construidos en madera.
Los datos más completos obtenidos sobre aquellos grupos de judíos que
acompañaron a los colonos alemanes del sur, corresponden a los que he-
mos podido recolectar mediante diversos archivos existentes en la ciudad
de La Unión, fundada en 1821.
Entre 1850 y 1851 se dirigieron algunos inmigrantes a la llamada "Pam-
pa de Negrón", al sur de La Unión, donde se les concedió algunos centena-
res de cuadras de terreno para radicarse 96 . Entre ellos podemos men-
cionar al químico boticario Moritz Levy Meyer, nacido en Breslau en 1816.
Había llegado a Valdivia en 185491. El 28 de septiembre de 1859 ya se en-
cuentra en La Unión, según se desprende de una escritura pública, en la

96
Osvaldo Leal, Historia de la ciudad de la Unión (Santiago 1971), pp. 20-27.
97
Held, op. cit., p. 66.

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476 Günter Böhm

cual aparece con el nombre de Mauricio Leive Mayor (sic) dándole un po-
der a su amigo Luis Otto Muhm, radicado en Valdivia, para vender una
hijuela recibida en la Pampa de Negrón 98 . Con el dinero obtenido por esta
venta, Levy abre en un edificio de la plaza de La Unión la primera botica
del pueblo. Paul Treutler, también oriundo de Breslau, se refiere a él en
su diario a propósito de su visita a La Unión en 1859". Levy firma como
socio fundador del Club Alemán de esta ciudad en 1864, la que "contaba
entonces con 400 habitantes, cincuenta de ellos alemanes" 10°. Alrededor
de 1870 vende su botica 101 y se traslada a la vecina ciudad de Valdivia,
falleciendo allí el 13 de marzo de 1873102. La colonia alemana de ese lugar
lo entierra como uno de los suyos en el Cementerio Alemán, en el que,
al igual que en los demás panteones similares del sur de Chile, no interesa-
ba la religión del socio difunto.
Antes de 1860 se establecen también, en La Unión, Jacob Herzberg y
su hijo Heinrich, comerciantes que abren su negocio en la plaza principal
bajo el nombre de "Herzberg e hijo". Jacob Herzberg figura entre los fun-
dadores del Colegio Alemán de La Unión, lo mismo que el sabio Dr. Ru-
dolf A. Philippi 103 . Heinrich Herzberg es, junto a Moritz Levy, el otro ju-
dío cofundador del Club Alemán 104 .
En 1867 el asesinato de un colono, Carlos Witting, conmovió a la pe-
queña comunidad alemana de La Unión. Los colonos ofrecen una recom-
pensa de cien pesos para ubicar al asesino. Además, hacen publicar una
declaración en el diario quejándose de la precaria protección que les da-
ban las autoridades policiales. Los que más fondos aportaron en la re-
caudación del dinero destinado a la recompensa de cien pesos fueron
"Herzberg e hijo" 105 . Demasiado bien sabían ellos, como judíos, lo nece-
sario que es el sentimiento de solidaridad cuando se vive como una mino-
ría.

98
Protocolo de escrituras públicas del Notario de la Unión, don José M. Rocha,
año 1859, de fojas 251, vts. a 252 y bajo N° 265, 28 de septiembre de 1859.
99
Treutler, op. cit., p. 442.
100
Ibidem.
101
Alberto Hoerll, La colonización alemana en Chile (Talca 1910), p. 325.
102
Cementerio Alemán de Valdivia, Libro de defunciones, Año 1873, N° 253.
103
Figura en la plancha conmemorativa en el edificio del Colegio Alemán, en 1910;
ver también Günter Ostermai, Bilanz der Tat (La Unión 1960), p. 17.
104
Firman el documento de fundación el 18 de junio de 1864.
105
Kurt Bauer, Geschichte der Chiledeutschen von La Unión (La Unión 1939), pp.
28-29.

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Inmigración de judíos a Chile y Perú 477

A fines de 1869, cuarenta alemanes del pueblo decidieron crear un cuer-


po de bomberos: entre sus fundadores se destacan Enrique y Santiago
Herzberg 106 . Los miembros de la familia Herzberg no se casaron — lo que
es válido afirmar también en el caso de Moritz Levy — seguramente para
evitar el problema de la conversión. Sin embargo, aparecen más familiares
suyos en La Unión. En las actas del Colegio Alemán se discute en 1875,
el ingreso del niño Nathan Herzberg 107 , probablemente hijo de Regina
Herzberg, a quien se menciona en la escritura de venta de la casa comercial
en 1875, en la que se especifica que "no están incluidos en el precio de ven-
ta, un fusil con sus balas, unos cueros de guanaco, plata vieja, oro,
diamantes y los retratos que hay en la casa. Tampoco los servicios de hilo
de Schülcke y la ropa hecha tanto del Sr. Herzberg como la de su sobrina
Regina . . ."108.
Otro de los Herzberg, de nombre Carlos, aparece por última vez en La
Unión en 1882109, al reiniciarse las actividades del Cuerpo de Bomberos.
Después se pierden los rastros de esta numerosa familia. Heinrich Herz-
berg figura como fallecido en las listas del Club Alemán de La Unión en
1874 n 0 . No se especifica donde ocurre su deceso ni tampoco el lugar del
entierro. Su nombre es recordado sólo por los más ancianos de los descen-
dientes de los inmigrantes alemanes de la zona.

II JUDÍOS ALEMANES EN EL PERÚ

2 . 1 L o s PRIMEROS TESTIMONIOS

El número de judíos residentes en el Perú, principalmente en Lima y


en el vecino puerto de El Callao, debe haber sido insignificante en los años
anteriores a 1854. Prueba de esto es que la Guía de Domicilio de Lima
y Callao para el año 1853, editada por C. Damian de Schütz y Juan
Müller, no menciona a ningún extranjero de origen judío en este libro. Re-
cién a partir de 1855, gracias a las listas de pasajeros que se embarcaron

106
Actas de fundación del Cuerpo de Bomberos de La Unión, 3 de noviembre de
1869 y 11 de enero de 1870.
107
Colegio Alemán de La Unión, Protocolo del 27 de marzo de 1874.
108
Notaría de La Unión, Libro Protocolo 1875, 29 de septiembre de 1875.
109
Actas del Cuerpo de Bomberos de La Unión, 22 de enero de 1882. Compañía
de Agua, Voluntarios.
110
Lista de socios del Club Alemán de La Unión. Figura como nacido el 12 de sep-
tiembre de 1836 en Limburg, Westph., Alemania, y fallecido el 2 de septiembre de 1874.

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478 Günter Böhm

en el puerto alemán de Hamburgo con destino a diferentes puertos de la


costa del Océano Pacífico, pudimos ubicar a los primeros judíos estableci-
dos definitivamente en el Perú.
Así, encontramos algunos judíos entre los pasajeros de la fragata ham-
burguesa "Nicoline", que salió desde Hamburgo el 28 de abril de 1855 i n .
Los que desembarcaron en El Callao fueron Louis Gosdinski, natural de
Bromberg, Prusia, de 26 años, comerciante, y su esposa Johanna Rosen-
berg, de 24 años, junto con su hermana Minna Rosenberg, de 18 años,
ambas también de Bromberg. Esta es la primera familia judía de la cual
poseemos una documentación suficiente en relación con su residencia
posterior en el Perú, de gran importancia para la historia de la comunidad
judía peruana. El hijo de Louis y de Johanna Gosdinski, Adolfo, es pro-
bablemente el primer judío nacido en el Perú y, asimismo, uno de los po-
cos judíos que formaron parte de las filas del ejército peruano durante
la guerra sostenida por Chile y Perú, entre los años 1879 y 1881. A su vez,
Minna Rosenberg es la primera persona a la cual se dio sepultura en el
Cementerio Judío de Baquíjano, el 8 de noviembre de 1875.
De las listas de pasajeros que emigraron desde Europa hacia las costas
del Pacífico en la segunda mitad del siglo pasado, sólo se han investigado
en parte aquellas que corresponden a los barcos que iniciaron su travesía
desde Hamburgo. Otras, como las relacionadas con el puerto alemán de
Bremen, se han perdido durante la última Guerra Mundial. Las demás,
correspondientes a puertos de embarque franceses e ingleses, apenas se
han investigado hasta el momento.
Curiosamente, algunos de los judíos alemanes que se establecieron
entre 1855 y 1875 en el Perú parecen haber pasado primero por los Estados
Unidos de Norteamérica, ya que declaran poseer la nacionalidad norte-
americana, a pesar de haber nacido en territorio alemán, como puede
desprenderse de los datos por ellos mismos proporcionados a los diferen-
tes registros comunitarios judíos.

111
Emilio Held, op. cit., pp. 76, 77, 78. La fragata hamburguesa "Nicoline", bajo
el mando del capitán C.H. Vallisen, continuó viaje después hasta San Francisco, Cali-
fornia. Dos jóvenes judías, Doris Seligmann, de 29 aftos y Berta Strauss, de 16, conti-
nuaron viaje hasta este puerto. El comerciante judío, Julius Moses, de 32 años, de Cap-
peln, Alemania, probablemente también continuó viaje a San Francisco, ya que no he-
mos podido ubicarlo en los registros judíos de Lima ni tampoco establecer un parentes-
co con A. Moses y S. Moses, quienes figuran en la placa de mármol del cementerio
de Baquíjano.

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Inmigración de judíos a Chile y Perú 479

Entre 1855 y 1860 se establecen las primeras casas comerciales de judíos


en Lima y en El Callao, siendo la mayoría de sus dueños oriundos de Ale-
mania. La más antigua de estas casas comerciales pertenecía a los herma-
nos Cohen, que se establecieron en 1855 en Lima con una tienda de ci-
garros y puros en la Calle del Palacio, cerca de la entrada de la Plaza Ma-
yor. Este negocio había pertenecido antes a un comerciante alemán,
Reinaldo Richter, quien se trasladó a Valparaíso, Chile, ese mismo año 112 .
Esta tienda figura en guías comerciales de Lima todavía en 1886. Después
de 1870 se instala en la misma ciudad otra casa de igual nombre, G.C.
Cohen y Cía., cuyos dueños posiblemente eran familiares de los arriba
mencionados. Fue una casa de cambio, primero, y de joyas, después, ubi-
cada en la calle de Jirón de La Unión N° 180. G.C. Cohen y Cía. se cuen-
tan entre los primeros habitantes de Lima que solicitan obtener una línea
telefónica en su establecimiento comercial, línea que extienden después
a sus talleres, ubicados a tres cuadras de distancia, en la misma calle de
Jirón de La Unión a la altura del N° 372 n 3 .
Anteriores a 1860, también, son los negocios de otros judíos de Alema-
nia: Bernardo Ottenheim, dueño de una librería; N. Rosenberg, de un ne-
gocio de cigarros y puros; y Max Bamberger, socio de la agencia de segu-
ros "Bamberger, Castendyck y Cía!' 114 . En el vecino puerto de El Callao
se instaló, asimismo, en este período, Isidor Freymann, uno de los prime-
ros residentes judíos en esta localidad.
Gracias a unos avisos publicados por aquellos años en el diario ham-
burgués Hamburger Nachrichten, conocemos los nombres de algunos ju-
díos naturales de Alemania que residen en el Perü y contraen nupcias más
adelante tanto en aquel país como en el extranjero. El primero de ellos
es Louis Kaiser, quien se compromete con Minna Ruben, natural de Ham-
burgo, en 1856115. Pocos años más tarde, en 1861, sucede lo propio con

112
El negocio de Reinaldo Richter figura todavía con su nombre en la Guía de Do-
micilio de Lima y Callao para el año 1853, publicada por C.D. Damian de Schütz y
Juan Müller. En 1860 aparece esta misma tienda con su nuevo nombre, "Cohen Her-
manos", en la Guía del viajero . .. y de domicilio de Lima, editado por Manuel A.
Fuentes. Reinaldo Richter se menciona en el trabajo de A. Wilckens, Hundert Jahre
Deutscher Handel und Deutsche Kolonie in Valparaiso (Valparaiso 1922), en el cual
se da más detalles sobre su actividad comercial en el Perú y en Chile.
113
Esta línea telefónica se autorizó con fecha 13 de abril de 1880.
114
Datos recogidos de la Guía del viajero . . . y de comicilio en Lima, editado por
Manuel A. Fuentes (Lima 1860).
115
Hamburger Nachrichten 130, 2 de julio de 1856.

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480 Günter B ö h m

Isidor Freymann y Julie Ruben, residente en El Callao 116 . A su vez, Ceci-


lie Rehfisch, con residencia en Lima, viaja con su padre a Chile y contrae
nupcias en Valparaíso, en 1861, con Carlos Seckel, siendo este matrimonio
el primero que se realiza entre judíos en Chile 111 . El primer judío, también
natural de Alemania, que contrae matrimonio con una joven peruana
— Isabel Lazurtegui - es Max Bromberg, en 1865118. Bromberg, quien se-
guramente se convirtió al catolicismo antes de casarse, mantuvo, sin em-
bargo, muy buenas relaciones con los judíos residentes en Lima y figura,
en 1875, en la Placa Recordatoria del Cementerio Israelita entre los contri-
buyentes que colaboraron en su adquisición 119 .

2.2 PARTICIPACIÓN EN EL "CLUB ALEMÁN"

Después de varios intentos de un grupo de inmigrantes alemanes de or-


ganizar un Club Alemán, primero en El Callao, en 1829, y posteriormente
en Lima, en 1857, se logra, recién en 1863, asentar las bases de una institu-
ción que perdura hasta la actualidad.
El 1 0 de septiembre de 1863, en casa de Max Bromberg, calle Belén 371,
altos, se fundó el Club de Gimnasia "Germania", para estimular el depor-
te entre los alemanes residentes. Dos años después, en 1865, se agrega a
la institución una biblioteca y una sala de música para sus socios 120 .
Es significativo que entre los primeros socios del Club Germania figure
un número apreciable de judíos, como, por ejemplo, Hermann Abraham-
sohn (1865-70), C. Bernstein (1864-1873), Max Bamberger (1865-1877),
Leopoldo Cohen (1868-1870), Gustavo Dreyfus (1867-1910), N.N. Moritz
(1864-1882), Berhard Ottenheim (1863-1866) y Rudolf Schloestein
(1870-1873), quien se retirará del Club Germania en 1873 para asociarse,
ese mismo año, a la Sociedad Israelita de Beneficencia. Otro socio del club
mencionado, Moritz Ottenheim (1872-1905), prefiere permanecer como
miembro de las dos instituciones. A su vez, Paul Ascher, meritorio y desta-
cado socio de la Sociedad de Beneficencia Israelita, y su primer secretario

116
Ibidem, 100, 27 de abril de 1861.
117
Iglesia La Matriz, Valparaíso, Libro de Matrimonios de Disidentes, Vol. I,
1845-1874, N° 133, 2 de Mayo de 1861.
118
Hamburger Nachrichten 131, 3 de junio de 1865. N o se especifica en este aviso
la fecha exacta de su compromiso. Se casa el 16 de abril de 1865.
119
Placa Recordatoria, 1875, N° 16.
120
Georg Petersen, Ueber das Deutschtum in Peru (Lima 1964), p. 54.

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Inmigración de judíos a Chile y Perú 481

en 1873, decide recién el año 1892 formar parte, también, del Club Germa-
nia, figurando todavía en 1904 en la lista de socios de esta institución. Tan-
to estos nombres, como también los de otros, correspondientes a judíos
naturales de Alemania, se publicaron en un folleto que el Club Germania
editó con motivo de cumplir sus primeros cincuenta años de existencia.
Es de interés mencionar que también en el vecino Chile numerosos ju-
díos de origen alemán participaron activamente en la fundación y de-
sarrollo de las diferentes instituciones connacionales, como es el caso del
Club Alemán de Chillán, fundado en 1858, como ya señalamos, por Salo-
món Goldenberg, quien, al igual que Max Bromberg, tuvo que aceptar
el bautizo para desposar a una dama chilena de esta localidad 121 .
Un homenaje significativo se rinde en Lima en 1913 a su fundador, Max
Bromberg — miembro honorario de esta institución ya desde el 17 de julio
de 1900 — a quien se menciona y se celebra como verdadero "padre del
Club" 122 .
Bromberg ocupó la presidencia del Club Germania en cuatro oportuni-
dades, entre 1863 y 1874123. Le sigue en este cargo C. Bernstein, entre los
años 1864 y 1865, ocupando posteriormente la vice-presidencia durante
3 períodos, entre 1865 y 1868124. Otro judío, natural de Alemania, R.
Goldschmidt, también alcanzó a ocupar la vice-presidencia de esta insti-
tución durante los años 1877,1878 y 1880125. Asimismo, Goldschmidt se
desempeñó en la Guardia Urbana, formada en gran parte por extranjeros
residentes en Lima y El Callao, la cual ayudó a mantener el orden en Lima
en el tiempo del conflicto bélico entre Chile y Perú. Goldschmidt llegó
a ocupar el puesto de comandante del grupo de alemanes que integraron
esta Guardia Urbana, la que usó como su cuartel la sede del Club Germa-
nia 126 . Extrañamente, no figura en ningún documento de la Sociedad

121
Günter Böhm, Judíos en Chile durante el siglo XIX (Buenos Aires 1972), p. 19.
122
"Festschrift Verein Germania. 50. Stiftungsfest, Lima, 1913". "Er ist des Vereins
Vater, Denn vor fünfzig Jahren tat er, Der Begründung ersten Schritt, Und die anderen
taten mit . . !'
123
1.9.1863-1.3.1864; 1.3.1864-1.9.1864; 1.7.1873-1.1.1874; 1.1.1874-1.7.1874. Como
se puede observar, el Club "Germania" reelige a Max Bromberg en el décimo aniversa-
rio de su fundación. Hasta el año 1876, se realizan las elecciones de presidente y vi-
cepresidente cada seis meses.
124
1.9.1864-1.3.1865; 1.3.1865-1.9.1865 como presidente. 1.9.1865-1.3.1866,1.3.1866-
1.1.1867 como vicepresidente.
125
Petersen, op. cit., p. 103.
126
Ibidem, p. 57. No se especifica el año en que R. Goldschmidt ocupó este cargo.

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482 Günter Böhm

Israelita de Beneficencia, de la cual, lamentablemente, se han perdido sus


Libros de Actas, en lo que a estos años se refiere. Posteriormente, Gold-
schmidt tampoco ocupa ningún cargo de importancia en el Club Germa-
nia, y podemos suponer que abandonó Perú en una fecha posterior a
1882.
A partir de 1860 aumenta la afluencia de inmigrantes judíos al Perú.
La mayoría de ellos son naturales de Alemania, provenientes otros de
Francia, Inglaterra y Rusia. Así, Isidoro Calmann, "natural del Imperio
de Alemania", se traslada desde sus minas de plata de Copiapó a Arica,
ciudad peruana en aquella época, y se establece en esta plaza con un nego-
cio 127 . Algunos miembros de la familia Alexander, residentes en Lima,
también se habían trasladado a Copiapó, Chile, en 1852, donde uno de
ellos, junto a Isidoro Calmann, descubrió una veta de metales de plata
en el mineral de "Tres Puntas", tal como dejamos consignado líneas
atrás 128 .
Conocemos también algunos casos de judíos residentes o nacidos en el
Perú que más adelante se radican en Chile. Así ocurre con Marcelo Ull-
mann, hijo de Nathan Ullmann y Rosa Leopold, nacido en Lima alrede-
dor de 1890, quien se traslada después a Santiago, para morir en esta
ciudad en 1963129. Regina Ullmann, también nacida en Lima, en 1871,
sobrina de Nathan 130 e hija de Mauricio Ullmann, contrae matrimonio
en Lima en 1889 con David Silverman, natural de Alemania, el cual llegó
a Perú pasando primero por U.S.A., donde obtuvo la nacionalidad norte-
americana. Este matrimonio se establece más tarde en Iquique.
La corriente migratoria de judíos a Perú prosigue todavía durante los
últimos decenios del siglo pasado, principalmente desde Europa. También
éstos, embebidos en el idioma y cultura de sus respectivos países de origen,
participan activamente tanto en las instituciones extranjeras de Lima co-
mo en la Sociedad Israelita de Beneficencia. Particularmente, menciona-
mos el caso de Adolfo Lazarus, natural de Alemania, quien inmigra a Pe-

127
". . . del comercio de esta plaza, casado, mayor de edad e inteligente en el idioma
castellano". Archivos Notariales, Arida, Perú; 17 de octubre de 1870, vol. 157. Poco
tiempo después establece un negocio con "Fernando Solmitz, natural de Alemania,
del comercio de Tacna". Archivos Notariales, Arica, Perú, vol. 136, fojas 132.
128
Aviso aparecido en el diario El Copiapino, 1 de noviembre de 1852.
129
La lápida se encuentra en el Cementerio de Disidentes, Cementerio General, San-
tiago de Chile.
130
Registro de Matrimonios, N° 14, Lima, 27 de octubre de 1889. Realiza la ceremo-
nia religiosa David Senior de Castro.

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Inmigración de judíos a Chile y Perú 483

rú en 1883. En Lima se hace socio del Club Germania y, en el mismo año


de su ingreso al país, pasa a formar parte de la institución israelita men-
cionada 131 .
Son varias las razones por las cuales muchos de los inmigrantes judíos
permanecieron sólo por un período relativamente breve en el Perú, duran-
te la segunda mitad del siglo pasado. Una de ellas era, indiscutiblemente,
la difícil situación económica que afectaba al país, consecuencia del
conflicto bélico con Chile; otra, la dificultad de ambientarse en un país
profundamente católico que mostraba su rechazo hacia el extranjero que
no profesaba la religión oficial del país. Los testimonios que nos permiten
apreciar cómo se manifestaba el prejuicio hacia el inmigrante judío en
aquella época son numerosos 132 . Uno de ellos proviene de Paul Treutler,
minero alemán, de religión protestante, ya citado con anterioridad. En su
"Diario de Viaje" describe Treutler - entre otros — un episodio que presen-
ció en Lima, durante su estadía en esta ciudad, en 1863. Había conocido
allí a un compatriota suyo, Max Hahn, natural de Breslau, Alemania, di-
rector de la Casa de Crédito Popular en Lima. Escribe al respecto:
"Para testimoniar el fanatismo religioso reinante conviene mencionar que las
autoridades eclesiásticas negaron dar sepultura al Director de la Casa de Crédi-
to Popular, señor Hahn, natural de Breslau, quien profesaba la religión judía.
Una de sus amigas, sin embargo, después de haber hecho una importante do-
nación de dinero, consiguió que lo bautizaran, después de lo cual fueron ex-
puestos sus restos por un lapso de 24 horas públicamente en una iglesia, vestido
con un 'sanbenito'. Posteriormente asistí a su entierro en uno de los cemente-
rios de la ciudad" 1 3 3 .

Paul Treutler menciona también a otro judío residente en El Callao por


aquellos años, a Isidor Freymann, "natural de Königsberg" 134 , al que
entregó sus maletas en custodia cuando se vio obligado a refugiarse du-
rante la revolución que estalla en el Perú el año 1865 135. Al regresar al
puerto, al 6 de noviembre de 1865, Treutler describe su impresión sobre
la situación reinante:

131
En 1888 se encuentra en Santiago de Chile. Como socio del Club Alemán de esta
ciudad, protesta enérgicamente, en una carta dirigida al directorio de la Asociación
del Colegio Alemán (Schulverein), con motivo de un poema anónimo de carácter anti-
semita que circula allí, en el cual se alude a su cuñado Charles Wise. Archivo del Cole-
gio Alemán, Santiago de Chile.
132
Flora Tristan, op. cit., pp. 170, 195, 382.
133
Paul Treutler, 15 Jahre in Südamerika (Leipzig 1882), pp. 138, 141.
134
Ibidem, p. 131.
135
Ibidem, p. 162.

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484 Günter Böhm

"Qué caos encontré aquí! Las casas y los negocios saqueados y las calles cu-
biertas de miles de cajones y cajas, de tal forma, que apenas se podría cami-
nar por ella. También mis maletas que suponía bien guardadas, habían desapa-
recido . . . El General Prado que se preocupó por castigar a los responsables
del saqueo ofreció también indemnizarnos por las pérdidas sufridas. De inme-
diato se nombraron varias comisiones a las cuales uno podría dirigirse, acom-
pañado por testigos y hacer una declaración jurada de sus pérdidas. Por mi
parte entregué un inventario de los objetos que me fueron robados, para lo cual
el señor Freymann firmó la declaración jurada correspondiente"136.
De las pérdidas sufridas por Isidor Freymann no tenemos mayores ante-
cedentes, pero sabemos que continuó residiendo en El Callao durante los
próximos años, junto a su familia.

2 . 3 E L CEMENTERIO ISRAELITA DE BAQUÍJANO

En lo que atañe al problema de la sepultura de los judíos residentes en


Lima y El Callao, el gobierno peruano había cedido un terreno en 1834
para el primer Cementerio Británico, según ya señalamos.
De las diferentes nacionalidades de los enterrados en el Cementerio Bri-
tánico, la mayoría, un total de 10 personas, corresponde a judíos alema-
nes; hay también 4 franceses, 4 polacos, 4 ingleses y 2 norteamericanos,
ambos provenientes de New York.
Grandes estragos provoca una epidemia de fiebre amarilla en el Perú
durante el año 1868. Sólo en Lima causó alrededor de 6.000 víctimas en
la población lo que afectó también al núcleo de extranjeros residentes en
Lima y El Callao. No menos de 232 personas fueron sepultadas durante
este año en el Cementerio Británico, casi tres veces más que en los años
anteriores, diez de ellos de religión judía. Los numerosos fallecimientos
causados por la fiebre amarilla impactaron y despertaron gran inquietud
y dolor entre los inmigrantes judíos radicados en el Perú. Así, se justifica
el hecho de que ya en 1869 se intente organizar una vida religiosa adecuada,
realizándose el primer servicio religioso en este mismo año. En esta oportuni-
dad se discute también la fundación de una institución comunitaria legal,
naciendo así en 1870 la Sociedad de Beneficencia Israelita.
El total de judíos residentes en el Perú en esta época llegaba apenas a
80 almas, incluyendo a esposas e hijos, lo cual se desprende de una carta
de Carlos Herzberg a un importante diario judío publicado en Alema-

136
Ibidem, pp. 165, 166.

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Inmigración de judíos a Chile y Perú 485

nia 137 . El 14 de febrero de 1873, Herzberg despacha esta información des-


de Lima, donde se contienen las primeras noticias fidedignas existentes
sobre los comienzos de una vida judía organizada en el Perú:
"Vivimos acá en la República del Perú, país en el cual la libertad de culto toda-
vía no se ha decretado por una ley y cuya población es católica en su totalidad.
Se tolera sin embargo a todas las sectas y religiones disidentes, los que efectúan
sus servicios religiosos en sus casas. Residen acá alrededor de veinte familias
judías, entre las que se cuentan de treinta a cuarenta jóvenes solteros. También
encontramos entre los varones casados a algunos que están capacitados para
realizar los servicios religiosos en caso de algún fallecimiento o para las fiestas
de Rosh Hashana (Año Nuevo) y Yom Kipur (Día del Perdón). Desde hace un
año reside en Lima también un 'Mohel', y por lo tanto ya no es necesario enviar
a nuestros hijos a Europa para que se les practique la circuncisión. Además,
desde el año 1870 organizamos una Sociedad de Beneficencia Israelita con el
fin de ayudar a nuestros correligionarios en caso de indigencia o de enferme-
dad y también para atender que se les entierre en caso de su fallecimiento. Has-
ta ahora los difuntos han sido sepultados en un cementerio cristiano, pero en
estos momentos intentamos adquirir un terreno propio para que sirva de ce-
menterio, para lo cual ya conseguimos el permiso correspondiente por parte
del gobierno . . . La mayoría de los residentes judíos en el Perú son alemanes,
pero también hay algunos polacos, franceses y de otras nacionalidades . . ."
La gran placa recordatoria que se encuentra en el Cementerio Israelita,
así como el texto del discurso de Jacob Herzberg, leído durante la inaugu-
ración del mismo, constituyen los testimonios más importantes de que
disponemos en la actualidad con respecto a los comienzos de la historia
de la Sociedad de Beneficencia Israelita. El discurso del presidente de la
institución, parece haber sido escrito originalmente en alemán, según se
desprende de algunos términos usados en él 138 . Los datos históricos men-
cionados por Herzberg en esta ocasión son muy escuetos. Sólo hace refe-
rencia al año 1869, año en que un grupo de judíos residentes en Lima y
en El Callao solicitaron y obtuvieron permiso, por parte del gobierno pe-
ruano, para adquirir y hacer uso de un terreno para el futuro cementerio.
De la fundación de la Sociedad de Beneficencia Israelita, Herzberg se li-
mita a mencionar el año en que se iniciaron sus actividades, vale decir,
1870. Herzberg aprovecha también de agradecer a Enrique Meiggs la do-

137
Allgemeine Zeitung des Judenthums 14 (Leipzig, I o de abril de 1873).
138
Dice textualmente: "formamos ahora una colonia", traducción literal de la pa-
labra alemana Kolonie, que significa más bien "colectividad" y alude a un grupo de
extranjeros residentes en un país.

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486 Günter Böhm

nación del terreno, agradecimiento que hace extensivo al gobierno del


país, por la autorización para el establecimiento del cementerio. Parte del
texto de su discurso expresa:
"Señores. El día de hoy tan importante para nosotros y que por lo futuro debe-
mos considerar como un día festivo de gratos recuerdos para el Perú, será un
día de amorosa unión entre nosotros y de consoladora esperanza para la vida
futura . . !'
Jacob Herzberg, como asimismo varios de los judíos presentes durante
este acto, parecen haber pertenecido a la orden masónica, dado a que du-
rante este discurso agradece "la asistencia que nos ha prestado el Grande
Arquitecto del Universo". Precisamente, la participación activa en la So-
ciedad Israelita de miembros de la orden masónica, hizo posible la fácil
consecución de una sala de la sede de la logia en Lima para la celebración
de una de las más importantes fiestas religiosas judías.
Termina Jacob Herzberg su discurso con una oración judía tradicional
y pide a Dios que bendiga, con la amplitud de su
"celestial misericordia, al Presidente de este pays; dale fuerza, salud y larga
vida, ayúdale y bendígale en todo lo que emprende para el bien del pueblo.
Bendiga los Ministros, Consejeros y todas las autoridades, dales fuerza y sabi-
duría para que puedan llenar sus destinos en bien del pueblo. En tu misericor-
dia aleja de este pays y de sus habitantes toda desgracia, todo peligro y trastor-
no, para que imperen la prosperidad y el adelanto, la paz y la tranquilidad.
Amen".
La gran placa de mármol que se encuentra ubicada en la entrada de la
parte antigua del Cementerio Israelita, nos permite, gracias a su extensa
inscripción, reconstruir importantes datos relacionados con los comien-
zos de la Sociedad de Beneficencia Israelita. Su confección fue encargada
a un artesano radicado en Lima, quien seguramente desconocía el idioma
alemán y la escritura hebrea, ya que en el texto alemán aparece omitido
el final de una frase 139 y en las palabras escritas en hebreo faltan algunas
vocales.
En la placa se agradece en primer lugar a Enrique Meiggs por su genero-
sa donación del terreno 140 ; se menciona la fecha de colocación de la pri-

139
Dice: "Namen der Personen, die mit Beitraegen zur Erbauung des Israelitischen
Begraebnisortes . . '.' (Nombres de las personas que han aportado dinero para la cons-
trucción del Cementerio Israelita). Falta complementar la frase, en alemán, con:
"beigetragen haben".
140
Dice: "Der Grund dieses Friedhofes wurde von Herrn H. Meiggs dem Israeli-
tischen Huelfsverein zum Geschenk gemacht".

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Inmigración de judíos a Chile y Perú 487

mera piedra del cementerio, ocurrida el 29 de marzo de 1875, correspon-


diente al 22 de Adar Shení de 5635, según el calendario hebreo 141 , y se
da a conocer, de igual modo, la composición del directorio de la institu-
ción: Jacob Herzberg, presidente; Miguel Badt, vice-presidente; Adolfo
Gosdinski, secretario; y Federico Löwy, tesorero 142 . A continuación apa-
rece una lista de todos los judíos residentes en el Perú que ayudaron finan-
cieramente a dar término a las obras de construcción y hermoseamiento
del cementerio. Del total de 86 varones israelitas, cuyos apellidos figuran
en esta lista, sólo una parte participó más adelante en forma activa en la
Sociedad Israelita de Beneficencia.
El hecho de que se haya usado el idioma alemán para perpetuar la ins-
cripción de esta placa recordatoria indica que la mayoría de los judíos resi-
dentes en el Perú por aquellos años provenían del Imperio Alemán. La
elección del joven Adolfo Gosdinski, de sólo 20 años de edad, como secre-
tario de la sociedad, se hizo seguramente en consideración de que domina-
ba tanto el alemán como el español, por haber nacido en el Perú.
Los deseos de Carlos Herzberg, expresados durante su discurso con mo-
tivo de la colocación de la primera piedra del Cementerio Israelita, de
"que pase mucho tiempo antes de perder de nuestro círculo algún herma-
no a quien llorar y de quien recordarnos", lamentablemente no se
cumplieron. Sólo pocos meses más tarde, el 8 de noviembre de 1875, tuvo
que acompañar los restos de Minna Rosenberg a su última morada en este
campo santo. También Herzberg recibió sepultura, diez años después, en
este cementerio. La inscripción en su túmulo recuerda que a él se debe la
compra y construcción del mismo: "Aquí descansa Jacob Cari Herzberg.
Nació en Canstadt (Silesia). Falleció en Lima, el 12 de Mayo de 1885, a
la edad de 62 años. Fundador de este cementerio" 143 .

141
Dice: "22 Adar Schaine 5635".
142
Federico (Fritz) Löwy figura en el certificado de defunción como Federico
Loewe.
143
"Hier ruht Jacob Carl Herzberg; geb. in Canstadt (Schlesien); gestorben in Lima,
am 12ten May 1885, Im Alter von 62 Jahren. Gruender dieses Kirchhofs". Curiosamen-
te, se emplea la palabra alemana "Kirchhof', en vez de "Friedhof'. "Kirchhof' alude
específicamente a un cementerio ubicado en el terreno de una iglesia tanto católica co-
mo protestante.

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488 Günter Böhm

2 . 4 L A SOCIEDAD DE BENEFICENCIA ISRAELITA

Los años de duración de la guerra entre Chile y Perú (1879—1883) afecta-


ron naturalmente el desarrollo y buena marcha de gran parte de las institu-
ciones extranjeras existentes en Lima 144 , lo que explica que los registros
de nacimientos, de matrimonios y de defunciones de la Sociedad de Bene-
ficencia Israelita recién se empezaran a usar al término de este conflicto
bélico. Tampoco se conoce un archivo de cartas despachadas con ante-
rioridad al año 1883. En ningún documento posterior a esta fecha se men-
ciona este conflicto armado o, por lo menos, los percances sufridos por
algunos miembros de la sociedad durante estos años. Por esta razón, no
es fácil conocer mayores antecedentes de la participación de jóvenes ju-
díos en las filas del ejército peruano, lo que sólo ha sido posible constatar
años más tarde, gracias a relatos o testimonios entregados por algunos de
sus familiares o descendientes, o dados a conocer en entrevistas a órganos
de prensa peruanos.
Del grupo de judíos que tomaron parte en los combates bajo bandera
peruana, deben mencionarse los tenientes Adolfo Gosdinski, nacido en
el Perú en 1855, el primer hijo de inmigrantes judíos alemanes que nace
en este país; su hermano Julio Gosdinski, también natural del Perú; y José
Rosenberg, quien nació en U.S.A., antes de que sus padres se establecieran
en Lima, alrededor de 1860. Todos ellos, primos hermanos entre sí, com-
batieron en la batalla de Miraflores, en la cual Adolfo Gosdinski contrajo
una grave enfermedad a cuya causa falleció pocos años después, el 24 de
febrero de 1883145.
Ayuda financiera a su nueva patria ofrecieron los hermanos Jacobi, na-
cidos en Thorn, Alemania, de la "Casa de Cambios y Antigüedades Sig-
mundo Jacobi y Cía!', establecida en 1866 en la calle de Mercaderes N°
169, Lima. Ellos perdieron una gran parte de su fortuna al no haber podi-
do recuperar ciertos préstamos otorgados al gobierno peruano una vez
terminado el conflicto bélico. Otro inmigrante judío nacido en Alemania,
Gustavo Badt, llegado al Perú en 1865, formó de su propio peculio un ba-
tallón de soldados, integrado por sus familiares, amigos y peones de sus
haciendas "La Chacra Colorada" y "Matalechucita", abasteciéndolo de
provisiones y armamento. A esta batallón le dio el nombre de "El Huás-

144
Petersen; op. cit., p. 57.
145
Entrevista a Jorge Alexander en Nosotros 25 (Lima 1934), p. 8.

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Inmigración de judíos a Chile y Perú 489
car", en homenaje al monitor peruano del mismo nombre. El mismo, co-
mo voluntario, vistió uniforme de capitán de la "Guardia Nacional", y
más adelante, de comandante de la primera Compañía del Batallón "El
Huáscar" 146 .
Víctima del período revolucionario, posterior a esta guerra, muere trá-
gicamente Fritz Loewe (Löwy), el 27 de agosto de 1884, día en que las tro-
pas al mando de don Nicolás de Piérola ocuparon Lima. Loewe y su tío,
Carlos Herzberg, observaban desde el balcón de su casa los incidentes de
la batalla cuando una bala perdida lo mató instantáneamente. Esta
desgracia conmovió no sólo a los judíos residentes en Lima, sino también
a numerosas instituciones peruanas de las cuales Loewe había sido
miembro, como por ejemplo, al Cuerpo de Bomberos de la ciudad. Dos
años más tarde, el 13 de julio de 1886, David Senior de Castro, secretario
de la Sociedad de Beneficencia Israelita, agradece al comandante de la
Compañía de Bomberos "La Cosmopolitana" la idea de honrar la memo-
ria de Fritz Loewe con una inscripción conmemorativa en su lápida.
Recién a partir de 1882 da cumplimiento la Sociedad de Beneficencia
Israelita a sus estatutos, en el sentido de llevar los registros de nacimientos,
matrimonios y defunciones. Los dos primeros registros nombrados abren
sus actas correspondientes el 30 de octubre de 1882, llevando las firmas
de Fernando Jacobi, presidente, y de Adolfo Gosdinski, secretario. El año
siguiente, el 9 de abril de 1883, se hace la primera inscripción en el registro
de defunciones, firmando Natasius Hurwitz en calidad de presidente y
Paul Ascher, en la de secretario.
El registro de nacimientos sólo contiene 34 entradas, de las cuales las
primeras seis corresponden a nacimientos ocurridos con fecha posterior
al 30 de octubre de 1882, día en que el presidente de la sociedad, Fernando
Jacobi, anota a sus hijos Julio y Alexander, nacidos en 1879 y 1881, respec-
tivamente. En el registro de matrimonios figuran todas la celebradas cere-
monias religiosas de matrimonio, según el rito judío, entre el 30 de octubre
de 1882 y el 27 de octubre de 1889. De las quince "Ceremonias de Casa-
miento" que están anotadas en este libro, siete corresponden a matrimo-
nios realizados antes de la fundación de este registro. Cada acta especifica
el nombre de los contrayentes, el de sus padres y testigos y el de la persona

146
Entrevista a los descendientes de la familia de Segismundo Jacobi en Lima, y
revistas El Perú Moderno y Actutalidades (Lima 1905). Citadas por Marazzani, pp.
17-18.

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490 Günter Böhm

que efectuó la ceremonia religiosa; aparecen, además, las firmas del presi-
dente y del secretario de la Sociedad de Beneficencia Israelita. Según este
registro, se puede establecer que el primer matrimonio, según rito judío,
se realizó en el Perú el 3 de noviembre de 1870, entre Isidoro Honigmann
y Ester Marcus, ambos nacidos en Alemania, y que el último se efectuó
el 27 de octubre de 1889, entre David Silverman, natural de Prusia y vecino
de Iquique, y Regina Ullmann, natural de Lima.
El registro de defunciones se abre recién el 9 de abril de 1883. Figuran
en él David Senior de Castro, como presidente, y Paul Ascher, como secre-
tario. La primera inscripción del registro de defunciones corresponde a
Minna Rosenberg, natural de Alemania, enterrada sólo 8 meses después
de la apertura de este nuevo cementerio, el 8 de noviembre de 1875. En
1883 la tierra peruana recibe los restos del primer judío nacido en el país,
Adolfo Gosdinski, casado, de 28 años, natural del Perú, comerciante, hijo
de Louis Gosdinski y Johanna Rosenberg, los que salieron desde Ham-
burgo el 28 de abril de 1855, en la fragata hamburguesa "Nicoline".
Entre los años 1868 y 1869, un grupo de inmigrantes judíos se reúne por
primera vez en una casa particular para celebrar las festividades religiosas
judías y para formalizar la instauración de una institución con fines reli-
giosos y de ayuda mutua. La primera fue "la casa del señor Moses,
acaudalado comerciante, que tenía su establecimiento en la calle Judíos.
Su casa estaba junto al Teatro Municipal; allí se congregaba la colonia pa-
ra celebrar los servicios religiosos de Rosh Hashana (Año Nuevo Judío)
y Yom Kipur (Día del Perdón)" 147 . Carecemos de informaciones sobre la
forma en que se realizaron estos servicios religiosos, de su organización
y otros datos de interés sobre la parte ritual. Sólo tenemos algunas listas
de los asistentes a los mismos, entre los años 1887 y 1897, y del monto
de dinero recolectado en estas oportunidades. De éstas se desprende có-
mo, año tras año, va disminuyendo el número de participantes, conjunta-
mente con la generosidad de los donantes a las colectas realizadas 148 . Del
análisis de las pocas listas existentes, entre 1887 y 1897, se desprende que
sólo una pequeña parte de los judíos residentes en Lima y El Callao asiste
a estos servicios religiosos, efectuados una vez al año. La mayoría de ellos

147
Declaración de Jorge Alexander en la revista Nosotros 25 (Lima 1934), p. 8.
148
Copias de Cartas (C.C.S.), Lima 1887, p. 44; C.C.S., Lima 1888, p. 48; C.C.S.,
Lima 1889, p. 54; C.C.S., Lima 1891, p. 58; C.C.S., Lima 1892, p. 59; C.C.S., Lima 1897,
p. 68.

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Inmigración de judíos a Chile y Perú 491

es de origen alemán, unos pocos son alsacianos o nacidos en la Rusia za-


rista.
De los 17 judíos de habla alemana, establecidos con algún negocio en
Lima o El Callao, entre los años 1886 y 1888149, sólo 4 ó 5 se toman la
molestia de celebrar estas festividades máximas judías, lo que nos indica
de qué manera se iban asimilando al medio ambiente gentil. Es muy po-
sible también que considerasen oportuno no darse a conocer como judíos
en una época en que el fanatismo religioso todavía tiene raíces profundas
en la población del país.
El más próspero y, al mismo tiempo, más generoso miembro de la co-
munidad judía residente, era, sin duda, Sigmundo Jacobi, cuyos aportes,
muchas veces, representaban casi la mitad de todo el dinero recolectado
durante las fiestas religiosas de Rosh Hashana y Yom Kipur 15°. Le siguen,
en importancia, Simón y Adolfo Zender, también Hartwig Archenholz,
suegro de Sigmundo Jacobi. La mayoría de los demás asistentes a estas
festividades registra sólo sumas muy inferiores, de modo que no se puede
sino pensar en la precariedad de su situación económica por aquellos
años.
La única documentación todavía existente que nos permite conocer los
pormenores de las actividades de la Sociedad de Beneficencia Israelita,
durante los últimos dos decenios del siglo pasado, corresponde a un libro
de copias de cartas, que abarca las fechas comprendidas entre el 2 de abril
de 1883 y el 20 de octubre de 1900. El legajo de copias de cartas despacha-
das por el directorio de la Sociedad de Beneficencia Israelita nos permite
apreciar, asismismo, otra serie de dificultades que tuvo que enfrentar esta
institución. En una oportunidad, se impuso dar solución al problema le-
gal de una herencia que afectaba a los familiares de un judío alemán lla-
mado M. Rosenbaum, quien había llegado a Lima en enero de 1868. Ro-
senbaum había depositado su dinero en el Banco de Londres de esta
ciudad, falleciendo poco tiempo después, en mayo del mismo año 151 .
Otros casos que exigían una pronta solución eran los relacionados con
enfermos judíos que no tenían familiares en el país. Las buenas relaciones

149
Clodomiro Soto, Guía de Domicilios e Industrias de Lima para el año 1886 (Li-
ma 1886).
150
Así, por ejemplo, en las festividades religiosas de 1892 se recolectaron 132 soles
en total. De esta suma, 59 soles corresponden a la donación que en esta oportunidad
hizo Sigmundo Jacobi.
151
C.C.S., Lima, 28 de noviembre de 1884, p. 26.

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492 Günter Böhm

con la Sociedad Francesa de Beneficencia permitió ubicarlos en el hospi-


tal Maison de la Santé de los padres franceses. Así se deja ver en una carta,
con fecha 3 de junio de 1884, dirigida al presidente de la Sociedad France-
sa, en la cual se hace alusión a "Guillermo Samuelsohn de 22 años, natural
de Alemania, enfermo y en el estado de no tener ni casa ni familia a donde
atenderle" 152 .
La lenta agonía de la Sociedad de Beneficiencia Israelita, causada no
sólo por falta de socios inscritos 153 , sino también por la imposibilidad de
conseguir un guía espiritual desde el extranjero, motiva a su presidente,
Adolfo Zender, a convocar a una Junta General, a realizarse al 2 de sep-
tiembre de 1906. Una vez reunidos los miembros, el secretario informa
"que, no existiendo libro de actas por motivos que no son de su conoci-
miento, pasaba por alto las informaciones de las sesiones anteriores" 154 ,
lo que demuestra que, por aquellos años, la institución funcionaba en for-
ma muy irregular. El nuevo directorio aparece constituido por Adolfo
Zender, presidente; Julio Jochamowitz, vice-presidente; y Max Jacoby, te-
sorero. Estos 3 directores figuran como reelectos. Además, integran el di-
rectorio Alexander Jacobi, secretario, y los vocales Oscar Alexander, Leo-
poldo Wallach, Heymann Proetzel, Natasius Hurwitz y Emilo Werthei-
mer. Como inspector de Panteón, figura Eugenio Wertheimer, y como ins-
pector de templo, Marco Torre.
La verdad es que sólo gracias a este reducido grupo de antiguos in-
migrantes judíos, procedentes de Alemania, y a sus hijos, ya nacidos en
el Perú, esta sociedad logra, en un último esfuerzo, revivir las antiguas
tradiciones judaicas. Es este mismo grupo el que maneja, aunque en forma
rotatoria, la dirección de la institución hasta el año 1916. De este modo,
aparecen en todas las actas los familiares de los Alexander, de los Badt,
los Freymann, los Honigmann, los Hurwitz, los Jacobi, los Jochamowitz,
los Michael, los Morawski, los Wallach y los Zender.
Por última vez en 1912, es reelegido Adolfo Zender como presidente,
pues pocos meses después fallece. Como vice-presidente, figura Julio
Jochamowitz; como tesorero, Max Jacoby; y como secretario Alexander
Jacobi. Quedan incorporados 14 nuevos socios, todos recién llegados al

152
C.C.S., Lima, 3 de junio de 1884, p. 19.
153
La "Relación de todos los socios en el año presente, 1898" indica que sólo 43
judíos residentes en Lima y El Callao pertenecían aún a la Sociedad de Beneficencia
Israelita.
154
Libro de Actas, (A.S.I.), Lima, 2 de septiembre de 1906, pp. 1-2.

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Inmigración de judíos a Chile y Perú 493

Perú, a excepción de Gustavo Michael, nacido en Lima en 1884 e hijo de


Mauricio Michael, uno de los fundadores de la Sociedad de Beneficencia
Israelita.
Justamente es Gustavo Michael quien, veintiocho años más tarde, en
1938, hace entrega de la llaves del antiguo Cementerio Israelita y de la do-
cumentación de la institución, resguardada por él durante los años en que
la Sociedad de Beneficencia Israelita había dejado de funcionar, a un
nuevo grupo de inmigrantes judíos de habla alemana, dispuesto a conti-
nuar con la sagrada misión de hacer revivir esta prestigiosa comunidad
israelita del siglo pasado.

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