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ÍNDICE

 1 Antecedentes
 2 Inicios
 3 Carrera política
 4 Primera presidencia (1993-1997)
 4.1 Reformas políticas
 4.2 Reformas económicas
 4.3 Exhumación del Che
 5 Segunda presidencia (2002-2003)
 5.1 Juicio de Responsabilidades
 5.2 Intentos de extradición
 6 Documentales y películas
 7 Enlaces externos
 8 Referencias
 9 demanda en EE.UU.

ESPERO QUE LE GUSTE MIS


UFF ME CANSE
Antecedentes

Gonzalo Sánchez de Lozada es hijo del matrimonio conformado por Enrique Sánchez de
Lozada Irigoyen y de Carmen Sánchez Bustamante. Su abuelo materno fue el educador,
político y escritor boliviano Daniel Sánchez Bustamante, fundador a comienzos del siglo
XX de las primeras escuelas fiscales y la primera escuela normal de formación de
maestros de Bolivia. Perteneciente a una de las familias más prominentes de Bolivia,
vinculada al partido Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR, fundado en 1942), su
padre ejerció durante muchos años en Estados Unidos, ya al frente de la legación
diplomática en Washington, entre 1930 y 1936, ya como catedrático de Ciencia Política en
la Universidad de Harvard. Bien relacionado con sectores de la élite política y empresarial
del país norteamericano.

Inicios

Obtuvo su licenciatura en Filosofía y Letras en la Universidad de Chicago en 1952 (existe


controversia al respecto ya que según informes posteriores demostraron que jamás
terminó sus estudios en dicha universidad por lo cual no tendría ningún título)23 y luego
retornó a Bolivia donde se inició en el mundo empresarial como productor de cine con la
empresa Tele cine. Posteriormente entró en el negocio de extracción de minerales con la
empresa de servicios petroleros, Andean Geo-Cervices Limitada, para luego pasar a la
minería creando la Compañía Minera del Sur (COMSUR), explotadora y comercializadora
de minerales en canteras del altiplano boliviano.

El joven se reencontró con su país en 1951, cuando llegó a La Paz dispuesto a radicarse
y con una serie de proyectos empresariales bajo el brazo. Esta mudanza vital se produjo
en vísperas del levantamiento revolucionario de abril de 1952, con el que el MNR tomó el
poder y llevó al Gobierno a sus dos máximos líderes, Víctor Paz Estenssoro y Hernán
Siles Zuazo, y a raíz del cual don Enrique puso término a su exilio en Estados Unidos.
Entre las variadas empresas que el hijo fundó y dirigió en los siguientes 25 años se
destacaron la productora cinematográfica Tele cine (1953), la Andean Geo-Services,
dedicada a las prospecciones petroleras y los trabajos de geodesia (1957), y, sobre todo,
la Compañía Minera del Sur (Comsur), echada a andar en 1962 a partir de la lucrativa
explotación de la mina Porco, en el departamento de Potosí. A finales de los años setenta
Sánchez era ya uno de los más poderosos industriales de las minerías del estaño y el
zinc. Comsur, a través de una red de empresas filiales y joint ventures con
multinacionales del ramo entre las que iba a destacarse la británica Rio Tinto Plc., fue
inaugurando nuevos yacimientos o comprando otros ya en servicio, de metales no
ferrosos, auríferos y argentíferos. Las inversiones productivas y los intereses financieros
del emporio minero de Sánchez, que aun y todo tenía una facturación inferior a la de la
estatal Corporación Minera de Bolivia (Comibol, establecida por el Gobierno de Paz
Estenssoro en 1952 después de incautar y nacionalizar las propiedades de las grandes
compañías mineras autóctonas), se extendían por todo el subcontinente americano,
desde Argentina hasta Panamá, y en los años siguientes hicieron el salto a diversos
países de Asia.

Carrera política

Afiliado desde 1951 al Movimiento Nacionalista Revolucionario, ingresó en el mundo de la


política en 1979 como diputado por Cochabamba. Luego fue electo senador por este
partido y Presidente del Senado Nacional (1985-1986) por muy poco tiempo, porque fue
llamado a ocupar el cargo de Ministro de Planeamiento y Coordinación (Economía), por el
entonces presidente Víctor Paz Estenssoro. En agosto de 1986 fue el encargado de
aplicar la terapia de shock para frenar la galopante hiperinflación (del orden del 27.000%),
que azotaba al país, mediante el Decreto Supremo 21060. La política económica aplicada
fue de corte neoliberal que, aunque frenó la inflación y contribuyó a arreglar las cuentas
del estado,[cita requerida] tuvo como contraparte la aplicación de extensos despidos en el
sector minero, la cual fue denominada "relocalización", y recortes de fondos a programas
sociales.

En las elecciones presidenciales de 1989 ganó la nominación interna de su partido para


ser el candidato a la Presidencia de la República. Ya como candidato decidió romper el
"Pacto por la Democracia" con su entonces aliado político, el ex dictador, Hugo Banzer
Suárez, Jefe Nacional de la derechista Acción Democrática Nacionalista (ADN). Banzer
debía recibir el apoyo del MNR a cambio del apoyo que brindó el partido de Banzer desde
el Congreso a las medidas económicas del gobierno de Víctor Paz Estenssoro. Sánchez
de Lozada resultó el candidato más votado de la elección, pero lejos de la mayoría
absoluta, por lo que no pudo acceder a la presidencia. Banzer, que quedó en segundo
lugar con el 25,2% de votos, decidió dar su apoyo a Jaime Paz Zamora, del Movimiento
de Izquierda Revolucionaria (MIR) en el Congreso Nacional, el tercer candidato más
votado, para ser Presidente de la República.

Primera presidencia (1993-1997)

En las elecciones celebradas el 6 de junio de 1993 se volvió a presentar como candidato


por el MNR, obteniendo otra vez el primer lugar con el 38% de los votos válidos, pero
igualmente sin mayoría absoluta. En la votación en el Congreso, Sánchez de Lozada
obtuvo la presidencia con los votos y en alianza con el izquierdista Movimiento Bolivia
Libre (MBL), el populista Unión Cívica Solidaridad (UCS) del empresario cervecero Max
Fernández Rojas y el partido indigenísta Movimiento Revolucionario Tupac Katari de
Liberación, (MRTKL), de Víctor Hugo Cárdenas, intelectual de origen indígena que
accedía a la Vicepresidencia de la República por primera vez en la historia republicana.

Reformas políticas

En el ejercicio de su primer mandato, que culminaría en 1997, promulgó importantes


reformas legislativas y constitucionales como la Ley de Participación Popular, que
municipalizó el territorio nacional mediante la creación de más de 300 gobiernos locales;
además creo los Territorios Comunitarios de Origen (TCO) para pueblos
indígenas;[cita requerida] la Ley INRA que obligaba a la certificación por parte del estado, a
través del Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA), al cumplimiento de la Función
Económica y Social de la tierra, la Ley Forestal, que incorporaba a indígenas,
organizaciones populares y empresarios en la explotación sostenible de los bosques, la
Reforma Educativa, que incluía por primera vez el multiculturalismo y el plurilingüismo en
la educación oficial boliviana, el Seguro Materno Infantil, y la modernización del Código de
Procedimiento Penal, entre otras. Entre las reformas constitucionales destacan: la
creación del Tribunal Constitucional de Bolivia que vela por la constitucionalidad de leyes,
decretos o resoluciones; la creación de las circunscripciones uninominales para la
elección directa de diputados; la creación de la figura del Defensor del Pueblo que vela
por los derechos humanos y las garantías de las personas; entre otras reformas.

Reformas económicas

En el aspecto económico el gobierno de Sánchez de Lozada promovió un amplio y muy


polémico programa de reformas, en el que destaca el proceso de capitalización de
empresas públicas, que transfirió el 49% de las acciones de las empresa de ferrocarriles
(ENFE), de petróleo (YPFB), de telecomunicaciones (ENTEL), de electricidad (ENDE) y el
Lloyd Aéreo Boliviano (LAB). El otro 50% que era el valor inicial de las empresas, se
transfirió de la propiedad del Estado a todos los bolivianos mayores de 21 años, fue
transferido a un Fondo de Capitalización Colectiva (FCC), gestionado por las
Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP) y el 1% restante pasó a propiedad de los
trabajadores de las empresas capitalizadas. Todos los bolivianos, residentes en el país,
mayores de 21 años al 31 de diciembre de 1995, eran los beneficiarios de dicho fondo.

Después de transcurridos algunos años de la puesta en marcha del Proceso de


Capitalización, la oposición política a Sánchez de Lozada sostiene de que no fue una real
inyección de capital sino simplemente la venta del 50% de las acciones a manos privadas,
sin que se hayan cumplido las inversiones comprometidas, ni se haya mejorado los
servicios que prestan las nuevas empresas creadas a partir de las antiguas empresas
estatales. Según algunos analistas, uno de los mayores errores políticos de Sánchez de
Lozada fue el gradual desmembramiento de la empresa nacional de hidrocarburos
Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) que, a pesar de que condujo a
importantes inversiones extranjeras, no tomó en cuenta el sentimiento de la gente hacia
un emblema nacional, creada inmediatamente después de la finalización de la Guerra del
Chaco.

Exhumación del Che

Durante su gobierno comienza el proceso de búsqueda de los restos del guerrillero


argentino Ernesto "Che" Guevara, líder de la Guerrilla de Ñancahuazú, conformada en su
mayoría por bolivianos universitarios y líderes sindicales mineros, que buscaban formarse
para liberar a Bolivia de la colonización estadounidense que avanzaba en el continente
con la Alianza para las Américas. Sánchez de Lozada, presionado en parte por
solicitantes interesados en esclarecer aquellas acciones del Estado ejecutadas durante el
gobierno de René Barrientos Ortuño, bajo el asesoramiento de la agencia de inteligencia
estadounidense CIA en el año 1967, autorizó las excavaciones de un equipo formado por
arqueólogos argentinos y cubanos, tras años de búsqueda, los restos fueron hallados en
al área de la pista de aviación de Vallegrande, en el Departamento de Santa Cruz, el 28
de junio de 1997. Posteriormente el cuerpo del comandante guerrillero junto con los de
sus compañeros fue trasladado a Cuba, donde fueron recibidos con honores el 13 de julio.
Se encuentran en el Monumento/Mausoleo Ernesto Che Guevara en Villa Clara4

Segunda presidencia (2002-2003)

Véase también: Guerra del Gas (Bolivia)

Gonzalo Sánchez de Lozada, asume la Presidencia de la República de Bolivia al ganar


por quinta vez una elección nacional. Como la legislación boliviana exige la mayoría de
los votos para ser electo presidente, Sánchez de Lozada y Evo Morales fueron a una
segunda vuelta congresal, al ser los dos candidatos más votados. Sánchez de Lozada es
electo por una alianza de su partido el MNR, con el MIR (Movimiento de Izquierda
Revolucionaria), al que luego se sumaría NFR (Nueva Fuerza Republicana) dividiendo los
cargos políticos entre los 3 partidos.

Cuando Sánchez de Lozada asume la presidencia se enfrenta a una crisis social y


económica heredada del anterior gobierno. El crecimiento económica del país bajó de un
4,8% al final de la primera presidencia de Sánchez de Lozada a 2% en 2002. El déficit
fiscal al 2002 era del 8%.

En febrero del año 2003 ante el desesperante déficit fiscal el gobierno propone aplicar un
impuesto al salario ("impuestazo"), lo cual provoca una huelga y el amotinamiento de la
fuerza policial, la cual exigía por el contrario, un aumento de salarios. El conflicto deriva
en un enfrentamiento entre las Fuerzas Armadas y la Policía en la Plaza Murillo de la
ciudad de La Paz. El retroceso en la medida logró mantener a Sánchez de Lozada en el
poder por unos meses más, pero el desgaste y la pérdida de gobernabilidad se hacía
cada vez más evidente.

En septiembre y octubre de 2003, ante rumores que nunca fueron desmentidos sobre la
intención de exportar gas boliviano por puertos chilenos a la costa oeste de los Estados
Unidos, a México y a Chile, empezaron las movilizaciones sociales en el Altiplano
boliviano y en la ciudad de El Alto. Fue bloqueada la principal autopista de la ciudad de EL
Alto hacia la ciudad de La Paz y la población alteña empezó la protesta. Tanto la ciudad
de La Paz como otras ciudades principales sufrieron prolongados bloqueos y
desabastecimiento de insumos básicos. Como única respuesta del Presidente, éste
autorizó a las fuerzas armadas a poner orden mediante represión lo cual dejó como
resultado 64 muertos y 228 heridos.

La profunda crisis económica que afectaba principalmente a los trabajadores urbanos y a


la población rural del país alimentó el apoyo a todo tipo de protestas. Finalmente, los
manifestantes en la ciudad de La Paz pidieron la renuncia del presidente.
Acosado por estos sectores y ante la pérdida de apoyo de los partidos que formaban la
coalición de gobierno (MIR y NFR), el 17 de octubre Sánchez de Lozada renunció a la
Presidencia de la República mediante carta al Congreso Nacional y abandona el país. Esa
misma noche, el Congreso Nacional, luego de aceptar la renuncia de Sánchez de Lozada,
tomó el juramento de rigor al Vicepresidente de la República Carlos Mesa.

En septiembre y octubre de 2003 se sucedieron manifestaciones promovidas por la


Central Obrera Boliviana (COB) y por la Confederación Sindical Única de Trabajadores
Campesinos de Bolivia, que convocaron un paro general indefinido. El movimiento popular
también fue catalizado por el MAS y por el Movimiento Indígena Pachakuti. La revuelta se
extendió a las principales ciudades del país (La Paz y El Alto fueron incluso militarizadas
por el gobierno), donde el clima era de abierta insurrección, la represión dejó al final de
los echos 68 personas muertas y alrededor de 400 heridos.

Ante el saldo de 68 personas muertas y 400 heridos, se produjeron escisiones en el poder


ejecutivo, Sánchez de Lozada dimitió el 17 de octubre. Fue sustituido por el
vicepresidente, Carlos Mesa, quien formó un gabinete integrado por políticos no adscritos
a partido alguno, con la intención de poner fin al conflicto y alcanzar la reconciliación
nacional. Poco después de su investidura, Mesa se comprometió a convocar un
referéndum en el que los bolivianos deberían pronunciarse sobre la cuestión de la
exportación de gas natural.

El 18 de mayo de 2009 la Corte Suprema de Justicia de Bolivia, dio inicio al juicio contra
Sánchez de Lozada por la llamada Masacre de Octubre, esta se llevará a cabo en Sucre,
la sede del Poder Judicial de Bolivia, además del expresidente están acusadas 17
personas, entre ellas, 11 ministros y cinco ex jefes militares. La Fiscalía asegura tener
2.500 testigos y 4.000 documentos que prueban la culpabilidad de los acusados, por lo
que el juicio puede durar meses. El juicio aún no tiene un veredicto final.

Juicio de Responsabilidades

En 2004, después de una campaña concertada por las familias de las víctimas y grupos
de derechos humanos, que se reunieron más de 700.000 firmas en peticiones, 2/3 del
Congreso de Bolivia votado para autorizar a un "juicio de responsabilidades" del
presidente exiliado. Se pretendía determinar si Sánchez de Lozada y sus ministros deben
ser legalmente responsables de la violencia de la guerra del gas. Los partidarios incluyen
a muchos de partido del presidente, lo que refleja un amplio consenso en que el gobierno
dio la responsabilidad principal de las muertes.

La oficina del Procurador General tomó declaración a doce ministros, que también
atribuyó la culpa a Sánchez de Lozada, y llevó a cabo investigaciones preliminares
detallados. Su trabajo incluyó estudios forenses, investigaciones de la escena del crimen,
y el testimonio de testigos. Evo Morales, uno de los principales líderes de la protesta, se
ofreció voluntariamente a pruebas. En agosto de 2011 la Corte Suprema de Bolivia
condenado a cinco miembros de las fuerzas armadas y los dos políticos a entre tres y
quince años de prisión por su papel en los acontecimientos de septiembre y octubre de
2003.

DEMANDA.-
Intentos de extradición

El 11 de noviembre de 2008, Bolivia sirvió formalmente al gobierno de Estados Unidos


con una solicitud de extradición de Sánchez de Lozada de Bolivia. La petición fue
rechazada por el Departamento de Estado de Estados Unidos en 2012, bajo el argumento
de que las acciones de Sánchez de Lozada no son un delito en los EE.UU., y que no
existía una condición de doble incriminación. Se dice que ningún presidente de Estados
Unidos podría ser acusado por los delitos definidos por el Estado boliviano.

El 10 de noviembre de 2009, el Tribunal de Distrito de EE.UU. en el Distrito Sur de Florida


dictaminó que las reclamaciones por cargos de crímenes contra la humanidad en contra
de Lozada tuvieron ningún caso. El tribunal dictaminó que las acusaciones de ejecuciones
extrajudiciales podrían llevarse a cabo con el fin de permitir que dos casos de Estados
Unidos relacionados con el progreso contra el expresidente Gonzalo Sánchez de Lozada
Daniel de Bustamante y el ex ministro de Defensa de Bolivia, José Carlos Sánchez
Berzaín.

Los demandantes en los casos, Mamani, et al. v. Sánchez de Lozada, y Mamani, et al. v.
Sánchez Berzaín, buscan daños compensatorios y punitivos bajo el extranjero Tort
Statute (ATS). [10] El 20 de mayo de 2014, el juez James Cohn ordenó que las
reclamaciones de los demandantes en virtud de la víctimas de la tortura Ley de Protección
(TVPA) podrían proceder porque lo suficientemente supuestos hechos que
"plausiblemente sugieren que estos homicidios fueron deliberados," y porque alegaron
adecuadamente que los acusados eran responsables de los homicidios. El caso fue
suspendido el 19 de agosto de 2014 en espera de la apelación de la decisión del tribunal
de distrito de los acusados. -Acusados recurrentes presentaron su escrito al Tribunal de
Circuito de Apelaciones del Undécimo el 14 de enero de 2015. Los demandantes-
apelados presentaron su escrito el 6 de marzo de 2015. La Corte del 11 Circuito de
Apelaciones emitió su decisión el 17 de junio de 2016.

"Los dos demandados idearon un plan para matar a miles de civiles e, intencionadamente,
usaron fuerza letal contra las protestas políticas para reprimir la oposición".Esta
afirmación es parte de una demanda civil contra el expresidente de Bolivia, Gonzalo
Sánchez de Lozada, y su exministro de Defensa, José Carlos Sánchez Berzaín, quienes
estos días son juzgados en Estados Unidos por su presunta responsabilidad en la muerte
de más de 50 personas en la represión militar de las protestas ocurridas en Bolivia a
mediados de 2003. Aquel episodio, conocido como la Masacre de Octubre, es uno de los
más oscuros en la historia reciente de Bolivia.

Sánchez de Lozada y Sánchez Berzaín, quienes dimitieron de sus cargos y abandonaron


el país tras los sucesos de 2003, tendrán que responder ahora por lo que la acusación
considera "asesinatos extrajudiciales", en un proceso legal que se celebra en Florida y
que fue calificado de "histórico".

"Será la primera vez que un exjefe de Estado se siente frente a sus acusadores en un
juicio civil de derechos humanos en una corte en EE.UU.", señaló el Centro de
Derechos Constitucionales, una de las organizaciones que representan a los
demandantes. Estos son familiares de ocho de las personas asesinadas en aquellos
sucesos, quienes exigen una indemnización económica a los dos ex altos cargos para los
que no se contempla pena de cárcel por tratarse de un caso civil.

BBC Eloy Rojas y Etelvina Ramos, en la imagen junto a su familia, son dos de los
demandantes por el asesinato de su hija Marlene, de ocho años, en la Masacre de
Octubre de Bolivia (Foto: Thomas Becker/Centro de Derechos Constitucionales) El juicio
se celebra desde el pasado lunes en una corte de Fort Lauderdale, en el sur de Florida,
estado en el que residen los acusados, quienes niegan los cargos presentados en su
contra.

"Guerra del gas"

La demanda alega que los acusados son legalmente responsables por la respuesta
militar ordenada contra las movilizaciones ciudadanas en el marco del conflicto
conocido como la "Guerra del gas" en 2003. En aquel momento, el país salía de una
etapa de gran crisis económica, con una sociedad polarizada entre seguidores de
Sánchez de Lozada y los de Evo Morales, por aquel entonces líder de la oposición.

"Bolivia vivía en un clima de conflictividad social muy elevado, con grandes protestas
protagonizadas sobre todo por indígenas aymaras, cocaleros y sectores como la clase
media y los universitarios", explica el periodista boliviano de BBC Mundo Boris Miranda,
autor del libro "La última tarde del adiós" sobre la Masacre de Octubre.

AFP La población aymara lideró buena parte de las protestas que se apoderaron de las
calles de Bolivia en 2003. Las protestas se intensificaron tras el anuncio de varias
decisiones del gobierno de Sánchez de Lozada -conocido popularmente como ´Goni´-,
como la de exportar gas natural boliviano a EE.UU. a través de Chile. Entre las críticas
a los planes del ejecutivo estaban las que señalaban los bajos precios a los que se
querían hacer las exportaciones y la falta de un plan que abasteciera antes el mercado
nacional. Sin embargo, la tensión se disparó el 20 de septiembre de 2003, cuando en un
operativo militar al noreste de La Paz murieron la niña de ocho años Marlene Rojas, a
quien le impactó una bala perdida cuando estaba en el interior de su casa, y otras
cuatro personas.

"Esto generó una elevadísima indignación por una actuación militar desmedida e inauguró
una etapa de conflictividad casi diaria: protestas, manifestaciones, bloqueos...",
recuerda Miranda.

AFP El gobierno desplegó enormes operativos militares frente a las protestas ciudadanas.
Según la demanda del juicio que se celebra estos días contra Sánchez de Lozada, todo
respondía a "un plan para matar a miles de civiles". El mayor número de movilizaciones
se concentró en las ciudades de La Paz y El Alto. Los choques entre los manifestantes y
efectivos del ejército durante esas semanas dejaron un saldo de más de 50 muertos.
Sánchez de Lozada dimitió el 17 de octubre de 2003 y huyó de Bolivia a Florida de forma
inmediata, al igual que Sánchez Berzaín.

"Es un episodio muy grave en la historia de Bolivia. Debe ser seguramente la mayor
matanza en el menor corto plazo de tiempo de las últimas décadas en el país. Eso da a
entender la dimensión de la expectativa por este caso en Bolivia", destaca Miranda.

"Precedente histórico"

La demanda actual está enmarcada en la Ley de Protección para las Víctimas de Tortura,
una de las dos únicas leyes de ámbito extraterritorial en EE.UU. que autorizan la
celebración de casos en los tribunales federales por delitos cometidos fuera del país. Sin
embargo, nunca hasta ahora se había conseguido llegar a juzgar a un expresidente
por estos motivos.

"En parte es por la dificultad de demostrar la responsabilidad y la relación indirecta que


existe entre jefes de Estado y acciones de esta naturaleza", le explicó a BBC Mundo
la abogada Almudena Bernabéu, quien formó parte inicialmente de la investigación del
caso.

AFP Protestas masivas pidieron la renuncia del expresidente Sánchez de Lozada, que
acabaría llegando el 17 de octubre de 2003. Otro de los requisitos de estas demandas
civiles en EE.UU. es que el acusado esté físicamente en el país, lo que impidió celebrar
procesos contra otros exmandatarios en el pasado. “Ningún otro expresidente al que se
había intentado juzgar en casos similares se había quedado en el país. En este caso, el
Centro de Derechos Constitucionales consiguió ubicarlo y él, que es ciudadano
estadounidense y tiene familia y propiedades, decidió quedarse y enfrentarse a la
demanda", agregó. En cualquier caso, destacó la experta, el juicio "es sin duda un
precedente histórico y muy importante".

Inicio del juicio

En total, la actuación del ejército dejó más de 50 personas muertas y más de 400 heridos
en solo un mes. Familiares de ocho de las víctimas actúan como demandantes en este
juicio.

AFP Evo Morales, líder de la oposición en 2003, es considerado por los dos
exfuncionarios juzgados como principal responsable de lo ocurrido.

"El expresidente y su ministro tendrán que escuchar mientras testificamos sobre lo que
pasó", dijo Teófilo Baltazar Cerro, miembro de la comunidad aymara cuya mujer
embarazada falleció en los incidentes.

"Esperamos esta oportunidad histórica para tener nuestro día en la corte", agregó.

Los demandados, sin embargo, culpan al actual presidente de Bolivia, Evo Morales,
de haber provocado el derrocamiento de su gobierno mientras era uno de los líderes
cocaleros al frente de las protestas.
Aunque no estaban obligados a comparecer en el tribunal por tratarse de un juicio civil,
tanto Sánchez de Lozada, de 87 años, como Sánchez Berzaín, de 58, se presentaron en
la corte en las sesiones del lunes y martes.

Acompañados de un numeroso grupo de abogados, ambos se mostraron tranquilos y


escucharon los alegatos iniciales de representantes de ambas partes.

"No hubo un plan para matar gente", dijo una de las abogadas de los demandados este
martes, quien volvió a responsabilizar a Morales de lo sucedido, según informó la agencia
Efe.

"El gobierno hizo lo que tenía que hacer", aseguró, recordando la grave crisis y
conflicto social que se vivía en Bolivia en aquel momento.

Los primeros en testificar fueron los padres de la niña Marlene Rojas, uno de los casos
más simbólicos y reconocidos de estos sucesos.

El juicio con jurado podría prolongarse entre cuatro y cinco semanas

. Petición de extradición

Bolivia lleva años solicitando la extradición de Sánchez de Lozada y Sánchez Berzaín.

Pese a que cinco altos cargos militares están en prisión por su papel en la represión de
las protestas, el expresidente y su ministro de Defensa nunca pudieron ser juzgados en su
país como presuntos responsables políticos de lo sucedido.

El presidente boliviano, Evo Morales, mostró en Twitter su satisfacción por el inicio del
juicio y reiteró la petición para que EE.UU. deje de ser "refugio de los asesinos del
pueblo". Aunque el actual juicio no está relacionado con una posible extradición, hay
quien confía en que un veredicto de culpabilidad contra los demandados podría reactivar
el proceso para que ambos respondan ante la justicia boliviana.

"Un veredicto y una sentencia del juez que determine responsabilidad sobre los
demandados va a significar sin duda un precedente jurisdiccional que debiera ser
tomado en cuenta por el Departamento de Estado de EE.UU. para reforzar el pedido
de extradición", le dijo a BBC Mundo Juan del Granado, quien era alcalde de La Paz en
2003. Sin embargo, Del Granado -quien declarará como testigo la próxima semana en el
juicio- reconoció que son "dos procesos diferentes".

AFP Durante su presidencia, Sánchez de Lozada mostró su buena relación con el


gobierno estadounidense a través de encuentros con altos cargos como el presidente
George W. Bush. Para muchos, sin embargo, el estado de las relaciones entre ambos
países hace que no confíen en que el pedido de extradición vaya a avanzar demasiado.

"Si no se logró en 15 años, no parece probable que las cosas vayan a cambiar ahora",
señala Boris Miranda.

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