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Si ponemos atención a la sociedad en que vivimos nos damos cuenta que esta es una
sociedad carente de valores morales y espirituales. En muchos aspectos se ha
decidido sacar a Dios: escuelas, negocios, la misma familia. Dichos valores se espera
que se enseñen en la escuela o en la calle, pero pocos son los que enseñan los valores
en el seno de una familia. Si existe una sociedad enferma es porque la familia está
enferma, tambaleante, temerosa por todo lo que le rodea y espera que la escuela
inculque en los hijos lo que esta no hace en casa, esto es un camino erróneo, pues
nosotros somos los responsables de llenare el corazón de nuestros hijos con lo puro,
honesto y amable. Deuteronomio 6:6-9
Pero, ¿Qué son los valores? Son todas aquellas actitudes que nos forman como
personas, como hombres y mujeres; mientras seamos mejores hijos de Dios,
mientras inculquemos el valor de guardar a Dios en nuestros hijos, la sociedad será
transformada y llevada a un estado de salud que beneficiará a todos.
El Espíritu Santo nos da una lista de todo lo que debe haber en nuestra manera de
actuar: todo lo honesto, todo lo puro, en esto pensad. Pero también dice palabras que
deberían de impactar nuestros corazones: todo lo que han visto, oído, aprendido de
mi esto haced, esto es autoridad moral, pero, sobre todo, espiritual…. Entonces
¿Tenemos nosotros esta autoridad? ¿Realmente somos un ejemplo para la sociedad?
¿Estamos obrando conforme a la buena voluntad de Dios? ¿Nuestra familia está
siendo preparada y capacitada para enfrentar una sociedad contaminada?
¿Permitiremos que nuestros hijos sean arrebatados al mundo? Jeremías 15:19
En la próxima entrega comenzaremos a ver los valores que como familia tenemos
que inculcarles a nuestros hijos y de la importancia que hay de compartir cada valor
con nosotros y con nuestra sociedad. OREMOS