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INTRODUCCION

La sociedad salvadoreña carga con un sinnúmero de problemas (económicos, sociales,


ambientales) unos más complejos que otros. Todos ellos, en su conjunto, hacen que tanto
la vida individual como la convivencia colectiva sean sumamente difíciles. No hay que
hacerse ilusiones: los problemas que agobian a los salvadoreños no pueden ser superados
de una sola vez ni en el mediano o corto plazo.
Esta investigación trata sobre un análisis a una muestra geográficamente delimitada
acerca de la realidad en la que viven y sus principales problemas; Con el objetivo final de
presentar propuestas de solución a los mismos.
Durante las entrevistas se les hizo dos preguntas a los encuestados, una fue ¿Cuáles son
los principales problemas en el país? Se sabía gracias a la previa investigación y análisis de
la realidad actual salvadoreña, cuales eran estos problemas, pero el problema principal
fue el menos mencionado, fue ahí donde me di cuenta que el problema real es que
estamos tan fragmentados como país y han sembrado en el pueblo tanto miedo, odio e
incertidumbre que perdimos de vista la realidad.
Hoy en día la gente pasa tan ocupada odiando al expresidente tal por todo lo que robo, o
denunciando otras corrupciones, incluso lo que ponen los políticos en twitter parece más
importante que los índices de delincuencia o desempleo y nos parece extraño la gran
cantidad de corrupción denunciada y que aun así se mantienen altos los índices de los
principales síntomas de la corrupción, pues no es nada extraño, resulta que de acuerdo a
algunas investigaciones existe un fenómeno conocido como neo-populismo que
básicamente es una forma de manipulación mediática donde se centraliza la
responsabilidad por la realidad social y se difunde la corrupción, con el fin de cubrir todo
un sistema que está compuesto por una gran cantidad de instituciones públicas y privadas
que se lucran y funcionan gracias a la corrupción, mientras el pueblo está ocupado
odiando a una marioneta o viviendo con tanto miedo que no se le ocurre nada por hacer y
en el peor de los casos, lo que es el resultado esperado por este sistema, la aceptación de
la corrupción como parte de la realidad de un país. No nos suena familiar “Si todos roban,
probemos con este” ese fue y ha sido uno de las razones más populares a la hora de elegir
líderes, en el país y cuando estos candidatos predispuestos a fallar lo hacen los odiamos,
los culpamos de hacer exactamente lo que les pagan por hacer, el problema real es que
nosotros no tenemos idea que exigir porque no tenemos idea de cómo funciona nuestra
realidad.
1.0 IDENTIFICACION GREOGRAFICA DE LA ZONA
DE ESTUDIO

El primer paso de esta investigación es tomar una muestra de la población para analizar,
describir e interactuar. Delimitándola a un perímetro geográfico y una locación descritas a
continuación.
En nuestro caso la focalización de esta investigación se diseñó con el fin de tener un
seguimiento real de la evolución del proyecto, por ello decidimos hacerlo en nuestro lugar
de residencia, tomando como muestra poblacional, 35 casas y sus habitantes que
comprenden un perímetro de dos bloques o cuadras desde el lugar de residencia
La investigación y proyecto se llevará a cabo en la 5ª calle oriente en el barrio el Ángel de
la ciudad de Sonsonate, departamento de Sonsonate.
2.0 DIAGNOSTICO PARTICIPATIVO
El diagnóstico participativo es un método de participación ciudadana diseñado para
obtener las opiniones y la participación de grupos de usuarios, hogares residenciales y
otros actores locales en la recolección y análisis de información sobre innovaciones
tecnológicas, intervenciones de desarrollo, propuestas de recursos o políticas de uso de la
tierra que afectan a una comunidad o región.
El diagnóstico participativo se lleva a cabo antes del inicio de un proyecto de planificación
propiamente dicho. Sus resultados alimentan la planificación del proyecto y contribuyen a
la eficiencia de la planificación de las políticas públicas. El diagnóstico participativo es a
menudo la primera vez que una aldea o comunidad experimenta la igualdad en el proceso
de toma de decisiones.
Métodos de diagnóstico participativo
2.1 DESCRIPCION DE LA REALIDAD
Con el fin de definir mejor la realidad e identificar más efectivamente sus problemas se
ejecutó el diagnostico participativo en la zona geográfica previamente denotada, esta
cuenta con 25 casas residenciales y 5 negocios. Con un total de 45 sujetos entrevistados
en un periodo de 3 días. La forma de la entrevista fue individual y semi-estructurada con
el fin de formar una mejor idea de lo que la población general interpreta de la realidad
salvadoreña y sus principales problemas.
Se eligió este tipo de entrevista semi-estructurada, gracias a su carácter informal, ya que
otros tipos de métodos y entrevistas fueron menos aceptados por la comunidad de esta
forma se captaba de mejor forma la noción de la realidad.
La entrevista estuvo basada a forma de dos preguntas, sin embargo, la mayoría de los
entrevistados se extendió debido al tipo de entrevista; las preguntas fueron las siguientes:

 ¿Cuáles cree usted que son los principales problemas de la sociedad salvadoreña?
 ¿Cuáles de estos problemas identifica usted en su localidad?
Las entrevistas fueron bastante amenas, tanto para el equipo de entrevista como para los
entrevistados la población en general mostro una buena disposición y una gran necesidad
de inclusión, se evidencio también ciertos problemas raíz que afectan hoy en forma
dramática a la realidad salvadoreña.
En las entrevistas se colecto el listado de problemas sociales que afectan a la comunidad,
pero también puso en perspectiva problemas sociales de los que no somos tan
conscientes y que representan una gran barrera a saltar antes de iniciar nuestro desarrollo
real; A forma de resumen se concluye lo siguiente:
La población general tiene una malísima imagen de su gobierno y es prácticamente nula la
información real que tiene del mismo y la forma en que las cosas funcionan, así como
datos reales que indiquen factores mesurables, en otras palabras, la gente odia al
gobierno por que vive mal pero no sabe bien cómo es que es culpa del gobierno.
Por ejemplo, la inteligencia del actual presidente ha sido juzgada numerosamente por su
dificultad con el uso de tecnologías y redes sociales, pero nunca nadie cuestiona al
gobierno y otras entidades por que en los últimos 10 años han sumado 10 billones a la
deuda externa y el país no avanza, ni las cosas mejoran.
También se listó y jerarquizo problemas nacionales y locales con el fin de incluirlos en la
propuesta de solución.
2.3 JERARQUIZAR Y PRIORIZAR

A continuación, se muestra una lista de los problemas colectados de las entrevistas sin
ninguna correlación o jerarquía.
1. Los salarios mínimos no ajustados a la realidad para satisfacer las necesidades básicas
de la población salvadoreña.
2. La desintegración familiar aumenta los niveles de delincuencia y violencia del país.
3. La contaminación ambiental como principal causa de enfermedades.
4. Alto precio de la gasolina y sus derivados.
5. Explotación a trabajadores de maquilas u otras empresas industriales.
6. Inestabilidad laboral en la empresa privada.
7. Perdida de los valores morales en la sociedad.
8. Mala atención medica en los hospitales públicos y unidades de salud.
9. Altos índices de embarazos en las adolescentes.
10. Altos niveles de contaminación del aire por el humo del transporte colectivo y demás
transporte.
11. La deforestación y tala de árboles inapropiada.
12. Violencia intrafamiliar principalmente en niños y adulto mayor.
13. Falta de conciencia social hacia los problemas del país.
14. Baja calidad de la educación en el país.
15. Contaminación de agua potable.
16. Docentes sin vocación para enseñar.
17. Los altos costos de la educación privada.
18. Prostitución cerca de centros educativos y lugares recreativos.
19. La inseguridad estudiantil en instituciones públicas.
20. Transporte colectivo en mal estado.
21. Docentes sin la preparación adecuada para el nivel educativo que imparten.
22. Mal servicio del transporte colectivo.
23. Alto grado de alcoholismo.
24. Existencias de botaderos de basura a cielo abierto.
25. Escasez de medicamentos en los hospitales públicos y unidades de salud.
26. La falta de personal especializado en los hospitales nacionales.
27. Altos niveles de criminalidad en el país.
28. Alta tasa de homicidios agravados y asesinatos.
29. La impunidad en el sistema judicial, que deja libre de penas a los criminales y
delincuentes.
30. El crimen organizado (extorsionistas, secuestradores, sicarios, etc.)
31. Venta de pornografía en las calles del gran San Salvador.
32. Escasez de los recursos en los recursos en los hospitales nacionales y unidades de
salud.
33. Poca preparación de servidores públicos
34. Contaminación de los ríos y lagos con químicos procedentes de la minería y por mal
tratamiento de los desechos sólidos.
35. Escasez de agua en colonias y en zonas rurales.
36. Altos índices de familias que viven en zonas de alto riesgos.
37. El pago del salario en colones convertidos en dólares.
38. Altos índices de asaltos en los buses a cualquier hora del día.
39. El consumismo afecta la economía de las familias en el país.
40. Las riñas entre los estudiantes de institutos públicos y privados (técnicos vrs
nacionales).
41. La falta de voluntad política para crear leyes orientadas a la prevención de la
criminalidad.
42. Poca regularización de los intereses que cobran los bancos por las tarjetas de crédito.
43. Alto precio de la atención en los hospitales privados.
44. Venta de drogas a menores de edad y jóvenes.
45. Alto precio de los medicamentos.
46. El aumento del comercio informal.
47. Carreteras en mal estado.
48. Hacinamientos en los centros penales.
49. Explotación infantil.
50. La desnutrición infantil.
51. Falta de transparencia política
52. altos índices de corrupción
53.Preferencias personales para asignar plazas laborales públicas.
54. Falta de protección al consumidor.
55.Falta de opciones políticas
57. Injusticia y desigualdad social
58. Poca regulación para empresas privadas.
59. Falta de leyes ambientales
60. Falta de asesoría profesional en el país
Como podemos ver existen diversos problemas en El Salvador algunos más importantes
que otros, pero para hacer una jerarquía hay que tener en cuenta que parámetros tomar
para definir la importancia de un problema, en este caso decidimos tomar como criterio el
impacto negativo que tiene hacia la sociedad.
La identificación de los problemas nacionales en la comunidad arrojo los siguientes
problemas ordenados de mayor a menor en orden de importancia y en su máxima
jerarquía (problemas Raíz)
1.0 Falta de conciencia social hacia los problemas del país.
1.0 Mal administración de servicios públicos (corrupción)
1.1Poca regulación para empresas privadas.
1.2 Los salarios mínimos y pensiones no ajustados a la realidad para satisfacer las
necesidades básicas de la población salvadoreña.
1.3 Poco interés de los sectores públicos en la forma de vida de los habitantes
1.4Trabajo infantil.
1.5 Falta de leyes ambientales
El problema más grande que enfrenta la sociedad salvadoreña no es la violencia y el
crimen que azotan al país desde hace un tiempo, este es solo un síntoma del problema
real, que una destructiva mezcla de falta de conciencia hacia la “realidad” del país y esto a
su vez permite que la corrupción llegue con de forma más normal a los funcionarios e
incluso el pueblo lo llegue a tomar como normal.
Cuando una persona sufre de una enfermedad, se identifica que enfermedad es
observando los síntomas, pues como ya se ha dicho la enfermedad es la falta de
conocimientos necesarios para formar una opinión crítica y asertiva de la realidad
salvadoreña, pero los síntomas son de lo que el pueblo más se queja porque es lo que nos
hace sufrir.
Es difícil ordenar en forma jerárquica los problemas y síntomas en la realidad
salvadoreña, es mi opinión que todos estos problemas están relacionados más que por
una jerarquía por un sistema de retroalimentación donde los síntomas agravan la
enfermedad, en las entrevistas una de las personas comparo a El Salvador con un paciente
con una grave enfermedad que en lugar de exigir un médico profesional para curarlo, este
va donde un “brujo” o curanderos, esta analogía me pareció increíblemente exacta pues
es una acción tomada por ignorancia y falta de buenas opciones médicas, este fenómeno
suele suceder muy seguido en las zonas rurales del país, donde los índices de
analfabetismo son más altos y es un reflejo de lo que sucede en la sociedad salvadoreña.
2.0 Altos niveles de criminalidad
2.1 Las riñas entre los estudiantes de institutos públicos y privados (técnicos vrs
nacionales).
2.2 La falta de voluntad política para crear leyes orientadas a la prevención de la
criminalidad.
2.3 El crimen organizado (extorsionistas, secuestradores, sicarios, maras, etc.)

3.0 La contaminación ambiental como principal causa de enfermedades.


3.1 Existencias de botaderos de basura a cielo abierto
3.2 Altos niveles de contaminación del aire por el humo del transporte colectivo y demás
transporte.
3.3 Contaminación de los ríos y lagos con químicos procedentes de la minería y por mal
tratamiento de los desechos sólidos.
3.4 Escasez de agua en colonias y en zonas rurales.
ANALISIS DEL PROBLEMA

Como vimos en el listado anterior, existen dos problemas importantes en la sociedad


salvadoreña, la primera es la falta de educación y la segunda la corrupción.
En El Salvador estos dos problemas son la raíz de todos los males que azotan la nación y se
retroalimentan entre ellos mismos, es decir la falta de educación permite que elijamos
malos dirigentes, y los malos dirigentes brindan mala educación y así en un bucle que solo
termina cunado solucionemos uno de los dos problemas y que está desgastando a los
salvadoreños a puntos irreparables.
La educación son los fundamentos de la sociedad, el suelo donde tendríamos que
sembrar, en si el sistema educativo mundial esta irremediablemente roto, pero en el
salvador no funciona ni el sistema roto, entonces estamos muy lejos de conseguir algo que
compita en el mundo y de no competir nos quedaremos siempre con la esperanza que
nuestros hermanos laven baños en otro país y nos manden para que el país no se vaya a la
quiebra, a continuación se analizara el problema de la educación en el mundo y en el
salvador
La educación en El Salvador, de acuerdo con la Constitución de la República, es un derecho
inherente a la persona humana; y en consecuencia, es obligación y finalidad primordial del
Estado su conservación, fomento y difusión.
Y es por eso que el Estado debe propiciar la investigación y el quehacer científico. En ese
sentido, es deber del Estado organizar el sistema educativo para lo cual creará las
instituciones y servicios que sean necesarios, y también se garantiza a las personas
naturales y jurídicas la libertad de establecer centros privados de enseñanza.

Educación
El método tradicional de educación está probado obsoleto, este sistema fue fundado por
el imperio británico en el tiempo en el que casi conquistaba todo el mundo, este sistema
fue diseñado para que un individuo fuese una pieza compatible en cualquier parte del
mundo, una pieza de la maquinaria que hoy conocemos como realidad, sin embargo la
realidad ha cambiado y con la globalización y el internet este sistema se está quedando no
solo obsoleto si no que llena la cabeza de las personas con conocimientos innecesarios y
hace perder el tiempo en procesos rutinarios que no dejan mucho valor educativo útil
para los más jóvenes que viven en un mundo que evoluciona más rápido y que suple de
mejor forma todo lo que antes era considerado una necesidad en cuanto conocimientos.
Las propuestas de la educación actual no son contrarias a la educación tradicional, al
contrario, son complementarias a esta y en ningún caso un método sustituye a otro, se
trata más bien de que la época actual requiera otros métodos y otra manera de actuar. La
sociedad avanza, pero no el método educativo, que se queda en la mayoría de casos
estancado y obsoleto. La innovación debe verse como beneficioso, puesto que se pone
énfasis en las potencialidades de las tecnologías de la información y la comunicación, tan
utilizadas hoy en día y que en cambio en el ámbito educativo dejamos fuera.
Es curioso que los centros educacionales con métodos alternativos presenten las tasas de
absentismo y fracaso escolar más bajas, algo está funcionando, y es para bien; pero estos
datos no se suelen utilizar, porque son escasos los centros que utilizan otro tipo de
métodos distintos a los tradicionales, y es que la losa de “lo de siempre” pesa mucho. La
pregunta que nos tenemos que hacer es si estamos dispuestos a cambiar lo que ya
conocemos por algo nuevo. La respuesta es fácil: no. Somos animales de costumbres y no
variamos nuestras rutinas, así como así. Y es que los padres son difíciles de convencer,
porque si algo lleva tantos años ¿por algo será? A pesar de no conseguir los resultados
deseados, ya no hablamos de los esperados, sino de unos mínimos a cumplir.
Es muy común que cuando se refieren a los problemas de la educación en El Salvador,
algunos analistas de los medios convencionales procedan como si estuviéramos ante una
problemática desvinculada y sin conexión con la realidad económica, social y cultural en la
que se desenvuelve. Tales observadores no consideran tampoco necesario conocer otros
aspectos fundamentales de nuestra sociedad, para comprender desde una perspectiva
histórica nuestra realidad y actuar consecuentemente en ella. Sabemos que la verdad es
que la escuela hace la sociedad, que en la educación de un país se refleja su realidad.
Se plantea con claridad lo que comienza a ser reconocido por algunos analistas: que
quiénes toman las decisiones sobre la educación en nuestro país suelen no ser los
principales actores del proceso educativo a quienes afecta principalmente, sino que, por el
contrario, desde la década de los años noventa de manera particular el Banco Mundial y la
Organización para el Comercio y el Desarrollo Económico (OCDE) imponen medidas y
políticas que responden a las necesidades del mercado de preparar la fuerza de trabajo
con el primordial objetivo de elevar la ganancia del capital; porque el capitalismo –dice el
autor– es un sistema cuya búsqueda principal es el lucro y no el bienestar social.
Así, el país vive una cada día más profunda y sin precedentes dependencia estructural;
más aún porque se invierte muy poco en ciencia y tecnología propias. Además, la
universidad pública padece crecientes carencias y sus egresados son infravalorados,
mientras crecen las instituciones privadas y se sobrevalora a los que egresan de ella,
muchos de los cuales luego estudian posgrados en las universidades estadunidenses y a su
regreso son más apoyados para ingresar al mercado laboral que los egresados de las
universidades públicas, quienes difícilmente consiguen trabajo en el país. Esto, que busca
enaltecer el mundo privado empresarial, contrasta con la creciente omisión en la
formación escolar del sentido social de la educación, en un país que lo requiere con
urgencia por el enorme atraso, la pobreza y la profunda desigualdad, mientras se deja
cada vez más de lado la prevalencia en la educación de las humanidades, las artes y la
cultura.
Los maestros, los estudiantes y los trabajadores manuales e intelectuales del país que son
la absoluta mayoría de los padres de familia, en conjunto conforman el grueso de la
población nacional; son todos ellos los verdaderos protagonistas interesados en superar la
problemática educativa. Paradójicamente, en las reformas educativas de los últimos
veinte años más bien se revela el peso incontrastablemente dominante de los intereses de
la empresa privada monopolista. Ante ello, el autor nos hace ver cómo dichas reformas no
logran mejorar los resultados educativos y tampoco enfrentan los más graves problemas
de la educación salvadoreña y menos aún los de la realidad nacional. Algunas de esas
reformas contienen interesantes propuestas; sin embargo, muchas de ellas no logran
llevarse plenamente a la práctica porque el sistema educativo se mantiene con los viejos
vicios y sin transformarse en lo fundamental, y no responde ya a las exigencias que
debiera cumplir una educación progresista y solidaria como la que se requiere en el siglo
XXI.
Realidad nacional de la educación
Somos el país en américa latina con menor índice de desarrollo o investigación científica
El Presupuesto General de la República de El Salvador para 2015 es de $4,823 millones,
destinando de este $914.3 millones, lo que representa el 18 % de su presupuesto
nacional, el cual es invertido en la creación de nuevas plazas para los maestros
capacitados, escuelas y construcción de bibliotecas a lo largo de todo el territorio
nacional.
El salvador ha disminuido la inversión en el sector educativo en los últimos años y la
Asamblea Legislativa aprueba un presupuesto de $5,467 millones para este año 644
millones de dólares más que en 2015 sin embargo este año solo 900 millones serán
invertidos en educación(14 millones menos que el años pasado) esto a pesar que el actual
presidente fue ministro de educación y es un maestro de profesión y que uno de los
pilares de su campaña fue la promesa de llegar a tener un presupuesto de inversión de 1.5
billones que nos igualaría a otros países , objetivo que no solo no fue cumplido si no que
permitió que se convirtiera en un sector defectuoso.
La cartera de Educación ya había sufrido un recorte en su presupuesto de este año, en
abril pasado, cuando la Asamblea Legislativa aprobó modificar el Presupuesto General de
la Nación para poder disponer de $56 millones a fin de pagar pensiones. A Educación le
quitaron $5.5 millones, entre una veintena de instituciones estatales que debieron
apretarse sus cinturones.
Que significa todo esto, que es evidente la corrupción y la falta de interés del estado en
materia de educación, podemos analizar el presupuesto general y darnos cuenta de lo que
se supone se “invierte” en el país,
La Situación actual, es una situación que se asemeja a la ficción, en mi criterio la falta de
educación Financiera es fundamental como causante de la problemática social, los
salvadoreños, debido a una suma de problemas (educación, conformismo, migración, falta
de medios de producción por las remesas) no tienen educación financiera, esto se traduce
en una mala aplicación de su presupuesto.
En la mayoría de los casos dicho presupuesto es inexistente, porque no es parte de
nuestra cultura llevar las cuentas, porque nadie nos enseñó cómo y porque a nadie
manejando las cuentas en este país le conviene que todos sepan cómo funciona un
presupuesto, si no sabes cómo funciona un presupuesto menos vas a saber las
discrepancias que hay en el presupuesto general de la nación o como a variado este en el
tiempo ni tener conocimiento que la mayoría de acciones e “inversiones” que el gobierno
hace tiene presupuestos ridículamente inflados o que la deuda externa e interna es
sencillamente insostenible, estos son problemas que estamos obligados a ver, reales y que
afectan de gran manera nuestro día a día.
Sin embargo, la realidad es que no son problemas que estén en la mente de los
salvadoreños, algunos profesionales en el área conocen el tema y saben de esta
problemática, pero la mayoría no está dispuesta a explicar en palabras sencillas que es lo
que pasa, los pocos que los hacen se ven callados en un mar de desinformación y
distracciones mediáticas, no es casualidad que en las noticias salga el número de muertos
diarios con fotos y lo más visual posible, no solo porque vende mejor la noticia, sino
porque distrae de la realidad, al sentirnos temerosos de la realidad, vivimos pensando en
ello y no en el causante de la inseguridad.
La educación es lo que distingue a las personas capaces de hacer una evaluación objetiva
de la gestión de bienes y servicios públicos, la educación es la solución única e invariable
que puede desarrollar un país en verdad, mientras sigamos ocupados por trivialidades o
espectáculos políticos y no exijamos una verdadera inversión en educación las cosas no
pueden cambiar.
Estuve leyendo una entrevista al director de tecnología del ITM
(https://www.elespectador.com/noticias/economia/empresa-vende-tiquetes-de-bus-
internet-recibio-nueva-in-articulo-668718) donde reconoce la necesidad inminente de
cambiar este sistema, pero no podemos esperar a que cambie el sistema, los cambios
grandes suelen ser muy lentos, pero podemos variar la forma en la que enseñamos,
enseñándonos entre nosotros mismos, dejar de lado las ideas egoístas y cambiar por
nuestra cuenta, así cuando el mundo nos alcance, estaremos preparados y cómodos con
la nueva realidad.
Entonces en resumen puede apreciarse que el problema con la educación no solo se
queda limitado a nuestro país; En adición a la ruptura e inminente cambio en el sistema de
educación tenemos la corrupción en el país que no deja ni siquiera la posibilidad de que
funcione cualquier sistema, pero el mundo está cambiando y nosotros tenemos la
necesidad de cambiar, es mi punto de vista que debemos buscar asesorías extranjeras con
el fin de capacitar a las personas a cargo de este sector y trazar nuevos planes de
educación que no se limiten a la escuela, por que la limitación geográfica para la
realización de actividades se está volviendo un concepto cada día más anticuado,
debemos invertir en tecnología y en la formación de nuevos talentos.
Se me ocurren un millón de razones para modificar esto, lamentablemente requiere de un
deseo genuino por parte del estado y esto no va a suceder, la única forma que el estado
haga algo es que el pueblo se lo demande, así que demandemos educación, demandemos
obviar el sistema tradicional, buscar asesorías en países como Finlandia que ha utilizado
sistemas de educación revolucionarios y está ahora cocheando los frutos de su
innovación.
De mas esta decir lo roto del tejido en la sociedad salvadoreña, pero las crisis también son
oportunidades y debemos ver esta crisis como la oportunidad de emerger con un nuevo el
Salvador, y comprender que estamos mal, que las cosas no van a mejorar inmediatamente
y que hacen falta compromisos y sacrificios de parte de los gobernantes y el pueblo para
retomar el camino y comenzar un verdadero crecimiento.
Corrupción en el salvador

En medio de la situación de inseguridad y criminalidad que hay en El Salvador desde hace


varias décadas, el principal problema es la corrupción, afirma John Huvane.

“No importa el sistema que tengan: deben atacar la corrupción. Creo que el fiscal general
está haciendo un muy buen trabajo. Se le debería dar un mayor presupuesto, deberían
tener más vehículos para llevar a los fiscales a las cortes”, dijo el experto.

Indicó que en El Salvador la inseguridad continúa: hay extorsiones y control de los grupos
delincuenciales desde las cárceles. “En los centros penales siguen decomisando teléfonos.
Se supone que hay bloqueadores de señal, pero los reclusos siguen utilizando celulares
desde dentro. ¿Por qué? ¿Cómo los utilizan? Creo que la respuesta es obvia”, lamentó.

En un país donde solo uno de cada 10 casos llega a juicio, recalcó, los criminales ven que
pueden romper la ley sin tener castigo. Muchos quedan libres porque los testigos no
quieren hablar, tienen miedo de que los policías o los mismos jueces estén del lado de las
pandillas.

Una de las recomendaciones del equipo de consultores es tener un banco ADN. “Fuimos al
laboratorio científico de Medicina Legal, y tienen buen equipo de análisis de ADN, pero no
hay un registro, no se busca ADN en las armas. Deberían tener muestras de todos los
arrestados y encarcelados para poderlos vincular si vuelven a delinquir.

Esto es sumamente importante, especialmente en un país en el que los testigos tienen


miedo de hablar”, afirmó.

“La depuración policial y judicial es un trabajo que debe iniciarse lo más pronto posible,
pero, mientras tanto, la prueba científica es una herramienta importante”, añadió.

Pero además dijo que el problema debe verse como región: “Se necesita una alianza en el
Triángulo Norte para crear un grupo de ‘Intocables’ altamente preparados y equipados,
honestos. Es una lucha que hay que hacer juntos”.
Esto solo en materia de seguridad, las evidencias de corrupción y mal uso de los bienes
públicos en el salvador es abrumadora, decepcionante también, pero a la vez nos tiene
que motivar a cambiar esta realidad.
ANALISIS HISTORICO DE LA CORRUPCION EN EL SALVADOR
La corrupción política es un tema ampliamente tratado por las ciencias sociales como
mínimo desde hace más de medio siglo y la producción bibliográfica sobre el mismo se ha
disparado hasta unos niveles inmanejables en las últimas décadas en multitud de países
de los cinco continentes. El crecimiento económico de la segunda mitad del siglo XX y de
lo que va transcurrido del siglo XXI ha acelerado y aumentado los casos relacionados con
lo que tradicionalmente se considera corrupción política en todas sus variantes, así como
su cuantía en valor monetario. En todo caso, se trata de prácticas que se conocen en
diversas culturas desde la antigüedad, desde el Egipto faraónico, por ejemplo, hasta la
actualidad en nuestros países, pero la preocupación académica es relativamente reciente.
Un análisis del caso salvadoreño en el siglo XIX nos permite hacer planteamientos
generalizables.
Los sectores dominantes de la sociedad salvadoreña, que formaban parte antes de la
independencia de los más amplios grupos de poder del territorio de la antigua Audiencia
de Guatemala, tenían un carácter precapitalista, y su derecho a la tierra y a la mano de
obra se fundaba en la naturaleza colonial de la sociedad, con origen en la conquista y en la
posterior evolución del imperio español. A mediados de siglo se inició una lenta
transformación de estas minorías en una burguesía que se consolidaría en el siglo XX, si
bien con rasgos particulares. Esta clase cumplía funciones específicas en la estructura
económica de El Salvador, del mismo modo que sus semejantes lo hacían en otros países
de la América española: controlaba gran cantidad de tierra y buena parte de la producción
agraria; participaba, junto a agentes extranjeros, en la canalización al mercado externo no
solo de su producción sino también de la de otros productores menores, así como en la
importación de bienes al mercado interno; utilizaba fuerza de trabajo en una diversidad
de condiciones, todas muy ventajosas, si bien no siempre en la cantidad demandada; y
manejaba la moneda y el crédito en magnitudes acordes al exiguo tamaño de la
economía, y en condiciones difícilmente mejorables para sus intereses. Junto a ello,
también comenzó a crear negocios de clara naturaleza capitalista aunque, como he dicho,
sería prematuro calificarla en estricto sentido de burguesía porque todavía utilizaba
abundante mano de obra mediante relaciones no plenamente asalariadas. Con el proceso
de crecimiento económico iniciado a mediados de siglo como consecuencia de los efectos
del oro californiano, en primer lugar, y de la Revolución Industrial, en un segundo
momento, la clase dominante acompasó el camino de su evolución con su incorporación
al creciente mercado internacional. El producto dominante en las exportaciones desde la
época colonial era el añil, pero entre 1850 y 1875 el café creció en superficie de cultivo y
en precio internacional, y a fines de la década de 1870 se había convertido en el principal
producto de exportación en términos de valor.
En los años 1840, apenas una década después de la ruptura de la Federación de Provincias
del Centro de América, un sector de la minoría social dominante comenzó a reorientar el
manejo de la política. Para ellos se trataba de organizar un aparato estatal, diseñándolo
para servir a sus expectativas en las posibilidades que ahora se presentaban. Y si lo
conseguían, se les abrirían las puertas de lo que en términos de la época se denominaba
progreso, redefiniendo y reforzando su papel dominante en la sociedad. Desde antes de
mediados de siglo y en los años siguientes, elementos destacados de la minoría
propietaria que comenzó a encumbrarse con la nueva apertura del país al mercado
internacional ya ocupaban puestos en la Asamblea Nacional y en el gobierno. Desde
ambos poderes del Estado elaboraban y aplicaban la legislación aprovechando en parte la
que ya existía, y aprobando leyes nuevas adecuadas a sus nuevos objetivos. Algunos
nombres son relevantes para que, conociendo al menos su posición política y algo de su
biografía, los conceptos del análisis social no queden reducidos a etiquetas huecas. Así,
algunos de ellos habían sido o serían pronto presidentes de la República, o de la Asamblea
Nacional, como Eugenio Aguilar, Francisco Dueñas, José María San Martín, Rafael Campo,
Santiago González, Juan José Bonilla o Teodoro Moreno. Otros fueron o llegarían a ser
muy relevantes hombres políticos, ministros, gobernadores departamentales y
representantes en la Asamblea como Cayetano Bosque, Francisco Arbizú, Cruz Ulloa,
Miguel Sáizar, Miguel Castellanos, Dionisio Aráuz, Nicolás Angulo, Emeterio Ruano, José
Maria Zelaya, Darío Mazariego, Yanuario Blanco o Mariano Dorantes. Todos ellos eran
propietarios y algunos, empresarios muy activos que, desde el poder, negociaban y
legislaban a la medida de sus intereses. A continuación, seleccionaré algunos casos, a
título de ejemplos, para mostrar el tipo de actividades políticas que desarrollaban algunos
de ellos en estos años.
Teodoro Moreno fue uno de los más influyentes políticos y de más larga trayectoria de El
Salvador en el siglo XIX. Comenzó su vida política en el plano municipal, como secretario
de la ciudad de Santa Ana a comienzos de la década de 1850. Ya entonces entró como
diputado a la Asamblea Nacional por el Departamento de Sonsonate. Posteriormente
llegó a alcalde de la misma localidad, manteniendo su puesto en la Asamblea y, cuando en
1855 el Departamento se dividió en dos dando lugar a la creación del nuevo
Departamento de Santa Ana, Moreno llegaría a ser pronto gobernador del mismo. Tuvo la
gran habilidad de mantenerse como diputado en la Asamblea y llegar a ser su presidente a
pesar de los cambios políticos, que a veces fueron de gran importancia, como el que tuvo
lugar en 1863 con el derrocamiento del general Gerardo Barrios, o el de 1871 en que el
general Santiago González derrocó a Francisco Dueñas, o el de 1876, cuando la
intervención militar de Guatemala produjo otro cambio de gobierno dando acceso a la
presidencia a Rafael Zaldívar. Teodoro Moreno siguió siendo un hombre fuerte en su
Departamento y en la Asamblea, frecuentemente como su presidente, puesto que
ostentaba cuando tuvo lugar el hecho que aquí se comentará.
Desde muy temprano Moreno se involucró en la expansión del cultivo del café, como
productor, que tuvo lugar de forma más intensa en el occidente del país, precisamente
con la ciudad de Santa Ana como uno de los focos más importantes del mismo. Como en
otros países, el auge del café tuvo que ver con una creciente presión sobre las tierras de
los campesinos y pequeños agricultores, así como con el crédito no solo a los grandes
productores, sino también a los pequeños. En estos últimos casos, los préstamos que se
les hacían llegaban a alcanzar tasas de interés leoninas que, en El Salvador, llegaron a
superar el 200% anual.
Lógicamente, como productor de café, Moreno estaba directamente interesado en la
evolución de estos procesos, por lo que no es extraño que tan pronto como en 1855, en
una visita como gobernador a su distrito, el cafetalero, representante de la Asamblea
Nacional, al pasar por los pueblos de indígenas, les había prevenido que sembrasen milpa,
café y cacao, “designándole a cada individuo que tiene huerta, el número de árboles [de
café] que deba sembrar, y en efecto se han allanado a cumplir esta disposición.” Esta
recomendación a los pequeños campesinos que podría parecer razonable e inocua, estaba
en el fondo ampliando el espacio para el crédito a los pequeños productores, en los
términos indicados, que en caso de no ser devuelto conducía en breve espacio de tiempo
a la pérdida de sus tierras que servían de aval a los préstamos.
Hacia 1880 el gobierno de El Salvador no tenía un proyecto claro de qué hacer con la
agricultura y, específicamente, con la tierra, aunque el sector cafetalero era la fuerza
determinante en el gobierno y la Asamblea Nacional. La presión por tierra era creciente
sobre todo en occidente pero, por otro lado, el precio internacional del café estaba
cayendo en el mercado exterior, como consecuencia de la crisis económica internacional
de 1876. En febrero de 1880 el gobierno emprendió una campaña dirigida a los municipios
del país con el objeto de promover de forma intensiva la diversificación de cultivos,
incluyendo por supuesto el café. Las municipalidades debían formar almácigos de “plantas
de rica producción” para repartirlas gratis y de forma equitativa entre los vecinos. El
gobierno, por su parte, actuaría del mismo modo para influir con el ejemplo en el ánimo
de los municipios. Se intentaba con ello ocupar nuevos espacios en el mercado
internacional, dado que el precio del café no cesaba de descender. Además, la ley
concedía primas a quienes cultivaran bálsamo, cacao, hule, maguey y café, en atención a
su riqueza y a que su cultivo no era frecuente donde los agricultores se dedicaban casi
exclusivamente a la siembra el maíz.
Pero el plan no tuvo éxito, los municipios no tenían ni recursos ni capacidad de gestión
suficiente para conseguir el impulso de producción agraria que el gobierno pretendía, y
éste a su vez no disponía de fondos para impulsarlo. En esta tesitura, bajo influencia de los
cafetaleros y a pesar de intereses fuertemente contradictorios, la Asamblea Nacional y el
gobierno promovieron y aprobaron, en 1881 y 1882, dos leyes extinguiendo por una parte
los ejidos municipales y, por otra, las tierras de comunidades de indígenas y ladinos,
abriendo con ello la puerta a una creciente privatización de las mismas que de hecho ya
había comenzado algunos años antes. Lo que interesa destacar aquí es que fue el
cafetalero Teodoro Moreno, como presidente de la Asamblea, el ponente de dichas leyes
en las que tenía un importante y directo interés personal.
Lógicamente cada uno de estos pasos era aprovechado por propietarios y empresarios
para hacer negocios. Uno más de los miembros de la Asamblea Nacional que desarrollaba
actividades económicas por estos años era Darío Mazariego, también rico propietario en
occidente. En 1878 Mazariego era senador y remitió un escrito al Diario Oficial explicando
algunas de las ventajas y características del cultivo de uno de “frutos que está llamado a
aumentar el catálogo de nuestras producciones… el cacao”. Él tenía su finca en Sonsonate
y en ella se ofrecía a facilitar consejos prácticos a quien deseara sembrar la semilla.
Merece recordarse que en aquellos momentos El Salvador importaba cacao de Ecuador,
aunque se produjera en distintas zonas del país. Su entusiasmo por el cacao lo llevó a
publicar una serie de textos históricos sobre la planta. Poco después, Mazariego consiguió
un contrato para vender al Estado, y que fueran distribuidas, semillas de cacao al objeto
de impulsar su cultivo. De esta manera Mazariego obtenía diverso tipo de beneficios
relacionados con la promoción de nuevos cultivos, a lo que no sería ajena su posición de
senador en la Asamblea y su carácter de productor. Y en febrero de 1880 el ministerio de
Gobernación daba instrucciones a Mazariego, como contratista, para que entregase al
gobernador de Sonsonate 10.000 “mazorcas” de cacao para su distribución en las
poblaciones del distrito.
Pero estos esfuerzos no tuvieron éxito en muchos lugares. Las decisiones de los gobiernos
llegaban hasta las zonas del interior más alejadas de la capital, donde campesinos y
pequeños agricultores tenían que iniciarse en nuevos cultivos en los que no tenían
experiencia. En el caso del café, estimulados por sus autoridades departamentales y
municipales, no siempre salían adelante. Así, en Cuscatlán en 1880, después de haberles
entregado a los pequeños agricultores los cafetos, a muchos los almácigos se les habían
perdido. Por su parte, muchos municipios, presionados por el gobierno, comenzaron a
castigar a quienes no eran capaces de impulsar los nuevos cultivos en sus tierras e
incrementaron el canon de ejidos hasta en un 500%, lo que conducía evidentemente a una
situación absurda y muy tensa.
Estos casos, entre otros que se podrían referir, incurrirían en lo que se pueden considerar
diversas formas de corrupción, sintetizándolas en el aprovechamiento de la ocupación de
cargos públicos –en los poderes legislativo y ejecutivo sobre todo, pero no
exclusivamente- para obtener ventajas y beneficios en negocios privados o en posiciones
de poder. Sin embargo, como es generalmente aceptado, la corrupción se produce cuando
tiene lugar una desviación de la norma y, de acuerdo a este criterio, ninguno de estos
casos eran técnicamente corrupción y, por supuesto, no eran constitutivos de delito. Por
el contrario, todo lo que se ha descrito era totalmente legal. No había leyes que
prohibieran estos comportamientos o, incluso, como se ha visto, había algunas que los
facilitaban. Dicho de otra forma, algunas de las personas mencionadas, representantes de
la Asamblea Nacional, y sus colegas en el mismo poder legislativo o en otros cargos,
aprovechaban la posibilidad de redactar y aprobar leyes en su beneficio y, a sensu
contrario, no habían aprobado ni iban a aprobar leyes que prohibieran tales prácticas.
Cabría, entonces, preguntar si es que no existían actuaciones económicas que estuvieran
prohibidas por la ley y fueran perseguidas por la justicia, y la respuesta es sí. Había por
ejemplo fraudes en las aduanas nacionales cometidos por empleados públicos de menor
nivel, o contrabando mercantil efectuado por comerciantes particulares, o producción
ilegal y contrabando en el comercio de aguardiente –que era un estanco estatal-, además
de otras actividades, todas las cuales estaban tipificadas como delito y eran juzgadas por
el tribunal de Hacienda o por los ordinarios, según los casos, y castigadas con multas y
penas de cárcel, si había lugar.
Esto conduce necesariamente aplantear, por un lado, cuál era el límite legal para según
qué conductas; por otro, quién establecía dicha barrera; y, finalmente, en función de qué
intereses se fijaba. Como se puede suponer la aclaración de estas cuestiones remite, en el
caso de El Salvador en el siglo XIX, a los hechos que ya se han descrito y la fijación de los
límites por las leyes guardaba una relación directa con la relación de fuerzas existente
entre las diferentes clases sociales de la sociedad, en este caso la salvadoreña. En ella eran
los grandes propietarios de tierra, los comerciantes y los poseedores de capital o de
fuertes recursos monetarios quienes estaban en mejores condiciones de ocupar altos
cargos en la administración de Estado y de influir en la aprobación de una legislación a la
medida de sus intereses.
En otras palabras, era la clase dominante –que en El Salvador del siglo XIX actuaba
prácticamente sin necesidad de llegar a ningún grado de consenso con otros sectores de la
sociedad, lo que procedía de su origen colonial- la que fijaba la barrera que separaba lo
que era corrupción de lo que no lo era. Esta constatación pone en evidencia el carácter de
clase del Estado lo cual, por cierto, es algo que apenas se ha tenido en cuenta hasta ahora
en el análisis de la corrupción. Conviene recordar que, a diferencia de cómo lo ha
entendido la historiografía liberal tradicionalmente, el Estado no era –ni es- un todo
homogéneo. En El Salvador y otros Estados latinoamericanos, en el siglo XIX miembros de
la oligarquía ocupaban directamente cargos en los altos poderes del Estado y en otros
órganos relevantes de la administración –desde fines del siglo XIX y en el XX la situación es
diferente, como se comentará más adelante- y, como se ha visto, disponían y disfrutaban
de una legislación ad hoc para sus actividades económicas. Sin embargo, otros niveles
inferiores de la administración eran ocupados por miembros de sectores sociales menos o
nada poderosos, aunque a veces protegidos y utilizados por aquéllos, que no tenían
posibilidad de influir en la redacción de las leyes ni, llegado el caso, de modificar su
contenido de acuerdo a sus intereses. Dada esta diferencia social en los cargos de la
administración del Estado, en última instancia, no era tan importante la modalidad de
corrupción que pudiera cometerse, sino la clase o el sector social de quien la cometía y
cuál era su posición en el aparato del Estado o su vinculación con él.

Resumen del problema


La corrupción de todos los sistemas es clara en este país, en el sistema judicial, como
expusimos en el educativo, ni hablar de los sistemas de salud o transporte. Entendiendo
se la corrupción ya no solo como el hecho de aceptar dinero por favores o robar de los
bienes públicos, si no también el uso de su posición como servidores públicos para
atender sus intereses particulares o el de sus compañías.
Otro nivel de corrupción es el asignar puestos del estado a personas con pocas
capacidades para cumplir con estos roles, traduciéndose en servicios deficientes y malos.
Es nuestra obligación como salvadoreños exigir soluciones en las elecciones venideras y
comprometernos a dejar de aceptar estas acciones, debemos exigir un nivel más alto de
transparencia, y que no sean como los informes que presentan hoy en día solo por cumplir
la ley, que son una pila de palabras rebuscadas datos y números y porcentajes que no
entiende ni el que los escribe, si no informes amigables con la mayoría de población bien
explicados en palabras simples.
En cuanto materia de educación el problema es muy amplio en función que la educación
como se conoce tiene defectos importantes hoy en día, esto en el salvador no solo se
marca de manera más notoria si no que se suma a problemas ya existentes como la falta
de preparación o interés de los docentes, problema que a su vez ha sido ocasionado por la
falta de recursos invertidos en educación (inmobiliaria, estructural, pagos de maestros,
tecnología) esto sumado también a la corrupción en la asignación y uso de estos recursos,
dan como resultado una gran deficiencia en la formación de los/as salvadoreños.
Como hemos dicho anteriormente esta situación alimenta y facilita la corrupción, entre
más ignorante sea el pueblo es más fácil de manipular y desfalcar.
Pero pedir que la solución sea impartida en las aulas, que se forme a las personas con
criterios objetivos y con el fin de desarrollarse bien

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