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1. Intentan renovar la estética de la poesía. Para ello, toman las innovaciones que aportan las
vanguardias, aunque sin olvidar la importancia de la tradición literaria española.
3. La metáfora se convierte en el recurso literario más importante. Se trata de una figura muy
adecuada para expresar los contenidos surrealistas, en las que se hace una especie de
comparación entre cosas reales y cosas imaginarias.
A) HASTA 1927: Comienzan con un tono becqueriano, y enseguida se dejan influir por las
vanguardias, pero sin abandonar del todo lo humano. Pedro Salinas se hace futurista,
Gerardo Diego creacionista, etc. Sienten un deseo de perfección formal, por lo que buscan a
los clásicos.
Llamados a veces, ambiguamente, Generación del 27, constituyeron un grupo de poetas sobre la
base de relaciones de amistad y ciertas concordancias de criterio. Beneficiarios de la larga
experiencia del arte modernista y de la revolución retórica de la Vanguardia, iniciaron con un
amplio poder de grupo la construcción de una poesía española de primer rango, afincada tanto en la
tradicionalidad como en la renovación.
ASPECTOS A CONSIDERAR:
Las principales tendencias por las que transcurrió la poesía en estos momentos fueron: una,
heredera de la poesía llamada pura, otra de carácter neopopular, y una tercera surrealista.
¿Qué es la poesía pura? Búsqueda de lo esencial, de lo inmutable, a través de las palabras justas y
exactas, sin adornos retóricos.
Para vivir no quiero
islas, palacios, torres.
¡Qué alegría más alta:
vivir en los pronombres!
Pedro Salinas,
En esta búsqueda de lo esencial, el autor se sirve del juego entre los pronombres personales de
primera y segunda persona (¿qué puede ser más esencial que representar a dos amantes con el “yo”
y el “tú” despojados de todo lo demás?). Y opone la “desnudez” de los pronombres a diversas
enumeraciones que expresan todo aquello con lo que “vestimos” la vivencia del amor (islas, palacios,
torres… los trajes, las señas, los retratos… los nombres, los rótulos, la historia). El estilo nominal (uso,
sobre todo, de nombres) subraya la búsqueda de la esencia, sin calificativos ni adornos, de aquello
que el poeta quiere expresar. Los adjetivos apenas aparecen para definir a la amada: “pura, libre,
irreductible”, que siempre termina siendo “tú”.
El mar triste, Antonio Machado.
El poeta, por ser creador, debe purificar la literatura de toda la carga moral,
filosófica o política que, proveniente desde el Romanticismo, la había impregnado.
El arte se convierte en fin en sí misma.
El creacionismo
Fue una corriente surgida al lado del ultraísmo. Su portavoz fue el chileno
Vicente Huidobro Fernández (1893-1948), escritor vanguardista chileno, defensor
entusiasta de la experimentación artística durante el periodo de entreguerras. En
1918 llega a Madrid Vicente Huidobro, que compara su movimiento creacionista
con el imaginismo anglo-americano de Ezra Pound y haciendo referencia al
dadaísmo.
El ultraísmo
Imágenes (1922) y
Eliminación de la rima.
Imágenes y metáforas ilógicas: destacan el mundo del cine, del deporte, del
adelanto técnico.
El dadaísmo
Dada es una palabra francesa que significa ‘caballito de juguete’ y fue elegida por
el poeta y editor rumano Tristan Tzara al abrir al azar un diccionario en una de
las reuniones que el grupo celebraba en el cabaret Voltaire de Zurich.
Aunque los dadaístas utilizaron técnicas revolucionarias, sus ideas contra las
normas se basaban en una profunda creencia, derivada de la tradición
romántica, en la bondad intrínseca de la humanidad cuando no ha sido
corrompida por la sociedad.
El surrealismo
De “una costilla del dadaísmo” surge en Francia el Surrealismo. En España
surgió de los movimientos anteriores hacia 1925 y alcanza su punto culminante
hacia 1928.
Los movimientos anteriores buscaban una perfección técnica, una pureza estética
y odiaban lo sentimental –tendencia esta que compartían con las artes plásticas
del cubismo, etc. La falta de emoción humana y la frialdad intelectual es el
resultado.
Se da mucha importancia al sueño, que Freud postulaba como la ‘vía regia’ para
conocer la estructura síquica de los pacientes. Para los surrealistas, el sueño es
una fuente de inspiración poética. El poeta trabaja durante la etapa del sueño. El
misterio de toda creación está en las fuerzas inconscientes de la persona
creadora. Para los surrealistas, el sueño y la realidad no son contradictorios, sino
que se deben fusionar y dar así una “superrealidad”. De ahí que en España se
diera a este movimiento el nombre de superrealismo. Los surrealistas o
superrealistas rechazan toda actividad consciente y lógica y buscan la expresión
de lo irracional, de las fuerzas elementales del alma humana.
El primer poeta español que escribió poesías surrealistas fue Rafael Alberti (1902-
1999) en Sobre los ángeles (1930). Vicente Aleixandre (1898-1984), Federico
García Lorca (1898-1936) y Gerardo Diego (1896-1987) pertenecieron a este
movimiento poco tiempo.
Esta obra de Lorca, así como sus piezas teatrales El público y Comedia sin título, y
el guión cinematográfico Viaje a la luna, revelan una afinidad con las búsquedas
estéticas de Luis Buñuel y de Salvador Dalí, cuyos cortometrajes Un chien
andalou (Un perro andaluz) y L’âge d’or (La edad de oro), con guión sólo de
Buñuel, son exponentes del surrealismo en el cine.
Pasado el movimiento iconoclasta del ultraísmo, hay una vuelta a los cauces
tradicionales: “Esta generación no se alza contra nadie ni contra nada, ni en lo
político ni en lo literario” (Dámaso Alonso), a diferencia del modernismo y del 98.
Se admira a los valores y maestros anteriores y a los grandes valores de la lírica
nacional, pero se evoluciona manteniendo ciertos valores ultraístas: