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Las enzimas son moléculas de naturaleza proteica que catalizan reacciones químicas,
siempre que sea termodinámicamente posible (si bien no pueden hacer que el proceso sea
más termodinámicamente favorable). En estas reacciones, las enzimas actúan sobre unas
moléculas denominadas sustratos, las cuales se convierten en moléculas diferentes
denominadas productos. Casi todos los procesos en las células necesitan enzimas para que
ocurran a unas tasas significativas. A las reacciones mediadas por enzimas se las denomina
reacciones enzimáticas. Debido a que las enzimas son extremadamente selectivas con sus
sustratos y su velocidad crece sólo con algunas reacciones, el conjunto de enzimas
sintetizadas en una célula determina el tipo de metabolismo que tendrá cada célula. A su
vez, esta síntesis depende de la regulación de la expresión génica. Como todos los
catalizadores, las enzimas funcionan disminuyendo la energía de activación de una
reacción, de forma que se acelera sustancialmente la tasa de reacción. Las enzimas no
alteran el balance energético de las reacciones en que intervienen, ni modifican, por lo
tanto, el equilibrio de la reacción, pero consiguen acelerar el proceso incluso millones de
veces. Una reacción que se produce bajo el control de una enzima, o de un catalizador en
general, alcanza el equilibrio mucho más deprisa que la correspondiente reacción no
catalizada. Al igual que ocurre con otros catalizadores, las enzimas no son consumidas por
las reacciones que catalizan, ni alteran su equilibrio químico. Sin embargo, las enzimas
difieren de otros catalizadores por ser más específicas. Las enzimas catalizan alrededor de
4.000 reacciones bioquímicas distintas. No todos los catalizadores bioquímicos son
proteínas, pues algunas moléculas de ARN son capaces de catalizar reacciones (como la
subunidad 16S de los ribosomas en la que reside la actividad peptidil transferasa). También
cabe nombrar unas moléculas sintéticas denominadas enzimas artificiales capaces de
catalizar reacciones químicas como las enzimas clásicas. La actividad de las enzimas puede
ser afectada por otras moléculas. Los inhibidores enzimáticos son moléculas que
disminuyen o impiden la actividad de las enzimas, mientras que los activadores son
moléculas que incrementan dicha actividad. Asimismo, gran cantidad de enzimas requieren
de cofactores para su actividad. Muchas drogas o fármacos son moléculas inhibidoras.
Igualmente, la actividad es afectada por la temperatura, el pH, la concentración de la propia
enzima y del sustrato, y otros factores físico-químicos. Algunas enzimas son usadas
comercialmente, por ejemplo, en la síntesis de antibióticos y productos domésticos de
limpieza.
OBJETIVO GENERAL
OBJETIVO ESPECIFICO
Mecanismo de acción:
Inhibitorias de manera específica
Inhiben el transporte del AIA, produciendo anormalidades en el crecimiento ya que
rompen la dominancia apical y alterando los tropismos.
Aplicaciones en la Agricultura:
Inhiben la germinación de semillas.
Antagonizan con las giberelinas impidiendo la elongación del escapo floral en las
plantas en roseta
Estimulas abscisión de flores y frutos
Herbicidas no toxicas, son altamente selectivas y no tienen perduración en el suelo
Promueve floración en plantas de días cortos.
AUXINAS
Las auxinas fueron las primeras fitohormonas identificadas y es precisamente el ácido
indol acético AIA, la principal auxina endógena en la mayoría de las plantas (Srivastava
2002). La mayoría de las moléculas que integran este grupo son derivados indólicos,
aunque también se encuentran algunos compuestos fenoxiacéticos, benzoicos o picolínicos
con actividad auxínica.
Compuestos con actividad auxinica Las auxinas se encuentran en la planta en mayores
cantidades en las partes donde se presentan procesos activos de división celular, lo cual se
relaciona con sus funciones fisiológicas asociadas con la elongación de tallos y coleoptilos,
formación de raíces adventicias, inducción de floración, diferenciación vascular, algunos
tropismos y promoción de la dominancia apical Dado que los niveles endógenos de auxina
son mucho mayores en tejidos jóvenes, es razonable sospechar que éste es su sitio de
síntesis; sin embargo, esta hipótesis no ha podido ser probada, debido a que las vías de
biosíntesis aún no están completamente entendidas, pues se conocen múltiples y complejas
vías de síntesis, algunas dependientes del triptófano y otras independientes de este amino
ácido, sin que en la actualidad se haya podido establecer ninguna vía completa de síntesis
de auxinas de novo. Por el contrario, se tiene suficiente certeza sobre sus roles fisiológicos,
sus vías de señalización y sus mecanismos de transporte, pero aún se desconoce cómo lo
produce la planta. En los últimos avances que se han hecho, se han descubierto varios genes
claves en la biosíntesis de auxinas, pero aún se requiere integrar estudios genéticos con
análisis bioquímicos para llenar los vacíos que subsisten.
CITOCININAS
Las citocininas son hormonas vegetales naturales que estimulan la división celular en
tejidos no meristemáticos. Inicialmente fueron llamadas quininas, sin embargo, debido al
uso anterior del nombre para un grupo de compuestos de la fisiología animal, se adaptó el
término citoquinina (cito kinesis o división celular). Son producidas en las zonas de
crecimiento, como los meristemas en la punta de las raíces. En 1964, Letham y sus
colaboradores aislaron una citocinina natural a partir de semillas de maíz (Zea mays), a la
que denominaron zeatina, la cual es la citocinina natural más activa que se conoce.
Las mayores concentraciones de citoquininas se encuentran en embriones y frutas jóvenes
en desarrollo, ambos sufren una rápida división celular. La presencia de altos niveles de
citoquininas puede facilitar su habilidad de actuar como una fuente demandante de
nutrientes. Las citoquininas también se forman en las raíces y son translocadas a través del
xilema hasta el brote. Sin embargo, cuando los compuestos se encuentran en las hojas son
relativamente inmóviles.
Efectos fisiológicos
Promueven la división celular. La aplicación de citocininas estimula la progresión del ciclo
celular. En primer lugar, a nivel de la fase G1, citocininas más otras hormonas (auxinas)
inducen la acumulación de ciclinas y por tanto promueven un nuevo ciclo celular (Smith &
Atkins 2. Citocininas también estimularían la entrada a la fase M, probablemente por
activación de una fosfatasa.
Provocan la iniciación de brotes, organogénesis y androgénesis.
Las citocininas causan una dominancia apical reducida o anulada, con brotación y
crecimiento de yemas axilares. Pueden iniciar brotes adventicios en porciones de las hojas,
venas y pecíolos intactos. Son las hormonas claves para inducir la formación de novo de
brotes en diversos explantes in vitro (hojas, raíces, medula, cotiledones). Junto a auxinas,
promueven la producción de tejidos no organizados denominados callos, de los cuales es
también posible inducir la formación de brotes y/o raíces, como también de embriones
somáticos conducentes a plantas.
GIBERELINAS
Las giberelinas (GAs) son hormonas de crecimiento diterpenoides tetracíclicos
involucrados en varios procesos de desarrollo en vegetales. A pesar de ser más de 100 el
número hallado en plantas, sólo son unas pocas las que demuestran actividad biológica.
Su descubrimiento en plantas se remonta a la época de los años 30, cuando científicos
japoneses aislaron una sustancia promotora del crecimiento a partir de cultivos de hongos
que parasitaban plantas de arroz causando la enfermedad del “bakanoe” o “subida de las
plantas”. El compuesto activo se aisló del hongo Gibberella fujikoroi por Eichi Kurosawa
en 1926 por lo que se denominó “giberelina”. El efecto del hongo sobre las plantas
afectadas consistía en un notable incremento en altura aunque con fuerte merma en la
producción de grano. El mayor crecimiento se debió al alto contenido de este factor de
crecimiento producido por el ataque fúngico.
ETILENO
Etileno es la única hormona vegetal gaseosa, simple y pequeña, presente en angiospermas y
gimnospermas aunque también en bacterias y hongos además de musgos, hepáticas,
helechos y otros organismos. Siendo un gas puede moverse rápidamente por los tejidos, no
tanto por transporte sino por difusión. Su efecto además se inicia con cantidades mínimas,
las cuales ya provocan respuestas.
El hecho que la hormona etileno haya resultado ser un gas, es con respecto a la formulación
de las otras hormonas “no gaseosas” un hecho sorprendente, además dado que los mínimos
niveles que implican un efecto; son comúnmente menores a 1.0 ppm (1.0 ul.L-1).
Al igual que otras hormonas de la planta, el etileno puede tener efectos pleiotrópicos. Esto
significa que tiene efectos en varios segmentos del genoma de la planta. Las respuestas al
gas dependen tanto del tejido afectado como de las condiciones ambientales.
Las señales ambientales tales como inundación, sequía, bajas temperaturas, heridas y el
ataque de patógenos pueden inducir la biosíntesis de la hormona en la planta. En
inundación, la raíz sufre carencia de oxígeno, o anoxia, que conduce a la síntesis de ácido
1-aminociclopropano-1-carboxílico (ACC). El ACC se transporta hacia la parte superior de
la planta y después se oxida en las hojas. Su producto, el etileno, causa la epinastia de las
hojas. La biosíntesis del etileno se puede inducir por el etileno endógeno o exógeno.
La síntesis del ACC aumenta con los altos niveles de las auxinas, especialmente el ácido
indolacético (IAA), y de citoquininas. La síntesis del ACC es inhibida por el ácido
abscísico.
ACIDO ABSCÍSICO El ABA
Es un inhibidor del crecimiento que existe naturalmente en las plantas. Es un
sesquiterpenoide (15 carbonos) que es parcialmente producido a partir del ácido
mevalónico en cloroplastos y otros plastos. Otros autores proponen una ruta biosintética a
partir de la degradación de los carotenoides (40 carbones). El ácido abscísico (ABA) se
obtiene principalmente de las bases ováricas de los frutos. Las proporciones más elevadas
de ABA se dan durante la época de la caída de los frutos.
Actualmente no existen muchos usos prácticos para el ABA debido al escaso conocimiento
de su fisiología y bioquímica. Sin embargo el ABA puede tener una importancia enorme en
el futuro de la agricultura, particularmente en zonas desérticas. Hay razones para creer que
la tolerancia de algunas plantas a condiciones de estrés, tales como la sequía, está
directamente relacionada con su capacidad para producir ABA. Además se sabe que el ABA
puede causar el cierre de los estomas en algunas plantas, previniendo con ello la pérdida de
agua por transpiración a través de las hojas y disminuyendo así los requerimiento hídricos
de la planta.
METODOLOGIA
DISCUSION
CONCLUSIONES
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS