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El budismo puede considerarse una ciencia de la mente y en sus más de 2500 años ha generado
una serie de prácticas dedicadas a cultivar emociones y pensamientos positivos que transforman
la conciencia y se difunden por el cuerpo como una sustancia alquímica.
En el budismo tibetano se suele utilizar la siguiente oración que abarca los cuatros pensamientos
inconmensurables:
Que todos los seres posean la felicidad y sus causas [amor bondadoso o benevolencia].
Que todos los seres estén libres del sufrimiento y de sus causas [compasión].
Que todos los seres permanezcan para siempre en el gozo [alegría empática].
Que todos los seres permanezcan en ecuanimidad, libres de la aversión y del
apego [ecuanimidad].
Tony Karam, director de la Casa Tibet de México explica, que: “El cultivo de los pensamientos
inconmensurables, tiene como objetivo a todos los seres sensibles”, es por ello que se consideran
inconmensurables, ya que abarcan a todos los seres del universo y, también, “porque producen
efectos inconmensurables, fortalecen virtudes y cualidades positivas que determinan la calidad
de la vida presente y, desde la óptica budista que contempla el renacimiento, de nuestras vidas
futuras”.
Antes de realizar las prácticas de los Cuatro Inconmensurables recomendamos practicar un par
de minutos una meditación para aquietar la mente, utilizando la técnica de shamatha
(pacificación de la mente). Primero establece una posición meditativa, generalmente se
recomienda sentarse en el suelo sobre un cojín, pero puede ser también en una silla o en
cualquier posición que mantenga la espalda recta. Antes de iniciar la meditación como tal,
tómate unos momentos para observar tu posición, liberar tensión y relajar los músculos: todo
relajado pero manteniendo la espalda recta. Cada vez que notes que estás tensando alguna parte
del cuerpo, sin hacer esfuerzo, suelta la tensión al exhalar.
Alan Wallace ofrece una meditación dirigida de shamatha en este enlace (empieza en el minuto
8:00), utilizando la técnica de Asanga, en la que la concentración con cada aliento se lleva a todo
el campo somático, es decir, todas las sensaciones corporales que se corresponden al inhalar y
exhalar. “Cualquier pensamiento, imagen, o evento mental que surja, no le prestes atención de
manera deliberada. Deja que se desvanezcan”. Mientras que existen movimientos en la mente y
en las sensaciones, la atención se mantiene fija y quieta.
Alan Wallace provee un tip muy útil, el cual toma del gran maestro Padmasambhava. Al
momento de inhalar se intensifica la atención, la conciencia de esa misma respiración, el aire
entrando por las fosas nasales y esparciéndose por el cuerpo, o algún punto que se elija; pero al
exhalar la atención se suelta completamente, se relaja. Cuando inhalas vuelves a llevar la
atención al proceso de la respiración y al exhalar sueltas y así sucesivamente.
Establecer una práctica de shamatha ayuda para todo tipo de meditaciones, ya sean de
compasión, analíticas y demás.
A continuación presentamos cuatro meditaciones, una para cada uno de los inconmensurables,
según fueron enseñadas por Alan Wallace en un reciente retiro, el cual fue hecho disponible en
su sitio web. En los audios, primero se hace una introducción y se genera la motivación
adecuada y luego se prosigue como la meditación como tal. El esquema general es primero
aplicar el inconmensurable sobre el cual se medita a uno mismo, luego a personas en específico
con las cuales tenemos vínculos y luego a todo el mundo.
* * *
1. Amor bondadoso
12:02 Alan Wallace hace una introducción en la que cita las palabras del Buda sobre la
motivación del amor bondadoso
Tony Karam señala que el amor bondadoso es la noción de que: “Todos los seres comparten algo
en común: buscan la felicidad y el bienestar genuino y duradero. Todos los seres merecen
actualizar estas metas y la exploración de las causas genuinas a través de las cuales pueden ligar
estos efectos. [El amor bondadoso es] generar un vínculo para lograr esto y participar y
sustanciar esta empresa de la búsqueda de la felicidad”.
Primero establece tu cuerpo y mente en su estado natural, como con un suspiro de alivio,
dejándolo sumirse en el fondo del ser.
[…]Deja que los pensamientos ilimitados de amor llenen el mundo, abajo y arriba, a lo largo y
ancho, sin obstrucción, que desaparezca el odio, que se extinga la envidia.
Primero haz que surja tu visión, tu visión única de la felicidad verdadera. ¿Cuál es el deseo de tu
corazón? Se dice en las enseñanzas budistas del shamatha que es la alegría la que calma la
agitación de la mente. ¿Cuál es la alegría que calmaría tu mente? Te invito a que consciente e
intuitivamente afirmes la realidad de tu propia naturaleza búdica, tu propia capacidad infinita
para el bienestar, para la compasión y la sabiduría, abastécete de la energía creativa y del poder
de tu propia conciencia. Deja que esta naturaleza búdica, esta conciencia prístina, se afirme a sí
misma. Simbólicamente visualiza una esfera de luz blanca radiante, del tamaño de una perla, en
el centro de tu pecho, en el chakra del corazón. Este es el surtidor de tus deseos más profundos,
la fuente del cumplimiento de todos tus deseos. Y, como si fueras a levantar agua de un pozo,
con cada exhalación imagina como brotan incontables rayos de pura luz blanca emanando de esta
perla, difundiéndose por todas las células de tu cuerpo, todos los aspectos de tu mente, de todo tu
ser. Y con cada exhalación generas la aspiración de encontrar la felicidad que buscas.
Con cada respiración ve como la luz consume en tu ser todo lo que obstruye el flujo de la energía
del amor bondadoso. Imagina como tu ser se llena de esta luz de tal manera que tu cuerpo se
convierte en un cuerpo de luz, transparente, radiante y vacío. Una encarnación de amor
bondadoso. Imagina que tu cuerpo está sobresaturado de esta luz hasta el punto de que ya no
puede contenerse y se expande como un campo de luz en todas direcciones, abarcando el espacio
en el que te encuentras y todas las personas que te rodean. Con cada respiración el campo de luz
de amor-bondad se expande, desde la esfera de luz en tu corazón hasta ir cubriendo toda la
región en que te encuentras, la ciudad, el país, el mundo, el universo, en todas las direcciones del
espacio en las que existen seres sensibles. Todos felices, libres de aflicciones y sufrimiento.
Por último, abandona toda visualización, todos los objetos de la mente, todas las aspiraciones y
descansa en tu propia conciencia autoluminosa.
Meditación resumida:
* * *
2. Compasión
Este momento es un acto de compasión para nosotros mismos. Como con un suspiro de alivio,
libera esta mente ruidosa y afligida hacia las profundidades silenciosas del espacio del cuerpo,
hacia el fondo no-conceptual. Establece tu mente en el estado natural. Con cada exhalación
suelta y relaja, calma y alivia las perturbaciones de la mente y el cuerpo.
Ahora dirige tu atención al espacio de la compasión y reflexiona sobre tu vida como es ahora, lo
que te ha llevado hasta aquí, los tipos de sufrimiento en tu cuerpo y en tu mente, en tus
relaciones con otras personas… Los tipos de sufrimiento a los que sigues estando vulnerable,
hoy como ayer y hace muchas vidas y los cuales, si continuas con estos patrones, serán
replicados en el futuro. Considera esta hipótesis del Buda: la raíz de nuestra vulnerabilidad al
sufrimiento yace en la reificación [objetificación] de nuestros cuerpos y mentes y en la
identificación con nuestro cuerpo y otros seres como si estos tuvieran existencia inherente [fija,
estable y separada], esta es la ilusión fundamental que abre las puertas del sufrimiento; aversión,
resentimiento y hostilidad a lo de los demás y aferramiento y apego a lo mío. Considera las
causas internas en tu propios hábitos mentales, en los cuales yace la raíz de tu sufrimiento.
Imagina que te liberas de todas las aflicciones a las que eres susceptibles. Imagina al exhalar que
te liberas.
Meditación resumida
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3. Alegría empática
Meditación empieza minuto 23:47
Tony Karam dice sobre este inconmensurable: “El regocijo es un antídoto para la envidia, la cual
tiene efectos muy dañinos para el individuo. Aprendiendo a regocijarnos de los éxitos y la
acciones virtuosas en lugar de envidiarlas [logramos importantes beneficios].”
El gran maestro Tsong Khapa dijo que la forma más fácil de generar mérito era regocijarse de la
propia virtud. Y esto puede extenderse a la virtud de los demás. Esta meditación celebra el bien
que has hecho tú y que han hecho los demás, la sabiduría de los maestros, la luz y la felicidad
que también existe en el mundo y se coloca en la misma frecuencia, la sintoniza y la amplifica.
Esta meditación se basa en utilizar la energía positiva de manera inteligente para generar
transformación. En el espíritu de la alegría empática, el hecho de que estés leyendo esto significa
que tienes tiempo para cultivar tu mente y apreciar el dharma. Así que por veinte minutos
congratúlate de poder cultivar tu corazón y tu mente de manera significativa, para generar
beneficios a corto y largo plazo que contribuyan a la iluminación. Esto es algo que no debemos
pasar de largo. Agradece. Establécete en un estado de quietud de mente y cuerpo. Dirige tu
atención hacia adentro y reflexiona sobre tu vida y busca algo que te produzca genuina
satisfacción y regocijo, en tu propia buena fortuna por haber realizado eso, aunque no haya sido
trascendental. Atiende al bien que has generado, a tu entendimiento, y a lo bueno que has hecho,
para ti y los demás. Con la inhalación lleva tu atención a la alegría de la bondad de esos
momentos. Mientras exhalas el aire, emana la gratitud y la apreciación de esto, exhala la luz de la
apreciación, de la alegría. Con conciencia de que una vida significativa no es algo que podría
suceder en el futuro, ya tiene significado por estar aquí, tu vida es el resultado de esto.
Reflexiona también en el bien, en la generosidad y en el enriquecimiento que otros te han
brindado, en aquellos que han sido generosos y por los cuales has podido beneficiarte.
Luego lleva tu atención al éxito y la felicidad de los demás. Piensa en aquellas personas que
producen alegría y que buscan hacer el bien y deja que esta luz de la apreciación permeada con
gratitud se expanda hacia el mundo.
Meditación resumida:
4. Ecuanimidad
Tony Karam señala que la ecuanimidad o imparcialidad: “tiene como objetivo reconocer cómo
todos los seres son iguales que nosotros en su búsqueda de trascender el sufrimiento y encontrar
la felicidad y cómo todos merecemos obtener estas metas”.
Recuerda ocasiones en el pasado en las que cosas negativas han surgido, aflicciones mentales,
comportamientos de los cuales en ese momento te arrepentiste, cosas que te hacen estar en
disgusto contigo mismo. Esto es aversión contra ti mismo. Y luego piensa en una ocasión en la
que lograste sacar lo mejor de ti, momentos verdaderamente integrales y positivos, de los cuales
merece regocijarse, amables, nobles… en los que realmente aprobaste tu comportamiento,
momentos así deben de haber ocurrido alguna vez. Piensa en ello. En nosotros está todo el
espectro, de lo más negativo a los más positivo y todo el intermedio, pero el común denominador
en todos estos momentos es que siempre quiero estar libre de sufrimiento, siempre quiero que
florezca la felicidad, aunque hay momento en que estoy más afligido y errático que otros. No
porque lo elija, sino porque ocurre. Así que con un sentido ecuánime de desearte el bien a ti
mismo, y desear estar libre del sufrimiento y de sus causas interna, desarrolla esta ecuanimidad,
esta entereza del corazón, este equilibrio de la mente. Que seas feliz y estés libre del sufrimiento.
Con cada aire que exhalas deja salir la luz de la compasión, del amor bondadoso y la alegría,
mientras te visualizas a ti mismo y con cada inhalación absorbe y extingue en la luz central del
corazón el sufrimiento al cual eres susceptible y las causas subyacentes de este sufrimiento. Con
cada inhalación generas la aspiración”que yo sea libre” y al absorber esta oscuridad y extinguirla
imaginas que eres libre.
Con cada exhalación imagina que encuentras la felicidad que buscas, generando amor
bondadoso… “que seas verdaderamente feliz”.
Abre tu mente, expande tu conciencia a todo el universo y haz una invitación a todos los seres
sensibles para que aparezcan. Ve quién aparece, sea amigo o enemigo, conocido o desconocido y
una vez que aparezca un individuo o un grupo, en vez de atender a la imagen utiliza la imagen
para atender al ser humano en sí mismo, llévalos a tu mente y procura por ellos.
Luego deja que esa persona se disuelva y ve quién más aparece… y finalmente amplía el
espacio de tu atención y piensa en todo el mundo y haz esta misma operación.
Por último deja que tu conciencia descanse ya sin objeto de meditación, en la propia
ecuanimidad, en la quietud de la respiración.
Meditación resumida: