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Discurso 9 de julio

Hoy celebramos 199 años de nuestra Independencia. Para nosotros los tucumanos esta fecha está cargada de sentidos muy
especiales. Ya que nuestra tierra y nuestros habitantes fueron en aquel tumultuoso 1816 protagonistas en primera persona
de ese hecho tan importante para la fundación de nuestra república.

Hechos sociales y políticos de una época convulsionada por las decisiones extranjeras sobre nuestra patria en gesta dieron
inicio a un incipiente cambio. Una España en crisis dominada por Francia que repercutió de inmediato en las Provincias
Unidas del Sur y que consolidó una Junta de gobierno que tenía por intención conducir soberanamente los destinos de
nuestro territorio.

El martes 9 de julio de 1816 no llovía como en aquel 25 de mayo de hacía seis años. El día estaba muy soleado y a eso de las
dos de la tarde los diputados del Congreso empezaron a sesionar. A pedido del diputado por Jujuy, Sánchez de Bustamente,
se trató el "proyecto de deliberación sobre la libertad e independencia del país". Y la verdad es que no hubo discusión.
Todos estuvieron de acuerdo en declarar la independencia. Ese día no hubo fiestas, pero todos se prepararon para los
festejos del día siguiente. Grandes festejos siguieron a la declaración de independencia que incluyeron bailes y elección de
reina de los festejos. Para los habitantes de nuestra provincia al mando del gobernador Araoz este logro era fruto de
mucho tiempo de trabajo y resistencia, de muertes y pérdidas, de batallas sangrientas y luchas intestinas inútiles.

Decía el documento:

“declaramos solemnemente a la faz de la tierra que, es voluntad unánime e indudable de estas provincias
romper los violentos vínculos que las ligaban a los reyes de España, recuperar los derechos de que fueron
despojadas, e investirse del alto carácter de una nación libre e independiente del rey”

Pero ¿fuimos y somos verdaderamente independientes?

La idea de Independencia es un valor que en estos dos siglos ha sido re significado, de una y otra forma, por los gobiernos y
dirigentes políticos e intelectuales que idearon un país. Porque no solo se logró batallar contra los realistas sino que
además se debió lidiar y resistir contra los ingleses y no solo en forma bélica sino también en la dominación territorial con
la venta de tierras y regalías, con la introducción de empresas que vaciaron nuestros recursos con mano de obra barata y
evasión de impuestos.

Y aunque a veces parezca tan lejanos los orígenes de nuestra patria, algunos hechos se repiten como si nunca hubiésemos
aprendido. Lamentablemente, la intromisión extranjera en nuestro país fue una desidia de muchos.

Suele recordarse a la pasada década del 90 como la venta del país. La entrega de los servicios de la población fue el
desguace del Estado: las políticas económicas del neoliberalismo llevó a la ruina a la Argentina de fin de siglo. Hoy nos
queda mucho por recuperar. Desde los ideológico y desde lo cultural pero más que nada desde lo identitario. Recuperar la
identidad de tucumanos y argentinos. Darnos cuenta que la nuestra no es una “Casita” como pretenden llamarla algunos.
Es una gran casa, Histórica con mayúsculas y que en la Casa Histórica se inauguró el país. Recuperar la identidad de
fundadores de la patria que no se pudo fundar en otros lugares. La independencia se logró en nuestra tierra, perfumada
por el azar de nuestros naranjos y asolada por el frío inclemente de nuestro invierno de cerros nevados. Con un sol que
calentaba el corazón de los que vinieron de lejos a buscar libertad.

La libertad es uno de los valores humanos más preciados y, como tal, debe ser un elemento fundamental para la
construcción colectiva de una verdadera patria libre, justa, equitativa y soberana. Y también latinoamericana como la
pensaron San Martín, Bolívar, Martí, Sandino, Artigas, Ernesto Guevara o el gran Manuel Belgrano a quien recordábamos
hace unos días apenas.

Será cuestión de luchar y crear conciencia por una segunda y definitiva independencia, perdurable y segura.

Muchas gracias.

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