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MÓDULO 1.

LA BIBLIOTECA DE AULA Y ESCUELA

UNIDAD 1. La biblioteca de aula y la biblioteca de escuela y su relación con el


Currículo Nacional

En esta sección te invitamos a interactuar con la información que te ofrecemos acerca de


la biblioteca de aula y la biblioteca de escuela, y su relación con el Currículo Nacional a la
luz de la realidad de la institución educativa donde trabajas y de las situaciones de
aprendizaje que se generan en el aula.

El Currículo Nacional (CN) contiene los perfiles que los estudiantes deben lograr al
término de la Educación Básica. Esta visión común e integral de los aprendizajes requiere
el empleo, por parte del docente y del director de la escuela, de herramientas que
contribuyan con el logro de este perfil. Una de estas herramientas son las bibliotecas, que
pueden estar dirigidas a todos los estudiantes de la institución educativa o a los estudiantes
de un aula.

La dotación de diferentes tipos de textos: de géneros y temáticas variados; de gran


diversidad de autores, tanto clásicos como contemporáneos, y en distintos soportes, que
llegan de forma impresa y digital, pretende contribuir a la formación de lectores y
escritores competentes. Esta selección permite a los docentes organizar situaciones de
lectura y escritura centradas en prácticas sociales en las que leer críticamente y producir
textos de calidad se hace “para algo”. Por su parte, los estudiantes se benefician con el
acceso a libros, revistas, enciclopedias, etc., y ganan un espacios de documentación e
información que les permite leer y escribir con diferentes propósitos, realizar
investigaciones en torno a proyectos emprendidos de forma individual o grupal,
entretenerse, instruirse para elaborar o fabricar algo, disfrutar, etc.

El disponer de una biblioteca en el aula y una biblioteca en la escuela no genera por “sí
mismo” competencias en los estudiantes, se requiere de un uso de las bibliotecas
planificado, acompañado y evaluado de parte de los docentes para que los estudiantes
aprendan a usarlas, cuidar de los materiales que las integran y buscar en ellas la satisfacción
de sus propósitos personales y grupales. Esto requiere que los docentes modelen prácticas
lectoras y escritoras adecuadas para que los estudiantes, en forma progresiva, participen de
una comunidad de lectores y escritores tanto dentro del aula y la escuela como fuera de
estos espacios.

1.1 La biblioteca escolar o de institución educativa

La biblioteca escolar es un espacio educativo, es un espacio físico propio y se encuentra


separado de las aulas de clase. Se caracteriza por ser un espacio amplio y bien iluminado,
tranquilo, lejos de ruidos molestos, lo que favorece la concentración de los estudiantes. Al
interior de la biblioteca, se debe contar con espacios diferenciados con la finalidad de poder
realizar diversas actividades, como la lectura libre, los trabajos grupales, la búsqueda de
información, etc. Además, es importante contar con un espacio de lectura exterior (jardines
o patios colindantes) que sirva también para realizar otras actividades. La disposición de
los ambientes interiores deben tener una separación en función de las actividades para las
que han sido concebidos; sin embargo, esta separación debe estar organizada de tal manera
que todos los ambientes se encuentren conectados y la biblioteca sea percibida visualmente
como una unidad, un espacio diferenciado pero a su vez unificado (Minedu, 2016b). Los
espacios de lectura deben estar separados de los espacios de estudio, de manera que los
estudiantes puedan realizar actividades diversas sin incomodarse los unos a los otros.

Los espacios pueden ser los siguientes:

 Zona de estantería: de libre acceso a los estudiantes, con mobiliario adaptado a la


altura y edad de los estudiantes de Primaria.
 Zona de lectura: donde suelen colocarse cojines, bancas o mesas para facilitar que
los niños pueden leer o hacer sus tareas cómodamente.

 Zona para los trabajos grupales: es un espacio para realizar, sobre todo,
investigaciones y tareas. Además, debe estar dotado de equipos multimedia para
favorecer el acceso a medios virtuales o audiovisuales.

 Zona de recepción: donde se encuentra el monitor de la biblioteca, espacio que


también debe tener, preferentemente, un equipo multimedia.

 Zona de lectura libre: generalmente cuenta con un tapiz, pufs o cojines, sillones y
bancas con el fin de favorecer la lectura informal. Es una zona amplia que se
encuentra cerca a la estantería de libre acceso.

Fuente de imagen: http://goo.gl/Gcf3tG

La biblioteca escolar debe encontrarse bien cuidada y ser acogedora para los estudiantes.
El diseño del mobiliario debe estar pensado para niños de educación primaria (de 6 a 12
años), por lo tanto, debe tener dimensiones ideales para la edad de los niños, de manera
que puedan alcanzar con facilidad los materiales para ser explorados (Minedu, 2016b). Se
debe contar con una estructura para realizar presentaciones de los libros (el título de la
semana, el más leído, etc.).
Con respecto a los usos pedagógicos, la biblioteca escolar es un espacio que tiene como
objetivo el fomento de la lectura; la promoción de buenas prácticas lectoras, escritas, orales
e investigativas, y el desarrollo de capacidades para la búsqueda y el análisis de la
información. La finalidad de la biblioteca es formar lectores y para esto pone al estudiante
en contacto con el libro, inclusive antes de que empiece a leer. Desde que el estudiante
inicia la educación básica, la biblioteca escolar adquiere valor para él, es el lugar donde el
estudiante puede interactuar con materiales de lectura diversos. Cuando los estudiantes
acceden a los textos, los manejan y los leen, forman progresivamente una comunidad de
lectores y escritores, inclusive antes de aprender a leer y escribir formalmente (Hoz y
otros, s. f.: 2).

La biblioteca escolar cuenta con materiales impresos que han sido brindados por el Minedu,
pero también con material propio que ha sido agenciado por las propias instituciones
educativas (Minedu, 2016b), los padres y madres de familia u otros miembros de la
comunidad educativa. Los documentos de la biblioteca escolar se encuentran, sobre todo,
en soportes impresos, sin embargo, algunos pueden estar en formatos virtuales. Los
documentos pueden tener contenidos informativos o documentales, ficcionales (literatura
infantil o juvenil), enciclopédicos, didácticos, instructivos; pueden ser revistas, periódicos,
manuales, etc. Además, la biblioteca puede albergar materiales concretos que faciliten los
aprendizajes a través del juego, la exploración y la interpretación.

En la biblioteca escolar, el estudiante desarrolla habilidades para la búsqueda y análisis de


la información, tanto con materiales impresos como virtuales. También es un espacio para
desarrollar la cultura literaria gracias al acceso a obras de ficción. Es importante que los
estudiantes, desde el inicio de sus aprendizajes, se acerquen a la biblioteca con diferentes
propósitos, no solo para realizar las tareas escolares, sino que lo hagan motivados por un
interés personal y para aprender sobre un tema que no conocen. Se comprende entonces
que la biblioteca escolar es un pilar fundamental de la escuela, es un espacio donde se
pueden organizar proyectos institucionales y de aula, donde participan diversos lectores,
tanto estudiantes como docentes, inclusive padres de familia, con el objetivo de acceder a
la información, al conocimiento y a la cultura (Del Valle, 2007: 98). La gestión de la
biblioteca la realiza un monitor (docente o bibliotecario), su función es gestionar los
materiales y recursos de la biblioteca, así como seleccionar el material y hacer funcionar la
biblioteca, además de poner en marcha estrategias para acercar al estudiante a la lectura. El
rol de monitor es fundamental porque promueve la animación a la lectura a través de
talleres o actividades (cuenta cuentos, títeres, lectura de libros, etc.) y guía a los estudiantes
en la búsqueda de información. Además, el monitor es gestor porque trabaja de manera
coordinada con los docentes de aula en la organización de proyectos institucionales o de
aula, talleres, selección de materiales para el aula de refuerzo escolar, exposiciones, etc.

Como ya habíamos mencionado, es importante que los estudiantes, desde los primeros
ciclos de EBR, conozcan y utilicen la biblioteca, y se familiaricen con los diversos textos
que se encuentran en ella. Para tal fin, es necesario que el docente planifique visitas
semanales a la biblioteca, fije un horario de permanencia en ella y algunas actividades a
realizar. Es indispensable buscar que “los niños de todas las edades conozcan la biblioteca,
se familiaricen con ella y realicen actividades de fomento de la lectura en ella. La biblioteca
ofrece un espacio tranquilo, acogedor, maravilloso; un lugar que ha de ser muy visitado,
muy solicitado, muy propuesto” (Alzola e Iturrioz, 2016: 24). Es importante entonces que
las visitas a la biblioteca sean frecuentes y significativas para los aprendizajes de los
estudiantes. El monitor fijará los horarios de atención en función de las necesidades de la
II. EE, los estudiantes y los docentes; lo hará de manera coordinada para que todos sean
acogidos.

Fuente de imagen: http://goo.gl/EV2amW Fuente de imagen: http://goo.gl/cFU8rc


La animación de las actividades en la biblioteca está principalmente a cargo del monitor,
pero estas tareas pueden ser compartidas con el docente de aula, sobre todo cuando se trata
de acoger a los estudiantes de los primeros ciclos de EBR. Se puede proponer un bloque
de 30 a 45 minutos (la duración dependerá de la edad de los estudiantes) para realizar
lecturas o narraciones de ficción, y otro bloque similar para realizar actividades afines a la
búsqueda de información, sobre todo vinculándolas a proyectos de clase o de ciclo. Ambas
visitas deben ser frecuentes para que el estudiante aprenda a utilizar la biblioteca y sus
recursos.

Como hemos visto, la biblioteca escolar trabaja en relación estrecha con los docentes y los
estudiantes a través de la elaboración y ejecución de unidades didácticas, es la fuente
principal de insumos para estas, pero además puede constituirse en una fuente de materiales
para las bibliotecas de aula. El trabajo de la biblioteca escolar y de la biblioteca de aula se
realiza en red, dado que la primera puede proporcionar los insumos con que cuenta la
segunda. Los estudiantes realizan un acercamiento a la lectura y a la búsqueda de información
a través de ambas.

La biblioteca escolar tiene un programa que se organiza en torno a dos ejes fundamentales:
el acceso a la lectura y la búsqueda de información. Para desarrollar los contenidos de este
programa considera los lineamientos del Currículo Nacional, de manera que las actividades
que se realicen contribuyan al desarrollo de las competencias que los estudiantes deben
alcanzar a lo largo de la educación básica. La biblioteca escolar es además un espacio
educativo nuevo que da soporte a los aprendizajes de los estudiantes y brinda opciones para
que indaguen en sus propios intereses para aprender nuevos temas (Minedu, 2016c: 20).
La biblioteca es también un espacio para que los estudiantes tengan la oportunidad de leer
diversos textos, producir escritos creativos y comentar lo leído con diferentes interlocutores
y en diferentes situaciones de aprendizaje dentro y fuera del aula. Esta situación conlleva a
que los docentes propongan situaciones didácticas en el espacio de la biblioteca. Es
importante reconocer, además, que las competencias comunicativas son también trabajadas
en la biblioteca escolar y de aula cuando propiciamos situaciones de lectura y escritura en
estos espacios; por ejemplo:

 Cuando los estudiantes escuchan una historia leída por el docente o un poema
declamado por un compañero, trabajan la comprensión de textos orales.

 Cuando los estudiantes narran una historia o sistematizan información de un tema


para explicarles a sus compañeros, trabajan la expresión oral.

 Cuando los estudiantes leen de manera autónoma un cuento o cuando buscan


información en una enciclopedia, trabajan la comprensión de textos escritos.

 Cuando los estudiantes realizan un resumen o un organizador visual para presentar


información, o escriben un cuento, producen textos escritos.

 Cuando los estudiantes interactúan con expresiones literarias a través del contacto
con obras de literatura infantil o adulta, trabajan la comprensión de textos escritos.

A través de las siguientes interrogantes, te invitamos a reflexionar sobre lo leído:

¿Consideras que la biblioteca de aula y/o escuela es una herramienta para lograr el perfil
de los estudiantes de educación primaria? ¿Por qué?

¿Qué estrategias utilizarías para motivar a tus estudiantes a frecuentar la biblioteca escolar?

¿Por qué es importante que el docente realice actividades de lectura y escritura en la


biblioteca escolar?

¿Cómo te gustaría que fuera la biblioteca de tu institución educativa? ¿Cuáles serían sus
características y particularidades?
1.2 La biblioteca de aula

Dentro del aula, el docente y los estudiantes pueden determinar un espacio (sector)
dedicado exclusivamente al fomento lector, este espacio se domina biblioteca de aula. Se
debe considerar un espacio o un sector bien iluminado, con fácil acceso y tranquilo, que
facilite a los estudiantes un contacto directo e intenso con la lectura (Wallace, s. f.). Los
materiales de la biblioteca de aula están constituidos por el material que brinda el Minedu
dentro del kit de Comunicación (2016c: 15-16), además de los materiales brindados por la
propia institución educativa o conseguidos gracias a donaciones diversas. Asimismo,
alberga las producciones elaboradas por los estudiantes; por esta razón, se debe cuidar que
las producciones sean inéditas y variadas, que cuenten con los elementos de un texto
escrito, que sean visibles y atractivas. Los estudiantes pueden realizar cuentos, poemas,
antologías, juegos, afiches, diccionarios, etc. También se pueden incorporar documentos
digitales, grabaciones de narraciones de los estudiantes y sus padres o el docente. Dichos
documentos deben ser catalogados con el conjunto de documentos de la biblioteca.

Es importante tener en cuenta la visualización y presentación de los materiales; que los


niños los identifiquen, los conozcan y los utilicen. A continuación se detalla el material
impreso considerado en el catálogo de la biblioteca de aula, que han sido distribuidos por
la Dirección de Educación Primaria del Minedu:

 Libros de literatura infantil – III ciclo.


 Libros informativos – III ciclo.
 Libros de literatura infantil – IV y V ciclo.
 Libros informativos – IV y V ciclo.
 Recetarios-fichas.
 Láminas.
Fuente de imagen: http://goo.gl/QbiVSK

Estudiantes y docente participan en la implementación y gestión de la biblioteca con el


objetivo de hacerla dinámica y viva gracias a la lectura. Es además un espacio que cambia
permanentemente para atraer a los estudiantes y romper con la rutina. Es un lugar
referencial para los estudiantes y cumple la misma función que la biblioteca escolar porque
los estudiantes pueden dirigirse a ella para buscar, explorar y buscar información, así como
para conocer nuevos títulos y disfrutar de la lectura en el contexto escolar (Hoz y otros, s.
f.: 2).

Por otra parte, la biblioteca de aula puede ser denominada una “biblioteca móvil”
(Mendoza, 2004: 67), en la medida que alberga módulos de lectura, materiales elaborados
por los estudiantes y por los docentes, y los materiales que recupera temporalmente de la
biblioteca de la institución educativa. Así, documentos o colecciones que pertenecen a la
biblioteca escolar circulan hacia las bibliotecas de aula según las necesidades de las clases.
Por ejemplo, si se trabaja una unidad didáctica sobre los derechos de los niños y las niñas,
los estudiantes pueden solicitar al monitor de la biblioteca que les busque, prepare y preste
documentos sobre el tema. Para ello, el docente enseña a los estudiantes a usar los libros,
es decir, acudir a las diferentes partes del libro para obtener información acerca de su
contenido, por ejemplo, el índice, la reseña de la contraportada, las solapas del libro.
La biblioteca es también un espacio de socialización entre docentes y estudiantes porque
establecen relaciones e intercambian opiniones, críticas e información sobre los libros. Se
caracteriza por ser un espacio de circulación del conocimiento y la cultura, que fortalece
los aprendizajes que los estudiantes realizan en el aula y en la escuela.

A través de las siguientes interrogantes, te invitamos a reflexionar sobre lo leído:

¿Cuentas con una biblioteca bien implementada en tu aula?

¿Cómo has organizado los estantes de la biblioteca de tu aula? ¿Participaron los estudiantes
en la organización de la biblioteca? ¿Cómo?

¿Tus estudiantes la frecuentan? ¿Qué libros consultan más tus estudiantes? ¿Por qué?
UNIDAD 2. La biblioteca de aula y la biblioteca de escuela como espacios
educativos

La biblioteca escolar es considerada uno de los espacios educativos dentro de las


instituciones educativas; asimismo, es considerado un centro de recursos para el
aprendizaje. Las actividades pedagógicas realizadas al seno de la biblioteca escolar y la
biblioteca de aula acompañan los aprendizajes de los estudiantes a lo largo de la educación
básica. Este acompañamiento no se da únicamente en el área de Comunicación, sino que
atraviesa las demás áreas curriculares. La biblioteca escolar es un pilar fundamental de la
escuela porque permite que los estudiantes accedan a ella democráticamente y sin
restricciones de acceso, mitigando así las diferentes brechas sociales, culturales y
cognitivas entre los estudiantes porque permite que accedan y utilicen los recursos de que
ella dispone de manera igualitaria (Ramírez, 2016: 103). Muchos estudiantes no tiene
oportunidad de tener libros en casa, por tal razón la biblioteca de aula y de escuela son la
fuente para poder acceder a los libros y hacerlos circular entre los estudiantes. Como señala
Del Valle (2007: 98) citando a Davies (1974): “La biblioteca escolar se convierte en una
fuerza que favorece la excelencia educativa cuando funciona como elemento de apoyo que
es parte integrante del programa educativo en su conjunto.” El currículo es, en este
contexto, el documento orientador para el trabajo de los monitores de la biblioteca, el cual
está basado en un programa articulado de actividades que tienen en cuenta las competencias
que deben desarrollar los estudiantes de educación básica. Las actividades que realiza el
monitor en la biblioteca o el docente de aula deben programarse en función de las
situaciones significativas y las prácticas sociales en las que se ponen en funcionamiento
ciertas competencias para resolver retos contextuales; por ejemplo, leer para otros e
intercambiar opiniones es una práctica social que realizan los estudiantes, entre otras
motivos, porque quieren saber ¿por qué el agua puede faltar? Entonces, acompañados por
el docente, ponen en funcionamiento lo que saben acerca de los textos y se valen de los
indicios que estos les brindan para ubicar la información y responder a la pregunta en
grupo; además, hacen suya esta información incorporándola a sus aprendizajes.
Fuente de imagen: Castedo, Mirta (2016: 22) Fuente de imagen: http://goo.gl/YXGyd2

En el nivel de educación Primaria, el plan de fomento de la lectura y escritura a través de


la biblioteca escolar debe favorecer las competencias comunicativas en el marco de
prácticas sociales del lenguaje, en este sentido tenemos lo siguiente:

En el III ciclo

1. Fomenta el aprendizaje de la lectura y su consolidación por medio del acceso a lo escrito.


Para lo cual se brinda al estudiante la oportunidad de construir el sistema alfabético a través
del uso de variados tipos de portadores de textos de uso social (libros, revistas, folletos,
etc.), diversos tipos de textos y géneros textuales, documentos registrados en diversos
soportes (papel, cintas, discos magnéticos, fotografías, etc.). Estos materiales tienen como
finalidad motivar a los estudiantes a descubrir las asociaciones con el sistema de escritura,
lo que implica, a su vez, leer y escribir en distintas oportunidades, en diversos espacios y
con diferentes interlocutores. El acceso al mundo de lo escrito se realiza mediante el juego
y el conocimiento de su entorno.

2. Fomenta el aprendizaje de la escritura. Para lo cual se le brinda al niño la oportunidad


de acceder a un espacio acogedor donde puede realizar sus producciones de manera libre u
orientada, además, se le ofrecen diferentes materiales para elaborar producciones escritas
(cuadernos, hojas, moldes, pizarras, etc.). La biblioteca es un espacio que le brinda la
oportunidad de escribir con sentido y con propósitos claros, en el marco de las situaciones
comunicativas.
3. Brinda oportunidades a los estudiantes para escuchar y conversar con sus compañeros y
con otros adultos; por ejemplo, cuando se invita a autores para realizar talleres de lectura,
comentar sus obras o leer extractos, o cuando se invita a ilustradores para realizar talleres
de dibujo o pintura y comentar sus obras, etc.

4. Favorece las operaciones lógicas a través de materiales educativos y juegos. Cuando el


estudiante accede libremente a los estantes de la biblioteca es capaz de identificar códigos,
clasificar y ordenar los documentos según su disposición en los estantes.

En otros ciclos

1. Brinda a los estudiantes la oportunidad de descubrir nuevos documentos, más


elaborados, que les permitan manejar conceptos y descubrir conocimientos nuevos a través
de múltiples soportes.

2. Permite aprender nuevos conocimientos y consolidarlos gracias al acceso a la


información y al poder comunicarlos de manera efectiva a nivel oral y escrito.

Según Durban (2010: 79), existen 3 tipos de contenidos educativos vinculados a la


biblioteca escolar: competencia lectora y hábitos de lectura, experiencia y formación
literaria y competencia informacional. Así, los estudiantes desarrollan lo siguiente:

i. La competencia lectora, que se adquiere gracias a un desarrollo funcional de la


lectura que es la base para adquirir hábitos lectores y aprender. La funcionalidad de
la lectura y la adquisición de hábitos lectores están en estrecha relación, una
depende de la otra; de manera que para hacer más funcional la lectura esta debe
cumplir con tener una función cultural, vital y social. La lectura y la escritura se
realizan en todas las áreas curriculares, de manera que se deben complejizar las
tareas requeridas en todas las áreas en los ciclos superiores, por ejemplo: seguir
instrucciones, tomar notas, elaborar o completar fichas de trabajo, realizar
resúmenes, responder cuestionarios, preparar índices de contenidos. (Tolchinski y
Simó, 2001).
ii. La experiencia y formación literaria, que inciden en la formación del lector y son
necesarias para acceder a la cultura y el conocimiento a través de la experiencia
social. Permiten al estudiante acceder y comprender diversos lenguajes artísticos.
Además, durante el proceso de lectura, el estudiante puede explorar lo escrito de
manera interactiva, por ejemplo, a través de las predicciones, verificaciones o
planteando diversas interpretaciones sobre la lectura realizada (Solé, 2000).

iii. La competencia informacional, que se desarrolla actualmente en nuestros


estudiantes gracias a la cultura digital. En el Currículo Nacional, la competencia
transversal “se desenvuelve en entornos virtuales generados por las TIC” puede
desarrollarse en el espacio de la biblioteca, específicamente cuando el estudiante es
alfabetizado digitalmente con el objetivo de acceder a la información a través de
entornos virtuales.

A través de las siguientes interrogantes, te invitamos a reflexionar sobre lo leído:

¿Consideras que la biblioteca escolar debe ser estimada como uno de los espacios
educativos más importantes dentro de las instituciones educativas? ¿Por qué?

¿Qué competencias comunicativas pueden desarrollar los estudiantes cuando realizan


actividades de lectura y escritura en la biblioteca del aula?

¿Qué actividades realizarías para vincular la biblioteca de tu aula a la biblioteca escolar?

Es importante que las actividades de lectura y escritura que realicen los estudiantes se
complejicen a medida que van avanzando en su escolarización. El docente debe tener el rol
de mediador y brindar a los estudiantes la oportunidad de acceder a textos cada vez más
complejos, más elaborados y retadores. Por ejemplo, en el III ciclo se debe brindar al
estudiante la oportunidad de leer álbumes ilustrados porque tienen poco texto e imágenes
amplias que permiten que el estudiante pueda inferir el contexto en el cual se desarrolla la
historia. En los ciclos superiores, se debe introducir las novelas infantiles con
clasificaciones de lectura inicial e intermedia; en este tipo de textos la parte escrita es más
abundante pero continúa teniendo acompañamiento de imágenes que pueden
complementar la comprensión de la historia.

Recordemos que la biblioteca escolar no es solamente un recurso educativo, es también un


agente pedagógico en la medida que fomenta y acompaña los aprendizajes de los
estudiantes. La biblioteca es un lugar dentro de la escuela que ha sido concebido “como
espacio de aprendizaje, formación, socialización y desarrollo de las habilidades
informativas” (Ramírez, 2016: 103). Debido a que se encuentra en el espacio físico de la
escuela, cerca del estudiante y que además es de libre acceso, la biblioteca escolar
acompaña el proceso de aprendizaje de los estudiantes, los motiva a leer de manera lúdica
y placentera, y les brinda una variedad de soportes escritos (lo que los motiva a asistir a
este espacio con frecuencia). Además, promueve que los estudiantes y docentes estén
informados y sean críticos con las lecturas que realizan.

La biblioteca es un espacio educativo porque además de fortalecer los aprendizajes de los


estudiantes promueve actividades culturales dentro de la II. EE (Olaya, 2006: 45). Entre
los ejemplos de actividades que podemos citar están: la feria del libro, la semana del libro,
conversatorios con autores para conocer los propósitos de sus obras, etc. Recordemos
entonces que la biblioteca es un espacio educativo en la medida que promueve el hábito
lector y es un espacio para acceder a la información y a la cultura.
En síntesis, podemos decir lo siguiente:

El Currículo Nacional describe los aprendizajes y las orientaciones para la formación de


los estudiantes, con el propósito de asegurar su desenvolvimiento con éxito en su vida
presente y futura. En ese contexto los diversos actores de la comunidad educativa
debemos hacer los mayores esfuerzos para que la biblioteca de aula y la biblioteca de
escuela se conviertan en herramientas que permitan desarrollar competencias en los
estudiantes para el ejercicio de su ciudadanía y su participación en la vida social.

Recuerda que las bibliotecas no generan aprendizajes por sí mismas, es necesario


entonces planificar actividades, acompañarlas y evaluarlas. El docente asume el rol de
mediador de las situaciones didácticas, generando el interés de los estudiantes y
motivándolos a hacer uso de este espacio educativo; de esta manera favorece la
conformación de una comunidad de lectores y escritores competentes.
Bibliografía

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