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ÓRGANOS Y ORGANIZACIONES AUTÓNOMAS DEL PODER PÚBLICO EN

COLOMBIA

ALVAREZ ROJAS VALERIA LUCIA


HERNANDEZ LATORRE WILLIAM DAVID

UNIVERDIDAD COOPERATIVA DE COLOMBIA SEDE IBAGUÉ


FACULTAD DE DERECHO
DERECHO ADMINISTRATIVO GENERAL
IBAGUÉ – TOLIMA
2018
Tabla de contenido

Resumen
Introducción
1. Generalidades de los órganos autónomos o independientes
1.1. Noción general de los órganos autónomos o de administraciones independientes
1.2. Naturaleza de los órganos autónomos o independientes

2. El papel de los organismos autónomos en la estructura del Estado


2.1. Organismos autónomos creados por la constitución de 1991
2.2. Órganos que tienen personería jurídica
2.3. Órganos sin personería jurídica

3. Conclusión

4. Bibliografía
Resumen

La estructura actual del Estado Colombiano, corresponde la división tradicional de las ramas
del poder público, tales como la ejecutiva, legislativa y judicial; pero también existen otros
órganos o autoridades dotadas de autonomía e independencia, bien se de naturaleza
constitucional, legal o jurisprudencial y a su vez con o sin personería jurídica, las cuales
atienden al cumplimiento de los fines del Estado y la constante evolución de las naciones.

Palabras clave: Órganos autónomos e independientes, Organizaciones independientes,


Personería jurídica.

Introducción

A partir de la promulgación de la constitución de 1991, en Colombia se empezaron a


desarrollar una serie de cambios estructurales en el nuevo Estado que se estaba gestando. Si
bien es cierto, el poder público es necesario para el funcionamiento de grupos sociales que
confluyen en un espacio físico cualquiera y se requiere de un orden y del establecimiento de
reglas que permitan la convivencia humana, la cual se traduce en el ejercicio del poder. La
república de Colombia siguiendo el ejemplo de los pilares más claros de Latinoamérica de
creación de organismos autónomos de las ramas constitutivas del poder público, tales son
Ecuador y Venezuela, los cuales son los puntos de partida de este escrito para empezar de las
generalidades de aquellos órganos autónomos. Dichos Estados, se caracterizan por su
independencia en la rendición de cuentas y la vigilancia ciudadana.

Por su parte, el Estado Colombiano dadas las transformaciones del poder público y la
evolución de las necesidades de la población, fue necesario que por mandato constitucional
determinar una estructura mucho más amplia, por en el artículo 113 de la carta nacional, se
establece cuáles son las ramas del poder público y dictamina la existencia de otros órganos
autónomos e independientes para el cumplimiento de las funciones del Estado. La autonomía
que en el texto constitucional está categorizada como principio y en general, predicado de las
entidades territoriales, como un principio de organización administrativa y del que también
gozan las entidades descentralizadas funcionalmente o por servicios. En virtud la
constitución de los órganos autónomos e independientes se crean dos organizaciones
autónomas sin personería jurídica, esto es, la organización fiscalizadora o de control y la
organización electoral. A su vez, también se crean dos órganos autónomos especiales, no
agrupados a ninguna rama ni organización del poder público, esto es, el Banco de la
Republica y la Comisión Nacional de Televisión. De igual modo, se constituyen por vía
jurisprudencial y con personería jurídica dos órganos, tales como las universidades
autónomas y las corporaciones regionales. Estos órganos suponen cierta libertad en el
manejo propio de asuntos administrativos, patrimoniales y financieros y potestad de
regulación con lo cual que se infiere su importancia y motivo de su creación.

Órganos y organizaciones autónomas del poder público en Colombia

1. Generalidades de los órganos autónomos o independientes

1.1. Noción general de los órganos autónomos o de administraciones


independientes

América Latina se ha convertido en una región ejemplar respecto al rediseño institucional


para la rendición de cuentas a través de la creación y reingeniería de organismos
autónomos. Dos casos llamativos son la nueva Constitución de Ecuador, que entró en
vigor en 2008, y la Constitución de Venezuela, aprobada en 1999. Otros casos relevantes
son los organismos autónomos que funcionan en Bolivia, Argentina, Chile y Colombia,
donde este último es él foco del trabajo a desarrollar, sin embargo; primero es necesario
dar una mirada panorámica de las demás naciones Latinoamericanas para comprender la
magnitud de lo que representan los órganos autónomos para un ordenamiento.

Para el caso de las constituciones de Venezuela y Ecuador es que ambas formalmente


constituyen un cuarto poder estatal responsable de la rendición de cuentas y la vigilancia
ciudadana en sus respectivas naciones. En Ecuador, la carta magna establece una
“Función de transparencia y control social” formalmente cuenta con el mismo “estatus”
que los poderes Ejecutivo, Legislativo, y Judicial. Esta rama del Estado ecuatoriano está
conformada por cuatro organismos específicos: el Consejo de Participación Ciudadana y
Control Social, la Defensoría del Pueblo, la Contraloría General del Estado y las
superintendencias, estos últimos se pueden establecer para vigilar cualquier entidad
pública e incluso privada para asegurar que sus actividades y servicios se sujeten al
ordenamiento jurídico y atiendan al interés general. Los titulares de estos cuatro
organismos conforman una instancia de coordinación que es responsable de coordinar
sus esfuerzos así como elaborar un plan nacional único de combate a la corrupción,
informar de manera conjunta al Poder Legislativo, así como presentar propuestas de
reformas legales. En pocas palabras, la Constitución de Ecuador establece un nuevo poder
ciudadano plenamente independiente de los poderes tradicionales del Estado cuya
responsabilidad principal es fiscalizar y controlar la gestión pública gubernamental.

La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela está estructurada de una


manera similar a la Constitución de Ecuador. En Venezuela, el poder a cargo de la función
de la rendición de cuentas se llama “Poder Ciudadano” e incluye tres organismos, la
Defensoría del Pueblo, el Ministerio Público y la Contraloría General de la República.
La Constitución de Venezuela entonces constituye otro ejemplo de la creación de una
rama independiente y especializada del Estado para exigir la rendición de cuentas
gubernamental. En lugar de esperar que la acción de las elecciones populares y los pesos
y contrapesos entre los Poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial resulten en la rendición
de cuentas de los gobernantes, tanto Venezuela como Ecuador decidieron establecer un
nuevo poder del Estado que podría intervenir de manera directa y permanente en la
materia desde un punto de vista social.

Si bien Ecuador y Venezuela son los casos que presentan mayor desarrollo con respecto
al rediseño institucional para la rendición de cuentas en la región latinoamericana, no son
de ninguna manera los únicos. En años recientes Colombia también ha experimentado
avances importantes en la materia. La Constitución Política colombiana abandona la
desueta estructura tripartita del poder concebida desde los albores del Estado moderno, y
ha dado un paso más allá, para crear nuevas organizaciones y nuevos órganos autónomos
e independientes que se encargan del cumplimiento de otras funciones del Estado. Su
campo de acción se enmarca básicamente, en áreas sensibles a la intromisión de las ramas
del poder público o de los principales sectores económicos de la comunidad, para lo cual
se requiere de la aplicación del principio de imparcialidad o neutralidad en sus
decisiones. Por ello la constitución de 1991 constituye un ejemplo de otra manera de
incluir a los organismos autónomos explícitamente dentro de la división de poderes. El
artículo 113 de la carta nacional establece:

“Son Ramas del Poder Público, la legislativa, la ejecutiva, y la judicial. Además


de los órganos que las integran existen otros, autónomos e independientes, para
el cumplimiento de las demás funciones del Estado. Los diferentes órganos del
Estado tienen funciones separadas pero colaboran armónicamente para la
realización de sus fines”.

Aquí se busca encontrar un camino intermedio entre la creación de un poder nuevo como
en los casos de Ecuador y Venezuela y la limitación dogmática de la división de poderes
a únicamente tres ramas como es el caso, por lo menos a primera vista. El título X de la
Constitución de Colombia aborda el tema de los “Organismos de control”, incluyendo la
Contraloría General de la República, el Ministerio Público y el defensor del pueblo. La
Contraloría está constituida como una entidad de carácter técnico con autonomía
administrativa y presupuestal y es el organismo responsable del control fiscal y la
evaluación al desempeño de todo el gasto público.

1.2. Naturaleza de los órganos autónomos o independientes

Los órganos autónomos e independientes dentro del ordenamiento jurídico colombiano,


atienden a las transformaciones del derecho público y a las variaciones del modelo de
Estado, respectivamente a la división tripartita del poder. El fenómeno de la tridivisión
de poderes fue impuesto luego de la revolución francesa a la gran mayoría de las
naciones; tal estructura se adecuaba a los cambias que iba generando el mundo con su
nieva perspectiva, pero fue gracias a esa misma evolución de la sociedad que se generaron
otras necesidades, obligaciones y deberes que el Estado ya no podía suplir con su modelo
tradicional. El Estado, en la práctica y no en sus textos, en cuanto se refiere a su
organización y funciones, ha rebasado las doctrinas tradicionales y ha evolucionado tanto
que la actual distribución del poder público en tres ramas en verdad ya no corresponde ni
en la teoría ni en la práctica a la Estructura real del Estado moderno. Esto se debe a que
hay órganos que no encuadran en ninguna de las tres ramas del poder público, porque sus
funciones ni son legislativas, ni administrativas, ni judiciales. Sus instituciones ejercen
primordialmente unas funciones propias, específicas y distintas y, por lo mismo, no
encajan dentro de la simplista y elemental teoría tripartita. Para el ejercicio del poder
público se distribuye la acción en distintas ramas que hacen efectivo su funcionamiento
de acuerdo con los fines propuestos por el Estado, por eso se habla de funciones del poder
o más técnicamente de ramas que ejercen esas funciones, ya que es un principio
definitivamente establecido el de la distribución del ejercicio del poder mismo.

“...la estructura orgánica para el funcionamiento del Estado, es apenas obvio que
corresponda a las concepciones y principios vigentes en las épocas en que en se
diseñó y poco a poco ha ido modificándose de acuerdo con el avance y
consolidación del pensamiento político y cultural. Lamentablemente, no han
venido corriendo parejos los cambios de los hechos y las modificaciones o
reformas de los textos constitucionales, los cuales, en verdad parecen haberse
petrificado en un punto tal que por inercia no han evolucionado. Quiere decir ello
que la estructura del Estado, según las normas constitucionales, se quedó ahí
mientras que otros acontecimientos han venido transcurriendo y nuevas
concepciones, principios e instituciones se proponen para movilizar, para poner
de nuevo al Estado a tono con los tiempos actuales, para desfosilizar la desueta y
caduca estructura, renovando sus funciones, creando otras instituciones y
eliminando algunas inservibles”1.

Esas fueron las consideraciones del constituyente y, por ello, fue necesario prever dentro de
la nueva estructura del Estado colombiano uno órganos distintos a los contemplados hasta
ese momento en la estructura tripartita, los cuales era necesario separarlos de cada una de las
tres Ramas del Poder Público, precisamente porque las funciones, obligaciones y fines que
desempeñaban no se enmarcaban en ninguna de ellas.

1
Los órganos autónomos e independientes, Ileana Marlitt Melo, Pag. 14
2. El papel de los órganos autónomos en la estructura del Estado moderno

2.1. Organismos autónomos creador por la constitución de 1991

La constituyente de 1991 con su implementación y dentro de sus grandes reformas, se


interesó por dotar de “Autonomía” e ‘Independencia” a los órganos que se proponía
dentro de la nueva estructura del Estado. Así, la Constitución Política prevé en el artículo
113 que además de los órganos que integran las tradicionales Ramas del Poder, otros
órganos, autónomos e independientes, que ejercen otras funciones del Estado como
expresión del poder público, que tienen funciones separadas, pero que deben colaborar
armónicamente para el logro de los cometidos estatales o la realización de los fines del
Estado.

Si bien es cierto que la teoría de Montesquieu constituyó un aporte valioso al Derecho


Constitucional, también lo es que ya no se ajusta a las funciones del Estado moderno. La
teoría tripartita, única y exclusivamente se refiere al proceso de elaboración y
cumplimiento de la ley. De acuerdo con ese pensamiento, se dice que el Estado a través
de la rama legislativa hace la ley, el ejecutivo la ejecuta y la rama judicial resuelve una
controversia o declara el derecho. Sin embargo, el Estado moderno tiene funciones más
amplias que las anteriores, como lo sería una función fiscalizadora, representada en la
contraloría general de la república y en el ministerio público. Luis Carlos Sáchica, dice
que hay numerosas funciones que no encajan en la división tradicional, menciona entre
otras las siguientes2:

a) Funciones económicas o de intervención en la explotación de las industrias, el


comercio y el trabajo, mediante la planeación técnica y científica, que envuelve
procedimientos nuevos, distintos a la labor legislativa o a la pura ejecución de la
ley.
b) Función diplomática, de dirección y desarrollo de la política internacional. Esta
función escapa, dice Sáchica, a la tridivisión;

2
Álvaro Angulo Bossa, “Instituciones políticas y Derecho Constitucional, Pag 108
c) La función financiera y fiscal, para el recaudo, distribución, inversión y vigilancia
delos recursos tributarios a través de organismos especializados.

Los diferentes órganos del Estado tienen funciones separadas pero colaboran
armónicamente para la realización de sus fines. No es una innovación la existencia de
estos órganos, toda vez que si bien, la Constitución de 1886 no permitía ubicar órganos
por fuera de las clásicas Ramas del Poder Público, sí instituyó órganos que no
encuadraban en las mismas pero que ejercían funciones propias de la soberanía estatal
como fueron la función fiscalizadora o de control y la función electoral. En ese orden de
ideas, se ha mostrado entonces la idea de reformular la forma tradicional de entender al
Estado, de comprender la actividad de la administración pública.

En tal virtud, se han creado o sistematizado entonces en esta categoría, por voluntad de
la constituyente, órganos que tienen personería jurídica como el Banco de la República y
la Comisión Nacional de Televisión o por vía jurisprudencial, las Universidades
Oficiales, la Comisión Nacional de Servicio Civil y las Corporaciones Autónomas
Regionales. A su turno, con igual categoría, pero sin personería jurídica, los órganos que
integran la organización electoral en su condición de autoridades electorales el Consejo
Nacional Electoral y la Registraduría Nacional de Estado Civil y, los órganos que
integran la organización fiscalizadora o de control, los que cumplen funciones de control
fiscal como la Contraloría General de la Republica y la Auditoría General de la
República, y los órganos que cumplen funciones de Ministerio Público como la
Procuraduría General de la Nación y la Defensoría del Pueblo.

2.2. Órganos autónomos que tienen personería jurídica

El Banco de la república

Mediante la Ley 25 de 1923 se creó el Banco de la República como banco central


colombiano. A esta entidad se le confió, en forma exclusiva, la facultad de emitir la
moneda legal colombiana, se le autorizó para actuar como prestamista de última
instancia, administrar las reservas internacionales del país, y actuar como banquero del
Gobierno. La creación del Banco de la República constituye un elemento fundamental en
la organización económica e institucional del país. Con el paso de los años, esta
institución ha experimentado cambios importantes que han buscado adecuarla a una
economía en permanente proceso de crecimiento y actualización3.

A partir de 1991, la autonomía orgánica del Banco de la República se expresa al


establecer que es un órgano de carácter constitucional, con personería jurídica, de derecho
público, con autonomía administrativa, patrimonial y técnica, sujeto a un régimen legal
propio, lo cual significa que no forma parte de ninguna de las Ramas del Poder Público
y por ello, no depende de las directrices, orientaciones o decisiones del Gobierno, al cual
le corresponde cumplir otras funciones, distintas, en la esfera económica de la nación.
Por tratarse de un organismo de naturaleza especial y por razón de las funciones que está
llamado a cumplir, requiere de un ordenamiento y organización distinto a las demás
entidades. Así, “El Banco de la República será autónomo, debido a que en la realización
de sus funciones será independiente de las instrucciones políticas del Gobierno. La tarea
fundamental será la de asegurar la estabilidad del dinero, con un alto grado de
coordinación dentro de los distintos órganos ejecutores de la política monetaria.

La comisión Nacional de Televisión

La Comisión Nacional de Televisión (CNTV) es un organismo de derecho público con


personería jurídica, autonomía administrativa, patrimonial y técnica, sujeto a un régimen
legal propio, para desarrollar y ejecutar los planes y programas del estado en el servicio
público de televisión, así como también dirigir la política que en materia de televisión
determine la ley, sin menoscabo de las libertades consagradas en la Constitución
Nacional.

Según la sentencia C-497 de 1995, la autonomía de este órgano se cifra como un


verdadero derecho social a que la televisión no sea controlada por ningún grupo político
o económico y por lo tanto que se conserve como un bien social y comunitario. La

3
Historia del banco de la república, recuperado de: http://www.banrep.gov.co/es/el-
banco/contenidos/page/historia
autonomía del ente encargado de dirigir la televisión, en suma, es una garantía funcional
e institucional del conjunto de derechos y libertades individuales relacionados con la
existencia y fortalecimiento del principio democrático, la formación de una opinión
pública libre, la fluidez y la profundidad de los procesos comunicativos sociales, la
creación, intercambio y divulgación de ideas y de la cultura. “En este orden de ideas, el
carácter del organismo autónomo hace que no puedan estar subordinados a las
determinaciones de otros órganos o entidades del Estado, en relación con el ejercicio de
sus funciones, ni sujetos a la jerarquía tradicional propia de la estructura de la
administración pública, en una especie de control de tutela administrativo y, por lo tanto,
no estén adscritos, ni vinculados a entidades del sector central. De esto se deriva,
consecuencialmente, que sus decisiones no se encuentren sometidas a instrucciones de
órganos administrativos superiores, ni controladas o revocadas por autoridad
administrativa alguna, salvo a través de los controles antes mencionados y los que
corresponden al mismo tema público, dentro de la actividad administrativa, e inherentes
a la naturaleza democrática de la organización política”4.

Las corporaciones autónomas regionales

“Las Corporaciones Autónomas Regionales son entes corporativos de carácter público,


creados por la ley, integrados por las entidades territoriales que por sus características
constituyen geográficamente un mismo ecosistema o conforman una unidad geopolítica,
biogeográfica o hidrogeográfica, dotados de autonomía administrativa y financiera,
patrimonio propio y personería jurídica, encargados por la ley de administrar, dentro
del área de su jurisdicción, el medio ambiente y los recursos naturales renovables y
propender por su desarrollo sostenible, de conformidad con las disposiciones legales y
las políticas del Ministerio del Medio Ambiente.

Exceptúase del régimen jurídico aplicable por esta Ley a las Corporaciones Autónomas
Regionales, la Corporación Autónoma Regional del Río Grande de la Magdalena,

4
Corte Constitucional, Sentencia C-445/97
creada por el artículo 331 de la Constitución Nacional, cuyo régimen especial lo
establecerá la ley”. Art 23°, ley 99 de 1993.

La Constitución Política de 1991 determinó que el legislador reglamentara su


funcionamiento dentro de un régimen de autonomía, al tiempo que creó una especial para
la recuperación del Río Magdalena, denominada Corporación Autónoma Regional del
Río Grande de la Magdalena En tal virtud, la Ley 99 de 1993, reguló su creación y
funcionamiento. También se crearon las corporaciones autónomas para el desarrollo
sostenible, sujetas cada una de ellas a su propio régimen, cuya organización y funciones
son las mismas de las CAR, sin perjuicio de otras competencias, por lo cual se debe
entender que tienen la misma naturaleza jurídica para esta clase de corporaciones. Con
fundamento en el artículo 331 de la Constitución, la Ley 167 de 1994, organizó la
Corporación Autónoma Regional del Río Grande la Magdalena, en la cual le señaló su
régimen jurídico propio, distinto del previsto para las demás Corporaciones en la Ley 99
de 1993. Así, las CAR dejaron de ser establecimientos públicos con jurisdicción regional,
que tenían como objetivo común promover y encauzar el desarrollo económico y social
del territorio comprendido bajo su jurisdicción, y se transformaron en entes corporativos
de carácter público, integrados por entidades territoriales de su respectiva jurisdicción.

La Comisión Nacional de Servicio Civil

La Ley 19 de 1958, creó una Comisión Nacional del Servicio Civil dentro de la rama
ejecutiva del poder público para administrar las carreras de los servidores públicos de
dicha rama, esto es, para que dictara las pautas por medio de las cuales se regiría el
régimen del servidor público. Todo ello transcurrió así hasta 1991, período en el cual, se
fueron configurando los regímenes especiales de carrera para los servidores de la rama
Judicial y del ministerio público, entre otros. Atendiendo a las disposiciones
constitucionales el artículo 130 de la carta nacional establece:
Habrá una Comisión Nacional del Servicio Civil responsable de la administración
y vigilancia de las carreras de los servidores públicos, excepción hecha de las que
tengan carácter especial.

No obstante, dadas varias demandas por inconstitucionalidad, mediante la sentencia c-


373 de 1999, donde se establece como una persona jurídica de derecho público, mediante
el siguiente apartado:

La Comisión del Servicio Civil es, entonces, una sola y, a juicio de la Corte, no
tiene un carácter de cuerpo asesor o consultivo del Gobierno ni de junta o consejo
directivo de composición paritaria o con mayoría prevalente de los organismos
estatales o de los trabajadores, ni de las entidades territoriales en cabeza de sus
autoridades. Se trata en realidad de un ente autónomo, de carácter permanente y
de nivel nacional, de la más alta jerarquía en lo referente al manejo y control del
sistema de carrera de los servidores públicos, cuya integración, período,
organización y funcionamiento deben ser determinados por la ley. No hace parte
del Ejecutivo ni de otras ramas u órganos del poder público y debe ser dotada de
personería jurídica, autonomía administrativa y patrimonio propio, para que
pueda cumplir con eficiencia los cometidos constitucionales que le corresponden.

Las universidades oficiales

Mediante el artículo 69 de la constitución nacional se determina la autonomía


universitaria.

“Se garantiza la autonomía universitaria. Las universidades podrán darse sus


directivas y regirse por sus propios estatutos, de acuerdo con la ley. La ley
establecerá un régimen especial para las universidades del Estado. El Estado
fortalecerá la investigación científica en las universidades oficiales y privadas y
ofrecerá las condiciones especiales para su desarrollo. 36 El Estado facilitará
mecanismos financieros que hagan posible el acceso de todas las personas aptas
a la educación superior”.
La autonomía universitaria encuentra fundamento en la necesidad de que el acceso a la
formación académica de las personas tenga lugar dentro de un clima de libre interferencia
del poder público, tanto en el campo netamente académico como en la orientación
ideológica o en el manejo de la administración de los recursos del ente educativo. El
concepto de autonomía universitaria implica la consagración de una regla general, que
consiste en la libertad de acción de los centros educativos superiores, de tal modo que las
restricciones, son excepcionales y deben estar previstas en la ley.

Precisa la Corte, que la inspección y vigilancia del Estado sobre la universidad


colombiana y particularmente sobre la universidad oficial, supone un control
limitado que se traduce en una labor de supervisión sobre la calidad de la
instrucción, el manejo ordenado de la actividad institucional y la observancia de
las grandes directrices de la política educativa reconocida y consignada en la ley.
Esa injerencia no puede suponer el control de los nombramientos del personal,
definición de calidades y clasificación del personal docente o administrativo, y
mucho menos, con el examen o control de las tendencias filosóficas o culturales
que animan las actividades educativas o de investigación, porque "la comunidad
científica que conforma el estamento universitario, es autónoma en la dirección
de sus destinos", como lo ha señalado la Corte en reciente oportunidad.5”

2.3. Órganos autónomos sin personería jurídica

La organización fiscalizadora o de control

La Constitución de 1991, estructuró la Organización Fiscalizadora o de Control integrada


por dos grupos de entidades claramente diferenciados a saber: Los órganos para el
ejercicio de las funciones de control fiscal y los órganos para el ejercicio de las funciones
de ministerio público. El artículo 267 de la carta nacional dispone:

5
Sentencia C-195 de 21 de Abril de 1994, M. P. Vladimiro Naranjo Mesa
El control fiscal es una función pública que ejercerá la Contraloría General de la
República, la cual vigila la gestión fiscal de la administración y de los particulares
o entidades que manejen fondos o bienes de la Nación.

Por su parte la constitución establece que el control fiscal se ejerce en forma posterior y
selectiva conforme a los procedimientos, sistemas y principios que establezca la ley. Los
artículos del 267 al 274 señalan que el control fiscal es una función pública que ejercerá
la contraloría general de la república. El texto constitucional posibilita la reorientación
del control fiscal que, además de la protección del patrimonio público y la exactitud de
las operaciones y de su legalidad se deberá ocupar del “control de resultados”, que
comprende las funciones destinadas a asegurar que los recursos económicos se utilicen
de manera adecuada para garantizar los fines del Estado.

Adicionalmente, dichos órganos que componen la organización fiscalizadora o de


control, no tienen personería jurídica puesto que forman parte de la persona jurídica
“Nación” sin que por ello se vea frustrada la autonomía e independencia en la que insistió
el constituyente.

La organización electoral

La organización electoral está conformada por el Consejo Nacional Electoral, por la


Registraduría Nacional del Estado Civil y tiene a su cargo la organización de las
elecciones, su dirección y vigilancia, así como lo relativo a la identidad de las personas.
El Consejo Nacional Electoral (CNE) es una institución colombiana que está a cargo de
la inspección y vigilancia suprema de la organización electoral. El Consejo Nacional
Electoral debe saber y decidir cuándo y dónde ocurrirá una elección. La entidad también
vela sobre los partidos políticos y movimientos políticos de Colombia, su publicidad y
marketing y los sondeos para garantizar que la oposición o las minorías logren tener una
aspiración política justa. La función electoral por su parte, tiene por objeto obtener la
pura, seria y genuina expresión de la voluntad general de la opinión pública para mantener
o transformar la estructura , organización y funcionamiento del Estado, es otra función
pública que requiere ser regulada en forma autónoma e independiente, no sólo porque
lógica y materialmente no encuadra dentro de la clásica teoría tripartita, sino porque debe
garantizarse la pureza y autenticidad de esa expresión de voluntad, alejándola de
cualquier indebida intromisión para que se conserve y amplíe aún más la esencia de la
democracia.

Es importante establecer una diferencia entre la organización electoral y la función


electoral, ya que es la organización electoral la autoridad autónoma e independiente que
tiene como propósito regular y vigilar el ejercicio de dicha función. Por tal motivo los
órganos que hacen parte de esa organización, en su condición de autoridades electorales,
los cuales tienen a su cargo la organización de las elecciones, su dirección y vigilancia,
así como lo relativo a la identidad de las personas, de todo lo cual también se puede
concluir, como en efecto se ha entendido, que estamos en presencia de otra organización
del poder público autónoma e independiente de las demás ramas u órganos del poder
público.

3. Conclusión

En conclusión, tal como se hizo énfasis al comienzo al comienzo de este escrito, los órganos
y organizaciones autónomas del poder público nacen de la necesidad de prever a la sociedad
una estructura más idónea atendiendo a las necesidades de las personas y las obligaciones del
Estado que no pueden garantizarse con la tradicional separación de poderes. Tales
disposiciones no son particulares de la república de Colombia, sino que se han presentado de
manera regular en otras naciones de Latinoamérica e incluso han las precursoras en la
temática de rendición de cuentas en comparación con otros Estados, como lo son Ecuador y
Venezuela.

Es por ello que con la invención de la Constituyente de 1991, se determina el objetivo la de


crear dos organizaciones autónomas sin personería jurídica, pero sin depender de ninguna
otra rama u órgano del poder público, esto es, la organización fiscalizadora o de control y la
organización electoral. A su vez, también fue su voluntad crear dos órganos autónomos
especiales, no agrupados a ninguna Rama ni organización del poder público, esto es, el Banco
de la Republica y la Comisión Nacional de Televisión. Sin embargo, también crea dentro de
la rama ejecutiva unos órganos con un régimen especial de autonomía, por vía
jurisprudencial, donde se decidió que los mismos se ubicaran como órganos autónomos e
independientes por fuera de la Rama ejecutiva, contrariando así lo previsto por la
constituyente. Este es el caso de las Universidades con Régimen Especial de Autonomía, las
Corporaciones Autónomas Regionales (CAR) y la Comisión Nacional de Servicio Civil.

Bibliografía

 Constitución política de Colombia


 Los órganos autónomos e independientes, Ileana Marlitt Melo, recuperado de:
http://repository.usergioarboleda.edu.co/bitstream/handle/11232/377/CienciasSocial
esyHumanas358.pdf?sequence=1&isAllowed=y
 Organización del Estado Colombiano y formas organizativas de Estado a nivel
territorial, Escuela superior de Administración Pública, recuperado de:
http://www.esap.edu.co/portal/wp-content/uploads/2017/10/1-
Organizacio%CC%81n-del-Estado-Colombiano-y-formas-Organizativas-i.pdf

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