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FACULTAD DE DERECHO – UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES

CONGRESO DE DERECHO PRIVADO


PARA ESTUDIANTES Y JÓVENES GRADUADOS

REFLEXIONES SOBRE LA REFORMA DEL CÓDIGO CIVIL


________________

Contratos civiles y comerciales

Los contratos de colaboración empresaria – Panorama actual y su


proyección en la reforma del Código Civil

_________________________

Ponencia

Las uniones transitorias de empresas y su tratamiento en la legislación


proyectada

- una mirada crítica desde la necesaria seguridad jurídica -

Autores

Cintia Natalí Jara, Estefanía Pinetta Biro Alemán, Florencia Igoa, Francisco Arturo
Berrio Echavarría, Leandro Levint, María Luján Arroyo, María Soledad Quintana,
Matías Blanco, Paula Silvina Ferrer, Valentina Biondi Grané

Alumnos Cátedra de Derecho Comercial Prof. Tit. Ignacio Escuti; Comisión a


cargo de Prof. Adj. José María Curá, JTP Julio García Villalonga; Auxiliares
Pablo Bisogno, Juan Jorba

Abstract

Las modificaciones que se proponen introducir al régimen de las uniones transitorias


de empresas, al no precisar la calidad de los participantes, como también habilitar la
participación de sujetos no inscriptos, desvirtúan los principios de seguridad jurídica
que el moderno tráfico mercantil requiere.

1
I

Características de los contratos de colaboración como contrato


asociativo sin personalidad jurídica

Es forma contractual con fines empresariales comunes que no constituye una nueva
sociedad. Se justifica su incorporación a la legislación actual (ley 22.903) al dotar a la
estructura jurídica de la empresa de herramientas organizativas aptas para satisfacer las
finalidades económicas de estos grupos y a la vez evitar una no deseada proliferación de
sociedades.

Por otra parte, si bien fines similares podrían ser realizados bajo el formato del
contrato de sociedad, no es menos cierto el dispendio de medios y estructuras respecto
del propósito buscado.

En tal sentido y según lo dispuesto por la reforma introducida a la Ley de Sociedades


Comerciales, a partir de 1983 la ley limita estos contratos a la constitución bajo dos
formas: “agrupaciones de colaboración” y “uniones transitorias de empresas”; sin
embargo, aunque la ley les reconoce poder realizar tareas de tipo empresarial, no les
otorga personalidad jurídica.

Así se observa, como característica fundamental, que no son sujetos de derecho, y,


por ende, no son titulares de derecho ni capaces de contraer obligaciones. A su vez,
todos los activos adquiridos para realizar el propósito para el que fueron conformados,
son suministrados por los participantes, puesto que ellos conservan sus bienes en forma
particular.

La actividad que realicen, sea para colaborar en las distintas fases de un negocio o
para ejecutar un servicio u obras concretas, lo será a través de sus participantes.

No poseen un órgano de administración, tal figura es utilizada para las entidades que
se establecen como sujetos de derecho.

El contrato debe ser formalmente extendido por escrito, la omisión de esta forma es
causal de nulidad. Debe inscribirse, con fines de publicidad, en el Registro Público de
Comercio, el cual remitirá una copia con los datos correspondientes a su inscripción a la
Dirección Nacional de Defensa de la Competencia.

Los participantes deben asumir los controles e inspecciones que se efectúen al solo
efecto de comprobar el cumplimiento de las obligaciones asumidas.

Otros requisitos respecto del contenido del contrato son los supuestos de separación
y exclusión; y las condiciones de admisión de nuevos participantes.

También debe contener el contrato las normas para la confección de estados de


situación, a cuyo efecto los administradores llevarán los libros habilitados a nombre de
la agrupación.

No obstante su incorporación a nuestro ordenamiento jurídico, este tipo de grupos


empresarios no posee un variado antecedente de casos jurisprudenciales, ni definiciones
2
concretas sobre su comportamiento frente al estado de insolvencia, quiebra o concurso.
Así, se dijo que las agrupaciones constituidas bajo la forma contractual conocida como
colaboración empresaria no constituyen sociedades ni son sujetos de derecho; sus
derechos y obligaciones se rigen por lo dispuesto por los arts. 371 a 373 de la ley
22.903. Por consiguiente, no están comprendidas en la LS siendo impertinente
requerirles su concurso 1.

Contratos de colaboración en el Derecho Comparado

Estados Unidos de Norteamérica

En los últimos años, la jurisprudencia norteamericana ha creado una relación jurídica


llamada joint venture. Puede describírsela como una asociación de personas que buscan
llevar a cabo una empresa comercial individual con fines de lucro. El elemento
distintivo de la joint venture es su finalidad restringida al desarrollo de un solo negocio,
proyecto o empresa. Variedad de la partnership o sociedad colectiva por cuyos
principios se rigen las relaciones entre los partícipes pero con las diferencias resultantes
del objetivo limitado de la primera.

Generalmente los partícipes comprometen sólo una parte de sus activos, el resto de
los cuales está dedicado a otras empresas.

En palabras de Marzorati: “el joint venture es siempre un contrato, no existe otra


figura que no sea la contractual en la práctica mundial y que ese contrato busca, luego,
un vehículo para realizar el negocio u obra convenido, llámese ese vehículo: sociedad
simple, sociedad anónima o “equity joint venture”. Curiosamente, en muchos casos lo
que ha definido la clase de vehículo a utilizar será el régimen fiscal, y no el régimen
societario”2.

Europa

La noción contemporánea de joint venture en Europa remite al concepto


socioeconómico de alianza entre empresas, es decir, a un comportamiento estratégico de
la empresa, “intermedio” entre la contratación de la actividad económica en el mercado
y la integración de la misma en su propia estructura.

La Comisión europea define estas formas con una mirada amplia, entendidas como
una empresa sujeta al control conjunto de dos o más empresas que son económicamente
independientes una de la otra. En los Estados miembros de la Unión Europea, y más
especialmente en España, las joint ventures remiten a una idea de mayor eficiencia
económica, permitiendo a las empresas formar alianzas entre ellas, y así mejorar su
competitividad, adaptando sus estructuras a las dimensiones crecientes de los mercados
europeos y mundiales. Las joints ventures no están reguladas como tales en ninguna
legislación nacional europea. En los derechos germánicos su calificación como contrato
de sociedad se impone naturalmente debido a la existencia de un concepto amplio de
sociedad, en virtud del que ésta se caracteriza únicamente por la existencia de un fin
común y por su promoción por parte de los socios. En los derechos de tradición latina,
1
CNCom., Sala B, 24/09/86. “Agrupación Alcurnia s/ pedido de quiebra por Oddino”. Citado por
Marcelo L. Perciavalle, Ute & Ace, 1º ed., 2004, Editorial Errepar. Pág. 102.
2
Marzorati, Osvaldo J. “Derecho de los Negocios Internacionales”. Ed. Astrea. 1993. Pág. 577.
3
dicha clasificación resulta más problemática, en especial cuando la joint venture no
presenta ni finalidad lucrativa ni patrimonio propio, considerando la existencia en ellos
de una definición más restringida de la sociedad. Según la doctrina española dominante,
la joint venture sería un mero contrato plurilateral, o de colaboración atípico, por lo que
se le aplicarán las normas del contrato de sociedad que sean compatibles con sus
especialidades.

Perú

El contrato joint venture permite generar una relación jurídica destinada a explotar
un negocio, proyecto en común para desarrollar una actividad económica específica por
un tiempo determinado, sin constituir una sociedad, acordando los asociados aportar
bienes materiales, asumir gastos, participar en las utilidades, así como responder por las
pérdidas en forma solidaria e ilimitada. Esta figura se aplica principalmente en Perú en
la privatización de empresas del Estado y en la captación de inversión extranjera y
asegurando nuevos mercados de exportación.

El Decreto Legislativo 662 que establece las normas fundamentales sobre estabilidad
jurídica a las inversiones extranjeras lo contempla. Tiene una regulación especial en la
Ley General de Minería.

Uruguay

El consorcio está regulado por los arts. 501 a 509 de la ley 16.060 de Sociedades
Comerciales. Se constituye "mediante contrato entre dos o mas personas físicas o
jurídicas, por el cual se vincularán temporariamente para la realización de una obra, la
prestación de determinados servicios o el suministro de ciertos bienes." El consorcio no
está destinado a obtener y distribuir ganancias entre los partícipes, sino a regular las
actividades de cada uno de ellos. No tiene personalidad jurídica. Personas físicas o
jurídicas se vincularán temporariamente para la realización de una obra, la prestación de
determinados servicios o el suministro de ciertos bienes.

Brasil

En la normativa brasilera también existen los consorcios, previstos por la ley 6404 de
Sociedades por Acciones (arts. 278 y 279). Carecen de personalidad jurídica, su función
es la realización de un emprendimiento determinado, y solamente las sociedades
comerciales están habilitadas para participar en los mismos, respondiendo cada uno de
los miembros por las obligaciones que asumió en el contrato. Se impide que los
empresarios unipersonales -personas físicas- puedan acceder a un consorcio, sólo
pueden hacerlo las sociedades comerciales –empresarios pluripersonales-.

Paraguay

En Paraguay no se ha previsto la figura del consorcio.

II

La unión transitoria de empresas (arts. 377 LSC ss)


4
1. Definición

La unión transitoria de empresas implica, a tenor del régimen hoy vigente


introducido por la reforma dada a la ley societaria por la ley 22.903, la reunión de
sociedades y empresarios individuales mediante un contrato de unión transitoria, con el
fin de desarrollo o ejecución de una obra, servicio o suministro concreto, dentro o fuera
del territorio de la República. Además de este objeto principal, la UTE podrá desarrollar
o ejecutar obras y servicios complementarios y accesorios.

2. Características

Constituida bajo la forma de contrato otorgado por instrumento público o privado a


inscribirse en el Registro Público de Comercio, no constituye sociedad ni es sujeto de
derecho.

Debe contener la determinación concreta de las actividades y medios para su


realización; la duración con relación a la obra, servicio o suministro; la denominación;
los datos relativos a los participantes, en particular datos de la inscripción; la
constitución de domicilio especial; las obligaciones asumidas por los participantes, las
contribuciones debidas al fondo común operativo y modos de financiar las actividades
comunes; el representante; distribución de los resultados; exclusión de miembros y
causales de disolución; nuevos miembros; sanciones por incumplimiento de
obligaciones; confección de estados de situación.

El representante tendrá los poderes de todos los miembros para ejercer los derechos y
contraer las obligaciones que hiciesen al desarrollo o ejecución de la obra, servicio o
suministro.

En materia de responsabilidad no se presume la solidaridad, salvo disposición en


contrario del contrato. Los acuerdos que deban adoptar lo serán siempre por
unanimidad, salvo pacto en contrario.

La quiebra de un participante, o la incapacidad o muerte de los empresarios


individuales no implica la extinción del contrato.

III

El proyecto de reforma a los Códigos Civil y Comercial de la Nación


y Ley de Sociedades Comerciales3

Tal cual expresara Guillermo E. Ragazzi en la Jornada realizada el 18 de junio de


2012 en la Facultad de Ciencias Económicas UBA, el anteproyecto de código
presentado por la Comisión redactora al PEN sugería no realizar grandes
modificaciones a la Ley de Sociedades Comerciales por la importancia que tiene esta

3
Proyecto del PEN de Reformas a la Ley de Sociedades Comerciales y su Influencia en el Ejercicio
Profesional. Jornada realizada el 18/06/12 en la FCE de la UBA. Comentario y Propuesta. Págs. 10 a 20.
Ed. Departamento de Derecho 2012.
5
norma en el mundo empresarial, comercial y de los negocios. A su vez también sugería
la incorporación de la sociedad unipersonal.

Con el criterio definido por la comisión redactora, se acuerda la modificación de 23


artículos de la L.S. y la inclusión de un sub-inciso agregado.

En cuanto los contratos asociativos aquí ocupan, sea agrupamiento empresario de


colaboración, o las uniones transitorias, Manóvil, en posición a favor de la reforma,
hace referencia a que, si bien los mismos se inscriben en el registro y el nuevo código
civil y comercial no legisla sobre los registros, al trasladarse estos contratos al cuerpo
normativo del nuevo código, los mismos tendrán fuerza contractual propia sin necesidad
de la publicidad registral. Manóvil defiende la liberalización del uso de estos contratos,
al referirse a que es muy positivo el giro copernicano que tendrán los mismos en el uso
y finalidad tal cual lo contempla el anteproyecto de reforma de la LS. Cambia el
espectro de los sujetos que pueden conformar una UT o un grupo de colaboración
empresaria, amplía la pluralidad de sujetos partes de estos contratos admitiendo las
sociedades irregulares y las sociedades no tipificadas, y cambia la finalidad en algunos
contratos como el de la UT, permitiendo que existan varios fines o más de uno y que la
UT no se disuelva al finalizar una obra pública, sino al concluir la participación en
diferentes proyectos mancomunados y en conjunto entre las sociedades partes.

El contrato de UT en el marco del Capítulo 16 del texto proyectado de


Código Civil y Comercial de la Nación

El capítulo comienza anticipando que los artículos que lo componen sólo serán
aplicables a los contratos de colaboración y contratos participativos que tengan
comunidad en su fin, pero no a las sociedades propiamente dichas. Por ser que estos no
crean personas jurídicas, ni constituyen sociedades.

Son contratos conformados por la voluntad de dos o más partes, regidos por la
libertad de forma (es decir, no tienen una forma típica especifica) y tienen libertad de
contenido.

Si bien es necesario inscribir el mismo en un registro, los contratos no inscriptos


producen efectos entre las partes. Cuando una de éllas trate con un tercero en nombre de
todas o de la organización común establecida en el contrato asociativo, las otras que no
devienen acreedores o deudores respecto del tercero sino de conformidad con las
disposiciones sobre representación, lo dispuesto en el contrato, o las normas de las
Secciones siguientes de este Capítulo.

En caso de que la nulidad pueda alcanzar a alguno de los socios, no es extensible al


resto de ellos, y ante el incumplimiento de alguna de las partes no se justifica el cese de
cumplimiento de las obligaciones del resto de los socios.

Los Negocios en Participación

Recibidos por el proyectado art. 1448 como aquellos negocios que tienen por objeto
la realización de operaciones determinadas a cumplirse mediante aportaciones comunes

6
y a nombre personal del gestor. No tiene denominación, no está sometido a requisitos de
forma ni se inscribe en el Registro Público.

Agrupaciones de colaboración

Siguen a aquéllos, según el art. 1453, las agrupaciones de colaboración como


organización común con la finalidad de facilitar o desarrollar determinadas fases de la
actividad de sus miembros o de perfeccionar o incrementar el resultado de tales
actividades. Carecen de fin de lucro.

Uniones Transitorias

En particular, objeto de esta Ponencia, son reconocidas cuando las partes se reúnen
para el desarrollo o ejecución de obras, servicios o suministros concretos, dentro o fuera
de la República.

Debe designarse un representante con poderes suficientes de todos y cada uno de los
miembros para ejercer los derechos y contraer las obligaciones que hacen al desarrollo o
ejecución de la obra, servicio o suministro.

El contrato y la designación del representante deben ser inscriptos en el registro


público que corresponda.

En cuanto a la responsabilidad, no se presume la solidaridad de los miembros por los


actos y operaciones que realicen en la unión transitoria, ni por las obligaciones
contraídas frente a los terceros.

Los acuerdos se deben adoptar siempre por unanimidad, excepto pacto en contrario.

La quiebra de cualquiera de los participantes, y la muerte o incapacidad de las


personas físicas integrantes no produce la extinción del contrato de unión transitoria, el
que continúa con los restantes si acuerdan la manera de hacerse cargo de las
prestaciones ante los terceros.

Consorcios de cooperación

Completa el Capítulo lo dispuesto por el art. 1470, que reconoce al consorcio de


cooperación cuando las partes establecen una organización común para facilitar,
desarrollar, incrementar o concretar operaciones relacionadas con la actividad
económica de sus miembros a fin de mejorar o acrecentar sus resultados. Es reconocido
como un tipo de contrato de colaboración empresaria, mas no como sociedad ni sujeto
de derecho.4

4
“Barrientos, Lidia Haydée y otros c/ Happy Summer Consorcio de Cooperación y otros s/despido”. La
sentencia definitiva de fecha 28/10/2010 expresa: “Es necesario indicar que el artículo 2 de la Ley 26.005
dispone que los Consorcios de Cooperación, no son personas jurídicas, ni sociedades, ni sujetos de
derecho. Tienen naturaleza contractual. Consecuentemente la accionada no es una sociedad comercial -
pese a lo sostenido en el inicio por la parte actora- sino que, por el contrario, es un contrato de
colaboración empresaria”.

7
Fundamentos del Proyecto de Reforma

El proyecto de reforma recoge el texto propiciado por la Comisión Federal: se


proponen normas generales para todos los contratos asociativos y se incluyen dentro del
Código Civil el tratamiento del negocio en participación, las agrupaciones de
colaboración y las uniones transitorias.

Las normas sobre la sociedad “común” se ubican como reformas a la ley de


Sociedades. Por tanto no existe regulación de la sociedad en el Código Civil. Esta
sistemática es más acorde con la unificación de las materias civiles y comerciales, pues
extiende también esta unificación a la ley de sociedades.

A la inversa, se llevan al Código Civil los llamados “contratos de colaboración” en la


Ley de Sociedades (arts. 367 a 383 introducidos por la reforma de 1983), precisamente
porque son contratos y no sociedades. A su vez, se tiende a la unificación evitando
referirse a “sociedades comerciales” o “empresarios” cuando se enumeran los posibles
constituyentes.

También se incluyen los negocios en participación, las hoy llamadas “sociedades en


participación”. Estas “colaboraciones” o “uniones” pretenden brindar una amplia gama
de posibilidades a la labor creativa y dinámica de la actividad económica moderna,
permite llevar a cabo múltiples actividades. Incluso aquellas denominadas culturales y
de beneficencia pueden caber en marcos de cooperación, que les permita aunar
esfuerzos en objetivos comunes, sin perder identidades personales, ni fusionar
patrimonios. La regulación particular del negocio en participación, de las agrupaciones
de colaboración y de las uniones transitorias, siguen las líneas tradicionales al respecto
y, en los últimos casos, las incorporadas a la ley de sociedades con la ley 22.903.

En el Proyecto se da solución legislativa a los “contratos asociativos no inscriptos” a


los que, siguiendo una corriente doctrinal, se les reconoce validez entre las partes, lo
que no significa desconocerle otros efectos en los términos de los artículos 974 a 979
del Código.

Se mantiene una línea de pensamiento mutualista de los contratos de colaboración,


cristalizada en el art. 368, que dispone la exigencia de que las ventajas económicas que
genere la actividad recaigan directamente en el patrimonio de las empresas
participantes, y en la prohibición de que la organización consorcial ejerza funciones de
dirección sobre la actividad de sus miembros. Esta exigencia, que hace a la causa del
contrato de agrupación, justamente es la que la diferencia significativamente de las
sociedades en sentido estricto, en las que la producción está dirigida al mercado; y es
por ello que a la luz del art. 374 también resulta que los beneficios y pérdidas, tanto
como los ingresos y gastos provenientes de la actividad consorcial, se insertarán
directamente en los estados contables de cada empresa participante.

Este apartamiento, que responde a la intención de mantener el enfoque teórico y


doctrinario que en materia de contratos de colaboración empresaria han sostenido los
autores de la ley 19.550, pretende escapar a la marcada identidad que existe entre tales
contratos y las figuras societarias previstas en la LSC, y a la que existe entre estos
contratos entre sí.

8
En este sentido, se mejora la sistematización de la actual LSC, al retirar de su texto
figuras contractuales que no constituyen sociedades ni sujetos de derecho e
incluyéndolas en el Código proyectado en el capítulo de los Contratos Asociativos.

El proyecto de Reforma evita referirse a “sociedades comerciales” o “empresarios”


cuando se enumeran los posibles constituyentes de los contratos de colaboración
empresarial

Esta figura se encuentra destinada a facilitar o desarrollar actividades empresariales


de sus miembros o a perfeccionar o incrementar el resultado de tales actividades, por lo
que no se encuentra razón a la participación de personas que no lleven a cabo tales
actividades.

Pero los motivos que fundamentan la limitación actual que formula el art. 367 LSC a
los posibles miembros de las agrupaciones de colaboración inciden sobre la
interpretación.

No es condición indispensable en los agrupamientos de colaboración ni que las


compañías que participen sean mercantiles, ni que su objeto sea comercial. Y de hecho,
es de prever que será frecuente la formación de agrupaciones de colaboración por
sociedades y por personas físicas con actividad típicamente civil.

Sociedad socia. Participaciones recíprocas

Actualmente, el art. 30 limita a las sociedades anónimas y en comandita por acciones


sólo a formar parte de sociedades por acciones.

Con la Reforma se amplían las posibilidades existentes en cuanto a la sociedad socia


y las participaciones recíprocas. El artículo 30 LSC es reemplazado por una norma muy
amplia para facilitar y promover negocios de organización, permitiendo recibir
capitales. Se aplica especialmente a los denominados Joint Ventures.

Fundamento: todas estas situaciones son contratos, y como tales deben ser tratados.

Así, la Reforma establece que las sociedades pueden formar parte de sociedades del
mismo tipo o de otro, aun si difieren los regímenes de responsabilidad de sus socios.
Pueden ser parte de cualquier contrato asociativo. El artículo 31 establece que las
sociedades cuyo objeto sea exclusivamente financiero o de inversión, pueden adquirir
participación en otra u otras sociedades sin limitaciones.

IV

Consecuencias de las modificaciones introducidas al régimen de las


UTE

En virtud de todo lo expuesto, se puede apreciar que las modificaciones que el


proyecto propone son muchas, y acarrean innumerables consecuencias –algunas
beneficiosas, otras perjudiciales- que deben ser analizadas.

9
En cuanto a las uniones transitorias de empresas, hay dos principales modificaciones
sobre las que esta Ponencia se detiene:

1. Modificaciones y conclusión respecto de las partes que integran la UTE

Artículo 377 LSC versus artículo 1463 del proyecto de reforma

El vigente artículo 377 de la Ley de Sociedades establece que: “las sociedades


constituidas en la República y los empresarios individuales domiciliados en ella
podrán, mediante un contrato de unión transitoria, reunirse para el desarrollo o
ejecución de una obra, servicio o suministro concreto, dentro o fuera del territorio de la
República. Podrán desarrollar o ejecutar las obras y servicios complementarios y
accesorios al objeto principal.”

En cambio, el artículo 1463 del proyecto establece que: “hay contrato de unión
transitoria cuando las partes se reúnen para el desarrollo o ejecución de obras, servicios
o suministros concretos, dentro o fuera de la República. Pueden desarrollar o ejecutar
las obras y servicios complementarios y accesorios al objeto principal.”

Esta modificación guarda relación con el pase de los contratos de colaboración al


Código, porque precisamente son contratos y, al regir el principio de libertad
contractual, en principio cualquier persona puede ser parte en un contrato.

Como es evidente, la modificación dada por el proyectado artículo 1463 implica una
menor restricción en cuanto a cuáles partes pueden integrar un contrato de unión
transitoria y, consecuentemente, una liberalización del espectro de los sujetos que
pueden utilizarla5. Incluso el Proyecto deja de llamarlas uniones transitorias de
empresas y pasa a llamarlas uniones transitorias. De sancionarse el proyecto, serían
muchas más las figuras que podrían participar tanto de las ACE como de las UT;
participación que, por ahora, se encuentra limitada solamente a sociedades y
empresarios individuales.

Creemos que la actual restricción establecida por el artículo 377 LS, y que desde esta
Ponencia se defiende, se debe a que el contrato de UTE, tal como se lo reconoce en la
actualidad, está destinado a facilitar o desarrollar actividades empresariales de sus
miembros, o a perfeccionar o incrementar el resultado de las mismas, por lo tanto
deviene inadmisible que las partes contratantes no lleven a cabo actividades
empresariales.

Sin embargo, y es opinión de esta Ponencia, la modificación dada por el artículo


1463 del Proyecto, si bien aparenta ser insignificante, implica grandes cambios.
Teniendo en cuenta la nueva redacción que se impulsa, se habilitaría la incorporación de
organizaciones que no busquen fines de lucro, como las cooperativas, ya que el artículo
1463 no establece restricción alguna en este sentido. Nueva redacción que amplía el
espectro a sociedades civiles y cooperativas y que, mientras el servicio y beneficio
común de la misma sea compatible con el objetivo buscado al conformar la unión, la
5
Proyecto del PEN de Reformas a la Ley de Sociedades Comerciales y su Influencia en el Ejercicio
Profesional. Jornada realizada el 18/06/12 en la FCE de la UBA. Comentario y Propuesta. Pág. 21
10
condición de “no empresario” de la parte no constituiría impedimento alguno. La
cooperativa es una asociación de personas creada para hacer frente a sus necesidades
comunes sociales, culturales, pero también económicas. Además, la ley que las regula
(20.337), en su artículo 84, pareciera dar el visto bueno a esta situación al establecer que
“Las cooperativas pueden convenir la realización de una o más operaciones en común”.
Además, "La naturaleza de una entidad civil no le impide su participación en
emprendimientos en sí lucrativos, cuyo resultado se vuelque al cumplimiento de su
objeto, en tanto tales emprendimientos no resulten incompatibles con el objeto de la
entidad."6

Incluso las asociaciones y fundaciones podrían ser parte de una UT. Si bien las
mismas no pueden perseguir el lucro como fin principal, pueden realizar actividades
lucrativas, siempre y cuando la utilidad económica sea reinvertida o utilizada para la
consecución del objeto, y no repartida entre los miembros. Ni el proyecto de reforma ni
el Código Civil establecen restricción alguna para que las mismas puedan formar parte
de un contrato de colaboración.

2. Modificaciones y conclusión respecto del requerimiento de los datos de


inscripción

Artículo 378 LSC versus artículo 1464 del proyecto de reforma

El inciso 4° del artículo 378 LS vigente establece que el contrato debe contener “el
nombre, razón social o denominación, el domicilio y los datos de la inscripción
registral del contrato o estatuto de la matriculación o individualización, en su caso, que
corresponda a cada uno de los miembros”.

El inciso d) del artículo 1464 establece, en cambio, que el contrato debe contener “el
nombre, razón social o denominación, el domicilio y, si los tiene, los datos de la
inscripción registral del contrato o estatuto o de la matriculación o individualización
que corresponde a cada uno de los miembros.”

Según la legislación actualmente vigente, los datos de la inscripción conforman un


requisito esencial de las partes para la constitución de una UTE, ya que explícitamente
indica que cada miembro parte de una unión transitoria deberá aportar los datos de
inscripción en el Registro Público de Comercio.

El cambio dado por el artículo 1464 del proyecto implica que ya no sería requisito
que las sociedades estén regularmente constituidas para formar parte de una unión
transitoria. En consecuencia, se tiende, en demasía, a una flexibilización en cuanto a los
mecanismos de control para que las partes puedan operar en conjunto. En este sentido,
facilitaría ciertas uniones que actualmente no son posibles por no cumplir con alguna de
las formas impuestas por la ley, en cuanto a que deben estar regularmente constituidas.

Ante esta situación, cabe plantear las siguientes preguntas, a la luz de una mirada
crítica: si se le permite a una sociedad parte en una UT no sólo no incluir en el contrato,
6
"Metropolitano Sanatorio Privado SA y otros (UTE)" 28/04/2000, Inspección General de Justicia
expediente 1.677.511
11
sino directamente no tener datos de inscripción registral, ¿qué seguridad jurídica se le
está dando a la conformación misma de la UT?; ¿qué seguridad jurídica se le está dando
a los miembros que la conforman, ante una sociedad/empresario o ahora “parte”, que no
tenga la obligación de acreditar su regularización para conformar la UT?; ¿si se suprime
este deber, esta “parte” tiene derecho a invocar ante terceros los derechos o defensas
nacidas del contrato social, lo cual es cuestión prohibida por el Art.23, párrafo 2° de la
LSC?

Al no ser necesaria la inscripción registral, permite evadir controles de legalidad


por parte de la autoridad de control sobre los sujetos partes en un contrato de unión
transitoria. Y esta Ponencia considera indispensables dichos controles, dirigidos a
eliminar cualquier tipo de irregularidad y lograr que las relaciones inter-empresariales
no resulten fraudulentas. El registro mercantil no sólo sirve para informarse y conocer
a los sujetos participantes en el mundo de los negocios, sino también para que el mismo
sea más confiable, para que la información sea de acceso público, y para que los
contratos constitutivos de sociedad o de colaboración y sus modificaciones puedan ser
de libre acceso y conocimiento.

Por otra parte, esta “liberalidad” podría terminar incentivando la desconfianza al


momento de contratar, puesto que, si las partes no tienen la posibilidad de saber de
alguna manera quiénes son y cómo desarrollan sus actividades las demás partes,
tampoco tendrían la seguridad de verificar si ante una situación de conflicto, las mismas
serían capaces de responder fehacientemente.

Consecuentemente, y en virtud de lo expuesto, desde estas notas se postula que la


modificación propuesta importa una significativa pérdida de seguridad jurídica tanto en
cuanto a las partes como en cuanto a terceros.

Conclusión

Finalmente, si bien las modificaciones alentadas por el proyecto se aprecian


beneficiosas, en cuanto convienen para el desarrollo de la economía, por promover
la inclusión de partes no regularmente constituidas y por no limitar la
participación solamente a sociedades y empresarios individuales, facilitando y
agilizando la conformación de la UT, no es menos cierto que las mismas desvirtúan
consolidados principios de seguridad jurídica que el moderno tráfico mercantil
requiere.
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Bibliografía

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- Perciavelle Marcelo L., UTE & ACE. Editorial Errepar. 1° edición, año 2004.
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