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Ponencia
Autores
Cintia Natalí Jara, Estefanía Pinetta Biro Alemán, Florencia Igoa, Francisco Arturo
Berrio Echavarría, Leandro Levint, María Luján Arroyo, María Soledad Quintana,
Matías Blanco, Paula Silvina Ferrer, Valentina Biondi Grané
Abstract
1
I
Es forma contractual con fines empresariales comunes que no constituye una nueva
sociedad. Se justifica su incorporación a la legislación actual (ley 22.903) al dotar a la
estructura jurídica de la empresa de herramientas organizativas aptas para satisfacer las
finalidades económicas de estos grupos y a la vez evitar una no deseada proliferación de
sociedades.
Por otra parte, si bien fines similares podrían ser realizados bajo el formato del
contrato de sociedad, no es menos cierto el dispendio de medios y estructuras respecto
del propósito buscado.
La actividad que realicen, sea para colaborar en las distintas fases de un negocio o
para ejecutar un servicio u obras concretas, lo será a través de sus participantes.
No poseen un órgano de administración, tal figura es utilizada para las entidades que
se establecen como sujetos de derecho.
El contrato debe ser formalmente extendido por escrito, la omisión de esta forma es
causal de nulidad. Debe inscribirse, con fines de publicidad, en el Registro Público de
Comercio, el cual remitirá una copia con los datos correspondientes a su inscripción a la
Dirección Nacional de Defensa de la Competencia.
Los participantes deben asumir los controles e inspecciones que se efectúen al solo
efecto de comprobar el cumplimiento de las obligaciones asumidas.
Otros requisitos respecto del contenido del contrato son los supuestos de separación
y exclusión; y las condiciones de admisión de nuevos participantes.
Generalmente los partícipes comprometen sólo una parte de sus activos, el resto de
los cuales está dedicado a otras empresas.
Europa
La Comisión europea define estas formas con una mirada amplia, entendidas como
una empresa sujeta al control conjunto de dos o más empresas que son económicamente
independientes una de la otra. En los Estados miembros de la Unión Europea, y más
especialmente en España, las joint ventures remiten a una idea de mayor eficiencia
económica, permitiendo a las empresas formar alianzas entre ellas, y así mejorar su
competitividad, adaptando sus estructuras a las dimensiones crecientes de los mercados
europeos y mundiales. Las joints ventures no están reguladas como tales en ninguna
legislación nacional europea. En los derechos germánicos su calificación como contrato
de sociedad se impone naturalmente debido a la existencia de un concepto amplio de
sociedad, en virtud del que ésta se caracteriza únicamente por la existencia de un fin
común y por su promoción por parte de los socios. En los derechos de tradición latina,
1
CNCom., Sala B, 24/09/86. “Agrupación Alcurnia s/ pedido de quiebra por Oddino”. Citado por
Marcelo L. Perciavalle, Ute & Ace, 1º ed., 2004, Editorial Errepar. Pág. 102.
2
Marzorati, Osvaldo J. “Derecho de los Negocios Internacionales”. Ed. Astrea. 1993. Pág. 577.
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dicha clasificación resulta más problemática, en especial cuando la joint venture no
presenta ni finalidad lucrativa ni patrimonio propio, considerando la existencia en ellos
de una definición más restringida de la sociedad. Según la doctrina española dominante,
la joint venture sería un mero contrato plurilateral, o de colaboración atípico, por lo que
se le aplicarán las normas del contrato de sociedad que sean compatibles con sus
especialidades.
Perú
El contrato joint venture permite generar una relación jurídica destinada a explotar
un negocio, proyecto en común para desarrollar una actividad económica específica por
un tiempo determinado, sin constituir una sociedad, acordando los asociados aportar
bienes materiales, asumir gastos, participar en las utilidades, así como responder por las
pérdidas en forma solidaria e ilimitada. Esta figura se aplica principalmente en Perú en
la privatización de empresas del Estado y en la captación de inversión extranjera y
asegurando nuevos mercados de exportación.
El Decreto Legislativo 662 que establece las normas fundamentales sobre estabilidad
jurídica a las inversiones extranjeras lo contempla. Tiene una regulación especial en la
Ley General de Minería.
Uruguay
El consorcio está regulado por los arts. 501 a 509 de la ley 16.060 de Sociedades
Comerciales. Se constituye "mediante contrato entre dos o mas personas físicas o
jurídicas, por el cual se vincularán temporariamente para la realización de una obra, la
prestación de determinados servicios o el suministro de ciertos bienes." El consorcio no
está destinado a obtener y distribuir ganancias entre los partícipes, sino a regular las
actividades de cada uno de ellos. No tiene personalidad jurídica. Personas físicas o
jurídicas se vincularán temporariamente para la realización de una obra, la prestación de
determinados servicios o el suministro de ciertos bienes.
Brasil
En la normativa brasilera también existen los consorcios, previstos por la ley 6404 de
Sociedades por Acciones (arts. 278 y 279). Carecen de personalidad jurídica, su función
es la realización de un emprendimiento determinado, y solamente las sociedades
comerciales están habilitadas para participar en los mismos, respondiendo cada uno de
los miembros por las obligaciones que asumió en el contrato. Se impide que los
empresarios unipersonales -personas físicas- puedan acceder a un consorcio, sólo
pueden hacerlo las sociedades comerciales –empresarios pluripersonales-.
Paraguay
II
2. Características
El representante tendrá los poderes de todos los miembros para ejercer los derechos y
contraer las obligaciones que hiciesen al desarrollo o ejecución de la obra, servicio o
suministro.
III
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Proyecto del PEN de Reformas a la Ley de Sociedades Comerciales y su Influencia en el Ejercicio
Profesional. Jornada realizada el 18/06/12 en la FCE de la UBA. Comentario y Propuesta. Págs. 10 a 20.
Ed. Departamento de Derecho 2012.
5
norma en el mundo empresarial, comercial y de los negocios. A su vez también sugería
la incorporación de la sociedad unipersonal.
El capítulo comienza anticipando que los artículos que lo componen sólo serán
aplicables a los contratos de colaboración y contratos participativos que tengan
comunidad en su fin, pero no a las sociedades propiamente dichas. Por ser que estos no
crean personas jurídicas, ni constituyen sociedades.
Son contratos conformados por la voluntad de dos o más partes, regidos por la
libertad de forma (es decir, no tienen una forma típica especifica) y tienen libertad de
contenido.
Recibidos por el proyectado art. 1448 como aquellos negocios que tienen por objeto
la realización de operaciones determinadas a cumplirse mediante aportaciones comunes
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y a nombre personal del gestor. No tiene denominación, no está sometido a requisitos de
forma ni se inscribe en el Registro Público.
Agrupaciones de colaboración
Uniones Transitorias
En particular, objeto de esta Ponencia, son reconocidas cuando las partes se reúnen
para el desarrollo o ejecución de obras, servicios o suministros concretos, dentro o fuera
de la República.
Debe designarse un representante con poderes suficientes de todos y cada uno de los
miembros para ejercer los derechos y contraer las obligaciones que hacen al desarrollo o
ejecución de la obra, servicio o suministro.
Los acuerdos se deben adoptar siempre por unanimidad, excepto pacto en contrario.
Consorcios de cooperación
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“Barrientos, Lidia Haydée y otros c/ Happy Summer Consorcio de Cooperación y otros s/despido”. La
sentencia definitiva de fecha 28/10/2010 expresa: “Es necesario indicar que el artículo 2 de la Ley 26.005
dispone que los Consorcios de Cooperación, no son personas jurídicas, ni sociedades, ni sujetos de
derecho. Tienen naturaleza contractual. Consecuentemente la accionada no es una sociedad comercial -
pese a lo sostenido en el inicio por la parte actora- sino que, por el contrario, es un contrato de
colaboración empresaria”.
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Fundamentos del Proyecto de Reforma
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En este sentido, se mejora la sistematización de la actual LSC, al retirar de su texto
figuras contractuales que no constituyen sociedades ni sujetos de derecho e
incluyéndolas en el Código proyectado en el capítulo de los Contratos Asociativos.
Pero los motivos que fundamentan la limitación actual que formula el art. 367 LSC a
los posibles miembros de las agrupaciones de colaboración inciden sobre la
interpretación.
Fundamento: todas estas situaciones son contratos, y como tales deben ser tratados.
Así, la Reforma establece que las sociedades pueden formar parte de sociedades del
mismo tipo o de otro, aun si difieren los regímenes de responsabilidad de sus socios.
Pueden ser parte de cualquier contrato asociativo. El artículo 31 establece que las
sociedades cuyo objeto sea exclusivamente financiero o de inversión, pueden adquirir
participación en otra u otras sociedades sin limitaciones.
IV
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En cuanto a las uniones transitorias de empresas, hay dos principales modificaciones
sobre las que esta Ponencia se detiene:
En cambio, el artículo 1463 del proyecto establece que: “hay contrato de unión
transitoria cuando las partes se reúnen para el desarrollo o ejecución de obras, servicios
o suministros concretos, dentro o fuera de la República. Pueden desarrollar o ejecutar
las obras y servicios complementarios y accesorios al objeto principal.”
Como es evidente, la modificación dada por el proyectado artículo 1463 implica una
menor restricción en cuanto a cuáles partes pueden integrar un contrato de unión
transitoria y, consecuentemente, una liberalización del espectro de los sujetos que
pueden utilizarla5. Incluso el Proyecto deja de llamarlas uniones transitorias de
empresas y pasa a llamarlas uniones transitorias. De sancionarse el proyecto, serían
muchas más las figuras que podrían participar tanto de las ACE como de las UT;
participación que, por ahora, se encuentra limitada solamente a sociedades y
empresarios individuales.
Creemos que la actual restricción establecida por el artículo 377 LS, y que desde esta
Ponencia se defiende, se debe a que el contrato de UTE, tal como se lo reconoce en la
actualidad, está destinado a facilitar o desarrollar actividades empresariales de sus
miembros, o a perfeccionar o incrementar el resultado de las mismas, por lo tanto
deviene inadmisible que las partes contratantes no lleven a cabo actividades
empresariales.
Incluso las asociaciones y fundaciones podrían ser parte de una UT. Si bien las
mismas no pueden perseguir el lucro como fin principal, pueden realizar actividades
lucrativas, siempre y cuando la utilidad económica sea reinvertida o utilizada para la
consecución del objeto, y no repartida entre los miembros. Ni el proyecto de reforma ni
el Código Civil establecen restricción alguna para que las mismas puedan formar parte
de un contrato de colaboración.
El inciso 4° del artículo 378 LS vigente establece que el contrato debe contener “el
nombre, razón social o denominación, el domicilio y los datos de la inscripción
registral del contrato o estatuto de la matriculación o individualización, en su caso, que
corresponda a cada uno de los miembros”.
El inciso d) del artículo 1464 establece, en cambio, que el contrato debe contener “el
nombre, razón social o denominación, el domicilio y, si los tiene, los datos de la
inscripción registral del contrato o estatuto o de la matriculación o individualización
que corresponde a cada uno de los miembros.”
El cambio dado por el artículo 1464 del proyecto implica que ya no sería requisito
que las sociedades estén regularmente constituidas para formar parte de una unión
transitoria. En consecuencia, se tiende, en demasía, a una flexibilización en cuanto a los
mecanismos de control para que las partes puedan operar en conjunto. En este sentido,
facilitaría ciertas uniones que actualmente no son posibles por no cumplir con alguna de
las formas impuestas por la ley, en cuanto a que deben estar regularmente constituidas.
Ante esta situación, cabe plantear las siguientes preguntas, a la luz de una mirada
crítica: si se le permite a una sociedad parte en una UT no sólo no incluir en el contrato,
6
"Metropolitano Sanatorio Privado SA y otros (UTE)" 28/04/2000, Inspección General de Justicia
expediente 1.677.511
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sino directamente no tener datos de inscripción registral, ¿qué seguridad jurídica se le
está dando a la conformación misma de la UT?; ¿qué seguridad jurídica se le está dando
a los miembros que la conforman, ante una sociedad/empresario o ahora “parte”, que no
tenga la obligación de acreditar su regularización para conformar la UT?; ¿si se suprime
este deber, esta “parte” tiene derecho a invocar ante terceros los derechos o defensas
nacidas del contrato social, lo cual es cuestión prohibida por el Art.23, párrafo 2° de la
LSC?
Conclusión
12
Bibliografía
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