La eficiencia de los procesos de educación ambiental, está relacionada directamente con la cultura

inmersa en cada sociedad, en este punto se hace necesario discutir acerca del ambiente. Según García
(1994) es la forma en que se representa el resultado de las interacciones del sistema biofísico (o natural)
y el cultural (o social) que ha implicado históricamente diferentes tipos de configuración estructural del
aparato social humano.

Así cada cultura crea su propio ambiente, es así como Vidart (1986) postula que “Ambiente es la
circundancia de una entidad, o de un conjunto de entidades, que mantienen con ella relaciones
permanentes, lo que la convierte en una circunstancia” pero va más allá haciendo relación con las
interacciones que se presentan, donde el medio viene siendo el puente que une a los seres vivos con la
satisfacción de sus necesidades y que siguiendo esa lógica termina diciendo que el ambiente “es
fundamentalmente un sistema de medios” (Vidart, 1986), sistema que es heterogéneo y se convierte en
asiento de significados simbólicos muy diversos (Gudynas y Evia, 1995) asociados a culturas específicas.

Nuestra campaña de reciclaje se centra en la preservación de nuestro planeta tierra. En él, debemos
aprender que reducir el consumo de materias primas y elementos que sobrecargan el medio ambiente
generan un deterioro y reducen el tiempo vital de nuestro entorno.

la complejidad con que se abordan los temas ambientales hoy por hoy resultan muy difíciles, ya que
a muchas personas no les interesa el tema a pesar de ser un referente vital no solo para el buen
desarrollo de un bienestar social, psicosocial sino también para garantizar la continuidad de la vida, de
las especies, de los seres vivos y de mantener nuestro entorno en perfecto estado ya que este nos
provee no solo de materiales, sino también de vida y de recursos que lamentablemente tienen los días
contados.

A partir de este postulado, es necesario formular y plantear la cultura de la apropiación de los

entornos en los cuales habita cada persona, si bien es cierto, desde que los seres humanos tienen
conciencia, sus intereses van más allá de sobrevivir, de buscar mejorar cada día en pro de una evolución
que lo catapulte a tener una mejor calidad de vida, en esta carrera tan importante por alcanzar la
perfección, son muchas las consecuencias negativas que se generan al medio ambiente y que no se
tienen en cuenta como la producción de basuras el cual podría considerarse como el mayor factor de
contaminación ya que no solo genera un desorden social viéndolo desde la perspectiva psicosocial, sino
que incrementa los gases tóxicos o nocivos para los seres vivos, también incrementa la proliferación de
plagas y con ellas enfermedades que atentan contra la vida de forma directa de los seres humanos,
tomar una gaseosa y arrojar la botella es solo un grano del inmenso mar que hoy por hoy es la
contaminación.

La estrategia de educación ambiental pretende contribuir de manera didáctica, a la formación de la

comunidad académica, en la gestión integral de residuos sólidos y el aporte que dicho proceso tiene a la
conservación del medio ambiente y a la óptima gestión ambiental institucional. La educación ambiental
debe ser el eje transversal en la institución ya que a partir de esta se forman ciudadanos amigables con
el medio ambiente que serán promotores de procesos de gestión ambiental. Para lo cual se deben
platear didácticas acordes con la edad, y grado académico con el fin de que sean aceptadas y tengan un
impacto directo sobre los estudiantes y el personal administrativo.

Por otra parte, la educación es un factor sumamente importante y el cual, podría ser la única
herramienta para que la sociedad tome conciencia que nuestro planeta es nuestra casa, que solo hay
una y que debemos cuidarla, es necesario que a través de campañas que impacten de forma
contundente en la persona y que este mensaje sea trasmitido a las demás personas en su entorno. Sin
embargo, son pocos los recursos que se emplean para generar este tipo de campañas por lo que no
tienen la fuerza suficiente para hacer que una persona recoja, recicle, reutilice elementos ya desechos y
que por convicción personal genere un ambiente saludable, sano y estable.