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INTRODUCCIÓN
ANTROPOLOGÍA DE LA COMUNICACIÓN
Lo más propio e interno de uno mismo solo lo conoce Dios y en parte uno mismo.
Entendiendo al hombre como un ser relacional se sientan, pues, las bases para una
antropología que se centre en la persona como ser único, autoconsciente y auto-
determinado, pero sin petrificarla en sí misma, pues, dada su relacionalidad, se
encuentra con las puertas abiertas hacia su entorno, hacia los demás hombres y hacia
Dios.
El hombre es un ser relacional por esencia. El hombre – dice Juan Pablo 11 – “no puede
existir solo, puede existir solamente en relación con otra persona humana “.
El hombre no ha sido creado inmóvil y estático. “El ser persona significa tender a su
realización, cosa que no puede llevar a cabo si no es en la entrega sincera de sí mismo a
los demás” (SS. Juan Pablo 11 Sollicitudo rei socialis).
3. Comente el texto de Juan Pablo II: “el ser persona significa tender a su realización, cosa
que no puede llevar a cabo si no es en la entrega sincera de si mismo a los demás” (SS.
Juan Pablo 11 Sollicitudo rei sociales).
SEGUNDA UNIDAD
ASPECTOS GENERALES
DE LA COMUNICACIÓN
1. CONCEPTO DE 2. PROCESO DE LA
COMUNICACIÓN COMUNICACIÓN
ASPECTOS GENERALES DE LA COMUNICACIÓN
1. ¿QUÉ ES LA COMUNICACIÓN?
2. PROCESO DE LA COMUNICACIÓN
En toda comunicación se dan cuatro elementos básicos:
Las personas que se comunican entre sí.
Lo comunicado o comparado entre esas personas.
El medio por el cual esas personas se comunican.
El código en que se comunican.
MENSAJE
MEDIO
(Código)
EMISOR RECEPTOR
Una conversación o comunicación continuada está formada por una cadena en la que
se van concadenando sucesivamente estos eslabones:
Que son simplemente dos facetas que se dan en toda persona que emite y recibe
comunicación.
El Dr. López Ibor dice: “el ser humano no puede vivir en solitario,
enloquecería”.
La vida es comunicación: por lo tanto, comunicarnos bien es tan necesario para nuestro
desarrollo integral como respirar aire puro, a pleno pulmón, es necesario para nuestro
buen desarrollo físico.
Las relaciones interpersonales, son en nuestra vida una de las fuertes de mayores
alegrías y satisfacciones y, a la vez, son causa de las mayores dificultades y de las más
profundas tristezas.
Por el contrario, la carencia o el fallo en las relaciones inter-personales, que, insisto, casi
siempre es por una mala comunicación, causan un nosotros tristeza y desolación.
Todos hablamos de comunicación
Algunos gozan de ella
Pocos lo entienden
Casi ninguno la aprovecha profundamente
Sin embargo, la comunicación humana es base y punto de partida para el ejercicio de la
libertad. En el proceso de comunicación, inteligencia y voluntad se conjugan de manera
única para estableces lazos de unión entre personas.
El encuentro entre dos personas debería ser siempre un momento de comunicación. Sin
embargo, la realidad nos dice que, la mayoría de los encuentros, son meros contactos
superficiales entre soledades aisladas.
No solo son los comunicadores sociales, los psicólogos y los sociólogos lo que deben
entrenarse en comunicación.
4. TIPOS DE COMUNICACIÓN
Para evitar los posibles equívocos del lenguaje o comunicación verbal es conveniente
definir términos, expresar el contenido o el significado que tienen las palabras que
utilizamos. Esta definición de términos, que es un elemento muy favorecedor al dialogo
entre dos, se hace elemento imprescindible, totalmente necesario para una buena
comunicación de grupo. Es fácil caer en la cuenta del por qué. Al ser mayor el número
de participantes en el dialogo o discusión de un tema, aumenta el número de
probabilidades de distintos significados atribuidos a las palabras utilizadas.
4.2 No verbal
Una de esas formas está en relación con la utilización que hacemos del espacio donde se
va a dar el dialogo, las distancias físicas entre nosotros y nuestro interlocutor, el lugar
ya que no es lo mismo hablas desde detrás de una mesa de despacho en el lugar de
trabajo que en casa o en una cafetería.
También puede ser otra forma de comunicación no verbal la elección del medio a través
del cual nos vamos a comunicar. La persona que va a romper una relación y para
comunicarlo escribe una carta en el lugar de hablar cara a cara con el otro puede ser un
ejemplo de ello. Al elegir este medio de comunicación puede estar expresando su deseo
definido e irreversible de ruptura.
DESARROLLO DE LA
COMUNICACIÓN
FACTORES POSITIVOS DE
LA COMUNICACION
ESCUCHA SILENCIO
APRENDER A
PREGUNTAR
DESARROLLO DE LA COMUNICACIÓN
1. FACTORES POSITIVOS QUE INFLUYEN EN LA COMUNICACIÓN
1.1. ESCUCHA
Es necesario remarcar que para comunicarnos “no se trata de llenarnos de
palabras”.
Antes de preocuparnos por hablar, deberíamos preocuparnos por prestar
atención… ¡Tener en cuenta al otro! Esto implica:
Prestar atención al otro
Salir un poco de sí mismo
Pensar que no somos los únicos a los que les pasan cosas
Darnos cuenta que no somos el centro de atención
Es tratar de descubrir quién es… cómo es… qué siente… qué anhela… qué le pasa…
qué cree… cómo está…
Por supuesto que no podemos dar respuesta a todas estas cuestiones en una relación
superficial. Solo buscaremos resolverlas cuando el encuentro “con el otro” sea algo que
vaya más allá de lo ocasional.
1.2. SILENCIO
Se necesita silencio para aceptarse tal como es. En la medida en que se conoce es
realista acerca de sus propias limitaciones, y por eso no pierde el tiempo en soñar en lo
que quería ser, ni emplea el resto de su vida en tratar de convencerse de lo que no es. Ha
escuchado y escudriñado en su interior y ha aprendido a amar lo que realmente es.
Confía en sus propias dotes y recursos y en su capacidad para adaptarse y hacer frente a
todos los desafíos que la vida le presente.
Esta clase de auto-aceptación capacita a la persona para vivir plena y confiadamente con
todo cuanto ocurre en su interior, y no le teme a nada que sea o pueda ser parte de sí
misma.
Las personas de silencio interior, actúan desde ese nivel visceral profundo sus
decisiones no son fruto del frio razonamiento analítico, que descubre las razones de la
mente. Las personas que en el silencio descubren las “razones” de su nivel visceral son
personas que al pensar con, todo su ser resultan personas de peso, seguras de sí mismas,
que hablan y actúan desde lo vivenciado, no solo desde lo pensado.
1. Cuáles son los factores positivos que intervienen en una buena comunicación
CUARTA UNIDAD
Desplazamiento
Proyección Complejos
Supresión Psicológicos
OBSTACULOS DE
LA
COMUNICACIÓN
Timidez Racionalización
Subjetivismo Físicos
Dificultades
espirituales
OBSTACULOS DE LA COMUNICACIÓN
Ruidos: para una correcta comunicación, debemos evitar
los “ruidos”
Los ruidos pueden ser físicos o externos o psicológicos o
internos.
1. FISICOS
Los ruidos externos son los más fáciles de identificar:
- Una mala recepción televisiva, lluviosa… se
debe a problemas en la antena
- Una baja emisión radial, puede tener su defecto en las pilas o baterías
eléctricas que están por agotarse
- No escuchar una clase que se dicta en un aula contigua a una obra en
construcción se debe al accionar de las maquinas mezcladoras de cemento
Estos ejemplos son ruidos de orden físico, fáciles de detectar, y relativamente, fáciles de
solucionar. Sabemos de donde provienen y sabemos lo que hay que hacer para
acallarlos. Los identificamos perfectamente y conocemos el remedio que los soluciona.
2. PSICOLOGICOS
Existen otra clase de ruidos que pueden entorpecer la comunicación. Es un “ruido” ese
bloqueo interno que tenemos, muchas veces de manera inconsciente, y que nos impide
escuchar, objetivamente a una persona cuando su aspecto exterior nos disgusta.
Es un “ruido” ese prejuicio que nos hace suponer que un acierto de alguien que siempre
se equivoca fue de pura casualidad, y que un error en quien siempre acierta debe hacer
sido algo malo que le ocurrió y le impide hacer las cosas mejor.
Es difícil aceptar que el primero se esforzó y que el segundo “se durmió en sus
laureles”.
Es un “ruido” ese mecanismo interior que nos hace “etiquetar” a las personas sin
conocerlas, basándonos en quien sabe que cosas.
Hay ruidos que nos impiden valorar determinado arte… hay “ruidos” que, en
determinados días, nos hacen ver “todo negro”, con pesimismo o con apatía.
Estos son ejemplos de ruidos internos o psicológicos, ruidos de la mente o del corazón.
Son los más difíciles de detectar porque pocas veces está claro de donde provienen esas
reacciones inconscientes.
Para comunicarnos mejor, debemos estar decididos a conocernos más y mejor. A
explorar dentro nuestro y ser capaces de mirarnos objetivamente.
3. TIMIDEZ
4. SUBJETIVISMO Y ESCUCHA SELECTIVA
5. SUBJETIVISMO Y ESCUCHA MAL INTENCIONADA
6. SUBJETIVISMO Y FALTA DE APERTURA
7. COMPLEJOS
8. SUPRESIÓN
9. PROYECCIÓN
10. DESPLAZAMIENTO
11. RACIONALIZACIÓN
12. DIFICULTADES ESPIRITUALES
Para escuchar la comunicación del silencio, primero tenemos que lograr el silencio de
nuestro interior. Puede resultarnos muy difícil lograr silencio en un entorno social tan
contaminado de ruido.
Y entendamos por “ruidos” no solo los físicos, sino también esa larga serie de
dificultades y turbaciones que sobreviene a nuestro yo, de las personas, de las
situaciones sociales, políticas… oírlas en calma y silencio interior para que resuenen de
forma que puedan ser asumidas por nuestro yo, que nos pueden dar su sentido integrado
en nuestro ser total.
Necesitamos comunicarnos con nuestra soledad. Necesitamos, aprender a escuchar el
anhelo que surge del fondo de nuestra propia soledad: el deseo de nuestro más auténtico
yo.
Para comunicarnos con nosotros mismos es precioso buscar la soledad y salir a su
encuentro. Es precioso entrar en contacto con nuestra soledad y dialogar con ella,
estando a solas con nosotros mismos.
Solamente si asumimos nuestra propia soledad, en ese encuentro cara a cara, solamente
así podremos vivir en compañía con los demás, sin dependencias infantiles; sino con esa
independencia madura que es otro de los grandes deseos del corazón humano; el
corazón de la humanidad.
La vida es un alejarnos de los demás, un retirarnos para encontrarnos en solitario con
nuestra propia soledad; para después volver a la compañía de los demás y en ellos
descubrimos a nosotros, mismos.
Es a partir del silencio que podemos salir de nosotros mismos para relacionarnos y
comunicarnos con los demás. De esta manera estaremos madurando y realizándonos en
plenitud.
3. TIMIDEZ
A este tipo de hombre temeroso se le conoce por su forma de hablar en voz baja e
insegura y en que su forma de andar y con todo su comportamiento va expresando con
creces su miedo. Generalmente se expresa ese miedo también en forma corporal, como
por ejemplo al enrojecer, al palidecer, al acelerar el pulso, al secarse la boca, al
producirse diarreas, etc.
¿Qué aspecto ofrece la vida interior de una persona así?
¿Cuáles son los componentes de una mala orientación psíquica, que se, han de unir para
engendrar la timidez?
Un análisis más meticuloso nos muestra que la persona tímida enfoca por lo general, de
una manera equivocada a las personas y las situaciones. Es propensa a la desconfianza
al pesimismo, duda de la buena intención de los demás, subestima sus propias fuerzas y
sobrevalora las exigencias que se le formulan.
Partiendo de las experiencias de su niñez, piensa que siempre se le quiere criticar,
piensa que todo enjuiciamiento de su persona es una condena. Por ello no se atreve a
adelantarse en ninguna parte y permanece siempre en un segundo plano, mientras que,
se desprecia a sí mismo, precisamente por ese retraimiento. Con frecuenta tiene una
medida completamente irreal de las cosas. Se exige cosas y rendimientos que no puede
realizar, que incluso no puede realizar nadie. Así que mueve en un círculo de temores.
Con el fin de disponer en su favor a otras personas, adquiere un comportamiento servil,
silencioso formal, como queriendo decir; no me importas, ya ven la frágil e incapaz que
soy- inconscientemente, su ambiente lo capta asi, hasta que la psicología le proporcione
ánimo y un reconocimiento de sí mismo y le muestre el camino hacia una vida activa y
más valerosa.
7. COMPLEJOS
Formación reactiva
Al hablar de sus ideas, el emisor puede aparecer como una persona rígida y dogmática,
excesivamente segura de sus juicios; en el fondo, está tratando de ocultar su gran
inseguridad. La formación reactiva influye muchas conductas que se exageran para
tratar de compensar inclinaciones no reconocidas o mal reprimidas hacia el extremo
opuesto. Es el caso, por ejemplo, de personas extremadamente tímidas y que, en
ocasiones, se comportan hasta excesivamente comunicativas y expresivas.
8. SUPRESIÓN
Por prejuicios ancestrales elimina impulsos, tendencias, sentimientos que los considera
inmortales, re bajantes y vergonzosos.
Toda supresión se basa en autoengaño. Quien suprime sus tendencias, se vuelven falsos
consigo mismo. Los que suprimen sus tendencias, no pueden ser buenos conocedores
del ser humano.
9. PROYECCIÓN
Consiste en achacar a otro (proyectar en otro) sentimientos que descubro en mí. Al
achacárselo al otro, se supone que yo estoy libre de culpa.
Significa un traspaso de las tendencias y contenidos psíquicos a otras personas. Las
personas con proyecciones, acusan a otras de sus propias faltas. Cuando más grandes
sean en ellas las faltas, con tanta mayor insistencia perseguirán los demás a causa de
ellas.
Un ejemplo de este caso es la persona agresiva. Si preguntamos a esta persona por qué
razón molesta, ofende, ataca, insulta, etc. A otra persona, contestara, que “solamente se
defiende”. Que los demás le hacen la vida imposible.
En los EE.UU. se realizó un experimento interesante: Se hizo que unas personas muy
agresivas dialogaran con personalidades muy tolerantes. Las conversaciones fueron
grabadas en cinta magnetofónica. Después se preguntó a los tolerantes, que les habían
parecido los otros. La respuesta fue “bastante agresivos”.
Cuando se les pregunto a los agresivos como habían sido sus interlocutores,
contestaron: “tremendamente agresivos”.
La cinta magnetofónica demostró sin embargo, que los tolerantes no habían
pronunciado n una palabra incorrecta, ni una expresión odiosa.
El resultado de este experimento es que toda persona agresiva, proyecta continuamente
sus sentimientos enemistosos hacia el prójimo y piensa que de esta forma se ha de
defender de él.
El provecho de esta proyección es la auto idealización y auto engrandecimiento. Si
todos los demás son unos canallas y unos maliciosos, resulta que yo soy relativamente
decente porque “solamente defiendo mis derechos”.
10. DESPLAZAMIENTO
Sucede con bastantes frecuencias: “llego a casa cansada, malhumorada y frustrada por
el conflicto con el trabajo. Los niños no han arreglado el cuarto, les grito, regaño y
castigo; les encierro en el cuarto hasta que recojan todo y lo pongo en su sitio, y es mas
no hay televisión en dos días… “
Los niños quedan desconcertados. El cuarto está hoy como todos los días.
La reacción ha sido desproporcionada al hecho. La madre ha desahogado y desplazado
en los hijos la agresividad y mal humor causado por el trabajo. Ya no está molesta por
el conflicto laboral, sino porque sus hijos tienen su cuarto hecho un asco.
Este tipo de desplazamiento sucede mucho en el ámbito de la comunicación de pareja.
11. RACIONALIZACIÓN
Sin en el ejemplo anterior alguien comentara a la madre “¿no crees que has exagerado
un poco con los niños? No habían dejado el cuarto tan desordenado. ¡Cómo te has
puesto!”. Seguramente que con ese comentario no caería en la cuenta, sino que
objetaría: “No así aprenderán la próxima vez a ser más ordenados y cuidadosos”. Esa
mujer está racionalizando su conducta anterior. Estaría tratando de buscar razones
diferentes a la verdadera razón de su enojo, que disculpen y justifiquen su
comportamiento. Es lo que en el lenguaje popular se expresa como “disculpa tonta”.
La supresión, la proyección y la racionalización están íntimamente relacionadas. Donde
se da una, se dan también las otras dos. Los tres mecanismos se complementan
mutuamente. Un ejemplo de la racionalización se da en él, zorro de la fábula, que a la
vista de las uvas, que están demasiado altas, dice: “esas uvas están verdes, no las
quiero”. También aparece la racionalización cuando se defiende una mala causa, al
parecer con buenos motivos. Así por ejemplo, una persona desconfiada justificara de
manera racional su desconfianza, mediante cualquier relato espeluznante sobre la
maldad humana. Una persona miedosa se referirá a las noticias de los periódicos sobre
“accidentes y delitos”.
También aquí resulta palpable el autoengaño. Se entrega uno a lo ilógico, cuando se
quieren presentar de cualquier manera, como lógicos, los propios complejos.
Al dificultarme la comunicación con mi yo, me alejan. De mí mismo y así resulto un
desconocido para mi propio yo, al no poder ser quien realmente son en paz y armonía.
Respecto a los demás, me dan una visión deformada de ellos y de la realidad. En todo
caso siempre obstaculizan la buena marcha de la comunicación.
Vale la pena salir al encuentro del reto que supone dominar el arte difícil de una buena
comunicación.
NIVELES DE LA
COMUNICACIÓN
5. primer nivel
COMUNICACIÓN CUMBRE
NIVELES DE LA COMUNICACIÓN
Alguien ha tenido el acierto de distinguir cinco niveles de comunicación en los que las
personas podemos relacionarnos con otras. Para comprender dichos niveles, tal vez sea
útil imaginar una persona encerrada en una prisión (Es el ser humano urgido
insistentemente desde dentro a salir hacia los demás y, sin embrago, temiendo hacerlo).
Los cinco niveles de comunicación, que enseguida describiremos, representan otros
tantos grados de disponibilidad a salir fuera de sí mismo y comunicarse con los demás.
El hombre de la prisión --todo hombre- ha estado en ella durante años, aunque,
paradójicamente, las rejas no están cerradas. Puede salir, pues, de su prisión, pero durante
su larga estancia en ella ha aprendido a temer los posibles peligros con que podría
encontrarse. Así pues, ha llegado a sentir una especie de seguridad y protección tras los
muros de la prisión, en la que está preso por propia voluntad. La misma oscuridad de la
prisión le impide tener una visión clara de sí mismo, y no está seguro del aspecto que
puede tener a la luz del día. Pero, sobre todo, no está seguro de como habrían de recibirlo
el mundo que él ve desde detrás de sus barrotes y las personas a las que ve moverse en
dicho inundo. De modo que se siente desgarrado entre, por una parte, la necesidad casi
desesperada de ese mundo y esa gente y, por otra, el temor igualmente desesperado al
riesgo de ser rechazado si decidiera poner fin a su aislamiento.
Este es el dilema, un tonto dramático que todos nosotros experimentamos, en un momento
u otro de la vida, a lo largo de nuestro proceso de ser perdonas. La mayoría de nosotros
nos limitamos a dar una débil respuesta a la invitación de llegar a un encuentro con los
demás y con nuestro mundo, porque nos resulta incómodo y violento exponer nuestra
desnudez de personas. Algunos solo están dispuestos a aparentar semejante “éxodo”,
mientras que otros consiguen reunir el valor suficiente para recorrer todo el camino hacia
la libertad, el cual tiene una serie de etapas que vamos a describir a continuación.
El quinto nivel, que será el primero que veamos representa la disponibilidad mínima a
comunicarnos con los demás. Los sucesivos niveles descendentes se refieren a un grado
cada vez mayor de dicha disponibilidad.
Este nivel representa la más débil respuesta al dilema humano y el más bajo nivel de auto-
comunicación. De hecho, puede decirse que no hay comunicación alguna, a menos que
sea por puro accidente. En este nivel hablamos con frases hechas, tales como:
¿Cómo estás? …. ¿Y la familia?
¿Dónde te has metido… que has sido de tu vida?
Espero que volvamos a vernos muy pronto…
Ha sido un gusto verte”…
En realidad no queremos decir nada de lo que, de hecho, decimos o preguntamos. Si a
nuestra pregunta, “¿Cómo estás?”, se pusiera el otro a responder en detalle, nos
quedaríamos pasmados. Afortunadamente, lo normal es que el otro sea perfectamente
consciente de lo superficial y convencional de nuestro interés y de nuestra pregunta, y se
limite a responder de un modo igualmente convencional “Muy bien, gracias “
Esta es la conversión de la no- comunicación típica del “cocktail”, del supermercado o de
la peluquería. Las personas no comparten nada en absoluto. Cada cual sigue refugiado en
el aislamiento de su afectación y de su fingimiento. Todos dan la sensación de haberse
reunido para estar solos en grupo.
Puede que muchos de nosotros creamos que una vez hermosa revelado
nuestras ideas, opiniones y decisiones, no nos queda realmente mucho
más que compartir. Pero lo cierto es que las cosas que más claramente
me diferencian y me individualizan respecto a los demás, que hacen,
que la comunicación de mi persona sea objeto de un conocimiento
realmente único, son mis sentimientos o emociones.
Si deseo realmente que quien soy yo, debo hablarte “con las tripas” tanto como con la
cabeza. Mis ideas, opiniones y decisiones son absolutamente convencionales. Si yo soy
un convencido conversador o un convencido liberal, también lo es muchísima gente; si
estoy a favor o en contra de la exploración del espacio, siempre habrá otros que piensen
lo mismo. Pero los sentimientos que subyacen a mis ideas, opiniones y convicciones son
exclusivamente míos. Nadie apoya a un partido político, o tiene una convicción religiosa,
o está comprometido con una causa, con mis mismísimos sentimientos de fervor o apatía.
Nadie experimenta mí mismo sentimiento de frustración, ni padece mis mismos miedos,
ni siente mis mismas pasiones. Nadie te opone a la guerra con la misma indignidad con
la que yo lo hago, y nadie defiende el patrimonio con el mismo sentido de la lealtad con
que yo lo defiendo.
En este nivel de comunicación, son estos sentimiento los que debo compartir contigo si
es que he decirte quien soy yo realmente. Para ilustrarlo voy a poner en la columna de la
izquierda una opinión, y en la de la derecha algunas posibles reacciones emocionales ante
dicha opinión. Si solo hago saber el contenido de mi mente (el juicio u opinión) estaré
ocultándote una gran parte de mí mismo, especialmente en aquellas áreas en las que soy
genuinamente personal, más individual, más profundamente yo mismo.
Opinión Algunas posibles reacciones
La mayoría de nosotros tenemos la sensación de que los demás no van a soportar que
comuniquemos con tanta sinceridad nuestras emociones. Preferimos defender nuestra
insinceridad argumentando que la sinceridad podría dañar a otros, y como hemos
racionalizado nuestra insinceridad haciéndola pasar por “nobleza”, nos conformamos con
unas relaciones superficiales, sino también son miembros de nuestra propia familia,
pudiendo incluso llegar a destruir la autentico comunión dentro del matrimonio.
Consiguientemente, ni creemos nosotros ni ayudamos a nadie a crecer. Entretanto nos
vemos obligados a vivir reprimiendo las emociones, lo cual resulta verdaderamente
peligroso y autodestructivo. Para tener el carácter de un verdadero encuentro personal,
toda comunicación debe llegar a ser una comunicación “visceral” sincera y abierta. La
alternativa contraria consiste en quedarse encerrado en la propia prisión y soportar la lenta
e inexorable agonía de uno mismo como persona.
Si la amistad y el amor humano han de madurar entre dos personas, debe darse entre
ambas una absoluta y sincera revelación mutua, y esta clase de auto revelación solo se
consigue mediante esta comunicación “visceral”. No hay otra forma de conseguirlo, y
todos las razones que podamos aducir para racionalizar y justificar nuestros disimulos y
nuestra falta de sinceridad deben ser consideradas como puro engaño. Sería mucho mejor
para mí decirte lo que realmente siento acerca de ti, que enredarme en la viscosa dificultad
e incomodidad de una relación insincera.
La mentira siempre tiene raro atributo de volverte contra uno, y puede dar lugar a
verdaderos disgustos. Aun cuando yo tenga que decirte que no se admiró no te amo
emocionalmente, será mucho mejor que tratar de engañarte y tener que pagar el precio
que, a la larga, exigen todos los engaños de este tipo: un mayor daño para ti como para
mí. Y también tu tendrás que decirme, en ocasiones, cosas que te costara muchísimos
decir. Pero la verdad es que no tienes otra alternativa; y si yo deseo tu amistad, debo estar
dispuesto a aceptarte tal como eres. Si cualquiera de nosotros entabla la relación sin esta
determinación de comportarse con absoluta sinceridad y transparencia, entonces no hay
amistad, ni crecimiento posibles; lo único que habrá será, más bien, una especie de asunto
sujeto-objeto que podríamos tipificar en las riñas, las malas caras, los celos, los enfados
y las acusaciones propias de adolescentes.
La tentación clásica en este asunto y que podría parecer destructivo de loe errores que se
cometen en el campo de las relaciones humanas es la siguiente: nos sentimos tentados a
pensar que la comunicación de una reacción emocional desfavorable tiende a dividir, a
separar. Si yo te digo que me está molestando cuando haces algo que estás acostumbrado
a hacer, tal vez me sienta tentado a crecer que sería mejor no mencionarlo siquiera, y de
ese modo nuestra relación será más pacífico. Además – pienso – no lo entenderías.
De modo que guardo silencio y me quedo con ello dentro, y cada vez que tú me haces
eso que a mí me molesta, mi estómago lleva la cuenta: 2...3...4...5..., hasta que un día
vuelves a hacer lo mismo que has hecho siempre. . . y se arma un lio de los demonios.
Durante todo ese tiempo en que has estado fastidiándome, yo iba guardando dentro y
aprendía secretamente a odiarme. La miel de mis buenas intenciones iba convirtiéndose
en hiel.
Cuando al final todo estalla en una violenta explosión emocional, tú no comprendes nada,
y piensas que semejante reacción está absolutamente fuera de lugar. Ahora los lazos de
nuestra amistad o de nuestro amor parecen increíblemente frágiles y a punto de romperse.
Y el caso es que todo empezó el día que me dije: “No me gusta lo que hace, pero será
mejor no decir nada; de ese modo nuestra relación será más pacífica“. Aquello fue un
error, y yo debería habértelo dicho desde el primer momento. Ahora se ha producido un
divorcio emocional, ¡y todo porque yo quería mantener la paz entre nosotros!