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Una victoria que cambiaría el mundo

“Estaréis de vuelta en casa antes de que las hojas caigan de los árboles”, fueron las
palabras del Káiser Guillermo II, militarista y último emperador de Alemania, hacia sus
soldados alemanes el día del inicio de la guerra, el 4 de agosto de 1914. Así es como
las cosas en ese entonces para el Káiser no pudieron estar más lejos de la realidad que
les esperaba. La verdad es que todo el mundo pensaba que la guerra iba a durar algunas
semanas, meses como máximo, y estarían de regreso a casa para Navidad. Se conoce
que el suceso que trajo a la realidad, o la gota que derramó el vaso de la I Guerra
Mundial, fue el asesinato del Archiduque Francisco Fernando en Sarajevo por un
extremista serbio. Este hecho generó muchísima más tensión entre los países de
Europa, pero realmente fue usado como un pretexto, respaldado por las ansias de poder
y el conocido expansionismo imperialista que era deseado por grandes países e
imperios como Francia, Rusia, Inglaterra, el Imperio Alemán, y el imperio Austrohúngaro.
Sumados a estas causas, se encontraban los diversos conflictos territoriales (como la
toma de Alsacia y Lorena en Francia por Alemania), diferencias étnicas (griegos,
eslavos, serbios, croatas, búlgaros, etc.), un gran nacionalismo reflejado en
movimientos obreros, y una gran rivalidad industrial y armamentística.

Se formaron principalmente dos bandos, conformados por alianzas entre países e


Imperios. Por un lado, se encontraba la Triple Alianza que tenía de su lado a las
potencias centrales de ese entonces: el Imperio Alemán, el Imperio Austrohúngaro e
Italia. Por otro lado, la Triple Entente con los llamados Aliados: Francia, Rusia e
Inglaterra. Después de la muerte del Archiduque, Austria Hungría le declaró la guerra a
Serbia. Estos dos países eran los únicos involucrados, sin embargo, el hecho se usó de
excusa para desatar todo el conflicto bélico. Rusia tenía buenas relaciones con Serbia
y le declaró la guerra a Austria Hungría. Alemania le declara la guerra a Rusia por
declarársela a Austria Hungría, y posteriormente a Francia, quien le declara la guerra
igualmente a Alemania con quien ya tenía muchos conflictos. Por último, se añadió
Inglaterra. Se llevaron a cabo muchísimas guerras internas y muertes, pero se podría
dividir la también conocida como la Gran Guerra en tres etapas: La primera de 1914 a
1915, conocida como la “Guerra de Movimientos”, fue donde las potencias centrales
decidieron avanzar por dos frentes. Alemania movería sus tropas para atacar a Francia
en una primera instancia y rápidamente a Rusia, para así enfrentarla sin el soporte de
su aliado. Este plan era conocido como el Plan Schlieffen. Sin embargo, no fue llevado
a cabo como diseñado. En la segunda, de 1915 a 1916, se dio la “Guerra de las
trincheras” donde las potencias centrales fueron detenidas por los aliados. Las
trincheras, que normalmente tenían condiciones desastrosas como lodo, ratas, y
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parásitos, traían más que resultados positivos para algún bando, nerviosismo, tensión y
muerte. Fueron creadas por la igualdad de fuerzas y posibilidad entre ambos bandos.
Finalmente, de 1917 a 1918, se dio la “Segunda Guerra de Movimientos”, donde Rusia
derrotó al Imperio Austrohúngaro y los aliados lograron controlar el frente oriental con
ayuda de las tropas de Estados Unidos (que declaró la guerra a Alemania el 6 de abril
de 1917) quien hasta hace poco había permanecido ajeno a los conflictos, pues
consideraba que el uso de su tiempo y dinero fuera destinado a otros ámbitos; hasta
que Alemania, durante negociaciones de paz, los atacó, hundiendo uno de sus barcos
correo. Alemania también utilizó gases tóxicos y niebla artificial contra París, pero no
fue suficiente para detener a los Aliados.

“Ya no podemos ganar la guerra”, expresaba el general Ludendorff de Alemania, cuando


en agosto del 2018 perdieron casi 10 kilómetros en todas sus líneas y muchos de sus
soldados se hicieron prisioneros. Posteriormente se conoció este hecho como el día
negro de Alemania, que realmente era un país más que apto para ganar la guerra, pero
tras diversos errores, fue perdiendo campo y posibilidades. Estados Unidos tomó aquí
más protagonismo, y su presidente, Woodrow Wilson, señaló lo conocido como Los
Catorce puntos de Wilson, cuales el propósito principal era una paz sin ganadores ni
vencidos. Se pedía, entre otros, la restitución de la soberanía de Bélgica, el reajuste de
fronteras de Italia, la autonomía de pueblos de Austria-Hungría, y la creación de la
Sociedad de Naciones. Sin embargo, Wilson no había consultado con los demás
aliados, y estos puntos molestaron a la mayoría de ellos. Cuando se dio el hundimiento
del barco correo de Estados Unidos, Wilson y todos los aliados dejaron de lado la actitud
conciliadora y llegaron a pedir a Alemania casi 24000 millones de libras (que era ocho
veces el PBI alemán). Aquí se dio el fin de la guerra, donde finalmente dejan sin más
remedio a Alemania, que había perdido ya el 13% de su territorio, de aceptar la paz y
firmar el armisticio. Sin embargo, Alemania consideró el conocido Tratado de Versalles
como una humillación por los 14 puntos exigidos y generó más que nada ansias de
venganza y odio acumulado, contra los países aliados.

Después de conocer todos estos hechos catastróficos que sucedieron al otro lado del
mundo, sería poco probable pensar que el Perú, liderado en ese entonces por el
presidente José Pardo y Barreda, tuviera algo que ver entre tantas potencias y gran
armamento militar. En parte es cierto, el Perú no tuvo mucho que ver en cuanto al punto
bélico. Mas sí de otro lado. Perú fue declarado país neutral en todo este gran conflicto,
sin embargo, apoyaba a los países aliados. En las costas de nuestro país, se tomó
presas de guerra a embarcaciones alemanas y en Paita y el Callao, se prohibió el uso
de radio telegrafía también para los alemanes. La Gran Guerra fue en parte perjudicial
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para la economía pues restringió el comercio por los submarinos alemanes, así que
enfocó su comercio a Estados Unidos, por el Canal de Panamá. Se decía en un
momento que el país tomaba una posición muy pasiva, y se recordó y comparó el
problema de Alsacia y Lorena con la toma de Tacna y Arica por parte de Chile a Perú.
Algunos pedían y reclamaban declarar la guerra también. Sin embargo, se continuó con
posición neutral. Repentinamente, uno de los buques peruanos, llamado Lorton, que
transportaba guano a un país neutral fue hundido por un submarino alemán. Aquí es
donde el Ministro de Relaciones Exteriores, Enrique de la Riva Agüero, fue fuertemente
criticado por la lentitud en romper oficialmente relaciones diplomáticas con Alemania. Lo
cual, no significaba declarar la guerra, más solo como lo pedían las masas. Un nuevo
Ministro, lo hizo finalmente el 5 de octubre de 1917. Después de cuatro largos años, se
dio el fin de la guerra, y hubo grandes celebraciones a lo largo de todo Lima.

Para concluir, se puede afirmar que este conflicto mundial trajo cambios gigantescos
para lo que hoy conocemos como el continente europeo: Por el lado negativo, en el
ámbito social se dieron alrededor de 31 millones de bajas civiles; en el ámbito político,
muchísimos cambios territoriales como la desmembración de los Imperios Centrales a
nuevos estados como Checoslovaquia y Yugoslavia, la recuperación de Alsacia y
Lorena por parte de Francia, entre otros; y en el ámbito económico, muchísima
destrucción material. Por el lado positivo, se creó la Sociedad de Naciones, que
posteriormente sería sucedida por la Organización de las Naciones Unidas (ONU). La
Primera Guerra Mundial fue un conflicto que sobrepasó expectativas de una mala
manera para soldados y autoridades políticas. Se podría pensar que firmar un tratado
de paz en el fin de una guerra traería calma; sin embargo, solo influenció un hecho
histórico que sería conocido casi 20 años después, y que dejaría este gran conflicto en
el olvido y minimizado: la Segunda Guerra Mundial.

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