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BIOGRAFÍA DE TÚPAC AMARU II (RESUMEN)

Túpac Amaru II. Pintura: Etna Velarde.


Biografía de Túpac Amaru II
Su verdadero nombre fue José Gabriel Condorcanqui Noguera. Nació en
Surimana (al sur del Cusco) el 19 de marzo de 1738, siendo sus padres don
Miguel Condorcanqui y doña Rosa Noguera.

Por el lado paterno, Túpac Amaru II descendía de Túpac Amaru I, el último Inca de
Vilcabamba, decapitado por el virrey Francisco de Toledo en 1572.

Estudió en el colegio de indios nobles San Francisco de Borja del Cusco, donde
tuvo maestros jesuitas. Heredó los cacicazgos de Surimana, Pampamarca y
Tungasuca, y a los 22 años se casó con Micaela Bastidas Puyucawa, con quien
tuvo tres hijos: Hipólito, Mariano y Fernando.

Fue un hombre de considerable fortuna, especialmente por dedicarse al comercio


y al arrieraje (transporte de mercancías en mulas). A la par, tuvo una gran
solidaridad con los pobladores indígenas que sufrían la excesiva explotación de
los españoles en las minas, obrajes y repartos mercantiles.

Asímismo, protestó contra las reformas fiscales que implantó el visitador Antonio
de Areche (aumento de tributos, alcabalas y aduanas) desde 1778.

En 1780 lideró una gran rebelión anticolonial donde ganó la batalla de Sangarará y
estuvo a punto de tomar el Cusco. Sin embargo, las fuerzas enviadas por el virrey
Agustín de Jáuregui lo derrotaron en la batalla de Checacupe, y lo capturaron en
Langui.

Murió descuartizado el 18 de mayo de 1781 en la Plaza de Armas del Cusco.


José Gabriel Condorcanqui Noguera, Marqués de Oropesa llamado igualmente
José Gabriel Túpac Amaru(Surimana, Canas, Virreinato del Perú, 19 de marzo de
1738 - Cuzco, 18 de mayo de 1781), conocido posteriormente comoTúpac Amaru
II, fue un caudillo indígena líder de la mayor rebelión anticolonial que se dio en
América durante el siglo XVIII. Descendía de Túpac Amaru I (último Sapa Inca,
ejecutado por los españoles en el siglo XVI).

Lideró la denominada «Gran rebelión» que se desarrolló en el Virreinato del Río


de la Plata y el Virreinato del Perú, pertenecientes al Reino de España, rebelión
iniciada el 4 de noviembre de 1780 con la captura y posterior ejecución del
corregidor Antonio de Arriaga.3

Curaca (jefe nativo) de Surimana, Tungasuca y Pampamarca, era adinerado y se


dedicaba al comercio. Se trataba de un personaje de origen mestizo (fue Marqués
de Oropesa) en el que confluía la sangre del Sapa Inca Túpac Amaru con la de
loscriollos. De hecho, durante una gran parte de su vida, habiendo sido criado
hasta los 12 años por el sacerdote criollo Antonio López de Sosa y luego en el
Colegio San Francisco de Borja, mostró preferencia por lo criollo llegando a
dominar el latín y a utilizar refinadas vestimentas hispanas, pero posteriormente se
vistió como un noble inca, hizo uso activo de la lengua nativa quechua en su vida y
proclamas, y fue excomulgado de la Iglesia católica.

José Gabriel Condorcanqui Noguera, Marqués de Oropesa llamado igualmente


José Gabriel Túpac Amaru (Surimana, Canas, Virreinato del Perú, 19 de marzo de
1738 - Cuzco, 18 de mayo de 1781), conocido posteriormente como Túpac Amaru
II, fue un caudillo indígena líder de la mayor rebelión anticolonial que se dio en
América durante el siglo XVIII. Descendía de Túpac Amaru I (último Sapa Inca,
ejecutado por los españoles en el siglo XVI).

Lideró la denominada «Gran rebelión» que se desarrolló en el Virreinato del Río


de la Plata y el Virreinato del Perú, pertenecientes al Reino de España, rebelión
iniciada el 4 de noviembre de 1780 con la captura y posterior ejecución del
corregidor Antonio de Arriaga.3

Curaca (jefe nativo) de Surimana, Tungasuca y Pampamarca, era adinerado y se


dedicaba al comercio. Se trataba de un personaje de origen mestizo (fue Marqués
de Oropesa) en el que confluía la sangre del Sapa Inca Túpac Amaru con la de
loscriollos. De hecho, durante una gran parte de su vida, habiendo sido criado
hasta los 12 años por el sacerdote criollo Antonio López de Sosa y luego en el
Colegio San Francisco de Borja. vistió como un noble inca, hizo uso activo de la
lengua nativa quechua en su vida y proclamas, y fue excomulgado de la Iglesia
católica.
JUICIO Y SENTENCIA A TUPAC AMARU
II Y ASU FAMILIA
En un contexto de abuso y desigualdad frente a las masas indígenas por parte de l
as
autoridades españolas, José Gabriel Condorcanqui, quien tomó el nombre de su
padre.
(Túpac Amaru ), dirigió una de las rebeliones más grandes en Hispanoamérica
Durante. dominio español en el continente, la “Gran Rebelión”.. que se e
x tendió desde el Virreinato de la Plata hasta el Virreinato del Perú,
empezó el 4 de noviembre de 1780 con la captura y posterior ejecución del corregi
dor.
Antonio de Arriaga y culminó con la captura de Túpac Amaru II, de su familia y alia
dos. Guillermo Medrazo pone en manifiesto las verdaderas razones de la conden
a que recibio líder de la rebelión. Afirma que dicha condena no fue por su posición
contraria.
corregimientos, a los tributos o a la adquisición de tierra de forma arbitraria o el ab
uso. la mita hacia los indios, sino porque Túpac Amaru deseaba trastocar todo
sistema.colonial y acabar con el sustento de todo el derecho español, es decir, el
Dios católico:”Lo que determinó su muerte cruel es la intención que se le adjudicó
de eliminar.
simbólicamente y suplantar al padre distante que era el fundamento de todo derec
ho y gran dispensador de cuidados y favores.
A continuación presentaremos un extracto que consideramos importante de la sent
enci en el Cusco el 15 de mayo de 1781 por el Visitador General del Reino, José
Antonio de Areche.
Debo condenar y condeno a José Gabriel Túpac Amaro a que sea sacado a la pla
za principal y pública deesta ciudad,
arrastrado hasta el lugar del suplicio, donde
presencie la ejecución de las sentencias que se dieren a su mujer, Micaela Bastida
s,
sus dos hijos, Hipólito y Fernando Tupac Amaro, a su tío Francisco Tupac Amaro,
a su cuñado Antonio Bastidas.
Juicio y sentencia a Túpac Amaru II y a su familia Nombres: Alexandra Paucar Carbajo (20133028)
Aaron Gayosa Fernández (20120531) a. Introducción:
En un contexto de abuso y desigualdad frente a las masas indígenas por parte de las
autoridades españolas, José Gabriel Condorcanqui, quien tomó el nombre de su padre
(Túpac Amaru I), dirigió una de las rebeliones más grandes en Hispanoamérica du
rante el dominio español en el continente.
continente, la “Gran Rebelión”, como fue denominada.
Esta.Rebelión, que se extendió desde el Virreinato de la Plata hasta el Virreinato d
el Perú,
empezó el 4 de noviembre de 1780 con la captura y posterior ejecución del
corregidor

Antonio de Arriaga y culminó con la captura de Túpac Amaru II, de su familia y alia
dos. Guillermo Medrazo pone en manifiesto las verdaderas razones de la conden
a que recibió
el líder de la rebelión. Afirma que dicha condena no fue por su posición contraria
a los..Corregimientos, a los tributos o a la adquisición de tierra de forma arbitraria
o el abuso en..la mita hacia los indios, sino porque Túpac Amaru deseaba trastoc
todo el sistema.
colonial y acabar con el sustento de todo el derecho español, es decir, el Dios cató
lico
Lo que determinó su muerte cruel es la intención que se le adjudicó de eliminar
simbólicamente y suplantar al padre distante que era el fundamento de todo derec
ho y gran
dispensador de cuidados y favores. ¿Cómo se interpreta esto? El verdadero núcle
o de la
confrontación no estaba constituido solamente por la exigencia de aboli
ción de los
corregimiento (…) Lo que llevó a la ruptura fue una suma de demandas que amen
azaron erosionar la estructura misma del sistema” (2001: 2).
A continuación presentaremos un extracto que consideramos importante de la sent
encia
emitida en el Cusco el 15 de mayo de 1781 por el Visitador General del Reino, Jos
é
Antonio de Areche: “Debo condenar y condeno a José Gabriel Túpac A
maro a que sea sacado a la plaza
principal y pública de esta ciudad, arrastrado hasta el lugar del suplic
io, donde
presencie la ejecución de las sentencias que se dieren a su mujer, Micaela Bastida
s,
sus dos hijos, Hipólito y Fernando Tupac Amaro, a su tío Francisco Tupac Amaro,
a su
cuñado Antonio Bastidas, y a algunos de los otros principales capitanes y auxiliado
res
de su inicua y perversa intención o proyecto, los cuales han de morir en el propio d
ía, y
concluidas estas sentencias, se le cortará por el verdugo la lengua, y
después,
amarrado o atado por cada uno de los brazos y pies con cuerdas fuertes, y de mo
do
que cada una de estas se pueda atar o prender con facilidad a otras que pendan d
e las
cinchas de cuatro caballos, para que, puesto de este modo, o de suerte que cada
uno
de estos tire de su lado mirando a otras cuatro esquinas o puntas
de la plaza,
marchen, partan o arranquen a una voz los caballos de forma que quede dividido s
u
cuerpo en otras tantas partes, llevándose éste luego que sea hora al cerro o altura
llamada de Piccho, a donde tuvo el atrevimiento de venir a intimidar, sitiar y pedir q
ue
se le rindiese esta ciudad, para que allí se queme en una hoguera
que estará
preparada, echando sus cenizas al aire, y en cuyo lugar se pondrá una lápida de p
unta
que exprese sus principales delitos y muerte, para sólo memoria y escarmiento de
su execrable acción.” (Murazzo, 2008: 20.)
El 18 de mayo de 1781, en acto público en la Plaza de Armas de
Cuzco, fueron
ejecutados públicamente Túpac Amaru II, su familia y sus seguidores en presencia
de su
hijo menor de diez años y muchos de sus ocultos seguidores. Los prisioneros fuer
on
sacados de sus calabozos, metidos en costales y arrastrados por caballos hasta ll
egar a
la plaza. Túpac Amaru II fue obligado, tal y como señalaba la sentencia, a presenci
ar la
tortura y asesinato de sus aliados y amigos, su tío, su cuñado, sus dos hijos mayor
es y
finalmente su esposa. Después de ello, al igual que hicieron con vario
s de sus lugartenientes, con su tío y su hijo mayor, le cortaron la lengua.
Al efectuarse la ejecución de Túpac Amaru II mediante los caballos y
al ser esta
infructuosa, sus verdugos optaron por decapitarlo y posteriormente despedaza
rlo. Su
cabeza fue colocada en una lanza exhibida en Cuzco y Tinta, sus brazos en Tung
asuca y
Carabaya, y sus piernas en Livitaca (actual provincia de Chumbivilcas) y en Santa
Rosa
(actual provincia de Melgar, Puno). De igual forma despedazaron los cuerpos de
su
familia y seguidores, y los enviaron a otros pueblos y ciudades. La exhibición de la
cabeza
y de otras partes de su cuerpo fue señal de una especie de trofeo de guerra y una
advertencia para que nadie más se atreva a rebelarse contra el sistema español.
b. Identificación de Violaciones de Principios y Garantías:
Relacionamos la justificación de la pena de Tupac Amaru como una justificación q
ue tiene
su origen en la teoría pedagógica de la enmienda, pues esta se relaciona con la tr
adición
católica que buscaba que los hombres que delinquían fueran castigados con una p
ena
que los deberían volver personas obedientes y piadosas. Para este objetivo, se de
bía
analizar si el delincuente era recuperable y, de no serlo, la única pena disponible e
ra la
pena de muerte y, de lo contrario, se le imponía una pena para volverlo ‘bueno’ co
mo las
torturas que implicaban la expiación de la culpa y representaba un pago por los pe
cados. Para Ferrajoli, la teoría de la enmienda simbolizaba lo siguiente: “Y, antes
aún de la idea
de la pena como redención salutífera hunde sus raíces en la concepción bíblica de
l
sufrimiento como precio o medio sacrifical para la expiación de los p
ecados o
reconciliación del hombre con Dios” (2005:206). En otras palabras, el fin de la pen
a en la teoría de la enmienda dependía de si la persona
era recuperable o no. Si no era recuperable, entonces el fin era el de la prevención
general negativa, pues su muerte era una advertencia e intimidación para el resto
de la
sociedad. La exhibición de las partes del cuerpo de Túpac Amaru II buscaba impo
ner el
miedo al resto de la sociedad y los exhortaba a no cometer el mismo delito, es dec
ir, a no
rebelarse. Si el delincuente era recuperable, se le aplicaba el fin de prevención es
pecial
negativa, pues se buscaba neutralizarlo para que pague por su culpa mediante el
castigo como sucedía con las personas que eran torturadas.
Consideramos que el fin de la pena que se le aplicó a Túpac Amaru corresponde a
l fin de
prevención general negativa, pues estuvo no solo orientada a la neutr
alización del
individuo, sino que también se lo asesinó y se exhibieron partes de su cuerpo con l
a
finalidad de intimidar e infundir terror en el resto de la sociedad. No se buscó, en ni
ngún
momento su posterior reinserción en la sociedad luego de las torturas que sufrió, s
ino que
desde un principio se buscó acabar con él luego de que confesara quienes fueron
sus
cómplices. Según Ferrajoli, la prevención general negativa consiste en aquella qu
e busca generar
intimidación a los ciudadanos para que estos no cometan los mismos delitos y sufr
an las
mismas penas que un individuo sufrió: “La enmienda o corrección del
reo, su
neutralización o puesta en condiciones de no causar perjuicios, la disuasión de tod
os los
demás de imitarle mediante el ejemplo del castigo o su amenaza legal” (2005: 207
).
A nuestro criterio y a modo de crítica, está comprobado fácticamente que las pena
s con
un fin de prevención general negativo, es decir, con un fin disuasivo hacia la pobla
ción no
disminuye la comisión de más delitos y esto puede verse ejemplificado en las post
eriores
rebeliones y movimientos independentistas que surgieron en América luego de la
Gran
Rebelión de Túpac Amaru y que incluso la tomaron como inspiración. Estos movim
ientos
independentistas culminaron en 1821 con la proclamación de la independencia del
Perú.
Asimismo, también creemos que el fin preventivo general negativo de la pena aten
ta
contra la dignidad del ser humano, pues este es usado como un ins
trumento de enseñanza para el resto de la sociedad.
A continuación, luego de dar una breve descripción de los principios y garantías de
un
Estado democrático, realizaremos al análisis de estos aplicados al juzg
amiento y
sentencia de Túpac Amaru II aclarando siempre que estos principios pertenecen a
un Estado democrático diferente al contexto histórico de la Gran Rebelión:
En primer lugar, el principio de legalidad exige que a un reo no se le aplique la pen
a que
no está configurada en algún texto de la ley ya sea formal o material en orden de
preservar la seguridad jurídica y la libertad en un Estado democrático. Es formal c
uando la
norma emana del Poder Legislativo y es material cuando consta en la Constitución
o en algún otro instrumento legal de rango inferior a la ley.
Centrándonos en el contexto diferente del juicio de Túpac Amaru II en el que, por r
azones
obvias, no existía la estructura política que hoy conocemos, en aquella época no e
xistían
sanciones específicas tipificadas para castigar delitos o infracciones cometidas, au
nque sí
existían una serie de disposiciones plasmadas en las Leyes de Indias que regían
la
convivencia en las colonias americanas de España. Estas disposiciones se dirigía
na
señalar las funciones de cada funcionario público de la colonia, mas no se señalab
a
sanciones específicas para los delitos cometidos en las colonias; por
ello, dichas
sanciones quedaban a libre albedrío de dichos funcionarios o autoridades religiosa
s. Por
ello, afirmamos que, en este contexto, no podemos referirnos a un principio de leg
alidad
tal y como lo conocemos ahora por lo que no podemos aplicarlo a este caso.
Cabe resaltar también, como dato adicional, que durante el siglo XVIII, era usual q
ue se
llamen a visitadores o jueces extranjeros para que juzguen los delitos cometidos e
n las
colonias españolas lo que vulneraría el principio del juez natural que conozca todo
lo
relacionado al proceso el cual sí es exigido en todo proceso en la actualidad. En s
egundo lugar, el principio de proporcionalidad exige que las intervenciones penale
s
deban ser idóneas y necesarias para la protección de bienes jurídicos y que la pen
a sea
proporcional al delito cometido. La idoneidad se enfoca en verificar si la intervenció
n es la
correcta para cumplir un fin legítimo que se espera proteger, mientras que la nece
sidad
implica además que este sea el medio que implique la menor lesividad a la interve
nción penal.
En el presente caso, el bien jurídico a proteger era el orden institucional de las col
onias
españolas que conformaban las mitas, los tributos, entre otros los cuales Túpac A
maru II
buscaba trastocar. El orden institucional basado en la religión católica, efectivame
nte, en
aquella época, sí constituía un bien jurídico tutelado por el ordenamiento que inclu
so
estaba señalado en la ley IX de las Leyes de indias: “Rogamos y encargamos á lo
s Prelados de nuestras Indias, que procuren por buenos y
eficaces medios apartar de entre los indios y sus poblaciones, y reducciones, á los
que son
dogmatizadores y enseñan la idolatría, y los repartan en conventos de religiosos, d
onde
sean instruidos en nuestra santa fe católica, y sirvan atenta su edad, de forma que
no se
pierdan estas almas. Y mandarnos á nuestros Virreyes y Gobernadores que les de
n todo el
favor y ayuda que hubieren menester, para que cesen los inconvenientes que de l
o contrario puedan resultar “.
En una sociedad vertical, como la de aquella época que protegía su orden instituci
onal
basado en la religión católica, el medio, la pena de muerte, era idóneo porque serv
ía para
imponer temor al resto de la sociedad a que no cometiera el mismo delito como fin
de
prevención general negativa y, asimismo, se cumplía el fin retribucionista que ve a
la pena
como un fin en sí mismo, como una especie de venganza, porque se pagaba por e
l
asesinato de las personas que Túpac Amaru II perpetúo durante su rebelión con la
muerte
de él mismo. Sin embargo, no somos de la opinión que la muerte de Túpac Amaru
fue la
pena más necesaria, ya que no fue la medida más lesiva porque atentó contra el d
erecho
a la vida de Túpac Amaru el cual también era un bien jurídico protegido por aquell
a
sociedad según la tradición católica lo cual nos resulta contradictorio. La medida n
o fue la
más necesaria además porque el fin preventivo general tampoco fue c
umplido
eficazmente, debido a que existieron más rebeliones y movimientos ind
ependistas
posteriores que siguieron propagándose. Por ello, consideramos que la pena de m
uerte no fue una medida proporcional en sentido estricto.
En tercer lugar, el principio de culpabilidad es aquel que indica que para la imposic
ión de
una pena es necesario que el hecho concreto del delito sea atribuido a una person
a que
sea efectivamente culpable. La culpa de una persona debe ser subjetiva, es decir,
debe
tenerse en consideración el dolo o culpa de la acción y no debe solo atend
erse al
resultado de la acción y también debe entenderse la responsabilidad que está rela
cionada
con la capacidad del que cometió el delito para poder abstraer la previsibilidad de l
a sanción atribuida a la acción que cometió.
El principio de personalidad es un requisito del principio de culpabilidad para Puig:
“El
principio de personalidad impide castigar a alguien por un hecho ajeno” (Puig 2011
: 125). Este principio busca evitar la responsabilidad colectiva de un delito cometid
o por solo uno
de los miembros de una sociedad o de una familia. Sin embargo, antiguamente est
o era
una práctica era muy usual y hasta incluso se quemaron pueblos enteros como su
cedió
durante el periodo de la Santa Inquisición cuando uno de los miembros del pueblo
era
acusado de brujería o como ocurrió ya más recientemente durante el nazismo en e
l que
se asesinó a familias enteras por descubrirse que tan solo uno de ellos era judío.
En la sentencia de Túpac Amaru, se ordenó asesinar a todo su familia algunos hec
hos
cometidos por él mismo bajo el rotulo de conspiración y complicidad,
mas no de
asesinato. Asimismo, se ordenó que su hijo menor de diez años presenciara la eje
cución
de su familia estableciéndole una pena por un delito del cual él no tenía responsab
ilidad
alguna. A nuestro criterio, la responsabilidad colectiva es un criterio que no tiene b
ase
alguna actualmente y que debe evitarse en todas las sociedades, pues vulnera el
principio
de dignidad humana base de nuestro ordenamiento, pero que no existía en la épo
ca colonial cuya base del ordenamiento era Dios.
En cuanto a la culpabilidad de Túpac Amaru, consideramos que este sí contaba co
n los
requisitos necesarios para ser declarado culpable, ya que no tenía ninguna imposi
bilidad
física o mental para desconocer las reglas, conocía la lengua española, sabía leer
y
escribir y tenía todas las posibilidades económicas para conocer que la rebelión er
a un
delito para la sociedad en la que vivía, es decir, tenía la previsibilidad para conocer
las
normas que debía obedecer. Sus actos como los asesinatos durante la rebelión fu
eron
cometidos con total intención o dolo, pues tenía un claro objetivo que
era el
trastocamiento del orden institucional de la colonia española por lo que sí podemo
s hablar
de una culpa subjetiva, y no solo culpa objetiva, de resultado. Consideramos que s
í fue responsable y, por lo tanto, culpable por los actos que cometió.
En cuarto lugar, el principio de lesividad está referido a que se le aplique una pena
a
quien lesionó o puso en peligro bienes jurídicos protegidos por la sociedad a la qu
e
pertenece. Estos bienes jurídicos son aquellos que una determinada sociedad des
ea
preservar, es decir, son aquellos presupuestos o condiciones necesarias
que una sociedad necesita para la participación de los individuos en ella.
Los bienes jurídicos se clasifican en bienes jurídicos individuales como los derech
os
fundamentales que le pertenecen a cada individuo y bienes jurídicos d
e carácter
supraindividual cuya titularidad transciende a los individuos como son los bienes ju
rídicos
colectivo o difuso, los bienes jurídicos institucionales y los bienes jurídicos de contr
ol al
poder del Estado. Como ya mencionamos, en aquella época, el orden institucional
basado en la religión
católica era un bien jurídico digno de proteger por el Estado y lo consideramos co
mo un
bien jurídico supraindividual colectivo impuesto por el Estado a los ciudadanos y, p
or otro
lado, tenemos la vida de muchas personas que fueron asesinadas o
personas que
estuvieron en peligro de ser asesinadas durante la rebelión por parte de Túpac Am
aru o
de sus aliados que es considerado como un bien jurídico individual propio de cada
uno de
los individuos asesinados o puestos en peligro. A nuestro criterio, efectivamente, T
úpac
Amaru lesionó estos bienes tutelados por el ordenamiento de su época y mereció l
a
aplicación de una pena; sin embargo, como ya mencionamos en nuestro análisis d
el
principio de proporcionalidad, no consideramos que la aplicación de la pena de mu
erte
haya sido la más necesaria, ni la más eficaz y creemos que pudo existir otra altern
ativa
como su encarcelación y la méjora de las condiciones de vida de las masas indíge
nas
reprimidas para que estas no acumulen más ira y rencor contra el sistema español
y se
impidiera, de esa manera, el avance de rebeliones y movimientos independentista
s. c) Conclusiones: REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS: FERRAJOLI, Luigi.
2005 Derecho y Razón. Madrid: Trotta, 2005, pp. 247280.
SENTENCIA EXPEDIDA POR EL VISITADOR GENERAL DEL REINO JOSÉ
ANTONIO DE ARECHE CONTRA JOSÉ GABRIEL TUPAC AMARU.
En el Cusco, 15 de mayo de 1781.

"En la causa criminal que sobre mí pende y se ha seguido de oficio de la real justicia
contra José Gabriel Tupa Amaro, cacique del pueblo de Tungasuca en la provincia
de Tinta, por el horrendo crimen de rebelión o alzamiento general de los indios,
mestizos y otras castas, pensado más ha de cinco años y ejecutado en casi todos
los territorios de este virreinato y el de Buenos Aires, con la idea (en que está convencido) de
quererse coronar señor de ellos y libertador de las que llamaba miserias de estas clases de
habitantes que logró seducir, a la cual dió principio con ahorcar a su corregidor don Antonio de
Arriaga..."

"...reflexionando juntamente el infeliz y miserable estado en que quedan estas provincias que alteró
y con dificultad subsanarán o se restablecerán en muchos años de los perjuicios causados en ellas
por el referido José Gabriel Tupac Amaro, con las detestables máximas esparcidas y adoptadas en
los de su nación y socios y confederados a tan horrendo fin; y mirando también a los remedios que
exige de pronto la quietud de estos territorios, el castigo de los culpados, la justa subordinación a
Dios, al rey y a sus ministros, debo condenar y condeno a ]osé Gabriel Túpac Amaro a que sea
sacado a la plaza principal y publica de esta ciudad, arrastrado hasta el lugar del suplicio, donde
presencie la ejecución de las sentencias que se dieren a su mujer, Micaela Bastidas, sus dos hijos,
Hipólito y Fernando Tupac Amaro, a su tío Francisco Tupac Amaro, a su cuñado Antonio Bastidas,
y a algunos de los otros principales capitanes y auxiliadores de su inicua y perversa intención o
proyecto, los cuales han de morir en el propio día, y concluidas estas sentencias, se le cortará por
el verdugo la lengua, y después, amarrado o atado por cada uno de los brazos y pies con cuerdas
fuertes, y de modo que cada una de estas se pueda atar o prender con facilidad a otras que pendan
de las cinchas de cuatro caballos, para que, puesto de este modo, o de suerte que cada uno de
estos tire de su lado mirando a otras cuatro esquinas o puntas de la plaza, marchen, partan o
arranquen a una voz los caballos de forma que quede dividido su cuerpo en otras tantas partes,
llevándose éste luego que sea hora al cerro o altura llamada de Piccho, a donde tuvo el
atrevimiento de venir a intimidar, sitiar y pedir que se le rindiese esta ciudad, para que allí se
queme en una hoguera que estará preparada, echando sus cenizas al aire, y en cuyo lugar se
pondrá una lápida de punta que exprese sus principales delitos y muerte, para sólo memoria y
escarmiento de su execrable acción. Su cabeza se remitirá al pueblo de Tinta, para que estando tres
días en la horca, se ponga después en un palo la entrada más pública de el; uno de ¡,os brazos al de
Tungasuca, en donde fue cacique, para lo mismo, y el otro para que se ponga y ejecute lo propio en
la capital de la provincia de Carabaya, enviándose igualmente y para que se observe la referida
demostración, una pierna al pueblo de livitaca, en la de Chumbivilcas, y la restante al de Santa Rosa,
en la de Lampa, con testimonio y orden a los respectivos corregidores o justicias territoriales para
que publiquen esta sentencia con la mayor solemnidad, por bando, luego que llegue a sus manos, y
en otro igual día todos los años subsiguientes, de que darán aviso instruido a los superiores
gobiernos a quienes reconozcan dichos territorios; que las casas de éste sean arrasadas o batidas y
saladas a vista de todo los vecinos de pueblo o pueblos adonde les tuviese o existan; que se
confisquen todos sus bienes, a cuyo fin se da la orrespondiente comisión a los jueces provinciales-
que todos los individuos de su familia que hasta ahora no han venido ni viniesen a poder de nuestras
armas y de la justicia que suspira por ellos para castigarlos con iguales rigurosos y afrentosas penas,
queden infames e inhábiles para adquirir, poseer u obtener, de cualquier modo, herencia alguna o
sucesión, si en algún tiempo quisiesen o hubiese quienes pretendan derecho a ella; que se recojan
los autos seguidos sobre su descendencia en la expresada real audiencia, quemándose
públicamente por el verdugo en la plaza pública de Lima, para que no quede memoria de tales
documentos, y de los que sólo hubiese en ellos testimonio, se reconocerán y averiguará adonde
paran los originales, dentro del término que se asigne para la propia ejecución. Y por lo que mira a
lo general de la ¡¡usa nación de los indios, se consultará a Su Majestad lo oportuno, con el fin de que
si ahora o en algún tiempo quisiese alguno de éstos pretender nobleza o descendencia igual o
semejante de los antiguos reyes de su gentilidad, sea con otras cosas que se le consultarán,
reservado este permiso y conocimiento a su real persona, con inhibición absoluta y bajo de las más
graves y rigurosas penas, a cualquier juez o tribunal que contraviniese a ésto recibiendo semejantes
informaciones, y que las recibidas hasta ahora sean de ningún valor ni efecto hasta que el rey las
confirme, por ser esta resolución muy conforme a estorbar lo ,que se lee a fojas 3 4 v de estos autos,
reservando del propio modo a su soberana determinación lo conveniente que es y será, atendidas
las razones que van indicadas, y a que este traidor logró armarse, formar ejército y fuerza contra
sus reales armas, valiéndose o seduciendo y ganando con sus falsedades a los caciques o segundos
personas de ellos en las poblaciones, el que éstas, siendo de indios, no se gobiernen por tales
caciques, sin que las dirijan los alcaldes electivos anuales que votan o nombren éstas, cuidando las
mismas comunidades electoras y los corregidores, preferir a los que sepan la lengua castellana y a
los de mejor conducta, forma y costumbres, para que traten bien y con amor a sus súbditos,
dispensando cuando más y por ahora que lo sean aquellas que han manifestado justamente su
inclinación, fidelidad, anhelo, respeto y obediencia por la mayor gloria, sumisión, y gratitud a
nuestro gran monarca.."

"..Al propio fin, se prohibe que usen los indios, los trajes de su gentilidad, y especialmente los de la
nobleza de ella, que sólo sirven de representarles los que usaban sus antiguos incas, recordándoles
memorias que nada otra cosa influyen que el conciliarles más y más odio a la nación dominante,
fuera de ser su aspecto ridículo y poco conforme a la pureza de nuestra religión, pues colocan en
varias partes de el al sol, que fuera su primera deidad, extendiéndose esta resolución a todas las
provincias de esta América Meridional, dejando del todo extinguidos tales trajes, tanto los que
directamente representan las vestiduras de sus gentiles reyes con sus insignias, cuales son el unco
que es una especie de camiseta, yacollas, que son unas mantas muy ricas de terciopelo negro o
tafetán, mascapaicha, que es un círculo a manera de corona de que hacen descender cierta insignia
de nobleza antigua significada en una mota o borla de lana de alpaca colorada, y cualesquiera otros
de esta especie o significación, lo cual se publicará por bando en cada provincia para que deshagan
o entreguen a sus corregidores cuantas vestiduras hubiese en ellas de esta clase, como igualmente
todas las pinturas o retratos de sus incas, en que abundan con extremo las casas de los indios que
se tienen por nobles, para sostener o jactarse de su descendencia, las cuales se borrarán
indefectiblemente, como que no merecen la dignidad de estar pintados en tales sitios y a tales fines,
borrándose igualmente ' o de modo que no quede señal, si hubiese alguno retratos de éstos en las
paredes u otras partes de firme en las iglesias, monasterios, hospitales, lugares píos o casas
particulares, pasándose los correspondientes oficios a los muy reverendos arzobispos y obispos de
ambos virreinatos por lo que hace a las primeras, substituyéndose mejor semejantes adornos por
el del rey y nuestros otros soberanos católicos en el caso dé necesitarse; también celarán los mismos
corregidores que no se representen, en ningún pueblo de sus respectivas provincias, comedias u
otras funciones públicas de las que suelen usar los indios para memoria de sus dichos antiguos incas,
y de haberío ejecutado darán cuenta certificada a las secretarías de los respectivos gobiernos. Del
propio modo se prohíben y quitan las trompetas o clarines que usan los indios en sus funciones, a
las que llaman pututos, y son unos caracoles marinos de un sonido extraño y lúgubre, con que
anuncian el duelo y lamentable memoria que hacen de su antigüedad, y también el que usen o
traigan vestido negro en señal del luto que arrastran en algunas provincias como recuerdo de sus
difuntos monarcas y del día o tiempo de la conquista, que ellos tienen por fatal y nosotros por feliz,
pues se unieron al gremio de la iglesia católica y a la amabilísima y dulcisima dominación de nuestros
reyes.Con el mismo objeto se prohíbe absolutamente el que los indios se firmen incas, como que
es un dictado que le toma cualquiera pero que hace infinita impresión en los de su clase,
mandándose como se manda a todos los que tengan árboles genealógicos o documentos que
prueben en alguna manera sus descendencias con ellos, el que los manifiesten o remitan
certificados y de balde por el correo a las respectivas secretarías de ambos virreinatos, para que
allí se reconozcan sus solemnidades por las personas que diputen los excelentísimos señores
virreyes, consultando a Su Majestad lo oportuno según sus casos, sobre cuyo cumplimiento estén
los corregidores muy a la mira, solicitando o averiguando quién no lo observa, con el fin de
hacérselo ejecutar, o recogerlos para remitirlos, dejándoles un resguardo..."
"...Finalmente queda prohibida en obsequio de dichas cautelas, la fábrica de cañones de toda
especie, bajo la pena a los fabricantes nobles de diez años de presidio en cualquiera de los de Africa,
y siendo plebeyos, doscientos azotes y la misma pena por el propio tiempo, reservando por ahora
tomar igual resolución en cuanto a la fábrica de pólvora, que seguirá luego. Y porque hay en muchas
haciendas y trapiches y obrajes de estas provincias variedad de ellos de casi todos los calibres, se
recogerán por los corregidores acabada íntegramente la pacificación de este alzamiento, para dar
cuenta a la respectiva capitanía general con el fin de que se les dé el uso que parezca propio. Así lo
proveí, mandé y firmé por esta mi sentencia definitivamente juzgando."

SENTENCIA ESCARMENTATORIA A TÚPAC AMARUEl presente documento


resume los aspectos más importantes de la sentencia de muerte contra:José
Gabriel Condorcanqui y los que apoyaron la rebelión indígena de 1780. El resumen
es copiafiel del original...SENTENCIA EXPEDIDA POR EL VISITADOR GENERAL
DEL REINO JOSÉ ANTONIO DE ARECHE CONTRAJOSÉ GABRIEL TUPAC
AMARU.En el Cusco, 15 de mayo de 1781."En la causa criminal que sobre mí pende
y se ha seguido de oficio de la real justicia contra JoséGabriel Tupa Amaro, cacique
del pueblo de Tungasuca en la provincia de Tinta, por el horrendocrimen de rebelión
o alzamiento general de los indios, mestizos y otras castas, pensado más
ha decinco años y ejecutado en casi todos los territorios de este virreinato y el de
Buenos Aires, con laidea (en que está convencido) de quererse coronar señor de
ellos y libertador de las que llamabamiserias de estas clases de habitantes que
logró seducir, a la cual dió principio con ahorcar a sucorregidor don Antonio de
Arriaga...""...reflexionando juntamente el infeliz y miserable estado en que quedan
estas provincias quealteró y con dificultad subsanarán o se restablecerán en
muchos años de los perjuicios causadosen ellas por el referido José Gabriel Tupac
Amaro, con las detestables máximas esparcidas yadoptadas en los de su nación y
socios y confederados a tan horrendo fin; y mirando también a losremedios que
exige de pronto la quietud de estos territorios, el castigo de los culpados, la
justasubordinación a Dios, al rey y a sus ministros, debo condenar y condeno a ]osé
Gabriel TúpacAmaro a que sea sacado a la plaza principal y publica de esta ciudad,
arrastrado hasta el lugar delsuplicio, donde presencie la ejecución de las sentencias
que se dieren a su mujer, MicaelaBastidas, sus dos hijos, Hipólito y Fernando Tupac
Amaro, a su tío Francisco Tupac Amaro, a sucuñado Antonio Bastidas, y a algunos
de los otros principales capitanes y auxiliadores de su inicuay perversa intención o
proyecto, los cuales han de morir en el propio día, y concluidas estassentencias, se
le cortará por el verdugo la lengua, y después, amarrado o atado por cada uno delos
brazos y pies con cuerdas fuertes, y de modo que cada una de estas se pueda atar
o prendercon facilidad a otras que pendan de las cinchas de cuatro caballos, para
que, puesto de este modo,o de suerte que cada uno de estos tire de su lado mirando
a otras cuatro esquinas o puntas de laplaza, marchen, partan o arranquen a una voz
los caballos de forma que quede dividido su cuerpoA

231 años de la muerte de Túpac Amaru II en el Cusco: La historia


La Plaza de Armas del Cusco aún conserva una placa colocada exactamente en el
lugar donde ejecutaron a José Gabriel Condorcanqui, Micaela Bastidas y Tomasa
Tito Condemayta.

El 18 de mayo se recordó los 231 años de la muerte de José Gabriel Condorcanqui


Noguera, Túpac Amaru II; Micaela Bastidas Puyucahua; y la cacica de Acos,
Tomasa Tito Condemayta; en la Plaza de Armas del Cusco. A pesar de haberse
realizado diversos homenajes, muchas personas desconocemos su historia.

La lucha libertaria de estos precursores nació cuando José Gabriel Condorcanqui,


en representación de varios caciques, solicitó la abolición de la "mita" a las
autoridades españolas, siendo ignorado. Fue entonces, en 1779 que ante las
continuas negativas decidió sublevarse, denominándose, para iniciar esta rebelión
el nombre de Túpac Amaru II, en honor al último inca Túpac Amaru I, quien luchó
contra los españoles en la fortaleza de Vilcabamba, último bastión de la resistencia
inca.

Túpac Amaru organiza a los pueblos de las provincias altoandinas, y el 4 de


noviembre de 1780 en Tinta, luego de celebrarse el cumpleaños del Rey Carlos III
de España y el cura Carlos Rodríguez Dávila, captura y manda ejecutar al corregidor
de la provincia de Canas y Canchis, Antonio de Arriaga, según refiere el historiador
cusqueño Víctor Angles Vargas, en su libro José Gabriel Tupac Amaru.

“Iniciada la rebelión se dio un bando a través del cual quedaba extinguida la


"alcabala", la "mita" de Potosí, y queda sin vigencia la Aduana o nuevo impuesto,
además de quitarle la vida al corregidor por dañina”, agrega el autor.

Se sabe que antes de la muerte de Antonio de Arriaga, Túpac Amaru firmó una
orden donde exigía a los cobradores de los tributos llevar los fondos recaudados a
Tungasuca, en la provincia de Canas, lugar donde hizo un reparto equitativo entre
los indígenas y publicó un manifiesto que parafraseaba textos como “nuestro
objetivo es cortar el mal gobierno de tanto ladrón que nos roba la miel de nuestros
panales" y culminaba señalando las frases celebres: "campesino, los patronos no
comerán más de nuestra pobreza".

Luego prosiguieron diversas batallas, siendo una de las más notables la de Sangará
ocurrida el 17 de noviembre del mismo año donde las tropas indígenas derrotaron
a los realistas. Posteriormente, Túpac Amaru replegó las huestes hacia Canas con
el fin de facilitar el diálogo con los españoles; sin embargo, este hecho fue
aprovechado para que los mismos se reorganizaran en el Cusco, venciendo
finalmente a los rebeldes para después capturarlos y descuartizarlos como ejemplo
a su atrevimiento.
Tuvieron especial participación, en la gesta libertaria dos mujeres de talla: Micaela
Bastidas y Tomasa Tito Condemayta.

Según el historiador cusqueño Víctor Angles Vargas, en el libro anteriormente


mencionado, haciendo suyos los comentarios de críticos contemporáneos, sostiene:
“…si Micaela Bastidas hubiera estado al mando de las fuerzas que comandaba
directamente su marido, luego del gran triunfo alcanzado por el Inka el 18 de
noviembre en Sangarará, ella hubiera encaminado a los miles de combatientes
alzados hacia el Cusco, y otro hubiera sido el curso de los acontecimientos, pues
Cusco era el foco principal de la administración española en el sur peruano. (…)
Micaela era la responsable del manejo logístico de las huestes tupacamaristas,
atendía el pago de la tropa, el avituallamiento, aconsejaba el movimiento de las
mismas, dictaba órdenes, disponiendo fuertes sanciones contra los enemigos, y a
veces sancionaba a los culpables imponiendo la pena de muerte sin vacilar…”.

Respecto de la personalidad de Tomasa Tito Condemayta, el historiador Germán


Zecenarro Madueño afirmó: la “casica de Acos Tomasa T"ito Kuntimayta Hurtado
de Mendoza tuvo una participación extraordinaria, nunca dudó de su objetivo
supremo ni fue indiferente a la opresión de su pueblo; por la patria pospuso sus
intereses familiares y personales. Rompió el vínculo matrimonial que le unía al
español Faustino Delgado, y combatió contra él en tropas enemigas”, precisa.

“En la plaza mayor del Cusco, el 18 de mayo de 1781, ultimaron los españoles a
José Gabriel Condorcanqui haciéndole sufrir atroces martirios. Lo acompañaron en
el camino diecisiete patriotas, todos ellos fueron sacados de la cárcel con cadenas
y se les arrastró por las calles hasta la plaza de armas,durante su recorrido gritaban:
¡asesinos!, ¡cobardes!. Por esta razón, Areche dispuso que se pusiera mordaza a
las mujeres y a los hombres se les cortara la lengua. A Micaela y a Tomasa se
les puso palo en la Boca”, puntualiza Zecenarro.

Finalmente, la sentencia dictaba que Tupac Amaru fuera testigo de la muerte de su


esposa, hijos, amigos, que le cortaran la lengua y le arrancaran los brazos y las
piernas, atado de cuatro caballos, los mismos no pudieron romper sus
extremidades, por eso fue descuartizado y sus restos su cuerpo colocados en las
esquinas de los pueblos del ande, como castigo para los rebeldes.

Mientras tanto, la sentencia de Areche para Micaela Bastidas y Tomasa Tito


textualmente establecía que no se les ahorcara, sino, que se les apretara al cuello
el garrote hasta que mueran naturalmente, para que después sean colgadas,
expuestas públicamente y decapitadas al final , así se testimonia en la colección
Documental de la Independencia del Perú, Rebelión de Tupac Amaru, en la edición
de Introducción de Carlos Daniel Valcarcel, impreso en 1973, en el Perú.
En las últimas horas en la Plaza de Armas del Cusco se rindió un sentido homenaje
a Tupac Amaru, Micaela Bastidas, Tomasa Tito, y los caidos en el inicio de la gesta
libertaria el 18 de mayo de 1781. En el lugar exacto donde fueron inmolados, el
rector de la Universidad Nacional de San Antonio Abad, Germán Zecenarro,
encendió la denominada llama de "La Libertad" como una forma de valorar la
dignidad y el coraje de varones y mujeres muertos hace 231 años, en lla antigua
capital del Tawantinsuyo.

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