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canales, impide la creación y consolidación de una base social bastante amplia capaz de
En las siguientes líneas, se tratarán algunos de estos temas, pues el objetivo de este
artículo es evidenciar como, sin una acción decidida sobre las desigualdades, la democracia
El fascismo es algo más que una de las formas excepcionales del estado capitalista;
como el bonapartismo, es, al mismo tiempo, un concepto teórico capital en la teoría política
marxista y que por lo tanto no puede ser utilizado indiscriminadamente, como si tan sólo
fuera una eficaz etiqueta apta para vituperar gobiernos represivos. Ahora bien, ¿qué
proponemos, entonces, es asumir plenamente el carácter histórico del fascismo como forma
conceptuales que recuperen la historicidad del fenómeno. Es preciso, por lo tanto, contar
como una respuesta específica de ciertas clases dominantes ante una coyuntura surgida en
una economía capitalista en una fase particular de su desarrollo. Sólo un enfoque teórico
que niegue la unidad orgánica y la historicidad de lo real y que rechace, por eso mismo, la
noción de una totalidad concreta contradictoria y movida por una dialéctica incesante puede
la metodología marxista, Seymour M. Lipset puede por eso mismo elaborar un argumento
que por otra parte es un verdadero modelo por su simplismo en el que demuestra la
hablar de fascismo, naturalmente que sin poder comprender absolutamente nada de lo que
ocurra en el mundo real. La historia y la totalidad concreta en las cuales se origina este
“universal y supra temporal”, en el análisis de los casos que le preocupan con los resultados
de sobras conocidos.
europeos y de los Estados Unidos es indudable que una fracción importante del personal
político que ocupa las “alturas” del aparato estatal es reaccionaria y fascista, pero eso no
basta para caracterizar integralmente la naturaleza del estado en el que esos grupos se
propia clase reinante sin que pueda hablarse rigurosamente, se entiende de estado fascista.
Para esto es necesario ahondar el análisis y buscar los determinantes fundamentales allí
las últimas décadas. Durante los 80 prevaleció el institucionalismo, que reivindica las
cualidades formales del régimen constitucional y su capacidad para expandir los derechos
enfoque perdió relevancia a medida que las grandes crisis económicas socavaron la
los gobiernos postdictatoriales. De esta decepción emergieron las concepciones elitistas que
acompañaron el ascenso neoliberal de los 90. Estas tesis conciben a la democracia como un
desigualdad social es el precio del progreso. Este enfoque quedó seriamente afectado por
las movilizaciones sociales que en los últimos años favorecieron el desarrollo de una visión
estos enfoques no es unívoco, pero las tres posturas tienden a sustentar respectivamente los
planteos moderados, derechistas y progresistas. Estas fronteras son menos nítidas a nivel
teórico, especialmente entre los autores que combinan distintas visiones o han pasado de
una postura a otra. Analizar las tesis institucionalistas, elitistas y progresistas facilita la
Al analizar el texto leído hubo algo que me pareció interesante ya que el autor cita
que se requiere, antes que nada, dar una batalla sin tregua para lograr una auténtica reforma
del estado. Para ello se requiere como mínimo tomar un conjunto de medidas, entre las
cuales sobresalen las siguientes: 1. el fortalecimiento fiscal del estado, toda vez que un
No hay estado eficiente y operativo con servidores públicos mal pagos y carentes de
reconocimiento social; 3. la realización de una profunda reforma en el orden administrativo
nuevas e impostergables tareas que debe realizar; 4. Lucha frontal contra la corrupción,
porque un estado corrupto poco y nada puede hacer, salvo enriquecer a los delincuentes que
en la vida económica y social, a partir de la constatación del hecho que las viejas
implementada en la ciudad de Porto Alegre, Brasil. Pero estas medidas remiten, en última
reforma del estado digna de ese nombre será posible en los estados latinoamericanos sin
cortar de raíz la Hidra de las Siete Cabezas del “veto contributivo” que hasta hoy ejercen
las clases dominantes. En relación a lo anterior puedo citar que es lo que actualmente vive
Guatemala, existe una crisis económica grande y como antecedentes se pueden establecer
que:
En base a lo antes indicado surge la interrogante ¿Será que como país hemos
avanzado? En Guatemala nos topamos con problemas serios tal como vemos en la
actualidad, problemas de corrupción, salarios bajos que no alcanzan un nivel adecuado para
garantizar a las familias un canasta básica que ayude en el desarrollo de los menores,
aunado a ello una lucha frontal contra la corrupción, porque un estado corrupto poco y nada
puede hacer, salvo enriquecer a los delincuentes que sobornan desde el mercado y la
políticas pública con una estrategia adecuada para que se puedan desarrollar y atacar la
guatemaltecos.
El autor indica que un programa post-neoliberal exige poner en marcha una profunda
afinar instrumentos tales como el referéndum, el plebiscito y la consulta popular para hacer
que la soberanía popular sea algo más que una invocación retórica; mejorar los sistemas de
representación política; hacer que las legislaturas sean mucho más receptivas ante las
faciliten una mejor selección de los dirigentes de los partidos políticos y otras medidas
emancipar a la política de los mercados. En nuestros días la política es financiada por las
empresas y por los sectores adinerados. La política se ha convertido, en esta era más
mediática, en una actividad sumamente onerosa que en nuestros países financian los ricos y
poderosos. Una vez elegidas las nuevas autoridades gobiernan en exclusivo provecho de
Parecería indudable que las políticas públicas que hoy son promovidas por los
gobiernos dictatoriales de América Latina están llamadas a producir profundas
modificaciones en las estructuras sociales y económicas de la región. Si en el pasado el
desarrollo capitalista en América del Sur fue incapaz de constituir un régimen democrático-
burgués estable y legítimo, su logro en los últimos años ha sido el haber dado origen a una
nueva forma de dictadura, fundada en una intensificación y diversificación sin precedentes
de la coerción estatal. La represión se ha convertido en un rasgo esencial, un verdadero sine
qua non, y no un exceso momentáneo del nuevo modelo económico. La lucha por la
democracia, inclusive por los modestos logros de la democracia capitalista, implica por eso
mismo el desmantelamiento de la modalidad de acumulación sostenida por las dictaduras,
puesto que ninguna democratización será posible sin una modificación sustancial de las
políticas económicas y sociales actualmente vigentes. Boron, Atilio, Estado Capitalismo y
Democracia en América Latina, 2003.
Las políticas públicas, abordan asuntos de interés colectivo que se discuten por su
relevancia social y por tener repercusiones importantes en los distintos ámbitos territoriales
manera multisectorial.
social que ha hecho de este país uno de los con mayor decadencia y problemas del
mundo. Cuando se buscan las causas de dicha descomposición social suele común
afirmar que la culpa de esto la tiene la pérdida de valores y que tal pérdida de
valores es producto de que la gente se ha alejado de Dios, que las maras son el
la violencia una forma de compensar el afecto que les ha sido negado. Y así, se
siguen enumerando una serie de “posibles” causas. Pero casi nadie reconoce que la
que esto no lo aceptan las élites del poder económico quienes, aferrados a la teoría
del derrame del vaso y la mágica mano invisible de una entidad metafísica como lo
es el mercado, escamotean la verdadera causa de nuestro subdesarrollo general.
efectos negativos en las sociedades, por lo que no debemos buscar las causas de esos
social, don Severo Martínez Peláez escribió su monumental obra: La Patria del
hasta llegar a la realidad actual de lo que somos como individuos y como sociedad.
Todo ese recorrido histórico que hace el profesor Martínez Peláez nos permite
porque esas fueron las bases sobre las que se construyó como tal. Y todo este
Severo Martínez. Así que un buen ejemplo de cómo se puede aplicar el pensamiento de
Marx para comprender lo que el mundo es en el presente, es el libro de don Severo Martí-
nez Peláez, el que debería ser lectura obligatoria para los todos los que deseen, con sincera
honestidad, comprender nuestra realidad. Una mirada rigurosa a las mal llamadas
Venezuela, ahora Bolivia y Ecuador, en el resto lo que tenemos son regímenes oligárquicos
vestidos con los ropajes externos de la democracia. Oligárquicos porque, fiel a la definición
aristotélica, son “gobiernos de los pocos en beneficio de los ricos” que, como lo recuerda
dominación cultural e ideológica del imperialismo, intenta disimular tan flagrante traición a
democracia se define por su sensata “gobernanza”, eufemismo con el que se designan las
consonancia con los deseos de los mercados. Buena gobernanza, por lo tanto, es la de Lula,
quien con sus políticas hizo posible que el capital bancario obtuviera en los últimos años las
países más injustos de América Latina. Mala gobernanza, en cambio, es la de Chávez, que
una virulenta ofensiva anti-estatista precisamente en momentos en que las clases y grupos
saludada por la gran prensa y los medios de comunicación de masas como el tardío
reaccionaria.
CONCLUSCIÓN
autoritaria en la gestión de la cosa pública. Por eso el dilema neoliberal no es entre estado y