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Iniciación al Zen
© Sangh1lrakshitCl 1976
iD Fundación Tres JOYi\5 19%

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Titulo origirlal: The cssencc o( Znn ItltroducciÓ\l
Traducci6n: Carmen Lli'lI1\(¡' I
Edid6n !i\erllri",: Peco Dom\ng uRz
Una transmisión especial fuero I?["
Sh'.ld&,¡wiliri'l 'J~)

D'lserlo il"l\erior: Joan Biof,Ci\. de .las escrituras


Di,ef\o de la cubierta: C3r\OS Ca,Mnayor
lIuslri'lcioncs: Vareprebhe

Ed\\a: Funr..21c\ór, Tres JoytJs


Sin dependencia de palabras ~)7
Ap¡\l1aao ;)0034
460S0-Va';encia (Espi'l!la)
y letras

Apuntando directamente a
DERECHOSessenv-cos DE /lCUErDO A LA LEY
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la mente
¡.s.B.N.' 84-38768-12-5
Observando' nuest;a propia natuw]eza
~ despertando a la Budeidad 93
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El Zen es una de las formas del budismo me-
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jor 'conocidas y más importantes, y: durante
mucho tiempo mi2 he preguntado si debería
realizar una exposición acerca de éste. Era
consciente de que, si me aventuraba a rcali-
zarla, estaría pisando terreno resbaladizo,' y
de que, de hecho, algunas personas podrían
considerarme un intruso en este tema. Sin
embargo, tras reflexionar durante algún
tiempo, he decidido hacer acopio de fuerzas
y presentar la sicuient« exposición a trav,'d
de una serie de cinco capitulas acerca de "L<i'
esencia del Zen", de los cuales el primero
servirá de introducción
:1
Mi reí iccncia a. hablar del Zen no se debía a ,
un scr.umicnto irrespetuoso hacia esta forma

7
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ir de budismo. De hecho, siento una gran ad-


¡'1 miración por el len. En mi opinión repre-
las' obras de D.T. Suzuki y sus seguidores.,
Las. palabras de Suzuki sobre el Zen me im
~ senta, junto a las enseñanzas tibetanas del
TI presionaron hondamente, tanto por, su crudi- I .
& "Maha Mudra" y del "Yoga Atí", la cumbre
l! ción como por su brillantez intelectual y pro-
~ ele la espiritualidad budista Esta reticencia se fundidad espiritual, y he vuelto a ellas en bus-
~ debía, sobre toelo, a que me daba cuenta ele
~
~ la extrema difícultad que conllevaba el hacer II ca de inspiración a lo larqo de mi vida como
budista. Durante más de veinte afi¿)s estudí«
1
i justicia a esta filosofía. Asimismo era cons- y practiqué formas de budismo diferente;; al
dente ele los numerosos malentenelidos que Zcn, principalmente en Oriente.· En IiJarlicu-
afectan al Zen, algunos de los cuales debería lar, practiqué la meditación seqún los meto
disipar antes ele proceder a un acercamiento dos d~l Theravada yde acuerdo con las tra-
al mismo. Sin embargo, tras abordar los te- diciones tántricas de las escuelas budistas ti-
mas ele las Escuelas Theravada y Mal'lé\yam, betanas. Estos' estudios y prácticas, y las ex
del budismo tibetano y del Shin, decidí final- pcricncias espirituales a las que conducen.
mente que, aunque sólo fuera por ser ahondaron mi comprensión y apr(-~ciación'
exhaustivo, debería también ofrecer una ex- acerca -j' 1 l.cn.
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esto par o" e'j"'",';r
-. eccra ,l) d .,J , .",
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posición sobre el len y dejar a un lado mi aquellos que tiendan a considerar las diferen-·
desgana.
tes formas del budismo corno muchas entida-
Para empezar, unas palabras sobre mi rela- des 'que se excluyen unas a otras y que h,m
ción personal con el Zen podrían resultar de de ser consideradas de manera indcpen
interés en este momento A los dieciséis diente, como si nada -tuvieran que ver las
años leí el "Sutra del Diarnante'' y el "Sutra unas con las otras. No obstante, en lugar de
de Wei Lmg" -entonces conocido COlTK, excluirse mutuamente; todas las escuelas del
"Plattorrn Scriptorc"-, e inmediatamente in- budismo, y a pesar de la inmensa diversidad
tuí que allí se encontraba la verdad absoluta y existente, tienen mucho en comun, de modo
que ésta no era nueva para mi, sino que la que la experiencia de la verdad en cualquiera
había conocido y aceptado todo el tiempo. de ellas significa, hasta cierto punto al me-
También leí, como muchas otras personas, . i
nos, comprender el significado interior y la

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trascendencia de las otras. En el fondo, todas
están interesadas en el logro de la Ilumina-
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de le' mañana hasta las cinco de la tarde, con
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un 'breve descanso para comer, y sólo recibía


1:
~ ción. Así. conocida la verdad sobre el budis-
mo con la práctica de, por ejemplo, una for-
1 visitas por la tarde \j con cita previa. Fui a
verle con regularidad durante varios arios,
ma de budismo tibetano, es posible entender
normalmente los sábados por 1<;, tarde, Ade
y valorar el Theravada o el Jodó Shin Shu.
mas de poseer un minucioso conocimiento
El conocimiento del todo implica el conoci-
acerca de la literatura canónica budista,
miento de las partes, Para entender el espíri-
pronto descubrí' que también era él un practi
tu del Zen no hace falta leer libros sobre el
'cante avanzado del Vajrayana -habíencolo
"Budismo Zcn", o vivir en un sitio denomi-
estudiado en el Tíbet oriental-o, así corno del
nado "Monasterio Zen", o .incluso practicar
Zen o, como debería llamarlo, ya -quc era
"meditación Zen", ni mucho menos apren-
chino, elel Ch'an. Era, adern <'\S, un escritor
der japonés o sentarse en cojines de un ta-
mafia y forma determinados. prolífico que había publicado muchos libros
sobre el budismo tántrico y el ZET!, aunque:
Sin embargo, si eso fuera todo, y mi rela-
sólo se concedía media hora diaria Ci su labor
ción con el Zen estuviera limitada a mí expe-
litcrari.
ncrana. A,P~_'Cií
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' que0 -rccnazaoa ,1 "
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pape
riencia del "Sutra elel Diamante" y elel "Sutra
de gurli y de que no aceptaba discípulos,
de Wei-Lang", él. la lectura de las obras de
tuve la oportunidad de aprender rnuchisirno
Suzukí y a mi comprensión general del budis-
ele él durante las charlas y discusiones que
mo, podría cuestionarse mi capacidad para
sostuvimos. Pero! sobre todo: empapó
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abordar este tema. Pero, 'por fortuna, hay un
profundamente del espíritu del Zen, y si no
vinculo más. Antes de regresé1r a lnqlatcrra
hubiera sido por mi relación con Mistcr
en 1964, estuve en contacto con un hombre
Chcn, probablemente no me sentirla capaci-
extraordinario. Éste era un ermitaño laico
tado para exponer el presente ensayo sobre
budista que vivía a las afueras de Kalimpong,
el Zen,
en dos hcbitaciones pequeñas de las que "10
Quizás ya hayan advertido que he llegado al
había salido por lo menos desde hacía quin.
tema del Zen de forma didáctica, por así de'
ce o dieciséis años. Meditaba desde las cinco
• cirio Desde mi retorno a Occidente he im-

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··;1 partido cursos sobre distintas vertientes del más importantes- están introriucicndose en
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budismo tales corno el Theravada, el Maha- I Occidente. Al· principio pueden aparecer
~~- yana, el budismo tibetano, y ahora quisiera ante los ojos del estudiante occidental como
ofrecer una exposición acerca del Zen. Qui- un espectáculo de grandes contrastes, por
,ji siera entonces que observáramos un punto no ir al extremo de decir que pueden con-
¡,~~ de suma importancia que ha influido en la templarse como una.' disonancia, en parte
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naturaleza del movimiento. budista' en todo el
mundo occidental. El budismo tiene una lar-
i por las razones expuestas y además porque
sonasociadas con diferentes culturas (lacio
¡ ga historia. Ha florecido en Oriente durante nales, Sin embargo es importante que no
I
~ elos mil quinientos años, '! en el transcurso nos dejemos llevar por las apariencias. A pe-
ele este período han surgido muchas vertien- I sar de las diferencias superficiales que se dis-
tes y escuelas en la lndía, en China, en Ja- i ·
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pón, en el Tíbet y en otros lugares. Nadie oposición mutua, deberíamos estudiarlas, co-
sabe exactamente cuántas hay o cuántas ha nacerías y valorarlas todas, farniliarizándonos
habido, pues algunas ya han desaparecido, . en la medida de' lo posible con la mnplia
pero seguramente existen todavía varios garno. de pensamientos :Y prácticas que nos
cientos. Estas escuelas reflejan una imagen 'ofrecen. Sólo así nos 'será posible, obtener
de unidad en la diversidad y, al mismo tiem- una equilibrada visión de conjunto acerca del
po, de diversidad en la unidad. budismo. De otro modo, podríamos cometer
En todas ellas se aspira a alcanzar la Ilumi- I
I.
el común error de identificar el budismo con
nación o estado de. Budeídad. siendo este es- i cualquiera de sus expresiones, y sostener que
tado considerado bajo puntos de vista dife- ésa, y solamente ésa, es la representación
rentes según la escuela que los sostenga: o I verdadera. de las enseñanzas del Buda, Dicho
bien con una predominancia racionalista, o I. modo de proceder sería lamentable, pues lle-
preferentemente mística; ya inclinadas al ac- Ii . varía consigo la adopción ele una actuud sec-
tivismo o al quietismo; o sitúan sus enseñan taria exclusivista que, a pesar de haber sido
zas en un contexto histórico, o mitológico ...
Estas escuelas -r-O al menos algunas de las
~ una característica de la mayoría de las doctri-
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~~ nas cristianas hasta épocas recientes, sigue
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lización o bien recitamos el )\Jml1blj'tsu , o
siendo bastante ajena al espíritu de! budismo.
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g~ practicamos el' Seguimiento de la Respira-
,,1 En mi exposición no me identificaré con
qJ" .ción, o visualizarnos un mandala de Sudas,
(q ninguna escuela en particular. y como decía
Wl bodhisattuas y otras deidades. No obstante,
antes, tras haber tratado con tantas formas
ti,! nuestro enfoque y actitud g;enerales 'hacia el
):1 del budismo, era necesario llegar, tarde o
budismo deben ser tan amplios corno sea
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temprano, al Zen.
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n.- posible; en realidad, deberían ser universales.
~; Un acercamiento sinóptico resulta difícil e
Recuerdo mi experiencia en la Escuela de
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ji incluso confuso. Requiere, la habilidad de dis-
Verano de la Sociedad BudiS'I:B. en 1964,
criminar entre los aspectos esenciales y los
1 rJOC'O . después tras mi -'::'i-'-"""') e';
reorcs: 1¡'" ("Ii'
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... -, ¡ ,) ~ , ¡ j ••) ~.J
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~ i que no lo son en el budismo. Requiere obje-
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Había conferencias y clases sobre el Thera-
tividad y juicio, así como una cantidad consi-
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vada, el Mahayana, el Zen y el budismo tibe'
derable de estudio serio y riguroso. La mayo-

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ría de nosotros nos desanimamos al pensar
en el esfuerzo que ello acarrea. Después de
tocio, si comparamos las diferentes formas
tano. La mayoría de íos recién !ie~lé\dos iban
de reunión en reunión, y'
algunos' de ellos
pronto se sintieron desalentados \) confundí
dos. Les parecía que a Veces el budismo era
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del budismo, es muy fácil comenzar a practi-
car aquella que más nos atrae; al identificar-
riClurosamente racional, estrictamente asceti-
co y bastante árido. En otras ocasiones 'Ies
nos de lleno con ella empezamos a creer que
parecía que era cálido, místico y permisivo
solamente ella conforma el verdadero dhar-
en un sentido ético. En una de las clz~)se.s se
ma, y que todas las demás son imitaciones,

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les decía que pensasen mientras que en otra
falsificaciones o corrupciones. Pero debemos
se les inducia al uso ele la intuición. Uno de
resistir la tentación a hacer esto recordando
los conferenciantes les aconsejaba con lirrne-
que, como budistas, estamos yendo al refu-
za que confiasen en sus propios esfuerzos
gio en el dharma y no en las enseñanzas de
para la salvación de todos; otro, quizás inmc-
una u otra escuela específicas. Obviamente
diatamente después, les invitaba a confiar so-
debemos dirigirnos hacia una práctica espín-
lamente en la compasión de Amitabha, el
tual que nos permita cierto grado de especia..
Buda de la Luz Infinita -quicn ya en tiempos
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remotos había logrado la salvación merced a
su misericordia-o A algunos, es cierto, se les
oyó decir que habían aprendido mucho so-
bre el Mahayana, el Theravada y otras es"
II Cuatro Verdades Nobles y el Noble Sendero
Óctuple, otro dedicó toda su charla a léJ me..
dilación. Uno de los cuatro incluy<b un relato
detallado de la vida del Euda, otro no rncn-
cuelas, pero se preguntaban dónde estaba el cionó al Suda en absoluto. Sin embargo era
budismo y cuándo iban a escuchar algo acer- obvio para todos que las cuatro charlas trata-
ca de éste. Sin embargo, para la mavoria ban el mismoterna. el budismo. Todos los
paulatinamente se fue haciendo la luz y al fi- expositores se dispersaban inevitablemente
nal de la semana se empezaban a dar cuenta del punto central de la esencia incomunica-
de que, a, pesar de las aparentes contradíc- ble del budismo, pero al mismo tiempo in
dones, todas las escuelas tenían la Ilumina- tentaban dibujarlo desde ángulos diFeientes
ción corno fin y estaban interesadas en uno o -J"
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u otro aspecto de la misma Realidad trasccn.. ubicaban dentro de un área o contexto paru-
dental.
Tuvimos la misma experiencia en nuestra ( cuíarcs. Por mucho que intentemos abordar
el budismo decide áns¡ulos globales \1 objeti·
Clase de Conferenciantes. En una ocasión se vos, éstos siempre serán limitados y condi-
pidió a cuatro personas -dos hombres y dos cionados, siempre serán subjetivos. Corno
mujeres- que hablasen sobre el budismo, muestra mi experiencia en la Escuela de Ve-
contando cada una de ellas con veinte minu- rano y en las Clases de Conferenciantes, Una

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tos. Fue curioso observar que, aunque el manera de superar esta subjetividad resulta
tema era el mismo, las cuatro exposiciones de la yuxtaposición de aspectos contradicto-
resultaron totalmente distintas. De hecho, di- Ji l,',. rios del budismo, de manera que no sólo ex-
fícilmente habrían sido más dispares. Para I! :W perimentemos sus contradicciones sino que
empezar, Jos dos hombres trataron el tema
de un modo claramente más intelectual en I [l' además nos demos cuenta de que son cxprc
siones igualmente válidas de una experiencia
tanto que las dos mujeres lo abordaron más i espiritual que siempre elude las catcqorias ló-
intuitivamente. Mientras que uno de ellos gicas. de la mente discriminatoria. Ésta es
realizó una exposición sistemática sobre las una ele las ventajas que se derivan de un' es-

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tq "''1t,1 presenta el aspecto intelectual -rnás bien
t,'~ del budismo. No debemos temer las contra-
W coonitivo ognóstico--,, debe ser1 1 combinada
'~~ dicciones: "La consistancía improcedente es ~). :~

:f;i con la. fe, sin la cual degenera rápidamente


,¡ la superstición de las mentes pequeñas", se.
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En el plano psicológico, el budismo conce-
de gran importancia a la armonía y al equili-
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aspecto activo I cinético, de la. vida espiritual,
debe conjugarse con la concentración, que
brio. La naturaleza humana posee gran can- representa la tendencia estabilizadora, con-
11
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tidad de aspectos diferentes-intelectual y
I tcmplativa, introspectiva, sin la cual la cncr
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emocional, activo y contemplativo ... - y de- I gia es fogosidad animal o inquietud neur óti-
bemos hacer justicia a tocios ellos. Se deben ca; y la concentración misma debe compagi-
'1 .
. desarrollar y cultivar todos, e intentar mant(> ,. narse con la energía, ya. que, separada ele
I

ner un equilibrio perfecto tanto en la vida es. i ésta) es ensoñación sin objeto. introspección
piritual como en la secular. Esto queda ilus-
trado por medio de la doctrina de las Cinco
I. insano, o huida neurótica _ La a tcnción cons-
ciente, la última de las facultades, al ser por
I naturaleza incapaz de ir a los extremos -rmn-
Facultades Espirituales, una de las "series nu- !
méricas" más antiguas e importantes, en la ca se puede ser demasiado conscicnto-. no
que, desde una época temprana, se conservó ~ necesita de otra facultad para rnantenerse
alerta. Es la atención consciente la que man-
la enseñanza del Buda. Las Cinco Facultades
Espirituales son: fe --shraddha-, sabiduría __
prajiui-, energía --lJirya--, concentración -sa-
1 tiene la fe y la sabiduría, la energía y id con
ccntración, en un estado ele ~?quilibrio.
madhi-- y atención consciente -srnriti--. La I "Siempre es útil la atención consciente", de-
claró el Buda en una ocasión.
fe, que representa el aspecto emocional y
devoto de la vida espiritual, debe compagi- Además de ser una de las escuelas budistas,
narse con la sabiduría, ya que de otro modo el Zerr es también, más especiíicamento una
aquélla se desvía hacia la histeria religiosa, la de las escuelas del Mahayana -siendo .<2sta la
manía persecutoria, el fanatismo y la intole--
I '. segunda de las tres grandes divisiones tradi--
rancia. Por otra parte, la sabiduría, que re.. I cionales correspondientes al desarrollo histó..
I rico del budismo ele la inelia-. En el Miihaya-

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na se pueden distinguir cuatro escuelas prin- ej Q,]e .,


corno I1 nt 0-,el:
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cipales o enfoques que, como he explicado Mahayana.


con detalle en mi libro "A Survey of Esta. correspondencia entre las escuelas del
Buddhism", se corresponden con las Cinco Mahayana y las Cinco Facultades Espirituales
Facultades Espirituales. Lo que Conze dcno- nos aporta una pista importante sobre la na-
mina "budismo de fe y devoción", el budis- turaleza del Zen. Se trata sencillamente de
mo que venera de un modo altamente emoti- aquel aspecto del budismo rnahayana que
vo a los Sudas tanto históricos corno ¡egen- enfatiza la importancia de la meditación y se
darios, y a oodrúsctica: como Avalokitcsva concentra en ella Esto lo índice el propio
ra, Manjusri y Tara, es el budismo que repre- I nombre de la escuela, como explicaré a. con-
senta una especialización -por así decirlo-- II tinuación.
de la facultad de la fe. Por otra parte, la Es- f
el " . C:11no
e terrmno I . e)1"an na es una e1eSF~11er(\'"

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cuela Madhyamika, o Escuela de los Humil- ción de! sánscrito c1hyona--Lérmino (leneral
des, con su acercamiento rigurosamente dia- híndú empleado pare, desiE¡nar la práclÍc¡;, ')
léctico a la Realidad, representa una especia-
1 experiencia meditat.vas- . Por otro lado
lización de la fatultad de la sabiduría. De for- i el denorninañvo zen-no.. que en realidad es
¡ ,
ma similar, .el tantrav-quc en su forma esoté- \. " " en su rorma
zcn f' COLa; . f'
t especrncarncnre,t C~~
rica integra no sólo la mente sino también I la degeneración japonesa de la degeneración
las energías físicas de la respiración y el se-
rncn- se especializa en la facultad de la enero
¡ china. Por tanto, la Escuela Zen es rcalmcn-
te la Escuela.Dhyana o de MeditélCión.
gía. Asimismo la cuarta, la facultad espiritual
de la concentración, está representada en su
I
¡
El Zen tiene caracteristicas distintivas pro-
pias. Est.o se vuelve evidente al profundizar
lado teórico por el Yoqachara y en la palie . I "
un poco en el significado de la palabra "me-
práctica por la escuela que se conoce en su
vertiente japonesa como Zen. La facultad de
II I. ditación". Según Mistar Chen,' el .sinqular,
hombre del que ya. he hablado, existen ella-
la atención consciente está. representada por II I
I
t:ro tipos de Ch'an oZen. Por lo 'que sé, esta
el espiritu de tolerancia difundido a través de importante clasificación tradicional, que clari-
todas las escuelas, el cual las mant.iene uní-
I 1 fica mucho la naturaleza del Zen, es deseo-

20 , ~.
21 ,.-
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nocída por los budistas occidentales. Por ello


\
segtümos ilegar a' prajna encontramos que
espero que sea de interés para todos. 1 allí está somoclhi, y viceversa. Un discípulo
~¡ '&'1]);
En primer lugar tenemos el Ch'an Tilthaga- ¡
J.
no debería pensar que hay (Meren ció alguna
~;~ ta -rnétodos clásicos de concentración, tales entre las afirmaciones "scwlodhi genera pro
;;,í
!H corno contar las respiraciones y cultivar un jl'io" y "prajño ~¡enera sClmaclh¡". Además,
\tl espíritu de amor universal, que enseñó el samoclhi yprojl1Ci son análoqos a una lám-
W Buda Gautama y que son comunes a prácti- para y su luz; con la lámpara hay luz, sin ella
mi
~' camente todas las formas de budismo, inclu- habría oscuridad. La lámpara es la quintae-
¡;\ yendo el Zcn-: En los monasterios zen el sencia de la luz y la luz es la expresión de la
~,T:'~,

principiante aprende estos métodos, consti- lámpara. Tienen dos nombres, pero eii esen-
'1J5¡it¡1 tuyendo a menudo su única práctica durante ~ cia son una misma cosa. De iqud manera
varios arios.
En segundo lugar está el Ch'an Patriarcal,
1 ocurre en el caso de somodhi y pmjha."
Projl1Cl quiere decir sabiciyría, eri el sentido
:~~
¡;;';¡'-
es decir elCh'an de Hui-Neng, el Sexto Pa- de sabiduría trascendental. Pero, ¿qué quiere
triarca chino de la Escuela Zen. Éste se refie- decir somoclh(! L.a respuesta a esta prcqunl»
re a la enseñanza de la identidad --o en todo generalmen,te ha causado mucha confusión.
l@
caso de la inseparabilidad- de samadhi y Sbrnaclhi es una de las Cinco Facultades Es-
prajña, la cual aparece reflejada en la obra pirituales y como tal se refiere sencillamente
"Platform Scripture". Hui-Neng dice: "Erudi- a la capacidad de concentración ele la mente.
to público: en mi sistema, samadhi y prajña tste es' su significado dentro de lo que po-
son fundamentales. Sin. embargo, no hay driatnosllamar "budismo general" ··el tipo1 de
I : •

que dejarse llevar por la impresión errónea -budismo codificado y representado en la ac-
de que son independientes el uno d.el otro, I tualidad por el Thcravada-, y éste es el senti-
ya que éstos se encuentran unidos insepara- do con que debe entenderse scraaáh! cuan-
blemente y no son dos entidades sino una.
II do se enumera como la scqunda de las tres
Samaclhi es la quintaesencia de prajña, al
tiempo que prajña es la actividad de se-
I
,1
grandes etapas de progreso en que se divide
el sendero espiritual -sicndo la primera eta-
madhi. En el mismo momento en que con- I pa silo o moralidad y la tercera j"Jrojño 'o sa- '::
I
I
22 23
biduria-. Sin embargo, en los sutras mahaya- de todos los Jenómenos de la existencia. !\i
na que forman los fundamentos de la ense cotejar la enseñanza budista general con la
ñanza de Hui-Ncnq, el significado de so- de los sutrasmahayana podernos decir que.
madh i es muy diferente. Los estudiantes oc-- según Huí-Nene, el sistema entero de la en
cidentales del Zen muchas veces se han COi] señanza budista espiritual se puede expresar
fundido asumiendo equivocadamente que el en la fórmula siguiente: sila o moralidad -:'>
samadhi que Huí-Ncng estaba igualando a samodhi o concentración -> prajlia o' sabi-
prajña era el samadh! en el sentido de con- ~ duría c-> samadhi-prajña ,~ Budeidad. ,
centración mental, destruyendo así todo el '1 Mientras que el Ch'an Thathaqata trata de
esquema del desarrollo espiritual budista. En la práctica de la concentración --el, segundo
los sutras mahayana, samadhi se correspon- término de la.serie-, el Ch'an Patriarcal trata
de con cnetooimutti --o estado de emancipa- de la comprensión del eamadtú-pvcúiic --el
ción espiritual consciente de los textos thera- cuarto-:
vada-, más que con samadhi en el sentido I En. tercer lt\gar nos encontramos con el
de concentración. Puede decirse que el sa- Ch' an de los Descendientes. Éste es' el eh' an
madhi rnahayana es la Iluminación en su as- según lo ensenan los descendientes espiriiua-
pecto subjetivo de realización personal. Pro- les de Hui-Neng,especialmente los grandes
jña o sabiduría es el aspecto objetivo de la I maestros de la cuarta, quinta, sexta y .sepn
manifestación y función verdaderas en el
I . rna generacibnes, que llegaron C\ ,~er, los fun-
I
mundo, siendo samadhi y prajña evidente- ',
d.' adores e Ias
de as ci
cinco " sectas "h'
c an de C'I·
~ 11-
mente inseparables. na, Mientras que el Ch'an Tathaqata y el
Éste no es el prajña corriente de la ense- Ch'an Patriarcal poseen f¿rma hindú, el
ñanza budista general, que consiste en la pe- ,1 Ch'an de los Descendientes es típicamente
netración en la naturaleza insatisfactoria, no chino. En vezde citar las escrituras y platicar
permanente y sin alma de las cosas condicio-- detenidamente sobre la filosofía y lél práctica ,."
o/.

nadas, sino Mahaprojña, o Gran Sabiduría, del Zen de una manera tradicional, como lo
a través de la que se llega a entender el Va-
cío -Ia Realidad absoluta no condicionau,.-
I hace incluso Hui-Neng, este tipo de Ch'an
trata de llevar' a la persona a la experiencia

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de la Iluminación de una forma más directa y Ahora bien, en los cuatro capitules siguien-

I
l~
concreta con la ayuda. de términos, frases y
acciones en apariencia excéntricos y chocan-
~
tt:
[es exploraré los aspectos que el Zen tiene
en común con otras escuelas budi,s1.as 'así l


tes. Éstos son los célebres kung-ans -koanes como sus propias características distinlivas.
II~,,"
I
japoneses: literalmente "documentos públi-
cos"- o "casos coincidentes" de la Ilumina-
ción, tales como un grito repentino, una car-
cajada, un gesto o un bastonazo.
1 I
El tema será tratado por medio ele la consi-
deración ele una estrofa tradicional popular,
reconocida ampliamente como poseedora de
la esencia del Zen. De esta manera espero
l.
t1 En cuarto lugar está el Ch'an de Boca. Éste
I evitar malentendidos. Antes de recitarles la
'.'
~¿,,'"
,,~
,\!!c¡
l,¡~:,
es el Ch'an de la gente que únicamente ha-
I estrofa toc~ré brevemente lo que ,a mj pare'
bla del Zen o escribe libros y artículos sobre cer son las tres causas de una buena parle de
éste sin practicarlo nunca. Cuando un amigo . I la actual confusión en Occidente acerca del
¡
mío me comentó acerca de este tipo de Zcn.
~,
Ch'an, le señalé que era muy común en Oc- I La primera •
de estas razones
.
es una
, 1
prcdo
cidente y que, de hecho, representaba la es- 'rnman:« aproximación meramente intelec-
cuela dominante, con muchos maestros dis- tual. La rnavoria ele los estudiantes occ.den-
tinguidos y una sucesión casi patriarcal. Me tale" obtienen sus conocimientos del Zen a
contestó con tristeza que también en China partir de libros -riormalmente los de Suzuki-.
era de sobra común, incluso en tiempos anti- Al principio esto es, claro está. inevitable.
!,::,;
guos. En otra ocasión, cuando le mostré un Por suerte, ¡'oda una serie libros sobre el Zen
¡l1i!J
se encuentran a nuestro alcance, los cuales ':~
¡¡Ij
artículo sobre el Zen de una revista budista
occidental empezó a reirse a carcajadas tras I son lo más fidedignos que u.n libro sobre el
leer unas frases. Pronto la risa se convirtió Zen puede ser Ést.e es el caso, por ejemplo,
en llanto, y lloró con amargura por la com- I ele los tres volúmenes de Charles' Luk. agru-
pasión que sentía por los que buscan la ver- pados bajo, el 'titulo "Chan and Zen ,Tea-
dad sinceramente y son engañados y deso- . · " ; y eIe "F'irst.t Zen,Reac1'"
e ll1ng cr , asi" corno e1e 1i I
rientados por los partidarios del Ch'an de "The Tiqers Cave", ambos ele "Trcvor Le..
i Ifi Boca. gget. Leídas con seriedad, incluso contern-

26 ?7
""1I

plativamente, obras de esta naturaleza, ade-
más de transmitir algo del espíritu zen, ha-
~ En segundo lugar, tratarnos de comprender
el Zen como una escuela independiente del
"'i
cen que un lector sensible se dé cuenta de las I budismo, Esto es como querer entender la
limitaciones de la aproximación intelectual; bellota sin entender el roble, lo cual es verda-
.\
es como si' le estuvieran instando al unísono i derarnente ingenuo. El Zen es una parte in-
a practicar el Zcn. Por desgracia, demasiadas tegral de la tradición budista en su totalidad
personas comprenden perfectamente y de Como ya hemos visto, es ese aspecto del
un modo intelectual que el Zen no puede ser I Mahayana que se especializa en I'él practica
comprendido intelectualmente, Ven tan clara de la meditación, La terminoloqía )1 las técni
!,
la necesidad de practicar el Zen que la mis- II cas del Zcn, sus doctrinas, sus escrituras, su
ma idea de practicarlo de veras no se les ideal espiritual Y'5\; orqanización monástica.
·ocurre. En vez de eso, apoyándose en su lec-
tura y su conocimiento intelectual del Zen, se
I' It así como su linaje ele ordenación, son ele-
• " , , '
mentes todos tomados e1el budismo, )1 no
¡ I .

ponen a trabajar y elaboran un libro más pueden ser comprendidos independiente-


acerca del tema. En estos libros normalmen- it ce.
rncn:e I es ' 1,
;<t,e, me 'e 1
" "rras
LSO 1(1,(._1 ,-'1-
\::,,,) siuo
-[-,o ..]""
te razonan largo y tendido, como si se trata-
11 otorgados el desarrollo especial y el énfasis
rá de convencer a los no convertidos, que los
libros no pueden decir nada sobre el Zen, I ~ 1 i
característico' que los convierte en el Zen
propiamente dicho, Si estamos en contacto ,_e
i· ,
personal con un maestro zcn i¡uini~lado es y .. "
que el intelecto es un obstáculo y que debe- i, ~r
riamos cultivar la propia intuición, Tras va- II tamos dispuestos a scquir sus instrucciones '
rios cientos de páginas ele discusión, el Zen ! de forma implícita, no necesitamos preocu
es normalmente definido, para la propia sa- "
pernos por el budismo; ni siquiera tenernos
tisfacción del autor, como "lo indefinible". Si que preocuparnos por el Zen, p~ro mientras
preguntamos él esta clase de intelectuales del no contemos con esta ventaja no nos queda " I

Zen acerca de la meditación, notaremos que I otra alternativa que estudiar el Zen I corno
tienden a responder con brusquedad: "practi- parte del budismo, Cualquier otro tipo de
co la meditación mientras espero a que cam- 1I procedimiento sería tan infructuoso como in-
I
bie la luz del semáforo", I tentar comprender los oriqencs y la naiurele-
1
i
i) o
28 .,:J
1';;
za del metodismo sin hacer referencia o bien Ianterr.ente. "Ajá, treinta golpes para ti", Y
:'i:,
';1,
a la Iglesia Anglicana o bien al cristianismo. piensan que con eso han demostrado su
La última de las tres causas principales de comprensión superior del 2en. Otros creen
:::
,~ nuestra falta de comprensión del len consis- que el len (2S la ceremonia del té, el judo, el
n
~'
;"' te en que -utihzando la tradicional metáfora kcndo o el karatc. No se dan cuenta de que
,.:
;f zcn- confundimos el dedo con la luna. Se- tales actividades no son el len en sí mismo,
;~¡ gún un dicho budista, cuando uno pregunta sino sólo expresiones ele éste dentro ele un
"¿dónde está la luna?" y alguien la señala particular contexto cultural cid Lejano Orienc
~11. con el dedo diciendo: "Ahí está", uno no te. Algunos incluso creen que el Zen es japo
¡¡, permanece con los ojos clavados en el dedo, 'nés, cuando de hecho, si qui,;iera'mos mes-
sino que pasa de mirar el dedo a mirar la tramos paradójicos, por no decir provocado-
luna. Del mismo modo todas las enseflanzas res, podríamos llegar a afirmar qUE, el Zen no
y métodos del len son sendos indicadores de tuvo nada que ver con el Japón.
la experiencia de la Iluminación. El discípulo En los siguientes capítulos intentaremos (Ni-
no los torna como fines en si mismos, sino tal' malentendidos sobre el Zen tales corno ,_"
que los utiliza corno ayudas para la consecu- los que he descrito. Ahora continuemos con ."
ción de la liberación. Sin embargo, algunos la estrofa, de la cual se dice que fue creada '
estudiantes occidentales del len, deslumbra- durante la dinastía Tang en Chit~a, aunque
dos por los dichos y conductas, aparente- nadie sabe quien la compuso. Esta dice así: .
mente extraños, de los últimos maestros del
len, creen que eso es lo que constituye el Uno tmnsmisión especial [uerc de' la',s es-
.1 1 !

len. Por ejemplo, leen que cuando cierto trituras; .


,lt,1
discípulo preguntó a un determinado maes- Sin dependencia de palabras y teiros, .
tro acerca del len, éste, en vez de respon- Apuntando directamente a 1,0 mente,
der, le propinó treinta golpes con un bastón. ObserlJando nuestra propia naturaleza y'
Entonces concluyen, a partir de ello, que dar despertando el la Budeidad.
treinta golpes es el len. Cuando alguien les 'Cada uno de los cuatro versos representa
"!I'IJ;: menciona el len, por lo tanto, indican triun-
,
un principio fundamental de la Escuda len.

30
31
1\
~
';11
,.~

'e'!.
¡
'1
1i
J
En cada capítulo, por tanto, tomaremos un
1
I
verso para su estudio, Espero que de este
modo penetraremos en la esencia del Zen,
ampliando y enriqueciendo nuestra com-
prensión de la tradición budista en su totali-
dad y aproximándonos así a la Iluminación. I
I
I
I
I
I
'1

I
I
32
l
'.

Una transmisión especial fuera


de las cscr'ituras
.'
",

l. '." l . I

A primera vista la idea de una transmisión, '!f 1

¡!
'. , ¡', , .' I

especial fuera de las escrituras piJ.rece baso


tanta sencilla, y fácil de comprender. <:;i 1;) hu-
biéramos encontrado en un libro, no habría-',
mos pensado en ella dos veces: probable-
mente dando por sentado que entendíamos
IGi que quería decir. ¿,Pero es realmente este
verso, el 'primero de nuestra estrofa, tan sen-
I '11 como ' parece.
Cl.O • ? "Una t.ransrrusion
. '. espc-
I
cial fuera de las escrituras" '" Sí, nos damos
tiempo .para pensar, una serie de preguntas
¡'I
,ji
\ 1
,1

surgirían por si solas, '


i Qué son las escrituras? ¿, Qué se' quiere de-
cir con el término "transmisión" o "transmi-

3S
sión especial"'! ¡,Que significa "fuera' '! Anali Las "tres cestas" o "tres colecciones" son
a
cernes estos .crnas uno uno, las siguientes: en primer lugar, el 'Vinaya Pi-
Antes que nada veamos las escrituras. '1'0' taka" o "colección de disciplina monástica".
das las' religiones del mundo poseen libros, En su íorma actual consiste principalmente
, sa9rados. Los cristianos tienen, por ejemplo, en la reglas que ~~obieman la orden monásti-
la Biblia; los musulmanes el Corán', los h,n- ca, incluyendo las circunstancias en que se
,
dudas los Vedas. De un modo parecido los . promulgan, salpicadas de gran cantidad de
budistas tienen lo que se conoce COt~O "Tri- material biográfico, histórico y doctrinal. El
, pitalla". Tri quiere decir "tres"; pitoiw signi- núcleo original de este pita/m parece haber
fica "cesta" o, por extensión, "coruunto" o sido la cartel vida del Buda. En segundo lu-
,
"colección". El Tripitaka lo' forman,' por lo gar, el "Sutra Pitaka" o "colección de discur-
','\
tanto, las "tres cestas"
. o las "tres coleccio:
. . sos, diálogos y dichos del Buda" sobre ternas ',li
¡'

ncs" de textos sagrados budistas. Según cier- morales y espirituales, Ésta es la colección i
i
I
tas autoridades, en los primeros dias del bu- más importante. En tercer lugar está el
dismo los manuscritos donde se hallaban los "Abhidharma Pitaka" o "colección de la doc-
textos
1 inscritos -l;echos en
. •hojas de palmera
• trina más elevada". Se trata de una disposi-
'J atados- se dividieron, según la materia que ción sistemática y un análisis escolástico del
, "
aborclaGari, en tres grupos;' éstos se guard a- ' materia! encontrado en el "Sutra Pitaka".
ron en tr;2s cestos distintos para facilitar su Tradicionalmente, todos los contenidos del
consulta. Sin embargo,' algunos sugieren que "Tnpítaka" han sido considerados como
el término más bien hace 'dusión a la forma Buddhauachona o "Palabra del Suela". Gau-
en que se 'pasaban las cestas de mano e,n terna el Buda, claro está, no escribió nada.
mano conteniendo la tierra y demás materia" Como en el caso de Sócrates y Cristo, ras
.-'." les excavados en una fila de traba.jadores. De enseñanzas del Euda fueron orales. Aquellos
la misma manera los monjes pasaron las que recordaban sus palabras, las comunica-
elicione;; sagradas, primero de forma mal y ron a sus discípulos; éstos a los suyos, y así
luego literaria, de una generación a oi.r2,. sucesivamente, transmitiéndose la enseñanza
a la posteridad. Tras aproximadamente qui-

37
"
,,

nícntos años de transmisión oral las cnse-


fianzas comenzaron a ser plasmadas de for- cho más voluminosas que las de cualquier
ma escrita, Sin.duda, mucho ha sido añadí- otra religión, La Biblia contiene sesenta y
do, Quizás también, mucho se haya perdido, cuatro libros; sin embargo, el "San Tsan'
En la actualidad existen en el .mundo de! bu- chino, por ejemplo, tiene mil seiscientos se-
dismo tres ediciones principales del "Tripita- senta y dos obras índependíentcs, varias de
ka". En primer lugar está el "San Tanq" chi- las cuales son tan extensas como la Biblia
no o "Tres Tesoros" --es decir, el "Tri-pita- I entera, A pesar de que gran parte de esta
vasta literatura se ha traducido al inglés y
ka "-", formado por cincuenta y cinco volúme-
otras lenguas europeas, una parte todavía
nes. En segundo luqar. el "Kanjur" tibetano ., mayor permanece sin traducir, Gracias a la
-equivalente del Buddha-uachona-, que con-
siste en cien o ciento ocho tomos, Ambas labor de la Sociedad de Textos Palís, el "Tri-
ediciones están principalmente compuestas pitaka" pali ha sido traducido casi en su teta-
por traducciones de] sánscrito, habiéndose Helad, Varios de los sutras"mahayana más im-
perdido muchos de los textos originales, En portantes se encuentran también disponibles,
tercer lugar está el "Tripitaka" pali, el cual
I El "Sadharrna-Pundarika" ha sido traducido
está formado de cuarenta y cinco tomos -la por Kern; lzumi se encargó del "Vimalakirt¡
Edición Real Tailandesa-j ésta es la única I Nirdesa", Suzuki del "Lankavatara"; L.amotte
'versión completa del canon que ha sobreviví-
do .en, la lengua en que originelmcnte $12
I¡ del "Sancihinirmochana"; Luk del "Suranga-
rna". Y superando todo esto, en el mayor lo-
gro individual de nuestros tiempos dentro de
compiló, ,
Las tres ediciones del "Tripitaka" tienen I este campo, Conze ha traducido la totalidad
del "Prajñaparamita" o grupo de sufras acer-
ti

s¡ran cantidad de material en común, La ma- ;¡

yor diferencia estriba 'en que, mientras las I ca de la "Perfección de la Sabiduría", que
contiene más ele treinta obras indepen-
1j

ediciones, chinas o tibetanas incluyen los su- 1>


dientes, ,¡'

,-I'~¡;
trasrnahayana, la edición palí los omite,
Por todo lo dicho hay una gran cantidad de ,~~
Incluso cuando no se tienen en cuenta las ~~
material b,ísico que se encuentra a nuestra
coincidencias, las escrituras budistas son rnu- l' disposición para el estudio. Por desgracia, la ~[
~,:
I "i,
i~
38 ¡~:

39 ~~
~,:.¡;
mayor!a de los budistas y de los estudiantes

I
dicma, o incluso a la cría de cerdos, tenemos
del budismo no lo aprovechan. Muy pocos que dedicarles una cierta cantidad de duro
estudian de forma sistemática ~I regular si- trabajo intelectual, tenemos que estudiar. El
quiera 'una décima parte de lo que se ha Ira- ,I
budismo no exige menos. Por lo tanto, es
d'ucido. Por consecuencia, el conocimiento pertinente' que cualquier budista se pregunte
de éstos sobre el budismo sigue siendo vago cuándo fue la última vez que leyó una traduc-
y superficial. Otros. en verdad, parecen leer ción de alguno de los libros sagrados del bu-
cualquier cosa antes que las escrituras. dismo.
" Los clásicos del misticismo cristiano, los Hay personas, claro está, que tratan de ra-
1 ' í !
1
bros sobre Pak Subud, incluso los romances cionalizar la situación y de justificarse a si
de Lobsanq Eampa, se devoran con avidcz..
mientras que textos esenciales corno el "Su- If
1: t
mismos. Los defensores occidentales del Zen

tra del Diarnante" y el "Sutta-Nípatta" siguen 1 i son, por ejemplo, aficionados a citar el caso
de Hui-Neng, el Sexto Patriarca chino, a
sin ser leidos. Esto no quiere decir que leer a .1 r quien el arte budista. de! Lejano Oriente a

"
los clásicos del rnisticisrno cristiano e inspi-
rarse en ellos tenga algo de malo. Pero si
uno se considera budista y. pretende estar si-
(¡ menudo representa despedazando el "Sutra
del Diamante". Olvidan que, si de hecho
hizo algo semejante -10 cual no se menciona
.,ouiendo e! camino del Budá seriamente, es I1, en la obra "Platforrn Scripture"-, fue sola-
raro que no se realice todo el esfuerzo posi- mente tras valorar en su justa medida la im-
ble para familiarizarse con la literatura básica
en la materia. Sin duda las escrituras budistas
I portancia de! sutra, y que, en cualquier caso,
probablemente se sabia el texto completo de
-incíuso en su mejor traducción- son a me-
eiudo poco atractivas en cuanto a la forma, y
I memoria. En los monasterios zen, escrituras
tales corno el "Sutra del Diamante", el "Su-
,, oscuras y difíciles en relación al contenido. tra del Corazón" y el "Sutra Kwannon" no
.Pero si querernos participar en la riqueza es- I solamente se estudian sino que también se
piritual del budismo tenernos que esforzamos
I
I aprenden de memoria, recitándose Iitúrgica-
por comprenderlas. Después de todo, si que- , mente como complemento de la vida espiri-
ternos dedicarnos a la ingeniería, o a la me-
I¡ tual. Es interesante observar que aquellos

4~O
I 41

- ._-._-~.,---. -'~~_"'>'y""IO~_:
~~""I.W';,¡t""r'C·Y'~_"""""",,~. _ _' • _
que descuidan y luego desprecian las fuentes de la "transmisión" o "transmisión especial".
primeras, pueden llegar a ser, fanáticos en su ¡.Qué quiere decir esto? Según el diccionario,
devpción a fuentes secundarias. La palabra el siqnificado literal de la palabra "transmi-
del Buda resuena sin ser escuchada y se si-: sión" es "hacer llegar a alguien mensajes o
guen con entusiasmo una multitud de luces noticias". De aquí surge la idea del budismo
menores. como algo que se transmite o que se pasa de
Ya sea e! caso que se encuentre nuestro in- unos a otros. En el plano biológico, la vida
terés centrado en e] budismo en general o se transmite de padres a hijos. En el plano
bien en una u otra de sus forma espec:ia.le5, espiritual se da una transmisión del budismo
no podernos pasar por alto las escritura·s.En o del dhorma. Ésta ocurre entre el maestro y
ellas aparece una relación de las cxperien- el discípulo. De aquí se deriva la importancia
c'ias trascendentales del Buda 'y sus discípulos de esta relación. Se trata, ele hecho, del eje
iluminados. Sin una comprensión preliminar sobre e! CUél1 gira el mundo' budista en su to-
intelectual de estas relaciones no contarnos talidad. !-¡ay un número de maneras diferen-
con
, los medios para conocer lo que nosotros tes de transmitir el budismo, o más bien de
"corno budistas que somos, .incluycndo a los distintos niveles .en los que esta transmisión
se~~uidore~ de! Zen·· estamos intentando lo puede llevarse a cabo. A continuación se
grar, y desconocemos cuál es el método para enumeran las cuatro transmisiones principa-
su consecución. Lo único que nos puede abo les.
solver del estudio de las' escrituras' es el con- 1) Transmisión de la ordenación. En
tacto persona] y regular con un maestro ilu- términos generales, una ordenación puede
minado, el cual constituiría la encarnación de ser de tres tipos: como hermano lego o her-
las escrituras. Un maestro tal es difícil de en- mana lega --upasaka, u)Josika-, como mon-
contrar incluso en Oriente. En la ausencia de je o monja -bhiJ.:shu, bhikshuni- y como
. un 'contacto personal de esta clase, las.escri- bodhisaitno, Estas tres categorías de perso-
turéls son indispensables, nas ordenadas constituyen la sangha o co-
, "
Hastil ahora nos hemos ocupado del signifi- munidad espiritual en el sentido socio-cele-
cado de "las escrituras". Ahora llegarnos ,{l s.ástico del término. Cada ordenación conllc-

42 43
va la adopción de una cierta actitud espiritual abstinencia sexual, a la prohibición de robar,
.Y Jé\ observación 'de Una regla determinada. de matar o Incitar al suicidio, V de cultivar
El hermano lego () la hermana le~ja, que pue- falsas pretensiones de logros espirituales.
den ser ordenados por cualquier monje, Idealmente un bodhisattua es ordenado por
monja o oodhisaitua . van al refugio del un Euda, pero en la práctica puede serlo por
Euda, el dharrnCl V la sClnghCl co.nprometién cualquier boahisattlJa mayor. En circunstan-
dese a observar los Diez Preceptos, que son: cias muy especiales, incluso se le permitiría
I) abstenerse de dañar a los seres vivos; 11)' ordenarse a sí mismo. El bodhisClttuCl desa-
abstenerse ele tomar lo que no les pertenece; rrolla la "Voluntad hacia la iluminación" _
liI) abstenerse de una conduela sexual dar'!i· Boahichitta-- por el bien de todos los seres
, na; IV) abstenerse de un d.scurso falso: V) sensitivos '>i observa una regla que consiste _
abstenerse ele hubiar ele manera violenta; VI) según la tradición indo-tibetana- en diecio-
abstenerse de un habla frívola; VII) abstenerse cho di.sposiciones principales V otras cuaren-
de murmurar; VIII) ab'slenerse de la codicia, ta y seis menores, todas ellas con un énfasis
!)s) abstenerse del odio; x) abstenerse del cul- intensamente altruista. Los tres modos de or-
tivo de enfoques erróneos. Un monje debe denación no se excluven mutuamente. Un
ser 'ordenado por un cabildo compuesto por hermano laico o una hermana laica, un mon-
un mínimo de cinco monjes, uno de los cUa- je o monja, pueden además ordenarse como
. les, ha de ser experimentado -sthauira-, con bodhisattuas En el mundo budista del
por lo me,no;; diez c1l10S de per(j'lanericia' en Mahayana, la orde,nación bodhisottua tiende
1;\ Orden. Las monjas requieren una doble a sustituir todos los demás tipos de ordena..
ordenación. primero por un cabildo de rnon-' ción.
¡es V lucqo por uno de monjas. Tanto mon 2) Transmísíón de las escrituras. Como
jes corno monjas renuncian a la v'ida familiar, hemos visto, el Buda rnismo no escribió
dedicando todas sus energias a 1.21 consecu- nada. Tras siglos de transmisión oral sus pa-
ción
,
del Nirvana y observando una reql.a - b2j- labras se pasaron al papel V se conservaron
sica de ciento cincuenta cláusulas. Las cuatro con la forma de manuscritos de hoja de pal-
cló.usutas más importantes se refieren a lu mera. Con el tiempo los manuscritos se im-

,, (~4, '
4S
primieron para transformarse en libros. És- ., autorización". A los estudiantes se les per-
tos, en las tres ediciones descritas, constitu- mite leer o recitar un texto sagrado única-
yen las escrituras budistas. Tradicionalmente mente después de que su maestro se lo ha
una de ías principales funciones de los mon- leído y de que les ha proporcionado explica-
jes era conservar' incorrupta la verdadera y ciones. Algunos textos requieren, evidente-
'auténtica palabra del Buda, primero de Ior- mente, más análisis que otros, pero en todos
rna oral y posteriormente de forma literaria, los casos se mantiene el principio de una
1.'1 Sólo ellos tenían tiempo para el prodigioso transmisión adecuada de las escrituras y de
:! ócto de memorización que ello conllevaba. su significado
':",
~ I Sin, ,embargo, una vez que aparecieron las 3) Transmisión de la doctrina, Por "doc-
,

I escrituras disminuyó la importancia de los trina" se entiende, en este contexto, la pre-


i monjes corno custodiadorcs y transmisores, sentación sistemática de la enseñanza -se-
I
si bi~n continuaron siendo los guardianes de gún aparece ésta en las escrituras- en térmi-
,r" la interpretación correcta de lostextos, Esta nos de una estructura int~lectual lógica y
interpretación se materializaba a menudo en coherente,' Esta expresión puede considerar-
1:n comentarios que, más que ofrecer la corn- se más o menos equivalente a los términos
;. prensión personal del 'autor, brindaban la in-'
' '1 "pensamiento budista" y "filosofía budista",
I terpretóción tradicional de los textos que éste Tales presentaciones parecen haberse origi-
habia recibido de sus maestros junto con los
1 textos mismos. En algunas partes del mundo
nado con las "listas de listas" que fueron
!:i' budista, sólo se considera que una persona
compiladas tras la muerte del Buda o incluso
quizás durante su vida, Éstas eran, más o
'1
a domina las escrituras cuando las ha estudia-
¡, menos, enumeraciones de los diversos gru-
:j,!
dó con un, maestro, No es suficiente
, , leer la pos de temas doctrinales -los Cinco Agrega-
J.,jo, página impresa; uno tiene que aprender, al dos, las Nueve Personas Sagradas, los Doce
~'
mismo tiempo, la interpretación correcta, lo' Eslabones ...- en que se había convertido la
~
j c:Jal sólo se puede hacer con la ayuda de un enseñanza con fines mnemotécnicos, Corno
!i( maestro "en la sucesión". El budismo tibeta- presentaciones de la enseñanza, las "listas de
i no todavía conserva la institución, de fun o listas" eran sistemáticas solamente en un
~,
1
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,,, 46
1: 47
~r';
(ji

:~

1,
I 1
sentido puramente formal. Más verdadera~
i
I
i

realidad sólo se mencionan las escrituras, la


mente sistemáticos son los shastras tales transmisión se ha de entender como algo
como los tratados del Abnidhanna, los Cinco' que tiene lugar fuera del contexto de la orde-
Libros de Maitreya, y "The Awakcnmq oí
I nación y también fuera de la doctrina.
Faith in the Mahclyana". En la India hubo ¿ Cómo empezó esta transmisión del espíri-
cuatro transmisiones diferentes y casi sirnul- II
táneas de la doctrina, rlOpreslOntacias por cua-
,I tu del budismo? Según la tradición, en una
ocasión el Euda estaba sentado en .medio de
tro escuelas filosóficas: los Vaibhashikas. tos una gran concurrencia de discípulos. Presen-
Saulrantikas. los' Vijr'¡anavadins y klS I tes estaban cientos de bodhisattuas y ara·
L ~CltlY'''IT\
'VI' u. .c:), . 'l'
1 c, . '11('1" ....."1" e consisti:
.;J U,) J.. ,J::' d¿"¡ 8"n ')"("'('1')'
1-',<J ~ Lo.o ~
honts, monjes y monjas, hermanos y herma-
cienes sistemáticas de benseñanza en terrni-
nos, respectivamente, del realismo sencillo,
.I nas laicos, así corno varias órdenes de seres
celestiales. Todos estaban en silencio espe-
del realismo critico. del idealismo y del abso- I rando a que el Buda diese un discurso, pero
lu'tisrpo. Las cuatro Iransrn.sioncs se dilun- esta vez, en, lugar de hablar, el Maeslro sen-
dieron, con ampliaciones y extensiones, por I cillamente levantó una flor dorada en medio
Tibei y el Lejano Oriente. En China la
Irall3misión de !a doctrina estaba .' salvaquar
....
I del silencio de la asamblea Sólo Maha-
kashyapa, uno de los discípulos de mayor
, d:xia por las cuatro «scuclas originarias de I edad, conocido por su austeridad, compren-
Hua'ycn ~~e! "Avatamsaka o "Flor Orna- !
dió el siqníficado de la acción del Buda y
ment-('J. 1" - y T" 180'" T' ai, caractcnzaoas t' \ respec-
¡

tivarnente por Takakusu como las' escúe'las


I sonrió. El Buda entonces dijo: "Soy el dueño
del ojo del maravilloso dharma, que es el
IQtalizadoras y. fenómenológicas ,-"'mahaya~ Nirvana, la Mente, el misterio de la Realidad
nisticas" -". y la no Realidad, y la puerta a la Verdad tras-
'Transmisión del espiritu 'del budis- I cendental. Ahora se lo entrego a Maha-
rento. bta es la transmisión más importante kashyapa." Ésta fue la transmisión.
de
, todas, Es a este tipo de transmisión a la ¿Qué ocurrió? Es muy difícil de explicar.
que se rcf.crc la expresión "una transrnis-ón Cuando el Euda levantó la flor dorada -rio
especial fuera de la's escritu~as'" Aunque en cuando habló, lo cual hizo sólo en considera-

(18 49
ción a los demás discípulos que no habían lo- L dos del budismo hindú La lista de estos
grado comprender el significado de su ac-
~ maestros, que son tradic.onalrnente conside-
ción- tuvo lugar una comunicación dirc:cta
de la verdad de una mente a otra, de una rado; como los Veintisiete Patriarcas Indios
mente en estado de lluminación suprema a. de la Escuela Zen -vcin.iocho incluyendo a
otra que casi lo estaba y que necesitaba sólo' Bodhidharma-, es como sigue: 1) Maha-
del más delicado de los toques para alcanzar kashyapa, 2) Ananda, 3) Sanakavasa, 4)
le. perfección. La. transmisión del Buda era Upagupta -el maestro csoiritual del empera-
análoSJiJ ¡.l lo que ocurre, en un nivel infinita- dor Ashoka-. 5) Dhritaka, 6) Michchaka, 7)
Vasurnitra -el primer historiador, de! budis-
mente más bajo de experiencia, 'entre dos
personas que se entienden muy bien entre sí. mo--, 8) Buddhanandi, 9) Suddhamitra, 10)
Parshva -quizás el presidente de! Cuarto
Un Slesto o una mirada, el sentido de les cua-
les es un misterio para tocios los demás,' es Concilio, el Concilio de Karushka-. 11) Pun-
suficiente para transmitir un mundo entero yayashas, 12) Ashvaqosha- -autor de "Thc
sis]nificado. Así es como ocurre en ~I pla l¡fe of lhe Euddha". "The awakening 01 Faith
no espiritual mas elevado. in the Mahayana" .-, 13) Kapimala, 14) Na-
iVIc\hakashyapa transmitió el espíritu del garjuna --el redescubridor de los sutras de la
dhormu a Ananda, que había sido el asisten' "Perfecciól~ de la Sabiduría" y fundador de la
Escuela Madhyamika·-, 15) Kanadeva -Arya-
te personal del Suda durante los úllirnos
veint'e ah os de su vida terrenal, éste a su dis- deva, el cofundador de la Escuela Madhyami-
ka-. 16), Rahulata, 17) Sanghanandi, 18)
"cipulo Sanakavasa, y así sucesivamente De
Gayasata, 19) Kumarata, 20) Jayata, 21) Va-
Mahakashyapaen el siglo cinco AEC--Antes
subandhu-autor de "Abhidharma-kosha" y
de la Era Común- a Bodhidharma en el siglo'
fundador de la Escuela Vijrianavada-, 22)
seis EC, el espíritu del dhormu continuó
Monorhita,23) Haklcna, 24) Aryasimha, 25)
transmitiéndose' a través de un-largo linaje de
Basiasita, 26) Punyami1ra, 27) Prajñatara y
maestros espirituales, algunos de los cuales
28) Sodhidharrna,
des~on()cieron la fama· mientras que otros se
Un estudio de esta lista revela la cercana
encuentran entre los nombres más dislmqu!
conexión entre el Zen y lo que puede deno-

50
51
I
mmarsc lil "lrilcliciém centrérl elel h"elisl1lo de especial importancia, dos de las cuales
hindú" . continuar, hasta la actualidad. Estas dos lí-
Fue el célebre Bodhidharma, el Patriarca neas están representadas por las Escuelas
Hindú número veintiocho -al que la tradición Soto y Rinzai del budismo japonés contem-
representa cruzando el océano sobre un jun-
,co-, quien "hizo llegar" el Zen a China, con-
virtiéndose así en el Primer Patriarca Chino
~ poráneo.
Al Zen le atañe fundamentalmente el cuarto
tipo de transmisión: la transmisión del espín-
de la Escuela. Lo que éste llevó a China no tu vivo del budismo. Esta transmisión se hace
fue, claro está, la Escuela Zen como la cono- posible a través del alto nivel de transmisión
cemos hoy, completa con doctrinas, cscntu- espiritual que existe entre maestro y discípu-
rus y la organización del templo, sino el espí- lo, habitualmente dentro del contexto de la
ritu vivo del budismo. Este espíritu lo trans- meditación y el estudio La ordenación y la
milió a su discípulo Hui-k' o, él a su discipulo, observación de la disciplina monástica, el es-
\} ;lsí en une) sucesión de seis me)estros espiri- tudio de las escrituras, y el conocimiento de
tuales en t.otal, (;l estos macsuos se les cono" la doctrina son todos importantes, aunque
cCó como los Sei,s Patnarcas Chinos de le) Es- sólo como medios pClra lograr un fin, nunca
cuela Zen, y son 1) BodhidhClrma, 2) Hui- como fines en si mismos. Lo real, [o único
ko. 3) Seng-Ts'an, 4) Tao-Hsin, 5) Hunq- que importa e)l final, es la experiencia espiri-
.lcn y 6) HuiNeng--Wei-Lang-, tual --o mejor dicho, trascendental--, la expe-
'L11 "fue el genio cspir.tua]
: .
de '¡-lui-Neng, el riencia de la ]]uminación, Si ésta no se trans-
sexto y último Patriarca Chino, que no sólo mite, todo 10 demás constituye una pérdida
era capaz de transmitir el espíritu del budis- de tiempo. En el mejor de los casos se con-
mo a I un único discípulo, como al parecer vierte en una curiosidad cultural. Rectifican-
habia sido la costumbre hasta entonces, sino do nuestra definición previa, que era provi-
él cuarenta y tres Después hubo l~luchas lí- sional, ahora podernos decir del Zen que no
neas diferentes de transmisión, ninguna de solam,ente se refiere a ese aspecto del Maha-
las cuales podía ser considerada corno - Ih yana que se especializa en la meditación,
principal. Cinco lineas fueron, Sin embargo, sino que además representa una transmisión

~-

,H.
,.,
53
I
. I

I
del espintu vivo del budismo con la ayuda de'
I
).
ras"le:)
les.. Ca,Ie.., ¡.)nnelpl.~les eh], -1:'><2' "1",-,
'J-.(''.:)C'

en el capitule anterior.
" •.
(¡¿,.,I. un cesen .as
:c,1:). ]:::.
I
En tercer y último lugar nos resta pregun
q uó slc)nifica "fuera)' de las escrituras?
"
j ,-'

L;js escrituras 'se apoyan en las palabras y és-


· ~ tr.
I.as ransrrnitcn ,-" ¡C'~n E.~I CdSU
en :JC,[ cas. " ., ,.1,
,-,c. las
as escr:
oc' "
II
turas las ideas apuntan en dirección a unEl l
experie.ncld espiritual, El Zcn, Corno hemos ~
visto, trata primordialrnente de esta cxpe- I
riencia. No, consisto en la ordenación, las es- i
crituras o la doctrina) pues estas tres son so-'
empicadas corno medios para loqrar
I
la experiencia de la. Ilurniní:'J.c:,ón) mas r10 Ii
........".. " [ir
corno -.-'c: \!
Jll\~:,-" ",'.-
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un as], . -:",(,: -,'\~ ). ,-c
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cornplel:¡:1D)Cnte, corno si se tratara de una
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un camino intermedio. Al distin~;uirse i


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sin e.star sujeto o esclavizarse a. ,elh:-¡s, i
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CjtlC:; se :-;ugiri(~r()n al comienzo de (';5te capílu.. I


1.0 \) he_rno~; cornpre.ndjdo¡ espero, el sentido
?An en térrninos de "una. transrnisión es-
-~(''';--
lj'-:"-\.~laJ.i .t.,c,c1 d« .d.:)
[') )~-~ ,.C _ c-r- '1' ""
'1".-, cscnturas . 1',11

Stl
"

.1
ji

Sin dependenda de palabras y


II.D'~'raC
':"v,," ;:;'íl

En este capítulo nos enfrentamos a una difi.


cultad. "Sin dependencia de palabras y le.
tras", dice el segundo verso de nuestra estro.
fa continuando con su definición del Zen
Esto significa que tendré que hablar sobre la
no dependencia de palabras y letras, aunque,
al hacerlo, estaré de hecho dependiendo de
palabras y letras -o al menos de palabras y
sonidos-, Ello lleva implícita una contradic.
ción. Idealmente debería comentar el verso
sentándorne en silencio absoluto durante una
hora o dejando una página completamente
en blanco, ¡Sería un comentario excelente l
,,
Pero si hiciera esto estoy seguro de que mu-

57
chos se, sentirían desazonados e insatisfe- tos de conversación oídos por casual.dad en
ches. La gente valora las palabras trias no el el rnctro. de observaciones casuales en fies-
si,ler,lC,ío. Por tanto, tendré que intentar realí-. tas o reuniones. iQué gran dependencia la
zarlo lo mejor posible usando palabras .. I
I
nuestra! Esta reflexión es bastante aterrado-
ra. Imaginemos que no existieran las radios
El verso "sin dependencia de palabras y le- .
tras;' su'giere que 'n~rmalmerrle estamos fuer- ni los periódicos; "sabríamos" entonces muy
temente supeditados a estos medios. E;(ami-' poco de lo que ocurre en el mundo. T endria-
nemas un poco el asunto, primero en lo que mos menos pensamientos, menos ideas. Al
se refiere u nuestra dependencia de las pela- estar menos atiborrados mentalmente sería-
bras y las letras en un sentido ~leneral, y luc- mos más capaces ele concentrarnos en lo
~10 en el plano espiritual
que tenemos al alcance de la mano, Sería-
mos capaces de vivir más' intensamente, Qui-
Tomemos el caso de lo que consideramos
n.ieslro vconccimicnto. Decimos que sabe-
I ¿ás estaríamos más cerca ele la Realidad.
mos esto o que sabemos lo otro. Pero en I Ésta era, claro está, la sit~lación de nuestros
realidad ¡,qué es lo que queremos decir con ~ antepasados, como lo sigue siendo la de mu-
cha gente en paises "subdcsarrol.ados'.
esto'! Seguramente nos referirnos a que lo I
: Comparados con nosotros, nuestros antepa-
hemos leido en alguna parte, o a que lo he'
rnos oído o visto en la televisión. No tcne- sados subían muy poco de lo que ocurría en
mos ninqún conocimiento directo en absolu- el gran mundo que yacía fuera de las puertas
to, Todo se basa en rurnorcs. en, informa de su pueblo o su ciudad. Les alcanzaban va-
ción de segunda" tercera o clécirlla mano en gos rumores de la lejana capital pero eso
conjeturas y cotilleos. Consideramos, por era lodo. Claro que él veces veían ejércitos
ejemplo. que Silbemos [o que ocurre en' el desfilar \1 en ocasiones éstos devastaban con
nll.mdo en lleneral, lo que e,:tá pasando en [uego y espildél: no obstante, él pesar del ba-
iugMes lej¿1nos. como la India, Zimbabwe, In tir de los tamoorcs y de los éxitos rotundos,
doricsia. Sin embargo, ¿de dónde se deriva la SJenle del pueblo no comprendía de qué
trataba la guerra o quién luchaba cont-a
"conocir-icn!o"? De palabras y letras
De la r¿le1lo y ele los periódicos, de fragmen- quién. De vez en cuando se reclutaban horn-

, I

ss 59
brcs .. Por lo demás, aparte de los desastres
naturales, el río de la vida fluia plácida y so- Aunque sea en cierto modo lamentable,' en
segadamente año tras año y generación tras la vida diaria todo esto no importa mucho
generación. No pretendo idealizar el pasado. Nos las arreglamos para progresar de alguna
sólo inlento señalar cuán gran parte de nues-
tro conocirniento depende de palabras y le-
I manera. Sin embargo, desde el punto de vis-
ta del Zen, es importante darse cuenta de lo
tras. Y, cuán poco se encuentra basado en la , I
,l'
que está ocurriendo realmente. Sería intere-
sante llevar a cabo un experimento: siénten-
experiencia, personal directa. siendo 'también
, notable que además, este fenómeno es ma- I, se, crucen los brazos y cierren los ojos igual
yor 'ahora -tanto 'pr'oporcionai como absolu-
. ,
que lo hacen para meditar. Olviden todo lo
lamente- que en cualquier otro momento de' que han aprendido de libros, periódicos, re-
vistas, radio, televisión y anuncios. Olviden
la ,historia.
Esto es cierto en todos' los terrenos. TOIT1(> I incluso charlas, conferencias y discusiones,
rnos cualquier tema de! que creemos que "sa- ¿ Cuánto conocimiento les quedaria enton-
bemos". Tomemos la botánica, la historia ces? Realmente muy poco. Si llevásemos a
del arte, o cualquier otra rama del conoci- cabo este experimento con regularidad, la
miento humano, desde la astronomía hasta experiencia resultante seria muy saludable.
la zoologia. La mayor parte de nuestro cono- ~ Entonces nos daríamos cuenta de lo poco
cimiento en estas materias -s: no todo- es, ~ que sabemos en realidad. Saber que no sabe- 1,
mos es el principio ele la sabiduria. :-
con muer.o. de segunda mano. Apenas una
pequeña parte es original, producto de nues- De nuestra dependencia dé: las palabras y'
tro pensamiento y descubrimiento indepcn: las letras en general, pasemos ahora a nues-
dientes. Al heredar, por así decirlo, un gran tra supeditación a ellas en lo que se refiere a
bagaje de conocimientos del pasado, la ma- asuntos espirituales. Vamos a asumir que te-
yoría de nosotros pasa por la vida sin anadir nemos una cierta cantidad de conocimientos
apenas un ~Jrano de nuestra cosecha. La ori- sobre religión. Conocemos el budismo. Sa-
ginalidad parece ser entonces la prerrogativa bemos acerca de las Cuatro Verdad8s Nobles
del genio. y del Noble SE:ndero Óctuple; del karma y el
renacimiento; del Nirvana y del origen

,60

61

, I
,
1
"

d,ependiente; de Shunyata, bodhisattvas ,Y


de la Tierra Pura. .Cuánto sabemos! Incluso
If el Zen trata de la experiencia del espíritu
vivo del budismo y de la transmisión de ese
sabemos acerca del Zen. Ahora bien, ¿de ¡ espíritu. Para el Zen ninguna otra cosa tiene

II
dónde procede todo este conocimiento') En importancia. No se debe permitir que nada
la gran mayoria de los casos .provicne de li- se interponga en el camino. Esto es l¿ que
bros Y conferencias. Claro que en último lu- hace al Zen tan "implacable". El Zen no
gar procede de las escrituras, de las cuales duda a la hora de quemar imágenes sagradas
procuré' ofrecer un estudio en el capitulo an- 1 del Buda o de despedazar libros sagrados si
terior. Pero las escrituras consisten en pala- éstos se interponen en el camino. Pero, ¿qué
bras ,y letras. Por lo tanto, de pala:\m'ls y le" r es lo que más se interpone? ¿Qué es lo que
tras depende nuestro conocimiento del bu-
. dismo. De ahí. que éste. sea de segunda
I nos impide más que nada tener un conoci-
miento real del budismo basado en nuestra
mano, sin estar basado en experiencias y
percepciones directas y personales.
Llevaremos a cabo otro experimento. Pon-
garnos a un lado todo' el conocimiento del
!
!
propia experiencia? Seguramente el mayor
obstáculo es el creer qC;e sabemos. Hasta
que este obstáculo no sea eliminado no ha.
brá progreso posible. Aqui se encuentra,
budismo que depende ele palabras y letras, l. más que en cualquier otro lugar, el comienzo
iodo lo que no hemos experimentado y ven- 1I de la sabiduría. También es éste el principio
fi,cado nosotros mismos. Seguramente ten- I de la lIuminación y el inicio del progreso; sa·
dremos que descartar bastante material. ¿Sao 1I
¡ (]c)'sabem
b~~-cl~I;i' .
o'i-n-a~T~-"
-Tal ~;;~Z¡r-n¡éntOTfev~-consigo la distinción

I
bemos de verdad lo que es el Nirvana? ¿y
Shunyata) Dejémoslos .a un lado también si entre lo que sabemos de segunda mano __
'2S necesario. Al final del experimento, gracias a las escrituras- y lo que conocemos
M,
¿cuánto conocimiento real nos queda? Qui- IR a través de la experiencia A eso es a lo que
zás no nos quede nada en absoluto. se refiere el Zen cuando nos recomienda no
Sin embargo, no debemos pensar que he- !n confundir entre los dos tipos de conocimicn-
11
rnos perdido algo. De hecho hemos ganado too Si los confundimos no será posible pro.
Oilstane.
¡ . I C omo se V10. en el, capnu
'1 1o pasaco,
1 I !]resar espiritualmente. Por desgracia somos
I
"
62
I
¡
1,
63

i,
,culpables de esta confusión lodo el tiempo y,
Este tipo de actividad conceptualizadora y
de hecho, ésta forma parte de nuestro condi-
verbalizadora es bastante común en Occiden-
psicológico g~neral Tras no 10-
, I
, c.onarrúcnto
,
te. La gente habla demasiado, siempre que-
grar distinquir los pensamientos de las cosas,
riendo ajustar sus experiencias a ciertas
no, podemos diferenCiar las palabras. de los
etiquetas prefabricadas. Es corno si no se pu-
pensamientos. Creemos' que al clasificar un
diera disfrutar la belleza de una flor hasta que
objeto lo hemos comprendido. Tornemos
.~
por. ejemplo, el Nirvana. Se trata de un prin- no se le ha concedido su clasificación botáni-
cipio fundamentalmente espiritual, de una ca correcta y un nombre en latín. Tenernos
Realidad trascendental, pudiendo ser analiza- que aprender a valorar el silencio, no sólo el
silencio fisico sino también el silencio de los
da de diversos modos, como, por ejemplo,
pensamientos, el silencio de la mente. A este
en términos de un completo cese del deseo.
respecto recuerdo una anécdota que me con.
En el momento en que entendernos lo que
tó, hace muchos años, un amigo mío de la
las palabras "cese" y "deseo" quieren decir,
India, un hermano mayor de la Orden. Este
.crccmos saber lo que es el Nirvana. De' esta
amigo había visitado Alemania unos años
l'nanera,ciJi'lndo en .alguna ob-a no budista
antes y había ofrecido allí una serie de confe-
nos encontramos con la idea de la no depen-
rencias sobre el budismo. Una mañana fue él
ciencia ele! deseo, exclamamos triunfan-
verle una señora budista alemana. Como él
lernente. "Ah, el Nirvana!", corno. si de eti-
se encontraba escribiendo una carta y quería
quetar la idea se tratara. Creernos que la idea
que ésta alcanzara el próximo correo, le pi-
ele la no dependencia del deseo mencionada
dió que esperase en la habitación contigua.
en la obra no budista, y el Nirvana budista
Llevaba sólo unos minutos escribiendo,
son., . de hecho.. lo mismo, De este modo no
cuando la puerta se abrió de par en par y la
nos estamos relacionando con las cosas de
señora alemana exclamó con violencia: "Me
una manera directa, no nos estarnos rclacio ..
vaya volver loca si permanezco aquí mucho
nando con la realidad. En el mejor de los ca-
más tiempo. ¡No hay nadie con quien ha-
sos rnancjarnos pensamientos sobre las co-
blar!" Al terminar de contarme la historia mi
sas, y, a menudo, sólo las palabras.
amigo levantó las manos en el aire simulan-

1) !,~

65
I

do desesperación, como queriendo decir, periodo enseñó a miles, quizás a cientos de


"¿qué esperanza hay de extender el budismo miles de personas. Apenas pasó un día sin
en trc esta gente?" i.
1,
que se ofrecieran discursos, diálogos,
¡-iay algunas cosas que pueden ser experi- i preguntas y respuestas. Sin embargo, nada
mentadas yal mismo tiempo pensadas y des- se dijo de la Realidad, pues nada puede de-
," critas' con palabras. Otras, aunque suscepti- cirse a este respecto. Todas sus palabras ha-
bles de ser experimentadas, trascie~den el bían sido indicadoras de lo que está más allá
pensamiento y el habla. En el mejor eJe los
casos solamente pueden ser indicadas, If
de las palabras. Como dice Ashvaghosha,
"utilizarnos las palabras para liberarnos de las
sugeridas o insinuadas. Tal es el casa de las palabras, hasta que alcancemos la Esencia
rcalidaces o aspectos de la Realidad,' a los pura y silenciosa."
que nos referirnos con términos como "Ilu- El "silencio atronador" de Vimalekírtí es' in-
minación", "Nirvana'; o "BlJdeidad". Estos cluso mejor conocido y más impresionante.
términos sólo se utilizan provisionalmente. En esta historia el bodhisattua Vimalakirti --
Nos ofrecen una cierta cantidad de orienta- el gran administrador de Vaishali- está enfer-
ción práctíca, nos dan una idea del sentido mo: el Buda pide a Shariputra que vaya y
,er) ~] que mirarnos. de la dirección .hacia la pregunte por su salud. Sin embargo, el gran
que tene.mes que orientar nuestros esfuerzos I discípulo rehusa no considerándose digno
espirituales, pero aun así su 'validez es sólo para tal misión, ya que había sido amonesta-
rc;lativa En realidad no definen el objetivo. \ do por Vimalakirn en una ocasión. Por la
Por lo tanto, al utilizarlos, no estamos' dicicn- I misma razón, todos los demás discípulos, in-
do nada en términos absolutos. De aquí que cluyendo a los bodhísottuas, ponen reparos
el Buda declare en el, "Sutra Lankavatara" , ¡ por no considerarse dignos; todos ellos han
que de la noche de su Iluminación Suprema 1 sido desconcertados por Vimalakirti en una u
iJ la noche de su tránsito final no pronunció I otra ocasión. Finalmente Mañjushri, el gran
una sola palabra. Entre estos dos acontc- bodhisattua de la sabiduría, acepta obedecer
Cimientos pasaron cuarenta y cinco años de \' (a petición del Buda y va a visitar a Vimala-
infatigable sacerdocio terrenal. Durante ese
~ kirti con un gran séquito. Durante su visita

66 67
hay mucha discusión y dialéctica sutil. Al. fi-
nal se plantea corno tema 'de discusión la na- cientes de aquello que trasciende las palabras
turaleza de la Doctrina de la no dualidad. Los y las letras. Al mismo tiempo confundiremos
allí presentes ofrecen varias interpretaciones. los dos tipos de conocimiento, creyendo que
Uno dice: "La pureza y la impureza hacen sabernos algo cuando solamente hemos oído
dos, si, veis la naturaleza de la impureza en- o leído sobre ello. Por esta razón el Zen in-
tonces es que no hay estado de .pureza, so- siste en la "no dependencia de palabras y le-
'metiéndoos de esta manera al estado de tras". No es que las palabras sean totalmente
,, pureza. Así se entra por la puerta de laDoc- inútiles. Corno indiqué al principio del capí-
,:1
'trina de la no dualidad." Otro opina: tulo, al comunicar la verdad de la no depen-
"Sa~sara y Nirvana' hacen dos. Si veis la dencia de palabras y letras se es inevitable-
verdadera naturaleza del..samsara, entonces' mente dependiente de palabras y letras. Así
es que no hay samsara ni ataduras ni libera- nos encontramos de nuevo donde habíamos
ción ni querr.a ni cese." Por último se rcquie- comenzado.
re el punto de vista de MarJjushri, quien En este punto se plantea una cuestión im-
responde: "Seg'tm mi idea, no tener palabra portante. Si en el Zen no hay dependencia
ni habla, no tener prueba ni conciencia de de palabras y letras, entonces, ¿de qué debe-
ninquno de los dharmas y mantenerse aleja- mos depender? Esta cuestión será tratada en
do de preguntas y respuestas, es entrar por el siguiente capitulo, cuando consideremos el
la .puerta de la Doctrina de la 00 dualidad." tercer verso de nuestra estrofa.
Su interpretación fue muy' aplaudida. Enton-
'ces Mañjushri
"
pide. a Virnalakirti que hable,
: ,

pero Vimalakirti se queda callado y sin decir


'palabra alguna. Éste es el silencio atronador
de Vimalakirti.
Mientras dependamos de palabras y letras,
dejando que nos esclavicen en vez de hacer
uso de ellas, seremos incapaces de ser cons-

16·g
69
I

I
I

I
I
',1

Apuntando directamente a la
mente

Al Ocupamos del tercer verso esperamos en-


,, contrar en él una respuesta a la pregunta
I con que concluimos el capítulo anterior: ¿de
I qué vamos a depender, según el Zen, si no
I es de palabras y letras? Al igual que los dos
versos anteriores de la estrofa, el que nos
atañe ahora parece a primera vista una afir-
mación clara y sencilla, algo que todo el
mundo puede comprender. Pero no es así.
De hecho, antes de poder clarificar su signifi-
cado hay que disipar cierta oscuridad. Ésta
no se debe a ninguna vaguedad por parte del
desconocido compositor de la estrofa y me-
nos aún por parte del Zen mismo, sino que

"

73

- ...
~-~----- ...
,~~~",,,,.-~=
",..
,,"~.-~-~-_._---,.
es scnci.iarncnte. 8\ resultado de un intento. Suzuki, por ejemplo, en algunas de sus pri-
característico cliino por atribuir la máxima meras obras, como la excelente "Outlines of
cantidad de significado al min.mo número de Mahayana Buddh.srn" y su inestimable
palabras E] significado de la estrofa se puc- traducción de "The Awakening of Faith in
. de clarificar considerando. las tres preguntas
.
the Mahayana" de Ashvaghosha, traduce
a continuación, las cuales están relacionadas chitlo como "alma".' Ambas traducciones
entre sí.
I .
pueden ser engañosas. En este contexto chi-
¿Qué se quiere decir con "mente"? ¿Por t ia o hsin no es' corazón por oposición a ce-
qué insiste e] Zen en apuntar a la mente más. rebro -en el sentido de intelecto- sino que es
que' a cualquier otra cosa? ¿Con qué sentido más bien el conjunto de la vida y actividad
se utiliza e] término "directamente"? mentales, lo cual incluye a ambos cerebro y
En primer lugar, conozcamos el 'significado corazón; es más parecido al sentido que
de la palabra "mente". En el texto .chino ori- Jung concede a la pala.bra "psique", De
gina] "mente" es hsin. Cuando vivía en modo similar. chittc o hsin no es "alma",
K~limpong, el amigo ermitaño que mencio- porque este término tiene connotaciones que
né en' el primer capitulo de esta obra, me ex- resultan bastante ajenas 21\ budismo. Por lo
plicó detalladamente los nueve significados tanto, vamos a considerar "mente" la mejor
I
más importantes de esta palabra en la litera traducción tanto del término chino como del
II tura 'china, incluyendo ]~ literaturabudísta.
I ,
hindú. En cualquier caso, en esta fase de
Por suerte, en e] contexto actual no necesita- nuestro estudio no es necesario que preste-
mps preccupamos por todos ellos. Por lo, mos mucha atención a las diferencias sutiles
genera] el término hsin 'es traducido al hindú de la terminología psicológica. El término ge-
-sanscrito ,y pali- como cnuta. Chitta es neral "mente" será de bastante utilidad para
"mente" en e] sentido más amplio y más nuestro propósito.
general del término, tanto emocional y voliti- Una vez se nos ha advertido de no depen-
vo como intelectual y racional. Sin embargo, der de palabras y letras, es decir, del conoci-
algunos eruditos prefieren traducir ch itia o miento de la Realidad ele segunda mano, el
hsin por .. corazón", otros por "alma". Zen propone que dependamos de ]21 mente.

,
7q!- 75
,,

Esto responde <1 la pregunta con la que nos quier otra cosa, el Zen otorga un énfasis pro-
quedarnos al final del capítulo anterior. El, pio a esta conocida idea.
e¡'ecto, el Zen proclama: "depende d~ tu pro- Dicho énfasis no es superfluo y en realidad
pia mente". Es decir, depende de ti mismo, i es necesario en todo momento. Las perso-
ya que desde una 'perspectiva psicológica la: I nas que han alcanzado un cierto grado de
,mente es el yo. No busques fuera, no pcrmi-
, . '

tas que tu atención se distraiga con la multi- . I


I
I
madurez, o que disfrutan de tiempo libre,
tienden a sentirse aburridas e insatisfechas.
plicidad de fenómenos externos existentes. Se sienten así con respecto a su ocupación,
, Mira dentro. Esta idea desde luego no es ex- .
,I a su pareja y familia, a los libros y el teatro,
elusiva del Zen; aíecta a todo el budismo. En
i a la radio y la televisión, a la labor y el juego,
el "Dhan-mapada", por ejemplo: el Euda a la sociedad a la que pertenecen y la época
declara no sólo que la conquista personal es en que les ha tocado nacer, a la risa y a las
la más grande de todas las victorias, sino lágrimas, a la poesía, la música y el arte, a la
tar~bíén que el yo es su pro pío refugio, ~u expresión de la naturaleza \) a la forma del
propio maestro, V que la pureza
~, " ,
y' la irnpu- hombre. En definitiva se aburre'h y se sienten
reza dependen del yo propio. Aquí ,la aten, insatisfechas consigo mismas. En este estado
ción se dirige claramente al sujeto de la ex- de aburrimiento e insatisíacción, de hastío e
periencia más que al contenido objetivo de incluso de repugnancia, empiezan a buscar
ésta; se dirige a la mente que siente, que algo vagamente, aunque no saben qué. Al
sabe y que desea, mas que al universo cxtc- concederle un nombre lo llaman Verdad o
hor. De espíritu similar son tanto la máxima Realidad. Otros hablan de lo mismo en
,, inscrita en el Templo de' Apdo de Delío:;,' términos de paz, felicidad, satisíacción últi-
'''Con,ócete a ti mismo" ,'como el dicho del ma, mientras que otros hacen uso de una
"Tao Te (,hing", "El que conoce a los demás terminología específicamente religiosa. Éstos
es 'sabio, el que se conoce a sí mismo está' hablan en términos de Dios, salvación, Ilumi-
iluminado". Al apuntar ala mente y al suqe- nación ... incluso hablan en términos del 2en.
rir que dependamos de ella más que de cual- Pero por muy diferentes que sean sus formas
de denominar eso que buscan, todos coinci-

76 77

'------
den en buscarlo fuera de sí mismos. Claro vcctar nuestros defectos personales en otras
que' h veces encuentran lo que e~tán buscan- personas, 'en el mundo exterior. Este tipo de
do y establecen una relación de dependencia proyección psicológica ocurre todo el tiem-
con rilo. Entonces pueden lIeSlar a creer que po. Aunque los casos extremos son raros, un
han tenido éxito en su búsqueda, qL:e el elemento de proyección invade casi todos
"uburrtmcnto y la insatisfacciÓn se han nuestros' juicios negativos sobre otras perso-
disipado. Pero la verdad es que han fracasa- nas, Si prestarnos atención, a menudo
do. Lo único que ha ócurrido es que se han podremos descubrirnos a nosotros mismos
convertido en víctimas de una proyección. haciéndolo Corno si de un experimento se
Como fenómeno psicológico; la proyección tratara, intenten descubrir durante el curso
nos, es bastante familiar. Para evitar el tener de la siguiente semana qué es lo que más les
que reconocer y probablemente aceptar algo disgusta de los demás, lo que critican más a
en nosotros mismos, inconscientemente se menudo de ellos, y por qué los condenan.
Id atribuimos a otras personas. Este ele- Un poco de análisis elemental sobre noso-
mento reprimido y proyectado" es normal- tros mismos, puede revelar que esas mismas
mente algo que experimentamos como malo' características están escondidas en las
o desaqradablc, algo que tememos o di" lo profundidades de nuestra propia mente y
que nos avergonzamos. 'Por ejemplo, pode- que :JI criticar a los demás de esta forma es-
rnos ser Irios. duros y egoístas .o carecer tán, de hecho, criticándose inconsciente-
totalmente de' afecto y cordialidad, y de esta merite a ustedes mismos.
manera criticar a los demás por ser así. Nos N() sólo se pueden proyectar las cualidades
quejarnos, a veces con amargura, de que nE'ijativas sino también las positivas. Éstos no
.nuestros amigos y parientes son poco ama- son aspectos de los que nos avergonzarnos o
I bles e insensibles, de que pisotean nuestros que tememos, sino capacidades que existen
," sentimientos, de que no nos aman. Podría- en un nivel muy profundo y que hasta ahora
mo? incluso atribuir 'al universo entero' remos sido incapaces de desarrollar. A veces
sentimientos de íriaidad y hostilidad. En rea- podemos ignorar la posibilidad de desarro-
lidad, ]0 unico que estamos haciendo es pro- llarlas. Proyectarnos, por ejemplo, la cuali-

7'8 , 79
dad del amor. Sintiendo la necesidad' de ción pasamos a establecer una relación con
amor, pero siendo incapaces ele desarrollarlo ella, es decir, a rendir culto al Suda, o al me-
dentro de nosotros mismos, intentarnos en- nos a venera-lo como maestro sumamente
contrarlo y recibirlo desde fuera. En otras sabio e infinitamente compasivo. Esto no
palabras, proyectarnos nuestros anhelos. quiere decir que el Suda no estuviera
Aunque una cualidad sea buena por si mise' iluminado, o que el ideal del Suda de nuestra
rna, el hecho de proyectarla es negativo de imaginación religiosa sea tan sólo una
bido' a que tal proceso se convierte en un proyección, incluso una proyección espiri-
impedimento para la inteqración total de tual. Significa que corno último recurso, te-
nuestro ser. De hecho, en el caso del amor nemos que satisfacer nuestra necesidad de
no podremos recibirlo de verdad hasta, que llurninación desarrollándola dentro de noso-
no seamos capaces de darlo, y no podremos tros mismos, más que convirtiéndonos en
ofrecer amor hasta que no lo hayamos desa- parásitos de la Iluminación del Suda. No es
rrollado en nosotros. que la proyección espiritual no tenga lugar
Es' posible incluso extender nuestro análisis en absoluto dentro del ámbito de la vida
e ir más lejos: La proyección no es sólo psi- religiosa, o que la fe y el culto constituyan un
colóqica sino también espiritual. Todas las error. La proyección espiritual representa
personas Son capaces de desarrollar '10 que una muy importante fase intermedia, y como
en, un principio son sólo vaqas chispas de
comprensión e impulsos intermitentes de
tal tiene su legítimo lugar en el sistema global ~
'1
del desarrollo espiritual. Pero, en esencia, es /,
amabilidad, hasta el nivel de alcanzar la sabi- un obstáculo.
duría suprema y la compasión infinita de la El Zen, que ad opta el punto de vista absolu- 'Ii!!

¡!I,I
Budeidad perfecta, Todos somos .capaccs de to, apunta por tanto a la mente. Exige la
gpnar la Iluminación. Pero no lo hacemos. eliminación completa de todas las proyeccio- \;
¡J
En su lugar, proyectarnos nuestra propia nes, positivas y negativas, psicológicas y !!
ilurrrinación potencial, po~ asi decirlo, fuera espirituales; y afirma: "Depende de la mente, I
~
. de nosotros mismos; en otra persona,. en la depende de ti mismo". Dentro de este con- j
1
fjgyra. del Buda, por ejj'mplo, y a continua-
Ig
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81 1
'i¡f!
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'.¡J,I
texto, la Iluminación podría definirse COq10 la la Iluminación-la cual es la experiencia de la
ausencia total de proyección. Rcalidad-. a la naturaleza de Suda. Por esta
Hasta ahora hemos considerado la idea del razón apunta a la mente antes que a cual-
loen de apuntar a la mente de una Iorma quier otra cosa.
muy general. Ha llegado el momento de ser Ahora podemos ver más claramente la
más específicos. El loen apunta a la' mente,' naturaleza ele la conexión entre el Zen y la
.pcro, ¿.a qué mente? La mente existe en mu- meditación. Podemos entender por qué el
ches niveles diferentes.. en muchos olanos-
, Zen es lel Escuela de Meditación. Al contrario
distintos; consta de diversos aspectos y varias de lo que a veces se piensa, la meditación no
funciones. Tenemos, por ejemplo, la mente consiste solamente en ejercicios de concen-
que percibe, la mente que piensa y conside- tración realizados exitosamente. La medita..
ra, y tarnbien está la Mente Absoluta. ¿A ción puede definirse como el intento persis-
cuál de ellas apunta el Zen? En un sentido tente y metódico de ver la Realidad interior.
Sleneral, desde luego, apunta a todae ellas. a Normalmente nuestra atención se dirige ha-
la mente por oposición a. la materia, al mun- cia fuera, hacia el mundo. Sin embargo,
·do externo. Pero en especia] apunta a la cuando adoptamos la práctica de la medita-
Mente Absoluta. Apunta a la 1I1ente más allá ción, aprendemos a apartar nuestra atención
de la mente, a la naturaleza de Suda que lle- de los objetos externos, a liberar los sentidos
varnos dentro, instándonos a confiar en todo de sus respectivos estímulos y a dirigir la
, esto. atención a nuestro interior. Esta actitud de
En esté momento nuestra primera pregun- retirada encuentra expresión en la postura
ta, "¿qué significa «mente"?" , empieza a que normalmente adquirimos para meditar,
empalmar con la segunda, "¿por qué insiste cuando nos sentamos con las piernas plega-
el Zen en apuntar a la rr.ente más que a cual- das y descansando las manos, una encima de
..
quier OTra cosa.?" L a ment e es 'e I punto
• ce
1 la otra, sobre los tobillos cruzados. Los ojos
contado con la Realidad. La Mente Absoluta están cerrados, representando la exclusión
. es la Realidad Por lo tanto, al apuntar a la no sólo de los estimulos visuales sino tarn-
mente, el Zen apunta a la Realidad, apunta a lJi&.n de [odas las impresiones sensoriales.

82 83
I r '
-
Con un poco de práctica llega a ser posible
res psiquicos. pensamiento -tanto inicial
mantener la mente centrada durante perio-
como sostenido-; arrobamiento, felicidad y
dos más y más prolongados. Esto al final re
unidireccionalidad. En el segundo de estos
sulta en un mudar permanente del centro de
estados se elimina el pensamiento, y en el
atención -dcl rnundo externo a la merite
tercero el arrobamiento. En el cuarto la feli-
misrna-. de modo.que, inciuso cuando esta-
cidad es reemplazada por la ecuanimidad. La
mos ocupados en actividades externas, ,se
unidireccionalidad mental es el único factor
mantiene un cierto grado de recogimiento
psíquico que permanece constante. Cierta-
interno y consciencia.
mente crece en intensidad según se eliminan
El siguiente paso que tenernos que dar
los otros factores, absorbiendo la energía
consiste en conseguir que la mente sea invertida en , ellos,
" '
progresivamente más pura, más clara y más
Los cuatro estados de consciencia meditati-
luminosa, Es decir, habiéndonos dirigido del'
va asociados al mundo sin forma son conoci-
mundo exterior a la mente, ahora tenernos
dos como: la "Esfera del Espacio Infinito", la
que diriflilTlos de la mente inferior a la mente
"Esfera de la Consciencia Infinita", la "Esfera
,superior. En la"tradición general 'que el Zen
de la Nad~" y la "Esfera ni de la Percepción
comparte con todas las otras formas del bu.. I
ni deja No Percepción", Estos nombres nos 1
disrno, este proqrcso 'aparece representado .
dicen muy poco sobre la verdadera naturale- i
por los cuatro rupa-dhyanas o estados de 1
za de estos estados, que representan
consciencia meditativa asociados con el
, mundo de la forma, y los cuatro arupa-dhyo-
experiencias todavía más elevadas y refina- I,
n os o estados de consciencia meditativa aso-
das de unidireccionalidad y unificación. r¡el
~
Incluso cuando se ha ascendido de la mente
ciados con el mundo sin forma. Éstos son, Pi
inferior a la superior, y se han experi- liiJ
por 10 general, considerados conjuntamente, N
\~
mentado los ocho estados de consciencia
corno constituyentes de una serie 'continua'. ~\
meditativa en su plenitud, no se han alcanza- ~
El, primero de los cuatro estados de.
consciencia meditativa asociados con el
do los límites de la meditación, Los ocho es- ~
tados son de carácter relativo o mundano, ~
mundo de b forma consiste en cinco lacto-
No son absolutos, no son trascendentales, ya m

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que todavía no se ha visto la Realidad. Una


vez que hemos pasado de la mente inferior a
la superior debemostrasladmnos de la mente
I
I
¡
Una vez comprendido el significado de
"mente" y por qué el Zen insiste en apuntar
1, a ésta antes que a cualquier otra cosa, llega-
relativa a la Mente Absoluta. Esta transición
sólo puede provocarse a través de una espe- I
¡
mos a nuestra tercera y última pregunta:
¿Qué se quiere decir con el término "direc
cie de salto existencial de la mente relativa a f tarncnte"? Esto no es difícil de aclarar. En
la Mente Absoluta, debido a la absoluta dis- ¡¡ este sentido, "apuntar directamente" signifi-
continuidad de ambas según el punto de vis- ca referir toelo otra vez a la mente misma, y
ta ele la mente relativa. Ya no contamos con referirlo, en primer lugar, a la mente que
1
un scndc-o de pasos y etapas claramente K:'
piensa y que percibe, más que al objeto ele
definidos. El sendero que hemos seC{uido "~ su pensamiento y percepción. Esto quiere
hasla ahora acaba al borde de un abismo y
d pdrtir de aqui no tenemos otra alternativa
II decir hacer volver al discípulo una y otra vez
a sus propios problemas personales y a sus
tlue dar un salto en la oscuridad. Al dar el ! recursos individuales, Significa negarse a ir
salto nos encontramos a nosotros mismos en rt
l' de Hampstead a Highgate 1 dando la vuelta
medio del Vacío. La oscuridad se transforma
eh luz. De repente y de forma misteriosa, la
II al universo entero. Éste es, desde luego, el
tipo ele desvío que a la gente le encanta ha-
mente relativa es reemplazada por le: Mente cer. A, pesar de las protestas en sentido con-
Absoluta. Esta Mente Absoluta no consiste 1 trario, la gente en realidad no quiere ir a Hi-
1
en el sujeto corno algo opuesto al objeto, ni
tampoco puede ser ella misma el objeto del ! ghgate en absoluto. La gente no quiere en-
frentarse al reto de la existencia. Quiere evi-
pensamiento Es más bien esa consciencia I tarlo.
pura, brillante y transparente dentro de la Hay muchas maneras de hacer esto. Una
cual la distinción entre objeto y sujeto no de las más comunes, especialmente en círcu-
existe Ahora se ha alcanzado el objetivo de los budistas occidentales, es haciendo pre-
, la meditación. Se ha "visto" la Realidad. Al guntas. Ahora bien, pueden ustedes pensar
apuntar a la mente, el Zen apunta a la Eeali-
.dad, a la Iluminación" a la Budeidad 1 Dos zonas de Londres cercanas entre sí.

I
8G 87
que' la gente hace preguntas para disipar sus re responder con otra pregunta, diciendo, en
dudas, clarificar su confusión mental y así lle- efecto: "¿Por qué haces esa pregunta')" O
gqr a la verdad; y cierto es que esto ocurre a adoptando una postura más desafiante:
veces. Pero en la mayoría de los casos, la "¿Quién pregunta?" De esta forma el inter-
gente hace preguntas para no recibir una cambio es situado de inmediato sobre una
respuesta. Una respuesta útil es, de verdad, base totalmente distinta, De ser abstractas y
lo último que desean. Incluso no sabrían qué teóricas las preguntas pasan a ser concretas
hacer con ella sí la obtuvieran. Probablemen- y existenciales. Se obliga al interrogador a
te se sentirían corno un niño pequeño que, darse cuenta, aunque vagamente, de que le-
jugando a cazar leones y tigres en el jardín, jos de estar motivado por un deseo cicnrifi-
1,

ti.ene que hacer frente a un león o a un tigre ca" y desinteresado de conocer la verdad,
de verdad que se ha escapado del zoológico. está influido por factores de los que, en gran
, que siguen haciendo prcquntas. (:Cuéd es medida, no es consciente, haciéndosele ver
1;\ naturaleza del Nirvana? ¿Cómo puede que lo que en realidad está intentando es es-
funcionar la ley del karrna si no hay un yo capar de la verdad.
permanente;) ¿,Cuál es la evidencia' elel La mayoría de las personas, por supuesto,
renacimiento) ¿Cómo sabremos que hemos se resisten a aceptar esta realidad. Lo último
alcaneado la Iluminación) ¿De elónde provic- que están dispuestas a examinar a fondo son
nc la ignorancia) ¿Se puede realmente de- sus propios motivos, Pero el Zen no les per-
sear no desear? ¿Cómo es posible ser total mite salirse con la suya tan fácilmente, De
mente consciente si consciencia significa ser un modo u otro, con la ayuda de bofetadas y
consciente de que eres consciente y así suce- gritos -si las palabras fracasan-. los arrastra
sivamente ... ) ¿Tienen los perros naturaleza desde la filosofía, la religión y la psicología, o
cie Buda? ¿Por qué vino Bodhidharma de incluso desde el Zen, y los obliga a mirar
Occidente'? El Zen no' ofrece respuestas a donde quizás nunca antes pensaron mirar: su
preguntas ele este tipo, al menos no las res- propia mente.
ponde en sus propios términ~s o bajo su Esto es exactamente lo que cada uno debe
mismo punto de vista. Generalmente prcfie- hacer. De lo contrario, todo lo que he ex-

ss:
89
puest() aqul' no sera.' J
oe " '"
nmqun proveerlo. LJe . . l'
bcn consIderar lo que he dicho corno ,;:-1100
."
que por sí rnismo está apuntz.ndo de forma
directa a la mente. Si tan sólo lo tornan
como una exposición acerca de la idea de
apuntar directamente a la. mente, entonces
nadie habrá entendido nada.
~

,,

90 '
l'
I

II I
~ I Observar1J.clo JfáU~stlCá ,(J][ojJJia
TtaiulraJ y de§lper~:a:;nido a Ia
I2za

.11 lBudddad
¡
I
,I
I I
.i I
¡
Hemos llegado al cuarto y último verso de la
estrofa tradicional con cuya ayuda hemos in-
I tentado, en los anteriores capítulos, penetrar
I 1 en la esencia del Zen, El verso dice: "Obser-
I vando nuestra propia naturaleza y despertan-
I ! do a la Budeidad," La expresión "nuestra
!I
I
!
I propia naturaleza" se corresponde con el
sánscrito svabhaua, literalmente "el propio
ser " o "l a na t uraI
ezad " , y en este
e uno t con-
, I

~
1
texto representa la mente de la que se nos
pedía que' dependiéramos en el verso ante-
! rior. Por lo tanto, el verso también se podría
I 1 traducir así: "Observando nuestra propia
,
, f
:~
l' '1,.
.'~: 93
;'11
ii~,

~,--,-_·· __._,~--""-,.~L_",,,!!!? ,
""" .'.. ". , , , , , ~", , , , , ,&, , ., ,";*I
mente y despertando a la Eudcídad." Sin'
embargo, la palabra "y'; no aparece en la. cuando los demás ya se han marchado. Al
versión oriqinal .china. En realidad, tengo ver el monasterio vacío y no encontrar nada
entendido que el chino prescinde totalmente que comer, toma el cuenco de las limosnas y
de conjunciones. No hay necesidad de unir va pidiendo de puerta en puerta por las ca-
de nuevo lo que no ha sido dividido. La omi- lles de la ciudad. Corno es un monje sin pre-
juicios, pide a todos por igual, sin hacer dis-
sión en este texto,' como nosotros' 'la
considerariamos, de la palabra "y", sugiere
que "investigar" nuestra propia naturaleza. o
II tinciones entre ricos y pobres, o entre gente
de casta superior y de casta inferior; de este
modo llega finalmente ala casa de una mujer

l
mente y "despertar" a la Budcidad no son
ele casta inferior llamada Matangi, la cual tie-
dos actividades contrarias, aunque sean para-
ne una hermosa hija llamada Prakrití. Tan
Idas, sino únicamente aspectos diferentes de
un mismo proceso espiritual. ~ pronto como ésta ve al joven y apuesto
Ananda, se enamora perdidamente de él, pi-
Para comprender cómo tiene lugar este
diendo a su madre que le lance un hechizo
proceso refirámonos al "Sutra Suranqarna",
de amor. Matangi ]0 hace, y Ananda, a pe-
una de las más distinguidas escrituras maha-
\íana.La escena del sutra se sitúa en
·!I . sar de su integridad, no es capaz de resistirse
a este tipo de magia, no sólo es embelesado
Shrav21sti, en el noroeste de la India, en el
huerto que el rico mercader Anatbap.ndlka
I por los encantos de la doncella, sino que
compró al Principe Jeta para que sirviera de
·! además éstos lo arrastran hasta el interior de
1. la casa y a la habitación de ella. ,
retiro al Buda Poco después de comenzar, I
I
Mientras tanto, el Buda ha regresado a su
el sutra relata cómo el rey invita al Euda y a I
I lugar de rcti-o en el huerto, donde conversa
.sus discípulos p una gran fiesta por ser el ani i con e! re\! y otros personajes distinguidos
versario de la. muerte del padre de aquél. Por . 1

él su debido tiempo todos salen hacia


·,, que le han acompañado al nuevo palacio.
Sin embargo, sabiendo aquél en todo mo-
el palacio. Sólo falta Ananda, el ayudante
mento ]0 que le está ocurriendo a Ananda,
¡ier;sonaI
, de! Euda. Había salido para realizar
llama al qodhisattua Mañju:;hri, la personifi-
una tarea solicitada por el Buda y regresa,
cación de la sabiduría, y le ruega que salve a

94 I

95
Ananda repitiendo el Gran Dharon¡ en la
casa de lViatangi . Tan pronto como Mari- diferentes aspectos de su propio ser. Su ca.
jushri hace esto el encantamiento de lViatangi beza está todavia en guerra con su corazón,
pierde su poder; Ananda vuelve a sus caba- i su parte consciente en guerra con la incons-
les. 'Entonces, el monje cabizbajo y la doncc-: i ciente. El hechizo no representa un ataque
desde fuera, sino más bien un ataque que
lla arrepentida acompañan al. gran bodhi·.
scttoc de huevo "a los pies" .del Bucla.
Evidenternente, todo esto tiene un sentido
J, iI proviene desde las profundas fuerzas del in-
terior de su propia mente inconsciente -fuer-
~ zas que él todavía no ha resuelto-o lViañju-
é,!egórico. Para empezar, Matangi es una ,

[~
shri, desde luego, representa la sabiduría
mujer de casta inferior. Es decir, su lugar se ~ trascendental. El conflicto entre la cabeza y
encuentra en lo más b~jo del sistema social I
de la India. Como existe una correspon- ~ el corazón, la razón y la emoción, la mente
i consciente y la inconsciente, sólo puede re-
dencia cLcra entre las castas más altas y más
bqjas, por un lado, y los estados de conscien-
cia más elevados y más bajos, por otro, se
"

,
, m
solverse con el surgimiento de una facultad
más elevada, donde la luz de la razón y el ca-
podría decir que ella representa el lado no L ,
,c~!
lor de la emoción, además de fusionarse, se
reconocido o reprimido de nuestra propia ~ alzan al gracio más elevado de intensidad po-
naturaleza. En efedo, en el budismo tántrico sible. Solamente cuando el bodhisattua recio
, I

la mujer de casta baja es el símbolo real de la el Gran DliClrani, pierde poder el encanta-
todas la energías psíquicas no sublimadas pri- , I miento de Matangi. Pero esto no quiere de-
.I cir que las fuerzas naturales representadas
m.tivas, las cuales, según dicha tradición, no i
deberían reprimirse sino sacarse a la luz y por el encantamiento sean empujadas a la
unirse a ia propia actitud consciente espín-
I oscuridad del inconsciente. Mañjushri no es
tuaL También es significativo el hecho de
que la hija de GIIatangi se llame Prakriü, 'ya
I San Miguel sujetando triunfalmente los pode-
res del mal. Mañjushri lleva a Ananda de
. d ' '" na. l ura Ieza ".!r-\flan- nuevo "a los pies" del Buda. Y además lleva
qLllcre ,- eClr I
I a Prakriti. Dicho de otro modo, la naturaleza
es rnu)} culto 'Y reflexivo pero no está. .ilu-
minado. Es ciecir, no ha. logrado integrar los no debe ser reprimida sino reconocida, no
I
.I
i

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¡,
1
debe ser rechazada sino purificada y asirrula-
da: o "intercambio" entre macstro y discípulo o
Al encontrarse anteIa presencia del Suela, entre un maestro y otro, saca a la luz, sólo
Ananda se postra, confiesa sus faltas y le que en este caso la espontaneidad proviene
pide ayuda El Suda dice que lo interrogará y de un nivel incluso más profundo, de la pro-
que deberá responder espontáneamente, sin
I., fundidad existencial del discípulo. Mientras el
recurrir a pensamiento discriminatorio alqu- discípulo hable desde un nivel más superficial
, no. Esta condición esimportante. Ananda es que el de su verdadera mente o naturaleza de
Suda, el maestro sigue insatisfecho,
un hombre muy culto, ha "oído mucho", I Paso a paso, implacablemente, se va
pero el Suda no quiere que responda a partir
de su conocimiento adquirido, que 'después arrinconando al discípulo hasta llevarlo a un
,dc tocio es de segunda mano, sino a partir ele
sí mismo, de su percepción y saber personal.
I I callejón sin salida. Todas sus respuestas son
rechazadas, su mente se encuentra descon-
Quiere que hable con su propia voz, no 'con I certada, sus recursos intelectuales se han
agotado y casi derrumbado, Sólo puede salir
una voz prestada, Esta clase de espontanei-
I 1
·l I
dad e,;, desde luego, muy rara, Normalmen- , del atolladero si despierta a la realidad de su
,te, cuando se nos pregunta sobre asuntos de verdadera mente y si habla desde ella dicicn-
interés fundamental, respondemos tras mu- do todo lo que se le ocurra, Quizás esto no
1
~ I
cho pensar y deliberar. Es decir, responde- consista en palabras realmente, sino en una
mos desde un nivel comparativamente super- risa o una sonrisa, en una reverencia cortés
ficial de nuestro ser, desde un nivel consti- o un golpe repentino. En cualquier caso
'. 1 debe ser espontáneo y debe proceder del
tuido por añadiduras externas, por opiniones
más profundo nivel de su ser.
y rumores, más que por creaciones internas.
Sólo en momentos de crisis, o cuando nos ,¡ Éste es e[ modo en que el Suda quiere que
encontramos profundamente conmovidos, Ananda responda a su pregunta, y ésta es:
Ji
hablamos firme y honestamente, por lo '(ne- "¿ Cómo llegaste a interesarte por el budis
¡
nas en cierto sentido, Es este tipo de ¡ mo?" Con otras palabras, el Suda recurre a
espontaneidad [a que el término zen mondo,
,t los fundamentos. No pierde el' tiempo pre-
guntando a Anélnda por qué regresó tarde, o
1:

~
913
I 99

i.
.n

,,
,, , .
.por qué no mantuvo los ojos fijos en el cuen- . y bien, ¿cómo llegó Ananda a interesarse
co de las limosnas mi~ntras pedía comida en I
! por el Budismo? La respuesta que esteofrc-
la (Casa de Matangi. En lugar de eso, corno I ce a la pregunta del Buda sería poco posible
un rayo en el cielo despejado, aparece la para cualquiera darla hoy en día, Llegó a
pregunta" ¿'cómo llegaste a interesarte por el j interesarse, dice, porque le impresionó la
budismo?" Debido a que el significado del su- I apar.encia física del Buda y porque estaba
tra es universal y a que no está limitado al convencido de que la aureola de luminosidad
tiempo, la pregunta no sólo se dirige a li dorada y trascendentalmente pura, que había
Ananda sino también a nosotros, es decir, I visto emanar de su persona, sólo podía origi-
no s610 al Ananda del escenario de la histo- I narse en alguien que estuviera libre de teda
ria budista, sino también al Ananda de nucs- I pasión y deseos sexuales, Fue éste el motivo
tncl propia mente, a ese aspecto de nosotros por el que admiró al Buda y fue lo que le
'mismos que, al no encontrarse integrado, influyó para que llegara a ser uno de sus
está' sujeto a los, ataques del inconsciente, verdaderos seguidores,
,También nosotros nccesitarr.os explorar, I El Buda aprobó esta declaración y a
periódicamen;c-
, la naturaleza de nuestro pro- continuación se dirigió solemnemente a toda
1,
pio compromiso, examinar nuestras razones la asamblea, "Los seres sensitivos han naci-
pena seguir el sendero hacia la lluminación. do y renacido desde tiempos inmemoriales _
¿Nos atrae el budismo por su arte, su ética o les dicc-, porque no han sido conscientes de
su metafísica? ¿Fueron los libros los que nos 1 la verdadera esencia de .la mente y de su
llevaron "a los pies" del Buda o el ejemplo I 11 luminosidad autopurificadora, Por el contra-
vivo de alguien que conocemos? ¿Vamos en 1
1
¡., rio, han sido absorbidos por pensamientos
busca de seguridad psicológica',' ¿Se ha con- engañosos y pasajeros tales como la falsedad
vertido nuestra vida budista en un asunto de ~ y la vanidad, preparando de este macla las
costumbre y rutina? Éstas son la clase de condiciones para su repetido nacimiento, Si
preguntas que deberíamos hacernos a noso- Ananda desea comprender la Suprema Hu-
tros mismos, tratando de responderlas C011. rninación más perfectamente, debe aprender
espontaneidad al igual que Ananda a responder a las preguntas con espontanci-

1{]JO 1 o1

.L---·---~-'_.._ ..'''"'---.._,,'''''').. '''"a~i~lí~_~~~~~l~


. dad, sin recurrir al pensamiento discriminato- Ananda intenta responder más satisfactoria-
rio, ya que es la confianza en la mente intui- mente: "Después de todo, la mente puede
I l'
tiva. la' que ha permitido' que los Eudas de las I estar situada fuera del cuerpo. Podría ser
diez partes del Universo se liberen del cicló 1: como una lámpara que ilumina antes el inte-
de la existencia condicionada." Habiendo ?i- I rior de la habitación para después, brillando
cho esto, .el Buda realiza otra pregunta a I a través de las puertas y ventanas, alcanzar
Ananda:, cómo Ananda percibió al BU,da en el patio de afuera.. "
Ell momento en que aquél vio y fue impresio- Tampoco esta explicación satisface al Buda.
nado por éste. El comer de una persona no aplaca el ham-
Ananda explica que' percibió al Buda con bre de todos; del mismo modo, si la mente
los ojos v con la mente. de Ananda que comprende y que percibe
El Buda ahora procede a preguntarle dónde está realmente fuera del cuerpo, entonces lo
est2,n situados éstos. Y Ananda contesta: que el cuerpo siente no puede ser percibido
"
,"Los ojos, corno los demás. sentirlos, están . por la mente. La mente y el cuerpo se
sobre la superfície del cuerpo, mientras que .I encuentran en mutua correspondencia,
la mente está escondida dentro del cuerpo." ·1 como lo demuestra el hecho de que cuando
Esto no' satisface al Buela. Entonces 'éste se- los ojos de Ananda miran la mano del Buda
ñala que Ananela se encuentra ahora sentado su mente discrimina sobre ella. Si la mente y
a la entrada del lugar de retiro. Primero ve a el cuerpo están en correspondencia mutua,
ICl gente sentada en la' entrada y luego 'otras no es posible afirmar que la mente exista
COSClS; sólo después ve la arboleda y el par- fuera del cuerpo.
que ele fuera. Del mismo modo, si la mente Ananda todavía cree que la mente debe en-
de Ananda estuviese escondida dentro de su contrarse en algún sitio. Si no puede existir
cuerpo, en el sentidode estar situada cspa- ni dentro ni fuera de! cuerpo, debe entonces
cialmcntc allí, debería ser capaz de ver sus estar situada entre los dos. Efectivamente,
propios órganos internos primero y a conti- ~ puede estar escondida dentro del órgano del
nuación los objetos externos. sentido mismo. Igual que el ojo puede estar
cubierto por una esfera de cristal, la mente

1112
¡ . j
l 103

1
1,

debe estar" cubierta" por el ojo, o contenida


dentro de éste. Al'ser parte del ojo nopuede riencia suprema del Suda, su experiencia del
I samadhi más elevado .
. ver el' interior del cuerpo, pero al estar es-
condida dentro del ojo puede percibir los ob- 1, Ahora bien, la mente no sólo no está situa-
I

jetos externos.
da en ningún lugar, sino que además tampo-
A esta explicación el Suda objeta que si, de co existe como una cosa entre las cosas. Al
no ser un objeto no puede en realidad ser
," , 'hecho, -la mente estuviera contenida dentro.
..

. del ojo corno el ojo mismo puede estar cu- vista ni percibida. Pero el cuarto verso de
nuestra estrofa, el verso del que ahora esta-
bierto por una esfera de cristal, entonces la
mente deoeria percibír el qjo antes de perci- mos tratando, habla de investigar nuestra
, propia naturaleza, es decir, nuestra propia
I
.,' bir los objetos' externos, al igual que el ojo
mente. Es evidente que aquí hay una contra-
".i I
!
vería, la esfera antes de ver las montañas y I
1. . $
dicción. ¿Cómo solucionarla? ,
.. flijll
, ríos.
i El diálogo continúa de esta manera hasta I Esto nos lleva a una de las enseñanzas más
que !\nanda y los otros miembros de la gran profundas y más importantes del budismo
mahayana, a una enseñanza de la que el
asamblea S\? dan cuenta de que la mente, al
no ser un fenómeno condicionado espacial- Zen, en su máxima expresión, es sencilla-
mente una ejemplificación práctica: "se ve la
rm:nte¡ no puede situarse en ningún ,lugar.
mente no viendo." La mente no podrá jamás
/\hc;ra no voy.a seguir el 'argumento en' deta-
ser percibida, dado que no es un objeto de
Ui', basta decir que el Suda Ueva' a Ananda
a
paso paso hasta su más alta realización'ya
percepción sino el instrumento mismo de la
percepción. Sea lo que sea lo que se perci-
." que d- ar c1aro que e 1 "5 u tra ouran-
S . il
deberia
fF1ma" es uno de los diálogos budistas más I '
.i be, no es la mente. Que la mente trate de
percibir su propia existencia es como la pun-
rnagníficos. Rivalizando incluso cap Platón I !
ta del dedo intentando tocarse a sí misma.
en el ambiente y la belleza de la escena, su 111 Sea lo que sea lo que se toque, no será la
contenido es en efecto más profundo, al
constituir l,a progresiva revelación de lé'. eXlf"
1,1 punta del dedo. La única manera en que ésta
puede "tocarse", es retirándose de todo con-
I tacto con los objetos externos y "sintiendo"

,1 '04
~I
.i .
II
105
-¡:

I
s'encillamc¡nte su propia existencia de forma I
directa. ~o mismo ocurre con, la ¡nente. I nales, el estudio de las escrituras, incluso la
Nunca podremos conocerla persiguiéndola [ meditación, son en últil'1a instancia una pér- 1,·1

con la mente misma, como si fuera un obje- dida ele tiempo. Llevar J cabo estas activida-
to externo distinto a ella. Esto es ]0 que el des es "utilizar al Burla para despertar al
Zen denomina "utilizar la mente para buscar Buda", que es como el deambular de un
la rncnre", lo cual es inútil. Si seguimos este hombre en busca de si nismo.
procedimiento podemos descubrir muchas Está ciaro que no es ácil despertar. De he-
."IT1e~ltes", pero no seremos capaces' de eles-
cubrir la mente verdacjera, es decir, el princi-
I cho, requiere gran car tidad de esfuerzo con-
seguirlo. En primer Ii ,gar tenemos que dar-
pro de percepción mismo. La mente
,verdadera sólo Du~ele encontrarse-;;~nco';;::­
I nos cuenta, por muy vagamente que sea, de
que estamos dormidos. Mientras ustedes es-
Ira nQü'-o;~in8)O¡:-CITCh¿', al~an~ªDcLº~~D9 ~~;;-;:­ tán aquí leyendo estas palabras no están des-
ClerloarlO d~9L..\LDurCL_en--k~M halL. piertos --como quizás" habían imaginado-,
Q15fÍl1(;T¿Yi~~:,~re~.t&€to· y--º-ºi?!~ I¡ sino profundamente dormidos. El Zen no es
más que una voz que grita "¡Despierta'¡ ¡Des-
L.o que hemos comentado con respecto a la
frase "observando nuestra propia mente", se picrta!", alto y claro como si resonara en el
refiere también con igual intensidad a la fra- oido; tan profundo es el sueño de ustedes
se "despertando a la Bude.dad", pues, como
ya hemos observado, son dos aspectos dile- ¡ que no la oyen sino débilmente y como si vi-
niera de muy lejos Hemos hablado del Zen
durante cinco capítulos; sin embargo, nadie
, rentes del mismo proceso "'Obse'fvi'mdo" se
corresponde con" despertando"; "mente" ¡ parece haber despertado. Quizás tampoco
con "Buda". Tan ridículo es que la mente ¡ haya yo despertado. Tal vez todo este tiem-
intente verse a si misma como que la mcnt«
trate de despertar a la Budeidad. El Zen nos
I t
¡
po sólo he estado hablando en mi sueño. No
obstante, a veces puede ocurrir que al hablar
'dice: tCI eres un Buda., Lo que tenemos. que durante su suel'ío, una persona despierta a
hacer -declara- es despertar al significacló de otra. Esperemos que, cama resultado de mi
este hecho supremo. Las prácticas clevocio- exposición sobre la esencia del Zen, algo de
esta naturaleza haya ocurrido.
I
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l
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