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Segundo

Parcial Sociología – Jaime Noceti


Desigualdades y estratificación social
En todas las sociedades existe algún tipo de desigualdad, es decir, un sistema de estratificación social que
ubica categorías enteras de personas en diferentes posiciones en la estructura social y que, como
consecuencia de esto, obtengan dinero, poder o prestigio. Toda estructura de desigualdad tiene algún tipo
de sistema simbólico que explica por qué hay una distribución asimétrica de los recursos sociales.
Macionis y Plumer se refieren a la estratificación social como la clasificación o jerarquización de los
individuos según la categoría a la que pertenecen (o se les asigna). Para Crompton, la expresión de
estratificación social es un concepto general que describe estas estructuras de desigualdad.
En las sociedades preindustriales, la estratificación social se consideró un fenómeno “natural”. Si las
desigualdades eran calificadas como una cuestión natural (órden divino) de las sociedades, no era
necesario investigarlas en términos sociales. Sin embargo, progresivamente los cambios operados por las
revoluciones industriales y la llegada de la Modernidad implicaron una crítica a los sistemas tradicionales
de creencias que habían explicado y legitimado las desigualdades materiales, se desarrolló el argumento
de que los seres humanos son iguales, no desiguales.
Crompton se cuestiona: si la igualdad es la condición natural de los seres humanos, ¿cómo se explican y
justifican las desigualdades persistentes?, ¿por qué algunos individuos dominan a otros?
La teoría política referida al “contrato social” (Hobbes) postulaba que la vida de las personas en un estado
de naturaleza era peligrosa, brutal y corta, era una continua guerra del hombre contra el hombre. La
solución que se propuso para este problema del orden era que todas las personas se sometieran al Estado,
ya que era el ente que garantizaba el control en la sociedad. John Locke, por su parte, afirmó que la
autoridad del Estado era la que mejor podría garantizar los derechos naturales a la vida, la libertad y la
propiedad.
Jean Jacques Rousseau, postuló una conocida frase: el hombre nació libre, y en todas partes se le
encuentra encadenado. Según Rousseau, la libertad absoluta es inalcanzable, pero afirmaba que la
democracia directa, expresada por medio de la voluntad general, proporcionaba la mayor protección al
individuo.
Los procesos de expansión de los mercados y las transformaciones de los procesos de producción también
implicaron la erosión de los derechos en el dominio del comercio y la manufactura. Los cambios políticos
que crearon al individuo formalmente libre también dieron paso al trabajador sin tierra que tenía el
derecho de vender lo único que poseía: su fuerza de trabajo, se transformó en una mercancía.
La importancia de las revoluciones inglesa y francesa fue central, ya que provocaron la transición al
capitalismo industrial. Esa es la nueva sociedad que estaba emergiendo con sus nuevas desigualdades y
que los primeros sociólogos intentaron explicar.
Marx consideraba el desarrollo de la historia humana como una consecuencia de los conflictos económicos
y no solamente políticos. La desigualdad era el resultado del acceso diferencial a los medios de producción
y a lo que se producía. A diferencia de los teóricos del contrato social, para Marx el Estado era inseparable
del poder económico, y el individuo soberano era tan solo una condición necesaria del modo de
producción capitalista para poder perdurar; coexistían la igualdad política (todos, normativamente, eran
considerados como iguales) con las desigualdades materiales.
Según Crompton , el desarrollo del capitalismo industrial fue el elemento principal de la transición a la
Modernidad. La idea de modernidad describe no solo el desarrollo del industrialismo, sino también los
correspondientes modos de vigilancia y regulación de la población de los Estados nacionales. Se caracteriza
también por el desarrollo de organizaciones: sistemas reflexivamente controlados que tienen la capacidad
de actuar sobre el mundo social.
Cuatro características esenciales de la estratificación social (Macionis y Plumer):
1. Es una característica de la sociedad en su conjunto, y no de algunos de sus miembros considerados
individualmente.
2. Se puede perpetúar de generación en generación. En todas las sociedades existe la probabilidad
(alta o baja, dependiendo de la sociedad y del momento histórico) de que los padres transmitan a
sus hijos la posición social que ocupan, aunque en las sociedades modernas existe movilidad social.
3. El estudio de la movilidad social de las personas es un tema con una gran tradición en la sociología,
es un cambio en la posición que el individuo ocupa en la estructura social. En este cambio, se
considera el análisis de los patrones intergeneracionales de transmisión de la posición social. En
función del cambio, la movilidad puede ser ascendente, descendente u horizontal.
4. En todas las sociedades existió siempre algún tipo de diferenciación, pero el sentido y el grado han
sido diferentes.
5. No es solo una cuestión de desigualdad, sino también de cultura social, y está relacionada con el
sistema de creencias de los individuos.
Macrosistemas de estratificación.
Esta clasificación se puede analizar en función de los tipos de sistemas sociales: cerrados (poca o nula
movilidad social), o abiertos (permite mayor movilidad social).
Clasificación
I. Esclavitud
Es una forma de diferenciación y desigualdad que se basa en el derecho de propiedad que un grupo de
individuos ejerce sobre otro grupo. Las personas devienen en cosas que pueden ser compradas o
vendidas.
Según Giddens, la esclavitud es la forma más extrema de desigualdad. Esta condición legal de posesión de
los esclavos presentó históricamente variaciones según el tipo de sociedad, algunas veces eran privados de
todos sus derechos legales y en otros casos su posición era parecida a la de un sirviente.
En EEUU, Sudamérica y las Antillas los esclavos fueron utilizados casi exclusivamente como trabajadores en
las plantaciones o como sirvientes domésticos. En Atenas algunas veces tenían posiciones de
responsabilidad, aunque se los excluía de los puestos políticos y militares; inclusive, algunos sabían leer y
escribir, trabajaban como administradores del gobierno y muchos eran artesanos.
Hubieron revueltas de esclavos, un episodio más de los conflictos que generaba el sistema esclavista –
como las fugas, los suicidios y otros hechos constantes en todo el sistema de esclavitud implementado en
América– entre la población negra. Por ejemplo, la Revolución haitiana representa el enfrentamiento
clásico entre grupos sociales por mantener el statu quo. Esta revolución inaugura un ciclo de
independencias en América Latina y el Caribe con una triple connotación:
• Problematiza la idea de libertad en relación con la surgida en el Siglo de la Luces.
• Promueve la edificación de un Estado negro anticolonial y antiesclavista, en el contexto de un
gobierno colonial francés en la región.
• Provoca el enfrentamiento contra una potencia imperial, con saldo positivo para los esclavos.
En Haití se produce la primera revolución de América Latina en plena expansión del capitalismo.
La esclavitud es la institución fundamental de la organización del sistema capitalista. Esta red de compra y
venta de seres humanos entre los tres continentes (Europa, América y África) fue un componente decisivo
de la historia contemporánea: esta explotación favoreció el crecimiento económico, de la industria textil, la
naviera y del comercio internacional.
II. Sistema de castas
Forma de estratificación social basada en características “adscriptivas” de las personas.
El sistema de castas es característico de la India y deriva del hinduismo. Allí, el lugar que ocupan las
personas en el espacio social está organizado en función del lugar en donde nacen y de su ocupación.
Ø En el escalón más bajo se encuentran los dalits (conocidos como los intocables)
Ø En el nivel más alto los brahames (conocidos como los sacerdotes).
Las desigualdades sociales se derivan de una estructura de la sociedad establecida por la divinidad. El lugar
en la jerarquía social está ligado a la pureza religiosa. Las castas inferiores contaminan a las superiores, y
por eso hay una serie de restricciones que se aplican a los individuos de las castas bajas y a sus familias. En
esta situación, el sistema de castas se superpone (no totalmente) con la estructura de la desigualdad.
Considerando los sistemas ideológicos que justifican las desigualdades, se hace referencia a dos conceptos
religiosos:
1. Kharma: las personas nacen en una determinada casta y que eso es lo que merecen de acuerdo a
las acciones que han llevado a cabo en una vida anterior.
2. Dharma: significa “existir conforme a lo que es moral”, enseña que vivir la vida presente de
acuerdo con las normas genera como resultado el posterior renacimiento en una casta superior y,
por lo tanto, una progresión última en el sistema de castas.
De esta manera, las desigualdades de las castas, como la posibilidad de cambio social en el futuro, tienen
una estrecha relación con las verdades religiosas universales y se sitúan más allá de un examen sociológico.
Es decir, se encuentran explicaciones de un orden divino que son interpretadas como parte del orden
natural de las cosas.
Este sistema social es cerrado, de modo que cuando aparece en su forma más pura, el destino social del
individuo no tiene posibilidades de ser modificado.
Hay cuatro características principales del sistema de castas:
1) Suelen ir asociadas a una ocupación específica, de modo que los hijos generalmente desempeñan el
mismo trabajo que sus padres.
2) El matrimonio con individuos de otra casta es prácticamente impensable (matrimonios
endogámicos).
3) La pertenencia a una casta determina la vida cotidiana: los individuos solo se relacionan con otros
de su propia casta. Esto está amparado bajo creencias religiosas que establecen que el contacto con
castas inferiores, por ejemplo, “contamina” a las castas superiores.
4) Y lo más importante: los sistemas de castas se apoyan en fuertes creencias culturales. Según la
cultura y las tradiciones, se entiende que es un mandato moral aceptar la posición social que a uno
le ha tocado.

III. Sociedad de clases
La clase hace referencia a estilos de vida y particulares gustos (“tener clase”) o tiene que ver con el estatus
social.
El sistema capitalista erosionó los sistemas feudales y de esclavitud y provocó su transformación en un
sistema de clases, basado en las capacidades y logros personales. Se supone que es más abierto, de modo
que los individuos, a través del sistema educativo o por otros mecanismos, pueden experimentar algún
tipo de movilidad social con relación a la posición que ocupan sus padres (no siempre ocurre).
Elementos centrales que distinguen este sistema de los otros (Giddens):
1. Las clases sociales no se establecen por disposiciones jurídicas o religiosas, y la pertenencia a ellas
no se basa en una posición heredada, que se haya determinado legalmente o por la costumbre. Lo
habitual es que los sistemas de clase sean más fluidos y que los límites entre las clases no estén
nunca claros. Además, no hay restricciones formales aplicadas al matrimonio entre personas de
distintas clases.
2. En teoría, la clase a la que pertenece un individuo es en parte adquirida, no está totalmente
determinada por el nacimiento.
3. Se basan en las diferencias económicas que existen entre los individuos y en las desigualdades en la
posesión y control de los recursos materiales.
4. Operan principalmente mediante conexiones impersonales a gran escala. Por ejemplo, una de las
bases fundamentales se halla en las desigualdades de salario y de condiciones de trabajo que
afectan a todas las personas de una categoría ocupacional específica, como resultado de las
circunstancias económicas derivadas del conjunto de la economía como totalidad.
5. Existen derechos universales que no dependen de la posición social de los individuos, por ejemplo
la igualdad ante la ley es central.
La ideología como justificación de los sistemas de estratificación
Ideología: conjunto de creencias culturales que sirven para justificar la estratificación social, entre otras
cosas. Son las creencias que refuerzan la dominación de una minoría privilegiada sobre la mayoría de la
población
La sociología intenta dar respuesta a las causas de las desigualdades; el eje de análisis fue el estudio de
quién obtiene qué y por qué.
Tres perspectivas para analizar la desigualdad en las sociedades capitalistas (Wright):
• La perspectiva centrada en el individuo: la posición económica del individuo es analizada como el
resultado del nivel de éxito personal (fenómeno puramente individual). Este “éxito” de los
individuos está determinado por factores como: educación, trasfondo familiar, motivaciones,
conexiones personales (capital social). Así, la persona que es pobre lo es porque ha tenido un déficit
en los atributos relevantes, mientras que la persona que es rica ha tenido ventajas en los mismos
atributos. En este tipo de explicación no hay relaciones sociales entre una y otra persona como
factor explicativo. Los grados de desigualdad están definidos en función de la inequidad de estos
atributos.
• El análisis de clases a partir de otras dos tradiciones: weberiana y marxista. En vez de analizar el
proceso por el cual los individuos están ordenados en posiciones, analiza las relaciones entre las
posiciones. Es decir, ambas tradiciones tienen en cuenta los patrones de desigualdad como
resultado de conexiones causales entre las posiciones. En el análisis marxista, la relación de
interdependencia es pensada también en términos de explotación, como un mecanismo causal que
genera desigualdad.
En el primer caso (perspectiva centrada en el individuo), se habla de enfoques gradacionales, como el de la
vulnerabilidad o algunos enfoques de clases sociales, y en el segundo (enfoque marxista y weberiano), de
perspectivas relacionales.
Enfoques clásicos para la estratificación social y clases sociales
El análisis propuesto por el funcionalismo
Se entiende que la desigualdad social juega un papel crucial para el correcto funcionamiento de las
sociedades. La estratificación social tiene resultados positivos para la sociedad en su conjunto. En toda
sociedad compleja o moderna existe la división del trabajo, la cual implica que hay una gran variedad de
ocupaciones diferentes que requieren habilidades y niveles de preparación distintos. Hay una división
social del trabajo que es una “necesidad funcional” para el correcto funcionamiento de la sociedad. (Davis
y Moore).
La estratificación se define como un sistema de desigualdades o de diferencias de prestigio y de
estimación entre los miembros de un sistema social. Esas diferencias en el prestigio de los diversos
individuos son relativas a las distintas posiciones que estos ocupan en la estructura social (Laurin-Frenette).
Toda sociedad debe asegurarse de que las tareas y funciones necesarias para su supervivencia y su buen
funcionamiento sean adecuadamente cubiertas. Las funciones sociales deben ser ejercidas por los que se
encuentran en condiciones de hacerlo y que las cumplan del mejor modo posible. Esto implica que la
sociedad debe encontrar un medio eficaz para atribuir a sus miembros las diversas tareas y funciones, y
motivarlos para que las cumplan convenientemente.
La motivación se logra a través de la institucionalización de un sistema de estratificación social: el
establecimiento de un sistema de “recompensas” que sirvan como incentivos, así como de mecanismos
que aseguren la distribución de tales recompensas entre los titulares de las diversas posiciones.
Las recompensas que percibe el individuo en cada posición son de tres tipos:
1. Las que contribuyen al confort y al bienestar del individuo;
2. Las que contribuyen a su placer y a su entretenimiento;
3. Las que acrecientan el respeto y la estima que tiene de sí mismo.
Todas las recompensas son manifestaciones de estima y de prestigio porque son concedidas al individuo
por la colectividad como reconocimiento por la contribución que realiza, a través de la posición que ocupa,
a la supervivencia y al funcionamiento del sistema social.
El salario o los ingresos que corresponden a una posición social no son la fuente del estatus de esa
posición, sino que son el estatus o el prestigio de la posición los que implican unos ingresos
determinados. Así, la posición de un individuo en la jerarquía del prestigio y de la estima resulta una
manifestación social de su valor personal, pues se le recompensa según sus aptitudes para cumplir
adecuadamente una función y según la eficacia con que se desarrolla en dicho cumplimiento.
El valor personal del individuo debe coincidir con su valor para el sistema social y, de una manera general,
la jerarquía de las cualidades personales debe coincidir con la jerarquía de las funciones y con la del
prestigio social asociado a ellas. La función de la estratificación es la de asegurar dicha coincidencia;
justamente por ello, la desigualdad social institucionalizada puede ser definida como un mecanismo
establecido por las sociedades con la finalidad de garantizar que las posiciones importantes serán cubiertas
por los individuos más competentes.
Las ocupaciones que requieren una mayor calificación son las más necesarias para mantener viable una
sociedad y, por lo tanto, se necesita recompensar de alguna forma a aquellos que parecen dispuestos a
invertir tiempo y dinero en adquirir los conocimientos necesarios para ejercer esas profesiones. Si
queremos que la sociedad funcione, tenemos que ofrecer recompensas desiguales, acordes a los méritos
Esto se basa en la meritocracia: solo puede haber desigualdades en función de los esfuerzos y méritos
dispares de las personas. Así, se premia el desarrollo del talento individual, y la sociedad debe garantizar la
igualdad de oportunidades procurando que los beneficios y recompensas no se distribuyan de modo
uniforme.
Análisis de clases
Se basa en una concepción relacional de la sociedad.
Emirbayer postula que los sociólogos enfrentan un dilema central: concebir el mundo social conformado
por sustancias o por procesos, por cosas estáticas o por relaciones dinámicas.
El análisis de clases inspirado en Marx
La clase es un grupo de personas que tienen una relación común con los medios de producción. Entonces,
las clases sociales están determinadas por el proceso de producción. Esto quiere decir que las dos
grandes clases principales están fundadas en las relaciones de los individuos con los medios de producción:
los propietarios de los medios de producción (burgueses) y los individuos que tienen que vender su fuerza
de trabajo para subsistir (proletarios).
Al tratarse de una perspectiva relacional, se asume que existen relaciones entre las clases sociales y que
estas son de explotación.
El argumento de Marx es que en un día de trabajo de los trabajadores producen más de lo que el
empresario necesita para recuperar el salario que les paga. Ese excedente es el origen de las ganancias
que utilizan para aumentar su beneficio.
Burgueses y proletarios
La historia de la humanidad ha sido una historia de luchas de clases. Opresores y oprimidos enfrentados en
una lucha ininterrumpida, unas veces encubierta, y otras franca y directa, en una lucha que conduce
siempre a la transformación revolucionaria de la sociedad o al exterminio de ambas clases beligerantes.
La sociedad siempre estuvo dividida en estamentos, dentro de cada uno de los cuales hay a su vez una
nueva jerarquía social con grados y posiciones.
El descubrimiento de América o la circunnavegación de África abrieron nuevos horizontes e imprimieron
nuevo impulso a la ascendente burguesía. El mercado de la China y de las indias orientales, la colonización
de América, el intercambio comercial con las colonias, el incremento de los medios de cambio y de las
mercaderías en general; dieron al comercio, a la navegación, a la industria; un empuje jamás conocido,
atizando con ello el elemento revolucionario, que se escondía en el seno de la sociedad feudal ya en
descomposición.
¿Por qué no ha habido una revolución proletaria en las sociedades capitalistas?
• La fragmentación de la clase capitalista: antes las propiedades eran solo de unas pocas familias,
mientras que ahora existe el crecimiento de una mayor cantidad de propietarios y también el
crecimiento de una clase gerencial.
• Trabajadores de cuello blanco, azul y rosa: la mayor parte de las personas que constituían la clase
obrera cuando Marx escribió eran trabajadores del campo, cuyas ocupaciones eran de bajo
prestigio y solo requerían el uso de habilidades manuales. Hoy, en cambio, existen empleos de
mayor reconocimiento que requieren el desempeño de habilidades mentales.
Un trabajador de “cuello blanco” es una persona que se dedica a actividades profesionales,
gerenciales o administrativas (generalmente, en oficinas). El trabajador de “cuello azul” es una
persona de clase trabajadora que se encarga de tareas manuales, trabajos fundamentalmente
físicos. Los trabajadores de “cuello rosa” son caracterizados por la interacción con clientes,
entretenimiento, ventas u otros trabajos orientados a servicios.
• Mejora en las relaciones laborales: en la actualidad los trabajadores tienen más recursos
organizativos que los que tenían hace un siglo. Es la propia clase obrera la que tiene una capacidad
de acción que le permite provocar cambios en el sistema capitalista, de manera independiente del
Estado y los partidos políticos. Uno de los grandes cambios es el surgimiento de los sindicatos.
• Mayor protección legal: desde los tiempos de Marx ha habido una mejora en la legislación que
protege a los trabajadores.
Argumentos a favor de Marx:
o La riqueza sigue estando concentrada;
o Las ocupaciones de “cuello blanco” apenas ofrecen mejoras a los trabajadores;
o El progreso sindical requiere luchas sociales;
o El sistema legal sigue favoreciendo a la gente de altos ingresos.
Análisis de clase inspirado en Max Weber
Existen factores fundamentales fuera y dentro de la economía, como los valores, por ejemplo, que pueden
ser relevantes para explicar la desigualdad social.
Weber coincide con Marx en que la clase se basa en condiciones económicas objetivas. Sin embargo, hay
dos diferencias fundamentales: en primer lugar, postula que en su formación también son importantes
otros factores económicos. Por ejemplo, las divisiones de clase se derivan no solo del control los medios de
producción, sino también de diferencias que no son estrictamente económicas. En segundo lugar, Weber
distingue otros dos aspectos básicos de la estratificación, además de la clase: estatus y partido.
Para Weber la desigualdad social se produce por la interacción de tres dimensiones:
1. Desigualdad económica, denominada como posición de clase (esfera económica);
2. Desigualdad en relación al prestigio social (esfera social);
3. Desigualdad en relación al poder (esfera política)
Weber tiene otra visión de la estratificación: una perspectiva multidimensional de la estratificación (Marx,
por el contrario, pensaba que el poder y el prestigio social se derivaban de la posición económica).
Estatus: diferencias que existen entre dos grupos en cuanto a la reputación o prestigio que les conceden
los demás.
Desde la perspectiva de Duek e Inda, el estatus representa la distribución del poder social. De acuerdo
con esto, el poder social es el cimiento de la formación de estamentos o grupos de estatus jerarquizados,
así como el poder económico lo es de la formación de clases. Las divisiones estamentales de la sociedad no
tienen que ver con diferencias económicas, de posición en los mercados de bienes ni de trabajo, sino que
hacen referencia a diferencias sociales, es decir, de prestigio, estatus u honor.
Giddens, por su parte, señala que aunque la clase está dada de forma objetiva, la posición depende de la
evaluación subjetiva que tengan las personas sobre las diferencias sociales.
Partido: en las sociedades modernas la formación de partidos es un aspecto importante del poder y
puede influir en la estratificación, con independencia de la clase y de la posición. El partido define a un
grupo de individuos que trabajan conjuntamente porque tienen orígenes, aspiraciones o intereses
comunes.
Marx entendía que la clase social explicaba las diferencias de estatus y la organización en partidos
políticos; Weber, en cambio, argumentaba que ninguno de esos procesos podía reducirse a las divisiones
de clase. De tal modo, Weber observaba que los partidos podían estar basados en preocupaciones que
excedían las diferencias de clase, como los orígenes religiosos o los ideales nacionalistas.
Una persona que adhiere a la teoría marxista puede explicar en términos de clase los conflictos entre
católicos y protestantes en el norte de Irlanda, puesto que hay más católicos en trabajos de clase obrera
que protestantes. Un weberiano, en cambio, opinaría que tal explicación es ineficaz, porque también hay
muchos protestantes que proceden de la clase trabajadora.
¿Cuál es la relación entre la inteligencia y la desigualdad?
El racismo de la inteligencia.
No hay un racismo, sino racismos: hay tantos racismos como grupos que tienen la necesidad de justificarse
por existir como existen, constituyendo esto la función invariante de los racismos.
La meritocracia: es un gran proceso de exclusión, solo para los que tienen mérito.
Está vinculada al cambio de conceptos y nociones, ya no se habla de calidad, sino de calidad total.
Los sistemas mundiales. Latinoamérica en el mundo
Una manera de categorizar a latinoamérica es, según Sauveyél, el concepto de “tercer mundo” designaba a
los países que no pertenecían a ninguno de los bloques enfrentados en la Guerra Fría.
Otra manera de categorizar es aquella que divide a los países en aquellos “en vías de desarrollo” y los
“países desarrollados”.
El Banco Mundial utiliza una clasificación de los países según los ingresos. Esta clasificación se basa en el
ingreso nacional bruto (INB) per cápita. En base a su INB per cápita, cada economía se clasifica como de
ingreso bajo, ingreso mediano (que se subdivide en mediano bajo y mediano alto) o ingreso alto.
¿Qué es el Ingreso Nacional Bruto y el Producto Interno Bruto de un país?
El producto interno bruto es la variable más conocida y utilizada para analizar el desempeño de las
economías. Sin embargo, no es la que mejor refleja la cantidad de recursos con que cuentan los
residentes de un país para gastar o destinar a ahorro. Esto es así porque no todos los recursos que se
generan internamente permanecen en el país, sino que parte de ellos se transfiere al exterior por concepto
de remuneración de los factores de producción de propiedad de residentes en el resto del mundo, tales
como los pagos de intereses por las deudas contraídas y las remesas de utilidades de las empresas
extranjeras radicadas en el país. De igual modo, los residentes de un país determinado reciben recursos
por concepto de remuneración de los factores radicados en el resto del mundo.
Por este motivo, y desde la perspectiva de las cuentas nacionales, cobra relevancia la diferenciación de los
conceptos de ingreso interno e ingreso nacional. Medido a precios corrientes, el ingreso interno bruto de
un país es igual al producto interno bruto y corresponde a la sumatoria de los ingresos generados en la
actividad productiva de los sectores residentes. Al sumar a este ingreso interno bruto los pagos netos de
factores mencionados en el párrafo anterior, se obtiene el ingreso nacional bruto.
Teorías de modernización
En la década del cincuenta se produce un cambio en la orientación de la socióloga latinoamericana que da
origen a lo que se denominó la socióloga “científica”. La socióloga científica fue un movimiento de
renovación contra una situación que en ese momento era percibida como negativa para el desarrollo de
la ciencia social en la región. La crítica apuntaba al supuesto atraso teórico y metodológico en el que se
encontraba la socióloga a comienzos de la década de 1940, y a la escasa investigación empírica.
El blanco de las críticas de esta corriente fue lo que se consideraba que era “precientífico”, “premoderno”
y “presociológico”. Esta primera etapa en la sociología latinoamericana, caracterizada como de los
pensadores, tenía al ensayo como principal medio de comunicación. Los llamados pensadores eran los
intelectuales de América Latina que centraron su preocupación en lo social y lo político, y cuyo rasgo
central era interpretar la realidad social para luego transformarla.
Los aportes de la sociología científica inician una renovación de la disciplina, sus concepciones,
metodología y de la forma de concebir la relación entre realidad y transformación.
Gino Germani (uno de los iniciadores de la sociología científica) señaló que, por un lado, la sociología
latinoamericana era un apoyo porque era una tradición de “realismo social” en la región, un esfuerzo por
comprender la realidad latinoamericana; pero, por otro, era un obstáculo porque creó una sociología
académica estéril y anquilosada, que no otorgaba valor a la investigación empírica.
Solari indica que uno de los postulados centrales de la teoría de la modernización es que en la actualidad
la sociedad se encuentra “en transición”, y el proceso de desarrollo económico supone un estado inicial y
un estado final. Por lo tanto, se entiende que culmina con el paso de una sociedad “tradicional” a una
“desarrollada”. El estado final se corresponde con el de las sociedades actualmente desarrolladas.
La teoría de la modernización concibe al desarrollo como la adopción de pautas de comportamiento,
actitudes y valores identificados con la racionalidad económica moderna, caracterizada por la búsqueda
y obtención de la máxima productividad y ganancia. También identifica los posibles obstáculos que
pueden surgir en la plena implantación de la modernidad y define los instrumentos de intervención
capaces de resolver y alcanzar los resultados deseados en el sentido de aproximar a cada sociedad y nación
ese modelo teórico de sociedad.
Fuentes postula que el supuesto fundamental de la teoría de la modernización es la existencia de tipos
ideales (en el sentido weberiano) en extremos de un proceso evolutivo: la transición de la sociedad
tradicional hacia la sociedad moderna.
Se presupone que las sociedades avanzan desde un extremo de un continuo hacia otro extremo. Las
sociedades latinoamericanas se encuentran subdesarrolladas porque tienen características tradicionales
que les impiden ser plenamente modernas.
El rasgo fundamental del tipo de sociedad industrial moderna es el que se considera en el concepto de
secularización, el cual designa un proceso compuesto por tres tipos de cambios continuos:
1. Pasaje de la acción prescriptiva a la electiva: cambios de la estructura normativa predominante, en
términos de que los individuos se ven cada vez menos constreñidos a actuar según las formas
estrictamente preestablecidas, por lo que se multiplican las situaciones en que pueden optar
lícitamente entre diversas alternativas.
2. Paso de la institucionalización de lo tradicional a la institucionalización del cambio: se legitima la
innovación, etc.
3. Especialización creciente de las instituciones y surgimiento de sistemas valorativos específicos y
relativamente autónomos para cada espera institucional.
Así, si en la sociedad tradicional la familia era la institución en el seno de la cual ocurrían todos los sucesos
de la vida de sus miembros, en la sociedad moderna las unidades económico-ocupacionales en las que
discurre la vida laboral de sus miembros se distinguen de la familia y se constituyen entre hombres no
ligados por lazos de parentesco, cuya educación se realiza en el marco de las escuelas, etc., en donde las
actividades económicas, educacionales y demás se tornan relativamente autónomas.
La sociedad industrial moderna se caracteriza por la vigencia creciente de opciones, la constante división
y especialización del trabajo, la aceptación y valoración creciente del cambio y la transformación.
La ideas de Whalt Rostow sintetizan los postulados de la teoría de la modernización
1. La situación inicial es la sociedad tradicional. La característica de esta sociedad es la de una
estructura con funciones de producción limitadas y con un desarrollo científico también
rudimentario. Esto no significa que la sociedad tradicional fuese totalmente estática. Sin embargo,
la falta de ciencia y tecnóloga modernas puso límites a su modo de organización. Se caracteriza
esta sociedad tradicional en función de su base agrícola, su forma de gobierno basada en el clan y
la mentalidad fatalista.
2. La segunda etapa del proceso tiene que establecer condiciones previas para el despegue hacia el
crecimiento autosostenido. En Europa Occidental entre los siglos XVII y XVIII, cuando la sociedad
medieval se desintegra, la ciencia moderna crece y el comercio se desarrolla.
3. La tercera etapa se vuelve “normal”. El despegue implica la superación de los viejos bloques y
resistencias al crecimiento. Hay enclaves limitados de la actividad moderna que finalmente se
expanden y llegan a dominar el conjunto de la sociedad. En una década o dos, la estructura básica
de la economía se transforma de tal manera que hay una tasa constante de crecimiento que puede
ser sostenida regularmente. El impulso inicial se deriva del avance tecnológico y de la formación
del capital social fijo.
El despegue de algunos países de América Latina puede situarse en este período, porque coincide
(grosso modo) con el proceso de industrialización por sustitución de importaciones que dejó atrás a
la vieja economía primario-exportadora; aunque no la desmanteló, sino que la refuncionalizó en el
contexto de la expansión del capitalismo.
4. En la cuarta etapa, hay un periodo largo de progreso y, como consecuencia de esto, las industrias
avanzan, maduran y se estabilizan. Este es un momento de buen ajuste a los mecanismos sociales
e institucionales: con el tiempo se establecen una economía y una sociedad maduras que se basan
en la absorción de nuevas tecnologías generadas internamente. Se pasa de una situación donde
una proporción del ingreso nacional se invertía en importaciones a una inversión y la sustitución de
estas; esto permite la producción masiva de mercancías destinadas a la exportación a otros países.
5. La quinta etapa es el periodo de consumo masivo: los sectores principales se apartan de las
industrias pesadas hacia el abastecimiento de bienes de consumo duraderos y servicios en el
mercado de consumo. La sociedad ha efectuado el tan buscado cambio hacia una modernización.
El denominador común del desarrollo puede sintetizarse en dos postulados:
I. El subdesarrollo es una etapa previa y necesaria para alcanzar un capitalismo pleno. Hay un
proceso lineal de desarrollo, donde es necesario reunir condiciones de la primera etapa para poder
alcanzar la plenitud.
II. Se expresa un conjunto de parámetros formales para medir el subdesarrollo; se utilizan índices
como: alfabetización, nutrición, natalidad y mortalidad, ingreso per cápita, niveles de pobreza.
Estos expresan el nivel en el que se encuentra una sociedad en relación al continuum evolutivo.
¿Qué es un ensayo en esta discusión?
El ensayo no es un artículo científico que intenta dar pruebas concluyentes de una hipótesis para
confirmarla más allá de toda duda: pretende, ante todo, persuadir de la verdad de una idea,
desarrollándola, mostrando implicaciones y conexiones que en los mejores exponentes del género son
novedosas, reclaman una nueva manera de ver al mundo y, sobre todo, al hombre, que en definitiva es el
gran tema de todo ensayo.
En las circunstancias que enfrentaron los pensadores latinoamericanos, es decir, ante la necesidad de
levantar un pensamiento sobre sus sociedades globalmente consideradas y hacer de él una base para su
transformación, los andamiajes que proporcionaban las ciencias humanas de la época eran tan necesarios
como partos para la naturaleza y magnitud de la tarea. De ahí que el ensayo fuera la salida casi impuesta
para cumplirla cabalmente.
¿Quién fue Gino Germani?
Germani fundó en el país una línea de estudios alrededor de temas que no habían sido abordados hasta el
momento: analizar la estructura social, los procesos de modernización y secularización y la vida política de
la sociedad moderna; haciendo de su trabajo un aporte teórico y metodológico de singular riqueza.
Teoría de la dependencia
Como señala Theotonio dos Santos (uno de los fundadores), esta teoría surgió en América Latina, en los
años 60, para explicar las nuevas características del desarrollo dependiente de la región. Esta perspectiva
analítica es una crítica al marco interpretativo de los anteriores modelos explicativos, como la teoría de la
modernización, que ponía énfasis en un supuesto subdesarrollo de las sociedades latinoamericanas.
En la segunda mitad de los años 60 y los inicios de los 70, la reflexión sociológica latinoamericana estuvo
relacionada fuertemente con la problemática de la dependencia. Uno de los grandes desafíos que
enfrentó fue explicar la situación en la que se encontraba América Latina. El contexto sociopolítico
caracterizado por hechos como el Mayo Francés de 1968, el Cordobazo en 1969 y diferentes eventos
culturales de radicalización política tuvo profundos impactos en el campo de las ciencias sociales en
general y la sociología en particular.
Para Osorio, hay dos grandes procesos que marcaron la historia y el curso de las ciencias sociales
latinoamericanas en los años sesenta:
1. La Revolución Cubana: constituyó uno de los principales parámetros en las definiciones teóricas y
políticas del continente en la época. Este proceso puso en jaque gran parte de las interpretaciones
del marxismo clásico para entender la realidad latinoamericana y obligó a repensar los modelos
explicativos.
2. La creciente integración del proceso productivo de las economías de América Latina con el capital
extranjero.
3. (Agregado) en años 70 culminan los procesos de descolonización de algunos países de África y Asia.
Las ciencias sociales en la región comenzaron a reflejar una nueva realidad. En otras circunstancias, las
ciencias sociales aparecen como el resultado de un modelo de conducta racional del homo-economicus y
del individuo racionalista y utilitario, que serán expresión última de la naturaleza humana, cuando esta
quede liberada de tradiciones y mitos antihumanos. Otras veces, estas conquistas económicas, políticas y
culturales se presentarán como producto de una superioridad racial o cultural de Europa.
Para Santos es la crisis del colonialismo la que pondrá en discusión algunos de los supuestos de la
evolución histórica. Por ejemplo, la derrota nazi llevó a rechazar la idea de una supuesta excepcionalidad
europea y de la superioridad racial. La idea de que la modernidad debería ser tratada como un fenómeno
universal, como un estadio social que todos los pueblos deberían alcanzar, ya que es el desarrollo pleno de
una sociedad democrática entra en crisis.
Es en este contexto que surge un campo de producción intelectual dedicado al análisis de estos temas, con
el título general de teoría del desarrollo, donde la característica central fue la de pensar el desarrollo
como una adopción de normas de conducta, actitudes y valores identificados con la racionalidad
económica moderna, caracterizada por la búsqueda de la productividad máxima, la generación de
ganancias y la creación de inversiones que llevasen a la acumulación permanente de las riquezas por
parte de los individuos y de cada sociedad nacional.
Santos señala que la teoría del desarrollo (la que estuvo vinculada a la teoría de la modernización) buscó
localizar los obstáculos de la plena implantación de la modernidad y definir los instrumentos de
intervención capaces de facilitar el alcance de los resultados deseados, en el sentido de aproximar cada
sociedad existente a esta sociedad ideal.
Por más que estas construcciones teóricas pretendían ser construcciones neutras en término de valores,
era imposible ocultar la evidencia de que se consideraba a la sociedad moderna (la cual había nacido en
Europa y se afirmaba en EEUU) como un ideal que se pretendía alcanzar y una meta sociopolítica que se
debía conquistar.
Solari señala que este enfoque latinoamericano, conocido como teoría de la dependencia, postula:
a. una integración entre las ciencias sociales y la historia;
b. una concepción del desarrollo muy diferente;
c. la explicación de la inserción de las sociedades latinoamericanas en el sistema capitalista mundial
como elemento esencial;
d. la consideración del problema político y del papel del Estado;
e. la identificación de las situaciones estructurales básicas y de las formas en que se sucedieron en
América Latina.
El punto fundamental de la explicación es analizar la inserción de las sociedades latinoamericanas en el
sistema capitalista mundial. Es decir, no existen grados de desarrollo: lo que encontramos son pautas
históricas de explotación de unos países sobre otros y un sistema económico mundial interconectado y
desigual.
La teoría de la dependencia intentó explicar las nuevas características del desarrollo dependiente que se
habían implantado en los países latinoamericanos. Desde los años 30, los países se habían orientado en la
dirección de la industrialización, caracterizada por la sustitución de productos industriales importados de
las potencias por los producidos en industrias nacionales. De inmediato, terminado el ciclo depresivo (dos
guerras mundiales, una crisis global y la exacerbación del proteccionismo y el nacionalismo), se restablecía
a través de la hegemonía norteamericana la integración de la economía mundial.
El capital, concentrado en aquel momento en EEUU, se expandió hacia el resto del mundo en busca de
oportunidades de inversiones que se concentraron en el sector industrial. En estos años de crisis, la
economía norteamericana generalizó el fordismo como régimen de producción y circulación, y dio inicio a
la revolución científico-tecnológica en los años 40. La oportunidad de un nuevo ciclo expansivo de la
economía mundial exigía la expansión de estas características económicas a nivel planetario. Esta fue la
tarea que el capital internacional asumió teniendo como base de operación la enorme economía
norteamericana y su poderoso Estado nacional, además de un sistema de instituciones internacionales.
Implantada de manera elemental en los años 30 y 40, la industria en los países dependientes y coloniales
sirvió de base para el nuevo desarrollo industrial de posguerra y terminó articulándose con el movimiento
expansivo del capital internacional, cuyo núcleo estaba formado por las empresas multinacionales creadas
entre los años 40 al 60. Esta nueva realidad respondía a la noción de que el subdesarrollo significaba la
falta de desarrollo. Este fue el contexto para comprender dos caras de un mismo proceso; la plena
implementación del desarrollo del capitalismo y de un sistema mundial de producción producía de manera
simultánea los hechos que se estaban estudiando: desarrollo y subdesarrollo
Finalmente, Santos señala el punto central de su argumentación: si la teoría del desarrollo y del
subdesarrollo era el resultado de la superación del dominio colonial y de la aparición de burguesías locales,
deseosas de encontrar un camino que les permitiera participar en la expansión del capitalismo mundial, la
teoría de la dependencia representó un esfuerzo crítico para comprender la limitación de un desarrollo
iniciado en un período histórico en que la economía mundial ya había sido constituida bajo la hegemonía
de enormes grupos económicos y poderosas fuerzas imperialistas, aun cuando una parte de estas entraba
en crisis abriendo la oportunidad para el desarrollo del proceso de descolonización.
Antecedentes de la teoría de la dependencia:
• El surgimiento de una tradición crítica al eurocentrismo, implícito en la teoría del desarrollo. Se
deben incluir las críticas nacionalistas al imperialismo euro-norteamericano y la crítica a la
economía neoclásica de Raúl Prebisch y de la CEPAL (Comisión Económica para América Latina).
• El debate latinoamericano sobre el subdesarrollo, que tiene como primer antecedente el debate
entre el marxismo clásico y el neomarxismo.
Así, las ideas centrales de la teoría de la dependencia son:
1. El subdesarrollo está conectado de manera estrecha con la expansión de los países industrializados;
2. El desarrollo y el subdesarrollo son aspectos diferentes del mismo proceso universal;
3. El subdesarrollo no puede ser considerado como la condición primera para un proceso
evolucionista;
4. La dependencia no es solamente un fenómeno externo, sino que se manifiesta también en
diferentes formas en la estructura interna (Social, ideológica y política).
Una de las características de esta nueva teoría fue la interdisciplinariedad, inspirada en una extensa
tradición intelectual latinoamericana de pensadores que tuvieron al ensayo como principal medio de
comunicación. Estas propuestas metodológicas superaban las aplicaciones de teorías, metodologías o
propuestas científicas importadas de los países centrales, y comenzaron a abrir un campo teórico propio,
con metodología propia y una identidad específica.
Puntos de una teoría de la dependencia actual:
I. La teoría social se debe desprender de su extrema especialización y retomar la tradición de las
grandes teorías explicativas con el objetivo de reordenar el sistema de interpretación del mundo
contemporáneo.
II. Esta reinterpretación debe superar, sobre todo, la idea de que el modo de producción capitalista es
la referencia fundamental de una nueva sociedad mundial. Este fenómeno debe ser visto como un
episodio localizado, parte de un proceso histórico más global que envuelve la integración del
conjunto de las experiencias civilizadoras en una nueva civilización planetaria, pluralista y no
exclusivista, basada en la no subordinación del mundo a ninguna sociedad determinada.
III. La formación y evolución del sistema mundial capitalista debe orientar el análisis de las
experiencias nacionales, regionales y locales, buscando rescatar las dinámicas históricas específicas
como parte de un esfuerzo conjunto de la humanidad por superar la forma explotadora,
expropiatoria, concentradora y excluyente en que este sistema evolucionó.
IV. El análisis de este proceso histórico debe rescatar su forma cíclica, procurando situar los aspectos
acumulativos en el interior de sus límites, establecidos por la evolución de las fuerzas productivas, y
las relaciones sociales de producción, la justificación ideológica de estas relaciones y los límites del
conocimiento humano.
V. La evolución de la ciencia social debe ser entendida como parte de un proceso más global de la
relación del hombre con la naturaleza: la suya propia, la inmediata, la ambiental y el cosmos, solo
aparentemente ausente de la dinámica de la humanización. Ella debe ser entendida como un
momento de un proceso más amplio de desarrollo de la subjetividad humana, compuesta de
individuos y pueblos que están construyendo el futuro siempre abierto de estas relaciones.
Cambio social: Conceptos Fundamentales
El cambio social es inherente a toda sociedad. En ocasiones ocurre de manera casi imperceptible y, en
otras, como en el caso de las revoluciones, ocurre intempestivamente. Hay cambios sociales en diferentes
aspectos de una sociedad, a veces por cuestiones económico-políticas (feudal a capitalista, proceso largo),
o también a nivel éticoidentitario cuando son cambios culturales (más abrutos y significativos).
Ø Connotación positiva: evolución y adaptación de una sociedad a las necesidades particulares de
cada momento histórico. Sectores progresistas y modernistas.
Ø Connotación negativa: entiende el cambio como un abandono de ciertos valores y reglas de
conducta tradicionalmente aceptados como correctos. Sectores conservadores o reaccionarios.
El evolucionismo clásico
La analogía orgánica: encuentra dos puntos de encuentro fundamentales entre un organismo biológico y
lo que denominan organismo social. otro punto se refiere a la fisiología, es decir, al funcionamiento
interno de dicho organismo (Sztompka, 1993).
1. Anatomía: construcción interna de un organismo biológico o social. Estos se asemejan, porque se
trata de elementos agrupados en unidades más complejas y unidos o integrados por una
determinada red de relaciones (denominada “estructura”).
2. Fisiología: el funcionamiento del organismo. La similitud está en el hecho de que los elementos
orgánicos y sociales realizan acciones específicas, contribuyendo así a su preservación y
continuación.
Las transformaciones dinámicas en los organismos
Lo que caracteriza a un organismo, así como una sociedad, es la existencia de una resistencia de las
totalidades, que duran más que sus partes. Asimismo, el lapso vital de un organismo y la historia de una
sociedad están marcadas por el crecimiento, y esta es la noción crucial para entender el cambio. La noción
de crecimiento posibilita la idea sociológica de evolución.
Comte y el concepto idealista de la evolución
Ley de los tres estadios de Comte: estos se refieren a formas por medio de las cuales las personas explican
los hechos que ocurren en la realidad. La evolución está dada por la aparición de nuevas maneras a las
cuales las sociedades recurren para explicar su entorno.
1. Estadio Teológico: las personas encuentran la explicación para los hechos en poderes
sobrenaturales. En primera instancia, el poder sobrenatural es atribuido a ciertas cosas, lo cual se
denomina fetichismo; luego, a varios dioses (politeísmo); y, finalmente, a un Dios (monoteísmo).
2. Estadio metafísico: los sujetos reemplazan a los dioses por causas y esencias abstractas que operan
como principios de la realidad concebidos por la razón. Así, las cuestiones de la realidad se explican
a partir de entidades tales como la soberanía o la ley.
3. Estadio positivo: para la explicación de los hechos se invocan leyes basadas en la evidencia
empírica. Este estadio daría lugar a un desarrollo infinito. Por tanto, para Comte, la evolución es
del conocimiento y el depósito de conocimiento.
Spencer se refiere a la formación de las profesiones como forma de heterogeneidad social:
Todas las estructuras de la sociedad resultan de especializaciones de una masa relativamente
homogénea. Los rasgos del profesionalismo (o al menos una parte), arrancan de la organización político-
eclesiástica primitiva; y tan pronto como ésta se divide en política y eclesiástica esta última entraña en sí el
germen del profesionalismo y le desenvuelve eventualmente.
Spencer parte del principio de que la vida de la sociedad es interdependiente y que esa interdependencia
aumenta conforme la sociedad se complejiza; por tal razón, el primer objetivo que se debe lograr para
mantener la estabilidad de una sociedad es la preservación de la paz social. Se deben establecer las
reglamentaciones e instituciones sociales necesarias para la defensa y la regulación de la vida individual, a
través de lo cual se logrará la conservación de la vida del organismo social. Este paso permite que la
sociedad militarista llegue a ser una sociedad industrial o industrializada en donde empiecen a surgir, por
diferenciación, los grupos especializados o profesionales que busquen que los sujetos ya pacificados
tengan más y mejor tiempo de vida.
El mecanismo de la evolución está basado en tres regularidades:
1. Hay una inestabilidad inherente de las poblaciones uniformes, homogéneas.
2. Hay una tendencia a amplificar estas desigualdades, la especialización de los papeles se profundiza,
las disparidades de poder y riquezas crecen
3. Como la gente de posición parecida tiende a agruparse, la sociedad empieza a dividirse en
fracciones, clases y grupos según diferenciaciones de clase, de nación y de ocupación.
Una vez constituidos y establecidos los límites que protegen esas identidades, la segregación de la
población se fortalece y ya no es posible volver a la homogeneidad inicial.
El mecanismo de segregación de Spencer produce una serie de estadios que van desde las sociedades
simples hasta las civilizaciones:
Ø Sociedades simples: aisladas entre sí, permeadas por actividades idénticas o parecidas entre todos
los miembros.
Ø Sociedades complejas: aparece la división del trabajo entre los individuos y la división de funciones
entre diferentes segmentos de la sociedad.
Ø Sociedades doblemente complejas: territorio común, una constitución y un sistema legal.
Ø Civilizaciones: Estados nación, federaciones de Estado o grandes imperios.
Lewis Morgan y la concepción materialista de la evolución
Desde el campo de la antropología, propone una mirada de la evolución basada en la tecnología: son las
invenciones y los descubrimientos los que transforman la vida de las poblaciones. Desde esta lógica, las
necesidades (materiales) humanas funcionan como motor para el cambio, puesto que, en pos de
satisfacerlas, se desarrollan las invenciones tecnológicas que con el correr del tiempo modifican
significativamente la vida familiar de las personas, su organización, sus modelos económicos y políticos, sus
valores culturales y su cotidianeidad.
En su libro La sociedad primitiva, propone tres fases en la historia de la humanidad, distinguidas en
función de la complejidad tecnológica alcanzada:
1. Salvajismo: se subdivide en bajo, medio y alto salvajismo. Esta fase implica un uso precario de
ciertas tecnologías: desde la simple recolección, el descubrimiento del fuego y la pesca, hasta la
invención del arco y la flecha.
2. Barbarie: se subdivide en baja, media y alta barbarie. El desarrollo tecnologíco se complejiza a
partir de la producción de cerámica, desarrollo de técnicas agrícolas y de herramientas de hierro.
3. Civilización: se produce la invención del alfabeto fonético y de la escritura.
Esta explicación monocausal se volvió muy influyente y reapareció luego en la escuela marxista, donde
Engels utilizó las ideas de Morgan acerca del origen de la familia, de la propiedad privada y el Estado.
Emile Durkheim y el concepto sociologista de evolución
Buscó las razones de la evolución social en la división del trabajo. Él afirmaba que la diferenciación de
tareas y de funciones provocaba, a la larga, la evolución de las sociedades, lo que lo habilitaba a hablar de
un tránsito de la sociedad tradicional a la sociedad moderna:
Ø Tradicional: solidaridad mecánica, con vínculos fuertes, alto grado de control social y colectivismo.
Ø Moderna: solidaridad orgánica, de individuos autónomos, con actividades claramente
diferenciadas, en el marco de la división del trabajo, complementarios y ayuda mutua.
El motor que genera la división del trabajo, según Durkheim
Propone el concepto de densidad dinámica para explicar la forma en que se genera esta evolución. La cual
está en relación directa con dos variables: la densidad poblacional y el nivel de interacción existente entre
los miembros de una sociedad. Si estas dos variables se articulan, la densidad dinámica posibilita la
constitución de un nuevo tipo de solidaridad.
Ferdinard Tönnies y la evolución sin progreso
El pasaje de un tipo de sociedad a otra se ha explicado también bajo los términos de comunidad y
sociedad, desde una perspectiva con pretensiones científicas.
• Comunidad: se caracteriza por presentar relaciones sociales fuertes a partir de los lazos de
parentesco. La institución típica es la familia. El individuo es un sujeto apegado a ciertas tradiciones
y costumbres y regido por leyes familiares relacionadas a la religión, que opera como forma de
control social. La institución que centraliza la actividad es la aldea, y la riqueza se basa en la tierra y
su producción.
• Sociedad: muy distinta a la comunidad, lo cual para Tönnies significa una forma de evolución
nociva, negativa, que va contra las necesidades humanas. Observa críticamente cómo las relaciones
aquí se gestan a partir del intercambio económico, cómo la familia pierde importancia frente a
instituciones tales como el Estado y la economía, y el sujeto es un ciudadano que obedece leyes de
contratos y cuya institución central es la ciudad que se despliega. En este tipo de sociedad, el
control social se da, además de al amparo de la ley, a partir de la opinión pública, y no sobre la base
de ciertas tradiciones, costumbres o creencias religiosas.
La comunidad debe ser entendida a modo de organismo vivo, y la sociedad como artefacto mecánico.”.
Lester Ward y la evolución de la evolución
El mecanismo mediante el cual las sociedades evolucionan también evoluciona. Si en el principio del
mundo la evolución se daba de manera natural, en sociedades avanzadas se da a partir de la planeación de
las acciones en la búsqueda de ciertos fines. De esta manera, la evolución se gesta con anticipación y
adoptando la perspectiva de construir el futuro.
Comprendida de esta manera, la evolución se vuelve más humanizada, puesto que involucra una suma de
voluntades que la planifican y accionan en pos de una idea de futuro.
Resumen de los autores sobre la evolución:
Ø Comte: concepción idealista. La evolución como evolución del conocimiento.
Ø Spencer: concepción naturalista. La evolución como diferenciación y heterogeneidad.
Ø Morgan: concepción materalista. La evolución como evolución tecnológica.
Ø Durkheim: concepción sociologista. La evolución a partir de la división del trabajo.
Ø Tönnies: concepción crítica. La evolución no es sinónimo de progreso.
Ø Ward: evolución del conocimiento, a partir de diferentes mecanismos de acuerdo con la época.
Modernización y materialismo histórico
Filosofía y praxis
Marx toma de Hegel el concepto de la negación en la historia: Dialéctica. Lo asocia con el proletariado,
porque este va a hacer una revolución para destruir a la burguesía, donde luego se establece una sociedad
sin clases, denominada como “sociedad genérica” (sin explotación del hombre por el hombre).
Entonces el concepto de negatividad estará ligado a la praxis política, social y sindical del proletariado.
De esa negación se va a pasar a una nueva instancia (el 3er momento de la dialéctica hegeliana, de
conciliación) que Marx llamará Socialismo/Comunismo.
De la dialéctica del amo y el esclavo, toma la parte del concepto del “esclavo trabajador” = “proletariado
trabajador”. El proletariado industrial luego es el que a través de su praxis revolucionará la historia.
Materialismo histórico: concepción que Marx tiene de la historia, como una materia (elemento con el que
trabaja el proletariado). Estudiaba lo concreto de la historia: relaciones de producción, clases sociales,
conflictos sociales, relaciones políticas, conflictos políticos. El materialismo histórico es ese pensamiento
que se ocupa de encontrar en la materia histórica, la materia del pensamiento.
De la revolución industrial de la burguesía surge el nuevo sujeto: el proletariado industrial.
Teorías viejas y nuevas de la modernización
Las teorías de la modernización surgen en la etapa posterior a la Segunda Guerra Mundial, momento en el
cual el mundo queda dividido en tres: el primer mundo, integrado por países capitalistas; el segundo
mundo, socialistas y en proceso de industrialización; y el tercero, conformado por las sociedades
poscoloniales y preindustriales.
Sztompka considera que las teorías de la modernización (contraste entre el primer y tercer mundo) y la de
la convergencia (constraste entre el primer y segundo mundo), pueden entenderse como formas de
“reencarnación” de la orientación evolucionista, ya que sus aportes teóricos están orientados a analizar e
interpretar el avance de las sociedades menos desarrolladas hacia sociedades más desarrolladas.
Cambios sociales desde esta teoría: concepto de cambio desde los presupuestos de la teoría de la
modernización:
1. Los cambios sociales son unilineales e irreversibles
Unilineales: hay un único camino a seguir para alcanzar el estado de desarrollo considerado como
deseable, y ese camino es el que han seguido los países industrializados.
Desde este enfoque, el desarrollo se entiende como un cambio inevitable, irreversible, mediante el cual las
sociedades se mueven hacia la modernidad, la cual se evidencia en las características de las sociedades
democráticas, industrializadas y capitalistas de occidente.
2. Los cambios sociales son graduales y deseables
Los cambios no ocurren de manera abrupta (como ser la revolución); Sino que los cambios ocurren de
manera gradual, incremental y pacífica. Por ello, estos pensadores proponían ciertos estadios
insoslayables por los cuales las sociedades debían pasar para alcanzar su desarrollo. El cambio se daría,
entonces, en una secuencia regular de estadios y a partir de un movimiento endógeno.
El cambio se explica en términos de causación inmanente (la causa que motiva el cambio está dentro de la
sociedad misma), de diferenciación estructural y de gradación adaptativa.
Así, el proceso de modernización daría lugar a una mejora universal de la vida social, por lo cual el
cambio hacia la modernización era considerado como necesario, además de irreversible, endógeno, y
beneficioso. Sin embargo, más adelante en el tiempo, empezaron a ver el proceso de modernización ya
no como irreversible e inevitable, o como un proceso evolutivo autosostenido, sino como una forma de
emulación de los países subdesarrollados en relación con los desarrollados, emulación que debía
estimularse mediante los andamiajes necesarios.
El motor de cambio para las teorías de la modernización
Según las primeras teorías de corte evolucionista, se entiende que un cambio hacia el desarrollo es
inherente a la sociedad y se da de manera inevitable si no es obstaculizado. Desde una postura
darwinista, este cambio puede darse de manera muy lenta, y se asume la existencia de sociedades más
adaptadas que otras; por lo tanto, el desarrollo debería ser movilizado desde arriba, a partir de una toma
de conciencia por parte de las sociedades más avanzadas acerca de las limitaciones de las
subdesarrolladas. Pero también podría movilizarse el cambio a partir de un efecto demostrativo,
facilitando el hecho de que las sociedades menos desarrolladas experimenten los beneficios del desarrollo
mediante, por ejemplo, el turismo, los filmes, etc. En este caso, las sociedades desarrolladas
desencadenarían el potencial modernizador de la sociedad.
Finalmente, la tecnología resulta un motor de movimiento hacia la modernización. A partir de los
descubrimientos e innovaciones, se modifica la forma de organización social, de vida política, de patrones
culturales y de vida cotidiana. Por esto, la adopción global de tecnologías semejantes implica la
homogeneización cultural de las sociedades. El argumento central de esta propuesta radica en que la
ascendencia de tecnologías modernas tarde o temprano provoca la similitud e incluso la uniformidad de
las distintas sociedades, y elimina las diferencias locales.
La crítica de la idea de modernización
Empíricamente: se la ha criticado por ser contraria a la evidencia histórica. Basta con observar la realidad
de los países denominados desarrollados para comprobar que el cambio hacia el desarrollo inevitable del
cual hablaban los teóricos de la teoría de la modernización no ocurrió; la pobreza es cada vez más
implacable, la brecha de desigualdad es mayor y los rasgos culturales completamente lejanos a la idea
de modernización (como el fundamentalismo religioso, por ejemplo) no dejan de emerger.
Los intentos de movilizar la modernización, de visibilizados en acciones financieras y en intervenciones de
todo tipo parecen ser completamente improductivos. Más aún, las sociedades que alcanzan cierto grado
de modernización presentan también problemas que lejos están de constituirse en ese “mundo mejor”
que esperaban los representantes de esta teoría. Acarrea el debilitamiento de las instituciones
tradicionales y efectos secundarios tales como la desorganización social, la anomia y la delincuencia.
Teóricamente: los presupuestos evolucionistas fueron considerados inaceptables, así como la visión
unilineal que explicaba el desarrollo solo a partir de causas endógenas. Los críticos de esta teoría
consideraron inviable una teoría que no pudiera incluir variables exógenas tales como la guerra, la
dominación colonial o las relaciones internacionales para explicar el cambio de las sociedades.
La postura crítica complejiza la mirada sobre el cambio y hace comprensible, entre otras cuestiones, que
en sociedades tradicionales pueden observarse rasgos beneficiosos, que la modernización acarrea efectos
secundarios que poco tienen que ver con la mejora de la condición humana, que los recorridos hacia la
modernización difieren ampliamente de sociedad en sociedad y que la concepción occidentalista de los
fines de la modernización (que toma como países de referencia a los Estados nación europeos) es
profundamente etnocéntrica.
Los diez puntos que caracterizan a las nuevas teorías de la modernización
Sztompka advierte la necesidad de repensar el concepto de modernidad y las teorías de la modernización.
1. En cuanto al motor de cambio: ya no se considera que el motor de cambio esté constituido por las
élites que intentan movilizar a las masas en pos de la modernización; por el contrario, se entiende
que son los movimientos sociales espontáneos los que agencias las transformaciones.
2. En cuanto a los factores motivantes: se entiende que la población no es resistente a la
modernización, sino que está expectante de los benificios adquiridos por esta.
3. En cuanto a las fuerzas exógenas: se reconoce el papel de factores exógenos, como el equilibrio
geopolítico y la disponibilidad de apoyo financiero, entre otros.
4. En cuanto al modelo occidental: no es necesariamente mejor ni es exportable a otras sociedades.
5. En cuanto al tiempo: el proceso de modernización no es uniforme, sino que adopta diversas formas
y tiempos dependiendo del área o campo de la vida social.
6. En cuanto a los beneficios que ofrece: se adopta una postura menos optimista, poniendo especial
atención a los retrocesos y rupturas de la modernización.
7. En cuanto a los valores: se descartala exclusividad de la preocupación por el crecimiento
económico y se presta más atención a los valores humanos.
8. En cuanto a los prejuicios antitradicionalistas: se descartan y se entiende que las tradiciones
autóctonas pueden esconder importantes temas en favor de la modernización.
9. En cuanto a las sociedades postocomunistas: se plantea el debate acerca de cómo incluir (o
descartar) grandes industrias de propiedad estatal heredadas, caractezicadas como premodernas y
con escaso desarrollo tecnológico.
10. En cuanto a la idea de “modernidad triunfante”: se plantea la dificultad de seguir abogando por el
desarrollo en pos de la modernidad en el marco de una aguda conciencia acerca de los efectos
colaterales de esta.
El cambio desde el materialismo histórico
Los rasgos evolucionistas de las propuestas de Marx se observan en los siguientes postulados:
Ø Creía firmemente en el progreso y compartía el optimismo de los evolucionistas
Ø Entendía que el mecanismo de cambio era inherente a las sociedades (generados desde adentro).
Ø Como los evolucionistas, explicaba los cambios históricos a partir de estadios.
Sin embargo, la propuesta de Marx complejiza significativamente el fundamento desde el cual emerge. El
aporte realizado para comprender la lógica de funcionamiento de las sociedades y su dinámica de cambio
es original y profuso. Sztompka propone comprender la teoría de Marx a partir de la metáfora de los
escalones: la propuesta no se reduce a enfocarse en un aspecto particular de la sociedad, sino que ofrece
una mirada compleja y multidimensional de aspectos generales y particulares de las sociedades analizadas.
¿Por qué materialismo?
Materialismo hace referencia a una oposición al idealismo hegeliano, del cual Marx parte para explicar su
concepción del mundo.
Hegel ofrece una postura filosófica en la cual la pregunta central radica en torno a cómo se genera el saber
absoluto, y la respuesta que brinda reside en la dialéctica del espíritu. Mostrar el origen del saber absoluto
lleva a Hegel a desarrollar su Fenomenología del Espíritu (Geist). En este texto teoriza acerca de los
diferentes estadios que atraviesa el saber hasta convertirse en saber absoluto. Lo particular de la
propuesta de Hegel es que la forma de pasar de un estadio a otro no es lineal, sino dialéctica.
Dialéctica: es la unión y la superación de los contrarios. El pensamiento aristotélico, la lógica tradicional, se
asienta sobre el principio de la no contradicción; es decir, resulta imposible afirmar y negar una cosa al
mismo tiempo. Por ejemplo: “estoy contento y no estoy contento”. Por el contrario, la lógica dialéctica no
solo permite esta contradicción, sino que la resuelve a partir de la síntesis, de la cual se obtiene un
conocimiento nuevo. De esta manera, hay una afirmación, la oposición a esta afirmación y la nueva
afirmación que resuelve y supera la contradicción. En términos dialécticos, hablamos de una tesis, su
antítesis y la síntesis final.
Por ejemplo: si observamos una obra de arte
Ø “es bella” (lo cual constituiría la tesis).
Ø “no es bella” es la negación exigida por el pensamiento dialéctico, porque su belleza solo se registra
en función de ciertos parámetros que pueden ser solo nuestros (esto constituiría la antítesis)
Ø “es bella y no es bella” es bella para nosotros, pero no para todo el mundo (síntesis).
Marx reescribe la dialéctica en términos materiales referenciando al mundo de manera objetiva, tal como
existe, incluyendo la naturaleza, la sociedad y los individuos. Según él, la historia es la secuencia de
cambios de la sociedad humana, no ya la trayectoria del espíritu (Geist). Marx toma la dialéctica del reino
de la filosofía y la aplica al mundo de las relaciones sociales que existen en el mundo material.
Como pensador dialéctico, adoptará una perspectiva relacional del mundo social, es decir que nunca se
centrará en una sola unidad. Se interesará por la relación de los fenómenos sociales del mundo observado
y los fenómenos sociales pasados y futuros. Contemplará en su análisis tanto a los actores involucrados
como las estructuras, y afirmará que las influencias sociales nunca se dan en una sola dirección.
¿Cuál es el motor de cambio? En una postura teórica
1. Dada la forma dialéctica de entender el mundo, el origen del cambio estaría en la contradicción. En
el mundo material, esta contradicción podría observarse en el conflicto de intereses que se da
entre una clase y otra. Así, en los distintos momentos históricos se registran conflictos entre clases
que dan lugar al quiebre del sistema tal como está y a la constitución de uno nuevo.
2. Se podría decir que resultaría natural que el conflicto se exacerbe al punto de romper con el
sistema y dar lugar a otro sistema. Así como Hegel manifestaba que el espiral de contradicciones
entre conocimientos permitiría afirmar un saber supremo, Marx (materialista) afirmaba que la
lucha de clases y el conflicto entre estas resuelto una y otra vez en un nuevo modo de producción
darían lugar, mediante la revolución, al comunismo (sistema sin clases y sin conflicto).
La metáfora de los escalones
Sztompka realiza un análisis de la teoría de Marx e indica que esta debe comprenderse como una mirada
de la sociedad desde distintos niveles. Cada escalón representa un nivel, y atravesar los escalones en una u
otra dirección implica comprender a la sociedad desde lo individual hacia lo colectivo, y a la inversa; desde
lo empírico hacia lo abstracto, y a la inversa. Allí radica la complejidad de la propuesta de Marx.
Por ejemplo, la afirmación general acerca de la inevitable autodestrucción del capitalismo es dotada de
cuerpo empírico mediante el mecanismo de la pauperización relativa y de la movilización de la clase
trabajadora, que ocasionalmente puede estallar en revolución anticapitalista, pero, a cambio, las razones
por las que surgen las clases y por las que luchan con otras clases sólo pueden encontrarse en el nivel
inferior, en la teoría de los individuos y sus acciones, que adscribe a los seres humanos determinadas
propensiones, «poderes» y aspiraciones, y explica por qué, al enfrentarse a la alienación y a la escasez, se
movilizan rápidamente en favor de la acción revolucionaria. Si invertimos el orden de abajo arriba, de
nuevo veremos tres escalones: los esfuerzos emancipatorios de los individuos alienados los acercan a
aquellos con parecidos intereses económicos y dan como resultado la emergencia de las clases. La
evolución de las luchas entre clases culmina en la revolución.
Si bien Marx afirmaba que la opresión misma daría lugar inevitablemente a la revolución, consideraba que
el trabajo político era indispensable para que la mencionada conciencia de clase fuera posible.
La revolución
Sztompka permite analizar la revolución desde distintos niveles (más general hacia lo más particular):
• Histórico-mundial: las revoluciones significan transformaciones de toda la formación
socioeconómica.
• Socioestructural: las revoluciones implican el reemplazo de la clase dirigente por la clase
contendiente.
• Acción individual: la revolución se refiere a las acciones masivas, colectivas, en las que los intereses
(primordialmente económicos) de algunas personas prevalecen sobre los de otras. En definitiva,
también el mecanismo de cambio es material y no ideológico.
Si bien los cambios sociales implican modificaciones tanto en las relaciones materiales como en las
relaciones ideológicas, Marx afirma que, para que exista un cambio revolucionario, deben producirse
modificaciones en la estructura material de la sociedad. Así, el conflicto llega a su límite cuando el
desarrollo de las fuerzas productivas entra en contradicción con las relaciones de producción.
La concepción de futuro
El futuro para Marx implicaba la emergencia del comunismo, el que sería posible a partir de la abolición de
la propiedad privada y la disolución del Estado. Esto implicaba, a nivel socioestructural, el establecimiento
de una sociedad sin clases, y a nivel individual la completa desalienación de los miembros de la sociedad,
esto es, el logro de la libertad completa: la libertad negativa de todas las constricciones estructurales, y la
libertad positiva para modelar la organización social y sus instituciones de acuerdo con la propia voluntad.
Nuevas perspectiva en sociología
Crítica a los fundamentos eurocéntricos de las ciencias sociales y la sociología
Las ciencias sociales tuvieron rasgos eurocéntricos desde el momento de su constitución. Además, no
solo existen en la construcción de la sociología como ciencia, sino que esto tiene implicancias actuales.
En el Manifiesto del Partido Comunista, Marx y Engels dicen que la burguesía es un actor social clave y que
cambia la historia, es decir, que cambia las relaciones sociales. Diversos factores contribuyeron al ascenso
de la burguesía; por ejemplo: el surgimiento de un mercado mundial que permitía comercializar los
productos y el desarrollo de una gran industria como consecuencia de la Revolución Industrial. Sumado a
esto, el “descubrimiento” de América y el intercambio con sus colonias por parte de las naciones europeas
hicieron posible la ruptura de la antigua organización feudal: la creación de nuevos mercados no pudo ser
satisfecha con los productos nacionales y se tuvo que recurrir a la introducción de mercancías provenientes
de diversos lugares en el mundo. Estos nuevos mercados impulsaron el desarrollo de la ciencia, la
innovación tecnológica, la navegación a vapor, el ferrocarril, el telégrafo eléctrico y la maquinaria
industrial. Es decir, se produjo una relación recíproca: el mercado mundial impulsó el surgimiento de la
gran industria y esta, a su vez, amplió los límites del mercado mundial.
La clase social en ascenso (una de las centrales), la burguesía, cumplió un rol decisivo en la consolidación
del capitalismo.
El problema de la teoría de Marx y Engels es que las sociedades no capitalistas fueron analizadas desde
la perspectiva de las sociedades modernas europeas. Es por esta razón que cuando Marx afirmó que la
burguesía cumplió un rol central en la constitución del capitalismo, parecía referirse exclusivamente a la
burguesía europea, que, gracias al control del comercio internacional, logró establecer núcleos de
producción capitalista con sus colonias de ultramar.
El capitalismo, para Marx, es un sistema que se expande desde Europa hacia el resto del mundo, y el
colonialismo es tan solo un “efecto” marginal que ocurre en la construcción de un mercado mundial.
¿Qué es el eurocentrismo?
Según Samir Amin el eurocentrismo es un “culturalismo”; esto quiere decir que se supone que no hay
variaciones culturales que posibiliten diferentes trayectos históricos a los diferentes pueblos, y que estos
son irreductibles entre sí. Pero, además, dado que el eurocentrismo no se interesa por descubrir leyes
generales de la evolución humana, es “antiuniversalista”; es decir, se presenta como un “universalismo”,
en el sentido de que propone que todos los pueblos imiten un modelo occidental como la única forma de
solución a los problemas de nuestro tiempo.

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