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Unidad Didáctica 2

El Medievo Hispano

Del pueblo Visigodo a la Reconquista Cristiana

TEMA 1

LA PENÍNSULA IBÉRICA TRAS LA CAÍDA DEL IMPERIO ROMANO


Portada: Corona votiva de Recesvinto del Tesoro de Guarrazar. Orfebrería visigoda. Museo Arqueológico de Madrid.
LA PENÍNSULA IBÉRICA TRAS LA CAÍDA DEL IMPERIO ROMANO.

En este tema vamos a tratar las razones por las cuales el imperio romano se acaba hundiendo.
Veremos que una de estas razones fue la fuerte presión de los pueblos germanos sobre la
frontera del imperio. Uno de estos pueblos, los visigodos, establecieron un primer reino con
capital en Toulouse, que ya incluía casi toda la península ibérica. Veremos como este pueblo se
organiza y establece un reino estable con capital en Toledo. Trataremos de analizar las causas
por las cuales el pueblo visigodo acaba por ser sometido por una invasión árabe en la batalla de
Guadalete.

Es un tema muy interesante, ya que con la caída del imperio romano y la llegada a la península
de los visigodos se estable los primeros rasgos y la primera idea de reino en la península ibérica.
Con el reino visigodo de Toledo surge la idea de un territorio organizado y estructurado como
entidad nacional. Hay una unificación territorial, jurídica y sobre todo una unidad religiosa en
torno al cristianismo, nexo de unión entre los visigodos y también elemento diferenciador frente a
los musulmanes.

Poco a poco se va conformando la idea de reino en la península y es una idea que a través de
las invasiones germanas que se extenderán por toda Europa, hace que se vayan estableciendo
las entidades nacionales que perderán e identifican a los países europeos actuales.

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1. CONTEXTO HISTÓRICO.

1.1 La caída del Imperio Romano.

1.2 Las invasiones germanas

1.3 Del reino visigodo de Tolosa al reino visigodo de Toledo.

1.4 El reino visigodo de Toledo.

1.5 El final del Reino Visigodo.

2. EL EJÉRCITO VISIGODO.

2.1 La organización del ejército visigodo.

2.2 Tácticas y armamento.

3. LA BATALLA DE GUADALETE

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1. CONTEXTO HISTÓRICO.

1.1 La caída del Imperio Romano.

Cuando hablamos de la caída del Imperio Romano nos referimos solo a la caída del Imperio
Romano de Occidente, ya que el Imperio Romano de Oriente, como Imperio Bizantino, se
mantuvo hasta el siglo XV. El Imperio Romano en todo su esplendor se convirtió en una
institución muy complicada de gestionar, para asegurar el control y hacer más eficiente su
administración, el emperador Diocleciano, a finales del siglo III, instituyó el régimen de gobierno
conocido como tetrarquía. La tetrarquia consistía en la división del Imperio en dos partes,
gobernadas por dos emperadores Augustos y dos Césares, los tetrarcas. Tras la abdicación de
Diocleciano el sistema en la parte oriental perdió su vigencia y se abrió un período de guerras
civiles que no concluyó hasta el año 312, cuando Constantino I El Grande1 unificó ambas partes
del Imperio. Constantino trasladó la capital de Roma a la ciudad de Bizancio en el año 330
llamándola «Nueva Roma», aunque será conocida como Constantinopla ('La Ciudad de
Constantino'). La nueva administración tuvo su centro en esta ciudad, que gozaba de una
envidiable situación estratégica ya que estaba situada en el nudo de las más importantes rutas
comerciales del Mediterráneo oriental. Constantino fue también el primer emperador en adoptar
el cristianismo, religión que fue incrementando su influencia a lo largo del siglo IV y terminó por
ser proclamada por el emperador hispano Teodosio I a finales de dicha centuria, religión oficial
del Imperio. A la muerte del emperador Teodosio I, en el año 395, el Imperio se dividió
definitivamente y nunca volvería a recuperar la unidad primitiva, siendo a partir de este momento
la parte oriental la parte mejor gestionada, en contra partida de la parte occidental, que entró en
una profunda crisis.

El Imperio Romano alcanzó su mayor extensión al comienzo del siglo II dC. A pesar de que en
esta época alcanzó su máximo esplendor, existían algunos problemas graves que se fueron
ahondando a partir del siglo III dC. Entre estos problemas podemos destacar:

- Enemigos externos. Aparecen pueblos que amenazan las fronteras romanas,


especialmente los persas en la zona de Mesopotamia y los germanos en el Rin.
- Excesivo poder del ejército. El peligro inminente de los pueblos germanos en la frontera
noreste obligó a Roma a mantener en armas un ejército de medio millón de legionarios

1La batalla del Puente Milvio fue el enfrentamiento que tuvo lugar el 28 de octubre del 312 entre los ejércitos de los
emperadores Constantino I y Majencio, dando la victoria a Constantino.

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quienes comenzaron a usar la fuerza para nombrar a los emperadores que les
prometían favorecerlos. Esto provocó una gran inestabilidad política.
- Gran crisis social. Esta crisis se manifestó principalmente en las provincias más
atrasadas del Imperio, cuyos habitantes le exigieron al gobierno la totalidad de los
derechos políticos y sociales.
- Ruptura del equilibrio económico. El sector de Oriente del Imperio se enriqueció más que
el sector Occidental, lo cual provocó problemas dentro del Imperio.
- Gran crisis económica. Se elevaron los impuestos y contribuciones. Se ensayó la
planificación central y rigurosa de la producción, pero esto sólo provocó el
estancamiento generalizado. Aparecen la inflación y el desempleo, el
desabastecimiento, el mercado negro y la especulación.
- Gran concentración urbana y éxodo rural. Los habitantes del Imperio dejan las zonas
rurales y se dirigen hacia las ciudades, que no pueden absorber la masa social y se ven
desbordadas.

1.2 Las invasiones germanas.

A causa del aumento demográfico y de los problemas climáticos, desde el siglo II los germanos
habían comenzado a atravesar la frontera del Imperio Romano y a ingresar en grupos reducidos
atraídos por territorios más fértiles. Algunos germanos se convirtieron en colonos, otros
realizaron el foedus2 con Roma. Pero la situación cambió a fines del siglo IV cuando se produjo
un significativo aumento de la presencia de germanos dentro de las fronteras del Imperio. La
mayoría de ellos en un principio se instalaron en áreas rurales y, aprovechando el debilitamiento
del poder imperial, continuaron teniendo sus propias leyes y sus propios gobernantes. Los
germanos mantuvieron sus costumbres, no hablaban latín y tampoco profesaban el cristianismo,
eran paganos o arrianos3. En un principio Roma no fue consciente de las posibles
consecuencias de la presencia germana dentro del Imperio, ya que los pueblos no estaban
unidos entre sí y las rivalidades entre ellos eran hábilmente explotadas por los romanos, el
gobierno romano creyó que podría controlar fácilmente a estos pueblos barbaros4. Sin embargo,

2 Ingresaban en el ejército romano en calidad de federados o aliados para defender la frontera, a cambio los federados recibían
tierras y ganado.
3 El arrianismo es el conjunto de doctrinas cristianas expuestas por Arrio (256-336), un presbítero de Alejandría (Egipto). Pagano

(del latín paganus, que significa «habitante del campo», «rústico») es un concepto para designar a quienes adoraban a los dioses
y, por ende, rechazaban o desconocían la creencia en un Dios único.
4 Bárbaro es un exónimo peyorativo que procede del griego "el que balbucea". Los antiguos griegos y romanos empleaban el

término para referirse a personas extranjeras, que no hablaban griego o latín y cuya lengua extranjera sonaba a sus oídos como
un balbuceo incompresible.

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a causa de su creciente debilidad y de los problemas internos, el Imperio no reaccionó a tiempo
cuando se produjeron nuevas y más violentas invasiones.

No todos estos pueblos que invadieron el imperio estaba asentados en la frontera germana,
también hubo pueblos de origen turco-mongol como los hunos o procedentes de oriente como
sármatas y alanos. Para la historia europea y con ellos para la península ibérica, los de mayor
relevancia fueron los de origen germano, entre los que podemos destacar a godos (visigodos y
ostrogodos), suevos, vándalos, hérulos, anglos, sajones, jutos, francos, burgundios, longobardos
y algunos otros. Mientras el Imperio de Occidente se hundía de forma definitiva, los sucesores
de Teodosio fueron capaces de conjurar las sucesivas invasiones de los pueblos bárbaros que
amenazaron el Imperio de Oriente. De esta manera los visigodos fueron desviados hacia
Occidente por el emperador Arcadio (395-408). Su sucesor, Teodosio II (408-450), reforzó las
murallas de Constantinopla haciendo de ella una ciudad inexpugnable (de hecho, no sería
conquistada por tropas extranjeras hasta 1204)5, y logró evitar la invasión de los hunos mediante
el pago de tributos dirigiéndose hacia Roma guiados por su jefe Atila. Por su parte, Zenón (474-
491) evitó la invasión del rey ostrogodo Teodorico el Grande, quien también se encaminó hacia
Roma. De esta manera las amenazadoras invasiones bárbaras se encaminaron a occidente y no
a oriente, dejando crecer el próspero Imperio Romano de Oriente, convirtiéndose en el futuro
Imperio Bizantino.

La parte occidental debido a su crisis institucional no pudo hacer frente a las invasiones. La crisis
se apoderó de forma definitiva de Occidente cuando los visigodos bajo el mando de Alarico I se
dirigieron hacia Italia en el año 402. En el año 410 Alarico ordenó saquear la ciudad. Tal hecho
fue visto por los propios romanos como el fin de una era y un ultraje inimaginable, pues la
antigua gran capital del viejo Imperio caía ahora saqueada por los bárbaros. Pero solo era el
comienzo de una agonía que parecía no tener fin. Con la llegada de los hunos de Atila en el 451,
los romanos conocieron la destrucción total y los saqueos sistemáticos. Para conocer un periodo
de paz y estabilidad, tendría que llegar en el año 488 de la mano de Teodorico rey de los
ostrogodos. Los ostrogodos invaden Italia y en el 493 derrotaron a Odoacro, rey de unos de los
pueblos germanos asentados en la península italiana, los hérulos. En el año 493, Teodorico
conquistó Rávena donde se establece y funda su capital consiguiendo una relativa estabilidad en
parte de la península italiana.

5 Los cruzados tomaron por asalto la ciudad en 1204 utilizando como excusa la Cuarta Cruzada y dando origen al efímero
Imperio latino que duró hasta 1261.

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1.3 Del reino visigodo de Tolosa al reino visigodo de Toledo.

En el año 411 se sucedieron varias oleadas de pueblos germánicos en la península ibérica.


Principalmente vándalos, suevos y alanos que habían sido violentamente desposeídos de sus
tierras por las invasiones hunas, llegaron a la península vía pirineos, pero ninguno de estos
pueblos consiguió establecer un reino suficientemente fuerte y permanente en la península.

Quienes sí consiguieron establecer un reino en la península, estable y fuerte, fueron los


visigodos. Este pueblo aliado de los ostrogodos de Alarico cuando invade Italia y saquea Roma
en el año 410, termina por abandonar la península italiana y se establece en el sur de la Galia
romana. En el año 418, en virtud de un pacto, se asientan en la provincia romana de Aquitania
Secunda en el sur de las Galias y logran fundar un reino con capital en Tolosa (Toulouse). Este
primer reino visigodo de Tolosa ya incluye casi la totalidad de Hispania ya que en el año 427 los
visigodos cruzan los pirineos y arrinconaron a los suevos en la Galleacia, acabaron con los
alanos y obligaron a los vándalos a trasladarse a África cruzando el estrecho.

No durará demasiado el reino visigodo de Tolosa, Los francos, otro pueblo germano que también
se había asentado en la Galia en su parte norte, vencen a los visigodos en la batalla de Vouillé6
y el pueblo visigodo abandona la Galia desplazándose definitivamente a la península ibérica en
el año 507. De esta manera, los visigodos fundan su reino en la península ibérica y establecen
su capital en Toledo7.

Los visigodos en esta época no eran totalmente independientes de sus «hermanos mayores»,
los ostrogodos. Ya hemos visto como Teodorico fundó la capital del pueblo ostrogodo en
Rávena. Teodorico ayuda a los visigodos en su lucha contra los francos, aunque no logra impedir
la pérdida del reino visigodo de Tolosa, sí consigue detenerlos en su avance y ayuda a que los
visigodos logren asentarse en la península. Teodorico confió el gobierno de Hispania a dos
funcionarios, uno ostrogodo y otro romano que tuvieron que hacer frente a la difícil recuperación
tras el desastre de Vouillé. Además eran los encargados de recaudar el impuesto en grano que
Teodorico impuso a Hispania. Al final de su «regencia» Teodorico, nombró gobernador militar de
Hispania a Teudis, un visigodo acaudalado, quien llegó a hacerse casi independiente de un
Teodorico ya anciano. Es muy posible que Teudis se apoyara en la nobleza visigoda
descontenta por varias razones, ente ellas el nombramiento de los más altos cargos del reino

6 La batalla de Vouillé fue una batalla decisiva por el control de Galia entre visigodos y francos ocurrida en la primavera de 507.
Motivó que los visigodos se asentaran en la península.
7 No se tiene constancia del momento exacto, se ubica durante el reinado de Atanagildo (555–567).

6
entre «extranjeros». Tras la muerte de Teodorico el Grande en el año 526, el trono visigodo fue
ocupado por Amalarico (526-531), quien inmediatamente firmó un tratado con el rey ostrogodo
sucesor de Teodorico, mediante el cual, el reino visigodo quedaba exento del pago del tributo
anual y recuperaba el tesoro real que estaba en manos de los ostrogodos. Este es el primer paso
hacia un reino visigodo independiente y con capital en Toledo.

1.4 El reino visigodo de Toledo.

Hay tres nombres fundamentales en la consolidación del reino visigodo de Toledo, Leovigildo,
Recaredo y Recesvinto, vamos a analizar los hechos más relevantes de sus reinados y de esta
manera hacernos una idea del como fue la consolidación, estructura, funcionamiento y caída del
reino visigodo hispano.

- El reinado de Leovigildo (572-586).

Con la llegada al trono de Leovigildo se ponen los cimientos de un reino visigodo estable,
independiente y fuerte en la península. Entre el 572 y el 578 Leovigildo llevó adelante una
ambiciosa política de restauración de la autoridad de la monarquía visigoda sobre las zonas de
Hispania que Atanagildo había perdido8.

Al mismo tiempo que restablecía el dominio territorial de la monarquía visigoda, Leovigildo se


ocupó de fortalecer el poder del rey. Para ello, por primera vez en el reino visigodo, se vistió con
ropajes que le distinguieran de sus súbditos y adoptó el ceremonial de la corte del emperador
bizantino. Puede parecer un detalle sin importancia, pero lo que Leovigildo estaba estableciendo
eran las diferencias entre el monarca y el resto de la nobleza, marcando las diferencias, ponía fin
al fácil acceso que tenían los nobles visigodos al rey 9. Con la misma finalidad mandó acuñar
monedas totalmente diferentes de las bizantinas que mostraban el busto del rey y su nombre.
Leovigildo también quiso poner fin al eterno problema de la sucesión al trono, intentando
conseguir que la monarquía visigoda fuera hereditaria. En el 573 asoció al trono a sus dos hijos
Hermenegildo y Recaredo, con la idea de que le sucedieran a su muerte. Le sucedió su segundo
hijo, Recaredo, su primer hijo Hermenegildo se rebeló contra él y fue ejecutado.

8 El reinado del Atanagildo fue muy complicado. Tuvo que hacer frente a las pretensiones invasoras de los francos (merovingios),
a las del emperador bizantino Justiniano (quería recuperar los territorios del antiguo Imperio Romano) y las revueltas internas de
los nobles visigodos.
9 Isidoro de Sevilla nos habla de que Leovigildo llevaba ropajes regios y estaba sentado en su trono.

7
Leovilgido también llevó a cabo una revisión de las leyes del reino. No fue una regulación
comparable a la de Recesvinto, pero sí realizó una revisión del Código de Eurico por el que se
regían los visigodos10, lo que dio nacimiento a un nuevo código que es conocido como el Código
de Leovigildo, ya que su título original no ha llegado hasta nosotros ni se ha conservado ninguna
copia del mismo. Su contenido lo conocemos gracias a que 304 de sus leyes fueron incluidas en
el Código de Recesvinto publicado a mediados del siglo siguiente y en el que aparecen con el
nombre de leyes antiquae. Para hacernos una idea de la situación legal en la cual se encontraba
el Reino Visigodo en esta época, basta hacer referencia a que una de las leyes del código de
Leovigildo abolió la prohibición de los matrimonios mixtos entre godos y romanos 11, algo que
será muy importante para el futuro del reino.

- El reinado de Recaredo (586-601).

En el 586 muere en Toledo Leovigildo y le sucede su hijo Recaredo. Recaredo desde el


comienzo ya mostró su intención de abrazar el catolicismo. En el año 587 reunió un sínodo
arriano en Toledo y en él se produjo un debate religioso. La población del reino se dividía entre
cristianos hispanos, arrianos y paganos. En el sínodo de Toledo se toma la decisión, sin duda
interesada, de que sería menos problemático convertirse al cristianismo, que intentar que toda la
población se convirtiera al arrianismo. En el trasfondo de todo este debate religioso estaba el
evitar el clima de inestabilidad que los cristianos estaban generando en toda Europa. No fue
nada fácil y hubo que convocar el conocido como III Concilio de Toledo12.

El III Concilio empieza el 8 de mayo del 589 y se tratan aspectos religiosos y de administración
pública. En el aspecto religioso en el Concilio los representantes de la Iglesia Católica ofrecieron
a Recaredo la firma de un documento en el que abjuraba del arrianismo. Con este documento el
reino visigodo pasa a ser católico.

Los concilios nos revelan una nueva estructura del reino, ya que a partir de ese momento se
dispuso que las reuniones o concilios regionales debieran estar presididos por un alto funcionario
o por un administrador del patrimonio fiscal, siendo elegidos por el rey. Pero los obispos se
convirtieron en vigilantes de esos administradores reales, en teoría para poder alertar al rey de

10 Los hispanorromanos y los galorromanos se regían por un código legal diferente, el Breviarium de Alarico.
11 En el Breviarium de Alarico estaban castigados con la pena de muerte y la Iglesia cristiana de Hispania también los había
condenado.
12 Los Concilios de Toledo van a ser muy importantes ya que a partir de este momento gracias a sus actas se conoce gran parte

de lo que ocurría en el reino no sólo en lo religioso, sino también en lo político, social y administrativo.

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los abusos que pudieran cometer estos administradores, incluso los obispos si lo consideraban
oportuno, podían excomulgar a los administradores reales.

Hubo concilios provinciales en Sevilla, Toledo, Narbona, Huesca y Barcelona13. Pocos años
después la Iglesia se queja de que estos concilios regionales no se celebren y consiguen ser
ellos los que nombren a los agentes fiscales que realizan la recaudación de impuestos. Se puede
denunciar ante el rey las irregularidades, pudiendo ser penados por el propio obispo cuando
fuese claro el atentando contra los pobres. La consecuencia de toda esta estructura
administrativa es muy clara, la iglesia controla la administración del estado y su poder se
extiende a todos los ámbito de la vida. Esta será la máxima a lo largo de toda la Edad Media
europea, la iglesia será la institución que acumule el poder y dicte las normas de justicia, no solo
eclesiásticas, también las que afectan a la sociedad14.

En el 601 muere Recaredo y el reino visigodo entra en un periodo de inestabilidad que puso en
grandes dificultades la continuidad del reino, hasta la llegada de Recesvinto.

- El reinado de Recesvinto (653-672).

El monarca estrechó sus relaciones con la nobleza y la Iglesia para evitar nuevas revueltas,
restituyendo confiscaciones anteriores y haciendo sustanciosas donaciones a ambos
estamentos, separando claramente los bienes personales y los que formaban parte del
patrimonio regio. La labor legislativa iniciada por su padre, Chindasvinto, tendrá continuidad
durante el reinado de Recesvinto al promulgar el "Liber Iudiciorum", cuya versión en lengua
romance es el famoso "Fuero Juzgo". Se promulgó después del año 654 y era de obligado
cumplimiento para todas las personas bajo la potestad regia. Las leyes antiguas quedaban
derogadas y se prohibía la costumbre y el libre criterio del juez, siguiendo pautas del derecho
romano.

El Fuero Juzgo consta de unas 500 leyes, divididas en doce libros y cada uno de ellos
subdividido en varios títulos. Destacan, entre otras disposiciones, los supuestos en que se
autorizaba el divorcio, el deber cívico de acudir "a la hueste"15, los diferentes tipos de contratos y
el procedimiento en los juicios. El Fuero Juzgo fue el cuerpo de leyes que rigió en la península

13 En el de Barcelona hubo un documento llamado Epistola de fisco barcelonensis en el 592. En este documento se fijan los
impuestos y quién tiene que pagarlos.
14 En la práctica, el rey gobernaba con la ayuda del Officium Palatinum, en el que intervenían dos órganos de gestión: el Aula

Regia o Consejo del Rey y los Concilios de Toledo, que colaboraron con los reyes en tareas legislativas y asuntos de gobierno.
15 una hueste era una voz militar técnica que definía la reunión transitoria de mesnadas y gente de guerra. Las mesnadas se

componían de vasallos, pudiendo ser caballeros, órdenes militares, e incluso confederaciones con extranjeros.

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Ibérica durante la dominación visigoda y supuso el establecimiento de una norma de justicia
común para visigodos e hispanorromanos donde se sometían al cumplimiento de la ley por igual.
La importancia de este cuerpo de leyes es fundamental para la historia de España ya que fue
aplicado como derecho local, en calidad de fuero municipal, en los territorios meridionales según
progresaba la reconquista castellana y aragonesa, incluso en algunos lugares tuvo preeminencia
ante el código de las 7 partidas16. El Fuero Juzgo mantuvo su vigencia hasta la aprobación del
Código Civil a finales del siglo XIX y en la actualidad algunos de sus conceptos, siguen vigente
como derecho foral civil supletorio en el País Vasco, Navarra y los territorios de la antigua
Corona de Aragón17.

1.5 El final del Reino Visigodo.

El reino visigodo tuvo problemas por la luchas de poder desde su nacimiento. La sucesión del
monarca no era hereditaria, era electiva, con lo cual hubo enfrentamientos por el poder cada vez
que fallecía el rey elegido. Algunos monarcas como Leovigildo intentaron que la sucesión al
trono se hiciese de manera hereditaria, algo que tampoco trajo la estabilidad que se pretendía.
Las luchas por el poder fueron una constante durante toda su existencia y en consecuencia,
acabarían con el reino. Las sucesiones pocas veces fueron tranquilas y las sublevaciones
estaban al orden del día, con frecuencia los reyes visigodos eran eliminados de manera
dramática.

Otro punto débil del reino visigodo era la falta de conexión entre la casta dirigente, casi en su
totalidad visigoda, y la sociedad, mayoritariamente de tradición hispano-romana. Los dos siglos
de gobierno visigodo no lograron superar del todo esa distancia y el pueblo en momentos de
convulsión sólo reacciona y se muestra fiel cuando encuentra alguien con la autoridad y el
prestigio suficiente para dirigirlo, algo que no solía suceder con los dirigentes visigodos. Quizás
la Iglesia, que al igual que la mayoría del pueblo era de origen hispano-romano, hubiera podido
ejercer esa labor de unificación, o cuando menos de afianzamiento de la identidad nacional, pero
llevaba décadas intentándolo y fracasando continuamente, prefirió centrarse en su propio
asentamiento y expansión.

En el final del reino visigodo se vuelven a repetir los problemas sucesorios. A la muerte de Witiza
entorno al 710-711comienzan los problemas sucesorios. No se tiene constancia de su muerte ni

16En 1348, el Ordenamiento de Alcalá le otorgó preeminencia legal sobre Las Partidas.
17Son un conjunto de ordenamientos jurídicos de derecho privado que se aplican en estas zonas del país, coexistiendo con el
Código Civil de España.

10
de las circunstancias de su sucesión, aunque se puede deducir que no fue pacífica18. Rodrigo,
sin entrar en las circunstancias de cómo consiguió el trono, contó con el apoyo de una
significativa parte de la aristocracia que conformaba la élite seglar y eclesiástica del reino. Pero
también se granjeó numerosos enemigos partidarios de la familia de Witiza. La llegada de
Rodrigo al trono no produjo un consenso entre la aristocracia, hubo conflictos internos, la élite
nobiliaria se dividió y como ya ocurriera, hubo una rebelión regional de territorios que no
reconocieron la autoridad de Rodrigo.

Mientras el rey visigodo Rodrigo se encontraba en el norte de la península combatiendo a los


vascones en Pamplona, le llega la noticia del cruce del estrecho de tropas árabes19. La crisis que
padecía el reino visigodo, con continuas confabulaciones y guerras fratricidas entre la nobleza
para hacerse con el trono, limitaron considerablemente el margen de maniobra de Rodrigo a la
hora de reclutar un ejército con que hacer frente a la invasión, viéndose obligado a aceptar la
interesada ayuda de los partidarios de la familia de Witiza.

La batalla de acuerdo con la historiografía clásica se sitúa en el río Guadalete en junio del 71120.
Es una de las batallas más decisivas de la historia de España, con lo cual le dedicaremos un
apartado específico. Por otra parte nos ha llegada mucha información distorsionada convertida
en leyenda sobre esta batalla, intentaremos arrojar un poco de luz sobre los hechos que
ocurrieron21. El resultado fue la completa destrucción del ejército visigodo y la muerte del propio
monarca. La muerte del rey y de la élite cortesana, tanto partidaria como adversaria de Rodrigo,
así como la conquista de la capital, paralizó el sistema político y la nobleza regional se sometió a
los invasores negociando la conservación de su estatus político y económico. La rápida caída de
la capital evitó la elección de un nuevo rey y el establecimiento de una línea de resistencia.
Pronto se puso de manifiesto que las verdaderas intenciones de los árabes eran la conquista y
no prestar ayuda a los adversarios del rey Rodrigo.

Pero para explicar la desintegración del reino visigodo hay que tener en cuenta otros aspectos,
no solo las luchas internas por el poder. El desarrollo de instituciones de carácter feudal, el
aumento de las clientelas y la aparición de una fuerte oligarquía militar de carácter familiar que
llega a enfrentarse al rey con frecuencia, son algunas de las cusas que venían lastrando el buen

18 Existen las dos teorías. Que fuese asesinado por los partidarios de Rodrigo o que muriera de muerte natural y Rodrigo diera un
golpe de estado para evitar la sucesión de algún partidario de Witiza.
19 El denominado conde don Julián tuvo una gran importancia en el cruce del estrecho de las tropas musulmanas.
20 Según algunos historiadores podría situarse en Barbate o en la propia Medina-Sidonia.
21 Baste decir que el popularmente conocido conde don Julián, ni era conde, ni se llamaba Julián.

11
funcionamiento del reino. También la alternancia de represión y amnistía en los últimos reinados
que produjo una fuerte inestabilidad social y política. Además hay un estado de desmoralización
de la sociedad que se refleja en las leyes militares de Wamba22. Las amnistías tributarias
denuncian una economía precaria para una gran parte de la población. Los problemas con los
obispados por la falta de moralidad y por el nombramiento de obispos germánicos. Estas son
algunas de las principales causas que tuvieron como consecuencia la caída del reino visigodo.
Se vuelve a poner de manifiesto que la principal razón que contribuye a destruir un estado, es
una intensa crisis interna.

A partir de este momento comienza la conquista árabe que con distintas estructuras
organizativas, se asentará en la península hasta finales del siglo XV.

2. EL EJÉRCITO VISIGODO.

2.1 La organización del ejército visigodo.

El pueblo visigodo en su origen no dejaba de ser un pueblo germánico, donde la lucha armada
era consustancial a la sociedad. Era una sociedad que había abandonado sus tierras y que se
disponía a conquistar y asentarse en algún lugar que considerase adecuado a sus intereses, con
lo cual, los enfrentamientos eran una labor de todos los componentes de esta sociedad, la guerra
estaba plenamente asumida. En un principio, como todos los pueblos de las invasiones, la fuerza
visigoda se componía de una mezcla de fuerzas profesionales organizadas por los nobles y de
una fuerza armada social. Con la consolidación del reino de Tolosa y posteriormente con el reino
de Toledo, el pueblo visigodo dejó de ser un pueblo nómada y el ejército pasó a constituirse en
una verdadera fuerza armada con una estructura y funciones definidas. El ejército real, al
servicio del rey, ya no solo tenía la función de luchar contra los enemigos exteriores, también se
constituyó en una herramienta para mantener el orden interno y velar por el cumplimiento de las
leyes.

La organización del ejército visigodo estaba dividida en dos clases de tropas. El llamado
exercitus u hostes, que era un ejército permanente que se asentaba en las plazas fortificadas y
una serie de tropas que eran levadas para una campaña específica y por un tiempo determinado.
El mando del ejército recaía sobre el rey, quien debía ejercer un liderazgo indiscutible, ya que
como hemos visto la monarquía visigoda era en un principio electiva y siempre podía tener

22 En el 673 Wamba promulga una ley estableciendo obligaciones militares para todos sus súbditos, incluyendo a los clérigos. La
ley establece que en caso de ataque al reino, debe acudir la hueste de forma inmediata, sin esperar la llamada del rey.

12
enemigos entre los propios nobles visigodos. Como mandos efectivos en los ejércitos estaban
los denominados dux provinviae, era el máximo funcionario del reino en una provincia. Este dux
tenía funciones militares y a partir de la reforma de Recesvinto, también se le otorgó funciones
judiciales. El dux era el encargado de ejercer el mando del ejército en ausencia del monarca. En
la cadena de mando al dux le seguía el comes exercitus, encargados de mandar los
contingentes militares pero de una ciudad y sus territorios. El comes era una especie de mando
municipal y ejercía labores fundamentalmente de control público. Estos eran los tres cargos
militares más importantes en la estructura del ejército visigodo y todos ellos eran electos. El rey,
dux23 y comes siempre pertenecían a la nobleza visigoda. Estos tres cargos no solo eran cargos
con finalidad militar, tanto dux y comes tenían sus funciones políticas en la administración del
reino visigodo.

Para hacer funcional el ejército, por debajo de estos cargos había todo un cuerpo de oficiales
que eran los que realmente organizaban, instruían, abastecían y preparaban el ejército. Como
hoy en día los empleos iban en función del número de tropas que se mandaban, de tal manera
que el thiufadadus mandaba una thiufa, la unidad básica del ejército visigodo, una unidad de
1000 hombres. El quingentenarius mandaba 500 hombres, el centenarius 100 hombres y así
hasta el “jefe de pelotón” el decanus que mandaba 10 hombres24.

Otro punto de controversia para los historiadores trata sobre la composición de los ejércitos.
Algunos historiadores opinan que el ejército visigodo estaba compuesto solo por hombres libres,
incluso afirman que portar armas era el hecho que otorgaba la condición de hombre libre. La
principal discusión entre los historiadores radica en saber si los esclavos y romanos
(galorromanos e hispanorromanos) formaron parte de la composición del ejército visigodo.
Seguramente el ejército visigodo estaría compuesto por hombres libres en un principio, cuando
el pueblo visigodo era un pueblo germano asentado en las fronteras del Imperio Romano. A
medida que se produce el desplazamiento hacia el sur, Italia, la Galia e Hispania, es muy posible
que la composición del ejército visigodo fuese cambiando e incorporando tanto esclavos como
romanos e incluso ya hemos visto como Wamba en el 637 incorporaría al clero.

Parece que están más claros los sistemas de movilización de tropas en el ejército visigodo.
Existía un sistema de reclutamiento por levas. El rey mandaba una orden de movilización 25 y a

23 El famoso dux hispanorromano Claudio fue una excepción en el ejército visigodo.


24 Los historiadores no se ponen de acuerdo en si esta estructura fue heredada de las legiones romanas o si sigue el sistema
decimal propio de los germanos.
25 Estas órdenes de movilización eran muy precisas, marcaban día y lugar donde debían reunirse todos los hombres de la leva.

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partir de este momento se ponía en funcionamiento la maquinara de reclutamiento. Dux, comes y
thiufadus con sus mandos, comenzaban la labor de organizar la leva. Cuando vimos las razones
por las cuales el reino visigodo entró en crisis institucional, hacíamos referencia a la
desmoralización que sufría la sociedad visigoda, que ni creía ni se veía bien administrada por el
estado. Este sistema de levas dejó de funcionar en el siglo VII, ya que la población no atendía a
la llamada de movilización. Tal fue la desorganización llegado el siglo VII en el sistema de
defensa del reino visigodo, que si una población se veía atacada, ni las poblaciones más
cercanas acudían en su ayuda. Wamba realizando una reforma en el ejército, intentó poner un
poco de orden en el sistema de reclutamiento y obligó, por medio de sus leyes, a acudir en
ayuda de una zona atacada. Debían acudir en su defensa todos aquellos que se encontraran en
un área determinada. La reforma de Wamba incluía que la ayuda debía ser prestada por nobles,
con la mitad de sus siervos pertrechados para la guerra y los clérigos. Las penas por no acudir
en ayuda establecían que los nobles perderían la mitad de sus siervos y la prohibición para
todos, incluidos nobles y clérigos, de testificar en tribunales. Para hacernos una idea de la
situación que atravesaba el reino visigodo iniciado el siglo VII, el XII Concilio de Toledo de año
681 recoge el dato de que más de la mitad de la población del reino había perdido el derecho de
testificar en los tribunales por incumplimiento de esta ley26. Es un dato muy significativo, por una
parte pone de manifiesto la capacidad administrativa del reino, capaz de dictar leyes y hacerlas
cumplir. Por otro lado nos muestra dos ideas muy relevantes. La idea de que la población
visigodo no creía en un reino visigodo, con lo cual no lo defendería ni haría lo necesario para
conseguir un estado prospero y estable. Otra de las ideas, que tendrá una gran trascendencia a
lo largo de todo el medievo, está en el hecho de que el rey obligue a los nobles a prestar la
ayuda con parte de sus siervos armados y preparados para la guerra. Sin duda la intención de
Wamba era noble, prestar ayuda, pero aquí subyace el hecho de que se permite que los nobles
comiencen a tener una fuerza armada propia, algo que con el tiempo marcará el devenir de la
política visigoda, incluso hispana, ya que algunos nobles, o las alianzas entre nobles, pondrán en
peligro la efectividad de la fuerza del monarca. Ya lo veremos en los reinos cristianos, pero en el
caso que nos ocupa, en el reino visigodo se dan unas circunstancias que agravan este problema.

Principalmente se producen tres circunstancias que terminan por lastrar y hacer insostenible la
defensa del reino visigodo. Por una parte la debilidad del monarca se hace cada vez más patente
y el rey se ve obligado a mantener una fuerza de guerreros fieles en su entorno para evitar un

26Wamba tuvo que modificar las sanciones e impuso multas económicas y azotes para el pueblo. Para los nobles impuso
pérdida de bienes y destierros.

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posible ataque de la clase nobiliaria. En esta época, siglo VII, aumentan las relaciones de
encomienda en la sociedad visigoda, con lo que numerosos hombres libres pasaron a depender
directamente de los nobles y perdieron su relación con el estado. A estas dos razones se suma
la situación ya comentada de desmoralización de la sociedad visigoda y la circunstancia de que
cada vez eran menores las amenazas exteriores, lo que supuso cierta acomodación. No es de
extrañar que Rodrigo en la batalla de Guadalete tuviera tantos problemas para poder reclutar un
ejército que pudiera enfrentarse a los árabes.

2.2 Tácticas y armamento.

En la táctica militar el ejército visigodo no fue muy innovador. Fundamentalmente disponía de


unidades de infantería y caballería, a las que sumaban ingenieros cuando era preciso con
maquinaria de sitio. No tenemos constancia de que existieran unidades específicas de infantería
o caballería, lo que hace suponer que la estructura de estas unidades de combate sería mixta.
Algunos autores opinan que los visigodos daban primacía a la infantería sobre la caballería
tomando como base el texto de Julio César27. Otros autores, basándose en las descripciones
que hace San Isidoro de Sevilla, consideran que los visigodos combatían como caballería
principalmente. Posiblemente la opción más acertada esté en el término medio. Los visigodos
daban primacía a la caballería sobre la infantería, pero era una caballería que cuando la
situación lo requería ponía pie a tierra y combatía como infantería28. Con respecto a los
ingenieros y la poliorcética hay pocas referencias, pero tenemos constancia de bombardeos con
piedras de algunas ciudades29.

El adiestramiento de las unidades era un ejercicio real. Se aprovechaban las campañas que de
manera periódica se realizaban aprovechando el buen tiempo para el adiestramiento,
primeramente contra bizantinos y cuando estos fueron expulsados de sus territorios en la
península, campañas periódicas en el norte contra vascones. Evidentemente este adiestramiento
también fue decayendo a medida que el reino se iba debilitando, pasando de una tradición militar

27 Julio cesar hace de cronista en sus campañas. Aunque fundamentalmente se refiere a las Galias, también nos habla de la
forma de combatir de los pueblos germanos.
28 Esto se desprende del estudio del armamento que portaban los caballeros y de la descripción de alguna campaña como el

enfrentamiento de Wamba y el duque Paulo.


29 Esta constatado el uso de piedras por parte visigoda en los sitios de Narbona y Nimes.

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del que la sociedad visigoda se enorgullecía y para el que se había establecido toda una liturgia
guerrera30, a las leyes de Wamba que obligaban a la defensa del reino.

El armamento visigodo, al igual que la táctica militar visigoda forma parte de un proceso evolutivo
desde su incursión en la frontera del imperio romano hasta su llegada a la península. En los
enfrentamientos con las distintas culturas, fueron tomando aquellas tácticas y tipología
armamentística que consideraron de provecho. De esta manera modificaron su armamento por el
contacto con alanos y sármatas e incluso en sus enfrentamientos contra sus enemigos los
francos. Conformaron una panoplia, descrita por san Isidoro de Sevilla, muy eficaz.

En cuanto al equipamiento defensivo destacan. El yelmo como casco de hierro de forma cónica.
la loriga una armadura de escamas o anillas de hierro que llegaba por encima de la rodilla. La
zaba, una armadura de silicio y forrada de piel de búfalo con planchetas de hierro y que llegaba
por debajo de la rodilla. La caliga otro tipo de armadura que protegía las piernas. Para la
protección del caballo utilizaban la testinia o testera de hierro batido a modo de careta que
protegía la cara del caballo. Un escudo de madera y cuero que presentaba diversas formas.

En cuanto a las armas defensivas podemos hacer referencia a la espada. Espadas había de
varias formas dependiendo de quien la portase. Había una espada de caballería más larga y
estrecha y una espada de infantería más corta y ancha. Los dos tipos de espada tenían doble
filo. También era muy variado el tipo de lanza, pero destaca la lanza que portaba la infantería
con una punta en forma de hoja. El aclide era una maza o porra de hierro muy efectiva en el
combate a corta distancia y de claro origen germánico. El seguron era un hacha que en
ocasiones podía ser arrojada, de influencia franca, puesto que era muy similar a la francisca.
También en la panoplia visigoda había una gran variedad de puñales para el enfrentamiento
cuerpo a cuerpo, pero de todos ellos destaca la sckrama, conocido como skransaxo, un cuchillo
de grandes dimensiones que portaban los hombres de infantería además de la espada. También
como puñal destaca el dolon, un puñal que se llevaba escondido dentro de un báculo de
madera31. Para combatir a la caballería enemiga disponían de una serie de armas para atacar al
jinete, entre ellas destaca una pértiga provista de un hierro en forma de media luna y el conto, un
bastón con punta muy aguzada de hierro en la parte inferior y con forma de pomo en la parte
superior. De todas las armas que componían la panoplia visigoda el arco era sin duda su arma

30 Esta liturgia está recogida en el Liber Ordinum. Nos describe en qué consistía este ritual. Es interesante porque nos habla de
cómo el rey recibía en la iglesia de San Pedro y Pablo de Toledo, un trozo de la vera cruz que portaban en la batalla.
31 El nombre del griego dolo, engaño o fraude.

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preferida. El arco se convirtió en un arma fundamental para los visigodos, contaban con
verdaderos profesionales en el tiro con arco.

No hay mucha información con respecto a la poliorcética visigoda. Como todos los pueblos
germanos, no disponían de una maquinaria de guerra para realizar sitios. Solo cuando entraron
en contacto con el ejército romano, comenzaron a disponer de material de asedio. Una vez que
los visigodos fundaron el reino de Toledo, comenzaron a fabricar maquinaria de guerra, gracias a
la intervención de los hispanorromanos, que eran maestros en este tipo de armamento 32. Los
visigodos tampoco innovaron o desarrollaron una maquinaria distinta de la fabricada por los
romanos, algo muy difícil ya que los romanos eran auténticos especialistas en la poliorcética, se
limitaron a dotarse del mismo tipo de máquinas. De esta manera dotaron a sus tropas de ariete
para los asedios contra las puertas o murallas. La balista, que lanzaba tanto piedras como
flechas con pesos de entre 50 a 100 kg y a unas distancias de hasta 500 m. Catapultas móviles
también para lanzar pesos. El escorpio que era un modelo de ballesta de menores dimensiones
y que se utilizaba para hacer tiro más preciso.

Para la protección corporal de los soldados visigodos, los que no disponían de armaduras, se
protegían con el thoromasco, de fieltro y entrelazado con lana y tafilete. Normalmente aquellos
que poseían zaba, se colocaban el thoromasco debajo de la zaba. El socko, un zapato borceguí
de piel muy dura para la protección del pie. El braccae, pantalón muy típico de los pueblos del
este de Europa y que los germanos adoptaron. Este material conformaba el equipo básico del
soldado visigodo.

No tenían un sistema de transmisiones muy desarrollado, pero las órdenes eran transmitidas por
medio de la bucina, un cuerno que se hacía sonar principalmente para indicar el ataque o la
retirada. También las tropas visigodas portaban estandarte, el baudophorus, del que existían dos
clases. Un estandarte denominado vexillum de forma rectangular y otro estandarte a modo de
pendón real con forma triangular. Estos estandartes eran depositados en la iglesia de San Pedro
y San Pablo de Toledo y formaban parte de la liturgia militar, entregados por el obispo a los
portaestandartes cuando el ejército real se disponía a entrar en batalla.

32 El no disponer de este tipo de maquinaria, les hizo perder fácilmente las ciudades de Nimes y Narbona. Los francos de
Clodoveo, sí habían desarrollado esta maquinaria por medio de los galorromanos.

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3. LA BATALLA DE GUADALETE.

Para empezar a analizar la invasión musulmana de la península, aunque pueda parecer extraño,
tendríamos que hacer referencia al Imperio Bizantino. Sobre la batalla de Guadalete se ha
escrito mucho y no siempre se ha sido muy riguroso. Tomando como referencias las fuentes
tanto mozárabes como islámicas, se pueden analizar los acontecimientos y concurrir que ambas
fuentes coinciden en algunos hechos, con lo cual pudiéramos tomarlos como ciertos o ajustados
a la realidad. La batalla de Guadalete es lo suficientemente importante para hacer el esfuerzo y
ser los más preciso posible.

En su afán por restaurar el Imperio Romano de Occidente, el emperador Justiniano, que a


principios del siglo VI detentaba un poder incontestable, llevó a cabo una serie de campañas
militares para la recuperación de los territorios que habían pertenecido al antiguo Imperio
Romano y que ahora estaban en posesión de alguno de los pueblos germanos. Justiniano
sintiéndose heredero de los emperadores romanos, no en vano él era el emperador de la parte
oriental del antiguo imperio, arrebató una zona del sureste de la península ibérica al reino
visigodo que había formado parte del desaparecido reino vándalo. Esta parte se convertiría en la
provincia de Spania del Imperio Bizantino entre los siglos VI y VII. Fue la provincia más
occidental de cuantas constituyeron el Imperio a lo largo de su historia. Fuera de los dominios de
Spania quedó la ciudad de Septem (actual Ceuta), y aunque también perteneció al reino
visigodo, los bizantinos conscientes de su importancia estratégica, la incluyeron en la provincia
bizantina de Mauretania Secunda33.

Las tropas bizantinas en Spania no eran muy numerosas, debido a las guerras que mantenía el
Imperio bizantino en otras regiones. Esta escasez de tropas hizo que los bizantinos se
fortificaran en las ciudades que habían ocupado, dejando el terreno abierto a los visigodos y
comenzando así un período de esporádicas luchas sin resultados concretos para ambos bandos.
Desde el año 565, con la muerte de Justiniano, Atanagildo y sus sucesores, sobre todo
Leovigildo, fueron acosando con sucesivas campañas el poder bizantino que se vio finalmente
relegado a las ciudades del litoral. La conquista de territorios de la provincia de Spania durará
hasta el año 624, cuando durante los reinados del visigodo Suintila y del emperador Heraclio, los
bizantinos abandonan definitivamente sus últimos asentamientos en las ciudades de la
península, pero no en el estrecho, conservando Ceuta. Que los bizantinos conservaran la cuidad
de Ceuta, será un hecho crucial en relación con la invasión musulmana de la península.
33 Era la antigua provincia romana Mauritania Tingitana.

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Los mandatarios visigodos ya tenían noticias del avance islámico que se estaba produciendo en
el norte de África. El Imperio Bizantino tampoco era ajeno a estas noticias y consciente de la
importancia de sus plazas en el mediterráneo occidental, llevaron a cabo a finales del siglo VII
una serie de expediciones con el fin de afianzar sus defensas principalmente en el norte africano.
Reino e imperio, compartiendo el denominador común del cristianismo, deciden aliarse ante un
posible ataque islámico. La alianza se basa en que el mandatario Urbano, dispuesto por el
emperador bizantino como gobernador de Tingis (Tánger), tomará como esposa a una mujer
goda y pasará a ser gobernador de Ceuta y la bahía de Algeciras. El acuerdo incluye que un
conde visigodo gobernará la ciudad de Tánger y su alfoz34. Con esta alianza entre visigodos y
bizantinos, en la persona de Urbano, se daba estabilidad a la zona y se pretendía fortalecer el
norte de África ante un posible ataque islámico. Y así fue desde finales del siglo VII a principios
del siglo VIII.

La muerte de Witiza, a finales del año 709 o principios del 710, sumió al renio visigodo de nuevo
en una crisis como ya hemos visto. La nobleza nordeste proclamó rey a Agila II y la nobleza
cordobesa hizo lo propio con Rodrigo duque de la Bética. Por si la situación no fuese
suficientemente inestable, los familiares de Witiza no renunciaron nunca a poner a uno de los
suyos en el trono visigodo. Coincide la crisis visigoda con el avance más significativo de las
tropas islámicas. Taric ibn ziyad (tariq) lugarteniente del gobernador de Ifriqiya, Muza ibn Nusayr,
ganaría Tánger para su señor, la amenaza islámica tomaba forma y distancia.

La figura de Urbano, que pasará a la historia como conde Don Julián, sin duda se vio sometida a
distintas presiones. Recibiría presiones de los nobles partidarios de Witiza, entre los que se
encontraba su tío Oppas, el prelado de Sevilla y presiones del reino visigodo sumido en el caos
sucesorio. A estas presiones hay que sumar el abandono que el Imperio Bizantino había
sometido a sus colonias en el mediterráneo occidental. La situacion con las tropas islámicas
llamando a las puertas de Ceuta, ponían a don Julián en la difícil elección de a favor de quién
tomaba partido. Ante esta situación don Julián elige sacar beneficio de las tropas islámicas. En
junio del año 710 desembarcan en la Baja Andalucía un contingente de unos 500 hombres al
mando de Tarif Abuzara y utilizando como medio de transporte para cruzar el estrecho, los
barcos proporcionados por, (el mandatario bizantino Urbano) don Julián.

Esta primera expedición no tuvo éxito alguno a pesar de intentar poner sitio a Medina Sidonia.
Aunque no obtuvieron provecho militar, será muy importante por sus consecuencias. Tras esta
34 Término de origen árabe que hacía referencia a un conjunto de pueblos que formaban una sola jurisdicción.

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primera expedición los dirigentes islámicos llegan a dos conclusiones. Por una parte las riquezas
y la debilidad de las defensas visigodas hacen viable la conquista del territorio, algo que no se
habían planteado. La otra conclusión está referida a la fiabilidad del apoyo prestado por don
Julián. Con esta experiencia, al año siguiente se prepara un contingente de tropas adecuado
para poder asentarse en el territorio una vez cruzado el estrecho.

El 28 de abril de año 711 comienza el desembarco de tropas islámicas. El grueso del ejército
estaba formado por tropas berberiscas, caballería árabe y un importante número de judíos que
desde la conversión al catolicismo visigodo habían sufrido persecución y expulsión. De este
desembarco es informado el que entonces ocupaba el ducado de la Bética, el duque Teodomiro.
Teodomiro con sus escasas tropas sale el encuentro de las tropas islámicas siendo derrotado
fácilmente35 y envía noticias de lo ocurrido al rey Rodrigo. Teodomiro espera en Sevilla la llegada
del ejército real al mando de Rodrigo. El tiempo transcurrido es un factor decisivo que juega a
favor de los árabes que continúan trasportando tropas y haciéndose fuertes, no solo en Gibraltar
(Yebel al-Tariq), también en la bahía de Algeciras y Carteya (Torre de Cartagena).

Rodrigo abandona su lucha en el norte contra Agila II y se dirige a Sevilla reclutando tropas por
todos los lugares que iba pasando. Exceptuando Córdoba no consigue demasiados apoyos, aun
así formo un ejército no muy numeroso, pero sí muy potente y profesional36. El ejército visigodo
estaría formado por un núcleo central al mando del propio Rodrigo, un flanco al mando del duque
Teodomiro y otro flanco donde estarían los partidarios de Witiza al mando del general Sisberto y
el obispo Oppas tío de don Julián. El ejército islámico contaba con el mando de Tariq y Mughit al-
Rumi37.

La batalla se da a mediados de julio del año 711 y duró varios días. Hubo unas escaramuzas
previas entre los montes que separan Algeciras y Tarifa, para llegar al combate a campo abierto
entre los cauces de los ríos Guadalete y Barbate. En un principio la caballería visigoda obtuvo
ventaja, lo que hizo cambiar de estrategia a los mandos islámicos. Las tropas islámicas
conscientes de la superioridad de la caballería visigoda, comenzaron a rehuir el combate en
bloque y atacaron en pequeños núcleos en forma de guerrilla. Esta estrategia tampoco les dio
muy buenos resultados a las tropas islámicas. Lo que realmente decidió la batalla fue el cambio

35 Teodomiro ante la magnitud del enemigo islámico no presenta gran batalla, decide reforzar las defensas de Sevilla y enviar
noticias a Toledo.
36 No son fiables los datos aportados por la historiografía tanto mozárabe como islámica, sobre el número de soldados del

ejército de Rodrigo. En cualquier caso era inferior al ejército islámico.


37 No está claro que don Julián estuviera al mando de tropas en la batalla.

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de bando de las tropas de los partidarios de Witiza, Sisberto y el obispo Oppas, que fingiendo un
avance en profundidad y cambiaron de bando38. Tariq consiguió aislar el flanco izquierdo al
mando de Teodomiro. Las tropas islámicas, reforzadas por las tropas de Sisberto, se enfrentan
al único núcleo que quedaba del ejército visigodo al mando de Rodrigo. Cundió el pánico en el
ejército visigodo y esta circunstancia fue aprovechada por las tropas islámicas para conseguir la
victoria.

La historiografía islámica ha difundido que el ejército visigodo fue aniquilado en Guadalete. Es un


hecho probado que Tariq marchó tras el ejército visigodo huido camino de Écija. Fue un
movimiento arriesgado al dejar a sus espaldas Medina Sidonia y Sevilla, pero ni una ni otra
ciudad tuvo capacidad para reorganizarse y hacer frente al ejército islámico. Prueba de que el
ejército visigodo huyó pero no quedó aniquilado, es el enfrentamiento entre islámicos y visigodos
en Écija, donde el ejército visigodo hizo frente a las fuerzas de Tariq. La victoria islámica solo se
produjo por los refuerzos que llegaron de la mano de don Julián. Entre los refuerzos que
acudieron en ayuda islámica al mando de don Julián, se encontraba parte de la nobleza visigoda
enfrentada a Rodrigo, posiblemente todavía con la esperanza de que los musulmanes
restablecieran a un rey visigodo elegidos por ellos. No solo es significativo el hecho de que se
librara una “guerra civil” entre visigodos. El asesoramiento de don Julián al mando islámico fue
más decisivo que la propia ayuda prestada en el campo de batalla. Siguiendo los consejos del
gobernador bizantino, Tariq divide su ejército en tres bloques. Uno de estos bloques se dirige a
Córdoba, el segundo bloque se dirige a Granada y Orihuela, el tercer bloque al mando de Tariq,
se dirige a toda prisa a la capital del reino, Toledo. Esta decisión es clave para consolidar la
conquista del territorio por parte islámica y sin duda solo alguien que conociese bien la estructura
de funcionamiento del reino visigodo, pudo asesorar tan acertadamente a Tariq. Dividiendo el
ejército y apoderándose de Córdoba, Granada y Toledo, Tariq cortaba toda aspiración de la
nobleza visigoda a establecer un nuevo reino visigodo. Tras los resultados obtenidos en
Guadalete, no previsibles, don Julián negociaría nuevas condiciones con Tariq. Si don Julián
tuvo alguna vez pretensiones al trono visigodo, se dio cuenta que no iban a cumplirse,
comprendió que los musulmanes pretendían la destrucción del reino visigodo y negoció nuevas
prebendas a su colaboración. Prueba de estas negociaciones es el regreso de don Julián a
África en una situación tan delicada. Posiblemente Tariq no podía negociar las pretensiones de
don Julián y el bizantino tuvo que negociarlas directamente con Muza ibn Nusayr.

38 No está clara la manera de traicionar a Rodrigo. En cualquier caso la traición debió de pactarse anteriormente con los mandos
islámicos.

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Una vez solucionado el problema de la compensación de don Julián, solo quedaba solucionar el
desencanto de la nobleza visigoda opositora a Rodrigo. Don Julián no tardó mucho en darse
cuenta de las verdaderas intenciones de los musulmanes, algo parecido ocurrió con la nobleza
visigoda. Esta vez Tariq negoció directamente las condiciones y ofreció a los nobles visigodos
como compensación a su traición, amplios bienes raíces y derechos jurisdiccionales. Con la
llegada a Toledo de las tropas musulmanas y la incapacidad de respuesta visigoda, se
completaba la primera parte de la invasión musulmana, que en un principio se inició como
expedición en busca de riqueza y control de algunas ciudades estratégicas y que había derivado
en toda una ofensiva invasora.

Muza ibn Nusayr (Muza) comandante en jefe de las tropas islámicas, a pesar del éxito, no estaba
conforme con la situación. Para Muza era importante la victoria, pero también era muy
importante que la sensación de victoria recayera en la acción islámica. Las fuerzas no islámicas
estaban ofreciendo la sensación de que la conquista no podía haberse realizado sin su ayuda.
Para evitar esta hecho, Muza desembarca en Algeciras en la primavera del año 712.
Desembarca con un número significativo de árabes y bereberes y como único objetivo dar
legitimidad islámica a la conquista del reino visigodo.

Asegurado Toledo, Muza se encargó de liquidar los focos rebeldes que Tariq había dejado tras
de si en su apresurada marcha sobre Toledo. Una vez llegó Muza a Toledo se planificó la
conquista del norte peninsular, donde todavía se mantenía, al margen de lo ocurrido el rey
visigodo Agila II. A principios del año 713 se conquista Zaragoza y se inicia el último tramo de la
conquista de la parte norte poniendo fin al efímero reinado de Agila II.

Tras la rápida ocupación por parte de los árabes de la Península Ibérica, a la que dieron el
nombre de al-Ándalus, se abre una nueva etapa en la historia de España. Una fase de ocho
siglos de guerras, paces, enfrentamientos, intercambios culturales y mestizaje entre dos culturas
y dos religiones. El reino visigodo desaparecía bajo la invasión musulmana, pero todavía, al igual
que con la invasión romana, quedarían algunos núcleos en el norte de la península que los
musulmanes no quisieron dominar, más preocupados por asentarse en el resto de la península.

Los musulmanes continuaron su expansión hacia el norte de la península atravesando los


pirineos. En el año 734 los musulmanes son frenados en Poitiers39 por Carlos Martel. Las

39 También conocida como batalla de Tours para no confundirla con la batalla de Poitiers de 1356.

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fuerzas musulmanas se retiran y se centran en el dominio península, haciendo del al-Ándalus un
emirato dependiente del califato de Damasco.

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