Sei sulla pagina 1di 2

DESPLAZAMIENTO DEL ACENTO ESCATOLÓGICO EN EL DESARROLLO HISTÓRICO DEL

PENSAMIENTO POSBIBLICO

Me parece demasiado interesante poder reflexionar sobre la escatología, en cuanto


su desarrollo histórico, ya que ha modo personal me da una enorme curiosidad saber cómo
ha sido su evolución; saber el cómo ha ido surgiendo y a la ves el cómo ha ido
enriqueciendo la propia doctrina católica, veamos:
La demora de la parusía y el proceso de «eclesización»: En la segunda
generación cristiana pasa a ocupar un primer término el interés de la comunidad por la
vida práctica. En ella aún no se ha tomado la plena conciencia del problema de la
«dilación de la parusía», pero ya se intenta superarlo de algún modo en la vida cristiana
de la Iglesia. De igual forma se mantiene viva en todo momento, el hecho de la creciente
«eclesización» (configuración de la Iglesia) lleva, no obstante, a un desplazamiento
desplazamiento que se convirtió progresivamente en un problema de fe.
La época siguiente, sin embargo, no pudo soportar esta tensión latente en la
vivencia escatológica cristiana y optó por desdoblarla en una rígida actualidad, por una
parte, y en un futuro distante por otra. Como consecuencia de todo esto se neutralizó la
tensión escatológica del tiempo apostólico; aún se encuentran, es verdad, prolijas
especulaciones sobre el más allá, pero ya se ha agotado el primitivo anhelo apasionado
por lo trascendente.
La idea del Reino de Dios: En la misma teología paulina aparecía ya el
pensamiento del reinado de Dios un tanto pospuesto; más en seguida sufrió una
modificación en la época patrística temprana: se vio implicado como consecuencia lógica
en el proceso de solución a la tensión creada por la escatología. Únicamente por la
segunda venida de Cristo se alcanzará el Reino de Dios.
San Agustín referente al Reino de Dios mencionará que la Ciudad de Dios, en
primer lugar, es la forma plena, puramente futura, de la Iglesia y la ciudad terrena
conjuntamente; en esta plenitud es otorgada a cada uno; Y, en segundo lugar, la forma
histórica visible de la Iglesia católica se identifica según él con esta Ciudad de Dios.
Contienda entre la concepción griega y la concepción cristiana del tiempo: Con
el problema de la «dilación de la parusía» se planteó también la cuestión sobre la historia
dentro de la Iglesia, es decir, sobre la relación existente entre la historia de la salvación y
la historia del mundo, lo cual hizo inevitable la confrontación polémica con el antiguo
concepto del tiempo. Orígenes presenta el primer gran intento de solución.
En San Agustín chocan ásperamente uno con otro el pensamiento ahistórico del
neoplatonismo y el concepto bíblico de la historia. Para expresar la idea bíblica, lineal,
del tiempo adopta los esquemas de división de sus contemporáneos: ante legem-sub lege-
subgratia, las siete épocas o las cuatro monarquías del mundo, y a ella une la imagen
neoplatónica de Dios con su inmutabilidad e intemporalidad.
El reino de los mil años: Un problema de especiales características presenta el
quiliasmo. Poco después, el establecimiento de la Iglesia del imperio hizo que el
quiliasmo desapareciese lenta y silenciosamente. San Agustín mismo dio una nueva
interpretación del reino milenario y lo situó en el tiempo presente como período entre la
encarnación y la parusía: el interés, pues, por la escatología y la apocalíptica desapareció
completamente.
Rigidez del concepto de Iglesia: El concepto de la civitas de San Agustín,
multiforme en sus aspectos, fue recogido por la Edad Media en una perspectiva unilateral.
La comunidad de los pueblos cristiano-occidentales constituye entonces el Reino de
Cristo, cuya existencia inconmovible parecía mantenerse firme conforme a la profecía de
Daniel sobre los cuatro reinos del mundo. Únicamente la parusía pondrá un día el punto
final.
Escatología y apocalíptica en la religiosidad del pueblo medieval: Reapareció
bajo múltiples y siempre nuevos modos la antigua dinámica de la escatología. El
Occidente cristiano estuvo en el siglo XII, dominado por una actitud de religiosidad
escatológica, universalmente extendida.
La teología de la historia: La imagen agustiniana de una historia universalista del
mundo constituye la base fundamental desde la que se intenta cimentar el sentido de la
historia en la providencia de Dios, en su plan sobre el mundo, ideado desde la eternidad
por él mismo, ante cuyos ojos se desarrollan los acontecimientos de los siglos.
En este mismo contexto, el delimitado por la dinámica de la apocalíptica medieval
y la consiguiente imagen de la Iglesia, es donde ha de ser enmarcada la posición, ya
expuesta anteriormente, de Joaquín de Fiore. Según él, en un alegorismo pletórico de
ideas ocurrentes, el Apocalipsis encuentra una explicación total de la historia del mundo;
emperadores, papas y todos los sucesos históricos del momento, afirma él, se pueden
redescubrir en el Apocalipsis.
La otra gran perspectiva escatológica de la Edad Media se presenta injertada en la
comprensión total de la cristología, considerada desde el punto de vista de la historia de
la salvación. Así la desarrolló antes que ningún otro Ruperto de Deutz Después de él, a
partir de Alberto Magno y Duns Escoto en quien siguió aún vigente esta perspectiva, pero
únicamente entrelazada con la cuestión escolástica sobre las causas de la encarnación.
La mística: Finalmente, un problema de carácter singular en orden a la escatología
es el que plantea la mística de la Edad Media. Se admite una diferenciación entre el ahora
y el más allá, o antes bien el «alumbramiento» místico de Dios vale tanto como la
anticipación de la visión de los bienaventurados? De los textos de los místicos podrían
ser deducidas las dos cosas, y de un modo superficial, hasta ser probadas.
a) Líneas del pensamiento escatológico en el cuadro de las ciencias generales del
espíritu: En la Edad Moderna continúan siendo principios básicos para la comprensión
histórica las ideas de la unidad y teleología de la historia. Con el Renacimiento, se verifica
en este campo un giro copernicano radical: no es Dios quien da sentido a la historia, ni
las ideas de su plan preexistente sobre el mundo, sino el hombre mismo; él es el principio
de unidad y de evolución de toda la historia. El racionalismo y la Ilustración bosquejan
así una imagen de la historia partiendo de la idea del progreso inmanente al mundo y de
la valoración ética de la vida en común
La escatología en el círculo interno de la Iglesia: En la época postridentina, tanto
la temática de las controversias teológicas del tiempo de la Reforma, Terminaron por
motivar la desaparición de la apocalíptica popular de la Edad Media. La Ilustración, de
su eudemonismo, humanismo y moralismo individualistas, de la idea de progreso y del
concepto redescubierto del imperio, pasó a ocupar, acusada e inesperadamente, el primer
plano. volvieron los teólogos, especialmente los de la escuela de Tubinga, a descubrir la
unidad de la historia, su dinámica y su ángulo escatológico, sentando las bases en el plano
de la historia salvífica.
Aproximadamente hacia la mitad del siglo, la teología de cuño romántico fue,
pues, reemplazada por la neoescolástica. Como única excepción en este tiempo se
presenta Mathias Josef Scheeben con su teología de la encarnación: gracia y gloria, en
cuanto participación incoada y consumada que el hombre tiene en el hecho salvífico de
la encarnación, polarizan la gran perspectiva escatológica de su obra, que él denomina
resumidamente «teología de la transfiguración.

Potrebbero piacerti anche