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LECHOS POROSOS.

RÉGIMEN LAMINAR, TURBULENTO, ECUASIONES

DE ERGUN Y CHILTON-COLBURN, FLUIDIZACIÓN.

I. INTRODUCCIÓN

La fluidización ocurre cuando pequeñas partículas sólidas son

suspendidas por una corriente de un fluido que se dirige de abajo hacia

arriba venciendo el peso de las mismas. Cuando la velocidad del fluido

debe ser lo suficientemente alta como para suspender las partículas, pero

a la vez no tan elevada como para expulsar las partículas fuera del

recipiente. Las partículas sólidas rotan en el lecho rápidamente,

creándose un excelente mezclado. El material que se fluidiza es casi

siempre un sólido y el medio que fluidiza puede ser tanto líquido como

gas. Las características y comportamiento de los lechos fluidizados

dependen fuertemente de las propiedades del sólido y del fluido.

Cuando un fluido circula por una tubería lo puede hacer en régimen laminar o en

régimen turbulento. La diferencia entre estos dos regímenes se encuentra en el

comportamiento de las partículas fluidas, que a su vez depende del balance entre

las fuerzas de inercia y las fuerzas viscosas o de rozamiento, figura 1.3.

Como se verá posteriormente, el número de Reynolds es el parámetro

que expresa la relación entre las fuerzas de inercia y las viscosas en el

interior de una corriente, por lo que el régimen hidráulico va a depender

de su valor

II. MARCO TEÓRICO


2.1.DEFINICIÓN DE LECHOS POROSOS.

Los lechos fijos de partículas sólidas, también conocidos como “lechos porosos”

tienen numerosas aplicaciones en diversas áreas de la Ingeniería, tanto en

operaciones de separación (filtración, adsorción, lixiviación) como en procesos

químicos (catálisis heterogénea). Los lechos porosos están constituidos por un

conjunto de partículas sólidas, dispuestas generalmente al azar. Para la

caracterización de la estructura de dichos lechos se deben definir una serie de

variables, utilizadas en el estudio de la circulación de los fluidos a través de estos

lechos

Superficie específica. También denominada área superficial específica, puede ser

referida a todo el lecho o a la partícula. Para el lecho (as) se define como el área de

la superficie de lecho presentada al fluido por unidad de volumen del lecho.

De modo análogo se puede definir el área superficial específica de las partículas

(aso) como la relación entre el área de su superficie y su volumen.


En el caso de una partícula esférica de diámetro dr, la superficie específica de

partícula es aS0= 6/d r .Cuando las partículas no son esféricas, se define un

diámetro equivalente de partícula (dP), como aquel diámetro que poseería una

esfera cuya relación área superficial a su volumen fuese la misma que la que

posee la partícula. Este diámetro equivalente está relacionado con dr mediante

un factor Γ, de tal forma que:

en la que Γ es el denominado factor de forma o esfericidad , cuyo valor depende

de la forma de la partícula. Para el caso de partículas esféricas este factor de

forma es la unidad; sin embargo, para partículas diferentes este valor es menor

que la unidad. En la tabla 1 se dan valores de la esfericidad para diferentes tipos

de partículas. Además, el diámetro equivalente de la partícula se relaciona con

su superficie específica según la expresión

Porosidad. El lecho de partículas no es compacto, sino que existen zonas libres

de partículas, definiéndose la porosidad del lecho o fracción de huecos (ε) como

el volumen del lecho no ocupado por el material sólido. Debido a la porosidad


del lecho, la superficie específica del lecho y de partícula no coincide, sino que

están relacionadas según la ecuación:

En la bibliografía pueden encontrarse valores de aS0 y ε para distintos tipos de

lechos de partículas. Es fácil observar que cuando la porosidad aumenta, el flujo

a través del lecho es mucho mejor, con lo que la permeabilidad aumenta. Para

poder continuar estudiando las características del lecho, se va suponer que está

compuesto por partículas dispuestas al azar, de forma que en el interior del leho

se forman unos canales por los que circulará el fluido. Se supone que la longitud

de estos canales (L’) es la


Tabla 1: Esfericidad de particular
misma para todos ellos,

poseyendo el mismo diámetro


equivalente ( De). Todas las partículas están contenidas en una columna cilíndrica

de diámetro D y cuya altura de lecho es L.

A continuación se presentan una serie de variables, que se utilizarán para relacionar

las diferentes características del lecho.

 Número de canales por m2 de sección transversal de lecho: n’

 Número total de canales del lecho: n = n’π/4 D2

 Área interfacial de 1 canal: π · De·L’

 Área interfacial del lecho: (n’π/4 D2) (πDe L’)

 Volumen del lecho: VL=π/4D2 L

 Volumen de lecho ocupado por las partículas: V L(1 –ε)

También se definen, pues, los siguientes parámetros que, entre otros, permiten un

acercamiento teórico al sistema:

 Diámetro de partícula, dp: Diámetro de la esfera que posee el mismo volumen

que la partícula:

 Porosidad, ε: Fracción de huecos de un lecho:

La pérdida de carga en los lechos porosos es difícil

de determinar teóricamente dada la diversa naturaleza, forma y tamaño de los sólidos y

de su distribución en el lecho. Sin embargo, puede establecerse una analogía entre el


flujo a través de los huecos o “canales” de un lecho y el flujo por el interior de una

conducción, en cuyo caso podrían aplicarse las ecuaciones de flujo interno para el

cálculo de la pérdida de carga por rozamiento.

Si se considera el modelo de lecho de la Figura 1, puede suponerse que el fluido circula

a su través por un sistema de canales, cuya superficie interna de contacto del fluido es

igual a la superficie externa de las partículas y cuyo volumen total es igual al volumen

de huecos del lecho.

Figura 1: Modelo de lecho de partículas sólidas.

Se puede aplicar la ecuación de flujo interno definiendo ahora las condiciones de flujo

mediante el número de Reynolds modificado para el lecho:

Siendo vo la velocidad media del fluido referida a la columna vacía (Q/A).

Para aplicar el modelo indicado será necesario transformar los parámetros de las

ecuaciones de flujo interno, que se darían en el interior de los canales (v, D), en los

parámetros utilizados en el lecho poroso (vo, dp).


Mediante un análisis geométrico del lecho de partículas puede llegarse a las

correspondencias:

Si se aplica la ecuación de Poiseuille de flujo interno para régimen laminar al modelo

descrito: Se obtendría.

Conocida como ecuación de Carman-Kozeny, y válida para régimen laminar (Rel <10).

De forma análoga, si se aplica la ecuación de Fanning de flujo interno para régimen

turbulento al modelo descrito:


Conocida como ecuación de Burke-Plummer, válida para régimen turbulento

(Rel>1.000).

A fin de disponer de una ecuación general que abarque un amplio intervalo de la

circulación del fluido, se pueden combinar linealmente las dos ecuaciones anteriores,

llegándose a la ecuación final:

Conocida como ecuación de Ergun-Orning y en la que los valores promedios para las

constantes, determinadas experimentalmente a partir de diversos tipos de sólidos y

distintos tamaños y formas de partículas, pueden tomarse como K1 = 150 y K2 = 1,75,

al igual que para las ecuaciones individuales

2.2. DEFINICIÓN DE FLUIDIZACIÓN

La fluidización es la levitación de una masa (lecho) de partículas por la acción de un

fluido que se observa cuando el lecho entra en contacto con un flujo vertical (Reyes,

2005). Se dice que el lecho se encuentra en un estado fijo cuando se tienen rangos de

flujo o velocidades bajas que ocasionan que las partículas se encuentren descansando

unas sobre otras en la parte baja de la columna. Cuando existen velocidades altas, las

partículas son elevadas a una altura considerable dentro de la columna, inclusive en

algunas ocasiones, las partículas son expulsadas. A esto se le conoce como transporte
hidráulico o neumático. Cuando se tienen valores intermedios, cada partícula queda

individualmente suspendida en el flujo, mientras que el lecho permanece inmóvil en

relación a las paredes de la columna, a esto se le llama lecho fluidizado (Romero,

2006). Como se puede apreciar, el parámetro que define si el lecho es fluidizado o fijo

es la velocidad a la cual el fluido pasa a través del lecho de partículas.

2.2.1. COMPORTAMIENTO IDEAL: RELACIÓN ENTRE CAÍDA DE

PRESIÓN-VELOCIDAD

En la gráfica de la figura 1.1 se puede apreciar el comportamiento ideal de

la relación existente entre la caída de presión y la velocidad en sistemas

fijos y fluidizados para partículas sólidas (uniformes en su forma y

tamaño).

Figura 1.1 Relación ideal entre la caída de presión – velocidad

La región AB corresponde a un lecho fijo en el cual las partículas sólidas

descansan unas encima de otras al fondo de la columna.


En el punto B la fluidización comienza: la superficie superior del lecho se vuelve

plana y horizontal, las partículas se mueven lentamente entre sí

reacomodándose. Al incrementarse la razón del flujo, la caída de presión se

estabiliza permaneciendo constante. Por otro lado la altura del lecho aumenta y a

esto se le conoce como fenómeno de expansión.

Cuando la razón de flujo disminuye empezando desde el punto C, se observa una

nueva curva CDE. Esta curva se forma como resultado de la variación de la

porosidad del lecho fluidizado que en ese momento toma un valor distintivo

representado como εmf , significando la porosidad mínima de fluidización.

Mientras que para la curva AB se exhibe un valor diferente de ε resultado de la

selección de las partículas antes de introducirlas a la columna. Las condiciones

mínimas de fluidización se definen en el punto D ya que, ahí se ubica la

transición entre el estado fijo y el fluidizado, provocando una disminución de la

razón de flujo.

Se tiene que considerar que para partículas determinadas como “grandes”,

dependiendo de la clasificación, se requieren velocidades relativamente altas por

sus elevadas terminales de caída de flujo. Aunque por otro lado, la caída de

presión es baja debido a la masa de éstas.

2.2.2. CARACTERÍSTICAS DE UN LECHO FLUIDIZADO

Anteriormente se mencionó que en un lecho fluidizado se encuentran las

partículas suspendidas mediante el flujo ascendente. Por lo mismo es necesario

considerar las variables y los procesos que intervienen en el comportamiento del

lecho fluidizado. Los procesos son: la mezcla de las partículas sólidas entre sí, la

transferencia de calor y masa, y por último el transporte de partículas.


Las variables son las siguientes: la velocidad mínima de fluidización, Umf, la

porosidad, ε, el número de Reynolds, Re, y la esfericidad, ø, de la partícula.

La uniformidad del lecho fluidizado depende del tamaño y de las propiedades de los

sólidos. Tomando en cuenta que la partícula sólida a trabajar en esta investigación es

maíz precocido, se debe considerar que cuando se precoce, se le agrega humedad. Este

factor provoca que las partículas se “peguen” dentro de la columna, haciendo una

aglomeración que impide la fluidización, para evitarlo, se presecan las partículas antes

de ponerlas en la columna.

Cuando se incrementa la velocidad del gas, la porosidad (ε) del lecho fluidizado

comienza a variar. A velocidades superiores inmediatas a la velocidad mínima de

fluidización, existe una expansión del lecho. Si se incrementa la velocidad a una

magnitud considerablemente superior a la velocidad mínima se comienzan a producir

espacios entre las partículas, que se denominan burbujas, que aumentan

proporcionalmente al incremento del flujo del fluido.

2.2.3. MECANISMO DE FLUIDIZACIÓN

Cuando un gas atraviesa un lecho de partículas sólidas en dirección vertical de abajo

hacia arriba, al aumentar la velocidad del gas se pueden verificar diferentes estados del

lecho (VerFigura 1):

• Lecho fijo (segmento OA): Cuando la velocidad del fluido es baja las partículas

permanecen inmóviles, y a medida que se aumenta la velocidad aumenta la caída de

presión del aire que circula a través del lecho. Llega un momento en que la caída de

presión es igual a la fuerza de gravedad sobre las partículas por unidad de área de

sección, y entonces las partículas comienzan a moverse (punto A).


• Región intermedia (curva ABF ): Al principio el lecho se expansiona lentamente

manteniendo los granos todavía en contacto; la porosidad aumenta (Ver Figura 2) y la

caída de presión aumenta ahora más lentamente. Cuando se alcanza el punto B, el lecho

está en la condición menos compacta posible, manteniéndose los granos todavía en

contacto. Al aumentar aún más la velocidad, los granos se separan y comienza la

verdadera fluidización. La caída de presión disminuye a veces un poco desde el punto B

al F.
Lecho fluidizado (segmento FP ): A partir del punto F (punto de fluidización

incipiente) el movimiento de las partículas es cada vez más intenso, formándose

torbellinos y desplazándose al azar. El contenido del tubo se parece a un líquido en

ebullición debido a la formación de burbujas del fluido gaseoso similares a las del

vapor, y se ha dado el nombre de lecho hirviente a los sólidos fluidizados de este modo.

La velocidad lineal del fluido entre las partículas es mucho mayor que la velocidad en el

espacio situado por encima del lecho. Por consiguiente, casi todas las partículas caen al

lecho una vez que el fluido abandona éste.

Cuando el fluido es un líquido las partículas se mueven al azar por el seno del mismo, y

generalmente lo hacen en forma individual, ésta es la fluidización particulada.

En el caso de que el fluido sea un gas, el comportamiento del lecho está influenciado, en

gran medida por el tamaño de las partículas. En condiciones de buena fluidización parte

del gas circula entre las partículas individuales, pero la mayor parte del mismo circula

en burbujas que no contienen prácticamente sólidos. En la superficie del lecho, las

burbujas se rompen formando salpicaduras de partículas en la parte superior. Dentro del

lecho, las partículas se mueven en agregados que son elevados por las burbujas o que se

deshacen para permitir el paso de las mismas. Este fenómeno se conoce como

Fluidización agregativa o borboteante.

Cuando las partículas fluidizan en un recipiente alto y estrecho, puede ocurrir un

fenómeno conocido como fraccionamiento del lecho o fluidización en tapón (Ver Figura

3 c). Las burbujas del gas tienden a unirse y a crecer a medida que avanzan por el lecho,

llegando en algunos casos a tener el mismo diámetro del tubo. En estos casos se forma

un lecho de gran espesor y las partículas ascienden por el recipiente separadas por una

masa gaseosa. Este tipo de fluidización es normalmente indeseable.


Fluidización continua: Cuando la velocidad del fluido sea suficientemente alta las

partículas son arrastradas fuera del lecho, la porosidad se aproxima a la unidad (Ver

Figura 2) y el lecho deja de existir como tal. El ∆P del lecho cae. La velocidad mínima a

la cual las partículas son arrastradas fuera del lecho se denomina velocidad límite o

terminal de las partículas (vt). Esta velocidad límite puede ser calculada en forma

aproximada (ignorando la interacción entre partículas) por la Ley de Stokes:


Si la partícula es esférica, con lo cual obtenemos:

Que es la velocidad a la cual ocurriría el

arrastre. En general se recomienda operar en el lecho con un fluido cuya velocidad sea

la mitad de la velocidad límite. Hacia abajo. Las burbujas actúan como un dispositivo

de bombeo de la fase emulsión.

2.2.4. APLICACIONES DE LA FLUIDIZACIÓN

La utilización amplia de la fluidización comenzó en los reactores catalíticos de cracking

en la industria del petróleo. Actualmente se aplica la fluidización a muchos procesos

catalíticos y a otras operaciones, tales como secado de cristales, secado de cereales,

congelación de alimentos, combustión de residuos, separación de residuos sólidos, etc.

2.2.5. VENTAJAS Y DESVENTAJAS DE LA FLUIDIZACIÓN

Las principales ventajas de la fluidización son:

• Asegura el contacto del fluido con toda la superficie de la partícula sólida.

• Las variaciones de temperatura dentro del lecho son mínimas.

• Se evita la existencia de puntos calientes, los cuales pueden estar presentes en lechos

estáticos.

• Pueden ponerse, dentro del lecho, cortacorrientes o “baffles” y equipos de intercambio

de calor como dentro de una fase fluida.

• Se pueden utilizar partículas de tamaño muy pequeño, aumentando la superficie de

contacto entre las dos fases y por ende la efectividad de la operación. En nuestro caso

nos interesa indicar que la efectividad de un catalizador sólido, aumenta

considerablemente cuando se lo opera en lecho fluidizado.


• Asimismo, en el caso de los catalizadores usados y/o carbonizados se los puede

recircular entre el reactor y el regenerador en forma continua, como se ejemplifica en la

Figura 5.

• La caída de presión es independiente del flujo.

Las desventajas son:

• El aumento de potencia necesaria debido a la caída de presión en un lecho fluidizado.

• El aumento del tamaño del tanque o reactor.

• Una mayor rotura de las partículas sólidas. En el caso de los catalizadores las pérdidas

por frotamiento y arrastre pueden ser significativas.

• Dado que las burbujas constituyen un cortocircuito, en la circulación, es posible que

parte de la alimentación fluida escape sin contactar el sólido el cual está principalmente

concentrado en la estela de burbujas y en la fase emulsión.


2.3.REGIMEN LAMINAR

las partículas del líquido se mueven siempre a lo largo de trayectorias uniformes,

en capas o láminas, con el mismo sentido, dirección y magnitud. Suele presentarse

en los extremos finales de los laterales de riego y en microtubos de riego.

En tuberías de sección circular, si hacemos un corte transversal, las capas de igual

velocidad se disponen de forma concéntrica, con v > 0 junto a las paredes de la

tubería y velocidad máxima en el centro.

Corresponde el régimen laminar a bajos valores del número de Reynolds y suele

darse a pequeñas velocidades, en tubos con pequeño diámetro y con fluidos muy

viscosos (aceites). En estas condiciones, las fuerzas viscosas predominan sobre

las de inercia.

2.4.REGIMEN TURBULENTO

las partículas se mueven siguiendo trayectorias erráticas, desordenadas, con

formación de torbellinos. Cuando aumenta la velocidad del flujo, y por tanto el

número de Reynolds, la tendencia al desorden crece. Ninguna capa de fluido

avanza más rápido que las demás, y sólo existe un fuerte gradiente de velocidad

en las proximidades de las paredes de la tubería, ya que las partículas en contacto

con la pared han de tener forzosamente velocidad nula.


El paso de régimen laminar a turbulento no se produce de manera instantánea. Cuando se

trabaja en régimen laminar, a velocidades bajas, y se fuerza al fluido para que adquiera

mayor velocidad, comienzan a aparecer ondulaciones (régimen crítico), y de persistir este

aumento llevará al fluido a alcanzar el régimen turbulento. Así, un filete de colorante

inyectado en una corriente laminar sigue una trayectoria bien definida. Si aumentamos la

velocidad, el filete comenzará a difundirse hasta terminar coloreando toda la corriente

(régimen turbulento).

En el movimiento de un fluido a través de una conducción se comprueba, dependiendo

de la viscosidad del fluido y del diámetro del tubo, que en cada caso existe una velocidad

crítica por debajo de la cual el régimen laminar es estable. Para velocidades superiores a

la velocidad crítica este régimen es inestable y pasa a turbulento ante cualquier vibración.

Dentro del régimen turbulento se pueden encontrar tres zonas diferentes:

 Régimen turbulento liso: las pérdidas que se producen no dependen de la rugosidad

interior del tubo. Se presenta para valores del número de Reynolds bajos por encima

de 4000.

 Régimen turbulento de transición: las pérdidas dependen de la rugosidad del

material del tubo y de las fuerzas de viscosidad. Se da para números de Reynolds

altos, y depende del número de Reynolds y de la rugosidad relativa.

 Régimen turbulento rugoso: Las pérdidas de carga son independientes del número

de Reynolds y dependen sólo de la rugosidad del material. Se da para valores muy

elevados del número de Reynolds.

Número de Reynolds
Osborne Reynolds (1842-1912) publicó en 1883 su clásico experimento mediante el que

estableció que el paso de régimen laminar a turbulento, que varía al modificar la velocidad

y/o la viscosidad, quedaba condicionado a un valor adimensional, hoy llamado Número

de Reynolds (Re). El número crítico de Reynolds (Re)c , es decir, el valor de Re que

marcaría el paso del régimen laminar al turbulento, para tuberías vale 2300 (2320

exactamente según algunos autores).

Para encontrar significado a su número, Reynolds comprobó experimentalmente el paso

del flujo laminar al turbulento cuando Re 2300 al aumentar la velocidad. No obstante,

en condiciones de laboratorio, Reynolds obtuvo el valor Re = 12000 antes de que

empezara la turbulencia. Posteriormente, otros investigadores llegaron a obtener valores

de Re = 75000 antes de que se produjeran turbulencias. Estos valores conseguidos en

laboratorio y bajo condiciones especiales no tienen ningún interés práctico, ya que las

tuberías comerciales presentan irregularidades en su superficie interna que producen

flujos turbulentos para valores de Re mucho más bajos.

Aunque (Re)c = 2300, lo cierto es que para valores de Re comprendidos entre 2000 y

4000 la situación es bastante imprecisa. A efectos de cálculo de tuberías interesa saber

que para Re menores de 2000 el régimen es laminar, y aunque este régimen se rompa

accidentalmente, vuelve a restablecerse por sí solo.

En definitiva:

Re 2000: Régimen laminar.

2000 Re 4000: Zona crítica o de transición.

Re 4000: Régimen turbulento.


Matemáticamente, el Re es un parámetro adimensional que expresa la relación entre las

fuerzas de inercia y las fuerzas de viscosidad o de fricción en el interior de una corriente,

que se expresa para una tubería de sección circular, de la siguiente forma:

Por ejemplo, un Re = 40000 indicaría que las fuerzas de viscosidad apenas tienen

importancia frente a las fuerzas de inercia, que son mucho mayores. Se trataría claramente

de un régimen turbulento. Con Re = 1800, el régimen sería laminar.

La velocidad media que marca el paso de un régimen a otro se conoce como velocidad

crítica :

La importancia del número de Reynolds no sólo radica en el hecho de poder determinar

la velocidad crítica que caracteriza el régimen de una corriente de líquido. También se

utiliza, como veremos más adelante, para el cálculo de pérdidas de carga en conducciones.
BIBLIOGRAFÍA

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Heinemann, 2 ed. Boston (1991).

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Retrieved May 08, 2018, from ocwus Web site: http://ocwus.us.es/ingenieria-

agroforestal/hidraulica-y-

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Maroto, J. A, de Dios J., de las Nieves F. J. Utilización de un frasco de Mariotte

para el estudio experimental de la transición de régimen laminar a turbulento.

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