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INTRODUCCIÓN
Esta es la historia de los primeros dos hijos de Adán y Eva: Caín y Abel. Es una
historia verdadera, que además siempre se ha enseñado más a los niños como
historia de niños que a los adultos. Pero en verdad quiero decirles, que esta
“historia de niños”, tiene un desarrollo y un resultado de adultos.
Caín y Abel junto con Dios, son protagonistas en este cuarto capítulo, y el carácter
y conducta de estos dos hermanos se revelan en cuatro aspectos diferentes,
veremos dos concernientes a Abel y dos que conciernen a Caín. Analicemos en
primer lugar a Abel:
I. El adorador (4:1–5)
Debemos poner atención en que esta primera familia debe haber conocido un
lugar definido de adoración, y debido a eso estos dos hijos de Adán trajeron
ofrendas al Señor. Recordemos que la gloria de Dios habitaba en el árbol de la
vida, con el camino guardado por el querubín (3:24). Hebreos 11:4 indica que
Abel trajo su ofrenda por fe; y Romanos 10:17 enseña que «la fe viene por el oír».
Esto significa necesariamente que Dios le enseñó a Adán y a su familia a cómo
acercarse a Él, y el capítulo 3 verso 21 nos enseña que se incluía el sacrificio de
sangre. Hebreos 9:22 afirma que debe haber derramamiento de sangre antes de
que exista remisión de pecado, pero Caín trajo de la tierra maldita una ofrenda sin
sangre. Su ofrenda no fue sincera, por ello no se aceptó. Caín no tenía fe en la
Palabra de Dios, ni dependencia en el sacrificio de un sustituto. Dios
probablemente «respondió por fuego» (Levítico 9:24) porque consumió la ofrenda
de Abel, pero la de Caín se quedó en el altar.
Caín tenía cierta forma de piedad y religiosidad, pero negó el poder de Dios (2ª
Timoteo 3:5). Primera de Juan 3:12 indica que Caín era hijo del diablo y esto
significa que practicaba una falsa justicia de la carne, no la justicia de Dios por fe.
Jesús llamó «hijos del diablo» a los fariseos que se auto justificaban y culpó a los
de su calaña por la muerte de Abel (Lucas 11:37–51, leer 49-51). Judas 11 habla
acerca del «camino de Caín», que es la senda de la religión, religión basada en
buenas obras religiosas y justicia propia, que no habla de la sangre pues no
considera el pecado como en realidad es: causante de muerte. Hay muchas
religiones en el mundo actual, pero un solo camino verdadero:
Santiago 1:15 nos advierte que el pecado empieza de una manera pequeña, pero
crece y lleva a la muerte. Así ocurrió con Caín. Vemos desilusión, ira, celos y por
último homicidio. El odio en su corazón le llevó al asesinato con sus manos (Mateo
5:21–26). Dios vio el corazón sin fe de Caín y el semblante decaído y le advirtió
que el pecado estaba agazapado como una bestia salvaje, esperando para
destruirlo. Dios le dijo: «Él pecado te desea, pero tú debes regir sobre él».
Lastimosamente Caín alimentó a la bestia salvaje de la tentación, ¡luego abrió la
puerta y la invitó a entrar! A su vez, Caín invitó a su hermano para “salir al
campo” con él y después lo mató a sangre fría. Caín resultó ser un hijo del diablo
(1ª Juan 3:12), y como su padre, él también era mentiroso y homicida (Juan
8:44). En el capítulo 3 del Génesis, tenemos a un hombre pecando contra Dios al
no tener fe en Su Palabra y en consecuencia desobedecer su Palabra; en el
capítulo 4 vemos al primer hijo del primer hombre creado, pecando contra el
hombre; contra su propia sangre es decir: su hermano. Caín fue un fariseo.
Adán, «¿Dónde estás tú?» «¿Dónde está Abel tu hermano?» Hermanos amados:
¡Que significativas son estas dos primeras preguntas en la Biblia! El pecado
siempre nos alcanza, aun cuando tratemos (como trató Caín) de mentir respecto a
nuestro pecado. La sangre de Abel clamaba venganza; la sangre de Cristo clama
paz y perdón (Hebreos 12:24). Dios maldijo a la serpiente; ahora maldice a Caín.
«Maldito seas tú de la tierra!» (v. 11). Estas palabras significan que la tierra no
rendiría frutos a Caín y tendría que deambular de lugar en lugar para vivir, sería un
nómada en toda la extensión de la palabra. Sería también un fugitivo, un
extranjero en todo el planeta.
En gracia Dios prometió proteger a Caín y le puso una señal para verificar su
promesa. (No sabemos si era una marca literal en Caín; pero lo que si sabemos,
es que Dios le dio a Caín una señal para darle seguridad (¡Qué gracia!) ¿Por qué
Dios dejó en libertad a Caín? Pues por la misma gracia que a nosotros nos ha
dejado en libertad de aceptarlo o rechazarlo, por la misma soberanía con que Dios
ha decidido tratar a Su creación. Mis amados, por un lado Caín llegó a ser un
«sermón andante» de la gracia de Dios y de las trágicas consecuencias del pecado.
Mis amados hermanos, ¡Qué cuadro de la humanidad de hoy es Caín: una
humanidad inquieta, sin esperanza, errante y ¡Derrotada!
¿Pasó Caín el resto de su vida peregrinando? ¡No! ¡Se estableció y edificó una
ciudad en franca rebeldía contra Dios! Aquí tenemos el origen de la «civilización»,
una civilización que después inventó religiones y creencias: las cuales pretenden
ser el sustituto humano en lugar de los dones de Dios.
a. Su desobediencia (4:17–26)
«Nod» significa «descarriarse, andar errante», de modo que la misma tierra que
escogió Caín habla de su peregrinaje alejándose de Dios. Se alejó de la presencia
de Dios (4:16); no quería una relación con el Creador, puesto que no hay remisión
de pecados sin derramamiento de sangre. Sin duda Caín se casó con una de sus
hermanas, porque para ese entonces había muchos descendientes de Adán (5:3
nos muestra que han pasado 130 años para que otro hijo de Adán naciera, o
desde que se fue Caín). Más tarde Abraham se casa con su media hermana; ¿por
qué no podía Caín hacerlo con su hermana de sangre, especialmente cuando el
pecado aún no había hecho más estragos evidentes en el cuerpo humano que la
muerte? El nombre de su hijo, Enoc, significa «iniciación» y sugiere un nuevo
comienzo, pero era un comienzo sin Dios, con muchas creencias pero sin Dios, con
muchas expectativas pero sin Dios.
El teólogo cristiano de principios del siglo XX, Dietrich Bonhoeffer dijo una vez lo
siguiente: “Ser discípulos de Cristo, nos puede costar la vida”. A la postre él fue
acusado en su natal Alemania de haber conspirado contra Adolfo Hitler y fue
condenado a la horca, tan solo por no estar de acuerdo con el régimen del Reich.
Y mis amados hermanos, a Abel le costó la vida. Amados hermanos, algo muy
importante de entender en todo esto, es que el sacrificio de Abel provenía de lo
mejor que podía ofrecer: las primicias y lo más gordo de su ganado, una ofrenda
de adoración excelente, un sacrificio excelente. En cuanto a su hermano, el trajo
“algo” de su producto para Jehová mientras Abel trajo lo mejor. Dios miró con
agrado la ofrenda y la adoración de Abel, porque la fe incluye autonegación,
incluye sacrificios personales e incluye Tomar Tu Cruz cada Día. Préstenme su
corazoncito unos momentos: La manera en que Abel muere, retrata la muerte de
nuestro Salvador Jesucristo. La sangre de Abel clamó hasta que Uno más inocente
que él derramó Su preciosa sangre por todos nosotros (leer Hebreos 11:4). Abel
está en la lista de los Héroes de la fe como el primero de ellos, y no tan solo por
que apareció antes que todos, sino porque teniendo todo en contra, el decidió
amar a Dios con toda su alma, con todo su corazón y con toda su fuerza.
CONCLUSIÓN
Mis amados, Abel fue una persona como muchas hoy, con unos padres que al
parecer no lo amaron lo suficiente y que nunca tuvieron alguna palabra de apoyo
para él. Unos padres que pecaron y que trataron de zafarse de sus culpas
culpando a otros. Que teniendo comunión con Dios, eligieron no creerle para creer
en las mentiras del diablo, que no estuvieron rodeados de pecadores pero aun así
pecaron.
Abel fue un hombre rechazado y menospreciado (un tipo de Jesús), que sin
embargo desarrolló su fe escuchando al creador y obedeciéndole, negándose a sí
mismo para darle el primer lugar a Dios, ese es el ejemplo de un verdadero
adorador, el ejemplo que Cristo anhela que tú y yo sigamos, la obediencia que
Jesús pide a Sus seguidores. Si eres seguidor de Cristo, entonces Abel es digno de
ser imitado por ti y por todos los que nos hacemos llamar “cristianos”. Esto exige
respuestas de tu parte, de parte de cada uno de nosotros, exige que respondamos
a Dios si estamos dispuestos a verdaderamente seguir a Cristo y tomar nuestra
cruz cada día, con lo que ello implica: estar dispuestos a morir por Cristo, estar
dispuestos a dar la vida porque Dios es lo primero en todo y es digno de ello.
Adorar es dar la vida, y dar la vida es darlo todo.