RECENSIÓN MISA GREGORIANA

IGLESIA DE MONTSERRAT
Lucía Lozano Ramos
03946086E
1º Musicología
Grupo A3

El pasado domingo, día 9 de Abril, se celebraba el Domingo de Ramos y la Iglesia de Montserrat,

(ubicada en la céntrica calle San Bernardo) como muchos domingos, alojaba una misa en la que se
incluía canto gregoriano.
La decisión de acudir a una misa de estas características en un día como aquel se tomó debido a que
se dio por hecho que sería un acto más impresionante y más importante.
Pues bien, la misa, como bien se nos explicó en clase, constaba de partes tanto recitadas como
cantadas. Las partes recitadas fueron llevadas a cabo por dos sacerdotes locales y un sacerdote
invitado debido a la festividad. Además, fueron numerosos los fieles que subieron al altar a leer
lecturas y numerosas fueron , también, las oraciones que se recitaron por parte de todos los fieles
allí presentes, introducidos por el sacerdote.
Las partes cantadas, para nuestra sorpresa, no se acercaban mucho al canto llano. El coro estaba
formado tanto por hombres como por mujeres, y ésto, sumado que las letras las encontrábamos en
castellano, y con que la música a veces se salía de las reglas del canto gregoriano, como iba
diciendo, ésto hizo que no disfrutáramos del ambiente gregoriano que todos nos imaginábamos
antes de presenciar la Misa, plagado de voces perfectamente coordinadas, de melismas y de
ambiente Medieval. Se apreció, más de una vez, que existía más de una línea melódica, lo que no
corresponde tampoco al canto llano. Sí que es cierto que se respetó el orden de los Propios; se
comenzó con un canto de entrada, y se interpretaron Secuencias y el Ofertorio, además de la
Comunión.
Aun así, la sensación que nos invadió el cuerpo no fue la de haber presenciado una Misa gregoriana,
puesto a que, personalmente, yo la había escuchado en el Monasterio de Santo Domingo de Silos
hace unos años y nada tuvo que ver.
Tampoco se tomaron en cuenta aspectos importantes como la iluminación o la ubicación del coro,
quienes estaban en los primeros bancos de la parte izquierda de la Iglesia.
La experiencia fue bonita y satisfactoria porque el coro cantaba muy bien y era un día especial para
la religión católica pero, desde mi punto de vista, no creo que lo más adecuado fuese denominar a
esa misa como misa gregoriana.