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DE EDUCACIÓN Y
MINISTERIO FORMACIÓN PROFESIONAL
DE EDUCACIÓN DIRECCIÓN GENERAL
DE FORMACIÓN PROFESIONAL
INSTITUTO DE
TECNOLOGÍAS EDUCATIVAS
AGENTES DE LA
EDUCACIÓN DE PERSONAS
ADULTAS
M ÓDULO 4: E STRATEGIAS DE I NTERVENCIÓN
CURSO AGENTES DE LA EDUCACIÓN DE PERSONAS ADULTAS
M ÓDULO 4: E STRATEGIAS DE INTERVENCIÓN
3. Principios metodológicos..............................................................8
4. Estrategias.................................................................................... 16
5. Bibliografía.................................................................................... 28
6. Resumen........................................................................................ 28
7. Actividades ................................................................................... 31
De aplicación..........................................................................................................................................................31
Propuestas didácticas......................................................................................................................................32
0. INTRODUCCIÓN
Como vimos en el primer módulo, la educación de las personas adultas tiene una larga
trayectoria hasta el día de hoy, y como casi todas las cuestiones relevantes surge de
una necesidad social incuestionable.
Sin embargo, el trabajo realizado hasta hoy no ha sido suficiente. Lograr este objetivo
puede parecer imposible, aunque no por ello hay que dejar de intentarlo ya que la
vigencia de tales pretensiones sigue siendo válida. Es necesario mantener la presión
sobre los gobiernos y los organismos internacionales con capacidad de decisión para
trabajar de manera sincera y decidida en la consecución de una “Educación para
Todos”.
Nuestro mundo ha cambiado tanto respecto al de hace tres o cuatro décadas, que los
planteamientos educativos generales tienen obligatoriamente que sintonizarse con la
nueva realidad. En la sociedad de la información y del conocimiento la población
adulta queda rápidamente desfasada en sus aprendizajes previos y requiere de
continuas actualizaciones que se producen, entre otras cosas, gracias a su capacidad
de aprender y al desarrollo de competencias personales en un proceso que no
termina nunca.
Todos conocemos la dificultad de los “sistemas” para responder con rapidez y eficacia
a los cambios, dando la sensación, real por supuesto, que cuando se ha logrado
integrar, comprender y articular una respuesta, ésta siempre llega demasiado tarde.
Si por estrategia entendemos la articulación de los pasos a dar para llegar a conseguir
un objetivo de la mejor manera posible, resulta absolutamente fundamental diseñar
una estrategia adecuada que consiga que la población adulta aplique su capacidad de
aprender, y aprenda en la medida que lo necesite o lo decida libre y conscientemente.
Esto por supuesto requiere valentía y decisión.
Todos los implicados en la educación de las personas adultas tenemos por delante un
gran reto, bien nos situemos en los niveles de decisión, en los niveles de investigación
o en los niveles de acción directa. Todos tenemos la responsabilidad de trabajar para
conseguir el mayor desarrollo personal, cultural y social posible, a través de procesos
técnicamente diseñados, que sitúen a cada persona adulta en la más óptima de las
situaciones para el ejercicio de sus derechos y libertades, tanto desde el punto de vista
individual como colectivo.
En este módulo hablaremos de los elementos fundamentales que deben tener estos
procesos, a sabiendas que son los contextos reales los que se encargan de
encuadrarlos, y que no siempre existe la capacidad o la oportunidad de hacerlos
viables, aunque no por ello debamos renunciar a su función de referentes.
Una de las premisas iniciales que tenemos que tener en cuenta es la consideración de
la adultez como elemento clave que condiciona todo tipo de intervención, en cualquier
diseño que sea planteado desde el ámbito técnico.
No se trata de cuestionar el papel de los agentes educativos como piezas clave del
proceso, algo de lo que ya hemos hablado en el Módulo 3. Sin embargo, el debate
En este momento lo que nos interesa resaltar es que la persona adulta afronta el
proceso desde un recorrido previo, que hay que conocer y hay que respetar. Por su
propia condición adulta pone en marcha el conocimiento, la experiencia, el interés, la
motivación, la capacidad de análisis, el espíritu crítico, la toma de decisiones, y otras
muchas capacidades y actitudes que le sitúan en un plano activo, y no meramente
receptivo.
Los profesionales no sólo debemos conocer que esto es así, sino que debemos
fomentarlo y potenciarlo por encima de la resistencia o de la pasividad, que muchas
veces los propios adultos trasladan cuando participan en procesos educativos. El
protagonismo es del adulto, incluso por encima de su posible manifestación de
desconcierto frente a un planteamiento que se lo atribuye directamente.
3. En tercer lugar, cada persona adulta suele mostrarse tal cual es, sin negarse a
sí misma, y sin tener que disimular o representar un papel por lo cual se
manifiesta de modo realista en lo que hace. No tiene que seguir el guión que
se le marca desde fuera; dispone así de su voluntad y de su libertad personal.
Es cierto que el adulto afronta un proceso diseñado por otros, sería inviable y no
deseable, que cada demandante dispusiese de los ejes del proceso. Pero, no es
menos cierto que una vez ubicado, será él mismo el que llevará o no a término el
camino comenzado y los agentes educativos pasarán a ser los elementos
facilitadores del mismo.
Desde este punto de vista serán la personalización y la flexibilidad los dos elementos
de referencia absolutamente esenciales de todas las estrategias de intervención
educativa con personas adultas.
2. C ONDICIONANTES GENERALES
3. P RINCIPIOS METODOLÓGICOS
metodológico este principio conlleva una gran responsabilidad para los agentes
educativos, porque ha de ser integrado con todas las consecuencias y exige un
esfuerzo considerable de respeto y consideración, así como de garantía de
calidad ante las expectativas objetivas del propio proceso.
Desde un punto de vista didáctico este hecho debe ser tenido en cuenta de
manera contundente, desde el más escrupuloso respeto y consideración. Los
procesos educativos con personas adultas exigen “control de calidad”. En
educación de personas adultas no “todo vale”.
4. E STRATEGIAS
El concepto de estrategias en el ámbito pedagógico, suele ser interpretado de muy
diversas maneras. Constituye un referente para la investigación psicopedagógica, y
ocupa un lugar destacado en el interés y el esfuerzo de la mayoría de los
profesionales de la educación.
En los últimos años, desde el punto de vista constructivista del aprendizaje, se han
entendido como un medio para conseguir “aprender a aprender”. No obstante son
diversos los enfoques sobre lo qué son y cómo se integran las estrategias educativas
en general y las estrategias de aprendizaje en particular, en la práctica docente.
Donde si hay más acuerdo, es en definir las estrategias como procedimientos que
incorporan acciones y procesos secuenciados para el logro de propósitos o
fines determinados. Evidentemente estos procedimientos ponen en juego acciones
mentales y conductas, que exigen el desarrollo de fases graduales, en donde la
consecución de unas, permite afrontar otras nuevas, con objeto de llegar a los
propósitos finalmente establecidos.
Cualquier diseño de cualquier proceso educativo exige tener claro cuál es el fin que lo
justifica. La definición de los objetivos es la primera cuestión que tenemos que
abordar. Ahora bien, esta definición no suele ser tarea fácil, o al menos no debemos
resolverla de modo genérico, independientemente de la realidad sobre la queremos
actuar.
(2)
Artículo: Las metodologías en la Educación de personas Adultas. Saiz,
En gran medida en muchos procesos educativos parece como si a priori, los objetivos
nos vinieran marcados de antemano, sobre todo en los procesos de educación formal,
donde existen referentes curriculares determinados por disposiciones normativas o
reguladoras de tales procesos.
Las estrategias respecto a los objetivos tienen que convertir los marcos de referencia
general, en acciones de educación real, que tengan en cuenta los pormenores en los
que ésta se va a desarrollar.
Los objetivos tienen que definir con absoluta claridad los propósitos y metas a
alcanzar después del desarrollo del proceso. Pero estos propósitos tienen que estar
claros, no sólo para los agentes educativos, sino fundamentalmente para los adultos
participantes en los mismos. Habría pues que comunicar, y en su caso traducir
dichos propósitos, para que éstos puedan ser asumidos por los participantes. Incluso,
es más que posible, y sería deseable, que la definición de los objetivos termine
introduciendo aportaciones de éstos, que no estaban explícitamente considerados
como objetivos al inicio.
Pero los objetivos han de ser concisos y precisos, y por supuesto realizables, no
hay nada más desmotivador que fijar objetivos inalcanzables o indeterminados. Los
objetivos han de ser necesarios y deseables, de tal modo que conecten con los
participantes y sobre todo puedan ser sentidos como propios, y no como impuestos
por los requisitos formales de un proceso ajeno a aquellos que lo protagonizan.
Está claro que los contenidos guardan una estrecha relación con los objetivos, puede
decirse que los contenidos están al servicio de los objetivos. Lo que en el mundo de
hoy abundan son precisamente contenidos ya que vivimos en una sociedad de
información y conocimiento. Cualquier reflexión sobre la realidad actual pone de
manifiesto una ingente acumulación de contenidos.
¿Cuál será pues la tarea fundamental de las estrategias respecto a los contenidos? La
respuesta viene dada desde las decisiones de selección de estos contenidos, para
conseguir el logro de los propósitos y la mayor conexión posible con los intereses y las
necesidades de los participantes en los procesos educativos.
Los contenidos son el soporte para la consecución de los objetivos. Sin embargo, en la
medida en la que se alcanzan los objetivos, se está en mejores condiciones para
adquirir más contenidos, es decir, la adquisición progresiva de contenidos de
aprendizaje, será posible tanto en cuanto las personas conseguimos cierto nivel de
desarrollo de las funciones mentales principales, que nos posiciona en la capacidad de
aprender por nosotros mismos. En este punto podemos decir que siempre
aprenderemos más y de manera más permanente y progresiva, si fuese ése nuestro
deseo y nuestra decisión.
Los contenidos han de ser sobre todo funcionales y prácticos, en estrecha relación
con la realidad y las circunstancias de los participantes. Por supuesto que deberán
estar ajustados al tiempo de desarrollo del proceso, y debidamente secuenciados para
asegurar una paulatina y graduada incorporación, desde los más necesarios y
generales, en donde se incluyen todo tipo de contenidos instrumentales, hasta los más
complejos y especializados.
4.3. Metodología
La metodología es por tanto una composición de piezas específicas, que encajan las
unas con las otras, como si de construir un puzzle se tratara. Las estrategias se
dirigirán unas veces a conectar con la información, otras a clasificarla, y otras a
contrastarla. Pero también tratarán de generar pensamiento y expresión y buscarán el
desarrollo de la creatividad y de la comunicación, a través de intercambios y debates
colectivos.
El tablero del puzzle se va completando en el proceso, y para que tenga sentido hay
que finalizar encajando todas las piezas y poder así apreciar el resultado visualizado.
Existen por supuesto modelos metodológicos reconocidos, pero éstos deben ser
inspiradores de nuestra acción. Debemos construir nuestro modelo con los
elementos más apropiados a nuestro proceso, a sus objetivos, a su duración, a las
características de los participantes. Debemos hacer una propuesta de estrategias
metodológicas adaptada.
4.4. Actividad
Ya hemos dicho que sin acción no hay aprendizaje. Las actividades son las
compañeras cotidianas, familiares de nuestros procesos. Las decisiones respecto de
las estrategias tienen que tener en cuenta el carácter completivo y complementario
de las mismas.
El primer requisito que debe cumplir una actividad, es que sea atractiva, que despierte
interés y predisponga a abordarla y no a cuestionarla. Las actividades deben
concordar y guardar coherencia con los objetivos y los contenidos, de tal modo
que sean percibidos como tareas que, aunque requieren dedicación y esfuerzo, van a
contribuir directamente al fin que justifica toda esa energía.
Las actividades han de ser para las personas adultas, prácticas y funcionales,
ajustadas a la capacidad que exige su realización, y por tanto se perciban como retos
alcanzables. Han de ajustarse respecto a su número, su complejidad, y al tiempo
necesario para su realización. Las actividades no sólo serán propuestas por los
agentes responsables, también pueden ser propuestas por los participantes, y
guardarán equilibrio entre las que se dirigen a enfrentar a cada persona con un reto
personal, con aquellas otras que exigen cooperación y participación para la
construcción común del aprendizaje.
Suele ser uno de los aspectos más descuidados de los procesos educativos, no por
falta de desarrollo teórico, ya que existe numerosa bibliografía e investigación. El
problema, como en otros aspectos relacionados con los procesos educativos, es que
mantienen una presencia destacada en el discurso que no se corresponde con la
aplicación práctica, no sólo por parte de los participantes, sino también por parte de los
propios agentes, para incorporarlo de forma fehaciente al conjunto del proceso. (3)
Existe una dificultad muy importante para superar el nivel del discurso y entroncarse
en el de la práctica real. Esta dificultad viene determinada por la situación de los
adultos durante los procesos de aprendizaje. Las personas adultas presentan una
dispersión general respecto a sus compromisos y responsabilidades, por lo que su
presencia y participación en los procesos de aprendizaje está condicionada por una
vida complicada por múltiples situaciones laborales, familiares y sociales.
(3)
Ballenato Prieto, G. Técnicas de estudio: El aprendizaje activo y positivo
Es ante esta realidad, donde cobran mayor importancia las decisiones sobre
estrategias que tengan vocación de ser útiles y eficaces. En educación de personas
adultas hay que integrar las técnicas y los métodos de estudio dentro del propio
proceso y de la propuesta de actividades.
No suele ser muy eficaz pensar que con unas cuantas instrucciones teóricas, los
participantes estarán en condiciones de aplicar personalmente y por su cuenta estas
técnicas. No queremos decir, que a la postre, sea responsabilidad de cada persona el
progreso, la integración y la práctica autónoma de ellas, que es precisamente lo que
garantizará la consecución de “aprender a aprender”; lo que queremos decir es que en
los procesos de carácter general y fundamentalmente dirigidos a la consecución de
aprendizajes básicos, estas técnicas deberán acaparar muy especialmente nuestra
atención y nuestra práctica.
Por tanto los adultos tienen que conocer las técnicas y métodos, comprender su
utilidad y dominar su realización y aplicación práctica, siendo los agentes educativos
los encargados de comprobar que efectivamente los adultos las utilizan y las
controlan.
El proceso de aplicación de las técnicas y métodos de estudio, podría venir dado por
una estrategia general, que se resume en las siguientes fases, de trata de:
• Conocer
• Pensar
• Sentir
• Hacer
• Valorar
• Integrar
Sabemos que no es fácil para una educación que no es prioritaria, y también que en
todos los sitios se trata de aprovechar los recursos disponibles del modo más rentable
posible. No obstante, la experiencia demuestra que la disposición de espacios propios,
refuerza el ejercicio del derecho a la educación de las personas adultas y normaliza su
carácter social y comunitario, por encima de la percepción que muchos adultos tienen
de sentirse en desventaja o en soledad cuando se embarcan este tipo de procesos.
Los espacios han de ser polivalentes, utilizados de modo flexible y dinámico, tienen
que constituirse en referentes de procesos integrales, en donde la variabilidad de
ofertas, actividades y participantes les confieran un dinamismo vital.
Las nuevas tecnologías ofrecen variados y valiosos recursos y materiales que los
agentes deben seleccionar y adaptar.
Desde un punto de vista más general, hay que decir que las estrategias de aprendizaje
exigen disponer de un material específicamente pensado y producido para su
utilización con personas adultas. Los materiales didácticos han de ajustarse a la
funcionalidad de cada proceso, estos materiales han de ser sencillos y motivadores,
con un diseño que combine la información con la actividad.
Normalmente esta exigencia de adaptación máxima a cada proceso, suele exigir a los
agentes educativos, una elaboración propia y específica, o una adaptación muy
importante, de materiales de tipo general que puedan estar disponibles. Es un factor a
tener en cuenta, respecto a las necesidades de tiempo y dedicación que la
preparación del material requiere. Sólo desde la utilización de unos materiales que se
acomoden a los procesos concretos, será posible obtener buenos resultados de
aprendizaje.
También resultan muy eficaces las estrategias que utilizan materiales no habituales,
como son aquellos que aportan los medios de comunicación: prensa, radio, televisión,
etc, a través de artículos, opiniones, fotografías, películas, etc. Asimismo las visitas a
puntos de interés del entono próximo, bien lo sean por aspectos económicos,
productivos, culturales, patrimoniales, artísticos, etc, deben estar siempre en la mente
y en el diseño de los procesos educativos con personas adultas.
Los materiales no son sólo de uso personal, bien sea de alumnos o profesores. Los
materiales de consulta y apoyo son imprescindibles, y se encuentran disponibles en:
bibliotecas, hemerotecas, aulas telemáticas, laboratorios, talleres...
Cuando existan dificultades para contar con los recursos necesarios, han de ponerse
en juego estrategias de cooperación y colaboración con el entorno, para la utilización
común y solidaria de los recursos disponibles. Una educación de calidad, necesita
unas mínimas condiciones tanto en el plano humano, como en el material.
4.9. Evaluación
No hay que olvidar valorar también el impacto que el proceso ha tenido sobre los
participantes, sobre la utilidad del mismo, sobre la satisfacción de las expectativas
iniciales, sobre la posible repercusión respecto al empleo, y la posible continuidad en
otros procesos, sobre la valoración que hace la comunidad de la experiencia...
Todas estas valoraciones permitirán sacar las oportunas conclusiones para progresar
y mejorar en el planteamiento y desarrollo de nuevos procesos. Por otra parte la
evaluación atañe también de modo especial a los agentes educativos, que deben
realizar una reflexión sobre su función, sus necesidades de formación, sus carencias,
5. B IBLIOGRAFÍA
6. R ESUMEN
Las estrategias de intervención educativa son las “argucias”, que los responsables de
la intervención llevan a cabo para la consecución de los fines y objetivos que justifican
la acción que realizan. Como ya se señala en la introducción, la principal meta de
todas, es conseguir que las personas adultas apliquen su capacidad de aprender a
aprender, y aprendan en la medida que lo necesiten o lo decidan libremente.
• Horizontalidad
• Principio de actividad
En relación con la metodología, aparece la idea del puzzle, que hace encajar de
manera “perfecta”, la información, la reflexión, la expresión, la acción, la creatividad, la
comunicación... para llegar a una meta definida.
Por lo que se refiere a la actividad, ésta debe ser atractiva, práctica, funcional,
adaptada a las circunstancias en las que trabajemos, y siempre deberá ser percibida
como un reto alcanzable.
Las técnicas y métodos de estudio, tienen que dejar de ser referentes teóricos de
los procesos de enseñanza-aprendizaje, para convertirse en instrumentos cotidianos
de nuestro quehacer. La estrategia principal consiste en integrarlos en las actividades
del propio desarrollo.
Las estrategias respecto a los materiales y recursos, deben tener en cuenta las
ventajas que nos aporta la sociedad de la información y del conocimiento, por tanto
garantizar la accesibilidad y la alfabetización digital, han de estar en el punto de mira.
Los materiales didácticos serán adaptados, sencillos y motivadores.
7. A CTIVIDADES
De aplicación
• Explica de que manera trabaja con tus alumnos las técnicas de estudio.
Propuestas didácticas
De las dos cuestiones que se te presentan a continuación, elige una de ellas y
desarróllala:
OPCIÓN A
OPCIÓN B
Toma contacto con otra realidad de trabajo de educación de personas adultas, similar
o equivalente a la que tú realizas, y compara desde el punto de vista de los principios
metodológicos y de las estrategias utilizadas en ambas realidades.