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Las contradicciones de la escuela clásica y el surgimiento de la economía marxista

- El gran aporte del mercantilismo fue intentar develar el mecanismo de formación de


precios (llegando con William Petty a los rudimentos de la teoría laboral del valor) y
plantear que la circulación monetaria depende de la circulación mercantil y no viceversa.
Los grandes aportes de la fisiocracia fueron pasar de la esfera de la circulación a la de la
producción, dejando de considerar al dinero metálico como la forma primordial de la
riqueza y a la ganancia comercial como la forma por excelencia del plusvalor, proponiendo
en cambio el concepto de producto neto como la forma primigenia de este último (que
identificaban con la renta de la tierra debido a su errónea caracterización del trabajo
agrícola como el único productivo). Otro gran aporte fue intentar analizar el proceso de
reproducción social en su conjunto en la Tableau Economique que Quesnay, proponiendo
una división de la sociedad en cinco grandes clases sociales, que Turgot redujo a tres.

- Los grandes aportes de la escuela clásica inglesa, en particular de David Ricardo, fueron:

1. Reducir todas los categorías de la economía política (que Marx revelaría como
relaciones sociales) al concepto de valor-trabajo (labour theory of value).

2. Descubrir la base económica de los antagonismos de clase de la sociedad burguesa


(según Ricardo, un aumento de los salarios produce una reducción de la ganancia, y la
renta de la tierra también es una deducción de la ganancia industrial).

3. Dividir a la sociedad burguesa en tres grandes clases sociales correspondientes a tres


grandes categorías de ingreso (terratenientes: renta de la tierra, capitalistas: ganancia,
trabajadores: salario), todos los cuales tiene su origen en el trabajo.

4. No reducir la categoría de trabajo productivo al trabajo agrícola y explicar, como lo hizo


Adam Smith, que el trabajo productivo es aquel que produce plusvalor (es decir, que se
intercambia por capital y no por ingreso), ya sea éste agrícola o industrial.

5. Concebir a la ganancia industrial (una categoría de ingreso que engloba también a los
arrendatarios agrícolas que emplean trabajo asalariado y perciben la tasa media de
ganancia) como la forma por excelencia del plusvalor, de la que se deducen las otras
categorías de ingreso de las clases dominantes como la renta, el interés, etc.

- Las limitaciones de la escuela clásica, en particular de la ricardiana, fueron:

1. La incapacidad de explicar, en base al intercambio de equivalentes que presupone la


producción de mercancías, por qué los trabajadores reciben un salario inferior al “valor
del trabajo.” Marx encontró la solución a este problema mediante el concepto de “fuerza
de trabajo” (Arbeitskraft), sosteniendo que los trabajadores no reciben en concepto de
salario el “valor de su trabajo” sino el valor de su “fuerza de trabajo”, consistente en los
medios de subsistencia necesarios para la manutención del trabajador y su descendencia.
La “fuerza de trabajo” tiene la peculiaridad de ser la única mercancía cuyo valor de uso
consiste en la capacidad de producir valor (los medios de producción simplemente
transfieren su valor al producto final), y de hecho un valor mayor al que el capitalista
abonó en concepto de salario. El trabajador trabaja una parte de la jornada laboral para
reponer el valor correspondiente a su salario, y el resto de la jornada para producir una
trabajo no retribuido para su empleador – el plustrabajo o trabajo impago que genera el
plusvalor, del cual surge la ganancia industrial y comercial, la renta de la tierra, el interés,
y en general todas las categorías de ingreso de las clases explotadoras.

2. Mediante el concepto de “fuerza de trabajo” y de la distinción entre capital variable


(invertido en salarios) y capital constante (el resto de la inversión del capitalista) Marx
demostró que el plustrabajo o trabajo no retribuido aparece bajo el capitalismo, no
violentando el intercambio de equivalentes propio de la circulación mercantil, sino como
producto del mismo y de la apropiación privada de los medios de producción por una
minoría de explotadores. De este análisis se desprende una fórmula distinta para la tasa
de explotación o de plusvalor [plusvalor/capital variable], que arroja un porcentaje muy
superior a la tasa de ganancia [plusvalor/(capital variable + capital constante)].

3. Marx fue capaz de explicar, en base a la ley del valor la formación de una tasa media de
ganancia, aun cuando diferentes capitales tiene diferente composición orgánica (es decir,
un porcentaje mayor o menor de capital es invertido en fuerza de trabajo, que es la única
que genera plusvalor) o diferentes periodos de rotación (por ejemplo, un vino que se deja
fermentar en una bodega). Marx encontró la solución a este problema explicando que,
bajo el capitalismo, la ley del valor no actúa directa sino indirectamente, y que la
formación de una tasa media de ganancia produce una desviación de los precios de
producción (costo de producción + tasa media de ganancia) de los valores, que sin
embargo subyacen a todo el proceso y explican la magnitud de la tasa de ganancia, que se
forma a partir del hecho de que las clases dominantes, como una cofradía de ladrones, se
reparten en forma igualitaria el botín extraído del trabajo impago del proletariado
mediante la migración de los capitales hacia aquellas ramas de la producción con una tasa
de ganancia mayor.

4. Al desglosar la tasa de plusvalor de la tasa de ganancia, Marx fue capaz de ofrecer una
nueva explicación de la tendencia decreciente de la tasa de ganancia, que Adam Smith
había atribuido a la competencia entre capitales y Ricardo al aumento de la renta de la
tierra y a la “productividad decreciente de la agricultura” por el cultivo progresivo de
terrenos de calidad inferior (una ley cuya falsedad fue demostrada por Carey, mostrandoq
en el desarrollo de los medios de transporte y de la tecnología agrícola abre también el
cultico terrenos de calidad superios). Marx, por el contrario, atribuyó la tendencia
decreciente de la tasa de ganancia al aumento del capital constante en proporción al
capital variable, es decir, al desarrollo de las fuerzas productivas que subyace a todo el
devenir de la historia humana, según la definición epigramática de la teoría marxista que
Marx ofrece en su carta a Engels del 7 de julio de 1866: “Nuestra teoría de que la
organización del trabajo está determinada por los medios de producción.”

5. La teoría de Marx ofrece por primera vez una definición científica de la explotación
capitalista (diferente del concepto usual, según el cual un empleador es un explotador si
viola las leyes laborales, etc.) y una fórmula matemática para su cálculo: la fórmula de la
tasa de plusvalor. Con el descubrimiento del plusvalor, producto de la apropiación privada
de los medios de producción, Marx proveyó a la clase obrera de una teoría científica que
explica tanto los motivos de sus sufrimientos actuales como la vía para ponerles fin, a
través de la socialización de los medios de producción. Pero el contenido de dicha obra
(que implica una revolución social, ya que las clases explotadoras van a intentar por todos
los medios aferrarse a sus privilegios) va mucho más allá del alivio a los sufrimientos
presentes de las masas trabajadoras: se trata, como lo indicó Marx en el Prólogo a la
Contribución a la Crítica de la Economía Política, de poner fin a la prehistoria de la
sociedad humana y de hacer que, por primera vez, la humanidad asuma el control de su
propio destino a través de la planificación de la producción por los trabajadores mismos.

6. Ante esta crítica de la economía política (el subtítulo de El Capital), que la transformó
en el arma teórica por excelencia en las luchas de la clase obrera por su emancipación, la
clase dominante procedió a liquidar la economía política como ciencia, por dos vías. Una
fue reemplazar a la teoría laboral del valor por la teoría subjetiva del valor, o teoría de la
utilidad marginal – el así llamado marginalismo, que es la base de la teoría económica que
se enseña hoy en día en la universidades. Esta teoría se conoce también como la escuela
austríaca, porque fue originalmente pergeñada por profesores de la universidad de Viena.
La otra variante utilizada por la burguesía para liquidar la teoría laboral del valor y ponerle
fin a la economía política como ciencia fue renunciar a toda teoría y reducir la economía a
una descripción empírica de hechos económicos. Esta vertiente se conoce como la escuela
histórica alemana, porque fue originalmente pergeñada por profesores de la universidad
de Berlín. En ambos casos asistimos a una bancarrota de la ciencia económica oficial, que
deja en manos del marxismo el desarrollo ulterior de la teoría económica. El modelo de
cómo hacer avanzar la teoría económica marxista aplicándola al análisis de los nuevos
fenómenos económicos producto de la decadencia del capitalismo, tales como el
imperialismo y las crisis sistémicas (no cíclicas), sigue siendo el libro de Rudolf Hilferding,
El capital financiero: Un estudio sobre el desarrollo más reciente del capitalismo.

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