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1.

Existe una gran dificultad en la distinción hecha del origen y diversificación de las iglesias
cristianas a través de la historia. Establecer ese tipo de marco no es una tarea sencilla, en lo que se
refiere a los diversos grupos que han sido incorporados a la iglesia cristiana. El cristianismo posee
un único origen: partió del movimiento sectario (la secta del Camino) que surgió en el mundo
antiguo judío, con la manifestación de Jesucristo y luego fue difundido por sus apóstoles en el
mundo entero.

2. Hubo una fase que se caracterizó por el dominio oriental, con base en la iglesia primitiva de
Jerusalén; después, como consecuencia de la multiplicación de las comunidades evangelizadas e
influenciadas socialmente, aliada a la conversión del emperador romano Constantino, el gobierno
de la iglesia se mudó a Occidente y se estableció en Roma. Este cambio de influencia política
representa, después de la formación de iglesias gentiles por la intermediación del apóstol Pablo, la
segunda gran transición en la historia del cristianismo.

3. La Reforma, más que una transición, representó una ruptura que culminó en la creación de una
iglesia paralela y concurrente, hecho nunca antes ocurrido en la historia de la iglesia. El bloque
reformado se segmentó en diversas órdenes protestantes; además, otros grupos cristianos más
aproximados del protestantismo que del catolicismo reivindicaron el status de protestantismo
paralelo en relación al movimiento reformador.

4. El término "pentecostal" se origina de Pentecostés, nombre dado a una fiesta anual del pueblo
judío, celebrada cincuenta días después de la Pascua, también conocida como la fiesta de las
semanas, realizada al final de la siega del trigo, o el día seis del día tercer mes, Siván (junio), en
conmemoración de la recepción del Decálogo. La relación del pentecostalismo con la citada fiesta
es indirecta y accidental, por dos razones:

5. Primero, porque la doctrina pentecostal está directamente relacionada con el descenso del
Espíritu Santo; segundo, a causa de la afirmación doctrinal de la manifestación de los dones de la
glossolalia, hablar en lenguas extrañas, y de la profecía como signos que acompañaron la inédita
manifestación del Espíritu Santo. Como se puede percibir, el término pentecostalismo no hace
alusión a la fiesta judía (el sentido legítimo del término), pero evoca las primeras manifestaciones
de los carismas del Espíritu enviado a la iglesia, coincidentemente ocurridas el día de Pentecostés.

6. Gran parte de la investigación científica afirma que el pentecostalismo desciende de un


protestantismo del espíritu, iniciado por tres movimientos sucesivos ancestros del
pentecostalismo-de los anabaptistas, de los quacres y de los metodistas- y por los avivamientos
norteamericanos a partir del siglo 18. Esa designación omite un fuerte antecesor del
pentecostalismo moderno, el montañismo.

7. Este movimiento cristiano surgió en el segundo siglo, en medio del declive de las creencias en la
vuelta de Cristo y en la inspiración constante del Espíritu Santo. El movimiento reclamaba la
especial dispensación del Espíritu Santo en el presente, practicaba una nueva manifestación del
don de la profecía y pregonaba la proximidad del fin de los tiempos.

8. La eclosión del movimiento pentecostal en los Estados Unidos, de donde se diseminó hacia el
mundo, se dio entre la población negra; en prácticamente todos los lugares, las iglesias
pentecostales iniciaron sus comunidades eclesiásticas entre las poblaciones de bajos ingresos. La
indicación de la ancestralidad de los tres movimientos es en parte procedente, sobre todo en lo
que se refiere al emocionalismo, a la fuerza del concepto de revelación directa del Espíritu Santo
para los anabaptistas y al énfasis en la iluminación del Espíritu, acompañada de temblores físicos,
difundida por los quacres.

9. Dos grandes avivamientos en los Estados Unidos son hitos importantes para la emergencia del
pentecostalismo moderno. El primer gran despertado ocurrió a principios del siglo 18 y enfatizaba
la conversión como imperativo para la participación de la vida en la iglesia. Los predicadores
avivalistas que se destacaron en la época fueron: Theodore J. Frelinghuysen, Gilbert Tennent y,
sobre todo, el pastor congregacional Jonathan Edwards, bien preparado intelectualmente y
profundo conocedor de la filosofía de su tiempo.

10. Jonathan Edwards proclamaba una espiritualidad fruto de la comunión directa entre Dios y el
alma humana. Sus reuniones ocurrían dentro de una intensa atmósfera de emoción. Este perfil
ministerial inspiró el surgimiento posterior de varios movimientos del tipo revival (reavivalista) y
holiness (santificador), que creían en una nueva etapa del cristianismo mediante el ejercicio de la
glossolalia, evidencia de la conversión.

11. El Segundo Gran Avivamiento surgió a finales del siglo 18 y se prolongó hasta los años 50 del
siglo 19. Comenzando por la Iglesia Congregacional, alcanzó los bautistas, los presbiterianos y los
metodistas. El movimiento fue menos marcado por el emocionalismo exagerado. El predicador
que se destacó en ese segundo despertar fue un abogado del interior de Nueva York, ordenado
pastor presbiteriano, llamado Charles Grandison Finney. Las sociedades voluntarias, dirigidas a las
misiones domésticas y extranjeras, tuvieron una participación importante en ese acontecimiento.

12. A lo largo de los siglos, los cultos de tradición pentecostal incorporaron características distintas
en lo que se refiere a los aspectos doctrinales ya los énfasis carismáticos. También son bien
perceptibles la diversificación de su clientela y los cambios que generaron nuevos tipos de
desempeño de su liderazgo. Los valores morales de la creencia tuvieron, a lo largo del tiempo,
cambios visibles, que revelaron al mundo social un pentecostalismo más moderado y socialmente
más participativo.

13. El movimiento pentecostal ha sido considerado una rama (desdoblamiento) tardío de la


Reforma. En el principio, fue notado cuestionado; sobre todo por las iglesias de tradición
reformada. Para ellas, las comunidades pentecostales no pasaban de sectas. Fue necesario que
transcurriera medio siglo para que esa identidad sectaria perdiera fuerza gradualmente. Conviene
recordar la naturaleza ideológica del concepto de secta.

14. La historia de la Iglesia Cristiana está marcada por grandes reuniones de debates teológicos y
doctrinarios. En el siglo XVIII, en el siglo XVIII, en el siglo XVIII, en el siglo XVIII, en el siglo XVIII,
pentecostal.

15. La teología del pentecostalismo clásico, sobre todo, su concepción de antropología parece
innegablemente valorar más el alma y el espíritu que el cuerpo. Sin embargo esta desvalorización
del cuerpo no parece ser una posición típicamente pentecostal, antes se hace presente en el
cristianismo a lo largo de su historia, y parece perdurar y mostrarse explícita en el modo cristiano
pentecostal.
16. En los primordios del cristianismo se percibe cierta ambigüedad en torno a la idea de ser
humano. La Iglesia en los primeros siglos tuvo trabajo para enfrentar las concepciones griega y
platónica, que negaban el cuerpo y lo presentaba junto con todo lo que es material como cosa
intrínsecamente mala.

17. En la obra titulada "Fédon" de Platón (que muy influenció el pensamiento cristiano) el alma y
el cuerpo son tratados como entidades separadas, porque pertenecen a mundos antagónicos. La
relación entre cuerpo y alma es retratada de modo negativo, pues el cuerpo es concebido como
una prisión para el alma. Esta tensa relación entre cuerpo y alma, en el pensamiento platónico, va
a influenciar la teología cristiana.

18. Lo que se afirma sobradamente en las Escrituras es la fe en la resurrección de los muertos. El


platonismo afirma la inmortalidad del alma y no reconoce la resurrección, ampliamente defendida
en el Nuevo Testamento. La mezcla de estos dos pensamientos (inmortalidad del alma - platónica,
resurrección - cristiana) dio origen a la siguiente teología: después de la muerte del cristiano el
alma se ve ante Dios, goza de su presencia hasta el final de los tiempos cuando será nuevamente
reunida cuerpo resucitado. "La doctrina de la inmortalidad del alma de los griegos se completó con
la otra bíblica de la resurrección de los muertos".

19. Muchos gnósticos negaban la encarnación de Jesús, pues decían que Dios no podría haberse
convertido en materia sin contaminarse. Siendo así, Jesús sólo aparentaba ser humano, sin
embargo, su cuerpo no era real, apenas aparente. El Evangelio de Juan, así como las epístolas
joaninas, claramente combaten el equívoco de esta enseñanza gnóstica (cf. Jn 1,1-18, 1 Jn 4,3-3).

20. La Escuela de Valentino defendía la existencia de tres clases de personas: los pneumatikoi
(espirituales) eran los salvos, los psychikoi (seguidores del alma) podrían alcanzar la salvación si
fueran iniciados en la gnosis y los sarkikoi (carnales) estaban perdidos, para no había esperanza de
salvación.

21. Así, el dualismo religioso y filosófico, desde los primordios, asedia al cristianismo con cierta
concepción antropológica y de mundo caracterizado por su seria desconfianza hacia la materia y
toda corporeidad. Otra problemática surgió en torno a algunos escritos del primer teólogo de la
iglesia cristiana, es decir, Pablo. Sus escritos parecían afirmar un cierto dualismo carne / espíritu.

22. Así, si tiene el desafío para los padres de la Iglesia definir lo que significaba carne en los
escritos de Pablo. Para muchos, que realizaban una interpretación literal, el término carne se
refiere al cuerpo humano; para otros, que hacían una lectura alegórica de la Escritura, podría
significar la naturaleza humana decaída. Acabó prevaleciendo la primera concepción.

23. No es exagerado afirmar que ninguna otra filosofía de la antigüedad marcó tan fuertemente la
historia inicial de la teología cristiana como el platonismo. Principalmente, en el período de la
Patrística el dualismo antropológico de origen platónico es fácilmente diagnosticado. Las máximas
de ese período relativas al cuerpo comprueban: "El cuerpo es una prisión, una tumba del alma; es
necesario arrancar el alma de las cadenas de la carne, del lazo con un cadáver. La carne es como
un lodo en que el alma no puede dejar de mancharse y degradarse ".

24. En el período Medieval (siglo VI-XV) la concepción de ser humano se formula a partir de la
Biblia, sin embargo, de acuerdo con instrumentos teóricos provenientes de la filosofía griega. De
ahí se explica que una concepción que suponía el ser humano como unitario haya cedido espacio a
una concepción dualista.

25. Este dualismo antropológico se debe principalmente a la influencia de uno de los más
importantes teólogos de la historia de la Iglesia, a saber, Agustín. Su influencia fue muy fuerte
tanto en el lado católico y protestante. Se puede afirmar que la misma sobrepujó la Edad Media,
viniendo en la verdad a perdurar por toda la historia subsiguiente del cristianismo occidental.

26. Para Agustín la búsqueda de Dios equivale a la búsqueda de la verdad incorpórea. Esto ocurre
no en detrimento del cuerpo, sino como esfuerzo de superación del mismo. El cuerpo, según
Agustín, no es un mal porque es criatura de Dios, sin embargo, es elemento en superación en el
proceso místico de encontrar la verdad absoluta. Por lo tanto, el encuentro con Dios es entendido
como una ascesis que no rechaza el cuerpo, sin embargo, procura subordinarlo al alma inteligente.

27. Debido a la notable influencia del trabajo teológico de Agustín, la primera mitad de la Edad
Media estuvo dominada por la cosmovisión del filósofo Platón. La segunda gran influencia helénica
en el pensamiento cristiano occidental se dio mediante la adopción de la teología escolástica,
principalmente la de Tomás de Aquino (1225-1274), por la iglesia medieval y, sobre todo, por la
iglesia romana, influencia ésta que perduró hasta el siglo XIX.

28. Conforme a Tomás de Aquino, la unión entre cuerpo y alma es una unión profunda y no un
mero encuentro accidental entre dos realidades distintas. Es una relación entre dos elementos que
se completan totalmente. Para Tomás de Aquino no existe oposición y exclusión entre cuerpo y
alma. Sin embargo, la perspectiva tomista al defender la constitución del ser humano a partir de
dos principios, el alma y la materia que unidos forman el cuerpo, tampoco supera el dualismo
aceptado por Agustín. La creencia tomista en la inmortalidad del alma también mantiene el
dualismo antropológico.

29. En fin, la influencia griega y platónica marcó el cristianismo a lo largo de su historia y acabó por
determinar la interpretación bíblica, impidiendo el concepto de la inmortalidad del alma y la
consiguiente desvalorización del cuerpo mortal. Esta desvalorización de la dimensión material de
la vida no quedó sólo en los debates teológicos, o en los centros de estudio e interpretación de la
Escritura, pero alcanzó la espiritualidad cotidiana del cristiano.

30. Con la Reforma Protestante en el siglo XVI el dualismo antropológico no sufrió cambios
significativos. Conviene recordar, que el mundo de los reformadores en este período estaba
constituido por la cultura cristiana de la Europa medieval en transición. Por lo tanto, los
reformadores Martín Lutero (1483-1546), Juan Calvino (1509-1564) entre otros, fueron
influenciados por los escritos de Agustín, cuyo pensamiento se apoya en el neoplatonismo,
especialmente el de Plotino.

31. El reformador Lutero presenta una antropología de perfil más integral, comparado con su
tiempo. Conforme Hägglund: "Frecuentemente [sic] se dice que la concepción de << todo el
hombre >> (totus homo) caracteriza a Lutero. En vez del dualismo escolástico entre cuerpo y alma,
poderes superiores e inferiores, Lutero introdujo el concepto de totalidad en el contexto teológico
".
32. Para Lutero la totalidad humana fue alcanzada por el pecado, de modo que no hay dimensión
del ser humano que no haya sido corrompida por el pecado. Por lo tanto, no tiene sentido
preguntar por aspectos superiores o inferiores de la constitución humana. Sin embargo, en Lutero
se puede percibir en su concepto de los dos reinos, lo espiritual y lo secular, rasgos dualistas de su
contexto religioso medieval.

33. Para Juan Calvino la superioridad del alma sobre el cuerpo es una realidad innegable. Por lo
tanto, en su pensamiento se encuentra uno de los principales fundamentos del dualismo
antropológico, que marca buena parte de la teología protestante, especialmente de línea
reformada. Calvino dijo: "[...] que el ser humano consta de alma y cuerpo, debe estar más allá de
controversia. Y por la palabra ALMA entiendo una esencia inmortal, sin embargo, creada, que le es
[de las dos] la parte más noble ". Calvino es fiel a la tradición platónica al afirmar que el cuerpo no
pasa de prisión del alma.

34. Este ascetismo calvinista seguirá adelante en las iglesias de tradición reformada y otras iglesias
que han sufrido su influencia, directa o indirectamente. Más tarde, el pietismo fundado por Felipe
Jacome Spener (1635-1705) pone un nuevo énfasis dentro de la teología cristiana en el ámbito
protestante, sobre todo luterano. Spener destacaba la experiencia como el fundamento de toda fe
auténtica.

35. Al tratarse de una experiencia personal subjetiva de transformación interior, la exterioridad, el


mundo material, asume una dimensión negativa. El signo de una vida en comunión con Dios será
demostrado por la abstención del "mundano", de los placeres y de las diversiones. De esta
manera, el cuerpo queda bajo sospechosos y, así, se establece el dualismo antropológico.

36. Augusto H. Franke (1663-1727), discípulo de Spener concibió un pietismo en algunos aspectos
más rígido que su maestro. Considerando lo natural como intrínsecamente pecaminoso, propuso
el constante auto examen y la erradicación de los sentimientos naturales. De este modo surge un
dualismo entre el cuerpo y el interior del individuo regenerado.

37. De nuevo el ser humano es concebido como dividido en su ser. Su interioridad ocupa una
posición privilegiada, tiene contacto con la santidad divina, mientras que el cuerpo es visto como
una amenaza que necesita ser controlado y vigilado constantemente, pues fácilmente se inclina al
mal.

38. El pietismo, posteriormente ejerció considerable influencia sobre el metodismo, fundado en el


siglo XVIII por el teólogo inglés John Wesley, cuyo énfasis teológico era la experiencia religiosa de
la conversión y santificación. Conviene destacar que el pentecostalismo tiene sus raíces
inmediatas en los movimientos avivalistas norteamericanos, que a su vez provienen del
metodismo de John Wesley.

39. El pentecostalismo que apareció en 1909-1910 en Brasil, Argentina y Chile y que experimentó
extraordinario crecimiento mundial, es de carácter dualista en su antropología. Según Klein el
pentecostalismo es una de las expresiones religiosas actuales de carácter dualista. Pero, en
general, esa ha sido la característica de la mayoría de las iglesias evangélicas, que han demostrado
indiferencia hacia el cuerpo y gran valoración del alma.
40. Ante esta realidad, el pentecostalismo, fiel a su contexto eclesiástico, sigue en la misma
tendencia. Los efectos de esto pueden ser una exagerada valoración de lo espiritual, que olvida el
"aquí y ahora", y enfatiza la salvación del alma. Esta investigación presupone que el dualismo
antropológico, aunque moderado, se constituye en una de las características de la teología
pentecostal brasileña. Esto explica la insuficiencia en prácticas que apuntan a la transformación de
la realidad social y material, así como el distanciamiento de los pentecostales de la vida social.

41. Los pentecostales, durante varias décadas, se mantuvieron presos a un rígido estereotipo.
Bastaba verlos para que pronto fueran identificados, peyorativamente, como "creyentes",
"biblias", "glorias", "aleluias", etc. Las iglesias neopentecostales promovieron una ruptura en la
identidad estética, en la apariencia de esos religiosos, abandonando los tradicionales usos y
costumbres de santidad pentecostal. Los usos y costumbres son una expresión utilizada por los
pentecostales para referirse al rigorismo legalista, a las restricciones a la vestimenta, el uso de
joyas, productos de belleza, corte de pelo y diversos tabúes comportamentales existentes en su
medio religioso, que paulatinamente se han suavizado.

42. Estos antiguos usos y costumbres pueden ser considerados como un código por medio del cual
se esperaba alcanzar la salvación, a través de la observancia de ciertos tabúes, tales como los
referentes a la bebida alcohólica, la televisión, el cine y el cigarrillo, con el fin de destacar
públicamente a los pentecostales la sociedad. Estas prohibiciones y restricciones erigían una
barrera entre el fiel evangélico y el mundo. Los años 50 marcaron el inicio del proceso de
alteración en el perfil estético y en las costumbres de los evangélicos. Sin embargo, sólo en los
años 80 es que efectivamente surgieron significativos cambios en la estética, en las costumbres y
hábitos de los nuevos evangélicos.

43. Los jóvenes neopentecostales abolieron las "vestiduras de los santos". Los miembros de las
denominaciones del neopentecostalismo, muchos de ellos oriundos del pentecostalismo clásico y
del deuteropentecostalismo, de las iglesias protestantes históricas y renovadas, adoptaron ritmos
musicales, vestuario, comportamientos y estilos de vida similares a sus pares no evangélicos,
subvirtiendo de vez el patrón estético que buena parte de los pentecostales todavía adopta, como
la Asamblea de Dios.

44. Además, de las afirmaciones doctrinales contenidas en las obras de la Casa Publicadora de las
Asambleas de Dios - CPAD (que serán analizadas posteriormente) se puede percibir el dualismo
cuerpo / alma en el "Credo oficial de las Iglesias Asambleas de Dios en Brasil", mayor
representante del " Pentecostalismo brasileño:

45. "En el perdón de los pecados, en la salvación presente y perfecta y en la eterna justificación del
alma recibidos gratuitamente de Dios por la fe en el sacrificio efectuado por Jesucristo en nuestro
favor". Así, se omite la afirmación cristiana de la "resurrección del cuerpo". El credo de la AD no
menciona la salvación del cuerpo del ser humano, sino solamente la "eterna justificación del
alma", revelando de ese modo un verdadero reduccionismo antropológico y soteriológico.

46. El "Cremos" es una declaración de fe concisa y sintetizada, que equivale a los Credos
elaborados y presentes en la Gran Tradición Cristiana. Su origen en las Asambleas de Dios en Brasil
se remonta al año 1938, cuando el misionero norteamericano Theodoro Stohr, que actuaba en el
interior de San Pablo, en la edición del Mensajero de la Paz de la segunda quincena de octubre, p.
2, publicó un artículo traducido por él, bajo el título "En que creen los pentecostales (en el
evangelio integral)", donde un "Cremos" fue citado. Las razones para la publicación del artículo de
Sthor fueron las constantes difamaciones, y las concepciones erróneas acerca del movimiento
pentecostal.

47. El actual "Creemos" de las Asambleas de Dios en Brasil, publicado en el Mensajero de la Paz
desde 1969, afirma: CREMOS, 1) En un solo Dios, eternamente subsistente en tres personas: el
Padre, el Hijo y el Espíritu Santo (Dt. 6.4, Mt 28.19 y Mc 12.29); 2) En la inspiración verbal de la
Sagrada Biblia, única regla infalible de fe normativa para la vida y el carácter cristiano (2Tim 3.14-
17); 3) En la concepción virginal de Jesús, en su muerte vicaria y expiatoria, en su resurrección
corporal de entre los muertos y su ascenso victorioso a los cielos (Is 7.14, Rm 8.34 y At 1.9);

48. 4) En la pecaminosidad del hombre que lo destituyó de la gloria de Dios, y que solamente el
arrepentimiento y la fe en la obra expiatoria y redentora de Jesucristo es que puede restaurarlo a
Dios (Rm 3.23 y At 3.19); 5) En la necesidad absoluta del nuevo nacimiento por la fe en Cristo y por
el poder actuante del Espíritu Santo y de la Palabra de Dios, para hacer al hombre digno del Reino
de los Cielos (Jn 3,3-8); 6) En el perdón de los pecados, en la salvación presente y perfecta y en la
eterna justificación del alma recibidos gratuitamente de Dios por la fe en el sacrificio efectuado
por Jesucristo en nuestro favor. (At 10.43, Rm 10.13, 3.24-26 y Hb 7.25, 5.9);

49. 7) En el bautismo bíblico efectuado por inmersión del cuerpo entero una sola vez en aguas, en
el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, según determinó el Señor Jesucristo (Mt 28.19;
Rm 6.1-6 y Cl 2.12); 8) En la necesidad y en la posibilidad que tenemos de vivir vida santa mediante
la obra expiatoria y redentora de Jesús en el Calvario, a través del poder regenerador, inspirador y
santificador del Espíritu Santo, que nos capacita para vivir como fieles testigos del poder de Cristo
(Hb 9.14 y 1Pd 1.15); 9) En el bautismo bíblico en el Espíritu Santo que nos es dado por Dios
mediante la intercesión de Cristo, con la evidencia inicial de hablar en otras lenguas, conforme a
su voluntad (Hch 1.5, 2.4, 10.44-46; .1-7);

50. 10) En la actualidad de los dones espirituales distribuidos por el Espíritu Santo a la Iglesia para
su edificación, conforme a su soberana voluntad (1Co 12.1-12); 11) En la segunda venida
premilenial de Cristo, en dos fases distintas. Primera - invisible al mundo, para arrebatar a su
Iglesia fiel de la tierra, antes de la Gran Tribulación; (1Tes 4.16, 17, 1Co 15.51-54, Ap. 20.4, Zc 14.5
y Jd 14), con su Iglesia glorificada, para reinar sobre el mundo durante mil años.

51. 12) Que todos los cristianos acudan ante el Tribunal de Cristo, para recibir la recompensa de
sus hechos en favor de la causa de Cristo en la tierra (2 Cor. 5.10); 13) En el juicio venidero que
recompensará a los fieles y condenará a los infieles (Ap. 20.11-15); 14) Y en la vida eterna de gozo
y felicidad para los fieles y de tristeza y tormento para los infieles (Mt 25.46

52. El pentecostalismo es un movimiento cristiano oriundo del protestantismo evangélico, que


afirma la importancia de la experiencia con el Espíritu Santo, iniciada por el bautismo en el Espíritu
Santo y confirmada por los dones de hablar nuevas lenguas. Entre sus principales características,
cabe destacar: énfasis en la espiritualidad y los dones espirituales, nueva dinámica litúrgica, la
tendencia a la lectura literal de los textos bíblicos, la intensa actividad de laicos en la expansión y
administración de las comunidades pentecostales y la búsqueda de la salvación del alma .
53. La teología pentecostal en Brasil, representada por la AD, todavía está en proceso de
construcción. Destaca la persona del Espíritu Santo, el bautismo del Espíritu Santo y la actualidad
de los dones del Espíritu, así como la santificación y venida de Jesús. La teología pentecostal tiene
un aspecto dinámico por su apertura a la experiencia del Espíritu y, a ciertos aspectos religiosos de
la cultura brasileña, por otro lado es de naturaleza dogmática y fundamentalista, priorizando una
lectura de la Biblia de carácter literalista.

54. La teología pentecostal actualmente se esfuerza por presentar una fe más coherente y
coherente con sus creencias y prácticas. Esto porque en sus primeras décadas, el pentecostalismo
brasileño no tenía la enseñanza teológica formal como su prioridad básica. Gunnar Vingren, uno
de los pioneros de la denominación en el país, era un pastor con formación teológica, y muy
preocupado por instruir a los primeros creyentes, con énfasis en las doctrinas pentecostales.

55. Daniel Berg y Gunnar Vingren

56. Los años de 1910 y 1911, socialmente marcados por movimientos obreros en busca de
mejores condiciones de trabajo, vieron surgir las dos más antiguas y más importantes iglesias
pentecostales en tierras brasileñas: la Congregación Cristiana de Brasil y la Asamblea de Dios. La
primera fue fundada en 1910 en la capital paulista, en el barrio de Brás, entonces densamente
poblado de italianos. Su fundador, Luigi Francescon, vivió algún tiempo en Estados Unidos, como
inmigrante, fue presbiteriano y luego abrazó el pentecostalismo. La segunda nació un año
después, en Belém do Pará.

57. Nació la Congregación de una escisión entre presbiterianos, de la misma forma que un año
más tarde la Asamblea de Dios surgir, en Belén, de bautistas disidentes. El rompimiento que
estalló en la iglesia presbiteriana del Brás fue de carácter estrictamente religioso y no social, pues
los presbiterianos no andaban metidos con las huelgas.

58. La raíz de la escisión surgía de la novedad traída por Francescon - el bautismo en el Espíritu
Santo, como una etapa más allá de la conversión. Se cindia la iglesia presbiteriana, en el Brás, no
por influencia de pastores, sino de simples creyentes bajo el carisma de un líder. Era un día de
culto. A invitación del propio pastor, Francescon ocupó el púlpito. La predicación del pentecostal
dejó al dirigente de la iglesia de tal modo irritado y contratado que éste acabó por expulsar del
templo al extraño predicador. Al abandonar el recinto, Francescon se vio rodeado por un grupo de
evangélicos. Eran las primeras adhesiones.

59. Con ellos fundó el grupo inicial de la Congregación. Nacía un pequeño templo en el Brás, que
más tarde se convertiría en la iglesia madre de la Congregación. De Francescon el grupo recién
creado recibió los primeros rasgos de su organización, enteramente diferente de la presbiteriana.
A través de él la Congregación incorporó simultáneamente la creencia en el poder del Espíritu y
fuerte tendencia iluminista caracterizadora de una manera peculiar de comunicarse con Dios - el
Espíritu Santo secreta al creyente, en oración, lo que de él desea.

60. Absorbió aún las marcas del rigorismo valdense traído por Francescon de los años vividos en el
norte de Italia. Todavía hoy perduran, transparentes en varios comportamientos religiosos y
sociales de los creyentes. De la Biblia el fundador retiró, además de la fundamentación de las
creencias, las categorías de los funcionarios de la nueva iglesia: anciano en lugar de pastor;
cooperador en lugar de presbítero.
61. En contraste con las demás iglesias pentecostales, la Congregación no tiene escuelas
dominicales. Generalmente es en ellas que los creyentes adquieren el conocimiento de los textos
bíblicos. Para la Congregación, este dispositivo de aprendizaje termina torciendo la inspiración
individual, imprimiendo un rumbo en las creencias. Al alejarlas, el iluminismo religioso acampa
solo en la lectura individual de la Biblia, cuando el creyente va aprendiendo bajo la inspiración de
Dios.

62. Corría el año 1911 cuando un extraño acontecimiento comenzó a sacudir el ambiente religioso
de una iglesia bautista en Belém do Pará. Una creyente habló en lenguas extrañas. No una vez.
Pero muchas veces, muchos creyentes presenciaron. Se extendió la noticia del inusitado
fenómeno. En el centro de esa ocurrencia estaban dos pentecostales, Daniel Berg y Gunnar
Vingren, Suecos de nacimiento, americanos por la nueva religión que traían para Brasil. Habían
sido bautistas antes de convertirse en pentecostales, allá en los Estados Unidos, por lo que
recibieron fraternal acogida de los bautistas de Belén.

63. Nua y cruda, para quien quisiera ver, allí estaba la prueba de la glossolalia, estampada en los
gestos y en el lenguaje desconocido de una creyente brasileña. Nació la escisión y era una
alternativa. La otra era la iglesia bautista convertirse en pentecostal, a lo que los pastores se
oponían. Las discusiones pasaron de las casas de los creyentes hacia el interior del templo.

64. Ate que, en un culto, quedando demasiado fuerte, la consecuencia fue un agudo
desentendimiento entre los misioneros americanos y el propio dirigente de la celebración.
Expulsados por éste, los dos pentecostales cargaron consigo un puñado de bautistas. Se fundaba la
primera iglesia de la Asamblea de Dios en Belém do Para, en junio de 1911.

65. La Biblia de Estudio Pentecostal afirma que el espíritu es el componente inmaterial del ser
humano por el cual se tiene comunión con Dios. El alma, igualmente inmaterial, es la sed de las
emociones, de la razón y de la voluntad. Anela por el contacto con el mundo y lo hace por
intermedio del cuerpo. El cuerpo es la parte del ser humano que sirve de abrigo para la dimensión
espiritual, es decir, el alma y el espíritu y que vuelve al polvo cuando la persona muere.

66. Bergstén dijo: "Dios, que es trino, creó al hombre como un ser triple, es decir, compuesto de
cuerpo, alma y espíritu". La teología pentecostal comprende que aunque los términos "alma y
espíritu" se utilizan de forma intermedia, persisten diferencias fundamentales en varios textos de
las Escrituras. Así, enseña que el Nuevo Testamento afirma que el ser humano es un ser tripartita,
compuesto de espíritu, alma y cuerpo (1 Ts 5.23).

67. En Azusa, los cultos eran largos y, en general, espontáneos. En los inicios, la música era a la
capilla, aunque uno o dos instrumentos eran tocados. Los cultos incluían cánticos, testimonios
dados por visitantes o leídos de aquellos que escribían para la Misión, oración, momento de
llamamiento para que las personas aceptar a Cristo, llaman a la santificación o al bautismo en el
Espíritu Santo, y fervorosa predicación.

68. Pearlman, teólogo pentecostal cita cuatro distinciones del alma: 1. El alma distingue la vida
humana y la vida de los irracionales de las cosas inanimadas y también de la vida inconsciente
como la vegetal; 2. El alma del ser humano lo distingue de los irracionales. Estos poseen alma,
pero es alma terrena que vive solamente mientras dure el cuerpo. El alma del hombre es
cualitativamente diferente, siendo vivificada por el espíritu;
69. 3. El alma distingue al ser humano de otro y de esa manera forma la base de la individualidad.
La palabra "alma" es, por lo tanto, usada frecuentemente en el sentido de "persona"; 4.
Finalmente, el alma distingue al ser humano no sólo de las órdenes inferiores, sino también de las
órdenes superiores de los ángeles, porque éstos no tienen cuerpos semejantes a los de los
hombres.

70. La antropología teológica pentecostal defiende que el hombre "espíritu", es capaz de tener
conocimiento de Dios y comunión con Él. Siendo "alma", él tiene conocimiento de sí mismo.
Siendo "cuerpo", a través de los sentidos tiene conocimiento del mundo. Así, las funciones quedan
así definidas: a) Espiritual: Dios habita en el espíritu; b) Moral: El yo habita en el alma; c) Física: Los
sentidos habitan en el cuerpo.

71. En la antropología teológica pentecostal hay una verdadera jerarquía de la constitución


humana, atribuyéndose mayor valor a la parte "espiritual", que la materia del ser humano. De este
modo se caracteriza por un dualismo moderado de naturaleza axiológica. Bergstén afirma: "(...) el
verdadero valor del cuerpo está en su alta finalidad de ser la morada, el tabernáculo en que habita
el alma y el espíritu del hombre (...)". El cuerpo, de ese modo, no tiene valor en sí mismo, antes su
valor consiste en ser "morada" del alma.

72. Década de 50- AD San Cristóbal

73. Década de 50- El Brasil para Cristo

74. Década de 50-Cruzadas de Boatright

75. Década de 70- AD Pernambuco

76. Década de 90 - Cruzada Evangelistica

77. Década de 2000 - Cruzada Evangelistica

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