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Hugo Enrique Vázquez Morales

Doctorado en Política de los procesos socioeducativos


Teoría política II

El orden del discurso – Reseña

El texto El orden del discurso de Michel Foucault inicia denunciando los mecanismos de
control del discurso mediante métodos de exclusión. A través de la enunciación de una
hipótesis central, el autor desarrollará todo un sistema teórico metodológico que
desembocará en el planteamiento sobre la necesidad de abordar el discurso desde una
perspectiva crítica y genealógica, argumentó central de gran parte de la obra de Foucault.
La idea que dará apertura a toda la exposición parte de la pregunta “¿Qué hay de
peligroso en el hecho de que la gente hable y de que sus discursos proliferen
indefinidamente?”1a lo que se responderá en primera instancia: “en toda sociedad la
producción del discurso está a la vez controlada, seleccionada y redistribuida por cierto
número de procedimientos que tienen por función conjurar sus poderes y peligros, dominar
el acontecimiento aleatorio, y esquivar su pesada y temible materialidad.”2
¿Con qué mecanismos será controlado el discurso? Mediante los, ya mencionados
al inicio de este texto, procedimientos de exclusión, teniendo como ejemplo más cercano
lo prohibido, terreno donde la sexualidad y la política juegan un papel preponderante. En
este sentido, Foucault afirma que “por más que en apariencia el discurso sea poca cosa, las
prohibiciones que recaen sobre él revelan muy pronto, rápidamente, su vinculación con el
deseo y con el poder”3 llevando al acto de alocución a un nuevo posicionamiento, el
discurso como objeto de deseo, producto del desplazamiento del logos al telos.
El segundo mecanismo de exclusión se dará en la oposición impuesta entre la razón
y la locura, dicotomía que, si bien el autor establece como un proceso diferenciado a la

1 Michel Foucault, El orden del discurso, Buenos Aires, Tusquets, 1992, p. 11.
2 Ídem.
3 Ibídem, p. 12.

1
voluntad de verdad, tercer dispositivo vinculado a técnicas de omisión y separación;
encuentra correspondencia en la contradicción entre lo verdadero y lo falso. La palabra
racional e institucionalizada como verdad en contraposición al discurso contingente del
individuo en estado de ensoñación.
Para Foucault, la voluntad de verdad, al igual que los demás métodos de exclusión,
se apoya en una base institucional que echa mano del sistema de libros, la pedagogía, los
laboratorios, llevando al centro de este proceso al autor, “no considerado desde luego,
como el individuo que habla, y que ha pronunciado o escrito un texto, sino al autor como
principio de agrupación del discurso, como unidad y origen de significaciones, como foco
de su coherencia.”4
Así, el principio del autor, junto con el comentario y las disciplinas, servirán de
procedimientos internos de limitación del discurso que intentan dominar los factores un
involucran al azar y el acontecimiento en el acto de alocución. De este modo, el comentario
permitirá “decir otra cosa a parte del texto mismo, con la condición de que sea ese mismo
texto el que se diga, y en cierta forma, el que se realice”5 dando paso a la transferencia de
la multiplicidad hacia un principio constructivo que enlazará textos, el discurso primero y su
reactualización en el comentario. De este modo, según Foucault “el comentario limitaba el
azar del discurso por medio del juego de una identidad que tendría la forma de la repetición
y de lo mismo [mientras que] el principio del autor limita ese mismo azar por el juego de
una identidad que tiene la forma de la individualidad y el yo.”6
Por su parte el principio de la disciplina en oposición al comentario y el autor, fija
sus límites fuera del sujeto y su discurso e independiente a la glosa en torno del primer
texto, ese que tiene que ser re descubierto; haciendo de la disciplina “un principio de
control de la producción del discurso [que] fija sus límites por el juego de una identidad que
tiene la forma de una reactualización permanente de las reglas”.7

4 Ibíd., p. 24.
5 Ibíd., p. 23.
6 Ibíd., p. 27.
7 Ibíd., p.31.

2
Un nuevo grupo de procedimientos sobre el control de los discursos será el que se
encargue de los modos de utilización y regulación, así como de accesibilidad e
inaccesibilidad. Este nuevo tipo de restricción encuentra salida en la práctica del ritual y el
establecimiento de las sociedades de discursos, y en la doctrina. En el primer caso, la
eficacia conferida a la palabra dentro de un marco de acción limitada, regula los efectos y
el valor coactivo de miembros portadores de saberes específicos. En el caso de la doctrina,
ésta “tiende a la difusión, a través de la puesta en común de un solo y mismo conjunto de
discursos, los individuos, tan numerosos como se quiera suponer, definen su dependencia
recíproca. En apariencia la única condición requerida es el reconocimiento de las mismas
verdades y la aceptación de cierta regla.”8
¿Qué hacer entonces con dichos mecanismos?, ¿Cómo utilizar los rasgos hasta ahora
identificados? Para Foucault,” replantearnos nuestra voluntad de verdad, restituir al
discurso su carácter de acontecimiento [y] borrar finalmente la soberanía del significante.”9
Discursos son escasos, cómo se producen? Rarefacción de los enunciados.pregunta
sobre la emergencia de los enunciados, se producen en circunstancias históricas.
Problematización.
Conceptualización del poder que forma parte del mismo discurso, es inmanente a
él. Cómo lo rompemos?
Hacer mapas árboles etc...

8 Ibíd . p. 36.
9 Ibíd. p. 43.

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