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UNIVERSIDAD JOSÉ CARLOS MARIÁTEGUI

Facultad de Ingeniería y
Arquitectura

Carrera Profesional de Ingeniería Civil

MONOGRAFIA

VIDA Y OBRA DE SAN AGUSTIN

PRESENTADO POR

MAMANI OCHOA EDUARDO ENRIQUE

DOCENTE: EFREN MEDARDO HUAYAPA MERMA

Para el I Semestre Académico de la Sección “B”

MOQUEGUA-PERU

2018
2 DEDICATORIA

Este trabajo se lo dedico a Dios y a mis Padres por el deseo de superación y amor que

siempre me brindan cada día en que han sabido guiar mi vida por el sendero de la

verdad a fin de poder de honrar a mi familia con los conocimientos adquiridos y

brindarme su esfuerzo y sacrificio para ofrecer una mañana mejor.

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3 INDICE

Contenido
1 CARATULA ............................................................................................................. 1

2 DEDICATORIA........................................................................................................ 2

3 INDICE ..................................................................................................................... 3

4 RESUMEN ................................................................................................................ 5

5 CAPITULO I ............................................................................................................. 6

5.1 INTRODUCCIÓN ............................................................................................. 6

5.2 OBJETIVO ........................................................................................................ 8

5.2.1 Objetivo General......................................................................................... 8

5.2.2 Objetivo Especifico .................................................................................... 8

6 CAPÍTULO II ........................................................................................................... 9

6.1 SAN AGUSTIN DE HIPONA .......................................................................... 9

6.2 REALISMO DE SAN AGUSTIN ................................................................... 14

6.2.1 El Maniqueísmo........................................................................................ 14

6.2.2 Philosophia Cristiana ................................................................................ 16

6.2.3 Teología Filosófica Agustiniana............................................................... 17

6.2.4 La Gnoseología Agustiniana .................................................................... 18

6.2.5 Antropología Agustiniana......................................................................... 19

6.2.6 Filosofía de la Historia de San Agustín .................................................... 21

6.2.7 La Influencia de San Agustín ................................................................... 22

3
6.3 Clasificación de Sus Obras .............................................................................. 24

7 CAPÍTULO III ........................................................................................................ 28

7.1 Confesiones ...................................................................................................... 28

7.2 Ciudad de Dios................................................................................................. 33

7.3 Contra los Académicos .................................................................................... 36

7.4 Sobre la Vida Feliz .......................................................................................... 37

7.5 El orden ............................................................................................................ 38

7.6 Soliloquios ....................................................................................................... 39

7.7 La Inmortalidad del Alma ................................................................................ 40

7.8 El Libre Albedrio ............................................................................................. 41

8 CAPITULO IV ........................................................................................................ 43

8.1 CONCLUSIONES ........................................................................................... 43

8.2 RECOMENDACIONES .................................................................................. 43

9 BIBLIOGRAFIA ..................................................................................................... 44

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4 RESUMEN

San Agustín nos deja su enseñanza de cómo la fe y la razón son importantes en nuestra

vida y poder llegar a la verdad única, utilizando la filosofía platónica, siendo heredero

de la patrística e iniciador de la escolástica, corriente filosófica cristiana que explica

racionalmente la doctrina cristiana.

El ser humano es un alma encerrada en un cuerpo, para Agustín hay dos grados de

realidad: dios, que es realidad inmutable, y lo creado, que es realidad mudable y

cambiante. Pero el ser humano es una realidad intermedia: con la razón se comunica con

dios y dirige su cuerpo. La ética de San Agustín tiene tres partes: la felicidad, que no la

encuentra el hombre en sí mismo, sino dios; el libre albedrio, capacidad de poder obrar

rectamente; el mal, que es el alejamiento de dios.

Para defender a los cristianos, acusados por algunos romanos de ser los causantes con su

religión de la caída del imperio romano y el abandono de los dioses tradicionales,

Agustín escribe la ciudad de dios, primera reflexión sobre filosofía de historia: según él,

en toda sociedad hay dos ciudades, la de aquellos que se aman a sí mismos y se alejan

de dios, y la de aquellos que aman a dios, y forman la ciudad de dios. La historia es la

lucha entre esas dos ciudades.

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5 CAPITULO I

5.1 INTRODUCCIÓN

En el presente trabajo realizado se da conocer la vida y obra de San Agustín quien fue

sin lugar a duda el gran hito en la filosofía patrística.

Antes de ello los padres de la iglesia en los primeros cuatros siglos buscaron caminos

para ubicar la fe cristiana dentro de un marco filosófico existente, que era sobre todo el

pensamiento platónico, estoico y neoplatónico. La preocupación principal fue la

conceptualización correcta de la doctrina cristiana, resumida por el dogma que se

formaba poco a poco.

Ya con San Agustín, la creciente filosofía cristiana llego a un grado de sistematización y

profundización, que seis siglos más tarde alcanzaría la escolástica. Por ello San Agustín

y su filosofía es como el eslabón principal entre la filosofía platónica y la fe cristiana,

dando lugar a una suerte de platonismo cristiano que determinaría gran parte de la

filosofía medieval. Sin la filosofía agustiana, no habría San Anselmo, Santo Tomas, que

deben muchísimo a sus obras dejadas por San Agustín, lo cual significo la asimilación y

la transmisión de la cultura grecorromana y judeo-cristiana a la edad media. San

Agustín fue importante representante de la patrística latina.

Para el siguiente trabajo solo desarrollamos en forma resumida las obras importantes de

San Agustín como son:

 Confesiones

 Ciudad de dios

 Contra los académicos

 Sobre la vida feliz

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 El orden

 Soliloquios

 La inmortalidad del alma

 El libre albedrio

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5.2 OBJETIVO

5.2.1 Objetivo General

 Desarrollar la vida y obra de San Agustín de Hipona.

5.2.2 Objetivo Especifico

 Conocer vida bibliográfica.

 Conocer su filosofía y teología.

 Conocer sus principales obras.

 Conocer y entender la filosofía patrística.

 Interpretar alguna de sus obras dejadas como legado.

 Conocer el realismo de San Agustín.

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6 CAPÍTULO II

VIDA Y OBRA DE SAN AGUSTÍN

6.1 SAN AGUSTIN DE HIPONA

 Biografía de San Agustín de Hipona

Agustín de Hipona (354-430 a.c) también conocido como San Agustín o, en latín su

nombre es Aurelius Augustinus Hipponensis nació el 13 de noviembre de 354 en

Tagaste de África romana ya en la actualidad conocida la ciudad de Argelia donde antes

integraba al imperio romano.

Su padre llamado Patricio, era un pequeño propietario pagano y su madre Mónica que a

futuro también llamada Santa Mónica, es puesta por la iglesia como ejemplo de mujer

cristiana, de piedad y bondad, madre abnegada y preocupada siempre por el bienestar de

su familia, aun bajo circunstancias más adversas.

Fue su madre Mónica quien ejerció una influencia constante y decisiva sobre San

Agustín al inculcarle principios básicos de la religión cristiana y al ver como el joven

Agustín se separaba del camino del cristianismo, su madre se entregó a la oración

constante en medio de un gran sufrimiento. Años más tarde Agustín se llamara a si

mismo como el hijo de las lágrimas de su madre. En tagaste, Agustín comenzó sus

estudios básicos, posteriormente su padre lo envió a Madaura a realizar estudios de

gramática y retórica que durante sus años de estudiante desarrollo una irresistible

atracción hacia el teatro. Al mismo tiempo, gustaba en gran medida de recibir halagos y

fama que encontró fácilmente en aquellos primeros años de su juventud. Sobresalió en

concursos poéticos y certámenes públicos. Aunque se dejaba llevar por sus pasiones y

seguía abiertamente los impulsos de su espíritu sensual, no abandono sus estudios de

filosofía, el mismo Agustín hizo una fuerte crítica sobre su etapa de su juventud en su

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libro confesiones. Hasta que la lectura de Cicerón le llevó a la investigación filosófica,

ciencia que sobresalió. Durante esta época el joven Agustín conoció a una mujer con la

que mantuvo una relación estable de catorce años y con el cual tuvo un hijo de nombre

Adeodato.

En 374 se adhirió a la secta de los maniqueos, cuya concepción dualista del mundo dejo

huellas en toda su obra teológica y filosófica creyendo que en este sistema encontraría

un modelo según el cual podría orientar su vida. Varios años siguió esta doctrina y

finalmente, decepcionado, la abandono al considerar que era una doctrina simplista que

apoyaba la pasividad del bien ante el mal.

Figura 1: San Agustín y Santa Mónica (madre)

Sumido en una gran frustración personal decidió, en 383, partir para roma, la capital del

imperio romano. Su madre quiso acompañarle, pero Agustín la engaño y la dejo en

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tierra, ya en roma Agustín se enfermó de gravedad. Tras restablecerse, y gracias a su

amigo y protector Simaco, prefecto de roma, fue nombrado magister rhetoricae en

Mediolanum, la actual Milán. Agustín como maniqueo y orador imperial en Milán era

rival en oratoria del obispo Ambrosio de Milán. Pero Agustín encontró en la figura de

Ambrosio, un representante destacado del cristianismo. Se dejó persuadir para ser

catecúmeno a las celebraciones litúrgicas del obispo Ambrosio, quedando admirado de

sus predicas y su corazón; al mismo tiempo fue Ambrosio de Milán quien le hizo

conocer los escritos de Plotino y la filosofía platónica, como también las epístolas de

Pablo de Tarso. Por medio de estos escritos se convirtió al cristianismo.

Entonces Agustín decidió romper definitivamente con el maniqueísmo, esta noticia la

lleno de gozo a su madre, que había viajado a Italia para estar con su hijo, y que se

encargó de buscarle un matrimonio acorde con su estado social y dirigirle hacia el

bautismo. En vez de optar por casarse con la mujer que Mónica le había buscado,

decidió vivir en ascesis; decisión a la que llego después de haber conocido los escritos

neoplatónicos gracias al sacerdote Simpliciano. Los platónicos le ayudaron a resolver el

problema del materialismo y del mal.

El obispo Ambrosio le ofreció la clave para interpretar el Antiguo Testamento y

encontrar en la biblia la fuente de la fe. Por último, la lectura de los textos de san pablo

le ayudo a Agustín a solucionar el problema de la mediación vinculado al de la

comunión de los santos y al de la gracia divina. Según cuenta el mismo Agustín, la

crisis decisiva precia a la conversión, se dio estando en el jardín con su amigo Alipio,

reflexionado sobre el ejemplo de Antonio, oyó la voz de un niño de una casa vecina que

decía: “TOMA Y LEE”, y entendiéndolo como una invitación divina, cogió la biblia, lo

abrió por las cartas de san pablo y leyó el pasaje: nada de comilonas y borracheras, nada

de lujurias y desenfrenos, nada de rivalidades y envidias. Revestíos más bien del señor

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Jesucristo y no os preocupéis de la carne para satisfacer de sus concupiscencias (Rom.

13,13-14). Al llegar al final de esta frase se desvanecieron todas las sombras de duda.

En 385 Agustín se convirtió al cristianismo.

En 386 se consagro al estudio formal y metódico de las ideas del cristianismo. Renuncio

a su catedra y se retiró con su madre y unos compañeros a casiciaco, cerca de Milán,

para dedicarse por completo al estudio y a la meditación.

El 24 de abril de 387, a los treinta y tres años de edad, fue bautizado en Milán por el

santo obispo Ambrosio. Ya bautizado, regreso a África. Pero antes de embarcarse, su

madre Mónica murió en Ostia, el puerto cerca de Roma.

Figura 2: Agustín es Bautizado por el Obispo Ambrosio.

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Cuando llegó a Tagaste, Agustín vendió todos sus bienes y el producto de la venta lo

repartió entre los pobres. Se retiró con unos compañeros a vivir en una pequeña

propiedad para hacer allí vida monacal. Años después esta experiencia fue la inspiración

para su famosa Regla. A pesar de su búsqueda de la soledad y el aislamiento, la fama de

Agustín se extendió por todo el país.

En 391 viajó a Hipona para buscar a un posible candidato a la vida monástica, pero

durante una celebración litúrgica fue elegido por la comunidad para que fuese ordenado

sacerdote, a causa de las necesidades del obispo Valerio de Hipona. Agustín aceptó, tras

resistir, esta elección, si bien con lágrimas en sus ojos. Algo parecido sucedió cuando se

le consagró como obispo en el 395. Entonces abandonó el monasterio de laicos y se

instaló en la casa episcopal, que transformó en un monasterio de clérigos.

La actividad episcopal de Agustín fue enorme y variada. Predicó y escribió

incansablemente, polemizó con aquellos que iban en contra de la ortodoxia de la

doctrina cristiana de aquel entonces, presidió concilios y resolvió los problemas más

diversos que le presentaban sus fieles. Se enfrentó a maniqueos, donatistas, arrianos,

pelagianos, priscilianistas, académicos, etc. Participó en los Concilios regionales III de

Hipona del 393, III de Cartago del 397 y IV de Cartago del 419, en los dos últimos

como presidente y en los cuales se sancionó definitivamente el Canon bíblico que había

sido hecho por el papa Dámaso I en Roma en el Sínodo del 382.

Ya como obispo, escribió libros que lo posicionan como uno de los cuatro principales

Padres de la Iglesia latinos. La vida de Agustín fue un claro ejemplo del cambio que

logró con la adopción de un conjunto de creencias y valores.

Agustín murió en Hipona el 28 de agosto de 430 durante el sitio al que los vándalos de

Genserico sometieron la ciudad durante la invasión de la provincia romana de África.

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Su cuerpo, en fecha incierta, fue trasladado a Cerdeña y, hacia el 725, a Pavía, a la

basílica de San Pietro in Ciel d'Oro, donde reposa hoy.

Figura 3: Tumba de San Agustín

6.2 REALISMO DE SAN AGUSTIN

6.2.1 El Maniqueísmo

Poco después de la lectura de Hortensius de Cicerón, San Agustín se declaró seguidor

de los maniqueos. El maniqueísmo es la primera fuente de la filosofía agustiniana, y

siempre quedará vigente debajo de la superficie, aunque San Agustín más tarde

explícitamente renuncio a esta secta filosófica.

El maniqueísmo es una doctrina sincretista, compuesta de elementos gnósticos,

babilónicos, judíos, cristianos e iranios, y sostenida por el persa Mani (216-273), quien

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quería dar una alternativa a la religión de Zoroaster (Zarathustra). San Agustín conocía

el maniqueísmo como una forma gnóstica del cristianismo.

Los principios fundamentales del maniqueísmo son los siguientes:

a) Dualismo Ontológico

El mundo real es el campo de batalla entre dos principios. El reino de la luz, el reino de

la oscuridad, estos dos principios son co-eternos, sustanciales y no-creados.

b) Dualismo Antropológico

La lucha cósmica entre el principio y el principio malo también su escenario en el ser

humano. El hombre, el bien y el mal están luchando permanentemente.

c) Dualismo teológico

Dios no puede ser creador del mal; por lo tanto, otro principio ontológico es causa del

mal. Este es un dios malo, por muchos identificados con el dios del antiguo testamento

(marcionismo).

d) Dualismo Metafísico

Entre el espíritu como principio del reino de la luz y la materia como principio del reino

de la oscuridad existe un antagonismo eterno e irreconciliable. De ahí un desprecio de

todo lo material y corporal como algo diabólico.

e) Ética de Ascética Radical

El seguidor del maniqueísmo se abstiene de todo tipo de carne y bebidas alcohólicas, de

la sexualidad y del trabajo manual.

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f) La salvación consiste en escapar del mundo material y corporal por medio de la

ascética y la gnosis. Este escapismo le hace indiferente a todo tipo de

compromiso social o político.

6.2.2 Philosophia Cristiana

La segunda fuente de la filosofía agustiniana fue el neoplatonismo. San Agustín

conocía a través de San Ambrosio las obras de los neoplatónicos, sobre todo de Porfirio

(enneada) y de Plotino. Habiendo abandonado la doctrina maniquea, el reconoció en el

neoplatonismo una posibilidad de pensar el universo sin asumir un dualismo ontológico.

El mal, según los neoplatónicos, es Privatio boni, es decir, la ausencia del bien. No tiene

entonces sustancialidad, ni menos es un principio divino. Él neoplatonismo va ser el

marco filosófico permanente para reflexionar la fe cristiana.

San Agustín no puede ser denominado simplemente neoplatónico; empieza a crear una

síntesis filosófica entre neoplatonismo (con fuertes colores maniqueos) y cristianismo.

Esta labor creativa merece por primera vez el título de una filosofía cristiana. La fe

revelada en la sagrada escritura sirve como punto de partida y fundamento absoluto,

pero requiere una reflexión filosófica más profunda. Para tal fin el neoplatonismo, como

paradigma vigente en aquel tiempo, sirvió como marco teórico y conceptual. Aunque no

le convenció el neoplatonismo en su totalidad, San Agustín lo asumió como

instrumento.

Lo que lamentó, sobre todo, fue la ausencia del amor divino y de la gracia en la doctrina

neoplatónica; además rechazo tajantemente la doctrina de la emanación y de

consecuencias docéticas para la cristología. El momento central de la encarnación no

fue posible concebirlo dentro de la filosofía neoplatónica.

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6.2.3 Teología Filosófica Agustiniana

Para San Agustín la realidad no puede ser comprendida en si misma (inmanentemente),

sino solo en relación con su origen. La realidad es fundamentalmente creación, es decir,

dependiente en un ser de dios, quien es la causa última de todo lo que existe. Con esta

concepción rechazo la tesis biteista de los maniqueos que decían que la realidad

proviene de un dios malo opuesto a un dios bueno, así entonces Agustín introdujo la

concepción de la trascendencia, para describir la diferencia absoluta entre el ser creado

y el creador. Dios no es parte del cosmos como lo afirmaban los maniqueos, sino

Agustín lo trasciende como condición de su ser.

San Agustín rechaza la doctrina platónica de la existencia trascendente de un reino de

ideas (idealismo objetivo), pero la adapta para su concepción teológica. En lugar de las

ideas más bien es el mismo intelecto divino, que sirve como imagen ejemplar para la

creación del mundo.

San Agustín empieza con una amplia tradición de pruebas filosóficas de la existencia de

dios, aunque en forma embrionaria.

Figura 4: San Agustín De Hipona

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6.2.4 La Gnoseología Agustiniana

La vida de San Agustín es una manifestación de su búsqueda de la verdad; empieza con

el maniqueísmo, pasa por el neoplatonismo y llega a la doctrina cristina. En este último

encontró dos interrogantes principales: ¿existe la verdad? Y ¿es posible encontrarla?.

Para Agustín está convencido de que la verdad puede ser conocida, y deja de esta

manera atrás la posición escéptica, que el mismo había asumido años antes. Para ello da

el nombre de anti-escéptica ya nos demuestra que el modelo gnoseológico que emplea

San Agustín en un modelo intelectualista, parecido al modelo platónico.

Como intelecto humano también es parte de la creación, para San Agustín es necesario

otro momento trascendente en el proceso gnoseológico, que él llama iluminación. La

razón solo puede llegar a verdades eternas e inmutables, porque la misma verdad, que es

dios, ilumina la capacidad intelectual en juzgar sobre los datos de la sensación. De esta

manera el alma tiene ideas verdaderas, sin tener que asumir la doctrina platónica de la

anamnesis. La búsqueda de la verdad en el camino interior hasta el fondo del alma,

acompañada por la luz divina que es eficiente independientemente de la fe. Cada

hombre es iluminado, sepa o no de la fuente de iluminación. Dios en este sentido es

magister interior que nos instruye desde la misma alma sin darnos cuenta de ello. De ahí

la famosa frase de San Agustín “dios está dentro de mí, mas interior que lo más íntimo

mío, y más elevado que lo más sumo mío “.

La gnoseología agustiniana es un intelectualismo, diferente del intelectualismo

platónico y neoplatónico, pero también diferente de un ontologismo místico de la visión

beatifica. La iluminación no es algo sobrenatural, pero sin embargo algo trascendente.

La búsqueda de la verdad es una elevación espiritual, que es la conquista de una

interioridad cada vez más profunda: interiorizarse para trascenderse. Este auto

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trascendencia es la figura paradójica de un conocimiento a priori que no se encierra en

una razón absoluta, como sería el caso del racionalismo extremo de la iluminación.

Para San Agustín tematiza de una manera mucho más profunda el ya antiguo problema

de la relación entre razón y fe. Este principio que iría a ser el hilo conductor para la

filosofía medieval, insiste a la vez en una cierta autonomía de la filosofía, como también

en el aporte epistemológico necesario de la fe para llegar a la plena verdad. Aunque el

filósofo pueda llegar al conocimiento de muchas verdades, no llega a conocer la última

base de esta iluminación, porque esto es el privilegio de la fe.

6.2.5 Antropología Agustiniana

Es justamente la antropología en donde San Agustín depende más de Platón y del

neoplatonismo, y a la vez trasciende al platonismo en algunos aspectos muy

importantes. La misma experiencia con los maniqueos dejo sus huellas en la definición

del hombre como alma que se sirve de un cuerpo, tenemos aquí una tendencia a

menospreciar la dimensión espiritual. Aunque San Agustín también había afirmado la

unidad del hombre, no llego a compatibilizar ésta con la dualidad de alma y cuerpo. En

la antropología agustiniana un ejemplo muy claro de la incompatibilidad de dos

paradigmas: la antropología platónica y la antropología cristiana. Este dilema

determinaría gran parte de la filosofía medieval.

El hombre es fundamentalmente imagen de dios, y como tal es bueno en todos sus

aspectos creados. Pero la inclinación equivocada del alma (no del cuerpo) hace

oscurecer esta condición de imagen, aunque sigue existiendo el deseo hacia dios. El

hombre recién llega a su plenitud y perfección en la visión de dios que es idéntica a la

felicidad. El camino hacia este fin es un proceso de interiorización y espiritualización

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cada más radicales. Para San Agustín, dios está presente en primer lugar en mi propia

alma, y no es el prójimo el que me necesita.

Para San Agustín la facultad más noble en el hombre no es su razón, sino su voluntad y

su libertad. Con esta concepción se opone a una larga tradición racionalista, que

subordina la voluntad a la razón, tanto en la corriente platónica como aristotélica. Asi

trata de refutar filosóficamente el determinismo antropológico latente de la filosofía

antigua, que hace seguir al hombre ciegamente su propia naturaleza racional. San

Agustín insiste en la voluntad de querer y no querer, cada querer implica a la vez un no

querer. El fundamento de tal apertura volitiva es la libertad, que no es determinada ni

por la misma razón. El único guía de la libertad es el amor, que impide una perversión

de la misma. De ahí la famosa frase de San Agustín “ama y haz lo que quieras”.

Unas de las preocupaciones principales de San Agustín fue desde sus tiempos

maniqueos la cuestión del mal y su origen. Después de haber abandonado la solución

biteista del maniqueísmo, rechaza la doctrina ontológica del mal: el mal no existe como

un principio ni como un ente en sí mismo. No es el mundo y las cosas en el que son

malos, sino su aspecto corrompido. Las cosas en cuanto a su existencia son buenas,

porque provienen de dios. El mal no es ser, sino deficiencia; el mal es privación, la

limitación del ser inherente a las criaturas es causa del mal físico; y la concupiscencia es

causa del mal moral.

En los últimos años, San Agustín se dedicó al tema de la relación entre libertad y gracia,

sobre todo en controversia con el racionalismo de Pelagio y del semi-pelagianismo.

Pelagio enfatiza la importancia del libre albedrio y de la naturaleza humana para llegar a

la salvación; la gracia es simplemente la perfección de las obras realizadas por el

hombre. Pero para San Agustín el pecado original ha cambiado totalmente la condición

20
natural del hombre: Adán antes podía no pecar pero después esto ya es posible. Solo la

gracia divina mediante el logos como verbo encarnado- hace posible el rescate de la

naturaleza humana. La gracia no anula la libertad para hacer el bien, sino que libera al

libre albedrio de la posibilidad de hacer el mal. Sin querer queriendo, San Agustín cae

en un determinismo teológico sobre todo en su afinación de la predestinación divina

supralapsaria. Además, el pensar sobre el pecado original y la gracia le llevan a asumir

una posición cada vez negativa frente a lo corporal y la sexualidad. Vemos entonces una

cierta tensión entre sus concepciones filosóficas, debida a trasfondos diferentes.

6.2.6 Filosofía de la Historia de San Agustín

La última obra de San Agustín, la ciudad de dios es una historia sapiencial, una filosofía

o teología de la historia. Es la primera vez que el desarrollo histórico entra como tema a

la filosofía, debido a un cambio significativo en la concepción del tiempo. Para la

filosofía antigua, el tiempo es circular o en última instancia una apariencia no realmente

existente; con la concepción lineal del tiempo del cristianismo, la historia se vuelve

tema importante de la reflexión filosófica y teológica. El mundo ya no es considerado

como eterno, sino como resultado de una creación en el tiempo. Además, la salvación se

realiza históricamente teniendo como eje el hecho histórico de la encarnación del logos

en Jesucristo y se concibe también un fin del tiempo en el juicio final.

Según San Agustín, la vida individual del hombre esta denominada por una alternativa

fundamental: vivir según la carne o vivir según el espíritu. La misma alternativa domina

la historia de la humanidad, que está constituida por la lucha de dos ciudades o reinos:

la ciudad terrena y la ciudad de dios. Aunque las dos ciudades son invisibles y más bien

principios antagónicos, cada hombre pertenece por su conducta a una de ellos. No se

puede identificar la ciudad de dios con la iglesia, ni la ciudad terrena con el estado.

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La ciudad de dios es la comunidad de los justos, que viven según el espíritu, constituida

desde la eternidad para los ángeles buenos y para todos los hombres buenos. La ciudad

terrena corresponde a la comunidad de hombre impío que viven según la carne y que

están bajo la influencia del diablo. Esta ciudad es consecuencia del pecado y no aporta

nada para la construcción de la ciudad eterna de dios. A partir de esta concepción

dualista que en el fondo es una buena herencia maniquea , San Agustín a un

antagonismo entre lo terrenal y lo celestial, lo corporal y lo espiritual, lo exterior y lo

interior, lo político y lo religioso. Para el hombre que se fija en la ciudad de dios, la vida

terrestre no le sirve para nada; entonces no tiene sentido comprometerse en lo social y

político para cambiar las condiciones de vida.

He aquí la base para una tradición muy importante dentro de la teología y filosofía

cristiana. El escapismo y el dualismo histórico. La situación socio- política concreta es

parte de la carne y de la influencia diabólica, por lo tanto es inútil intentar cambiar las

circunstancias. El camino del cristiano consiste en retirarse de este mundo a un mundo

interior para llegar a la ciudad de dios lo antes posible porque obedece a las leyes de la

carne. con esta concepción dualista, San Agustín puede hasta justificar la esclavitud

como una consecuencia de la caída original, no es tarea de un cristiano luchar contra la

esclavitud y otras injusticias. La identificación anterior de la ciudad de dios con la

iglesia visible ha profundizado más todavía este dualismo social e histórico; con la

consecuencia de que la teología se ha vuelto cada vez más individualista y espiritual.

6.2.7 La Influencia de San Agustín

San Agustín puede ser visto como el engranaje más importante entre la filosofía antigua

(sobre todo en la forma del neoplatonismo) y la doctrina cristiana. Por primera vez

surge una síntesis de dos concepciones fundamentalmente opuestas, pero de una

afinidad tentadora. San Agustín puede ser denominado el Platón cristiano y su filosofía

22
es un platonismo cristiano, o un cristianismo platónico. Por medio de su filosofía, la

tradición platónica llego a la escolástica y hasta la modernidad. San Agustín puso las

bases para muchas concepciones teológicas y filosóficas que tendrían un impacto hasta

nuestros días. A partir de él, la doctrina cristiana tiene una fuerte tendencia dualista

(desprecio de lo corporal y lo social), la relación religiosa es una relación entre alma y

dios, menospreciando el campo socio político como lugar de compromiso cristiano.

El agustinismo, como corriente que tiene su base en el pensamiento de San Agustín,

está vigente a través de la historia de la filosofía y teología hasta nuestros días. Podemos

determinar cómo ideas características del agustinismo las siguientes:

 La primacía de la voluntad sobre el entendimiento ( voluntarismo)

 Un modelo gnoseológico intelectualista, según el cual los conocimientos surgen

independientemente de la sensación externa, iluminados por el concurso de dios

(ilusionismo).

 El hilemorfismo universal, insistiendo en la positividad de la materia como

existente.

 La pluralidad de formas sustanciales en el individuo.

 La identidad de alma y sus facultades.

 La imposibilidad de la creación ab aeterno.

 La identificación de la filosofía y la teología en una única sabiduría (rechazo de

la doctrina de las dos verdades).

 Demostración ontológica de la existencia de dios.

La influencia de San Agustín se puede notar en la escolástica platónica de la filosofía

medieval temprana, en la tradición franciscana, hasta en los protagonistas de la filosofía

moderna. La reforma luterana debe mucho a San Agustín, sobre todo sus pensamientos

23
sobre gracia y predestinación, pero también su dualismo teológico, esto hasta influye en

la teología dialéctica de nuestro siglo.

6.3 Clasificación de Sus Obras

1. Autobiográficas

 Las confesiones

 Las retractaciones

2. Filosóficas

 Casiciaco

 Contra los académicos

 De la vida feliz

 El orden

 Soliloquios

 Milán

 La inmortalidad del alma

 La dialéctica

 Roma

 La dimensión del alma

 El libre albedrío

 Tagaste

 La música

 El maestro

3. Apologéticas

 De la verdadera religión

 De la utilidad de creer

 De la fe en lo que no se ve

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 La adivinación diabólica

 La ciudad de dios

4. Dogmáticas

 La fe y el símbolo de los apóstoles

 Ochenta y tres cuestiones diversas

 Cuestiones diversas a Simpliciano

 Respuesta a las ocho preguntas de dulcicio

 La fe y las obras

 Manual de la fe, esperanza y caridad

 Trinidad

5. Morales Pastorales

 La mentira

 Contra la mentira

 El combate cristiano

 La catequesis a principiantes

 La bondad del matrimonio

 La santa virginidad

 La bondad de la viudez

 La continencia

 La paciencia

 Las uniones adulterinas

 La piedad con los difuntos

6. Monástica

 Regla a los siervos de dios

 El trabajo de los monjes

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7. Exegéticas

 Generales

o La doctrina cristiana

o El espejo de la sagrada escritura

 Antiguo testamento

o Comentario al génesis en replica a los maniqueos

o Comentario literal al génesis (incompleto)

o Comentario literal al génesis

o Locuciones del Heptateuco

o Cuestiones sobre el Heptateuco

o Anotaciones al libro de Job

o Ocho cuestiones del antiguo testamento

 Nuevo testamento

o El sermón de la montañas

o Cuestiones sobre los evangelios

o Exposición de algunos textos de la carta a los romanos

o Exposición de la carta a los gálatas

o Exposición incoada de la carta a los romanos

o Diecisiete cuestiones sobre el evangelio de san mateo

o Concordancia de los evangelistas

8. Polémicas

 Contra los herejías en general

 Contra priscilianistas, marcionistas y judíos

 Contra el arrianismo

 Contra los maniqueos

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 Contra los donatistas

 Contra los pelagianos

9. Epistolares

 Cartas 1-123

 Cartas 124-187

 Cartas 188-270

10. Homilèticas

 Comentarios a san juan

 Comentarios a los salmos

 Sermones

11. Atribuidas

 El amor a dios

 Combate entre vicios y las virtudes

 Carta de prospero de Aquitania a Rufino sobre la gracia y el libre

albedrio

 Debate entre la iglesia y la sinagoga

 La escala del paraíso

 El espíritu y el alma

 La fe, dedicado a pedro

 Manual de elevación espiritual

 Meditaciones

 Salterio( compuesto para su madre)

 Sentencias, de prospero de Aquitania tomadas de Agustín

 Soliloquios de alma a dios

 Tratado sobre la asunción de santa María virgen

27
7 CAPÍTULO III

OBRAS DE SAN AGUSTIN

7.1 Confesiones

Las confesiones es la obra donde San Agustín se encamina a favor de una alabanza

ideal. El santo obispo asume una actitud de hijo enamorado, tanto de su madre Mónica,

actitud que exalta el santo en sus años de madurez, como también del sumo bien; Dios.

Para ese entonces el concepto acerca de Dios ya había adquirido otro sentido, a

diferencia del mundo griego, ahora se apreciaría como un ser individual. Agustín marcó

una diferencia crucial dentro del pensamiento patrístico, sus confesiones son la pauta

para el cristiano ferviente. Tomase de las confesiones el modelo, el arquetipo de hombre

redimido, del hombre arrepentido por los pecados (errores) de antaño. Así, San Agustín

suplica y pide asistencia hasta por lo cometido en la infancia, proponiendo el de Hipona,

perdón para con sus errores infantiles y precoces. Hasta en la infancia llegó a pecar san

Agustín, porque estaba lejos de la verdad, así nos confiesa él. Siendo un hombre, le

confiesa su fervor a cristo y al amor divino, Dios.

En realidad son trece los libros que conforman a las confesiones, en ellos se denota

claramente el recorrido lineal de la vida de san Agustín, desde su infancia hasta su

invocación al Dios cristiano. Es la historia de un hombre que visto desde un punto

determinado, conoció la oscuridad, ilusión pura, para acceder a la luz que emana del

bien supremo, todo esto, producto del orden de la providencia y la gracia del señor. La

vida de Agustín es toda una peripecia, diversas situaciones, en las que tiene que sufrir la

muerte de sus seres queridos y allegados, donde parece que va perfeccionándose,

purificándose el oriundo de Tagaste gracias a las experiencias, y porque se dirige a Dios

a medida que se arrepiente de lo efectuado. Dentro del maniqueísmo el de Hipona

28
enfrenta serios líos y contradicciones, debido a que el espíritu de San Agustín es

filosófico y más allá de ello, es fiel para con el padre, cosa que él mismo diría al

momento de elaborar sus confesiones. Lejos de las “tablas de Mani” difunde la verdad

del cristo. Agustín es un “guerrero” que trata conciliar la fe y la razón, por eso lucha

contra las inconsistencias, que él percibe en el maniqueísmo. Tras un recorrido de vida,

con trasfondo psicológico, el de Hipona se libera, reafirma, interioriza, contempla,

reflexiona y discierne, cual buen filósofo. Aunque crítica la soberbia del filósofo que

atiende al saber sólo de las cosas del mundo. La filosofía en esta época emprendía otro

sendero, donde poco a poco se convertiría en la sierva de la teología. De este modo,

Agustín trata de conciliar la filosofía y la religión, con una actitud de: “saber leer en el

interior del ser, para creer y creer, para leer en el interior del ser”. Al plasmar de esta

forma su pensamiento el santo, notamos con gran claridad cómo se compendia el

pensamiento griego; claro está, enfocado hacia otro rumbo, desde lo retórico, hasta lo

platónico, marcando una diferencia crucial desde ese momento, la cual, llegaría hasta la

edad media. Muchos dicen que hablar de san Agustín es hablar de la patrística, si bien

sabemos que el santo produjo una gran cantidad de material literario, las confesiones

son una obra de suma importancia no sólo porque son una especie de autobiografía,

explícitamente hablando, sino porque en ella vemos como él, siendo ejemplo con su

vida misma, dejo atrás el vicio propio del hombre y fue evocándose paulatinamente en

dirección a la línea trazada por las enseñanzas de Cristo. Versado en las artes retóricas,

Agustín conoce ciertos textos y sobre otras cosas, carga con él, las dotes de persuasión,

propios del gran retórico. El santo conoce el latín pero confiesa que el griego no es

completamente de su agrado. Sin bien fue maniqueo y cayó en la creencia de la

existencia del mal y en un sin número de supersticiones y ritos, consigue desligarse del

llamado "paganismo".

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Las confesiones son muestra del trayecto que la vida de san Agustín recorre, esto, en

voz del propio doctor de la patrística. San Agustín abogaba por el proceso de

interiorización, ya que para él, el hombre se caracterizaba por una actitud de búsqueda

constante que lo conduce a la auto-trascendencia, a buscar más allá de sí mismo. El

punto de partida para la búsqueda de la verdad (Dios) no se halla en el exterior sino en

el interior; es decir, en la intimidad de la conciencia. De esta manera el pensamiento

agustiniano emprende su andar, de una llamada a la interiorización. Así “la verdad

habita en el interior del hombre”. El obispo interioriza y se mueve dentro de un proceso

reflexivo. Si bien sabe Agustín, que el padre conoce ya, antes y después lo que hará el

hombre, la confesión significa; la purificación, donde el hombre por medio de la

voluntad se conduce hacia Dios. El hombre es libre por su voluntad no por su razón,

esta es una gran diferencia entre el pensamiento griego y el agustiniano, donde

posteriormente será alimento para el medieval. Ya no se rige el hombre por la autarquía.

Con Agustín la vida (destino) se da en la providencia. Además a diferencia de los

maniqueos, vemos como en las confesiones, el concepto de Dios, se propone como un

ser incorpóreo. Si, pues, en el pensamiento patriótico-agustiniano, el mal sólo es

ausencia de bien; como cristiano Agustín deja atrás la cosmovisión maniquea, que le

otorga al mal consistencia, existencia.

Al final vemos como el de Hipona se acurruca en los brazos sutiles e intangibles pero

omnipotentes y omnipresentes del señor. Si, ahora Mónica, la fiel madre del santo, a

diferencia del padre de Agustín gentil y con sangre romana, podrá estar tranquila

porque, ella, que tanto veneraba a su hijo estando el oriundo de Tagaste en la flor de su

juventud, le rogaba a la providencia, esperando que ésta, le brindara razón y luz. Al hijo

, este hombre que corrompido por el vicio, que lo llevaba a permanecer distante de Dios,

30
según la propia pluma y tinta del obispo, después sería santo y confesaría al cielo su

vida misma, uniendo así su dirección al caminar divino.

Al respecto a su contenido, puede ser descrito como una conversación directa de este

teólogo católico con Dios, en la cual le confiesa a este ente divino cómo ha sido su vida

desde su nacimiento hasta el momento desde el que escribe, una vez que se ha

convertido al cristianismo. En este sentido, es importante acotar también que

Confesiones de San Agustín es entendida como la primera autobiografía escrita en

occidente, pese a que no se puede decir que sea completa, ya que este teólogo africano

la escribió a los cuarenta años, falleciendo treinta y seis años después.

En consecuencia, en la trama del libro, San Agustín comienza por referir cómo

transcurrió su infancia y su adolescencia. De igual manera, este santo católico habla

sobre lo que fue su juventud pecadora, e incluso en sus confesiones expone cómo fue su

llegada y permanencia dentro de la doctrina conocida como Maniqueísmo. De igual

forma, San Agustín cuenta cómo en el transcurso de su vida volvió a acercarse al

cristianismo, religión con la que había tenido contacto cuando niño, pero que no fue

hasta su edad adulta que llenó su corazón, encaminándolo hacia su conversión y práctica

como católico. Finalmente, este santo habla sobre cómo fue el conocimiento y la

vivencia durante sus primeros estadios como católico converso.

31
Figura 5: San Agustín Escribiendo su Libro.

Cabe resaltar que las confesiones de San Agustín a la obra escrita entre el año 397 y 398

d.C. por el teólogo católico Aureliano Agustín de Hipona, mejor conocido en occidente

como San Agustín de Hipona, o simplemente San Agustín.

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7.2 Ciudad de Dios

Fue una de las grandes obras de San Agustín, a parte de Las Confesiones, es La Ciudad

de Dios, que se trata de una propuesta sobre una nueva forma de sociedad civil, que

pretende impulsar los valores de la humanidad en virtud de vivir conforme a la doctrina

cristiana. También es escrita para responder a las críticas que los paganos hacían contra

el cristianismo. Esta obra se escribió en los años de la vejez de San Agustín, entre el 412

y el 426,

En este libro, San Agustín, increpa a los paganos que imputaban a la religión cristiana,

menciona la prohibición del culto a los dioses, las calamidades de Roma y su reciente

aislamiento. También trata de las desgracias y gracias que fueron comunes tanto para

los bueno como para los malos, es decir, los que actuaban de mala manera recibían su

castigo y los que actuaban de buena manera recibían todo lo bueno de Dios.

Esta obra esta dividid en 22 libros que describen hasta cierto punto la utopía de una

sociedad celestial que se debe empezar a vivir ya en la tierra y cuyos principios están en

contra de la sociedad pagana

San Agustín motivado por enseñar las verdades de fe que han sido olvidadas, no

enseñadas u opacadas por otras corrientes politeístas que habían dentro de la sociedad

civil romana, redacta una apología contra los incrédulos, en la cual se empieza

afirmando que el amor de Dios a su creación le llevó a tomar la decisión de prometer

una ciudad muy especial, que trasciende los límites de lo terreno para aquellos que

emprendan el camino de obrar según sus mandatos, “la ciudad de Dios o ciudad

celeste”, ya que Dios que es justo, da a cada quien lo que se merece, según sus acciones.

Esta ciudad se encuentra en lo eterno, en lo inmutable, en aquello donde nada perece;

esta ciudad ya había sido prometida dentro de las escrituras, más para alcanzarla dice

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San Agustín que solamente el hombre bueno podrá llegar a ella, pero, ¿qué se necesita

para ser un hombre que obra según los mandatos de Dios? Ante todo se hace referencia

a que la persona es dotada de la capacidad de libertad, de decidir cómo obrar en su

realidad, porque el mismo Dios ha donado a los hombres este libre albedrio que le da a

cada uno la capacidad de actuar según su propia voluntad en “la ciudad terrena”, del

mismo modo, se hace la distinción de que Dios “hizo al hombre animal racional de alma

y cuerpo” e incluso esta racionalidad nos permite conocer y distinguir lo mutable de lo

inmutable. Por este motivo, éste debe ser consciente de todas sus acciones,

orientándolas a la búsqueda de la verdadera felicidad que es Dios mismo, quien es el

autor por excelencia de toda la creación, afirma San Agustín. Sin embargo, algunos

hombres habiéndose dejado llevar por la perversión de su voluntad, gozan para sí

mismos de los bienes terrenos que la divinidad les ha otorgado libremente,

convirtiéndose en egoístas y en viciosos del placer mundano. En cambio, lo ideal que

plantea San Agustín seria que “de las cosas temporales debemos usar, no gozar, para

merecer gozar las eternas”, Debido a que la moral del hombre debe encaminarse al bien

del yo, y al del otro, cristianamente conocido como el amor al prójimo. Para esto

mismo, San Agustín, afirma que Dios aparte de los sentidos externos que le ha

concedido al hombre, le ha dado un sentido interno que proviene de lo divino, el cual lo

ilumina y le hace darse cuenta de que ama aquello que lo ha creado, en consecuencia

esto lo lleva a saciar este vacío, esto lo logra en la adhesión plena a la voluntad de Dios,

en cambio, aquel que no se adhiere a Él no alcanza la felicidad eterna, sino una

perecedera. “Los ciudadanos de la ciudad terrena dieron la primacía a sus dioses sobre

el Fundador de la Ciudad de santa, sin advertir que él es el Dios de los dioses, y no de

los dioses falsos, o sea, de los impíos y soberbios”. Este es un claro ejemplo que sale a

relucir por lo que anteriormente afirmaba San Agustín, el error ha sido que los paganos

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al adoptaron otras deidades, que fueron creadas por ellos mismos, los cuales los llevan a

amar desordenadamente las cosas de la tierra, inclinándose así hacia el mal, y a caer en

el vicio de complacerse a sí mismos, porque lo que es obra del hombre puede segar el

espíritu impidiendo que la luz de la divinidad ilumine el corazón de la persona. En

efecto, dentro de esta sociedad, donde el hombre es responsable de su comportamiento y

hace un uso correcto de las cosas temporales, es en este sentido que se revela la política

dentro de la ciudad terrenal, en la correcta visión de alcanzar la ciudad celestial, que

consiste en el servicio, la humildad, la unidad y en el respeto a la dignidad de la persona

en sí misma y en los otros, e incluso dice San Agustín, que la autoridad de los que

tienen poder en la sociedad debe estar en función de los demás, porque “no mandan por

deseo de dominio, sino por deber de caridad; no por orgullo de reinar, sino por la

bondad de ayudar”.

Finalmente, parece muy evidente que San Agustín recomienda que si el hombre

pretende alcanzar la paz y la felicidad celestial, es tarea que desde ahora vaya perfilando

su alma a la entrega desinteresada por el prójimo y al amor del único Dios que lo ha

creado, porque la ciudad de Dios se empieza a vivir ya aquí en la tierra, sin embargo se

encuentra en una continua lucha con la ciudad terrena, ya que en ésta habitan seres que

no reconocen a su creador, poniendo sus felicidad en las cosas temporales, que ciegan

su amor hacia sí mismos, debido a que han desviado su voluntad por caminos

desordenados. En conclusión es tarea del ser humano vivir “la doble ciudadanía por la

cual el hombre puede ser miembro de la ciudad de Dios, sin dejar de ordenar su vida

temporal, dentro del marco de la sociedad civil y de acuerdo con sus normas”.

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7.3 Contra los Académicos

 Libro I - Sobre la Verdad y Virtud

¿Quiénes eran los Académicos? la definición nos lleva inmediatamente a recordar la

escuela platónica, pues era la mismísima Academia de Platón. Sin embargo, debemos

ver a qué se refería el santo con decir ''contra'' ¿acaso estaba en contra de los discípulos

de Platón? ¿O acaso el santo se refiere a otros académicos? Este libro puede ser uno de

los primeros que va en defensa de su pensamiento y en contra de las cosas que no tenían

lógica para el santo en ese tiempo.

Sin duda que esta conversación deja en claro el pensamiento agustiniano donde los

hombres pueden llegar a la verdad cuando contemplan a Dios en su totalidad. La razón

por sí sola es insuficiente para alcanzar la verdad, pues el hombre debe aproximarse a

Dios porque Dios es la verdad. Sinceramente, esto se aleja de todas las proposiciones de

los filósofos vistos anteriormente, sobre todo de Plotino quien decía que el Uno

(equivalente a Dios) no puede tener ningún atributo, pues de nada necesita la virtud si es

el bien en sí mismo.

 Libro II – Doctrina Académica

San Agustín entra a arremeter con estos ''hijos de Platón'' y expone una segunda

contraofensiva. Quizás, dentro de estos textos podemos comprender por qué fue cerrada

la Academia de Platón en el año 486, ya que esta fue proscrita por la iglesia al

considerarse pagana (junto con muchas otras escuelas filosóficas lamentablemente). Al

mismo tiempo se prohibieron las enseñanzas de la antigua Grecia por lo que no se

pudieron volver a enseñar a Platón ni a Aristóteles. Veamos cuales son las razones de ir

en contra de los Académicos.

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Es confuso pensar que el hombre no tiene acceso a la verdad por medio de sus sentidos

que son limitados e imperfectos. Sin embargo, cuando los académicos nos dicen que lo

que obramos lo hacemos a conciencia de que es bueno, ¿porque no vamos a aceptarlo

como la verdad? si es verdad que puedo alegrar a alguien y ese alguien me lo confirma,

¿cómo no va a ser eso la verdad? al parece que para Agustín va a ser fácil de

argumentos.

 Libro III – Sabiduría y Felicidad

San Agustín de Hipona parte así la tercera parte de ''Contra los Académicos'', tratando

de refutar el escepticismo de estos al postular que la verdad no se puede encontrar. Lo

que el doctor de la gracia intenta hacer en este escrito es defender la verdad a toda costa,

pues si no hay verdad no puede existir Dios. ¿Será tan así en todo caso? ¿Será que al

igual que la verdad Dios también es inaccesible para nosotros?

En una parte del texto da entender que Alipio acepta la gran refutación de San Agustín

en contra de los Académicos, y le hace una pequeña alabanza con la cual los demás

defensores de los académicos quedan algo impresionados.

La verdad es que es un gran punto a favor de la subjetividad decir que no se puede

investigar la verdad, sin saber previamente qué es. Es primera vez e que vemos una

defensa tan sólida al cristianismo en términos de argumentación.

7.4 Sobre la Vida Feliz

Los filósofos más extraordinarios también hablaron de cómo llevar una buena vida, sin

necesariamente recurrir a Dios. No hemos visto nada de cómo el cristianismo nos puede

dar una buena vida, por lo que podríamos decir que es una nueva forma de ver la

filosofía de vida.

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Los últimos razonamientos de esta obra obedecen al pensamiento aristotélico,

ciceroniano y además plotiniano (más que propiamente platónico). Aquí vemos la

apología al cristianismo en su máxima expresión, añadiendo algunos matices de la

filosofía clásica. Se pensó que un principio que los miserables sí eran felices al abrazar

los principios cristianos, pero la verdad es que el revés filosófico que dio San Agustín.

Siendo uno de sus primeros escritos, el obispo de Hipona nos muestra una vez más por

qué se necesita adorar a Dios y no solamente quedar en el lado de la filosofía.

7.5 El orden

Dos libros que hablan sobre el orden que Dios tiene en el mundo.

 Libro I – La Providencia

El bien es la correcta medida de las cosas pues es el mal el que no tiene forma y por esa

razón es infinito y desmedido, por eso también se encuentra en los extremos según la

lógica aristotélica. Es de esperar que el dios de San Agustín sea el sumo bien y por lo

tanto el que marque el orden establecido en la naturaleza y en la humanidad. Ya algunos

filósofos habían hablado de la providencia, pero ninguno lo había hecho en pos de la

autoridad cristiana, ya que ésta autoridad aún no hacía peso en el gran Imperio Romano.

 Libro II – el Concepto de Orden

Ahora restaría ver el concepto de orden en sí y cómo se aplica en la realidad sensible de

nuestro mundo. Sé que algunas preguntas quedaron pendientes del libro anterior y

quizás sea hora de resolverlas en este libro hecho por el doctor de la gracia.

38
Figura 6: Descripción Del Orden

7.6 Soliloquios

Estos dos libros hechos en forma de diálogo sobre la razón y el alma. Los dialogantes

son Razón y Agustín.

 Libro I – Dios y Razón

Aquí encontramos con un diálogo diferente. Ya no están los discípulos o amigos de

Agustín, ni siquiera su madre. Este pareciera ser un diálogo interno entre el joven

Agustín y su interlocutor llamado ''Razón''. Más que un diálogo a presentar como

discutía con sus alumnos, este pareciera ser un diálogo profundo consigo mismo para

descubrir la verdad sobre Dios y los misterios que lo rodean. ¿Qué nos puede entregar la

razón que a ratos está tan lejos de Dios? ¿Acaso Agustín querrá unir estos dos conceptos

irreconciliables durante años?

En conclusión todos estos argumentos lógicos hablan sobre la verdad de Dios en el

hombre, y como éste se debe alejar de las cosas materiales, o por lo menos, no alejarse,
39
pero sí usarlas como un medio y no como un fin (al igual como lo dicen los estoicos. En

todo caso, estas ideas de San Agustín no son muy distintas de las planteadas por

Cicerón sobre todo cuando se trata del desprecio por las cosas materiales. Quizás, esto

sirva como una reafirmación de tales valores para luego integrarlos al cristianismo

 Libro II – El Alma y La Verdad

Para contemplar la verdad, lo único que debemos hacer es mirar en nuestra alma, en

nuestro interior y si hacemos una introspección más profunda, tendremos la posibilidad

de ver y conocer a Dios finalmente. Este libro parece ser otra exhortación a dejar los

bienes materiales de una vez por todas, y dedicarnos a la vida contemplativa que tanto

habían hablado los filósofos griegos. Por supuesto, esta vida no puede estar llena de

pereza sino más bien como Marco Tulio Cicerón lo llamaba ''otium cum dignitate'' (ocio

con dignidad).

Aquí vemos una especie de psicología del entendimiento humano retratada en un

diálogo, al más puro estilo platónico por supuesto. El tema de la verdad ha sido un tema

controversial en la historia de la filosofía. No importa la ideología o paradigma en que

se vea el tema de la verdad, siempre será importante analizarlo y tomando todos los

puntos de vista posibles. Claro, el tema de la verdad en el cristianismo es revelado por

Dios y eso debe ser indiscutible.

7.7 La Inmortalidad del Alma

En este libro trata la investigación del alma

San Agustín dedica un libro exclusivamente a averiguar la inmortalidad del alma. En

todo caso, recordemos que en libro anterior, San Agustín todavía quedaba con algunas

dudas de que el alma fuera inmortal, pues si bien es cierto que la dialéctica y las demás

ciencias que nos muestran la verdad son perfectas, también es cierto que cuando el

40
hombre muere morirían al mismo tiempo lo que él sabía sobre dichas ciencias. En todo

caso, ahora veremos cómo el obispo de Hipona nos describe el alma y la verdad en

profundidad.

Luego del análisis de sus escritos al parecer ser que aparte de Dios, el alma es una

entidad superior en el ser humano y éste debe aspirar a la contemplación de esta para ser

mejor. No obstante, la investigación del alma no termina aquí, pues hay

aproximadamente dos libros más acerca del alma. Lo que me llama la atención de éste

libro es la teoría que Agustín nos presenta sobre la verdad. Acaso si la misma falsedad

tiene que ser algo verdadero ¿no podría existir la falsedad en sí? Una pregunta difícil

bajo la perspectiva y contribución del obispo de Hipona.

7.8 El Libre Albedrio

En este libro se justifica la creación del libre albedrío.

 Libro I – El Origen del Mal

Trata de un tema que inquieta tanto a creyentes como a ateos. Todos nos preguntamos

sobre el mal y su origen ya sea de manera particular o manera general porque es lo que

pareciera prevalecer en este mundo. ¿Qué hace Dios con el mal? ¿Acaso tiene

consciencia de él y lo ignora? ¿O sabiendo que existe no le importa lo que pase? Ya

habíamos visto que Dios lo sabe todo porque mientras el orden esté presente, él también

lo estará. En este diálogo que San Agustín en el que tuvo con su amigo Evodio.

El libre albedrío siempre estará vinculado con el mal debido a las cosas malas que han

ocurrido a lo largo de la historia. Si hay libre albedrío, pero por otro lado Dios existe y

se supone que es un Dios de amor ¿Cómo es que el mal sigue imperando casi

impunemente en el mundo? sin duda una cuestión difícil incluso para San Agustín.

 Libro II – Voluntad , Razón y Sentido


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San Agustín de Hipona responde a Evodio quien se preguntaba si Dios era el verdadero

responsable del mal en el hombre. Siendo esta pregunta verosímil, la respuesta que nos

da el santo de Hipona será aún más impactante; por otro lado, no sólo esta pregunta

estará dispuesto a responder San Agustín, sino también aquellas que continúan dando

que preguntar y debatir en el libre albedrío.

El libre albedrío no queda del todo terminado, aunque los dos dialogantes siguen

acordando otra discusión más adelante sobre el mismo tema. Lo que sí queda claro es

que la maldad es exclusiva responsabilidad del hombre y que el libre albedrío no está

hecho para hacer el mal. De todas formas, Agustín sigue manteniendo que se debe

investigar sobre el tema.

 Libro III – Presencia y Existencia

Grandes interrogantes de San Agustín: ¿por qué existe el mal? Ya nos ha quedado claro

en los libros precedentes que es total responsabilidad del hombre, pero necesitamos ver

muchas otras cosas más para dejar a Dios más alejado de dicha realidad. El hombre al

ser imperfecto pertenece en gran parte al mal, aunque puede redimirse si comienza a ver

la razón y la realidad máxima que en este caso sería la verdad.

Si quiere liberarse de este tendrá que ser por el mismo y de nadie más. Quizás podemos

estar aquí en presencia de una cierta meritocracia bíblica que San Agustín quiere hacer

aún más clara a sus lectores. Por otro lado, también vemos una contradicción contra la

teoría de Platón quien decía que el mal era involuntario (basándose en la ira y los

impulsos), pues San Agustín nos dice todo lo contrario: el mal se hace por voluntad y no

por naturaleza.

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8 CAPITULO IV

8.1 CONCLUSIONES

 San Agustín de Hipona explica la relación de la razón y fe.

 Influye la fe cristiana con fuerza que en la actualidad sigue la religión católica

 Sus obras dejadas son bien recibidas por la religión católica.

 Que el maniqueísmo era mucha retórica y que sus temas eran cuerpo y alma

 Funda la orden de los eremitas en el cual se encargan difundir el pensamiento

de san Agustín.

 San Agustín se apoya en los pensamientos filosóficos de platón como los

términos de alma, hombre, dios, sociedad.

 Platón y el cristianismo fue como base para sus escritos creando una opinión

propia sobres las cosas y dios.

 Que la razón y la fe nos ayuda tener un conocimiento de dios a partir de nosotros

mismos.

8.2 RECOMENDACIONES

 Que se debe llevar a la practica la fe y la razón

 Ahondar más la filosofía de San Agustín.

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9 BIBLIOGRAFIA

http://medievalias.blogspot.pe/2011/01/la-ciudad-de-dios-de-san-agustin-de.html

http://filosofiapuntes.blogspot.pe/2016/12/san-agustin-de-hipona-vida-y-obra-354.html

https://www.augustinus.it/spagnolo/attribuiti.htm

http://www.bipedosimplumes.es/2filomedia2.html#agustin

https://es.wikipedia.org/wiki/Agust%C3%ADn_de_Hipona

http://www.colegiosanagustin-madrid.org/nosotros/vida.html

https://www.youtube.com/watch?v=8XrovRm5fD4

https://prezi.com/h3chbyzcmybb/vida-y-obras-de-san-agustin/

http://es.catholic.net/op/articulos/25611/vida-y-obra-de-san-agustn.html

https://www.youtube.com/watch?v=cZhwttX5AVQ

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