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MINISTERIO DE EDUCACIÓN Y CIENCIAS

TEMA:

Alicia Lorena López


Profesora

Brisa Lujan Aranda Román


Alumna

Grado: Sexto “A” Turno: Mañana


CAPIATÁ - PARAGUAY
2018
INTRODUCCIÓN
El presente trabajo investigativo tiene la misión de dar a conocer los aspectos que revistieron
a la Independencia del Paraguay, a modo de introducirlos en la historia adelanto que en la
noche del 14 y la madrugada del 15 de mayo, los revolucionarios, hombres de luces, valentía
y patriotismo, asumieron la responsabilidad histórica de liberar al Paraguay del yugo español
y constituirlo en una nación libre y soberana.
Por lo mencionado en las siguientes páginas se hablará de la revolución de Mayo del 14 y
15 de 1811, los antecedentes de la revolución, las causas y los hechos de la Revolución de
Mayo de 1811.

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INDEPENDENCIA DEL PARAGUAY
La independencia del Paraguay fue el proceso histórico por el cual la actual República del
Paraguay se independizó de España, su metrópoli colonial, al tiempo que rechazaba también
incorporarse al estado denominado Provincias Unidas del Río de la Plata, que pretendía
ejercer soberanía sobre todos los dominios del extinto virreinato del Río de la Plata, incluida
la intendencia del Paraguay.

Antecedentes de la revolución de Mayo del 14 y 15 de 1811


La ciudad de Asunción del Paraguay fue la primera capital de la gobernación del Río de la
Plata; desde allí partieron las expediciones que fundaron las demás ciudades de la misma,
entre ellas Buenos Aires. Eso le valió, entre los historiadores, el calificativo de «madre de
ciudades».

La revolución comunera del Paraguay, ocurrida entre 1717 y 1735, inició un proceso de
pérdida del favor real para esa provincia, proceso que fue continuado con la preponderancia
del gobernador de Buenos Aires en las guerras guaraníticas,3 y con el encargo real del rey
español al gobernador de Buenos Aires Francisco de Paula Bucarelli de dirigir la expulsión
de los jesuitas no solamente de su jurisdicción, sino también de las gobernaciones vecinas.
El proceso culminó en el año 1776, con la creación del virreinato del Río de la Plata, con
capital en Buenos Aires. La provincia del Paraguay, transformada en intendencia en 1782,
fue incorporada al nuevo virreinato.

La división de la gobernación en dos, quedando Buenos Aires como capital de la


gobernación del Río de la Plata y Asunción como capital de la gobernación del Paraguay, no
alteró durante mucho tiempo la primacía del Paraguay en la cuenca del Plata. En primer
lugar, primacía poblacional: hasta la segunda mitad del siglo XVIII, la población de Buenos
Aires fue menor que la de Asunción, y no fue hasta bien entrado el siglo XIX que la
jurisdicción de Buenos Aires superó en población a la del Paraguay.

En general se supone que los paraguayos solamente toleraron la nueva situación, que los
ponía manifiestamente en inferioridad de condiciones respecto a la ciudad que había sido
fundada por asuncenos y gobernada desde Asunción.8 Se generó entre la población
paraguaya un resentimiento contra Buenos Aires, que se mantuvo oculto hasta el final del
período colonial. Incluso la decisión de deponer al virrey Sobremonte, tomada
exclusivamente por los estamentos porteños en 1807, fue aceptada sin reclamación alguna
en el Paraguay, y esta intendencia participó en la defensa contra las Invasiones Inglesas con
una fuerza de 534 hombres, comandados por el coronel de milicias José de Espínola y Peña

Hechos de la Revolución de Mayo de 1811


En la noche del 14 de mayo de 1811, un grupo de oficiales paraguayos jóvenes se apoderó
de los principales cuarteles de Asunción.

Entre aquellos oficiales estaban los siguientes, que mencionamos dando el año de
nacimiento: Vicente Ignacio Antonio Tomás Yegros (1783), Iturbe (1786), Pedro Juan
Caballero (1786), Juan Bautista Rivarola (1789), Mauricio José Troche (1790). Esta lista

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incompleta muestra que eran jóvenes, pues tenían entre veinte y veintiocho años de edad
aproximadamente. Debe agregarse que todos ellos eran del interior.

En la madrugada del 15 de mayo, los oficiales presentaron una nota al gobernador español
Bernardo de Velasco, para exigirle que les entregase las armas, el dinero y los documentos
oficiales. Al principio, Velasco se resistió, pero después terminó entregando lo que se le
exigía. De esta manera, Velasco perdió toda autoridad, aunque no se lo separó del gobierno
inmediatamente.

El 16 de mayo se formó un triunvirato integrado por Velasco, José Gaspar de Francia y Juan
Zeballos. Ese mismo día, el triunvirato juró fidelidad al rey de España, Fernando VII, que
entonces se encontraba en Francia, prisionero del emperador francés Napoleón. Aunque los
próceres querían la independencia, todavía no la declararon abiertamente, sino que se dijeron
leales a España.

Esta fue una maniobra política utilizada en varias ciudades americanas que formaron juntas
o gobiernos revolucionarios en aquellos años. En 1810 juraron lealtad a Fernando VII la
junta de Caracas (19 de abril), la de Buenos Aires (25 de mayo), Bogotá (20 de julio), Quito
(22 de septiembre) y Santiago de Chile (18 de septiembre). 1810 fue un año de
insurrecciones en las colonias españolas de América porque, en el mes de enero, las victorias
de Napoleón en España hicieron pensar Fernando VII jamás volvería a reinar en España, y
seguiría cautivo en Francia indefinidamente. Por eso los patriotas americanos decidieron
formar sus propios gobiernos, y el juramento de fidelidad a Fernando VII fue una simple
formalidad. Por otra parte, ese juramento aseguraba a los revolucionarios la neutralidad de
Inglaterra, que entonces dominaba los mares con su flota de guerra. Inglaterra era aliada de
España en la lucha con Napoleón y no podía aceptar una rebelión abierta contra el rey
Fernando VII. Con el juramento de fidelidad, Inglaterra podía considerar que se trataba de
una cuestión interna de la política española, en la cual no debían intervenir.

Los revolucionarios paraguayos no fueron los únicos que dejaron por corto tiempo en el
gobierno al funcionario español, aunque quitándole el poder. Algo parecido ocurrió en 1810
en Santa Fe, Quito y otras ciudades americanas. Como el juramento de fidelidad a Fernando
VII, la permanencia del gobernador o virrey en el gobierno como figura simbólica fue una
maniobra política, que disfrazaba el objetivo de la independencia total. En el Paraguay
existía otro motivo más para dejar a Velasco en el gobierno. La revolución mayo fue una
conspiración de civiles y militares, con ramificaciones en varios puntos del país. De acuerdo
con el plan inicial, Fulgencio Yegros debía armar un grupo de hombres en Itapúa, para
marchar con ellos hasta las Cordilleras, donde se le sumaría Manuel A. Cabañas con otro
grupo de patriotas, para seguir camino hasta Asunción. También marcharían hasta Asunción
grupos procedentes de otros puntos del país. Blas Rojas de Aranda, quien se encontraba en
Corrientes al mando de tropas paraguayas, se sumaría al movimiento. En Asunción, los
oficiales sublevados (Caballero, Iturbe y otros) entregarían los cuarteles a los
revolucionarios. Pero este plan inicial debió cambiarse, porque Velasco se enteró de la
conspiración, y por eso Caballero y sus compañeros decidieron dar el golpe sin esperar a
Fulgencio Yegros y los demás dirigentes.
En la madrugada del 14 al 15 de mayo de 1811 culmina el proceso de emancipación de la
intendencia de Paraguay del Virreinato de Río de la Plata y por ende de la corona de España.

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CONCLUSIÓN

Para culminar es preciso indicar que la gesta emancipadora que otorgó al Paraguay su
libertad y soberanía como país fue el resultado de una serie de procesos confluyentes en los
sucesos de principios del siglo XIX. Diversos factores y de la más variada naturaleza
determinaron el curso de los hechos que derivaron en la independencia en el Paraguay.

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BIBLIOGRAFÍA

Vasconsellos, Víctor M., Lecciones de historia paraguaya, Ed. del autor, Asunción, 7.ª
edición, 1974.

Efraím Cardozo, Paraguay Independiente, Ed. Servilibro, Asunción, 2011

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ANEXO

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