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ÉTICA 61.

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El triángulo bioético: una aproximación intuitiva


a la ética de la práctica clínica
M.A. García Pérez

El importante desarrollo de la bioética en auchamp y Childress2 a partir del informe


los últimos 30 años, como aproximación Belmont3, elaborado por una comisión pre-

LECTURA RÁPIDA ética a las ciencias que afectan a la vida en sidencial norteamericana sobre protección
general, y en particular a la vida humana, de personas que sean sujetos de investiga-
se ha convertido en referente fundamental ción). Dicho modelo ha sido criticado por
para la práctica de la medicina, sustentado pretender reducir a una lista de principios la

además por el apoyo legal que han encon- complejidad ética de la medicina, propo-
La bioética se ha
convertido en referente.
trado sus cuatro principios: de no malefi- niéndose otras alternativas, como la de una
Sus cuatro principios son: cencia y de beneficencia, bajo las formas ética centrada en la virtud4, quizá más rica
de no maleficencia y de de daño/lesión, imprudencia o negligencia conceptualmente, pero de más difícil apli-
beneficencia, autonomía y y el concepto de pérdida de oportunidad; cación. En otras ocasiones, la crítica ha ve-
justicia. de autonomía, bajo la forma del derecho a nido por el cuestionamiento de un conteni-
la información y del consentimiento in- do concreto y consensuable del principio de

Se ha producido una
formado; y de justicia, al admitirse la uti- beneficencia5,6, y se ha llegado a propugnar
fuerte crítica hacia lo que lización de protocolos basados en el uso que el único principio ético debería ser el de
podríamos llamar ética racional de los recursos sanitarios como autonomía, bajo la forma de petición de
profesional de la medicina, criterio de buena praxis. Simultáneamente consentimiento. El papel del profesional
a la que, desde su al desarrollo de la bioética, se ha produci- sanitario quedaría de esta forma muy dilui-
formulación hipocrática, se do una fuerte crítica hacia lo que podría- do, a merced exclusivamente de los deseos
ha criticado de paternalista. mos llamar ética profesional de la medi- de los pacientes.
▼ cina, a la que, desde su formulación La utilización de los principios de una ma-
La utilización de los hipocrática, se ha criticado de paternalista. nera aislada, definiéndolos en sí mismos y
principios de una manera No debe extrañar, pues, que la reciente no de una forma relacional, puede haber
aislada, puede haber propuesta de código ético para la profe- facilitado las críticas sobre el modelo, ya
facilitado las críticas sobre sión médica1 recoja el contenido de los que de esa forma no recogen la riqueza de
el modelo, ya que de esa principios bioéticos como punto de parti- la realidad clínica. Además, los distintos
forma no recogen la da a partir del cual se añadan otros aspec- principios, considerados aisladamente,
riqueza de la realidad tos tradicionales en la deontología profe- pueden entrar en colisión al valorar las si-
clínica.
sional. tuaciones concretas, por lo que se han pro-
▼ La aproximación más conocida a la bioéti- puesto modelos de jerarquización entre
Los profesionales hablan ca ha sido desarrollada bajo la perspectiva ellos que faciliten la solución a los conflic-
más bien de principios de cuatro principios ya mencionados (Be- tos7. Esta disección de la realidad clínica
prima facie, es decir, incomoda con frecuencia a los profesiona-
principios que sólo
les8 y es contraria a la opinión manifestada
deberían ser priorizados
por otros autores2, que descartan cualquier
ateniéndose a las
circunstancias de cada caso.
tipo de jerarquización y hablan más bien de
Médico de familia. Fundación CESM. Madrid. principios prima facie, es decir, principios
España.
■ que sólo deberían ser priorizados atenién-
Correspondencia: dose a las circunstancias de cada caso, si se
Miguel Ángel García Pérez. produce conflicto entre ellos. Es desde este
Fundación CESM.
Veneras 9, 4.º. 28013 Madrid. España. planteamiento más dinámico desde el que
Correo electrónico: mangel@cesm.org
vamos a intentar acercarnos a la realidad
Palabras clave: Atención primaria. Bioética.
Autonomía. Justicia. Relación médico-paciente. cotidiana de la práctica clínica, centrándo-
Beneficencia. nos en la relación médico-paciente y si-
tuándola en el marco de la asistencia sani-
taria en su conjunto.

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El triángulo bioético: una aproximación intuitiva a la ética de la práctica clínica ÉTICA

La base del triángulo En una etapa de fuerte sentido autonomis-


Tradicionalmente, la atención sanitaria ha ta, de «salida del ser humano de la minoría



LECTURA RÁPIDA
sido prestada por personas especializadas de edad»10, el modelo paternalista de aten-
en ella, papel que hoy día ejercen los profe- ción sanitaria no podía mantenerse. Un
sionales sanitarios (médicos, enfermeras, largo periplo de sentencias judiciales, de
etc), a los que se acude una vez que los sis- documentos de distintas comisiones y de
temas informales de cuidados no dan res- reflexiones en el campo de la ética llevaron ▼
puesta a la necesidad puntual en materia de a la definición de un segundo principio, el La base del triángulo
salud, ya sea presente o prevenible en el fu- de autonomía o de respeto a las personas Históricamente, el
turo9. El paradigma de esa relación asisten- (como recoge el informe Belmont)2,3, que «paciente» presentaba un
cial es la relación médico-paciente, que co- exige la toma en consideración de las pre- problema al profesional y
mienza habitualmente a partir de una ferencias del hasta ahora paciente a la hora éste buscaba la solución
más adecuada bajo su
necesidad, sentida o no por un ciudadano, de plantear soluciones a sus problemas de
óptica y se la presentaba al
a la que se busca remedio en los conoci- salud, facilitándole una información ade-
paciente, que no debía
mientos del médico. Éste, por tanto, conci- cuada y la posibilidad de decidir sobre su hacer otra cosa sino
be su misión como la de proporcionar una futuro. recibirla «pasivamente».
respuesta beneficiosa ante una necesidad Podríamos considerar en este momento

planteada en el campo de la salud. He aquí distintos modos de relación entre los dos
La definición de un
el núcleo del primer principio de la bioéti- principios ya definidos:
segundo principio, el de
ca: el principio de beneficencia. autonomía o de respeto a
Históricamente, dicha misión era asumida – La total separación de ambos principios, las personas
por el médico bajo su propio y exclusivo cri- con una definición independiente de cada

terio (o, en el mejor de los casos, el criterio uno de ellos que haría que con frecuencia
La total separación de
compartido por el colectivo de médicos). El entraran en colisión, hacía entonces nece-
ambos principios. En la
«paciente» presentaba un problema al pro- sario una serie de medidas que nos ayuda-
práctica, en nuestro
fesional y éste buscaba la solución más ade- ran a dirimir tales conflictos. Desde esta contexto occidental liberal,
cuada bajo su óptica y se la presentaba al concepción, cabe la necesidad de jerarqui- ello supone el respeto del
paciente, que no debía hacer otra cosa sino zar los principios, ya sea a priori o en cada principio de autonomía a
recibirla «pasivamente» y actuar según ella. caso concreto; el resultado sería, en ambos costa de una
La definición de lo bueno, del bien que se casos, el de la primacía de uno sobre el minusvaloración ética del
debía buscar, era una definición que (sin otro, el de la consideración de uno de ellos de beneficencia, reflejo de
menospreciar la influencia social) daba el y el abandono del contrario. En la práctica, la situación de desprestigio
estamento sanitario, basándose en la pre- en nuestro contexto occidental liberal, ello que hoy día viven las
tendida objetividad del derecho a la salud y supone el respeto del principio de autono- profesiones sanitarias.
a la vida, y la imponía a los ciudadanos que mía a costa de una minusvaloración ética ▼
buscaban su ayuda; al fin y al cabo, éstos, en del de beneficencia, reflejo de la situación La mutua modulación de
situación de necesidad y sin los suficientes de desprestigio que hoy día viven las profe- ambos. La misma legislación
conocimientos sobre la materia, no tenían siones sanitarias. sobre el consentimiento
criterio suficiente para decidir por sí mis- – O la mutua modulación de ambos: ¿po- informado habla de la
mos. Quizá sea ésta una exposición dema- demos entender hoy día la idea de benefi- información «adecuada»,
que incluye la forma de
siado simplista, pero perfila de manera sufi- cio sin la aceptación por parte de la perso-
preservar, cuidar, mejorar o
ciente el comportamiento hoy denominado na que supuestamente lo recibe? Y, al
recuperar la salud, lo que
«paternalista», fuertemente criticado en contrario, ¿podemos entender una autono- implícitamente incluye el
muchos medios. No obstante, y en descarga mía que haga que el paciente pueda exigir principio de beneficencia.
de la profesión médica, hay que hacer notar del médico aquello que desee, sin tomar en
que la «beneficencia» no pareció ser la nota consideración la concepción que el médico
dominante de otros ámbitos de la acción tenga de su propia tarea, en la que influye

humana hasta muchos siglos después de su el contexto social? La misma legislación


formulación hipocrática; y que el despotis- sobre el consentimiento informado11 habla
mo ilustrado, forma de gobierno que se ex- de la información «adecuada», que incluye
tendió por Europa durante el siglo XVIII, no la forma de preservar, cuidar, mejorar o re-
escondía su intención (también fuertemen- cuperar la salud, lo que implícitamente in-
te paternalista) de cambiar la sociedad «des- cluye el principio de beneficencia.
de arriba» tras el eslogan «todo por el pue- Esta última parece la solución más adecua-
blo, pero sin el pueblo». da para la relación médico-paciente, una

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ÉTICA El triángulo bioético: una aproximación intuitiva a la ética de la práctica clínica

FIGURA
La relación médico-
1

LECTURA RÁPIDA
paciente y los princi- Beneficencia
pios de beneficiencia
y autonomía. Autonomía
Médico Paciente


La relación médico- realidad que, como cualquier otra, es difí- finitiva del cáncer o del sida, o garantizar
ciudadano paciente podría cilmente disecable en compartimentos es- un correcto diagnóstico prenatal de cual-
así quedar representada tancos. La relación médico-ciudadano pa- quier anomalía.
gráficamente por dos ciente podría así quedar representada – Un segundo límite, colocado a menor al-
puntos, significativos de gráficamente por dos puntos, significativos tura, sería el de lo técnicamente posible pe-
ambos miembros de dicha
de ambos miembros de dicha relación, ro sólo asequible de manera limitada por la
relación, unidos por una
unidos por una línea en la que se conjugan propia naturaleza. Aquí tendríamos, por
línea en la que se conjugan
de manera dinámica ambos
de manera dinámica ambos principios, de ejemplo, la situación de los trasplantes he-
principios, de beneficencia y beneficencia y autonomía, mutuamente páticos: la disponibilidad de órganos para
autonomía, mutuamente modulados entre sí (fig. 1). trasplante es limitada, y es posible que,
modulados entre sí. aunque dicho trasplante sea técnicamente
La altura del triángulo factible, no dispongamos de hígados sufi-
■ Una vez conseguida esta simbiosis entre cientes para todos los pacientes que pudie-

beneficencia y autonomía, ¿hasta dónde ran necesitarlos.
La altura del triángulo puede llegar la relación terapéutica entre — Otro límite sería el de lo económica-
¿Hasta dónde puede llegar médico y paciente? ¿Qué resultados esta- mente asequible, es decir, lo que se puede
la relación terapéutica rían a su alcance? Podríamos pensar en una financiar, ya sea de forma individual o co-
entre médico y paciente? línea perpendicular a la definida anterior- lectiva, dependiendo del modelo de asis-
mente (fig. 2), y con una altura que varia- tencia sanitaria. Podemos tener aparatos
▼ ría en función del criterio que utilizásemos de resonancia magnética que toman bue-
Tendríamos en primer lugar para valorar el límite de aquella relación: nas imágenes cerebrales, pero la limita-
el límite de lo técnicamente ción de recursos que destinamos a su
imposible. — Tendríamos en primer lugar el límite de compra hace que no sean suficientes para
lo técnicamente imposible: no se podría hacer exploraciones a todos los pacientes

lograr lo que es imposible lograr en un mo- con sintomatología neurológica central, o
Un segundo límite, mento dado, y así habría que asumirlo. Por el paciente no puede pagar el coste de la
colocado a menor altura, ejemplo, asegurar hoy día una curación de- prueba.
sería el de lo técnicamente
posible.
FIGURA
La «altura» de la rela-
▼ 2 ción médico-paciente.
Otro límite sería el de lo Límite de lo
económicamente técnicamente posible
asequible.
Límite de lo realmente
disponible

Límites financieros

Médico Beneficencia-Autonomía Paciente

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FIGURA
El triángulo bioético.
3



Sociedad LECTURA RÁPIDA

Justicia- Justicia-
Beneficencia Autonomía ▼
Los 2 casos entran en el
campo de lo que se
denomina principio de
justicia, que hace referencia
a la distribución social de
Médico Beneficencia- Paciente
Autonomía los recursos existentes.


La limitación de recursos
afecta a ambos polos de la
relación médico-paciente, y
El primer caso es el conceptualmente más interesados, limitando a veces el beneficio
a sus respectivos principios,
claro y ante él no queda más que aceptar la individual en función del bien colectivo.
de beneficencia y
limitación de la condición humana: tanto De cualquier forma, la limitación de recur- autonomía.
por el profesional, que no puede ofertar sos afecta a ambos polos de la relación mé-
una solución definitiva a determinados dico-paciente, y a sus respectivos princi- ■
problemas, como por el paciente, que debe pios, de beneficencia y autonomía (líneas

asumir que algunas enfermedades no tie- discontinuas en la fig. 2). De nuevo pode-
El triángulo bioético
nen curación. Los otros 2 casos entran en mos vivir un conflicto entre principios, o
El encuentro clínico es
el campo de lo que se denomina principio bien intentar entenderlos de forma relacio- también relacional, y que
de justicia, que hace referencia a la distri- nal: el principio de justicia garantizaría la en él se encuentran tres
bución social de los recursos existentes, posibilidad de prestar un trato igual a cada agentes distintos (el
que con frecuencia son limitados. Se han miembro del colectivo afectado, un trato profesional sanitario, el
propuesto distintos criterios para esa dis- que debería incluir el respeto a los otros paciente o consultante y la
tribución, que configurarían diversos mo- dos principios (de beneficencia y de auto- sociedad en cuanto
delos de justicia: a cada uno según sus mé- nomía); y, a su vez, ninguno de estos dos posibilitadora y
ritos, a cada uno según sus posibilidades de principios estaría correctamente entendido organizadora de un
pago, a cada uno según su necesidad, a ca- si para su ejercicio en un caso concreto hu- modelo concreto de
atención), vinculado cada
da uno según su contribución al bien co- biera que establecer un trato discriminato-
uno de ellos de forma
mún, a todos con igualdad de oportunida- rio entre ciudadanos.
especial a cada uno de los
des… En el ámbito de la sanidad, tenemos tres principios, podríamos
que considerar sobre todo algunos de ellos: El triángulo bioético entender que el triángulo
el de la atención estrictamente privada, Hemos pasado así de considerar tres prin- bioético define el espacio
donde cada uno accede al nivel de atención cipios independientes, y con frecuencia en- ético en el que la relación
que puede financiarse; el de la sanidad co- frentados entre sí y necesitados por ello de clínico-asistencial debería
lectivizada, donde los riesgos se reparten criterios de priorización, a considerar un desenvolverse.
en grupos de población más o menos am- espacio de interacción entre los tres princi-
plios que comparten la financiación; y el de pios y las relaciones entre ellos, el triángu- ■

la sanidad pública, un modelo particular lo bioético (fig. 3), espacio en el que se en-
del anterior donde la provisión pública de cuentran y modulan los principios de
atención se hace basada en un modelo de justicia, beneficencia y autonomía. Tenien-
igualdad de oportunidades para todos los do en cuenta que el encuentro clínico es
ciudadanos, cuidando que dicha igualdad también relacional, y que en él se encuen-
sea efectiva (por lo que se suele tener una tran tres agentes distintos (el profesional
atención especial a los colectivos más des- sanitario, el paciente o consultante y la so-
favorecidos)12. En los dos últimos casos, y ciedad en cuanto posibilitadora y organi-
cuando los recursos son limitados, hay que zadora de un modelo concreto de aten-
establecer criterios que permitan una aten- ción), vinculado cada uno de ellos de
ción de suficiente calidad para todos los forma especial a cada uno de los tres prin-

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ÉTICA El triángulo bioético: una aproximación intuitiva a la ética de la práctica clínica

cipios7, podríamos entender que el trián- Por todo ello, y puesto que el principal su-
gulo bioético define el espacio ético en el jeto a que se refiere el principio de noma-
que la relación clínico-asistencial debería leficencia es el médico, al igual que el de

LECTURA RÁPIDA
desenvolverse. Y así parecen entenderlo beneficencia, parece que podemos unir los
tanto la propuesta denominada código éti- dos en el vértice del triángulo correspon-
co del nuevo milenio1 como la redacción diente a aquél, aceptando la posibilidad de
▼ del código deontológico del Consejo Ge- una objección de conciencia por su parte.
Un espacio de no neral de Colegios de Médicos13, actual- De otro lado, y dado que podríamos consi-
maleficencia mente vigente, que recogen de una u otra derar maleficiente toda actuación que
Puesto que el principal forma los citados principios dentro de su prescinda de la autonomía del paciente o se
sujeto a que se refiere el planteamiento de ética para el profesional. encamine a disminuirla, así como toda la
principio de nomaleficencia que origine algún tipo de discriminación
es el médico, al igual que el
Un espacio de no maleficencia social, podríamos hablar de que la malefi-
de beneficencia, parece que
Alguien podría, en este momento, pre- cencia estaría representada por el espacio
podemos unir los dos en el
vértice del triángulo
guntar qué ha ocurrido con el principio de exterior al triángulo bioético y señalaría to-
correspondiente a aquél, maleficencia, que parecemos haber perdi- das las características que deberían estar
aceptando la posibilidad de do por el camino. El valor que se da a es- ausentes de la relación clínica.
una objección de te principio varía según diferentes autores: Las siguientes actuaciones serían todas
conciencia por su parte. ellas maleficientes, por no respetar uno o
– Un primer sentido lo consideraría como dos de los principios:

el reverso del principio de beneficencia:
Las siguientes actuaciones prohibición de «hacer mal». De esta mane- – El llamado paternalismo: la aplicación de
serían todas ellas ra, dicha prohibición quedaría reforzada. A criterios de beneficencia basados exclusi-
maleficientes: pesar de este matiz, en el contenido no pa- vamente en el criterio del profesional, sin
– El llamado paternalismo rece aportar ningún elemento significativo tener en cuenta los deseos y opiniones del
– Lo que podríamos llamar al principio de beneficencia. paciente.
el autonomismo. – Un segundo sentido sería la necesidad de – Lo que podríamos llamar autonomismo:
– «Individualismo valorar el equilibrio entre el beneficio espe- la imposición de los criterios del paciente
discriminante», ya sea por
rado y los riesgos o perjuicios de una medi- que fueran contrarios a los criterios de be-
parte del paciente o del
da concreta a tomar. También este sentido neficencia (solicitud de un tratamiento
médico.
– Lo que podríamos
podría quedar correctamente recogido en la perjudicial, etc.).
denominar como concepción del principio de beneficencia. – Lo que podríamos considerar como «in-
«colectivismo», es decir, la – Un tercer sentido, y que aportaría conte- dividualismo discriminante», ya sea por
imposición de los criterios nido cualitativamente diferente al del prin- parte del paciente (considerando su necesi-
exclusivos de beneficio cipio de beneficencia, hablaría de la prohi- dad o deseo sin tener en cuenta criterios de
social sobre los de beneficio bición de realizar, bajo ningún concepto, distribución justa de recursos) o del médi-
individual. determinadas acciones por considerarlas co (considerando el beneficio individual de
radicalmente «malas»: acabar con la vida de un determinado paciente a costa del crite-
▼ una persona (aunque fuera para aliviar su rios de justicia).
En esta última situación se sufrimiento), producir un aborto, etc. No es – Lo que podríamos denominar como «co-
incurre cuando se aplican hoy amiga la sociedad de verdades absolu- lectivismo», es decir, la imposición de los cri-
criterios de uso racional de tas e inmutables, y para muchos el alivio del terios exclusivos de beneficio social sobre los
recursos sin explicar al sufrimiento es suficiente bien como para de beneficio individual (incluso llegando a
paciente las limitaciones que justificar que adelante el final de una vida. causar un perjuicio a algunos individuos por
esto supone para su El reverso de esta perspectiva sería la de fines supuestamente sociales), lo que contra-
beneficio personal.
que tampoco hay un concepto universal de dice claramente el artículo 2 del Convenio
bien que defina al principio de beneficen- de Oviedo14; o la limitación del principio de

cia; pero precisamente por ello, ningún pro- beneficencia en función del de justicia sin
fesional podría ser obligado a realizar algo informar adecuadamente al individuo (pues
que, considerado por el paciente como un en este caso se violaría el principio de auto-
bien, él considerara un mal, lo que justifica- nomía, según el cual el individuo debe ser
ría el derecho del personal sanitario a la ob- informado de todo lo que afecta a la aten-
jeción de conciencia ante determinadas cir- ción a su salud). En esta última situación se
cunstancias que ponen en juego, sobre incurre cuando se aplican criterios de uso ra-
todo, el valor de la vida. cional de recursos sin explicar al paciente las

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limitaciones que esto supone para su benefi- ca clínica (y evita su simplificación excesiva)
cio personal, de forma que él pueda tomar la y a su horizonte ético, como se refleja en los
decisión que estime más oportuna (p. ej., principales códigos éticos actuales, ayudán-



LECTURA RÁPIDA
acudir a otra red asistencial, cambiarse de donos a evitar visiones reduccionistas. «Fue-
compañía aseguradora o votar en las próxi- ra» de dicho triángulo y, por tanto, lejos de
mas elecciones a quien le garantice un nivel cualquier valoración positiva, estarían las ac-
de asistencia más elevado). tuaciones maleficientes, definidas como las ▼
que violan alguno de los tres principios bio- Evitemos un aplanamiento
Evitemos un aplanamiento de la bioética éticos, dejando por otro lado constancia de la de la bioética
Por otro lado, el concepto de un espacio bio- necesidad de regulación del derecho del pro- Se explica así la necesidad
ético nos obligaría a tener en cuenta la mul- fesional a la objeción de conciencia. de una multidisciplinariedad
tidimensionalidad de la asistencia sanitaria, de los comités de ética.
También parece lógico
lo que nos impediría tener visiones reduccio-
pensar en la responsabilidad
nistas de determinados aspectos de ésta. Se
Bibliografía de la sociedad y de la
explica así la necesidad de una multidiscipli- institución sanitaria en el
nariedad de los comités de ética, ya sean 1. La profesión médica en el nuevo milenio: esta-
proceso de información y
tutos para la regulación de la práctica médica
asistenciales o de investigación. También pa- consentimiento informado.
[editorial]. Med Clin (Barc) 2002;118:704-6.
rece lógico pensar en la responsabilidad de la 2. Beauchamp T, Childress J. Principios de ética
sociedad y de la institución sanitaria en el biomédica (reimpresión). Barcelona: Masson

proceso de información y consentimiento S.A., 2002.
El propio consentimiento
informado (por eso, llama la atención en la 3. National Commission for the protection of
human subjects of biomedical and behavioral informado, por último, no
redacción de la ley 41/2002, básica regula- debería ser interpretado
research. DHEW publication nº (OS) 78-
dora de la autonomía y de los derechos y 0012. como un elemento
obligaciones en torno a la información y do- 4. Pellegrino ED, Thomasma DC. The virtues exclusivamente protector
cumentación clínica11, que no mencione la in medical practice. New York: Oxford Uni- para el médico sino que
responsabilidad de la administración sanita- versity Press, 1993. debe atender al individuo.
5. Engelhardt HT. Los fundamentos de la bioé-
ria en este ámbito, cuando sí la deja clara en
tica. Barcelona: Paidós, 1995.
el campo de la custodia y recuperación de las 6. Internal morality of medicine. J Med Philos ▼
historias clínicas, por ejemplo). El propio 2001;26:555-662. Ha de ser un proceso de
consentimiento informado, por último, no 7. Gracia Guillén D. Procedimientos de decisión toma de decisión
debería ser interpretado como un elemento en ética clínica. Eudema: Madrid, 1991. compartida entre profesional
8. García Pérez MA, Fernández Rodríguez MC. y paciente.
exclusivamente protector para el médico (es
El malestar del médico ante algunas aplicacio-
decir, de relación entre el médico y la socie- nes del control de costes: ¿es una muestra de in-

dad a través de la administración de justicia), madurez ética? Aten Primaria 2003;31:389-93.
sino que debe atender al individuo sobre el 9. Carballo F, Júdez J, Abajo F, Violán C. Uso ▼
que se pretende intervenir respetando su au- racional de recursos. Med Clin (Barc) 2001; Conclusión
117:662-75.
tonomía; de esta forma, dicho consenti- «Fuera» de dicho triángulo
10. Kant I. Respuesta a la pregunta ¿qué es la Ilus-
miento informado nunca puede limitarse estarían las actuaciones
tración? [consultado 25/07/2003). Disponible
a ser un papel que se firma para cubrir la res- maleficientes, dejando por
en: //espanol.geocities.com/gruposer_cl/que-
ponsabilidad del profesional (visión reduc- eslailustracion.htm otro lado constancia de la
11. Ley 41/2002, de 14 de noviembre, básica re- necesidad de regulación del
cionista), sino un proceso de toma de deci-
guladora de la autonomía del paciente y de derecho del profesional a la
sión compartida entre profesional y paciente,
derechos y obligaciones en materia de infor- objeción de conciencia.
que finalmente se plasma en determinadas mación y documentación clínica. BOE n.º
situaciones sobre un impreso que constata 274, 15 de noviembre, 40126-32.
ante la sociedad que dicho proceso se ha res- 12. Rawls J. A theory of justice. Cambridge: Har- ■
petado (incorporando, por tanto, a los tres vard University Press, 1971.
13. Consejo General de Colegios de Médicos.
actores en liza: el profesional, el paciente y la
Código de Ética y Deontología Médica, 1999.
sociedad). Disponible en: www.cgcom.es/pdf/Codigo.pdf
14. Consejo de Europa. Convenio de Oviedo
Conclusión (Convention for the protection of Human
El triángulo bioético define un espacio de Rights and dignity of the human being with
regard to the application of biology and medi-
interacción entre los diferentes actores de la
cine: Convention on Human Rights and Bio-
atención sanitaria y los principios que regu- medicine, ETS No. 164). Disponible en:
lan su conducta. De esta manera, nos acerca //conventions.coe.int/Treaty/EN/cadreprin-
intuitivamente a la complejidad de la prácti- cipal.htm

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