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Sin embargo, desde el año 2000 en adelante, coexiste y/o confluye una visión
moderna de las obligaciones que difiere bastante de la postura tradicional. En esta
hipótesis, la obligación y las consecuencias por su incumplimiento son radicalmente
distintas (El curso de Obligaciones y Responsabilidad Civil es distinto en la postura
moderna*). La “Teoría Moderna de las Obligaciones” es impulsada por autores como
Carlos Pizarro Wilson, Iñigo de la Masa y Álvaro Vidal Olivares. Progresivamente, los
tribunales están aceptando el nuevo derecho de las obligaciones, aun así, no hay que
olvidar que en la actualidad rigen ambos sistemas.
“DEFINICIÓN DE OBLIGACIÓN”
(1) Deber: Existen dos sujetos vinculados. Uno de ellos, debe realizar una conducta
en favor del otro, pero en caso de incumplimiento no existe un “castigo
jurídico”, es decir, igualmente hay una sanción pero no con tal calidad. Las
“normas religiosas” hacen nacer deberes de conducta y su inobservancia no
atrae un castigo jurídico. En estas circunstancias, el deudor es el creyente y la
conducta debida es respetar los mandamientos. En tanto, las “normas de trato
social” obligan al hombre (sujeto pasivo), quién debe realizar una conducta en
favor de la mujer, en omisión al deber el castigo es el repudio. Por último, en las
“normas morales” se distinguen las sociales e individuales. De igual forma, en
ausencia de éstas últimas, el castigo es el repudio/rechazo, ya que, se tilda a un
sujeto de ser un ente inmoral. Siempre se debe poner atención en lo siguiente:
¿La conducta que debe desplegar un sujeto es un deber? ¿O no es un deber?
(2) Carga: Hay diversas cargas, algunas de ellas son las “cargas públicas” y la “carga
de la prueba”. La carga de la prueba, significa que la persona que invoca la
ocurrencia de un hecho, debe necesariamente probarlo. En Chile, existe el
Por ejemplo: Eugenio sin querer atropelló al profesor Astudillo. ¿Le debe algo? Sí,
porque hay un “cuasidelito civil”, en otras palabras, una fuente de las obligaciones. La
obligación es la responsabilidad civil (indemnización de perjuicios).
Por ejemplo: Cuatro alumnos del presente curso, invitan al profesor a jugar futbol el
día sábado a las canchas de Marcelo Salas en Sporting. Eugenio acepta, sin embargo,
no llega al partido y – además – tiene su celular apagado. Hubo una convención pero
éstas no siempre son un contrato. Una tercera clase de convenciones, son aquellas que
no generan efectos jurídicos, es decir, no crean, modifican o extinguen jurídicamente
algo. Así las cosas, esta convención no crea y/o genera una obligación, por lo tanto, su
incumplimiento o inobservancia no tiene repercusión jurídica, en otras palabras, no
existe coercibilidad. Si al caso expuesto se le agregase lo siguiente: “El partido al que
invitaron a Eugenio es la final de la copa UNAB y el equipo que gana se lleva
$100.000”. La persona que causa un daño está obligada a reparar. No se puede
Por ejemplo: Si se deben $1.000 por compraventa, el enfoque está dado por el
comprador (deudor), pero si la perspectiva es desde el acreedor, el vendedor es quién
puede exigir el pago de los $1.000. Por lo general, la materia de clases se analiza desde
el deudor. En todas las obligaciones, correlativamente siempre existirá a su vez, un
derecho personal. ¿Por qué? Porque siempre se está obligado con alguien.
“DERECHOS PERSONALES”
Los derechos personales se definen en el ART. 578 del Código Civil. Un derecho
personal es una facultad, un poder o bien, una prerrogativa. En concreto, la facultad de
los derechos personales, consiste en la posibilidad que tiene el acreedor para exigir
judicialmente el cumplimiento de una obligación al deudor.
Distinta es, la categoría de los derechos reales (ART. 577). El derecho real, también
es una facultad concerniente a la vinculación entre una persona y la cosa. La persona
que tiene un derecho real se llama “titular”, en cambio, la persona que tiene un
derecho personal se llama “acreedor”. Si se toma cada derecho real, el nombre del
titular cambia y se especifica – en los derechos personales – sucede lo mismo, el
nombre genérico se irá especificando según la fuente de las obligaciones que opere.
Por ejemplo: Si una persona es acreedora en virtud de un contrato, hay que ver el
tipo de contrato, sólo así recibirá un nombre, ambas partes se obligan porque se trata
de contratos bilaterales, en cambio, en los contratos unilaterales sólo una parte puede
ser acreedora (comodante, depositante, etc.).
En cambio, el derecho personal tiene una estructura distinta. En primer lugar, tiene
un elemento que se denomina el “elemento subjetivo” y, corresponde a los sujetos
presentes en la relación, siempre se trata de dos, acreedor y deudor. El acreedor es el
titular del derecho personal, es quién puede demandar al deudor por el cumplimiento
de la obligación – ahora bien – el deudor es el sujeto pasivo, sobre quién recae la
obligación de realizar una conducta determinada en favor de su acreedor.
Por ejemplo: Eugenio publica en Facebook que se perdió su perro y ofrece una
recompensa de $100.000 a quién encuentra el perro. Existe una obligación, hay un
sujeto activo en abstracto porque cuando nació la obligación no se determinó de
inmediato el acreedor. Ahora bien, si se sabe concretamente quién es el deudor, este
es, Eugenio. Es un caso de indeterminación subjetiva activa, pero cuando aparezca una
persona con el perro, se sabrá el nombre del acreedor.
(a) Regulación del Cumplimiento: El Código Civil regula cuando hay cumplimiento, y
se denomina genéricamente “pago” – como también – le entrega al deudor
mecanismos de defensa cuando ya ha pagado para que no le cobren de nuevo,
por ejemplo, la excepción de pago.
(b) Regulación por Incumplimiento: Se refiere a los remedios que tiene el acreedor
cuando el deudor no cumple, por ejemplo, el cumplimiento forzado, la
resolución del contrato, o bien, la indemnización de perjuicios.
Las regulaciones anteriores son los efectos jurídicos del vínculo. ¿Qué es aquello
que genera un vínculo jurídico? Son las fuentes de las obligaciones. Si las fuentes fueran
estudiadas sólo desde la perspectiva tradicional, cabría concluir que sólo se consagran
en el ART. 1437; para esta doctrina, las fuentes sólo son cinco, como los contratos,
cuasicontratos, delitos civiles, cuasidelitos civiles y la ley. No obstante, para la doctrina
moderna, las fuentes de las obligaciones se contemplan en tres disposiciones (ART.
1437, 578 y 2284); los autores modernos consideran que la clasificación tradicional
pentapartita del ART. 1437 es inexacta.
4. Según Como Nacen Estos Derechos: Los derechos reales nacen necesariamente
a través de los modos de adquirir el dominio, esto es, según la concurrencia
copulativa del título más el modo de adquirir. Los derechos personales nacen en
virtud de las fuentes de las obligaciones.
5. En Cuanto a la Eficacia: Los derechos reales tienen eficacia erga omnes, en otras
palabras, es posible ejercer el derecho en contra de cualquier persona que lo
vulnere. En cambio, los derechos personales tienen eficacia relativa, es decir, el
derecho sólo se puede ejercer en contra del deudor.
Tanto la teoría clásica como moderna, tienen en común el ART. 1437 del Código
Civil. En particular – para los autores clásicos – este artículo consagra cinco fuentes,
estas son, los contratos, cuasicontratos, delitos, cuasidelitos y la ley. Ahora bien, para
los autores modernos esta situación es distinta al día de hoy. ¿Por qué? Simplemente,
para estos últimos es necesario reinterpretar la lectura del ART. 1437.
También hay convenciones que no crean una obligación, sino que, un deber y éstas
tampoco constituyen fuente de las obligaciones. A modo conclusivo, si la convención
es un contrato será fuente de las obligaciones, pero de otra forma no lo será.
Ahora bien, el hecho voluntario de una persona que se obliga para que constituya
fuente debe detentar cierto calificativo y, consiste en poseer el carácter de lícito. Por
ejemplo: El cuasicontrato de la agencia oficiosa; básicamente, consiste en que una
persona sin que medie convención con otra, realiza un acto que beneficia al otro y, por
tanto, éste último tiene que restituir lo que el primero gastó en él (*En un día de
tormenta, un caballero se percata de que a su vecino se le está destruyendo la cerca,
8 Profesor Eugenio Salvador Vásquez Cunsolo;
Alumna Catalina Javiera Negrón Arévalo.
“Teoría de las Obligaciones” 2017
por lo mismo, hay peligro, ya que, los animales se pueden escapar, y entonces la
repara para evitar el mal. ¿Quién se obliga? El vecino del terreno cuya cerca se reparó,
obligándose a devolver los materiales empleados).
1- Los hechos ilícitos civiles también son el hecho de una persona, al igual que la
fuente anterior (cuasicontratos) pero ilícitos.
3- En Chile, para que surja la obligación de indemnizar perjuicios, por regla general,
es necesario que el hechor haya actuado o con dolo o con culpa en la
producción del daño, el nombre propio es imputabilidad. Ergo, si se causa un
daño a otro sin dolo o sin culpa, no se debe reparar el daño, y por lo general, los
casos que quedan fuera de estas hipótesis, corresponden a un caso fortuito.
La última fuente de las obligaciones es la ley, ésta puede crear una obligación
querámoslo o no. Por ejemplo: Según muchos autores, la obligación de pagar
impuestos es de fuente legal, como también, la obligación de pagar alimentos (ART. 321
y siguientes).
*Comentarios finales a las cinco fuentes de las obligaciones: Sea cual sea la fuente,
el resultado es el nacimiento de una obligación – y a ella – se le van a aplicar todos los
efectos obligacionales.
Introducción:
Coexisten otros dos artículos que también regulan a las fuentes de las obligaciones,
se trata del ART. 578 y ART. 2284.
En el ART. 578, se habla del “hecho voluntario del deudor”. Puede ser, que el sólo
actuar de un sujeto haga nacer una obligación en él, más no en otros. No se requiere
siempre de la ley para que nazca una obligación, o bien, de dos personas puestas de
acuerdo. ¿Qué se necesita para que una persona haga nacer una obligación? Es
necesario que la persona realice un hecho, tomado como conducta. Por ejemplo: Si
Eugenio piensa que le debe $5.000 a Dino, no hace nacer una obligación, pero si el
primero realiza una conducta, puede hacer que sí se los deba. Los hechos pueden ser
de dos tipos:
i. Ser un Hecho Ilícito: Por ejemplo, atropellé sin querer a Dino y por eso le debo
dinero.
¿Hay fuente en el ART. 578? Sí, porque cabe en un hecho del deudor. El hecho
consiste en haber declarado la voluntad. Otra doctrina, piensa lo contrario porque para
que exista la obligación se necesita de una manifestación de voluntad del acreedor. Por
ejemplo: Astudillo debe consentir en lo debido por Eugenio, sino no hay obligación.
Por ejemplo: Eugenio declaró ayer por escritura pública que le debe $1.000.000 a su
amiga Susy. Como abogados de Susy, ¿es posible cobrarle el dinero a Eugenio? Sí.
¿Cómo? En primera instancia, siempre hay que recurrir a los medios extrajudiciales,
Siempre que concurra la existencia de una escritura pública, en donde una persona
declare o reconozca deber algo a otra, el acreedor podrá exigir coercitivamente el
cumplimiento de lo declarado. Lo anterior, debe ser acoplado a una teoría denominada
la “teoría de los actos propios”.
Por otro lado, la otra fuente discutible de las obligaciones, proviene del ART. 2284
en donde según éste, hay obligaciones que nacen sin convención y otras que nacen
con convención. Las obligaciones que nacen sin convención pueden provenir de un
hecho lícito o ilícito, si el hecho es ilícito se habla de delitos y cuasidelitos civiles, en
cambio, si el hecho es lícito se habla de cuasicontratos.
En la época de dictación del Código Civil, por regla general, las personas no estaban
obligadas, lo que al día de hoy, es completamente distinto. Actualmente, la regla
general es que las personas si están obligadas para con otras, además por un asunto de
cantidad en el incumplimiento de las obligaciones. En tribunales está lleno de
demandas de cobro de dinero por incumplimiento, ya sea, entre particulares, o bien,
entre casas comerciales y particulares. Cada vez que un acreedor quiere demandar el
cumplimiento de una obligación, tiene que probar el cumplimiento de ella, “el que alega
prueba”. Si una persona afirma que le deben, debe probar la existencia de la obligación
y, si una persona alega que no debe, debe probar la extinción de la obligación. La regla
probatoria de obligaciones está en el ART. 1698 del Código Civil, se une con la forma de
probar la existencia y extinción de obligaciones.
Estas obligaciones son distintas en cuanto a los efectos de una obligación civil, se
parecen en que ambas tienen excepción de pago y de retención, pero a diferencia,
éstas no confieren una acción para exigir el cumplimiento, es decir, no se pueden
demandar. Cada vez que una obligación calce, o bien, se encuadre dentro de algún
número del ART. 1470, se estará en presencia de una obligación natural. Por ejemplo:
Si Javiera demanda a Eugenio seis años después, siendo que el plazo máximo son cinco
años, se entiende que el plazo ha prescrito. Pero si Eugenio reconoce la deuda pasado
el tiempo, la ley faculta a Javiera para retener.
En las obligaciones naturales como hay vinculo jurídico, el efecto regulado por la
ley es tal, ellas se encuentran en medio de dos cosas, comparten mucho el ser un
“deber moral de conducta” con “gozar de efectos de obligaciones civiles”, es decir, en
éstas hay tanto moralidad como juridicidad, es por ello que el Código les da una
protección especial. ¿Cómo saber si una obligación es civil o natural? Hay que ver si la
obligación se encasilla en alguno de los casos enumerados en el ART. 1470. Aunque
igualmente podría ocurrir, que la obligación esté fuera de la norma, y en aquellas
circunstancias, para ser natural deberá cumplir con dos requisitos copulativos:
Así las cosas, si se hallan casos en donde sólo se presenta el efecto jurídico de
retención pero no el componente moral o viceversa, cabe concluir que ello no es una
obligación natural.
El ART. 1470 señala cuatro casos de obligación natural. La doctrina agrupó esos
casos, afirmando que los del número 1° y 3° son obligaciones naturales porque hay una
causal de nulidad que la provoca. En cambio, en los casos del número 2° y 4°, la
obligación es natural ya no por nulidad, sino que, por una causal distinta, en estas
circunstancias, originalmente hubo una obligación civil perfecta, con acción y
excepción de pago, pero algo le sucedió distinto de la nulidad que por ley, la fuente se
convirtió en natural. Tratándose del caso número 2°, la acción civil de cobro prescribió
extintivamente, mientras que, en el caso del número 4°, la obligación civil no se pudo
demostrar en juicio en cuanto a su existencia.
“Las contraídas por personas que teniendo suficiente juicio y discernimiento, son, sin
embargo, incapaces de obligarse según las leyes, como los menores adultos”.
Surge una segunda problemática y es la siguiente; ¿Se requiere una sentencia que
declare la nulidad del contrato para que esas obligaciones sean naturales? ¿O bien, no
se requiere tal sentencia? Depende, ya que, nuevamente existen dos teorías. Según la
“Las que proceden de actos a que faltan las solemnidades que la ley exige para que
produzcan efectos civiles; como la de pagar un legado, impuesto por un testamento que
no se ha otorgado en la forma debida”.
La hipótesis es que, hubo un acto jurídico por ley solemne y no se cumplió con su
solemnidad. El primer problema de interpretación atiende a lo siguiente; ¿Se aplica a
cualquier tipo de acto jurídico solemne? Algunos autores, sostienen que sólo se aplica
a actos jurídicos unilaterales solemnes. Otros en cambio, sostienen que se aplica a
actos jurídicos bilaterales solemnes, y más en específico, a los contratos solemnes. El
Código Civil, cuando utiliza la palabra “actos”, se está refiriendo a los actos jurídicos
unilaterales y, cuando utiliza la palabra “contrato/convención”, se refiere a los actos
jurídicos bilaterales.
Por ejemplo: Eugenio lega su play 4 a su único y gran amigo Pietro Sferraza, el
problema, es que el testamento no se otorgó cumpliendo las solemnidades. Eugenio se
muere y, el problema está, en que Pietro no puede demandar a los herederos de
Eugenio para que le entreguen el play 4 porque la obligación es natural. Ahora bien, si
los herederos de Eugenio le entregan el play 4 a Pietro, se otorga excepción de
Por último; ¿Desde cuándo la obligación es natural? ¿Desde el nacimiento del acto
sin solemnidad? ¿O desde la declaración por sentencia firme de nulidad? En este caso,
no se exige la nulidad, así es que, no se requiere sentencia de nulidad para el
nacimiento de la obligación natural. *En el caso número 1°, el fundamento es la nulidad
relativa, mientras que, en el caso número 3°, el fundamento es la nulidad absoluta.
Por ejemplo: El día 04 de agosto del 2010, Eugenio le debió haber pagado a
Astudillo por un mutuo de $1.000.000. ¿Si Astudillo no ha hecho nada para cobrar el
dinero hasta el día 15/03/2017? ¿Se debe en forma civil o natural? La obligación sigue
siendo de carácter civil y sólo cuando haya sentencia de prescripción se deberá
naturalmente. Ahora bien, si al día de hoy Astudillo demanda a Eugenio, este último se
debe defender con la excepción perentoria de prescripción. La prescripción produce
efectos desde que es alegada y declarada por sentencia. “La sentencia de prescripción
crea a la obligación natural”. ¿Te das cuenta que la prescripción no extingue una
obligación? Siempre se está obligado, antes civilmente y luego naturalmente.
“Son obligaciones naturales las obligaciones civiles que no han sido reconocidas en
juicio por falta de prueba”. Esta situación se suscita por no cumplir con una formalidad
por vía de prueba. Por ejemplo, era deber de la persona dejar constancia escrita del
acto, si es que éste valía más de 2 UTM y no lo hizo. Como ya se sabe, los contratos
solemnes se prueban a sí mismos, por lo tanto, estas obligaciones sólo proceden
respecto de los contratos consensuales y reales que no pudieron ser probados, por
regla general, por falta de escrituración.
Para que estas obligaciones adopten el carácter de natural, debe mediar una
sentencia firme que declare que no se acoge la pretensión del actor por falta de
prueba, es la única causal. En este sentido, el demandante solicita al tribunal el cobro
de una obligación y su demanda no es acogida porque no puede probar su existencia.
Ergo, si la demanda es rechazada por otra causal distinta a la falta de prueba, la
obligación no es natural, sino que, sigue siendo civil.
Para que se produzca el efecto de excepción, el pago debe cumplir con dos
requisitos en virtud del último inciso del ART. 1470, estos son: 1.- El pago debe ser
voluntario y; 2.- El pago lo efectúe quién tiene la libre administración de sus bienes.
La novación es una convención por la cual, las partes acuerdan extinguir una
obligación y crear otra, con un sujeto nuevo, o bien, un objeto distinto. Por ejemplo:
Rafael y Eugenio tienen una obligación natural entre ambos, pero acuerdan por escrito
declararla extinguida, a cambio de que, ahora Eugenio le deba un Código Civil, siempre
y cuando haya consciencia en ello (ART. 1630).
¿Sólo son obligaciones naturales los cuatro casos anteriores? ¿Hay más casos en el
Código u otra legislación? Hay que ir determinando caso a caso. En cada circunstancia,
lo que se debe hacer es precisar si se dan y/o concurren los requisitos de una obligación
natural. Sabiendo ya, que los requisitos consisten en el deber moral de conducta, la
ausencia de acción para exigir el cumplimiento y el otorgamiento de excepción de
retención (cuando se ha pagado), éstos deben asistir copulativamente.
(1) Multa en los Esponsales (ART 98 y 99): El supuesto, es que hay esponsales con
multa por incumplimiento, por ejemplo, “si uno de los dos no se casa, deberá
pagar como multa $2.000.000”. Si bien, se presentan los tres requisitos para que
haya una obligación natural, éstos no lo son, ya que, por ley no hay obligación
natural. El inciso primero del ART. 98, afirma que los esponsales no producen
ninguna obligación, ni civil, ni tampoco natural, en otras palabras, debería haber
una obligación natural pero por ley no la hay.
(3) Tercer Caso: El supuesto es que, una persona le debe dinero a otra, y además, le
paga intereses que no estaban acordados. Por ejemplo: Eugenio le pidió $1.000
a Silvana y le devuelve $1.100, porque creyó que le debía tales intereses sin estar
previstos. ¿Silvana debe devolver los intereses que Eugenio pagó por error? No
hay acción de repetición, es decir, quién los recibió puede quedarse con ellos
(ART. 2208). ¿Habría o no una obligación natural? Hay que fijarse si existía o no el
deber moral – puntualmente en este caso – no, ya que, el mutuo puede ser con
o sin intereses.
(4) Deudas que Uno Puede Contraer con Otro Frente a los Juegos de Destreza: Los
juegos de destreza son apuestas. Por ejemplo: “Te apuesto que te gano en
ajedrez” (ART. 2260). Existen dos tipos de juego, estos son, los de destreza
corporal y los de destreza intelectual. En este caso, los juegos de destreza
intelectual son los que están reconocidos en el Código. Hay una apuesta frente a
Todos sabemos que la prestación tiene un objeto, que puede ser una cosa o un
hecho, en estos momentos, se hablará básicamente de las cosas objeto de la
prestación, por ejemplo, una silla, una mesa, una casa, los muebles por naturaleza, etc.
Un requisito para este objeto es que esté determinado y, ello implica conocer qué es lo
que se debe. A su vez, esta “determinación”, que la efectúan las partes si fuese una
convención, se puede hacer de dos formas: 1.- Como cosas genéricas o; (2) Como
especie o cuerpo cierto. Una cosa específica o especie, sí o sí debe ser una cosa única,
en donde no hay otra existente en el mundo, pero eso no significa que materialmente
no puede haber un millón de las mismas cosas, por ejemplo, ¿la corbata del profesor
puede ser una especie o cuerpo cierto? Puede ser, pero quizás hay un millón de esos,
no es un tema de cantidad. No hay que asociar a la especie o cuerpo cierto una especie
única, sino que, es un tema de voluntad jurídica, es decir, de común acuerdo.
Por ejemplo: Puede haber 10 corbatas como la del profesor, pero la corbata que
pertenece a Eugenio es única porque es la suya y de nadie más. Las partes
perfectamente pueden hacer que un objeto sea una especie o cuerpo cierto. Es la
voluntad de los sujetos, la que perfectamente puede convertir a una cosa de las que
hay muchas, en especie o cuerpo cierto; este proceso toma un nombre especial y se
llama “especificación”.
Por ejemplo: Cosas genéricas son un auto, un perro y una silla, pero si a éstos se le
agregan características, van perdiendo la categoría de género y adquiriendo la
categoría de especie. Entonces, un auto, marca peugeot, modelo 206, color cris, estilo
deportivo, con spoiler y luces de zenón, es una especie o cuerpo cierto. Lo que es
complicado, es determinar en qué momento se pasa de género a especie. Aunque ya se
Por ejemplo: Eugenio le dice a un alumno que le vende en $400.000 uno de sus
perros. El alumno acepta, pensando en que se refería al perro pastor alemán, pero el
profesor sólo hablaba de uno de sus chihuahuas. Así las cosas, hay una convención y un
contrato. Este es el gran problema que tienen las obligaciones con cosas genéricas,
este es, la falta de conformidad. Pero, el Código regula y morigera la situación diciendo
que hay que entregar un individuo de una calidad a lo menos mediana (ART. 1509).
Las obligaciones de género, están reguladas en los ART. 1508 al 1510 del Código
Civil. El ART. 1508, nos entrega la definición de una obligación de género. “Son aquellas
en que se debe indeterminadamente un individuo de una clase o género determinado”. El
Código exige que se determine el género y los individuos dentro del género, por lo
tanto, tienes que determinar a un perro, y además, dar un número de la cantidad que
se debe. El género tiene que ir siempre acompañado de la cantidad.
La elección de los individuos que forman parte del género la realiza el deudor, es
decir, “si el deudor debe 10 cosas de un género, él las elige y las entrega”, salvo que, las
Por ejemplo: Eugenio tiene en su fundo 100 vacas y por contrato, acuerda venderle
a Jorge 10 de sus vacas. En este caso, si no se dice nada, Eugenio elegirá 10 vacas y se
las entregará a su acreedor (regla general). Salvo que, el acreedor sea el que por
convención elija, caso en el cual, irá Jorge a determinar cuáles quiera (excepción).
El deudor de una cosa genérica, por regla general, no tiene deber de cuidado.
Frente a una obligación contractual, la ley exige que el deudor la cumpla observando lo
que denomina “el debido cuidado”. Significa, que los contratos se cumplen por parte
del deudor siendo a veces más cuidadoso que en otros casos, es decir, hay casos en que
por ley el deudor debe ser extremadamente cuidadoso para cumplir, otras veces ser
medianamente cuidadoso y otras veces ser muy poco cuidadoso. El nivel de cuidado
está en directa relación con el beneficio del contrato, esto es, a quién beneficia el
contrato (ART. 1547). El deber de cuidado, está presente desde luego, en obligaciones
específicas, cuando lo debido es una especie o cuerpo cierto y, antes se sostenía que
frente a la obligación de entregar una cosa genérica el deudor no tenía deber de
cuidado porque el género no perece. “Si yo le debo a Jorge 10 vacas, puedo entregarle 10
vacas cualesquiera que sean de todo el mundo, porque siempre van a haber vacas”. Si
bien, esto puede ser una regla, ella no es absoluta porque hay casos en que el género si
va a perecer, y por tanto, el deudor tiene que cuidar a los individuos del género.
¿Cuánto cuidado tiene que desplegar el deudor para cumplir con su obligación?
¿Cuál es el debido cuidado exigido por ley? Depende si el contrato, beneficia al
acreedor, al deudor o a ambos. Hay que fijarse en el tipo de cuidado y el beneficio. El
debido de cuidado se circunscribe a la obligación de entregar la cosa específica o
genérica según sea el caso. Así, si operó la fuente de obligación, pero el cumplimiento
Por ejemplo: Si le digo manzanas a una persona que las llevará a la feria para
vender, perfectamente pueden ser manzanas de exportación, lo que no puedo hacer,
es entregar individuos de calidad inferior. ¿Qué vamos a entender por “calidad
mediana”? La calidad mediana, no es lo que se piensa comúnmente, no es lo que el
pueblo pueda entender por calidad mediana, por lo tanto, no implica que la manzana
no esté podrida, etc. La calidad mediana se va a ir definiendo según el fin que tuvieron
las partes para contratar. Ergo, calidad mediana es lo que esas partes querían y no
nosotros. Así las cosas, la mejor clave es preguntarle al acreedor, ¿para qué quería ese
objeto? Y según la respuesta, se perfila y/o determina la calidad. “Yo quería paltas para
exportarlas a Japón, pero para exportar deben ser paltas de tal calibre, calidad, etc.”. El
juez es la persona que deberá calificar si lo entregado cumple este estándar frente a un
reclamo de incumplimiento por parte del acreedor.
Por ejemplo: Si el acreedor sabe que le deben una cosa única y tiene justo temor de
que el objeto se vaya a destruir mientras lo tiene el deudor, puede pedirle al tribunal
que lo proteja, solicitando que el saquen el objeto al deudor y, que quede en la custodia
de algún lugar hasta la entrega – en estas circunstancias – esto sí es posible, ya que, se
trata de una cosa única. En cambio, cuando lo debido es un género no hay para qué, ya
que, el Código razona desde la perspectiva que el género jamás perecerá.
3. Es posible que la especie se destruya en poder del deudor pero por caso
fortuito. El caso fortuito es una cosa que las partes no podían prever cuando
contrataron y que provoca incumplimiento. El Código Civil, dice que es el
imprevisto a que es imposible resistirse (ART. 45). En estos momentos, importan
dos cosas, lo imprevisible significa que las partes al momento de contratar no
tenían como saber que ese hecho iba a ocurrir e, irresistible significa que el o los
sujetos no pueden evadir las consecuencias del hecho imprevisto. Aunque el
Código no lo dice, hay un tercer requisito, este es, que el hecho sea ajeno a la
voluntad del deudor, es decir, que el deudor no lo provoque, puede ser inducido
por un tercero o la naturaleza. Cuando el objeto cierto perece en poder del
deudor, no se debe ni su valor, ni la indemnización de perjuicios, siempre que
sea fortuito y pendiente la entrega, esta será la regla general. Pero como toda
regla, hay excepciones, es decir, situaciones en que la especie se destruye por
caso fortuito en poder del deudor y él igualmente es responsable:
A continuación, se van a utilizar tres artículos, estos son, el ART. 1550, ART. 1820 y el
ART. 1486. Estos artículos completan a una figura mayor, pero en estricto rigor, la
teoría de los riegos se consagra en el ART. 1550. La hipótesis de la teoría es la siguiente
“Estamos ante un contrato bilateral, en donde una de las partes está obligada a entregar
una especie o cuerpo cierto en el futuro, por ejemplo, una compraventa en donde alguien
te da la especie a plazo, y pendiente la entrega en ese lapso, el objeto se destruye por caso
fortuito”. Esta conjetura se pregunta lo siguiente, ¿qué pasa con la obligación de la
contraparte? ¿Debe igualmente cumplir? ¿Sabiendo que no va a recibir nada? O bien, si
ya cumplió, ¿tiene derecho a pedir devolución? El ART. 1550 sólo consagra esta
hipótesis, consistente en la destrucción total de una especie o cuerpo cierto.
Por ejemplo: La compraventa de una cosa mueble, especie o cuerpo cierto, la fecha
del contrato es 22 de marzo del 2017 y fecha de entrega del bien mueble es el 20 de
abril del 2017, el comprador se obliga a pagar $2.000.000 el mismo día de la entrega, y
mientras penden las obligaciones, se extinguió la del vendedor por caso fortuito.
Enfocándonos en el vendedor, que es quién debe entregar el objeto, en estricto rigor,
si no hay más antecedentes, él no debe nada, ¿y la contraparte? El comprador debe
pagar igualmente el precio el día 20. ¿Sí o no? Lo que ocurre, es que el ART. 1550 está
enfocando en la obligación de entregar, el riesgo de la obligación que te entreguen o
El ART. 1550 contiene una regla general, luego tiene dos excepciones y,
posteriormente, tiene una contra-excepción, es decir, una situación que te hace volver
a la regla general. En la primera excepción – la mora – sí se debe la indemnización de
perjuicios y, el segundo caso, es una persona que se obliga a entregar un mismo objeto
a dos personas distintas por obligaciones distintas, y en ese lapso perece por caso
fortuito. El Código sanciona la mala fe, pero el ART. 1672 inciso 2°, consagra una contra-
excepción al ART. 1550, esto es, un caso en que el caso fortuito se produce durante la
mora y así y todo, no se deberá ni el precio, ni una parte de la indemnización. Si el
El ART. 1820 primera parte, igualmente consagra la teoría de los riesgos, pero lo
hace de la siguiente forma a diferencia del anterior, ya que, estipula tres situaciones
que pueden ocurrir pendiente la entrega, por lo mismo, la hipótesis es mucho más
amplia que la del ART. 1550. El ART. 1820, se refiere a lo que ocurre si pendiente la
entrega por parte del vendedor, el objeto se pierde, deteriora o mejora, ya no es
solamente la pérdida, sino que, aparte se contemplan los deterioros o mejoras. La
perdida y el deterioro son situaciones desfavorables, pero las mejoras no para el
comprador. En los tres casos, rige la misma regla, esta es, lo que le pase al objeto lo
sufre el comprador, por tanto, lo bueno o lo malo que suceda en el lapso de tiempo
favorece o perjudica al comprador. Este artículo consagra la regla, con prescindencia de
los motivos que llevaron al deterioro, o a la destrucción o al aumento. Al ART. 1820, no
le interesa el porqué, es netamente objetivo y se despoja de todo lo subjetivo.
Por ejemplo: Se compra una vaca, especie o cuerpo cierto, con fecha 23 de marzo
del 2017. La fecha de entrega es el 17 de septiembre del 2017, y en ese lapso, la vaca se
puede haber perdido, deteriorado, o bien, mejoró porque se preñó. ¿A quién le
favorece o perjudica? Al comprador, y el $1.000.000 debe ser pagado igualmente por
esta norma, ya sea que el comprador no reciba nada, reciba una vaca enferma, o bien,
una vaca con su cría.
El ART. 1820 no explicita el por qué se perdió, deterioró o mejoró el bien. Ahora viene,
el primer complemento natural del artículo anterior, es cuestionarse el por qué. El
motivo puede ser:
Esta es la forma en que razona nuestro Código Civil cuando hay incumplimiento de
contrato y el acreedor quiere solicitar indemnización de perjuicios, verifica si hubo
Finalmente, los tres artículos tienen un complemento natural que los hace ver en su
conjunto y es el ART. 1547 inciso 3°, esto es, la presunción de culpa en el incumplimiento
de contrato. La imputabilidad por culpa se presume, e implica, que la carga de la prueba
se traslada al deudor si quiere exonerarse de la indemnización de perjuicios, éste lo
deberá efectuar acreditando caso fortuito o ausencia de culpa, en otras palabras, el
empleo de la debida diligencia. La regla general se contempla en el inciso 1° del ART.
1486. Siempre hay que fijarse si en los contratos bilaterales hay cláusulas que alteren o
no los artículos, como también, siempre se debe partir de la base que hay
imputabilidad, porque la culpa se presume. *Tener estricta atención en la
diferenciación de las especies o cuerpos ciertos y los géneros.
Para manejar estas obligaciones, hay que conocer cómo una persona puede
convertirse en dueña, en poseedora, o bien, en mero-tenedora. Cuando se habla de
dueño, se refiere a cualquier tipo de derecho real, esto es, la conjunción del título más
el modo de adquirir. ¿Cómo saber si alguien es merotenedor? Sólo porque ha
celebrado un título de meratenencia. A su vez, la posesión se adquiere por un título
posesorio, que por regla general, consisten en los modos de adquirir. Nadie se
convierte en dueño de un objeto porque sí, siempre tiene que haber un título jurídico
de por medio. “Javier es merotenedor porque jurídicamente lo es”, todo necesita de una
causa y ésta es un motivo jurídico. La “tenencia material”, proviene del cumplimiento
de una obligación y de adquirir la calidad jurídica. El “derecho”, también proviene el
cumplimiento de una obligación, y estas pueden ser, las obligaciones de dar y las
obligaciones de hacer. “Todo lo que tú tienes, proviene de alguien que te dio algo, o bien,
de alguien que hizo algo por ti”.
Por ejemplo: ¿Por qué tienes un computador? Porque celebraste una compraventa
o alguien te lo donó, pero el puro contrato no te convierte en dueño, tiene que haber
tradición y, esta es la forma de cumplir una obligación cuando ya es prexistente y el
título translaticio es de dominio. El hecho de “entregar”, en Derecho Civil implica dos
cosas:
Por regla general, ambas entregas van juntas, y por excepción, están disociadas
como cuando se compra un bien raíz. Si compras una casa, es perfectamente posible
que haya entrega material y no jurídica, o al revés. En principio, esta posibilidad no
puede estar presente si lo entregado es una especie mueble, porque el ART. 684 es
distinto del ART. 686. En el ART. 684, donde se regula la tradición de las cosas muebles,
el acreedor debería recibir tanto la entrega real como la jurídica, es decir, si la tradición
es de una cosa mueble, se debe recibir el bien más el dominio en un mismo acto.
Lo anterior es sin perjuicio de aquellos autores que sostienen que el ART. 684 no
enumera formas de hacer la entrega, sino que, consagra dos requisitos distintos de la
tradición, uno de ellos es la regulación de la entrega material. Otros doctrinarios,
piensan que el ART. 684 regula y consagra casos del elemento intencional, más no de
las formas de entrega.
¿Qué pasa con un bien raíz? ¿Cuándo alguien se obliga a traditar un bien raíz?
Podría ocurrir lo mismo, pero la diferencia en el efecto es mucho más nítida, porque la
tradición implica inscribir el dominio del bien a nombre del adquirente. Cuando
inscribes, sólo has entregado jurídicamente el bien raíz, pero puede suceder que el
adquirente no tenga materialmente el bien. Por ejemplo: El adquirente no puede
acceder materialmente al inmueble que compró porque la casa está ocupada o, la casa
está desocupada pero está sin las llaves. En los inmuebles puede que haya entrega
jurídica y no real, o viceversa.
Cada vez que se presente esta situación (disociación en las entregas), sea en bienes
muebles o inmuebles, quién estaba obligado a entregar incumplió. Si compras un
inmueble, lo inscribes a tu nombre pero no lo puedes tener físicamente, es porque el
vendedor incumplió en su obligación de entregar, ya que, la entrega debe ser material y
jurídica, no una ni la otra, sino que, ambas copulativamente, en otras palabras, la
obligación contiene dos o más conductas y cada una de ellas, configura la obligación.
En el ART. 1815, se afirma que la venta de cosa ajena vale, el efecto es que la
persona que compra se convierte en poseedor. El vendedor de cosa ajena; ¿Realmente
puede entregar? Materialmente sí puede entregar pero jurídicamente no. Por ejemplo:
Eugenio le vende a Jorge X cosa ajena y se la entrega, hay entrega material pero, ¿hubo
entrega jurídica? ¿Qué significa entrega jurídica? La entrega jurídica significaría convertir
en dueño al otro. ¿Jorge se puede convertir en dueño? Sí, podría haber entrega jurídica
por prescripción adquisitiva, el dueño verdadero de la cosa puede ratificar, o bien, el
vendedor se convierte en el dueño real de la cosa. Ahora bien, no se podría entregar
directamente el dominio, en este caso, la tradición opera como modo porque ésta es
Cada vez que se esté en presencia de un contrato por el cual una parte deba
convertir en dueño a la otra, ese sujeto asumió/contrajo una obligación de dar.
“OBLIGACIONES DE DAR”
Ahora bien, todo lo que se ha dicho respecto del dominio se extiende a los demás
derechos reales, es decir, “si me obligo a constituir un derecho real de usufructo de un
predio en favor de Renzo, yo me obligué a dar”, “si me obligué a hipotecar una casa para
garantizar una obligación que contrajo Pietro con Jorge, me he obligado a dar, esto es, a
hacer nacer en favor de Jorge, un derecho real de hipoteca”, y así sucesivamente, en
cualquier derecho real que dependa del acuerdo de los sujetos. Las obligaciones de dar,
también consisten en crear en otro, cualquier otro derecho real. Por ejemplo: Es
posible que Eugenio convierta en usufructuario a Silvana, pero no le haya entregado
materialmente el inmueble, ¿qué puede hacer ella? Silvana puede demandar a Eugenio
por incumplimiento.
¿Cómo saber si un sujeto se obliga con otro a dar? Siempre hay que mirar el título
que antecede a esa obligación, es decir, observar el motivo por el cual cada uno se
Cada vez que un sujeto deba entregarle un bien a otro con la intención de
convertirlo en dueño, corresponde a una obligación de dar/Cada vez que una persona
deba entregarle un bien a otro sin la intención de convertirse en dueño, se trata de una
obligación de hacer/Para esto, sólo hay que fijarse en el tipo de contrato que las partes
celebraron, si es un contrato de meratenencia, la obligación o la entrega será de hacer
y, si la obligación de entregar proviene de un título translaticio como la compraventa,
esa obligación es distinta según si el vendedor es o no dueño del objeto, si es dueño del
objeto la obligación es de dar, pero si no es dueño del bien como en la venta de cosa
ajena, hay dos teorías: 1.- Igual se obliga a dar aunque el comprador se convierta en
dueño en un futuro y; 2.- No se obliga a dar.
El motivo que nos lleva a “dar”, se denomina genéricamente “título”, pero cuando
el efecto es el derecho real, se llama “título translaticio de dominio”. La consecuencia
jurídica, es que el acreedor de las obligaciones se va a convertir en dueño o titular del
derecho real, y además, se convertirá también en poseedor. Cuando se cumple una
obligación de dar, el acreedor se convierte en dueño (efecto de derecho) y poseedor
(efecto de hecho). Si alguien es titular de un derecho real, también es poseedor, sobre
todo en los títulos posesorios del ART. 703.
¿Qué pasa con la obligación de traditar? Por ejemplo, la que tiene el vendedor en la
compraventa. La obligación del vendedor es de dar, ya que, tiene su fuente en un título
translaticio de dominio, y esto implicaría que todo vendedor, cualquiera sea la cosa
vendida, debe convertir en dueño al comprador, si ello no ocurre, habría
incumplimiento de contrato y se podría resolver el mismo por incumplimiento (siempre
recordar que existe el ART. 1815 y ART. 682). ¿Cómo se explica lo anterior si es posible la
tradición de cosa ajena? En el molde tradicional, la venta de cosa ajena siempre tendría
incumplimiento, sin embargo, ello en Chile no acontece porque la solución práctica no
existe, y esto está dado por cuatro razones:
1. Porque Víctor Vial, dice que obligarse a dar es sólo obligarse a traditar, y una
cosa distinta sería el consecuente efecto que tenga esa tradición. Si el vendedor
tradita, y en virtud de ello, se convierte en dueño al comprador, no hay ningún
problema, porque está cumplida la obligación de dar en su sentido clásico. Para
Vial, si la tradición no opera como modo, es debido a que el vendedor no
incumplió, ya que, su obligación de dar es traditar, más no convertir en dueño
de forma inmediata al comprador.
2. Al día de hoy, los autores también sostienen que la tradición de un “no dueño”
igualmente permite al adquirente/comprador convertirse en dueño, quizás no
de inmediato pero sí en un tiempo posterior, no coetáneo a la tradición, tiempo
que podrá ser de dos, cinco o diez años, o incluso podrían ser plazos menores si
se ratifica por el verdadero dueño la tradición, o bien, el tradente con
posterioridad se convierte en dueño del bien.
En suma, una cosa es contraer la obligación de dar, por ejemplo, con el solo
perfeccionamiento de una compraventa consensual – y otra cosa distinta – es el
cumplimiento de esa obligación de dar, la que en el ejemplo dado, sólo puede ser
posible traditando; obligarse a dar y traditar cronológicamente operan en momentos
distintos. No hay que olvidar, que en virtud del ART. 1548 del Código, “dar” también
incluye la entrega material y el deber de cuidar si lo debido es una especie o cuerpo
cierto. ¿Cuánto cuidado debe ser empleado? ART. 1547.
“OBLIGACIONES DE HACER”
“OBLIGACIONES DE NO HACER”
ART. 1489:
La “visión clásica” respecto de esta norma postula lo siguiente; afirma que cuando
se incumple un contrato bilateral, la contraparte puede elegir libremente dos acciones,
estas son, la “acción resolutoria” y la “acción de cumplimiento forzado”, por lo tanto,
la “indemnización de perjuicios” debe pedirse conjuntamente o con la acción
resolutoria o, con la acción de cumplimiento forzado. Lo anterior apareja un problema,
ya que, la doctrina clásica confunde los requisitos de la indemnización de perjuicios, con
los requisitos de la resolución o cumplimiento forzado según sea el caso.
Al día de hoy, con la “doctrina moderna” ello no es así, por dos motivos
puntualmente; en primer lugar, el ART. 1489 concede tres acciones independientes,
decir, autónomas, se trata de la “acción de resolución”, “acción de cumplimiento
forzado” y “acción de indemnización de perjuicios”. Sin embargo, actualmente el
contratante diligente no es libre para ejercer cuando quiera la acción resolutoria,
porque muchas veces ejercerla es un atentado en contra del “Principio de la Buena
Fe”. Lo anterior, es posible entenderlo porque la doctrina moderna sostiene que el
Los anteriores, eran conocidos como las hipótesis del incumplimiento. Por ejemplo:
En la obligación del comprador de pagar $1.000 por una compraventa, según la postura
tradicional, había incumplimiento cuando no se pagó nada del monto (incumplimiento
total), cuando se pagó algo del monto (incumplimiento parcial) y, cumplimiento tardío
si se pagaron los mil pesos pero fuera del plazo, o bien, los quinientos pesos
tardíamente.
Ante estos incumplimientos, el Código señala que puede haber dos tipos de daños,
uno de ellos, es el daño que se produce por el retardo imputable en cumplirse la
obligación denominado “daño moratorio”, que es el daño que proviene de la mora
(cumplimiento tardío). También, hay otro daño pero que procede respecto del
incumplimiento total o parcial y se llama “daño compensatorio”.
Hoy día, Álvaro Vidal afirma que cuando se celebra un contrato, existe el
denominado “objeto ideal” versus el “objeto real”. En este entendido, el objeto ideal
es lo que las partes esperaban recibir por el contrato y, el objeto real o material, es lo
que concretamente se recibió por ese contrato. Cuando estos objetos coinciden hay
cumplimiento del contrato, y por lo tanto, cuando no coinciden hay incumplimiento del
mismo. Significa preguntarle al acreedor, ¿obtuviste lo que querías por el contrato? Si
la respuesta es sí, hubo cumplimiento, en caso contrario, asiste el incumplimiento. Es el
acreedor quién decide cuando hay incumplimiento, se pasa a él la decisión de
Teniendo claro que al día de hoy lo más importante es el fin que tenían las partes al
contratar, es necesario siempre conocerlo, saber cuál es la finalidad y debe ser
conocido por las dos partes, el deudor tiene que saber cómo satisfacer a su acreedor –
y cuidado – porque el acreedor en muchas oportunidades, debe contribuir con el
deudor para que él le pueda satisfacer.
El “fin” no es otra cosa que la “causa” del contrato, pero puntualmente, se trata de
la “causa ocasional” o “causa motivo”. En el siglo XIX, la causa no tenía para qué ser
expresada, pero al día de hoy ello es importantísimo, ésta siempre debe ser expresada
en el contrato incorporándola mediante una cláusula, sólo así se verá en el futuro si
hubo incumplimiento o no. En el siglo XIX, Andrés Bello utilizó la causa para la
moralización de los contratos, apuntando a lo comúnmente correcto, al orden público,
buenas costumbres, etc.; pero hoy en día, la causa no sólo sirve para los efectos
morales, sino que también, contribuye en los efectos de cumplimiento o
incumplimiento, ya que, determina o ayuda a establecer cuando hubo incumplimiento.
Por ejemplo: Eugenio compra muy barato dos hectáreas en Machalí y el fin es que
tenga ahí una parcela de agrado. El profesor celebra un contrato con una empresa
constructora de su amigo Armando Casas y pactan que se le va a pagar $200.000.000,
con lo que se tiene que construir una casa con determinados metros, de dos pisos, una
piscina, una multicancha, una fuente, un automac y un quincho. Cada una de las
construcciones tiene su especificación técnica, como los metrajes y puntualmente el
quincho debe ser de 20x20 metros. La empresa construye todo perfecto, menos el
quinto que es de 15x15 metros. ¿Hay incumplimiento de contrato? Sí, porque a Eugenio
no lo satisface un quincho más chico, pudiendo pedirse la resolución del contrato, pero
el incumplimiento debe ser siempre importante para el fin del mismo y, el hecho de que
esté cinco menos más pequeño no afecta. Los autores afirman, que los
incumplimientos pequeños permiten la “acción de cumplimiento forzado”, es decir, se
permite una demanda para que se agrande en los metrajes que faltan, pero no se
admite la “resolución del contrato”, porque hacerlo sería un actuar de mala fe. El
hecho de ejercer la acción resolutoria por un incumplimiento no esencial, es un actuar
de mala fe, y por lo mismo, es un requisito que se exige al día de hoy para la
procedencia de la acción resolutoria.
Álvaro Vidal, sostiene que el acreedor cuando elija un remedio, debe hacerlo de
forma razonable, justa, de buena fe, porque en ocasiones el ejercicio de un remedio
puede que no sea el proporcionado para el cumplimiento de la obligación según su fin.
Por ejemplo: La acción resolutoria y la magnitud del incumplimiento. Este autor, dice
que no es razonable resolver un contrato por un incumplimiento pequeño, el acreedor
no deja de ser libre pero debe ejercerlos razonablemente, sin causarle un daño al
deudor.
El ART. 1553, hace una clara distinción entre el “daño moratorio” y el “daño
compensatorio”. En el primer inciso, se le permite expresamente al acreedor pedir
indemnización de perjuicios por daños moratorios (retardo imputable del
incumplimiento de la obligación) – y respecto del daño compensatorio – el Código de
forma expresa y clara, le concede al acreedor tres opciones a su elección:
1. Que el tribunal que conocerá del incumplimiento, apremie al deudor para que
cumpla y, los apremios sólo pueden consistir en dinero. En la práctica, se le pide
al tribunal que fije una multa por cada día de atraso. ¿Qué quiere el acreedor? El
acreedor desea mantener el vínculo contractual, es decir, un cumplimiento
forzado. Por ejemplo: Pietro contrata a un pintor para que le haga su retrato y
éste no le cumplió; Si Pietro ejerce el primer inciso, es porque quiere que el
deudor le cumpla, y por tanto, busca la preservación de su contrato sin importar
el motivo.
ART. 1555:
El Código Civil, hace una serie de distinciones para ver qué remedio procede cuando
no se cumple la obligación de no hacer. Dentro de las distinciones que hace este
artículo, en primer lugar está una de, si se puede o no deshacer lo hecho. En los
ejemplos, hay uno al menos en que no se puede deshacer lo hecho, este es, el caso de
la tala de árboles. A continuación, el Código hace una segunda distinción, en donde se
verifica si deshacer es necesario o no para el fin del contrato, por ejemplo, el fin era que
con la muralla no se tape la vista, y en esta circunstancia, sí se puede deshacer y bajar el
muro, es necesario para el fin del contrato. Hay que estudiar cuando procede
indemnizar perjuicios frente al incumplimiento de una obligación de no hacer.
La ley atribuye este efecto como una consecuencia supletoria de la voluntad de los
particulares, esto es, lo que sucede cuando los particulares no estipulan una fecha para
cumplir la obligación. “El efecto normal, siempre es de tipo supletorio a la voluntad de las
partes”. En consecuencia, si las partes no dicen nada, ocurre lo normal, es decir, lo que
la ley dice. Ahora bien, las partes pueden alterar lo normal, se le permite a los
particulares cambiar la época o fecha de cumplimiento de las obligaciones, y cuando lo
hacen, ello se materializa por una modalidad, que en el ejemplo dado, se llamará plazo
o condición.
¿Por qué el plazo y la condición son una modalidad? Porque son cosas que alteran
los efectos normales de una obligación, puntualmente, modifican la época del
cumplimiento. Las modalidades, necesitan que las partes las acuerden de forma
expresa, “las modalidades no se presumen”. ¿Lo normal siempre es respecto a la época
del cumplimiento de una obligación? No, los efectos normales son muchos más y, lo
que se debe hacer, es ir asociando o vinculando cada modalidad con el efecto normal
que ella altera.
HECHO EFECTO
Los plazos y las condiciones hay que comenzar estudiándolas desde el momento
del nacimiento del contrato, distinguiendo si éste es real, consensual o solemne,
porque desde ahí, tanto el plazo como la condición siempre son un hecho del futuro.
¿Qué futuro? Mirando del contrato hacia delante, en eso consiste la futureidad de un
Por ejemplo: Hoy, yo no sé si voy a ser abogado o no. Y hoy, tampoco sé si Chile
clasifica al mundial de Rusia o no. Entonces, si me dicen “te regalo mi moto si te recibes
de abogado”, esto es, una condición y no un plazo, somos estudiantes de derecho
condicionales. Si Eugenio te regala una casa pero hay que devolverla si Chile clasifica al
mundial, esa es una condición y no un plazo. Si Eugenio nos dice que va a hacer la clase
hasta que haya mucha bulla, esa es una condición y no un plazo. Todo es un tema de
cómo redactamos la futureidad.
Pero hay un hecho incierto que en este curso es el más importante, este es, el
incumplimiento, nunca se sabe si la contraparte va a cumplir o no, y por lo mismo, se
denomina “condición resolutoria tácita/resolución por inejecución”. ¿Qué pasaría si
Eugenio le deja su casa a Javier desde que se case con Francisca? ¿Y tienen fecha de
matrimonio? Corresponde a una condición, porque al día de hoy, no se sabe qué puede
pasar. El matrimonio es un hecho cierto cuando realmente dos personas se casan a
posteriori y no a priori.
Por ejemplo: El precio en la compraventa hay que pagarlo en treinta días más. Hoy,
nació la obligación de pagarlo, lo que ocurre, es que no se puede cobrar antes del
plazo. El derecho y la obligación nacen el mismo día, ya que, es otra cosa la que se
difiere por la modalidad – en cambio – si dicen “te doy un millón de pesos si Chile clasifica
al mundial de Rusia”, al momento del perfeccionamiento no se debe nada porque aún
no ha nacido nada, la obligación sólo nace si se cumple la condición, es decir, lo más
importante de graficar es la época del nacimiento de una obligación sujeta a modalidad
– pero cuidado – porque no en toda condición pasa lo mismo, ya que, si la condición es
resolutoria, la obligación o el derecho nacen junto con el contrato.
El título cuarto del libro cuarto del Código Civil, regula a las obligaciones
condicionales desde el ART. 1473 en adelante y, el título quinto regula a las
obligaciones a plazo desde el ART. 1494 en adelante. Es una clasificación legal de las
obligaciones*.
“OBLIGACIONES CONDICIONALES”
El ART. 1473 define qué es una obligación condicional. Esta definición es importante
porque nos entrega los dos elementos de una obligación condicional y son: 1.-
Futureidad y; 2.- Incertidumbre. Como también se dijo en su momento, una condición
por lo general es un elemento accidental, pero puede ser un elemento natural e incluso
esencial. Hay que manejar tres ejemplos:
Esta clasificación apunta a cuánto tiempo hay que esperar para que se verifique o
cumpla el hecho condicional, por ejemplo, Eugenio le da un millón de pesos a Javiera si
va a Rancagua; ¿Hasta cuánto tiempo puede esperar ella o él que vaya Rancagua? Si las
partes dan expresamente un plazo para que se cumpla la condición, esa condición se
denomina determinada, es decir, a Javiera le dan un millón si la próxima semana va a
Santiago – en cambio – si no hay un plazo dado por las partes, ella es indeterminada.
La doctrina, sostiene que una obligación indeterminada por ley, sí tiene plazo máximo
de cumplimiento del hecho condicional y ese plazo es de 10 años, porque es el mayor
plazo que existe en el Código Civil para relaciones jurídicas entre privados.
Disponemos del ART. 1483 y ART. 1484. El primer artículo, razona sobre la base de
lo que las partes hubieran querido, esto es, la voluntad interna y, la segunda norma,
sigue el criterio de la literalidad, es decir, la voluntad declarada. Para ver cuál se aplica,
hay que ver si la regla escrita es clara o no, si está clara hay que irse a ella, pero sino,
hay que buscar en la voluntad probable – real o interna – en otras palabras, la causa
motivo, el interés que tienen las partes en el contrato y ello debería estar incluido en él.
Por ejemplo: Javiera, te doy un millón de pesos si mañana vas a Santiago. ¿Cómo se
cumple? Realizando actos materiales que denoten el fin de la condición. Es distinto si
Por ejemplo: Javiera te pago un millón si mañana vas a Santiago y llueve. Javiera
tomó un turbus, se bajó en Pudahuel, había garua y se devolvió. ¿Tiene derecho Javiera
a exigir el millón de pesos? Cualquier respuesta podría estar correcta, mientras tuviera
una buena fundamentación.
El ART. 1479 estipula lo siguiente; “La condición se llama suspensiva si, mientras no se
cumple, suspende la adquisición de un derecho; y resolutoria, cuando por su cumplimiento
se extingue un derecho”. Siempre hay que fijarse en la convención que crea a la
condición, es decir, en el acuerdo que las hace nacer y, en éste pueden suceder dos
cuestiones:
Por ejemplo: “Te entrego mi auto desde que Javiera vaya a Santiago”. Eugenio la
quiere convertir en dueña del auto, sólo desde que ella acuda a Santiago. Las
conclusiones se fundan en la voluntad probable. O bien, “te entrego mi auto hasta que
Rafael vaya a algún concierto”. ¿Qué quería Eugenio? Convertir en dueño
inmediatamente a Rafael y finalizar su derecho si acudía al concierto.
¿Te das cuenta por qué el ART. 1489 consagra una condición resolutoria? Porque los
derechos personales y las obligaciones nacen inmediatamente junto con la convención,
pero si hubo incumplimiento y el contratante diligente solicita la resolución, se
extingue la obligación de pagar el precio y se extingue el derecho a pedir el objeto, ya
que, a la parte ya no le interesa.
En virtud del ART. 1567, cuando se cumple una condición resolutoria se extinguen
obligaciones. Es un modo de extinguir obligaciones y, si se extingue una obligación,
también se extingue de forma correlativa el derecho personal de la contraparte. Si se
solicita la resolución de un contrato bilateral por incumplimiento, todos los derechos y
obligaciones del contrato se extinguen para ambas partes. En la condición resolutoria
del ART. 1489, lo que se resuelve en definitiva es el contrato en sí mismo y no las
obligaciones, recordando que no pueden coexistir obligaciones sin una fuente.
Cuando hubo compraventa solemne, que por cierto, requiere de una escritura
pública, se incluía por ley una condición resolutoria por incumplimiento, hay que fijarse
en lo siguiente, ya que, al nacimiento de la convención ya había nacido el derecho de
Katherine para exigir el inmueble, y además, la obligación de Bárbara para traditar el
mismo. Cumplida la obligación de Bárbara respecto de Katherine, nace otro derecho en
virtud de ello, que es el de dominio sujeto a la posibilidad de extinguirse en virtud de la
condición resolutoria tácita.
Por ejemplo: Una compraventa, se acuerda que el precio es $1.000, la cosa vendida
es X. El precio se pagará desde que Chile gane dos partidos seguidos en alguna
eliminatoria. ¿Existe compraventa? Sí, porque el contrato no está en juego en cuanto a
lo incierto, es de carácter consensual. ¿Existen efectos del contrato? Sí, pero sólo para
el vendedor, porque sólo para el nació la obligación de entregar X cosa. En cambio,
para el comprador aun no nace su obligación de pagar el precio junto con el contrato.
Respecto del precio, ¿puede hoy el vendedor exigirlo? ¿Se debe el precio? No, porque
no ha nacido el derecho a exigirlo, y si se refiere al derecho, lo mismo se aplica a la
obligación, ésta aún no existe. ¿Y si al día de hoy el comprador paga el precio produce
algún efecto? ¿Extingue la obligación? Habría pago de lo no debido, y por lo tanto, un
pago que no es efectivo. Volviendo al caso anterior de Bárbara con Katherine, cuando
nació el contrato, ¿estaba obligada Katherine a pagar el precio? Sí, y si el precio estaba
pactado en 60 cuotas pero Katherine en la cuota 12 paga todo, es un pago de lo
“debido” porque sí existe la obligación.
Los estados de las condiciones consisten en tres momentos en la vida de ellas y son
los siguientes:
(2) Estado Cumplida: En estas circunstancias, hay certeza total de que el hecho
condicional se ha verificado en su totalidad (recordar la indivisibilidad*). “Ya
sabes que Javiera fue a Santiago y llovió”.
(3) Estado Fallida: Es aquél estado que consiste en que hay certeza de que el hecho
condicional nunca se va a cumplir.
Los siete efectos se contemplan en los ART. 1485, ART. 2514, ART. 1633,
ART. 1656 y ART. 1492.
“CONDICIÓN RESOLUTORIA”
En resumen, los tres tipos de condición resolutoria son: 1.- Ordinaria; 2.- Tácita y; 3.-
Pacto Comisorio. Todas tienen el mismo efecto extintivo de derechos y obligaciones,
pero difieren en el supuesto condicional, y también en otras cosas, como por ejemplo,
en cómo opera el efecto extintivo o resolutorio, esto es, si la extinción se produce ipso
iure, o bien, si la extinción necesita una declaración judicial de resolución. ¿Dónde se
encuentra el problema? Hay controversia en la condición resolutoria tácita, ya que, se
estaría aplicando el ART. 1489 del Código Civil, es decir, a esa disposición se le debería
aplicar las normas de las condiciones y ello no puede ser. Actualmente, el ART. 1489
debe estudiarse sacando todo componente condicional, porque no hay nada de las
Por ejemplo: Te arriendo mi casa hasta que Chile vaya al mundial de Rusia 2018. Es
un contrato de arrendamiento de un bien raíz, celebrado el 14 de abril del 2017.
1. CRO Pendiente:
El contrato produce todos sus efectos, lo que significa que crea derechos y
obligaciones correlativas para ambas partes inmediatamente. ¿Cuándo se va
a extinguir el derecho a exigir que me entreguen (arrienden) la casa? El
derecho se extingue cuando efectivamente Chile vaya al mundial. Si la
persona me entrega la casa el día 15 de abril, mi derecho personal a tener la
casa está afecto a una condición resolutoria. El derecho a tener la casa se
acaba cuando Chile vaya al mundial, por lo tanto, mi calidad de
merotenedora se resuelve o se extingue, cuando Chile clasifique al mundial.
Si el ejemplo hubiese sido una compraventa sujeta a CRO, el cumplimiento
del contrato convertiría al comprador en dueño (siempre y cuando la
tradición opere como modo), y en ese caso, el dueño podría perder su
calidad si Chile fuese al mundial.
Ahora bien, ya sea dueño o merotenedor quién tiene el bien, tiene todas las
facultades que le concede la ley a ese carácter. Si fuese dueño, las facultades
son usar, gozar y disponer. Si fuese arrendatario, las facultades son usar y
gozar. Se tiene el derecho ejercitable en su plenitud.
*Si el deudor condicional era dueño del objeto, todos sus actos de
administración y de disposición respecto del bien, se consolidan o
reafirman.
3. CRO Cumplida:
*Sin perjuicio de lo anterior, a veces hay que recurrir ante un tribunal para
que el juez obligue al sujeto a devolver la cosa, no para que se declare la
extinción del derecho. Se solicita que se obligue a la persona a devolver
porque ya no tiene el derecho; si la persona devuelve de mutuo propio, no
hay que recurrir a tribunales e igualmente opera el efecto extintivo.
Hay dos formas de enseñarla, estas son, la visión tradicional y la visión moderna,
porque en el fondo no es más que enseñar de dos formas distintas un mismo artículo,
que es el número 1489. Si se adhiere a la visión tradicional, este artículo consagra la
condición resolutoria tácita. En cambio, según la visión moderna se contempla la
resolución por incumplimiento. *Todo lo que el profesor hable será según la visión
tradicional.
(1) Los autores tradicionales consideran que en esta disposición existe una
verdadera condición, es decir, un hecho futuro e incierto que consiste en el
incumplimiento, por tanto, el incumplimiento es una condición resolutoria. No
obstante, al día de hoy se entiende que el incumplimiento es la insatisfacción del
acreedor como resultado de un contrato.
(2) Para los autores clásicos la condición es de tipo resolutoria, en otras palabras, el
incumplimiento conlleva a una causal de extinción. Ahora bien, lo que se
extingue en virtud del ART. 1489 por el incumplimiento es todo el contrato y no
una obligación en puntual. Es por ello, que muchos autores señalan que el ART.
1489 consagra en realidad la “resolución del contrato por incumplimiento”, ya
que, si se resuelve un contrato, implica que se extinguen por consecuencia
todas sus obligaciones. En la doctrina moderna, sucede algo similar, se extingue
todo el contrato pero por “insatisfacción del acreedor”.
(4) La doctrina tradicional afirma que se trata de una condición negativa, que
consiste en que no ocurra un hecho, como lo es el incumplimiento.
(7) La doctrina antigua afirma que el contratante diligente puede resolver en todo
evento de incumplimiento del deudor, cualquier sea el tipo, debido a que el ART.
1489 no efectúa ninguna distinción. En cambio, con la doctrina moderna se
cambia de paradigma, porque el remedio resolución tiene un requisito y es que
debe tratarse de un incumplimiento grande comparado con el fin de las partes
en el contrato. El incumplimiento importante es aquél que tiene un fuerte
impacto en el interés del acreedor. Ahora bien, ¿cómo saber si el
incumplimiento resolutorio es importante o no? Según Álvaro Vidal, hay cinco
causales que configuran un incumplimiento grande.
(8) Hay un conflicto de interpretación respecto del ART. 310 del CPC, donde se
consagran las excepciones anómalas, estas son, aquellas que se pueden
(g) ¿Cuáles son los requisitos para poder ejercer la acción resolutoria? Si se recurre
a la doctrina antigua, los requisitos se confunden y mezclan con los de la
indemnización de perjuicios. No obstante lo anterior, en la actualidad ya no se
exige la imputabilidad, el daño y el nexo causal, sino que, se exige lo siguiente:
(h) Según los autores tradicionales, el ART. 1489 contempla dos acciones
principales incompatibles entre sí, se trata de la “resolución por
incumplimiento” y el “cumplimiento forzado en su naturaleza”. El
cumplimiento forzado en la naturaleza, significa e implica que el acreedor quiere
insistir en obtener del deudor lo mismo que le debió originalmente, y por lo
tanto, no pretende un equivalente. En tanto, con la resolución se busca obtener
la extinción o liberación del contrato, es decir, la desvinculación jurídica con la
contraparte. Así las cosas, hay consenso en las doctrinas – tradicionales y
modernas – en que nunca podría existir una demanda que busque ejercer
conjuntamente las dos acciones, pero sí pudiera ser, que se interponga una
acción en forma subsidiaria a la otra, es decir, una acción en lo principal y la otra
en el otro sí. Ahora bien, el cumplimiento forzado siempre debe ser en lo
principal. Para la doctrina clásica, está la posibilidad de pedir la indemnización
de perjuicios en cualquiera de las dos acciones – en cambio – para la doctrina
moderna existen tres acciones independientes que pueden ser opuestas en
subsidio (esta perspectiva de la doctrina moderna ya no es discutida).
(i) ¿Cómo saber cuándo se debe elegir entre la resolución por incumplimiento, o
bien, el cumplimiento forzado? Hay que elegir según el interés del contratante
diligente, por lo tanto, se debe optar por lo más conveniente.
(j) En la actualidad, la ley entrega muchos remedios para las circunstancias en que
no se cumple un contrato. Sin embargo, hay una acción que no procede por la
causal “incumplimiento” y, corresponde a la “acción de nulidad” de un
contrato. El incumplimiento no es una causal de nulidad, ni de inexistencia (ART.
1681), en otras palabras, el cumplimiento no es un requisito exigido por la ley
para el valor del contrato.
(k) No se debe olvidar que el ART. 310 del CPC, concede la posibilidad de acompañar
un comprobante de pago oportuno en cualquier estado del juicio. A contrario
sensu, el ART. 310 no contempla, o bien, no entrega otras oportunidades de
pago. Siempre hay que analizar si el deudor tiene bienes en donde hacer
efectivo el crédito (ART. 2465).
Así las cosas, tomando en consideración que existen tres tipos de pacto comisorio
simple y, tres tipos de pacto comisorio calificado, cabe cuestionarse lo siguiente;
¿Todos los pactos comisorios tienen el mismo efecto? ¿Sucede lo mismo en los seis
casos cuando no se verifica el cumplimiento? En principio, no todos tienen el mismo
efecto.
La gran crítica que se le hace al pacto comisorio simple “en la compraventa por no
pago del precio” (primer tipo), es que no tiene ninguna diferencia en los efectos del
ART. 1489. En consecuencia, si el pacto no se estipula expresamente, procede
igualmente la condición resolutoria tácita. Sin embargo, el ART. 1873 sí presenta una
Los autores sostienen que sí procede el pacto comisorio simple del ART. 1877 en
estos casos, y al igual que en la hipótesis anterior, los efectos son los mismos que los
del ART. 1489.
“Si se estipula que por no pagarse el precio al tiempo convenido, se resuelva ipso facto
el contrato de venta, el comprador podrá, sin embargo, hacerlo subsistir, pagando el
precio, lo más tarde, en las veinticuatro horas subsiguientes a la notificación judicial de la
demanda”.
¿Qué buscan las partes? Las partes desean consagrar la condición resolutoria
expresamente – pero a diferencia del pacto comisorio simple – el calificado tiene cierto
matiz, y es que la resolución del contrato opera “ipso iure”. En este sentido, los
contratantes buscar evitar un juicio de resolución por incumplimiento.
4. El pago sólo va a ser válido si el comprador paga dentro del plazo. En el ART.
1879, el plazo es de horas y no de días. Por ejemplo: Si a Eugenio lo notifican el
día miércoles a las 10 de la mañana, tiene hasta las 10 de la mañana del día
jueves para pagar. ¿Cómo saber con certeza el límite de hora en que se puede
pagar? El receptor judicial está obligado a dejar constancia del lugar, día y hora
cuando notifica.
Por otro lado, la doctrina moderna señala que el pacto comisorio calificado no
necesita de la demanda resolutiva, debido a que se produce de pleno derecho.
*PRIMER ESQUEMA.
¿La resolución afecta a los terceros? En el ejemplo expuesto, ¿“A” como poseedor
del bien, le puede exigir a “C” que le devuelva el bien? Estas circunstancias, no son más
que el estudio de la resolución cumplida respecto de terceros.
Para comenzar, el Código Civil establece dos parámetros, o bien, reglas a seguir,
para darle solución al problema. Los parámetros establecidos son los siguientes:
1. Hay que determinar si el objeto – “X” en el ejemplo – era una cosa mueble o
inmueble. Si el bien es mueble, se aplica la regla contenida en el ART. 1490 del
Código Civil, en cambio, si el bien es inmueble se aplica la regla del ART. 1491.
¿Por qué existe esta solución? Se debe a que coexisten legítimamente dos
derechos en personas distintas respecto del mismo objeto, en otras palabras, dos
individuos tienen derecho legítimo en relación a quedarse con el mismo bien.
Así las cosas, confluye el derecho de dominio del dueño – en la hipótesis es “A” –
para que le devuelvan el objeto como resultado de una resolución, y por otro lado,
existe la facultad o el derecho del poseedor – en el ejemplo es “C” – para mantener en
su poder el objeto, en virtud de la compraventa con tradición que celebro junto a “B”.
Como ya se sabe, el Código Civil permite la celebración de compraventas de cosas
ajenas, y por lo mismo, coexisten dos derechos amparados por la ley. El supuesto que
se está analizado, se ve más clarificado y nítido en circunstancias que el tercero haya
estado de buena fe.
¿Qué pasaría si “B” le da a “C” el bien mueble en usufructo o prenda? ¿Qué calidad
tiene “C” respecto de la cosa “X”? Por consecuencia, “C” tendría la posición de
usufructuario, o bien, deudor prendario.
Sin embargo, ya es sabido que el ART. 1490 se aplica en sentido restringido, y por lo
tanto, la norma se aplica exclusivamente cuando ha habido traspaso del derecho real
de dominio. Ergo, el ART. 1490 no se aplica cuando hubo constitución de un derecho
real distinto del dominio en favor de un tercero. Además, tratándose del usufructo, en
virtud del ART. 806, no se aplica el ART. 1490. Dicho de otra forma y basándose en el
esquema, no se aplica el ART. 1490 si “C” tenía la calidad de usufructuario.
En resumen, no hay que olvidar lo siguiente; para que se aplique el ART. 1490 tienen
que coexistir dos personas con derechos distintos en su favor sobre un mismo bien. Si
el tercero – en el ejemplo “C” – tenía la posición de usufructuario, y a su vez, se
extingue por resolución del derecho del constituyente en el usufructo – en el ejemplo
“B” – se resuelve inmediatamente el derecho de usufructo, y es por ello, que “C” no
tiene a su favor ningún derecho legítimo para mantener en su poder el objeto. Por
último, “A” deberá reivindicar el objeto según las reglas generales de la reivindicación,
más no mediante la forma y/o método de reivindicación consagrado por el ART. 1490. El
ART. 1490 sólo permite reivindicar cuando coexisten dos derechos distintos sobre un
mismo objeto.
¿Cuál sería la consecuencia si, siguiendo el mismo caso anterior, “B” le da el objeto
en prenda a “C”? En estas circunstancias, sucede lo mismo que en el usufructo. Ergo, si
se resuelve el contrato entre “A” y “B”, “A” tendrá la posibilidad de demandar a “C”
por el ART. 2406, más no por el ART. 1490; “C” no tiene a su favor ningún derecho para
quedarse con el bien. En suma, “A” puede reivindicar respecto de “C” pero no por el
ART. 1490.
En conclusión, la norma señala que el dueño del objeto tiene derecho a reivindicar.
En el ejemplo entregado, “A” es quién tiene la posibilidad de reivindicar cuando se ha
cumplido la condición resolutoria, dado que, “B” pierde su calidad de dueño, y por lo
tanto, no tiene a su disposición la acción reivindicatoria. Algunas personas podrían
pensar que – cumplida la condición resolutoria – podría haber dos dueños, por un lado
“A” y por otro “C”, pero ello es improcedente jurídicamente. En realidad, en estos
momentos no habría dos dueños, sólo lo es “A” y, “C” a pesar de comprar con
tradición de un dueño, éste seguía siendo deudor condicional estando pendiente la
condición, y por lo mismo, la tradición nunca pudo operar como modo de adquirir. “A”
es un dueño no poseedor, en tanto, “C” es un poseedor no dueño.
Si acontece la reivindicación, y por lo tanto, se priva del objeto a “C” quién lo había
adquirido por compraventa con “B”, se produce una figura denominada “evicción”. La
evicción es la privación de la cosa comprada por sentencia judicial. “C” tiene la
oportunidad de demandar a “B” por el precio íntegro. *“A” no podría reivindicar a
terceros; “C” mantiene el objeto en su poder y; “B”, “A” debe demandar a “B” por
indemnización de perjuicios.
En el ART. 1491 la solución es similar a la del ART. 1490, porque de igual forma se
efectúa una distinción en si hay buena o mala fe para verificar si es procedente o no la
devolución. De todas formas, hay ciertas diferencias, ya que, esta disposición se refiere
a los bienes inmuebles – y en concreto – a la enajenación de los bienes inmuebles
estando pendiente una condición resolutoria.
Cuando se cumple la condición resolutoria, “B” tiene que restituir el bien inmueble
a “A”, ya que, se le extingue su dominio por el evento de la condición resolutoria
cumplida, pero en estos momentos, “B” ya no tiene en su poder el bien raíz, ni material
ni jurídicamente, sino que, lo tiene otra persona, es decir, un tercero respecto del
contrato entre “A” y “B” y, que en el ejemplo es “C”.
¿Quién se queda con la casa? ¿“A” o “C”? Antes que todo, hay que fijarse si existe
algún conflicto de derechos al momento en que se cumple la condición resolutoria.
Sólo si el contrato entre “B” y “C” es de compraventa con tradición hay conflicto de
derechos. ¿Cuál es el derecho de “A” sobre el bien raíz? “A” tiene el derecho legítimo
de dominio sobre la cosa, pero es un dueño no poseedor. ¿Cuál es la facultad que tiene
“C” para mantener el bien en su poder? No tiene ninguna facultad, “C” respecto de la
cosa (X) es un simple poseedor. En consecuencia, el conflicto de derechos se da entre
el dueño de una cosa y el poseedor. Como es sabido, el poseedor tiene la facultad de
mantener el bien en su poder bajo el título posesorio. “A” dirá ante un tribunal que el
bien raíz es suyo porque es dueño, mientras que, “B” afirmará que el inmueble le
pertenece porque es poseedor.
Al día de hoy, la solución del ART. 1491 no es tan parecida a la del artículo anterior,
puesto que, sólo si se cumplen los requisitos de la parte final de la norma, el inmueble
deberá ser restituido a “A”. Ergo, sólo cumpliendo con los requisitos, “A” tendrá el
derecho de reivindicar respecto de “C”. El ART. 1491 también tiene graves problemas
de redacción.
(1) El primer artículo, dice relación con los bienes muebles, en cambio, el segundo
artículo se refiere a los bienes inmuebles;
(2) El ART. 1490 incluye al plazo, mientras que, el ART. 1491 lo excluye. Así las cosas,
al parecer el “plazo” no tiene cabida, o bien, aplicación en el ART. 1491*;
Es posible concluir que los tres tipos de condiciones resolutorias sirven para que se
aplique el ART. 1491, dado que, todas constan o existen en el título, la dificultad se
presenta porque el título respectivo no puede ser cualquiera. La ley exige que el título
esté “inscrito” u “otorgado” por escritura pública, es por ello, que se excluyen todos
los demás títulos. El título puede constar por escritura pública, o bien, ser otorgado por
la misma.
¿Si se quiere aplicar el ART. 1491, es necesario que la escritura pública esté inscrita
en el Registro del Conservador? Al día de hoy, la doctrina sostiene que la palabra
“inscrito” y la expresión “otorgado”, no constituyen dos requisitos copulativos, por
ende, si la escritura pública no está inscrita igualmente puede aplicarse el ART. 1491.
*SEGUNDO ESQUEMA.
¿Es procedente que “A” demande la reivindicación del inmueble a “D” por el ART.
1491? No, porque no existe un conflicto de derechos, la resolución del contrato pone
término al derecho real de usufructo.
Los contratos de tracto sucesivo, son aquellos en donde existe una obligación, la
que de forma periódica nace, se devenga y se extingue en un periodo, para luego en el
futuro, nacer, devengarse y extinguirse nuevamente, de forma sucesiva. El mejor
ejemplo de este tipo de contratos es el de arrendamiento – y puntualmente – respecto
de la obligación de pagar la renta.
Así las cosas, la futureidad en el plazo hay que tomarla desde la fecha en que ha
nacido efectivamente la obligación, y por lo mismo, es desde ese momento en que se
entiende la certidumbre. La certidumbre en los plazos, dice relación con que se sabe
que cierto día va a llegar, sin importar si la persona involucrada está viva o no, es un
asunto que se dimensiona en su generalidad. El mejor ejemplo de un plazo es una
fecha en el calendario*. Por ejemplo: El 06 de mayo del año 2017/Silvana le dice al
profesor que, cuando éste cumpla cincuenta años, le va a pagar el dinero que le debe.
También, existe un plazo que no es una fecha en sí misma, pero de todas formas es un
día cierto, este es, la muerte de una persona.
(1) En Todos Los Plazos Hay Certidumbre: Significa que al momento del nacimiento
de la obligación, hay certeza total de que el día va a llegar, con total
prescindencia de si en tal día, la persona involucrada estará viva o no. Por
ejemplo: El día 06 de mayo del año 2099 es un plazo y, probablemente Eugenio
no estará vivo, pero aun así es un plazo porque va a ocurrir de todas formas.
Ahora bien, las fechas ciertas se pueden pactar de diversas formas, siendo el
método más sencillo el hecho de especificar de manera expresa el día exacto.
Por ejemplo: El precio debe ser pagado el día 06 de mayo del 2017. Otra forma
(2) Los Efectos Del Plazo: Sus efectos sólo son la exigibilidad, o bien, la extinción
de derechos y obligaciones. El efecto del plazo jamás será el nacimiento de un
derecho u obligación. Cuando se está ante una obligación a plazo, la obligación
nace junto a la fuente obligacional, y en virtud de la exigibilidad, el
cumplimiento de la obligación se defiere a un tiempo posterior. Esta
característica es una de las grandes diferencias que presenta el plazo en relación
a las condiciones.
(3) Los Estados Del Plazo: Los plazos sólo pueden encontrarse en dos estados –
pendientes o cumplidos – pero nunca fallidos. El estado fallido no existe en los
plazos. El motivo dice relación con que el estado fallido siempre implicará
incertidumbre, y como ya se sabe, los plazos son ciertos, por lo tanto, el plazo
no puede “no” llegar.
(5) Los Plazos Vencidos Operan Siempre De Pleno Derecho: En otras palabras, para
que el plazo produzca el efecto – ya sea suspensivo, o bien, extintivo – no se
requiere una sentencia judicial declarativa, puesto que, el efecto opera de pleno
derecho (ipso iure). De la misma forma que sucede en las condiciones – y según
la visión moderna – lo anterior no quiere decir que nunca sea necesaria la
demanda cuando el plazo está cumplido, ya que, en ocasiones habrá que
demandar de todas formas, pero para hacer exigible el efecto y no para que sea
declarado el mismo.
(6) Los Plazos En Beneficio Del Deudor: Por regla general, los plazos se establecen
en beneficio del deudor. ¿Por qué el pago del precio se defiere en el tiempo?
Porque el comprador no tiene el dinero que se debe de inmediato. Así las cosas,
la regla general es que el plazo consiste en un beneficio para el deudor, puesto
que, se le entrega un tiempo posterior para el cumplimiento de su obligación. En
consecuencia, cuando el plazo sólo beneficia al deudor y la ley no prohíbe su
renuncia, éste podrá renunciar al plazo, y por lo general, la renuncia es una
manifestación tácita de voluntad, que se traduce en pagar antes del
vencimiento del plazo. Por ejemplo: Al día de hoy, Eugenio y Damaris celebran
una compraventa y, ambas partes convienen en otorgar un plazo de treinta días
Por ejemplo: Karin se va a casar el día 14 de febrero del año 2018. El día 03 de mayo
del 2017, Karin acude a la tienda Rubistain para que le confeccionen a su medida el
vestido de novia blanco. ¿Cuál es el plazo tácito que tiene la tienda Rubistain para
cumplir con su obligación? ¿Cuándo se le debe entregar el vestido a Karin? Los vestidos
de novia siempre se entregan al menos dos semanas antes del matrimonio, por lo
tanto, el plazo tácito no es el día del matrimonio, sino que, a lo menos dos semanas
antes del mismo.
Por ejemplo: Karin ya está casada y quiere vender su vestido de novia. Aparece X
persona con la intención de comprárselo vía whatsapp. Fijan el valor y ambas partes
están conformes. ¿Hay plazo tácito? No, porque la compraventa es pura y simple.
Plazo Legal: Es aquél establecido por la ley. Por ejemplo: La ley concede un
plazo de 24 horas para cumplir con la obligación de pagar el precio, cuando se
ha presentado una demanda por el pacto comisorio calificado (ART. 1879).
Plazo Judicial: Es aquél determinado por un juez. Por ejemplo: El plazo que fija
el juez para que el poseedor vencido restituya la cosa al reivindicante.
Plazo Voluntario: El plazo voluntario puede ser de dos tipos; 1.- El plazo que se
fija de común acuerdo entre las partes; 2.- El plazo que se fija unilateralmente
por el autor de un acto jurídico unilateral.
Para comprender este asunto, hay que estudiar los estados en que pueden
encontrarse los plazos.
ii. Plazo Extintivo Pendiente: Hay un derecho personal que puede ser ejercido de
inmediato, y por lo tanto, la obligación debe cumplirse en el mismo instante
luego de contraída, pero el ejercicio de tal derecho personal será extinguido con
el vencimiento del plazo, es decir, cumplido el plazo finaliza la posibilidad de
demandar.
iv. Plazo Extintivo Cumplido: El derecho personal del que gozaba el titular, se
extingue ipso iure y sin efecto retroactivo, por haberse cumplido el plazo.
Existen tres motivos de carácter genérico por los cuales el plazo se extingue y,
consisten en los siguientes:
1) Por Su Vencimiento: El plazo se extingue y/o vence por haber llegado el día
señalado. ¿A qué hora dentro del día vence el plazo? Los plazos confieren la
posibilidad de cumplir hasta las 12 de la noche del día señalado.
Obligaciones de Objeto Único: Son aquellas en las que el deudor sólo debe una
cosa. Por ejemplo: La entrega de un cuadro, el pago del precio consistente en
$1.000 o, la entrega de diez botellas. Se entiende a la palabra “cosa” en sentido
singular. Una cosa singular puede ser una o más especies o cuerpos ciertos, o
bien, una o más cosas genéricas. A las obligaciones de objeto único, se les
aplican las reglas generales de las obligaciones, por ende, se distingue si la cosa
es específica o genérica, se distingue si no hubo entrega en razón del dolo, culpa
o caso fortuito, etc.
Obligaciones de Objeto Múltiple: Son aquellas en las que el deudor debe varias
cosas. Las obligaciones de objeto múltiple pueden ser de tres tipos: 1.- Simple
Objeto Múltiple; 2.- Alternativas; 3.- Facultativas. Todo es un asunto de cómo se
va a redactar la obligación, y por lo tanto, es necesario determinar cuál es, o
bien, cuál era la intención de las partes en la obligación.
Por ejemplo: Eugenio pacta con Jorge lo siguiente; “El profesor le debe a Jorge su
guitarra, su amplificador o el gabinete”. En primer lugar, se deben las tres cosas, el
asunto es con cuál o cuáles se cumple y/o extingue la obligación. En virtud de la
voluntad probable, lo más posible es que Eugenio y Jorge hayan acordado que le debe
la guitarra en todo evento, más el amplificador, o bien, el gabinete. Así las cosas,
únicamente al gabinete se le aplican las reglas de las obligaciones alternativas y, a la
guitarra se le aplican las reglas de las obligaciones de objeto único.
Son aquellas obligaciones en que cada parte de la relación jurídica obligacional, está
compuesta por una persona, en otras palaras, el acreedor es sólo uno y de la misma
forma sucede con el deudor. Ahora bien, tanto el acreedor como el deudor, pueden
perfectamente ser personas naturales o jurídicas. Por supuesto, que las obligaciones
de sujeto único constituyen la regla general, ya que, lo normal es que sólo haya una
persona por cada parte. Sin embargo, el Código Civil en el ART. 1438 permite que las
partes puedan ser una o muchas personas. La expresión “parte” no es un término
exclusivo de los contratos. En virtud del ART. 1438, el acreedor y el deudor en las
obligaciones, pueden ser una o muchas personas. Cuando en las obligaciones, la parte
acreedora o deudora se componga de varias personas, se estará en presencia de las
obligaciones de sujeto múltiple.
Al día de hoy, las obligaciones con pluralidad subjetiva son cuantiosas en el tráfico
jurídico real. Así las cosas, se hace necesario zanjar y determinar qué hace diferentes a
las obligaciones que se presentarán a continuación, ya que, todas tienen en común a la
pluralidad subjetiva. ¿Cómo distinguir entre ellas? Es posible diferenciar a las
obligaciones en virtud de los elementos de la esencia particular, es decir, aquellos que
las hacen ser tal cosa y no una distinta.
2. Obligaciones Solidarias;
3. Obligaciones Indivisibles.
Por ejemplo: Eugenio le presta $100.000 al curso Obligaciones Diurno UNAB 2017-
10. Si el profesor presta el dinero de forma “simplemente conjunta”, cada alumno sólo
debe su “cuota”. Si Eugenio presta el dinero “solidariamente” y los alumnos aceptan,
cada uno de éstos, cualquiera que sea está obligado a pagar el “total” – y a su vez – el
profesor tendrá la posibilidad de demandar a cualquier alumno por el total. ¿Existe la
posibilidad de demandar indivisiblemente por el total? No, porque el dinero es
indivisible. Nunca será posible demandar indivisiblemente por el dinero, a menos que,
existe una fuente expresa.
¿Cómo se calcula la cuota? ¿Cómo saber cuánto debe cada deudor y cuánto se les
puede exigir? En primer lugar, hay que atender a la convención, es decir, verificar si la
cuota se determinó según como los alumnos quisieron. Por ejemplo: Los alumnos
manifestaron que de los $100.000, las mujeres deben $1.500 y los hombres $500. En
segundo lugar, a falta de convención, hay que dividir el total según el número de
deudores. Si no existe convención, la cuota se determina dividiendo el total de la
obligación por el número de deudores/personas.
“En general, cuando se ha contraído por muchas personas o para con muchas la
obligación de una cosa divisible, cada uno de los deudores, en el primer caso, es obligado
solamente a su parte o cuota en la deuda, y cada uno de los acreedores, en el segundo,
sólo tiene derecho para demandar su parte o cuota en el crédito”.
“Si la obligación no es solidaria ni indivisible, cada uno de los acreedores puede sólo
exigir su cuota, y cada uno de los codeudores es solamente obligado al pago de la suya; y
la cuota del deudor insolvente no gravará a sus codeudores”.
iii. El ART. 1526 inciso 1° señala que la cuota del deudor insolvente no grava, o bien,
no aumenta la cuota de los demás*;
Obligaciones Solidarias:
3. Ley: Las leyes pueden perfectamente crear una obligación solidaria. “Si un delito
o cuasidelito ha sido cometido por dos o más personas, cada una de ellas será
solidariamente responsable de todo perjuicio procedente del mismo delito o
cuasidelito, salvas las excepciones de los artículos 2323 y 2328. Todo fraude o dolo
¿Cuáles son los requisitos de una obligación solidaria? Los requisitos son
copulativos, en caso de no concurrir todos no hay obligación solidaria, y por lo tanto, lo
que debería haber es una obligación simplemente conjunta.
(1) Es necesario que exista pluralidad subjetiva, sin importar si es activa, pasiva o
mixta;
(2) El objeto de la obligación sólo puede ser una cosa divisible, puesto que, si el
objeto es indivisible se trataría de otra categoría (obligaciones indivisibles);
(3) Necesariamente tiene que operar alguna de las tres fuentes de la solidaridad.
Como ya se sabe, la solidaridad no se presume;
(4) El último requisito se denomina por los autores “unidad de prestación” (ART.
1512). “La cosa que se debe solidariamente por muchos o a muchos, ha de ser una
misma, aunque se deba de diversos modos; por ejemplo, pura y simplemente
respecto de unos, bajo condición o a plazo respecto de otros”. La norma quiere
decir que todos los deudores tienen que deber lo mismo y no cosas distintas.
Por ejemplo: Todos los alumnos tienen que deberle el dinero prestado a
Eugenio. Si el profesor le presta $100.000 a los alumnos, y además, le presta
carbón para un asado a Guillermo, la obligación es de carácter solidaria sólo
respecto del dinero, y por lo mismo, Guillermo es un deudor individual del
carbón. El ART. 1512, señala que hay unidad de prestación incluso si los deudores
deben lo mismo pero de distintos modos. Por ejemplo: El profesor pudo haber
indicado que las mujeres debían devolver el total de la deuda el día 30 de mayo
del año 2017, mientras que, los hombres debían devolver el total de la deuda
sólo si Chile ganaba el próximo partido eliminatorio. En este sentido, hombres y
mujeres deben lo mismo, los primeros bajo condición suspensiva y las segundas
sujetas a un plazo.
Cada vez que el profesor menciona, que el acreedor puede exigirle a cualquiera de
los deudores el total, no implica que el primero recibirá de cada codeudor el total*. Por
ejemplo: Eugenio demanda a Catalina por el total y ella le cancela los cien mil pesos. En
este sentido, Javiera no está obligada también a pagarle al profesor la misma suma,
porque el total ya no se le debe a Eugenio.
Así las cosas, el efecto en las obligaciones solidarias hay que comprenderlo de una
forma distinta al de las obligaciones simplemente conjuntas, ya que, en éstas lo que
suceda con un deudor sí va a afectar a los demás codeudores. En consecuencia, en la
solidaridad existen vínculos dependientes, lo que ocurre con un deudor sí afecta al
resto. ¿Cuántos vínculos hay en las obligaciones solidarias? Sólo existe un vínculo
jurídico, que por cierto, se ramifica en la cantidad de deudores, o bien, de acreedores.
¿Cuáles son las consecuencias jurídicas de las obligaciones solidarias? Los efectos
de estas obligaciones, se estudian realizando una distinción entre la “solidaridad
activa” y la “solidaridad pasiva”.
ii. Efectos Entre los Coacreedores (Una vez que ya ha sido extinguida la
obligación):
Por ejemplo: El acreedor presta $100 a los codeudores y cada uno de ellos recibe
$25, por cierto que, todos los deudores tienen interés en la obligación. Ahora bien,
también podría suceder que la obligación solidaria no beneficie a todos los codeudores.
Por ejemplo: El acreedor presta $100 a los codeudores. Los deudores son cuatro, sin
embargo, la cifra se divide sólo en los dos primeros codeudores, y por lo tanto, los dos
sujetos restantes no tienen interés en la obligación. Sin perjuicio de lo anterior, los
cuatro individuos siguen siendo igualmente codeudores solidarios, sin importar si todos
tienen interés o no en la obligación. Los codeudores solidarios tienen que responder
siempre por el total, sin importar si se han beneficiado o no con la obligación*. No
obstante, distinguir si un codeudor solidario tiene interés o no en la obligación es
relevante para estudiar ciertos efectos en materia de solidaridad. La solidaridad pasiva
se utiliza muchísimo en la práctica.
Por último, la solidaridad pasiva es una garantía para el acreedor, puesto que, tiene
tantos patrimonios como número de deudores para exigir el cumplimiento, o bien, su
satisfacción.
Ergo, los efectos de las obligaciones solidarias se deben estudiar en dos momentos
distintos. En primer lugar, cuando está vigente la obligación y, en segundo lugar,
cuando ésta ya se ha extinguido. Los efectos consisten en una historia con dos partes;
en la primera fase se abarca desde el nacimiento a la extinción de la obligación, y en la
segunda fase se incluye lo que sucede posteriormente a la extinción de la obligación. Es
una historia que se divide en dos partes.
Estos efectos dicen relación con la primera fase de la historia e involucran a las
disposiciones siguientes: ART 1514, ART. 1515, ART. 1518, ART. 1519, ART. 1520 y ART. 1521.
Para este asunto, es necesario apoyarse siempre en el Código Civil y complementar con
éste.
ii. Si el modo de extinguir fue oneroso, como sucede en el pago, hay que verificar
si pagó un “codeudor con interés” o un “codeudor sin interés”.
Si paga un codeudor solidario con interés, por ejemplo “D4”, él puede cobrar a los
otros codeudores en virtud del ART. 1522 del Código Civil. La acción para pedir
devolución se llama “acción de reembolso”. Pero también, la ley le concede otra acción
para exigir que le paguen lo que corresponde, se consagra en el ART. 1610 N°3,
denominada “acción subrogatoria”, son casos de subrogación legal. La subrogación
consiste en que una persona ocupa jurídicamente el lugar otra (subrogación personal),
por lo tanto, el Código está diciendo que “d4” puede cobrarles a los otros deudores en
la misma calidad que tenía el acreedor, es como decir que se les puede cobrar como un
nuevo acreedor. Se elige la forma de cobrar porque hay dos acciones. Existe una gran
diferencia entre una “acción de reembolso” y una “acción subrogatoria, en esta última
pueden usarse todos los beneficios que tenía el acreedor para cobrar su obligación. Por
ejemplo: A le había prestado 100 a los cuatro deudores solidarios, pero además, Jorge
había garantizado con hipoteca el pago de los 100, Jorge no es un deudor, sino que es
un tercero. D4 paga los 100, si usa la acción de reembolso (ART. 1522) le puede cobrar a
d1, d2, d3, en cambio, si ocupa acción subrogatoria D4 pasa a ocupar el lugar del
acreedor, y por lo tanto, tiene también la hipoteca. Es una gran ventaja que entrega
una acción subrogatoria y que no da una acción de reembolso. No da lo mismo la
acción que va a ejercer el codeudor que pagó para obtener el reembolso.
Extinción de la Solidaridad:
Para poder entender este asunto, hay que tener presente las siguientes
consideraciones:
1- Una cosa es extinguir la obligación solidaria como un “todo”, y otra cosa es,
extinguir la solidaridad y no la obligación. La solidaridad puede extinguirse de
dos formas, por “vía principal”, esto es, se extingue la solidaridad y no la
obligación, o por “vía accesoria”, en que se extingue la obligación, y por tanto,
la solidaridad. Por vía accesoria, si opera cualquier modo de extinguir las
¿Dónde está el primer problema? Todas las cosas comerciables son divisibles
intelectual o jurídicamente, todo admite cuota. Pero sí donde importa el asunto es en la
indivisibilidad o divisibilidad material. El dinero es divisible, e indivisible un animal
vivo/una estatua/pintura de un cuadro. ¿Es posible fraccionar el cumplimiento de una
obligación? Si la cosa es divisible sí. En cambio, si el objeto es indivisible no puedo
fraccionar el cumplimiento.
Por ejemplo: Dino, Javier y Rafael le deben entregar a Eugenio la estatua de Jorge
Astudillo. ¿Es posible que la entrega la hagan separadamente los tres? No, puesto que,
es imposible. Así que el cumplimiento es indivisible, sólo uno de ellos debe cumplir con
el todo de inmediato. En esto consiste básicamente una obligación indivisible, no puede
dividirse el cumplimiento de la obligación porque al dividirla se estaría incumpliendo el
cumplimiento de la obligación. Este es un caso de obligación indivisible y es el más fácil.
Los casos se contemplan en el ART. 1526. El problema es que los otros casos de
indivisibilidad no son tan claros. No va a quedar claro cuál es el motivo por el cual esa
obligación es indivisible. Los otros casos de obligación indivisible, lo son porque la ley
dice que son.
Primer caso ART. 1526 N°2: Bárbara, Karin y Alejandra se obligaron a entregarle a
Rafael una especie o cuerpo cierto, más bien, el retrato de Astudillo. La entrega tiene
que verificarse a los 15 días de perfeccionado el contrato, y lo curioso es que las tres
deudoras viven en domicilios distintos con diferentes comunas. Se llega al día de la
entrega, y como cada una debe el total de la obligación, no puede dividirse el
cumplimiento, pero ahora el cumplimiento no se puede dividir no porque las partes lo
pactaron, como en la solidaridad, sino que, porque el objeto de la prestación es
materialmente indivisible. Así es que la regla general, es que quién tenga la especie o
cuerpo cierto en su poder, es quién debe entregar.
Segundo Caso ART 1526 N°1: La acción hipotecaria o prendaria es indivisible. Hay
que enfocarlo desde dos puntos de vista a la indivisibilidad. En primer lugar, todo el
bien gravado con prenda o hipoteca responde del total de la obligación garantizada; si
la obligación era de $100, y Eugenio hipoteca su casa en favor del acreedor, todo el bien
responde por $100, si eventualmente se divide ese bien hipotecado en partes o cuatro
lotes distintos, ahora cuatro casas distintas, cada casa nueva responde por los cien,
puesto que, la hipoteca es indivisible. Al revés, también esto se ve desde un segundo
punto de vista, significa que la acción hipotecaria, esto es, la acción que tiene el
acreedor de la obligación principal para hacer exigible la venta y remate del bien
hipotecado es indivisible en cuanto al monto de la obligación principal. Por ejemplo: La
casa del deudor hipotecado y al acreedor le deben 100, si el deudor no cumple con el
total, toda la propiedad entera libera los 20, todo el bien garantiza el total de lo que se
deba, incluso un peso y el acreedor puede ejercer la acción hipotecaria por un peso que
se deba en la deuda y ello implicaría sacar a remate toda la casa por un peso y eso se
permite porque la acción es indivisible, da lo mismo si la deuda se va achicando, ya que,
queda un remanente por saldar.
TERCER CASO (ART. 1526 N°4): Hay una persona que es deudora de un acreedor, le
debe $1.000, y el deudor se muere pendiente el cumplimiento de la obligación. ¿Qué
pasa con la obligación? La obligación no se extingue por regla general, puesto que, ella
pasa a sus herederos. Los $1.000 pasan a los herederos. Los herederos deben su cuota
hereditaria. Por ejemplo, si el deudor murió y sólo tenía tres hijos, la cuota es un tercio
para cada hijo. Si los herederos eran una cónyuge y dos hijos, la herencia no se divide
en tres, la ley da una forma especial de división, es por ello que en herencias la cuota se
determina de una forma distinta a como se determina en materia de obligaciones. En
cambio, ahora los mil los debía el causante de forma solidaria, el causante era un
codeudor solidario, ¿la muerte del deudor extingue la obligación? No, pero sí que
extingue la solidaridad, la modalidad, por lo tanto, los herederos deben mil pesos pero
de forma simplemente conjunta, la cuota de cada uno se determina según la herencia.
Tercer supuesto, el número cuatro la obligación es indivisible pero no porque el objeto
de la prestación sea indivisible. El número 4 se aplica perfectamente a un objeto
divisible como el dinero. El número 4 del ART. 1526 contempla varias situaciones de
indivisibilidad, no es un caso como se vio recién, puesto que, hay tres casos distintos de
indivisibilidad. ¿Por qué pasa esto en el número 4? ¿Por qué se cambia una obligación
divisible a indivisible? Porque hay una convención entre las partes, es la convención la
que va a convertir en indivisible una obligación que por su objeto es divisible. Los casos
son los siguientes:
CUARTO CASO (ART. 1526 N°3): “Aquél de los codeudores por cuyo hecho o culpa
se ha hecho imposible el cumplimiento de la obligación, es exclusiva y solidariamente
responsable de todo perjuicio al acreedor”. Puede que ocurrir que Coni, Camila y
Daniela sean codeudoras de Eugenio respecto a la entrega de una especie o cuerpo
cierto, obligación que es indivisible, y la Coni fue la única culpable en la destrucción de
la especie debida, por tanto, ella fue la causante del incumplimiento de la obligación de
entregarle la especie. El monto indemnizatorio es indivisible, sólo se le puede cobrar a
Constanza. El precio del bien destruido es simplemente conjunta, cada una debe su
cuota en la especie o cuerpo cierto que la Coni destruyó.
Lo anterior lleva a un asunto muy de moda, en orden a una doctora que le dio a un
paciente terminal de cáncer un tratamiento alternativo. El tratamiento fue cambiarle la
alimentación y la paciente se murió, y ese país aparte de la parte penal, la encontró
culpable porque civilmente no cumplió con la obligación de medios, es decir, según la
ley médica no hizo lo posible para sanar.
Esta clasificación es muy usada en la práctica. Se usa mucho en alegatos. Hay una
discusión en materia laboral, en cuanto a si a la obligación de seguridad del empleador
en la empresa, es una obligación de medios o una obligación de resultados (ART. 174
del Código del Trabajo). El empleador debe tomar todas las medidas eficaces para
evitar daños a los trabajadores, por ley, está obligado a minimizar los daños. ¿Qué
ocurre? Acontece un accidente laboral. Una obligación según la parte en que se
enfoque puede ser de medios o resultados.
Introducción:
El supuesto es que el deudor no cumplió con su obligación, y por lo tanto, hay que
demandarlo para efectuar el cumplimiento. La acción que pretende directamente el
cumplimiento de una obligación es una acción ejecutiva. La única forma de obtener el
cumplimiento forzado es con un juicio ejecutivo. En este asunto, no sirve un juicio
declarativo.
3. Obligación Tiene Que Ser Líquida: La obligación tiene que ser determinada o
determinable, hay que saber cuál es la conducta exigible al deudor.
“Determinable” es saber en qué consiste la obligación que se pretende cumplir.
Hay reglas distintas para cada tipo de ejecución. Por ejemplo: ¿Cómo se ejecuta una
obligación de dar incumplida? ¿Cómo cobro ejecutivamente una obligación de dar
incumplida? Depende de lo que debía darse, el juicio ejecutivo de obligación de dar
tendrá una pretensión según lo que debía darse y no se cumplió: A) Había que dar
dinero, consiste en embargar, rematar y pagarse. B) Si era especie o cuerpo cierto, hay
que distinguir, porque hay que distinguir si la especie la tiene el deudor o no, si la tiene
el deudor el juicio busca que se la saque de su custodia, y si no la tiene el deudor
avaluarla en dinero, embargarle en dinero, remate y pago. C) Si se debía dar un género,
117 Profesor Eugenio Salvador Vásquez Cunsolo;
Alumna Catalina Javiera Negrón Arévalo.
“Teoría de las Obligaciones” 2017
el acreedor en juicio ejecutivo para a pedir al tribunal que se avalúe el valor de las
paltas, se embarga, vende y paga.
En las obligaciones de hacer. Hay norma expresa en el ART. 1553. El primer inciso sí
o sí el ART. 1553 concede siempre la indemnización de perjuicios moratoria. Y ahora,
para reparar el daño compensatorio, la norma da al acreedor tres remedios a su
elección. La norma expresamente faculta al acreedor para que elija el remedio. Todo
depende de que quiera el acreedor y todo depende si es que el deudor puede hacer o
no el hecho. Hay que hacer un comentario final a las obligaciones de hacer en juicio
ejecutivo, existen genéricamente dos tipos de obligación en juicio ejecutivo de hacer, el
primero busca el cumplimiento forzado de la realización de un hecho material que no
se cumplió y en este caso sí o sí se aplica el ART. 1553 en su plenitud. Pero también está,
el juicio ejecutivo de obligación de hacer que consiste en la celebración de un contrato
o la suscripción de un documento (ART. 1554 del Código Civil). “Silvana con Eugenio
prometieron mutuamente que el 03 de agosto del 2017 iban a celebrar entre ellos una
compraventa de su computador”. El contrato de promesa existe y en julio, Silvana le
dice a Eugenio que no le venderá el computador, por tanto, no celebran la
compraventa definitiva. Eugenio quiere el computador y por ello demanda
ejecutivamente a la Silvana por incumplimiento de contrato de promesa, puesto que,
ese contrato creó para ambos una obligación de hacer, obligarse a celebrar un contrato
es una obligación de hacer. Lo que Eugenio pedirá al juez es: Juez actúa como
representante de Silvana y celebra conmino la compraventa definitiva del computador
y el juez está facultado legalmente para representar a Silvana, por tanto, sí hay
compraventa entre Eugenio y Silvana pero ésta última representada por el juez, va a
haber compraventa incumplida de especie o cuerpo cierto y luego se ejecuta para que
ella le entregue el computador.
Existe una definición de René Ramos y dice lo siguiente: “Es el derecho que la ley
otorga al acreedor, para obtener del deudor, el pago de una cantidad de dinero
equivalente al beneficio pecuniario que le habría correspondido si la obligación se hubiere
cumplido de forma íntegra, exacta y oportuna”.
¿Por qué hay que indemnizar? ¿Por qué está la obligación de indemnizar daños? El
motivo está en el principio general anterior y, en el ART. 1545 del Código Civil (fuerza
obligatoria de los contratos). Si se incumple un contrato no por causa legal, hay que
reparar el daño, es decir, legamente sí se puede incumplir un contrato.
En un juicio no pueden pedirse las dos cosas juntas, porque permitirlo implicaría un
enriquecimiento injusto para el acreedor, por lo tanto, son acciones incompatibles
entre sí. Por ejemplo: Karin le debía a Eugenio una especie o cuerpo cierto que no le
entrego. Si Eugenio pidiera el cumplimiento forzado en naturaleza, éste le está
pidiendo al juez que Karin le entregue la especie. Y si además, se pide la indemnización
de perjuicios compensatoria se está solicitando el valor de la especie y ello no puede
ser, puesto que, Karin le está pidiendo la especie, y no la especie más cien. Quizás
buscan la misma pretensión pero no pueden ir juntas.
OBS: Los nombres de los requisitos y la cantidad son variantes, son distintos autor
por autor, pero sin perjuicio de ello, siempre en contenido son los mismos. Si se sigue a
una doctrina básica, los requisitos son copulativos y son los siguientes:
(2) Imputabilidad:
(4) Daños: Este requisito, significa que el daño tuvo que haberse producido por el
incumplimiento imputable del deudor.
Recordemos que en virtud del ART. 1698 del Código Civil, el que alega prueba, por lo
tanto, cuando hay incumplimiento – según la visión tradicional – el acreedor tiene que
probar la existencia de la obligación y señalar que está incumplida. Basta algar la
existencia de la obligación y que está incumplida. Si lo hacemos así y la obligación es
contractual, se aplica el ART. 1547 inciso 3°, en donde se presume que ese
incumplimiento fue debido a la culpa del deudor, y ello es muy bueno porque uno
menciona ese artículo en la demanda y, se tendría por probado al menos en principio,
uno de los requisitos de la indemnización que es la imputabilidad. Entonces, el deudor
es el que tiene que probar la extinción de la obligación y si no puede hacerlo, es porque
no la cumplió y tendrá que hacerlo. Probar la extinción no siempre es demostrar que
pagó, muchas veces sí pero otras no, porque una obligación puede extinguirse de
todas las formas que contempla el ART. 1567, y el pago es una de esas tantas formas.
Por ejemplo: Alejandra dice que no le debe algo a Eugenio porque la obligación está
prescrita, o bien, adolece de nulidad. Pero alegar la extinción por cualquier modo le
corresponde al deudor.
¿Dónde está el gran problema? En que de todos los modos de extinguir las
obligaciones, algunos varios de ellos son actos jurídicos, otros son hechos. Pero los que
son actos jurídicos, están sometidos a las reglas generales de prueba de los actos
jurídicos (ART. 1708 y 1709). Por ejemplo: Alejandra pagó pero no tiene un recibo de
dinero. O Eugenio le perdonó la deuda a Alejandra y no hay constancia de ello por
escrito. Mucho cuidado cuando la obligación se extingue por un acto jurídico, pues hay
que dejar constancia de eso.
El ART. 1568 del Código Civil define lo que es el “pago efectivo” y, dice que el pago
efectivo es la prestación de lo que se debe. Para el Código, hay pago cuando el deudor
realiza la misma prestación a la que se obligó. Cuando el deudor cumple lo que debe, en
la misma forma en que lo debe, eso se denomina pago efectivo. El pago efectivo,
básicamente consiste en cumplir en forma íntegra, exacta y oportuna con su
obligación. El pago efectivo satisface completamente el interés del acreedor en el
contrato.
1- Deudor.
Se está enseñando quién puede pagar, no quién debe pagar. Por ejemplo: Eugenio
le debe a Natalia $100.000. ¿Quiénes pueden extinguir la relación jurídica? El deudor.
¿Quién es el deudor? Eugenio. ¿Sólo Eugenio es el deudor? También son el deudor los
herederos de Eugenio. Quién contrata para sí, contrata para sus herederos. También
puede ser deudor el cesionario. El deudor pueden ser a su vez, varias personas, no
siempre es el que contrajo la obligación. También puede pagar un tercero con interés
122 Profesor Eugenio Salvador Vásquez Cunsolo;
Alumna Catalina Javiera Negrón Arévalo.
“Teoría de las Obligaciones” 2017
en que se extingue la obligación, por ejemplo, el profesor Astudillo. ¿Por qué le puede
interesar la extinción de la obligación de Eugenio con Natalia? En que Astudillo,
garantizó con prenda o hipoteca la obligación de Eugenio con Natalia. Entonces, le
conviene a él pagar el $100.000 porque si no lo hace, Natalia le puede sacar a remate lo
que Astudillo dio en prenda o hipoteca. En tercer lugar, puede pagar ahora un tercero
sin que tenga ningún tipo de interés económico en la obligación, por ejemplo, la BCL es
una persona a quién Eugenio conoció, y el tercero paga la obligación, el problema que
se presenta es por ejemplo, ¿qué ocurre si este tercero sin interés pagó contra su
oposición? ¿Dónde habrá aquí la gran importancia de ver quién paga? ¿Para qué importa
saber quién paga? Sólo para ver si existe o no derecho a rembolso.
(1) ART. 1572: Hay veces en que no procede el pago de un tercero, como sucede en
las obligaciones de hacer no fungibles. Por ejemplo: Sólo Natalia es la que
puede tocar el violín en el cumpleaños de la hija de Eugenio.