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Capítulo 5

LA NATURALEZA DE TU MANDATO Y TRABAJO

1. Debes desafiar y guiar a la gente a adorar al Señor, al único Dios vivo y


verdadero, en espíritu y en verdad
«Más la hora viene y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al
Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que
le adoren. Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario
que le adoren» (Jn. 4:23-24).
«Dad a Jehová la honra debida a su nombre; traed ofrenda, y venid delante de
él; postraos delante de Jehová en la hermosura de la santidad» (1 Cr. 16:29).
«Venid, adoremos y postrémonos; arrodillémonos delante de Jehová nuestro
Hacedor» (Sal. 95:6).
«Adorad a Jehová en la hermosura de la santidad; temed delante de él toda la
tierra» (Sal. 96:9).
«Entrad por sus puertas con acción de gracias, por sus atrios con alabanza;
alabadle, bendecid su nombre. Porque Jehová es bueno; para siempre es su
misericordia, y su verdad por todas las generaciones» (Sal. 100:4-5).
«Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas
obras; no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino
exhortándonos; y tanto más cuanto véis que aquel día se acerca» (He. 10:24-25).
«Entonces Jesús le dijo: Vete Satanás, porque escrito está: AI Señor tu Dios
adorarás, y a él solo servirás» (Mt 4:10).
Pensamiento. Como ministro debes desafiar a la gente y guiarla a adorar a Dios.
Pero recuerda que Dios quiere una clase muy especia) de adoración. Dios dicta
exactamente cómo hay que acercarse a Él y cómo hay que adorarlo, es decir, en
espíritu y en verdad. «Y ios que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario
que le adoren» (Juan 4:23-24). Esto es cómo debes desafiar a la gente a adorar a
Dios; la gente tiene que venir a la presencia de Dios y adorar a Dios «en espíritu
y en verdad». Nota estos tres hechos significativos de Juan 4:23-24.
Primero, hubo un cambio en la adoración: «la hora viene y ahora es».
Cristo cambió la adoración. Antes de Cristo la gente adoraba a Dios en lugares
especiales, por ejemplo, en templos y ante altares. Desde que vino Cristo el lugar
y la localidad carecen de significado. Cristo ha abierto la puerta a la presencia
misma de Dios, y ahora el hombre puede adorar a Dios desde cualquier lugar del
universo.
Segundo, la naturaleza de la adoración, es decir, cómo debemos adorar a
Dios. Queda claramente expresado que el hombre debe
adorar a Dios en espíritu y en verdad.
a) Adorar a Dios en espíritu significa adorar a Dios...
* con el impulso^espiritual y lahabilidad del alma, buscando la más
íntima comunión y amistad con Dios.
* con toda la fuerza espiritual de la vida y del ser, confiando en Dios y
descansando en la aceptación, amor y cuidado que provienen de Él.
b) Adorar a Dios en verdad significa...
• Acercarse a Dios de la forma correcta o verdadera. Hay un solo
camino: su Hijo Jesucristo.
• Adorar a Dios con sinceridad y veracidad; no acercarse en forma
indecisa, vagando mentalmente por otros sitios y teniendo los ojos
soñolientos.
Tercero, se expresa claramente la razón para adorar, y es que el Padre
busca a personas que lo adoren. Dios anhela la adoración, porque creó al
hombre para adorar y tener compañerismo con Éi. Por eso Dios busca
apersonas que los adoren en espíritu y en verdad.
Pero nota Hebreos 10:25. Algunos habían abandonado a la iglesia aun en
aquellos primeros días. Tal como lo hicieron algunos en cada generación. Se
necesita precisamente lo que este versículo dice: exhortándonos; y tanto más
cuanto véis que aquel día se acerca. ¿Qué día? El día del regreso del Señor. Su
regreso a nosotros es inminente. Por eso tenemos que exhortar a aquellos que
se han apartado, para que no pierdan la salvación de su venida y tengan que
encarar su juicio.
Los auténticos creyentes se necesitan unos a otros, la presencia, el
compañerismo, la fuerza, el aliento, el cuidado y el amor que unos se dan a
otros. Todo esto se encuentra de una manera muy, muy especial, cuando los
creyentes se reúnen para adorar. Por eso, como ministro de Dios debes desafiar
y guiar a la gente a adorar a Dios. Debes desafiar y guiar a la gente...
• dar a Jehová la honra debida a su nombre.
• a «traer ofrenda, y venir delante de Él».
• a postrarse «delante de Jehová en la hermosura de la santidad» (1 Cr.
16:29).
2. Debes ministrar y servir talcome ministró y sirvió Cristo.
«Maseatrevosotros «o será así, sino que d que quiera hace rst grande .entre
vosotras será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros será
vuestro siervo; como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir,
y para dar su vida en rescate por muchos» (Mt 20:26*28).
«Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid asila ley de Cristo»
(Gá. 6:2).
«El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me h» ungido para dar
buenas nuevas a ios pobres; me ha enviado « sanar a los quebrantados de corazón;
.* pregonar-libertad a los cautivos, y vista a los .ciegos; a poner en libertad a los
oprimidos; a predicar el año agradable del Señor» (Le. 4:18-19).
Pensamiento. Como ministro debes cumplir la ley de Cristo. La ley de Cristo es
la ley del ministerio y del amor. Nota los versículos de arriba y lo verás
claramente.
Cristo se dio y se sacrificó a sí mismo al grado sumo para alcanzar a todos
los hombres. Él llevó los pecados de los hombres. Por supuesto, tú no puedes
llevar los pecados de los hombres; pero puedes llevar las cargas de los hombres.
Puedes...
* ser compasivo.
* alentar a otros.
* orar.
* perdonar.
* ser cálido y tierno, compartir las
promesas de Dios.
» simpatizar con otros e identificarte con ellos.
* llenar necesidades.
* visitar y alentar y fortalecer.
* compartir la esperanza de vida eterna.
* sanar a los de corazón quebrantado, dar
vista a los ciegos.
librar a los que están presos.
compartir la esperanza del evangelio, particularmente con los pobres
Nota la palabra «siervo» (Mt. 20:26-28). Se refiere a un esclavc a estar
esclavizado a Cristo en todo momento de la vida. La ide no es un servicio
ocasional, sino un servicio constante. Siempr . ■ debes estar sirviendo y
ministrando, sin importar la hora, o el 11e mado o la dificultad. Como pastor
eres esclavo de Cristo —sierv suyo a toda hora del día— comisionado a suplir
las necesidades d la gente. Debes ministrar y servir tal como Cristo ministró y
sirvii
3. Debes buscar y salvara los perdidos tal como Cristo buscó y salvó a k perdidos.
(Véase «Debes ser un testigo del Señor Jesucristo,» pp. 41-47.)
«Porque el Hijo del hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido»
(Le. 19:10).
«Entonces Jesús les dijo otra vez: Paz a vosotros. Como me envió el Padre, así
también os envío» (Jn. 20:21).
Pensamiento. Como pastor de Cristo tu misión está ligada a misión de Cristo. Tu
misión es la mismísima misión de Cristo. Nc exactamente lo que dice Juan
20:21:
* Dios envió a Cristo a una misión específica.
* Cristo te envía a ti en exactamente la misma misión.
¿Cuál es la misión?
«El Hijo del hombre vino a buscar y a salvar lo que se habí perdido» (Le.
19:10).
El hombre está «perdido»; está separado de Dios, vagando por la vida sin
Dios; cortada su relación con Dios está pereciendo y siendo destruido; está
condenado a morir y perder la vida eterna.
Tú, el pastor, has sido enviado a buscar y salvar a los perdidos, a buscar y
proclamar la salvación de Dios a los perdidos. Eres el profeta y el testigo del
Señor viviente.
Cristo es el Camino; tú le señalas el Camino a los perdidos.
• Cristo es la Verdad; tú proclamas la Verdad a los perdidos.
• Cristo es la Vida; tú compartes la Vida con los perdidos. Tu tarea como
ministro de Dios es salir como salió Cristo para buscar y salvar a los
perdidos de tu comunidad y del mundo.
i. Debes trabajar y obrar por Dios ahora mismo: la siega está madura y la tarea es
urgente.
«¿No decís vosotros: Aún faltan cuatro meses para que llegue la siega? He
aquí os digo: Alzad vuestros ojos y mirad los campos, porque ya están blancos para
la siega» (Jn. 4:35).
Pensamiento. El corazón de Jesús siempre está puesto en la cosecha de almas.
Los hombres concentran sus corazones en la cosecha dei mundo, esto es, en
plantar la semilla y cosechar el grano, en la inversión de dinero y el cobro del
pago y ganancia. Pero el corazón de Jesús está puesto en la gente, en plantar la
simiente del evangelio y en cosechar almas para Dios.
El desafío de Jesús para ti, ministro suyo, es este: «Aizaü vuestros ojos y
mirad los campos, porque ya están blancos para la siega». El desafío es dejar de
mirar hacia abajo a la tierra, a So.s asuntos del mundo, y, en cambio, mirar
arriba para observar los abundantes campos de gente en el mundo.
a) Los campos de las almas ya están blancos; están listos para ser segados
ahora mismo. Desde que Cristo ha venido a la tierra, Dios ha puesto su
Espíritu en el mundo produciendo en forma sobrenatural...
• sed de Dios.
• sentido de pecado, una convicción de estar errando.
• profunda soledad y vacío.
4
sentido de carencia de propósito.
• conocimiento de que Jesucristo ha venido a la ¡ierra afirmando ser el
Salvador del mundo, el Hijo mismo de Dios.
Es absolutamente crucial que levantes tus ojos y mires ahora. De lo
contrario la cosecha madura de almas y cuerpos...
• quedará sobre los campos de la tierra.
• se pasará de punto perdiendo sabor y uso (demasiado vieja,
demasiado pasada).
• se descompondrá y se perderá para siempre.
• caerá al suelo y no servirá más.
b) Debes levantar tus ojos para ver. No puedes mirar arriba ni alrededor tuyo
si no levantas los ojos y miras. Las cosas de la tierra tienen que tornarse
extrañamente borrosas antes que puedas mirar y ver.
c) Debes mirar en el sitio donde estás. Tus ojos tienen que ver la realidad
que te rodea. Es la cosecha de almas alrededor tuyo lo que debes mirar y
donde debes enfocar tu atención.
Nota esto: puedes mirar los campos lejanos a través del desafío de
otros. Nota otro hecho: Más y más el mundo se está convirtiendo en un
vecindario. La distancia es cada vez menos significativa. Cada creyente
llega a ser más responsable del individuo en el país lejano. En efecto, el
país lejano de una persona, es lejano para todos los demás en el mundo,
sin importar donde esté.
«Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el
que siembra pura el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna. No nos
cansemos, pues, de hacer el bien; porque a su tiempo segaremos si no
desmayamos» (Gá. 6:8-9).
«Y cuando el fruto está maduro, en seguida se mete la boz, porque la siega
ha llegado» (Mr. 4:29).
«Y les decía: La mies a la verdad es mucha, mas los obreros pocos; por
tanto, rogad al Señor de la mies que envíe obreros a su mies»’(Lc. 10:2).
«Y les dijo: Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres» (Mt.
4:19).
«Nomt elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he
puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que
todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé» (Jn. 15:16).
«Sepa que el que haga volver al pecador del error de su camino, salvará de
muerte un alma, y cubrirá multitud de pecados» (Stg. 5:20).
«Los que sembraron con lágrimas, con regocijo segarán. Iní andando y
llorando el que lleva la preciosa semilla: mas volverá con regocijo trayendo
sus gavillas» (Sal. 126:5-6).
5. Debes predicar la Palabra de Dios corrigiendo, reprendiendo y exhortando a la gente.
(Véase Capítulo 6, «Tu mensaje, tu predicación y enseñanza», pp.
87-115 >
«Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos
y a los muertos en su manifestación en su reino, que prediques la palabra; que instes
a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y
doctrina» (2 Ti. 4:1-2).
Pensamiento. Como ministro debes predicar la Palabra de Dio¿ Este es tu
llamado del Señor. Predicar la Palabra debe ser la pasión que consuma la vida
del ministro. Nota con cuánta fuerza lo expresa este versículo:
• «Predica la Palabra», las Escrituras de la Santa Biblia.
«Insta a tiempo y fuera de tiempo», manteniendo un sentido de urgencia;
aprovecha y crea oportunidades para predicar.
• «Reprende» cuando prediques.
• «Redarguye» cuando prediques.
» «Exhorta con toda paciencia y doctrina» cuando prediques.
Primero, predica la Palabra. El sentido es el de una obsesión: el ministro tiene que estar
obsesionado por predicar. Tu alma debe
adorar a Dios en espíritu y en verdad.
a) Adorar a Dios en espíritu significa adorar a Dios...
* con el impulso espiritual y la habilidad del alma, buscando la más
íntima comunión y amistad con Dios.
* con toda la fuerza espiritual de la vida y del ser, confiando en Dios y
descansando en la aceptación, amor y cuidado que provienen de Él.
b) Adorar a Dios en verdad significa...
* Acercarse a Dios de la forma correcta o verdadera. Hay un solo
camino: su Hijo Jesucristo.
* Adorara Dios con sinceridad y veracidad: no acercarse en forma
indecisa, vagando mentalmente por otros sitios y teniendo los ojos
soñolientos.
Tercero, se expresa claramente la razón para adorar, y es que el Padre
busca a personas que lo adoren. Dios anhela la adoración, porque creó al
hombre para adorar y tener compañerismo con Él. Por eso Dios busca a
personas que los adoren en espíritu y en verdad.
Pero nota Hebreos 10:25. Algunos habían abandonado a la iglesia aun en
aquellos primeros días. Tal como lo hicieron algunos en cada generación. Se
necesita precisamente lo que este versículo dice: exhortándonos; y tanto más
cuanto véis queaquel díase acerca. ¿Qué día? El día del regreso del Señor. Su
regreso a nosotros es inminente. Por eso tenemos que exhortar a aquellos que
se han apartado, para que no pierdan la salvación de su venida y tengan que
encarar su juicio.
Los auténticos creyentes se necesitan unos a otros, la presencia, el
compañerismo, la fuerza, el aliento, el cuidado y el amor que unos se dan a
otros. Todo esto se encuentra de una manera muy, muy especial, cuando los
creyentes se reúnen para adorar. Por eso, como ministro de Dios debes desafiar
y guiar a la gente a adorar a Dios. Debes desafiar y guiar a la gente...
• dar a Jehová la honra debida a su nombre.
• a «traer ofrenda, y venir delante de Él».
• a postrarse «delante de Jehová en la hermosura de la santidad» (1 Cr.
16:29).
2. Debes nánistmry servir¡talcomoministró y sirvió Cristo.
«Maseatrevosotros no será así, sino que ¡el que quiera hacerse grande .entre
vosotros será vuestro servidor, y el que ¡quiera ser el primero entre vosotros será
vuestro siervo; como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino pora servir,
y para dar su vida en rescate por muchos» (Mt 20:26-28).
«Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo»
(G¿. 6:2).
«El Espíritu del Señor está "sobre mí, por cuanto me tía ungido para
darbuenas nuevas a ios pobres; me ha enviado.a ¡sanar a los quebrantados de
corazón; >a pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos; a poner en libertad
a los oprimidos; a predicar el año agradable del Señor» (Le. 4:18-19).
Pensamiento. Como ministro debes cumplir la iey de Cristo. La ley de Cristo es
la ley del ministerio y del amor. Nota los versículos de arriba y lo verás
claramente.
Cristo se dio y se sacrificó a sí mismo al grado sumo para alcanzar a todos
los hombres. Él llevó los pecados de los hombres. Por supuesto, tú no puedes
llevar los pecados de los hombres; pero puedes llevar las cargas de los hombres.
Puedes...
* ser compasivo.
* alentar a otros.
• orar.
• perdonar.
ser cálido y tierno, compartir las
promesas de Dios.
♦ simpatizar con otros e identificarte con ellos,
llenar necesidades.
• visitar y alentar y fortalecer.
♦ compartir la esperanza de vida eterna.
* sanar a los de corazón quebrantado.
• dar vista a los ciegos.
♦ librar a los que están presos.
compartir la esperanza del evangelio, particularmente con los pobres
Nota la palabra «siervo» (Mt. 20:26-28). Se refiere a un esclavc a estar
esclavizado a Cristo en todo momento de la vida. La ide no es un servicio
ocasional, sino un servicio constante. Siempr debes estar sirviendo y ministrando,
sin importar la hora, o el Ik mado o la dificultad. Como pastor eres esclavo de
Cristo —sierv suyo a toda hora del día— comisionado a suplir las necesidades ¿
la gente. Debes ministrar y servir tal como Cristo ministró y sirvi<
3. Debes buscar y salvara los perdidos tal como Cristo buscó y salvó ah perdidos.
(Véase «Debes ser un testigo del Señor Jesucristo,» pp. 41-47.)
«Porque el Hijo del hombre vino a buscar y a salvar lo que se había
perdido» (Le. 19:10).
«Entonces Jesús les dijo otra vez: Paz a vosotros. Como me envió el Padre,
así también os envío» (Jn. 20:21).
Pensamiento. Como pastor de Cristo tu misión está ligada a misión de Cristo. Tu
misión es la mismísima misión de Cristo. Nc exactamente lo que dice Juan
20:21:
• Dios envió a Cristo a una misión específica.
• Cristo te envía a ti en exactamente la misma misión.
¿Cuál es la misión?
«El Hijo dd hombre vino a buscar y a salvar lo que se habí perdido»
(Le. 19:10).
El hombre está «perdido»; está separado de Dios, vagando por la vida sin
Dios; cortada su relación con Dios está pereciendo y siendo destruido; está
condenado a morir y perder la vida eterna.
Tú, el pastor, has sido enviado a buscar y salvar a los perdidos, a buscar y
proclamar la salvación de Dios a los perdidos. Eres el profeta y el testigo del
Señor viviente.
Cristo es e] Camino; tú le señalas el Camino a los perdidos.
• Cristo es la Verdad; tú proclamas la Verdad a los perdidos.
• Cristo es la Vida; tú compartes la Vida con los perdidos. Tu tarea como
ministro de Dios es salir como salió Cristo para buscar y salvar a los
perdidos de tu comunidad y del mundo.
i. Debes trabajar y obrar por Dios ahora mismo: la siega está madura y la tarea es
urgente.
«¿No decís vosotros: ¿Aún faltan cuatro meses para que llegue la siega? He
aquí os digo: Alzad vuestros ojos y mirad los campos, porque ya están blancos para
la siega» (Jn. 4:35).
Pensamiento. El corazón de Jesús siempre está puesto en la cosecha de almas.
Los hombres concentran sus corazones en la cosecha del mundo, esto es, en
plantar la semilla y cosechar el grano, en la inversión de dinero y el cobro del
pago y ganancia. Pero el corazón de Jesús está puesto en la gente, en plantar la
simiente del evangelio y en cosechar almas para Dios.
El desafío de Jesús para ti, ministro suyo, es este: «Aizaú vuestros ojos y
mirad los campos, porque ya están blancos para la siega». El desafío es dejar de
mirar hacia abajo a la tierra, a los asuntos del mundo, y, en cambio, mirar
arriba para observar los abundantes campos de gente en el mundo.
a) Los campos de las almas ya están blancos; están listos para ser segados
ahora mismo. Desde que Cristo ha venido a la tierra, Dios ha puesto su
Espíritu en el mundo produciendo en forma sobrenatural...
• sed de Dios.
• sentido de pecado, una convicción de estar errando.
• profunda soledad y vacío.
• sentido de carencia de propósito.
• conocimiento de que Jesucristo ha venido a la tierra afirmando ser el
Salvador del mundo, el Hijo mismo de Dios.
Es absolutamente crucial que levantes tus ojos y mires ahora. De lo
contrario la cosecha madura de almas y cuerpos...
• quedará sobre los campos de la tierra.
• se pasará de punto perdiendo sabor y uso (demasiado vieja,
demasiado pasada).
• se descompondrá y se perderá para siempre.
• caerá al suelo y no servirá más.
b) Debes levantar tus ojos para ver. No puedes mirar arriba ni alrededor tuyo
si no levantas los ojos y miras. Las cosas de la tierra tienen que tornarse
extrañamente borrosas antes que puedas mirar y ver
c) Debes mirar en el sitio donde estás. Tus ojos tienen que ver la realidad
que te rodea. Es la cosecha de almas alrededor tuyo lo que debes mirar y
donde debes enfocar tu atención.
Nota esto: puedes mirar los campos lejanos a través del desafío de
otros. Nota otro hecho: Más y más el mundo se está convirtiendo en un
vecindario. La distancia es cada vez menos significativa. Cada creyente
llega a ser más responsable del individuo en el país lejano. En efecto, el
país lejano de una persona, es lejano para todos los demás en el mundo,
sin importar donde esté.
«Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el
que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna. No nos cansemos,
pues, de hacer el bien; porque a su tiempo segaremos si no desmayamos» (Gá.
6:8-9).
«Y cuando el fruto está maduro, en seguida se mete la hoz, porque la siega
ha llegado» (Mr. 4:29).
«Y les decía: La mies a la verdad es mucha, mas los obreros pocos; por
tanto, rogad al Señor de la mies que envíe obreros a su mies»'(Lc. 10:2).
«Y les dijo: Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres» (Mt.
4:19).
«No me elegisteis vosotros a mi, sino que yo os elegí a vosotros, y os he
puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que
todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé» (Jn. 15:16).
«Sepa que el que haga volver al pecador del error de su camino, salvará de
muerte un alma, y cubrirá multitud de pecados» (Stg. 5:20).
«Los que sembraron con lágrimas, con regocijo segarán. Irá andando y
llorando el que lleva la predosa semilla; mas volverá con regocijo trayendo sus
gavillas» (Sal. 126:5-6).
5. Debes predicar la Palabra de Dios corrigiendo, reprendiendo y exhortando a la gente.
(Véase Capítulo 6, «Tu mensaje, tu predicación y enseñanza», pp. 87-115 )
«Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos
y a los muertos en su manifestación en su reino, que prediques la palabra; que instes
a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y
doctrina» (2 Ti. 4:1-2).
Pensamiento. Como ministro debes predicar la Palabra de Dios Este es tu
llamado del Señor. Predicar la Palabra debe ser la pasión que consuma la vida
del ministro. Nota con cuánta fuerza lo expresa este versículo:
• «Predica la Palabra», las Escrituras de la Santa Biblia.
«Insta a tiempo y fuera de tiempo», manteniendo un sentido de urgencia;
aprovecha y crea oportunidades para predicar.
• «Reprende» cuando prediques.
• «Redarguye» cuando prediques.
• «Exhorta con toda paciencia y doctrina» cuando prediques.
Primero, predica la Palabra. El sentido es el de una obsesión: el ministro tiene
que estar obsesionado por predicar. Tu alma debe
arder por predicar, debes ser consumido por la predicación, por una ardiente
obsesión por predicar las insondables riquezas de Cristo. ¿Por qué?
Porque predicar es el método escogido por Dios para salvar a los hombres.
«Porque la palabra de la cruz es locura a los que «e pierden; pero a Jos que
se salvan, esto es a nosotros, es poder de Dios... Pues ya que cala sabiduría de
Dios, el mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría, agradó a Dios salvar
a los creyentes por la locura de la predicación» (i Co. 1:18,21).
• Porque el ministro es responsable de predicar.
«Pues si anuncio el evangelio, no tengo por qué gloriarme; porque me es
impuesta necesidad; y ¡ay de mí si no anunciare el evangelio!» (1 Co. 9:16).
Es imposible sobrestimar la predicación. Incluso es imposible captar
totalmente la importancia de predicar. Ese es el sentido de todo este pasaje.
Solamente piense en el solemne mandato y advertencia incluidos en el
primer versículo:
Dios y Cristo, ambos, tienen sus ojos puestos en el ministro para ver
si está predicando la Palabra.
• El ministro será juzgado por el Señor Jesucristo en cuanto a si
predicó o no la Palabra.
• Ei ministro se enfrentará a Cristo cuando Cristo venga en gloria como
el Señor triunfante, entonces dará cuenta de su predicación.
• El lugar y la posición del ministro en el reino del Señor serán
determinados por la fidelidad con que predicó la Palabra.
Por eso, el mandato es predicar la Palabra. Nota dos puntos muy
significativos.
a) La palabra «predica» (kerusso) es el cuadro del pastor parado frente a la
gente, investido de toda la dignidad y autoridad de Dios mismo. Era la
palabra utilizada para un embajador enviado por el rey para proclamar su
mensaje con toda la autoridad y dignidad del rey mismo.
«Este debería ser el patrón para el predicador de hoy. Su
predicación debe ser [con dignidad]... Esa dignidad que proviene ...
del hecho de ser un heraldo del Rey de reyes. Debe ser... [con
autoridad] la cual despertará respeto, cuidadosa atención, y la
reacción adecuada de los oyentes» (Kenneth Wuest. The Pastoral
Epistles, «Wuest Word Studies», vol. 2, p. 154).
b) El pastor debe predicar «la Palabra». ¿Qué significa «la Palabra»'!
• «Toda Escritura»: toda Escritura dada por la inspiración de Dios (2
Ti. 3:16).
La Palabra se refiere a las Escrituras, a la Palabra de Dios misma. Es
«todo el cuerpo de la verdad revelada» (Kenneth Wuest. Ibid., vol. 2, p.
154). Es todo el consejo de Dios que comprende lo que los hombres llaman
La Santa Biblia. El pastor debe predicar la Palabra, las Santas Escrituras, la
Palabra misma de Dios. Debe abstenerse de predicar:
• ideas propias.
• ideas de otros hombres.
• filosofía.
• psicología.
• imagen propia.
• justicia propia.
• sociología.
• ciencia.
• desarrollo educacional.
• esfuerzos personales.
• promotores del ego. religión hecha
por el hombre.
El erudito del griego Kenneth Wuest tiene una de las
descripciones más desafiantes escritas por el hombre de la palabra predicar:
«La palabra [predicar] es una orden para ser obedecida de
inmediato. Es una orden terminante como en el lenguaje militar ... El
predicador debe presentar, no comentarios de libros, ni política, ni
economía, ni temas de actualidad, ni filosofías de la vida que nieguen
la Biblia en base a ímprobas teorías científicas, sino la Palabra. El
predicador, como heraldo no puede escoger su mensaje. Su Soberano
le ha dado un mensaje para ser proclamado. Si no lo quiere proclamar,
que descienda de la exaltada posición que inviste» (Kenneth Wuest.
op. cit., vol. 2, p. 154).
Matthew Henry usa lenguaje llamativo:
«No son sus propias nociones o fantasías lo que deben predicar,
sino la pura y llana Palabra de Dios; y no la deben corromper»
(Comentario de Matthew Henry, vol. 5, p. 848).
«Y yendo, predicad, diciendo: el reino de los cielos se ha acercado ... Lo
que es digo en tinieblas, decidió en la cruz; y lo que oís al oído, proclamadlo
desde las azoteas» (Mt 10:7,27).
«Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad d evangelio a toda criatura»
(Mr. 16:15).
«Id, y puestos en pie en «1 templo, anudad al pueblo todas las palabras
de esta vida» (Hch. 5:20).
«Que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo;
redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina» (2 Ti. 4:2).
Segundo, «que instes a tiempo y fuera de tiempo». La palabra «instar»
(epistethi) significa mantenerse en la predicación sin importar las circunstancias,
sean fáciles o difíciles.
Kenneth Wuest dice:
«El predicador tiene que predicar la Palabra tanto en tiempos
auspiciosos, favorables u oportunos, como en circunstancias que :
parecen desfavorables. Quedan tan escasos tiempos disponibles ¡ para
predicar, que el predicador tiene que aprovechar toda í oportunidad
que se le presente para predicar la Palabra. No hay
temporadas bajas para la predicación» (Kenneth Wuest, op. cit., vol.
2, p. 155).
Matthew Henry dice:
«Haz esta tarea con todo fervor espiritual. Llama a los que están
[a tu] cuidado a dejar su pecado, a cumplir su deber; llámalos al
arrepentimiento, que crean, y que vivan una vida santa, haz esto a
tiempo y fuera de tiempo... Tenemos que hacerlo a tiempo, es decir
no dejar escapar ninguna oportunidad: y fuera de tiempo, es decir, no
dejar la tarea con el pretexto de que no es momento oportuno»
(Matthew Henry, op. cit., vol. 5, p. 848).
William Barclay dice:
«El maestro cristiano tiene que tener urgencia. El mensaje que
trae es, literalmente, asunto de vida o muerte. El maestro y predicador
que realmente comunican su mensaje a la gente los que tienen un
tono de sinceridad en su voz....
«El maestro cristiano tiene que ser persistente. Tiene que tener
urgencia al proclamar los llamados de Cristo “a tiempo y fuera de
tiempo”. Como alguien dijo: “Aprovecha o inventa tu oportunidad”
(The Letters to Ttmothy, Titus and Philemon, pp. 234ss). «The Daily
Study Bible,» pp. 234ss).
El Nuevo Testamento Ampliado dice:
«Conserva tu sentido de urgencia (permanece cerca, a mano y
disponible, ya sea que la oportunidad parezca favorable o no, sea
conveniente o inconveniente, tenga buena acogida o no, tú como
predicador de la Palabra tienes que mostrar a la gente en qué sentido
están equivocadas sus vidas).»
Tercero, «redarguye» (elegxon). La palabra significa impulsar a una
persona a probarse a sí misma; poner a una persona bajo convicción; guiar a una
persona a ver su pecado y a sentirse culpable por el mismo. Significa
convencerá una persona de pecado y guiar a la confesión y al arrepentimiento.
«El predicador tiene que hablar del pecado, tanto en la vida de
sus oyentes no salvos como en la de aquellos santos a quienes
ministran, y debe hacerlo sin vacilación. La palabra “pecado” no es
suficiente en el vocabulario de la predicación contemporánea»
(Kenneth Wuest, op. cit., vol. 2, p. 155).
Cuarto, «reprende» (epitimeson). Esta palabra es fuerte, muy fuerte.
Significa una reprensión aguda, severa e implica la idea del juicio que vendrá si
uno no se arrepiente.
«Una palabra de advertencia y reprensión con frecuencia
salvaría a un hermano de muchos pecados y muchos naufragios. Pero
como alguien ha dicho, esa palabra siempre tiene que ser pronunciada
como por un “hermano, corrigiendo a un hermano”. Tiene que ser
pronunciada con la conciencia de nuestra culpa común. No nos
corresponde ponernos a nosotros mismos en el lugar de juez moral de
nadie; no obstante es nuestra obligación
pronunciar esta advertencia cuando ella es necesaria.» (William
Barclay, op. cit., pp. 236ss).
«Repréndelos delante de todos, para que los demás también teman» (1
Ti. 5:20).
«Retenedor de la palabra fiel tal como ha sido enseñada, para que
también pueda exhortar con sana enseñanza y convencer a los que
contradicen» (Til 1:9).
«Esto habla, y exhorta y reprende con toda autoridad. Nadie te
menospreáe» (Tit. 2:15).
Quinto, «exhorta con toda paciencia y doctrina». La palabra «exhortar»
significa suplicar, alentar, consolar, y ayudar. No es suficiente reprender y
redargüir a las personas. El pastor tiene que alentar y consolar, ayudar y llevar a
la persona a Cristo. Nota cuán crucial es este punto.
a) El pastor tiene que «exhortar con toda paciencia» (makrothumia). La idea
es que el ministro persevera pacientemente exhortando a la gente, sin
importar las circunstancias. Exhorta y exhorta, alienta y alienta. Sufre por
mucho, mucho tiempo con la gente...
• soportando toda debilidad y fracaso que la gente tenga,
soportando todo mal y daño que se haga.
El pastor sufre durante mucho tiempo sin resentimiento ni enojo, y
nunca abandona, porque reconoce el poder de Cristo para cambiar las
vidas.
b) El pastor «exhorta con toda doctrina». No enseña pedacitos o trozos de la
Palabra de Dios. No se centra en temas...
• populares.
• favoritos.
• llamativos.
• necesarios a su parecer;
Se centra en toda la doctrina de Dios, la totalidad del consejo de
Dios. Exhorta a la gente en toda la doctrina de Dios.
«Antes exhortaos los unos a los otros cada día, entre tanto que se dice:
Hoy; para que ninguno de vosotros se endurezca por i-i engaño del pecado»
(He. 3:13).
Como ministro, debes predicar la Palabra de Dios con toda i a autoridad
de Dios mismo.
o. Debes enseñar. Debes instruir a la gente —desde los fundamentos — en Jesucristo y
en la Palabra de Dios.
«Y Él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros,
evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la
obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo» (Ef. 4:11-12).
«Esto manda y enseña» (1 Ti. 4:11).
«Lo que has oído de mí ante muchos testigos, esto encarga a hombres fíeles
que sean idóneos para enseñar también a otros» (2 Ti. 2:2).
«Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el
nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo;
enseñándoles que guarde* todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy
coa vosotros todos los días hasta el fin del mundo» (Mt 28:»-2#).
«Y lodos las días, en d templo y por las casas, no cesaban de enseñar y
predicar a Jesucristo» (Hch.5:42).
«Y se detuvo allí ud año y seis meses, enseñándoles la palabra de Dios» (Hch.
18:11).
«Para esto yo fui constituido predicador y apóstol (digo verdad en Cristo, no
miento), y maettro dé tos-gentiles-en-fe y verdad» (1 Ti.
2*7)... ....... .
«Pero que ahora ha sido manifestada por la aparición de nuestro Salvador
Jesucristo, el cual quitó la muerte y sacó a luz la vida y la inmortalidad por el
evangelio del cual yo fui constituido predicador, apóstol y maestro de los gentiles»
(2 Ti. 1:1®-U).
Pensamiento. Como pastor debes enseñar la Palabra de Dios. Enseñar es un alto
llamamiento, tino de los mayores llamamientos El enseñar secunda únicamente
a los dones espirituales del apóstol, y del profeta. Todo apóstol y profeta y
pastor tiene el don de enseñar, pero no todo maestro íes un apóstol o profeta o
pastor. El don de enseñar implica una de las mayores responsabilidades dadas
por Dios; por eso, se requerirá que él maestro rinda cuentas estrictas a Dios de
su fidelidad en el uso de su don.
El don espiritual de enseñar es el don de comprender y comunicar la
Palabra de Dios y de edificar a los creyentes en las verdades de la Palabra de
Dios. Incluye comprender, interpretar, organizar y comunicar la Palabra de
Dios. El don de enseñar es dado al creyente que entrega su vida a la Palabra de
Dios, al compartir sus gloriosas verdades con el pueblo de Dios.
Como pastor tienes que enseñar. Has sido llamado a enseñar. Enseñar a la
gente es una gran parte de tu ministerio. Por eso es preciso que seas un buen
maestro. Toma nota de las cosas que hace un buen maestro:
«Lo que has oído de mí ante muchos testigos, esto encarga a hombres fidts
que sean idóneos para enseñar también a otros» (2 Ti. 2:2).
Este versículo dice que un buen maestro tiene dos rasgos muy
característicos.
a) Un buen maestro recibe, él mismo, la enseñanza. Es preciso que vivas lo
que enseñas, que creas lo que dices, que experimentes lo que profesas.
Como maestro debes escuchar la enseñanza de otros testigos fieles. Como
dice Mateo 28:19-20, cuando algún otro pastor o maestro sale enseñando
las cosas ordenadas por Cristo, tú debes recibir y atesorar la verdad. Debes
practicar la verdad —aquello que has aprendido— como nunca antes.
Debes ofrecer un ejemplo inportante de uno que sigue la verdad de Cristo.
Esta es la primera tarea de un buen maestro.
«Ahora bien, se requiere de los administradores que cada uno sea hallado
fiel» (1 Co. 4:2).
«Por lo demás hermanas, os rogamos y exhortamos en el Señor Jesús, que
de la manera que aprendisteis de nosotros cómo os
conviene conduciros y agradas a Dios, así abundéis más y más» (1
Ts. 4:1).
b) Un buen maestro enseña a otros a enseñar la verdad. Tú eres el eslabói
entre dos generaciones. Oístes la verdad y la recibiste. Ahora debe:
transmitir y pasar la verdad a otros. ¿Por qué? Para que ellos a su ve; la
pasen a otras generaciones. Este es el segundo rasgo de un buei maestro.
'Nota otro hecho significativo de un buen maestro. Encomienda la
verdad a -creyentes fieles. Un creyente/le/es una persona que.
• cree en Cristo y en la Palabra de Dios.
es leal, confiable, de quien se puede depender, digno de con
fianza.
Naturalmente, una persona que no cree en Dios o en la Palabra de
Dios no puede tener fidelidad a Dios. Es infiel y desleal. Dio no puede
confiar o depender de esa persona.
El-tema es este: Tiene buen maestro no va a encomendar la verdad a
una persona infiel. El buen maestro buscar, Apersonas fíeles para
encomendarles la verdad.
7. Debes edificar y desarrollar áias creyentes y equiparlos para hacer la obt del
ministerio.
«Y d mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros,
evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la
obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos
lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón
perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo» (Ef. 4:11-13).
«Pero el que profetiza habla a los hombres para edificación, exhortación y
consolación» (1 Co. 14:3).
«¿Qué hay, pues, hermanos? Cuando os reunís, cada uno de vosotros tiene
salroo. tiene doctrina, tiene lengua, tiene revelación, tiene interpretación. Hágase
todo para edificación» (I Co. 14:26).
«¿Pensáis aún que nos disculpamos con vosotros? Delante de Dios en Cristo
hablamos; todo, muy amados, para vuestra edificación» (2 Co. 12:19).
«Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena -
para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes» (Ef.4:2í).
«Que prediques la palabra que instes «tiempo y fuera de tiempo; redarguye,
reprende, e*horU con toda paciencia y -doctrina» (2 Ti 4:2).
«Retenedor de la palabra fiel tal como ha sido enseñada, para que también
pueda exhortar con sana enseñanza y convencer a los que contradicen» (TiL 1:9).
«Esto htfbla, ^ exhorta y reprende con toda autoridad. Nadie U menosprecie»
(Tit 2:15).
Pensamiento. Como pastor, tu tarea es equipar a los creyentes pa que cumplan
el ministerio. La palabra «perfeccionar» (katarii significa equipar para el
servicio y ministerio. Es crucial que cap esto, los pastores no son los únicos que
saldrán para hacer la®* del ministerio. En efecto, tn tarea primordial es la de
equipad
otros, una persona que hace discípulos y prepara a otros para servir a Cristo.
Nota otro punto crucial: El propósito esencial de equipar a laicos es para que
el cuerpo de Cristo, la iglesia, pueda ser edificada. Este es an punto
significativo, porque indica que la iglesia no puede ser edificada sin que los
miembros mismos hagan la obra del ministerio. En una iglesia todos los
creyentes tienen que estar involucrados en la obra del ministerio.
Esta es tu tarea como pastor de Dios, edificar a los creyentes y equiparlos
para ministrar a ios necesitados y perdidos del mundo.
Nota esto: Tu tarea está claramente expresada. Tres cosas se dicen aquí:
a) Debes trabajar para lograr una perfecta unión en el pueblo de Dios.
El ministro de Dios es llamado a...
• traer paz y reconciliación a la iglesia.
• llevar a la gente a una armonía perfecta y unidad de espíritu.
• sacar a la gente sus partidos, y de las divisiones, murmuraciones,
quejas, entuertos y de todos los otros pecados que militan contra la
unidad perfecta.
«Os ruego, pues, hermanos, porel nombre de nuestro Señor Jesucristo, que
habléis todos una misma cosa, y que no haya entre vosotros divisiones, sino
que estéis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo
parecer» (1 Co. 1:10).
«Por lo demás, hermanos, tened gozo, perfeccionaos, consolaos, sed de un
mismo sentir, y vivid en paz; y el Dios de Paz y de amor estará con
vosotros» (2 Co. 13:11).
«Finalmente, sed todos de un mismo sentir, compasivos, amándoos
fraternalmente, misericordiosos, amigables» (1 P. 3:8).
b) Debes trabajar para hacer conocer al Hijo de Dios.
«Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros
permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y
conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres» (Jn. 8:31-32).
«Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a
Jesucristo, a quien has enviado» (Jn. 17:3).
«A fin de conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de sus
padecimientos, llegando a ser semejante a é! en su muerte» (Fil. 3:10).
«Para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando
fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios» (Col.
1:10).
c) Debes trabajar para producir un hombre perfecto, un hombre que
esté a la estatura de Cristo mismo, a la plenitud de su estatura.
«Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, juzgaba
como niño; mas cuando ya fui hombre, dejé lo que era de niño» (1 Co.
13:11).
«Pero el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para los
que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y
del mal» (He. 5:14).
«Por tanto, dejando ya los rudimentos de la doctrina de Cristo, vamos
adelante a la perfección, no echando otra vez el fundamento del
arrepentimiento de obras muertas, de la fe en Dios» (He. 6:1).
S. Debes alimentar a los creyentes.
«Le dijo la tercera vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro se entristeció
de que le dijeseis tercera vez: ¿Me amas? y le respondió: Señor, tú lo sabes todo; tú
sabes que te amo. Jesús le dijo: apacienta mis ovejas» (Jn. 21:17).
«Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo
os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual ganó por su
propia sangre» (Hch. 20:28).
«Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, cuidando de ella no por
fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino con ánimo pronto;
no como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado, sino siendo
ejemplos de la grey» (1 Pedro 5:2-3).
«Yos daré pastores según mi corazón, que os apacienten con ciencia y con
inteligencia» (Jer. 3:15; cp. Jer. 23:4; Ez. 34:23).
Pensamiento. Como pastor esta exhortación es para ti, y es una exhortación
directa y severa. No podría ser más clara: «Apacentad la grey de Dios». Fíjate
arriba, 1 Pedro 5:2-3. La palabra «apacentar» (poimanate) es una palabra que
abarca todo, cubriendo todas las tareas del ministro. No solo significa predicar y
enseñar la Palabra de Dios, sino atender y pastorear el rebaño. Significa actuar
como un pastor de ovejas, ejecutar los trabajos de un pastor. Las tareas de un
pastor son diversas:
• alimentar a las ovejas aún cuando tenga que alzarlas en sus brazos y
llevarlas a las pasturas.
• guiar las ovejas a las pasturas y alejarlas de lugares rocosos y de
precipicios.
• buscar y salvar a la oveja que se ha perdido.
• proteger a las ovejas. El buen pastor incluso está dispuesto a sacrificar su
vida por las ovejas.
restaurar a las ovejas que se descarriaron y vuelven.
• recompensar a las ovejas por su obediencia y fidelidad.
• mantener las ovejas alejadas de los cabritos.
Note otro hecho significativo: el rebaño es el rebaño de Dios, no es ei
rebaño dei ministro. Los ministros solamente son pastorea a ias órdenes de Dios.
Pero deben estar a las órdenes de Dios, deben atender el rebaño de Dios, deben
ocuparse del rebaño y cuidar de él. Dios es el Pastor principal, pero eso no
significa que puedes dejar el cuidado del rebaño a Dios como si cuidara
automáticamente de él. Dios cuida del rebaño a través de los pastores por Él
escogidos. Esa es su forma de pastorear. Por eso eres importante; debes alimentar
y atender y pastorear el rebaño de Dios. Y las Escrituras no hacen concesiones al
respecto; ella establece con exactitud cómo debes proceder para alimentar al
rebaño.
a) Tú, el pastor, debes aceptar voluntariamente, no por la fuerza, la
supervisión del rebaño. Esto no significa que no te sientas constreñido por
Dios y por su amor en el ministerio. En efecto, te sientes constreñido, todos
los pastores deben sentirse constreñidos por Dios.
Pablo declaró vigorosamente que:
«Me es impuesta necesidad; y ¡ay de mí si no anunciare el enng(fi«V(l
Co.9:16).
«Porque (1 amor de Cristo nos constriñe» (2 Co. 5:14).
Pero el tema es este, no tendrías que ser forzado ni obligado a
ministrar. Deberías alimentar voluntariamente el rebaño de Dios.
Voluntariamente debes hacer la voluntad de Dios. Nunca deberías tener
que ser constreñido u obligado ¿.ministrar al pueblo de Dios.
Esta es la gran tragedia: muchss han sido Mamados por Dios al
ministerio, llamados a alimentars&rebaño.perosefaan rehusado. ¿Por qué?
* Algunos se sintieron indignos e inadecuados.
Algunos creyeron que les costaría demasiado.
• Algunos sintieron que sería demasiado sacrificio.
* Algunos no querían soportarel reproche -del ministerio.
* Algunos creyeron que las demandas, y los trabaj os y las expec-
tativas serían insoportables.
Y la lista podría seguir infinitamente, pero las Escrituras son claras.
Si has sido llamado por Dios al ministerio, no debes rechazar su llamado.
No debes tener que ser constreñido u obligado para hacer la voluntad de
Dios. Debes ministrar voluntariamente al rebaño de Dios.
«Jesús Íes dijo: Mi comida es que haga la voluntad del que me envió, y que
acabe su obra» (Jn. 4:34).
«Tan grande es nuestro afecto por vosotros, que hubiéramos querido
entregaros no sólo el evangelio de Dios, sino también nuestras propias vidas;
porque habéis llegado a sernos muy queridos» (1 Ts. 2:8).
b) Tú, el ministro, no debes aceptar la supervisión del rebaño para ganancia
personal, sino con actitud dispuesta y ansiosa de hacerlo. El griego dice
que ninguna persona debe entrar al ministerio para «ganancia deshonesta»
(medeais-ehrokerdos), es decir, para una ganancia vil o para alguna
ventaja contaminada y sucia. Nunca persona alguna debería entrar al
ministerio...
• como una profesión.
* como un medio de vida.
• como un medio para servir a la humanidad.
* porque la gente diga que tiene el don para ello.
• porque la gente diga que haría un buen ministro.
• porque'la familiay los amigos le álientana entrar al ministerio.
Normalmente todas estas razones rodean la entrada de una persona
al ministerio. Pero nunca deben ser las razones por las que la persona
entra al ministerio y al cuidado del pueblo de Dios. El ministerio es un
llamado de-Dios, y nadie se atreve a ir al ministerio sin un llamado
personal para hacerlo. Pero nota: cuando el llamado ocurre la persona
tiene que estar lista. Va a ministrar al pueblo de Dios; debe estar dispuesta
a alimentar al rebaño de Dios. «Entonces Pedro comenzó a drarle: He aquí,
nosotros lo hemos dejado todo, y te hemos seguido» (Mr. 10:28).
«Asignes, cualquiera de vosotros que ne renuncia a todoloque '
posee^ieg»ie<}e;ger.midiscípulo» (Le. 14:33). ;
«Ni plata nioro ni vestido de nadie he codiciado» (Hdi. 26:33).
«Ninguno busque su propio bien, sino el del otro» (1 Co. 10:24).
c) Tú, el ministro, no debes aceptar la supervisión del «baño con actitud de
señor, sino como :un ejemplo. Nota esto: élTebaSo dé Dios es llamado4a
herencia de Dios {kieron). Esta es ia palabra que fue usada para Israel en el
Antiguo Testaraento. Ellasigm&oa^Eiue JQS judíos i eran el pueblo
aparta0o y destínado ^y asignad® « ©roSiiEltoseranla parte especial de
Dios, asignada a Él. el pueblo puesto bajo su cuidado y supervisión. Este
es.el cuadroídel ministro y del rebaño de Dios. Dios te ha dado una herencia
muy especial, o parte « asignación; has sido asignado a alimentar la
herencia de Dios, al rebaño que es posesión de Dios mismo.
Ahora toma nota de cómo debes guiar al rebaño de Dios. No eres señor
sobre él mismo, sino que debes guiarlo con tu ejemplo. Tú ...
• noeres un dictador, sinounejemplo.
• no debes predicar una cosa y hacer otra.
Debes guiar .a la gente viviendo para Cristo. Debes predicar y enseñar
a Cristo, pero antes que nada debes vivir una vida pura y j usta, como la
vida que vivió Cristo. Debes vivir exactamente lo que predicas. Debes ser
un patrón y un modelo que refleja a Cristo, un patrón y un modelo de lo que
Dios quiere que su pueblo sea.
«Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros
también hagáis» (Jn. 13:15).
«Presentándote túentodocomo ejemplo de buenas obras; en la enseñanza
mostrando integridad, seriedad» (Tit. 2:7).
9. Debes vigilar y alertar a los creyentes.
«Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos; porque ellos velan por
vuestras almas, como quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con alegría, y no
quejándose, porque esto no os es provechoso» (He. 13:17).
«Sobre4us muros, oh Jerusalén, he puestoguardas; todoel día y toda la noche
no .callarán jamás. Los que os acordáis de Jehová, no repecüs»|ls.l2^).
«Hijo de hombre, yo te he puesto por aUAaya a la casa cíe Israel; oirás, pues, tu la
palabra-de mi boca, y y tos amonestaras de mi parte»
(Ez. 3:17; cp- Jer. 6:17).
«P«rosielatalayaviere venir la espada y Bo tocareJa trompeta,} el pueblo no se
apercibiere, y viniendo la espada, hiriere de él a alguno, éste fue tomado por causa
de su pecado, pero demandaré su sangre de mano dd atalaya. A4i, pues, hijo de
hombre, tehe|>uesto-por atalaya a la casa de Israel, y oirás la palabra de miboca,
ylosamonestarás de mi parte. Cuando yo dijereal -impío, deciertomorirás;
siíúnoiiablares para que se guarde el Impío de su camino, el impío morirá por su ¡
pecado, pero su sangre yo la demaadaré de tu mano. Y si tú avisares al impío de su
camino para-que se aparte de él, yél no se apartare de : su camino, él morirá por su
pecado, pero tú libraste tu vida» (Ez. ¡ 33:6-9).
Pensamiento. Como pastor eres el atalaya de Dios. Este es un cuadro del
Antiguo Testamento. Los atalayas eran los hombres designados por el rey o el
genera] para...
• vigilar los cuarteles de cabecera del general y su ejército.
• vigilar a la ciudad y a sus habitantes.
Los atalayas estaban de pie sobre los muros de la ciudad o en la cima de
una colina que le diera la mejor vista posible. Su deber era vigilar, guardar,
proteger, y tocar la alarma ante el acercamiento de cualquier peligro.
Tú, el pastor de Dios, eres el atalaya de Dios. Tus obligaciones como
atalaya de Dios están claramente expresadas en los versículos anteriores.
a) Como atalaya de Dios debes velar por las almas del pueblo de Dios (He.
13:17). Debes velar por su...
• bienestar. • amor. • pureza,
crecimiento. • paz. • conocimiento.
• santidad. • gozo. • fe.
Debes protegerlos contra todas las tentaciones y pruebas. Debes
proteger sus espíritus y fortalecerlos todo lo posible para resistir toda
enfermedad, todo mal, accidentes y sufrimientos.
b) Como atalaya de Dios, no debes descuidarte ni de día ni de noche (Is.
62 :6 ).
Debes proclamar continuamente al Señor, haciendo mención úc Él.
Jamás debes guardar silencio.
• Debes clamar continuamente en presencia del Señor en favor del
pueblo de Dios.
• Debes clamar en oración delante el Señor, que Dios recuerde sus
promesas de proteger, librar, y proveer para su pueblo. Nunca debes
guardar silencio en oración: debes ser un atalaya en oración delante
de Dios.
c) Como atalaya de Dios eres el atalaya sobre su casa, ia iglesia, sobre la
totalidad de su querido pueblo (Ez. 3:17). Como atalaya sobre si casa tu
trabajo es doble:
Escuchar la Palabra de Dios que ha salido del corazón v de i- boca
misma de Dios.
• Advertir a la gente de la cercanía de ataques y juicios.
d) Como atalaya de Dios tienes que tocar la trompeta de advertencia. Tienes
que advertir a la gente en cuanto a la espada que viene en forma de...
• tentaciones. • pruebas. • muerte.
• juicio. • condenación,
Fíjate lo que pasa si adviertes a la gente:
• Eres tenido por fiel de parte de Dios y tu alma es librada de muerte,
de toda responsabilidad.
• Los malvados tienen la oportunidad de ser salvados de la muerte.
Pero fíjate lo que ocurre si no adviertes a la gente. Son dos cosas:
• Los pecadores morirán en su pecado.
Tú serás responsable de la muerte de los pecadores. Nota Ez. 33:6-9.
La idea es que tú mismo serás condenado a muerte.
El asunto es este: tú eres el atalaya de Dios. Debes vigilar y proclamar
la Palabra de Dios; advertir que vienen tentaciones, pruebas, muerte juicio,
y condenación. Precisamente con este propósito fuiste llamado por Dios;
que seas un atalaya que advierte al pueblo.
]0. Debes guiar a los creyentes a una religión pura y sin mancha.
«La religión pura y sin mácula delante de Dios el Padre es esta: Visitar a los
huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones, y guardarse sin mancha dei mundo»
(Stg. 1:27).
Pensamiento. Como ministro de Dios debes guiar a los creyentes a practicar una
religión pura. ¿Qué es religión pura? Se la puede resumir en dos cosas.
a) Una persona tiene que visitar a los huérfanos y a las viudas en sus
aflicciones. Ciertamente, esto se aplicaría a visitar a iodos los que tienen
necesidades en una comunidad, a los que...
• son huérfanos. ♦ no tienen padre.
* han enviudado. * no tienen madre.
* están encerrados. * están soios.
recién llegaron. * eslán tristes- están perdidos. *
están posirados.
♦ sin salvación. * encama.
Cualquiera sea la necesidad, Dios espera que los visites. El espera
que alcances a todos en tu comunidad, y la tarea en realidad no es tan
difícil, ai menos no en un país donde cada comunidad tiene su iglesia.
Piense solamente en la iglesia de una comunidad, rodeada por hileras de
casas. Tú y los miembros pueden visitar fácilmente cada hogar
estableciendo solamente varias horas de visitación y yendo de casa en casa.
Al ir, lo único que tienes que hacer es compartir que visitas en nombre de
Cristo y de ia iglesia. Quieres que ellos sepan que estás disponible si
necesitan tu ayuda. Cuando ía comunidad sabe que realmente te preocupas
muchos llamarán a los creyentes de ia iglesia cuando golpea la hora de la
crisis, y a todos nos golpea. Además, toda iglesia debería tener un cuerpo
de auténticos creyentes que saben compartir a Cristo con los perdidos.
Ahora fíjate:
«Entonces el rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre,
heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación dei mundo.
Porque tuvo hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui
forastero, y me recogisteis; estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me
visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí» (Mt. 25:34-36).
«Así que, los que somos fuertes debemos soportar las flaquezas de los
débiles, y no agradarnos a nosotros mismos» (Ro. 15:1).
«Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así ia ley de Cristo»
(Gá. 6:2).
«Acordaos de los presos, como á estuvierais presos juntamente coa dios;
y de Jasiaal tratados, como quctambiénvosotros mismos estáis eafld
cuerpo» (He. 13:3).
b) La religión pura es guardarte sin mancha del mundo. La religión pura no
se corrorape coD creencias falsas o con religión falsa. Se mantiene fiel a la
pureza delevangelio y a la pureza de la Palabra de Dios. La religión pura
nose centraen formas ni rituales y ceremonias. Se centra en el poder de
Dios para cambiar vidas eternamente, y la visitación <sale para cambiar
las vidas de las personas.
La religión pura no se corrompe moralmente; no se enreda con los
asuntos y placeres de este mundo. La verdadera religión impulsa a la gente
a separarse de las cosas de este mundo, de las cosas que despertaron sus
deseos y sus pasiones camales. La verdadera religión impulsa a la gente a
conservarse sin mancha de la codicia de los ojos, de la concupiscencia de
la carne, y del orgullo de la vida, cosas todas ellas del mundo. Esta es una
preparación necesaria cuando una per- sooa va a conquistar las tentaciones
y los pecados de este mundo.
«Por lo cuál, salid de en medio de dios, y apartaos, dice el Señor, y no
toquéis lo inmundo; y yo os recibiré, y seré para vosotros por Padtc, y
vosotros me seréis hijos e hijas, dice el Señor todopoderoso» (2 Co. 6:17-
18).
«No améis al mundo ni las cosas que están en el mundo. Si alguna ama
al mundo, el amor de] Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el
mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de ia
vida, no proviene del Padre, sino de¡ mundo» (1 Jn. 2:15-16).
«Y no participéis en las obras infructuosas de las tinieblas, sino más bien
reprendedlas» (Ef. 5:11).
11. Debes hacer la obra de un evangelista. Debes buscary salvar a los perdidos (véase
pto. 3, «Debes buscary salvar a los perdidos», p. 63).
«Y él misnioxonstituyó a unos apóstoles; a otros, profetas; a otros
evangelistas; * otros, pastores y maestros» (Ef. 4:11).
«Pero tú sé sobrio ea todo, soporta las aflicciones, haz obra de evangelista,
cumple tu ministerio» (2 Ti. 4:5).
Pensamiento. Como ministro. debes hacer la obra de evangelista. Esto no
significa quedebes convertirte en un evangelista itinerante o profesional.
Significa.que iu trabajo será evangelístico, en todo lo que hagas tratarás de
ganar almas. En todo lo que predicas y enseñas, y en todo lo demás que hagas
debes compartir el amor de Dios. El rasgo característico de tu ministerio es el
de reconciliar a la gente con Dios, elde compartir las gloriosas nuevas del amor
de Dios, el de anunciarqde Dios salva a las personas por medio de su Hijo, el
Señor Jesucristo.
12. Debes supervisarla administración ele la iglesia, ordenarlos asuntos internos y ia
organización de la iglesia.
«Por esta causa te dejé en Creta, par* que corrigieses lo defiaente, y
establecieses ancianos en cada dudad, así como yo te mandé» (Tit 1:5).
«Entonces los doce convocaron a la multitud de los discípulos, y dijeron:
No es justo que nosotros dejemos la palabra de Dios, para
servir alas mesas. Buscad, pues, hermanos, de entre vosotros «siete varonesdeimen
testimonio,Denos (iel Espíritu Suato v de sabiduría, a quienes encarguemos de este
trabajo. Y nosotros ^ersifti remos en la oración y en el ministerio déla palabra»
(Jich. 6:2-4).
«Pero cada ano romo d Señor te reparfió,y comoDios llamó a cada uno, «sí
haga: esto ordeno en todas las iglesias» (1 Co. 7:17).
«Las demás cosas las pondri en orden cuando fuere» (1 Co. 11:34).
«Apacentad ia jgrey de Dios <gue está ea medio de vosotros, cuiMi)4e<ya,ao
porfueraa,sino voluntariamente; noporganaitcia deshonesta, «ino con .ánimo
.pronto». (1P. 5:2).
Pensamiento. Como pastor debes supervisar la administración de la iglesia, poner
en orden susasuntos y su oiganización. Fíjate arriba, en Tito 1;5, dondetseasignan
dos4areas^l.aiinistro (3jto).
Primero, debes ordenar las cosas que son defectuosas y que no se hicieron.
Noámporta cuál .'sea la iglesia, siempre habrá defectos y algunas correcciones
por hacer. Cualquiera sea la iglesia, siempre le quedará un largo camino por
alcanzar la estatura plena, de Jo que debiera ser delante del Señor. Pero,
trágicamente, demasiadas iglesias tienen dos defectos y manchas graves: no están
adecuadamente organizadas para el ministerio y .han dado entrada a enseñanzas
falsas a sus filas. Como resultado no están alcanzando a la gente para Cristo, y,
en algunos casos, encaran terribles divisiones y la destrucción de su testimonio.
Segundo, debes ordenar y establecer el liderazgo que se necesita para
cumplir el ministerio de la iglesia (cp. Hch. 6:2-4). Si tú mismo no puedes
ocuparte de cada miembro de la iglesia, recuerda estas tres cosas cruciales:
a) Tú y la iglesia tienen que buscar más ayuda. Debes escoger a personas que
aman al Señor y a la gente, y que perciben la mano de Dios sobre sí, que
sienten el llamado de Dios a ministrar y cuidar de otros.
b) Tú y la iglesia tienen que estar dispuestos a renunciar a tantas demandas
sobre ti.Tú y la iglesia tienen que aceptar el ministerio de otros hombres que
también son llamados a ministrar el rebaño de Dios.
c) Debes estar dispuesto a Teunir a toda la iglesia, a trabajar corporativamente
dentro deom proceso democrático. Esto es exactamente lo que hicieron los
apóstoles. Si ellos siguieron la regla de 1 a democraci a en la organización
de laiglesia, ¿cuánto más debes hacerlsiú'ytodos los demás pastores de
Dios? Fíjate, la comisión o cuerpo de los apóstoles se había reunido y
discutido el problema y la necesidad antes de traerlo a la iglesia. En este
pasaje se ve mucho la administración y los niveles de liderazgo:
• La comisión de los apóstoles.
• Los diáconos (cp. 1 Ti. 3:8-13).
• La iglesia, el cuerpo de creyentes.
Nota por qué debes asegurarte que la iglesia esté organizada y opere
ordenada y eficientemente; para que puedas dedicarte a orar y cumplir el
ministerio de la Palabra. Tu llamado primordial
es...
* Inundarte a ti mismo, a tu gente, y a la misión mundial de Cristo, en
la oración.
• Estar siempre ministrando la Palabra de Dios a la gente, consolando,
alentando, desafiando, creciendo, y procurando la conversión de
ellos.
Tu iglesia debe estar organizada, de manera ordenada y eficiente, de modo
que puedas ser eficiente y llevar fruto en tu ministerio.
13. Debes edificar la iglesia en primer lugar y primordialmente en los hogares,
conforme a lo instruido por Cristo.
«Y los-envió a predicar el reino de Dios, y a sanar a los enfermos ... Y en
cualquier casa donde entréis, quedad allí, y de allí salid» {Le. 9:2, 4).
«Hospedaos los unos a los otros sin murmuraciones» (1P. 4:9).
Pensamiento. Como pastor debes centrar a la iglesia primordialmente en los
hogares de los creyentes. La iglesia no debe ni puede estar centrada en los que
llamamos edificios de la iglesia ¿Por qué? Hay seis respuestas:
Primero, porque el método escogido por Cristo para ganar al mundo es el
del evangelismo en hogares. Fíjate arriba, Lucas 9:2,
4. El discípulo tenía que investigar cuidadosamente y encontrar una casa de
familia receptiva. De ese hogar haría el centro de su ministerio. Nota algunas
cosas referidas a este método.
a) Acentúa a la familia, haciendo de ella el eje mismo del ministerio.
b) Subraya la estabilidad, seguridad y establecimiento de la obra. Nada sobre
la tierra será más seguro y estable que la familia. Al colocare! centro del
ministerio en el hogar, el reino de Dios se hace seguro y estable.
c) Centra la predicación y el ministerio en la comunidad, en el sitio mismo
donde vive y transita la gente. Hace que la presencia de Cristo sea visible
a todos en la vida cotidiana.
d) Sirve como centro desde el cual el mensaje puede moverse en círculos
crecientes, extendiéndose de familia a familia.
Probablemente la forma más ideal de evangelismo sea este método dado
por Cristo: un hogar y una familia seleccionados sirviendo como centro de
testimonio dentro de una comunidad o ciudad.
Segundo, la iglesia primitiva estaba centrada en el hogar de los creyentes.
En efecto, no hubo edificios para la iglesia sino hasta doscientos años después
de Cristo. Fíjate en algunas referencias en las Escrituras donde la iglesia está
centrada en el bogar.
«Y todos los días en d templo y por las casas, no cesaban de enseñar y
predicar a Jesucristo» (Hch. 5:42).
«Y como nada que fuese útil he rehuido de anunciaros y enseñaros
públicamente y por las casas» (Hch. 20:20).
«Saludad también a la iglesia de su casa. Saludad a Epeneto,
amado mío, que es el primer fruto de Acaya para Cristo» (Ro. 16:5). «Las
iglesias de Asia os saludan. Aquila y Priscila, con la iglesia , que está en su
casa, os saludan mucho en el Señor» (1 Co. 16:19). «Saludad a los hermanos
que están en Laodicea, y a Ninfas y a la iglesia que está en su casa» (Col.
4:15).
«Y a la amada hermana Apia, y a Arquipo nuestro compañero de
militanda, y a la iglesia que está en su casa» (Flm. 2; cp. Hch. 12:12; 16:40).
Tercero, los primeros creyentes tenían que abrir sus hogares y mostrar
hospitalidad unos a otros, de lo contrario la iglesia habría tenido dificultades para
sobrevivir. Los motivos son estos:
• Cuando los creyentes fueron perseguidos y obligados a huir a otras
ciudades, no tenían otro lugar donde vivir (cp. Hch. 8:1-4).
• Cuando misioneros y evangelistas venían de viaje, necesitaban un lugar
donde hospedarse, y muchos de ellos eran pobres. Los hospedajes eran
sencillamente demasiado sucios e inmorales; por eso, el hospedaje y el
sustento tenía que ser provisto para ellos en los hogares creyentes.
• Cuando el trabajo de los cristianos requería que viajaran, necesitaban
hogares donde permanecer debido a lo inadecuado de los hospedajes.
La hospitalidad era absolutamente crucial para la iglesia primitiva, y es
absolutamente crucial para la iglesia actual. ¿Por que'.' Por el amor, el cuidado, el
^ministerio y el íntimo compañerismo. Es prácticamente imposible mantener el
amor y el cuidado en una iglesia y un ministerio dinámico si los creyentes no
tienen compañerismo juntos en sus hogares. Eri efecto, Cristo enseñó que
debemos usar nuestros hogares como centros de amor cristiano, compañerismo y
extendimiento. Este hecho con frecuencia es ignorado o pasado por alto (véase
Biblia de bosquejos y sermones, tomo 4, Lucas, notas—Le. 9:4; 10:5-6).
Nota que debemos abrir nuestros hogares sin murmuraciones, esto es, sin
protestar ni quejamos (1 P. 4:9). Debemos abrir nuestros hogares voluntaria y
cordialmente, abrirlos gozosamente esperando grandes cosas de Dios.
¿Qué pasaría si comenzaras a establecer un hogar para Crisíc en cada
comunidad, un hogar para ser un centro de amor, compañerismos, adoración y
extendimiento? Que Dios toque el corazón dejnuchos pastores e iglesias para
adoptar el método establecido poü Cristo mismo (véase Biblia de bosquejos y
sermones, tomo 4, notas—Le. 9:4; 10:5-6).
• El obispo o ministro tiene que ser hospitalitario.
«Pero es necesario que el obispo sea irreprensible, marido de una sola
mujer, sobrio, prudente, decoroso, hospedador, apto para enseñar» (1 Ti. 3:2).
«(El obispo tiene que ser] hospedador, amante de lo bueno, sobrio, justo,
santo, dueño de sí mismo» (Tit 1:8).
• Todos los creyentes tienen que abrir sus puertas, incluso a extraños en
necesidad.
o confiscación de la propiedad de la iglesia. Y mientras el mundo permanezca habrá cambios políticos y legales, y opresión que afecten a la propiedad de la
iglesia —a veces en forma drástica— aún en las democracias. El tema es este, cuando la iglesia está centrada en los hogares del mundo los cambios en el estado y el
gobierno no afectan tanto a la iglesia que funciona en un hogar como a la iglesia centrada en un edificio.

Quinto, «Noos
el costoolvidéis
de lasdeconstrucciones
la hospitalidad, yporque por «lia alguaos,ctsin
del mantenimiento lassaberlo,
mismas
es enorme,hospedaron
y siempreángeles»
lo será.(He. 13:2).
¿ Por qué? Porque la iglesia tiene que sostenerse
por
* síTodos
misma,
losindependiente
creyentes tienendelque
estado y dellagobierno.
practicar La iglesia
hospitalidad no tiene
como medio que
para
enredarse con los
ministrar, gobiernos
y tienen o con sin
que hacerlo instituciones seculares del mundo, porque
murmuraciones.
estas pueden «Practicando
plantear requisitos y restringir
lahcspitalidad» el mensaje del evangelio.
(Ro. 12:13).
Sexto, el «Hospedaos
enorme los unos a ios otroscosto
y extravagante sin murmuraciones» (1P. 4:9). de iglesias
de las propiedades
Especialmente las viudas deben practicar la hospitalidad
consume dinero, grandes cantidades de dinero, dinero que con como medio para
frecuencia se
ministrar.
debería usar para proclamar el evangelio alrededor del mundo. Muchos
«Que tenga testimoniodebuenas obras; si ha criado hijos; si ha practicado
creyentes—-especialmente los de sociedades industrializadas—objetarán a esto.
la hospitalidad; si lla lavado los pies de los santas; si ha socorrido a los
Pero cuando tú y yo
afligidos; si b«<hemos sido
practicado todaescogidos
buena obra»para
(1 Ti.ser ministros y líderes de
5:10).
Cristo para proclamar el evangelio a todo el mundo, cuando tú y yo estemos ante
Cuarto, una iglesia centrada en los hogares es la única forma en que el
Dios en el día del juicio, Dios no podrá pasar por alto los edificios
mundo pueda ser ganado permanentemente para Cristo. Cambios políticos o
extravagantes de algunas iglesias cuando tanto gente sufre tanto y nunca ha
legales frecuentemente conducen a la opresión
escuchado una presentación clara del evangelio. Muchos de nosotros, tanto
pastores como líderes laicos, seremos condenados y tendremos que soportar el
terrible juicio dé Dios. Habremos fallado igual que el joven mercader; habremos
fallado en dar lo qu& somos y-tenemos a los pobres y necesitados del mundo.
Quiera Dios ayudamos, por Cristo y por su causa, a buscar y salvar a los
perdidos y a ministrar a los necesitados del mundo.
14. Debes edificar la iglesia como un sabio arquitecto.
«Conforme a la gracia que me ha sido dada, yo como perito arquitecto puse
d fundamento, y otro edifica encima; pero cada uno mire cómo sobreedifica.
Porque nadie puede poner otro fundamento
que el que está puesto, el cual es Jesucristo» (1 Co. 3:10-11).
Pensamiento. La palabra «arquitecto» (archtekton) señala al supervisor o al
arquitecto de un proyecto de construcción. Pablo dice que él fue quien planificó
la iglesia en Coñnto. Él fue quien puso los fundamentos, quien comenzó y dirigió
la fundación de la iglesia. Fíjate en cinco cosas del texto anterior.
a) Como ministro eres un perito constructor debido a la «gracia de Dios», y no
por algunahabiüdad o méritopersonai.La palabra

en una iglesia; ¡implica haber sido capacitado, investido de poder equipado


para cunaphr la tarea. Fue el poder de Dios, el don de Dios, las habilidades
de Dios las que le fueron dadas a Pablo para ejecutar el trabajo al que Dios
lo había llamado. Pablo solamentefue el instru- mento con el cual Dios
construyó la iglesia. Lomismo se aplica a ti.
Atora fíjate en unipunto crucial: PabloiflB ¡estaba hablando de un
edificio. Hablaba depersonas. Laáglesiaín© es un edificio: la iglesia es un
cuerpo dé personas que creen realmente en Jesucristo. Dios leda a su pastor
la gracia —-la fuerza, el poder y la habibilidad— para alcanzar a personas
para Jesucristo y congregarlas en un cuerpo para adorar a Dios y honrar a su
Hijo Jesucristo. No importa donde se reúna la iglesia. Los creyentes se
pueden reunir en un hogar, en una choza, un campo, en el fondo de una
casa, en un edificio público, o en un edificio de iglesia. Lo que importa es
que sean uno en su...


confianza en el Señor.
creencia y adoración de Dios.
m
• propósito y misión de alcanzar a los vecinos y al mundo con el m
mensaje del gran amor de Dios. 0
b) Como pastor debes ser un «sabio arquitecto». La palabra «sabio» significa
hábil. No debes emprender la tarea y el proyecto de establecer una iglesia m
sin antes pensarlo. Debes pensar mucho e intensamente; debes mantenerte m
concentrado en ello. No debes permitir que los placeres del mundo te
distraigan; tampoco debes permitir que los deseos de tu propia carne, que a m,
veces gimen por una tarea menos cansadora, interfieran. Pablo sabía lo que
Dios le había llamado hacer, es decir, planificar y establecer iglesias en todo
el mundo. Esto lo hizo como un arquitecto y constructor «Jato*. Como
pastor de Cristo debes ser un «constructor sábio».
c) En Corinto otros edificaron sobre el trabajo de Pablo. Cuando Pablo dejó a
Corinto, Dios levantó a otros para trabajar y continuar el establecimiento de
#0
la iglesia. Incluidos estarían...
• los ministros. *■
• los líderes.
• los maestros. '|t
• los miembros que servían y proseseguían el ministerio de la iglesia a
efectos de edificarla. Aquí estarían incluidos todos ios miembros de la t :
iglesia. Porque, ciertamente.todos los miembros deben edificar a la t'
iglesia mediante su testimonio y servicio ai j
t*1
Señor. Todo miembro o bien es un constructor o un destructor dei
testimonio y de la fuerza de una iglesia.
Piense en un hecho asombroso: toda iglesia ha tenido alguna persona
que fue el constructor, el arquitecto, el fundador de la iglesia. Alguien se
entregó para salir en nombre de Dios. Alguien se entregó a Dios para ser
un constructor, un arquitecto, un pionero, un constructor de iglesias para
Dios.
La pregunta más importante es esta: ¿Dónde están hoy los hombres y
las mujeres que entregarán su vida a Dios? ¿Quiénes serán los
constructores? ¿Quiénes saldrán para levantar iglesias en nombre de Dios?
La necesidad es desesperante; la gente tiene que ser alcanzada y tiene que
ser reunida bajo el amor y la misión de Cristo.
«El les dijo: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo? Respondiendo Simón
Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente. Entonces le
respondió Jesús: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no ie lo
reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los délos. Y yo también te
digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas
del Hades no prevalecerán contra ella» (Mt. 16:15-18).
Otra pregunta importante es esta: ¿Cuántos pastores están edificando,
realmente edificando, la iglesia? ¿Cuántos están edificando sabia y
hábilmente sobre el fundamento que ya fue puesto? ¿Lo haces tú? ¿Lo
hago yo? ¿Cuántos otros pastores están edificando sabia y hábilmente
sobre Jesucristo?
d) Como ministro, fíjate en la clara advertencia: que cada ministro mire cómo
edifica sobre el fundamento de la iglesia. El fundamento ha sido puesto, y
es fuerte. Nunca será movido. Ahora hay que sobreedificar; pero cada uno
en la iglesia —pastor como laico— tiene que mirar cómo sobreedifica.
e) Como pastor, solo existe un fundamento sobre el que se puede edificar una
verdadera iglesia: el fundamento que es Jesucristo mismo. Todo otro
fundamento es como arena movediza. No resistirá las tormentas de la vida.
Ningún ministro —no importa quién sea— puede poner otro fundamento
duradero. Todos los demás fundamentos se desgranarán y serán destruidos
para siempre. ¿Qué significa decir que Cristo es el único fundamento?
• Significa que Cristo mismo, su persona, es el único fundamento sobre
el que los hombres pueden edificar sus vidas.
«Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al
Padre, sino por mi» (Jn. 14:6).
«Yen ningún otro hay saivadón; porque no hay otro nombre bajo el délo,
dado a loes hombres, en que podamos ser salvos» (Hch. 4:12).
• Significa que la enseñanza o doctrina de Cristo es el único funda-
mento sobre el cual los hombres pueden edificar sus vidas.
«Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a
un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca» (Mt 7:24).
«Le respondió Simón Pedro: Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras
de vida eterna» (Jn. 6:67),
«De cierto, de cierto os digo, que ei que guarda mi palabra, nunca verá
muerte» (Jn. 8:51).
Significa que Jesucristo es el único fundamento sobre el que ios
hombres pueden edificar una verdadera iglesia.
«El les dijo: Y vosotros, ¿quién deas que soy yo? Respondiendo Simón
Pedro, dijo; Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente. Entonces le respondió
Jesús: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló
carne ni sangre, sino mi Padre que está e» los cielos. Y yo también te digo,
que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del
Hades no prevalecerán contra ella» (Mt 16:15-18).
«Este Jesús es la piedra reprobada por vosotros los edificadores, la cual ha
venido a ser la cabeza del ángulo. Y en ningún otro hay salvación; porque no
hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser
salvos» (Hch. 4:11-12).
«Edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la
principal piedra del ángulo Jesucristo mismo, en quien todo el edificio
bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor» ( Ef.
2:20-22).
3. Debes predicar en el poder del Espíritu de Dios, no con
los pensamientos y las ideas persuasivas de los hombres. 107
4. Debes predicar y enseñar para agradar a Dios, no a los hombres. No
debes rebajar el evangelio usando palabras lisonjeras para asegurarte
apoyo. 109
5. No debes gloriarte en ti mismo; sino solamente en la cruz.
No debes buscar popularidad y reconocimiento del mundo ni querer
impresionar bien para atraer la atención sobre ti mismo. 110
6. No debes predicarte a ti mismo; ni exaltarte a ti mismo;
sino predicar a Cristo Jesús el Señor. 114
7. Debes ser coherente y enseñar durante un período prolongado de tiempo.115
Capítulo 6

Tü MENSAJE, TU PREDICACIÓN Y ENSEÑANZA

A. Tú y tu mensaje
1. Debes sostener la sana doctrina y debes predicar y enseñar la sana doctrina.
«Retén la forma de las sanas palabras que de mí oíste, en la fe y amor que es en
Cristo Jesús» (2 Ti. 1:13).
«Pero tú habla lo que e&á de acuerdo con la sana doctrina» (Tit.
2:1).
Pensamiento. Como pastor, lo primero que debes hacer es mantenerte firme en la
sana doctrina (2 Ti. 2:13). La palabra «sana» (hugiainonton ) es interesante.
Significa saludable y que prodiga salud. Debes ajustarte a palabras sanas,
palabras que prodigan salud, es decir, a palabras que te hagan a ti y a tus oyentes
saludables v sanos. ¿Qué palabras te harán a tí y a lu gente saludables y sanos ?
Aquellas que están cubiertas por has Escrituras:
• las palabras del evangelio (2 Ti. 1:8).
• las palabras de la salvación (2 Ti. 1:9).
• las palabras acerca de Jesucristo, el glorioso mensaje de que Él abolió la
muerte trayendo vida e inmortalidad al hombre (2 Ti. 1:9-10).
• las palabras enseñadas por el mismo Pablo, las que le enseñó a Timoteo y a
los creyentes de la iglesia primitiva (2 Timoteo 1:13).
Dicho de forma sencilla, debes ajustarte a las Santas Escrituras, a la Palabra
de Dios mismo. Solamente la Palabra de Dios puede traer salud y vida al alma
humana. Fíjate lo que dice 2 Timoteo 1:13.
a) Debes ajustarte a palabras sanas en fe. Es decir, tienes que creer en Cristo,
rendir tu corazón y vida a Él, y tienes que ser leal a Cristo. Si no crees las
palabras y el mensaje acerca de Cristo —si no tienes fe en Cristo—
entonces no te estás ajustando a las palabras sanas. La primerísima señal de
que una persona se ajusta a las palabras sanas es su fe en Cristo. Si una
persona no cree en Cristo, está creyendo una doctrina falsa, una falsa
filosofía de la vida, y por eso perecerá. Las únicas palabras que pueden
traer salud y sanidad a tu gente son las palabras de Cristo, las palabras
vivificantes de su salvación. Debes ajustarte a las palabras sanas creyendo
en Jesucristo, el único Salvador que ha traído las palabras vivificantes de
Dios a la tierra. Esta es la única forma en que puedes traer verdadera salud
y sanidad a tu preciosa gente.
b) Debes ajustarte a las palabras sanas en amor. No es suficiente creer en las
sanas palabras acerca de Cristo; también tienes que hacer lo qaefcizo
Cristo, es decir, amar a todos sin tener en cuenta quienes son o qué han
hecho. Una persona que ama auténticamente el evangelio cree en Qmtq, y
ama tanto a Cristo como a aquellos por quienes Cristo murió y a quienes
vino a salvar.
El tema es este: es imposible creer verdaderamente en Cristo y en su
evangelio sin amar a Cristo y a su Palabra. Si verdaderamente amas a
Cristo y a su Palabra, entonces haces lo que hizo Cristo: ves a la gente del
mundo a través de los ojos de Cristo y amas a todos así como Cristo amó a
todos. Te ajustas a las sanas palabras en amor; procuras compartir las
palabras de salud y sanidad con todos los hombres. Quieres que todos los
hombres conózcan las sanas palabras de salvación que traen salud y sani-
dad al alma humana.
«Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; persiste en ello, pues
haciendo esto, te salvarás a ti mismo y a los que te oyeren» (1 Ti.

Segundo, debes predicar y enseñar la sana doctrina (Tit. 2:1). Esto es en


contraste con los falsos maestros mencionados en el libro de Tito. Como quedó
dicho arriba, la palabra «sano» significa saludable, con salud. Por eso, sana
doctrina significa las doctrinas y enseñanzas de la Palabra de Dios, las sanas y
saludables enseñanzas de la Palabra de Dios en contraste cor. las enseñanzas
enfermas de los falsos maestros. Las enseñanzas dé los falsos maestros solo
implantarán una enfermedad cancerígena en el corazón humano resultando en
muerte y destrucción. Por eso, es urgente la exhortación. La salad y el destino
del pueblo de Dios y de la iglesia están en juego. Debes predicar y enseñar sima
doctrina, es decir, las enseñanzas de la Palabra de Dios. No debes predicar y
enseñar tus propias ideas u opiniones, ni las últimas corrientes teológicas. No
debes agregar nada a la Palabra de Dios ni quitar nada de ella. Debes tomar las
enseñanzas de la Palabra de Dios en toda su salubridad y predicarlas y
enseñarlas.
«Que mandases a alguaosque no enseñen diferente doctrina, ni presten
atención a fábulas y genealogías interminables, que acarrean disputas más bien
que edificación de Dios que es por fe,-así te encargo ahora» (1 Ti. 1:3-4).
2. Debes predicar y enseñar la Palabra de Dios, las Santas Escrituras.
«3e encare»» delante de Dios y dd Señor Jesucristo, que juzgará ' a los vivos y
a loe muertos en su manifestación y en su reino, que ptediquesla palabra; que instes
a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y
doctrina» (2 Ti. 4:1-2).
«Y PáiMo y Bernabé continuaron en Antioquía, enenseñando la palabra del
Señor y anunciando d evangelio con otros muchos» (Hch. 15:35).
«Y se detuvo áftíun año y seis meses, enseñándoles la palabra de Dios»
(Hch. 18:11).
Pensamiento: Como pastor, los ojos de Dios y de Cristo están
Primero, va a juzgarte si has predicado o no. Si te llama a predicar! y no predicas, serás juzgado y condenado. j

siempre atentos a ti. Tú estás «[siempre] delante átIHos y del Señor Jesucristo»
¿Por qué?Tara versiestáspredicandoy enseñando la Palabra dé Dios. Fíjate en 2
Timoteo 4 1 2. Es precisamente lo que aquí se gi^e . El rasgo característico <te
este gran pasaje se encuentra en los dos versículos previos:
«Toda la Escritura «s inspirada •por Dios, y útil para enseñar, para
redargüir, para eorregir, para instruir en justicia. a fín de que él hombre sea -
perfecto, enteramente preparado para toda sbnenaebía»{2;ín.3:16-17).
Por eso «teencarezco ... que prediques la pahtbra...» (2 Ti. 4:1 - 2).
DebespredicarlaPáíabra.porque'Dios y Cristoestán mirando, sus ojos están
puestos en ti. Están observando para ver si predicas la Palabra. No debes predicar
tus propias ideas ni las ideas de otros hombres. El mensaje del evangelio no es el
mensaje de filosofía humana, ni de psicología,-ni4e sociología, ni de ia
educación. No es el mensaje de la imagen propia o del desarrollo personal. Por
muy útiles que estos temas pueden ser, ellos no son el evangelio; no son la
Palabra de Dios.
¿Qué es la Palabra de Dios? La Palabra de Dios es el glorioso evangelio de
nuestra salvación. La Palabra es las Escrituras que sostenemos en nuestras manos
y estudiamos y enseñamos a cuanta persona quiera escuchar y oír. La Palabra de
Dios es...
• la revelación de Dios mismo, el registro de lo que Dios quiere que sepamos,
el registro que se encuentra en las Santas Escrituras, la Santa Biblia (2 Ti.
3:16-17).
• el increíble amor de Dios que no habla de Jesucristo, el Hijo de Dios, que
vino a la tierra para salvar al hombre del pecado, del sufrimiento y de la
muerte de este mundo (Jn. 3:16; Ro. 5:1-5: 5:6-11).
• la gran misericordia de Dios que él ha derramado sobre nosotros mediante la
muerte de su Hijo, el Señor Jesucristo (Ef. 2:4-7).
• el acercamiento de la resurrección y del juicio de todos los hombres (Mt
25:31-46: Jn. 5:28-30; 1 Co. 15:1-58).
Esta es la Palabra de Dios. Esta es la Palabra que debes predicar. Esta es la
Palabra que debes proclamar desde las azoteas con toda osadía y coraje. No
importan las pruebas o amenazas de los hombres, tú debes «predicar la Palabra»,
la Palabra del Dios vivo.
«Pero habiendo obtenido auxilio de Dios, .persevero hasta el día de hoy,
dando testimonio a pequeños y a grandes, «o didendo nada fuera délas cosas
que los profetas y Moisés dijeron que habían desuceder» (Hch. 26:22).
Ahora vuelve a fijarte -en 2 Timoteo 4:1-2: Hay tres fuertes razones por las
que debes predicar la Palabra de Dios:
a) El Señor Jesucristo juzgará a los vivos y a los muertos. Si tú vives cuando
Cristo venga, Él va a juzgarte. Si mueres antes de su venida,; Él va a
juzgarte. Es una idea con dos partes.
Segundo, va a juzgarte si bas predicadola Palabra o no. Si predicas las
ideas de hombres en lugar de la Palabra de Dios, serás juzgado y
condenado. Si predicas una mezcla de ideas humanas y la Palabra de
Dios serás juzgado y condenado. William Barclay afirma claramente:
«Algún día el trabajo de Timoteo será probado, la prueba no
será efectuada por ningún otro sino por Jesucristo mismo. El trabajo
de un cristiano no [es] para satisfacer a los hombres, sino para
satisfacer a Jesús. Tiene que hacer cada cosa de tal manera que pueda
tomarla y ofrecerla a Cristo. No le preocupa ni la crítica ni el
veredicto de los hombres. La única cosa que codicia es el “¡Bien
hecho!” de Jesucristo» (Letters to Timothy, Tltus and Philemon, pp.
232ss).
«Porque el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus
ángeles, y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras» (Mt 16:27).
«Y nos mandó que predicásemos ai pueblo, y testificásemos que él es d
que Dios ha puesto por Juez de vivos y muertos» (Hch. 10:42).
«Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal
de Cristo* para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras
estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo» (2 Co. 5:10).
b) El Señor Jesucristo aparecerá en gloria. Está volviendo a la tierra y nada va
a detener su retorno. Esto se ve en la palabra «aparecer» (epiphaneiah). Se
refiere a la aparición gloriosa y visible del Señor Jesús (Kenneth Wuest,
The Pasroml Episiles, p. 153). La historia de la palabra se encuentra en la
aparición del gran emperador romano, especialmente cuando una ciudad
esperaba su visita. Se hacían minuciosos preparativos; los edificios y las
calles eran fregados y lavados; la gente trabajaba mucho en su propia
preparación y la de su ciudad para la venida del rey. Les entusiasmaba su
venida, concentraban su atención y energía en su venida. Como ministro
esto es exactamente lo que debes hacer: debes predicar la Palabra,
manteniendo tu atención en el retomo del Señor Jesucristo. Debes estar
preparado para su retorno, y te preparas predicando la Palabra. El
Conquistador está volviendo; si fracasas en predicar la Palabra, te
presentarás ante Él sin estar preparado, confundido y avergonzado. Si
fracasas en sujetarte ahora a Él, si fracasas en predicar su Palabra, serás
sujetado y juzgado por Él.
«Por testo, también vosotros estad preparados; porque el Hijo dd Hombre
vendrá a la hora que no pensáis» (Mt 24:44).
«De tal manera que nada os frita en ningún don, esperando la
manifestación de nuestro Señor Jesucristo» (1 Co. 1:7).
«Que guardes el mandamiento sin mácula ni reprensión, hasta la aparición
de nuestro Señor Jesucristo» (1 Ti. 6:14).
c) El Señor Jesucristo establecerá su reino por siempre y siempre. Como
auténtico ministro de Dios, serás un ciudadano del reino del Señor. Tu
posición y rango, la responsabilidad que te será asignada en ese reino,
estará basada en tu fidelidad en este mundo. Por eso tienes que
predicar fielmente la Palabra. Debes mantener tus ojos en el reino de
Cristo así como Cristo mantiene sus ojos sobre tu fidelidad. «Entonces
vive y trabaja de tal manera que alcances un alto rol entre los ciudadanos
del reino cuando el reino venga» (William Barclay, ibid., p. 234).
«Yo, pues, os asigno un reino, como mi Padre me lo asignó a mí, para que
comáis y bebáis a mi mesa en mi reino, y os sentéis en tronos juzgando a las
doce tribus de Israel» (Le. 22:29-30).
Debes proclamar a Jesucristo y a Él crucificado.
«Así que, hermanos, cuando fui a vosotros para anunciaros el testimonio de
Dios, no fui con exflelenda de palabras o de sabiduría. Pues me propuse no saber
entre vostros cosa alguna sino a Jesucristo, y a éste crucificado» (1 Co. 2:1-2).
«Pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, para los judíos ciertamente
tropezadero, y para ios gentiles locura» (1 Co. 1:23).
«Entonces Felipe, descendiendo a la ciudad de Samaría, Ies predicaba a
Cristo» (Hch. 8:5).
«Entonces Felipe, abriendo su boca, y comenzando desde esta escritura, le
anunció el evangelio de Jesús» (Hch. 8:35).
Pensamiento: Como ministro, debes predicar a Jesucristo, y a Él crucificado. La
frase «propuse» (ekrina) significa haber decidido, haber tomado una decisión.
Pablo tomó deliberadamente una decisión, una vigorosa determinación de
predicar solamente a Jesucristo, a Él crucificado. Su tema no fue...
• Jesús el gran modelo para ¡os hombres.
• Jesús el gran maestro.
• Jesús el gran hombre de propósitos.
Jesús el gran ejemplo.
• Jesús el gran mártir.
El mensaje de Pablo fue Jesucristo. Su persona como el Hijo de Dios, «el
cual nos toa sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y
redención» (1 Co. 1:30). El mensaje de Pablo fue Jesucristo, y El crucificado.
Pablo declaró: «Me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a
Jesucristo, y a éste crucificado» (1 Co. 2:1-2). Esta es una afirmación enfática,
vigorosa:
El rasgo característico de la predicación de Pablo era la muerte de
Jesucristo.
El tema de la predicación de Pablo era la muerte de Jesucristo.
• El mensaje de la predicación de Pablo era la muerte de Jesucristo.
• El principio de la predicación de Pablo era la muerte de Jesucristo. El
corazón de la predicación de Pablo era la muerte de Jesucristo. Es preciso que tú
también no conozcas sino a Cristo, concentrarte en la muerte de Jesucristo. El
motivo para ello se ve claramente cuando miramos lo que las Escrituras dicen
acerca de la muerte de nuestro Señor.
* Es por la muerte de Jesucristo que eres limpiado y librado de todo
pecado.
«Porque cato es misaagredel'Buevo .pacto, que por muchos es derramada
para remlñóa de )ospecados»>(ML 26:28).
«Quien llevó ¿1 mismo nuestros pecados co su cuerpo sobre d madero,
pora que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos ala justicia;
ypor cu v» herí da fuisteis sanndíjs» (1P. 2:24; cp. Jn. 1:29; 1 Go. 15:13;
lie; 9:22^26,38; 1 Jn. .1:7* 3:5).
* Es por la muerte <le Jesucristo que eres aceptado por Dios y
reconciliado >con Él, y que tienes paz con Dios.
«Bara.alabanza'dela.gloiüade.sugtacia, con la cual nos hizo acepto**»
«IAmado,«n quien lencmosredeación porsu sangre, ei perdón de pecadas
según las riquezas de su erada» (Ef. 1:6-7).
«Xpor medio de áreconáliar^consigo todas las cosas, así las que
estánenda’tieFracomolas queestán en los cielos, haciendo la pazmdianteb
sangre-de su cruz»(Col. 1:20).
* Es por la muerte de Jesucristo que eres justificado.
«Pues jnudio más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos
salvos déla ira» (Ro. 5:9).
* Es por lamuerte de Jesucristo que eres redimido eternamente.
«En quien tesemos redención por su sangre, el perdón de pecados» (Col.
1:14).
«Porque hay un solo Díos, y un solo mediador entre Dios y los hombres,
Jesucristo hombre, el cuai se dio a sí mismo en resca te por todas, de lo
cual $e dio testimonio a su debido tiempo» (1 Ti. 2:5-6; cp. Ro. 3:24-25;
He. 9:12; 1P. 1:18; Ap. 5:9).
* Es por la muerte de Jesucristo que eres librado de la muerte.
«Nuestro Salvador Jesucristo, el cual quitó la muerte y sacó a luz la vida y
ia inmortalidad por el evangelio» (2 Ti. 1:10).
«Pero vemos a aquel que fue hedió un poco menor que ios ángeles, a Jesús,
coronado de gloria y de honra, a causa del padecimiento de la muerte, para
que por la gracia de Dios gustase ia muerte por todos» (He. 2:9).
* Es por la muerte de Jesucristo que eres librado de la condenación.
<^¿Qnién.es el que condenará? Cristo es el que mwió; más aun, d que
también resucitó, d que además está a b diestra de Dios, el que también
intercede por nosotros» (Ro. 8:34).
* Es por la muerte de Jesucristo que eres librado de la maldición de la ley,
es decir, de la muerte y de la separación de Dios.
«Cristonosredaniódeiamaididóa de bley,hedió por nosotros maldición
{porque está escrito: Maldito todo aquel que es colgado ■ en un madero)»
(Gá. 3:13).
«Pero cuando vino d cumplimiento dd tiempo, Dios envió a su Hijo,
nacido de mujer y nucido bajo bley, para que redimiese a los que estaban
bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopdón de hijos» (Gá. 4:4-5).
* Es por la muerte de Jesucristo que eres librado del juicio y de la ira
venidera.
«Y esperar de los cielos a su Hijo, al cual resucitó de los muertos, a Jesús,
quien nos libra de b ira venidera» (1 Ts. 1:10).
«Porque no nos áM^juiestoDios para ira, sino para alcanzar saivadón por
medio de nuestro Señor Jesucriscristo, quien murió por nosotros para que ya
sea .queYeiemos, o que durmamos, vivamos juntamente con tí* (1 Ts. 5:9-
10).
• Es por la muerte de Jesucristo que eres librado de este presente siglo malo
(con^tibie yímsiábundo).
«El cual se dio a sí .mismo¡por nuestros -peeados .para Mitrarnos dd
presente siglo malo, conforme a la voluntad de nuestroDios y .. Padre» (Gi.l¡4).
• Es por la muerte de Jesucristo que es quebrantado y destruido él poder de
Satanás sobre lamuerte-^el mundo.
«Anulando el acladelos decretosqueihabía contra nosotros, que nos era
contraria, quitándola deenmedioy clavándola en la cruz, y despojando a los
principados ya las potestades, Jos exhibió públicamente, triunfando sobre
ellos en lacruz»(Col. 2:14-15).
«Asíque, porcuanto'áosiiijos<partiáparonde carne y sangre,
£1 también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al
que tente el imperio de la muerte, esto es, al diablo, y librar a Indos los que
porid iemorde la nuerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre»
(He. 2:14-15;Ap. 12:11).
• Es por la muerte de Jesucristo que tú eres sanado.
«Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el
castigo denuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados»
(ls. 53:5).
• Es por la muerte de Jesucristo que se te han dado todas las cosas.
«El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos
nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?» (Ro. 8:32).
• Es por la muerte de Jesucristo que los que no tienen fuerza son salvados.
«Porque Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por los
impíos» (Ro. 5:6).
«Y por el conocimiento tuyo [libertad espiritual] se perderá el hermano débil
por quien Cristo murió» (1 Co. 8:11).
• Es por la muerte de Jesucristo que los impíos son salvados.
«Porque Cristo, cuandoaún éramos débiles, a su tiempo murió por los
impíos» (Ro. 5:6).
• Es por la muerte de Jesucristo que los pecadores son salvados.
«Mas Dios muestra su amor con para con nosotros, en que siendo aún
pecadores, Cristo murió pornosotros»(Ro. 5:8).

• Es por la muerte de Jesucristo que los enemigos de Dios son salvados.


«Porque si siendo enemigos, fuimos reconcfliados con Dios por la muerte de
su Hijo, mncho más, estando reconciliados, sere- - mas salvos por su vida»(Ro. 5:10).
• Es por la muerte de Jesucristo que los injustos son salvados.
«Porque también Cristo .padeció una sola vez por los pecados, el justo por
los injustos, para llevarnos* Dios, siendo • la verdad muerto en la carne, pero
vivificado en espíritu» (1P. 3:18). ;
• Es por la muerte de Jesucristo que todos los liombres son atraídos aj
Cristo. |
«Y yo, si fuere levantado de la tierra, a todos atraeré a mí mismo» (Jn-
12:32).
• Es por la muerte de Jesucristo que tienes acceso a la presencia de Dios.
«Así <fne, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo
por la sangre de Jesucristo, por el camino nuevo y vivo que £1 nos abrió a
través del velo, esto es, de su carne» (He. 10:19- 20).
• Es por la muerte de Jesucristo que el gran amor de Dios te es revelado.
«Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí
mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante» (Ef. 5:2;
cp. Ro. 5:8).
• Es por la muerte de Jesucristo que eres librado de una vida centrada en ti
mismo y vives para Cristo.
«Y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para
aquel que murió y resucitó por ellos» (2 Co. 5:15).
«Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive
Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe de) Hijo de
Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí» (Gá. 2:2»; cp. 2 Co.
4:10-11; 1 P. 4:1).
Es por la muerte de Jesucristo que estás capacitado para vivir una vida
justa.
«Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en
vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios»»
(1 Co. 6:20).
«Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase
por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con
Dios» (2 Co. 5:21; cp. 1 P, 2:24).
Es por la muerte de Jesucristo que se te enseña a amar y sacrificar tu vida
por otros.
«Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí
mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante» (Ef. 5:2).
«En esto hemos conocido el amor, en que él puso su vida por nosotros;
también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos» (1 Jn.
3:16).
• Es por la muerte de Jesucristo que tu conciencia es verdaderamente
limpiada de manera que puedas servir a Dios y llevar fruto.
«Quien se dio a sí miaño por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y
purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras» (TiL 2:14).
«¿Cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se
ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de
obras muertas para que sirváis al Dios vivo?» (He. 9:14).
• Es por la muerte de Jesucristo que conoces el poder de Dios.
«Porque ia palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que
se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios» (1 Co. 1:18).
Es por la muerte de Jesucristo que estás capacitado a purgar tus pecados
de antes.
«Limpiaos, pues, de la vieja levadura, para que seáis nueva masa, sin
levadura como sois; porque nuestra pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada
por nosotros» (1 Co. 5:7).
• Es por la muerte de Jesucristo que'^tásreconciliado con los hombres.
«Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos,
habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo. Porque él es nuestra paz,
que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de
separación... Y mediante la cruz reconciliar con Dios a ambos en ua solo
cuerpo, matando en díalas enemistades ._ Porque por medio de 3 los unos y
los otros tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre» {Ef. 2:13-
14,16,18).
• Es por la muerte de Jesucristo que Cristo ha ganado el derecho de ser
exaltado como Señor de los muertos y de los que viven.
«Porque Cristo para esto murió y resucitó, y volvió a vivir, para ser Señor
asi de los muertos como de los que viven» (Ro. 14:9).
«Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el
gozo puesto delante de él sufrióla cruz, menospreciando el oprobio, V se sentó
a la diestra del trono de Dios» (He. 12:2; cp. F». 2:8-11; He. 1:3).
Es por la muerte de Cristo que fue comprada la iglesia de Dios.
«Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu
Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual él
ganó por su propia sangre» (Hcb. 20:28).
«Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella» (Ef. 5:25).
Por medio de la cruz Dios ha hecho tanto por ti, tanto por los creyentes
como por los no creyentes. Este es el motivo por el cual no debes conocer sino a
Jesucristo y a Él crucificado, es la razón por la que debes centrar tu predicación
y enseñanza en la muerte de Cristo. La muerte de nuestro Señor debe consumir
tu vida y ministerio, porque su muerte es nuestra salvación y nuestra vida, y es
la única esperanza para un mundo perdido en corrupción y muerte.
4. Debes proclamar que Jesucristo fue sepultado y que resucitó de los muertos.
«Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo
murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; y que fue sepultado, y que
resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras» (1 Co. 15:3-4).
«Acuérdate de Jesucristo, del linaje de David, resucitado de los muertos
conforme a mi evangelio» (2 Ti. 2:8).
Pensamiento. Como pastor, debes proclamar la sepultura y la resurrección de
Jesucristo. Fíjate en tres puntos cruciales declarados en
1 Corintios 15:3-4:
a) La sepultura de Jesucristo es importante, porque prueba dos cosas
significativas.
• Prueba que Jesucristo murió. No se sepulta a una persona a menos
que esté muerta.
• Prueba la resurrección. La tumba vacía es evidencia de que
Cristo se levantó de los muertos,
b) Jesucristo resucitó de los muertos. La resurrección de Jesucristo
asegura ál creyente que Éltambiénserá levantado de los muertos.
* La resurrección de Cristo prueba que Dios es real, que existe y se
preocupa por la tierra. No hay poder sobre la tierra que pueda
levantar a un hombre de la muerte. Solamente un poder supremo, una
persona Sújxrema, puede hacer eso.'Solamente Dios puede dar vlda-a
íaimtraia jpuertay alpojvpde la tierra. El hecho mismo
dg^ueJ^sucristo haya resucitado delos.muertos prueba que Dios
«xiste y que se preocupa por su tierra.
• La resürrécción 'deCristo prueba que Jesucristo es quien dijo ser. el
Hijo de Dios mismo. Prueba que Jesucristo fue enviado a la tierra
para vivir una vida sin pecado y asegurar la justicia ideal para el
hombre. ‘Piueba<que fue enviado para morir y para resucitar-en
favor *iel hombre.
«Quelite dedarsdo Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de sutilidad,
por la resurrecdóndeentre fasmuertos» (Ro. 1:4).
«La«uifloperóenCristo, resucitándole délos muertos y sentándole asu
diestra en los lugares celestiales» <Ef. 1:20).
* La resurrección de Cristo prueba que Jesucristo es el Salvador del
mundo. Prueba que Cristo es Aquel a quien Dios envió a la tierra
para salvar ál hombre de la muerte y darle vida, tanto ahora como
eternamente.
«El cual fue entregado por nuestras transgresiones, y resud-tado para
nuestra justificadón» (Ro. 4:25).
«Que si confesares con tu boca que Jesús es d Señor, y creyeres en tu
corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» (Ro. lfcO).
«Por el cnal .asimismo, si retenéis, la palabra que os he predi- cado, sois
salv-os, si no creisteis en «mo. Porque primeramente os be enseñado loque
asimismo redbí: que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las
Escrituras; y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las
Escrituras» (1 Co. 15:2*4).
• La resurrección de Cristo prueba que Jesucristo es el«Espíritu de
vida». Que Cristo esla energía misma y la fuerza de la vida, el poder
y Ser de la vida; y prueba que Él puede dar el mismo «Espíritu de
vida» a los hombres. Él puede levantar a los hombres de los muertos.
«V si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en
vosotros, el quejevantó dé los muertos a Cristo Jesús vivificará también
vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que moraen vosotros» <Ro. 8:11;
cp. Ro. 8:2).
«Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios
con Jesús a los que dunnieron en él» (1 Ts. 4:14).
«Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su
grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la
resurrecdón de Jesucristo de los muertos, para una herencia incorruptible,
incontaminada e inmarcesible, reservada en los délos para vosotros» (1P.
1:3-4; cp. 1P. 3:18).
c) Jesucristo «resucitó ... conforme a las Escrituras».
• Jesucristo dijo que Jonás era un tipo de.su resurrección.
«Porque comoestuvo Jonás-en-elairatredel gran pez tres días y tres noches,
*:! estará d flijo -del Hombreen el corazón de ia tierra tees días y tees
noches»(Mt. 11:4#).
• El evangelio de Juan dice que.la resurrección ya fue predicha en el
Antiguo Testamento. Jesucristo reprochó a Jos discípulos por no creer
las predicciones referidas a-su muerte y a su regreso en
gloria’(resurrección).
«Entonces ¿Mes .dijo: {Oh-insensatos, y tardas de «corazón para creer lodo
loTjuelosprofetas3iant®0hí>1.;i.lNoer» necesario que el Cristo padeciera estas
cosas, y entrara en su gloria? Y comenzando desde Moisés, y siguiendo
por'todos losprofetos* les declaraba en toáas'las Escrituras lo que deéldeda»
(Le. 24:25-27).
«Porque aun no habían entendidola Escritura,que era necesario queÉl
resucítasele' (as ¡muertos» K9n.'20:9).
• Pablo proclamó 'las predicerones del Antiguo Testamento referidas a
la resurrección de Cristo.
«Perohabiendo obtenido auxilio de Dios, persevero hasta el día de hoy,
dando testimonio a pequeños y a grandes, no diciendo nada fuera de las cosas
que los profetas y Moisés dijeron que habían de suceder: Que el Cristo había de
padecer, y ser el primero de la resurrección de los muertos, para anunciar luz al
pueblo y a los gentiles» (Hch. 26:22-23).
• Pedro proclamó las profecías del Antiguo Testamento que predecían
la resurrección del Señor.
«Per eso dice también en otro salmo: No permitirás que tu Santo vea
corrupción. Porque a la verdad David, habiendo servido a su propia generación
según la voluntad de Dios, durmió, y fue reunido con sus padres, y vio
corrupción. Mas aquel a quien Dios levantó, no vio corrupción» (Hch. 13:35-
37).
El Salmo 16:10 es una clara predicción de la resurrección del Señor,
«Porque no dejarás mi alma en d Seol, ni permitirás que tu santo vea
corrupción» (Sal. 16:10).
• Todas las predicciones del Antiguo Testamento referidas al reinado
eterno del Mesías son profecías de su resurrección. Esto está claro,
porque solamente podía reinar eternamente si era resucitado de los
muertos. En cuanto a las profecías y su cumplimiento véase Biblia de
bosquejos y sermones, nota— Jesucristo, heredero davídico,bc. 3:24-
31).
Fíjate en lo que esto implica <para todos los creyentes. Nadie puede vivir
para siempre amenos que (los elementos básicos de su cuerpo) sean levantados
de la muerte, puesto que todos están condenados a morir. Por eso, todas las
profecías referidas a los creyentes viviendo para siempre solamente pueden ser
cumplidas si somoí levantados de los muertos. Por eso, como ministro de Dios,
debe: proclamar la gloriosa resurrección de Jesucristo.
Debes predicar y enseñar el reino de Dios y de los cielos.
«Y yendo, predicad, diciendo: El reino de los cielos se ha acercado»
(Mí. 10:7).
• el gobierno y reinado actual de Dios en el corazón y en las vidas de quienes
viven en la tierra.

«Después que Jnan fue encarcelado, Jesús vino a Galilea predicando el


evangelio dd reino de Dios, diciendo: El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios
se ha acercado; arrepentios, y creed en el evangelio» (Mr. 1:14-15).
«Pero él les dijo: Es necesario que también a otras ciudades anuncie el
evangeUo del reino de Dios; porque para esto he sido enviado» (Le. 4:43).
«Aconteció después, que Jesús iba por todas las ciudades y aldeas,
predicando y anunciando el evangelio del reino de Dios y los doce con él» (Le.
8:1).
«Y los envió a predicar el reino de Dios, y a sanar a los enfermos» (Le. 9:2).
«Pero cuando creyeron a Felipe, que anunciaba el evangelio del reino de Dios
y el nombre de Jesucristo, se bautizaban hombres y mujeres» (Hch. 8:12).
«Y ahora, he aquí, yo sé que ninguno de todos vosotros, entre quienes he
pasado predicando el reino de Dios, verá más mi rostro» (Hch. 20:25).
«Y habiéndole señalado un día vinieron a él muchos a la posada, a los cuales
les declaraba y les testificaba el reino de Dios desde la mañana hasta la tarde,
persuadiéndoles acerca de Jesús, tanto por la ley de Moisés como por ios profetas»
(Hch. 28:23).
«Porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, para gozo en
el Espíritu Santo» (Ro. 14:27).
Pensamiento. Como pastor debes predicar y enseñar el reino de Dios y de los
cielos. Fíjate lo que dice Cristo: «Y yendo, predicad, diciendo: El reino de Jos
cielos se ha acercado» (Mt. 10:7). Tu mensaje es un mensaje dado, dado por el
Señor mismo. No debes proclamar tus propias ideas ni las ideas de otros. Debes
predicar el mensaje dado por el Señor. No importa cual sea la generación, el
mensaje que se necesita es el mensaje del reino de Dios y del reino de los
cielos. El mensaje tiene que ser repetido una y otra vez a cada generación.
• Es el mismo ayer, hoy y por los siglos (He. 13:8).
Ese fue el mensaje de Cristo (Mt. 4:17,23).
• Ese fue el mensaje de Juan (Mt. 3:2).
• Ese fue el mensaje de los apóstoles y de los ministros de Cristo.
¿Qué es el reino de Dios. Es lo mismo que cualquier otro reino, es decir,
el país de un rey y el gobierno que ejerce un rey sobre un territorio. El reino de
Dios es:
• el cielo, donde al presente reina Dios y gobierna sobre todos los que están
allí.
• el reino futuro o universo que será creado nuevamente y perfeccionado
eternamente. En el futuro Dios va a gobernar y reinar sobre un universo
perfecto. Su gobierno y reinado serán cumplidos perfectamente sobre
todo el universo y sobre todas las dimensiones y mundos.
a) Debes predicar que el reino de Dios existe ahora, ahora mismo. Hoy una
persona puede entrar al reino de Dios; puede abrir su corazón y dejar que
Cristo gobierno y reine ahora en su vida. Por eso debes predicar el reino
ahora.
• Debes predicar que Dios quiere entrar ahora mismo en corazones y
vidas.
• Debes predicar que una persona solamente puede entrar al reino si se
humilla delante de Dios como un niño.
«Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el
reino de Dios» (Mr. 10:14).
• Debes predicar que una persona tiene que nacer de nuevo para entrar
al reino de Dios.
«Respondió Jesús y le dijo: De cierto de cierto te digo, que el que no
nadere de nuevo, no puede ver el reino de Dios» (Jn. 3:3).
• Debes predicar que los pecadores entran al reino antes que los
religiosos orgullosos y auto suficientes.
«De derto os digo, que los publícanos y las rameras van delante de vosotros
al reino de Dios» (Mt 21:31).
«De derto os digo, que el que no redba el reino de Dios como un niño no
entrará en él» (Mr. 10:15).
Debes predicar que el reino es espiritual, bendición que cambia la
vida.
«Porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo
en el Espíritu Santo» (Ro. 14:17).
• Debes predicar que el reino de Dios es lo primero que deben buscar
los creyentes.
«Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justida, y todas estas
cosas os serán añadidas» (Mt 6:33).
• Debes predicar que el reino de Dios que existe actualmente en la
tierra incluye a muchas personas que hacen falsa profesión de su fe.
Profesan vivir una vida piadosa y justa, pero no es así. No permiten
que Dios gobierne y reine en sus vidas.
«Les refirió otra parábola, didendo: £1 reino de los cielos es semejante a un
hombre que sembró buena semilla en su campo; pero mientras dormían los
hombres, vino su enemigo y sembró cizaña entre el trigo, y se fue» (Mt 13:24-
25).
b) Debes predicar que el reino eterno de Dios viene en el futuro, y que viene
pronto.
• Debes predicar que Dios va a gobernar y reinar por toüa ia eternidad
sobre un universo perfecto.
«Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los délos
pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la
tierra y las obras que en ella hay serán quemadas. Puesto que todas estas cosas
han de ser deshechas, ¡cómo no debéis vosotros andar en santa y piadosa
manera de vivir, esperando y apresurándoos para la venida del día de Dios, en
el cual ios délos, encendiéndose, serán deshechos, y los elementos, siendo
quemados, se fundirán! Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos
nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia» (2 P. 3:10-13).
«Vi un délo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera
tierra pasaron y el mar ya no existía más» (Ap. 21:1).
«Luego el fin, cundo entregueetreiiHialDiosy Padre, cuando haya
suprimido todo dominio, toéi«tsridad ffdcMáa» (1 Co. 15:24).
• Debes predicar que Dios va a perfeccionar a los creyentes, que va a
crear un cuerpo perfecto para ellos y que va a darles una vida
perfecta.
«Peroestedigo, hermanos: que la carne y la sangre no pueden heredar
el -reino de Dies, ni la corrupción hereda incorrupción. He aquí, os digo
un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados,
eaun momento, en un abrir y cerrar de ojos,a la final trompeta; porque
setocará latrompeta,y Jos muertos serán resucitados incorruptibles, y
nosotros seremos transformados. Porque es necesario que esto
corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de
inmortalidad» (1 Co. 15:50- 53; cp.Fil. 3:26-21).
«Enjugará ¡Oios toda lágrima de’los ojos de ellos; y ya no habrá
muerte, ni hahra más llanto, ni dolor, ni clamor, ni dolor; porque las
primeras cosas pasaron. Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí,
yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas
palaforas son fieles y verdadera» (Ap. 21:4-5).
6. No debes adulterar la Palabra de Dios.
«Por lo cual, teniendo nosotros este mifiisterio según la misericordia que
hemos recibido, no desmayamos. Antes bien renunciamos a lo oculto y
vergonzoso, no andando con astucia, ni adulterando ¡a palabra de Dios, sino
por la manifestación de la verdad recomendándonos a toda conciencia humana
delante de Dios» (2 Co. 4:1-2).
Pensamiento. Como ministro, debes vivir una vida de honestidad e
integridad, y no debes adulterar la Palabra de Dios, no debes hacerlo bajo
ninguna circunstancia. Fíjate en cuatro puntos significativos del pasaje
anterior.
a) Debes renunciar a la deshonestidad, «a lo oculto y vergonzoso». La
palabra «deshonestidad» (aischunes) significa vergüenza, desgracia,
escándalo. Las cosas ocultas o secretas que avergüenzan al hombre y le
causan desgracia, las que producen escándalos, no deben tener lugar en
tu vida. Debes renunciar a todas las cosas secretas y ocultas...
• inmoralidad. • deseos. • pensamientos.
• sentimientos. • codicia. • ambiciones.
• avaricia. • métodos.
Debes vivir una vida abierta y a la vista, una vida de honestidad e
integridad. Esta es la única forma en que puedes predicar y enseñar un
evangelio puro.
b) No debes andar «con astucia» (panourgiai). La palabra se refiere a
triquiñuelas, artificios, mañas, sutilezas, malos pensamientos. Se refiere
a una persona que hará todo lo posible, usando lo que está a su alcance
para obtener lo que quiere. Fíjate en esto: no debes andar de esa
manera; no debes andar usando y abusando de la gente, de
circunstancias, eventos, y cosas para obtener tu propósito. Como
ministro de Dios debes andar como anduvo Jesús.
c) No debes «adulterar la Palabra de Dios» (dolountes). La palabra
«adulterar» significafalsificar, cambiar, corromper,engañar, enredar.
«La Palabra de Z)to«» ba. venido de Dies, no del faenare. El Autor de la
Palabra de Dios es Dios. Dios es la Autoridad de la Palabra de Dios.
X&solai&ente eres elmensajem de Dios; por eso no tienes que...
• falsificar la Palabra de Dios.
• adulterar la Palabra de Dios.
• corromper la Palabra de Dios.
• engañar o enredar a la gente con el mil uso de la Palabra de Dios.
No debes agregar las ideas, tradiciones filosofías, o especulaciones de
los hombres a la Palabra de Dios. Ni debes quitarle partes a las
Escrituras. .negando su validez-como Palabra de
Dios;nidebessernegíigente. o ignorar, o mantener en silencio algunas
partes de la Palabra de Dios. No debes siistorcionar de ninguna manera y
en ninguna forma la Palabra.de Dios.
d) Debes proclamar la verdad honesta,-abierta y puramente. Debes ser fiel a
la verdad de Dios tal como es revelada en la Palabra de Dios. Debes ser
humilde y receptivo delante de Dios en tu vida de oración y estudio. No
debes ser sabio en tu propia opinión.Y cuando te presentas delante de la
gente, debes proclamar y enseñar la verdad tal como la "Palabra de Dios
la revela.

B. Tú y tu predicación y enseñanza

1. Debes estar absolutamente seguro de vivir ¡o que predicas y enseñas.


«Tú, pues, que enseñas a otro, ¿no te enseñas a ti mismo? Tú que predicas
que no se ha de hurtar, ¿hurtas? Tú que dices que no se ha de adulterar,
¿adulteras? Tú que abominas de ios idoios, ¿cometes sacrilegio? Tú que te jactas
de la ley, ¿con infracción de la ley deshonras a Dios? Porque como está escrito, el
nombre de Dios es blasfemado entre los gentiles por causa de vosotros» (Ro. 2:21-
24).
«No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en «I reino de los cielos, sino
«I que hace Ja ¡voluntad ¡de miPadreque está en los cielos. Muchos-medirán en
aquel día: Señor, :Señor, ¿ no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre
echamos fuera demonios, ¡y en 4u -nombre hicimos muchos milagros? Y
entoncesíes declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí hacedores de maldad»
(Mt. 7:21-23).
«Profesan conocer a Dios, pero conloshechoslomegan, siendo abominables
y. rebeldes, reprobadosencu antoja *oda:buenaobra»(Tit.l:16).
Pensamiento. Como ministro tienes que vivir lo que predicas y enseñas. Las
Escrituras son directas y puntuales sobre este asunto. Fíjate en las Escrituras
de arriba (Ro. 2:21-24), en las cinco preguntas directas que se te formulan
como pastor:
a) «Tú, pues,.queenseñasa otro, ¿note enseñas atimismo?» Lapregunta
escara ti y para todos los demás ministros que enseñan la Palabra. Tú
afirmas conocer algunas verdades acerca de la moralidad y de cómo
debería vivir y comportarse la gente. Con frecuencia compartes estas
verdades con tu iglesia y con los creyentes, con niños, amigos y otros.
Cuando compartes y enseñas ¿no prestas también atención a la
verdad? ¿No te enseñas a ti mismo? ¿Qué derecho tienes de decir a
otros cómo vivir si tú no vives de esa manera? Este es el pecado de la
hipocresía, un pecado que demasiados ministros cometen.
«Así también vosotros por fuera, a la verdad, os mostráis justos a los
hombres, pero por dentro estáis llenos de hipocresía e iniquidad» (Mt
¿3:28).
«¿Por qué me llamáis, Señor, Señor, y no hacéis lo que yo digo» (Le. 6:46).
«Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en
verdad» (1 in. 3:18).
b) «Tú que predicas que no se ha de hurtar, ¿hurtas?» ¿Acaso...
• hurtas dinero?
• robas no pagando tus cuentas?
• robas encargando libros y otras cosas y luego no las pagas?
• robas cuando vas de compras?
• robas dinero u otras cosas de tu iglesia y ministerio?
• robas a su prójimo o ministro colega?
• robas a tu familia?
Si tú robas, ¿qué derecho tienes de decir a otros que no debieran
robar, que nadie tiene el derecho de tomar lo que quiere y de quien
quiere? Si suficiente gente comenzara a tomar lo que quiere, cuando lo
quiere, el mundo se convertiría en un caos total. Si dices que la gente no
debe robar, ¿por qué robas tú? Este es e¡ pecado de algunos ministros.
El robo es un pecado que conduce al caos total. Debido a su efecto
devastador, es uno de los diez mandamientos, y fíjale en esto: es un
mandamiento tan importante que se lo repite una y otra vez.
«No hurtarás» (Éx. 20:15; L\. 19:11; Dt. 5:19; Mt. 19:18; Ro. 13:9)
«El que hurtaba, no hurte más, sino trabaje, haciendo con sus manos lo
que es bueno, para que tenga qué compartir con el que padece necesidad»
(Ef. 4:28).
c) «¿Tú que dices que no se ha de adulterar, ¿adulteras?» Tú predicas y
enseñas que las novias y esposas tienen que ser puras, que los esposos y
sus cónyuges deben ser puros, y quieres un hijo y una hija que sean
puros. Pero tú, ¿vives con pureza? ¿Qué es lo que miras, qué progra-
mas ves, qué lees y oyes? ¿ Acaso...
• miras por segunda vez?
• lees libros, revistas y novelas pornográficas?
• tienes pensamientos licenciosos?
• alientas pensamientos sexuales?
• mantienes una relación ilícita?
• te vistes de manera de exhibir tu cuerpo?
• miras y apoyas a la televisión y a películas con escenas de
inmoralidad o que simplemente sugieren inmoralidad?
Aunque el hombre lo niegue, hacemos lo que pensamos; y
nuestros pensamientos provienen de lo que vemos y miramos, leemos y
oímos. Por eso si miras y observas, lees y escuchas
sugestiones sexuales, tus pensamientos se centran en deseos carnales.
Este es el motivo de la bancarrota moral en la sociedad. Si dice que una
persona no debe cometer adulterio, ¿tú lo cometes? ¿Lo cometes en tu
mente? Este es un gran pecado en algunos pastores. Cristo lo sabía; por
eso dijo:
«Oístos que fue dicho: No cometerás adulterio. Pero yo os digo que
cualquiera que mira una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su
corazón» (Mt 5:27-28).
d) «¿Tú que abominas de los ídolos, ¿cometes sacrilegio?» La palabra
«sacrilegio» (hierosuleo) significa violar la entrega que uno hizo de sí
mismo a Dios y significa robar a Dios. Significa considerar algo más
importante que Dios, tanto más importante que requiere...
• la entrega que le debes a Dios.
• los diezmos y ofrendas que le debes a Dios.
Dices que adoras a Dios y aborreces a los ídolos. Pero pregúntate a
ti mismo: ¿Tomas lo que le pertenece a Dios, es decir tu entrega, tu
tiempo, tu energía, tus diezmos, para dárselos a algo diferente? ¿Haces
que algo sea más importante que Dios; ¿lo conviertes en ídolo? Este es
uno de los principales pecados de algunos ministros.
«Guardaos, pues, que vuestro corazón no se infatúe, y os apartéis y sirváis a
dioses ajenos, y os inclinéis a ellos» (Dt. 11:16).
«Yo Jehová; este es mi nombre; y a otro no daré mi gloria, ni mi alabanza a
escultura» (Is. 42:8).
«Hijitos, guardaos de los ídolos» (1 Jn. 5:21).
e) «Tú que te jactas de la ley [la Biblia), ¿con infracción de la ley deshonras
a Dios?» La respuesta es clara.
• Deshonras a Dios cuando hablas de su Palabra y sin embargo
quebrantas sus mandamientos.
• Deshonras a Dios delante de los hombres, haciendo que su nombre
sea blasfemado y maldecido.
Cuando te jactas en la Palabra de Dios y sin embargo quebrantas
sus mandamientos, le das mucha ocasión al mundo y a su gente de tomar
en vano el nombre de Dios y...
blasfemar. • burlarse. • maldecir.
• negar. • reprochar. • insultar.
• ridiculizar. • profanar..
Muchas personas son condenadas debido a la hipocresía de algunos
pastores. Este es uno de los terribles pecados de un pastor hipócrita.
Como pastor tienes que ser responsable; debes vivir a la altura de
tu profesión de fe. Las Escrituras demandan esto de todos los creyentes,
especialmente de los pastores.
«El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo»
(1 Jn. 2:6).
La palabra «anda» está en acción continua. Significa andar en
Cristo y seguir andando en Él. En efecto «debe» significa deber,
necesidad y obligación. Como pastor profesas la fe en Cristo; dices
conocerá Dios. Poresoestás en deuda con Cristo. Estás obligado a andar
como anduvo Cristo. ¿Cómo .anduvo Cristo sobre la tierra? Él
anduvo...
* creyendo y confiando«en Dios.
* adorando y orando aDios.
* teniendo compañerismo y comunión con Dios.
* dando y sacrificándoxuante era y tenía a Dios.
* buscando y siguiendo aDios.
* ense&ando y contando p otros acerca re.Dios.
* amando y cuidando a otros tal como Dios lo había dicho.
* obedeciendo y aguardando todos los mandamientos de Dios. Este es
el hombre responsable, el hombre que tú debes ser.
Debes hacer lo que hizo Cristo: creer y confiar en Dios, adorar y orar a
Dios, debes andar en las pisadas mismasde Cristo, haciendo
exactamente lo que hizo Cristo. Este es tu ¡deber y tu obligación como
ministro.Debes vivir lo que predicas y enseñas. Si no estás viviendo por
Cristo, viviendo lo que predicas y enseñas, debes confesar y arrepentirte
inmediatamente, por causa de Cristo y por tu propia alma, para no ser
eliminado.
2. Debes predicar el evangelio con un sentido de urgencia.
«Pues si anunáo el evangelio, no tengo por qué gloriarme; porque me es
impuesta necesidad; y ¡ay de mí si no anunciare el evangelio!»
(1 Co. 9:16).
Pensamiento. Como pastortienes que predicar el evangelio con un sentido de
urgencia. Tienes que sentirte preso de una compulsión por predicar el
evangelio. ¿Por qué? Hay tres razones.
a) Estás obligado, comprometido a predicar el evangelio. Nota lo que dice
Pablo: Una «necesidad» de parte de Dios «me es impuesta» de predicar
el evangelio. La palabra «necesidad» significa ser presionado,
competido, constreñido, solicitado, comprometido a predicar el
evangelio. Dios había llamado a Pablo apredicar el evangelio; por eso,
esta era su obligación, su trabajo, su negocio, su llamado para la vida.
No podía hacer otra cosa: estaba competido a predicar. Su predicación
no fue un asunto de elección; no había escogido ser un predicador. Su
predicación era asunto de obligación. Si no predicaba, desobedecía a
Dios y no cumptía el propósito de su vida sobre la tierra.
Como ministro debes predicar el evangelio con un sentido de
urgencia, si no quieres errar el propósito de tu vida.
b) Eres responsable ante Dios de predicar el evangelio. Si fallas en predicar
tendrás que encarar el juicio y el ay de Dios. La palabra «ay» significa
esto: Al estar Pablo ante Dios, estaría encarando algo terrible...
* reproche. • denuncia. • disgusto.
* dolor. • desastre.
Nadie —ni una sola persona— que haya sido llamada por Dios está
exenta de este juicio venidero. Esto queda totalmente claro.
Si Pablo predicaba con actitud dispuesta el evangelio, tendría una
recompensa. Pero si predicaba de mala gana «ia comisión Je habrá sido
encomendada» (1 Co. 9:17). Esto sencillamente significa que aún seguía
siendo responsable de predicar el evangelio; aún si lo bacía de mala gana
o se rehusaba a bacérlo. La palabra «comisión» (oifconomia)significa
administración, una concesión.
El administrador era el gerente de una casa o de una propiedad grande.
El pastor de Dios es el gerente de la^asa y de la propiedad de Dios (la
iglesia y el mundo).
Una vez que has sido llamado a predicar, la administración y la
concesión de predicar son tuyos. Si lo haces y predicas no importa;
todavía eres responsable de predicar. No hay liberación del llamado y del
deber. Seguirás siendo responsable de predicar el evangelio; y seguirás
siendo responsable por no predicar el evangelio. ¡
Como ministro debes predicar el evangelio con urgencia, de lo
contrario te espera el juicio y el ay de Dios.
c) Debes predicar el evangelio con urgencia debido ál esclavizamiento ■ del
pecado, de la muerte y dél juicio venidero. La muerte y el juicio ! son dos
citas a las que nadie puede faltar. No hay escapatoria ni de una ni de otra.
La única esperanza de escapar —de vivir por siempre y de ser librado de la
ira de Dios— es el evangelio del Señor Jesucristo.
El destino de toda persona es muerte y juicio —muerte eterna y juicio—
excepto que haya sido salvada por el Hijo de Dios, el Señor Jesucristo.
Como ministro de Cristo, tienes que predicar el evangelio con la
mayor de las urgencias, predicarla de manera que los hombres puedan
comprender y ser salvados del pecado, de la muerte, y del juicio venidero.
«Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una
sola vez, y después de esto el Juicio» (He. 9:27).
3. Debes predicar en el poder del Espíritu de Dios, no con los pensamientos y las
ideas persuasivas de los hombres.
«Y ni mi palabra ni mi predicación fue con palabras persuasivas de
humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder: para que
vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de
dios» (1 Co. 2:4-5).
Pensamiento. Como pastor debes predicar en el poder del Espíritu ¡ de Dios. No
debes predicar tratando de alcanzar a la gente con los ¡ pensamientos y las ideas
persuasivas de los hombres. Fíjate en varios puntos referidos al versículo
anterior.
a) Hay una distinción entre el discurso diario o la conversación ordinaria y
la predicación. Las conversaciones diarias de Pablo se cen- I traban en
Jesucristo tanto como su predicación. Está diciendo lo que ¡ ya había
afirmado, es decir, estar decidido a no conocer nada entre la j gente
excepto a «Jesucristo y a Él crucificado». (Cáp. 6 , A, 3.)
¡Qué ejemplo dinámico! Tu vida y conversación se tienen que
centrar en Jesucristo, cada día, a lo largo de todo el día. Cuando
sea posible y cada vez que se pueda crear una oportunidad el tema de tu
conversación debe ser Jesucristo, y Él crucificado...
• en la casa. * en la predicación.
• en el trabajo. • en la enseñanza.
• en el juego. • en la discusión.
• en las comidas. • al compartir.
«Porque no podemos dejar de decir k> que hemos visto y oído» (Hch.
4:20).
b) La palabra «persuasiva» (peithois) se refiere a persuasión, a
plausibilidad. Tu testimonio y predicación no tienen que estar basados
en los argumentos persuasivos, convincentes, plausibles de la sabiduría
y filosofía del hombre.
c) La palabra «demostración» (apodeixei) significa exhibir con la
evidencia y la prueba más rigurosa. La idea es que la evidencia es
presentada con tanta fuerza que la verdad es vista claramente.
d) La única forma en que tu testimonio y predicación puedan ser
proclamados con tanta fuerza es mediante el Santo Espíritu y su poder.
El evangelio de salvación solamente puede ser convincente cuando el
Espíritu Santo y su poder lo demuestra.
Solamente el Espíritu Santo puede producir convicción, convencer y
convertir a una persona para vivir por Dios. Solamente el Espíritu
Santo puede impartir vida a una persona. Por eso, como ministro de
Dios, debes rendir lu vida al Espíritu de Dios. Debes estar lleno con la
presencia, plenitud y podeT del Espíritu Santo «Y cuando él venga,
convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio. Oe pecado, por cuanto no
creen en mí; de justicia, por cuanto voy al Padre, y no me veréis más; y de juicio,
por cuanto ei príncipe de este mundo ha sido ya juzgado» (Jn. 16:8-11).
e) Tu predicación tiene que tener un objetivo, y solamente uno, es decir,
llevar a la gente a tener fe en el Señor Jesucristo. Debes hacer precisa-
mente lo que dicen las Escrituras de arriba: No debes conducir la l'e de
la gente a la sabiduría de los hombres, sino al poder del Espíritu de Dios
(1 Co. 2:5). La sabiduría de los hombres no puede salvar al hombre. Eso
solo lo puede el poder de Dios. Para el hombre no tiene absolutamente
ningún valor simplemente reconocer...
que Jesucristo vivió, y que fue una persona de la historia.
• que Jesucristo es el Salvador, que realmente es el Hijo de Dios.
• que otras religiones y posiciones no son ciertas.
La salvación de una persona no puede basarse en el conocimiento
humano y la sabiduría de los hombre. Los argumentos y pruebas
humanas pueden parecer racionales y lógicas, pero carecen de poder
espiritual. Ninguna persona, ningún discurso ni predicación, puede
convertir al alma humana e impartirle vida eterna. Eso es algo que solo
puede hacer Dios. Por eso tienes que hablar y predicar bajo la
influencia y el poder del Espíritu de Dios.
Todo lo que no sea el Espíritu de Dios conduce la fe de una persona al
conocimiento y a la sabiduría de los hombres. La clamo
rosa necesidad de los ministros y del pueblo de Dios es que sean
controlados por el Espíritu de Dios de manera que Dios pueda demostrar
su poder por medio de ellos a los perdidos y moribundos del mundo.
«Pero recibiréis poder, cuando baya venido sobre vosotros el Espíritu
Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaría, y hasta
lo último de la tierra» (Hch. 1:8).
«Y con gran poder los apóstoles daban testimonio de la resurrección dd
Señor Jesús, y abundante gracia era sobre todos ellos» (Hch. 4:33).
4. Debes predicar y enseñar para agradar a Dios, no a los hombres. No debes rebajar
el evangelio usando palabras lisonjeras para asegurarte apoyo.
«Sino que según fuimos aprobados por Dios para que se nos confiase el
evangelio, así hablamos; no como para agradar a ios hombres, sino a Dios, que
prueba nuestros corazones. Porque nunca usamos de palabras lisonjeras, como
sabéis, ni encubrimos avaricia; Dios es testigo» (1 Ts. 2:4-5).
Pensamiento. Siempre debes predicar y enseñar para agradar a Dios y no a los
hombres. No debes rebajar el evangelio usando palabras lisonjeras para
asegurarte apoyo. La mayoría de la gente no quiere oír...
del pecado y del juicio.
de la absoluta necesidad de los hombres de depender de la muerte de
Cristo para tener salvación.
* del requisito de que una persona entregue todo lo que es y tiene a Cristo a
efectos de cubrir las necesidades de un mundo desesperado.
La predicación de la verdad no siempre es popular, no para gente
carnal e incrédula. Por eso, cuando eres lanzado en medio de gente
mundana, puedes sentir la tentación de rebajar tu mensaje para agradar
a la gente. La tentación puede ser especialmente fuerte cuando tu
sustento corre riesgo.
Sin embargo, nota lo que dice Pablo; nos da dos gloriosos
testimonios.
a) Pablo hace una afirmación completamente clara, es decir, procuraba
agradar solamente a Dios y no a los hombres. Tú también, debes
procurar agradar a Dios y no a los hombres. Hay dos fuertes motivos
para ello.
• Primero, Dios es la persona que te ha confiado el evangelio, no
hombres. Dios posee el evangelio. Él es la persona que te ha llamado
para proclamar el evangelio. Los hombres no tuvieron nada que ver
con la formulación del evangelio ni con tu llamado. Dios te cuidará
cuando predicas eí evangelio. Dios te ha llamado a predicar; por eso,
le perteneces a Dios. Consecuentemente, puedes confiar que Dios
cuidará de ti si la gente reacciona contra el evangelio y te atacan.
• Segundo, solamente Dios probará tu corazón y te juzgará. Algún ,
día darás cuenta de tu ministerio, te presentarás ante Dios, y no
ante hombres. Los hombres podrán causarte algunas dificultades
conocer a Dios. Por eso estás en deuda con Cristo. Estás obligado . a
andar como anduvo Cristo. ¿Cómo anduvo Cristo sobre la tierra? Él
anduvo...
* creyendo y confiando en Dios.
• adorando y orando aJ)ios.
• teniendo compañerismo y comunión con Dios.
* dando y sacrificando cuanto era y tenía a Dios.
* buscando y siguiendo aDios.
• enseñando y contando ¿ otros acerca de¡Dios.
* amando y cuidando a otros tal como Dios lo había dicho.
• obedeciendo y guardando todos los mandamientos de Dios. Este es
el hombre responsable, el hombre que tú debes ser.
Debes hacer lo que hizo Cristo: creer y confiar en Dios, adorar y orar a
Dios, debes andar enlas pisadas mismas»de Cristo, haciendo
exactamente lo que hizo Cristo. Este es tu ¡deber y tu obligación como
ministro. .Debes vivir lo que predicas y enseñas. Si no estás viviendo por
Cristo, viviendo lo que predicas y enseñas, debes confesar y arrepentirte
inmediatamente, por causa de Cristo y por tu propia alma, para no ¡ser
eliminado.
2. Debes predicar el evangelio con un sentido de urgencia.
«Pues si anundo el evangelio, no tengo porqué-gloriarme; porque me es
impuesta necesidad; y ¡ay de mi si no anunciare el evangelio!»
(1 Co. 9:16).
Pensamiento. Como pastoftienes que predicar el evangelio con un sentido de
urgencia. Tienes que sentirte preso de una compulsión por predicar el
evangelio. ¿Por qué? Hay tres razones.
a) Estás obligado, comprometido a predicar el evangelio. Nota lo que dice
Pablo: Una «necesidad» de parte de Dios «me es impuesta» de predicar
el evangelio. La palabra «necesidad» significa ser presionado,
compelido, constreñido, solicitado, comprometido a predicar el
evangelio. Dios había llamado a Pablo apredicar el evangelio; por eso,
esta era su obligación, su trabajo, su negocio, su llamado para la vida.
No podía hacer otra cosa: estaba compelido a predicar. Su predicación
no fue un asunto de elección; no había escogido ser un predicador. Su
predicación era asunto de obligación. Si no predicaba, desobedecía a
Dios y no cumplía el propósito de su vida sobre la tierra.
Como ministro debes predicar el evangelio con un sentido de
urgencia, si no quieres errar el propósito de tü vida.
b) Eres responsable ante Dios de predicar el evangelio. Si fallas en predicar
tendrás que encarar el juicio y el ay de Dios. La palabra «ay» significa
esto: Al estar Pablo ante Dios, estaría encarando algo terrible...
* reproche. • denuncia. * disgusto.
• dolor. • desastre.
Nadie —ni una sola persona— que haya sido llamada por Dios está
exenta de este juicio venidero. Esto queda totalmente claro.
Si Pablo predicaba con actitud dispuesta el evangelio, tendría una
recompensa. Pero si predicaba ¡de mala gasa «la comisión Je habrá sido
encomendada» ( 1 Co. 9:17). Esto sencillamente significa que aún seguía
siendo responsable de predicar el evangelio; aún si lo hacía de mala gana
o se rehusaba a'hacerlo. La palabra «comisión» (oikmomia) significa
administración, una concesión. El administrador era el gerente de una
casa o de una propiedad grande. El pastor de Dios es el gerente de Jaxasa
y de la propiedad de Dios {la iglesia y el mundo).
Una vez que has sido llamado a predicar, la administración y la
concesión de predicar son tuyos. Si lo haces y predicas no importa;
todavía eres responsable de predicar. No hay liberación del llamado y del
deber. Seguirás siendo responsable de predicar el evangelio; y seguirás
siendo responsable por no predicar el evangelio.
Como ministro debes predicar el evangelio con urgencia, de lo
contrario te espera el juicio y el ay de Dios.
c) Debes predicar el evangelio con urgencia debido al esclavizamiento del
pecado, de la muerte y dél juicio Arenidero. La muerte y el juicio son dos
citas a las que nadie puede faltar. No hay escapatoria ni de una ni de otra.
La única esperanza de escapar —de vivir por siempre y de ser librado de
la ira de Dios—es el evangelio del Señor Jesucristo. El destino de toda
persona es muerte y juicio —muerte eterna y juicio— excepto que haya
sido salvada por el Hijo de Dios, el Señor Jesucristo.
Como ministro de Cristo, tienes que predicar el evangelio con la
mayor de las urgencias, predicarla de manera que los hombres puedan
comprender y ser salvados del pecado, de la muerte, y del juicio venidero.
«Y de la manera que está establecido para los hombres que
mueran una sola vez, y después de esto el juicio» (He. 9:27).
3. Debes predicar en el poder del Espíritu de Dios, no con los pensamientos y las
ideas persuasivas de los hombres.
«Y ni mi palabra ni mi predicación fue con palabras persuasivas de
humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder: para que
vuestra fe no esté fundada en la sabiduríade los hombres, sino en el poder de
dios» (1 Co. 2:4-5).
Pensamiento. Como pastor debes predicar en el poder del Espíritu de Dios. No
debes predicar tratando de alcanzar a la gente con los pensamientos y las ideas
persuasivas de los hombres. Fíjate en varios puntos referidos al versículo
anterior.
a) Hay una distinción entre el discurso diario o la conversación ordinaria y
la predicación. Las conversaciones diarias de Pablo se centraban en
Jesucristo tanto como su predicación. Está diciendo lo que ya había
afirmado, es decir, estar decidido a no conocer nada entre la gente
excepto a «Jesucristo y a Él crucificado». (Cáp. 6, A, 3.)
¡Qué ejemplo dinámico! Tu vida y conversación se tienen que
centrar en Jesucristo, cada día, a lo largo de todo él día. Cuando
sea posible y cada vez que se pueda crear una oportunidad e] tema de tu
conversación debe ser Jesucristo, y Él crucificado...
• en la casa. • en la predicación.
• en el trabajo. ♦ en la enseñanza.
• en el juego. • en la discusión.
• en las comidas. * al compartir.
«Porque no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído» (Hch.
4:20).
b) La palabra «persuasiva» (peithois) se refiere a persuasión, a
plausibilidad. Tu testimonio y predicación no tienen que estar basados
en los argumentos persuasivos, convincentes, plausibles de la sabiduría
y filosofía del hombre.
c) La palabra «demostración» (apodeixei) significa exhibir con la
evidencia y la prueba más rigurosa. La idea es que la evidencia es
presentada con tanta fuerza que la verdad es vista claramente.
d) La única forma en que tu testimonio y predicación puedan ser
proclamados con tanta fuerza es mediante el Santo Espíritu y su poder.
El evangelio de salvación solamente puede ser convincente cuando el
Espíritu Santo y su poder lo demuestra.
Solamente el Espíritu Santo puede producir convicción, convencer y
convertir a una persona para vivir por Dios. Solamente el Espíritu
Santo puede impartir vida a una persona. Por eso, como ministro de
Dios, debes rendir tu vida al Espíritu de Dios. Debes estar lleno con la
presencia, plenitud y poder del Espíritu Santo «Y cuando él venga,
convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio. De pecado, por cuanto no
creen en mí; de justicia, por cuanto voy al Padre, y no me veréis más; y de juicio,
por cuanto e> príncipe de este mundo ha sido ya juzgado» (Jn. 16:8-11).
e) Tu predicación tiene que tener un objetivo, y solamente uno, es decir,
llevar a la gente a tener fe en el Señor Jesucristo. Debes hacer precisa-
mente lo que dicen las Escrituras de arriba: No debes conducir la fe de
la gente a la sabiduría de los hombres, sino al poder del Espíritu de Dios
(1 Co. 2.5). La sabiduría de los hombres no puede salvar ai hombre. Eso
solo lo puede el poder de Dios. Para el hombre no tiene absolutamente
ningún valor simplemente reconocer...
que Jesucristo vivió, y que fue una persona de la historia.
• que Jesucristo es el Salvador, que realmente es el Hijo de Dios.
• que otras religiones y posiciones no son ciertas.
La salvación de una persona no puede basarse en el conocimiento
humano y la sabiduría de los hombre. Los argumentos y pruebas
humanas pueden parecer racionales y lógicas, pero carecen de poder
espiritual. Ninguna persona, ningún discurso ni predicación, puede
convertir al alma humana e impartirle vida eterna. Eso es algo que solo
puede hacer Dios. Por eso tienes que hablar y predicar bajo la
influencia y el poder del Espíritu de Dios.
Todo lo que no sea el Espíritu de Dios conduce la fe de una persona al
conocimiento y a la sabiduría de los hombres. La clamo-
día darás cuenta de tu ministerio, te presentarás ante Dios, y no

rosa ante
necesidad
hombres.
de Los
los hombres
ministrospodrán
y delcausarte
pueblo algunas
de Diosdificultades
es que sean
controlados por el Espíritu de Dios de manera que Dios pueda demostrar
su poder por medio de ellos a los perdidos y moribundos del mundo.
«Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu
Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaría, y hasta
lo último de la tierra» (Hch. 1:8).
«Y con gran poder ios apóstoles daban testimonio de la resurrección del
Señor Jesús, y abundante gracia era sobre todos ellos» (Hch. 4:33).
4. Debes predicar y enseñar para agradar a Dios, no a los hombres. No debes
rebajar el evangelio usando palabras lisonjeras para asegurarte apoyo.
«Sino que según fuimos aprobados por Dios para que se nos confia se el
evangelio, así hablamos; no como para agradar a ios hombres, sino a Dios, que
prueba nuestros corazones. Porque nunca usamos de palabras lisonjeras, como
sabéis, ni encubrimos avaricia; Dios es testigo» (1 Ts. 2:4-5).
Pensamiento. Siempre debes predicar y enseñar para agradar a Dios y no a los
hombres. No debes rebajar el evangelio usando palabras lisonjeras para
asegurarte apoyo. La mayoría de la gente no quiere oír...
• del pecado y del juicio.
de la absoluta necesidad de los hombres de depender de la muerte de
Cristo para tener salvación.
* del requisito de que una persona entregue todo lo que es y tiene a Cristo
a efectos de cubrir las necesidades de un mundo desesperado.
La predicación de la verdad no siempre es popular, no para gente
carnal e incrédula. Por eso, cuando eres lanzado en medio de gente
mundana, puedes sentirla tentación de rebajar tu mensaje para agradar
a la gente. La tentación puede ser especialmente fuerte cuando tu
sustento corre riesgo.
Sin embargo, nota lo que dice Pablo; nos da dos gloriosos
testimonios.
a) Pablo hace una afirmación completamente clara, es decir, procuraba
agradar solamente a Dios y no a los hombres. Tú también, debes
procurar agradar a Dios y no a los hombres. Hay dos fuertes motivos
para ello.
• Primero, Dios es la persona que te ha confiado el evangelio, no
hombres. Dios posee el evangelio, Él es la persona que te ha liamado
para proclamar el evangelio. Los hombres no tuvieron nada que ver
con la formulación del evangelio ni con tu llamado. Dios te cuidará
cuando predicas el evangelio. Dios te ha llamado a predicar; por eso,
le perteneces a Dios. Consecuentemente, puedes confiar que Dios
cuidará de ti si la gente reacciona contra el evangelio y te atacan.
• Segundo, solamente Dios probará tu corazón y te juzgará. Algún
en la tierra, pero Dios te causará dificultades en la eternidad si
abusas o te opones al evangelio de Dios.
b) Pablo hace otra afirmación totalmente clara: no predicaba y enseñaba
por lo que podía obtener de ello. Ni tú debes hacerlo ni ningún otro
ministro.
• La palabra «lisonjeras» (kolakeias) siempre se refiere al tipo de
palabras lisonjera cuyo propósito es obtener algo de la gente
(William Barclay, Letters to the Pkilippians, Colossians and
Thessalonians. «The Daily StudyBible», p. 221). Pablo no lison-
jeaba a la gente para asegurarse su amistad, su decisión de
seguirle, su sostén. Por supuesto, alentaba a la gente, y su cartas en
el Nuevo Testamento muestran que los alentaba con frecuencia.
Pero lo bacía auténticamente, cubriendo siempre las áreas débiles
que la gente tenía que fortalecer como también sus áreas fuertes y
recomendables. Como ministro del Señor, tienes que alentar a la
gente, pero siempre con autenticidad. Nunca debes lisonjear a la
gente para asegurarte su sostén o su decisión de seguirte o de
aumentar tu salario.
* La palabra «avaricia» muestra que Pablo era acusado de estar en
el ministerio por avaricia; que había escogido el ministerio para
ganarse la vida, para ganar dinero. Pablo lo niega enfáticamente y
dice que su estilo de vida lo prueba. Declara que la iglesia sabe la
verdad y que Dios es testigo de la verdad.
Nunca debes osar el ministerio como pantalla de avaricia por
lo que puedas obtener de Él. Tu propósito de estar en el ministerio
no es ganar dinero, ni siquiera de ganar un sustento. Tu propósito
es predicar y enseñar el evangelio del Señor Jesucristo.
Como ministro nunca debes rebajar el evangelio por temor a
la reacción, o a perder tu sustento, tu entrada o un eventual
aumento de tu salario. Siempre tiene que predicar y enseñar para
agradar a Dios, no a los hombres.
5. No debes gloriarte en ti mismo; sino solamente en la cruz. No debes
buscar popularidad y reconocimiento del mundo ni querer impresionar
bien para atraer la atención sobre ti mismo.
«Ni buscamos gloria de los hombres; ni de vosotros, ni de otros, aunque
podíamos seros carga como apóstoles de Cristo» (1 Ts. 2:6).
«Todos los que quieren «gradar en la carne {dar una buena impresión},
éstos os obligan a que os circuncidéis (paraseguir rituales y ceremonias
religiosas],salamente para no padecer persecución- a causa de la cruz deCristo.
Porque ni aun los mismos que se circuncidan guardan la ley; pero quieren que
vosotros os circuncidéis, para gloriarse en vuestra carne {jactarse en ustedes
como convertidos]» (Gá. 6:12- 13).
«Pero lejos esté de misionarme, sino en la cruz de nuestro Señor
Jesucristo, por quien el mundo me es crucificado a mí, y yo al mundo» (Gá.
6:14).
«Porque ao nos predicamos a nosotros mismos, sino a Jesucristo como
Señor, y a nosotros como vuestros siervos por amor de Jesús» (1 Co. 4:5).
*
#

Pensamiento: Pabio va directamente a] grano; no se está con rodeos en lo que
dice; no buscaba la gloria, el prestigio, honra, o reconocimiento de la gente (1

Ts. 2:6a).Fíjateendos puntos significativos: ♦
a) Como ministro no debes gloriarte en ti mismo. Debes hacer como dijo #
Pablo que él hizo, es decir, no debesbuscar 1 a -gloria,el prestigio, honra o ♦
reconocimiento de la gente. Pablo no procuraba ser reconocido como un
gran predicador o buen ministro. No estaba procurando ser reconocido

como un líder o como «un hombre-de posición. Pero la gran tragedia es é
esta, algunos ministros-se glorían -en' sí mismos; procuran dar un buen ♦’
espectáculo e impresionar a la carne. Algunos buscan popularidad y
reconocimiento del mundo.
Fíjate en el versículo de arriba, en Gálatas 6:12. Es una lección que
el ministro de Dios necesita mucho. En la iglesia de Gálacia se habían
infiltrado falsos ministros. Se oponían tanto a Pablo como al evangelio
que predicaba. Su principal énfasisjera que una persona tenía que
someterse al ritual básico de la religión, el ritual i de la circuncisión
(bautismo, confirmación, membresía de la iglesia, etc). Presentaban a Ja
circuncisión como necesaria para la salvación. Si una persona era
circuncidada estaba en buen ¡ camino hacia la salvación. Pablo atacó esa
posición y presentó ¡ una vigorosa acusación contra falsos maestros. Los
acusó de ser, impulsados por motivaciones mundanas. Recuerda que
estaba tratando con maestros y ministros falsos dentro de la iglesia. Lo
que tenía para decirles es una vigorosa lección para maestros de cada
generación.
Buscaban el favor de los hombres más que el favor de Dios.; Muchos
de los primeros ministros del evangelio eran sacerdotes que vieron a
Jesucristo como al Salvador del mundo. Sin embargo, lo aceptaban
solamente como un agregado a la ley. Decían que Jesucristo vino
primordialmente para mostrar cómo quiere Dios que vivamos; por eso.
solo agregaba algo más a la ley. La ley seguía siendo importante para
acercarse a Dios; debemos acercarnos a Dios por medio de ambos, la ley y
Jesucristo. Poi eso, en aquellos días no era algo popular proclamar que
Cristi solo era el camino a Dios. Los ministros que proclamaba!
solamente a Cristo eran perseguidos mediante Ja ridiculización burlas,
abusos y rechazo. Un ministro que predicaba la salvaciót por medio de la
cruz de Cristo únicamente se consideraba com< destruyendo tanto a la
ley como a la religiónestablecida. Por esc los ministros de la religión
establecida perseguían a los ministro de la cruz. En consecuencia requería
verdadero coraje levantars: y proclamar la verdad. La mayoría escogió la
salida fácil y fu! con el ministerio establecido para evitar la persecución.
Tú —y todos nosotros como 4 njnistros de<Dios— tenemO que
preguntarnos: ¿Estoy siguiendo la religión establecida y poptt lar del
mundo en vez de proclamar la verdad de Jesucristo y s Palabra? ¿Tengo
miedo del ridículo, del rechazo.y abuso de la cru: ¿Cuántas veces soy >
tentado a rebajar el mensaje-de la cruz pai

V
;
)
/
no ofender a alguien en la congregación? ¿Tengo que temer rechazo si
proclamo el mensaje simple de salvación en la cruz de Cristo solamente?
¿Tengo que temer una reacción de mis pares y líderes
denominacionales?
Segundo, los falsos maestros procuraban dar un buen espectáculo
incrementando sus números estadísticos (Gá. 6:13). Nota lo que las
Escrituras dicen exactamente: Querían que la gente sea circuncidada
para poder jactarse en el número de ellos. Su interés no era tanto
enseñar a la gente a obedecer al Señor y a la ley sino fortalecer su propia
seguridad. Querían el reconocimiento mediante la aparición de un
ministerio creciente. Procuraban la aprobación y aceptación de la gente
más que el bienestar de la gente. Su preocupación principal era
presentar un ministerio creciente de manera que pudieran asegurar su
propio salario y su posición con la gente.
La gente se impresiona con el crecimiento de números estadísticos
de crecimiento. Todo el mundo lo sabe, tanto los líderes religiosos como
laicos. Como resultado tienes que cuidarte de la tentación de acentuar el
crecimiento del número de bautismos, asistencia a la iglesia, al estudio
bíblico, de programas o actividades. Debes cuidarte del énfasis en el
crecimiento de números, porque el aumento de los números puede
conducir a que uno se gloríe en sí mismo. El aumento de números...
• mejora la imagen.
• incentiva el ego.
• refleja éxito.
• aumenta la reputación.
• asegura la posición.
• subraya dones y talentos.
• acentúa el carisma.
• abre puertas.
• ayuda a aumentar las entradas.
• atrae la atención.
b) Como ministro debes gloriarte en una cosa y solamente en ella, es decir,
en la cruz de Cristo (Gá. 6:14). La cruz de Cristo es la única gbria o
jactancia de un verdadero pastor de Dios, porque no hay otra forma de
acercarse a Dios que no sea la cruz. Dios solamente acepta a una persona
si se acerca por el camino de la cruz. No hay otra forma de ser aceptable
a Dios. Por eso el verdadero pastor no tiene otro mensaje, ni otra verdad
en la cual jactarse. Nota el por qué: Porque la cruz crucifica al mundo
para ti y a ti para el mundo. ¿Qué significa esto?
Primero, crucifica al mundo para ti. El mundo tiene toda clase de
atracciones que te apelan, y a veces tu carne desea esas atracciones. Hay
atracciones tales como...
• posición. • sexo.
• poder. • placer.
• aceptación. • honra.
• posesiones. • cornea.
• dinero. • reconocimiento.
La lista podría continuar para incluir cada atracción que apela
sobre la tierra, pero ¿cuál es el fin de todo deseo carnal? Deterioro,
decaimiento, muerte, y un sentido de juicio. El hombre mismo envejece,
muere, decae. No hay nada sobre la tierra que perdure y viva
eternamente. Si quieres vivir para siempre, alguien con omnipotencia
tiene que reestructurar este mundo. Alguien tiene que destruir el mundo
y rehacerlo, todo lo que hay en Él, incluyendo tu carne. La gloriosa
noticia es que Dios ha hecho precisamente eso. Dios ha mostrado que
ama este mundo, y ha demostrado su amor de la forma más perfecta
posible? ¿Cómo?
Dios envió a su Hijo a este mundo para morir por ti y para librarte
de este mundo. Cuando Cristo murió en la cruz, cargó con la pena de tus
transgresiones. Él tomó la condenación a muerte de la ley pronunciada
contra ti y cargó la condenación por ti. Por eso, si crees que Jesucristo
murió por ti, si lo crees al punto de seguir realmente a Cristo, entonces
serás salvado de este mundo y de la muerte. Dios declara que te contará
como habiendo sido crucificado con Cristo. Nunca tendrás que morir.
Cuando venga para ti el momento de pasar de este mundo al otro, Dios te
transferirá directamente a su presencia para vivir eternamente. Todo
esto ocurrirá en un abrir y cerrar de ojos. Porque tú crees en Cristo,
crees verdaderamente y le sigues, por eso nunca morirás, nunca gustarás
o experimentarás muerte.
Esto es lo que significa que el mundo te haya sido crucificado.
Nunca tendrás que seguir el camino del mundo, esto es, el camino del
pecado, la corrupción, la muerte y el juicio.
• Jesucristo murió para librarte del mundo y de todas sus cadenas,
incluyendo la cadena de la muerte.
El Espíritu de Jesucristo (el Espíritu Santo) vive dentro de ti para
darte el poder de triunfar sobre el mundo en todas sus atracciones
corruptibles. Mediante el Espíritu de Dios tienes el poder de
conquistar los deseos de la carne.
Segundo, la cruz te crucifica a ti para con el mundo. ¿Qué significa
esto? Cuando mueres para el mundo, te apartas de las atracciones y
placeres del mundo; por eso te vuelves inatractivo para el mundo. Ala
gente del mundo no le agrada lo que ve, porque estás rechazando el estilo
de vida y los placeres del mundo. Consecuentemente los mundanos no
quieren tener nada que ver contigo. No quieren que estés en su camino.
Te quieren como no existente, como persona muerta para ellos. Por eso,
cuando vienes a la cruz de Cristo, la cruz te crucifica para con el mundo
y sus caminos. Ya no eres atractivo para el mundo.
El asunto es este: Como obrero de Dios, debes gloriarte en la cruz de
Cristo, no en ti mismo. En la cruz de Cristo Dios te ha dado todo, tanto la
vida actual como eterna, tanto liberación de los deseos de este mundo y
de la condenación de la carne, de la
muerte y del juicio venidero. Por eso no debes buscar reconocimiento y
popularidad mundanal, no debes procurar dar una buena impresión ni
de atraerla atención sobre ti mismo. Bebes gloriarte en Cristo y
solamente en Él.
6. No debes predicarte a ti mismo; ni exaltarte a ti mismo; sino predicar a Cristo
Jesús el Señor.
«Porque no nos predicamos a nosotros mismos, sino a Jesucristo como
Señor, y a nosotros como vuestros siervos por amor de Jesús»
(2 Co. 4:5).
Pensamiento. El ministerio demanda servicio, demanda que seas un siervo
de Jesucristo y de otros. Fíjate en dos puntos importantes en las Escrituras
de aniba.
a) Debes predicar a Cristo y no a ti mismo.
• No predicas para mejorar tu imagen ante ios ojos de la gente. No
predicas tus propias ideas, nociones, pensamientos, opiniones, o
filosofía.
• No predicas para impresionar a la gente con tu carisma, habilidad,
elocuencia, dicción, o liderazgo.
Predicas a Cristo y a Él solo. Nota lo que predicas: «Cristo Jesús
como Señor». En el griego no hay un artículo definido (el). El mensaje
del evangelio es que «Cristo Jesús es Señor».
• Cristo significa Mesías, el Salvador mesiánico prometido por Dios
desde el comienzo de la historia.
• El Mesías es Jesús, él carpintero de Nazaret.
• Jesús es Señor, el Señor Dios mismo.
«A este Jesús a quien vosotros cnicificasteis, Dios le ha hecho Señor y
Cristo»,(Hch. 2:36).
«Enseguida predicaba a Cristo en las sinagogas, diciendo que éste era el
Hijo de Dios» (Hch. 9:20).
«Que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu
corazón que Dios le levantó de los muertas, serás salvo» (Ro. 10:9).
b) Debes servir a los hombres, no a ti mismo. Nota la palabra «siervo»
(doulos). Significa esclavo. Debes ser un esclavo de otros, sirviéndoles y
ministrándoles. Debes estar tan dedicado a la gente como lo es un
esclavo a su amo, tan dispuesto a ayudarle y a cubrir sus necesidades
como se requeriría de un esclavo que lo haga con su amo. Fíjate por
qué: por amor a Jesús. ¿Qué significa esto?
Jesús se hizo siervo nuestro o esclavo. Cada día se sacrificó a sí
mismo y lo hizo por nosotros. Por amor a nosotros luchó para vencer al
mundo y a la carne, para conquistar el pecado y sus deseos, para
obtener libertad de las cadenas esclavizantes y de las costumbres de la
vida. Jesucristo sufrió diariamente y luego se sacrificó en un sentido
final muriendo y cargando nuestro castigo por nosotros. Se dio a sí
misino por amor a nosotros, se hizo escla vo nuestro para salvamos. Por
eso, como pastor del Señor, debes llegar a ser un siervo de los hombres;
debes sacrificarte a ti mismo sirviendo a los hombres por amor a
Jesucristo. Debes hacerlo
porque Cristo lo hizo por ti. No hay un servicio mayor que el de servir a
otros por amor a Cristo, por amor de aquel que te amó y se entregó a sí
mismo por ti.
«Pero no será así entre vosotros, sino que el que quiera .hacerse grande
entre vosotros será vuestro servidor, y dquede vosotros quiera ser el
primero, será siervo de todos» (Mr. W:43-44).
«Pues si yo, el Señor y Maestro, he lavado vuestros pies, vosotros
también debéis lavaros los pies los unos alas otros»{Jn.13:14).
«Sobrellevadlos unos tas cargas délos otras, y cumplid así la ley de
Cristo» (Gá. 4:2).
Debes ser coherente y enseñar durante un período prolongado de tiempo: «Y se
congregaron allí todo un año con la iglesia, y enseñaron a mucha gente; y a los discípulos se
les llamó cristianos por primera vez en Antioqiíía» (Hch. 11:26).
«Y se detuvo allí un año y seis meses, enseñándoles la palabra de Dios»
(Hch. 18:11).
Pensamiento. Debes ser coherente y enseñar durante un período prolongado
de tiempo. Lleva macho tiempo enseñarle la Palabra de Dios a la gente. Tu
enseñanza y tu estilo de enseñar son únicos; nadie puede predicar y enseñar la
Palabra de Dios de la manera que lo haces tú. Dios te ha dado el don espiritual
—la habilidad espiritual— de enseñar la Palabra de Dios a tu manera que es
única. Cuando enseñas la Palabra de Dios algunas personas —no todas, pero sí
algunas— podrán comprender la Palabra como nunca antes. Por eso tienes
que ser consistente y permanecer donde estás y enseñar durante un período
prolongado de tiempo.
Fíjate en tres hechos referidos a Hechos 11:26:
a) El propósito de la iglesia al reunirse era recibir la enseñanza acerca del
Señor.
b) «Mucha gente» recibió la enseñanza, no solo unos pocos. Muchos tenían
hambre de aprender la verdad. No todos tenían hambre de la verdad,
pero muchos sí. Y Pablo y Bernabé le enseñaron a los que tenían hambre.
Tú también tienes que enseñar a todos los que tienen hambre, sean
muchos o pocos, en la iglesia.
c) Los ministros y la gente se reunió consistentemente durante todo un año.
Se reunían para un entrenamiento intensivo en la Palabra de Dios.
Fíjate en Hechos 18:11 donde Pablo impartió entrenamiento
intensivo durante dieciocho meses a los creyentes de Corinto.
Recuerda, normalmente los creyentes se reunían cada noche y el
domingo para la predicación y enseñanza. Tienes que reu- nirte con tu
gente consistentemente y durante un período prolongado de tiempo para
hacer la contribución que Dios quiere que hagas en sus vidas.
B. Tti y otros evangelios
1. No debes pervertir el evangelio de Cristo ni predicar ningún otro
evangelio.
136
2. No debes introducir herejías destructivas en la iglesia, herejías que
niegan al Señor y su muerte por el hombre. 140
3. No debes predicar a otro Jesús, a un Jesús diferente al
que proclaman las Escrituras y los auténticos pastores. 142

C. Tú y las doctrinas falsas


1. No debes enseñar ideas y mandamientos de hombres
como si fuesen doctrina. 145
2. No debes desviarte con diferentes clases de enseñanzas.
No debes predicar ni ensefiar fábulas, mitos, especulaciones, ideas
ni doctrinas falsas de los hombres. 146
3. Debes apartarte de las conversaciones vanas y de la oposición de
falsa ciencia y falso conocimiento. 148
4. Debes guardarte de la enseñanza falsa de la religión y
el estado. 150
5. No debes predicar las ideas y discusiones vanas del hombre —ni
cosas cuestionables— sino el amor y la fe
y la necesidad de una conciencia pura. 151
Capítulo 7

TU OBLIGACIÓN EN CUANTO A LAS ENSEÑANZAS FALSAS

A. Tú y los falsos maestros o herejes

1. Debes estar seguro de ser auténtico, de no sertú mismo un maestro falso, un lobo
rapaz vestido de oveja,
«Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos «fe
ovejas, pero pordentro son lobosrapaces» (Mt 7:15).
Pensamiento. Este pensamiento puede ser ofensivo a algunos pastores, pero
tenemos que examinarnos constantemente a nosotros mismos. Cada uno de
nosotros —tú, yo, y todos ios demás pastores— tenemos que estar seguros de
ser genuinos, de no ser maestros falsos, ni lobos rapaces vestidos de ovejas.
Estas son las palabras del mismo Señor (Mt. 7:15).
Ahora, para que esto sea personal, que cada uno de nosotros se pregunte a
sí mismo: «¿Estoy seguro de ser un genuino ministro de Cristo? ¿Estoy
seguróle no ser un maestro falso, un lobo rapaz vestido de oveja?» Siempre
tenemos que recordar esto, todo falso profeta o maestro afirma ser un ministro
y estar representando y enseñando la verdad. Pero no es un auténtico ministro,
ni enseña la verdad de Dios, ni la verdad del único y verdadero Dios, al menos
no la verdad que Dios ha revelado en su Hijo y en su Santa Palabra. Es esto lo
que lo convierte en falso maestro. Fíjate exactamente en lo que dice Cristo:
«Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de
ovejas, pero por dentro son lobos rapaces» (Mt. 7:15).
a) Los falsos maestros aparecen vestidos de ovejas, es decir, aparentan estar
entregados a Cristo igual que los verdaderos pastores y creyentes.
Profesan conocer a Cristo y se comportan como cristianos. Afirman ser
ministros llamados y en las iglesias ocupan la posición de los ministros y
usan versículos o textos bíblicos para sus mensajes Parecen ser
mensajeros de luz (2 Co. 11:13-15). Parecen ser inofensivos, inocentes, y
buenos. Salen como excelentes ejemplos en la sociedad, pero les faltan dos
cosas: ana vida y un testimonio transformado por la Palabra de Dios.
«Porque éstos son Valsas apóstoles, obreros fraudulentos, que se
disfrazan como apóstoles de Cristo. Y no es maravilla, porque el mismo
Satanás se disfraza como ángel dehiz. Así que, no es extraño si también sus
ministros se disfrazan como ministros de justicia; cuyo fin será conforme a
sus obras».(2 Co. 11:13-15).
b) Los falsos maestros son lobos rapaces; son cualquier cosa menos ovejas.
• Algunos falsos maestros son semejantes a lobos simplemente por no
ser conscientes de no ser lo que deben ser. Andan por allí, haciendo
lo que saben hacer, sin saber que lo que hacen es corrupto y malo
(Mt. 7:17). Aparecen como ovejas, pero consumen todo lo que
pueden a efectos de satisfacer todo apetito, convicción o doctrina
personal.
* Algunos falsos maestros simplemente son como lobos porque
procuran ganancia propia y personal: ego, reconocimiento, fama,
prestigio, posición, sustento, carrera y confort. Están principal-
mente preocupados con satisfacer sus propios motivos y propósitos
y con presionar sus propios pensamientos y fórmulas para triunfar
en la vida.
Algunos maestros simplemente son como lobos porque quieren un
rebaño donde moverse y con el cual identificarse. Quieren que la
gente los siga para reconocer su liderazgo en la inteligencia y
creatividad o conocimiento y habilidad. Aparecen como ovejas pero
exhiben sus propias fórmulas (falso evangelio), vociferando: «Este
es el camino, anden en él». Cuando pueden usan todos los medios
posibles de difusión: televisión, radio, periódicos, revistas, libros,
diarios, panfletos y tratados.
c) Los falsos maestros predican herejía. Proclaman justicia, moralidad
rectitud y el bien. Enseñan ei fortalecimiento mental y emocional y físico;
auto-imagen, auto desarrollo, pensamiento positivo, es decir todos ¡os
ideales altos y encomiables de los hombres. Pero nunca predican el
verdadero evangelio del Señor viviente.
«Estoy maravillado de que tan pronto os hayáis alejado del que os
llamó por la grada de Cristo, para seguir un evangelio diferente. No que
haya otro, sino que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el
evangelio de Cristo. Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os
anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea
anatema. Como antes hemos dicho, también ahora lo repito; si alguno os
predica diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema. Pues,
¿busco ahora el favor de los hombres, o el de Dios? ¿O trato de agradar a
los hombres? Pues si todavía agradara a los hombres, no sería siervo de
Cristo» (Gá. 1:6-10; cp. Is. 56:10-11; Jet 23:1-40; 50:6; Ez. 34:2-3; jn.
Hl:12).
d) Interiormente los falsos profetas son lobos, verdaderos lobos, ¡o sepan
ellos o no. Pueden parecer como ovejas, pero son lobos.
♦ No han confesado al Señor Jesús: que Dios lo levantó de los
muertos.
«Que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu
corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el
corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para
salvación» (Ro. 10:9-10).
• No se han «despojado del viejo hombre» del mundo.
«En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre,
que está viciado conforme a los deseos engañosos» (Ef. 4:22).
• No han sido «renovados en el espíritu de su mente» ni «se han
despojado del viejo hombre».
«Y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestios del nuevo
hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad» (Ef.
4:23-24).
«Y revestido del nuevo, el cual conforme a la imagen del que lo creó
se va renovando hasta el conocimiento pleno» (Col. 3:10).
«De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas
viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas» (2 Co. 5:17).
No han sido puestos en el ministerio por Dios. (Fíjate especialmente
en 1 Ti. 1:12: el hecho que Dios cuenta a los hombres que escoge
como fieles.)
«Doy gracias al que me fortaleció, a Cristo Jesús nuestro Señor,
porque me tuvo por fiel, poniéndome en el ministerio» (1 Ti. 1:12).
e) A veces un profeta falso no sabe que es falso. Está engañando porque está
siendo engañado.
«Mas los malos hombres y los engañadores irán de mal en peor,
engañando y siendo engañados» (2 Ti. 3:13).
«En los cuales el Dios de este siglo cegó el entendimiento de los
incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria
de Cristo, el cual es la imagen de Dios» (2 Co. 4:4; cp. 2 Tí. 3:1-15).
Como ministro de Cristo tienes que asegurarte constantemente de
ser genuino y seguir fiel a Cristo. De tu parte, jamás debes transformarte
en falso profeta, en lobo rapaz.
Debes examinarle a li mismo; ¿crees y realmente confiesas y predicas que
Jesucristo ha venido en la carne, que Dios realmente envió a su Hijo a la iierra
para salvar al mundo?
«Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son
de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo. En
esto conoced el Espíritu de Dios: Todo espíritu que confiesa que
Jesucristo ha venido en carne, es de Dios; y todo espíritu que no
confiesa que Jesucristo ha venido en carne, no es de Dios; y este es el
espíritu del anticristo, el cual vosotros habéis oído que viene, y que
ahora -ya está en e! mundo» ( 1 Jn. 4:1-3).
«Porque muchos engañadores han salido por el mundo, que no
confiesan que Jesucristo havehído en carne. Quien esto hace es eí
engañador y e! anticristo» (2 Jn. 7).
Pensamiento. Como pastor, tu confesión y predicación deben ser probados y
examinados por los creyentes. Esto es motivo suficiente para examinamos a
nosotros mismos.
¿Qué es lo que hace que un maestro sea auténtico o falso? Jesucristo. Lo
que una persona cree acerca de Jesucristo determina si es un maestro
auténtico o falso. Lo que una persona confiesa acerca de Jesucristo exhibe su
espíritu, un espíritu de verdad o un espíritu de error. Y fíjate cual es el aspecto
referido a Jesucristo que exhibe la autenticidad de un maestro: la encarnación.
Es decir, ¿Vino Jesucristo —el propio Hijo de Dios— en la carne, sí o no?
aj El espíritu de verdad, el Espíritu de Dios mismo, confiesa que
Jesucristo vino en la carne, que la encamación es real. Si un pastor o
maestro tiene el Espíritu de Dios inorando en él, confesará la
encarnación. la verdad maraviUnsa de que Dios vino a la tierra para
salvar alfombre. El Espíritu de Dios no puede confesar nada que no sea
la verdad: por eso, todo maestro que tiene el Espíritu de Dios confesará
la misma verdad No puede confesar ninguna otra cosa porque el
Espíjptu de Dios mismo mora «n su interior. Si confiesa alguna otra
cosa,.eRtonees el espíritu denirosuyo no es el Espíritu de Dios. Ahora,
fíjate detalladamente enlá confesión, fíjate exactamente en
loqueeonfiesaun auténtico maestro: «Jesucristo vino en la carne».
• El maestro veraz confiesa a Jesús. El nombre Jesús significa
Salvador. Creer que Jesucristo vino de Dios para salvar al hombre,
para ser Éi Salvador del mundo.
El maestro veraz confiesa a Cristo. El nombre Cristo significa
Mesías, el Ungido de Dios. Es creer que Cristo es el Mesías pro-
metido de las Escrituras; que Él es el cumplimiento de todas las
profecías de las Escrituras; que es el Salvador Ungido enviado de
Dios a la tierra.
• El maestro veraz confiesa que Jesucristo es el Hijo de Dios\ que
Dios envió a su Hijo desde{ek) el cielo , desde el mundo y desde la
dimensión espiritual a este mundo; que Dios envió a su Hijo en
carne humana para salvar al hombre en cumplimiento de la
Escritura. Significa que Jesucristo cumplió las Escrituras que
predecía su venida a la tierra, su resurrección, y exaltación del
Mesías. Dicho con sencillez, significa que Jesucristo es el Hijo de
Dios que vino a la tierra para salvar al hombre.
Esta es la confesión del ministro veraz, del maestro veraz, y de
todo creyente veraz. Siempre tenemos que recordar que un pastor
veraz y un maestro veraz son habitados por el Espíritu de Dios
misn». Por eso el ministro veraz y el maestro veraz siempre
confesarán la encamación, la maravillosa verdad de que «Jesu-
cristo vino en la carne».
«Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen
concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel» (is. 7:14).
«Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre
su hombro; y se llamará gunombreAdmirable, Consejero, Dios Fuerte,
Padre Eterno, Príncipe de paz» (ls. 9:6).
«Y ahora concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su
nombre Jesús» (LC. 1:31).
«Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros .(y vimos su
gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de grada y de verdad»
(Jn. 1:14).
~«E indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad: Dios
fueman}!estado [revelado) eit carne, justificado el Espíritu, visto de ios-
ángeles, predicado a los ¿gentiles, creído en el mundo, recibido «n gloria»
(1 Ti. 3:16).
«Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, tí
también participó de jo mismo, para destruir por medio de la muerte al
que tenia el imperio de la muerte, esto es, al diablo, y Mbrar a todos los
que por el temor de la muerte estaban durante
toda U vida sujetos a servidumbre» (He. 2:14-15),
b) El espíritu falso niega que Jesucristo ha venido en carne. Niega la
encarnación. No cree que Dios se visitó de carne y se hizo hombre.
• El maestro falso no cree que Jesucristosea el Salvador del mundo.
Puede aceptar que Jesucristo sea un granmaestro y un gran líder
religioso, quizá el más grande, pero no cree quer¡Jesucristo es el
Salvador. Cree qtie hay otros caminos hacia Dios, que otra gente que
cree en Dios ser&tan aceptable aDioscomo un seguidor de
Jesucristo.
» El maestro falso no cree que Jesús sea el Cristo, el Mesías prometido y
el Ungido de Dios. No creeque las'Escrituras son la Palabra
inspirada de Dios. Solamente las acepta como los escritos de un gran
pueblo religioso del pasado; por eso no hay promesas proféticas de
un Mesías, Tii hay promesa de un Salvador que viene. Para el falso
maestro, Jesucristo -solamente es un gran maestro
religioso.solouneaminoparailegar a Dios. No es el Ungido enviado de
Días para salvar a todos los hombres. No ¡ es el único camino
haciaOios.
• El falso maestro no cree que Jesucristo viniera de Dios. No cree i que
Jesucristo sea el Hijo de Dios, que Jesucristo viniera del cielo, desde
el mundo y desde la dimensión ■espiritual. No cree que Dios haya
enviado a su Hijo al mundo como hombre, en carne humana. Otra
vez, el falso maestro cree que Jesucristo solo es un hombre,
semejante a todos los demás hombres, un gran hombre, quizá el más
grande, quizá el hombre que llegó más cerca de Dios que cualquier
otro. Sin embargo, para el falso maestro Jesucristo solo fue un
hombre que enseñó cómo adorar y servir a Dios. El falso maestro
diría:
• que Jesucristo no fue sin pecado. Vivió cerca de Dios, pero
ningún hombre logra vivir sin pecado.
• que Jesucristo murió, pero no como sustituto por los pecados del
hombre. Murió como un gran mártir mostrándonos cómo
debemos encarar la muerte y cuál debe ser nuestra disposición a
morir por la gran causa de la justicia.
• que no tuvo lugar la resurrección de Jesucristo. La resurrección
solamente es una ilustración de la verdad espiritual de que el
hombre puede vivir en la presencia de Dios.
Ahora, fíjate en el error fatal de los falsos maestros, porque negar
que Jesucristo haya venido en la carnees negar que el hombre alguna vez
pueda ser salvado más allá de este mundo. ¿Por qué? Porque el hombre
nunca puede saber con certeza que Dios existe ni saber cómo llegar a Dios
si no existe, fíadie ha visto jamás a Dios o al cielo, y nadie lo verá, al menos
no con la tecnología material y física. Este mundo físico no puede penetrar
o cruzaí al mundo espiritual y a la dimensión espiritual, no importa lo que
algunas personas afirmen. Si de alguna manera el hombre va i conocer a
Dios y al mundo espiritual, es porque Dios ha venido i la tierra y nos ha
revelado la verdad. No hay otro camino. Por eso¡ negar que Dios haya
enviado a su Hijo al mundo, es negar qu<
alguna vez podamos ser salvos.
Hay otro hecho que también debe ser bien tenido en cuenta, el de la
perfección. Dios es perfecto y el hombre, imperfecto. Por eso Dios nunca
pudo permitir que el hombre penetrara o cruzara a la perfección. ¿Por
qué? Porque la imperfección del hombre afectaría la perfección del
mundo de Dios. El cielo ya no sería cielo: ya no sería perfecto si Dios
permitiese que allí entraran cosas imperfectas. No importa lo que
algunas personas digan en cuanto a penetrar al cielo, no lo han hecho.
La imperfección sencillamente no puede cruzar al lado de la perfección.
El error fatal de los falsos maestros es precisamente eso, fatal, y bajo
condenación eterna. Las consecuencias de negar la encarnación de
Jesucristo son terribles. Si Jesucristo no ha venido en la carne, ello
significa que...
• Dios no nos ha amado lo suficiente para revelarse a sí mismo ( 1 Jn.
1:2).
• Dios no nos ha amado lo suficiente para enviamos la Palabra de
vida (1 Jn. 1:1).
Dios no nos ha amado lo suficiente para mostramos la vida eterna
(1 Jn. 1:2).
* Que no hay vida eterna (1 Jn. 1:2).
Que no hay compañerismo con Dios, seguramente, no (1 Jn. 1:3).
* Que el mensaje de esperanza y el mensaje de las Escrituras no son
ciertos,seguramente, no (1 Jn.l:3).
* Que no hay gozo más allá de esta vida, ni plenitud de gozo,
seguramente, no (1 Jn. 1:4).
Que Jesucristo no es nuestro Abogado ( 1 Jn. 2:2).
• Que no hay perdón de pecado (1 Jn. 1:9; 2:2).
Que no hay sacrificio perfecto por el pecado (1 Jn. 2:2).
Y la lista podría continuar, pero el tema está claro. El maestro falso
destruye la esperanza de salvación y eternidad con Dios.Quedamos
abandonados sin esperanza y sin Dios en este mundo a menos que Dios
nos haya amado, nos haya amado tanto que ha enviado a su Hijo
Jesucristo a este mundo. Jesucristo es el punto crucial del mensaje del
evangelio. Fíjate que el espíritu deí falso maestro es el espíritu del
anticristo (véase Biblia de bosquejo, y sermones, tomo 12, 1 Pedro—
Judas', bosquejo y notas—1 Jn 2:18-23). Si un maestro confiesa que
Jesucristo ha venido en ia carne, entonces es un maestro veraz. De lo
contrario, es un maestro falso que promueve al espíritu mismo del
anticristo. «Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus»
(1 Jn. 4:1).
«Y a cualquiera que me niegue delante de los hombres, yo también le
negaré delante de mi Padre que está en los cielos» (Mt 10:33).
«Porque el que se avergonzare de mí y de mis palabras en esta
generadón adúltera y pecadora, d Hijo del Hombre se avergonzará
también de á, cuando venga en la gloria de su Padre con los santos
ángeles» (Mr. 8:38).
Debes preguntarte a tfmismo: ¿Soy veraz? ¿ Creo y confieso honestamente que
Jesús es el Cristo, el Mesías el Hijo de Dios?
«¿Quién es el mentiroso, sino el que niega que Jesús es d Cristo? Este es
anticristo, el que niega al Padre y al Hijo. Todo aquel que niega al Hijo, tampoco
tiene al Padre.El que confiesa al Hijo, también tiene al Padre» (1 Jn. 2:22-23).
Pensamiento. Como ministro de Dios debes ser honesto contigo mismo y con
tu gente. ¿Crees honestamente y confiesas que Jesús es el Cristo, el Mesías, el
Hijo de Dios?
El maestro falso es anticristo; se opone a Cristo. Es una persona que
niega que Jesús sea el Mesías, el Hijo mismo de Dios, el que Dios había
prometido enviar como Salvador del mundo. Dos cosas terribles se dice de esta
persona (fíjate en el versículo anterior): primero, que es un mentiroso;
segundo, que niega al Padre por el he^io de negar al Hijo, al Señor Jesucristo.
¿Por qué es esto así? Cómo es que una persona niega a Dios por negar a
Cristo? La respuesta es doble.
Primero, si una persona niega que Dios haya enviado a su Hijo al mundo,
entonces su imagen de Dios difiere totalmente del Dios que es el Padre de
Jesucristo. Dios ha enviado a su Hijo al mundo. Por eso, si imaginamos un dios
en nuestras mentes que no envió a su Hijo, nuestra imagen de Dios difiere
totalmente del verdadero y viviente Dios. El verdadero y viviente Dios es amor,
perfecto amor. Por eso ha amado perfectamente al hombre. Dios hizo lo más
grande que se pudo haber hecho por el hombre: envió a su Hijo al mundo para
salvar al hombre muriendo por los pecados del hombre. Jamás se pudo
mostrar un amor más grande por el hombre. Por eso, si alguien dice que Dios
no envió a su Hijo al mundo, que Jesucristo no es el Hijo de Dios, entonces esa
persona está pensando en algún dios que no es el Padre del Señor Jesucristo.
* Negando a Jesucristo, el hombre niega al Padre.
Negando al Hijo, el hombre no tiene al Padre, al Padre del Señor Jesucristo.
Está separado del Padre, en contradicción y oposición tanto de Dios como de
su Hijo, el Señor Jesucristo. El hombre está condenado por negar que Dios
ama al mundo lo suficiente para enviar a su Hijo a salvar al mundo.
Segundo, cualquier persona que niega a Jesucristo está negando el Nuevo
Testamento. ¿Porqué? Porque el Nuevo Testamento dice una y otra vez que
Jesucristo es el Hijo de Dios, la persona que revela a Dios el Padre ante el
mundo. Los siguientes son solamente algunos de los versículos (todo el
evangelio de Juan fue escrito con el propósito de revelar al Hijo de Dios ante el
mundo):
«Todas las cosas me fueron entregadas por mi Padre; y nadie conoce al
Hijo, sino el Padre, ni al Padre conoce alguno, sino el Hijo, y aquel a quien
el Hijo lo quiera revelar» (Mt 11:27).
«Jesús clamó y dijo: El que cree en mí, no cree en mí, sino en el que me
envió; y el que me ve, ve al que me envió» (Jn. 12:44-45).
«Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al
Padre, sino por mí» (Jn. 14:6).
«Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has
conocido Felipe? £1 que me ha visto a mí, ha visto al
dre; ¿cómo, pues dices tú: Muéstranos el Padre? ¿No erees que yo soy e*
ei padre, y elPadre en mí?Las palabras que yo os hablólo las Jaablopormi
projtta menta, staoqueelpadre quemón en mí, él hace las obras. Creedme
que soy ea d padre, y el Padre en mí; de otra manera, creedme por las
mismas obras» (Jn. 14:9-11).
El tema es claro: cualquier persona que niega a Jesucristo está
negando al Padre de Jesucristo, a Dios mismo, al único viviente y
verdadero Dios. Toda persona que niega que Jesucristo es el Hijo de
Dios es un falso maestro, un antecesor del anticristo.
4. No debes apartarte de la fe.
«Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos tiranos
apostatarán de ¡a fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de
demonios; por la hipocresía de mentirosos que, teniendo cauterizada la
conciencia» (1 Ti. 4:1-2).
Pensamiento. Como pastor no debes apartarte de la fe. Dios te ¿a llamado a
predicar y- enseñar el glorioso evangelio de su amado Hijo. Es preciso que
bagas esto: que nunca te apartes de tu llamamiento. Nunca debes cometer
apostasía; no debes convertirte en apóstata.
Pero fíjate en la Escritura de arriba: el'Espíritu Santo advierte
claramente que algunos ministros se apartarán. Y nota de donde provienen:
del propio seno de la iglesia. Hubo un tiempo cuando realmente siguieron la
fe, un tiempo cuando creían y enseñaban la Palabra de Dios. Pero se
apartaren de ia Palabra de Dios y del Hijo de Dios, del Señor Jesucristo, que
es ei único que nos puede salvar.
Como el versículo lo afuma, rata es una advertencia del propio Espíritu
de Dios. Por eso es una advertencia que todo ministro debe oír. El Espíritu de
Dios hace tres advertencias.
a) Como ministro no debes prestar atención a los espíritus seductores y a
las enseñanzas de los demonios. Alo largo y ancho del mundo hay toda
clase de espíritus malos, espíritus que están determinados a seducirte y
engañarte. Procuran lograr que los sigas a ellos con sus ideas y
enseñanzas. Hacen todo lo posible para apartarte de la doctrina y fe de
Cristo. Y fíjate: no es una declaración clara y estridente contra la
verdad. Ellos mezclan un poco de verdad con un poco de error. El
método de ellos es...
• seducir. • tentar.
• persuadir. • engañar.
• instigar. • encantar.
• mentir. • atraer.
• parecerse a la luz y a la verdad.
«Porque éstos son falsos apóstoles, obreros fraudulentos, que se
disfrazan como apóstoles de Cristo. Y no es maravilla, porque el mismo
Satanás se disfraza como ángel de luz. Así que, no es extraño si también
sus ministros se disfrazan como ministros de justicia; cuyo fin será
conforme a sus obras» (2 Co. 11:13-15).
«Porque havaiinmucbos contumaces,.habladores de vanidades y
engañadores mayormente los de la circuncisión [hombres religiosos], a los
cuales es preciso tapar la boea;.que trastornan casas enteras, enseñando
por gaaancia deshonesta {ganancia personal, sustento propiojlo que bo
conviene» (TiL 1:16-11).
b) La «hipocresía de mentirosos». Sencillamente, nodebes enseñar algo
diferentede lo que dicen las Escrituras. Hay algunos que saben que no
enseñan lo que dicen las Escrituras.Enefecto, se jactan en su posición
contraria a lo que ellos Uaman «una intetpretación literal» de las
Venturas. Incluso se burlan y, gastan chanzas respecto de quienes
creenysostienen la verdad de las Escrituras .Pero fíjate en lo que tantas
veces se pasa por alto:
• El hablar de «mentirosos» se refiere a hablar y enseñar lo que es
contrario a las Escrituras. Exactamente esto es lo que las Escrituras
declaran. A los ojos de las Escrituras, una mentira es una enseñanza
contraria a la de las Escrituras.
* Con «hipocresía» señala almaestro quesabé que está enseñando algo
contrario a las Escrituras. Afirma ser un pastor o maestro de Dios,
de Cristo, y de la Palabra (las Escrituras) y, sin embargo, enseña
algo contrario a lo que las Escrituras dicen. Un hipócrita es una
persona que afirma ser una cosa pero es algo diferente.
El tema es este, no debes ser una persona que habla hipócritamente.
El maestro falso niega, refuta, o ignora a sabiendas lo que las Escrituras
dicen; sin embargo, afirma ser un pastor o maestro de Cristo y del
evangelio. Este es el pastor que es instrumento o herramienta de algún
espíritu seductor y engañador, un pastor que enseña las doctrinas de los
malos espíritus. Como obrero de -i Cristo nunca debes ser hipócrita. No
debes hablar mentiras. Nunca te permitas dejarla fe.
«Mas os ruego, hermanos, que os fijéis en los que causan divisiones y
tropiezos en contra de la doctrina que vosotros habéis aprendido, y que os
apartéis de ellos. Porque tales personas no sirven a nuestro Señor Jesucristo,
sino a sus propios vientres, y con suaves palabras y lisonjas engañan los
corazones de los ingenuos» (Ro. 16:17-18).
«Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas,
según las tradiciones de ios hombres, conforme a los rudimentos del mundo»
(Col. 2:8).
«Profesan^onocer a Dios, per» coa los hechos4otniegan, siendo
abominables y rebeldes, reprobadosen cuaato a toda buena obra»
(TU. 1:16).
WilliamBarclay tiene un excelente párrafo referido a hombre que se
convierten en instrumentos de Satanás y de malos espíritus «Esta
falsa enseñanza provenía de estos malos espíritus : demonios. Pero si
bien provenía de demonios, vino a través d hombres ... Ahora, aquí
está lo amenazante y terrible. Sabema que Dios y el Espíritu de Dios
están buscando por todas parte hombres a quiénes usar. Dios
siempre está buscando hombr¿ que sean sus instrumentos, sus
armas, sus herramientas en «
mundo. Pero aquí nos encontramos cara a cara con el terrible
hecho de que las fuerzas del mal también buscan a hombres a
quienes puedan usar. Así como Dios busca hombres para sus
propósitos, las fuerzas del mal buscan hombres para los propósitos
malos. Aquí está la terrible responsabilidad de la humanidad El
hombre puede aceptar servir a Dios o servir al diablo. El hombre se
puede volver un instrumento de del Supremo Bien o dél supremo
mal. Los hombres están ante la eterna disyuntiva, tienen que
decidir a quién dar sus vidas, ¿a Dios o al enemigo de Dios?
¿Decidiremos ser usados por Dios, o decidiremos ser usados por el
diablo?» (The Letiers to Tunothy, Titus and Philemon, p. 107).
c) Debes guardar tu conciencia para que no se entumezca, esto es, que no se
cauterice, endurezca y se vuelva insensible. A la mayoría de los falsos
maestros no les preocupa enseñar lo contrario a la verdad de las
Escrituras. Pueden ignorar y negar las Escrituras y presentar sus
propias ideas y no les molesta en absoluto. Son totalmente insensibles a
las punzadas y convicciones causadas por el Espíritu de Dios. No tienen
conciencia ni remordimiento en cuanto a torcer las Escrituras y la
verdad acerca de Cristo. Están totalmente excluidos de sentir algún
movimiento del Espíritu de Dios.
No debes permitir que esto te pase. Tú eres el ministro de Cristo.
Nodebes permitir ninguna enseñanza en tu vida que podría endurecer tu
conciencia. Nunca debes dejar la fe.
«Porque el corazón de este pueblo se ha engrosado, y con los oídos
oyeron pesadamente, y sus ojos han cerrado, para que no vean con los
ojos, y oigan con los oídos, y entiendan de corazón, y se conviertan, y yo
los sané» (Hch. 28:27).
«Ciertamente, si habiéndose ellos escapado de las contaminaciones del
mundo, por el conocimiento del Sefior y Salvador Jesucristo, enredándose
otra vez en ellas son vencidos, su postrer estado viene a ser peor que el
primero. Porque mejor les hubiera sido no haber conocido el camino de la
justicia, que después de haberlo conocido, volverse atrás del santo
mandamiento que les fue dado. Pero les ha acontecido lo del verdadero
proverbio: ei perro vuelve a su vómito, y la puerca lavada a revolcarse en
e! cieno» (2 P. 2:20-22).
«Bienaventurado el hombre que siempre teme a Dias; atas el que
endurece su corazón caerá en d mal» (Pr. 28:14).
Debes guardarte de aquellos que resisten la verdad
«Y de la manera que Janes y Jambres resistieron a Moisés, así también
éstos resisten a la verdad ¡hombres corruptos de entendimiento, reprobos en
cuanto a la fe. Mas no irán más adelante; porque su insensatez será manifiesta a
todos, como también lo fue la de aquéllos» (2 Ti. 3:8-9).
Pensamiento. Hay obreros corruptos y maestros que resisten la verdad. ¿Por
qué?jorque sus mentes están corrompidas, es decir, su entendimiento del
evangelio está torcido, distorcionado, y depravado. No siguen la gloriosa
nueva y el poder de la muerte y resurrección del Señor Jesucristo.
Fíjate en la referencia a Janes y Jambres, dos líderes religiosos en Egipto.
Ellos se opusieron a Moisés cuando este fue a Faraón para librar a Israel de la
esclavitud. Seguían las pisadas de Moisés y resistían la verdad, pero al final
fueron destruidos (cp. Éx. 7:1; 8:7; 9:11). Estos dos hombres no son
mencionados en el Antiguo Testamento, pero sí en otros escritos religiosos
judíos. Aparentemente sus nombres eran bien conocidos a todos los judíos.
William Barclay describe claramente la resistencia a la verdad de los
evange^os:
«Al líSer cristiano nunca le faltarán oponentes. Siempre habrá
aquellos que preferirán sus propias ideas antes que las de Dios. Siempre
habrá aquellos que ejercen poder e influencia sobre la gente y que
recurrirá a cualquier medio para ello. Siempre habrá aquellos que tienen
sus propias ideas retorcidas de la fe cristiana, y que quieren ganar a otros
para sus creencias equivocadas. Pero Pablo estaba seguro de una cosa, ¡os
días de los engañadores estaban contados. Su falsedad sería demostrada;
recibirían su lugar y recompensa apropiada» (Ibid., p. 223).
Fíjate en el fin de los obreros corruptos. Sus enseñanzas y su religión
corrupta serán expuestos. Al final todos los falsos maestros y su enseñanzas
serán derrotados y expuestos. Dios asirá y exhibirá a cada ministro corrupto.
Esto tendía lugar cuando Cristo vuelva. Los ministros corruptos y sus
enseñanzas corruptas no seguirán adelante. Como ministro llamado por Dios
tienes que guardarle de aquellos que resisten la verdad.
«Y vosotros que sois atribulados, daros reposo con nosotros, cuando se
manifieste el Señor Jesús desde el cielo con los ángeles de su poder, en
llama de fuego, para dar retribución a ios que no conocieron a Dios, ni
obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo; los cuales sufrirán
pena de eterna perdición, excluidos de ia presencia del Señor y de la
gloria de su poder, cuando venga en aquel día para ser glorificado en sus
santos y ser admirado en todos los que creyeron (por cuanto nuestro
testimonio ha sido creído entre vosotros)» (2 Ts. 1:7-10).
Debes guardarte de aquellos que niegan al único Señor Dios y a nuestro Señor
Jesucristo.
«Porque algunos hombres han entrado encubiertamente, ios que desde
antes habían sido destinados para esta condenación, hombres impíos, que
convierten en libertinaje la gracia de nuestro Dios, y niegan a Dios el único
soberano, y a nuestro Señor Jesucristo» (Jud. 4).
Pensamiento: Como obrero llamado de Dios debes guardarte de aquellos que
niegan al único Señor Dios y anuestro Señor Jesucristo. Tu único Maestro y
Señor es Jesucristo; por eso debes servir y obedecerle solamente a Él. Fíjate en
tres puntos en el versículo de arriba:
a) Los falsos maestros se introducen inadvertidamente en la iglesia. No son
maestros llamados por Dios. Escogen enseñar en la iglesia a modo de
profesión o a modo de servir a la gente y de enseñar moralidad y virtudes
de 1 a vida. La idea es que entraron inadvertidamente a ia
iglesia. No creían eo Jesucristo, no creían que es éi Hijo de Dios que
vino al mundo para salvar al hombre, por eso no corresponde que
estén en la iglesia. Pero se unieron a ella por el beneficio y las
oportunidades que ella les brindaba. Aceptaron las enseñanzas de
Cristo, creyeron que Cristo era un gran líder religioso,pero negaron su
deidad.
«Porque éstos sonfalsos apóstoles, obreros fraudulentos, que se
disfrazan cotnoapóstOlesideGristo. Y no es maraviHa, porque d mismo
Satanás se disfrazacorao ángel de luz. Asaque, no es extraño si también
«us-ihinistKis-seílisfrazan cornoministros de justicia; cuy
ofinseráconfarme a sus oteas» (2 Co. 11:13-15).
b) Los falsos maestros están condenados al juicio. Rechazan a Jesucristo;
por eso les espera el juicio. Dios ha ordenado desde el comienzo dei
tiendo que todos los incrédulos sean juzgados. Y tanto Jesucristo como
las Escrituras enseñan que el juicio para los falsos maestros será
mucho más severo que el juicio a otras personas.
«Estaymara vHladodequeian pronto os hayáis alejado del que os
llamó porla gracia de Cristo, para seguirunevangelio diferente.
Noquebay» otro, sino que hay algunos que os perturban y quieren
pervertir el evangeliode Cristo. Mas si aun nosotros, o un ángel dddélo,
os anunciare otro evangelio Aferente dei que os hemos anunciado, sea
anatema. Cono antes hemos dicho, también diora lo repito: si alguno os
predi cadiferente evangelio del que habéis reabido, sea anatema» (Gí
.1:6-9).
c) Los falsos maestros son impíos. No viven como Dios; no son como Dios.
Tienen un estilo de vida diferente al que tendría Dios si caminara sobre
la tierra. Dios es perfecto, moral, puro, justo, y amante. Pero los falsos
maestros no son morales, püros justos o amantes. Son engañadores,
apartando a lagente del amor y de la pureza de Dios, del «mor y la
pureza .revelados en su Hijo, el Señor Jesucristo. No enseñan la verdad
del amor de Dios y la pureza demostrada en Cristo. Profanan a Dios y
a la verdad de su amor y santidad.
«Porque la ira deBiosse revela desde d cielo contra toda impiedad e
injusticia de ios hombres que detienen con injusticia la verdad» (Ro.
1:18).
7. Debes rechazar a los herejes, a los maestros falsos.
«Al hombre qtie cause divisiones, después de una y otra amonestación
deséchalo, sabieodoque el tal se ha pervertido, y peca y está condenado ¿por su
propio juicio» (Tit 3:14-11).
Pensamiento. Como obrero de Cristo, debes rechazar a los herejes, a
quienes niegan la verdad de Cristo y de la Palabra de Dios. La palabra
griegaAatreícioj («hereje») es interesante. Significa tomar para uno mismo;
escoger para uno mismo. Por eso una persona que escoge lo que va a creer,
que adopta enseñanzas falsas como suyas propias, rechaza toda autoridad,
no importa de quien sea; Dios, Cristo, la Palabra de Dios, la iglesia, el
hombre. Ella misma escoge lo que va a creer. Ella y solamente ella es su
autoridad; ella y solamente ella determina la verdad, lo que es y lo que no es
la verdad. Fíjate en dos puntos significativos.
<está en ia^iflesta; se asocia con los creyentes,
di es el cuadro de la mayoría-de tos herejes. Son pocos los que Techazan todas
las enseñanzas de Cristo y de la Biblia. La ; mayoría de los herejes permanecen
en la iglesia,re ajustan a algunas . enseñanzas básicas, pero rechazando
aquellas doctrinas que no les; gustan. Las Escrituras son claras: tú y la iglesia
deben acercarse al hereje o al falso maestro. No hay que echarlo, rechazarlo y
expulsarlo de .la iglesia. JEs.preciso.tratar deganarlo paraCristo. En efecto,:
las Escrituras dicen x|ue es preciso intentar dos veces, vigorosamente, de
ganarlo.Hay que mostrarle amor y cuidado, y hay que amonestarlo para que se
arrepienta y confiese la verdad de Cristo y de su Palabra. Pero nota esto: hay
un límite. En ei tercer intento, si no se arrepiente, debe ser rechazado, es decir,
expulsado de la iglesia. No-hay que permitirle que extravíe a otros creyentes
(parí una discusión más detallada sobre disciplina en la iglesia -según fut
enseñada por Cristo, véase Biblia de bosquejos v sermones, tome
2, Mateo 16:13—28:20, nota— Mt. 18:15-20).
Segundo, el hereje es «pervertido» (ektrepo). Esto significa qu< está
retorcido y se ha apartado de la verdad de Cristo y su Palabra Nota que el
hereje peca. .La idea es que peca en gran manera. Po eso se condena a sí
mismo. Ha escogido la senda de la incredulidad y será condenado por su
incredulidad.
«El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido
condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios»
(jn. 3:18).
Para el pastor que piensa claramente y es honesto, el tema < claro, y la
honestidad es tan necesaria como la disposición de pens sobre el tema. Una
persona que usa las tijeras de la opinión prop •- ‘ y corta a Cristo y a la
Palabra de Dios, desechando algunas ens fianzas referidas a Dios y a su
Palabra, es considerado hereje en Biblia. No importa quién sea, predicador,
maestro, o laico. Esta la persona que la Biblia llama hereje. Si se vuelve o
escabulle fut de la verdad de Cristo y de las Escrituras, es un hereje. Por eso
h que buscarlo con amor y amonestarlo en dos ocasiones específic Si
recháza las dos amonestaciones, debe ser reprochado en la tercí ocasión, y
luego rechazado si aun se niega a arrepentirse. Debe rechazado y expulsado
incluso si es un pastor y maestro en la igle¡
Una pregunta punzante y trágica —una pregunta que D seguramente
contestará en aquel grande y terrible-día del juicií es esta: ¿Cuántos
millones han sido extraviados dentro de nues< iglesias por maestros falsos,
por aquellos a quienes la Biblia lia herejes, por aquellos que se han
apartado de la verdad de Crisí su Palabra?
«Por tanto, si tu hermano peca contra ti, véy repréndelo estam tú y él
solos; si te oyere, has ganado * ítU hemsano. 'Mas si no oyere, toma aun
contigo a uno odos, para .queen.bocaje doso ti testigos conste toda
palabra. Si no los oyere a ellos, diloala igles y si no oyere a la iglesia,
tenlepor gentil ypublicatM>»{Mt 18:
17).
«Pero hubo también falsos profetas entre d pueblo, como habrá entre
vosotros falsos maestros, que introducirán encubiertamente herejías
destructoras, y aun negarán al Señor que los rescató, atrayendo sobre sí
mismos destrucción repentina» (2 P. 2:1).
S. Debes rechazar a quienes no enseñan las palabras de Cristo y la doctrina
de la santidad.
«Si alguno enseña otra cosa, y no se conforma a las sanas palabras de
nuestro Señor Jesucristo, y a la doctrina que es conforme a la piedad, está
envanecido, nada sabe, y delira acerca de cuestiones y contiendas de palabras, de
las cuales nacen envidias, pleitos, blasfemias, malas sospechas, disputas necias de
hombres corruptos de entendimiento y privados de la verdad que toman la
piedad como fuente de ganancia; apártate de los tales» (1 Ti. 6:3-5).
Pensamiento. Como pastor debes rechazar a quienes no enseñan ias palabras
de Cristo y la doctrina de la santidad. Eres el ministro de Cristo, su
representante en la tierra; por eso tienes que oponerte y rechazar a aquellos
que enseñan una doctrina diferente. Este es un mandamiento terrible.
Imagínate que estás en el pulpito de una iglesia cristiana pretendiendo ser un
maestro del Señor Jesucristo, pero no estás enseñando sus palabras. ¿Cuántos
de nosotros somos culpables de esto? ¿Cuántos de nosotros somos culpables de
enseñar una doctrina diferente? Se mencionan dos razones por las que el falso
maestro enseña una doctrina diferente.
Primero, el falso maestro no coincide con las palabras de nuestro Señor
Jesucristo. La palabra «coincidir» {proserchomai) significa aproximación y
tiene el sentido de «apegarse uno mismo a» Cristo (Daniel Guthríe, The
Pastoral Epistles, «Tyndale New Testament Commentaries», 1972, pp. llOss).
El falso maestro sencillamente no está dispuesto a unirse al Señor Jesucristo.
• No está dispuesto a confesar que Jesús es el Señor Dios de) cielo, el Hijo
de Dios mismo.
• No está dispuesto a confesar que Jesús es el Cristo, el Mesías y Salvador
del mundo.
Segundo, el falso maestro no coincide con las enseñanzas de la santidad.
• No está dispuesto a aceptar la justicia de Dios revelada en Jesucristo.
• No está dispuesto a separarse a. sí mismo de] mundo ni de totalmente su
vida para Dios.
Una, o las dos razones hacen que el falso maestro no enseñe las sanas
palabras de Cristo, y que, en cambio, escoge enseñar una doctrina y un estilo
de vida diferente. Ha entregado su vida a la profesión del ministerio...
• como una forma de servir a la humanidad.
• como una forma de ganarse la vida.
Pero no está entregado a representar a Cristo y a su Palabra.
Como resultado, la persona es llamada falso maestro tanto por las Santas
EscSturas como por Cristo. El texto de arriba dice cuatro cosas referidas al
falso maestro.
a) El falso maestro es orgulloso (tetupothai). La palabra significa inflado e
infatuado. Pero nota esto: la palabra incluye la idea de necedad; de algo
carente de sentido. Rechazar la evidencia de que Jesús es el Señor, el
Señor Jesucristo, es el mayor de los orgullos y de los sin sentidos.
Semejante rechazo sencillamente carece de buen sentido (fuente
desconocida).
El falso maestro es orgulloso en...
• sus conceptos e ideas.
• en su rechazo de ciertas partes de la Biblia.
• en su conocimiento de que algunas de las historias y eventos en la
Biblia son lo que llama fábulas o mitos.
• en su habilidad intelectual para separar la verdad de la falsedad en
cuanto a Cristo.
• en su esclarecimiento, pensando que sabe algo mejor que creer en
cosas tales como los milagros, la Deidad, el nacimiento virginal, la
encarnación, la resurrección, la asención, y la segunda venida
personal de Cristo a la tierra.
La lista podría continuar y continuar, pero todos los pastores han
detectado este orgullo en discusiones con otros pastores.Y, trágicamente,
todos hemos sido culpables de sentirnos orgullosos de nuestras propias
ideas. William Barclay tiene un comentario excelente sobre el orgullo del
falso maestro:
«Su primera característica es que está infatuado. Su primer
propósito es la auto exhibición. Su deseo no es mostrar a Cristo, sino
exhibirse a sí mismo. Incluso hay predicadores y maestros que están
más preocupados por conseguir seguidores ellos mismos que para
Cristo. Están más preocupados por imponer sus propios conceptos
en la gente que de traer la gente a ia palabra de Dios. Cuando la
gente se reúne para adorar, no están preocupados por escuchar lo
que cada uno piensa; están ansiosas por escuchar lo que dice Dios.
El gran predicador y maestro no es un promotor de sus propias
ideas; sino un eco de Dios» (Op. cil., p. 146 j.
b) El maestro falso tiene un interés enfermizo en asuntos de controversia.
Cuando se prepara para predicar o enseñar el falso maestro no se apoya
en la fuente primaria, la Palabra de Dios. Se apoya en fuentes
secundarias, es decir, en libros sobre la Biblia.
La Biblia no es la base para su vida ni para su predicación y
enseñanza. El falso maestro rechaza la fuente primaria (la Biblia) y se
vuelve a fuentes secundarias sobre la Biblia. En algunos casos ni siquiera
sabe cómo estudiar la Biblia. Su interés es:
• tratar de descubrir la verdad en la Biblia en vez de proclamar la
verdad de ía Biblia.
• cuestionar lo que es verdad y lo que no es verdad en vez de vivir lo
que la Biblia dice.
Por supuesto, el resultado es lo que tantas veces vemos escrito en el
rostro y en las mentes de los falsos maestros y de aquellos que se sientan
para escucharlo, es decir, muchos momentos de...
* perturbación y falta de paz.
* preguntas sobre si Dios realmente existe.
* vacío y falta de propósito.
* preguntas sobre si lareligióny adoración realmente tienen algún
sentido.
* cuestiones sobre la vida y el hecho de no encontrarle significado.
* preguntas sobre si realmente existe un mundo o una vida más allá
de esta tierra.
¿Por qué? Porque lo que el corazón humano reclama es Dios y su
Palabra, el conocimiento y la certeza de Él y su guía.
Esto solo esTazonable y de esperar, porque Dios —el Creador y
Dador de la vida—no pudo sino haber puesto en la profundidad del
hombre un hambre natural por Él y su Palabra. Por lo tanto, por lo que
gime el corazón humano, incluso el corazón del falso maestro no son las
cuestiones controversiales y los argumentos referidos a las «palabras de
nuestro Señor Jesucristo» o de la Biblia. El corazón gime por oír de
Dios, oír la proclamación autoritativa de la Palabra de Dios mismo.
c) El falso maestro tiene una mente corrupta y está separado de la verdad.
Su mente está corrompida precisamente en esto: no está centrada en
enseñar las «palabras de nuestro Señor Jesucristo y la doctrina ... de
piedad» la Palabra de«Dios, las Escrituras, la Biblia (1 Ti. 6:3). Su
mente está centrada en...
* las doctrinas y teologías de los hombres.
* las psicologías y filosofías de los hombres.
* la energía propia del hombre, en la auto-superación, en edificar el
ego del hombre y la imagen propia.
* las últimas religiones e ideas teológicas.
* las discusiones religiosas populares que agrandan e incitan los
oídos de los hombres.
El asunto es este: el falso maestro no se centra en la verdad, la
Palabra de Dios. Está separado de la verdad, tiene un vacío de verdad.
No posee ni enseña la verdad. Está en bancarrota cuando se trata de la
verdad. No obstante, fíjate, lo que el falso maestro enseña con
frecuencia nos ayuda a mejorar; con frecuencia nos ayuda a fortalecer
nuestro ego y nuestra auto imagen, y a lograr más en esta vida. Algunas
predicaciones de auto ayuda son sencillamente como algunos programas
con ese éfasis, clínicas y seminarios que se dictan en todas partes del
país. Son excelentes en lo que atañe a su alcance. Pero tienen una
falencia: no alcanzan lo suficiente. No muestran...
* que Dios está realmente con nosotros, cuidando de nosotros
mientras andamos en la tierra.
* que Jesucristo realmente murió por nuestros pecados y resucitó
para darnos vida, vida que continúa para siempre.
• que Dios realmente ha perdonado nuestros pecado y nos aceptado
en Cristo.
• que ai morir-Dios nos transferirá inmediatamente a su presen
para vivir con Él por siempre.
Esta clase de seguridad absoluta, ir tensa no existe en el fa
maestro y en cualquier persona que no e ta centrada en «las pa bras de
nuestro Señor Jesucristo, y en su doctrina de piedad» decir, en la
Palabra de Dios (1 Ti. 6:3).
d) El falso maestro piensa que la religión conduce a ganancia. E significa
por lo menos tres cosas:
• Algunos falsos maestros se preocupan por la moralidad y virt y
,por el hombre para que sea lo mejor posible y logre el máxi de su
capacidad. Creen en Dios, aunque no necesariamente
Cristo,¿pero sí^en Dios. Por eso saben ijue-la respuesta pi
mejorar al hombre y a sa mundo.es iareligión.Por eso entre5 sus
vidasalBios y ¡a la religión, lalograrique los hombres haj las obras
de la religión y vivan vidas más rectas y más moral Quieren que
la gente sea buena y baga el bien. Creen que «piedad es
ganancia»; que ella ayuda y beneficia a su munde
Nota que en este punto el falso maestro tiene razón:: enseñanza
moral de la religión —el vivir vidas morales y rectas es bueno
para el hombre. Pero como se dijo arriba, los ministi de obras y
auto ayuda no van lo suficientemente lejos. No centran en el Hijo
de Dios, el Señor Jesucristo. Y Dios nur aceptará a nadie que no
honra a su Hijo, porque Dios tiene solo Hijo, engendrado por Él,
solo un Hijo a quien ama con amor más perfecto que es posible.
• Algunos falsos maestros entran al ministerio como una profesi y
como un medio para ganarse la vida. Probablemente tien algún
interés en el bienestar religioso de la gente, perolaprí cipal
consideración al escoger el ministerio era esta: pensar q sería una
profesión buena y recomendable y que proveería buen sustento
para su familia presente o futura.
• Algunos falsos maestros tienen una religión comercializada. E¡
falso maestro «procura el lucro. Considera a su enseñanza
predicación, no como una vocación sino como una carrera. E¡ en
el negocio, no para servir a otros, sino para progresar mismo»
(William Barclay, 148).
La exhortación de las Escrituras al pastor es clara, directa,
vigorosa: «apártate de los tales». No tenemos que sentarnos coi)
alumnos, asociarnos o tener algo que ver con la persona que es 1 falso
ministro y maestro. La iglesia no es el lugar para el prof sionalismo, ni
para la doctrina del esfuerzo humano y de las obr (humanismo).
La enseñanza centrada en el hombre y la enseñanza de autj
ayuda es útil, pero no pertenece al pulpito de la iglesia de Diq
pertenece a los salones de conferencias y a las salas del muñí secular.
La iglesia tiene que ser mantenida pura y libre en (
proclamación del evangelio y del supremo amor de Dios demostrado en
su Hijo, el Señor Jesucristo. Si la raza humana fracasa en mantener
fluyendo la pura Palabra de Dios de los pulpitos de la iglesia de Dios,
entonces la raza humana está condenada. ¿Por qué? Porque entonces, al
morir, todo habrá acabado. Seremos separados eternamente de Dios.
Porque Dios solo nos aceptará si nos acercamos en Cristo. Por eso, la
hora crucial del hombre siempre será cuando está sentado bajo la
predicación de la Palabra de Dios, la predicación de «las palabras de
nuestro Señor Jesucristo, y de la doctrina ... de piedad». Cuando el
hombre oye la predicación de la palabra de Dios, tiene que responder y
hacer lo que Dios dice.
«Mas os ruego, hermanos, que os fijéis en los que causan divisiones y
tropiezos en contra de la doctrina que vosotros habéis aprendido, y que os
apartéis de ellos. Porque tales personas no sirven a nuestro Señor
Jesucristo, sino a sus propios vientres, y con suaves palabras y lisonjas
engañan los corazones de los ingenuos» (Ro. 16:17-18).
«Que tendrá apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a
estos evita» (2 Ti. 3:5).
«Si alguno viene a vosotros, y no trae esta doctrina, no lo recibáis en
casa, ni le digáis: ¡Bienvenido! Porque el que le dice: ¡Bienvenido!
participa en sus malas obras» (2 Jn. 10-11).

i. Tú y otros evangelios

No debes pervertir el evangelio de Cristo ni predicar ningún otro evangelio.


«Estoy maravillado de que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó
por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente. No que haya otro,
sino que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de
Cristo. Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio
diferente del que os hemos anunciado, sea anatema. Como antes hemos dicho,
también ahora lo repito: si alguno os predica diferente evangelio del que habéis
recibido, sea anatema» (Gá. 1:6-9).
«Porque yo sé que después de mi partida entrarán en medio de vosotros
lobos rapaces, que no perdonarían al rebaño. Y de vosotros mismos se
levantarán hombres que hablen cosas perversas para arrastrar tras sí a los
discípulos» (Hch. 20:29-30).
Pensamiento. Como pastor llamado por Dios no debes pervertir ei evangelio
de Cristo ni predicar ningún otro evangelio. Esto es crucial, absolutamente
esencial. Están en juego las almas mismas de la gente. Esta es una advertencia
fuerte, pero Pablo no tenía otra alternativa. Pablo tenía que ser fuerte al
escribir estas palabras, porque Cristo había enseñado que el valor de una sola
alma era mayor que toda la riqueza del mundo.
«Porque ¿qué aprovechará al hombre si ganare todo el mundo, y
perdiere gu alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?»
(Mr. 8:36-37).
A todos los que somos pastores —Pablo nos advierte vigorosamente y con
poder— que Dios tiene un solo mensaje, esto
es, el evangelio de Cristo. Es el evangelio de Dios, y sólo el evangelio de Dios
tiene que ser predicado, enseñado y guardado. Esto encierra tres
advertencias.
a) No debes predicar y enseñar «otro evangelio». La palabra «otro»
(heteron) significa una clase diferente de evangelio, no solo una
diferencia en énfasis o espíritu (A.T. Robertson. Imágenes verbales en el
Nuevo Testamento, tomo IV, p. 379). Significa una clase diferente de
evangelio que presenta...
• un Jesús diferente.
• una gracia diferente.
• un camino diferente para ser salvos.
• un Dios diferente.
• un cuadro diferente del amor de Dios.
Pero fíjate en lo que declara la Biblia: no hay otro evangelio. No
hay otro evangelio; solamente hay un evangelio verdadero por el cual los
hombres pueden llegar a ser aceptables a Dios, y ese es el evangelio de
Dios mismo revelado en la muerte de su Hijo, y en ia «gracia de Cristo»
(Gá. 1:6).
Nunca debes predicar otro evangelio. Solamente hay un evangelio
verdadero, el evangelio de nuestro Señor Jesucristo. «Porque de tal manera
amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en
él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna» (Jn. 3:16).
«Le respondió Simón Pedro: Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de
vida eterna» (Jn. 6:68).
«Por eso os dije que moriréis en vuestros pecados; porque si no creéis que
yo soy, en vuestros pecados moriréis» (Jn. 8:24).
«Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo,
dado a los hombres, en que podamos ser salvos» (Hch. 4:12).
«Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a
éste crucificado» (1 Co. 2:2).
«Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual
es Jesucristo» (1 Co. 3:11).
b) No debes pervertir el evangelio de Cristo. La palabra «pervertir»
(,metastrepsai) significa dar vuelta, cambiar totalmente, distorcionar. No
debes tomar el evangelio del amor de Dios como fue demostrado en su
Hijo Jesucristo, y cambiarlo. En los días de Pabio los falsos maestros
afirmaban ser cristianos, seguidores de Cristo. Inclusive creían con
Pablo que...
Dios amó al mundo y envió a su Hijo al mundo.
• Dios realmente vino a la tierra.
• Jesucristo murió y resucitó de los muertos.
Sin embargo, ios falsos maestros agregaban y quitaban del
evangelio; torcían su significado haciéndolo decir algo totalmente
diferente de las Escrituras que predicaba Pablo. Distorcionaban e¡
evangelio diciendo que...
1) Dios mostró su amor al mundo enviando a su Hijo, pero que envió a
su Hijo particularmente para la persona religiosa (el judío y el
religioso). Decían que Dios ama el mundo, pero que ama
Manual personal del obrero cristiano

especialmente a la gente que vive una vida religiosa. (Fíjate que esto
presenta a un Dios que muestra favoritismo y parcialidad abriendo la
puerta a .sistemas de castas y de prejuicios).
1) Jesucristo vino a la tierra; sin embaigo, JJO fue para asegurar a
loshombres una justiciaperfecta, sino para mostrarle una buena vida
que complace a Dios y ^merece la aprobación de Dios.
2) Que Jesucristo murió por el hombre; .pero que no murió por el pecado
del hombre. Murió para mostrar al hombre cómo debe estar dispuesto
a morir por la causa de Dios.
3) Que la muerte de Jesucristo no es suficiente en sí misma; no puede
quedar sola; no es suficiente con que el hombre sea aceptable a Dios.
Se necesita más que el mero amor de Dios y la pura gracia de Cristo.
4) Que una persona estaba salvada y segura si se sometía al ritual que
había sido el principal ritual de ios creyentes a lo largo de los siglos,
es decir, la circuncisión (membresía en la iglesia, bautismo,
confirmación, etc).
5) Que unapersona tiene que trabajar para guardar la ley de Dios y cíalas
ceremonias y rituales de la iglesia, reglas y regulaciones.
Fíjate cuán devastadora era la falsa enseñanza: los creyentes eran
atribulados, es^decir,perturbados, asombrados, llevados a perplejidad y
confusión. Nosolo se estaban apartando del evangelio, sino de Dios mismo
y dé la gloriosa gracia de Cristo (Gá. 1:6). ,
Fíjate en un hecho chocante: ¡Qué cerca está en la iglesia la falsa
enseñanza a la verdad! ¡Cómo un poco que se agrega aquí y se quita allí se
distorciona la pureza del evangelio! Debes guardarte de agregar tus
propias ideas al evangelio de Dios. Nunca debes pervertir ni torcer el
evangelio de Cristo.
«Ruesen vano mt honran, enseñando como doctrinas,
maadamieñtosde tambres» ;(Ml 15:9).
«Porque yo seque después de mi partida entrarán en medio de
vosotros tobos rapaces, que no perdonarán alrebaño. Y de vosotros
mismos se levantarán hombres que hablen cosas .perversas ¡para
arrastrar tras sí a los discípulos» (Hch. 2#:29-38).
«Pues no somos como muchos, que medran falsificando la palabra de
Dios» (2to. 2:17).
Serás maldito si predicas un evangelio falso. No importa quién eres, qué
posición tienes, y qué pretendes. Serás maldito si sigues un evangelio
falso. Esta afirmación es fuerte, pero es claramente comprensible. El
evangelio es el medio por el cual los .hombres son salvados del poder del
pecado y de la muerte, y de la á»ndenación. Sin el evangelio nadie es
salvado, nadie puede llegar a*er aceptable a Dios, ninguna persona puede
heredar la vida eternaX^as Escrituras son claras en esto, y te advierte a ti y
a todos los «os ministros. Fíjate con cuánta claridad iasEscri turas declaran
estt^gecho.
1) El evangelio es mayor que el apóstol Pablo misma Esta es una
impactante declaración, porque, recuerda quién era Pablo, proba-
blemente el siervo más entregado a Dios que haya vivido. Se
No debes introducir herejías destructoras en la iglesia, herejías que niegan' al Señor y su muerte por el hombre. j

aventuró a penetrar como pionero a las regiones del mundo pagano-


para -alcanzar a la gente -con el evangelio de Dios, con las buenas
nuevas de que los hombres podían -ser 'librados del pecado y de la
muerte, y vivir para siempre. Tanto amó a los gálatas -que arriesgó
todo.le que era y.cuanto tenía por amor a ellos. Para algunos
P,ablo.«debe haber sido un gigante, y seguramente *ra muy querido
al corazón de ellos. Pero fíjate lo quediee Pablo: si volváera-aellos
predicando otro.evangelio, él mismo seríaanaldHo.
Losgáiatasjio^ebían.fecibii’lo, por mucho que lo estimasen; debían
rechazarlo. El ¡evangelio en toda su sencillez era por mucho más
importante que el írnsmo Pablo.
2) El evangelio es mayor queios ángeles del cielo. Aunque viniese un
ángel del cielo-y comenzara a predicar otro evangelio, el ángel détela
¡serrechazado parque tatrfeién serfaíiHaldito. El -glorioso
mensajedel evangélioineluso es irmchomásámportanteque los
ángeles del cielo.
3) El evangelio es mayor que todo hombre (Mt. 15:9). Si hombre
alguno predicase otro evangelio, será maldecido. El evangelio es
mucho más imp@rtante.que un hombre.
4) Los predicadores dé falsos evangelios sufrirán él juicio de una doble
maldición. La palabra «maldito» -(¡anatema) significa precisamente
eso, ser maldecido, condenado á la destrucción, entregado al castigo
eterno, puesto bajo la ira de Dios. La idea es la de muerte eterna.
Esto se ve claramente en el uso que Pablo hace de la palabra en otras
partes donde la aplica a sí mismo: «Porque deseara yo mismo ser
anatema, separado de Cristo, por amor a mis hermanos...» (Ro. 9:3).
Pablo era judío; estaba diciendo que amaba tanto a sus hermanos
judíos que estaría dispuesto a sufrir el castigo eterno por la salvación
de ellos (el mismo amor que Cristo había demostrado por todos los
hombres).
Esta es una de las advertencias más severas de todas las Escrituras, y
fíjate a quién es hecha: A tí y a todos los demás pastores. Lehman Strauss
señala que toda persona que no ama al Señor Jesucristo será maldecida.
El falso maestro sufrirá la eterna ira de Dios (Lehman Strauss, Doctrinal
Studies in Galatians and Ephesians, p. 21).
«Guardaos de ios falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidas de
ovejas,peropor dentrosenlobosrapaces.Porsus frutos los conoceréis. ¿Acaso
se recogen uvas fie loses pinos, o higos de los abrojos? „. Todo árbol que
nodabuen‘fruto,es cortado y echado en el fuego» (Mt. 7 :1 5 -1 9 ).
«Muchos medirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu
nombre, y ea tu nombreedaamosfuera-demonios, y en tu nombre toamos
muchos milagros? Ventosees les dedararé: Nunca es conocí; apartaos de mí
hacedores de maldad» (Mt 7:22-23).
«¡Serpientes, geaeradón de víboras! ¿Gómo escaparéis de la
condenación del infierno?» (Mt 23:33).
«Pero hubo también fabos profetas entre d pueblo, como habrá entre
vosotros falsos maestros, que introducirán encubiertamente herejías
destructoras, y aun negarán al Señor que los rescató, atrayendo sobre sf mismos
destrucción repentina» (2 P. 2:1).
Pensamiento. Como ministro de Cristo no debes introducir herejías
destructoras en la iglesia, herejías que niegan al Señor y a su muerte por el
hombre. Fíjate en las Escrituras: No debes enseñar secretamente herejías
destructoras, introducir secretamente o traer enseñanzas destructoras.
¿Introducir,; dónde? En la iglesia, directamente entre ios creyentes. Los falsos
maestros no están afuera en el mundo, sino adentro, en la iglesia. Se han
unido a la iglesia y han sido miembros sobresalientes el tiempo suficiente para
llegar a ser maestros y predicadores dentro de la iglesia. Tienen posiciones de
liderazgo desde las cuales pueden enseñar sus herejías destructoras. Nota que
la palabra «herejías» (haireseis) esta en plural. ¿A qué se refieren las
herejías? A cualquier enseñanza que es contraria a las Escrituras, es decir, la
Palabra de Dios o la Biblia. Claramente es esto lo que se quiere significar, se
acaba de hacer la exhortación: «Guarda la palabra de la profecía, la
Escritura» (cp. 2 P. 1:19-21).
«[Las Escrituras son] la palabra profétic» más segura, a la cual hacéis
bien en estar atentos... Porque nunca la profecía fue traída por voluntad
humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados
por el Espíritu Santo» (2 P. 1:19,21).
El tema es este, toda enseñanza contraria a la Palabra de Dios es una
herejía destructora. Destruye el propósito de Dios para ia iglesia, y destruye
las vidas de las personas en la iglesia. Las enseñanzas que son contrarias a la
Palabra de Dios son destructoras y de ese hecho no hay escapatoria. No
importa cuán responsable pueda ser una persona, no importa cuánto
querramos a esa persona, si está enseñando una herejía destructora, está
destruyendo a la iglesia y las vidas de la gente. Willíam Barclay lo expresa
bien:
«Un hereje [es]... un hombre que cree lo que quiere creer en vez de
aceptar ia verdad de Dios que tiene que ser creída.»
«Lo que estaba ocurriendo en el caso de la gente de Pedro es que
ciertos hombres, que afirmaban ser profetas, estaban insistiendo en
persuadir a la gente a creer las cosas que ellos querían que fuesen la
verdad, en vez de creer las cosas reveladas por Dios como verdad. Ellos
no se pronunciaron como enemigos dei cristianismo. Lejos de ello. Más
bien se declararon ellos mismos como los frutos más finos del
pensamiento cristiano. Tan insistente, inconsciente, e
imperceptiblemente, y tan gradual y sutilmente la gente fue apartada, sin
notarlo, de la verdad de Dios a las opiniones privadas de los hombres,
porque en eso consiste la herejía» (The Letters of James and Peter. «The
Daily Study Bible,» p. 374). (Cursivas agregadas por nosotros para
destacar el énfasis.)
a) De todas, la herejía más trágica es negar al Señor que nos ha comprado.
Jesucristo nos compró¡¡,pagó el supremo precio para comprarnos. Dios
dio cuanto es y tiene, incluyendo su vida, para comprarnos y sacamos
del pecado y de la muerte. Le debemos nuestras vidas; le debemos todo. El
cuadro es el de un siervo: debemos a Cristo nuestras mentes y nuestro
corazón, nuestro trabajo y nuestro servicio. Por eso, negarlo a Él es negar
a nuestro Señor y Maestro. Y sabemos lo que pasa al siervo que niega a
su Señor y Maestro: sufre rápida destrucción. No importa quién eres, no
importa lo elevada que sea tu posición ni lo influyente que eres, si niegas a
tu Maestro, traes rápida destrucción a tu vida. ¿Qué significa negar a
Cristo?
Significa negar que Jesucristo es el Hijo de Dios; que dejó el cielo en
las alturas y vino a la tierra como hombre (el Dios- Hombre) para
revelar el gran amor de Dios por el hombre.
• Significa negar que Jesucristo es el Salvador del mundo; que vivió
una vida perfecta y sin pecado y que aseguró justicia perfecta para
el hombre.
• Significa negar que Jesucristo murió por el hombre, que tomó el
pecado del hombre sobre sí y cargó el juicio, la condenación y el
castigo del hombre.
• Significa negar que Jesucristo se levantó de los muertos y conquistó
la muerte para el hombre.
• Significa negar que Jesucristo está sentado a la diestra de Dios para
recibir toda la adoración, gloria, honor, y alabanza del universo.
La lista podría continuar y continuar para incluir lodo lo que las
Escrituras enseñan acerca de Cristo. Negar cualquier enseñanza de las
Escrituras acerca de Cristo es negar a Cristo. Esto es, precisamente lo
que las Escrituras señalan, debes ajustarte a las Escrituras...
• porque las Escrituras han sido dadas por Dios mismo, y hay falsos
maestros entre nosotros (2 P. 1:21).
Recuerda que los falsos maestros están en la iglesia. Son los
predicadores y maestros que profesan a Cristo y dicen estar siguiendo a
Cristo y edificando su iglesia. Pero lo que enseñan y predican es una
completa negación de É3, es doctrina que destruye a la iglesia.
«Y a cualquiera que me niegue delante de los hombres, yo también le
negaré delante de mi Padre que está en ios cielos» (Mt. 10:33).
«Porque el que se avergonzare de mí y de mis palabras en esta
generación adúltera y pecadora, el Hijo del Hambre se avergonzará
también de él cuando venga en la gloria de su Padre con los santos
ángeles» (Mr. 8:38).
«¿Quién es el mentiroso, sino el que niega que Jesús es el Cristo? Este es
anticristo, el que niega al Padre y al Hijo» (1 Jn. 2:2).
b) Los falsos maestros serán rápidamente destruidos. Fíjate, traen
destrucción sobre sí mismos. Son responsables de sus propias acciones.
No están obligados a enseñar falsa doctrina; ellos deciden enseñarla.
Podrían enseñar la verdad [las sagradas Escrituras], pero
deliberadamente prefieren enseñar lo contrario a lo que Dios ha dicho.
Por eso traen rápida destrucción sobre sí mismos. La idea de rápida
destrucción implica certeza y rapidez. Cuando venga el juicio no se
discutirá el tema; no habrá audiencias, ni indulgencias, ni misericordia,
ni amor. Habrá pura justicia, exactamente lo que merecen —ni más ni
menos— será una justicia rápida, justicia inmediata y destrucción.
* La palabra «destrucción» (apoleían) significa perder el bienestar;
ser arruinado; ser acabado; perecer; ser destruido; sufrir
perdición.
Nunca debes permitir que esto te suceda. No debes nunca dejar a
Cristo para comenzar a predicar herejías destructoras. Nunca debe
negar al Señor y a su muerte por el hombre.
«El que cree en el Hijo (¡ene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el
Hijo no veri la vida, sino que la ira de Dios está sobre él»(Jn. 3:36).
«Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá el que pisoteare al Hijo
de Dios, y tuviere por inmunda!» sangre del pacto en la cual ftie
santificado, e hiciere afrenta al Espíritu de grada?» (He. 10:29).
2. No debes predicar a otro Jesús, a un Jesús diferente al que proclaman las
Escrituras y los auténticos pastores.
«Porque si viene alguno predicando a Otro Jesús que el que os hemos
predicado, o si recibís otro espíritu que el que habéis recibido, u otro evangelio
que el que habéis aceptado... Porque éstos son falsos apóstoles, obreros
fraudulentos, que se disfrazan como «pósteles de Cristo. Y no es maravilla,
porque el mismo Satanás se dujjaaza comu ángel de luz. A sí que, no es extraño
si tambifaj^fministras se disfrazan como ministros de justicia; cuyo finjrfa
conforme a sus obras» (2 Co. 11:4,13-15).
Pensamiento. Como ministro debes temerle a la predicación de otro Jesús. Es
un peligro que constantemente amenaza al ministro. Fíjate en cinco puntos
significativos en el texto de arriba.
a) Ministros falsos predican a otro Jesús. No es otro Cristo (Mesías) lo que
predican, sino otro Jesús. Es decir, ellos confunden lo que fue Jesús el
carpintero y quien es Jesús el Hijo de Dios. Están confundidos en cuanto
a la humanidad de Jesús. Enseñan que...
* Jesús solamente fue un buen hombre que vivió como deberían vivir
los hombres.
* Jesús solamente fue un gran maestro que enseñó ala gente cómo
vivir.
* Jesús fue solamente un maravilloso mártir que mostró a la gente
cómo deberían morir.
Acentúan la humanidad de Jesús e ignoran su deidad.
Fíjate lo que dicen las Escrituras. Los hombres pueden recibir a
otro espíritu que el Espíritu de Dios, y pueden recibir un evangelio
diferente al evangelio del Señor Jesucristo (2 Co. 11:4). Existen otros
espíritus y evangelios que buscan la lealtad de los hombres; por eso, tú y
la iglesia tienen que estar alertos contra la predicación de otro Jesús.
b) Los falsos pastores están disfrazados como pastores de Cristo, pero son
obreros engañosos.
Son obreros religiosos, obreros que sirven en la religión.
• Son falsos ministros; afirman serlos de Cristo, pero no lo son.
• Se transforman a sí mismos (meta-shematizpmenoi) en ministros de
Cristo. La palabra significa vestirse, cambiar el aspecto exterior. Se
presentan como «cabállerosde hábito» pero no son sino arpillera
(A.T. Róbertson. imágenes verbales en el Nuevo Testmenio, tomo4,
p. 35'4). Son falsos pastores.
• Son obreros religiosos que engañan y extravían a la gente y la
apartan de Cristo...
• a creencias y doctrinas falsas.
• a nuevas ideas y posiciones.
• a rituales y ceremonias.
• a organizaciones y programas.
• a centrar la atención en alguna persona o ministro en vez de
centrarla en Cristo.
c) Los falsos ministros están disfrazados igual que Satanás, como ministros
de luz. Con frecuencia Satanás aparece como un ángel o mensajero de luz,
especialmente en las sociedades industrializadas. Su posición siempre es
presentada como la verdad, como la senda de la inteligencia, el
conocimiento, y el esclarecimiento. Su camino siempre es presentado
como el camino a transitar, como el camino que...
• progresa. ♦ satisface. * desarrolla.
• parece bueno. • asegura. • sabe bien.
• cumple. . • siente bien • educa.
Satanás nunca se presenta como Satanás; ni presenta al pecado
como pecado (The Second Epistle of Paul to the Corinthians, «Tyndaie
Bible Commentaries», ed. por R.V.G. Tasker, p. 153). Satanás siempre se
presenta como la inteligencia suprema que sabe lo que es mejor para el
hombre y que proveerá placer real, gozo y una sensación de realización al
hombre. Cuando Satanás presenta su camino a los hombres, atrae, apela
y fuerza al hombre a desear el camino del mundo. El camino de Satanás
siempre parece ser el camino de luz, es decir, de inteligencia y placer.
d) Los falsos ministros son de Satanás; están disfrazados de ministros de
justicia. Puesto que Satanás se disfraza a sí mismo como de ángel o
mensajero de luz, también sus ministros lo hacen. Parecen ser ministros
de justicia, y predican y enseñan que el hombre es salvo por la justicia,
una justicia de...
• moralidad. * ministerio. • bondad.
• altruismo. • justicia. • servicio.
• educación. • ayuda. • desarrollo.
Acentúan la vida y enseñanzas de Jesús, todas las buenas
Manual personal del obrero cristiano

cualidades de la vida, todos los rasgos que deberían caracterizar a la


gente. Le dicen a la gente que copien la vida de Jesús y centren sus
corazones en estas buenas cualidades de la vida, y que si lo bacen, Dios
los aceptará. Sin embargo, cometen un error fatal, es decir, ignoran y
niegan...
la justicia de Jesucristo, la que Él tuvo que asegurar para el hombre
viviendo una vida ideal, perfecta, sin pecado, la muerte que
Jesucristo tuvo que morir para cargar el juicio, la condenación y el
castigo por el pecado del hombre.
• la resurrección que Jesucristo tuvo que experimentar para
conquistar la muerte y proveer vida nueva al hombre.
Las Escrituras enseñan inequívocamente que Dios no acepta a
personas aparte de Jesucristo, no importa cuán morales y buenas sean.
Porque Jesucristo pagó un precio tan alto —el precio supremo de morir
por nuestros pecados— es que Dios ama a Cristo con un amor supremo.
Por eso Dios solamente aceptará a la persona que honra a su Hijo. No
hay otra forma de ser aceptable a Dios. Ni siquiera la predicación de
moralidad y bondad moverá a Dios a aceptar una persona. Dios quiere
que los hombres vivan vidas morales y buenas, pero lo primero que
quiere es que el hombre ame y adore a su Hijo, Jesucristo. Y para ser
aceptable a Dios, tenemos que hacer lo primero, es decir, tenemos que
amar a su Hijo Jesucristo. Luego tenemos que proseguir entregando
cuanto somos y tenemos para suplir las necesidades de un mundo
desesperado que está muriendo sin contacto alguno con Dios.
El asunto es este, la estrategia de Satanás es a los hombres de la
verdad, los de Cristo. Lleva a los pastores a predicar lo que es verdadera
justicia, pero los hace ignorar la verdad del supremo amor de Dios, la
muerte de Jesucristo por los pecados de los hombres, y la demanda
absoluta de Dios de que los hombres sigan el ejemplo de Jesucristo,
entregando cuanto son y tienen para cubrir las desesperadas
necesidades de los hombres.
Los ministros de Satanás son ministros de justicia, pero no son
ministros de la justicia de Dios que es Jesucristo mismo. Están en los
púlpitos en todas partes del mundo, pero son ministros de la justicia del
mundo. No son los ministros de la justicia de Dios, que es la justicia y
muerte y resurrección del Señor Jesucristo.
«Y este es su mandamiento:’ Que creamos en el nombre de su Hijo
Jesucristo, y nos amemos unos a otros como nos lo ha mandado» (1 Jn.
3:23).
e) Los falsos ministros deben ser juzgados según sus obras.
«Porque os digo que si vuestra justicia no fuere mayor que la de los
escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos» (Mt 5:2»),
«Muchosme dirán en aquel d(a: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu
nombre, y en tu nombre -echamos fuera demonios, y en tu nombre
hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí;
apartaos de mí hacedores de maldad» (Mt 7:22-23).
«El cual pagará'a cada uno conforme a sus obras ... Porque no hay
acepción de personas para con Dios» (Ro. 2:6,11).
«Mas si aun nosotros, o un ángd del cido, os anunciare otro evangelio
diferente del que os hemos anunciado, sea anatema» (Gá. 1:8-9).

C. Tú y las doctrinas y enseñanzas falsas

1. Ño debes enseñar ideas y mandamientos de hombres como si fuesen doctrina.


'«Así habéis invalidado el mandamiento de Dios por vuestra tradición.
Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, cuando dijo: Este pueblo de labios me
honra; mas su corazón está lejos de mí. Pues en vano me honran, enseñando como
doctrinas, mandamientos de hombres» (Mt 15:6¿-9).
«No atendiendo a fábulas judaicas, ni a mandamientos de hombres que se
apartan de la verdad» (Tit 1:14).
Pensamiento. Como obrero de Cristo no debes enseñar las tradiciones, ideas,
y mandamientos de los hombres como si fuesen doctrinas. Cristo cubre
algunos peligros muy reales de los que debe cuidarte como ministro.
a) No debes dejar la Palabra de Dios en favor de tradiciones. Las
tradiciones religiosas pueden ser descritas como institucionales o
personales.
• Tradiciones institucionales son tales como rituales, reglas, regu-
laciones, horarios, formas, servicios, procedimientos, organiza-
ciones, y todo aquello que otorga orden y seguridad a las personas
involucradas,
• Tradiciones personales son cosas tales como la adoración en ia
iglesia, rituales, oraciones, hábitos, ceremonias, y objetos que una
persona usa para mantenerse segura en lo religioso.
Cristo atacó el hecho de algunos pastores que daban a sus
tradiciones mayor importancia que a la Palabra de Dios. Algunos
guardan sus tradiciones y al mismo tiempo descuidan e ignoran la
Palabra de Dios. Debes cuidarte a ti mismo de este peligro.
«Invalidando ia palabra de Dios con vuestra tradición que habéis
transmitido. Vmuchas cosas hacéis semejantes a esta*» (Mr. 7:13).
b) No debes ser hipócrita; no debes adorar con tu boca manteniendo tu
corazón lejos de Dios. Demasiadas personas están engañadas en lo
religioso (cp. a los fariseos y escribas). Estudian, testifican, se preocupan
por otros, ayudan a los necesitados y cumplen las reglas. Se esfuerzan y
lucharían por mantener la tradición religiosa, pero Cristo dice que son
hipócritas. ¿Por qué? Porque su corazón no es de Dios. Personalmente se
rehúsan a aceptar a Jesús como el Hijo de Dios, como el Mesías y
Salvador del mundo. Sencillamente no conocen personalmente a Dios; en
la profundidad de su corazón no lo conocen (Jn. 14:6).
Como ministro tienes que cuidarte de este peligro. Debes mantener
tu vida personal con el Señor.
«Dice, pues, el Señor: Porque este pueblo se acerca a mí con su boca, y
con sus labios me honra, pero su corazón está lejos de mí. Y su temor de mí
no es más que un mandamiento de hombres que les

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