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Herbert Marcuse:
Sexualidad y psicoanálisis
Rev. Fi losofía Univ. Costa Rica, XLIV (111-112), 153-163, Enero-Agosto 2006
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una dislocación del lugar del proletariado en la La revolución industrial puede definirse
dialéctica producción social-apropiación privada. entonces, a los ojos de Althusser, como el paso
De una parte mediante la integración de este pro- de la manufactura a la gran industria, como la
letariado a la sociedad de consumo, resultante del transformación de la unidad del medio de trabajo
reordenamiento internacional del capitalismo. De y la fuerza de trabajo por la unidad del medio de
otra, por la creciente auto matización del proceso trajo y el objeto de trabajo.
productivo y el desplazamiento de la fuerza de El origen de los trastornos técnicos y sociales
trabajo hacia el sector servicios. de la revolución industrial, no será entonces el
Efecto de ello es que la contradicción central resultado del desarrollo de las fuerzas producti-
del modo de producción capitalista se desplaza de vas sino del movimiento de desplazamiento del
aquella signada por la relación en que se encuen- ser humano como portador de herramientas por
tran los grupos sociales respecto a los medios de la máquina-herramienta.
producción y su apropiación de la riqueza social Volviendo a Marcuse, en este proceso de
hacia una tensión contenida -la dialéctica de las desplazamiento del ser humano como antiguo
tendencias crecientes hacia la automatización y centro de la producción, la energía humana es
la movilización de tales tendencias en la perpe- transformada en habilidades técnicas y psicofísi-
tuación del trabajo socialmente necesario y la cas (plusvalía relativa) y todo ello en un proceso
manipulación servilista de la satisfacción de las simultáneo de eliminación del trabajo inhumano
necesidades-o (plus valía absoluta) y aislamiento y despolitiza-
La máquina se convierte ahora en el ele- ción obrera; el obrero es recuperado en la esfera
mento eje de todo un sistema organizativo que del consumo, teniendo ahora mucho más que
determina los modos de acción y configura el perder que sus cadenas y reagrupado en una
ethos postindustrial penetrando el psiquismo más aristocracia que se organiza contra el obrero no
profundo (automatización yoica) y completando calificado y el subproletariado del mundo perifé-
su integración, despolitización y satisfacción. rico-dependiente y en defensa de las condiciones
Concepción que, desde otra perspectiva, rei- d~ vida burguesamente viables.
tera Louis Althusser cuando, en "Para leer El Consecuencia de todo ello es que el esquema
Capital" ( Althusser y Balivar; 1967/1988) afirma del partido de masas como vanguardia ideológica
que en la sociedad industrial avanzada la gran a través del cual se canaliza la acción política con
industria mecánica, al reemplazar a la fuerza miras a la conquista del poder del Estado resulta
humana en la función de portador de herramien- obsoleta en el contexto de las sociedades capita-
tas, suprimiendo su contacto directo con el objeto listas desarrolladas.
de trabajo, provoca una transformación completa El pueblo, que anteriormente era el fermento
de la relación entre el trabajador y los medios de del cambio social, ha sido asimilado y convertido
producción: en fermento de la cohesión social y solo en los
proscritos y los condenados de la tierra se atrin-
en adelante, la forma que toma del objeto de cheran los últimos rescoldos de esperanza.
trabajo ya no depende de los caracteres cul- En fin, la inflexión marcusiana de los concep-
turalmente adquiridos de la fuerza de traba- tos centrales del marxismo exige la reconsidera-
jo, sino que se encuentra predeterminada por ción de las posibilidades y calidad de la revolución
la forma de los instrumentos de producción así como la redefinición de su agente liberador a
y por el mecanismo de su funcionamiento. riesgo de devenir en ideología de recambio.
El principio fundamental de la organización
del trabajo llega a ser la necesidad de reem-
plazar tan completamente como sea posible
las operaciones manuales por operaciones 2. La crítica del psicoanálisis
de máquinas. La máquina-herramienta inde- freudiano
pendiza completamente la organización de
la producción de los caracteres de la fuerza Con respecto a la crítica del Psicoanálisis
humana de trabajo. (261-262) me interesa en particular la concepción sobre la
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ontogénesis del individuo reprimido desarrolla- una gratificación superior necesariamente solo
da por Marcuse en 1955 cuando escribe Eros y constituya una ilusión que procura disimular que
Civilizacion (1953/1981), y su Anticuamiento del la intensificación del progreso, lejos de acercar al
Psicoanálisis (1965/1970), conferencia pronun- ser humano a la consecución del goce, se acom-
ciada en 1963 en New York durante la convención paña inexorablemente de una intensificación de la
anual de la Asociación Americana de Ciencias falta de libertad y de una mayor hostilidad entre
Políticas. los seres humanos.
En cuanto a la concepción marcusiana de la Marcuse piensa que en la misma teoría freu-
sexualidad subversiva, me interesa la discusión de diana se encuentran los criterios para pensar en la
las conferencias "Teoría de los instintos y liber- posibilidad histórica de una sociedad no represi-
tad" (1968/1973) y "La idea del progreso a la luz va, que a pesar de la constante negación de Freud
del Psicoanálisis" pronunciadas en las universida- de tal posibilidad, en sus presupuestos se encuen-
des de Frankfurt y Heidelberg el verano de 1956, tran los elementos para cuestionarse si realmente
teniendo por referente la crítica foucaultiana de la la civilización está irremediablemente destinada
sexualidad y algunas tesis del deconstruccionis- a descansar sobre la interrelación permanente
mo feminista. entre progreso y destrucción; si no será tal dia-
léctica más bien el resultado de una organización
2.1. Sobre la crítica de los fundamentos del específica de lo social, cuya transformación sería
psicoanálisis cimiento de una civilización fundamentalmente
no represiva.
Para H. Marcuse el psicoanálisis surge COmO Veamos entonces que es lo que Freud nos
crítica del más preciado logro de la modernidad: propone en El malestar en la cultura y hasta
el individuo. donde resulta justificable la objeción y corrección
El Psicoanálisis habría demostrado hasta marcusianas.
donde la compulsión, la represión y la renuncia- En esta obra Freud habla de la imposibilidad
ción, esto es, el yo en tanto voluntad o instancia de la consecución de la felicidad humana, razón
autoconstrictora, constituían la matriz de la que de ser de su existencia, y su necesaria sustitución
estaba hecho el individuo de la modernidad. por estrategias paliativas, de evasión y de evi-
Sin embargo ya los cambios que se generarían tación del displacer. La muerte no aparece aquí
en la Europa central y del Este habrían revelado como un fin en sí mismo, sino o bien como conse-
hasta donde el Psicoanálisis estaba comprometido cuencia no deseada en la búsqueda irrestricta del
con la sociedad cuyos secretos denunciaba: la con- goce, o bien como final del sufrimiento, situación
cepción freudiana del hombre con su fe en la inmuta- definitiva de no dolor, estado de nirvana.
bilidad básica de la naturaleza humana se revelaba en Tres fuentes menciona Freud como obstáculos
el nuevo contexto sociopolítico como reaccionaria. que resultan insalvables en la consecución de tal
De ahí que uno de los puntos centrales de la felicidad y que nos persuaden de la conveniencia
crítica marcusiana a la teoría freudiana en Eros de un domeñamiento de la economia del placer.
y civilización fueran las tesis, expuestas en El La primera de estas fuentes está constituida
malestar en la cultura (1930/1983), de que el pro- por la hiperpotencia de la naturaleza y sus catás-
greso en la civilización se funda en una creciente trofes. La fragilidad de nuestro cuerpo destinado
represión de los impulsos humanos y que la racio- a la ruina y la disolución constituye la segunda de
nalidad de tal represión descansa en el aumento las fuentes de infelicidad y displacer y, la cultura
continuo de la productividad que hace cada vez con sus normas que regulan los vínculos recípro-
más posible la emergencia de una gratificación cos entre los hombres en la familia, el Estado y la
comparativa muy superior a aquella inmediata a sociedad, la tercera de tales fuentes.
la que se renuncia. El presunto carácter insalvable de tales fuen-
Marcuse está de acuerdo en esta ecuación tes nos desalentaría en la búsqueda de la felicidad
civilización-represión, pero no comparte con irrestricta y nos impulsaría a anteponer la cautela
Freud su pesimismo de que de que la promesa de al goce como se hiciera en la transformación del
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principio del placer en principio de realidad bajo En consecuencia, afirmará Freud: "Esta sus-
el influjo del mundo exterior, no sin pagar un titución del poder del individuo por el de la comu-
precio creciente en tensión y hostilidad. nidad es el paso cultural decisivo" (Freud et al.,
En consecuencia, más que procurar ese goce 1930/1983, 58-59).
efímero y de alto riesgo procuraríamos en primer ¿Como entonces, se pregunta el propio Freud,
lugar evitar el dolor o el displacer, esto es, la sole- la cultura puede devenir en esa tercera fuente de
dad contra las penas que deparan los demás; el displacer suplementario que ya denunciaran los
dominio colectivo sobre la naturaleza contra sus cínicos griegos y que, con las enseñanzas de la
intempestivas fuerzas y la alteración de la sensa- conquista del nuevo mundo, se instituyera en
ción de dolor contra los males del propio organis- caballo de batalla de la contrailustración y el
mo o de los provenientes del medio exterior. romanticismo?
Pero entonces parece tener razón Marcuse Según Freud porque necesariamente la vida
cuando arguye que un cambio en las condiciones y colectiva conlleva exigencias en conflicto con las
fuentes de displacer y disuasión en la procuración pulsiones individuales, por lo que como contra-
irrestricta del placer, podría conllevar un cambio partida en la consecución de un mundo menos
en la inexorabilidad de la renuncia y la tendencia hostil y un cuerpo menos perecedero, se impone
a la destructividad. Si la muerte como instinto una mayor renuncia a la satisfacción irrestricta.
Si la civilización conlleva la inhibición metó-
está asociada a la reducción de las tensiones de la
dica de los instintos individuales primarios, es
vida más que a su terminación, la disminución de
bajo el supuesto de que esta represión, que es
estas tensiones conllevaría una disminución de su
entre otras cosas inhibición de la sexualidad, pro-
fuerza, el principio del nirvana y la destrucción
porciona y facilita la creación de grupos humanos
provocada por su inhibición cesarían de dominar
más amplios y duraderos, como lo enfatiza el
la existencia humana.
propio Freud, una represión que también lo es de
Un cambio que tendría que ver con las
la agresividad instintiva, que es desplazada hacia
propias posibilidades del yo para transmutar el
la naturaleza lo que, a la vez que garantiza su
principio del placer en principio de realidad y así,
control efectivo, se concreta básicamente en tra-
renunciando a la gratificación inmediata ofrecer
bajo enajenado, en la medida en que la represión
la posibilidad de su gratificación ulterior al modi-
es su condición.
ficar las condiciones y fuentes del displacer.
Se sigue del planteamiento freudiano que el
y esta transmutación del principio del placer progreso en la civilización conlleva un necesario
en principio de realidad, así como la consecuente aumento de la sublimación, pues la inhibición de
emergencia del yo, habría de entenderse en lo la sexualidad reprimida tendría que ser canali-
sustantivo como acto cultural, en tanto mientras zada hacia formas sustitutivas de compensación
la naturaleza, e incluso el propio cuerpo, se erigen al tiempo que ello significaría un aumento de
en límites externos, ella, la cultura, presentaría la represión controlado. Eros se debilita ante
la particularidad de ser un producto de nuestra Thanatos que se expresa como destructividad
propia actividad orientado precisamente a sal- progresiva.
vaguardamos de aquellas fuentes de displacer y Pero este conflicto, contraargumenta
procuramos la felicidad. Marcuse, descansa en esa estrecha interdepen-
y a este respecto Freud mismo está dispuesto dencia entre los factores sociales que actúan
a reconocer que el patrimonio cultural convierte con miras a la consecución de un mundo menos
al ser humano en una especie de "dios-prótesis" hostil y un cuerpo menos perecedero, fundamen-
(Freud et al., 1930/1983, 54), esto es, en alguien talmente mediante el trabajo, entendido como la
verdaderamente grandioso cuando se coloca todos producción de bienes tendientes a satisfacer las
sus órganos auxiliares, y que el dominio sobre la necesidades planteadas por la escasez, y la cons-
naturaleza y el cultivo estético y ético a tal patri- titución psíquica individual y social del principio
monio asociados permiten la conversión de la de realidad.
economía libidinal-individualista primaria en una Contrario a la premisa básica freudiana
economía erótico-comunitaria de orden superior. según la cual los proceso y conflictos anímicos
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básicos son universales, eternos, fatales como dicha triada en las condiciones de las sociedades
el destino, esto es, no son históricos, no están industriales avanzadas, No obstante, considera,
limitados a un período y a una estructura social tal anticuamiento revela hasta donde el progreso
determinados, la dialéctica entre el principio del sociocultural ha devenido en mayor represión y
placer y el principio de realidad, opina Marcuse, las categorías básicas del psicoanálisis freudiano
asume formas históricas específicas, por las que demostrado su contenido político-social.
la escasez ha determinado en gran parte un tipo La tesis freudiana daba por supuesto ese
de organización social en el que la necesidad de conflicto esencial entre individuo y sociedad
suspender el placer por el trabajo socialmente desarrollado en El malestar en la cultura y en el
necesario ha marcado la pauta civilizatoria. que el individuo mismo era el resultado de este
Aquí Marcuse distingue entre represión bási- conflicto, siendo la dinámica de la situación de
ca, entendida como las modificaciones de los ins- Edipo el modelo oculto, no solo de toda relación
tintos necesarias para la perpetuación de la raza padre-hijo sino también el secreto de la subyu-
humana en la civilización y represión excedente, gación continua del hombre por el hombre y de
relacionada con las restricciones provocadas por las victorias tanto como de los fracasos de la
la dominación social. civilización.
Considera que mientras la represión básica Lo anticuado de tal concepción residiría, de
es necesaria para la existencia de la civilización, una parte en la progresiva dilución del papel que
la excedente no necesariamente, como lo revela corresponde al padre y la familia en la socializa-
la existencia de ciertas comunidades primitivas ción primaria del individuo en las condiciones de
o la posibilidad de una organización racional de la sociedad tecnológica avanzada, de la otra, en el
la sociedad industrial en la que el principio de yo resultante de tal socialización, originariamente
la escasez haya sido superado, suponiendo una desarrollado en el circulo de lo privado en donde
organización distinta de la existente que facilita- devenía un sí mismo con el otro y frente a él.
ría la liberación de una sexualidad transmutable La concepción freudiana suponía la consti-
en erotismo. tución de un sujeto-yo que emergía de la lucha
y para Marcuse la represión prevaleciente contra el padre como representante paradig-
sería el resultado no tanto de la represión origi- mático del principio de realidad, situación que
naria, en tanto necesidad del trabajo, como de habría dejado de existir con el advenimiento de la
una específica organización social, sustentada sociedad industrial avanzada y su transición de la
en su mayor parte en una represión excedente, libre competencia a una competencia organizada,
cuya creciente falta de racionalidad estaría siendo concentración del poder en las manos de una
conjurada por el papel enajenador de los propios ubicua administración técnica, cultural y política,
mecanismos de liberación. producción y consumo en masa y sumisión de las
La eliminación de esta represión excedente dimensiones hasta entonces privadas de la exis-
no conduciría a la eliminación del trabajo per se tencia a la manipulación y el control metódicos
cuanto a la eliminación de la organización de la directos.
existencia humana como instrumento de trabajo y Como resultado el padre y la familia ya
su sustitución por una existencia sustancialmente no constituyen la agencia de socialización psí-
lúdica, reerotizada. quica por excelencia, cediendo ante el avance
Pero no solo a esta modificación del inexora- del control social directo mediante sistemas de
ble principio de realidad por su contraparte prin- influencia sobre las masas, grupos preescolares y
cipio histórico de actuación se reduce la exégesis deportivos, organizaciones infantiles, etc.
y rectificación marcusiana de la teoría freudiana. El hijo se hace cada vez más independiente
En El Anticuamiento del Psicoanálisis del padre y de la tradición familiar en la cons-
(1965/1970) Marcuse se pregunta por la vigen- trucción de un proyecto y estilo de vidas, las
cia de la concepción freudiana del individuo inevitables presiones y actitudes sociales ya no
en términos de la triada ello-yo-súper yo, para son aprendidas e interiorizadas en las largas con-
concluir que dicho individuo ya no responde a frontaciones con el padre, el ideal del yo ahora
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actuará directamente y desde afuera incluso antes años después de la muerte de Marcuse, y el terce-
de haberse consolidado el yo como sujeto perso- ro en Teoría Crítica y Posestructuralismo (1989),
nal y de mediación entre la propia mismidad y publicado una década después, más allá de sus
los otros. diferencias, convergen en que la familia contem-
Pero a consecuencia de esto, el yo se debilita poránea es objeto de una significativa metamor-
como instancia de mediación diferenciada entre fosis cuyos signos más evidentes son su refuncio-
ello y superyo y la dinámica tridimensional con nalización social y la dislocación de su estructura
base en la cual el individuo buscaba y alcanzaba edípica como fundamento del psiquismo.
su equilibrio entre autonomía y heteronomía, La familia nuclear, que creaba egos y supere-
libertad y sojuzgamiento, goce y dolor, queda gos fuertes, a consecuencia de la dominación pater-
reducida a una identificación unidimensional y na sin ambigüedades, con una precisa distribución
estáticas del individuo con sus semejantes y con de roles entre el padre y la madre, donde el primero
el administrado principio de realidad. se especializaba en labores proveedoras y la segun-
El individuo ahora será menos individuo y da en la crianza de los niños y dentro de una disci-
más masa, menos autocontenido, con un locus de plina firme y represiva, está despareciendo.
control debilitado y más heterodirigido. La crianza de los hijos es crecientemente
Paradójicamente, afirma Marcuse, la libertad resultado de la exposición a otras agencias de
de que gozará en la nueva constelación familiar: socialización, como la guardería y la televisión,
que interactúan con la familia y que exponen a
...resulta ser, más que una bendición, una los niños a diversas formas de manipulación y
indefensa entrega al mundo: el Yo, que se seducción sexual y anímica.
ha desarrollado sin grandes luchas, aparece En consecuencia, el individuo contemporá-
ahora como una entidad bastante débil, poco
neo se muestra poco capaz para poder distinguir
capaz de llegar a constituir una mismidad
entre los limites de su propio ego y el de los
con y contra los otros, de enfrentarse y
demás, vive en un presentismo en el que requiere
ofrecer resistencia efectiva a las fuerzas que
ahora imponen el principio de realidad ...
realizar sus placeres sin pensar en el mañana
al tiempo que el perenne temor a la disolución
Concluye entonces que: familiar intensifica sus ansiedades de apego; su
integración social se ha vuelto más frágil y más
...en una cultura represiva, la debilitación difícil que antes .
del papel del padre y la sustitución de éste En fin, como Marcuse arguyese, efectivamen-
por autoridades externas tiene forzosamente te la industrialización disloca y subvierte el antiguo
que debilitar las energías del impulso en sistema familiar y estas transformaciones parecen
el Yo juntamente con sus instintos vitales. anular las interpretaciones freudianas de la moder-
(1965/1970, 104) na sociedad de masas, que como contrapartida
denuncian en su obsolescencia lo que la sociedad
Conciencia y responsabilidad personal tecnológica avanzada ha hecho del individuo.
decaen objetivamente bajo condiciones de una
burocratización total en las que es sumamente
2.2. Sobre la tesis de la sexualidad subversiva
difícil conservar cierta autonomía ante los condi-
cionamientos del aparato burocrático. Marcuse comparte con Wilhelm Reich y la
De la actualidad de tales reflexiones sobre el primera generación del freudomarxismo la tesis
fin del individuo moderno y las transformaciones de la represión sexual como resultado y condi-
de la familia como correa de transmisión social, ción de los intereses de dominación y explotación
Pierre Fougeyrollas, Chistopher Lash, y Mark capitalista.
Poster, el primero en su libro Las metamorfo- Dicha tesis presupone la existencia de una
sis de las crisis (1985), el segundo en "El Self sexualidad primigenia, que actuaría mas acá de
disminuido: sobrevivencia psíquica en tiempos la cultura y del lenguaje, aún no deformada por
problemáticos" (1985), ambos escritos unos seis el logos de la dominación y de cualquier otra
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mediación que el principio del trabajo socialmen- intérpretes y detractores, Marcuse no percibe en
te necesario hubiese impuesto. la revolución sexual la panacea de la liberación de
Esta concepción será fuertemente criticada los males individuales y sociales de la sociedad
por los postestructuralistas y en particular por tecnológica avanzada.
Michel Foucault y las feministas francesas. El descuido de los vínculos entre sexualidad
Es este aspecto de la formulación marcusiana y destructividad y el problema de la desubli-
de una sexualidad subversiva y la crítica postes- mación represiva, o utilización de la sexualidad
tructuralista de que es objeto lo que me interesa con miras al control capitalista, según el cual, a
discutir en este apartado. consecuencia del principio de actuación, variante
Con Reich y los freudomarxistas, Marcuse capitalista del principio de realidad, la libido se
encuentra en la fórmula freudiana de "los des- concentra en los genitales dejando el resto del
tinos de la pulsión" un formidable fundamento cuerpo desexualizado y convertido en instrumen-
para su crítica del capitalismo. to de trabajo compulsivo, serán los principales
Este se abría instituido en la represión de la aspectos de esa toma de distancia de Marcuse
sexualidad, más precisamente en su sublimación respecto a la propuesta reichiana de la revolución
represiva (Marcuse, 1968/1973), reduciendo su sexual.
manifestación al placer genital, y encuadrando En Un ensayo sobre la liberación, Marcuse
éste en sus funciones reproductivas dentro de las afirmará que:
coordenadas de la familia monogámica patriarcal
(Reich, 1930/1976). ...los tabúes sobre las relaciones sexuales
Este proceso de censura y represión sexual pre y extramaritales se han relajado consi-
tendría su razón de ser en los requerimientos derablemente. Así, nos enfrentamos con la
paradoja de que la liberación de la sexuali-
de un aparato productivo fundado en el trabajo
dad provee de una base instintiva al poder
socialmente necesario, extraño, o aún más, hostil,
represivo y agresivo de la sociedad opulenta
a la naturaleza lúdica del sexo y necesitado de la (1969/1975, 17).
transformación represiva de su energía.
Dice Michel Foucault, a propósito de los pre- La alternativa parece entonces estar en una
supuestos de esta por él denominada "hipótesis sublimación no represiva o erotización por la que
represiva de la teoría crítica": las mociones pulsionales pregenitales irrumpen
el escenario social' y la totalidad del cuerpo se
La idea del sexo reprimido no es pues solo
restituye como fuente de placer.
una cuestión de teoría. La afirmación de una
Solo entonces es que la lucha por la revolu-
sexual idad que nunca habría sido sometida
con tanto rigor como en la edad de la hipó- ción sexual deviene en lucha por el derrocamiento
crita burguesía, atareada y contable, va apa- del capitalismo y conquista de la verdad, lucha en
rejada al énfasis de un discurso destinado a la que la liberación de la sexualidad pregenital, se
decir la verdad sobre el sexo, a modificar su instituye en el fundamento biopsíquico del orden
economía en lo real, a subvertir la ley que lo pos capitalista (Marcuse, 1953/1981)2.
rige, a cambiar su porvenir (1976/1978, 15). Pero más allá de estas diferencias con Reich y
los primeros freudomarxistas, comparte Marcuse
La lucha contra su represión es así indiso- con ellos la idea de una sexualidad primigenia
ciable de una lucha contra la dominación y la aún no deformada por ellogos de la dominación.
explotación que el capitalismo suponen y su libre Marcuse postularía claramente esa posi-
expresión la promesa de un nuevo orden social, ción esencialista cuando afirma que las mujeres
una prédica sexual que fustiga el antiguo orden, poseen las cualidades de Eros, que son aptas para
denuncia la hipocresía burguesa y hace soñar con oponerse al patriarcalismo basado en el principio
una nueva sensibilidad. de actuación y que pretender alcanzar la igualdad
Pero a diferencia de Reich y los pnme- social y económica significaría para ellas no otra
ros freudomarxistas, y de no pocos de sus cosa que integrarse al sistema de dominación al
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