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Jaime Robert

Herbert Marcuse:
Sexualidad y psicoanálisis

Abstract. The paper reviews Marcusian es, de su concreción histórica y posibilidades de


thinking regarding Freudian psychoanalysis subversión ontológica, a partir de dos fuentes, en
in two of its primary aspects: the critique of principio heterónomas:
metapsychology and the hypothesis of subversive
1. la teoría hegeliano-marxista del trabajo ena-
sexuality, both concerning their gnoseological
jenado
and political validity in the presento Some
reformulations stated by the author concerning
Marxism and its description of the new forms of ii. la teoría freudiana de las motivaciones ins-
social conflict in advanced capitalism are also tintivas inconscientes
discussed. Puntos de partida con respecto a los cuales
mantiene en todo momento una actitud de vigi-
Key words: Marcuse, psychoanalysis, lancia heurística y crítica dialéctica.
Marxism, sexual repression, socialization, social
psychology. En tal sentido parte del marxismo y sus
postulados sobre lo racional como tensión entre
lo dado y lo posible, el carácter irracional de
Resumen. Se pasa revista a la reflexión la sociedad capitalista contemporánea en tanto
marcusiana en torno al psicoanálisis freudiano perpetuación de la violencia y la lucha por la
en dos de sus aspectos principales: la crítica existencia en condiciones de abundancia y el
de la metapsicología y la hipótesis de la paso al socialismo como posibilidad racional de
sexualidad subversiva, ambos en cuanto a su dignificación y pacificación humana con la natu-
vigencia o actualidad gnoseolágica y política. raleza y consigo mismo, pero toma distancia de
Previamente se hace mención de algunas de las éste en cuanto al presunto carácter ineluctable de
reformulaciones que el autor plantea en torno tal proceso, alentado por un progreso infinito del
al marxismo y su caracterizacián de las nuevas dominio técnico, que, al parecer de Marcuse, si
formas de expresión del conflicto social en el no se transforma en progreso cualitativo, deviene
capitalismo avanzado. por el contrario en mecanismo de afirmación y de
contención y asimilación del poder de la negativi-
dad, negación de la negación.
Palabras clave: Marcuse, psicoanálisis, y es que contrario al marxismo clásico,
marxismo, represión sexual, socialización, Marcuse encuentra que la sociedad industrial
psicología social. occidental contemporánea dista de encontrarse
en vías de desintegración y de radicalizar la
exclusión y la miseria de las masas, generando
Herbert Marcuse se distingue por su reflexión por el contrario, en medio del despilfarro, la
crítica de la sociedad tecnológica avanzada, esto expoliación del tercer mundo y la segregación

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de sus propias minorías étnicas y nacionales, un 1. Sobre la crítica del marxismo


Estado de bienestar y libertad, que integra y anula
toda oposición como nunca concibiera el análisis En su análisis de las tendencias de las socie-
marxista clásico (Marcuse, 1967/1968). dades industriales avanzadas, Marcuse formula
y sin embargo, dichos logros en la conquista la necesidad de revisar los conceptos clásicos en
de una mayor satisfacción de las necesidades función de las nuevas formas que toma el capita-
existentes, se mantienen en un marco represivo, lismo avanzado (Marcuse, 1969/1971).
altamente tecnificado y planificado, incapaz de Está de acuerdo con el marxismo clásico en
subvertir la estructura vigente de necesidades y que la economía determina en última instancia
aspiraciones mismas, sean materiales o cultu- la estructura del todo social, al menos en lo
rales, acordes con una nueva sensibilidad, con- que a las sociedades capitalistas occidentales se
ciencia y praxis en la transformación del entorno refiere, con lo que la teoría crítica se asimila a la
natural, la creación de nuevas formas e institucio- crítica de la economía, al punto de que hoy más
nes de convivencia humana y la autoconstitución que nunca antes, y en esto juzguen ustedes hasta
de la subjetividad posible. donde ese hoy marcusiano, y más allá, marxista
Será precisamente la identificación de esta clásico, resulta actual:
alianza entre represión y conquista de una mayor
satisfacción de las necesidades la que lleva a lo verdadero y lo falso y lo bueno y lo malo
Marcuse a vincular el pensamiento freudiano con se han vuelto abiertamente categorías de
la crítica hegeliano-marxista de la razón, en la la economía política, puesto que definen el
medida en que Freud explica el proceso por el que valor en el mercado de los hombres y las
cosas. La cualidad de mercancía lo abarca
la sociedad occidental reprime necesariamente
todo (Marcuse; 1973, 25).
cierta cantidad de energía instintiva como condi-
ción de la civilización misma.
Pero toma distancia de la máxima marxista
Pero toma distancia de su dialéctica apoca-
que formula que la contradicción central del
líptica, historizando sus categorías fundamenta-
modo de producción capitalista se encuentra en
les, en particular los puntos de vista dinámico
y económico de su metapsicología: la dialéctica la relación que se da entre la producción social
existente entre el principio de realidad y el prin- y la apropiación privada de la riqueza, para afir-
cipio del placer asume formas específicas en la mar que tal contradicción es desplazada por una
sociedad capitalita, la oposición entre trabajo nueva: aquella que se da entre las tendencias cre-
como principio de realidad y expresión de la cientes a la automatización de la producción y la
modalidad de la destructividad humana, que es contención social de sus tendencias liberadoras.
proyectada hacia la naturaleza en la media en que Según Marx consustancial al modo de pro-
la represión es su condición, y Eros, es sustituida ducción es el creciente antagonismo entre el
por Marcuse por la dialéctica histórica trabajo proceso de producción social y su sistema de
enajenado o principio de actuación y Eros. apropiación privado; contradicción que convierte
En esta exposición me interesa en particular al proletariado en la fuerza revolucionaria por
la reflexión marcusiana en torno al psicoanálisis excelencia ya que es éste quien con su vitalidad
freudiano y a dos de sus aspectos: uno relativo a constituye el principal insumo del proceso pro-
la crítica de la metapsicología Psicoanalítica, el ductivo, a la vez que se ve expulsado (enajenado)
otro, a la particular hipótesis marcusiana de una de toda posibilidad de apropiación de su producto
sexualidad subversiva, y ambos en cuanto a su (exclusión del mercado de bienes); y todo ello en
vigencia o actualidad gnoseológica y política. un proceso de creciente pauperización que se
No obstante conviene hacer mención previa hace biológica y psicológicamente cada vez más
a algunas de las reformulaciones que plantea en insostenible.
torno al marxismo, en particular aquellas que Pero es precisamente este proceso de paupe-
tienen mayor implicación en sus reflexiones sobre rización progresiva lo que ha sido modificado en
la teoría del psicoanálisis freudiano. las sociedades industriales avanzadas, mediante

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una dislocación del lugar del proletariado en la La revolución industrial puede definirse
dialéctica producción social-apropiación privada. entonces, a los ojos de Althusser, como el paso
De una parte mediante la integración de este pro- de la manufactura a la gran industria, como la
letariado a la sociedad de consumo, resultante del transformación de la unidad del medio de trabajo
reordenamiento internacional del capitalismo. De y la fuerza de trabajo por la unidad del medio de
otra, por la creciente auto matización del proceso trajo y el objeto de trabajo.
productivo y el desplazamiento de la fuerza de El origen de los trastornos técnicos y sociales
trabajo hacia el sector servicios. de la revolución industrial, no será entonces el
Efecto de ello es que la contradicción central resultado del desarrollo de las fuerzas producti-
del modo de producción capitalista se desplaza de vas sino del movimiento de desplazamiento del
aquella signada por la relación en que se encuen- ser humano como portador de herramientas por
tran los grupos sociales respecto a los medios de la máquina-herramienta.
producción y su apropiación de la riqueza social Volviendo a Marcuse, en este proceso de
hacia una tensión contenida -la dialéctica de las desplazamiento del ser humano como antiguo
tendencias crecientes hacia la automatización y centro de la producción, la energía humana es
la movilización de tales tendencias en la perpe- transformada en habilidades técnicas y psicofísi-
tuación del trabajo socialmente necesario y la cas (plusvalía relativa) y todo ello en un proceso
manipulación servilista de la satisfacción de las simultáneo de eliminación del trabajo inhumano
necesidades-o (plus valía absoluta) y aislamiento y despolitiza-
La máquina se convierte ahora en el ele- ción obrera; el obrero es recuperado en la esfera
mento eje de todo un sistema organizativo que del consumo, teniendo ahora mucho más que
determina los modos de acción y configura el perder que sus cadenas y reagrupado en una
ethos postindustrial penetrando el psiquismo más aristocracia que se organiza contra el obrero no
profundo (automatización yoica) y completando calificado y el subproletariado del mundo perifé-
su integración, despolitización y satisfacción. rico-dependiente y en defensa de las condiciones
Concepción que, desde otra perspectiva, rei- d~ vida burguesamente viables.
tera Louis Althusser cuando, en "Para leer El Consecuencia de todo ello es que el esquema
Capital" ( Althusser y Balivar; 1967/1988) afirma del partido de masas como vanguardia ideológica
que en la sociedad industrial avanzada la gran a través del cual se canaliza la acción política con
industria mecánica, al reemplazar a la fuerza miras a la conquista del poder del Estado resulta
humana en la función de portador de herramien- obsoleta en el contexto de las sociedades capita-
tas, suprimiendo su contacto directo con el objeto listas desarrolladas.
de trabajo, provoca una transformación completa El pueblo, que anteriormente era el fermento
de la relación entre el trabajador y los medios de del cambio social, ha sido asimilado y convertido
producción: en fermento de la cohesión social y solo en los
proscritos y los condenados de la tierra se atrin-
en adelante, la forma que toma del objeto de cheran los últimos rescoldos de esperanza.
trabajo ya no depende de los caracteres cul- En fin, la inflexión marcusiana de los concep-
turalmente adquiridos de la fuerza de traba- tos centrales del marxismo exige la reconsidera-
jo, sino que se encuentra predeterminada por ción de las posibilidades y calidad de la revolución
la forma de los instrumentos de producción así como la redefinición de su agente liberador a
y por el mecanismo de su funcionamiento. riesgo de devenir en ideología de recambio.
El principio fundamental de la organización
del trabajo llega a ser la necesidad de reem-
plazar tan completamente como sea posible
las operaciones manuales por operaciones 2. La crítica del psicoanálisis
de máquinas. La máquina-herramienta inde- freudiano
pendiza completamente la organización de
la producción de los caracteres de la fuerza Con respecto a la crítica del Psicoanálisis
humana de trabajo. (261-262) me interesa en particular la concepción sobre la

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ontogénesis del individuo reprimido desarrolla- una gratificación superior necesariamente solo
da por Marcuse en 1955 cuando escribe Eros y constituya una ilusión que procura disimular que
Civilizacion (1953/1981), y su Anticuamiento del la intensificación del progreso, lejos de acercar al
Psicoanálisis (1965/1970), conferencia pronun- ser humano a la consecución del goce, se acom-
ciada en 1963 en New York durante la convención paña inexorablemente de una intensificación de la
anual de la Asociación Americana de Ciencias falta de libertad y de una mayor hostilidad entre
Políticas. los seres humanos.
En cuanto a la concepción marcusiana de la Marcuse piensa que en la misma teoría freu-
sexualidad subversiva, me interesa la discusión de diana se encuentran los criterios para pensar en la
las conferencias "Teoría de los instintos y liber- posibilidad histórica de una sociedad no represi-
tad" (1968/1973) y "La idea del progreso a la luz va, que a pesar de la constante negación de Freud
del Psicoanálisis" pronunciadas en las universida- de tal posibilidad, en sus presupuestos se encuen-
des de Frankfurt y Heidelberg el verano de 1956, tran los elementos para cuestionarse si realmente
teniendo por referente la crítica foucaultiana de la la civilización está irremediablemente destinada
sexualidad y algunas tesis del deconstruccionis- a descansar sobre la interrelación permanente
mo feminista. entre progreso y destrucción; si no será tal dia-
léctica más bien el resultado de una organización
2.1. Sobre la crítica de los fundamentos del específica de lo social, cuya transformación sería
psicoanálisis cimiento de una civilización fundamentalmente
no represiva.
Para H. Marcuse el psicoanálisis surge COmO Veamos entonces que es lo que Freud nos
crítica del más preciado logro de la modernidad: propone en El malestar en la cultura y hasta
el individuo. donde resulta justificable la objeción y corrección
El Psicoanálisis habría demostrado hasta marcusianas.
donde la compulsión, la represión y la renuncia- En esta obra Freud habla de la imposibilidad
ción, esto es, el yo en tanto voluntad o instancia de la consecución de la felicidad humana, razón
autoconstrictora, constituían la matriz de la que de ser de su existencia, y su necesaria sustitución
estaba hecho el individuo de la modernidad. por estrategias paliativas, de evasión y de evi-
Sin embargo ya los cambios que se generarían tación del displacer. La muerte no aparece aquí
en la Europa central y del Este habrían revelado como un fin en sí mismo, sino o bien como conse-
hasta donde el Psicoanálisis estaba comprometido cuencia no deseada en la búsqueda irrestricta del
con la sociedad cuyos secretos denunciaba: la con- goce, o bien como final del sufrimiento, situación
cepción freudiana del hombre con su fe en la inmuta- definitiva de no dolor, estado de nirvana.
bilidad básica de la naturaleza humana se revelaba en Tres fuentes menciona Freud como obstáculos
el nuevo contexto sociopolítico como reaccionaria. que resultan insalvables en la consecución de tal
De ahí que uno de los puntos centrales de la felicidad y que nos persuaden de la conveniencia
crítica marcusiana a la teoría freudiana en Eros de un domeñamiento de la economia del placer.
y civilización fueran las tesis, expuestas en El La primera de estas fuentes está constituida
malestar en la cultura (1930/1983), de que el pro- por la hiperpotencia de la naturaleza y sus catás-
greso en la civilización se funda en una creciente trofes. La fragilidad de nuestro cuerpo destinado
represión de los impulsos humanos y que la racio- a la ruina y la disolución constituye la segunda de
nalidad de tal represión descansa en el aumento las fuentes de infelicidad y displacer y, la cultura
continuo de la productividad que hace cada vez con sus normas que regulan los vínculos recípro-
más posible la emergencia de una gratificación cos entre los hombres en la familia, el Estado y la
comparativa muy superior a aquella inmediata a sociedad, la tercera de tales fuentes.
la que se renuncia. El presunto carácter insalvable de tales fuen-
Marcuse está de acuerdo en esta ecuación tes nos desalentaría en la búsqueda de la felicidad
civilización-represión, pero no comparte con irrestricta y nos impulsaría a anteponer la cautela
Freud su pesimismo de que de que la promesa de al goce como se hiciera en la transformación del

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principio del placer en principio de realidad bajo En consecuencia, afirmará Freud: "Esta sus-
el influjo del mundo exterior, no sin pagar un titución del poder del individuo por el de la comu-
precio creciente en tensión y hostilidad. nidad es el paso cultural decisivo" (Freud et al.,
En consecuencia, más que procurar ese goce 1930/1983, 58-59).
efímero y de alto riesgo procuraríamos en primer ¿Como entonces, se pregunta el propio Freud,
lugar evitar el dolor o el displacer, esto es, la sole- la cultura puede devenir en esa tercera fuente de
dad contra las penas que deparan los demás; el displacer suplementario que ya denunciaran los
dominio colectivo sobre la naturaleza contra sus cínicos griegos y que, con las enseñanzas de la
intempestivas fuerzas y la alteración de la sensa- conquista del nuevo mundo, se instituyera en
ción de dolor contra los males del propio organis- caballo de batalla de la contrailustración y el
mo o de los provenientes del medio exterior. romanticismo?
Pero entonces parece tener razón Marcuse Según Freud porque necesariamente la vida
cuando arguye que un cambio en las condiciones y colectiva conlleva exigencias en conflicto con las
fuentes de displacer y disuasión en la procuración pulsiones individuales, por lo que como contra-
irrestricta del placer, podría conllevar un cambio partida en la consecución de un mundo menos
en la inexorabilidad de la renuncia y la tendencia hostil y un cuerpo menos perecedero, se impone
a la destructividad. Si la muerte como instinto una mayor renuncia a la satisfacción irrestricta.
Si la civilización conlleva la inhibición metó-
está asociada a la reducción de las tensiones de la
dica de los instintos individuales primarios, es
vida más que a su terminación, la disminución de
bajo el supuesto de que esta represión, que es
estas tensiones conllevaría una disminución de su
entre otras cosas inhibición de la sexualidad, pro-
fuerza, el principio del nirvana y la destrucción
porciona y facilita la creación de grupos humanos
provocada por su inhibición cesarían de dominar
más amplios y duraderos, como lo enfatiza el
la existencia humana.
propio Freud, una represión que también lo es de
Un cambio que tendría que ver con las
la agresividad instintiva, que es desplazada hacia
propias posibilidades del yo para transmutar el
la naturaleza lo que, a la vez que garantiza su
principio del placer en principio de realidad y así,
control efectivo, se concreta básicamente en tra-
renunciando a la gratificación inmediata ofrecer
bajo enajenado, en la medida en que la represión
la posibilidad de su gratificación ulterior al modi-
es su condición.
ficar las condiciones y fuentes del displacer.
Se sigue del planteamiento freudiano que el
y esta transmutación del principio del placer progreso en la civilización conlleva un necesario
en principio de realidad, así como la consecuente aumento de la sublimación, pues la inhibición de
emergencia del yo, habría de entenderse en lo la sexualidad reprimida tendría que ser canali-
sustantivo como acto cultural, en tanto mientras zada hacia formas sustitutivas de compensación
la naturaleza, e incluso el propio cuerpo, se erigen al tiempo que ello significaría un aumento de
en límites externos, ella, la cultura, presentaría la represión controlado. Eros se debilita ante
la particularidad de ser un producto de nuestra Thanatos que se expresa como destructividad
propia actividad orientado precisamente a sal- progresiva.
vaguardamos de aquellas fuentes de displacer y Pero este conflicto, contraargumenta
procuramos la felicidad. Marcuse, descansa en esa estrecha interdepen-
y a este respecto Freud mismo está dispuesto dencia entre los factores sociales que actúan
a reconocer que el patrimonio cultural convierte con miras a la consecución de un mundo menos
al ser humano en una especie de "dios-prótesis" hostil y un cuerpo menos perecedero, fundamen-
(Freud et al., 1930/1983, 54), esto es, en alguien talmente mediante el trabajo, entendido como la
verdaderamente grandioso cuando se coloca todos producción de bienes tendientes a satisfacer las
sus órganos auxiliares, y que el dominio sobre la necesidades planteadas por la escasez, y la cons-
naturaleza y el cultivo estético y ético a tal patri- titución psíquica individual y social del principio
monio asociados permiten la conversión de la de realidad.
economía libidinal-individualista primaria en una Contrario a la premisa básica freudiana
economía erótico-comunitaria de orden superior. según la cual los proceso y conflictos anímicos

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básicos son universales, eternos, fatales como dicha triada en las condiciones de las sociedades
el destino, esto es, no son históricos, no están industriales avanzadas, No obstante, considera,
limitados a un período y a una estructura social tal anticuamiento revela hasta donde el progreso
determinados, la dialéctica entre el principio del sociocultural ha devenido en mayor represión y
placer y el principio de realidad, opina Marcuse, las categorías básicas del psicoanálisis freudiano
asume formas históricas específicas, por las que demostrado su contenido político-social.
la escasez ha determinado en gran parte un tipo La tesis freudiana daba por supuesto ese
de organización social en el que la necesidad de conflicto esencial entre individuo y sociedad
suspender el placer por el trabajo socialmente desarrollado en El malestar en la cultura y en el
necesario ha marcado la pauta civilizatoria. que el individuo mismo era el resultado de este
Aquí Marcuse distingue entre represión bási- conflicto, siendo la dinámica de la situación de
ca, entendida como las modificaciones de los ins- Edipo el modelo oculto, no solo de toda relación
tintos necesarias para la perpetuación de la raza padre-hijo sino también el secreto de la subyu-
humana en la civilización y represión excedente, gación continua del hombre por el hombre y de
relacionada con las restricciones provocadas por las victorias tanto como de los fracasos de la
la dominación social. civilización.
Considera que mientras la represión básica Lo anticuado de tal concepción residiría, de
es necesaria para la existencia de la civilización, una parte en la progresiva dilución del papel que
la excedente no necesariamente, como lo revela corresponde al padre y la familia en la socializa-
la existencia de ciertas comunidades primitivas ción primaria del individuo en las condiciones de
o la posibilidad de una organización racional de la sociedad tecnológica avanzada, de la otra, en el
la sociedad industrial en la que el principio de yo resultante de tal socialización, originariamente
la escasez haya sido superado, suponiendo una desarrollado en el circulo de lo privado en donde
organización distinta de la existente que facilita- devenía un sí mismo con el otro y frente a él.
ría la liberación de una sexualidad transmutable La concepción freudiana suponía la consti-
en erotismo. tución de un sujeto-yo que emergía de la lucha
y para Marcuse la represión prevaleciente contra el padre como representante paradig-
sería el resultado no tanto de la represión origi- mático del principio de realidad, situación que
naria, en tanto necesidad del trabajo, como de habría dejado de existir con el advenimiento de la
una específica organización social, sustentada sociedad industrial avanzada y su transición de la
en su mayor parte en una represión excedente, libre competencia a una competencia organizada,
cuya creciente falta de racionalidad estaría siendo concentración del poder en las manos de una
conjurada por el papel enajenador de los propios ubicua administración técnica, cultural y política,
mecanismos de liberación. producción y consumo en masa y sumisión de las
La eliminación de esta represión excedente dimensiones hasta entonces privadas de la exis-
no conduciría a la eliminación del trabajo per se tencia a la manipulación y el control metódicos
cuanto a la eliminación de la organización de la directos.
existencia humana como instrumento de trabajo y Como resultado el padre y la familia ya
su sustitución por una existencia sustancialmente no constituyen la agencia de socialización psí-
lúdica, reerotizada. quica por excelencia, cediendo ante el avance
Pero no solo a esta modificación del inexora- del control social directo mediante sistemas de
ble principio de realidad por su contraparte prin- influencia sobre las masas, grupos preescolares y
cipio histórico de actuación se reduce la exégesis deportivos, organizaciones infantiles, etc.
y rectificación marcusiana de la teoría freudiana. El hijo se hace cada vez más independiente
En El Anticuamiento del Psicoanálisis del padre y de la tradición familiar en la cons-
(1965/1970) Marcuse se pregunta por la vigen- trucción de un proyecto y estilo de vidas, las
cia de la concepción freudiana del individuo inevitables presiones y actitudes sociales ya no
en términos de la triada ello-yo-súper yo, para son aprendidas e interiorizadas en las largas con-
concluir que dicho individuo ya no responde a frontaciones con el padre, el ideal del yo ahora

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actuará directamente y desde afuera incluso antes años después de la muerte de Marcuse, y el terce-
de haberse consolidado el yo como sujeto perso- ro en Teoría Crítica y Posestructuralismo (1989),
nal y de mediación entre la propia mismidad y publicado una década después, más allá de sus
los otros. diferencias, convergen en que la familia contem-
Pero a consecuencia de esto, el yo se debilita poránea es objeto de una significativa metamor-
como instancia de mediación diferenciada entre fosis cuyos signos más evidentes son su refuncio-
ello y superyo y la dinámica tridimensional con nalización social y la dislocación de su estructura
base en la cual el individuo buscaba y alcanzaba edípica como fundamento del psiquismo.
su equilibrio entre autonomía y heteronomía, La familia nuclear, que creaba egos y supere-
libertad y sojuzgamiento, goce y dolor, queda gos fuertes, a consecuencia de la dominación pater-
reducida a una identificación unidimensional y na sin ambigüedades, con una precisa distribución
estáticas del individuo con sus semejantes y con de roles entre el padre y la madre, donde el primero
el administrado principio de realidad. se especializaba en labores proveedoras y la segun-
El individuo ahora será menos individuo y da en la crianza de los niños y dentro de una disci-
más masa, menos autocontenido, con un locus de plina firme y represiva, está despareciendo.
control debilitado y más heterodirigido. La crianza de los hijos es crecientemente
Paradójicamente, afirma Marcuse, la libertad resultado de la exposición a otras agencias de
de que gozará en la nueva constelación familiar: socialización, como la guardería y la televisión,
que interactúan con la familia y que exponen a
...resulta ser, más que una bendición, una los niños a diversas formas de manipulación y
indefensa entrega al mundo: el Yo, que se seducción sexual y anímica.
ha desarrollado sin grandes luchas, aparece En consecuencia, el individuo contemporá-
ahora como una entidad bastante débil, poco
neo se muestra poco capaz para poder distinguir
capaz de llegar a constituir una mismidad
entre los limites de su propio ego y el de los
con y contra los otros, de enfrentarse y
demás, vive en un presentismo en el que requiere
ofrecer resistencia efectiva a las fuerzas que
ahora imponen el principio de realidad ...
realizar sus placeres sin pensar en el mañana
al tiempo que el perenne temor a la disolución
Concluye entonces que: familiar intensifica sus ansiedades de apego; su
integración social se ha vuelto más frágil y más
...en una cultura represiva, la debilitación difícil que antes .
del papel del padre y la sustitución de éste En fin, como Marcuse arguyese, efectivamen-
por autoridades externas tiene forzosamente te la industrialización disloca y subvierte el antiguo
que debilitar las energías del impulso en sistema familiar y estas transformaciones parecen
el Yo juntamente con sus instintos vitales. anular las interpretaciones freudianas de la moder-
(1965/1970, 104) na sociedad de masas, que como contrapartida
denuncian en su obsolescencia lo que la sociedad
Conciencia y responsabilidad personal tecnológica avanzada ha hecho del individuo.
decaen objetivamente bajo condiciones de una
burocratización total en las que es sumamente
2.2. Sobre la tesis de la sexualidad subversiva
difícil conservar cierta autonomía ante los condi-
cionamientos del aparato burocrático. Marcuse comparte con Wilhelm Reich y la
De la actualidad de tales reflexiones sobre el primera generación del freudomarxismo la tesis
fin del individuo moderno y las transformaciones de la represión sexual como resultado y condi-
de la familia como correa de transmisión social, ción de los intereses de dominación y explotación
Pierre Fougeyrollas, Chistopher Lash, y Mark capitalista.
Poster, el primero en su libro Las metamorfo- Dicha tesis presupone la existencia de una
sis de las crisis (1985), el segundo en "El Self sexualidad primigenia, que actuaría mas acá de
disminuido: sobrevivencia psíquica en tiempos la cultura y del lenguaje, aún no deformada por
problemáticos" (1985), ambos escritos unos seis el logos de la dominación y de cualquier otra

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mediación que el principio del trabajo socialmen- intérpretes y detractores, Marcuse no percibe en
te necesario hubiese impuesto. la revolución sexual la panacea de la liberación de
Esta concepción será fuertemente criticada los males individuales y sociales de la sociedad
por los postestructuralistas y en particular por tecnológica avanzada.
Michel Foucault y las feministas francesas. El descuido de los vínculos entre sexualidad
Es este aspecto de la formulación marcusiana y destructividad y el problema de la desubli-
de una sexualidad subversiva y la crítica postes- mación represiva, o utilización de la sexualidad
tructuralista de que es objeto lo que me interesa con miras al control capitalista, según el cual, a
discutir en este apartado. consecuencia del principio de actuación, variante
Con Reich y los freudomarxistas, Marcuse capitalista del principio de realidad, la libido se
encuentra en la fórmula freudiana de "los des- concentra en los genitales dejando el resto del
tinos de la pulsión" un formidable fundamento cuerpo desexualizado y convertido en instrumen-
para su crítica del capitalismo. to de trabajo compulsivo, serán los principales
Este se abría instituido en la represión de la aspectos de esa toma de distancia de Marcuse
sexualidad, más precisamente en su sublimación respecto a la propuesta reichiana de la revolución
represiva (Marcuse, 1968/1973), reduciendo su sexual.
manifestación al placer genital, y encuadrando En Un ensayo sobre la liberación, Marcuse
éste en sus funciones reproductivas dentro de las afirmará que:
coordenadas de la familia monogámica patriarcal
(Reich, 1930/1976). ...los tabúes sobre las relaciones sexuales
Este proceso de censura y represión sexual pre y extramaritales se han relajado consi-
tendría su razón de ser en los requerimientos derablemente. Así, nos enfrentamos con la
paradoja de que la liberación de la sexuali-
de un aparato productivo fundado en el trabajo
dad provee de una base instintiva al poder
socialmente necesario, extraño, o aún más, hostil,
represivo y agresivo de la sociedad opulenta
a la naturaleza lúdica del sexo y necesitado de la (1969/1975, 17).
transformación represiva de su energía.
Dice Michel Foucault, a propósito de los pre- La alternativa parece entonces estar en una
supuestos de esta por él denominada "hipótesis sublimación no represiva o erotización por la que
represiva de la teoría crítica": las mociones pulsionales pregenitales irrumpen
el escenario social' y la totalidad del cuerpo se
La idea del sexo reprimido no es pues solo
restituye como fuente de placer.
una cuestión de teoría. La afirmación de una
Solo entonces es que la lucha por la revolu-
sexual idad que nunca habría sido sometida
con tanto rigor como en la edad de la hipó- ción sexual deviene en lucha por el derrocamiento
crita burguesía, atareada y contable, va apa- del capitalismo y conquista de la verdad, lucha en
rejada al énfasis de un discurso destinado a la que la liberación de la sexualidad pregenital, se
decir la verdad sobre el sexo, a modificar su instituye en el fundamento biopsíquico del orden
economía en lo real, a subvertir la ley que lo pos capitalista (Marcuse, 1953/1981)2.
rige, a cambiar su porvenir (1976/1978, 15). Pero más allá de estas diferencias con Reich y
los primeros freudomarxistas, comparte Marcuse
La lucha contra su represión es así indiso- con ellos la idea de una sexualidad primigenia
ciable de una lucha contra la dominación y la aún no deformada por ellogos de la dominación.
explotación que el capitalismo suponen y su libre Marcuse postularía claramente esa posi-
expresión la promesa de un nuevo orden social, ción esencialista cuando afirma que las mujeres
una prédica sexual que fustiga el antiguo orden, poseen las cualidades de Eros, que son aptas para
denuncia la hipocresía burguesa y hace soñar con oponerse al patriarcalismo basado en el principio
una nueva sensibilidad. de actuación y que pretender alcanzar la igualdad
Pero a diferencia de Reich y los pnme- social y económica significaría para ellas no otra
ros freudomarxistas, y de no pocos de sus cosa que integrarse al sistema de dominación al

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adoptar la competitividad y agresividad masculi- para diseminarse más lejos, la intensidad de


nas, perdiéndose su capacidad de oposición. Y es los goces y la obstinación de los poderes.
que a los ojos de Marcuse, las mujeres son lo Otro (1976/1978,64)
que posee la negatividad necesaria para la restau-
ración de los valores de la vida y el reencuentro y antes ya había afirmado que:
con la naturaleza reprimida; esa negatividad ha
... desde el siglo XVI la puesta en discurso
de ser preservada, concepción muy similar a
del sexo, lejos de sufrir un proceso de res-
la sostenida por Erich Fromm (1934/1972) y su
tricción, ha estado por el contrario sometida
humanismo normativo. a un mecanismo de incitación creciente; (...)
Esta posición será objeto de una fuerte crítica las técnicas de poder ejercidas sobre el sexo
de Michel Foucault y el feminismo posmoderno no han obedecido a un principio de selección
que, si bien coinciden con la teoría crítica de la rigurosa si no, en cambio, de diseminación
hipótesis represiva en que efectivamente existe e implantación de sexualidades polimorfas,
una relación entre la regulación sexual y la volun- y (...) la voluntad de saber no se ha detenido
tad de poder contemporánea, contraponen, frente ante un tabú intocable sino que se ha encar-
a la sexualidad subversiva de Marcuse, la tesis de nizado (...) en constituir una ciencia de la
sexualidad (1976/1978,20).
la sexualidad como un constructo que no admite
sexualidad natural alguna: toda sexualidad es
Cierto que reconoce que efectivamente se
mediada por la cultura, toda sexualidad es cons-
operó toda una economía restrictiva:
trucción e interpretación.
A diferencia de la hipótesis freudomarxista
...nuevas reglas de decencia filtraron las
de la represión sexual Foucault y el feminis- palabras: policía de los enunciados. Control,
mo posmoderno no comulgan con la tesis de también, de las enunciaciones: se ha defi-
que pueda hablarse en términos biopsíquicos de nido de manera mucho más estricta donde
una sexualidad transhistórica o transcultural que y cuando no era posible hablar del sexo; en
pudiera ser objeto de interpretación hidráulica que situaciones, entre que locutores, y en el
alguna y sobre todo consideran que esa relación interior de cuáles relaciones sociales; así se
sexualidad-poder se establece exactamente de han establecido regiones, si no de absoluto
modo inverso al que postula la hipótesis represi- silencio, al menos de tacto y discreción:
entre padre y niños, por ejemplo, o educado-
va, esto es, lejos de establecerse una práctica de
res y alumnos, patrones y sirvientes (25-26).
exclusión, censura y represión de la sexualidad,
esta habría sido objeto de todo tipo de prácticas
Pero esta regulación lleva como contrapar-
discursivas diversas de incitación y excitación,
tida una explosión de los discursos sobre el sexo
en una suerte de analítica y sensualización de los
que se aceleró a partir del siglo XVIII. Lo esen-
poderes; lejos de excluirla los dispositivos dis-
cial fue una multiplicación de discursos sobre el
cursivos de la sexualidad abrían conducido a una
sexo en el campo del ejercicio del poder mismo:
intensificación de sus sentidos.
Afirma Foucault:
...incitación institucional a hablar del sexo, y
cada vez más, obstinación de las instancias
Nunca una sociedad fue más pubidunda, se
del poder en oír hablar del sexo y en hacerlo
dice, jamás las instancias de poder pusieron
hablar acerca del modo de la articulación
tanto cuidado en fingir que ignoraban lo que
explícita y el detalle infinitamente acumu-
prohibían, como si no quisieran tener con
lado (26).
ello ningún punto en común. Pero, al menos
en un sobrevuelo general, lo que aparece es
lo contrario: nunca tantos centros, de poder; En fin, los discursos sobre la sexualidad,
jamás tanta atención manifiesta y prolija; lejos de haberse rarificado como postula la hipó-
nunca tantos contactos y lazos circulares; tesis de la represión, se multiplicaron e implanta-
jamás tantos focos donde se encienden, ron; más allá de interdicciones y prohibiciones, lo

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que se vivió fue la solidificación e implantación críticamente la atención de lo problemático


de toda una disparidad sexual. que resulta la tesis de la sexualidad feme-
Antes que ese referente biopsíquico sub- nina como radicalmente diferenciada de la
yacente en la naturaleza humana que supone la sexualidad fálica, lo que supone una vuelta a
hipótesis de la represión, M. Foucault concibe la la biología de la que se pretende descentrar,
sexualidad como una invención de los dispositi- otras como la lacaniana Lucy Irigaray tienen
vos del poder que en los últimos siglos, habría que convenir con feministas freudomarxistas
sido objeto, no de una creciente represión, sino, como Monique Wittig en cuanto a derivar
por el contrario, de una incitación y proliferación una sexualidad femenina específica a partir
discursivas como quizá nunca antes habría cono- de una anatomía o condición existencial
cido la humanidad. "Juegos de lenguaje" (Janik y femenina específica, dejando en la estacada
Toulmin, 1973/1983) sexuales que habrían creado la duda de hasta donde la sexualidad femeni-
la idea de una sustancialidad pulsional tan fuerte na se construye por completo culturalmente
e irracional que requeriría de todo un dispositivo o solo en lo que se refiere al falo como signi-
del saber y regulación de tan explosivo campo, ficante organizador de la diferencia.
premisas de una voluntad moderna de saber de la
que se apoderaría el discurso crítico, recreando 11. Que en consecuencia, la crítica foucaultiana
aquello que presuntamente denunciaba, esto es, él y feminista posmoderna no consigue conju-
mismo deviniendo en dispositivo de dominación. rar consistentemente la facticidad extradis-
Foucault pretende entonces no solo demostrar cursiva del cuerpo sexuado: Foucault parece
las falacia s de la hipótesis represiva de la razón negar toda referencialidad extradiscursiva a
crítica en cuanto a la naturaleza de la mecánica del la sexualidad y con ello la despoja de toda
poder y del lugar de la represión en ella, en parti- pretensión de realidad, cuestión básica para
cular de la represión sexual en los albores y despe- combatir el sustancialismo de la hipótesis
gue del capitalismo, sino que, muy por el contrario represiva, pero, decimos que parece, pues
a su autoproclamada función contestataria, dicha no deja de señalar como contrapartida el
hipótesis forma parte del dispositivo de poder que cuerpo como ese lugar sobre el que han de
denuncia, demostrando de paso así, la relación actuar los dispositivos de regulación. ¿Y es
problemática entre el poder y la verdad, y llevando que acaso esta materia prima, al perder su
adelante las líneas más radicales del programa sustancialidad natural fijada, no le queda
nietzscheano de crítica de la razón ilustrada. nada por decir, deviniendo en muda, amorfa
No obstante y a pesar de lo bien fundamen- e infinitamente plástica? ¿Cual es realmente
tado de su crítica a la hipótesis represiva y la el papel del cuerpo en general, y sexuado en
reformulación que nos ofrece sobre las relacio- particular, en las estrategias discursivas del
nes entre el sexo, el poder y su saber, hemos de biopoder? ¿Puede éste transformarse total e
insistir en algunos aspectos contemplados por la infinitamente a gusto del biopoder? ¿es que
hipótesis marcusiana de la represión y en algún acaso el cuerpo no tiene mayor facticidad
sentido también reichiana y freudomarxista en que las que impongan los juegos de poder
general: discursivo?
1. Que esa voluntad de poder nietzscheana a
la que recurre Foucault está regida por el 111. Finalmente, que la deconstrucción de la
principio de un excedente represivo del que hipótesis represiva de la teoría crítica tal
beben sus realizaciones regulativas y que como la realizan Foucault y el feminis-
la sexualidad más allá de las regulaciones mo posmoderno peca de simplista y lineal.
a que se ve objeto por dicho excedente, se Después de todo las nociones de regulación,
opone a ella como naturaleza a domeñar. En control, segregación, son, en palabras del
este sentido si bien feministas posmoder- mismo Foucault, mecanismos de ejercicio del
nas como Judith Butler (1990/2001) llaman poder, que es lo que está en el trasfondo de

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las preocupaciones de la teoría crítica, y, si la Notas


virginidad prematrimonial y el matrimonio
l. Interpretación contrapuesta a la que hace Fromm
monogámico patriarcal (pilares, creo, de la
de Marcuse (cf. Fromm, 1990/1992).
sociedad victoriana) corresponden a disposi-
2. Tesis que separa las formulaciones reichiano-
tivos más bien de regulación y producción de
frommianas de las marcusianas (cf. Marcuse et
los placeres que de censura y constreñimien- al., 1972).
to de la sexualidad, así como la toma militar
de las calles podría ser más expresión de la
regulación, y distribución de las libertades de Bibliografía
tránsito, expresión y demás formas de cons- Althusser, L. Y Balivar E. (1967/1988) Para leer El
trucción de la humanidad posible antes que Capital. México: siglo XXI editores.
represión y constricción de ésta, es asunto Butler, J. (1990/2001) El género en disputa. México:
que parece menos significativo que develar Paidós.
los mecanismos de ejercicio del poder, como Foucault, M. (1976/1978) Historia de la sexualidad
bien hace Foucault, pero también de desnu- l. La voluntad de saber. México: Siglo XXI
dar la naturaleza y sentido de tal ejercicio, editores.
Freud, S. et al. (1930/1983) El malestar en la cultura.
como pretende la hipótesis represiva, aspecto
A medio siglo de El malestar en la cultura de
que descalifica la impugnación foucaultiana
Sigmund Freud. México: Siglo XXI editores.
que, más que nietzscheano, nos deja un sabor Fromm, E. (1934/1972) La teoría del derecho materno
wittgensteiniano al respecto. y su pertinencia para la psicología social. En La
crisis del psicoanálisis. Buenos Aires: Mundo
moderno.
A modo de recapitulación: ____ o (1990/1992) Lo inconsciente social. Obra
de la actualidad del pensamiento póstuma, l/. Barcelona: Paidós.
Fugeyrollas, P. (1985) Les metamorphoses de la crise.
marcusiano
Racismes et révolutions au XX siécle. Paris:
Amén de la actualidad que aún pueda tener Hachette Littérature.
Janik, A. y Toulmin. S. (1973/1983) La Viena de
la inflexión marcusiana de los conceptos centrales
Wittgenstein. Madrid: Taurus
del marxismo y su llamado a la reconsideración
Lash, Ch. (1985) The Minimal Self. Londres: Picador
de las posibilidades y calidad de la revolución en Marcuse, H. (1953/1981) Eros y Civilización. Barcelona:
las nuevas condiciones de globalización y poseo- Ariel
lonialidad, así como la redefinición de su agente ____ o (1965/1970); El anticuamiento del psicoa-
liberador, en este trabajo hemos procurado dar nálisis. Ética de la revolución. Madrid: Taurus.
argumentos en favor de la pertinencia y actuali- ________ . (1967/1968) El final de la utopía.
dad de la crítica marcusiana de la metapsicología Barcelona: Ariel.
________ . (1968/1973) Psicoanálisis y política.
freudiana, en particular con respecto a las posibi-
Barcelona: Ediciones Península
lidades de superar la contraposición fundamental _______ . (1969/1971) Para una teoría crítica de la
ente el pesimismo freudiano y el optimismo revo- sociedad. Venezuela: Tiempo Nuevo S.A.
lucionario marxista, de la pervivencia heurística ____ o (1969/1975) Un ensayo sobre la libera-
que aún conservan sus tesis sobre el anticuamien- ción. México: Cuadernos de Joaquín Mortiz.
to del psicoanálisis, particularmente las relativas ______ . (1973) Contrarrevolución y revuelta.
al papel de la familia y su estructura edípica México: Cuadernos de Joaquín Mortiz.
como fundamento del psiquismo en tiempos pos- Marcuse, H. et al. (1972) La represión sexual en la socie-
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modernos, y de la sostenibilidad de la hipótesis
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In search of a contexto USA: Cornell University
críticas del postestructructuralismo foucaultiano Press.
y del deconstruccionismo feminista a la hipótesis Reich, W. (1930/1976) La revolución sexual. México
de la represión sexual. D.F.: Ediciones Roca S.A.

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