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Adolescencia
El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) varía y evoluciona sintomatológicamente con la
edad. Entre el 35% y el 80& de los niños con TDAH, el trastorno persiste en la adolescencia. Esta
persistencia de síntomas, tiene consecuencias negativas muy importantes para el afectado, al igual que
ocurre en la edad infantil (Soutullo y Díez, 2008).
En la etapa adolescente nos encontramos con diferentes perfiles de adolescentes con TDAH, en función de
sus condiciones biológicas y sintomáticas (genética y desarrollo) y las condiciones ambientales que han
rodeado su evolución (aspectos académicos, entono familiar, estimulación cognitiva, corrección conductual,
características y tipo tratamiento e intervención).
Dependiendo del perfil de funcionamiento del adolescente, su problemática estará asociada a unos factores y
está requerirá de un tipo de intervención u otra.
El adolescente inatento
El adolescente hiperactivo
Distractibilidad.
Extroversión.
Poco cuidadosos.
Dificultades en las relaciones sociales.
Poco resolutivos.
Necesidad de estar permanentemente haciendo cosas.
Sobrecarga de intereses (objetivos, metas personales).
Dificultad para concluir una tarea.
Necesidad de movimiento y acción constante.
Algunos síntomas propios del TDAH así como el impacto de éstos en el entorno, están presentes toda la vida,
y otros en cambio se transforman hasta no ocasionar un funcionamiento problemático con el tiempo y
tratamiento (Soutullo y Díez, 2008).
BIBLIOGRAFÍA
Guía de Práctica Clínica sobre el Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) en niños y
adolescentes. Guías de Práctica Clínica del SNS. Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad. 2010.
Sotullo, C. y Díez, A. (2007). Manual de diagnóstica y tratamiento del TDA-H. Ed. Médica Panamericana.
Guía para padres y Guía para docentes. Federación Española de Asociaciones de Ayuda al Déficit de
Atención e Hiperactividad. www.feaadah.org
Musitu, G., Buelga, S., Lila, M.S. y Cava, M.J. (2001). Familia y adolesccencia: Análisis de un modelo de
intervención psicosocial. Madrid: Síntesis.
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El entorno familiar y cómo éste sea capaz de gestionarlo, así como la actitud de afrontamiento que
adopten los padres (informarse y formarse para una adecuada intervención con su hijo/a). Los
padres deben actuar como coterapéutas en casa.
El grado/intensidad de los síntomas de TDAH. Cuanto más acusados sean los síntomas más
difícil se hace intervenir con ellos.
La presencia de otros problemas o trastornos (problemas del aprendizaje, trastornos de la
ansiedad, TOD, TC, Adicciones…).La comorbilidad con el TDAH, hará mucho más complicada la
relación con ellos.
Dadas las características del adolescente con TDAH, no todas las formas educativas dentro del abanico
de modelos educativos están indicadas para este tipo de adolescentes.
Por ello, los factores a tener en cuenta minuciosamente para educar a un adolescente con TDAH son:
Establecimiento de los límites y normas. Estos deben ser: claros, estables y que se ajusten a las
necesidades y a la realidad del adolescente y la familia.
El apego y comunicación emocional, son necesarios para acercarse al adolescente.
El control paternal. Debe existir indudablemente, para hacer que se cumplan los límites y las
normas.
Estabilidad de los patrones educativos. Las fluctuaciones entre los modelos de educación sólo
transmiten inseguridad y poca credibilidad. Y esto desestabiliza al adolescente con TDAH e
incrementa la sintomatología nuclear del trastorno.
Son aquellos que NO resultan efectivos. Se caracterizan por ser ambivalentes, discontinuos, excesivamente
rígidos o excesivamente laxos. En estos modelos la comunicación no es clara, directa y asertiva, sino pasivo-
agresiva, agresiva o pasiva, lo que dificulta las relaciones parento-filiales y los problemas de pareja. En estos
modelos suele ser habitual la aparición de discontinuos y conflictos latentes.
Tienen en cuenta la comunicación de los afectos y le asigna una gran importancia en la educación de
sus hijos.
Establecen límites y normas.
Les parece muy importante la asimetría de roles (entre padres e hijos).
Hay un control parental en todo lo relacionado a la vida de sus hijos (amigos, colegio, actividades
extraescolares, implantación de límites y normas, etc).
Ofrecen conductas alternativas al mal comportamiento.
Los padres actúan como modelos.
Comunicación familiar asertiva.
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Un conflicto entre uno, varios, o todos los miembros de la unidad familiar (padres, hijos, hermanos...).
Un conflicto es algo que está en proceso, generalmente parte de un comentario, un malentendido, un
problema de expectativas o una descarga de tensión.
Los conflictos en una familia son inevitables, especialmente cuando hay hijos adolescentes. En el caso de
los adolescentes con Trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) (especialmente el subtipo
combinado e hiperactivo-impulsivo), los conflictos familiares son frecuentes debido al impacto del trastorno
en la convivencia familiar. Los problemas comportamentales, la baja o mala comunicación, el estilo agresivo,
la reactividad emocional, la oposición a las normas, los problemas académicos, el aislamiento de los demás
miembros de la familia y el comportamiento egocéntrico, hacen que sean frecuentes las discusiones entre
hermanos, padres y padres-hijos.
Explicación de situaciones conflictivas familiares con un hijo/a adolescente con TDAH
En muchas ocasiones el conflicto no tiene que ver con el presente, sino con el pasado y el futuro de las
personas implicadas. Cuando no se verbalizan y exteriorizan las quejas, cuando no se predispone un
espacio para intercambiar opiniones, cuando las decisiones se toman unilateralmente y sin consenso, y
cuando se permite que no se respeten los derechos de los demás, se genera una atmósfera de tensión
emocional familiar que termina por estallar. Por ello, la mejor forma de evitar la aparición de un conflicto
es prevenirlo.
El problema es que vivimos el conflicto como una amenaza porque nos obliga al cambio. Pero esto, no debe
verse como un fracaso familiar, ni de la educación paterna, sino como unaoportunidad para analizar la
organización familiar, las posibles barreras comunicativas y las debilidades personales de los miembros de
la familia y de la familia como espacio común. Los conflictos deben enfocarse como escenarios nuevos de
cambio.
El éxito en la resolución de un conflicto no depende del conflicto en sí, sino de nuestro modo de afrontarlo.
Conclusión
En el caso de los adolescentes con TDAH, que además presenten problemas de comportamiento, hostilidad,
actitud poco colaborativa y/o desafiante, rechazo a la comunicación, problemas personales (sociales,
académicos, anímicos), y problemas de gestión personal, es importante abordar la problemática del TDAH
con la ayuda de un profesional, que oriente y reconduzca el problema con el adolescente y la familia, y así
reducir significativamente potenciales factores de riesgo de conflictos en la familia.
La primera condición para resolver un conflicto es nuestra actitud ante el conflicto. Para resolver un conflicto
hace falta entusiasmo, no desistir, no desfallecer, aun cuando nos parezca imposible y sobre todo, actitud de
cambio.
El Trastorno por déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) no suele aparecer solo, y es frecuente que se
acompañe de otros problemas psiquiátricos, que se denominancomorbilidad.
La concurrencia del TDAH con otros diagnósticos psiquiátricos se presenta en más del 50% de los afectados
en la adolescencia. Cuanto más tiempo pase sin que sea correctamente diagnosticado y tratado, más
posibilidades de que aparezcan otros trastornos comórbidos derivado de la propia sintomatología del trastorno
y del impacto de ésta en el afectado y su entorno.
La comorbilidad del TDAH también está influenciada por la genética. Cuando existen antecedentes de
trastornos psiquiátricos en la familia como trastorno bipolar, depresión o ansiedad es más probable que los
adolescentes desarrollen estos trastornos cuando además se dan circunstancias precipitantes en el entorno
(fracaso escolar, bullying, rechazo social, consumo de tóxicos, problemas familiares, etc.).
Aspectos del paciente: diagnostico en edad avanzada (adolescencia), CI bajo, escaso nivel
educativo, trastornos del aprendizaje .
Del propio trastorno: subtipo combinado, incido precoz, grave, de larga evolución, síntomas
agresivos.
Presencia de antecedentes familiares: TDAH, trastoorno bipolar y depresión.
Ansiedad
Fobias
Problema sociales
Autoestima
Bipolar
Depresión
Trastornos de conducta
Adicciones
Los trastornos de conducta son los trastornos con mayor presencia en la adolescencia y el TB es el que
menor probabilidad tiene, debido a la gran carga genética del TB. En la actualidad la adicción a las nuevas
tecnologías es un problema que está adquiriendo cada vez mayor notoriedady gravedad en los adolescentes
con TDAH.
La presencia de otro trastorno además del TDAH, empeora el pronóstico, ya que el TDAH tiende a cronificarse
y su tratamiento es más complejo.
En la evaluación del trastorno debe analizarse sistemáticamente la presencia de trastornos comórbidos, para
no caer en errores diagnósticos o malas atribuciones sintomatológicas.
Si el médico establece que un trastorno comórbido es secundario al TDAH, el tratamiento del TDAH debería ir
primero, ya que probablemente solucionaría el segundo. Por ejemplo en el caso de TDAH y trastorno de
conducta disocial, donde el TDAH incrementa la impulsividad y las conductas de riesgo.
En la práctica clínica esto no siempre es factible, y a veces tenemos que tratar ambos trastornos a la vez, o
incluso tratar el trastorno comórbido primero para estabilizarlo y entonces empezar a tratar el TDAH.
El tratamiento que ha demostrado mayor eficacia es el Multimodal (Treatment of Children with ADHD. MTA,
1999), que consiste en una combinación:
La intervención de la comorbilidad debe dirigirse tanto al afectado como al entorno de éste con el fin cambiar y
establecer nuevas rutinas, potenciar el apoyo emocional desde la familia y el núcleo social, evitar
comportamientos o actividades perjudiciales o no beneficiosas y desarrollar conductas positivas como el
fomento de actividades deportivas y de tipo social.
BIBLIOGAFÍA
Mulas, F., Etchepareborda, M. C., Abad-Mas, L., DíazLucero, A., Hernández, S., de la Osa, A., Pascuale, M. J.
y Ruiz-Andrés, R. (2006). Trastornos neuropsicológicos de los adolescentes afectos de trastorno por déficit de
atención e hiperactividad. Revista de Neurología, 43, 71-81.
Guía de Práctica Clínica sobre el Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) en niños y
adolescentes. Guías de Práctica Clínica del SNS. Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad. 2010.
Sotullo, C. y Díez, A. (2007). Manual de diagnóstica y tratamiento del TDA-H. Ed. Médica Panamericana.
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Cuando planteamos un programa de técnicas de estudio encaminadas a adolescentes con TDAH, debemos
tener en cuenta muchos aspectos además del meramente académico. Por ello vamos a ver a continuación
una serie de objetivos principales, repartidos en diferentes sesiones en las que se desarrollan los temas:
Comenzaríamos tratando el objetivo personal de cada uno respecto al estudio, conocer a través de la
realización de preguntas guiadas, cuáles son las motivaciones que tienen, qué tipo de sentimientos
experimentan hacia el estudio, a fin de poder conocer un poco más la predisposición que tienen ellos de base
para estudiar. Esto es algo sumamente relevante, puesto que dependiendo de la forma en que sientan el
estudio, sus éxitos o fracasos van a estar condicionados por esos sentimientos.
Esta sesión está muy relacionada con la tercera, la de motivación, pero en esta lo que pretendemos es que
se abran, que dejen ver cuáles son sus motivaciones personales, qué objetivos persiguen o necesitan tener
para aplicarse en el estudio, para que no lo vean tanto como una obligación o algo impuesto sino más bien
como un medio para alcanzar un fin. En este sentido les formularemos preguntas como que qué necesitan
ellos para estudiar, si prefieren o no la ayuda externa y el recordatorio constante de sus padres para hacer la
tarea, etc. Lo que se pretende en esta sesión es que reflexionen, que se den cuenta de la realidad que tienen
ellos frente al estudio, como pueden mejorarla y adaptarla a lo que quieren conseguir. Básicamente es
necesario provocar en ellos una necesidad de estudiar encaminado a algo que los motive.
En la siguiente sesión, y si tenemos la suerte de haber despertado en ellos la necesidad de estudiar, sea por
el motivo que sea, debemos centrarnos en el cómo estudiar, en la necesidad de adquirir unos hábitos de
estudio que en la mayoría de las ocasiones no están implantados o que están hechos de una forma
incorrecta.
Apoyándonos en su conciencia crítica, en su sinceridad, vamos a ir conociendo cuáles son los hábitos que
cada uno tiene: si estudian siempre en el mismo sitio, si cuentan con muchos elementos distractores:
televisión, radio, móvil, etc, si dedican el tiempo necesario en función del curso en el que están, si se
organizan adecuadamente, si emplea técnicas que conozca, como esquemas o resúmenes, etc.
Contando con toda esta información, les brindaremos nosotros otra más, como por ejemplo:
La necesidad de tener un espacio de estudio fijo, donde cuente con todo el material necesario para
estudiar.
Un horario fijo, en la medida de lo posible, para que el hábito sea más fácil de adquirir.
Que este horario cuente con los descansos que deben ser necesarios, más o menos 10 minutos
cada 50 de estudio.
Comenzar con las asignaturas de dificultad media, continuar con las más difíciles y acabar con las
fáciles de forma que acabamos muy motivados y más relajados.
Una buena actividad complementaria a esta sesión sería la elaboración de un horario de estudio fuera del
centro escolar lo mas real posible, donde se tengan en cuenta las actividades extraescolares que puedan
tener, para que sean capaces de apreciar la libertad de horarios que tienen y adaptarse lo más posible a la
realidad para organizar sus horas de estudio.
Para trabajar este aspecto, nos hemos basado en la pirámide de necesidades de Maslow.
La escala de las necesidades se describe como una pirámide de cinco niveles: los cuatro primeros niveles
(fisiológicas, seguridad, sociales y estima) pueden ser agrupados como necesidades primordiales, y el nivel
superior es el de la autorrealización.
La idea básica es que solo se atienden necesidades superiores cuando se han satisfecho las necesidades
inferiores. Es decir, las fuerzas de crecimiento dan lugar a un movimiento ascendente en la jerarquía, mientras
que las fuerzas regresivas empujan las necesidades prepotentes hacia abajo en la jerarquía.
Las necesidades de seguridad surgen cuando las necesidades fisiológicas están satisfechas. Se
refieren a sentirse seguro y protegido:
Seguridad física (asegurar la integridad del propio cuerpo) y de salud (asegurar el buen
funcionamiento del cuerpo).
Necesidad de proteger tus bienes y tus activos (casa, dinero, auto, etc.)
Necesidad de vivienda (protección).
Las necesidades sociales son las relacionadas con nuestra naturaleza social:
Se satisfacen mediante las actividades deportivas, culturales y recreativas. El ser humano por naturaleza
siente la necesidad de relacionarse, ser parte de una comunidad, de agruparse en familias, con amistades o
en organizaciones sociales.
Entre éstas se encuentran: la amistad, el compañerismo, el afecto y el amor. Éstas se forman a partir del
esquema social.
Maslow describió dos tipos de necesidades de estima, una alta y otra baja.
La estima alta concierne a la necesidad del respeto a uno mismo, e incluye sentimientos tales como
confianza, competencia, maestría, logros, independencia y libertad.
La estima baja concierne al respeto de las demás personas: la necesidad de atención, aprecio,
reconocimiento, reputación, estatus, dignidad, fama, gloria, e incluso dominio.
La pérdida de estas necesidades se refleja en una baja autoestima y el complejo de inferioridad. El tener
satisfecha esta necesidad apoya el sentido de vida y la valoración como individuo y profesional, que
tranquilamente puede escalonar y avanzar hacia la necesidad de la autorrealización.
La necesidad de autoestima, es la necesidad del equilibrio en el ser humano, dado que se constituye en el
pilar fundamental para que el individuo se convierta en el hombre de éxito que siempre ha soñado, o en un
hombre abocado hacia el fracaso, el cual no puede lograr nada por sus propios medios.
El último nivel es algo diferente y hay varios términos para llamarlo: motivación de crecimiento,
necesidad de ser y autorrealización.
Es la necesidad psicológica más elevada del ser humano, se halla en la cima de las jerarquías, y es
a través de su satisfacción que se encuentra una justificación o un sentido válido a la vida mediante
el desarrollo potencial de una actividad.
Se llega a ésta cuando todos los niveles anteriores han sido alcanzados y completados, o al menos,
hasta cierto punto.
Después de conocer la jerarquía de necesidades de Maslow, realizaremos a los adolescentes unas preguntas
con las que pretendemos conocer cuáles son sus objetivos personales, dónde se ven ellos al llegar al nivel
máximo de la autorrealización, y elaboraremos una lista de objetivos personales, a corto plazo
preferiblemente, que desean marcarse para mejorar si situación actual.
Ya en la cuarta sesión, nos centramos en técnicas específicas para crear las condiciones óptimas para
desarrollar una buena labor frente al estudio:
Técnicas de relajación. Necesaria tanto la relajación metal como la corporal, para estar dispuestos,
relajados y centrados en la actividad de estudio que vamos a llevar a cabo. En este punto podemos
hacer una par de ejemplos de relajación, para que vea como pueden hacerlos ellos solos en casa.
Después de hacerlo, analizaremos qué han sentido, si creen que esto puedes servirles a ellos para
hacerlo en casa antes del estudio o si presentan por ejemplo ansiedad ante los exámenes.
Técnicas de potenciación de la voluntad: lo que se pretende es hacerlos conscientes de que pueden
hacer cosas o conseguir objetivos que nunca se han propuesto. Para ellos realizaremos listas
individuales en las que se planteen objetivos a corto plazo y alcanzables tanto con la familia, en el
centro escolar o con los amigos. Muchas veces ha cosas que no hacen porque les da pereza, por
ejemplo, pero ante las que son plenamente capaces. Por ello, deben motivarse a conseguir esos
pequeños objetivos, para que se den cuenta de que pueden conseguirlo con esfuerzo y motivación.
Esto nos ayudará a que se apliquen más hacia el estudio, cuando se planteen un objetivo a
alcanzar.
Técnicas para mejorar la autoestima: de cara a la mejora de la autoestima, vamos a emplear una
técnica muy sencilla que les hará darse cuenta de sus virtudes y también de sus defectos. Les vamos
a pedir que elaboren una lista con tres virtudes y tres defectos que tengan. En ocasiones ellos
mismos no será capaces de hacerla, ya que la vergüenza se lo va a impedir, por ello los animaremos
a que pregunten a su gente más cercana, preferiblemente la familia, para que les ayuden, de forma
que pueden conocer qué impresión causan en la gente, cómo son percibidos por el resto, y analizar
en clase qué cosas pueden conseguir con sus virtudes, que las tienen, y qué pueden hacer para
mejorar en sus defectos.
Técnicas de concentración: emplearemos diferentes actividades como túneles, laberintos, ejercicios
de discriminación visual, etc. para mejorar la concentración. Les haremos ver que son plenamente
capaces de hacer estas mismas actividades en muy poco tiempo y en casa, de forma qué es algo
que pueden realizar de manera autónoma y que les ayudara a mejorar enormemente.
En las últimas sesiones de las técnicas de estudio, se pueden plantear las estrategias académicas en sí,
porque ya tenemos preparada la situación para que sea beneficiosa para el estudio: les hemos enseñado
como relajarse, proponerse mentas y objetivos a largo y corto plazo, reconocer sus necesidades y mejorar su
motivación.
Por ello, les enseñaremos en qué consiste, cómo puede ayudarles y la forma correcta de desarrollar
esquemas, anotaciones a los márgenes, la realización de esquemas, tomar apuntes en clase, las ventajas del
subrayado, etc.
Este es un planteamiento que hemos diseñado teniendo presentes y muy en cuenta las características de los
adolescentes con TDAH, las dificultades que hemos visto en ellos hacia el estudio y los ámbitos que creemos
más relevantes para actuar siguiendo sus necesidades. Evidentemente, dependiendo del grupo de alumnos a
los que nos enfrentemos, debemos tener en cuenta sus características para que las sesiones estén lo más
ajustadas posibles a sus necesidades y dificultades.
Bibliografía.
El rechazo a iniciar y asistir a terapia, a comunicar sus problemas, a tomar medicación, a reconocer sus
dificultades a la familia y el entorno, en realidad lo que esconde es la preocupación, el miedo y la
incertidumbre que siente el adolescente con TDAH ante su situación.
La gravedad de su situación
El etiquetaje (ser diferente, raro, estar enfermo)
La afectación a nivel social (como le ven los demás, el rechazo de los iguales)
Incertidumbre ante el futuro (qué pasará después de la adolescencia)
Las posibilidades de `curación`
Los efectos de la medicación
Intervenciones psicoeducativas
La finalidad de la terapia psicoeducativa con el adolescente con TDAH es que conozca su situación y que se
involucre en su tratamiento. Para ello, es indispensable que pueda entender, desde su lenguaje, lo que le está
pasando y cómo puede mejorar sus síntomas y los problemas derivados de su conducta.
Las intervenciones psicoeducativas, pueden ser utilizadas como terapias en sí mismas, con el objetivo de
trabajar la adhesión terapéutica y la adhesión al tratamiento farmacológico, o como parte de una terapia más
global (intervención con el afectado y con la familia).
Comprender mejor su situación: que entienda que le ocurre que sepa ponerle nombre y cual es papel
y el del resto de las personas que le rodean dentro del proceso.
Descubrir y poner en funcionamiento sus capacidades y recursos personales: cuales son puntos
fuertes y sus puntos débiles y como gestionarlos.
Mejorar el concepto de sí mismo, aumentar la autoestima y la autoconfianza: Atribuir correctamente
las responsabilidades los logros y los fracasos para un correcta imagen de sí mismo.
Analizar las causas y consecuencias de su comportamiento y sobre todo el impacto de este en su
entorno a nivel personal.
Corregir mitos y falsas creencias sobre el TDAH: La psicoeducación debe ofrecer explicaciones,
resolver sus dudas, corregir mitos y desmontar sus falsas creencias, al analizar conjuntamente las
ideas y creencias del adolescente sobre su situación presente y futura.
Hay que demostrar al adolescente (con pruebas psicométricas, si conviene) que el TDAH no afecta a su nivel
intelectual.
Es importante recordar al adolescente con TDAH la existencia de personalidades célebres que también
tuvieron y tienen este trastorno y han tenido éxito en sus vidas: como el cantante, Dani Martín, el tenista
Fernando Verdasco, el actor Will Smith, etc. De esta forma verá que el hecho de tener TDAH no tiene porqué
suponer un freno ni una limitación en su vida, si se esfuerza por conseguir sus objetivos.
Los amigos representan un aspecto muy importante para el adolescente y es por ello, que el rechazo de los
iguales les genera una gran preocupación. En este caso, hay que transmitir al adolescentes con TDAH que las
los iguales valoran positivamente las conductas prosociales como la cooperación, la atención de los demás, la
comunicación asertiva, la empatía y de esta forma conseguirán relacionarse de una forma más óptima y serán
mejor apreciaos por sus compañeros. Controlar la impulsividad, y aprender a respetar los turnos y aceptar la
frustración son aprendizajes que evitarán el rechazo y les acercarán más a las personas de su entorno.
`Nunca tendré pareja`
Al igual que en el caso de las amistades, explicarle que una pareja se construye en base a la honestidad, la
cooperación, el respeto mutuo y los valores intrínsecos de la persona. Por lo que el adolescente deberá hacer
un esfuerzo consciente y continuado por mostrar comportamientos positivos de cara a su pareja y evitar al
máximo aquellas conductas que puedan generan conflictos o discusiones (no ceder, querer imponer le punto
de vista, no atender a los detales, reaccionar impulsivamente, no tener en cuenta los sentimientos de los
demás, olvidos y despistes frecuentes, no ser capaz de resolver los pequeños problemas que se presentan en
el día, hundirse antes las crisis, no mostrar iniciativa, etc.)
`Este trastorno que tengo va a suponer una sentencia y una limitación para toda mi vida`
Al llegar a la adolescencia, suelen mostrar sentimientos de rechazo, apatía y abatimiento debido a historial de
fracasos, al gran número de barreras con las que topan tanto en el entorno escolar como social y familiar, a
fracasos académicos, a no ser capaces de cumplir los objetivos y esta situación les genera sentimientos de
desolación ante el futuro.
Debemos hacerles conscientes de sus debilidades y sus fortalezas, para que descubran con que cualidades
positivas cuentan, que oportunidades de futuro tienen delante y que pasos deben dar para alcanzar pequeños
objetivos vitales (cambio de rutinas, nuevos hábitos, nuevos hobbies, deporte y actividad física, actitud
positiva ante el estudio o trabajo, mejora comportamental con sus familiares y personas más cercanas, de
modo que empiecen a experimentar que a medida que introducen pequeños cambios en su vida el entorno
también se vuelve más facilitador.
Explicarles la necesidad de la medicación en cada caso. Como actúa, cuáles son sus beneficios, que
consecuencias esperables pueden encontrar, los riesgos de combinar la medicación con otras sustancias así
como alterar las dosis por su cuenta y dejarles claro que la medicación actúa sobre aquellos aspectos
disfuncionales como la atención, la capacidad atencional, la estabilidad emocional y ésta no altera su
personalidad, ni cambia el carácter de la persona.