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La comunicación eficaz debe ser la meta de todo expositor, pero lamentablemente la falta de experiencia y
preparación sumada a un desconocimiento de las técnicas de la comunicación conducen a una comunicación
ineficaz y deficiente, abundante en palabras pero escasa de mensaje.
Durante siglos oradores y predicadores han ido pasando sus conocimientos y experiencias a generaciones
nuevas para que las verdades profundas y reveladoras de la Biblia sean expuestas de manera simple y sencilla
de manera entendible por todos los estratos de la iglesia
Un estudio profundo sobre homilética, hermenéutica, exegesis y demás artes involucradas en el desarrollo de
un mensaje o una buena oratoria requeriría un periodo de estudio que podría extenderse por meses y años.
Estas páginas son principios básicos sencillos que intentan fundamentalmente ayudarle a desarrollar su
llamado, habilidades y dones.
Este conocimiento divino comunicado claramente a través de la predicación, puede conducir a los hombres a la
salvación eterna a través de la fe en Cristo Jesús. Es también capaz de transformarlos a la imagen y semejanza
de Dios (2 Co 3:18).
Finalmente ,es mi meta que este estudio le motive a prepararse cada día más para que el mensaje de Dios fluya
atreves de usted sin impedimentos humanos para que usted llegue a exponer lo que Dios le diga o muestre en la
Biblia de una manera breve ,entendible ,interpretativamente pura y espiritual.
Pr Mario Alsina
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Homilética
Homilética es el arte y ciencia de predicar para comunicar el mensaje de la Palabra de Dios mostrando cómo
decir las cosas de un modo claro y concreto..Se estudia cómo organizar el material, preparar el bosquejo y
predicar efectivamente
1. Esperando En Dios
Primero, tiene que aprender la manera de esperar en Dios, cómo estar tranquilo delante de Su presencia y
discernir Su voz cuando le hable dentro de su propio espíritu.
Todo sermón de valor comienza en el corazón y mente de Dios, que es la fuente de toda verdad. Él es el
recurso de todo conocimiento. La primera tarea del predicador efectivo, es aprender a percibir o recibir los
pensamientos de Dios. Rara vez escuchará Su voz de manera audible.
La verdad divina destilará tranquilamente hacia el interior de su espíritu como el rocío de la mañana..
Es indispensable adquirir el hábito de pasar tiempo en la presencia de Dios. Separe una porción de cada
día para entrar ante su magna presencia y esperar pacientemente en Él. Pronto aprenderá cómo percibir Su voz,
la cual, le hablará apaciblemente en su espíritu.
No deberíamos leer la Biblia o entrar en la presencia de Dios sólo con la idea de “conseguir un sermón”.
Necesitamos entrar ante su presencia, primeramente, con el propósito de exponernos con regularidad ante su
divino escrutinio y consejo. Precipitarnos en Su presencia con urgencia porque “necesitamos un sermón para
mañana… a para dentro de un rato”, no es ciertamente la actitud de un corazón que pueda recibir Sus
maravillosas verdades.
2. Estudiando La Biblia
Es ideal que el predicador venga delante de Dios con su Biblia en la mano. Haciendo tiempo para sentarse
tranquila y pacientemente delante de Dios de esta manera. Pídale iluminación e inspiración de Su Palabra.
En oración busque el consejo, la sabiduría e instrucciones del Señor en su Palabra a medida que extiende las
páginas de la Biblia ante sus ojos en Su divina presencia.
Adquiera el hábito de hablar con el Señor acerca de Su Palabra. Cuando haya cosas que usted no entienda, pida
al Espíritu Santo que arroje luz sobre ellas.
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Luego, aprenda a esperar tranquila y pacientemente delante de Dios a medida que dirige afablemente sus
respuestas hacia el interior de su espíritu. Apúntelos tal y como le lleguen. Subraye la configuración de la
verdad en su libreta de apuntes. No las confíe al poder de su memoria. Aun la mejor de las memorias tiene sus
debilidades.
Compartir lo que Dios le ha hablado a usted sobre corrección y limpieza propia, es excelente
instrumento para un buen sermón.
Es importante que alimente su propia alma. Una de las trampas en que los predicadores pueden caer, es la de
estar tan interesados en encontrar alimentos para sus congregaciones que descuidan alimentarse para suplir su
propio bienestar espiritual.
Este es uno de los riesgos ocupacionales del ministerio. El pensamiento fue expresado de esta manera en
Cantares 1:6 “…me pusieron a guardar las viñas; y la viña que era mía, no guardé”.
A veces un pastor puede estar tan ocupado en la búsqueda de la salud espiritual de su rebaño, que descuide
tristemente su propio bienestar espiritual. Ésta es una de las razones principales que hacen que los ministros
fracasen. Un ministro no puede arriesgarse a descuidar su propia vida espiritual.
Deje que la Palabra de Dios se arraigue en su propio corazón y espíritu. Deje que crezca fuerte en su vida y
experiencia personal.
Después, cuando predique, realizará un ministerio a partir de la experiencia y la realidad, en lugar de compartir
cosas que usted mismo no comprende plenamente. Usted nunca puede llevar a otros más allá del lugar al cual
usted mismo no haya ido todavía.No debemos tratar de dirigir a otros por caminos que no hemos caminado.
Cuando la Palabra de Dios se encarne en su vida, entonces, se convertirá en un mensaje de Dios. No será
alguien que simplemente recita sermones, sino alguien que realiza un ministerio de vida, bendición y fortaleza
para las almas que lo escuchan.
Un texto de la Escritura favorito de esta gente es el Salmo 81:10 “…abre tu boca, y yo la llenaré”. ¡El contexto
del salmo revela que este versículo no tiene nada que ver con la predicación!. Este tipo de persona a menudo
habla en exceso o habla cosas que no proceden de Dios.
Indudablemente existe un lugar para la inspiración pero también lo hay para la preparación.
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La segunda equivocación va casi al otro extremo. En este caso, se coloca una confianza completa en la
preparación y la habilidad humana. Hay poca o ninguna dependencia en el Espíritu Santo, y existe una auto
confianza que es resultado del entrenamiento y de la habilidad natural.
Tal entrenamiento puede producir ciertamente una predicación muy educativa ,interesante y convincente. Sin
embargo, sólo la unción del Espíritu sobre el mensaje puede ministrar la vida de la audiencia.
La verdad es que un expositor efectivo necesita tanto los aspectos divinos como los humanos. Dios puede
ciertamente bendecir y ungir pensamientos por los que se ha orado diligentemente y que han sido considerados
cuidadosamente.
IMPORTANTE :
Deje que su preparación sea saturada de una meditación intensa y de oraciones ardientes. Determine ser
lo mejor que pueda pero asegúrese de que su confianza esté en Dios y no en usted mismo. Confíe siempre en Él
para su unción y bendiciones espirituales en su predicación.
Las 4 “C” Hay cuatro áreas principales con las que la Homilética está relacionada:
1. Concepto:
Esto tiene que ver con la obtención del tema original para el mensaje. Es el arte de conocer cómo recibir un
mensaje de Dios. Se refiere a la manera de obtener la idea y el tema inicial para un sermón.
A través de la experiencia, uno puede desarrollar la capacidad para reconocer una línea de verdad que se puede
compartir convenientemente con el pueblo de Dios.
A medida que usted medita en la Palabra, emerge una iluminación interna de un aspecto particular. Algo
repentinamente cobra luz en usted. Casi parece saltar desde la página. Una sensación de excitación emerge en
su interior. Acostúmbrese a leer el texto Bíblico que usará en su mensaje no menos de 7 a 10 veces.
2. Composición:
Tras recibir inspiración sobre una verdad concreta, usted tiene que empezar a analizar la manera de descubrir
todo lo que la verdad contiene. Su libro de notas cobra aquí una especial importancia. Cuando medite en
oración, escriba cuidadosamente cada pensamiento que le venga a la mente.
Colocar el material en alguna clase de orden consecutivo le ayudará enormemente en este aspecto. También le
ayudará mucho en su presentación del tema a otros. El compartir una progresión de pensamientos en forma
desarrollada, ayuda a otros a comprender y seguir su línea de razonamiento. Si su presentación no mantiene la
debida secuencia en las ideas, de seguro que la gente tendrá dificultad en comprender su mensaje.
Haga la construcción del sermón tan simple como le sea posible, a fin de que su audiencia pueda captarlo con
facilidad. Intente que aun un niño de 6 años le comprenda.
Para tener un mensaje ordenado es necesario tener un “esqueleto “ (Así se le llama al bosquejo básico)
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Modelo de Esqueleto:
Titulo
Texto Bíblico Principal :
Texto Auxiliar : (si lo hay)
Introducción (pudiera incluir : un Rompe hielos ,anécdota o testimonio breve e interesante
para captar la atención también es bueno esbozar en la introducción hacia donde desea dirigirse
y que desea enseñar)
Punto 1
Punto 2
Punto 3
Conclusión
Aplicación
4. Comunicación
Por último, llegamos a la presentación del mensaje: La comunicación clara y efectiva de la verdad
Esto a menudo implica varias páginas de notas. Presta atención a cada detalle, a la construcción de la frase, a la
palabra correcta que hay que utilizar, etc. Cada aspecto del sermón propuesto está considerado con un
detallismo meticuloso. (Algunas Iglesias luteranas suelen usar este método)
La principal desventaja descansa frecuentemente en la presentación de este tipo de sermón. A menudo, resulta
muy pesado y no retiene la atención del oyente. Este estilo de presentación puede llegar a ser extremadamente
aburrido.
Las notas breves forman como un “telegrama” del mensaje. Son las bases que dan forma y estructura a lo que
el predicador desea decir, cuando habla, pone contenido en las bases y da “cuerpo” a su sermón. Amplía los
pensamientos que sus breves notas han estimulado.
Este método proporciona al predicador más flexibilidad. No está tan atado a sus notas. Está mas abierto a la
inspiración que a menudo le vendrá mientras está predicando. Su exposición es más espontánea e interesante.
3. El Sermón Extemporáneo
Este estilo de predicación es espontáneo y usualmente se presenta sin notas en el tiempo de la exposición. A
menudo se le da al tema previamente, una buena porción de cuidadosa reflexión, llenando la mente y el
corazón de los aspectos vitales del mensaje.
Este estilo es a menudo utilizado para presentar un tipo de sermón más inspirador. De esta manera, los
mensajes evangelísticos pueden ser expuestos con efectividad.
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Esta clase de predicación puede ser emocionante y estimulante cuando es presentada por un predicador
experimentado. Hace un llamado a las emociones a la vez que informa a la mente ,el mensaje fluye del corazón
y a menudo produce una fuerte relación emocional.
Resumen
Creo que el uso de las notas tipo telegrama combina las mejores características de los otros estilos. Las notas
no son tan pesadas que el predicador quede sumergido en ellas. Tiene espacio para ser flexible y su mente
permanece abierta a la inspiración renovadora, incluso mientras está predicando.
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Un pastor debería familiarizarse con cada tipo. Esto proporcionará variedad adicional a su ministerio y lo hará
mucho más interesante para una congregación que puede estar escuchándolo semana tras semana.
Siempre use el método de estudio inductivo, preguntándose al leer: “QUE DICE ¿ y QUE ME DICE? ”
1. Textual
Este estilo se basa usualmente en una porción relativamente corta de la Escritura. De hecho, como su nombre
sugiere, usualmente se concentra en un “texto” bíblico.Implica elegir una afirmación apropiada de la Biblia,
investigarla, analizarla, descubrir toda la verdad que contiene y, después, presentarla de una manera ordenada y
progresiva que sea fácil de asimilar por los creyentes.
2. Tópico
Aquí el predicador intenta presentar un tópico (tema ) específico a su congregación.
Por ejemplo, puede tomar el tema de la “Justificación”. Su objetivo sería, en primer lugar, descubrir todo lo
que la Biblia tiene que decir sobre este interesante asunto o tema.
Su objetivo es contar a su audiencia todo lo que deberían conocer sobre este importante tema.
Por ejemplo, el Cordero de Pascua en Éxodo es un tipo de Cristo. Cada detalle de este Cordero de Pascua,
hablaba proféticamente del papel redentor que Cristo desempeñaría como el “Cordero de Dios” (Jn 1:29)
La interpretación y exposición de los tipos de la Biblia es una tarea altamente especializada que requiere la
habilidad de aquéllos que son maduros y especializados en asuntos bíblicos. Los principiantes deberán evitar el
predicar sobre los tipos más profundos, ya que, las interpretaciones carentes de pericia pueden conducir a algún
tipo de error desafortunado.
4. Expositivo
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Mediante este método intentamos exponer el significado y la verdad contenidos en un pasaje particular de la
Escritura. Usted puede tomar un libro de la Biblia y explicar su significado, capítulo por capítulo. Quizás pueda
estudiar un capítulo completo, siguiendo versículo tras versículo cada semana.
5. Biográfico
Una biografía es una historia de la vida de una persona. Por lo tanto, este método envuelve el estudio de las
vidas de los muchos personajes que encontramos en la Biblia. Cada biografía registrada en la Biblia, contiene
un significado importante para nosotros. Cada vida tiene algo que enseñarnos.
6. Analítico
Este tipo de sermón se relaciona con el análisis detallado de un tema para extraer el mayor contenido de su
verdad. Así que, partiendo de esa verdad, se deben enseñar los principios subyacentes involucrados.
7. Analógico
Gran parte de la Biblia está escrita en forma de analogía. Enseña una verdad a partir de un caso paralelo. Los
escritores usan a menudo un tema natural a partir de la cual enseña una verdad espiritual. Envuelve la
comparación de funciones similares, el proceso de razonar a partir de casos paralelos. El sermón analógico
intenta comunicar la verdad contenida en una analogía.
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Oratoria
Elocuencia y retórica
Se llama retórica, en un sentido general, al arte de componer y pronunciar una buena pieza oratoria el cual
incluye tanto el contenido como la expresión de un mensaje oral.
Un buen orador procura elocuencia que obtiene mediante la selección de adecuadas imágenes, y de frases
reiteradas en formas diversas, que dan amenidad y fuerza a las ideas. En el sermón elocuente las ideas se
graban en la memoria mediante la variedad de imágenes con que el predicador las presenta.
Una de las características o virtudes de la oratoria es la de fijar los conceptos en la mente de los oyentes, por
una reiteración de adecuados sinónimos que prestan a las ideas nuevos y variados matices. Esta variedad de
imágenes y de frases bien redondeadas agrada al intelecto y entona el espíritu, del mismo modo que una música
de armónicos y variados tonos recrea el sentido acústico.
El aumento de la cultura en estos últimos tiempos hace, y hará cada vez más, que en todas las congregaciones
cristianas se encuentren oyentes capaces de darse cuenta de si el predicador está usando un estilo superior a sus
posibilidades oratorias el predicador debe leer literatura selecta, para ir enriqueciendo poco a poco su propio
vocabulario y habilitar su mente para poder emplear frases propias, bien redondeadas, que den expresión a sus
propias ideas con una rica variedad de imágenes.
La Mirada
Cuando se habla en público la mirada juega un papel fundamental. Es un excelente medio de conexión entre la
persona que habla y la audiencia. Al público le gusta que la persona que le habla le dirija la mirada.
El orador que no mira al público da la impresión de tener miedo o de falta de interés.
Cuando se mira al público hay que intentar presentar una imagen abierta, agradable, optimista, sonriente.
La simpatía conquista el corazón del público.
Al subir al estrado lo primero que hay que hacer es saludar al público, mirándole a los ojos.
Hay que tratar de abarcar con la mirada toda la sala, enfocando las distintas zonas (pero evitando hacer un
efecto "barrido" como si de un faro se tratase).
En lugar de mirar difusamente a la masa, hay que tratar de individualizar sin fijar los ojos en rostros concretos,
moviendo la mirada entre el público .
A veces, de manera inconsciente, se comete el fallo de dirigir la mirada preferentemente a una zona
determinada de la sala (por ejemplo, al público que está sentado en las primeras filas, o a la parte derecha del
auditorio).
El resto del público puede llegar a pensar que no se le está prestando la debida atención.
En los momentos de silencio hay que mirar al público.
Permite intensificar la conexión "orador-audiencia".
Mientras alguien formule una pregunta se le dirigirá la mirada, pero cuando se responda se mirará a toda la
audiencia (todos pueden estar interesados en conocer la respuesta).
El Lenguaje corporal
Ya se ha comentado que además del lenguaje verbal, existe un lenguaje visual corporal (movimientos, gestos,
actitudes, etc.) del que muchas veces uno no es consciente, ni sabe muy bien como funciona.
A través de este lenguaje corporal, el orador transmite también mensajes: nervios, timidez, seguridad,
confianza, dominio, entusiasmo, dudas, etc.
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Desde el momento en el que uno accede al altar, el movimiento de las manos, la expresión de la cara, la
postura, los movimientos en el estrado, la mirada, etc. todo ello está transmitiendo mensajes diversos.
El público los capta con total nitidez.
A veces puede suceder que estos mensajes sean contrarios a lo que el orador está tratando de comunicar
con el lenguaje verbal.
Por ejemplo, el presidente de la compañía les está diciendo a sus empleados que lo que más le preocupa es el
bienestar de ellos, pero en ningún momento se toma la molestia de mirarlos a la cara.
Hay que tratar de superar la timidez, transmite inseguridad y dificulta la conexión con el público.
Los gestos de la cara deben ser relajados: una sonrisa sirve para ganarse al público.El movimiento de las manos
debe ser claro y congruente, no contradictorio..
La Imagen
Además del lenguaje verbal y corporal, el orador también transmite una imagen personal que será valorada
positiva o negativamente por el público.
Reacción de la audiencia
A lo largo de toda la intervención el orador tiene que estar atento a cómo reacciona el público (con interés, con
aburrimiento, con simpatía, con aprobación, con rechazo, etc.).
Si el público no muestra interés, no es posible la comunicación.
Cuando finaliza la intervención el público suele aplaudir. El orador dará las gracias sinceramente, mirando al
público, y se retirará discretamente.
Nada de esperar hasta que finalicen los aplausos, ni de volver al estrado a recibir una nueva ovación como si de
un artista se tratase.
Hay que evitar gestos del tipo levantar las manos en señal de victoria, llevarse las dos manos al corazón, etc, ni
se deben hacer comentarios del tipo "que exagerados son", "no es para tanto", "cuanto os quiero".
Una vez finalizada la intervención resulta interesante pedirle a alguien que haya asistido que de su opinión
sincera de cómo ha resultado (puntos fuertes y puntos a mejorar).
Situaciones difíciles
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Aunque no es normal que ocurra, en ocasiones podría suceder que una persona del público increpe con dureza
al orador.
Si este ataque se produce en mitad del discurso, interrumpiendo, lo apropiado es rogarle que espere al turno de
preguntas para exponer su punto de vista.
Si el ataque se produce una vez finalizada la intervención, habrá que indicarle educadamente que el estilo
empleado no es admisible.
Si se mantiene en su actitud se le puede ofrecer la posibilidad de discutir el tema personalmente una vez
concluida la sesión, y si insiste habrá que pedirle que abandone la sala.
El orador debe estar dispuesto a aceptar críticas, lo que no tiene que admitir bajo ningún concepto, y menos en
público, es que se le falte al respecto.
Ante el público quedaría en una situación muy desairada, perdiendo totalmente su autoridad.
Hay que tratar de no alterarse y menos aún de iniciar una trifulca en público (aunque se tenga razón).
En situaciones de este tipo el público suele reaccionar a favor del orador (quien ha sido verbalmente agredido),
Posición en el púlpito
Al predicar, adopte una posición natural, procurando dominarse de tal modo que no esté tieso, por una parte,
ni excesivamente movible por la otra. No esté paseándose constantemente de un extremo al otro de la
plataforma, y al estar firme, evite estar doblando una o ambas piernas a la vez o canteando los pies como que
no quisiera pararse en las plantas. Jamás mueva el cuerpo sobre los pies firmes, balanceándose hacia adelante,
atrás o hacia los lados como que fuera péndulo de un reloj de pared.
Aparte de los ademanes necesarios, procure cultivar el reposo. No se truene los dedos, se limpie las uñas, ni
acaricie uno de los botones de su saco como procurando arrancarlo. Tampoco se ajuste frecuentemente sus
lentes (si los usa). No juegue con su pañuelo, ni meta sus manos en los bolsillos, ni mucho menos juegue con
objetos que en ellos lleve, como llaves, dinero, etc.
También evite recostarse sobre el púlpito, y nunca ponga sus manos sobre la cintura dejando sus brazos en
forma de orejas de jarro. No se abroche y desabroche el saco, ni esté constantemente subiéndose los
pantalones, dando la impresión de que los tiene flojos.
Con un poco de atención a estas cosas, usted logrará una apariencia y posición correctas y decentes.
La voz en la predicación
La voz debe ser audible, es decir, que se pueda oír en todos los ámbitos del local. Siendo que
predicamos para que la gente oiga, debemos evitar hablar tan suave que muchos se queden adivinando
lo que dijimos.
La pronunciación de las palabras debe ser clara. Muchas veces la mala pronunciación resulta de
una excesiva velocidad al hablar.
Sea correctamente expresivo Aunque la voz debe ser flexible según la expresión que tengamos que
imprimirle a lo que decimos, no permitamos un deslizamiento de volumen de manera que se vaya
extinguiendo a medida que va finalizando el párrafo o período hasta que ya la última palabra no se
oiga.
Deben evitarse los gritos
No hay que afectar el tono de voz, como que está llorando o declamando.
Ante todo debemos demostrar la naturalidad.
No sea agresivo en sus expresiones.
La actitud en el pulpito
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Una actitud pretenciosa. Se puede manifestar por gestos y por expresiones o palabras con los cuales
se dé la una mala impresión .Si usa un lenguaje o expresiones que bien sabe son incomprensibles a su
auditorio, muestra con ello una actitud pretenciosa.
Una actitud de superioridad. Si usted comienza diciendo que espera que sus oyentes puedan
entender el “difícil” asunto que va a tratar, les hará sentirse inferiores a usted y s no le oirán con gusto.
Una actitud indiferente. Esta se muestra muchas veces por no levantar jamás su rostro para mirar .
Una actitud egoísta o egocéntrica . Se puede ver cuando el predicador hace demasiadas alusiones a
propia persona, a sus éxitos, a su educación, sus hijos ,etc.
Una actitud descuidada. No comience pidiendo disculpas por la pobreza de su sermón que va a
predicar. Es Dios quien hablara atreves de usted y a quien usted representa como embajador.
LA VARIEDAD EN LA PREDICACIÓN
La monotonía en la predicación es algo que tenemos que evitar si vamos a tener éxito en el ministerio
cristiano. Esta variedad deseada se puede obtener si observamos las siguientes sugerencias.
Mantener un énfasis equilibrado sobre todas las doctrinas. Procure balancear sus mensajes de
modo que al cabo de un año, habrá predicado sobre todas las doctrinas básicas de la fe cristiana.
Usar de toda clase de textos bíblicos. debemos estar buscando los “tesoros escondidos” de toda la
Biblia y prepararlos para presentarlos a nuestra congregación.
Predicar diferentes tipos de mensajes.
Elección de las palabras
Claridad
El hombre elocuente siempre huye de las expresiones y de los discursos enredados y oscuros, que parece
que dicen mucho, y al fin nada dicen.
Otros también se hacen oscuros a fuerza de querer ser brillantes, cuando expresan con términos demasiado
figurados y estudiados
Naturalidad
Básicamente se trata de ser tu mismo pero conduciéndote con la
Dignidad
El discurso oratorio respira siempre dignidad, desechando las locuciones bajas, populares o demasiado
comunes aleje de su boca palabras que suenen vulgares o chabacanas. Palabras “populares “ no lo acercan al
oyente , lo alejan.
Muletillas. —Hay personas que se hacen difíciles de soportar por el gran abuso de muletillas que usan en la
misma conversación, y no menos pesado se hace el orador que cae en el hábito de usar alguna de tales
muletillas con excesiva frecuencia durante la predicación. He aquí una lista de las
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"podemos estar seguros", podemos "afirmar", "podemos creer", "es necesario suponer", "en conciencia", "con
toda verdad", "con toda certeza", "es innegable", "lo cual".
El uso de ilustraciones
Las imágenes son para el discurso lo que las ventanas para una casa: hacen entrar la luz del argumento en las
mentes más obtusas, a quienes las ideas abstractas resultan pesadas y a veces incomprensibles.
Hasta la cara de los pequeños se ilumina cuando el predicador empieza a contar alguna anécdota para ilus-
tración de su sermón.
Pero, aun cuando las ilustraciones son de tan grande utilidad, no se debe abusar de su uso.
Las anécdotas
Han de ser usadas únicamente en los lugares apropiados y deben ser ellas mismas adecuada ilustración del
argumento que se viene exponiendo. No hay nada peor en un sermón que una anécdota colocada forzadamente
en algún lugar que no le corresponde o que cuenta más de una . Es mil veces preferible un sermón con pocas o
ninguna anécdota que un sermón repleto de ilustraciones que o encajan con el argumento.
ANÉCDOTAS PERSONALES
Los predicadores experimentados tienen generalmente un arsenal de incidentes de su vida que usan como
ilustraciones de sus sermones. NO ABUSE, LA GENTE SE CANSA DEL ABUSO DE ANECDOTAS
PERSONALES.
Velocidad de la predicación
¿Qué es preferible en el predicador, la predicación rápida, o la dicción lenta y pausada?
No puede darse regla fija al respecto, porque su conveniencia depende de muchos factores. En primer lugar el
temperamento del predicador. Hay predicares a quienes por su carácter les caería mal la predicación pausada.
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La rigidez
Hay muchos predicadores que por temor a caer en gestos ridículos apenas gesticulan al predicar, ateniéndose
en una pose rígida, calculada y fría, que en nada ayuda a la comprensión del sermón.
Por ejemplo : Sujetado del pulpito Agarrado del papel, el stand del micrófono ,etc,etc
Gestos inoportunos
Una de las peores calamidades gesticuladoras del predicador es el gesto inoportuno. El gesto no corresponde
con la frase o pensamiento en el mismo momento que se pronuncia.
Spurgeon refiere de un evangelista que pronunciaba las palabras "Venid a Mí todos los que estáis trabajados,
etc." con el puño levantado, y ponía énfasis en la última frase del texto "yo os haré descansar", con una
enérgica evolución del puño en alto.
El predicador debe estar alerta sobre sí mismo para desarraigar cualquier hábito impropio, tanto de fraseología
como de acción.
En ciertos colegios de predicadores se corrigen los defectos del orador sometiéndole a la crítica de sus
compañeros, en la siguiente forma:
El profesor distribuye hojas que contienen una descripción de todos los juicios posibles que puede merecer el
predicador a sus oyentes, y cada estudiante subraya de la lista lo que le parece aplicable al compañero
predicador, el cual puede ver la impresión que ha causado a la mayoría de sus oyentes por medio de las hojas
referidas.
Actitud general: ¿Descuidada? ¿Tiesa? ¿Cabeza atrás? ¿Inclinado adelante? ¿Manos en los bolsillos? De
puntillas? ¿Movimiento oscilante del cuerpo?
Actitud con respecto a los oyentes: ¿Pretenciosa? De superioridad? ¿Indiferente? ¿Egoísta? ¿Absorbido en
el sermón?
Expresión facial: ¿Dura? ¿De estatua? ¿Cruza el entrecejo? ¿Muecas con la boca? ¿Enseña los dientes?
Los ojos: ¿Fijos en el espacio? ¿Mira a menudo el techo? ¿Al suelo? ¿Los fija en alguna puerta, ventana u
otro objeto del local?
Primeras palabras del sermón: ¿Demasiado altas de tono? ¿Demasiado fuertes? ¿Demasiado débiles?
Demasiado rápidas? ¿Indistinguibles? ¿Con expresión de enfado? ¿De timidez?
Voz: ¿De garganta? ¿Nasal? ¿Chillona? ¿Monona? ¿Normal?
Alientos: ¿Respira poco? ¿Incluye demasiadas palabras entre respiración y respiración? ¿Queda sin
aliento? ¿Rompe la frase para respirar?
Volumen: ¿Insuficiente para la sala? ¿Insuficiente al principio? ¿Excesivo al final? ¿Demasiado débil al
final? ¿Baja la voz al final de párrafo?
Tono: ¿Demasiado alto al empezar? ¿Monótono? ¿Soporífico? ¿Olvida los cambios de tono?
Velocidad: ¿Demasiado aprisa al principio? ¿Demasiado despacio en general? ¿Poca variación de
velocidad en el curso del sermón? ¿Poca variación entre discurso y discurso?
Fraseología: ¿Frases demasiado largas? ¿Ídem cortas? ¿Pausas impropias?
Pronunciación: ¿Correcta? ¿Erres demasiado fuertes? ¿Ídem débiles? ¿Con sonido de G? ¿Faltas entre B y
V? ¿Vocales abiertas? ¿L demasiado pronunciadas con la lengua apretada al paladar? ¿Omite por
provincialismo consonantes al final de palabras? (ejemplo: Madrí por Madrid). ¿Las sustituye por otra
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letra? (ejemplos: Madriz por Madrid; R por L, en curto por culto, arto por alto; J o X por Y, en cuyo,
cayado, coyuntura
Énfasis: ¿Lo pone equivocadamente en palabras que no lo requieren? ¿Deja de ponerlo en palabras que lo
necesitan? ¿Demasiado énfasis para ganar tiempo? ¿Demasiado poco, a estilo de recitación?
Gestos: ¿Poco movimiento? ¿Excesivo? ¿Empieza a gesticular demasiado pronto? ¿Demasiados gestos
iguales? ¿Demasiado mover la mano de arriba a abajo? ¿Gestos espasmódicos impropios? ¿Demasiado
índice doctoral? ¿Uso normal y correcto del índice? ¿Puño apretado? ¿Movimientos de charlatán con
ambas manos?
El estudio de las observaciones de los oyentes sobre una lista semejante es muy útil al predicador, por lo que
recomendamos a los que nunca han pasado por esta prueba se sometan a ella pidiendo ayuda dándole esta lista
a la esposa, amigos íntimos o hermanos maduros de percepción aguda y buena comprensión.
«No se deje el lector intimidar por estos detalles temiendo a cada paso el ridículo. Corríjase de algún
defecto grave si tiene de ello necesidad; pero olvide los juicios del público al dar el mensaje de Dios. "
La vida es más que el alimento y el cuerpo más que el vestido", dice Jesús.
Del mismo modo, la parte espiritual del mensaje es más que estos detalles. Predicadores correctos en sus
maneras pueden ser muy pobres espiritualmente o en contenido del sermón, y predicadores cargados de
defectos de expresión han sido grandes profetas de Dios. Pero si es posible alcanzar ambas cosas, mayor será
nuestra eficacia y más alto el crédito de la gloriosa causa que defendemos. Tratemos de servir a nuestro
adorable Señor con los mejores dotes que El mismo nos ha concedido y usémoslas del modo más adecuado y
eficaz posible
Hermenéutica y Exegesis
Interpretacion Biblica :El término hermenéutica deriva del griego "hermenéuiein" o “hermeneuo” que
significa expresar o enunciar un pensamiento, descifrar e interpretar un mensaje o un texto.
Exégesis (del griego 'guiar hacia afuera' La palabra 'exégesis significa "extrae el significado de" un texto dado.
La exégesis suele ser contrastada con la eiségesis, que significa insertar las interpretaciones personales en un
texto dado. En general, exégesis presupone un intento de ver el texto objetivamente, mientras que eiségesis
implica una visión más subjetiva.
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La exégesis tradicional requiere lo siguiente: análisis de palabras significativas en el texto, en el marco de
traducción; examen del contexto general histórico y cultural, confirmación de los límites de un pasaje, y
finalmente, examen del contexto dentro del texto. Exegeta se le llama al que practica la exegesis.
1.° La metáfora.
La Biblia es el mejor modelo de este estilo retórico por ser propio de los pueblos orientales y particularmente
del hebreo. Las gentes primitivas se veían obligadas a este recurso entre otras cosas a causa de la pobreza de su
lenguaje.
El libro de Job está saturado de bellas imágenes que hablan a la mente con más elocuencia que todos los
razonamientos. Es, esencialmente, un diálogo razonado con imágenes.
Jesucristo usó abundantemente este lenguaje, no solamente en sus grandes parábolas, sino también en sus
discursos, como puede observarse en Mateo 5:13-26; 7:7-20; etc.
3.° La antítesis.
Esta forma literaria consiste en poner en comparación dos cosas enteramente opuestas para hacer resaltar
aquello que se propone exaltar.
Obsérvese en este trozo cómo la metáfora es usada a cual antítesis.
"Al que no conoció pecado, hizo pecado por nosotros; para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en
El" (2.a Cor. 5:21).
Hallamos en la Biblia abundantes ejemplos de estas formas de expresión como puede observarse
particularmente en libro de Job, los Salmos y la carta a los Romanos. (Véanse Job 7:17-21; 15:1-16 y 38;
Salmos 22 y 74 y Romanos 3, 8, 9 y 11.)
METODOS DE INTERPRETACION
Han sido necesarios desde el primer instante en que un ser humano se dirigió a otro, mediante el uso del
lenguaje, hasta la hora actual, la historia de la exposición bíblica, tal como se la descubre en las obras de los
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grandes exegetas y críticos, nos muestra los diversos métodos que han prevalecido en varios períodos.
Indudablemente, a través de los siglos.
Las antiguas exposiciones judaicas del Antiguo Testamento exhiben numerosos métodos absurdos de
interpretación. Por ejemplo, las letras de una palabra eran reducidas a su valor numérico; luego se buscaba
alguna otra palabra o declaración que contuviera las mismas letras en otro orden, u otras letras que sumaran el
mismo valor numérico y, halladas, se consideraban las dos palabras como equivalentes en significado.
El método alegórico Místico obtuvo prominencia, desde temprano, entre los judíos de Alejandría.
Generalmente se atribuye su origen a la mezcla de la filosofía griega con las concepciones bíblicas acerca de
Dios de allí el esfuerzo por descubrir detrás de la forma exterior una sustancia interna de verdad. A menudo se
trataron las narraciones bíblicas como los mitos griegos, explicándolas, ora como una incorporación histórica
No extrae el significado legítimo del lenguaje del autor sino que introduce en él todo lo que al capricho o
fantasía del intérprete se le ocurre.
Ejemplo: El milagro aparente de alimentar a cinco mil personas con cinco panes, se realizó,
sencillamente, por el ejemplo que Jesús ordenó a sus discípulos que dieran, de distribuir a los que les
rodeaban de las pocas provisiones que tenían. Este ejemplo fue pronto seguido por otros grupas y se halló que
había comida más que suficiente para todos. Lázaro no murió realmente; sufrió un desmayo y se le creyó
muerto. Jesús sospechó estas cosas y, llegando a la tumba en el momento oportuno, halló confirmada su
suposición; y su sabiduría y poder, en este caso, hicieron una impresión profunda y duradera.
Histórico-Gramático como el método que más se recomienda al criterio y a la conciencia de los estudiantes
cristianos. Su principio fundamental consiste en conseguir de las Escrituras mismas el significado preciso que
los escritores quisieron dar. Ese método aplica a los libros sagrados los mismos principios, el mismo proceso
gramatical y el mismo proceso de sentido común y de razón que aplicamos a otros libros. El exegeta
histórico-gramático dotado de cualidades intelectuales, educacionales y morales, aceptará las demandas de la
Biblia sin prejuicios o prevenciones; y sin ambición alguna de demostrarlas como verdaderas o falsas
investigará el lenguaje y tendencias de cada libro con toda independencia y sin temor de ninguna clase; se
posesionará del idioma del escritor, del dialecto especial que hablaba, así como de su estilo y manera peculiar
de expresión; averiguará las circunstancias en que escribió, las maneras y costumbres de su época y el motivo u
objeto que tuvo en vista al escribir. Tiene el derecho de suponer que ningún autor en su sano juicio será, a
sabiendas, inconsecuente consigo mismo ni tratará de extraviar o de engañar a sus lectores
INTERPRETACIÓN DE PARÁBOLAS
El término "parábola" se deriva del griego parábola, que significa arrojar, o colocar al lado de, y lleva a la idea
de colocar una cosa al lado de otra con el objeto de comparar. Es, esencialmente, una comparación o símil y,
sin embargo, todos los símiles no son parábolas. El símil puede apropiarse una comparación de cualquier
género o clase de objetos, ora reales o imaginarios. La parábola está limitada en su radio y reducida a las cosas
reales. Sus imágenes siempre incorporan una narración que responde con verdad a los hechos y experiencias de
la vida humana. No emplea, como la fábula, aves parlantes y fieras o árboles reunidos en concilios.
INTERPRETACION DE ALEGORIAS
La alegoría generalmente se define como una metáfora extendida. Tiene con la parábola la misma relación que
ésta con el símil. En la parábola, o bien se introduce alguna comparación formal, como "El reino de los cielos",
o bien las imágenes se presentan en forma tal corno para conservarlas distintas de la cosa representada y
requerir una explicación, como en el caso de la parábola del sembrador (Mat. 13:3 y las siguientes). La alegoría
contiene dentro de sí misma su interpretación y la cosa significada está identificada con la imagen, como en
Juan 15:1, "Yo soy la vid verdadera y mi Padre es el labrador"; y en Mat. 5:13: "Vosotros sois la sal de la
tierra". La alegoría es un uso figurado y la aplicación de algún supuesto hecho o historia. La parábola emplea
palabras en su sentido literal y su narración nunca traspasa los límites de lo que podría ser un hecho real. La
alegoría continuamente emplea palabras en sentido metafórico y su narración, por muy supositiva que sea, es,
manifiestamente, ficticia. De aquí su nombre, del griego allos, "otro" y agoreno, "hablar" o "proclamar"; esto
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es, decir otra cosa de la que se expresa o, por así decirlo, que se expresa otro sentido que el contenido en las
palabras empleadas. Es un discurso en el cual el asunto principal está representado por algún otro asunto con el
cual tiene semejanza.
El libro de los Proverbios, del A. Testamento, son declaraciones breves y enérgicas mediante las cuales se
expresa en forma memorable algún consejo sabio, lección moral o experiencia sugestiva. A causa de su
agudeza y su forma y fuerza sentenciosa, frecuentemente se les denomina gnómicos, aunque en castellano
quizá diríamos, aforismos.
Así leemos en Prov. 26:8, "Como quien liga la piedra en la honda, as! hace el que al necio da honra". Aquí
tenemos una comparación formal cuyo significado no salta a la vista en el primer momento, aunque muy
pronto la reflexión nos enseña que el atar la piedra a la honda es una insensatez.
Habiendo tal variedad en la naturaleza y estilo de los proverbios es natural que el intérprete tenga que ser capaz
de determinar el carácter exacto de cada pasaje proverbial que intente explicar.
Muchos son simples preceptos y máximas, exhortando a la vida virtuosa o amonestaciones contra el pecado
que cualquiera puede entender, como por ej. "Fíate de Jehová de todo tu corazón y no fíes en tu prudencia" (
Prov. 3: 5); "No entres por la vereda de los impíos ni vayas par el camino de los malos" (Prov. 4:14)
INTERPRETACIÓN DE SÍMBOLOS
En muchos respectos el simbolismo bíblico es uno de los asuntos más difíciles con que tiene que tratar el
intérprete de la Revelación Divina. Las verdades espirituales, los textos proféticos y las cosas no vistas y
eternas, han sido representadas enigmáticamente en símbolos sagrados y parece haber sido el placer del Gran
Autor del libro envolver en esa forma muchos de los más profundos misterios de la providencia y de la gracia.
Y a causa de su carácter místico y enigmático, todo este asunto del simbolismo exige del intérprete un
discernimiento muy sano y sobrio, un gusto delicado, una confrontación prolija de los símbolos bíblicos y un
procedimiento racional y consecuente en su explicación.
El método apropiado y lógico de investigar los principios de la simbolización consiste en comparar suficiente
número y variedad de los símbolos bíblicos, especialmente los que están acompañados por una solución
autorizada. Y es de suma Importancia que no admitamos en esa comparación ningún objeto que no sea
verdadero símbolo, porque semejante falacia fundamental, necesariamente, viciaría todo nuestro procedimiento
subsiguiente. Habiendo reunido en un campo de vista un buen número de ejemplos incuestionables, el próximo
paso consiste en notar atentamente los principios y métodos exhibidos en la exposición de aquellos símbolos a
los cuales acompaña su solución.
La visión de Amos, de "un canastillo de fruta de verano" (Amos 8:1), es decir, fruta madurada temprano, lista
para cosecharse. Era un símbolo del fin que estaba por sobrevenir a Israel. Como en los símbolos aquí también
las palabras hebreas equivalentes la fruta madura y fin (quayitis y quets). El pueblo está maduro para el juicio
y Dios va a ponerle pronto fin
LA PROFECÍA Y SU INTERPRETACIÓN
Una interpretación acabada de las porciones proféticas de las Escrituras Santas depende grandemente del
dominio de los principios y leyes del lenguaje figurado y del de tipos y símbolos. También requiere algún
conocimiento de la naturaleza de las visiones, éxtasis y ensueños. De modo que los capítulos precedentes han
sido una preparación necesaria para un estudio inteligente de aquellos escritos de más difícil comprensión que
siempre han causado dificultades a las mentes más talentosas de la Iglesia, siendo interpretados en una variedad
de formas.
las Escrituras proféticas que predicen el futuro las que exigen una hermenéutica especial. Excepcional como es
su carácter exigen estudio e interpretación especial. Otras profecías consistentes, principalmente, en
reprensiones, reproches o amonestaciones son tan comprensibles aun al lector ordinario, que no requieren
extensa explicación..
Para interpretar correctamente las profecías deben estudiarse especialmente tres cosas
LA POESIA HEBREA
Buena parte del Antiguo Testamento está compuesto en un estilo y forma de lenguaje muy por arriba del de la
simple prosa. Los libros históricos abundan en vibrantes discursos, odas, piezas líricas, salmos y fragmentos de
cantos. Casi la mitad del Antiguo Testamento está escrito en este estilo poético. Pero la poesía de los hebreos
tiene peculiaridades tan notables y distintas de las de otras naciones, como su propio idioma es diferente de las
otras familias de idiomas.
Generalmente se reconoce ahora que el aspecto distintivo de la poesía hebrea consiste en el paralelismo de
miembros. Esto constituiría una forma muy natural para sentencias tan cortas y vívidas como son las que
caracterizan a la sintaxis hebrea. Basta que el alma se llene de profunda emoción, que las ardientes pasiones
muevan el corazón, den brillantez al ojo y hagan elevar la voz, para que las sencillas sentencias de la prosa
hebrea tomen espontáneamente forma poética.
La poesía hebrea es, probablemente, más susceptible de traducción que la de ningún otro idioma por los
motivos que hemos expresado más arriba: no hay rima ni escala métrica que cuidar al traducir. Es esencial
preservar dos cosas, el espíritu y la forma, y ambas son de tal naturaleza que hacen posible el reproducirlas, en
alto grado, en casi cualquier otro idioma.
ESPERO QUE ESTE ESTUDIO LE CONTINUE ENRIQUECIENDO POR MUCHOS AÑOS MAS.
Pr Mario Alsina
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NOTA:
Las referencias, citas, créditos y contenidos de este estudio pertenecen a autores diversos.
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Modelo de Evaluación practica del nuevo predicador
Objetivo de esta evaluación: ayudarlo a mejorar
Actitud general: ¿Descuidada? ¿Tiesa? ¿Cabeza atrás? ¿Inclinado adelante? ¿Manos en los bolsillos? De
puntillas? ¿Movimiento oscilante del cuerpo?
Actitud con respecto a los oyentes: ¿Pretenciosa? De superioridad? ¿Indiferente? ¿Egoísta? ¿Absorbido en el
sermón?
Expresión facial: ¿Dura? ¿De estatua? ¿Cruza el entrecejo? ¿Muecas con la boca? ¿Enseña los dientes?
Los ojos: ¿Fijos en el espacio? ¿Mira a menudo el techo? ¿Al suelo? ¿Los fija en alguna puerta, ventana u otro
objeto del local?
Primeras palabras del sermón: ¿Demasiado altas de tono? ¿Demasiado fuertes? ¿Demasiado débiles?
Demasiado rápidas? ¿Indistinguibles? ¿Con expresión de enfado? ¿De timidez?
Alientos: ¿Respira poco? ¿Incluye demasiadas palabras entre respiración y respiración? ¿Queda sin aliento?
¿Rompe la frase para respirar?
Volumen: ¿Insuficiente para la sala? ¿Insuficiente al principio? ¿Excesivo al final? ¿Demasiado débil al final?
¿Baja la voz al final de párrafo?
Tono: ¿Demasiado alto al empezar? ¿Monótono? ¿Soporífico? ¿Olvida los cambios de tono?
Velocidad: ¿Demasiado aprisa al principio? ¿Demasiado despacio en general? ¿Poca variación de velocidad en
el curso del sermón? ¿Poca variación entre discurso y discurso?
Pronunciación: ¿Correcta? ¿Erres demasiado fuertes? ¿Ídem débiles? ¿Con sonido de G? ¿Faltas entre B y V?
¿Vocales abiertas? ¿L demasiado pronunciadas con la lengua apretada al paladar? ¿Omite por provincialismo
consonantes al final de palabras? (ejemplo: Madrí por Madrid). ¿Las sustituye por otra letra? (ejemplos:
Madriz por Madrid; R por L, en curto por culto, arto por alto; J o X por Y, en cuyo, cayado, coyuntura
Énfasis: ¿Lo pone equivocadamente en palabras que no lo requieren? ¿Deja de ponerlo en palabras que lo
necesitan? ¿Demasiado énfasis para ganar tiempo? ¿Demasiado poco, a estilo de recitación?
Gestos: ¿Poco movimiento? ¿Excesivo? ¿Empieza a gesticular demasiado pronto? ¿Demasiados gestos
iguales? ¿Demasiado mover la mano de arriba a abajo? ¿Gestos espasmódicos impropios? ¿Demasiado índice
doctoral? ¿Uso normal y correcto del índice? ¿Puño apretado? ¿Movimientos de charlatán con ambas manos?
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El estudio de las observaciones de los oyentes sobre una lista semejante es muy útil al predicador, por lo que
recomendamos a los que nunca han pasado por esta prueba se sometan a ella pidiendo ayuda dándole esta lista
a la esposa, amigos íntimos o hermanos maduros de percepción aguda y buena comprensión.
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