CARACTERÍSTICAS DE LA MORAL FRANCISCANA.

1. Corazón
2. Compasión
3. Caridad
4. Cercanía.
5. Contagio. -
6. Cordialidad. –
7. Fraternidad franciscana.
8. Relaciones morales fraternales. Educar la conciencia moral de la filiación, hermandad y
práctica.
9. Compromiso. -
10. Comunicación. – es una moral dialógica

El dialogo tiene un cuádruple elemento:

1.- un dialogo con la Trinidad

2.- Una moral con la fraternidad ad intra y ad extra

3.- diálogo con nosotros mismos

4.- diálogo con la eco ética franciscana.

Estos elementos son desde los dos valores del Paz y el Bien.

Concéntrate, Céntrate y descéntrate

I. LA ETICA CRISTIANA

02 de mayo de 2018

1. EL CARÁCTER ÉTICO DE LA PERSONA

- La moralidad o eticidad es una de las dimensiones fundamentales de la persona
- El ser humano es estructuralmente un ser moral
- El empeño moral ha estado siempre en el corazón de la persona
- La persona desarrolla la actividad moral cuando sus actos proviene de la inteligencia,
la voluntad y la libertad.

El sentido ético de la existencia personal radica en la capacidad de la persona para conducir y

construir la vida

- Capacidad de sentido
- Dirección personal
 - Liberación progresista
A. ¿Ser cristiano tiene alguna consecuencia en el comportamiento moral y social?

A1. La vida cristiana tiene como eje y centro de referencia la fe en Jesús de Nazaret

La fe ilumina y orienta la actividad moral del creyente.

A2. Cristo es la Verdad ultima de la vida

El criterio supremo del obrar

El modelo, para mirarse, aprender y confrontar las actitudes morales de la persona.

Actitudes:

- opción fundamental, (creo o no creo) no se modifica. Voy a decir las cosas

violentamente. Actitudes morales internas.
2. La conciencia moral
3. Amar: valor fundamental
4. El valor de la vida humana
B. Rasgos de la ética cristiana
1. La moral cristiana esta íntimamente ligada a la fe. El camino del seguimiento de Jesús.
2. La moral cristiana, como moral revelada confiere un carácter religioso y dialogal. Dios
llama e y el ser humano responde. La moral cristiana no es solo tarea y esfuerzo
humano sino gracia e iniciativa de Dios.
3. La moral cristiana tiene un carácter eminentemente positivo, no represivo.
4. La moral cristiana es una moral del ser, de la disposición interior.
5. La moral cristiana es una moral del amor
6. La moral cristiana es radical (bienaventuranzas, valores del reino, perdón, entrega de
la vida…)

II. LA CONCIENCIA MORAL

La persona tiene la facultad de elegir, ser libre y ser personal.

A. Diversos significados de la conciencia

- Conciencia psicológica: es la facultad de conocer
- Conciencia moral: es el centro de referencia y manifestación de valores
- Conciencia moral religiosa: el núcleo de referencia y el criterio de valoración son
religiosos, provienen de Dios.
B. Tipos de conciencia ética
- Conciencia social: el centro de referencia del obrar moral está en los otros.
- Conciencia cerebral: centro de referencia son los propios principios, la perfección
personal
- Conciencia profunda (autónoma): el centro es la voz del propio ser en crecimiento.
Coincide el proyecto de Dios sobre la persona y su propia originalidad y vocación

III. Amar: valor fundamental, horizonte ético.

  Amaras al señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todo tu
ser. Este mandamiento es el principal y primero. El segundo es semejante a
este: amarás a tu prójimo como a ti mismo
 Jesús establece una relación de igualdad entre el amor a Dios y al prójimo.
 Un amor sin límites ni fronteras, que alcanza incluso al enemigo y al
extranjero.
 La clave moral para el cristiano es como tiene y debe amar, porque amando,
no solo cumple la ley, sino que la lleva a la plenitud.
 La dimensión ética del amor ayuda a ver cómo se vive y exige responsabilidad,
libertad, respeto, servicio, justicia, bondad, perdón, solidaridad y superar el
egoísmo, la violencia, venganza, odio.
 La cultura de la vida VS cultura de la muerte
 La cultura del amor VS cultura del egoísmo
 La cultura de la paz VS cultura de la guerra
 La cultura de la libertad VS cultura de la esclavitud.

Cuna, cenáculo y calvario