QUIERO DAR CUIDADO ENFEMERO

La motivación tiene un papel importante en el campo laboral, pues para la mayoría de

los profesionales de la enfermería encuentran en sus áreas de trabajo, no un simple
medio para sobrevivir, sino un elemento esencial de superación personal, el cual se
debe en gran parte a la eficiencia y eficacia de los factores motivacionales.

Nos despertamos luego de un día agotador, al despertar realizamos nuestras rutinas

de todos los días antes de ir a nuestro centro de estudios o lugar de trabajo, siempre
haces eso pero en algún momento te has detenido y te has puesto a pensar en que es
eso que hace que todos los días te levantes de la cama y te pongas en marcha, pues
hablamos de la motivación, palabra que engloba aquellos factores internos o externos
que determinan en parte las acciones de una persona.

Para Maslow, la motivación es el impulso que tiene el ser humano de satisfacer sus
necesidades, empezando desde las más básicas hasta lograr la autorrealización. Y sin
duda alguna en nuestra vida tenemos esa necesidad, deseo de concretar algún
objetivo. El cuidado enfermero es auténtico y completo cuando es producto del
conocimiento, la aplicación correcta de métodos o técnicas pero aún más cuando está
de por medio la motivación, la motivación es lo que le da sentido a nuestro hacer y al
final esto genera una satisfacción tanto personal como profesional.

Estar motivado implica tener ese impulso que haga que mejoremos continuamente la
forma de dar nuestro cuidado para esto debemos seguir reforzando e incrementando
nuestros conocimiento pues como bien sabemos cada persona es diferente y hay que
estar preparado para dar una respuesta certera a las inquietudes y necesidades de
este. Desde nuestra experiencia propia como estudiantes podemos decir que el estar
junto a alguien en sus peores y mejores momentos. Que nos exprese sus necesidades,
vivencias con toda la sinceridad, el sentir un abrazo, unas gracias, es gratificante.
Sinceramente nos sentimos mejores personas y eso de una u otra forma hace que
amemos la carrera, nos motiva a seguir preparándonos.

También es importante generar motivación en el paciente.

Para provocar un cambio de actitud y motivar al paciente, primero debemos provocar
un cambio en nosotros mismos, en nuestra percepción del paciente como persona:
sus necesidades, sus emociones, sus preocupaciones, sus miedos, sus expectativas,
su satisfacción, su éxito. Debemos utilizar la motivación como potente motor del
cambio y conseguir que el paciente se convierta en el protagonista del cambio.