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Lo Que la Biblia Enseña Sobre los Profetas

Por Carlos Andrés Rodríguez (MDiv bl) Derechos reservado

Los Profetas y la Profecía


Introducción:

A pesar de que por diecinueve siglos el título de profeta estuvo ausente en la iglesia de Cristo, hay quienes en
las últimas dos décadas lo han revivido. Hay quienes se auto-proclaman profetas hoy. Lo peor es que al
reclamar hablar la Palabra misma de Dios, consecuentemente sus supuestas “profecías” se toman con el
mismo valor que la Biblia misma, pues reclama ser un mensaje de Dios mismo. Si el profeta habla por Dios,
ay de aquel que desobedezca la Palabra del Señor. Muchos le llaman a las palabras proféticas de supuestos
profetas modernos “Palabras ‘frescas’ de Dios,” como si las de la Biblia estuvieran muertas o pasadas de
moda. Muchos inclusive toman las palabras de estos profetas, por encima de la Biblia misma, cuando sus
enseñanzas son contrarias a la Escritura.

Al igual que con los apóstoles, tras la muerte del último apóstol, Juan, la historia de la iglesia por diecinueve
siglos es muda en cuanto a la existencia de profetas como un oficio continuo en la iglesia de Cristo. A
diferencia que con el término apóstol, a lo largo de dos mil años en la historia de la iglesia si han existido
individuos que se autodenominaron a sí mismos profetas, pero todos estos han sido falsos profetas,
individuos sectarios o herejes, no verdaderos profetas. La última referencia a apóstoles o profetas en los
escritos cristianos es del año 150 d.C. aproximadamente:

La Enseñanza de los apóstoles (150 a.C.)

11 “Pero con respecto a los apóstoles y profetas, obrad con ellos en conformidad con el evangelio. Que todo
apóstol (Griego, enviado de las iglesias), cuando venga a vosotros sea recibido como el Señor; pero no se
quedará más de un solo día, o, si es necesario, un segundo día; pero si se queda tres días, es un falso profeta.
Y cuando se marche, que el apóstol no reciba otra cosa que pan, hasta que halle cobijo; pero si pide dinero, es
un falso profeta.

No todo el que habla en el Espíritu es un profeta, sino sólo el que tiene los caminos del Señor. Por sus
caminos pues, será reconocido el profeta falso y el profeta. Y ningún profeta, cuando ordenare una mesa en el
Espíritu, comerá de ella; pues de otro modo es un falso profeta.

Y todo aquel que diga en el Espíritu: Dadme plata u otra cosa, no le escuchéis; pero si os dice que deis a
favor de otros que están en necesidad, que nadie le juzgue.”

12 Pero que todo el que venga en el nombre del Señor sea recibido; y luego, cuando le hayáis probado, le
conoceréis, porque discerniréis la mano derecha de la izquierda.

Pero si no tiene oficio proveed de que viva como un cristiano entre vosotros, pero no en la ociosidad. Si no
hace esto, es que está traficando con respecto a Cristo. Guardaos de estos hombres.

13 Los Profetas son los Pastores

Pero todo profeta que desee establecerse entre vosotros es digno de su comida. De la misma manera un
verdadero maestro es también digno, como el obrero, de su comida. Así pues todas las primicias del producto
del lagar y de la era de trilla, de tus bueyes y ovejas, se las llevarás y darás como primicias a los profetas;
porque son vuestros sacerdotes principales. Pero si no tenéis un profeta, dadlas a los pobres.

15 Designaos pues obispos y diáconos dignos del Señor, hombres mansos y no amantes del dinero, íntegros y
aprobados; porque estos ejecutarán el servicio de profetas y maestros para vosotros.”

Como necesitamos recordad este escrito de hace 1850 años en los tiempos que vivimos hoy. Pedro mismo en
su última carta nos advierte de falsos profetas en 2 Pedro 2:1-3 “Pero hubo también falsos profetas entre el
pueblo, como habrá entre vosotros falsos maestros, que introducirán encubiertamente herejías destructoras, y
aun negarán al Señor que los rescató, atrayendo sobre sí mismos destrucción repentina. Y muchos seguirán
sus disoluciones, por causa de los cuales el camino de la verdad será blasfemado, y por avaricia harán
mercadería de vosotros con palabras fingidas. Sobre los tales ya de largo tiempo la condenación no se tarda,
y su perdición no se duerme.”

En el Nuevo Testamento mismo existen numerosos pasajes que al mencionar a los profetas los ponen
principalmente en referencia al pasado. Pedro nos habla de los profetas verdaderos como un oficio del
pasado: “para que tengáis memoria de las palabras que antes han sido dichas por los santos profetas, y del
mandamiento del Señor y Salvador dado por vuestros apóstoles” (2 Pedro 3:1-2). No dice “que prestéis
atención a las palabras de vuestros profetas en vuestras congregaciones.”

Al igual que con los apóstoles, este movimiento de creación reciente que busca revivir en la iglesia actual el
oficio de apóstoles y profetas los basan sus promocionadores en un errado entendimiento de Efesios 4:11-15
que dice: “ Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores
y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de
Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón
perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo.” Así dicen que Jesús instituyo en su iglesia que
tuviera profetas hasta al final pues es, según dicen ellos, hasta que todos lleguemos a la madurez.

La razón por la cual Pablo escribe a los creyentes de Éfeso (2:20) que son edificados sobre el fundamento de
los apóstoles y profetas, es porque los apóstoles estaban vivos en ese tiempo y porque el Nuevo Testamento
no estaba completado. No tenían una Biblia completa que leer o en donde revisar que creer o como vivir en
Cristo. Por ello la iglesia necesitaba profetas que proclamaran la Palabra de Dios, al no existir un Nuevo
Testamento completado y compilado con el cual contasen todas las iglesias.

Pedro en su segunda carta nos dice que los creyentes ya tenemos la profecía más segura al contar con la
Palabra de Dios, y es ella a la que debemos estar atentos: “Tenemos también la palabra profética más segura,
a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día
esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones; entendiendo primero esto, que ninguna
profecía de la Escritura es de interpretación privada, porque nunca la profecía fue traída por voluntad
humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo.” 2 Pedro
1:19-21

Pedro también hace una referencia interesante: “que tengáis memoria de las palabras que antes han sido
dichas por los santos profetas” es muy probable que se refiera a los santos profetas del Antiguo Testamento,
por lo menos se refiere a ellos como algo del pasado. Pedro no dijo “que escuchéis a vuestros profetas en
vuestras congregaciones,” como algo actual, sino que “tengáis memoria de las palabras.” También Santiago
escribe a las iglesias: “Hermanos míos, tomad como ejemplo de aflicción y de paciencia a los profetas que
hablaron en nombre del Señor. He aquí, tenemos por bienaventurados a los que sufren. Habéis oído de la
paciencia de Job…” (5:10). Menciona a los profetas como algo pasado y probablemente por su referencia a
Job, se refiere a los del Antiguo Testamento.
1 Pedro 1:10-12 también menciona a los profetas como Escritores del Antiguo Testamento inspirado por
Dios, como personajes del pasado: “Los profetas que profetizaron de la gracia destinada a vosotros,
inquirieron y diligentemente indagaron acerca de esta salvación, escudriñando qué persona y qué tiempo
indicaba el Espíritu de Cristo que estaba en ellos, el cual anunciaba de antemano los sufrimientos de Cristo, y
las glorias que vendrían tras ellos. A éstos se les reveló que no para sí mismos, sino para nosotros,
administraban las cosas que ahora os son anunciadas.”

Este es el contexto de referencia a profetas de Romanos 16:25-26 “Y al que puede confirmaros según mi
evangelio y la predicación de Jesucristo, según la revelación del misterio que se ha mantenido oculto desde
tiempos eternos, pero que ha sido manifestado ahora, y que por las Escrituras de los profetas, según el
mandamiento del Dios eterno, se ha dado a conocer a todas las gentes para que obedezcan a la fe.” Note
como se dio a conocer a través de los profetas en las Escrituras.

Es interesante el comentario de los líderes religiosos judíos a Jesús en Juan 8:53 “¿Eres tú acaso mayor que
nuestro padre Abraham, el cual murió?!Y los profetas murieron! ¿Quién te haces a ti mismo?” Es interesante
que hablen de los profetas como algo del pasado.

Lugares en el Nuevo Testamento que hacen referencia a Profetas de Aquel Tiempo:

El último lugar en la Escritura en donde escuchamos de profetas y el único libro del Nuevo Testamento que
menciona a Profetas como un rol activo en la iglesia es en el libro de los Hechos, el resto del Nuevo
Testamento es mudo a personas que se llamen profetas. Sin embargo si hay referencias bíblicas en otros
libros del Nuevo Testamento al don de Profecía, como en 1ª Corintios 12-14, 1 a Timoteo, y 1ª
Tesalonicenses 5 en los que si habla de que Dios ha dado a algunos el don de profecía, pero también se nos
dan serias advertencias de que debemos evaluar si sus palabras son conforme a la verdad. Existen aun
mayores referencias de advertencias a falsos profetas.

Veamos algunas referencias del Nuevo testamento a los profetas y a profetizar:

La predicación de Pedro en el Pentecostés:

Hechos 2:14- 18 “Entonces Pedro, poniéndose en pie con los once, alzó la voz y les habló diciendo: …éstos
no están ebrios, como vosotros suponéis, Mas esto es lo dicho por el profeta Joel: Y en los postreros días,
dice Dios, Derramaré de mi Espíritu sobre toda carne, Y vuestros hijos y vuestras hijas
profetizarán; Vuestros jóvenes verán visiones, Y vuestros ancianos soñarán sueños; Y de cierto sobre mis
siervos y sobre mis siervas en aquellos días Derramaré de mi Espíritu, y profetizarán.

Este pasaje es un pasaje favorito utilizado en el movimiento de renovación carismática para apoyar la idea
que las iglesias actuales deben tener visiones, sueños de revelación y profetizar. Inclusive el movimiento
carismático se puso a leer el libro de Joel y leyeron cuando Dios promete restauración al final, que traerá la
lluvia temprana y tardía y lo alegorizaron para decir que hoy en los últimos tiempos vivíamos otro
pentecostés. El libro de Joel hace mención sencillamente al ciclo de agricultura en Israel, en el cual las
lluvias tempranas ayudan a la cosecha que se inicia y cuatro meses después vuelve a ver otro ciclo de lluvia
en aquel clima, que es necesario para que la cosecha permanezca fuerte y se dé. Pero el movimiento
carismático lo interpreto como en Hechos 2 fue la lluvia temprana y ahora es la lluvia tardía donde hay un
nuevo “vertir” o derramamiento del Espíritu Santo, y donde vuelve a haber profecías y profetas. A este
movimiento se le llamo en Ingles “latter rain movement” o movimiento de la lluvia tardía”
Es importante primero considerar el contexto. Joel es un libro que profetiza el juicio de Dios sobre el pueblo
de Dios a causa del pecado. Habla del día terrible venidero del juicio de Dios. El juicio es en base a la
reflexión de una plaga de langostas que arraso con el cultivo y alimento como juicio de Dios contra el
pecado. En base a esa reflexión Joel habla del día del Señor en los tiempos finales cuando la luna se
convertiría en sangre y el sol no dará su luz; un día de juicio cósmico. Una devastadora plaga de langostas se
utiliza para traer un llamado al arrepentimiento. Dios responde a esta catástrofe con una promesa de
misericordia (con derramamiento de su Espíritu, y con un día de juicio sobre las naciones malvadas). Joel ve
un día en el que el espíritu de profecía sería derramado en todo su pueblo.

La escatológica cristiana o la doctrina de los últimos tiempos muestran una tensión y un balance en el Nuevo
Testamento. Cristo inauguró la era del Nuevo Pacto, los tiempos finales ya comenzaron pero todavía no es el
fin. La escatología es Ya, pero todavía no. Pedro vio el cumplimiento de la profecía de Joel en el día del
Pentecostés (Hechos 2:14-21). Lo vio como el inicio del fin, sabiendo que todavía no venía el fin inmediato
en el cual la luna se convertiría en sangre.

También es importantísimo hacer una profunda observación, que la profecía de Joel en el Pentecostés no era
ni adivinar el pasado, ni predecir el futuro, ni dar nuevas revelaciones como desean o pretender hacer los que
hoy se autonombran profetas. Hechos 2:11-13 dice: “…cretenses y árabes, les oímos hablar en nuestras
lenguas las maravillas de Dios. Y estaban todos atónitos y perplejos, diciéndose unos a otros: ¿Qué quiere
decir esto?”

Existe referencia en el Nuevo Testamento a profetas como oficios en la iglesia en tres lugares, Hechos
capítulos 13, 15 y 21. Se mencionan a Bernabé, Simón el que se llamaba Niger, Lucio de Cirene, Manaén, y
Saulo. Judas y Silas, cuatro hijas de Felipe que profetizaban y a un profeta llamado Agabo. Es interesante
que muchos de estos como Bernabé, Saulo, y Silas sabemos que eran evangelistas. Tal como dice 1ª
Corintios 14:24 “Pero si todos profetizan, y entra algún incrédulo o indocto, por todos es convencido, por
todos es juzgado.”

Veamos estas referencias:

Hechos 13:1-3 “Había entonces en la iglesia que estaba en Antioquía, profetas y maestros: Bernabé, Simón
el que se llamaba Niger, Lucio de Cirene, Manaén el que se había criado junto con Herodes el tetrarca, y
Saulo. Ministrando éstos al Señor, y ayunando, dijo el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para
la obra a que los he llamado. Entonces, habiendo ayunado y orado, les impusieron las manos y los
despidieron.”

Es interesante que al año 60 d.C. que Lucas escribe el libro de Hechos dice que “Había en la iglesia,” que
podría ser referencia a algo pasado.

Hechos 15:32 “Y Judas y Silas, como ellos también eran profetas, consolaron y confirmaron a los hermanos
con abundancia de palabras.”

Se menciona de Felipe el evangelista tenía cuatro hijas que profetizaban y de un profeta llamado Agabo en
Hechos 21:8-9, 10-11 “Al otro día, saliendo Pablo y los que con él estábamos, fuimos a Cesarea; y entrando
en casa de Felipe el evangelista, que era uno de los siete, posamos con él. Este tenía cuatro hijas doncellas
que profetizaban.”…“descendió de Judea un profeta llamado Agabo, quien viniendo a vernos, tomó el cinto
de Pablo, y atándose los pies y las manos, dijo: Esto dice el Espíritu Santo: Así atarán los judíos en
Jerusalén al varón de quien es este cinto, y le entregarán en manos de los gentiles.”

Factores a Tomar en Cuenta Sobre La Profecía


El Oficio de Profeta:

El Papel del profeta como oficio en el Antiguo Testamento era ser policías del pacto de Dios con Israel. Un
policía hace cumplir la Ley o entrega la multa como resultado de la violación de la ley. El profeta era el
portavoz de Dios decretando bendiciones en base a la obediencia a la ley, o maldiciones por la desobediencia,
estas eran basadas en las bendiciones y maldiciones que Dios había revelado en su Ley dentro del Pacto con
su Pueblo, mencionadas en Deuteronomio 27 y 28.

La revelación que el profeta daba era consistente con el carácter de Dios y con lo que Dios ya había revelado
previamente.

Es importante explicar que profecía significa ‘hablar ante’, involucra


anunciar, declarar, pregonar, proclamar, publicar. Significa proclamar un mensaje de Dios (a Israel, al
pueblo, a algún individuo, u a otra nación). En ocasiones este mensaje incluía predicción, Dios proclamaba
generalmente maldiciones que vendrían por la desobediencia o bendiciones como consecuencia del
arrepentimiento y la obediencia. Muchas veces se predice una restauración futura que Dios traería tras el
castigo para restaurar a su pueblo arrepentido. Estas profecías estaban en línea con lo revelado previamente
en la Ley de Dios. En ocasiones la profecía incluía predicción dentro del llamado a volverse a Dios, pero
generalmente era una predicación, pedirle al pueblo de Dios que se volviera a Dios y viviera conforme a los
estándares de conducta que Dios ya les había revelado.

Así es que la profecía no necesariamente es predicción, ni adivinación, como lo entienden muchos hoy, pero
en raras ocasiones la proclamación de la profecía incluía alguna predicción. Toda predicción de los profetas
era parte de su profecía, pero no todo profecía era una predicción. Si enumeramos todas las palabras de los
profetas o todas las profecías del Antiguo Testamento, tan solo 8% de ellas es predicción, 92% es
predicación o proclamación del mensaje ya revelado de Dios. De ese 8% solo 1% no se ha cumplido
hablando de los tiempos finales o la restauración del pueblo de Dios para con el Señor.

Es importante considerar que en el Antiguo Testamento aparecen en varios lugares profecías de juicio en
varios periodos históricos contra falsos profetas que plagaban a Israel. Así los falsos profetas no son algo
nuevo, tienen siglos de existir.

En el Nuevo Testamento existen varias referencias que nos muestran el papel del profeta como algo pasado.
El libro de Hebreos 1:1-3 nos dice que: “Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro
tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo.” En Lucas 24:25-27
Jesús les dijo: “¡Oh insensatos, y tardos de corazón para creer todo lo que los profetas han dicho! ¿No era
necesario que el Cristo padeciera estas cosas, y que entrara en su gloria? Y comenzando desde Moisés, y
siguiendo por todos los profetas, les declaraba en todas las Escrituras lo que de él decían.” Jesús dice en
Mateo 11:13 “Porque todos los profetas y la ley profetizaron hasta Juan.” Claro haciendo referencia a sí
mismo como el cumplimiento de las profecías mesiánicas.

La Profecía como Don del Espíritu Santo:

El apóstol Pablo menciona en 1ª Corintios 12-14 a la profecía como un don del Espíritu Santo que Pablo
quisiera que todos tuviesen, y que considera mayor y más útil al don de hablar idiomas desconocidos para la
audiencia.

1ª Corintios 12:10 (Porque Dios ha dado por su Espíritu Santo dones diversos…) “…A uno el hacer
milagros; a otro, profecía….”

Su Función:
Pablo deseaba que todos profetizaran en 1ª Corintios 14:1-3 Seguid el amor; y procurad los dones
espirituales, pero sobre todo que profeticéis….Pero el que profetiza habla a los hombres para edificación,
exhortación y consolación.

Este pasaje es importantísimo para clarificar errores y determinar el carácter de la profecía. Vemos que la
profecía no es para adivinar el pasado o el futuro, sino es proclamar el mensaje de Dios. Este pasaje muestra
tres funciones claras de la profecía:

1. {C} Edificación (para llevar a la madurez en Cristo, al avance, y al crecimiento espiritual),

2. {C} Consolación (para ofrecer ánimo y apoyo en momentos difíciles), y

3. {C} Exhortación: Para hacer volver a alguien a Dios, para reprender o llamar la atención a dejar
una conducta incorrecta o pecado.

· En Hechos 15:32 se dice: “Y Judas y Silas, como ellos también eran profetas, consolaron y
confirmaron a los hermanos con abundancia de palabras.” Allí vemos precisamente en acción la
función de la profecía que describe Pablo en el papel de consolación y confirmación en la fe o
edificación.

De forma general podríamos decir que si alguien tiene el don de profecía es un profeta. En ese caso la iglesia
se daría cuenta, de la noche a la mañana, que existen millones de profetas que profetizan cada domingo en
millones de iglesias en el mundo. Cada pastor, maestro de escuela dominical, líder de estudio bíblico estaría
proclamando la palabra de Dios para edificar al pueblo, consolarlo y exhortarlo. Millones de pastores y
siervos son profetas en este sentido.

La profecía puede también tener una función revelatoria como en el caso de Agabo en donde el Espíritu le
revelo que Pablo seria encarcelado, o revelatoria en donde el Espíritu santo puede escoger a alguien para el
ministerio. Esto se ve en Hechos 13 y en 1 Timoteo.

Hechos 13:1-3 “Había entonces en la iglesia que estaba en Antioquía, profetas y maestros: Bernabé, Simón
el que se llamaba Niger, Lucio de Cirene, Manaén el que se había criado junto con Herodes el tetrarca, y
Saulo. Ministrando éstos al Señor, y ayunando, dijo el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para
la obra a que los he llamado. Entonces, habiendo ayunado y orado, les impusieron las manos y los
despidieron.”

1 Timoteo1:18 “Este mandamiento, hijo Timoteo, te encargo, para que conforme a las profecías que se
hicieron antes en cuanto a ti, milites por ellas la buena milicia.”

1 Timoteo 4:14 “No descuides el don que hay en ti, que te fue dado mediante profecía con la imposición de
las manos del presbiterio.”

1ª Corintios 14:29-40 “Asimismo, los profetas hablen dos o tres, y los demás juzguen. Y si algo le fuere
revelado a otro que estuviere sentado, calle el primero. Porque podéis profetizar todos uno por uno, para que
todos aprendan, y todos sean exhortados. Y los espíritus de los profetas están sujetos a los profetas (no hay
tal cosa como “el Espíritu me dice que tengo que hablar e interrumpir”); pues Dios no es Dios de confusión,
sino de paz.”

Es interesante notar que en la mayoría de los casos los profetas se apoyaban en lo que Dios ya había
revelado, pero que en varias ocasiones Dios reveló a profetas en la Escritura cosas que debían proclamar.
Nosotros sabemos que Dios sigue siendo Dios, y nunca nos atreveremos a limitar su soberanía (el poder de
hacer como le place) negando que si le place puede revelarse a quien él quiera. Dios puede hablarle alguien
en cuanto algo particular de su vida. Pero debemos cuidarnos de aquellos que pretenden ser la voz de Dios
actual para las iglesias y las naciones. Dios nunca dará profecía de algo nuevo que contradiga lo que él ya ha
revelado.

Es muy importante considerar el gran número de falsos profetas que han existido que han engañado a tantos.
Debemos prestar atención a las serias advertencias que la misma Palabra de Dios nos hacen de estar alertas a
cuidarnos de los falsos profetas y de examinar las profecías y no creer a todo espíritu (1ª Juan), y que 2 Pedro
1:19-21 nos dice que ya tenemos la palabra profética más segura, que es la Palabra de Dios.

Porque es Preferible evitar este título:

Existe una razón por la cual la iglesia de Jesucristo dejo de utilizar este título hace siglos. Una razón que han
ignorado y pasado por alto los que desean revivir este título en la iglesia actual.

La idea que viene a la mente de la gente cuando mencionamos a un profeta es tan universal que es mejor no
darles este título a siervos de Dios hoy. Cuando el común denominador de la gente piensa en un profeta,
entienden a alguien que posee poderes especiales, alguien que puede saber el pasado de la gente, un adivino,
y alguien que puede adivinar el futuro.

Entre los creyentes se piensa en un gran hombre de Dios, muy cercano a Dios, más cercano que tú y yo, que
tiene un acceso especial a Dios que nosotros no tenemos, al cual Dios le da revelación especial. Muchos
piensan que al profeta hay que obedecerle pues es Dios mismo quien habla a través de él. Este es el
grandísimo peligro de tener personas que utilicen el título de “Profetas” en la iglesia de hoy.
Automáticamente se vuelven mediadores entre Dios y los hombres cuando 1 Timoteo 2:5 nos dice que el
único mediador entre Dios y los hombres es Jesús. Se vuelven personas con un mayor acceso a Dios, a pesar
de que el libro de Hebreos nos dice que por Jesucristo todos tenemos la misma entrada y acceso al trono de
gracia de Dios.”

La Advertencia a Evaluar y Juzgar el Mensaje de Profecía:

La Biblia nos da repetidas advertencias a evaluar el mensaje de los profetas, desde Moisés en Deuteronomio
18 hasta 1500 años después en el Nuevo Testamento:

Deuteronomio 18:19-22 “El profeta que tuviere la presunción de hablar palabra en mi nombre, a quien yo
no le haya mandado hablar, o que hablare en nombre de dioses ajenos, el tal profeta morirá. Y si dijeres en
tu corazón: ¿Cómo conoceremos la palabra que Jehová no ha hablado?; si el profeta hablare en nombre de
Jehová, y no se cumpliere lo que dijo, ni aconteciere, es palabra que Jehová no ha hablado; con presunción
la habló el tal profeta; no tengas temor de él.”

Muchos líderes carismáticos renombrados actuales han hecho profecías públicas en libros y proclamadas
públicamente en la televisión cristiana, profecías numerosas, como que el fin vendría en cierta fecha, como
que habría una guerra o terremoto o que se descubriría la cura del sida en 1992, etc, etc. Literalmente cientos
de profecías, hechas por reconocidos predicadores y supuestos profetas, que jamás acontecieron (Rod
Parsley, Beny Hinn, Paul Crouch de TBN o enlace, etc entre muchos otros), es increíble ver que la gente
sigue considerándolos profetas a estos hombres tras repetidas falsas profecías.

Nuestro Señor Jesucristo mismo nos da una fuerte advertencia en Mateo 7:15-16 “Guardaos de los falsos
profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los
conoceréis.”
Es interesante que Jesús mencione sus frutos. 2 Pedro 2:1-3 nos da algunos de esos frutos: “Pero hubo
también falsos profetas entre el pueblo, como habrá entre vosotros falsos maestros, que introducirán
encubiertamente herejías destructoras, y aun negarán al Señor que los rescató, atrayendo sobre sí mismos
destrucción repentina. Y muchos seguirán sus disoluciones, por causa de los cuales el camino de la verdad
será blasfemado, y por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas. Sobre los tales ya de
largo tiempo la condenación no se tarda, y su perdición no se duerme.”

· Introducirán falsa doctrina

· Muchas de esa falsa doctrina destruye la sana doctrina, destruye vidas, destruye la obra, destruye
la fe de muchos.

· Por causa de ellos el camino de la verdad será blasfemado.

· Harán mercadería del reino de Dios. En otras palabras, están allí para obtener ganancia
económica.

· Utilizaran palabras fingidas.

· Tienen inmoralidad en sus vidas o usan el ministerio para seducir: 13-14 “ya que tienen por
delicia el gozar de deleites cada día. Estos son inmundicias y manchas, quienes aun mientras comen
con vosotros, se recrean en sus errores. Tienen los ojos llenos de adulterio, no se sacian de pecar,
seducen a las almas inconstantes, tienen el corazón habituado a la codicia, y son hijos de maldición.

2ª Corintios 11: 13-15 “Tales individuos son falsos apóstoles, obreros estafadores, que se disfrazan de
apóstoles de Cristo.” Note el énfasis en la estafa.

Tito 1:7-11 Note “Porque hay aún muchos contumaces, habladores de vanidades y engañadores…a los
cuales es preciso tapar la boca; que trastornan casas enteras, enseñando por ganancia deshonesta lo que no
conviene.” Algo consistente en muchos falsos profetas y maestros es enseñar falsa doctrina y obtener
ganancia; la codicia. Piden hacer supuestas pactos con Dios para aquellos que ofrezcan fuertes cantidades de
dinero a sus supuestos ministerios.

Dios da reglas que requieren discernimiento y cuidado en cuanto al don de profecía:

1 Juan 4:1 “Queridos hermanos, no crean a cualquiera que pretenda estar inspirado por el Espíritu, sino
sométanlo a prueba para ver si es de Dios, porque han salido por el mundo muchos falsos profetas.”

1ª Corintios 14:29 “Asimismo, los profetas hablen dos o tres, y los demás juzguen.” Note la necesidad de
juzgar si lo que se dice es verdad o conforme a la Escritura.

Hechos 17:11 “Y fueron estos más nobles que los que estaban en Tesalónica, pues recibieron la palabra con
toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras, si estas cosas eran así.” Note que los de Berea
escudriñaban las Escrituras para juzgar las enseñanzas si eran verdaderas o no.

1 Tesalonicense 5:20-21 “No menospreciéis las profecías. (Pero) examinadlo todo; retened lo bueno.” Note
la necesidad de examinar.

La Biblia nos dice que la profecía nada vale sin el amor, y que las profecías se acabaran pero el amor
permanecerá. 1ª Corintios 13:8-13 El amor nunca deja de ser; pero las profecías se acabarán, y cesarán las
lenguas, y la ciencia acabará. Porque en parte conocemos, y en parte profetizamos; más cuando venga lo
perfecto, entonces lo que es en parte se acabará. 11Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como
niño, juzgaba como niño; mas cuando ya fui hombre, dejé lo que era de niño. Ahora vemos por espejo,
oscuramente; más entonces veremos cara a cara. Ahora conozco en parte; pero entonces conoceré como fui
conocido. Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor.”

El Peligro de los Profetas Actuales y Sus Profecías:

El peligro es que si una persona tiene el rol de profeta lo que habla es el mensaje de Dios mismo hablando, y
¡ay de nosotros si no escuchamos y obedecemos a Dios! Reflexionemos en las siguientes fuertes advertencias
que las Escrituras dan contra falsos profetas:

2 Corintios 11:13-15 13 Tales individuos son falsos apóstoles, obreros estafadores, que se disfrazan de
apóstoles de Cristo.14 Y no es de extrañar, ya que Satanás mismo se disfraza de ángel de luz.15 Por eso no es
de sorprenderse que sus servidores se disfracen de servidores de la justicia. Su fin corresponderá con lo que
merecen sus acciones.

El problema es que Dios no les dijo nada tal como Dios les dijo a los falsos profetas en el tiempo de Jeremías
y Ezequiel:

Jeremías 14:14 “Me dijo entonces Jehová: Falsamente profetizan los profetas en mi nombre; no los envié, ni
les mandé, ni les hablé; visión mentirosa, adivinación, vanidad y engaño de su corazón os profetizan.”

Jeremías 23:11, 14-16, 31-32 11 Porque tanto el profeta como el sacerdote son impíos; aun en mi casa hallé
su maldad, dice Jehová. 14-16 Y en los profetas de Jerusalén he visto torpezas; cometían adulterios, y
andaban en mentiras, y fortalecían las manos de los malos, para que ninguno se convirtiese de su maldad; me
fueron todos ellos como Sodoma, y sus moradores como Gomorra. Por tanto, así ha dicho Jehová de los
ejércitos contra aquellos profetas: He aquí que yo les hago comer ajenjos, y les haré beber agua de hiel;
porque de los profetas de Jerusalén salió la hipocresía sobre toda la tierra. Así ha dicho Jehová de los
ejércitos: No escuchéis las palabras de los profetas que os profetizan; os alimentan con vanas esperanzas;
hablan visión de su propio corazón, no de la boca de Jehová.

31-32 Dice Jehová: He aquí que yo estoy contra los profetas que endulzan sus lenguas y dicen: El ha dicho.
He aquí, dice Jehová, yo estoy contra los que profetizan sueños mentirosos, y los cuentan, y hacen errar a mi
pueblo con sus mentiras y con sus lisonjas, y yo no los envié ni les mandé; y ningún provecho hicieron a este
pueblo, dice Jehová.

Jeremías 29:31 “Envía a decir a todos los cautivos: Así ha dicho Jehová de Semaías de Nehelam: Porque os
profetizó Semaías, y yo no lo envié, y os hizo confiar en mentira.”

Ezequiel 13:1-17 profetiza contra los profetas de Israel que profetizan, y di a los que profetizan de su propio
corazón: Oíd palabra de Jehová. 3 Así ha dicho Jehová el Señor: !Ay de los profetas insensatos, que andan en
pos de su propio espíritu, y nada han visto!4 Como zorras en los desiertos fueron tus profetas, oh Israel.5 No
habéis subido a las brechas, ni habéis edificado un muro alrededor de la casa de Israel, para que resista firme
en la batalla en el día de Jehová.

6 Vieron vanidad y adivinación mentirosa. Dicen: Ha dicho Jehová, y Jehová no los envió; con todo, esperan
que él confirme la palabra de ellos.7 ¿No habéis visto visión vana, y no habéis dicho adivinación mentirosa,
pues que decís: Dijo Jehová, no habiendo yo hablado? 8 Por tanto, así ha dicho Jehová el Señor: Por cuanto
vosotros habéis hablado vanidad, y habéis visto mentira, por tanto, he aquí yo estoy contra vosotros, dice
Jehová el Señor.9 Estará mi mano contra los profetas que ven vanidad y adivinan mentira; no estarán en la
congregación de mi pueblo, ni serán inscritos en el libro de la casa de Israel, ni a la tierra de Israel volverán;
y sabréis que yo soy Jehová el Señor.10 Sí, por cuanto engañaron a mi pueblo 18 y di: Así ha dicho Jehová el
Señor: !!Ay de aquellas que cosen vendas mágicas para todas las manos, y hacen velos mágicos para la
cabeza de toda edad, para cazar las almas! ¿Habéis de cazar las almas de mi pueblo, para mantener así
vuestra propia vida?

19 ¿Y habéis de profanarme entre mi pueblo por puñados de cebada y por pedazos de pan, matando a las
personas que no deben morir, y dando vida a las personas que no deben vivir, mintiendo a mi pueblo que
escucha la mentira?20 Por tanto, así ha dicho Jehová el Señor: He aquí yo estoy contra vuestras vendas
mágicas, con que cazáis las almas al vuelo; yo las libraré de vuestras manos, y soltaré para que vuelen como
aves las almas que vosotras cazáis volando.

21 Romperé asimismo vuestros velos mágicos, y libraré a mi pueblo de vuestra mano, y no estarán más
como presa en vuestra mano; y sabréis que yo soy Jehová. 22 Por cuanto entristecisteis con mentiras el
corazón del justo, al cual yo no entristecí, y fortalecisteis las manos del impío, para que no se apartase de su
mal camino, infundiéndole ánimo, 23 por tanto, no veréis más visión vana, ni practicaréis más adivinación; y
libraré mi pueblo de vuestra mano, y sabréis que yo soy Jehová.

Miqueas 3: 11 Sus gobernantes juzgan por soborno, sus sacerdotes instruyen por paga, y sus profetas
predicen por dinero; para colmo, se apoyan en el Señor, diciendo: «¿No está el Señor entre nosotros?

Sofonias 3:4 “Sus profetas son livianos, hombres prevaricadores; sus sacerdotes contaminaron el santuario,
falsearon la ley.”

Mateo 7:15 Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro
son lobos rapaces.

Marcos 13:22 “22 Porque se levantarán falsos Cristos y falsos profetas, y harán señales y prodigios, para
engañar, si fuese posible, aun a los escogidos.”

Deuteronomio 18:15-18 nos da el criterio que si las profecías no se cumplen aquel profeta hablo falsamente y
Dios no le dijo nada. Ejemplos de Falsas profecías son numerosos como Guillermo Miller de los adventistas
en 1844 vendría Cristo, Testigos de Jehová en 1914 vendría el fin pospuesto en otras tantas fechas, Joseph
Smith-LDS de los mormones, numerosas falsas profecías, Benny Hinn, Rod Parsley, Paul Crouch. Es
increíble como la gente y la iglesia no abre los ojos a la realidad de que estos hombres se han atrevido a
proclamar cosas en nombre de Dios, y al no cumplirse siguieran y sigen disfrutando de la confianza, y
credibilidad de sus adeptos.

La Palabra profética más segura ya la tenemos en 2ª Pedro 2:19-21. 2ª Timoteo 3:16-17 nos dice que toda la
Escritura es lo que necesitamos para ser corregidos e instruidos, no nuevas revelaciones. Hebreos 4:12 nos
dice que es la Palabra revelada de Dios la que discierne las intenciones del corazón y corrige. En Mateo 4:4
Jesús reprendió a Satanás no con revelación nueva sino citando Deuteronomio 8 y proclamando “Escrito
esta.” Sin embargo miles de creyentes hoy día, no leen las escrituras pero buscan la “revelación fresca” de
falsos profetas.

En 1 Timoteo 4:13-16 Pablo le escribe a Timoteo que aunque de él se hicieron profecías, y aunque Pablo y
Timoteo mismos profetizaban, le exhorta: “Entre tanto que voy, ocúpate en la lectura, la exhortación y la
enseñanza. No descuides el don que hay en ti, que te fue dado mediante profecía con la imposición de las
manos del presbiterio. Ocúpate en estas cosas; permanece en ellas, para que tu aprovechamiento sea
manifiesto a todos. Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; persiste en ello, pues haciendo esto, te salvarás
a ti mismo y a los que te oyeren.” Así un profeta debe permanecer en la Palabra de Dios, y cuidar la sana
doctrina, porque no es infalible, solo la Palabra de Dios lo es.
Los “Cinco Ministerios” (Efesios 4:11)

por Robert M. Bowman, Jr.

Últimamente se ha hecho muy popular el hablar de “los cinco ministerios”, un sistema de gobierno de la
iglesia con apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros. El movimiento de la “Restauración” Neo-
Pentecostal y su enseñanza errónea del “Reino Ahora”, afirma que una de las cosas que Dios está
“restaurando” a la iglesia son estos cinco ministerios.

El único texto que usan para apoyar este concepto es Efesios 4:11-13, el cual dice que Cristo constituyó “a
unos como apóstoles, a otros profetas, a otros evangelistas, a otros pastores y maestros. . . hasta que todos
lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios”. Se ha argumentado que la palabra
“hasta” prueba que la iglesia de hoy día necesita apóstoles y profetas tanto como evangelistas, pastores y
maestros.

Sin embargo, es la “edificación” de la iglesia (versículo 12) la cual debe continuar hasta que la iglesia llegue
a una madurez, no los cinco oficios mencionados en el versículo 11. Esto se puede ver claramente cuando
leemos el texto de la siguiente manera: “Y El mismo constituyó a unos apóstoles; a otros, profetas; a otros
evangelistas; a otros pastores y maestros; (estos oficios fueron dados) a fin de perfeccionar a los santos para
la obra del ministerio, para (lo cuál tienen como meta) la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos
lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto a la medida de la
estatura de la plenitud de Dios”. Los oficios de apóstol y profeta naturalmente cesarían en la iglesia una vez
que su papel en “equipar o perfeccionar a los santos” fuera terminado; eso es, una vez que la canonización
del Nuevo Testamento fuera completado.

Algunos se han opuesto a que no existe ninguna razón para excluir a los apóstoles y profetas de los otros tres
oficios mencionados en el versículo 11. Sin embargo, en la misma epístola, Pablo declara que la iglesia ha
sido “edificada sobre el fundamento de los apóstoles y profetas” (Efesios 2:20) y que el misterio de Cristo
tocante a la iglesia fue “revelado a Sus santos apóstoles y profetas por el Espíritu” (3:5). Estas declaraciones
indican que el papel de apóstoles y profetas fue realizado en el primer siglo.

En particular, el Nuevo Testamento es muy claro acerca del papel temporal de los apóstoles, ya que ellos
fueron escogidos para dar testimonio de lo que habían visto acerca del Cristo resucitado (Hechos 1:21-26;
5:32; Lc. 1:1-4; 1 Cor. 9:1). Pablo indicó que él fue la última persona que vió al Cristo resucitado y el último
en recibir una comisión apostólica (1 Cor. 15:8). Las epístolas de 2 Pedro y Judas, entre las últimas escrituras
del Nuevo Testamento que fueron escritas, exhortan a los lectores a que eviten falsas doctrinas, recordando
las enseñanzas de los apóstoles (2 Pedro 1:12- 15; 2:1; 3:2, 14-16; Judas 3-4, 17). Pedro y Judas no dijeron,
“Escuchen a los apóstoles de hoy en día", sino que exhortaron a los creyentes a “recordar lo que los apóstoles
habían dicho”.

No estoy argumentando que solamente los doce y Pablo eran apóstoles. Bernabé (Hechos 14:14), Silvano (1
Ts 2:6; compare 1:1), Andrónico y Junias (Rom. 16:7) todos eran apóstoles de Cristo, de modo que sin duda
fueron unos de los 500 testigos de la Resurrección (1 Cor. 15:6). Sin embargo, ninguna de estas personas
fueron escogidas como sucesor de uno de los primeros apóstoles (Matías reemplazó a Judas, no fué su
sucesor, ya que Judas había abandonado su apostolado, Hch. 1:21-26).

En el Nuevo Testamento se utilizan diferentes maneras para describir la palabra “apóstol”. Ciertos
individuos, incluyendo Tito y Epafrodito, eran “apóstoles de las iglesias” (2 Cor. 8:23; Fil. 2:25). Estos
“apóstoles” no tenían autoridad sobre la iglesia; ellos eran mensajeros enviados por las iglesias y sujetos a las
mismas. En este sentido sería perfectamente legítimo hablar de “apóstoles” como representantes de alguna
iglesia, siempre y cuando esto no produzca confusión, de verles como “la autoridad espiritual absoluta.”

De manera que, en el sentido bíblico, no existen apóstoles hoy día. Ni tampoco existen profetas, ya que estos
fueron parte de la “fundación” establecida en la Iglesia del primer siglo. Esto no es para negar la validez
continua del don de “profecía”, ya que Pablo se refiere al profetizar como una actividad básica, en la cual se
les insta a todos los cristianos a que participen hasta el punto que Dios los dote (Rom. 12:6; 1 Cor. 11:4-5;
12:10; 13:2, 8-9; 14:1-6, 20-33; 1 Ts. 5:20); en un sentido general las personas que ejercitan el don de la
profecía se les puede llamar “profetas” (1 Cor. 14:32,37). Sin embargo, Pablo también habla de personas
específicas que ocuparon un oficio de “profeta” el cual era segundo en autoridad después del apóstol (1 Cor.
12:28-29). El oficio de “profeta” es lo que estoy argumentando que cesó de existir aproximadamente al final
del primer siglo, no el don de profecía.

Finalmente, algunos errores en este tema son peores que otros. El uso indefinido de la palabra “apóstol” para
referirse a misioneros o fundadores de iglesias (como Pablo y los apóstoles lo hicieron) no es un error grave
siempre y cuando éste uso sea claramente distinguido del concepto de un apóstol que trae nuevas
revelaciones doctrinales y ejercita autoridad indiscutible.

Tampoco es un grave error interpretar Efesios 4:11 que se refiere a “apóstoles” en un sentido de fundador de
una iglesia. Lo mismo se podría aplicar a aquellos que mantienen que Efesios 4:11 se refiere a la actividad
carismática continua de profetizar. Creo que estas interpretaciones están equivocadas, pero las mismas no son
en ninguna forma contrarias a la fe cristiana.

Por otra parte, el interpretar Efesios 4:11 como un llamado para una restauración del oficio de apóstol de
Cristo no sólo es un error en interpretación, sino que abre la puerta a la herejía. Alegar que la iglesia de hoy
necesita visiones y revelaciones por medio de apóstoles modernos y profetas de Cristo, es negar la suficiencia
de la Biblia (2 Tim. 3:16) y colocar a la iglesia a la merced de falsos apóstoles, de los cuales nos advirtió el
apóstol Pablo en términos muy claros (2 Cor. 11:13-15).

Los que enseñan los “cinco ministerios” con el intento de buscar el “restaurar” una fundación que nunca ha
sido movida, realmente están estableciendo una fundación falsa que no insta el crecimiento del cuerpo de
Cristo.

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