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EL EDEN PRIVADO DE Hasta el 20 de abril, la Royal Academy of Arts de Londres repasa en una exposi in lo mas “florido” de la pintura de los siglos xix y xx. ANAECHEVERRIA, PERIODISTA parte de la pintura y de la jardineria, nada se me da bien”. Este arranque de mo destia resultarfa mas creble sino hubiera surgido de la plumade Claude Monet. Que elimpre sionista francés se hizo mundialmente famoso por sus cuadros no es ningtin secreto. Lo curiosoes que también fue una celebrity de la botdnica, hasta el punto de protagonizar reportajes en revistas especializadas, de las que él mismo eraasiduo lector. “Le més cat logos y lista de precios dehorticulrura quearticulos sobre estética’escribiéel periodista Maurice Guillemot después de entrevistarloen 1897, De Monet, que [DAMA ENEL JARDIN, aude Monet, B67. ‘Museo stat del Hermiage, San Petersburg, poseia una biblioteca de mas de seis- cientos ejemplares, no puede decirse (que fuera un iletrado, Pero su principal fuente de inspiracién no era la historia del arte, sino la naturaleza, Una natu: raleza primorosamente domesticada, primero en el pequefio jardin desu casa de Argenteuil, cerca de Paris, ys tar deen su espectacular hacienda de Gi- verny, en la Alta Normandia. Locura floral ‘Monet no estaba solo en su pasién por lasflores. Desde principios del siglo x0x, ‘una auténtica epidemia de fiebre hort cola se extiende entre las clases medias de Paris y Londres. Dos invenciones pro- digiosas la sustentan: la caja de Ward y elinvernadero, Nathaniel Ward, creador dela primera, era un naturalista y ex plorador inglés. Su invento, una jaulade cristal casihermética,sirve para transpor tas vivas durante largos periodos de tiempo en buenas condiciones de hu medad. Asi, cualquier especie dificil de cultivar a partir de semillas puede impor tarse desde el lugar ma nadero garantiza que las flore ticasy delicadas sobrevivan ‘europeas. Miles de plantas desconocidas llegan de Asia, Africa y América para ins. talarse en los parques de Europa. Es un: ‘auténtica globalizacién de las flores. Yla ciencia atin tiene untercerasen lamanga: lahibridacién. Gracias alos experimentos de Mendel y Darwin se crean incontabl variedades de crisantemos, iris, dali La hibridomania llega a su paroxismc NYMPHEAS (Nenifares}Caude Mone, 191415. Portiand Art Museum, Oreyén ENLA PAG, OPUESTA, EBjartnen rue Crit Montmarze,Plre-Auguste Reni 176, Carege Museumal Ar: PRSburgy. ASUDCHA, Estudio delos ios Vers, la Exposicién Universal de Paris de 1900, para la quese plantan 20,000 variedades de rosasdistintas. intelectuales decimonénicos, las yn mucho més que un capricho a escritora George Sand considera un “elemento esencial de la ci- vilizacin”. Enel siglo anterior, lady Mary pone yade moda el “len: ”,y los amantes de alta intercambian mensajes flor cretos que, en realidad, cualquiera puede niger Sargent, 84, Ft Isttute of Arts, Fle, Michigan, descifrar: Los parques ybulevaresdiseia dos por el equipo del barén Haussmann, pulmones urbanos que no tardan en imi tarse en todas las capitales de Europa, se interpretan como saludables invitaciones al ejecico. Los pedagogos insisten en bondades educativas de los vergeles ésticos. Pissarro, Manet, Morisot, Sargent, Sorolla,Rusifio.. una legién de impresio- tas pinta jardines. Lahorticultura cuela hasta en la politica. El anarquista Proudhon aspira, segin sus propia pala CUANDO SUS FINANZAS VAN VIENTO EN POPA, MONET COMPRA LA CASA DEGIVERNY Y CONTRATA ASEIS JARDINEROS bras, convertirel planeta “en un inmen soardin”.Elutépico Fourierimagina una agricultura que combine verdurasyflores Yexienne Soulange Bouin, militar, diplo mitico y presidente de la Asociacién de Hortcultura de Paris, lamenta que ambos bandos de la batalla de Waterloono hubie ran decidido quedarse “en casa a cultivar repollos’. Quimerasaparte,lociertoes que los jardines han dejado de ser privilegio exclusivo de monarcas y aristécratas. A finales del siglo xs, hasta el mas pobre puede permitirse una maceta enel baleén yun paseo porel Bois de Boulogne. Una paleta vegetal Los jardines de ensuefo, eso sf, siguen sa- liendo muy caros, como Monet pod com- probar por si mismo. En abril de 1883, el artista alquila Le Pressoir; una finca rural en Giverny, Normandia, y se traslada all{ ‘con su numerosa familia: sus dos his, su segunda esposa Alice y los seis hijos de esta. Inmediatamente se vueleaen el jardin: climinael huerto, aranca arbustos y érbo- les, sustituye los manzanos por cerezos y ‘melocotoneros japoneses, planta parterres, de flores perfectamente coordinadas por colores, con su gusto exquisito de artista “La jardineria es algo que aprendi en mi juventud, cuando era infeliz”, confesara ‘més adelante. “Tal vezle deba a las flores el haberme convertido en pintor”. ‘Al principio cava, siembra, desbroza y riega con sus propias manos y la ayuda de los nifios. Pero hacia 1890 sus finanzas cempiezan air viento en popa. Sus cuadros se venden muy bien, especialmente en Estados Unidos. Busca otros dos marchan- tes ademas de Durand-Ruel. Compra la casa de Giverny, contrata aseis jardineros, acude a eventos de horticultura, recurre asus contactos para obtener las semillas més caras y buscadas. Construye cober- tizos e invernaderos, cuya temperatura comprueba pasando una noche en ellos consu familia, Adquiere més terreno y se Jas ingenia para instalar un impresionan. te estanque de nentfares, a pesar de la JEANNE PISSARRO (load inet) setad neji, Ponto (tl). Camil Psa, 1872 ClecinprvadaFoto: © alec priv ENLAPAG. ‘OpUESTA Ean sa Pare Bomar 10 The Saruel Cours The aural EN LOS ULTIMOS ANOS DE SU VIDA, SU JARDIN, EN ESPECIAL ‘oposicién de los granjeros dela zona, que ‘emen infundadamente que estas plantas cenvenenen el agua del arroyo donde be- ben sus reses. Le afiade un puentecillo encantador, inspirado en las estampas Japonesas que colecciona desde hace fio. En definitiva, dilapida su fortuna en flo res, tanto porlarareza y calidad de algu- nas variedades como por la inmensa cantidad de brotes, bulbos ysemillas que necesita para conseguir su objetivo: un jardin que esté permanentemente en flor, ‘cuyos colores roten y se combinen en perpetua armonia, “La obramés bella de Claude Monet, en miopinién,essujardin’, afirmaria el botdnico Georges Truffaut, editor de la revista Jardinage y principal proveedor de plantas para el artista. Enrealidad, cuadrosy jardines no compi- ten, sino que conviveny se alimentan unos ottos en una simbiosis perfecta. Monet planta lo que desea pintar y, pintando flo res, se adentra en terrenos inexplorados para el arte occidental, incluso para el Impresionismo, abriendo la puerta a las ‘Vanguardias. Durante los iltimos veinte aitos desu vida, su jardin, especialmente lestanque de nenifares, se convierte en el monotema de su obra. Se levanta alas cuatro de a madrugada para captar a luz ‘mds evanescente del dia. El motivo repre- sentado pasaa un segundo plano, la com- posicin es cada vez menos clisica y mis lirica, los contornos se desdibujan, tos encuacres se acercan, los lienzos crecen hastaaleanzar loscuatro metros de ancho yelartistase desespera tratando de alcan: zarloinaleanzable. “Quiero pintar el aire alrededor del puente, de la casa, de la barca. La belleza del aire allidonde estin, yeesto noes sino imposible, escribe El edén de Giverny esté vedado a los cu- riosos. ‘Ah, caballeros -se excusa ante sus galeristas-, no recibo a nadie cuando trabajo”. Pero sirecibe aun grupo selecto deamigos, como el novelista Octave Mir beau o ls pintores Gustave Caillebotte y Pierre Bonnard, todoseellos tan forofosde la jardineria como él. A Renoir le regala semillas, que el artista, menos atildado que su amigo, planta de manera cadtica Levisitan Vuillard, Matisse, el dramatur- goSacha Guitry y unos pacos periodistas ‘yfotégrafos. Hoy son cientos de miles los turistas que acuden cada aiio a Giverny para admirarlos parterresy nemifares de Ja antigua casa de Monet, replantados con la mayor fidelidad posible. = ‘cavhuoco Pointing the Modern Garden. Mo- net to Matisse Loncres: Royal Acacey Ps bieatons, 2018 En ings.

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