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El mito es una historia sagrada que narra un acontecimiento sucedido durante un tiempo

primigenio, en el que el mundo no tenía aún su forma actual. Los acontecimientos de la


naturaleza que se repiten periódicamente se explican como consecuencia de los sucesos
narrados en el mito (por ejemplo, en la mitología griega el ciclo de las estaciones se explica a
partir del rapto de Perséfone). Sin embargo, no todos los mitos se refieren a un tiempo
"primero", también pueden abordar sucesos acontecidos después del origen, pero que destacan
por su importancia y por los cambios que trajeron.
Existen mitos religiosos (como el nacimiento de los dioses), políticos (como la fundación de
Roma) o sobre temas particulares (por qué el maíz se convirtió en el principal alimento de un
pueblo, como sucedió con los pueblos prehispánicos de México). Para Malinowski Los mitos son
narraciones fundamentales, en tanto que responden a las preguntas básicas de la existencia
humana: razón para existir, razón de lo que lo rodea.

SE DISTINGUEN VARIAS CLASES DE MITOS:


· Mitos cosmogónicos: intentan explicar la creación del mundo. Son los más universalmente
extendidos y de los que existe mayor cantidad. A menudo, se sitúa el origen de la tierra en un
océano primigenio. A veces, una raza de gigantes, como los titanes, desempeña una función
determinante en esta creación; en este caso, tales gigantes, que suelen ser semidioses,
constituyen la primera población de la tierra.
· Mitos teogónicos: relatan el origen de los dioses. Por ejemplo, Atenea surge armada de la
cabeza de Zeus.
· Mitos antropogénicos: narran la aparición del ser humano, quien puede ser creado a partir
de cualquier materia, viva (una planta, un animal) o inerte (polvo, lodo, arcilla, etc.). Los dioses
le enseñan a vivir sobre la tierra. Normalmente están vinculados a los mitos cosmogónicos.
· Mitos etiológicos: explican el origen de los seres, las cosas, las técnicas y las instituciones.
· Mitos morales: explican la existencia del bien y del mal.

· Mitos fundacionales: cuentan cómo se fundaron las ciudades por voluntad de dioses. Un
ejemplo es el de la fundación de Roma por dos gemelos, Rómulo y Remo, que fueron
amamantados por una loba.
· Mitos escatológicos: anuncian el futuro, el fin del mundo. Siguen teniendo amplia
audiencia. Estos mitos comprenden dos clases principales, según el elemento que provoque la
destrucción del mundo: el agua o el fuego. A menudo están vinculados a la astrología. La
inminencia del fin se anuncia por una mayor frecuencia de eclipses, terremotos, y toda clase de
catástrofes naturales que aterrorizan a los humanos. El clásico ejemplo es el 'Apocalipsis',
considerado como tal por Bertrand Russell.
FUNCIONES DE LOS MITOS
Las funciones de los mitos son múltiples. No obstante, en general, se puede aceptar tres
funciones esenciales: explicativa, de significado y pragmática. La función explicativa se refiere a
que los mitos explican, justifican o desarrollan el origen, razón de ser y causa de algún aspecto
de la vida social o individual, por ejemplo, el mito griego que narra cómo se originó el mundo del
"Caos" o el Génesis que comenta el nacimiento de la mujer de la costilla de un hombre. La
función pragmática del mito implica que los mitos son la base de ciertas estructuras sociales y
acciones, así, un mito puede marcar una línea genealógica y determinar quiénes pueden
gobernar o no. Gracias a esta función, los mitos especifican y justifican por qué una situación es
de una manera determinada y no de otra. La función de significado se refiere a que los mitos no
son sólo historias que brindan explicaciones o justificaciones políticas, también otorgan un
consuelo, objetivo de vida o calma a los individuos, así sucede con mitos que hablan de la muerte,
el sufrimiento o la victoria, por lo tanto, los mitos no son historias alejadas de la persona, sino
que funcionan como un asidero existencial, un motivo, de acuerdo al psicoanalista
estadounidense, Rollo May. Las tres funciones se suelen combinar de manera constante.
Pigmalión
Acaso una de las leyendas de amor más inverosímiles y extrañas de la época clásica, sea la de Pigmalión y su estatua favorita.
Según la tradición popular, Pigmalión era un soberano cretense muy aficionado a la escultura: todo su tiempo libre lo dedicaba a
labrar la piedra, hasta que un día halló que había esculpido una figura femenina tan hermosa que ya no pudo separarse nunca
de ella. Hasta rogó, e invocó, a los dioses del Olimpo que le permitieran casarse con aquella estatua de piedra que, por lo demás,
era una fiel imitación de la diosa Venus y, por eso mismo, tenía que ser la diosa quien decidiera lo que había que hacer al respecto.
Pasaba el tiempo y Pigmalión se sentía cada vez más atraído por aquella efigie que consideraba su obra maestra. Estaba ya como
trastornado y pedía insistentemente a la propia Afrodita/Venus que le buscara, para hacerla su esposa, una mujer idéntica a la
que él había hecho de mármol. Un día que Pigmalión se hallaba ensimismado mirando aquella obra maestra observó que se
movía y que -¡oh, prodigio!-, bajaba de su pedestal de mármol y se acercaba a su hacedor con la misma prestancia de un ser vivo.
Sin salir de su asombro, Pigmalión se vio en brazos de aquella mujer que era una réplica fiel de la estatua que él había esculpido.
¿Qué había sucedido?; pues que la diosa Afrodita/Venus había decidido dar satisfacción a Pigmalión y, para ello, nada mejor que
convertir su estatua en una mujer real, a la que se la impondrá el nombre de Galatea. Después de los sucesos reseñados,
Pigmalión y Galatea se casaron, vivieron felices y tuvieron una hija llamada Pafo; ésta era tan bella que hasta el propio Apolo
Teseo y el Minotauro
Hace muchos muchos años, en la maravillosa isla de Creta vivía un ser extraordinario. Minotauro era su nombre y por sus venas
corría sangre de dioses y reyes. Su poderoso cuerpo de hombre estaba rematado por una cabeza de toro, señal de su origen
divino. Pero prevalecía en Minotauro el carácter bestial y sus apetitos no se veían satisfechos Sin el sabor de la carne humana. El
rey Minos, sabio gobernante de Creta, ordenó a su hábil arquitecto Dédalo la construcción de un inescrutable laberinto e hizo
encerrar allí a la bestia. Pero Minos debía alimentar a la criatura, por lo q exigió a la vasalla ciudad de Atenas un tributo anual de 7
mancebos y 7 doncellas para ser entregado a las fauces del Minotauro. En esos tiempos gobernaba Atenas el rey Egeo, quien
contaba con un único y valeroso hijo: Teseo, primo del héroe Hércules. Fue así que, en el tercer año en el que Atenas debía
entregar su sangriento tributo al Minotauro, Teseo se presentó ante su padre, ofreciéndose para viajar aCreta y matar al
monstruo. La desesperación invadió el corazón de Egeo y, entre lágrimas, le suplicó a Teseo quedesistiera de su propósito. Mas
la decisión del príncipe era tan grande que, desoyendo los ruegos de su padre, partió hacia la isla fatídica.No bien llegados a Creta,
una multitud se acercó a las puertas del palacio real para observar a los desdichados que serían entregados al Minotauro. Entre
los curiosos se encontraba Ariadna, la dulce hija del rey Minos. Su vista se vio atraída por el gallardo porte de Teseo, cuya orgullosa
actitud contrastaba con la de sus alicaídos compañeros de infortunio. Ariadna quedó prendada de Teseo desde ese mismo
instante y, en consecuencia, se propuso a evitar su muerte a cualquier precio.
Fue así que, amparada por las sombras de la noche, la princesa escapó de sus aposentos y se introdujo en las celdas de los
prisioneros. Allí se encontró con Teseo, a quien confesó su amor, luego de entregarle una espada para que diera muerte al
monstruo. El héroe le prometió a Ariadna que mataría al Minotauro y que luego se casaría con ella. Entonces la princesa le dio un
ovillo de hilo, advirtiéndole: "Se prudente, valiente Teseo, ya que Minotauro vive en el fondo de un laberinto del que nadie ha
podido salir. Atarás una de las puntas de este ovillo en la entrada y, a medida que avances por los pasillos deberás desenvolver el
hilo. De esta manera sólo tendrás que seguirlo para encontrar la salida. "A la mañana siguiente, las víctimas fueron
introducidas en el tenebroso reducto del monstruo. Una vez que las puertas se cerraron, Teseo ató el hilo a una herrumbrosa
argolla de la pared y se introdujo en los húmedos y oscuros pasillos. El aire se volvía cada vez más espeso y nauseabundo.
Escuchó. Desde algún rincón le llegaron los poderosos bufidos de la bestia. Estos sonaban cada vez más fuerte, cada vez más
cerca. Y, de pronto llenaron la habitación. La bestia se presentó ante él. Un fulgor asesino ardía en sus ojos. Con un rugido
estremecedor Minotauro se abalanzó sobre Teseo, tal vez peguntándose cómo había osado aventurarse porlos inescrutables
corredores aquel imprudente en lugar de aguardar la muerte junto a sus compañeros. En el mandoble mortal de Teseo encontró
Minotauro la inesperada respuesta. Presa de agónica furia, embistió la bestia con sus cuernos pero fue en vano. Con un nuevo y
certero golpe de su espada, el héroe se adueñó de la victoria. Teseo se quedó contemplando el cuerpo exánime tendido a sus
pies, asombrado de la hazaña que acababa de concretar. Y luego, con una sonrisa iluminándole el rostro, corrió en busca de su
amada Ariadna.
Tritón, el príncipe del mar
Un día de cielo azul, iba Poseidón recorriendo sus dominios. Iba en su carruaje tirado por caballos marinos de crines de oro.
Empuñaba el temible tridente con el que podía estremecer las aguas si, por alguna causa, se enojaba. Pero ese día tenía buena
onda y, en el mar, solo se formaban ondas buenas. De pronto, ¿qué ve? En la playa danzaban lashijas de una familia
numerosa. Eran las Nereidas, las cincuenta hijas de Nereo que había cumplido el sueñodelballet propio.Poseidón sofrenó
a los caballos que agitaron sus crines en la espuma. A cuarenta y nueve de ellas, a penas si las había registrado.Pero una lo
deslumbró. Su nombre: Anfitrite. Por ella detuvo el carro y bajo hasta la playa.

Sin embargo, la chica lo esquivó, se zambulló en el mar y se hizo perseguir por las aguas, grutas, islas. Cuánto
menos la alcanzaba Poseidón, más la quería… y Anfitrite, jovencita pero no zonza, no dejó de escaparle hasta que él le propuso
serla reina del mar. Así fue que se casaron en el palacio de oro que tenía el dios en las profundidades. De este modo, Poseidón
consiguió una esposa, cuarenta y nueve cuñadas y, al tiempo, un hijo: Tritón. Este chico llegó a ser gran compañero de su padre
y la dicha de su mamá. Claro que, como tenía cara de dios, cuerpo de dios y cola de pez, al principio los preocupó bastante.Pero,
en cuanto se hizo muchacho y empezó a perseguir a las doncellas marinas, los padres ya se quedaron tranquilos.Se notaba que
Tritón no era ningún pescado.
Los mitos son relatos en los que pueden hallarse los siguientes
momentos que lo estructuran:
Exposición
En el principio, sólo había Caos. Entonces, del Caos apareció Erebus (la oscuridad
incognoscible, donde mora la muerte), Nyx (Noche), y Eros (Amor) nacieron,
trayendo un comienzo de orden. De Eros vino Aether (Luz), y Hemera (Día). Una
vez que hubo Aether y Hemera, Gaea (la tierra) apareció. Gaea solo dio a luz a
Urano (los cielos), que se convirtió en el marido de Gaea. Juntos produjeron los
tres Cíclopes, los tres Hecatoncheires y doce Titanes.
Conflicto
Urano no era un buen padre, ni un buen marido. Odiaba a los Hecatoncheires y los
aprisionaba en el vientre de Gaea. Esto enojó a Gaea, y ella conspiró contra Urano
consiguiendo el más joven Titán, Cronos para derrocarlo.
Aumento de la acción
Cronos se convirtió en el próximo gobernante, y él también encarceló a los
Cíclopes y los Hecatoncheires. Luego se casó con su hermana Rhea. Él gobernó
por muchas edades, y los titanes tenían muchos descendientes. Sin embargo, se
puso paranoico que uno de sus hijos lo derrocaría, como su padre antes que él, así
que los comió. Rhea, enojado con él, ocultó a un bebé (Zeus) cambiando él con
una piedra en un paño. Ella era capaz de pasar la roca como el bebé; Cronus se
engañó y se lo tragó.
Clímax
Zeus derrotó a Cronos con la ayuda de todos sus hermanos y hermanas
encarcelados. Después de derrotar a Cronos y sus hermanos, ellos se convirtieron
en gobernantes de los dioses.
Acción descendente
Zeus exilió a los Titanes que habían luchado contra ellos, a excepción de Atlas,
que se vio obligado a mantener el mundo sobre sus hombros por toda la eternidad.
Resolución
Zeus ahora gobierna como rey de los dioses, que residen en el monte Olimpo.

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