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En este capítulo se analizan los recursos hídricos, o sea, el agua atmosférica, superficial y
subterránea de la Selva Central, y las formas de asegurar su eficiente distribución para su
utilización como agua potable, para usos industriales, riego y energía hidroeléctrica. En
otros capítulos de este estudio se analiza el papel que desempeña el agua en la
conservación, la navegación y como hábitat de especies acuáticas. También se procurará
identificar las interacciones que existen entre los proyectos relacionados con el uso del
agua y los que representan a otros diversos intereses del desarrollo.
La cuenca del Chanchamayo, constituida por los ríos Tulumayo, Palca y Oxapampa, es la
zona más desarrollada de la Selva Central. Los principales centros de población son
Tarma (en la cuenca del Palca), San Ramón, La Merced y las extensas zonas agrícolas
que los rodean.
Entre San Ramón y La Merced existe una central hidroeléctrica que pertenece a
ELECTROPERU y que utiliza agua proveniente del río Chuchuyacu. La central es
pequeña, con dos turbinas de 276 KW que aprovechan 600 litros por segundo cada una y
una caída de 120 m. Esta instalación no suministra suficiente electricidad para atender a
la población de las dos ciudades, aunque se hallan en operación dos equipos diesel de
400 KW cada uno y otro de 600 KW. La fábrica de conservas debe utilizar equipos de
emergencia, ya que no hay luz eléctrica durante el día sino en determinados horarios. El
consumo anual reciente de electricidad de ambas ciudades fue de 4 630 KW en términos
de energía y de 1 652 KW en términos de demanda máxima. Se halla en construcción una
central hidroeléctrica de alrededor de 6 300 KW para la Mina San Vicente, sobre el río
Oxapampa, cerca de San Ramón.
El abastecimiento de agua potable para las dos poblaciones (CEPIS, 1980), sólo alcanza
a un 60 por ciento en San Ramón y a un 50 por ciento en La Merced. Mientras que los
grandes consumidores como la fábrica de conservas disponen de agua proveniente de un
pozo, los clientes regulares carecen de suministro durante el día, y muchas casas no se
encuentran conectadas a la red. Aunque no hay escasez de agua proveniente de
manantiales, la creciente población debe recurrir a la utilización de aguas superficiales, lo
que obliga a incurrir en un mayor costo de bombeo y tratamiento. Muchas casas deben
utilizar el agua directamente de los ríos, que están constantemente contaminados por la
descarga de aguas residuales.
CUENCA DEL PAUCARTAMBO
En el Perené, entre la ciudad de San Luis de Shuaro y la confluencia con el río Pangoa, el
transporte de mercancías se realiza por medio de barcos largos y estrechos movidos a
motor. Las aguas del río también se utilizan para proveer de riego a plantaciones de
cítricos.
En el río Pichanaki, afluente del Perené, se está construyendo una central de 1 000 KW
cerca de la población del Bajo Pichanaki aprovechando una caída de 200 m. Dicha central
servirá a esa población y a la del Alto Pichanaki.
En la cuenca del río Pangoa, constituida por los ríos Satipo, Mazamari y Sonomoro, hay
dos importantes poblaciones, Satipo y Mazamari. El consumo de electricidad de ambas
ciudades se estima en 839 KWh y 420 KW de demanda máxima, sin incluir los usos
especiales ya mencionados. Las dos poblaciones experimentan problemas similares a los
de otras ciudades: insuficiencia de agua potable y energía eléctrica, y suministro de agua
sólo durante determinadas horas del día. En Satipo casi no se utiliza agua de pozo.
Actualmente el abastecimiento de electricidad de Satipo proviene de grupos térmicos
diesel, pero ELECTROPERU está considerando construir una minicentral hidroeléctrica
sobre el río Sonomoro. También está investigándose la posibilidad de construir una
central de 3 000 KW sobre el río Chalhumayo, para abastecer a la ciudad de Mazamari.
Figura 5-1 ALTERNATIVAS DE APROVECHAMIENTO DE LOS RIOS ENE Y TAMBO
En los Cuadros 5-6 y 5-7 se muestra el impacto de tales proyectos sobre el río y áreas
adyacentes y sus principales características, como la relación entre el caudal turbinable y
el caudal medio anual; la energía firme y la energía media; su potencia instalada; la
relación entre el volumen útil y el escurrimiento anual, y el orden de variación de los
niveles de los reservorios durante la operación de los mismos.
En los estudios de factibilidad de las plantas también se han considerado los problemas
sísmicos de la zona, aunque la actividad sísmica más importante se produce en la región
de la costa y disminuye al acercarse hacia la Selva. Se considera que las magnitudes de
cuerpo de onda inferiores a mb = 5 no causarían serios daños a las estructuras, por lo que
se examinaron solamente los terremotos de origen tectónico. Al norte de la zona donde se
construirían las presas se observaron pocos casos de magnitudes superiores a mb = 6.2,
pero una magnitud sísmica de mb = 4.5, observada a poca distancia de la localidad de
Ene-Paquitzapango se consideró significativa para el diseño de las presas.
El abastecimiento de agua de Oxapampa proviene del río San Alberto, con un sistema de
captación sencillo administrado por el Consejo Provincial. Las zonas rurales, sin embargo,
obtienen el agua directamente de ríos o de pozos, y experimentan en consecuencia
problemas de contaminación. Para atender las necesidades de la ciudad se han llevado a
cabo estudios sobre la construcción de centrales hidroeléctricas en los ríos Pozuzo y
Oxapampa. Como esas centrales son relativamente grandes, atenderían también a Villa
Rica y a otros pueblos de la región.
CUENCA DEL POZUZO
El río Pozuzo tiene varios lugares donde pueden construirse presas. El río podría
desviarse mediante túneles en la Cordillera de Yanachaca, y como el río está bien
encañonado hasta el "codo del Pozuzo" el impacto local sería mínimo aún si las nuevas
centrales generaran más de 60 MW.
Villa Rica adolece de problemas de luz y de agua semejantes a los de otras ciudades de
la región. Sin considerar los usos especiales, en 1982 consumió 418 MWh de energía
eléctrica, con 200 KW de demanda máxima.
De este resumen de los ríos y las cuencas surge que la región de la Selva Central
contiene abundantes recursos hídricos que aún no han sido completamente
aprovechados. Los planes existentes para su utilización, exceptuando el aprovechamiento
hidroeléctrico de Ene-Tambo, son relativamente modestos en comparación con el
verdadero potencial de la zona.
Fuente: Plan Nacional de Ordenamiento de los Recursos Hidráulicos. República del Perú,
INP (1976).
El planificador debe entonces evaluar los bienes y servicios provistos por el agua.
La demanda de agua, por ejemplo, debe satisfacerse a cualquier costo, pero para el
lavado de sales es preciso establecer los módulos de demanda por unidad de suelos a
partir de procedimientos experimentales en áreas piloto. Igualmente, para la demanda de
dilución de la contaminación, es necesario determinar las cargas de contaminación, la
posibilidad de tratamiento previo y la calidad permitida después de la dilución.
Figura 5-5 METODOLOGIA PARA DETERMINAR LA DEMANDA DE AGUA PARA USO
AGROPECUARIO
Fuente: Plan Nacional de Ordenamiento de los Recursos Hidráulicos. República del Perú,
IND (1976).
Fuente: Plan Nacional de Ordenamiento de los Recursos Hidráulicos. República del Perú,
IND (1976).
Es preciso identificar la pesca deportiva y comercial, y sus necesidades deben
establecerse de acuerdo con el rendimiento anual de pescado. Existe una pequeña
diferencia entre los estudios sobre la demanda de hidroelectricidad y la demanda de agua
para otros fines; la demanda de electricidad puede satisfacerse mediante otras fuentes
que no sean la hidroelectricidad, mientras que para otros usos no existen sustitutos para
el agua. El problema se complica aún más cuando se consideran sistemas eléctricos que
comprenden centrales hidroeléctricas interconectadas con instalaciones termoeléctricas.
Por ello, la demanda de agua para energía hidroeléctrica sólo se puede determinar a
partir de la diferencia entre la demanda de electricidad y la disponibilidad de todas las
fuentes generadoras de electricidad.
Una vez identificada la zona del proyecto, comienzan las etapas de estudio, junto con la
investigación bibliográfica, la aerofotogrametría, los estudios de campo, y la investigación
hidrológica y geológica.
ETAPA OBJETIVO
I. Evaluación en Primera evaluación de las posibilidades de aprovechamiento, del número de
oficina locales donde se pueden construir presas y del costo de los estudios de las
etapas subsiguientes.
II. Prefactibilidad Evalúa el potencial de desarrollo de toda la cuenca, estudia la diversión de las
caídas disponibles en los ríos y efectúa una estimación de los costos de cada
aprovechamiento.
III. Factibiblidad Define completamente las características físicas del proyecto y estudia sus
aspectos económicos y financieros.
Teniendo todo eso en cuenta, el planificador llega a comprender el balance entre los
proyectos hídricos potenciales y la demanda de agua, y obtiene secuencias alternativas
de proyectos, cada una con sus respectivos costos e interrelaciones con otros proyectos e
intereses.
En la práctica, sin embargo, este proceso no se produce en forma integrada para todos
los usos de agua. Generalmente se formulan planes subsectoriales para electricidad,
abastecimiento de agua, riego, etc., orientados a desarrollar aquellos proyectos que mejor
satisfagan sus propios objetivos subsectoriales. Los intereses conflictivos se consideran
obstáculos y por lo tanto son ignorados.
En cada etapa del proyecto, las actividades interactúan con otros intereses tanto en la
zona misma como fuera de ella. Por ejemplo, la decisión de llevar a cabo un proyecto
repercute inmediatamente sobre los precios de la tierra, la disponibilidad de inversores y
la disposición de la gente de permanecer o irse de la zona. Las actividades preliminares
del diseño en el sitio también afectan directamente el área donde se realizará la
construcción. La ejecución del proyecto afecta profundamente la zona y también otros
intereses lejos de la misma. Si bien la mayoría de esos impactos tiene un efecto positivo
sobre la comunidad, muchos de ellos pueden ser menos beneficiosos. El Cuadro 5-9
muestra, en términos porcentuales, el costo promedio de doce centrales hidroeléctricas
construidas en el Brasil, lo que da una buena idea del impacto económico directo de la
construcción del proyecto.
Cuadro 5-9 COSTO PORCENTUAL PROMEDIO DE CENTRALES HIDROELECTRICAS
CON REPRESASa
Para ilustrar tanto el proceso como los problemas, la Figura 5-8 indica los pasos que se
requieren para desarrollar una obra hidráulica destinada a proveer agua para diversos
propósitos: suministro público de agua, industria, empresas no urbanas y mineras,
agricultura y ganadería, energía hidroeléctrica, transporte de nutrientes, navegación,
hábitat para la fauna acuática, actividades recreativas, turismo y control de inundaciones.
La Figura 5-9 ilustra en forma simplificada las interacciones existentes entre la obra
hidráulica, sus servicios y los asentamientos que serán atendidos, y presenta un breve
panorama de las categorías de problemas que el planificador debe considerar y resolver
antes de aprobar la construcción.
Figura 5-9 INTERACCIONES DE LAS OBRAS HIDRAULICAS
Las obras hidráulicas que no involucran la construcción de presas tienen efectos menos
negativos en zonas como la Selva Central donde existe abundancia de agua,
especialmente cuando el agua que se utiliza proviene de ríos con grandes caídas. Los
problemas relacionados con el abastecimiento de agua a las poblaciones cercanas o a las
actividades agropecuarias también pueden ser menores, ya que la cantidad de agua
involucrada es pequeña en comparación con los volúmenes de los ríos de la zona.
Aunque la expropiación de tierras en el lugar del proyecto puede originar importantes
dificultades, las tierras situadas aguas arriba o aguas abajo del proyecto no se ven
perjudicadas, ya que el régimen hidrológico del río no se afecta.
En general, las obras hidráulicas con represas ejercen el impacto más importante sobre el
ambiente natural y humano. Ello no solamente ocurre con las grandes represas, sino
también con las presas construidas en quebradas. Estas últimas pueden tener diversos
usos, como el control de la erosión, la disminución del impacto de las crecientes, el
incremento del caudal mínimo, la cría de especies acuáticas, el enriquecimiento del agua
en términos de nutrientes y la posibilidad de utilizarla para riego en las pendientes. Sin
embargo, es preciso tener cuidado de no causar la proliferación de mosquitos y
enfermedades.
Las presas pueden controlar el régimen de los ríos, especialmente en términos de
caudales mínimos (los grandes incrementos del caudal por lo general sólo son
controlados parcialmente por las presas). Por ejemplo, la central hidroeléctrica de Puerto
Prado Alto, en el río Tambo, cuyo caudal mínimo promedio mensual es de 293 m3/s,
puede mantener por un mes un caudal de 727 m3/s. Sin embargo, el volumen de una
crecida centenaria es ocho veces mayor que la capacidad útil de almacenamiento del
reservorio, por lo que el vertedero debe diseñarse con una capacidad adecuada, que en
este caso es de 61 300 m3/s, ya que un error en su operación puede ocasionar grandes
inundaciones. Una vez cada cinco años, el caudal de agua en este sitio llega a 16 000
m3/s. El proyecto también puede alterar los caudales horarios, y puede modificar el
volumen que pasa por las turbinas, incrementándolo hasta un 50 por ciento más que el
promedio anual.
De esta manera la operación de una presa puede tener un impacto sobre las condiciones
existentes aguas abajo. Por lo tanto, los planteadores deben enfrentar el problema de
comunicar estos hechos a las personas que tengan interés aguas abajo.
Las presas también constituyen barreras que afectan negativamente a los peces, la
navegación, la población y los ecosistemas, y no sólo la presa, sino también el embalse,
que se crea al inundar permanentemente una zona que antes estaba cubierta de
vegetación, puede ocasionar problemas a muchos intereses. Las inundaciones
permanentes pueden eliminar bosques, interrumpir actividades agropecuarias, y crear la
necesidad de relocalizar poblaciones humanas y animales y obras de infraestructura. Las
inundaciones también pueden perjudicar la calidad del agua en el embalse. Por ejemplo,
la descomposición de la vegetación puede alterar los parámetros químicos y biológicos
del agua dentro del reservorio. La descomposición genera comúnmente ácido sulfúrico y
metano, los cuales afectan negativamente la vida acuática y los equipos.
En el proyecto de Puerto Prado Alto, el área inundada será de 136 km2, y el nivel de
operación tendrá una variación de 20 m. Sin embargo, la capacidad de generación de
energía de esta área inundada es pequeña en comparación con los proyectos de la
Amazonia brasileña. El índice que muestra la productividad esperada del reservorio, que
en este caso es energía eléctrica, indica el beneficio que representa un nivel bajo de agua
en el reservorio. Por otra parte, no refleja el hecho de que esos beneficios energéticos se
destinarán probablemente a zonas lejanas, mientras que los problemas se producirán
tanto en el reservorio como aguas abajo.
El hombre también puede afectar los servicios que el agua puede prestarle. Por ejemplo,
las presas pueden alterar los rápidos y cambiar el tipo de embarcaciones normalmente
utilizadas en la zona. Asimismo, pueden surgir problemas cuando no existe una forma
satisfactoria de distribuir el nuevo suministro de agua y cuando la pérdida de agua y el
uso indebido de la misma produce escasez de agua. En poblaciones rurales ese tipo de
problema es bastante común. Es preciso, por lo tanto, educar a esos pobladores en
materia de uso adecuado del agua, principalmente cuando se les relocaliza en nuevos
sitios que cuentan con sistemas de agua a los que no están acostumbrados.
Las obras de drenaje también pueden tener un impacto significativo sobre los
ecosistemas. Aunque no incluyan presas, pueden alterar el régimen hidrológico y a veces
tener influencia sobre zonas distantes. Por ejemplo, el Pantanal de Mato Grosso
amortigua los efectos de las crecientes de los ríos Paraguay y Paraná, que no son
sincrónicas. Así, mientras el drenaje de zonas pantanosas puede aumentar las tierras
disponibles para la agricultura, tales obras deben analizarse cuidadosamente para
determinar su impacto en la zona y su influencia aguas abajo.
Por último, es importante mencionar algunos fenómenos naturales y su impacto sobre las
obras hidráulicas. Ciertas obras hidráulicas pueden controlar parcialmente algunos
fenómenos naturales, como las inundaciones. Los fenómenos naturales, sin embargo,
pueden incrementar el costo de los proyectos, como por ejemplo el aumento del tamaño
de las obras de drenaje para descargar más agua, la necesidad de construir presas para
regular los caudales mínimos y la necesidad de fortalecer las estructuras para resistir
temblores.
Cuando no existen obras hidráulicas sobre un río, las poblaciones que viven aguas abajo
creen que los desastres naturales son producidos por Dios, pero cuando se construye una
presa, por ejemplo, la misma pasa a ser considerada la causante de los problemas. Más
que nada, éste es un problema de educación y de comunicación entre los responsables
de un proyecto y quienes se verán afectados por el mismo. Ello aumenta la necesidad de
una cuidadosa planificación, con una amplia participación de quienes construirán las
nuevas obras hidráulicas y de quienes se beneficiarán de ellas.
Referencias
(CEPIS) Centro Pan Americano de Ingeniería Sanitaria y Ciencias del Ambiente. 1980.
Abastecimiento de agua a la población rural del Perú: situación actual. Lima, Perú.
______. 1981. "Expansión del sistema eléctrico del Perú". Plan maestro de electricidad.
Octubre 1980 y noviembre 1981. Perú.